Page 1821 of 2665
1 1.819 1.820 1.821 1.822 1.823 2.665

Cómo disfrutar del reto de la igualdad

Por:

Emakunde lanza un videojuego para promover la igualdad y prevenir la violencia machista entre los jóvenes.

La promoción de la igualdad y  la prevención de la violencia machista entre los jóvenes son los objetivos del videojuego Gazteak Berdintasunean 2.0, lanzado por el Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde. La idea es que los jóvenes se impliquen, pero a la vez disfruten, del reto de la igualdad. El público objetivo del videojuego son jóvenes, especialmente chicos (aunque está diseñado para que jueguen chicos y chicas) de entre 14 y 18 años.

La directora de Emakunde, Izaskun Landaida, ha destacado que la influencia de las nuevas tecnologías y el mundo audiovisual en la vida de las y los jóvenes a la hora de apostar por la fórmula del videojuego. “Se trata de una herramienta que además de sensibilizar a favor de la igualdad, ayuda a detectar actitudes de violencia o de control y propone nuevas formas de entender la masculinidad. El sexismo perdura entre los jóvenes, pero no lo reconocen como una forma de maltrato. El videojuego les va a ayudar a identificar esas actitudes”.

Situaciones cotidianas

El videojuego está disponible para su uso directo a través de  la web de Emakunde y la de Gizonduz. Además, existen unas unidades y guías didácticas dirigidas al profesorado para el trabajo en el aula, o a las personas que trabajen en distintos ámbitos con gente joven.  “El proyecto se complementa con formación al profesorado y también al alumnado”.

En el videojuego se plantean situaciones cotidianas en las que la persona protagonista tiene que tomar algunas decisiones ante situaciones concretas. Al comenzar la aventura al personaje protagonista se le van planteando episodios (situaciones sexistas, homófobas, violentas…) ante las que tiene que posicionarse y según las decisiones que tome, irá acumulando o restando “capacidades”.

A través de las decisiones que vaya tomando se trabajarán temas como la violencia masculina, la violencia contra las mujeres, las relaciones de pareja y el control, la homofobia….“Se analiza de manera crítica las consecuencias negativas del sexismo, pero siempre proponiendo otras maneras de ser hombre y otras maneras de relacionarse entre las personas”, explica Landaida.

El proyecto ha sido probado en seis centros educativos, en los que han participado 549 alumnos y alumnas y 81 profesores y profesoras. La empresa Nesplora ha sido la encargada del proyecto en lo tecnológico. La directora del proyecto ha sido Gema Climent, finalista este año del  Premio Mujer Innovadora de la Comisión Europea.

Fuente: http://www.eldiario.es/norte/euskadi/disfrutar-reto-igualdad-emakunde_0_654085577.html

Comparte este contenido:

Porque los profes también leen

21 de junio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Miyer Pineda

Una reflexión a propósito de la novela ‘Los muertos’ de Jorge Carrión.

Leí Los muertos (2010) en unas cuantas horas; esa poderosa novela de Jorge Carrión que poco a poco se vuelve un clásico de la literatura. Hace mucho no leía en los terrenos literarios un texto así. No era uno de esos típicos novelones pseudo-existencialistas cargado de injertos y de hallazgos fáciles que ahora se imponen ofrecidas como el secreto más grande –hay que decirlo- del mercado. Los muertos es una maquiavélica construcción; una suerte de caja china con la que el lector se distrae hasta que cae en un laberinto que lo pone a cuestionar múltiples nichos en los que intentaba refugiarse.

Me recordó la novela Los detectives salvajes (1998) aun sabiendo que el laberinto de Bolaño extraviaba al lector en el desierto y en otras zonas muertas propias de su extensión; también me recordó The fight club (1996) de Chuck Palahniuk, consciente de la voluble pesadez que impone el ritmo de esa nocturna y extraña forma de resistir el mundo que significa esta novela.

Pero Los muertos es otra cosa; me recordó a Huxley: “¿Y si este mundo fuera el infierno de otro planeta?”. La novela de Carrión es un rigor distinto que recorre los rituales de las últimas generaciones que son lúcidas y conscientes de su mundo; de la virtualización terrible de las emociones.

Y al fondo la novela de Phillip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?  O incluso las Crónicas marcianas de Ray Bradbury con Blade Runner (1982) de fondo.

También el guiño al cine: me recordó Soy leyenda (2007), pero sobre todo Seven (1995); películas que nos dejaron habitar el infierno, la ciudad de Nueva York, uno de los círculos del infierno de Dante.

Sin embargo estoy siendo sesgado: la novela también se ofrece como un diálogo sobre el impacto en la construcción de lo humano que ha sostenido la industria del entretenimiento y su simbiosis con el arte durante las últimas décadas.

He dicho los rituales de las últimas generaciones, y entonces debo señalar algunos de ellos para dar cuenta de uno que otro de los problemas que nos plantea esta novela:

La televisión como una suerte de matrix a través de la cual nos encontramos con nuestras emociones y con nuestra necesidad de complejidad; y no estoy hablando de la estupidez que la mayor parte del tiempo nos inyectan a través de ese aparato; recordemos que R-H Moreno Durán decía que la televisión no era más que un poco de propagandas interrumpidas por unos programas; no, hablo de la complejidad laberíntica que se encuentra ahora en esos recintos a través de series que hacen las veces de folletines contemporáneos y que logran seducir por su poder argumental.

Se tiene que aceptar que hay series de televisión que se pueden considerar como obras maestras. Personalmente considero que Breaking Bad logró unos  niveles únicos y hasta ahora insuperables de rigor estético; y son ese tipo de series las que se terminan convirtiendo en parte de la banda sonora de nuestro ocio vital; camino que había sido inaugurado por The Wonder Years a finales de los ochenta.

En la novela también se encuentran los problemas de la ficción y de la realidad, o el de los derechos que poseen los personajes de ficción a morir dignamente, a que los dejen tranquilos, a que no abusen de su memoria, ni de sus restos. Sí, así como lo leen. Y de la mano con este tópico, tenemos el dolor que produce la muerte de uno de estos personajes. Recuerdo una anécdota que contaba el poeta Jorge Eliécer Ordóñez sobre el llanto que le produjo a Gabo la muerte del coronel Aureliano Buendía. O para no ir más lejos, la desazón que produjo en el espectador la golpiza que le propinó Bane a Batman en la tercera parte de la trilogía de Nolan, The Dark knight Rises (2012): Bane le ha quebrado la espalda al murciélago luego de propinarle una paliza, la pantalla se pone oscura por un segundo, y todos nos sentimos angustiados, pensamos que el murciélago ha muerto, o peor, que ha quedado inválido, y entonces ¿qué haremos sin héroes?

Sin embargo, más allá de esta subversiva idea se encuentra una radiografía de lo que sucede con los planteamientos de teóricos como Peter Singer quien plantea que así como es necesario comenzar a reconocer los derechos humanos en verdad, también debe legislarse sobre los derechos de los animales, las ballenas, los delfines, los perros, etc., y si esto es plausible e incluso necesario, ¿por qué no pensar que don Quijote o los replicantes de Blade Runner también tienen derechos?

La novela encara la relación entre identidad y memoria; en alguna parte plantea la tesis de que “tener un nombre significa poseernos” (47); así abordamos el nombre del esclavo, el del desaparecido, el de la víctima, el del replicante, pero sobre todo, el derecho a la memoria, a poseer críticamente un pasado, esa otra ficción que se le debe disputar a la Historia.

Desde esta perspectiva se pueden advertir los nefastos ataques a la memoria, ya sea desde la estupidez y la frivolidad, o desde los mecanismos de control del sistema, y así entonces resignificar la cada vez más importante labor de la hermenéutica para dignificar a Mnemósine en los terrenos de la comprensión.

En Los muertos toda cicatriz es un segundo ombligo porque nadie se conoce hasta que no ha dado vida, o la ha defendido, o la ha guerreado. La novela propone esa noción de que todo es un relato, y de que somos piezas en el relato dramático del cosmos, esa novela escrita a miles de voces, a través del gran narrador que es un Topo desapareciendo frente a los ojos de Nadia (Los muertos), o de Nadie (La Odisea).

Los muertos aborda el problema de la Historia como ficción y el de la ideología como ficción, porque es un hecho que necesitamos ficciones para vivir y no sucumbir ante la horda de las vivencias primitivas; el problema es que esas ficciones aplastan y delimitan la utopía de lo humano: En la novela un adolescente pinta en un muro “No hay futuro”” (131), y otro personaje cuenta que “Estábamos muertos y podíamos respirar” (154).

Como lo hacen muchas novelas en los últimos años, Los muertos también asume la reflexión sobre la novela, ese dispositivo estético que reflexiona sobre sí mismo; así entonces se presenta como el terreno ideal en el que se despliegan los abismos y los fantasmas interiores en su diálogo con el mundo. Jugar a ser Dios, dirigir el concierto interpretar todos los instrumentos y ser el único público.

Carrión estuvo en Tunja. No sé quién hizo la gestión para traerlo a estas tierras en las que alguna vez estuvo el mar. Conversó con Darío Rodríguez, otro gestor cultural y desocupado lector. El Festival se llamó Carmina ¡Qué labor tan importante cumplen estos señores que se dedican a hacer encuentros, talleres literarios y a mantener espacios de lectura! Revitalizan nuestro encuentro con la literatura, esa otra forma de desaparecer.

Carrión habló de sus novelas, de sus ensayos, de sus series favoritas. Firmó libros, y en cierta forma enalteció el quehacer literario en estas tierras áridas para la escritura de rigor, capaz de conversar con el mundo.

Escribí este texto porque hace unos días uno de mis estudiantes me pidió que le recomendara un libro que lo golpeara. Le dije que le respondería en una columna para que la sugerencia llegara a más oídos ávidos de leer cosas geniales. Por ahora les recomiendo algunos consejos de Carrión sobre el arte de escribir[1], mientras, me dispongo a leer Los huérfanos, la novela que le sigue a Los muertos y que hace parte de una tetralogía. Sin embargo confieso que me toma algo de tiempo; es un problema proponer en este juego a Carrión contra Carrión. Ahí nos vemos.

[1] www.microrevista.com/consejos-a-un-joven-escritor/

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/blog/porque-los-profes-tambien-leen

Comparte este contenido:

Ser ejemplo

21 de junio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Ángela Escallón Emiliani

En el siglo XXI, siglo de la conexión global, del acceso inmediato a la información, del contacto con hechos y personas de todo el mundo, el maestro está presionado a repensar su rol como formador.

Alguna vez escuché la siguiente metáfora: si un doctor de hace más de 100 años se despertara y entrara a una sala de cirugía hoy, probablemente no la reconocería por los múltiples cambios y evoluciones de la medicina; pero si es un maestro de hace un siglo se levantara y entrara a un aula, la encontraría con los mismos elementos físicos y con la misma estructura relacional.

Esto nos hace pensar que todavía hoy -así como hace siglos atrás- niños, niñas y jóvenes pasan la mayor parte del tiempo en la escuela a cargo de los maestros. Esta es una de las pocas cosas que, por el momento, no han cambiado pese a que el contexto en general si es otro muy distinto al que conocíamos antes.

Gracias a las nuevas tecnologías, aplicaciones, softwares y dispositivos, los estudiantes tienen acceso a la información, a los hechos, a la historia, a las opiniones, en cualquier momento y lugar. Entonces, ¿Cuál es su aporte único en esa compleja tarea del desarrollo físico, emocional, intelectual, social, ético y espiritual de las nuevas generaciones con estos volúmenes de información y comunicaciones?

Ante esta pregunta, surgen mil reflexiones sobre cómo debe adaptarse el rol de los maestros para hacer frente a los cambios que ha traído las tecnologías. Si el profesor – como los estudiantes-, en términos de información actualizada y en tiempo real tiene a su lado fuentes como Wikipedia, o Google Earth ¿Qué puede y debe aportar al desarrollo integral de las nuevas generaciones?

En la Fundación Corona pensamos que uno de los aspectos, que a nuestro juicio, hace la diferencia cuando pensamos en el rol del maestro actualmente -dada su relación cotidiana y cercana con los niños, niñas y jóvenes-, es el ser ejemplo.

La investigación psicológica y pedagógica ha demostrado que los valores, los principios, las actitudes, los enfoques y, en últimas, la cultura; se adquieren más por la aceptación de modelos considerados dignos de imitar que por conceptos, teorías o exhortaciones discursivas. El maestro como formador debe ser un ejemplo vivo. Ello implica un profundo cuestionamiento: lo que se quiere promover en los estudiantes debe ser primero realidad en el profesor.

El compromiso por ser ejemplo e inspirar a los demás hizo que anteriormente el maestro fuera una figura de máxima importancia y autoridad para la sociedad, admirado y querido por todos. Esto hay que recobrarlo nuevamente. Para ello el profesor debe recuperar la conciencia del sentido de su valor para la sociedad y ella, a su vez, debe promover que esto se dé, reconociendo el importante e insustituible papel de los docentes.

Es bien conocido que las competencias básicas son lo mínimo que debe dominar un maestro: saber enseñar a leer, escribir, comprender lo que lee, saber comunicar, tener pensamiento crítico, capacidad de resolución de problemas, manejar las nuevas tecnologías e integrarlas a los procesos de aprendizaje en el salón de clase, y una fundamental en estos tiempos de crisis ambiental: la valoración y el respeto por la naturaleza.

En complemento a estas competencias se encuentran las capacidades requeridas para la profesión misma, como la creación de ambientes de aprendizaje y el mejoramiento constante en estrategias pedagógicas para el desarrollo de estas habilidades y competencias, la preocupación por el aprendizaje continuo, entre otras.

Pero además de estas capacidades y competencias básicas están también las competencias transversales, aquellas que se refieren al ser mismo y que todo ser humano de este siglo debe preocuparse por desarrollar, como son un comportamiento ético, un manejo adecuado de las emociones, el reconocimiento y respeto por la diversidad, la empatía, la habilidad de experimentar, indagar, ser creativo, flexible, saber trabajar en equipo y cooperar, ser abierto y receptivo a perspectivas nuevas y diversas, ser capaz de ver el fracaso como una oportunidad para aprender.

En un mundo globalizado, donde la información se ha democratizado y tener conocimiento ya no es la mayor diferencia; el maestro debe ser una perfecta combinación entre el conocimiento, las capacidades y un ser humano ético, integro e integral, que inspire a sus alumnos a conocer más, a aprender más, a analizar, a probar, a innovar, a ser buenos ciudadanos, etc.

Por supuesto, no es un reto menor el que se le plantea al profesor. Pero es urgente que la sociedad y él vuelvan a tomar conciencia de su rol esencial, de sus debilidades y fortalezas, siendo reflexivo y autocrítico para poder mejorar su auto-desarrollo. El mensaje para los maestros es único: ustedes son el pilar del cambio, con el compromiso diario que evidenciamos todos los días de miles de ellos sabemos que ya hay conciencia y compromiso. Necesitamos que por encima de todos los intereses políticos y personales, sean todos los maestros un gran ejemplo.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/ser-ejemplo

Comparte este contenido:

La lectura y la formación de ciudadanos para la paz II

21 de junio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Nancy Palacios Mena

La consolidación de la paz solo será posible en una sociedad mucho más democrática que la que tenemos.

La consolidación de la paz solo será posible en una sociedad mucho más democrática que la que tenemos, y esa sociedad solo será posible en la medida en que logremos avanzar en la formación política de los ciudadanos. Sin embargo, esta meta parece estar lejos. Todo indica que no es una tarea fácil y posible de alcanzar en un tiempo corto.

Una investigación de Didier Álvarez (2005), sobre lectura y formación de ciudadanía realizada en Medellín, le permitió establecer, entre otras conclusiones, que sólo algunos estudios de historia de la pedagogía se han acercado a la reflexión política de la lectura pero, en general, puede decirse que ha habido poco interés en explorar la lectura desde los intereses de la ciencia y la filosofía política o, viceversa, en nutrir a la reflexión política con estudios socioculturales y bibliotecológicos sobre la lectura, en temas tan actuales y críticos como, por ejemplo, el de la relaciones entre formación de opinión pública, lectura, consumo de información y comunidades lectoras; o las relaciones de la lectura con la formación de ciudadanía y participación política, entre otros.

Pero todavía más, en la sociedad latinoamericana, a la lectura se le ha representado, normalmente, como una práctica reducida a la lectura de textos escritos, lejana de lo oral y aun mucho más distante de lo audiovisual y lo multimedial. (Lea: Lectura, democracia y ciudadanía)

Álvarez (2010) denomina este fenómeno centramiento es colar de la lectura, es decir la reducción de la lectura a una actividad que se limita exclusivamente a la escuela y a los procesos de formación no formales y formales es causa de que con demasiada frecuencia se le vea como un instrumento, y que casi nunca se pregunte en qué consiste como hecho sociocultural y cuál, entonces, es su importancia en la conformación y desintegración del vínculo político.

Para Álvarez, con todo y su riqueza explicativa, la perspectiva sicolingüística de la lectura y la escritura debe ser complementada con un enfoque sociocultural. Para ello, debe haber una renovación de los estudios sobre la lectura, de forma que pase a ser comprendida como una práctica de orden sociocultural y política, y no como una acción restringida al uso de habilidades y competencias sicolingüísticas.

Según Álvarez (2005) la apertura a una visión sociocultural de la lectura con lleva necesariamente a hacer énfasis especial en interrogantes como ¿Por qué se lee? ¿Para qué se lee? ¿Qué se lee? como preguntas centrales de comprensión de la práctica lectora. Debemos entender la lectura no como una actividad escolar que reviste aburrimiento y que incluso algunas veces se utiliza como un castigo, sino que debemos entender la lectura “como una práctica de orden sociocultural y política que habilita a las personas para interactuar con un texto (en cualquiera de sus modalidades o conformaciones: oral, escrito, audiovisual o multimedial) y producir significado, dentro de un contexto sociocultural, político e histórico preciso”.

De tal manera, leer se asume como el proceso cognitivo, semiológico, cultural, social e histórico de carácter complejo e interactivo entre el mensaje expuesto en el texto (que no sólo es el escrito) y el conocimiento, las expectativas y los propósitos del lector, dentro de contextos sociales, culturales, políticos e históricos determinados

En esta misma línea de argumentación Álvarez (2005) resalta que la lectura se perfila como una práctica que requiere del esfuerzo intencionado de las personas por construir sentido sobre el mundo y sobre ellas mismas como sujetos presentes en el mundo, en la perspectiva de su propia comprensión y emancipación de factores alienantes y auto alienantes. En consecuencia con lo anterior y como planteé en el fragmento que antecede éste; leer debe convertirse en una práctica   permanente, un hábito cultivado y multiplicado por toda la ciudadanía desde sus necesidades e intereses.

Adherimos a la conclusión de Álvarez según la cual la lectura es un acto de construcción de sentido en que se interactúa con el pensamiento de otro y un contexto, “leer el mundo” es un acto comúnmente representado como accesible para todos, pero que requiere una cierta “alfabetización” desde, principalmente, la lectura de la palabra, es decir, desde los acumulados históricos registrados; desde la valoración de la tradición oral vuelta memoria colectiva, desde el reconocimiento de la imagen vuelta signo que comunica y señala ideales y realidades

Referencias

Álvarez, Didier. (2005) Lectura y formación ciudadana. Un estudio aplicado a la Escuela Juvenil. Medellín.  Colombia. Revista Interamericana de Bibliotecología. Volumen. 28, Número. 1. p. 147-167.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-lectura-y-la-formacion-de-ciudadanos-para-la-paz-ii

Comparte este contenido:

¿Qué pasa con la carrera docente en Colombia? Parte I

21 de junio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Alexander Ballén C.

¿Cuál es el estado actual del proceso de evaluación de los maestros del 1278? ¿Cuál es la situación de los maestros del 2277? ¿Cuál es la política detrás del congelamiento salarial? 

Toda la literatura académica sobre educación tiene como un consenso general la importancia de los maestros en la consecución del objetivo de la calidad educativa. La gobernanza, además de interesarse por llevar a los docentes a sofisticar cada día sus buenas prácticas de enseñanza y su saber-hacer pedagógico, tiene la responsabilidad de velar por favorecer las condiciones para su desarrollo profesional, incluso desde el momento en que comienza su formación inicial. En éste sentido las políticas de remuneración y ascenso en carrera deben ser muy claras y favorables para que los maestros puedan contribuir de la mejor manera posible a lograr los beneficios sociales de una educación de calidad.

La evaluación docente es un proceso necesario para el mejoramiento individual y colectivo. Sin embargo parece ser que a esta evaluación se le cambió la forma pero no el fondo, de ahí que el ascenso de los docentes sigue condicionado al presupuesto de la nación. Situación que debe cambiar de forma contundente. El gobierno nacional debe proyectar los recursos suficientes para garantizar el ascenso de quienes cumplen con los requerimientos para ello, sin demoras, sin sofismas, sin obligar a los “paros”, sin hipocresías. Sin embargo, en Colombia la situación del magisterio frente a su presente y futuro es incierto.  Con dos estatutos diferentes hoy, el 2277 para el 44% de los maestros que ingresaron al escalafón en el sector oficial hasta el año 2002 y el 1278, para el 56% que ingresaron después de ese año, la incertidumbre frente a los mecanismos de reubicación y ascenso aún se encuentran en vilo.

La Evaluación con Carácter Diagnóstico Formativa (ECDF)

En el fondo el problema no era la evaluación de competencias que aplicaban a los regidos por el 1278 para efectos de su reubicación y ascenso, sino que sólo aprobaba cerca del 20% de los maestros que se presentaban, esto debido al monto presupuestal destinado para tal fin. Es decir, un ascenso proyectado no a las capacidades reales de los maestros sino a la partida presupuestal disponible; como sabemos, el gasto público en educación en Colombia sigue siendo bajo en comparación con otros países de la región.

A partir del paro de docentes de 2015, la Federación Colombiana de Educadores -FECODE- aceptó el cambio de forma de la evaluación y ahora los maestros tienen que presentar un video de su práctica pedagógica, evaluación de estudiantes, autoevaluación y las evaluaciones anuales de desempeño que realiza el rector de la Institución. Como veremos, el problema sigue siendo el mismo: la partida presupuestal para los ascensos es insuficiente para la demanda, más allá de lo sofisticada o no que sea la evaluación docente.

¿En qué va el proceso de la evaluación?

Desde el mes de mayo de 2015 el MEN y FECODE llegaron a “acuerdos” para el establecimiento de un instrumento que permitiese la reubicación y ascenso de los maestros de una forma más rigurosa y que no sólo impactara sus salarios sino la calidad de la enseñanza y de la educación misma. No obstante, lo que se logró fue congelar la evaluación a que los maestros anualmente se presentaban para efectos de su avance en la carrera docente. Solamente un grupo de maestros fueron autorizados a presentar esta nueva evaluación (aquellos quienes no habían superado nunca una evaluación docente), dejando a un porcentaje importante de maestros sin esta posibilidad. En este proceso solo hay inscritos 34.000 maestros y no los 145.000 que estarían habilitados y con pleno derecho a participar, ¿qué pasará en la siguiente convocatoria cuando el número de docentes que presenten la ECDF sea el esperado?

El MEN se comprometió a entregar los resultados de esta evaluación el 23 de julio de 2016. Resultados que no fueron publicados. Ante las reclamaciones de los docentes enviadas el mismo sábado 23 de julio, el ICFES, organización encargada del proceso de la ECDF, respondió que éstos serían publicados en el transcurso de la tarde. A pesar de lo anterior, FECODE en su programa televisivo  «Encuentro» del mismo día[1], emitió un editorial declarando el éxito en los resultados de la ECDF en donde se supone muchos docentes lograron su esperado ascenso.

El lío está en que este proceso ha sido ambiguo e ineficiente. El Ministerio de Educación –MEN- no tuvo en cuenta la logística necesaria para enviar los camarógrafos requeridos y garantizar la grabación a los docentes, persistiendo aun las complicaciones al respecto. En segundo lugar, las encuestas de evaluación de estudiantes no han sido enviadas a los colegios y en muchos casos fueron enviadas a otras instituciones. Además, respecto a las evaluaciones de desempeño, en algunos casos las Secretarías de educación no reportaron o reportaron erróneamente los datos de los maestros. Por último, el pasado 23 de junio los maestros obtuvieron unos «resultados» no oficiales del proceso que, en ese momento, llevaba más de seis meses en espera y que potenció la especulación y enfado sobre el proceso.

¿Qué debe hacer el movimiento pedagógico?

  • Se debe hacer un análisis comparado internacional en la región, para entender los límites y posibilidades de una propuesta de reforma al estatuto docente en el marco del mejoramiento de sus salarios, de ascenso en el escalafón y de condiciones laborales.
  • Construir una propuesta viable y consensuada.
  • Movilización social a través de las vías de derecho y apoyo ciudadano.
  • Fortalecer los espacios de diálogo y encuentro de organizaciones magisteriales para consolidar dicha propuesta e instalarla en la agenda pública.

El ciclo de conversatorios “Realidades Educativas Contemporáneas”, es un iniciativa de la Red Distrital de Docentes Investigadores, con apoyo de la Universidad de los Andes, Universidad de la Sabana, el Observatorio Nacional para la Calidad Educativa, Editorial Magisterio y el IDEP, con el objetivo de crear puentes de diálogo y reflexión académica e investigativa entre los docentes del distrito, que hacen investigación, y otras comunidades académicas.

Se espera que la discusión resultante proporcione elementos de juicio y valor a la comunidad académica del magisterio, para orientar una posición argumentada sobre el presente y futuro de esta política nacional. Además, se presentará una iniciativa popular que viene ganado fuerza a nivel nacional en el magisterio del 1278 y que se presentará formalmente en Bogotá el próximo 29 de Julio.

[1]https://www.youtube.com/watch?feature=youtu.be&v=gNNcs9ye1hM&app=desktop

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/que-pasa-con-la-carrera-docente-en-colombia-parte-i

Comparte este contenido:

La convivencia intergeneracional: una forma de trabajar la empatía

21 de junio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Carla Martínez

Felizmente, la investigación pedagógica y psicopedagógica ha llegado a un punto en el que la diversidad de inteligencias que un individuo posee, se reconocen y validan. Poco a poco, el paradigma de la inteligencia matemática que prima sobre el resto, se va deslavando y cediendo paso a un reconocimiento del resto de habilidades y potencialidades de los individuos.

Sin embargo, no es fácil abrir el camino a la enseñanza (sobre todo dentro del aula) a habilidades que mucho tiempo se creyeron como algo que se poseía o no de forma innata. Dentro de estas habilidades, y entre las que se consideran como pilares de la inteligencia emocional, se encuentra la empatía.

Son muchas las estrategias dentro del aula que pueden resultar útiles y válidas para cimentar este tipo de conductas. Evidentemente, resultaría un despropósito pretender que sólo dentro del salón de clases puede lograrse un aprendizaje completo de este tipo de habilidades sin un adecuado refuerzo en casa, pero sí es posible implementar estrategias que incidan positivamente en el proceso.

¿Enseñar empatía?

La idea de enseñar la empatía puede resultar extraña si pensamos en la empatía como un talento innato que se tiene o no. Pero investigaciones más recientes muestran que la empatía es un fenómeno complejo que sí incluye ciertas habilidades que se aprenden. Entre éstas están:

  • La consciencia de lo que sentimos internamente y la habilidad de distinguir los propios sentimientos de los de los demás.
  • Ver las cosas desde la perspectiva del otro (es decir, ponerse en los zapatos del otro).
  • Ser capaz de regular la propia respuesta emotiva ante lo que sucede.

A primera vista estas habilidades parecen muy simples: elementos básicos de las habilidades sociales que adquirimos al crecer de forma casi automática. Pero también es verdad que incluso los adultos podemos tener problemas con este tipo de habilidades. Un ejemplo sería una situación en que una persona se siente incapaz de ayudar a otra que está herida: no porque sienta asco o miedo, sino porque no es capaz de administrar sus propias reacciones ante el dolor y el sufrimiento del otro. La empatía vendría a ser entonces algo que no se maneja en “negro” y “blanco”. Hay grados de empatía y es por ello que tanto en la familia como en el aula es posible reforzar este aprendizaje. ¿Cómo docentes podemos incidir positivamente en este proceso? Aquí algunas claves que pueden resultar útiles:

  1. Hacer caso, poner atención a las necesidades emocionales de un niño (tanto en casa como en la escuela) le permite aprender que las emociones son importantes: las suyas y las de los demás.
  2. Se pueden tomar las experiencias cotidianas dentro del aula para presentar e inducir ideas de reconocimiento de las emociones del otro: cuando hay un compañero enfermo, cuando algún miembro de la clase está pasando por la pérdida de un familiar o simplemente cuando un niño pasa por una situación de estrés.
  3. Ayudar a los niños a descubrir lo que tienen en común con los demás. En este sentido, es interesante exponer a los pequeños a personas con las que aparentemente no tienen “nada” que ver: niños que provengan de otro país, adolescentes, adultos mayores. Y es justo en este detalle del aprendizaje en el aula de la empatía que queremos poner un pequeño acento.

Relaciones intergeneracionales en el aula

El exponer al niño (o a un adolescente) a una situación en que convive con personas diferentes le permite enriquecer mucho sus niveles de empatía, que como veíamos, es uno de los pilares de las habilidades sociales e inteligencia emocional que un adulto debería tener para desenvolverse saludablemente en distintos entornos sociales. Sin embargo, a veces los entornos en el aula están diseñados al contrario: un grupo de pequeños de la misma edad, del mismo barrio, que comparten en cierta medida una historia común.

Es por ello que un factor disruptivo como traer a adolescentes de 14-15 años a realizar actividades de pintura con una clase de niños de entre 3 y 5 años puede resultar una experiencia fascinante para ambos grupos de edad. Reconocer que pueden divertirse con las mismas cosas, que pueden reír juntos, abre las puertas a ese refuerzo en el aprendizaje de la empatía que puede ser tan benéfico.

Otra estrategia magnífica es integrar niños pequeños con personas de la tercera edad. Esta experiencia (explicada con mayor profundidad en el vídeo que encontrarás a continuación) es sólo un ejemplo más de diversas iniciativas que se llevan a cabo en territorio español, ya sea logrando una colaboración institucional entre una residencia para adultos mayores y la escuela, o invitando asociaciones de jubilados que realicen actividades culturales. Una clase de danza intergeneracional o el hecho de que los adultos mayores lean para los pequeños, sensibilizan a los niños ante el hecho de que hay personas diferentes a ellos, pero que se divierten igual. Verse en los ojos de otro no es sencillo, pero con este tipo de actividades dentro del salón de clases es más fácil incidir positivamente en el aprendizaje de la empatía desde una edad temprana.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/la-convivencia-intergeneracional-una-forma-trabajar-la-empatia/

Comparte este contenido:

Malestar de las normales y de los normalistas

21 de junio de 2017 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx/

Por: Carlos Ornelas

Los hechos que inquietaron a Aguascalientes la semana pasada son el síntoma de una desazón mayor. Las alumnas de la Escuela Rural Justo Sierra Méndez, de Cañada Honda, protestaron contra el gobierno local y la Secretaría de Educación Pública por dos causas. Primera, las autoridades limitaron la convocatoria de inscripción a 100 candidatos, cuando era de 120. Segunda, la quieren hacer una escuela mixta, cuando, por tradición, es para mujeres.

Brigadas de estudiantes de otras escuelas rurales se manifestaron junto con sus compañeras, desquiciaron el tráfico en una ciudad ya congestionada y rechazaron la oferta de diálogo con el gobierno. Los estudiantes de la Normal Rural de Tenería, Estado de México, retuvieron más de 40 autobuses y usaron unos cuantos para trasladarse a Aguascalientes. Otros, de la Normal Rural de Tiripetío, se enfrentaron con la policía, que arrestó a alrededor de 25 de ellos porque el autobús que habían secuestrado se impactó contra una patrulla y otro automóvil particular. Tras esos hechos, ganaron las normalistas, el gobierno cedió.

Otros resienten la caída de la matrícula como un efecto de una maquinación destinada a disipar a las normales del panorama. Rogelio Alonso, un maestro de Colima, manifiesta: “…al inicio del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, durante el ciclo escolar 2012-2013, se registró una matrícula de 131 mil 25 alumnos en todas las escuelas normales del país. Para el ciclo escolar 2016-2017, disminuyó a 93 mil 766 estudiantes, es decir, 37 mil 259 (28.5%) menos que en 2012”. Relata que la decadencia de la matrícula “pudo haber sido motivada por las campañas de desprestigio hacia la figura del docente y la precarización de las condiciones laborales magisteriales a partir de la promulgación de la Ley General del Servicio Profesional Docente en 2013”. Educación futura, 2 de junio.

Además, seguido escucho quejas de maestros —involucro a algunos de mis estudiantes que cursaron su licenciatura en escuelas normales— sobre las relaciones con los alumnos y sus padres. Ven como un desafío de titanes imponer algo de orden en ciertos grupos; los directores los conminan a no emplear ningún método disciplinario y, si lo usan, se arriesgan a sufrir maltrato por parte de papás o mamás que toleran las faltas de sus hijos. Incluso, sufren amenazas de recurrir a las comisiones defensoras de derechos humanos. Hoy, acusan, los niños tienen derechos, los maestros no. Se sienten víctimas. Ellos también padecen de violencia escolar.

A graduados de escuelas normales no les agrada que egresados de universidades u otras instituciones de educación superior compitan con ellos por las plazas docentes de primaria, que es donde los normalistas tenían el monopolio hasta 2015. En secundaria, desde la fundación de las primeras escuelas, imparten clases profesionales de otras disciplinas ajenas a la pedagogía.

Manuel Navarro Weckmann reclamó: “No se trata de ver con ojos lastimeros la profunda crisis en que la profesión está cayendo de manera intencional por el actual gobierno federal, se trata de exigir, en cada espacio y en cada oportunidad, el respeto por la profesión docente que le ha dado a México las más valiosas, representativas y profundas raíces de su historia nacional y de su pueblo”. Educación futura, 7 de junio.

En resumen, aunque también hay maestros que apoyan la Reforma Educativa, identifico un descontento del gremio con los cambios y con el gobierno de Peña Nieto. La reforma atacó santuarios del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, puso orden en un sistema caótico, impuso límites a la herencia, venta y renta de plazas docentes y hoy los egresados de universidades compiten con ellos por puestos que antes eran de su “propiedad”.

La moral de los normalistas va a la baja, no nada más la matrícula. Los compromisos del gobierno, planteados desde 2014, de diseñar y poner en marcha un programa de fortalecimiento de las escuelas normales se pospone a cada rato. El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación emitió en 2015 cuatro directrices para la formación inicial de docentes, pero no hay noticias de que se pongan en práctica.

Aunque la autocrítica no se da entre los normalistas descontentos —no ven las fallas de su subsistema, la culpa siempre es de otros, del gobierno en particular—, no extraña que el malestar cunda entre sus filas y alimente posturas contra la Reforma Educativa. ¡Se sienten los objetivos de un ataque demoledor!

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/06/14/1169631

Comparte este contenido:
Page 1821 of 2665
1 1.819 1.820 1.821 1.822 1.823 2.665