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Pese a la universidad gratis, sólo el 19% de los jóvenes de hasta 34 años tiene un título

Por: Clarín

Colombia, Costa Rica, México y Chile superan a la Argentina. El rendimiento local mejora cuando se incluye a la gente de hasta 64 años. Especialistas dicen que es por la mala formación secundaria y la deserción en los primeros años de las carreras.

A pesar de contar con educación universitaria pública y gratuita, Argentina queda por debajo de la mayoría de los países de la región en relación a sus graduados jóvenes. Según un informe publicado ayer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 19% de los argentinos de entre 25 y 34 años tiene un título universitario. De América Latina, sólo Brasil tiene menos recibidos (17%). Consultados al respecto, desde la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación reconocen a Clarín que la situación es compleja y aseguran que están trabajando para revertir esta realidad aunque advierten que no es algo que pueda modificarse en el corto plazo.

México (21%), Colombia (27 %), Costa Rica (28 %) y Chile (30%) tienen un porcentaje mayor de graduados en la franja que va de los 25 a los 34 años. La situación se modifica si se mide la finalización de los estudios universitarios hasta los 64 años. En ese caso, Argentina cuenta con el 21% de su población con título universitario y el panorama se da vuelta: el país queda por encima de Chile (13%), México y Costa Rica (ambos con 15%).

Para Guillermina Tiramonti, investigadora de Flacso, la situación en el nivel secundario influye en lo que está ocurriendo en la universidad. “El 50% de los alumnos termina la escuela secundaria en el tiempo estipulado y otro 10% lo hace de más grande. Es decir que hay muchos que directamente no tienen la oportunidad de acceder a una carrera. Además, hay un porcentaje alto de personas que termina el secundario sin alcanzar buenos niveles de aprendizaje. Esto hace que no lleguen preparados a la universidad y, en muchos casos, abandonen”, señala Tiramonti.

“Hay que trabajar mucho sobre la secundaria, especialmente en el ciclo superior. Hoy en Argentina hay más deserción que en otros países de Latinoamérica. Además, la universidad tiene que hacer algo para retener a sus estudiantes. En otros países es mucho más exigente el ingreso pero hay sistemas de acompañamiento. Acá los estudiantes están muy solos. Hay que pensar en esquemas más del tipo escolar”, destaca Gustavo Iaies, director del Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP).

Según Danya Tavela, secretaria de Políticas Universitarias, el problema no está en el acceso a la universidad sino en la permanencia. “Si bien son muchos los que ingresan, hay una deserción alta en los primeros dos años de la carrera”, explica Tavela y asegura que, contra esto, están implementando un programa para “fortalecer los saberes de los graduados del secundario”.

Otro punto a tratar, según Tavela, tiene que ver con “el tiempo que demanda la carrera, la estructura curricular y cierta rigidez en relación a la cursada”. En este sentido, están encarando “mesas de negociación para agilizar la trayectoria universitaria aunque sin descuidar los estándares de calidad”. En esta línea, buscan que se permita homologar materias o contenidos entre diferentes carreras y que se contemple el camino seguido en la educación superior técnica. “Queremos que, por ejemplo, a un maestro mayor de obras se le reconozcan determinados aprendizajes si va a seguir la carrera de Arquitectura”, precisa Tavela.

Consultados por este diario, desde la UBA prefirieron no dar declaraciones sobre el tema “hasta no leer el informe completo y verificar el origen de los datos difundidos por OCDE”.

La situación educativa global que la OCDE describió repercute también en el mundo laboral. Según el estudio, una de las características que se observan en los países miembro y también en los asociados -como la Argentina- es que los estudiantes no eligen las carreras que ofrecen las mayores oportunidades laborales, que son aquellas vinculadas a Sistemas y Tecnología de la Comunicación: en promedio, los graduados de esas carreras alcanzan el 88% de ocupación, más que en cualquier otra área.

“Para el próximo ciclo lectivo tenemos más ingresantes que para el actual: empezaron 1.800 alumnos y aspiramos a que sean 2.000 en 2018”, dice Guillermo Oliveto, decano de la regional Buenos Aires de la Universidad Tecnológica Nacional, y enseguida matiza: “Sigue siendo bajo y es un desvelo que tenemos; en la Argentina se rompió la cultura del esfuerzo, y eso impacta en la inscripción en carreras como las ingenierías, que se suponen difíciles. Necesitamos que se divulgue la ciencia y que los chicos sepan que todo lo que tocan fue hecho o pensado por un ingeniero.Eso puede inspirarlos para seguir esas carreras”.

Entre otras conclusiones que se desprenden del informe, la OCDE asegura que en la Argentina un 8,2% de las personas que no alcanzaron un título universitario están desempleadas, mientras que eso ocurre con el 4,7% de los universitarios. Esa brecha es más amplia en países como Francia o Estados Unidos, donde la proporción de graduados universitarios es más alta y, entonces, las oportunidades laborales se concentran en esa población. En países como México y Colombia, donde hay menos proporción de estudiantes que finalizan la universidad, hay más ocupación entre quienes sólo alcanzaron el título secundario.

En el mundo, las carreras vinculadas a Arte y Humanidades logran un 81% de ocupación, mientras que las vinculadas a Derecho y Administración alcanzan el 85%, las ingenierías llegan al 87%, las Ciencias Exactas, el 83%, y la Medicina y otras áreas de la salud, el 87%. Quienes estudian Sistemas y Tecnología de la Comunicación tienen, por ahora, las mejores oportunidades, aunque habrá que ver qué ocurrirá cuando se ocupen esas vacantes.

Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/pese-universidad-gratis-solo-19-jovenes-34-anos-titulo_0_rkGjDgU9Z.html

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Escuela Pública: Democracia y Aprendizajes

México / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Juan Carlos Miranda Arroyo / Fuente: SDP Noticias

Aprender en la escuela pública permite a los ciudadanos el ejercicio pleno del derecho de todas las personas a la educación. Eso significa que las condiciones económicas, culturales, religiosas o sociales no deben ser obstáculo para que niños, jóvenes y adultos tengan acceso a la escuela. Por eso justamente se reconoce a la escuela pública como una de las instituciones más confiables para consolidar la democracia y alcanzar la justicia social.

También, aparte de constituir un derecho, sin duda, la escuela pública ofrece oportunidades para que las personas se desarrollen en lo individual y lo social, sin embargo, dichas oportunidades se ven eventualmente disminuidas en la medida en que los sistemas educativos, las entidades federativas, las regiones, las comunidades y, de manera más particular, las zonas escolares y las propias escuelas, realizan o no adecuadamente su trabajo en favor de ese desarrollo. Y ello no sólo es generado por la participación paralizante de los aparatos burocráticos, sino también por la propia organización (o desorganización) de la sociedad civil en los espacios educativos.

Por ello conviene detenerse a examinar algunas de las implicaciones que tiene la organización y el desenvolvimiento de la escuela pública, en la vida de las personas y de los grupos, por supuesto. Y precisamente en ello, juegan papeles esenciales la gestión educativa y la construcción de consensos escolares, en términos de los más recientes hallazgos de la investigación sobre la organización y el liderazgo educativos.

A propósito de lo antes dicho, un estudio reciente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) proporciona un análisis interesante al respecto. El estudio tiene por título: “La Educación Obligatoria en México. Informe 2017”.

Particularmente en el capítulo 2 del informe, se abordan las “Condiciones que influyen en las oportunidades para el aprendizaje”. Veamos a continuación un fragmento del texto que el INEE dio a conocer a la manera de “…síntesis de los resultados que arrojó el análisis realizado” (p. 74):

– Los alumnos de sexto de primaria que obtienen promedios más altos en Matemáticas consideran que sus maestros toman en cuenta sus opiniones durante las clases.

-Los niños de sexto de primaria cuya lengua materna es una lengua indígena obtienen resultados más bajos en Matemáticas y Lenguaje que aquellos cuya lengua materna es el español.

– Los resultados en Matemáticas y Lenguaje de alumnos de sexto grado son mejores en escuelas que tienen muebles para que todos los niños se sienten y escriban, libros de lectura y computadoras o tabletas para uso de los estudiantes.

– Los resultados en Matemáticas y Lenguaje de alumnos de sexto de primaria son mejores en escuelas públicas en donde los directores indican que durante el ciclo escolar se contó con la plantilla completa de profesores.

-El trabajo infantil vulnera los derechos de los niños y se relaciona negativamente con los aprendizajes. Los alumnos de sexto de primaria que trabajan tienen, en promedio, puntuaciones menores en Matemáticas y Lenguaje y Comunicación que los que no trabajan.

-La escolaridad de los padres influye también en los resultados de sus hijos en Matemáticas y Lenguaje: a mayor escolaridad de los padres, mejores resultados.

Estos resultados, derivados de la aplicación de cuestionarios sobre el contexto escolar, es decir, acerca de las condiciones en que se desarrollan las labores escolares (ambiente físico, presencia constante del docente, factores, socioculturales de padres y alumnos, preparación profesional de docentes y directivos, etc.), están sujetos a la interpretación y explicación de los estudiosos de los fenómenos educativos; sin embargo, es importante también ponerlos a la consideración de los lectores en general, para mostrar que las decisiones internas de la escuela pública y las que tienen qué ver con el entorno comunitario, son cruciales para abrir o cerrar las oportunidades educativas a los niños y jóvenes; dicho en otras palabras, la escuela pública es la unidad social que juega un papel esencial en los procesos de avance o retroceso de los niños y las niñas, los y las jóvenes, en edad de educación obligatoria (desde educación preescolar hasta media superior), con respecto a sus aprendizajes ahora y para la vida futura.

 

En las consideraciones finales del informe referido, el INEE afirma lo siguiente: “El análisis realizado sugiere que es necesario valorar el diseño y la implementación de distintas acciones e intervenciones en las escuelas públicas orientadas a: 1) la formación de los docentes y los modelos educativos; 2) la administración de recursos y personal en las escuelas; y 3) la identificación de estudiantes, escuelas y zonas que requieren más apoyo.”

Por todo ello, el rescate de la escuela pública es una prioridad y una enorme responsabilidad para cualquier sociedad que se diga “justa y democrática”. De ahí la importancia de colocarla en el centro de las políticas públicas nacionales y regionales, para fortalecerla. Esto no deberá ser minimizado en los debates políticos y en la toma de decisiones nacionales que se avecinan para el 2018.

En México todavía estamos a tiempo de revalorar y reposicionar a la escuela pública, como una de las instituciones clave del Estado mexicano, que a la vez constituye una organización sui generis del mapa institucional, porque está nutrida en su vida cotidiana y soportada, sostenida, a la vez, por la sociedad civil.

Fuente del Artículo:

https://www.sdpnoticias.com/nacional/2017/09/11/escuela-publica-democracia-y-aprendizajes

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Libro: Juventudes latinoamericanas. Prácticas socioculturales, políticas y políticas públicas

Argentina / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Humberto J. Cubides Cipagauta y otros / Fuente: Clacso

Juventudes latinoamericanas 
Prácticas socioculturales, políticas y políticas públicas
Humberto J. Cubides Cipagauta. Silvia Borelli. Melina Vázquez. René Unda Lara. [Editores] 

Sara Victoria Alvarado. Ernesto Rodríguez. Camilo Ramírez. Ariel Gómez. María Cristina Sánchez. Patricia Botero Gómez. María Fernanda Solórzano Granada. Pedro Núñez. Pablo A. Vommaro. María Isabel Domínguez García. Idania Rego Espinosa. Claudia Castilla García. Liliana Galindo Ramírez. Rita C. A. Oliveira. [Autores de Capítulo]
…………………………………………………………………………
Colección Grupos de Trabajo. 
ISBN 978-987-722-079-7
CLACSO. CINDE/UManizales.
Buenos Aires.
Mayo de 2015

El libro que aquí se introduce recoge y sistematiza una serie de investigaciones desarrolladas por investigadores e investigadoras de diferentes países de América Latina y el Caribe interesados/as en el estudio de las complejas y dinámicas modalidades en que las juventudes latinoamericanas se vinculan con los procesos de movilización social y con las acciones políticas y culturales de las que son principales protagonistas o actores emergentes; incluso, en tanto observadores, cuyas «vivencias» se convierten en una experiencia singular.
Link para la descarga:
http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20150522115424/juventudes.pdf
Fuente: 
http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=973&campo=titulo&texto=juventudes%20latinoamericanas
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La Reforma Educativa: Avances y desafíos. La evaluación docente

México / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Manuel Gil Antón / Fuente: Educación Futura

El Auditorio del INEE está lleno. Los que hablarán, en su sitio: por parte de la SEP, el subsecretari de Planeación, Otto Granados y Ana María Aceves, quien dirige la Coordinación del Servicio Profesional Docente (SPD). Si seguimos de izquierda a derecha, como en los pies de foto en los periódicos, está Rodolfo Ramírez, del Instituto Belisario Domínguez del Senado, como experto independiente. A su lado, Teresa Bracho, Consejera del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y, en el extremo izquierdo, según se ve de frente el podio, Ricardo Raphael, quien moderará a los parlantes.

Cerca de la hora indicada, quizá a las 17:15, da inicio la sesión. Quien primero habla, para inaugurar el seminario en su conjunto – se llevará a cabo cada miércoles, con distinto tema, hasta el 25 de octubre –  es Eduardo Backhoff Escudero, Consejero Presidente del INEE que, afirma, ha de ser “la conciencia crítica e informada del sistema educativo”, y “fungir como contrapeso de las autoridades educativas y servir a la sociedad a través de un juicio independiente y crítico”.

Lo que calló o se cayó de las letras a la voz

Mientras lee su discurso, quienes estamos en la zona de prensa tenemos, impreso, el texto que está leyendo. La voz y mi lectura se acompasan hasta que hay, inesperado, un brinco. Un salto muy significativo: cuando detalla lo que implica evaluar en su conjunto al Sistema Educativo Nacional (SEN), enumera (su voz): “estudiantes, docentes, escuelas, directores, supervisores, planes de estudio y libros de texto; ingreso y permanencia al SPD; trayectorias estudiantiles; distribución social de los servicios educativos; estructuras de gestión del sistema educativo y gestión territorial de las escuelas; SATE; equipos, laboratorios y materiales pedagógicos; servicios de apoyo a las escuelas; uso de los recursos financieros… (aquí su voz se brinca lo escrito) y prosigue: papel de las asociaciones de padres de familia y consejos escolares; centros de maestros; sistemas educativos de los estados; formación inicial y continua de los maestros, entre otros componentes del SEN.”

¿Qué es lo que estaba escrito y no dijo? ¿Por qué no lo leyó? No hay equívoco que carezca de sentido o intención. El Consejero Presidente rehusó leerlo y no es un dato menor. Lo que omitió enunciar, pero estaba escrito como un rubro a evaluar por el INEE, fue: las “condiciones laborales de los maestros”.

Tengo el documento en las manos. Miro al Dr. Backhoff. Pienso: si fue intencional, ¿qué significa el silencio sobre las condiciones de trabajo del magisterio como parte de las tareas de valoración del INEE? Si no fue intencional, ¿qué significa que las letras se diluyeran justo en ese aspecto, y solo en ese aspecto de tantos que indicó? ¿Lapsus, autocensura, corrección sobre la marcha en atención a que, entre el auditorio, estaban autoridades que en eso no quieren interferencia, o críticos al papel del Instituto, entre otras cosas, por el silencio guardado escrupulosamente frente a ese tema? Cualquiera que sea la conjetura que elija, este “detalle” – dirán que tan menor que no vale la pena relatarlo – tiene mucha miga. Esbozo una pregunta frente a este aparente error de lectura: ¿no es parte, sustancial, de la conciencia crítica, del contrapeso a las autoridades, del servicio a la sociedad, valorar las condiciones laborales del magisterio? A mi juicio sí. Lo había escrito tal cual. No lo dijo. Y, al callar, dijo tanto…

Va de nuevo: la evaluación como remedio de todos los males

Otto Granados inicia su exposición. A su juicio, el desarrollo profesional docente es esencial para mejorar una situación que, a todas luces, era propia de una grave crisis en el sistema educativo, tanto en sus resultados como en su administración. La clave de su intervención, considero, fue la siguiente tesis: en el pasado (desde los años 50) “había un arreglo políticofuncional (en materia educativa) que generaba resultados educativos disfuncionales”. La Reforma se orienta, dijo, a deshacer el sistema clientelar y opaco que definía a la arquitectura administrativa, para que la educación mejore.

Desde la sala, empleando casi los mismos términos, surge una hipótesis alternativa que anoto en mi cuaderno: en realidad “había un arreglo político funcional (entre las autoridades – federales y locales – con la cúpula de la estructura sindical antidemocrática) que subordinaba los resultados educativos a la lógica del control político y otros beneficios para ambas partes. Sucede que el arreglo político, antes funcional, se desgastó y ya arrojaba resultados políticos adversos: hay que cambiar, urge… ¿la educación? No: hay que recuperar la funcionalidad del arreglo político – el control de la complicidad – con la cobertura inmaculada del interés superior de la infancia, la falta de evaluación de los profesores y la necesidad de una educación de calidad”.

Granados dice: recuperar la rectoría del Estado en la educación. De la otra conjetura no se sigue lo mismo: recuperar la rectoría del gobierno en el pacto corporativo con las dirigencias sindicales. ¡Es la ventaja política, estúpido…! (como dicen, creo, que dijo Clinton con respecto a la economía y las decisiones electorales en su país). No en balde, siempre, en ocasiones importantes o menores, a la diestra de los dos secretarios de educación que lleva este sexenio, ha estado Juan Díaz de la Torre, mandamás formal del SNTE, subordinado al poder, so pena de cambiar de domicilio a la cárcel.

Hace una pregunta que también es crucial en su argumento: ¿por qué es necesaria la evaluación para todo esto? Y, entonces, como prueba científica irrefutable, como dato incuestionable, refiere a la investigación científica e ilustra la siguiente aseveración: del resultado de la evaluación del docente depende el desempeño del alumno. Así: enuncia la simplificación más burda. Vea usted la gráfica que presenta como prueba.

La calidad del maestro (si está en el 20% superior de las calificaciones de quién sabe qué prueba que pueda afirmar esto, o en el 20% inferior) es un factor tan importante en la calidad del logro académico (del alumno) que si tomamos a dos estudiantes con el mismo desempeño a los 8 años y meses – ambos en el percentil 50 en la escala de logro educativo – a los 11 años y meses, uno, el que atiende el profesor con desempeño alto, lo hace crecer hasta el 90, mientras que el maestro cuyo desempeño (en la evaluación, supongo) es bajo, lo hunde 13 puntos: al 37. Por eso, afirma el subsecretario, con apoyo de la ciencia, la evaluación docente es el eje de la reforma, la vía regia para profesionalizar (sic) al magisterio.

Notemos que solo hay dos actores y dos factores: docente y alumno. No hay contexto, no hay otros, no hay condiciones de educación previa… habitan en la nada social de un gráfico: solo el mito de la medición de la calidad, y la ubicación del logro educativo alcanzado con independencia de todo menos de la influencia del buen o mal maestro, basta y sobra. El docente, aislado, el alumno, sin circunstancias y el vínculo sin contexto.

Cuando un fenómeno social complejo (como el “logro” educativo) se explica por un solo factor, y se supone que se puede medir lo que es valioso en esa interacción de manera indudable y sin estorbos de otras dimensiones latosas, como la desigualdad social que retrata en la educativa, es preciso huir: la simplificación es el camino más amplio para mitificar las cosas y reducirlas a un dogma publicitario atractivo: evaluar, evaluar, evaluar… y vendrá la calidad. Impecable claridad en el argumento, con solo un problema: es falso.

Y siguen, él y la Coordinadora del Servicio Profesional Docente, con hartos datos. Sobresalen algunos: se han evaluado más de un millón de personas – cosa que no es correcta; en su caso se han aplicado más de un millón de evaluaciones, pues muchos han ido dos veces al proceso – de tal manera que, sonriendo, la señora Aceves, concluye: “…como todos han ido voluntariamente, ya se ha enraizado la cultura de la evaluación”. ¿Voluntariamente? ¿Concibiendo que lo que se evalúa tiene que ver con la dificultad del oficio en las aulas? ¿No influye que, de no hacerlo, la ley despide al profesor o no le da acceso a una plaza a la profesora? Ha lugar a dudas… pero, como rematará al final de la sesión el subsecretario, “cuando nos acusan de no ser autocríticos, digo como Picasso: yo no hablo mal de mí; que hablen mal de mí los otros. Yo no les quiero quitar ese placer”. Hay aplausos. Y, aunque no se note tanto, otro sector en desacuerdo. Gobierno sin autocrítica no gobierna, administra, somete, presume y luego averigua… El de atrás, paga.

Una novedad en el lenguaje: ahora resulta que a lo que se ha hecho mal no se le llama error, menos fracaso, sino “ventanas de oportunidad”. La evaluación del desempeño, la primera vez que se aplicó, tuvo fallas y sustanciales (perdón, inmensos ventanales de oportunidad). En este año se va a mejorar mucho. ¿Son, en consecuencia, comparables los resultados? Claro que sí. ¿Por qué? Porque soy el Picasso de la educación. Ha lugar, de nuevo, ya no a dudas, sino a sospecha de demagogia y falta de cuidado técnico.

Y la reforma va muy bien. Les va la muestra: cada año, hay más idóneos y satisfactorios. De esto se sigue que hay mejores profesores… Otra vez, hipótesis rival: quizá lo que haya sean más duchos sustentantes en resolver el examen (No estudiar para mejorar la práctica en las escuelas, sino machetear para resolver el examen.  ¿No cambiaron los parámetros? Quizá este aumento ha sido conveniente para el equilibrio político. ¿No? Calla, incrédulo, crítico ocurrente: la reforma avanza pues mejoran los resultados de la evaluación. Pienso, luego insisto: ¿No se debe juzgar a la reforma si avanzan los resultados de la educación?

Y al final, la frase necesaria que ha sido contradicha durante tantos minutos: “la evaluación es un medio, no un fin”. Pues Fin…

Ninguna ley está escrita en piedra

En su intervención, el maestro Rodolfo Ramírez parte de una frase que sostendrá sus palabras: “Toda política pública, toda reforma, es una hipótesis, pues si fuera el caso – que no es el caso en este caso – que estuviera diseñada de manera perfecta, al llevarse a cabo se encontraría con aspectos no esperados”. Pasamos, con su voz y presencia firme, del reino de los dioses omnipotentes, al terreno de los humanos.

La reforma, indica, se basó en el descrédito de los maestros y en considerarlos causantes exclusivos de los resultados en educación. Luego le dirán que esto no es cierto, pero contra confesión de parte, relevo de pruebas: la gráfica que mostró el señor Granados es clarísima.

Hay, claro, mucho qué hacer para mejorar la actividad docente, pero sin atender a las graves deficiencias del sistema previamente a la evaluación a rajatabla, la reforma en materia educativa no ha llegado a los salones: está en la publicidad.

De acuerdo a lo que afirma ser el INEE – anoto yo – cabe muy bien su propuesta: “Urge que el INEE proponga la reforma a la reforma”. Tal vez lo más álgido se halle en las leyes secundarias, opina, y sobre todo en la del SPD, pero también en la Ley del INEE, pues hay una gran confusión de tareas. Y si es preciso modificar aspectos de la constitución, para bien de la educación, ¿por qué no?

Fiel a usar su tiempo con respeto a los demás, da dos ejemplos: las tutorías no existen, en el sentido que un profesor experimentado acompañe a una profesora o profesor novato durante su práctica y le ayude a mejorar. Y, además, el resultado que recibe el profesor de su evaluación es una hoja, escueta, llena de generalidades que no le permiten, siquiera, saber en dónde podría mejorar. Eso sí, queda clasificado: no idóneo o idóneo… insatisfactorio, satisfactorio, bueno, excelente… y las consecuencias en el prestigio y su autoridad no son menores, ni el daño a los grupos de maestros.

¿Dónde está el documento?

Cuando Teresa Bracho interviene, se instala en la mesa una tensión (que será permanente) entre ella, representante del INEE, y la SEP, representada por los dos funcionarios ya mencionados. El INEE, dice Teresa Bracho, no entiende por qué la SEP quiere renunciar a sus facultades como patrón, como administrador de los servicios educativos, y quiere trasladarle al INEE esas tareas.

Reconoce que hay traslapes en la legislación. Se corrige luego, ante la fuerza de la crítica que implica: más bien son zonas de convergencia o coincidencia de distintas instancias. Si uno ve las diapositivas, lo que hay es un enredo más grande que lo que abarca la noción de galimatías: vea usted.

    

Y cobra sentido, entonces, una crítica del maestro Ramírez: hay tres actores y más de 21 flechas que unen o remiten a relaciones entre INEE, CNSPD y un tercer actor, realmente un colado a la fiesta: el CENEVAL. ¿Qué sabe esa entidad de educación básica? ¿Qué sabe de evaluación de la docencia? Zapatero a tus zapatos.

Si se mira la gráfica, invade el mareo: uno expide, otro elabora, otro aprueba, otro vuelve a elaborar, otro insiste en aprobar, entonces se publica y la empresa CENEVAL recibe lo que resulta del peloteo. Entonces se expiden criterios, se “selecciona” al prestador de servicios que ya ha sido seleccionado para que haga los instrumentos; entonces la flecha se mueve: indica que los ha de aprobar uno, los autoriza otro, los revise de reversa, el otro del otro vuelve a revisar… de nuevo hay aprobaciones, calificaciones, aplicaciones, revisiones de las calificaciones y se publican los resultados. ¿Entendió usted algo? Lo felicito.

A esto que se le llama la arquitectura de la reforma le viene bien, siguiendo al señor subsecretario, un símil pictórico: es cubismo mal hecho que, además, trata de ser figurativo y abstracto a la vez. El resultado es, propongo, una “naturaleza muerta”. Pobre Picasso.

Le dice a Rodolfo Ramírez que no está de acuerdo en que la base de la reforma haya sido la acusación del magisterio: en todo caso, fue una organización civil la que vilipendió a los profesores (¿Cuál, que diga cuál? se oye en gayola…pero la consejera no dice nombres). Ella ha buscado, con esmero y no ha encontrado ningún documento de la SEP ni del INEE en que se desacredite o trate mal al magisterio. Todo lo contrario: ambas entidades admiran, agradecen, ensalzan cuantas veces pueden al conjunto del profesorado.

¿De veras es creíble que no se haya culpado al profesorado de todos los males – bajo el supuesto implícito, y explícito en miles de imágenes – cuando la reforma se pasó más de 4 años evaluando a todo el que se dejaba, y hasta el final dijo que iba a pensar en que, a lo mejor, quizá, se requería un modelo educativo? Primero el pavimento, luego el drenaje, como ilustró Patricio Monero un año antes que el Paso Exprés fuera la mejor analogía de lo realizado por los administradores del país en estos años que parecen más de 10 aunque apenas vayan 5.

Rodolfo Ramírez ve un socavón… la consejera del INEE un pequeño bachecito. Teresa Bracho argumenta que hay un inmenso respeto y reconocimiento al magisterio, aunque todos pudimos ver, tantas veces, lo contrario: el desprecio, el clasismo y el racismo con el que los medios – sin que la SEP metiera las manos, ni el INEE antiguo o nuevo reclamara – trataron a un millón 500 mil compañeros de oficio. Una imagen vale más que mil palabras, y tenemos iconografía a pasto para mostrar la erosión de la dignidad del magisterio durante largos años. Y el argumento que por no evaluarlos, estábamos mal: todo profesor fue acusado de ignorante, perezoso y torpe, hasta que demostrara lo contrario en evaluaciones que nunca se han asomado al aula.

Es que la ley determinó plazos en que esto – que es necesario – no se podía hacer. Por lo tanto, hicimos lo que se pudo, aunque fuera mal, para cumplirla. Rodolfo Ramírez indica que no ha habido, ni siquiera, piloteo de los exámenes: o bien, más bien o mal, se han piloteado con el avión lleno de pasajeros. El caso de los Asesores Técnicos Pedagógicos es claro: perdón, nos falló la evaluación, usted perdone, aguante un año. ¿Cómo en relaciones exteriores, están las autoridades “aprendiendo”?

¿Hay cambio posible?

El moderador, en dos rondas, hace preguntas. ¿No vale la pena revisar la constitución? Todos afirman con la cabeza, y luego algunos dicen otras cosas con sus palabras. De nuevo, el lapsus como signo más sólido de lo falso, trasmutado en lo políticamente conveniente. Revisar las atribuciones para evitar traslapes, perdón, convergencias poco claras… el diablo está en las secundarias, y quizá en unas partes de la constitucional… el lío de un centralismo sin límites contra un federalismo irresponsable, ¿no hay más que de esas dos sopas?

Y la tensión sigue: que el INEE “embarnezca” dice el subsecretario, y se haga cargo de lo laboral; que la SEP no se quiera deshacer de sus responsabilidades, le revira Teresa Bracho. Y llega el momento en que cada quien le dice a cada cual que lo que dijo no es tan cierto… lo normal en una sesión que se está acabando y todos dicen que necesitan un minuto. Nunca son 60 segundos: son muchos más, pero el respetable aguanta todo.

¿Qué pasará con la Reforma en el cambio de gobierno?

Ante esta pregunta del moderador, hay distintas posiciones. Se pueden ver en el video de la mesa de diálogo, pero en mis notas, y entre mis neuronas, quedó clavada una frase del señor subsecretario: “El garante de la continuidad de la reforma es el INEE”. ¿Qué significa eso? ¿Cómo se compagina esa frase con la definición del Consejero Presidente en el sentido que el INEE es contrapeso, conciencia crítica, servicio inteligente a la sociedad sobre las fallas del sistema? ¿La reforma es perfecta, no tiene fallas? ¿Es tarea de la instancia evaluadora garantizar no una verdadera reforma educativa que vaya enmendando los errores de esta que, así llamada, afecta tanto a la educación del país? El subsecretario dice que la continuidad de su reforma, la de este sexenio, depende del INEE y de la Suprema Corte de Justicia…

Total. Los finales de estas mesas siempre llegan. Aplausos, saludos. Calor. ¡Qué gusto, hermano, cuándo nos tomamos un café? Los periodistas entrevistan al subsecretario. Los demás conversan. Unos salen a fumar. Otros atienden el celular. Ha terminado la primera sesión. Pero el seminario va a seguir. Y este ejercicio de crónica también.

El siguiente miércoles, 20 de septiembre: DESAFÍOS DE LA FORMACIÓN DOCENTE.

El cartel: Salvador Jara y Javier Treviño por la SEP.

Sylvia Schmelkes por el INEE y Graciela Cordero como experta independiente.

No se pierda la transmisión en directo, a las 17 horas, por www.inee.edu.mx o su retrasmisión por televisión abierta a través del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano.

Fuente:

La Reforma Educativa: Avances y desafíos. La evaluación docente

 

Fuente de la Imagen:

http://elexpres.com/2015/nota.php?story_id=148594

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Libro: Los niños de la calle

Perú / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Maria Benavente Flores / Fuente: Vox Populi

Descarga el libro «Los niños de la calle», Mariana Benavente, Perú: Ediciones Vox Populi, 278 pp, 2017.

Link de descarga:

http://www.voxpopuli.pe/pdf/2017-08-08%20Libro%20Los%20ninos%20de%20la%20calle.pdf

Fuente de la Imagen:

@VoxPopuliCM (Cuenta de Twitter)

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Conferencia: Interculturalidad en la Formación de Profesores de Ciencias: La educación del campo en foco

Brasil / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Doctorado Interinstitucional en Educación – Universidad Distrital / Fuente: Youtube

Publicado el 11 sep. 2017
Conferencia del Doctorado Interinstitucional en Educación en el marco del Seminario Miradas Contemporáneas en Educación a cargo del Dr. Danilo Seithi Kato, Profesor de la Universidade Federal do Triangulo Mineiro (UFTM). Brasil.

Fuente:
https://www.youtube.com/watch?v=nxpDparojTg
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África: Mi país es rico, pero yo no puedo ir al cole

África / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Lola Hierro / Fuente: El País

Hay 264 millones de menores sin escolarizar en el mundo y dos tercios viven en países de abundantes recursos naturales. Su explotación genera conflictos que afectan a la educación. Un informe lo analiza

A primeros de septiembre, ciudades y pueblos se llenan desde bien temprano de niños somnolientos y nerviosos que se enfrentan a su primer día de curso. Una imagen tan habitual para algunos no lo es en absoluto para muchos, muchísimos otros. En los últimos años se ha avanzado en la escolarización de los menores —entre 2000 y 2015 el acceso a la escuela primaria llegó al 90% de los niños— pero todavía quedan 264 millones sin escolarizar en todo el mundo. Y dos tercios de ellos viven en países ricos en recursos naturales, pero que paradójicamente ocupan los últimos puestos de desarrollo y tienen presupuestos en educación inferiores al 3% de su PIB.

Para llamar la atención sobre esta realidad tan chirriante, la ONG Entreculturas ha lanzado la campaña Escuelas en peligro de extinción y, con ella, un informe titulado Educación en zona de conflicto que analiza minuciosamente las relaciones entre el derecho a la educación, la explotación de recursos naturales, la paz y el desarrollo sostenible.

«La fuerte presión sobre los recursos minerales, fósiles, pesqueros, forestales, agrícolas o hídricos y la lucha por su control generan, además de degradación ambiental, tensión, conflictos, violencia y desplazamientos forzosos», resume el estudio, que describe cómo los civiles que viven en estas áreas explotadas ven vulnerados sus derechos. Sobre todo, el de la educación. Los datos hablan por sí solos: el 87% de las personas desplazadas en el mundo en la última década proceden de zonas de explotación minera y petrolera.

Mi país es rico, pero yo no puedo ir al cole

Y de eso sabe Hombeline Bahati, coordinadora de un proyecto de mejora de medios de vida con el Servicio Jesuita al Refugiado. Trabaja en Masisi, en la castigada región de Kivu norte, en la República Democrática del Congo (RDC). Un país con abundantes recursos minerales que lleva 20 años sumido en un conflicto sin visos de acabar. Oro, el tantalio que hace funcionar los teléfonos móviles… RDC es una mina y todos quieren beneficiarse de ella.

«Existen problemas tribales por el acceso a la tierra, porque con la crisis de los noventa de Ruanda, los hutus se desplazaron a Masisi y siguen ahí, y no hay sitio para todos», explica Bahati, en Madrid para dar visibilidad a su trabajo. Luego, desde que llegaron los blancos a ayudar y descubrieron la riqueza de nuestras montañas; empezaron a explotar la tierra y entonces ya no fue solo para cultivarla, sino para obtener mayores beneficios. Ahí entraron el Gobierno, las milicias, las grandes empresas extractivas… ya fue una lucha de todos contra todos», describe.

Solo en Masisi se aglutinan 11 campos de refugiados y Bahati trabaja en siete. Se estima que en ellos viven —o malviven— unas 36.000 personas. «A través de la formación en diferentes oficios, estas personas pueden ser autónomas. Son familias que tuvieron que irse a otros pueblos o a campos de refugiados para estar más tranquilos porque sufrían los enfrentamientos entre guerrillas o entre estas y el ejército regular».

Es un círculo vicioso: a menor educación, más conflictos, y a más conflictos, menor educación. Y la particularidad de que la contienda tenga que ver directa o indirectamente con la explotación de los recursos de un país solo empeora las cosas. Según el informe, es un agravante para los niños y niñas en edad escolar: «Diez de los países con indicadores educativos más bajos son ricos en recursos naturales. Ocho de ellos están siendo o han sido asolados por conflictos. De los 40 conflictos que se han producido entre el año 1999 y el año 2013 han conllevado ataques recurrentes a la educación, más de la mitad han estado vinculados directa o indirectamente con los recursos naturales», enumera. Y además, durante los últimos 60 años, entre cuatro y seis de cada 10 conflictos armados tuvieron un vínculo con la explotación de recursos naturales. La mayoría fueron en África subsahariana, pero también en América Latina y Asia.

La razón fundamental es que estas contiendas se prolongan más tiempo, llevan asociados mayores niveles de violencia, especialmente contra las mujeres, y son más difíciles de superar. El riesgo de resurgimiento es mucho más alto, en parte porque los procesos de paz y reconciliación no suelen abordar la gobernanza y gestión de los recursos naturales.

El 87% de las personas desplazadas en el mundo en la última década proceden de zonas de explotación minera y petrolera

En Masisi, Bahati es testigo a diario de cómo esto afecta a la educación de los niños: «Cuando hay un conflicto no funciona nada, y tampoco los colegios. Llegan familias desplazadas con sus hijos a una nueva comunidad y las escuelas de la zona no tienen plazas para todos, se desbordan, así que los menores no pueden acceder a la educación o acceden a una de muy mala calidad», describe.

Otras guerras menos visibles

Hay conflictos armados más violentos a primera vista, como por ejemplo el de RD Congo. En ellos se atacan escuelas, se asesina, se producen desplazamientos forzados de comunidades enteras y una importante degradación medioambiental. Pero existen otros de menor escala que afectan a millones de personas de pequeñas comunidades locales y tienen su origen en el acaparamiento de tierras que luego explotarán grandes empresas (cultivos intensivos de soja, por ejemplo, en América Latina) o en la lucha por recursos decrecientes (agua, tierras, pastos, pesca…).

Se calcula que hay activos más de 2.000 conflictos medioambientales, una cifra que ha aumentado en los últimos años en paralelo a los asesinatos de ecologistas, que a menudo ejercen también el liderazgo educativo en sus comunidades. Uno de los más sonados fue el de Berta Cáceres, pero no el único. Estos crímenes aumentaron un 59% entre 2004 y 2015, con 185 asesinatos en 16 países, según el último informe de Global Witness.

En los conflictos armados relacionados con los recursos naturales son frecuentes los ataques a la educación. Desde los ataques a escuelas y a profesores, la destrucción de aulas, el reclutamiento de niñas y niñas como soldados, hasta la violencia contra mujeres y niñas, estudiantes y docentes. En el caso de la República Democrática del Congo, por ejemplo, desde 2013 han sido destruidas más de 500 escuelas y más de 200.000 escolares se han visto afectados.

En los conflictos medioambientales, los impactos no son tan visibles, en parte porque los ataques directos a escuelas, profesores y estudiantes son menos frecuentes, pero también son muy dañinos y vulneran el derecho a la educación de milones de menores. La apropiación de tierras por parte de empresas desplaza a la población que las habitaba o trabajaba, con la consiguiente pérdida de oportunidades educativas para los afectados. En Kenia hay 30.000 escuelas en riesgo de desaparición por este fenómeno. El 83% no cuenta con un título jurídico de propiedad, por lo que sus efectivos propietarios no pueden defenderse.

Una cuestión de género

De entre todos los perjudicados por este tipo de contiendas, las mujeres y niñas tienen un problema añadido. La educación las empodera para enfrentarse a diversas discriminaciones. Pero si no tienen la oportunidad de formarse, serán más proclives a sufrir otros abusos. Es el caso del matrimonio infantil o el acceso a la salud o al empleo. Sin olvidar a que en los lugares donde existen conflictos por los recursos naturales se producen a menudo violaciones masivas de mujeres como arma de guerra. Además de las secuelas físicas y psicológicas, estas quedan estigmatizadas de por vida y marginadas, por lo que acaban por destruir el tejido social de las comunidades.

Bahati lo describe desde su experiencia. Explica que los desplazados pierden el acceso a la tierra, ya no tienen donde cultivar y por tanto dejan de ganar dinero. «Como mucho pueden realizar alguna actividad económica informal, y si les sobra algo del poco dinero que ganan para destinarlo a la educación, van a privilegiar a los niños varones», cuenta Bahati. «El que las niñas estén en los campos sin hacer nada las lleva a la esclavitud sexual: en mis campos sucede mucho», asegura la congoleña. «Por menos de medio dólar, los padres las prostituyen».

En República Democrática del Congo, desde 2013 han sido destruidas más de 500 escuelas y se han visto afectados más de 200.000 escolares

Más guerra, peor alimentación y peor educación

Como se mencionaba antes, una buena parte de las personas más pobres del mundo vive en países ricos en recursos naturales. Y también de los hambrientos. Esa combinación de pobreza y hambre dificulta el acceso a la educación y al aprendizaje efectivo: un niño con hambre o con carencias nutricionales no va a rendir adecuadamente en el colegio. Y, sin embargo, la educación es fundamental para salir del círculo de la pobreza.

Igual ocurre con los problemas de salud: afectan al derecho a la educación porque favorecen el absentismo, el abandono o las dificultades de aprendizaje. Otras consecuencias sobre la salud son la contaminación generada por las industrias mineras o de hidrocarburos, la destrucción de infraestructuras sanitarias y la propagación de enfermedades.

Medidas realistas

Dos niñas hacen los deberes en el campo, en Etiopía.
Dos niñas hacen los deberes en el campo, en Etiopía. 

Con esta campaña, Entreculturas hace un llamamiento a los Gobiernos de países donde existen conflictos relacionados con los recursos naturales. Les exhortan a que recaben el consentimiento libre, previo e informado de las poblaciones locales y que respeten sus derechos fundamentales, sobre todo el derecho a la vida, a la alimentación adecuada, a la salud y a la educación. Sobre esta última, el informe recalca que es imprescindible que se refuercen los medios y la financiación actuales para paliar los déficits existentes. Un ejemplo positivo, en opinión de los investigadores, es el de Etiopía, donde la pobreza se ha reducido a la mitad desde 1995, cuando empezó a aplicar programas educativos más eficaces.

En el caso de las comunidades indígenas, se hace especial hincapié en la inversión en una educación bilingüe, en un refuerzo del enfoque multicultural y de la orientación de la educación hacia el empoderamiento para la defensa de los derechos referidos a su estilo de vida, a la propiedad de la tierra y a la gestión de sus recursos.

Por otra parte, los autores consideran necesario incorporar la cuestión de la gobernanza de los recursos naturales en los procesos de paz y reconciliación por parte de los Gobiernos en los países en conflicto, de los actores que desempeñan un papel de mediación y de las organizaciones sociales que contribuyen a la restauración de la paz.

Pese a todo, Hombeline Bahati sabe que ni Masisi ni Kivu serán una tierra pacífica a corto plazo. Por eso pide adoptar medidas realistas para conseguir que la población sobreviva de la manera más digna posible y con acceso a los mejores recursos, también dentro de las circunstancias. No se puede acabar la guerra de un día para otro, pero sí se puede sensibilizar a las comunidades locales sobre la importancia de la educación. Ella, nacida en esa tierra indómita, va notando cambios. «La sensibilización es muy importante, cada vez más padres entienden que es fundamental que sus hijos e hijas se formen. El aumento de la demanda se observa en que también hay cada vez más universidades y centros de formación profesional. Antes eran para unos pocos privilegiados, pero en los últimos años se ha normalizado el acceso», asegura.

Fuente del Artículo:

https://elpais.com/elpais/2017/09/11/planeta_futuro/1505131269_476429.html

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