Page 1854 of 2676
1 1.852 1.853 1.854 1.855 1.856 2.676

El colegio concertado del barrio pobre que utiliza técnicas innovadoras

Por: Hector G. Barnés

Si uno se para en mitad de la calle Mártires de la Ventilla, donde se encuentra desde hace medio siglo el Centro de Formación Padre Piquer, y mira hacia el norte, puede ver asomando entre los edificios las cuatro torres; si lo hace hacia el sur, contemplará a poca distancia las torres Kio. Entre estos dos símbolos madrileños del poder y el dinero se encuentra La Ventilla, uno de los barrios más deprimidos de la capital, donde uno puede encontrarse aún a algún que otro borracho dormido a la sombra de un quiosco de prensa.

Es ahí donde el Padre Piquer ha obrado su particular milagro, el de llevar la innovación educativa a los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Como explica su director, Ángel Serrano, durante su presentación como Escuela Changemaker de la Red Ashoka –el centro pertenece a la Fundación Montemadrid–, “a pesar de estar al pie de las grandes estructuras económicas, la pobreza sigue estando cerca, y aquí hay algunos por debajo del umbral”. En las aulas del Pirquer hay 1.100 estudiantes de 37 nacionalidades distintas y siete religiones diferentes, una diversidad “propia de los colegios públicos”, aunque este sea concertado.

Era una cuestión de renovarse o morir, y por ello pusieron en marcha en el curso 2003/2004 su primer aula colaborativa

La gran diferencia del Piquer es haber sido capaz de ofrecer, desde hace 15 años, metodologías de vanguardia y educación innovadora al mismo tiempo que conseguía que los brutales niveles de fracaso escolar se redujesen al mínimo. Lo suele contar Serrano: era una cuestión de renovarse o morir, y por ello pusieron en marcha en el curso 2003/2004 su primer aula colaborativa. Hoy, el 85% de los niños (comienzan en 1º de ESO) promociona y se titula. Un porcentaje semejante al 77% de alumnos que, según el director, están becados para cubrir necesidades básicas (comedor o transporte, por ejemplo).

“A finales del siglo pasado tuvimos que responder a una pregunta: ¿a quién le doy clase hoy?”, rememora Serrano. La respuesta no era fácil, porque no solo la desmotivación era alta, sino que los niveles de absentismo eran muy elevados, incluso cuando ya la epidemia de drogadicción que había asolado La Ventilla durante los años 80 parecía haber quedado atrás. “La solución llega en 2003, cuando ponemos en marcha un proyecto que muestra que independientemente de la situación de los niños, se puede trabajar de otra manera”. No se trataba del currículo, se dieron cuenta, sino de los métodos.

El proyecto estrella del centro son las aulas cooperativas, donde 60 estudiantes son asesorados por un grupo de entre tres y cinco profesores para llevar a cabo proyectos en común. Pero el centro también ofrece programas de formación profesional y aulas de enlace donde los estudiantes que provienen de otros países pueden aprender el idioma antes de pasar a la formación convencional, una fórmula que la Comunidad de Madrid ha eliminado en todos los colegios públicos de Madrid. “Tirar un muro es fácil”, matiza el director. “Pero tienes que asegurarte de que queda bien, tienes que pintarlo… Ya me entendéis”.

¿Cómo te financias cuando eres una excepción?

Hay una diferencia sustancial entre el Padre Piquer y la mayor parte de centros innovadores de nuestro país: estos suelen ser privados, con matrículas nada asequibles para los sectores más desfavorecidos para la sociedad. El Piquer, en cambio, es un colegio concertado que no es financiado por los padres. De ahí que, como explica Serrano, su principal labor durante el 80% del tiempo sea “buscar recursos para mis alumnos y alumnas”: “Hay que salir del colegio, eso se lo digo siempre a los directores de otros públicos y concertados”. Por eso, hoy se enorgullece de que, por ejemplo, haya 240 ‘tablets’ disponibles para los estudiantes.

El concierto llega hasta donde llega, y tenemos que buscar instituciones que quieran invertir en que este proyecto sea posible

No es algo muy habitual en el panorama de los colegios españoles, que suelen ceñirse a los recursos de los que disponen. Como explica Serrano, que lleva en el centro desde 1982, “el concierto llega hasta donde llega, y tenemos que buscar nuevas instituciones que quieran invertir en que este proyecto sea posible”. El Centro de Formación, dirigido por los jesuitas (como recuerda a veces su director, ellos ya aplicaban lo que ahora se ha empezado a hacer en Cataluña), abrió sus puertas en su actual ubicación a mediados de los 60, y aparece en todos los listados de los colegios más innovadores de España. La implicación de los padres no siempre es fácil, recuerda, y con muchas familias “basta con pedirles su confianza, bastante tienen muchos de ellos con sobrevivir”.

Esta es la visión de las cuatro torres desde el patio del colegio. (Foto: Héctor G. Barnés)
Esta es la visión de las cuatro torres desde el patio del colegio. (Foto: Héctor G. Barnés)

En su horizonte, explica el director mientras fuera de la Biblioteca se realizan los preparativos para la fiesta de graduación de Segundo de Bachillerato, se encuentra la ampliación de su programa metodológico, que por ahora solo llega hasta 3º de ESO, hasta la Formación Profesional de Grado Superior, pasando por todos los cursos de Secundaria hasta Bachillerato. Meta, año 2021. “No es un proyecto de etapa”, explica, “y para eso se necesitan recursos”. Por ejemplo, para reducir las horas lectivas de sus profesores, que en este momento se encuentran en 25, con el objetivo de que puedan preparar mejor las clases.

¿Cómo funciona un aula cooperativa?

Entrar en una de estas aulas de cooperación es penetrar en un lugar donde bulle la inquietud. Por una parte, la propia de la edad, a la que hay que añadir un plus de nerviosismo, ya que las decenas de alumnos que están sentados en mesas redondas tendrán que exponer ante la clase una presentación sobre los distintos climas del mundo, que llevan debidamente preparadas en sus tablets. “¡Yo soy hacker!”, le grita uno de ellos a Miguel Luengo, otro ‘fellow’ de Ashoka, cuando descubre que es el creador del juego Malariaspot, con el que se ayuda a diagnosticar la enfermedad a través de un videojuego.

“No se trabaja por asignaturas, sino por ámbitos”: estos van desde el científico-matemático hasta SCL (sociales, lengua e inglés)

Los proyectos que se pueden encontrar en las aulas del Padre Piquer mezclan un poco de adquisición de conocimiento, un poco de puesta en práctica de habilidades y algo de pericia manual. Como recuerda Gregorio Casado, coordinador de innovación del centro, “no se trabaja por asignaturas, sino por ámbitos” (como el SCL, sociales, lengua e inglés; el CT, ciencias, matemáticasy tecnología; y el artístico). Se trata de una herramienta que tiene el objetivo de conseguir que el conocimiento sea menos fragmentado y tenga una aplicación más directa. El proceso no ha sido fácil, pero 14 años después, el resultado satisface a todos sus responsables. “Hemos tenido que flexibilizar la organización para que pudieran tener cabida otras propuestas”, añade Casado.

En el aula de enlace, los aproximadamente veinte estudiantes se presentan uno a uno. Su origen es muy diverso: desde Rumanía, el país más cercano al nuestro de los presentes, hasta China o una familia de tres hermanos de Bangladesh. Tienen nueve meses para aclimatarse al nuevo entorno antes de pasar a las clases con el resto de compañeros, pero pueden considerarse afortunados, ya que la mayor parte de niños en su situación no dispondrían de dicha posibilidad si estudiasen en un público, debido a la eliminación de estos programas. Su manejo del español es sorprendente: todos son capaces de presentarse con cierta fluidez, señalando su edad y el tiempo que llevan España. Ninguno supera los dos años.

Uno de los estudiantes de FP ultima un 'fidget spinner'. (Foto: Héctor G. Barnés)
Uno de los estudiantes de FP ultima un ‘fidget spinner’. (Foto: Héctor G. Barnés)

En una de las aulas del laboratorio del Piquer, un joven da los últimos toques a un ‘fidget spinner’ que han producido en una impresora 3D (los ordenadores de los compañeros escupen los diseños originales por sus pantallas). En el aula contigua, un robot diseñado a partir de una placa Arduino se desplaza sobre un mapa en relieve de España en la edad romana. Son los alumnos de Electrónica que, si todo marcha como se encuentra en la cabeza de los responsables del Padre Piquer, también participarán pronto de su metodología colaborativa. O quizá sería mejor hablar de otro órgano: “Aquí lo importante es el corazón”.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-06-02/colegio-padre-piquer-innovacion_1389397/

Comparte este contenido:

Los retos de trabajar en Educación Superior

Por: Rosalía Nalleli Pérez

Trabajar en educación superior reditúa frutos y recompensas inmediatas: Grandes satisfacciones se viven cuando el alumno egresa de una institución y en poco tiempo se le encuentra ya laborando, con auto o  empresa propia e incluso con propia familia. Por otro lado,  también se vive preocupación cuando el alumno deserta para siempre. Pareciera que nada impide ver los resultados inmediatos, cualquiera que estos sean y poder compartir la felicidad que esos alumnos, ya formados, van dejando o al mismo tiempo compartir la inquietud que la deserción trae, cuando no hay un plan de acción definido en el desertor.

Para quien ve a la educación superior como una meta de formación, podría pensar que  los alumnos ya sólo necesitan aprender contenidos y desarrollar su conocimiento para aplicarlo.  Parecería también que su conocimiento es igual al éxito y que a esa edad no existe ningún tipo de problemas ni secretos. Sin embargo, para el docente,  siempre existe un reto oculto que enfrenta  constantemente y las exigencias son cada vez mayores de acuerdo al nivel.

De esas exigencias  en cada grado, se puede hablar de los diferentes conocimientos ya desarrollados, dependiendo del contexto de cada alumno en el que ha estudiado, de las miles de creencias ya asimiladas, de la crítica constante del alumno quien llega a la universidad con criterios diferentes para cada vivencia, del cuestionamiento continuo repetido en casa, a veces sin fundamento   y de la definición total por su formación,  entre otros aspectos. Todos ellos representan un reto continuo para cualquier docente. Los alumnos,  -aunque adultos ya-  que llegan con su competencia comunicativa más desarrollada y su competencia  digital incuestionable, con capacidades más específicas en convivencia, aún reflejan en clase su cultura y sus creencias  adoptadas  en su entorno y se aprecian los problemas sociales que les afectan. La influencia familiar es indiscutible y sus valores  están más cimentados. Además, sus problemas de autoestima se reflejan de manera diferente que con los niños,  en ocasiones la toma de decisiones es burda o lenta, y su  concepción del mundo  se nota, esporádicamente, apagada y morosa. Hay vicios ya adoptados y sueños por cumplir ya más definidos,  muchas veces volátiles y del logro inmediato; que en ocasiones los vuelven apáticos hacia su propio avance, sordos a la teoría e incluso a los docentes que se piensan consejeros.

Un desafío  real por ejemplo, se presenta en el aprendizaje de los idiomas, específicamente del idioma inglés; ya que a pesar de que la mayoría tiene más de 5 años con el contacto continuo con este idioma, aún encuentra uno 15 de cada 20 alumnos, con problemas de estructura, pronunciación, vocabulario, comunicación o de conocimiento básico, pero sobre todo de compromiso.  Además, la toma de decisiones entre aprender el idioma en clase o esperar a estudiar después el idioma,  afecta también su avance.

Con respecto a los retos de la educación superior, Sánchez Castañeda dice que “Las instituciones de educación superior enfrentan una serie de desafíos, que resultan trascendentes para la vida nacional, en la medida en que en ellas se finca gran parte de expectativas de desarrollo de un país”. Si se piensa que la educación superior en general es la solución para los problemas de un país,  se debe de pensar también que el compromiso de los alumnos para su aprendizaje es un determinante para que se logre el 100% de un perfil de egreso de cualquier institución, y que además, el estudiante, junto con todo su bagaje cultural y todos sus conocimientos previos, pone en juego los resultados para que la educación de un país se mejore. Por lo tanto, la concientización del alumno de su propio involucramiento en este nivel es urgente, pero de manera formativa, y desde los niveles anteriores, junto con una revisión exhaustiva y completa  del modelo educativo que las instituciones siguen, más la concatenación de los perfiles de egreso de cada nivel, así como la revisión de contenidos y del logro educativo para que un país pueda evolucionar en muchas áreas de conocimiento,  pero sobre para que evolucione en la concientización  del ser.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-retos-de-trabajar-en-educacion-superior/

Comparte este contenido:

Densidad Latinoamericana del Derecho a la Educación

Por:

Alberto César Croce
Secretario Nacional de la CADE

Presentación hecha en el marco del

Foro Internacional de Educación
organizado por la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación.

La Paz, Bolivia, junio de 2017

La defensa del derecho a la educación y los esfuerzos por ampliarlo, son parte fundante e identitaria de las Organizaciones y Movimientos Sociales que nos hemos comprometido con esta cuestión.

Aquellos que lo hacemos desde nuestra región sabemos que nuestro continente tiene por una parte demandas propias, pero también miradas particulares sobre las demandas comunes. Por eso hablo de la “densidad latinoamericana” de esta perspectiva. En esta presentación intentaré explicar por qué sostengo esta postura y cuál puede ser la agenda de las Organizaciones Sociales que luchamos por el derecho a la educación desde América Latina y el Caribe.

  1. Importancia de la memoria histórica por el derecho a la educación.

Amèrica Latina, nuestra Abya Yala ha vivido desde la conquista procesos de lucha, liberación, resistencia y emancipaciòn.

Nuestros pueblos son pueblos que se han mestizado en el conflicto casi permanente y en el abrazo de los pobres por su liberación.  Negros, inmigrantes pobres, se han  ido amasando en una gesta de amor, resistencia, creación y culturas, con la historia invadida de nuestros pueblos indígenas.

En ese proceso tan profundo como permanente, la educación fue jugando roles claves porque muchos de nuestros libertadores (los más o menos famosos o los más o menos anónimos) asì lo pensaron, desearon y construyeron.

Desde el genocidio que supuso la conquista, el gran “debate” sobre la humanidad de nuestros pueblos indígenas, implicó la realización de un debate que buena parte tuvo lugar fuera de nuestros territorios. Allí grandes prohombres lucharon para que se reconociera la dignidad humana de nuestros pueblos. Una vez logrado este objetivo, aquella las órdenes religiosas a las que pertenecían los que la defendían, lucharon para conseguir permisos para abrir escuelas.

Quiero decir que la educación en nuestra región apareció desde muy temprano como el derecho que garantizaba pero ademàs manifestaba la dignidad humana de las personas.

Los cabildos de nuestras ciudades tuvieron escuelas y maestros pagos, casi uno de los únicos servicios que garantizaban a una parte de la población.

La Universidades de Lima, Chuquisaca y Còrdoba también fueron un mojón siginificativo del lugar que la educación tuvo en nuestro continente.

Es importante destacar experiencias más cercanas que nos hablan de entender que los movimientos emancipatorios y de liberación siempre entendieron que en el campo de la educación se jugaba buena parte de su proyecto político.

Tanto Bolívar, con su maestro Simón Rodríguez, como San Martín, Sucre y otros… fueron promotores y defensores de una educación pública emancipatoria.

Un poco más cercanamente, experiencias como las de Pablo Freire, José Martí, la revolución Cubana y Nicaragüense, la escuela de Warisata… nos vuelven a hablar de la centralidad de la educación en estos procesos a la vez tan nuestros como valorados universalmente.

Las definiciones o concepciones más “técnicas” sobre  educación, que se pueden hacer en otros países o continentes, no dan cuenta de estos procesos que se vivieron y se viven en nuestra América Latina.

De hecho, lo que conocemos como  “educación popular” es como una marca característica de nuestra Abya Yala, aunque por supuesto no sea una exclusividad nuestra…

Contemporáneamente a nosotros, debiéramos destacar experiencias como la del Movimiento Sin Tierra y sus escuelas, la de los bachilleratos populares de Argentina, varios de los programas de alfabetización -destacando el Yo Si Puedo-, varias experiencias de educación rural o de educación radiofónica….que marcaron y marcan nuestras propias experiencias de la región.

Pero la historia no se detiene y la seguimos construyendo. Hoy vivimos tiempos con nuevos desafìos que debemos enfrentar.  Más adelante en esta presentación me referiré a cuáles son estos nuevos retos que tenemos hoy por delante y por los que estamos luchando.

  1. El derecho a la educación en un proceso de integración regional

La Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE) ha hecho un esfuerzo muy grande para que en este encuentro estén presentes compañeros y compañeras de distintos países de ALC. No es solo para acercar y compartir distintas perspectivas y experiencias.

Nuestra presencia aquì también es un mensaje.

En el contexto actual es necesario que no dejemos de entendernos como una región en el mundo. Y que desde este lugar que ocupamos, procuremos hacer nuestro aporte, respetar nuestra identidad y defender y ampliar el derecho a la educación de nuestros pueblos.

Nuestros tiempos nos exigen asumir una responsabilidad muy grande por las condiciones que presenta el contexto internacional.

Tenemos dos tareas que nos comprometen como sociedad civil. Tenemos que defender derechos conquistados con mucha lucha, pero también tenemos que seguir profundizando la perspectiva del derecho a la educación desde nuestra propia identidad regional.

En buena parte de mundo hay un gran avance de las derechas que implica que se piense más en clave de libertades individuales que de derechos sociales.

Hay intereses muy grandes procurando defender intereses de grupos, corporaciones o sectores sociales muy minoritarios.

Podríamos decir que conviven en forma despareja actores que defienden una perspectiva de derecho con otros que sostienen una perspectiva de negocio.

Pero tenemos que reconocer que esas concepciones individualistas se han modernizado y se han vuelto más atractivas para grupos sociales más amplios.

Las nuevas formas de privatización son diferentes a las que se impulsaban hace 10, 20 o 30 años.

La búsqueda de sectores minoritarios pero poderosos de apropiarse de recursos de todos puso foco en la educación. En promedio, los pueblos destinan entre el 20 o el 30% de sus presupuestos públicos a rubros educativos. Es mucho dinero. Y algunos están mirando con mucha atención estos números que resultan sumamente atractivos para algunos intereses.

De a poco, grandes consultoras internacionales están haciendo grandes negocios con la educación.

Identificamos cuatro estrategias diferentes con objetivos similares:

  1. La privatización tradicional, que busca que escuelas que eran gestionadas por el estado pasen a ser gestionadas por grupos privados con criterios mercantiles.
  2. La negación de la necesidad, conveniencia o derecho de la gratuidad de la educación y la afirmación de que se debe que cobrar por ella.
  3. La “endo privatización”, que no busca privatizar la gestión misma de la escuela sino todo lo que pueda ser privatizado dentro de ella. En esta mirada, se visualiza al director más como un gerente que como un conductor pedagógico. Y se “venden” traslados de estudiantes, alimentación escolar, tecnologías diversas, equipamiento y vestimenta escolar, talleres complementarios, apoyo educativo, capacitación docente, sistemas de evaluación, sistemas de comunicación…
  4. El cuestionamiento al Sistema Educativo por caduco, ahora enfrentado con las posibilidades que podrían ofrecer las nuevas tecnologías. Un ejemplo son las escuelas de bajo costo que se están proponiendo en algunos países de Africa y otras regiones pobres. Pero también algunas modalidades de centros de formación tecnológica para introducir a jóvenes para el “nuevo mundo que se viene”.

Quisiera ahora poner la atención en los otros retos que tiene hoy la Sociedad Civil.

Me gusta decir que la tarea fundamental de las organizaciones es “ampliar las fronteras de los derechos”. Quizás allí esté lo central y específico de su identidad en las sociedades a las que pertenecen. Ni reemplazar al estado ni hacer “caridad”. Ampliar la conciencia social sobre los derechos de los pueblos y las personas.

¿Qué nos implica esto como organizaciones sociales desde América Latina y el Caribe y en el contexto global?

Vivimos en un mundo globalizado y cada vez más marcado por la desigualdad creciente y el consumo inconsciente. Nuestras reivindicaciones culturales no pueden implicar encerrarse en una burbuja artificial que no es querida por nuestros pueblos ni por buena parte de nuestras nuevas generaciones. ¿Cómo respetamos y cuidamos nuestra identidad pero siendo parte de un mundo real cada vez más diferente y que nos envuelve y arrastra?

Por otra parte, las nuevas tecnologías también nos atraviesan y desafìan a nuestras pedagogìas. Si no nos dejamos cuestionar por ellas, estamos en problemas ¿Cuál debe ser su lugar en la nueva educación con perspectiva de derechos?

La conciencia sobre qué implica hoy ser persona también se ha ampliado con nuevas dimensiones y sensibilidades. Por una parte, el lugar de la mujer y la perspectiva de género debe transformar aún más profundamente nuestras prácticas educativas, pero también tenemos que asumir las nuevas sexualidades, el derecho y la obligación de todas las personas a vivir con respeto a las diversidades más importantes.

También reconocer el lugar de las emociones, los sentimientos y las sensibilidades en el campo educativo. Ya no más una educación que se piensa sólo desde las cabezas. La educación “bancaria” no está hoy solamente desafiada por las pedagogías activas. También lo está por comprender y asumir que hay otras vìas para aprender que lo que “entra” por lo cognitivo…

Ampliar hoy el derecho a la educación de nuestros pueblos  desde ALC nos lleva a seguir luchando para que todos tengan educación básica garantizada.

Esto exige ampliar el alcance de la educación inicial y ampliar la cobertura de la  educación secundaria, buscando nuevos formatos transformadores que den respuestas a las diferentes juventudes.

Y prestar especial atención a las dimensiones del derecho a la educación de las niñas y las jóvenes, en sociedades aún muy enfermas de patriarcado y privilegios para los varones.

Las Organizaciones Sociales  educativas seguimos exigiendo una educación multicultural bilingüe o plurilingüe, en especial pensando en nuestros pueblos indígenas.

Otro de los principales desafíos es profundizar en un modelo de educación emancipatoria que reivindique la calidad que se nos exige desde otros modelos. Tenemos que diseñar nuevos indicadores propios y modelos de evaluación que den cuenta de que no hay oposición entre educación emancipadora y calidad, en términos de la persona humana que concebimos quienes defendemos el derecho a la educación en América Latina.

Finalmente,  hacemos referencia a la obligación que tenemos en estos tiempos de luchar por los aumentos de los presupuestos educativos. Las nuevas demandas sociales a la educación exigen mayor inversión que la que hasta ahora hemos tenido. Esto nos ha llevado a especializarnos en la consideración de estas cuestiones, que no eran parte de nuestras agendas, y adentrarnos en otras cuestiones colaterales pero necesarias, como la necesidad de expandir la conciencia de la Justicia Fiscal y el rechazo a las operaciones de lavado y fuga de divisas hacia las guaridas fiscales que enflaquecen los presupuestos nacionales. Por eso, muchos de nosotros participamos también de articulaciones globales y regionales que se ocupan y comprometen con estas temáticas.

  1. Diálogo e incidencia Sociedad Civil – Estado

El último punto de esta presentación nos lleva a reflexionar sobre un punto delicado pero importantísimo en esta lucha: Las relaciones que las organizaciones sociales tenemos con los Estados en clave de derecho a la educación.

Las organizaciones sociales que consideramos la perspectiva de derechos, reafirmamos el lugar del Estado como garante fundamental de los mismos. Y entendemos que esa es su responsabilidad e identidad principal. Otros con otras perspectivas, le asignan el lugar de garantizar las garantías individuales y de mediar en los conflictos de intereses y de poder. No son diferencias menores.

A veces los estados, de acuerdo con sus posicionamientos polìticos, asumen con mayor entusiasmo una u otra perspectiva. Esto será motivo de dificultades y tensiones inevitables pero también necesarias en el marco de las democracias que vivimos.

A las organizaciones y movimientos sociales nos toca reconocer los logros y reclamar los faltantes. Pero aún al considerar los logros, nos enfrentaremos con una realidad: Difícilmente los estados podrán transformar en políticas públicas todo lo que se reivindica desde las organizaciones sociales. Porque siempre habrá limitaciones y procesos a recorrer y realizar. En todos los casos y en todos los campos.

Por tanto, no dudo en afirmar que las relaciones siempre serán relaciones de tensión. El tema es cómo manejar las mismas para que sean fecundas y beneficiosas y no inútiles y destructivas.

Desde dentro de las organizaciones sociales deberemos ser muy cuidadosos en sostener nuestra identidad. La tentación de actuar como partido polìtico y pedir que se nos considere como organización social es muy grande. Lo mismo sucederá con el Estado que, rápidamente, ante las situaciones de incomodidad, intentará mostrar al resto de la sociedad que la organización es en realidad un partido político opositor… Esto se complejiza cuando, algunos partidos “opositores” se suben a nuestras agendas y las hacen propias. Entonces los espacios grises crecen juntamente con la confusión social que todo esto puede provocar.

Más allá de estas cuestiones, estamos convencidos de que buena parte de la vitalidad de la sociedad es fortalecida por las organizaciones sociales que luchan por ampliar los derechos.

Los nuevos tiempos tendrán que hacernos encontrar nuevos formatos. Y nuevos mecanismos de financiamiento que faciliten las tareas de las organizaciones y les garanticen la necesaria sustentabilidad.

MIentras tanto, las organizaciones sociales de América Latina y el Caribe que estamos comprometidas con el derecho a la educación, seguiremos trabajando con mucha convicción para que nuestros pueblos encuentren en la educación los espacios emancipatorios que han sido constitutivos de nuestra identidad.

Fuente: https://albertocesarcroce.wordpress.com/2017/06/08/densidad-latinoamericana-del-derecho-a-la-educacio/

Comparte este contenido:

La violencia de género comienza con la palabra

Por: Abigail Lasalle

No empieza con el golpe, ni con el empujón, sino que comienza con destrozar la confianza de la mujer o del hombre.

La violencia de género es un flagelo que nos atañe a todos como sociedad. Necesitamos comenzar a trabajar desde la base hacia lo más grande, en primer lugar la educación, en todos los estamentos del Estado, desde las oficinas públicas y las escuelas. El Estado debe participar en cuidarnos a todas las mujeres y también a los hombres, porque si bien las cifras hablan de una cantidad de mujeres que mueren, siempre se deja de lado a los varones, que también son víctimas de la violencia de género con la diferencia que no hay denuncias por la vergüenza que sienten por ser varones que son maltratados, ultrajados, que les pegan dentro de sus casas, no hacen siquiera mención a lo que viven.

También hay que destacar que cada vez son más jóvenes las mujeres víctimas de violencia de género porque las adolescentes mantienen el primer noviazgo, la primera relación antes. Consideran que los celos están buenos, porque «me quiere mi novio«, o «mirá como me cuida» y en realidad, la violencia comienza justamente con la palabra, no es el golpe, no es el empujón, es comenzar a destrozar la confianza de la mujer o del hombre en cualquiera de los géneros, estamos hablando. Y entonces, si ya revisan el celular, si revisan el correo electrónico, si eligen la ropa que nos vamos a poner, ya eso también es violencia de género.

Por eso, es necesaria la educación en Argentina y por eso, es necesario que todos, desde los más chiquitos hasta los más grandes podamos concientizar a nuestros hijos, abuelos, sobrinos, primos de lo que se necesita para que este flagelo se termine.

El año pasado, a tan solo seis meses de la llegada de Mauricio Macri al gobierno nacional se presentó el plan nacional para la erradicación de violencia de género en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Un plan que involucraba al Estado, a los gobiernos municipales, a los gobiernos provinciales con un afán de poder terminar este tipo de flagelos que nos carcome día a día.
Sin embargo, con el pasar de los días y el pasar de las horas nos encontramos que el presupuesto destinado a ese plan de la erradicación de la violencia de género no fue tal, no lo respetaron, por ende no se pudieron hacer todas las tareas y promesas que se habían realizado  en junio en el Salón Blanco, y  muchísimas mujeres todavía siguen yendo a las comisarías a plasmar sus denuncias por el maltrato familiar y tampoco son recibidas.

Se sigue sin respetar el perímetro que invoca la Justicia y encontramos que simplemente el Estado y la Justicia acompañan al maltratador, al violador y las leyes estarían puestas solamente para el que hace las cosas mal. En este caso pareciera que las mujeres  y los hombres maltratados hiciéramos las cosas mal.

Considero que es necesario empezar con lo más fácil que tenemos en la mano, que es la educación y poder llevarla a todos los lugares. Por otro lado, también hay que hacer meya en los varones, hombres de la casa, los varones hermanos, primos, abuelos, sobrinos, tienen que participar de este movimiento. Tienen que comenzar a escuchar el pedido de las mujeres y aquellos empresarios o personalidades muy importantes de la política argentina comenzar este debate seriamente y a decir por qué las mujeres cobramos el 20% menos que los varones, que llegar a los mismos puestos de trabajos nos cuenta muchísimo, porque nos consideran que como somos mamás tal vez no prestamos atención al trabajo como corresponde o como haría un hombre porque tienen un poco mas de libertad. Esa sociedad machista tiene que terminar, porque estamos en el siglo XXI, estamos teniendo otro tipo de mirada en el mundo y no podemos quedarnos en la prehistoria en este caso.

El reclamo de Ni una menos es irrisorio, lo que se está pidiendo, lo que se está reclamando es mantener a las mujeres con vida, parece mentira que en este momento de nuestras vidas y del siglo, estar solicitando, pidiendo, reclamando que nos queremos a todas vivas, que queremos que se termine la violencia y que por sobre todas las cosas las mujeres  y los varones somos personas, no somos cosas, en eso tenemos que trabajar también, empezar a debatir si queremos ser personas y tratadas como tales.

Fuente: http://www.diagonales.com/4659-La-violencia-de-genero-comienza-con-la-palabra.note.aspx

Comparte este contenido:

Finlandia: ¿Qué es «Aprender a pensar , aprender a entender?

Por: Jorge Antonio Mansen Bellina

Finlandia registrado como uno de los países que mejor ha gestionado la educación, decidió (luego de experiencias previas) que a partir del año lectivo 2016-2017 se aplicaría el “phenomenon learning”, que “no es otro método que la sustitución de las tradicionales asignaturas por proyectos y trabajos de investigación”, […] “las clases serán desplazadas por proyectos temáticos en los que los alumnos ya no tendrán que ir a las clases a dar matemáticas o ciencias, sino que ahora , en lugar de adquirir conocimientos aislados sobre diferentes materias, lo harán de forma activa.

Es decir, ellos participan en el proceso de planificación, se convierten en investigadores y también evalúan su propio proceso” (Secure Kids). A nivel docente implicó el aprender a trabajar en equipo, de forma colaborativa con sus alumnos y los otros colegas, dejó su trabajo de “dictador de clases” y asumió el rol mentor o de un coach. Aunque dicen que están “empezando despacito” y “aún se enseñan materias y hay metas para cada materia”, es un misterio el conocer (por ahora) si se están mejorando los resultados”.

Según Penny Spiller en un artículo (que compartimos con fines educativos – pastorales) publicado en BBC MUNDO (que Usted podrá leer completo, en el título final, haciendo click), se hace un análisis de cómo va esta experiencia educativa de uno de los países referentes de la educación mundial. Comienza contando una clase de niños de doce años, que ponen en práctica el nuevo método, adaptándose a la era digital y con recursos de última generación, “en la que los niños ya no dependen de los libros y de las aulas para adquirir conocimientos”. Luego profundiza cómo Finlandia revolucionó la enseñanza para el siglo XXI, qué importancia tiene el pensamiento crítico, porqué la enseñanza tiene que ser holística, qué significa “aprender a pensar, aprender a entender” y cómo dejó atrás las tradiciones escolares, entre otros puntos. Sin embargo, hoy algunos critican el método aduciendo que no da “suficiente profundidad de conocimiento sobre un tema como para permitir que lo estudien a un nivel superior”; que amplía la fisura entre los estudiantes más y menos capaces; y algo nuevo: se esté agregando más carga laboral de los docentes y poniendo en situación de desventaja a los maestros de mayor edad que quizás no tengan tantos conocimientos digitales como los que ingresan. También hay testimonios de los estudiantes que afirman que estas clases les gusta más, no cansan tanto, son mucho más interesantes, hace la escuela mucho más divertida, y da la libertad de aprender al ritmo propio y continuar, el siguiente paso, cuando se está listo.

Esa experiencia se da en un contexto muy particular (respecto a otras latitudes), pues según el artículo de Spiller, éstas son las características de la educación en Finlandia:

  1. La docencia es una profesión altamente respetada y bien remunerada
  2. No hay inspecciones escolares o evaluaciones docentes
  3. El sistema escolar está muy centralizado y la mayoría de las escuelas son financiadas por el Estado
  4. La jornada escolar es corta y las vacaciones de verano duran 10 semanas
  5. Los niños son evaluados por sus maestros. El único examen nacional es para aquellos que estudian hasta los 18 años
  6. El promedio de alumnos por colegio es 195; por clase es 19
  7. El éxito se ha atribuido a un tradicional aprecio por la enseñanza y la lectura, además de a una población pequeña y prácticamente homogénea
  8. Aunque sigue en los puestos más altos, Finlandia ha caído en los rankings de PISA en los últimos años
  9. Al igual que otros países, enfrenta los desafíos de las restricciones financieras y la creciente inmigración.

Si bien es cierto que Finlandia es Finlandia, y que puede diferir mucho de algunas realidades de muchos de nosotros, porque desde hace algunos años sus niños empiezan la escuela a los siete años, mientras en que en los nuestros parece hubiera apuro de liberar a los padres de sus hijos; que ellos tienen jornadas escolares más cortas, vacaciones más largas, muy pocas tareas y no rinden exámenes; y otras diferencias más o menos notables.

Les recomendamos leer el artículo de la BBC MUNDO, y ojalá seamos lo suficientemente sabios e inteligentes para no “ver con sospecha” el “phenomenon laerning”, o con una cierta “sana envidia” el no estar a esas alturas según las mediciones internacionales; y aceptemos que en nuestra formación permanente, es muy importante conocer (por lo menos) esta experiencia educativa de Finlandia. El saber las experiencias de otros nos puede llevar (si no tenemos la soberbia de la autosuficiencia) a conocer, conocer y aprender o desechar la propuesta educativa. Voltaire dijo: “Hay alguien tan inteligente que aprende de la experiencia de los demás”. Usted es quien asume lo que desea aprender y qué no, como le enseña (probablemente) a sus estudiantes.

Fuente: http://webdelmaestrocmf.com/portal/finlandia-primer-analisis-metodo-phenomenon-learning/

Comparte este contenido:

Repensar los sistemas educativos para la descolonización del conocimiento, la cultura y la política en Iberoamérica.

Por: José María Barroso Tristán

Diálogos iberoamericanos I: Análisis y propuestas desde las ciencias sociales para repensar Iberoamérica se plantea reflexionar sobre las complejas relaciones instauradas en las sociedades iberoamericanas y que han ido produciendo en su desarrollo histórico el mantenimiento de un sistema en el que el aumento de las desigualdades se ha convertido en un eje fundamental sobre el cual se sustenta.

En este entramado de relaciones sobre el que se basa la sociedad se acepta de forma unánime que los sistemas educativos se sitúan como uno de los núcleos esenciales para su vertebración. Los sistemas educativos son considerados como el conjunto de instituciones educativas que preparan a los estudiantes para su inserción en la sociedad como ciudadanos, formándolos en los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales considerados como indispensables para el desarrollo social. Sin embargo, ¿Qué es el desarrollo social? ¿Cuáles son esos contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales para alcanzar tal desarrollo? ¿Son objetivos o subjetivos tales contenidos? Se intentarán esclarecer estas preguntas a lo largo del presente texto para dar introducción a un desarrollo más específico al respecto de estos temas en los capítulos posteriores escritos por las compañeras.

Los sistemas educativos, como mostraba Freire (2007), “no existen en el aire, sino en el tiempo y el espacio, no pueden escapar a las influencias de las condiciones estructurales objetivas” (p. 188). Es decir, no son entes autónomos que actúen con independencia del resto de instituciones que conforman el mundo, sino que estos se encuentran bajo una misma lógica de acción a través de la cual cada institución ejerce determinadas funciones para poder alcanzar objetivos comunes. Dentro de esta lógica, entendemos con Lerena (1989) que “la función primaria del sistema de enseñanza, base de todas las demás funciones, es la de imponer la legitimidad de una determinada cultura, lo que lleva implícito la de declarar al resto de las culturas ilegítimas, inferiores, artificiales, indignas” (p. 88). Lerena utiliza un lenguaje muy directo y crítico al acuñar la expresión “imponer la legitimidad de una determinada cultura” pero, si hacemos una traducción en un ejercicio de neolingüistica orwelliana, podríamos sustituirlo por “la conservación legítima de una determinada cultura”, eufemismo muy utilizado actualmente para defender la educación al establecer que existe algo propio, común a toda la sociedad. Sin embargo, es fundamental parar en este punto para reflexionar. ¿Cuál es la cultura que se declara como legítima por encima de las otras declaradas indignas? Y ¿Qué es la cultura?

Comienzo con una breve definición de cultura ofrecida por Geertz (2003) que la entiende como “un esquema históricamente transmitido de significaciones representadas en símbolos, un sistema de concepciones heredadas y expresadas en formas simbólicas por medios con los cuales los hombres comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento y sus actitudes frente a la vida” (p. 88). Por tanto, se comprende la cultura, en sentido amplio, como un constructo social simbólico que es transferido entre las personas para asegurar el desarrollo de los saberes de la sociedad con la finalidad de mejorarla. Dentro de la cultura, pues, se encuentran las formas políticas, sociales y económicas que una sociedad ha ido desarrollando. Sin embargo, ¿Qué límites geográficos tiene la cultura dentro de una sociedad? Es una pregunta compleja para la que nos hacen falta categorías analíticas que nos ayuden a comprender cuáles son sus límites y en que ámbitos opera. Wallerstein nos proporciona información relevante para concretar los límites, o al menos identificarlos, y los diferentes sistemas que intervienen sobre ella. Para comprender la situación de las estructuras de poder de los Estados no nos basta con el análisis aislado de ellas, ya que existe una estructura transnacional capitalista en la que los sistemas nacionales están envueltos y sobre los que ejerce una gran influencia. Es el llamado sistema-mundo por Wallerstein (2006) que define como “una zona espacio-temporal que atraviesa múltiples unidades políticas y culturales, (…) integrada de actividad e instituciones que obedecen a ciertas reglas sistémicas” siendo estas reglas marcadas por el capitalismo como motor de la economía-mundo:

Lo que queremos significar con economía-mundo (la économie-monde de Braudel) es una gran zona geográfica dentro de la cual existe una división del trabajo y por lo tanto un intercambio significativo de bienes básicos o esenciales así como un flujo de capital y trabajo. Una característica definitoria de una economía-mundo es que no está limitada por una estructura política unitaria. Por el contrario, hay muchas unidades políticas dentro de una economía-mundo, tenuemente vinculadas entre sí en nuestro sistema-mundo moderno dentro de un sistema interestatal. Y una economía-mundo comprende muchas culturas y grupos (que practican múltiples religiones, hablan múltiples idiomas y son diferentes en sus comportamientos cotidianos). Esto no significa que no hayan desarrollado algunos patrones culturales comunes, lo que llamaremos una geocultura. Significa que ni la homogeneidad política ni la cultural debe ser esperable o encontrada en una economía-mundo. Lo que unifica con más fuerza a la estructura es la división de trabajo constituida dentro de ésta. (p. 40).

La unidad del sistema-mundo capitalista, de esta manera, actúa sobre la diversidad de sistemas políticos, sociales y culturales (en un sentido restringido) que se encuentran en su interior en forma de Estados nacionales. De esta manera, en el funcionamiento de las instituciones nacionales no existe la supuesta soberanía autónoma que permitiría comprenderlas de forma aislada, sino que el eje económico del sistema-mundo interviene de forma esencial en la estructuración de las acciones llevadas a cabo por los diferentes Estados. El sistema-mundo capitalista no lo explica todo, pero sin él, es imposible explicar las estructuras educativas nacionales.

Este hecho facilita el análisis de la actuación de las instituciones de las diferentes naciones al proporcionar una serie de características homogéneas que emanan del sistema-mundo capitalista. Sin embargo, esto no supone que todas las instituciones de las naciones incluidas en el sistema-mundo sean homogéneas ya que, como hemos visto anteriormente, el eje estructurante de la división del trabajo proporcionado por el sistema-mundo estructura, pero no fija, las particularidades culturales de cada una de las naciones.

El sistema-mundo y la colonialidad del saber, del poder y del ser

El sistema-mundo capitalista nace en 1492 al darse inicio a la “única” Historia Mundial1 con la llegada de portugueses y españoles a América (Dussel, 2000), sin embargo, este no se instaura de forma uniforme e inmediata, sino que se va naturalizando a través de una serie de mecanismos de poder que operan, tanto de forma global como al interior de las naciones, para dar soporte a la economía-mundo, permitiendo así la introyección de la cosmología proporcionada por el sistema-mundo. Estos mecanismos, apoyándonos en el grupo modernidad/colonialidad, se engloban dentro de la colonialidad la cual está estrechamente relacionada con el concepto de modernidad, en un sentido mundial, iniciada con la colonización de América2. La modernidad, en este sentido mundial, no se inicia con los hechos intraeuropeos generalmente asociados (Renacimiento italiano, Reforma luterana, Ilustración y/o Revolución francesa), sino que comienza con la colonización de América, inaugurando la Historia Mundial, en la que lo europeo se erige como la centralidad en ella y relega a lo no europeo como periférico.

Al comenzar la Historia Mundial, y con ella la modernidad, se pone en marcha de forma simultánea el comercio mundial, al haberse instalado las rutas transatlánticas, sustentado bajo lógicas precapitalistas que irán dando cuerpo al sistema-mundo. Este hecho será el que marque el inicio del capitalismo como eje transnacional para el mercado mundial, siendo, por tanto, el colonialismo (y la colonialidad) origen y fuente de la que beberá el capital para estructurarse como sistema-mundo.

En América la esclavitud fue deliberadamente establecida y organizada como mercancía para producir mercancías para el mercado mundial y, de ese modo, para servir a los propósitos y necesidades del capitalismo. Así mismo, la servidumbre impuesta sobre los indios, inclusive la redefinición de las instituciones de la reciprocidad, para servir los mismos fines, i.e. para producir mercancías para el mercado mundial. Y en fin, la producción mercantil independiente fue establecida y expandida para los mismos propósitos.

Eso significa que todas esas formas de trabajo y de control del trabajo en América no sólo actuaban simultáneamente, sino que estuvieron articuladas alrededor del eje del capital y del mercado mundial. Consecuentemente, fueron parte de un nuevo patrón de organización y de control del trabajo en todas sus formas históricamente conocidas, juntas y alrededor del capital. Juntas configuraron un nuevo sistema: el capitalismo. (Quijano, 2000, p. 219).

El proyecto de la modernidad, entonces, se instala en América como un proceso emancipador, que pretende sacar al otro de su ignorancia, e incorporarlo al desarrollo europeo. Esta supuesta ignorancia se basa en la idea de raza3 con la que el colonizador achaca a una diferenciación biológica su situación natural de superioridad respecto al no europeo (Quijano, 2000). Esta cuestión biológica provoca que los colonizadores lo utilicen como justificación para cometer cualquier tipo de atrocidad en pos de la civilización. No obstante, Enrique Dussel (2000, p. 29) revela el mito de la modernidad civilizatoria eurocéntrica al mostrar como la violencia bárbara producida por españoles y portugueses durante la colonización se esconde tras la victimización de los inocentes. Los bárbaros tienen que civilizarse, si es necesario utilizando la violencia, pues (los europeos) están ayudándolos a incorporarse al mundo moderno. Las dicotomías – civilizados/bárbaros, centro/periferia, tradicional/moderno, europeo/no europeo, racional/irracional, nosotros/otros –  se instalan como parte de la dialéctica colonizadora para justificar de esa manera la violencia ejercida sobre las poblaciones colonizadas. Así, desde la producción epistemológica europea, la barbarie realizada por los colonizadores es traducida como una ayuda necesaria para el progreso bajo la falacia desarrollista europea, dando comienzo a la construcción de una cosmología epistémica basada en elementos racionalizados desde y por Europa, pero que es fundada sobre una violencia irracional, el eurocentrismo.

El eurocentrismo, por lo tanto, no es la perspectiva cognitiva de los europeos exclusivamente, o sólo de los dominantes del capitalismo mundial, sino del conjunto de los educados bajo su hegemonía. Y aunque implica un componente etnocéntrico, éste no lo explica, ni es su fuente principal de sentido. Se trata de la perspectiva cognitiva producida en el largo tiempo del conjunto del mundo eurocentrado del capitalismo colonial/moderno, y que naturaliza la experiencia de las gentes en este patrón de poder. Esto es, la hace percibir como natural, en consecuencia, como dada, no susceptible de ser cuestionada. Desde el siglo XVIII, sobre todo con el Iluminismo, en el eurocentrismo se fue afirmando la mitológica idea de que Europa era preexistente a ese patrón de poder; que ya era antes un centro mundial del capitalismo que colonizó al resto del mundo y elaboró por su cuenta y desde dentro la modernidad y la racionalidad. En este orden de ideas, Europa y los europeos eran el momento y el nivel más avanzados en el camino lineal, unidireccional y continuo de la especie. Se consolidó así, junto con esa idea, otro de los núcleos principales de la colonialidad/modernidad eurocéntrica: una concepción de humanidad, según la cual la población del mundo se diferencia en inferiores y superiores, irracionales y racionales, primitivos y civilizados, tradicionales y modernos. (Quijano, 2007, p.94-95).

Nótese que, en una nota dentro de la cita, Quijano (2007) explicita que con Europa se refiere al “nombre de una metáfora, no de una zona geográfica ni de su población. Se refiere a todo lo que se estableció como una expresión racial/étnica/cultural de Europa, como una prolongación de ella” (p. 95). Por tanto, el eurocentrismo no es entendido como un fenómeno que no se da tan solo al interior de Europa ni tiene límites geográficos fijos, sino que trasciende las fronteras, instalándose en la intersubjetividad mundial a través del nuevo sistema-mundo mediante la triple dimensión de la colonialidad: la del saber, del poder y del ser. La colonialidad en su triple dimensión, pues, emerge como patrón de dominación durante la colonización y subsiste a esta, ya no como usurpación de la soberanía de las naciones colonizadas bajo el control directo de las naciones colonizadoras, sino convertida en invasión cultural, política, epistémica, social y económica articulada a través del sistema-mundo capitalista y la idea de raza que la modernidad eurocéntrica trajo. Por tanto, no hay que confundir colonialismo con colonialidad4.

La colonialidad del saber es fundada sobre la negación de la alteridad, debido a que la construcción epistemológica validada se va estableciendo de forma unidireccional, siendo los métodos de acceso al conocimiento de Europa los únicos considerados como racionales. La razón, de esta forma, se va estructurando en torno a los sistemas de categorías europeos que serán exportados al resto del mundo mediante la colonialidad del saber, declarando el resto de racionalidades como irracionales. La subjetividad eurocéntrica se convierte de esta manera en objetividad universal. Los conceptos, las teorías y la comprensión del mundo que provienen desde Europa y que están estructuradas a partir de un racismo epistémico y una supuesta superioridad (política, social, económica y moral) se establecen como los saberes válidos y, por ello, impuestos, ya sea de forma pacífica o violenta, sobre las poblaciones colonizadas. Lander (2000) apunta las implicaciones que esta imposición epistemológica tuvo:

(…) el carácter universal de la experiencia histórica europea, las formas del conocimiento desarrolladas para la comprensión de esa sociedad se convierten en las únicas formas válidas, objetivas, universales del conocimiento. Las categorías, conceptos y perspectivas (economía, Estado, sociedad civil, mercado, clases, etc.) se convierten así no sólo en categorías universales para el análisis de cualquier realidad, sino igualmente en proposiciones normativas que definen el deber ser para todos los pueblos del planeta. Estos saberes se convierten así en los patrones a partir de los cuales se pueden analizar y detectar las carencias, los atrasos, los frenos e impactos perversos que se dan como producto de lo primitivo o lo tradicional en todas las otras sociedades. (p. 10).

Por tanto, de forma inseparable a la colonialidad del saber se encuentra la del poder, pues la producción epistemológica eurocentrada durante la colonización se va realizando estrechamente ligada a la expansión imperial de España y Portugal sobre terreno americano. La instauración de las estructuras europeas de poder político, económico, jurídico y social son impuestas sobre la población colonizada, con sus lógicas sustentadas y justificadas por su propio edificio epistemológico. En ellas se absorben las lógicas incipientes del eurocentrismo colonial, donde la categoría de raza se sitúa como elemento constituyente de una naturalizada inferioridad, dando paso así a situaciones de dominación legalizadas tales como la esclavitud (del no europeo), el sacrificio del indio si se opone a la civilización o la catalogación institucional de los saberes periféricos (no europeos) como irracionales. De esta manera la colonialidad del saber se hace patente a través de la colonialidad del poder, al convertirse esta última, a través de sus instituciones, en el medio por el cual introyectar los conocimientos establecidos por y desde Europa sobre la población colonizada. Al actuar en conjunto, la colonialidad del poder y del saber no solo justifican o silencian las atrocidades realizadas por los colonizadores, sino que también exponen su modelo de poder como el único válido. Al abarcar tanto la producción del saber como la ejecución del poder, ensalza sus propias virtudes y oculta, niega o justifica sus consecuencias negativas y, al mismo tiempo, actúa de forma inversa con los otros modelos de poder para así conseguir perpetuarse a sí mismo, naturalizando la explotación y la dominación capitalista como el patrón a seguir.

De esta manera, la colonialidad del poder se establece como una de las dimensiones de dominación del sistema-mundo capitalista a partir de la colonización de América y que, más tarde, será expandida mundialmente. Quijano (2007) lo sintetiza de la siguiente forma:

La colonialidad del poder es uno de los elementos constitutivos del patrón global de poder capitalista. Se funda en la imposición de una clasificación racial/étnica de la población del mundo como piedra angular de dicho patrón de poder, y opera en cada uno de los planos, ámbitos y dimensiones, materiales y subjetivas de la existencia cotidiana y a escala social. Se origina y mundializa a partir de América. Con la constitución de América (Latina), en el mismo momento y en el mismo movimiento histórico, el emergente poder capitalista se hace mundial, sus centros hegemónicos se localizan en las zonas situadas sobre el Atlántico -que después se identificarán como Europa-, y como ejes centrales de su nuevo patrón de dominación se establecen también la colonialidad y la modernidad. En otras palabras: con América (Latina) el capitalismo se hace mundial, eurocentrado y la colonialidad y la modernidad se instalan, hasta hoy, como los ejes constitutivos de ese específico patrón de poder (p. 93-94).

La tercera dimensión de la colonialidad, la del ser, emerge de la acción conjunta de las dos anteriores. Bajo la producción epistemológica eurocentrada y sus instituciones de poder, la intersubjetividad colonizada asume como propias las lógicas, teorías y conceptos que emanan del sistema-mundo, despojándola de su propia cosmología epistemológica y forzándola a vivir en un ejercicio de anatopismo por el cual comienza a pensar su ser a partir de un constructo epistémico que no pertenece a su realidad, sino a una ajena, la eurocéntrica en este caso. Walter Mignolo (2003) muestra como a los saberes que vamos adquiriendo forjan nuestra forma de ser:

La ciencia (conocimiento y sabiduría) no puede separarse del lenguaje; los lenguajes no son sólo fenómenos ‘culturales’ en los que la gente encuentra su ‘identidad’; estos son también el lugar donde el conocimiento está inscrito. Y si los lenguajes no son cosas que los seres humanos tienen, sino algo que estos son, la colonialidad del poder y del saber engendra, pues, la colonialidad del ser. (p. 669).

Este sería el culmen de la colonialidad, pues, partiendo de una matriz de pensamiento eurocentrada, con la negación de la alteridad como fundamento y forjada mediante sus condiciones estructurales, esta es introducida a la periferia, siendo asumida por esta como su propio ser. Este hecho se convierte en un impedimento para resolver los problemas que emergen del propio sistema-mundo y que se concretizan en los estados-nación, pues las herramientas epistemológicas y de poder que le son suministradas por el propio sistema-mundo no atienden a su realidad vivencial, colocándolos en una situación de impotencia y manteniéndolos como víctimas inocentes.

La triple dimensión de la colonialidad y los sistemas educativos

A partir de este breve análisis de la colonialidad y como esta se convirtió en pilar del sistema-mundo capitalista, podemos empezar a comprender que no es posible analizar independientemente a los sistemas educativos nacionales. Estos no funcionan en autonomía, sino subordinados al sistema-mundo el cual introduce la colonialidad del saber, del poder y del ser, haciendo que, aunque existan particularidades entre los diferentes sistemas nacionales, guarden similitudes en las estructuras fundamentales de actuación. Las lógicas capitalistas, por tanto, se sitúan como eje funcional para ellos.

Los sistemas educativos son las instituciones fundamentales, que no las únicas, para la transmisión cultural. En ellos no solo se seleccionan los contenidos que serán impartidos, sino que también se establecen el tipo de relaciones que se dan para estructurar el propio sistema educativo. La organización interna, es marcada por una férrea jerarquía en la estructuración del propio sistema, similar a la división del trabajo capitalista, “donde el alumno sería el consumidor en la base de la pirámide, y en sus escalones superiores se encontrarían, de forma jerárquica, los docentes (jefes de partida), directores (jefes locales), la administración (jefes nacionales) y la superestructura (como presidente de empresa)” (Barroso, 2013). De esta forma, el conocimiento y el aprendizaje se convierten en un elemento de consumo pues no tiene como objetivo el desarrollo integral de los estudiantes, sino la reproducción social como vienen demostrando muchas investigaciones (Illich & Lüning, 1979; Bourdieu & Passeron, 1996; Apple,2008; Giroux, 2005; Gimeno, 2008). Coincidimos con Illich (2011) cuando nos muestra los mecanismos y lógicas establecidas para la confección de los currículums educativos:

La producción del currículum para la mayoría de las escuelas comienza con la investigación presuntamente científica; fundados en ella los ingenieros de la educación predicen la demanda futura y las herramientas para la línea de montaje, dentro de los límites establecidos por presupuestos y tabúes. El distribuidor-profesor entrega el producto terminado al consumidor-alumno, cuyas reacciones son cuidadosamente estudiadas y tabuladas a fin de proporcionar datos para la investigación que servirán para preparar el modelo siguiente (…) El resultado del proceso de producción de un currículum se asemeja a cualquier otro artículo moderno de primera necesidad. (p. 71).

Tras esta lógica de elaboración del currículum, entendido como el proyecto nacional educativo, se encuentran de forma patente dos elementos inseparables. En primer lugar, la desvinculación de la población en la tarea de producir un proyecto educativo colectivo, quedando la responsabilidad de esta construcción en manos de los técnicos o especialistas. Esto surge de la racionalidad tecnológica propia del capitalismo (Marcuse, 2005) por la cual la sumisión al aparato técnico aparece como aumento de la calidad de vida, pero esconde los peligros de mantener un estado de heteronomía donde la técnica conoce mejor que la población sus necesidades. En esta sumisión al aparato técnico, aparece el segundo elemento, en el que el monopolio de la producción curricular incluye asumir la concepción epistemológica de tal aparato, el cual está moldeado en base a su percepción ideológica de las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales que consideran que debería formar a un país.

Es a través de estos dos elementos, de forma muy general, donde se desarrolla la colonialidad en su triple dimensión dentro de los sistemas educativos, lo que incide de forma directa sobre el devenir de las sociedades. Para analizar estos elementos de forma concreta, vamos a hacer una breve presentación de los dos trabajos de nuestras compañeras que serán presentados a continuación.

Martha Soriano realiza un análisis epistemológico-ontológico sobre el concepto del desarrollo y su estrecha relación con las lógicas provenientes del sistema-mundo capitalista. Mediante un recorrido histórico nos muestra como el concepto de desarrollo ha ido evolucionando de forma eurocentrada, siendo impuesto el significado producido desde esta visión a través de la colonialidad. Este considera el desarrollo como inseparable del crecimiento económico, despojando de su significado las implicaciones éticas, prácticas, políticas y socio-ecológicas que genera. De esta forma, el desarrollo se concibe desde una postura antropocéntrica, donde el ser humano es lo único a desarrollar, quedando en un segundo (o tercer) plano las consecuencias del paradigma de desarrollo adoptado por el sistema-mundo. El sistema agroalimentario devastador, el aumento de los índices de concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, factor de especial incidencia en el actual cambio climático, los procesos de deforestación, el fracking, la minería a cielo abierto o la escasez cada vez más recalcitrante de agua, son algunas de las consecuencias que nos presenta como efecto del modelo eurocentrado de desarrollo. Sin embargo, todas estas secuelas naturales, que afectan de manera directa al planeta Tierra y todos sus seres, son desligadas del concepto de desarrollo, haciéndolo aparecer como un concepto puramente positivo, en pos de la acumulación del capital.

Por otro lado, nos muestra como la negación de la alteridad también se hace presente en la construcción del concepto de desarrollo. Mediante la exposición de otras lógicas de desarrollo como las del decrecimiento, el Buen Vivir (sumak kawsay) o el Vivir Bien (suma qamaña) hace presentes alternativas al concepto donde estas se centran “en una cultura de vida, de vida comunitaria, donde la Madre-Tierra juega un papel ontológico relacional”. Los principios de respeto y equilibrio hacia toda la naturaleza (donde se incluye al ser humano) se sitúan como ejes vertebradores para estas lógicas de desarrollo, las cuales entienden que la interdependencia entre los diferentes elementos de la Madre-Tierra es la que establece la armonía para la sostenibilidad de esta.

De esta forma, Soriano nos muestra a través del concepto de desarrollo, como el sistema-mundo capitalista se ha apoderado de la epistemología, presentando la suya como la única que está basada en una racionalidad y situándola como la válida a través de las instituciones educativas. Sin embargo, el concepto de desarrollo es solo un ejemplo. Otros términos como participación, democracia o justicia también podrían ser analizados bajo los mismos presupuestos planteados por la autora.

Al respecto del paradigma desarrollista capitalista y su incidencia sobre el medioambiente, Ecologistas en Acción (2006) presentó un informe a través de un análisis de 60 libros didácticos en el que llegaron a la conclusión de que estaban repletos de contenido con una marcada ideología capitalista donde el desarrollo y acumulación de capital van unidos constantemente. Las consecuencias negativas del desarrollo capitalista, sin embargo, son achacadas a fallos del sistema y no a la lógica del propio sistema en sí.

No es de extrañar, no obstante, si nos detenemos a analizar quienes son los grupos que ostentan las editoriales de libros didácticos con los que se educa mayoritariamente en Iberoamérica. Solo como una aportación, pues merecería un análisis más profundo, se resaltarán dos de los grupos con mayor incidencia. Por un lado tenemos al Grupo PRISA, dueño de las editorial Santillana con presencia en todo el ámbito iberoamericano, que cuenta entre sus accionistas con el grupo de inversión Amber Capital o con los bancos HSBC, Caixabank o Banco Santander, además de estar formado su Consejo de Administración por grandes empresarios. Por otro lado, tenemos al grupo Lagardère, donde a través de su filial Hachette Livre mantiene las líneas editoriales educativas de Anaya, Bruño o Alianza entre otras. Pero Lagardère no se dedica solo al mundo editorial, sino que también es uno de los mayores grupos empresariales dedicados a la fabricación de armamento y aeronáutica a través de su filial EADS (European Aeronautic Defence and Space Company). Por tanto, no es necesario realizar un ejercicio de agudeza mental para comprobar que existe un conflicto de intereses (o un interés en ese conflicto) en las actividades que sus matrices empresariales tienen y la dedicación a la educación de los países. De esta forma, vemos al sistema-mundo actuando transnacionalmente de un modo más concreto defendiendo los intereses del capital y podemos comprender, aún mejor, la orientación epistemológica que se le da a los conceptos de desarrollo, participación o democracia.

Con relación a los significados de participación y democracia, encontramos el trabajo de Rocío Valderrama-Hernández y Dolores Limón, las cuales presentan un análisis donde la crisis del sistema educativo se muestra como un reflejo de la decadencia de nuestro modo de vida íntimamente relacionado con el sistema sociopolítico en el cual estamos insertos. Parten de la premisa de que uno de los más acuciantes problemas se sitúa en la fragmentación a la cual nos encontramos sometidos y que nos hace visualizar la vida como entes separados, donde la interrelación no existe. Para trabajar sobre ello, proponen un enfoque sistémico, desarrollado en este caso sobre la Educación Ambiental, ya que este aporta “una transformación que va más a allá de puntuales decisiones en materia de medio ambiente, sino que tiene que ver también con justicia social, interculturalidad, equidad, paz con el individuo en primera persona y en comunidad”. El enfoque sistémico propuesto no solo tiene que ver con incorporar el ambiente como un elemento del que somos interdependientes para nuestra existencia, sino la de contemplar los procesos educativos de una forma compleja y holística, donde todos los elementos que intervienen tienen que ser protagonistas del proceso en el que están envueltos. De esta manera, la participación de estudiantes, comunidad y docentes mediante una organización horizontal, permite el fortalecimiento de los procesos para la transformación y el desarrollo comunitario en una sociedad que tiende cada vez más al individualismo y al aislamiento.

Como técnicas propuestas para la educación sistémica resaltan el diario de campo y la cartografía social. A través del diario de campo se fomenta el pensamiento en los estudiantes sobre la propia actuación educativa en la que se encuentran inmersos, pues a través de ellos realizan un ejercicio de autorreflexividad constante, estructurando su propia historia bajo un hilo coherente y permitiéndoles pensar sobre las actuaciones pasadas dentro del colectivo educativo y (re)pensar en formas de mejorar los procesos pedagógicos de los cuales forman parte. Por otro lado, se aporta la cartografía social como otra técnica relevante para la educación sistémica ya que esta permite a la colectividad identificar su entorno, reflexionar sobre él y poder proyectar sus anhelos de mejora. Esta técnica está basada en la acción conjunta de las personas involucradas en ella, haciendo que se asuma un sentimiento de comunidad comprometida con su entorno. La cartografía fomenta la colaboración entre individuos para alcanzar un objetivo común, haciendo que el conocimiento sea socializado entre los participantes y que las propuestas realizadas por algún participante puedan ser enriquecidas por los demás. Finalmente, y como articuladora de estas dos técnicas, se encuentra la investigación participativa como metodología orientadora, pues los propios sujetos de la investigación se convierten en los responsables en la toma de decisiones, facilitando de esta manera el acceso a la información y a la transformación de su entorno. La autonomía se encuentra como otro de los pilares de la investigación participativa, pues esta ya no es dirigida desde el técnico o especialista, sino que son los propios sujetos en comunidad los que deciden el por qué, el cómo y el cuándo realizar las acciones pertinentes para afrontar la situación trabajada.

La propuesta, pues, transita por el campo práctico educativo rompiendo con las limitaciones que han sido absorbidas por el sistema-mundo capitalista y sus relaciones heterónomas. El sistema educativo ya no acaba tras los muros de las escuelas, sino que se abre hacia la comunidad envolviéndola como protagonista de los procesos educativos. El saber ya no queda limitado al cuerpo docente, sino que es reconocido de forma abierta que tanto estudiantes como familias tienen mucho que aportar para la construcción del conocimiento. Las acciones educativas ya no están más dirigidas desde el aparato técnico, sino que la voz de todos los que participan en ella tienen capacidad para criticar, opinar y construirlas. Las relaciones de poder ya no son más verticales, sino que se difuminan en un horizonte de igualdad.

Como dijo Boaventura de Sousa Santos: descolonizar el saber, reinventar el poder.

Bibliografía

Apple, M. (2008). Ideologia e Currículo, Porto Alegre: Artmed.

Barroso Tristán, J. M. (2013). Educación, ¿sistema violento?. Revista Integra Educativa6(2), 13-27.

Bourdieu, P. & Passeron, J.C. (1996). La reproducción. Elementos para una teoría de la enseñanza, Barcelona: Fontamara.

Dussel, E. (1992). 1492: El encubrimiento del Otro. Hacia el origen del mito de la Modernidad, Madrid: Nueva Utopía.

Dussel, E. (2000). Europa, modernidad y eurocentrismo. En E. Lander (Ed.), La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. (pp. 41-53). Buenos Aires: CLACSO.

Ecologistas en Acción. (2006). El currículum oculto antiecológico de los libros de texto. Madrid: Comisión de Educación Ecológica. Recuperado de http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/Informe_curriculum.pdf

Freire, P. (2007). Pedagogía del oprimido, Madrid: Siglo XXI

Geertz, C. (2003). La interpretación de las culturas, Barcelona: Editorial Gedisa.

Gimeno, J., (2008). O currículo. Uma reflexao sobre a pratic,. Porto Alegre: Artmed.

Giroux, H. (2005). Estudios culturales, pedagogía crítica y democracia radical, Madrid: Popular.

Illich, I. & Lüning, H. (1979). La escuela y la represión de nuestros hijos, Madrid: Sociedad de educación Atenas.

Illich, I. (2011). La sociedad desescolarizada, México D.F: Brulot.

Lander, E. (2000). Ciencias sociales: saberes coloniales y eurocéntricos. En E. Lander (Ed.), La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. (pp. 11-40). Buenos Aires: CLACSO.

Lerena, C., (1989). Escuela, Ideología y clases sociales en España, Barcelona: Círculo de Lectores.

Maldonado-Torres, N. (2007). Sobre la colonialidad del ser: contribuciones al desarrollo de un concepto. En Castro-Gómez, S. y Grosfoguel, R. (eds.), El giro decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. (pp. 127-167). Bogotá: Iesco-Pensar-Siglo del Hombre Editores.

Marcuse, H. (2005). El hombre unidimensional, Barcelona: Ariel.

Mignolo, W. (2003). Os esplendores e as misérias da ‘ciência’: Colonialidade, geopolítica do conhecimento e pluri-versalidade epistémica. ,En Santos, B. (Ed.), Conhecimento prudente para uma vida decente: Um discurso sobre as ciências’ revistado. (pp. 631-671). Lisboa: Edições Afrontamento.

Quijano, A. (2000). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina. En E. Lander (Ed.), La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. (pp. 11-40). Buenos Aires: CLACSO.

________ (2007). Colonialidad del Poder y Clasificación Social. En Castro-Gómez, S. y Grosfoguel, R. (eds.), El giro decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. (pp. 201-246). Bogotá: Iesco-Pensar-Siglo del Hombre Editores.

Wallerstein, I. (2006). Análisis de Sistemas-mundo: una introducción, México: Siglo XXI.

Notas

1. “(…) nunca hubo empíricamente Historia Mundial hasta el 1492 (como fecha de iniciación del despliegue del “Sistema-mundo”). Anteriormente a esta fecha los imperios o sistemas culturales coexistían entre sí. Sólo con la expansión portuguesa desde el siglo XV, que llega al Extremo Oriente en el siglo XVI, y con el descubrimiento de América hispánica, todo el planeta se torna el “lugar” de “una sola” Historia Mundial”. (Dussel, 2000, p. 27).
2. No es este el lugar para profundizar en este tema que, por su complejidad y amplitud, merecería un espacio mucho mayor para ser tratado. Para quien quiera profundizar se sugiere la lectura de Dussel (1992, 2000).
3. “América se constituyó como el primer espacio/tiempo de un nuevo patrón de poder de vocación mundial y, de ese modo y por eso, como la primera id-entidad de la modernidad. Dos procesos históricos convergieron y se asociaron en la producción de dicho espacio/tiempo y se establecieron como los dos ejes fundamentales del nuevo patrón de poder. De una parte, la codificación de las diferencias entre conquistadores y conquistados en la idea de raza, es decir, una supuesta diferente estructura biológica que ubicaba a los unos en situación natural de inferioridad respecto de los otros. Esa idea fue asumida por los conquistadores como el principal elemento constitutivo, fundante, de las relaciones de dominación que la conquista imponía. Sobre esa base, en consecuencia, fue clasificada la población de América, y del mundo después, en dicho nuevo patrón de poder. De otra parte, la articulación de todas las formas históricas de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, en torno del capital y del mercado mundial”. (Quijano, 2000, p. 202).
4. “Colonialidad no significa lo mismo que colonialismo. Colonialismo denota una relación política y económica, en la cual la soberanía de un pueblo reside en el poder de otro pueblo o nación, lo que constituye a tal nación en un imperio. Distinto de esta idea, la colonialidad se refiere a un patrón de poder que emergió como resultado del colonialismo moderno, pero que en vez de estar limitado a una relación formal de poder entre dos pueblos o naciones, más bien se refiere a la forma como el trabajo, el conocimiento, la autoridad y las relaciones intersubjetivas se articulan entre sí, a través del mercado capitalista mundial y de la idea de raza. Así, pues, aunque el colonialismo precede a la colonialidad, la colonialidad sobrevive al colonialismo. La misma se mantiene viva en manuales de aprendizaje, en el criterio para el buen trabajo académico, en la cultura, el sentido común, en la auto-imagen de los pueblos, en las aspiraciones de los sujetos, y en tantos otros aspectos de nuestra experiencia moderna. En un sentido, respiramos la colonialidad en la modernidad cotidianamente”. (Maldonado-Torres, 2007, p. 131)

Fuente artículo: http://iberoamericasocial.com/repensar-los-sistemas-educativos-la-descolonizacion-del-conocimiento-la-cultura-la-politica-iberoamerica/

Fuente imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2017/06/educacion.jp

 

Comparte este contenido:

Educación infantil: del aburrimiento a la creación

Por: Alicia Halperin

Es preciso elaborar propuestas que contemplen el desarrollo psicomotriz de las criaturas, que fomenten su autonomía, que les permitan expresarse de múltiples maneras y relacionarse con quien desean. Y dejar atrás las fichas.

“Profe, ¿por qué este ratón camina tantas veces para llegar al queso?” me preguntó una niña mientras terminaba un “trabajo” en la clase de 4 años de Infantil. Imaginé que ella, que había tenido que repetir varias veces la acción de unir las líneas de puntos entre el ratón y su comida para dibujar sendos trazos continuos de izquierda a derecha, se había puesto en la piel del ratón y había pensado: “Pero no entiendo, ¿cuántas veces hay que ir a un mismo lugar para llegar?”. No supe responderle. Su pregunta era mucho más lógica que cualquier excusa que yo pudiera inventar.

Si tenemos claro que la orientación espacial, la direccionalidad, la ubicación en los diversos planos del espacio, las formas, el ritmo… se aprenden jugando con el cuerpo en el espacio compartido con los compañeros y poblado de objetos, ¿por qué suponemos que este tipo de trabajos sobre el papel van a suplir esas experiencias vitales? Porque, si bien este tipo de ejercicios son el final de un proceso de experimentación, en la realidad, las aulas de Infantil se han llenado de fichas elaboradas por el profesorado o compradas a las editoriales, y en muchos casos son la actividad central de las aulas.

¿Por qué sigue habiendo niñas de dos años a las que les pedimos que pongan una pegatina redonda dentro de un círculo? El hecho de que puedan hacerlo no significa que hayan aprendido algo sobre formas circulares y orientación espacial, simplemente puede significar que han aprendido a pegar una figura en el lugar indicado. Tal vez se supone que ese resultado es la muestra de una competencia y se mande a casa para que sus padres vean su capacidad y sientan satisfacción por lo que sus hijas saben hacer. Pero es una vez más la muestra de lo alejados que están de las necesidades reales de los pequeños muchos de los contenidos que se trabajan en esta etapa.

A los niños les encanta jugar a disfrazarse, ser personajes que admiran, ponerse ropas que usan los mayores, pero… ¿20 criaturas al mismo tiempo eligen disfrazarse de abejas, de robots o de seres prehistóricos? Preparados para la foto, para gustar a los mayores, hacerlos reír con su imagen de adultos en miniatura, ¿qué entienden esos niños de todo esto, qué sentido tiene para ellos? ¿Quién elige jugar a esos personajes y con qué objetivos?

¿Por qué uniformamos las actividades que realizan los niños y niñas en la Escuela Infantil? Podemos ver a todos haciendo lo mismo al mismo tiempo como ocurre en general en primaria, de una forma repetitiva, abstracta, totalmente descontextualizada, leyendo libros que describen los espacios de una casa, los ingredientes del desayuno o la ropa que usamos, donde no hay historias o, si las hay, son planas y no provocan ninguna emoción o interés.

Es una forma fácil de presentar a las criaturas lo que se supone que tienen que aprender y, posteriormente, una forma fácil y menos trabajosa de evaluar su aprendizaje. Pero hay muy poco de potenciación del desarrollo personal, de respetar los procesos y los tiempos de cada uno, cosas sobre las que paradójicamente tanto se insiste cuando leemos los objetivos y las programaciones anuales de las escuelas. También hay muy poco de basarse en la curiosidad y promover el descubrimiento a través de la acción y el movimiento, que tanto necesitan. Si no es así en estas edades ¿cuándo será?

Probablemente estemos preparando a los niños para ser seres obedientes y ordenados, para el trabajo escolar “en serio y en serie”, para el aprendizaje “puro y duro”. Sentando las bases del trabajo organizado. Lamentablemente todo esto a costa de pasar por encima de los procesos naturales del desarrollo infantil, de respetar sus individualidades, aplastando su curiosidad, que es lo más vital que hay en ellos.

Desde hace bastante más de un siglo, grandes pedagogos como Froebel, María Montessori, Decroly, Malaguzzi o Emmi Pikler nos han enseñado que en estas edades el desarrollo infantil se produce de una forma global; todos los sentidos están abiertos y las criaturas aprenden y se hacen competentes a partir de las experiencias vividas y de las conexiones que puedan establecer en función de esas experiencias: investigar, hablar, relacionar unas cosas con otras, volver a pensar en lo vivido, escuchar y observar lo que otros niños y los adultos hacen y dicen, seguir investigando, experimentar con su cuerpo en el espacio, con los objetos, dar lugar a la expresión y la comunicación en todas las formas posibles. El juego y la experimentación son el medio natural en el que viven y se desarrollan, es su forma privilegiada de conocimiento.

Que el aprendizaje sea significativo, como se escucha tanto últimamente, expresa precisamente que tiene que significar algo para los niños: hablar de las cosas que les pasan en casa, en la calle, en la escuela, con las personas que los rodean, que todo tiene que estar relacionado con cosas que conocen, que les gustan o disgustan, que les provocan emociones, que dan lugar a su imaginación.

En muchas escuelas infantiles se están adoptando estas propuestas educativas que requieren de la presencia y acompañamiento de adultos formados, conocedores y observadores de los recorridos de los niños y niñas, dispuestos a entenderlos y valorarlos en su accionar cotidiano y a establecer buenas relaciones afectivas con ellos. El trabajo por proyectos sobre temas elegidos con los niños, en rincones de juego-trabajo, zonas de actividad utilizando todos los espacios que dispone la escuela, en ambientes adecuados a las necesidades de su edad, que los pequeños puedan elegir a qué juegan y con quién, son las formas que nos permiten llevar a cabo nuestros objetivos. Es preciso elaborar propuestas que contemplen el real desarrollo psicomotriz de las criaturas, que fomenten su autonomía, que les permitan expresarse de múltiples maneras y relacionarse con quien desean, en síntesis que les permitan un desarrollo armónico y adecuado.

La documentación a través de dibujos, fotos, grabaciones, descripciones de las cosas y los procesos que realizan las criaturas, son los elementos que nos facilitan comprender y evaluar su evolución, también nos dan la posibilidad de mostrarlas a las familias y a los equipos docentes y así sacar conclusiones acerca de qué nuevos elementos podemos introducir. Todas estas propuestas -en las que es importante dar lugar a la participación de las familias y a la conexión con el entorno escolar- son tal vez bastante más trabajosas que las instaladas tradicionalmente en las aulas, pero indudablemente son mucho más respetuosas con las necesidades y derechos de las niñas y niños y mucho más estimulantes para pequeños y adultos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/06/06/educacion-infantil-del-aburrimiento-a-la-creacion/

Comparte este contenido:
Page 1854 of 2676
1 1.852 1.853 1.854 1.855 1.856 2.676