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El colegio a la calle: indígnate y actúa

25 de julio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Miyer Pineda

En términos pedagógicos, la respuesta está en la noción de didáctica.

En varios artículos he hecho referencia al problema de la Escuela como dispositivo retórico; ha dejado de ser un espacio de construcción de sentido de la ciudadanía y de resistencia política desde el conocimiento, para volverse una guardería de niños a merced del discurso populista de turno, y dirigida por capataces más que por Maestros.

Es una discusión que se evita porque toca fibras sensibles envueltas en relaciones de poder, y en un escenario de ese tipo, no se dialoga ni se buscan acuerdos sino que se imponen prejuicios. Esa dicotomía afecta el clima laboral y desestimula el liderazgo; si  por un lado van los que mandan y por otro los que obedecen, se obedece pero no se cumple; o se cumple pero sin convicción.

Pero el problema va aún más allá, porque sin diálogo, los que mandan, envueltos en su ego, se pierden de la posibilidad de reflexionar sobre otras visiones que podrían enriquecer la Escuela. De hecho, lo que se percibe es que incluso esas actitudes pueden ser nocivas porque no tienen idea de las dinámicas que se presentan en las instituciones educativas hoy en día.

Con esto se hace referencia, el primer lugar, a esos funcionarios del MEN y de las Secretarías de Educación, tan expertos en visitas y auditorias, y en emitir circulares y directivas, pero tan alejados de la realidad de un entorno escolar; y  en segundo lugar, a esos directivos expertos en interpretar de manera amañada la normatividad que rige horarios y derechos laborales de docentes, desconociendo las implicaciones de esas interpretaciones subjetivas.

Basta con poner como ejemplos el problema del hambre en una jornada única, o el problema del asistencialismo, pretexto poderoso para que muchos padres de familia consideren la Escuela como ese lugar donde pueden deshacerse de sus hijos.

A ninguno de estos funcionarios les interesa esa parte de la historia porque ellos comen bien, y no entienden lo que pasa en muchas aulas: nadie puede pensar con el estómago vacío.

Sin embargo el mundo continúa girando. Y el país descuadernado en el que vivimos, observó, por ejemplo, el desfile del 20 de julio, sin pensar en la millonada que cuesta sostener ese aparato militar, y en los posibles beneficios que tendría la paz en ese aspecto. Observamos ese desfile militar en la TV, y no creemos que haya corrupción en ese honor, y descreemos de ese dicho popular entre las filas que dice que la plata para la comida del soldado, a veces alcanza hasta para la comida del soldado.

Y en las redes, el humor haciéndole frente con valentía a ese otro país fanático y mentiroso, mientras al otro lado del mundo los deportistas son quienes sacan la cara por nosotros, aliviando los comentarios de senadores que no saben ya qué más inventarse para desprestigiar a quienes fueran sus aliados.

Ahora, ¿es posible hacerle frente a estos malestares desde la Escuela? ¿Cuándo entenderemos que urge una educación que resignifique su función social, en la que se discuta la realidad tal como es, y en la que se plantee y se propongan soluciones?

Pero hasta aquí, esto también es retórica barata: discurso y activismo, porque el problema es entonces cómo sacar el colegio a la calle;  cómo hacer para que el saber se encarne y comience a edificar ciudadanos modernos y comprometidos con una ética pública. He ahí la cuestión… Y por eso nuestra propuesta:

En términos pedagógicos estoy casi convencido de que la respuesta está en la noción de didáctica. Para ilustrar la idea, compartiré, por ahora, un par de anécdotas con la comunidad lectora de Palabra Maestra.

El año 2016, el día de las elecciones de nuestro Gobierno Escolar, también realizamos un Plebiscito sobre el proceso de paz pero con una pregunta diferente, cuyo SÍ –de ganar- fungiría como un mandato dirigido a todo frente político que aspirara al poder en este país; se trataba de un mandato desde la Escuela a los políticos de Colombia tan expertos en el manejo retórico pero tan alejados de la ética pública.

Sobre la experiencia escribí un artículo que publicó Palabra Maestra [1], teniendo en cuenta, además, un proyecto didáctico que compartimos en el blog de nuestro proyecto Mnemósine [2]. Fue sorpresivo cuando meses después, el Gobierno comunicó que los acuerdos de la Habana se refrendarían a través de un Plebiscito, aunque no nos sorprendimos mucho porque alcanzamos a prever que en nuestra ciudad ganaría el NO, como efectivamente sucedió.

Mientras en la Escuela alcanzábamos a comprender la importancia de la negociación con las FARC, los adultos se encontraban a merced de una campaña mentirosa y calculada para echar abajo los acuerdos. Pudo más el odio que el perdón; pudo más la estrategia política mentirosa para conseguir votos, que la posibilidad de construir una nación sin guerra.

Y la historia siguió. Entonces decidimos continuar con el ejercicio didáctico de poner a funcionar un mecanismo de participación ciudadana en el 2017.

Pensamos en el peor de todos los males, el más terrible que tenemos; incluso más atroz que las FARC, el Paramilitarismo o la delincuencia común (ya salvajes de por sí…); se trataba de elegir un mal peor que esos males juntos, así que dimos con ese tumor maligno que se encuentra enquistado en el discurso de los políticos populistas de turno: la Corrupción.

Comprendimos que el político corrupto en Colombia es capaz de distraernos con el discurso de la guerra para poder seguir robando. Discutimos en clase sobre ese problema; sobre lo vergonzoso que resulta para una sociedad desconocer o no entender que se roban al año 50 billones de pesos, mientras nos distraen con telenovelas, músicas baratas y odio al prójimo.

Pero es tan basto el problema que decidimos enfocar nuestra atención sobre las instituciones que son más corruptas y que por esta razón tienen la peor imagen… y adivinen quién ganó: el honorable Congreso de la República. Averiguamos por los salarios de los Congresistas mientras explicábamos sus funciones; buscamos noticias sobre sus escándalos mientras nos indignábamos al comparar su salario con el de un empleado o con el de un pobre.

Decidimos entonces hacer una Consulta Popular que posibilitara bajarle el sueldo a estos funcionarios, mientras conocíamos un intento de revocatoria al Congreso que hizo en alguna oportunidad, Camilo Romero, el actual Gobernador de Nariño, o conocimos el concepto vergonzoso de Parapolítica (que demostró que la democracia se encuentra en nuestro país a merced del asesino), y finalmente, nos acercamos al nombre de una mujer ejemplar, quien se propuso hacer algo para vencer la retórica y combatir la corrupción; se trataba de Claudia López, quién había visto cómo se hundían sus iniciativas para bajar el salario de los honorables congresistas.

Luego de discutir y de conocer muchas preguntas posibles que irían en el tarjetón, entre todos nos decidimos por las seis siguientes porque resguardaban nuestra capacidad de indignación:

1. ¿Está usted de acuerdo con que se disminuya el número de congresistas de 268 a 110, y que el dinero ahorrado en el pago de estos salarios se puede invertir en las necesidades más urgentes de la población infantil? 2. ¿Está usted de acuerdo con que el aumento salarial anual de un congresista no exceda la mitad del porcentaje que se le aumenta a una persona que gana el mínimo y que el dinero que se ahorre en salarios, se destine específicamente a solucionar las causas de las muertes de los niños por hambre y por sed? 3. ¿Está usted de acuerdo con que se le reduzca el 50% del salario a los congresistas? 4. ¿Está usted de acuerdo con que todos los gastos que requiera un congresista, en un 50% sean cubiertos con su propio salario? 5. ¿Está de acuerdo con aplicar la cadena perpetua a los corruptos y sus testaferros, en cárceles de máxima seguridad, ya que sus vergonzosas actuaciones causan la muerte de miles de colombianos? 6. ¿Está usted de acuerdo con que el dinero que se destinaba para la guerra se destine para la educación y la salud de los colombianos?

Y en todas las preguntas ganó el SI. Por supuesto que se trata de un ejercicio didáctico para pensar en la importancia de los mecanismos de participación ciudadana mientras nos indignamos por la falta de Ética de la clase política colombiana; pero el resultado dice mucho de estos futuros electores y ciudadanos.

¿Cuántas veces el proyecto para bajarles el sueldo a los congresistas fue aplastado por esos partidos que dicen luchar contra la corrupción? Nuestra idea nació de la impotencia, y mientras Claudia López comenzaba el proceso de su campaña para vencer al corrupto desde los primeros días de febrero, nosotros una semana después realizábamos nuestra consulta.

Claudia López es de las pocas senadores que ha hecho algo concreto para combatir la corrupción, y por eso es un modelo a seguir. Nos dijo que dejáramos de quejarnos (la forma más elemental de la retórica) y que comenzáramos a actuar…

… Hace unas semanas se me acercó Ariana Alejandra; una estudiante de grado décimo que tiene 16 añitos. Me preguntó si le colaboraba con una firma en uno de los formatos de la consulta anticorrupción que lideraban Claudia López, Angélica Lozano, el senador Antonio Navarro, y muchos Quijotes más. Recogió 239 firmas en esta ciudad de lento amanecer. Salió sola a la calle. A veces salió con la mamá. ¡Qué lección! Llevó el saber del colegio a la calle. Ni siquiera tiene edad para votar Ariana y se indigna ante lo que ocurre: No es ético que estos personajes tengan esos salarios; puede ser legal pero no es ético. Ariana comenzó a actuar, esa fue su lección: indígnate y actúa; esos dos elementos son fundamentales en la enseñanza y en la Escuela del posconflicto. La indignación y la acción van de la mano; la indignación sin acción no sirve de nada porque estamos acostumbrados a cambiar de canal, y la indiferencia se ha vuelto una de las herramientas más poderosas del corrupto.

¿De qué hablar en clase el día de mañana? De la necesidad de recuperar nuestra capacidad de indignación, y de la importancia de volverla productiva, votando bien y actuando guiados por un profundo sentido ético y por el inmenso valor civil que implica soñar un país justo, en el que esos padres de la patria dejen de ser tumores, parásitos y sanguijuelas, y comprendan que podrían marcar la diferencia, en el proceso de lograr un país más justo. Ahí nos vemos, y felicitaciones para las Arianas del reino, y a esos Quijotes quienes recogieron las firmas. Y si pueden, visiten nuestro blog www.quebecmnemosine.blogspot.com.


[1] https://compartirpalabramaestra.org/columnas/ya-hicimos-el-plebiscito-con-una-pregunta-diferente


[2] http://quebecmnemosine.blogspot.com.co/2016/07/mnemosinequebec-plebiscitopor-la-paz-1.html

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/el-colegio-la-calle-indignate-y-actua

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Ingreso a la educación superior

Por. José Ignacio Castro Guijarro

Inscribirse en alguna carrera profesional es asunto muy importante en lo individual y familiar, también social y gubernamentalmente pues tener matrícula en este nivel educativo es estratégico para el desarrollo integral de cualquier nación. El problema es la incapacidad para atender la demanda de todos los aspirantes a instituciones de educación superior (IES) mexicanas.

En planeación de la educación hay dos indicadores relacionados al respecto: absorción y cobertura. El primero refiere al número de alumnos inscritos en primer semestre de alguna carrera o IES (Tecnológico, Universidad, Escuela Normal) o Subsistema o a nivel estatal o nacional respecto al número de egresados de bachillerato; el segundo es la matrícula registrada oficialmente respecto a la población total entre 18 a 22 años.

Las cifras oficiales son: La absorción a nivel país para los últimos tres ciclos escolares es de 79.5%, 76.0% y 75.5% respectivamente, es decir 3 de cada 4 bachilleres/preparatorianos ingresan a IES. En el ciclo escolar 2015-2016 la matrícula nacional registra 4 millones 24 mil 401 alumnos; 174 mil 779 (4.12%) en Técnico Superior Universitario; 3 millones 915 mil 971 (92.26%) en Licenciatura; 52 mil 329 (1.23%) en Especialidad; 237 mil 331 (5.59%) en Maestría y 38 mil 770 (0.91%) en Doctorado; estudiando en 5 mil 343 IES. Para el ciclo escolar 2015-2016 fueron 4 millones 935 mil 080 alumnos del nivel medio superior en 20 mil 383 escuelas, terminan bachillerato o equivalente 68 de cada 100 que lo inician y la cobertura en el nivel medio superior es de 778 alumnos por cada mil habitantes entre 15 a 17 años. Calculando por semestre 2.28 veces más bachilleres que estudiantes de licenciatura. Para el ciclo escolar 2016-2017 a nivel nacional realizaron estudios superiores 323 alumnos de cada mil jóvenes con edades 18 a 22 años y uno de cada tres estudiantes está matriculado en alguna IES particular.

Resulta necesario incrementar la capacidad de ingreso a IES mexicanas aunque implique contratar más profesorado, más aulas, laboratorios, talleres y espacios administrativos, mayor inversión anual en la educación superior, ello es un proceso natural de crecimiento como la primaria, secundaria y media superior (educación obligatoria). Hay retos mayores asociados a dicho incremento como asegurar empleo suficiente, apropiado y bien remunerado a profesionistas pero este es un problema estructural de la economía mexicana por tanto es política de gobierno que el desarrollo de la educación superior ineludiblemente esté equiparable y asociado al macroeconómico y microeconómico. También debe considerarse la pertinencia de la oferta educativa pues no solo es tener mayor número de estudiantes en carreras saturadas sino planear aquellas nuevas necesarias a futuro, que la oferta educativa superior tenga la calidad esperada a nivel internacional y esté estrechamente vinculada al desarrollo humano sustentable. Es menester diseñar estrategias relacionadas entre absorción/cobertura, considerar la modalidad abierta o a distancia, pertinencia y diversificación de oferta educativa, actualizar la legislación en materia, procesos de investigación/vinculación más eficientes y sobre todo un modelo de financiamiento efectivo. Ello es nuestro apremiante reto.

ignacio.kaxtro@gmail.com

Fuente del Artículo:

Ingreso a la educación superior

 

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Una segunda oportunidad: cómo sacan a los adolescentes del delito

Por:  Silvina Heguy

“Ella, Juli, me convenció. Me hizo cambiar de idea. Me hizo entender que había una oportunidad para mí. Que podía salir adelante. Antes me drogaba, andaba robando, hacía mil maldades. Acepté internarme y salí para adelante. Entendí que tenía opciones. Ahora estoy acá”.

“Acá” es el barrio de siempre, el Salamanca al fondo de González Catán; la misma esquina con los mismos pibes que siguen consumiendo paco y robando. Pero para Walter, 16 años, ya no es lo mismo. “Juli” es Juliana Lombardi, de 26 años, una operadora territorial. Se podría decir que es una de los 15 “rescatistas” que andan por La Matanza para trabajar con chicos que cometieron delitos, fueron detenidos y la Justicia los declaró inimputables por ser menores de 16 años. Ella, como el resto de sus compañeros, tiene la misión de hacerlos comprender que el delito no es la única opción, que ellos tienen una segunda oportunidad en la vida.

En la Argentina existen programas estatales que muestran buenos resultados al trabajar cuerpo a cuerpo con adolescentes que tuvieron problemas con la ley penal. En La Matanza, en la Provincia de Buenos Aires; en Mendoza y en Neuquén se aplican políticas públicas que apuntan a terminar con la reincidencia. Ejemplos que suelen dejarse de lado cuando ante un crimen cometido por un menor se plantea qué hacer con los adolescentes y la violencia.

Walter, su nombre es falso para proteger su identidad, llegó por una de las dos vías que tiene el programa Propiciar de La Matanza. Una organización barrial dio aviso de su situación. En el último robo la carátula fue también la de intento de homicidio. “Casi lo matamos”, cuenta un año y medio después. Fue declarado inimputable y volvió a su casa.

“Superman” hace un día que cumplió 16 años y tiene unos ojos negros que parecen ir a la velocidad de la luz debajo de la gorra que se niega a sacar. El llegó al programa derivado por la Justicia, la segunda vía para llegar al programa, y después de haber cometido varios robos. Pero al comienzo nada fue tan fácil.

“Estaba detonado en mi casa”, cuenta. “Superman” consumía pasta base y al escuchar que los asistentes sociales tocaban la puerta respondió con piedras. Ellos insistieron, fueron varias veces, hasta que un día los estaba esperando con mate y galletitas. Ese fue el inicio.

“Nuestro trabajo es consolidar un vínculo de confianza con ellos. A partir de eso se hace todo más fácil. Podemos pensar juntos que hay otra chance, otra posibilidad, otro proyecto de vida superador”, explica Juliana, que estudió trabajo social. Ella con un compañero, siempre se trabaja en dupla, tienen a su cargo a 35 chicos. Su tarea es acompañarlos para que estudien, les consiguen vacantes si no las tienen; los ayudan a internarse en comunidades terapéuticas cuando lo piden. El programa va recurriendo a otros organismos o planes del Estado. Walter cuenta que le gustaría ser peluquero. Lo descubrió en un taller ocupacional en su barrio. “Superman” es bueno rapeando, también lo supo en una actividad estatal.

Una segunda oportunidad: cómo sacan a los adolescentes del delito

Confianza. Los operadores establecen con los chicos que tuvieron problemas con la ley un lazo de confianza que es clave para cambiar de vida. Foto: Lucía Merle

El programa Propiciar es municipal, surgió en 2009 y tiene a 230 adolescentes. Está dentro del Envión, que pertenece a la Provincia y sólo en La Matanza contiene a 7.000 chicos con actividades de todo tipo que también funcionan como prevención. En ese municipio, por ejemplo, hay 670.000 menores de 17 años; solo 17 de ellos están encerrados por delitos.

El mapa de la Provincia mantiene esa proporción de jóvenes y delito. Según los últimos datos de la Corte Suprema provincial, en 2015 el 3,59% de los casos investigados en las fiscalías bonaerenses involucraron a menores de 18 años. Este porcentaje se mantiene estable desde 2009. El 7,13% de las causas fue por robo agravado por uso de armas y el 1,1% a homicidios, más de la mitad en grado de tentativa. La mayoría (87,88%) fue por amenazas, delitos contra la propiedad y lesiones.

En Neuquén, los chicos que llegan al programa provincial es por una derivación de la Asesoría Penal Juvenil por un delito grave o por reiteraciones. Un equipo técnico -formado por un psicólogo, un trabajador social y un operador de calle- analizan el hecho, cuáles son las vulnerabilidades del adolescente y deciden una estrategia. “Siempre hay dos ejes: la responsabilidad subjetiva ante el delito y la restitución de derechos. Porque no necesariamente todos los chicos menores de 16 años que cometieron delitos han sido vulnerados en sus derechos, pero sí la mayoría. Con esto me refiero a derecho a la educación, a la salud”, explica la psicóloga Adriana Belarra. del Programa que depende del Ministerio de Acción Social neuquino.

La iniciativa comenzó con un programa piloto hace tres años y la experiencia también les demostró que debían trabajar con los adolescentes y su entorno familiar . Actualmente tienen 8 chicos y, a lo largo de los tres años, pasaron 65. Los resultados dicen que 50 de ellos no reincidieron. Para Belarra, son varios los factores de éxito. “Es la primera vez, tanto para los adolescentes como para los adultos vinculados a ellos que encuentran un espacio para hablar, para trabajar sobre situaciones concretas. Los padres no saben cuáles son los límites favorables para ponerles”. El desafío es que el programa se extienda más allá de la capital.

En los últimos dos años, hubo dos casos que conmocionaron a los mendocinos: un chico de 15 mató a un hombre de 72 y otro de 11 acuchilló a sus padres, no los mató. “Más allá del debate que surgió, al Poder Ejecutivo le cabe la posibilidad del abordaje y la protección de los derechos de los menores de 16 en conflicto con la ley”, explica la subsecretaria de Desarrollo Social provincial. Y asegura que así lo hicieron.

“En el primer caso tuvimos que actuar sobre la urgencia, después creamos un programa que es una guardia permanente interdisciplinaria. Estamos en condiciones de decir que esas medidas sí funcionan y que no son necesarias medidas drásticas”, explica la funcionaria. “Las estrategias son individuales, dependen de cada caso y son efectivas porque los adolescentes superaron la situación, van a la escuela. Fueron también importantes los talleres para los padres”.

La pregunta que surge es si ese trabajo artesanal puede funcionar a gran escala. “Cuando hablamos de adolescentes en conflicto con la ley no son números tan grandes, en Mendoza ha habido dos en dos años. Por eso amerita una intervención personalizada, si fuera mucho más quizás se necesitarían acciones colectivas. La responsablidad del Estado es elaborar estrategia para no vulnerar los derechos adolescentes y que no lleguen a situaciones de delito”.

Rocío Rodríguez tiene 24 años, es de Isidro Casanova, estudió como Juliana asistencia social y todos los lunes arma su rutina laboral junto a otro de sus compañeros. Es un itinerario que la lleva por La Plata, Mercedes y Azul a visitar a los chicos encerrados en institutos. “Obviamente la situación de encierro deja huellas, sobre todo en los más chicos. Con ellos intentamos mostrarles otras situaciones. Lo que pasó ya está, pensar a partir de ahora cómo seguir.” “Una de las propuestas, para chicos con medidas de seguridad, es priorizar la salud porque muchos tienen un gran problema de consumo. Entonces ¿el encierro es la solución? Walter y “Superman” estuvieron en una comunidad terapéutica y hoy están en sus barrios, hacen actividades en la comunidad. Siguen el tratamiento de otra manera”, explica Agustín García, coordinador de Propiciar.

Una segunda oportunidad: cómo sacan a los adolescentes del delito

En la esquina. La reincidencia de los delitos en los adolescentes baja con programas de seguimiento y de restitución de derechos como la educación y la salud. Foto: Lucía Merle

“Me veía mal, arruinado. Me sentía solo. Vivía en la esquina. Después me invitaron a una comunidad y dije que “sí”, recuerda “Superman”. “Cuando él se internó por primera vez, pensé qué estaba haciendo yo. Pensé y pensé. Le dije a mi mamá. Pedí ir. Te entretenés y no estás en la esquina robando. Después mi hermano pidió ir. El estaba peor y cambió. Ahora está bien”, dice Walter y se acuerda exactamente cuando Superman volvió y todo cambió. “Estaba re bien, lo felicité. Yo andaba re mal”.

“Le dije: rescatate -recuerda “Superman”-. Después me invitó a drogarme y le respondí que mejor me iba a mi casa”. Mientras él se alejaba, Walter dice que pensó que si él pudo, él también podría. Ahora los dos están en la misma esquina, pero van a la escuela y no roban ni se drogan. “No estamos bien, bien”, dice Walter, “Pero cambiamos muchas cosas”.

RECUADRO: El debate

A principio de año, en la Argentina, se abrió el debate sobre la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil. Una reforma de ley que muchas veces solo gira en torno a la baja de la ley de imputabilidad. Desde Unicef, su directora Florence Bauer explica que apoyan la reforma porque la ley actual no respeta los standares internacionales. “Recomendamos que tenga como objetivo la recuperación y reinserción del joven no desde la perspectiva punitiva. La baja de la edad es una medida excepcional. Son muchos los estudios que muestran que cuando un chico está privado de la libertad la probabilidad de reincidencia es muy alta. Hay que fortalecer los programas de intervención que se combinan con la ley de protección integral a los niños y adolescentes. La privación de la libertad debe ser un último recurso para los más graves”.

Fuente: https://www.clarin.com/suplementos/zona/segunda-oportunidad-sacan-adolescentes-delito_0_B1eAj_SEW.html

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Maestros: Evaluación de desempeño

Gilberto Guevara Niebla

Este año se realizará una nueva edición de la evaluación de desempeño (ED). Considerando experiencias previas, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación ha diseñado un nuevo paradigma para esta evaluación con el cual se busca superar las dificultades que del pasado, al mismo tiempo se pretende aumentar la pertinencia del ejercicio, enfatizar los efectos formativos y poner el acento en el trabajo desde la escuela y el contexto.

Todo esto dentro de la perspectiva de que la evaluación incida en la mejora de la enseñanza. La nueva propuesta de ED considera tres etapas de evaluación: 1) Un (doble) informe de responsabilidades profesionales: por un lado, un informe que emite la autoridad escolar; por otro, un ejercicio de autoevaluación del docente en el cual identifica fortalezas y debilidades en su propia formación; 2) Un proyecto de enseñanza: el docente hace un proyecto en el cual trabajará determinados aprendizajes esperados a lo largo de tres a cinco sesiones con su grupo y el proyecto debe incluir una parte de planeación didáctica, otra de implementación y una tercera de reflexión sobre los resultados de su intervención; 3) finalmente, una examen de conocimientos pedagógicos y curriculares o disciplinarios.

Como puede verse, el eje de esta evaluación es la segunda etapa que se apoya en la práctica del docente. El proyecto de enseñanza (para cuya realización se dará un plazo de ocho semanas) propone, primero, que se defina un objetivo, no en abstracto, sino en función de la práctica real del profesor; en otras palabras, de lo que se trata es de seleccionar un aprendizaje esperado dentro de la materia que se imparte y realizar en torno a él un ejercicio de planeación didáctica. Enseguida se quiere que el profesor ponga en acción en el aula su propia planeación (a lo largo de tres a cinco sesiones) y que recoja evidencias de aprendizaje de sus alumnos, finalmente, la etapa concluye con un ejercicio de autoreflexión crítica que hace el maestro sobre el conjunto de su proyecto.

Los profesores que participarán en esta evaluación de desempeño están siendo notificados por la autoridad educativa local —notificación que concluye formalmente a fines de julio—. A partir de agosto, los profesores que participarán en la ED tendrán acceso a un curso vía digital que se denomina Proyectar la enseñanza (se podrá acceder a este curso en agosto en el sitio electrónico de la Dirección General de Formación Continua de la SEP). Los informes de responsabilidades se deberán enviar en la última quincena de octubre. Por su parte, el periodo para realizar el proyecto de enseñanza correrá del primero de septiembre al día 3 de noviembre. La parte final, el examen de conocimientos didácticos y curriculares se hará entre el 4 y el 26 de noviembre.

Los docentes que se evaluarán recibirán apoyos académicos: a través de un programa de fortalecimiento y actualización de conocimientos disciplinarios, a través del curso, antes mencionado y por medio de los recursos que se ofrecen en el capítulo de formación continua.

Como se puede ver, la evaluación docente en esta modalidad de desempeño no se reduce a la aplicación de una prueba, sino que es un desarrollo denso que quiere atender la complejidad de la práctica docente y que ha sido concebido teniendo como meta, tanto la mejora de la práctica de la enseñanza, como el desarrollo profesional del docente. En respuesta a la diversidad de circunstancias en las que trabajan los profesores, esta evaluación hará posible que sea el propio docente quien describa su contexto, los rasgos de su grupo y explique de qué manera adapta su enseñanza a las circunstancias del contexto.

El esquema de ED que he explicado en sus elementos principales es similar al que habrá de regir para directores, subdirectores, supervisores y jefes de sector. Claro, sus términos serán diferentes y pertinentes para cada caso (21 julio 2017).

 

Fuente del articulo: http://www.cronica.com.mx/notas/2017/1035166.html

Fuente de la imagen: http://www.eduglobal.cl/wp-content/uploads/fotos/Fotografía_cajadepandora.jpg

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«Los cambios sociales no son producto solo del entusiasmo sino, sobre todo, de convicciones arraigadas»

Por: Frei Betto.

«Cuando se corre detrás del dinero y el aumento del patrimonio personal, se cede a la corrupción»

(Frei Betto).- Hay quien se mueve, se activa y se moviliza en función de causas políticas. En los últimos tiempos, los estudiantes ocuparon escuelas y, ahora, los manifestantes gritan en las calles ¡FUERA TEMER!

El entusiasmo es bueno en la actividad política, pero no forma militantes. Pasado el apasionamiento, las aguas vuelven a coger su nivel. Lo que forma militantes revolucionarios para toda la vida es la articulación entre práctica y teoría.

La práctica se da en movimientos sociales, sindicatos, partidos o instancias pastorales como las comunidades eclesiales de base. La formación teórica exige herramientas adecuadas para comprender la realidad y saber cómo transformarla.

Durante los años de la dictadura se trabajó fuerte en esas dos caras de la moneda: la práctica y la teoría. Se multiplicaron en el país los movimientos sociales y proliferaron por todo Brasil equipos de educación popular que se encargaban de la parte teórica. El movimiento sindical y el PT llegaron a dirigir, en Cajamar (SP), una escuela-albergue a la que afluían militantes de todos los estados. Hoy, el MST mantiene en Guararema (SP) la Escuela Florestan Fernandes para perfeccionar la formación de sus militantes.

Me pregunto qué ha sido de los jóvenes que ocuparon las escuelas a inicios de año. ¿Terminado el movimiento se acabó el entusiasmo? ¿Quién les ofreció herramientas teóricas para que comprendieran que la lucha de un sector de la sociedad es la lucha de un pueblo, y que el antagonismo entre la libertad y la opresión es la búsqueda de una sociedad en la que el capital deje de prevalecer sobre los derechos humanos?

Las herramientas teóricas están disponibles y son de fácil acceso: las obras clásicas del marxismo, los libros de Paulo Freire, la historia de las revoluciones sociales, la historia de América Latina y Brasil.

Los cambios sociales no son producto solo del entusiasmo, sino, sobre todo, de convicciones arraigadas, capaces de tornar inmunes a los y las militantes a las tres tentaciones principales que aparecen en la lucha política: el poder, el dinero y el sexo.

Cuando la lucha se centra en alcanzar el poder y/o mantenerse en él, se troca un proyecto de nación por una feria de cargos y salarios. Cuando se corre detrás del dinero y el aumento del patrimonio personal, se cede a la corrupción. Cuando se cae en la promiscuidad, hiriendo los sentimientos de compañeras y compañeros, se mina la base ética de la construcción de hombres y mujeres nuevos.

En la historia de Brasil hay suficientes ejemplos de militantes que se destacaron por sus firmes convicciones ideológicas y prácticas revolucionarias: Tiradentes, Prestes, Olga Benario, Mauricio Grabois, Mariguella, Apolonio de Carvalho, Fray Tito, Chico Mendes, Margarida Alves, la hermana Dorothy Stang, el padre Josimo, etc.

Basta estudiar sus historias para saber cómo se formaron y fueron capaces de enfrentar todo tipo de adversidades para mantenerse fieles a la causa de la liberación de nuestro pueblo.

Fuente del Artículo:

http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2017/07/19/frei-betto-los-cambios-sociales-no-son-producto-solo-del-entusiasmo-sino-sobre-todo-de-convicciones-arraigadas-religion-iglesia-brasil.shtml

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Trabajo adolescente y escuela en América Latina

El Sistema de Información y Tendencias Educativas en América Latina (SITEAL) es una plataforma de estadísticas, documentos, informes, debates y publicaciones para el «seguimiento de la situación educativa de niños, adolescentes, jóvenes y adultos en la región latinoamericana», en la búsqueda de asegurar el derecho a la educación.

Inspirado en ese ideal, en agosto de 2016 publicó un cuaderno sobre la situación de adolescentes trabajadores y los obstáculos para ingresar y permanecer en la escuela: “El trabajo de mercado como obstáculo a la escolarización de los adolescentes” (http://www.siteal.iipe.unesco.org). Sus autoras, Vanessa D’Alessandre, Yamila Sánchez y Ximena Hernández, trazan una cartografía de las dificultades para cumplir convenciones internacionales y leyes locales. Además, revisan algunos planes nacionales para la erradicación del trabajo infantil, elaborados entre 2000 y 2015, lo cual permite contrastar datos e intenciones gubernamentales.

Es verdad que en las décadas recientes los progresos en el acceso a la escuela son inocultables; prácticamente todos los niños de entre 6 y 11 años están en ella, ocho de cada diez de entre 15 y 17 años están escolarizados, y las leyes nacionales se extendieron hacia abajo y adelante; México y Ecuador son los más avanzados, al ofrecer educación a partir de los 3 y hasta los 17 años.

La expansión es innegable, pero también los problemas, en un mapa de desigualdades sociales que se reproducen cruelmente en el territorio de la institución escolar: niños y adolescentes que cumplen un doble papel, como estudiantes y trabajadores en la familia o fuera de ella, asalariados o no; niños y adolescentes que abandonan la escuela o nunca pisaron las aulas.

La asistencia a la escuela está afectada por la condición social, localidad y género. Los varones no escolarizados, pertenecientes a estratos sociales bajos, tienen en promedio tres veces más probabilidades de laborar, boleto para la rifa fatal que conduce al abandono. En contextos rurales se agudiza la condena. En el caso de quienes persisten en la carrera escolar, el hándicap es difícilmente salvable; las autoras del informe citado afirman una verdad anunciada: «la incorporación temprana de los adolescentes a actividades económicas compromete algunas de las condiciones básicas para que la escolarización sea posible».

Las contradicciones formales tampoco cesaron. La mayoría de los países ubican en 14 años la edad mínima para ejercer una actividad económica, y solo Argentina la extendió hasta los 16 años, pero en 12 países latinoamericanos el límite legal para poder ingresar a una actividad económica es inferior a la edad en que deberían finalizar la escuela media.

¿Por qué trabajan los adolescentes? De la revisión de los planes nacionales para la erradicación del trabajo infantil aparecen cinco causas: carencias materiales persistentes; la creencia de que trabajar constituye una experiencia valiosa en la formación y socialización de los adolescentes, esto es, la tolerancia o naturalidad del fenómeno, especialmente entre familias de condición precaria; alta demanda de mano de obra adolescente, sobre todo en el sector agrícola; debilidad de los Estados para cumplir y hacer cumplir la ley e implementar políticas públicas, así como falta de legitimidad de la educación escolar.

¿Fueron los niños o adolescentes varones, de contextos rurales y pobres quienes abandonaron la escuela, o los proyectos nacionales han sido incapaces, en general, de retenerlos y proveerles a las familias y a ellos de condiciones sociales para que no se marchen?

En el oscuro presente los adolescentes y niños que trabajan podrían paliar un poco el hambre y la necesidad material en los hogares; en el futuro, sus vidas podrían tornarse más frágiles, pues las condiciones de salud, nutrición y escolarización serán magras, empeñando futuro personal y familiar cuando les llegue la hora de encabezarlas. Se perpetuará, así, la pobreza material, educativa y cultural, en un continente tan rico como desigual. Lamentablemente, la historia no auspicia demasiada esperanza.

Fuente del Artículo:

Trabajo adolescente y escuela en América Latina

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Is Online Education a Jobs Engine?

By Joshua Kim

I like nothing better than getting things wrong. When we are wrong, we learn something.

So I interested to read a NYTimes piece on 7/10/17 on e-commerce, the tech sector, and job creation.

For a while now I’ve thought that the growth of online shopping is killing retail jobs, and that this trend would inevitably result in overall job losses as less the role of sales people and cashiers is eliminated.

But maybe I’ve been wrong.

And if online shopping is really a jobs engine, couldn’t online learning also be a job creator for educators?

The Times article summarizes research from Michael Mandel, chief economic strategist at the Progressive Policy Institute, that makes the case that online shopping has created more jobs than it has displaced in bricks-and-mortar retail stores.

According to Mandel, in the decade between 2007 to 2017 the e-commerce industry created 397,000 jobs in the United States. This compares to loss of 76,000 jobs in the traditional retail industry. Even better, the jobs created in e-commerce fulfillment – such as warehouse jobs – pay on average 30 percent more than retail positions.

The article is quick to point out that Mandel’s findings are controversial. It is difficult to assign job creation directly to the growth of e-commerce, as it is not always clear what tasks employees of Amazon or Google or other tech companies are assigned. Nor is it certain that warehouse job creation will not plateau, as productivity around online shipping grows as the sector grows, and as warehouses themselves become more automated.

Might online education be operating in some similar ways as online shopping?

How many good jobs in education have been created by the growth in online learning?

From 2002 to 2014 the number of students who took at least one online course rose from 1.6 million to 5.8 million. The bulk of all online learning programs are concentrated in non-profit institutions, accounting for over 2 million of the total 2.8 million enrolled in online only programs. From 2012 to 2014 the percentage of 4-year schools offering online degree programs rose from 46 percent to 59 percent.

Has anyone counted the number of jobs, and what types of jobs, that the growth in online education has created?

Conventional wisdom would hold that online learning has the potential to displace full-time residential faculty with contingent online instructors. But is this really true?

Many schools that I know of draw their online faculty from the same pool of full-time and tenure-track/tenured faculty as their residential programs – as well as from the same pool of part-time and adjunct faculty teaching in-person.  If anything, I’ve seen online learning offer more opportunities for teaching gigs for all higher ed teachers.

Has anyone been able to count the number of instructional design and other non-faculty educator jobs that have been created by the growth of online education?  Quality online programs require a team approach to course development.  Faculty (subject matter experts) are paired with experts in learning design and technology.

The indirect impact of online learning on higher education employment may also be under-appreciated.  I’d like to see some national level data on the revenue impact of online programs on the budgets of non-profit institutions.  How much cross-subsidization of residential programs is occurring from online units?  How many higher ed jobs have been saved or created by profitable online units?

Where would one start in unpacking the higher education employment impact of online education?

Can we interest Michael Mandel and the Progressive Policy Institute in taking up this question?

Is this a question that WCET, OLC, EDUCAUSE, or the National Council for Online Education could answer?

When have you been wrong lately?

Source:

https://www.insidehighered.com/blogs/technology-and-learning/online-education-jobs-engine

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