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Una ética para la Madre Tierra

Por: Leonardo Boff

Hoy es un hecho científicamente reconocido que los cambios climáticos, cuya expresión mayor es el calentamiento global, son de naturaleza antropogénica, con un grado de seguridad del 95%. Es decir, tienen su génesis en un tipo de comportamiento humano violento con la naturaleza.

Este comportamiento no está en sintonía con los ciclos y ritmos de la naturaleza. El ser humano no se adapta a la naturaleza sino que la obliga a adaptarse a él y a sus intereses. El mayor interés, dominante desde hace siglos, se concentra en la acumulación de riqueza y de beneficios para la vida humana a partir de la explotación sistemática de los bienes y servicios naturales, y de muchos pueblos, especialmente, de los indígenas.

Los países que hegemonizan este proceso no han dado la debida importancia a los límites del sistema-Tierra. Continúan sometiendo a la naturaleza y la Tierra a una verdadera guerra, a pesar de que saben que serán vencidos.

La forma como la Madre Tierra demuestra la presión sobre sus límites intraspasables es mediante los eventos extremos (prolongadas sequías por un lado y crecidas devastadoras por otro; nevadas sin precedentes por una parte y oleadas de calor insoportables por otra).

Ante tales eventos, la Tierra ha pasado a ser el claro objeto de la preocupación humana.

Las numerosas COPs (Conferencia de las Partes), organizadas por la ONU nunca llegaban a una convergencia. Solamente en la COP21 de París, realizada del 30 de noviembre al 13 de diciembre de 2015 se llegó por primera vez a un consenso mínimo, asumido por todos: evitar que el calentamiento supere los 2 grados Celsius.

Lamentablemente esta decisión no es vinculante. Quien quiera puede seguirla, pero no existe obligatoriedad, como lo mostró el Congreso norteamericano que vetó las medidas ecológicas del presidente Obama. Ahora el presidente Donald Trump las niega rotundamente como algo sin sentido y engañoso.

Va quedando cada vez más claro que la cuestión es antes ética que científica. Es decir, la calidad de nuestras relaciones con la naturaleza y con nuestra Casa Común no eran ni son adecuadas, más bien son destructivas.

Citando al Papa Francisco en su inspiradora encíclica Laudato Si: sobre el cuidado de la Casa Común (2015): «Nunca hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los últimos dos siglos… estas situaciones provocan el gemido de la hermana Tierra, que se une al gemido de los abandonados del mundo, con un clamor que nos reclama otro rumbo» (n. 53).

Necesitamos, urgentemente, una ética regeneradora de la Tierra, que le devuelva la vitalidad vulnerada a fin de que pueda continuar regalándonos todo lo que siempre nos ha regalado. Será una ética del cuidado, de respeto a sus ritmos y de responsabilidad colectiva.

Pero no basta una ética de la Tierra. Es necesario acompañarla de una espiritualidad.

Ésta hunde sus raíces en la razón cordial y sensible. De ahí nos viene la pasión por el cuidado y un compromiso serio de amor, de responsabilidad y de compasión con la Casa Común, como por otra parte viene expresado al final de la encíclica del obispo de Roma, Francisco.

El conocido y siempre apreciado Antoine de Saint-Exupéry, en un texto póstumo escrito en 1943, Carta al General “X” afirma con gran énfasis: «No hay sino un problema, sólo uno: redescubrir que hay una vida del espíritu que es todavía más alta que la vida de la inteligencia, la única que puede satisfacer al ser humano» (Macondo Libri 2015, p. 31).

En otro texto, escrito en 1936 cuando era corresponsal de Paris Soir durante la guerra de España, que lleva como título Es preciso dar un sentido a la vida, retoma la vida del espíritu. En él afirma: «el ser humano no se realiza sino junto con otros seres humanos en el amor y en la amistad. Sin embargo los seres humanos no se unen sólo aproximándose unos a otros, sino fundiéndose en la misma divinidad. En un mundo hecho desierto, tenemos sed de encontrar compañeros con los cuales con-dividir el pan» (Macondo Libri p.20).

Al final de la Carta al General “X” concluye: «¡Cómo tenemos necesidad de un Dios!» (op. cit. p. 36).

Efectivamente, sólo la vida del espíritu da plenitud al ser humano. Es un bello sinónimo de espiritualidad, frecuentemente identificada o confundida con religiosidad. La vida del espíritu es más, es un dato originario y antropológico como la inteligencia y la voluntad, algo que pertenece a nuestra profundidad esencial.

Sabemos cuidar la vida del cuerpo, hoy una verdadera cultura con tantas academias de gimnasia. Los psicoanalistas de varias tendencias nos ayudan a cuidar de la vida de la psique, para llevar una vida con relativo equilibrio, sin neurosis ni depresiones.

Pero en nuestra cultura olvidamos prácticamente cultivar la vida del espíritu que es nuestra dimensión radical, donde se albergan las grandes preguntas, anidan los sueños más osados y se elaboran las utopías más generosas. La vida del espíritu se alimenta de bienes no tangibles como el amor, la amistad, la convivencia amigable con los otros, la compasión, el cuidado y la apertura al infinito. Sin la vida del espíritu divagamos por ahí sin un sentido que nos oriente y que haga la vida apetecible y agradecida.

Una ética de la Tierra no se sustenta ella sola por mucho tiempo sin ese supplément d’ame que es la vida del espíritu. Ella hace que nos sintamos parte de la Madre Tierra a quien debemos amar y cuidar.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/04/29/una-etica-para-la-madre-tierra-2/#.WQVosLjau01

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La tecnología, una nueva aliada de nietos y abuelos que se juntan a leer

Alfredo Dillon

A María Gracia (12) le gustan los poemas de Alejandra Pizarnik, que la mayoría descubre en la adolescencia. A Santino (9), en cambio, le interesan los policiales y las historietas: es capaz de pasarse el recreo leyendo. Rocco (10) es militante ecologista; le apasionan las lecturas que le enseñan a cuidar el medio ambiente. Y, aunque no sabe leer, Vicente (2) está empezando a descubrir el mundo por medio de los libros. Son primos que comparten una influencia común: la de unos abuelos, María del Carmen y Ricardo, que les trasmitieron el hábito de la lectura.

Hoy es el “Día del Nieto”: otra de las tantas fechas comerciales impuestas en el calendario para estimular el consumo, pero también una buena excusa para celebrar ese vínculo incondicional, que a veces es verdadera devoción, entre nietos y abuelos. “Los abuelos tienen un rol fundamental como mediadores de lectura por varios factores: el afecto, el tiempo, la dedicación. Como los niños, ellos suelen apropiarse del tiempo con mayor libertad, y cuando ven a sus nietos se brindan por completo al encuentro. Si en ese espacio entra el libro, hay muchas posibilidades de inocular el gusto por la lectura”, analiza María Luján Picabea, autora del reciente libro Todo lo que necesitás saber sobre literatura para la infancia (Paidós).

“Los domingos, cuando visitamos a nuestros nietos, tratamos de llevar algún libro bajo el brazo, y mi señora se sienta a leerlo con ellos. Cada uno tiene sus gustos. Los libros abren un diálogo fructífero con los chicos. Si no leés, te quedás afuera del mundo, te perdés de crecer espiritualmente, de tratar de llegar al fondo de las cosas”, reflexionan Ricardo Rosseaux (73) y María del Carmen Vasconcellos (69), abuelos de 8 nietos: Matías (16), Santiago (14), Francisco (11) y Mercedes (8), además de María Gracia, Santino, Rocco y Vicente.

Para dar en la tecla con los gustos de los chicos, María del Carmen se bajó a su celular una nueva aplicación que acaba de presentar Fundación Leer, para orientar a los adultos en la elección de literatura infantil. “Los abuelos utilizan cada vez más la tecnología. A través de la aplicación pueden buscar libros, investigar sobre los autores y compartir momentos de lectura con los chicos”, describe Patricia Mejalelaty, directora de Fundación Leer.

Ricardo agrega: “La brecha generacional es tan grande que no sabés si les va a interesar Manuelita, aunque te haya gustado a vos. Lo importante es que el libro les guste a ellos. Mi señora antes les pedía recomendaciones a los libreros, pero no todos tienen capacitación. Por eso, tener una aplicación realizada por expertos facilita mucho la elección”. Picabea concluye: “Cuando un nieto y un abuelo hablan, dialogan dos visiones del mundo, y la literatura puede tenderse como un puente entre las dos miradas”

Fuente del articulo: https://www.clarin.com/sociedad/tecnologia-aliada-nietos-abuelos-juntan_0_4JhufwDbZ.html

Fuente de la imagen:

https://previews.123rf.com/images/dolgachov/dolgachov1411/dolgachov141102659/34035070-familia-generaci-n-la-tecnolog-a-y-el-concepto-de-la-gente-ab

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Una Marcha por la Ciencia ¿en México?

Pluma Invitada

Dr. Raúl Alva García.*

Los Estados Unidos de América fueron fundados, entre otros, por dos hombres que hoy serían llamados “científicos”: Benjamin Franklin y Thomas Jefferson. No lo fueron en su tiempo pues el término aún no existía.

“We need very much a name to describe a cultivator of science in general. I should incline to call him a Scientist. Thus we might say, that as an Artist is a Musician, Painter, or Poet, a Scientist is a Mathematician, Physicist, or Naturalist.” – William Whewell.

Sin embargo, como afirma la cita, el concepto de Ciencia ya era de uso común, así como la comprensión de la importancia del cultivo y fomento de las diversas disciplinas para el progreso de las naciones. De hecho, Whewell hizo la primera propuesta del nuevo vocablo, “científico”, ante la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia, entre 1833 y 1834. Así, en 1804, Jefferson como Presidente de los nacientes Estados Unidos, comisionó a los oficiales Meriwether Lewis y William Clark para explorar y cartografiar el territorio de Louisiana, recientemente adquirido de Francia. La expedición tenía un segundo pero fundamental objetivo: el estudio científico de los recursos naturales del nuevo territorio y la estimación de su valor económico. Sí. La ciencia fue la herramienta empleada por Jefferson para identificar, cuantificar y administrar el crecimiento económico de una nación.

Desde entonces, la ciencia ha representado un factor esencial en el desarrollo, crecimiento y supervivencia de naciones alrededor del mundo. El Imperio Británico sostuvo el dominio de los mares al mismo tiempo que desarrolló los fundamentos de la oceanografía y la climatología en el siglo 19. Napoleón Bonaparte, oficial de artillería francés, apoyó el estudio físico de los gases, lo que contribuyó al descubrimiento de las Leyes de la Termodinámica. Y Abraham Lincoln creó la Fundación Nacional de Ciencia, lo que fue un factor decisivo en el triunfo de la Unión sobre la Confederación en la Guerra de Secesión norteamericana.

Asimismo, el reconocimiento del impacto de la ciencia y de sus productos, así como de sus posibles efectos negativos en la sociedad humana fue descubierto, no accidentalmente, por científicos nortamericanos, como Oppenheimer y Pauling, y científicos inmigrantes como Einstein y Szilard.

Por ello no es de sorprender que una vez llegado a la Sala Oval en The White House, un hombre que abiertamente niega la Ciencia y cumple su propósito de cerrar oficinas científicas del Gobierno, la comunidad científica de los Estados Unidos salga a las calles a manifestarse y a marchar en defensa de la Ciencia.

Pero, ¿por qué un grupo de estudiantes, profesores e investigadores en México anunciaron una Marcha por la Ciencia para este 22 de abril?

México fue fundado por sacerdotes, militares y abogados, no por cientificos. Cuando el Naturalista Alexander von Humboldt viajó por tierras mexicanas, aunque fueron ni siquiera dos años los que estuvo en la entonces Nueva España (entre 1803 y 1804), recabó una gran cantidad de información sobre los recursos naturales. Sin embargo, esa información fue poco apreciada en su tiempo en el propio territorio mexicano (no así en Washington, donde fue recibido luego de su paso por la Nueva España). Aunque se insiste mucho en México sobre la importancia de personajes como Andrés Manuel del Río, Antonio García Cubas y Alfonso Luis Herrera, es escasa la presencia, la importancia y el reconocimiento de los científicos a lo largo de la historia de México. Y, para tragedia de la ciencia y del país, cuando aquellos se vincularon estrechamente al Gobierno mexicano, lo hicieron en uno de los periodos más oscuros de la sociedad mexicana: el Porfiriato y sus Científicos, nombre con el que se conoció a un grupo de políticos, intelectuales y hombres de negocios que influyeron profundamente en las políticas del Dictador.

Y, seamos honestos: México es un país profundamente dependiente de la Ciencia y de la Tecnología que se realiza y desarrolla en otros países.

Entonces, ¿por qué un grupo de estudiantes, profesores e investigadores en México anunciaron una Marcha por la Ciencia para este 22 de abril?

A primera vista parece que es sólo la motivación de los estudiantes de posgrado que han visto reducido el monto que reciben en las becas que les otorgó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología CONACYT al estar inscritos en Maestrías o Doctorados registrados en el Padrón de Posgrados de Calidad. O tal vez que, por fin, los Investigadores han decidido elevar la voz en función inversa a la reducción de los presupuestos que sus Instituciones destinan a los Proyectos científicos, tecnológicos y de ciencias sociales y humanidades que intentan llevar a cabo.

Si bien estos son dos de los motivos que los organizadores de la Marcha por la Ciencia en la Ciudad de México explicaron el miércoles 19 de abril de este año, en el Auditorio Francisco Gabilondo Soler de la Sociedad Astronómica de México, hay otro motivo fundamental con profundas y extensas raíces y sus equivalentes e importantes consecuencias: el reconocimiento de la Ciencia como parte fundamental de la cultura en la sociedad mexicana.

Como se ha expresado en los primeros párrafos de este texto, las naciones que han alcanzado los más altos niveles de bienestar para sus sociedades son aquellas en las que la ciencia ha contado con apoyo y reconocimiento por parte de la sociedad misma, de sus gobiernos y de los inversionistas. Han sido autores de los más importantes y trascendentes descubrimientos sobre el funcionamiento de la naturaleza, así como creadores de los instrumentos que han dado lugar al avance de la civilización y a la extensión de la vida humana a más del doble de su duración natural. Al mismo tiempo, han permitido a las mismas sociedades darse cuenta y ser concientes del impacto de las consecuencias, tanto benéficas como perjudiciales, de los resultados de la ciencia y de la tecnología desarrollada a partir de aquella.

De hecho, una mirada científica al estado actual de la sociedad mexicana en todos sus ámbitos, sugiere fuertemente (así lo escribimos en ciencia) que la causa es la falta de inversión y desarrollo en ciencia y tecnología al interior del país.

Estos y otros aspectos más humanos, como los problemas internos que la comunidad científica mexicana tiene para su quehacer cotidiano, fueron expuestos por el Dr Pedro Camilo Alcántara de la Universidad de Guanajuato, el Mtro Edgar Vargas, estudiante de Doctorado Becario del CONACYT, la Dra Monserrat Salas, Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de México, el Dr Pavel Montes de Oca de la Facultad de Ciencias de la UNAM y la Lic Gema González, estudiante de Maestría, becaria del CONACYT, así como por quien esto escribe.

Son estos los motivos por los que estudiantes, profesores e investigadores de al menos treinta instituciones de estudios superiores y de investigación en México se organizaron, como ciudadanos o residentes en México (debemos reconocer la importante participación de académicos extranjeros que han hecho de esta nación su lugar de trabajo y residencia) para hablar públicamente, en las calles y no sólo en las aulas, en los laboratorios y en los auditorios, sobre la importancia de que México se apropie de la ciencia como parte indispensable de su cultura y para el bienestar de todos quienes viven en México, uniéndose a la Marcha Global por la Ciencia. Porque la ciencia que se hace en México y en los Estados Unidos impacta y beneficia (o perjudica) a todo el mundo. Porque los obstáculos a la ciencia y a los científicos en los Estados Unidos afectan alrededor del mundo.

Por eso es que todos fuimos invitados a la Marcha por la Ciencia más cercana a casa. Los organizadores de las más de quinientas marchas alrededor de la Tierra invitaron a todos a la celebración de la Ciencia el sábado 22 de abril, Día de la Tierra. Porque esto apenas comienza.

Biofisicoquímico. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa.*

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/una-marcha-por-la-ciencia-en-mexico/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2017/04/marcha_2017-768×473.jpg

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No hay que despedir maestros en Puerto Rico

Edgar León

Los maestros son la espina dorsal de un país.  Sin ellos, la ignorancia del pueblo se aumenta y se autodestruye.  Precisamente, por eso estamos pasando esta época critica donde los estudiantes de nuestra escuela publica tienen necesidades especiales y rezagos como resultado del sistema educativo actual.  Cada uno de nosotros ha tenido una serie de maestros que nos ayudaron a leer, escribir, computar y planificar nuestro futuro descubriendo nuestras habilidades e identificando nuestras lagunas para luego ayudarnos a obtener el conocimiento necesario.

Ya es el momento de cambiar el modelo para ayudar a nuestro país con un sistema moderno de educación con el fin de poder competir en una economía mundial.

Tenemos una situación única en nuestro país donde nuevamente se están mudando miles de familias a los Estados Unidos de Norte América por que no encuentran trabajo en la isla.  Por esa razón, muchas escuelas van a cerrar sus puertas en mayo por falta de matricula.  Es un verdadero error el solo pensar en despedir maestros cuando necesitamos intervenir y resolver de forma efectiva esta emergencia académica donde nuestros estudiantes están reprobando sus pruebas de aprovechamiento.

Encima de esa situación, tenemos un currículo estatal que no funciona y que es aburrido para los estudiantes.  Tenemos un Departamento de Educación con un sistema administrativo exageradamente gigante el cual se come millones de dolares sin justificación valida.  La mayoría de las funciones administrativas de papel que hacen estos funcionarios en la administración central, los distritos escolares y regiones ya se pueden digitalizar y a su vez mejorar los servicios educativos con sistemas eficientes.

Los estudiantes se aburren por el tipo de currículo antiguo, seco, estéril y falto de tecnología integrada.  Con el sistema actual, no estamos desarrollando la creatividad ni el emprendedor estudiantil. No estamos desarrollando la parte física de nuestros estudiantes. No estamos desarrollando la parte musical ni las partes de artes creativas que tanto ayudan en la escuela.

Ya es el momento de salir de los talleres de maestros y tutorias por corporaciones extrañas con personas que nunca han dado una clase, que no saben dar clase, que no son maestros y que no se traduce en cambio significativo en las destrezas del maestro. El solo poner una persona a leer un PowerPoint y leerlo frente a los maestros es un acto criminal. Le están robando el dinero que debe ser usado para ayudar a los maestros. Esto solo sirve para aburrir a los maestros y hacerlos perder su tiempo.

Sugerimos a la Secretaria de Educación que basado en las investigaciones recientes mundiales que no despida ni un maestro y que se pongan dos (2) maestros por salón de clase en las escuelas elementales y en las escuelas intermedias.  La escuela superior debe ser convertida en laboratorios creativos e innovadores. Deben salir de los pupitres para poner mesas de trabajo y laboratorios de robótica, química, biología, producción de televisión, video, audio y artes plásticas. También hay que comenzar a integrar destrezas vocacionales, mecánicas, programación de computadoras, desarrollo de empresas y un sistema de internados.

Este nuevo modelo es usado en Finlandia y Singapur donde son los mejores sistemas educativos del mundo.  En estos países con éxito los maestros también planifican de forma colaborativa para integrar sus materias usando proyectos y resolviendo problemas reales traídos por los mismos estudiantes.

Nuevamente recalcamos la emergencia nacional educativa la cual requiere que tengamos dos maestros por salón ayudando a poner al día a todos los estudiantes y evitando que se salgan de la escuela.

Si necesitan una explicación de como se hace este modelo, con gusto me pueden enviar un correo electrónico a leon1953@gmail.com para ofrecer el nuevo modelo en mas detalle.

Fuente del articulo: https://elsoldelaflorida.com/no-hay-que-despedir-maestros-en-puerto-rico/

Fuente de la imagen: https://i1.wp.com/elsoldelaflorida.com/wp-content/uploads/2017/04/sindesperdicios.jpg?w=6

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Personalización, Diferenciación, Individualización. ¿Conoces las diferencias?

Javier Tourón

Mientras seguimos discutiendo cosas que no me parecen demasiado relevantes, como si debemos identificar, atender o promocionar el desarrollo del talento, sobre si el CI sirve o no, sobre si unos son y otros no, en otros lugares piensan en cómo avanzar en el planteamiento del aprendizaje, en un modelo de escuela que responda mejor a las diferencias y necesidades de los escolares, en el futuro del aprendizaje. El modelo de escuela como fábrica de funcionarios del imperio, todos iguales, todo basado en una burocracia que asegurase que todos harían lo mismo para mantener el imperio unido, ha pasado a la historia. Muchos expertos coinciden en esto. Ya hemos hablado de rescatar la Pedagogía diferencial, de repensar la escuela, del futuro del aprendizaje, o de cómo convertir las escuelas en centros de desarrollo del talento, por citar algunas entradas de este blog entre otras muchas.

Quiero ahora en un post breve (lo prometí a mis amigos, que siempre me riñen porque hago entradas largas) comenzar a hacer algunas reflexiones sobre las diferencias entre tres términos que ya sé que se encuentran bastante más allá de la enseñanza grupal basada en la edad, pero es que -precisamente por eso- a pesar de lo que pueda ser la escuela actual, pretendo ofrecer ideas para que cambie. Mientras discutimos (o discuten algunos) de si la escuela está para promover la igualdad, otros piensan en el aprendizaje para profesiones que ni existen. Es que en la escuela de hoy, como vamos, ¿a dónde vamos?

La oficina de Tecnología Educativa del Departamento de Educación de los EE.UU en su National Education Technology Plan de 2010 señala lo siguiente:

  • La individualización se refiere a la instrucción que se acomoda a las necesidades de aprendizaje de los diferentes alumnos. Las metas de aprendizaje son las mismas para todos los estudiantes, pero éstos pueden progresar, a través del material que se les ofrece, a diferentes velocidades de acuerdo a sus necesidades de aprendizaje. Por ejemplo, los estudiantes pueden invertir más tiempo para avanzar en un tema determinado, omitir temas que cubren la información que ya conocen, o repetir temas para los que necesitan más tiempo.
  • La diferenciación se refiere a la instrucción que se adapta a las preferencias de aprendizaje de los diferentes alumnos. Las metas de aprendizaje son las mismas para todos los estudiantes, pero el método o enfoque de la enseñanza varía de acuerdo a las preferencias de cada alumno o lo que la investigación ha encontrado que funciona mejor para los estudiantes concretos.
  • La personalización se refiere a la instrucción que se acomoda a las necesidades de aprendizaje de acuerdo con las preferencias y los intereses específicos de los diferentes alumnos. En un entorno que está totalmente personalizado, los objetivos de aprendizaje y contenidos así como el método y ritmo pueden variar mucho ( la personalización abarca la diferenciación e individualización).
En un informe titulado Personalization vs. Differentiation vs. Individualization Report (v2) realizado por Barbara Bray y Kathleen McClaskey, co-fundadoras de Personalize Learning, L.L.C., las autoras señalan que las definiciones anteriores se centran demasiado en la instrucción, de modo que ello les llevó a crear una tabla con los tres términos, pero centrada más en el alumno que en la instrucción. Determinaron que el uso del término «aprendices» era más preciso que «estudiantes» en todos los ambientes de aprendizaje. Señalan que «el aprendizaje ocurre en cualquier lugar, en cualquier momento, con cualquier persona, por lo que el aprendiz va a terminar por ser el conductor y dueño de su propio aprendizaje«. La tabla a la que se refieren os la incluyo traducida. Me parece de gran interés para los directores de las escuelas, los profesores y, como siempre, para que los padres tengáis argumentos para dialogar certeramente con los profesores de vuestros hijos. Seguiremos hablando de esto.




Nota. La unidad llamada Carnegie fue desarrollada en 1906 como una medida de la cantidad de tiempo que un estudiante ha estudiado una materia concreta. Por ejemplo, un total de 120 horas en un tema -con 4 ó 5 clases a la semana durante 40 a 60 minutos, durante 36 a 40 semanas cada año– supone que el estudiante ha realizado una «unidad» que implica obtener un crédito en la escuela. Se consideraron catorce unidades como la cantidad mínima de preparación que puede ser interpretado como «cuatro años de estudios académicos o de alta preparación «.

 

Fuente del articulo: http://www.javiertouron.es/2013/12/personalizacion-diferenciacion.html

Fuente de la imagen: http://3.bp.blogspot.com/-pc30quP-7fU/Vhzn2Ae5eOI/AAAAAAAAC-Y/bq4qs_zpxRE/s1600/AulasdelsigloXXI_javiertouron.jpg

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Sin tenacidad, el talento y la suerte son inútiles

Valeria Sabater

Alcanzar un sueño, lograr una meta o conseguir un propósito vital no siempre depende de la suerte. Los auténticos héroes tienen la maestría de la paciencia, el doctorado en la tenacidad y la virtud de la insistencia. Porque quien crea lo contrario se equivoca: hay que luchar por lo que se quiere y quien no lo haga no merece lo que desea.

En la actualidad, son muchos los sociólogos y filósofos que nos advierten de algo muy concreto: estamos inmersos en la cultura de la falta del esfuerzo, de la ausencia de tenacidad. Para justificarlo, argumentan que vivimos un presente regido por la gratificación inmediata, ahí donde las redes sociales o la sociedad del consumismo nos hacen creer que existe un camino fácil y rápido hacia el éxito.

Si bien es cierto que en una determinada época de nuestra vida puede alimentar la creencia de que todos los sueños tienen atajos o caminos cortos, siempre llega un instante en que la realidad nos abre los ojos con un jarro de agua fría. Ese momento en nuestro ciclo vital es como una inflexión, un cruce de caminos decisivo y determinante.

La tenacidad psicológica, expresada en muchas ocasiones como resiliencia, es la mejor estrategia que podemos aplicar en estos casos. Estamos ante una herramienta de crecimiento personal donde confluyen múltiples procesos emocionales y cognitivos en los que invertir tiempo y esfuerzo. Lo que de ella podemos obtener, no tiene límites. Te proponemos profundizar en este tema tan útil como enriquecedor.

Los auténticos héroes tienen la maestría de la paciencia, el doctorado en la tenacidad y la virtud de la insistencia.

La adversidad y la tenacidad intelectual

Simon Sinek es un escritor, motivador británico y experto en liderazgo que expuso una serie de hechos en una entrevista sobre los Millenials (generación nacida a partir de 1984) que se convirtió, al poco, en viral. Según este autor, nuestros jóvenes son ese grupo poblacional brillantemente preparado a quienes se les prometió éxito y felicidad. Sin embargo, el actual mercado laboral dista mucho de poder dar respuesta a estas expectativas.

La insatisfacción y la falta de un proyecto vital determinan que los índices de depresión sean cada vez más elevados entre todos estos chicos con edades comprendidas entre los 20 y los 33 años. Por otro lado, y según el propio Simon Sinek, a ello se le suman otras dimensiones que intensifican aún más esta realidad social y psicológica: adicción a las redes sociales, la baja autoestima, la poca resistencia a la frustración y la falta de paciencia y tenacidad.

Ahora bien, queda claro que hay muchas diferencias personales entre nuestros jóvenes. Los hay perseverantes, exitosos, tenaces y también quienes se sumen en su universo de pasividad. Sin embargo, existe un dato que admite poca réplica: la sociedad actual exige ahora aptitudes distintas a las de hace solo unos años; unas aptitudes que todos -jóvenes y no tan jóvenes- tenemos que tener desarrolladas en alguna medida si queremos ser competitivos.

Porque los conocimientos instrumentales no bastan, como tampoco bastan los títulos, los idiomas, las experiencias, los deseos incluso las ganas. Nada de esto es suficiente si no somos TENACES.
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Son muchos los estudios psicológicos que nos señalan algo importante que debe servirnos de aliento: los tiempos difíciles aumentan la tenacidad intelectual. Según un trabajo publicado en la revista “Current Directions in Psychological Science”, la adversidad es ese desafío vital que tarde o temprano nos empuja a todos nosotros a desarrollar nuevas estrategias de afrontamiento.

Es ese bache en nuestro sendero vital donde abrir más la mirada para dejar a un lado nuestros entornos cotidianos, nuestra zona de confort y el derrotismo. Son instantes en que solo cabe un tipo de respuesta: ser valientes.

A continuación, te explicamos cómo ponerlo en práctica.

La tenacidad intelectual y la mente virtuosa

La tenacidad intelectual marca la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre el cumplimiento de los objetivos vitales y la frustración. Muchos equiparan esta dimensión a una virtud, a una especie de entidad divina que a algunos les viene de fábrica. No es así.La tenacidad es un valor, de hecho, hay quien la aplica ya en su día a día porque así se la inculcaron sus padres. Otros, en cambio aprendieron a desarrollarla por sí mismos como otra dimensión más de su propio crecimiento personal.

Veamos ahora qué claves vertebran la tenacidad intelectual.

Las dimensiones de la mente virtuosa

Entendemos la mente virtuosa como esa mente en la que se producen un conjunto de procesos psicológicos que nos permiten ser tenaces y hábiles en todos nuestros entornos para invertir en nuestro propio potencial humano. Estos serían los principales puntos para lograrlo:

  • Debemos aprender a desarrollar un enfoque mental flexible, abierto e intuitivo. Algo así implica dejar a un lado ese enfoque mental rígido donde hay resistencia al cambio, donde la adaptación al entorno es pobre y donde uno no es capaz de ver sus propios errores o limitaciones.
  • Por otro lado, otro enfoque mental que caracteriza a una parte de la población es lo que se conoce como la “mente líquida”. Es aquella que se define por ser voluble, cambiante, despersonalizada y dependiente solo de los estímulos del exterior sin ahondar en los propios valores y en un locus de control interno.
  • La mente virtuosa invierte en su propia autoestima y en su autoconcepto, sabe que la falta de amor propio es un modo de autodestrucción.
  • La tenacidad se practica a diario, no sabe de descansos cuando hay un propósito claro, y a su vez, no se rinde ante las presiones del entorno, ante los comentarios ajenos.
  • Una mente tenaz y virtuosa es, además, una mente creativa. La creatividad exige de calma interior y apertura exterior. Además, sabe aplicar adecuados filtros perceptivos para encontrar fuentes de inspiración y puertas de oportunidad.

Para concluir, más allá del talento y más allá de la suerte está ante todo la tenacidad personal. No importa que en un momento de nuestras vidas nos sintamos atascados, hundidos en las arenas movedizas del miedo, el fracaso o la incertidumbre. Todos somos aptos para el triunfo, todos somos merecedores de nuestra felicidad y todos somos potencialmente tenaces.

Pongamos en práctica este valor.

 

Fuente del articulo: https://lamenteesmaravillosa.com/sin-tenacidad-el-talento-y-la-suerte-son-inutiles/

Fuente de la imagen: https://lamenteesmaravillosa.com/wp-content/uploads/cursos//tenacidad-1.jpg

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La discriminación necesaria y la perjudicial

Alberto Benegas

Según el diccionario, discriminar quiere decir diferenciar y discernir. No hay acción humana que no discrimine: la comida que elegimos engullir, los amigos con que compartiremos reuniones, el periódico que leemos, la asociación a la que pertenecemos, las librerías que visitamos, la marca del automóvil que usamos, el tipo de casa en la que habitamos, con quién contraemos nupcias, a qué universidad asistimos, con qué jabón nos lavamos las manos, qué trabajo nos atrae más, quiénes serán nuestros socios, a qué religión adherimos (o a ninguna), qué arreglos contractuales aprobamos y qué mermelada le ponemos a las tostadas. Sin discriminación no hay acción posible. El que es indiferente no actúa. La acción es preferencia, elección, diferenciación, discernimiento y, por ende, implica discriminar.

Como se ha dicho, si una persona con mucha sed en un desierto tiene una cantimplora con agua a su derecha y otra a la izquierda y se declara indiferente de cuál beber y, por ende, no elige una de ellas, se morirá de sed. Para seguir viviendo debe discriminar, elegir y optar.

Esto debe ser nítidamente separado de la pretensión, a todas luces descabellada, de intentar el establecimiento de derechos distintos por parte del aparato estatal, que, precisamente, existe para velar por los derechos y para garantizarlos. Esta discriminación ilegítima echa por tierra la posibilidad de que cada uno maneje su vida y hacienda como le parezca adecuado, es decir, bloquea las posibilidades de que cada uno discrimine acerca de sus preferencias, lo cual debe ser respetado en un Estado de derecho, siempre que no se lesionen iguales derechos de terceros. Otro modo de referirse a aquel uso abusivo y pervertido de la ley es simple y directamente el del atropello al derecho de las personas.

La igualdad ante la ley resulta crucial, concepto íntimamente atado a la justicia, es decir, a la propiedad, primero, del propio cuerpo, a sus pensamientos y a sus pertenencias, en otras palabras, el “dar a cada uno lo suyo”.

La prueba decisiva de tolerancia es cuando no estamos de acuerdo con las conductas de otros. Tolerar las que compartimos no tiene mérito alguno. En este sentido, podemos discrepar con las discriminaciones, las elecciones y las preferencias de nuestro prójimo, por ejemplo, por establecer una asociación en la que sólo los de piel oscura pueden ser miembros o los que tienen ojos celestes. Allá ellos, pero si no hay violencia contra terceros, todas las manifestaciones deben respetarse, no importa cuán ridículas nos puedan parecer.

Curiosamente se han invertido los papeles: se tolera y alienta la discriminación estatal con lo que no les pertenece a los Gobiernos y se combate y condena la discriminación que cada uno hace con sus pertenencias. Menudo problema en el que estamos por este camino de la sinrazón, en el contexto de una libertad hoy siempre menguante.

Parece haber una enorme confusión en esta materia. Por un lado, se objeta que una persona pueda rechazar en su propia empresa la oferta laboral de una mujer embarazada o un anciano, porque configuraría una actitud discriminatoria, como si el titular no pudiera hacer lo que estima conveniente con su propiedad. Incluso es lícito que alguien decida contratar solamente a quienes midan más de uno ochenta. Como es sabido, el consumidor es ciego a religiones, etnias, alturas o peso de quienes se desempeñan en las empresas, por tanto, quien seleccione personal por características ajenas al cumplimiento y la eficiencia pagará el costo de su decisión a través del cuadro de resultados, pero nadie debería tener el derecho de impedir un arreglo contractual que no use la violencia contra otros.

Por otra parte, en nombre de la novel “acción positiva” (affirmative action), se imponen cuotas compulsivas en centros académicos y lugares de trabajo “para equilibrar los distintos componentes de la sociedad”, al efecto de obligar a que se incorporen ciertas proporciones, por ejemplo, de asiáticos, lesbianas, gordos y budistas. Esta imposición naturalmente afecta de forma negativa la excelencia académica y la calidad laboral, ya que deben seleccionarse candidatos por razones distintas a la competencia profesional, lo cual deteriora la productividad conjunta, que, a su vez, incide en el nivel de vida de toda la población, muy especialmente de los más necesitados, cuyo deterioro en los salarios repercute de modo más contundente dada su precariedad.

Por todo esto es que resulta necesario insistir una vez más en que el precepto medular de una sociedad abierta de la igualdad de derechos es ante la ley y no mediante ella, puesto que esto último significa la liquidación del derecho, es decir, la manipulación del aparato estatal para forzar pseudoderechos que siempre significa la invasión de derechos de otros, quienes, consecuentemente, se ven obligados a financiar las pretensiones de aquellos que consideran que les pertenece el fruto del trabajo ajeno.

Desde luego que esta atrabiliaria noción del derecho como manotazo al bolsillo del prójimo, entre otros prejuicios, se basa en una idea errada anterior, que es que la riqueza es una especie de bulto estático que debe redistribuirse (en direcciones distintas a la distribución operada en el supermercado y afines), dado que sería consecuencia de un proceso de suma cero. No conciben a la riqueza como un fenómeno dinámico y cambiante en el que en cada transacción libre y voluntaria hay un proceso de suma positiva, puesto que ambas partes ganan. Es por esto que actualmente podemos decir que hay más riqueza disponible que en la antigüedad, a pesar de haberse consumido recursos naturales en el tiempo trascurrido desde entonces. Es cierto el principio de Lavoisier: “Nada se pierde, todo se transforma”, pero lo relevante es el crecimiento de valor, no de cantidad de materia (un teléfono antiguo tenía más material que uno celular, pero este último presta servicios mucho mayores y a menor costo).

Vivimos la era de los pre-juicios, es decir el emitir juicios sobre algo antes de conocerlo (y conocer siempre se relaciona con la verdad de algo, ya que no se conoce que dos más dos son ocho). La fobia a la discriminación de cada uno en sus asuntos personales y el apoyo incondicional a la discriminación de derechos por parte del Leviatán es, en gran medida, el resultado de la envidia, esto es, el mirar con malevolencia el bienestar ajeno, no el deseo de emular al mejor, sino que apunta a la destrucción del que sobresale por sus capacidades.

Y esto, a su vez, descansa en la manía de combatir las desigualdades patrimoniales que surgen del plebiscito diario en el mercado, en donde el consumidor apoya al eficiente y castiga al ineficaz para atender sus reclamos. Es paradójico, pero no se condenan las desigualdades patrimoniales que surgen del despojo vía los contubernios entre el poder político y los así llamados empresarios, que prosperan debido al privilegio y a mercados cautivos otorgados por Gobiernos a cambio de favores varios. En realidad, las desigualdades de la época feudal (ahora en gran medida replicadas debido al abandono del capitalismo) son desde todo punto de vista objetables, pero las que surgen de arreglos libres y voluntarios, no sólo no son objetables, sino absolutamente necesarias al efecto de asignar los siempre escasos factores productivos en las manos más eficientes para que los salarios y los ingresos en términos reales puedan elevarse.

No es relevante la diferencia entre los que más tienen y los que menos poseen; lo trascendente es que todos progresen, para lo cual es menester operar en una sociedad abierta, donde la movilidad social constituye uno de sus ejes centrales. Como las cosas no suceden al azar, para contar con una sociedad abierta, cada uno debe contribuir diariamente a que se lo respete.

Podemos extrapolar el concepto del polígono de fuerzas de la física elemental al terreno de las ideas. Imaginemos una enorme piedra en un galpón atada con cuerdas y poleas y tirada en diversas direcciones por distintas personas, ubicadas en diferentes lugares del recinto: el desplazamiento del bulto será según el resultado de las fuerzas concurrentes, ninguna fuerza se desperdicia. En las faenas para diseminar ideas ocurre lo propio, cada uno hace lo suyo y si no se aplica a su tarea, la resultante operará en otra dirección. Los que no hacen nada sólo ven la piedra moverse y habitualmente se limitan a despotricar en la sobremesa por el rumbo que toma.

Hace poco tiempo, en Buenos Aires estaba escuchando radio en el automóvil y el locutor expresó que una señora, dueña de una casa en la zona costera, publicó un aviso en algún periódico que no es del caso mencionar en el que anunciaba que ponía su vivienda en alquiler durante la temporada veraniega con la condición de que el inquilino fuera vegetariano. Consignaba en el aviso de marras que los residuos de la carne atraían microbios que deseaba evitar. Henos aquí que todos los miembros del equipo que trabaja en el programa radial en cuestión pusieron el grito en el cielo y condenaron sin piedad a la titular del aviso. Manifestaron que esa actitud era discriminatoria y que, en consecuencia, había que aplicarle las normas correspondientes y no permitir semejante propuesta de alquiler.

Hubo llamados de radioescuchas que se plegaron a las invectivas de los conductores (por lo menos los que se pasaron al aire). Una señora muy ofuscada levantó la voz y señaló que debía detenerse a quien haya sido capaz de una iniciativa de esa índole, puesto que “actitudes como la discutida arruinan la concordia argentina”. Otro fulano, que dijo ser ingeniero con experiencia en operaciones inmobiliarias de envergadura, espetó que habría que confiscarle la propiedad a la autora de “semejante anuncio”. Y así siguieron otras reflexiones patéticas y dignas de una producción cinematográfica de terror, sin que nadie pusiera paños fríos ni apuntara a introducir atisbo de pensamiento con cierto viso de cordura.

Entonces, vivimos en una era en la que se discrimina lo que no debería discriminarse y no se permite discriminar lo que debe discriminarse. Por cierto, una confusión muy peligrosa. Algo aclara un pensamiento de Cantinflas: “Una cosa es ganarse el pan con el sudor de la frente y otra es ganarse el pan con el sudor del de enfrente”.

Fuente del articulo: http://opinion.infobae.com/alberto-benegas-lynch/2016/05/21/la-discriminacion-necesaria-y-la-perjudicial/index.html

Fuente de la imagen:  http://1.bp.blogspot.com/-9Xy_f9kOFXs/Tx2jC-mwCNI/AAAAAAAArKs/42uFg9cAKAo/s1600/bullying.gif

 

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