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Enfermos mentales

Por: Lidia Falcón

Hace pocos días un hombre ha asesinado a su mujer y a sus dos hijos, un niño de 8 años y una niña de cinco en Campo de Criptana (Ciudad Real). Ante la espeluznante noticia una prestigiosa psicóloga me dice, en tono de advertencia para que reflexione y salga de mi empecinamiento feminista: “esto no es una cuestión de cultura, es enfermedad mental”. Cuando le argumenté que las mujeres enfermas mentales no matan hombres y niños en la proporción que aquellos lo hacen, me respondió: “Es que las enfermedades mentales también se diferencian por sexo”.  Y ciertamente, en términos universales los hombres asesinan y las mujeres se suicidan, pero plantear estas diferencias en términos de salud mental es desideologizar la enorme opresión y explotación de la mujer. Extraer la gran cuestión social de la violencia contra la mujer del debate político, para recluirlo en los sanatorios es el mayor favor que se le puede hacer a los sectores reaccionarios de nuestra sociedad.

En las cifras mundiales, los feminicidios alcanzan cifras espantosas. En países como Afganistán, Irak, Irán, en Oriente Medio, en África, no existen estadísticas pero sabemos de los casos más horribles. En Arabia Saudí cualquier hombre puede agredir a una mujer si va sola por la calle y se las lapida en público por cualquier delito. En México los secuestros y asesinatos de mujeres han alcanzado difusión en el mundo entero; las feministas argentinas informan que se asesina una mujer cada día y se la viola cada 38 minutos.

En varias naciones musulmanas se ha legalizado el matrimonio entre niñas y hombres adultos. Ya se han reportado varios casos de muerte de la novia por la violación del marido la misma noche de bodas.

En otros países se practica la cliteridectomía, la infibulación y o la recesión de los labios mayores. La prohibición de esta mutilación, que proviene de los tiempos más antiguos, en Egipto, en Mali, en Mauritania, en Senegal, se ha logrado hace pocos años, sin que su práctica haya cesado, mantenida en las familias por la tradición. Se supone que 100 millones de niñas sufren que se las mutiles genitalmente, con la consecuencia de padecer infecciones, dificultades en el parto y hasta la muerte.

Por ello, y muchos más datos, la ONU ha afirmado que “la violencia contra la mujer es el crimen encubierto más numeroso del mundo”. 

En España, en los tres meses de 2017 hemos perdido a 29 hermanas: tiroteadas, estranguladas, acuchilladas, quemadas, asfixiadas, y a varios niños y niñas. Durante los últimos 12 años han asesinado a más de 1.000. Contabilizamos, de forma muy conservadora, 2.500.000 de mujeres golpeadas habitualmente, y el maltrato psicológico apenas está perseguido en un país donde el piropo, el acoso verbal y físico en la calle, en el trabajo, en la Universidad, en los Ayuntamientos, en el Parlamento, están siendo denunciados cada vez con mayor frecuencia. Y esos son los casos que se conocen, la punta del iceberg de los miles que quedan ocultos.

Los asesinatos de prostitutas se hunden en la ignorancia y el olvido, ante la indiferencia de las instituciones, de los medios de comunicación y de la sociedad civil. Ni siquiera cuentan para esos Observatorios de Violencia de Género, que proliferan por toda España, ya que estas víctimas no son género sino simplemente mujeres, para nuestra sofisticada Ley de Violencia, que discrimina a las que mantienen o mantuvieron una relación sentimental con el asesino y las que no, sin que se entienda el propósito del legislador al establecer semejante diferencia.

Y vuelvo a preguntarme, después de la preocupación que me ha embargado ante la segura afirmación de la psicóloga, ¿todos los asesinos y violadores e infanticidas son enfermos mentales? No dudo que en algún caso una patología se haya instalado en la mente del verdugo, pero me resulta imposible aceptar que la violencia contra la mujer sea un problema de salud mental. Asumir semejante diagnóstico significaría eliminar las denuncias y el debate político,  vaciar las cárceles y llenar los manicomios.

Desde los tiempos del Código de Hamburabí hasta el Cödigo Penal Napoléonico, pasando por el Antiguo Testamento y el Corán, los textos legales, religiosos, morales, educativos, han sancionado la inferioridad de la mujer y su situación de sumisión al varón. Y en consecuencia éste puede maltratarla a su libre albedrío hasta la muerte. Ya en la modernidad los científicos dedicaron muchas horas de su precioso tiempo a medir cerebros de hombres y de mujeres para demostrar que éstas eran más tontas, como investigué y escribí en Mujer y Sociedad hace cincuenta años Y eso es cultura.

Cultura machista que significa el poderío del hombre como clase dominante sobre la mujer como clase explotada y dominada, que no se cura ni con fármacos ni con psicoanálisis ni con electroshock.

De la misma forma que sería un despropósito calificar de dementes a los fascistas, cuando bombardean países, imponen dictaduras, encarcelan a sus opositores, torturan a sus detenidos y fusilan a los disidentes.

Pero me preocupa que mientras tal clasificación no se plantea cuando se trata de lo que se llama la lucha política, en lo que se refiere a las reivindicaciones feministas se pueda derivar lo que es, con toda evidencia, la opresión y explotación generalizada de las mujeres a unos diagnósticos médicos. Lo que da argumentos a los machistas de toda laya, empecinados en quitarle importancia a  la violencia que se ejerce contra ellas, e incluso en afirmar que las denuncias son falsas.

O revolucionamos el mundo y el feminismo cambia las relaciones de poder entre el hombre y la mujer y hace imperar la libertad, la igualdad y la solidaridad entre todos: clases sociales, pueblos y sexos o la guerra, la persecución de las razas de color, la tortura de los prisioneros, la explotación económica y el maltrato y el asesinato de mujeres y niños se perpetuarán. Es decir, el machismo.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/04/09/enfermos-mentales/

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Juventud y compromiso 1814-2017

Por: Luis B. Saavedra M.

I

Antes, años 70, 80 y 90 del pasado siglo XX, los días de asueto debido a efemérides patrias pasaban desapercibidos. Sólo si uno se aplicaba con mucha buena voluntad a «escarbar» en el pasado y vislumbrar ciertas claves de la historia actual, los disfrutaba enormemente. Principalmente por los especiales radiales y reportajes escritos que, con dramatizaciones y reconstrucciones periodísticas, incluían entrevistas a especialistas. Así, ofrecían alternativas didácticas cautivantes. Al menos para quienes ya en la primera juventud teníamos ciertas inquietudes intelectuales e interés por comprender la «dinámica de los hombres en el tiempo» que, al decir de Pierre Vilar en su obra «Iniciación al análisis del vocabularios histórico», es la historia-conocimiento con sus interpretaciones de los acontecimientos con diversas perspectivas.

Claro, en aquel entonces uno disfrutaba las fechas patrias si no tenía compromisos inmediatos varios y tan dispares como: hacer los deberes escolares, trabajar en alguna menudencia hogareña. Por ejemplo jopiar los chivos, cargar agua, cortar leña o jugar en cualquier parte del pueblo una «caimanera de beisbol». A parte, pues, de los tradicionales y soporíficos desfiles militares siempre tan «planos» generalmente transmitidos en cadena nacional de radio y televisión, donde hablaba el Jefe de Estado recurriendo a una pomposa e insufrible oratoria. Mal leyendo largas parrafadas que otros le escribían seguramente, cual niños de escuela poco adelantados. Sin embargo, teníamos la alternativa de los dramáticos radiales o los especiales impresos confiables. O así nos lo parecía entonces.

El programa «Los Venezolanos Primero» del conocido locutor costumbrista larense don Gerardo Brito (El Tocuyo, 1948-Barquisimeto, 2014), por Radio Lara 870; llamado «El Compadre» por la gran cantidad de ahijados que tenía por todo el país, en particular del Llano, promotor como era de sus aires musicales, tradiciones y leyendas, así como defensor acérrimo de la integridad territorial de la nación, de hecho popularizó un eslogan por demás simpático: «¡De Venezuela ni un centímetro para nadie!»; el Prof. Isaac del Moral, locutor, periodista, compositor, músico y costumbrista larense, por su parte puso al aire su programa: «Barquisimeto de ayer», donde los memorialistas tenían su espacio digno; el primero en la tarde los días de semana y el segundo los domingos en la mañana, ambos hacían la delicia de sus oyentes. En particular de los más jóvenes.

No sé de dónde sacaban esas dramatizaciones de la Batalla de Carabobo o de La Victoria pero eran muy vívidas y «actualizaban» de manera entretenida eventos del pasado, cosa que ahora no se oye ni lee. Todo ha cambiado. A menos que hagamos un ejercicio de comparación con el programa «Una tierra llamada Venezuela», presentada por el locutor, periodista y guionista César Miguel Rondón, por Unión Radio 870 am. Este desde una perspectiva historiográfica que el Dr. Germán Carrera Damas ha dado en llamar «La república civil», opuesta al militarismo, que según sostienen él y sus seguidores constituye el apoyo del actual régimen político, que el Dr. Manuel Caballero llamara también promotor de la religión de la patria (en «La abolición de la historia»).

II

A ciertos autoproclamados ínclitos historiadores a falta de obras orgánicas y de largo aliento aunque con varias escolaridades de doctorados encima pero dizque sin tesis (pero ya es bastante, ¿no?), gustan dar entrevistas llamativas en primera página con llamados a páginas internas. Eso no sería nada si no es porque suelen ver «fascismo» y dictaduras por todas partes o lo asemejan con el «Socialismo del siglo XX», doctrina esta última atisbada por el comandante Chávez como vía para superar las asimetrías del capitalismo salvaje.

Pero nuestros ínclitos historiadores futuristas llegan a afirmar como tesis sucinta de sus hallazgos después de profundos análisis de los procesos y tendencias que se mueven en el presente, que Venezuela es presa del fascismo. Propalan abiertamente y sin cortapisas esas sandeces por los medios de comunicación, hablan más que loros, guacamayas y pericos agarrados por la cola de lo maravilloso de su aserto científico; reivindican así la democracia adeco-copeyana burguesa.

Por todas partes proclaman la superioridad o preponderancia de lo civil por sobre «el estamento militar» pero jamás ponderan la importancia de unión cívico-militar, de donde se tiene que sus entrevistas a modo de «juicios de expertos» deja mucho que desear. Porque si la historia-ciencia no es un tribunal ¿cómo es que sus palabras están teñidas de juicios de valor y anacronismos burdos, juzgando actitudes y eventos del pasado con criterios del presente? ¿Cómo es que con la escolaridad de dos o tres doctorados no adviertan semejante pifia epistemológica y no sepan distinguir lo que es ciencia de aquello que no lo sea?

Ah, que ahora la juventud tiene más peligros de extraviarse entre los meandros de la violencia, que además tiene otras vías tecnológicas para acceder a la información, la educación y el entretenimiento, principalmente las redes sociales. Bien. Pero volvamos a nuestro punto inicial, aunque los tradicionales periódicos tienen ahora versiones impresas y digitales, al parecer pocos jóvenes se acercan a tales discursos con visión crítica; incluso algunos intentan repetir ese viejo expediente de los reportajes o las entrevistas a «expertos» en historia y ciencias sociales; pero uno, que ya es de «edad crecida» el regusto al leer tales infundios ya no es el mismo. Tal vez porque ya nosotros tampoco lo somos. Por otra parte y como primera refutación a una de las tesis ofrecidas en cierta entrevista que luego citaremos, creemos que hoy la educación escolar en el mundo de hoy exija ser más solidario y no más preparado para lanzarse a la competencia descarnada en el marco del darwinismo social neoliberal.

¿La capacidad crítica no nos deja tener paz con la miseria? ¿Hay otras habilidades y destrezas que capacitan para identificar por ejemplo, que tras cierta retórica historiográfica supuestamente neutra se esconden posiciones ideológicas que despotrican contra la gesta militar de José Félix Ribas y sus huestes? Ya no hay realistas y patriotas -según esas lenguas de trapo- como antes enseñaban los libros de texto. Sino venezolanos de entonces en cruenta guerra civil. Validando así las tesis de Laureano Vallenilla Lanz en su obra «Integración y disgregación» y «El gendarme necesario», acerca de que la Guerra de Independencia en Venezuela no fue sino una guerra civil. «Un ejército de mestizos» que actuaban bajo las premisas de la cultura europea o española. Tales son sus «hallazgos».

III

Por otra parte, se tiene que para esos «laureados historiadores» su disciplina no es ya el estudio del pasado fundamentado o apoyado en la «observación documental» y una hermenéutica ajustada a los hechos históricamente dados, sino el futuro. Cual imitadores a la distancia de los juegos de escenarios desarrollados por especialistas como Alvin Toffler, Antonio Francés o John Magdaleno. Como si de eso que llaman algunos Estudios de Prospectiva, se tratara la cosa. ¿Qué tal semejante confusión del espíritu? Confundir la leche con la magnesia, decían en mi pueblo es peligroso.

De lo anterior dice Platón en «La República o El Estado» que: «son dos principios distintos». Pero acontece que los aludidos «académicos» en sus frecuentes comparecencias a los medios de comunicación expresan simplemente, siguiendo nuevamente a Platón «la cólera infantil de la razón y tal parece que ya de tan adultos no llegarán nunca al uso de la razón autónoma». Siempre parecen andar subordinados a intereses crematísticos de grupos de presión de los que son voceros con sus «discursividades apofánticas». Esto es, que discurren sobre «sus» verdades u opiniones a tenor de intereses concretos, que no suelen ser los de nación libre e independiente sino como exigiendo ser «Estados libres asociados» mostacilla verde mediante.

IV

En breve y como segunda refutación, la educación escolar en cualquiera de sus niveles y modalidades no debe ya enseñar nuestra historia épica ni menos usar la palabra Patria, Historia patria, como se leía en un libro de J.M. Siso Martínez, y exaltar «Qué linda es Venezuela» Luís Eduardo Eggi en una época cuando «éramos felices y no lo sabíamos», sino introyectar en la mente y el corazón infantil la cultura global. Cual dizque es el mundo en el que le ha tocado en suerte actuar a los retoños y nuevas juventudes.

A propósito de cumplirse días atrás 203 años de la Batalla de la Victoria y que desde al menos 1947 Venezuela celebra el Día de la Juventud en Venezuela fue que nuevamente hizo su respectiva comparecencia en la prensa escrita algún historiador en su batida contra «la épica de la independencia» que los «gobiernos de izquierda quieren revivir», acotando como siguiendo a pie juntillas el consejo de Barak Obama, que lo importante no es el pasado sino el futuro. Cosa rara para un historiador pero citemos una retahíla de una fuente hemerográfica con fines sustentar lo antes dicho, ya que:

«La fechas patrias no son para hacerles ritos, sino para mirarse en el futuro y hoy el reto nos invita a innovar, a convertirnos en un individuo localizado con conciencia global. El otro desafío que tiene la juventud venezolana es que no puede seguir dejando en manos de mesías, militares o civiles el destino de la nación. El liderazgo de hoy reclama una juventud capacitada y competente para que derrote al liderazgo carismático y populista. Hoy los nuevos héroes tienen que ser civiles y de vocación democrática. Los «líderes» no pueden seguir siendo de los cuarteles, sino de la sociedad civil organizada porque a mayor organización, mayor desarrollo. A mayor formación mayor organización y ambas garantizan el desarrollo humano económico y social del país» (La juventud está llamada a hacer su propia historia, www.elimpuso.com 12 de febrero de 2017).

Volvamos a citar al experto: «… es preciso entender que esos héroes de nuestra historia, de nuestras batallas, jugaron su papel en su momento y tienen su puesto en la historia, pero ahora le corresponde a la juventud construir el futuro, con base en los problemas del presente» (ídem). Pero al contextualizar la cosa, señala que el 12 de febrero de 1814 cuando la juventud universitaria enfrentó durante todo el día a las huestes de José Tomás Boves, Realista que superaba en número de soldados a los patriotas y vencieron por su arrollo asombroso:

«Se trata de una de las efemérides del calendario de la historia de la patria que nació a propósito de una coyuntura importante. Ese día se conmemora desde el 10 de febrero de 1947 por decisión de la entonces Asamblea Constituyente» (La juventud está llamada a hacer historia, www.elimpulso.com>Inicio>Noticias> 12 de febrero de 2017)).

Aquí viene el «trabajo» de descrédito flagrante de la revolución bolivariana con sus tesis de la superioridad de lo civil por sobre lo militar, porque así se observa como esa labor de «denuncia» acerca de que el comandante Chávez -sin citarlo con nombre propio como un mesías militar y populista que impuso su liderazgo- se hace evidente, véase:

«(…) Fue un hecho sangriento (la Batalla de la Victoria de 1814), miles de venezolanos murieron, mal llamados realistas y patriotas porque todos eran venezolanos, con la fuerte impronta de la cultura y política española, que mezclados con indígenas y africanos, constituían un ejército mestizo» (ídem).

«¿Qué significa en la actualidad?» (la Batalla de la Victoria) atina a preguntar la periodista y comenta de acuerdo al juicio del experto que respondió:

«… no se trata de seguir mirando en el pasado, de traer una gesta heroica al presente por tanto que los gobiernos de izquierda se han encargado de hacer cualquier cosa con el ayer. Hay que ver esa proeza en su contexto. Más del 60% de la población del país tiene entre 15 y 30 años de edad. Hoy, no se trata de armar a los jóvenes para sacarlos a pelear contra un mismo pueblo, hoy se trata de entender los retos y los desafíos que tiene esta generación», (ob cit).

A saber, «… comprender el sentido que tiene el futuro, comprender el significado del momento actual para avanzar pese a los obstáculos y las limitaciones que ahora existen en Venezuela, un país que se ha alejado de los valores democráticos, de los valores de la cultura cívica, un país que se reduce a la saga en medio de la dinámica de un mundo global», (ob cit).

Al experto de El Impulso olvidó citar aunque fuera de pasada la conocida definición que en Pierre Menard autor del Quijote hace Jorge Luís Borges, a saber, que «… la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo del pasado, ejemplo y aviso de los presente, advertencia de los porvenir», también olvidó a Manuel Caballero quien burla burlando acotara que si la historia enseña algo es que no enseña nada, como no sea la recreación intelectual y el retorno de las emociones más genuinas por la terruca frente a lo cual cada cual tomará lo que más agrade y si posible prevalido de una hermenéutica razonablemente digna, sino estaríamos en un ejercicio similar a aquella ya vieja película de Steven Spielberg «Recuerdos del futuro».

Menos mal que pudimos observar que existe una amplia juventud comprometida con los mejores interese de la patria y que este 12 de febrero salió a expresar sus emociones abiertamente, sin parar mientes en la épica del desencanto que promueven algunos desde ciertos espacios académicos, universitarios o corporaciones tradicionales, espacios estos últimos a los suponemos aspiran entrar personas como el experto de El Impulso y a cuyos lectores es a quien dirigiera principalmente su puntillosa disertación, luego nos preguntamos: ¿los historiadores estudian el pasado o el presente? Es por una duda que tengo.

Fuente: https://www.aporrea.org/actualidad/a243990.html

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Estupidez viral : las redes que atontan

Por: Antonio Fernández Vicente

En una conferencia pronunciada en los años 30 del pasado siglo, el escritor Robert Musil intentaba responder a la pregunta ¿qué es la estupidez? Su respuesta fue quizás estúpida : « No sé lo que es ». Además, el mero hecho de plantear la cuestión implica que aquellos que escuchen presupongan la vanidad del orador. O bien pudiera ser que quien toma la palabra en esta lid sea el que crea en su superior inteligencia al formularla. Despreciar a los demás siempre es placentero porque nos sitúa en lo alto de la jerarquía social. En ambos casos, también sería estúpido el orador porque hablar sobre estupidez de forma abierta tachará de egolatría y un cierto elitismo a quienes escriban sobre el asunto. También yo soy estúpido, por tanto, lo confieso, aunque esto para el lector avezado sea refinadísima soberbia que confirma mi estulticia.

Por otra parte, como señala Musil a propósito de Erasmo, sin una porción de estupidez la humanidad se habría disipado sin remisión. Por ejemplo, el amor genera ceguera de modo que sólo vemos virtudes donde abundan defectos, aunque esto es una cualidad positiva y deseable de la estupidez. Si uno piensa en la historia de la Humanidad, llega a la misma conclusión que Saramago : ha sido un profundo y absoluto desastre. La Historia es la confluencia de historias estúpidas. Y esto no es ser pesimista, sino un realista bien informado, como nos decía otro gran desencantado, Benedetti. A fin de cuentas, todos somos un poco estúpidos, yo mismo por escribir unas líneas sobre la estupidez y tú, lector, por leerlas.

Sin embargo, aunque ya Dickens nos enseñaba en su Historia de dos ciudades que no hay épocas mejores ni peores, sí es cierto que para el observador atento de la estupidez hay fenómenos regulares de estulticia que se propagan con rapidez en nuestros días. La estupidez se vuelve viral y se contagia de forma instantánea. Más rápido que nunca y eso es un logro de nuestra querida civilización digital. En ocasiones, la incapacidad para comprender y la vana presunción de sabiduria cuando lo lógico sería admitir con humildad la docta ignorantia se convierten, por utilizar uno de esos lenguajes que embrutecen, en trending topic.

Si tú, querido lector, sigues leyendo estas líneas de corrido, tal y como yo las estoy escribiendo sin interrupciones, quizás no hayas sido todavía alcanzado por ese viento huracanado de imbecilidad coyuntural. Me estoy refiriendo, claro está, a la estupidez funcional que es heredera de la televisión, y que toma la forma informe y caótica de lo que con inusitada tontuna se llaman redes sociales. Las ha habido siempre, y nuestra sociedad no ha sido en cualquier época más que una gran malla de vínculos y relaciones interconectadas. Pero sólo ahora parece que hayamos tomado conciencia de la naturaleza reticular. Redes y huecos, eso es todo.

Pero existen algunas prácticas que hacen de la estupidez funcional -todos lo somos por naturaleza, pero a algunos se les congela la inteligencia más a menudo que a otros- un fenómeno contagioso. La más importante es la aceleración. Cuando se lee muy deprisa -o muy despacio- no se entiende nada, nos enseñaba Blaise Pascal. Pues ahora se vive muy deprisa, y ocurre que el pensamiento humano opera en tiempos lentos. Pero para actualizarse en esas redes que colonizan nuestras vidas hemos de someternos a la tiranía del tiempo real, de la lectura transversal, panorámica y de la escritura fugaz, impensada. No hay tecnología neutral : las distracciones constantes del último WhatssApp nos impiden centrar la atención en aquello que tengamos delante. O impiden también los momentos de soledad auténtica, las rêveries a lo Rousseau. WhatssApp y aplicaciones semejantes, como Twitter -que parece ser es más elitista, vanidosa, narcisista, borreguil y endiosante- son máquinas de transmitir mensajes que producen olvido por saturación. Aniquilan la posibilidad de pensamiento ; violentan las conversaciones, que como señala en un reciente libro Sherry Turkle, declinan en la misma medida en que pasamos nuestras vidas en las pantallitas. Hay que ser estúpido para pasar la mayor parte de la vida pendiente de una pantallita que como el espejo mágico, nos halaga y encandila. El smartphone es lo contrario de lo que dice : es una privación sensorial, un instrumento de debilitamiento de nuestro campo de pensamiento ; un agente de desimaginación porque todo lo imagina por nosotros.

Las redes se han convertido en la nueva religión, en el opio al que el individuo común acude para encontrar un entorno familiar, repleto de lugares comunes, de clichés, de vídeos estúpidos y MEMEces que no llegan a ser en verdad origen de escándalos. Ni siquiera son ridículos, porque lo ridículo puede conllevar parte de subversión y de transgresión. Son banales en el peor de los sentidos, como simple repetición de lo MISMO.

Sostenía Voltaire que leemos para disipar la ignorancia. Pero se refería a otro tipo de lectura, paciente, sosegada, intensiva, activa. La lectura de mensajes cortos, que se solapan unos a otros y se funden con la escritura acelerada disemina sin límites la ignorancia bajo la forma de ilusión ilustrada. Y aniquila la curiosidad porque no tenemos tiempo para regalarlo ni al mundo ni a los demás. El reo de la red se cree poderoso cuando lo único que hace es someterse a la lógica destructiva de la conectividad permanente. Es curioso que las nuevas izquierdas también se sirvan de estos mundos virtuales de espectáculo lamentable para escenificar lo que tendría que ser nueva política. También ellos desconectan de los tiempos lentos en favor de este fetichismo de la velocidad que acaba con la inteligencia. Y con la política.

A veces me pregunto por qué somos tan dóciles. Una situación social y económica tan lamentable tendría que producir un levantamiento popular inmediato. Pero sólo parece haber dos motivos que podrían desencadenarlo : la supresión del ocio improductivo (fútbol, televisión basura…) y la de las redes sociales. Sería una hecatombe. Una revolución fría, por decirlo con Houellebecq.

Me despido como otro estúpido más, consciente de serlo, quizás un poco más tras haber escrito las líneas precedentes.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=224819&titular=estupidez-viral-:-las-redes-que-atontan-

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Recuerdos, aprendizaje y música popular

Por: Gerson Gómez

El 28 de Abril de 1977 deja de existir Don Eleazar Agudo, excelente intérprete y tenor venezolano quien magistralmente interpretara al son del arpa, cuatro, maracas y bajo, temas como Angelitos Negros, Conticinio, Granada, Valencia y composiciones y melodías de gran complejidad cuyos autores fueron maestros de la música nuestra americana.

En lo particular, como músico  y cantante considero necesario, recordar la vida y obra de personajes cuyo legado es digno de admiración para las nuevas generaciones, y que su obra se mencione a la juventud, como tributo a su vida y obra.

La música popular en lo particular,  evoca muchos aspectos de la vida cotidiana que pueden convertirse, en situaciones de aprendizaje, por ejemplo, Reinaldo Armas que tiene en su haber, un sin número de composiciones, que le tributan a la naturaleza,” Mes de mayo en la llanura”, nos vislumbra sobre las características de la región llanera cuando se inicia el periodo de lluvias, como lo señala el poeta: “Olor a tierra mojada, llanero, caballo y soga, ríos, esteros y sabanas, los garceros se esparcieron porque llegaros las aguas y la llanura más aguas, cubren de pronto la orilla tan diminuta y sencilla vemos la flor devora, la paraulata cantora,  que la palma se agitaba, vuela en busca  de aguas claras al resplandor de la aurora”.

Estos elementos, característicos de nuestras latitudes, propio de la sabana tropical, que en nuestro caso, se ubica en la depresión central llanera,  corresponde a  la división política de Apure, Barinas, Cojedes, Guárico, y Portuguesa; y la parte sur de Anzoátegui y Monagas, llamado los llanos orientales, con ciertas variaciones, pero; con mucho en común, estos dos últimos los llanos orientales, con sus mesas.

En el caso de Venezuela, la cultura llanera, ha jugado un rol determinante en la proyección del venezolano en Latinoamérica, como negar la importancia, de los lanceros de Páez, en la guerra de independencia, y en particular en la Batalla de Carabobo, que marca la ruptura del régimen español y el inicio del Sistema Republicano, como forma de gobierno que se consolida a partir de 1830 con la figura del Centauro del Llano, como líder fundamental en los primeros años de la república.

Como negar que más de 30 ritmos que hoy representan parte de nuestro patrimonio cultural fueron creados por el Indio Ignacio Figueredo, quien vivió más de noventa años en su llano querido, ya a quien le dedico muchas de sus composiciones entre ellas ”María Laya”… salí para el bajo apure en una potranca valla… tan solo por conocer a la india María Laya”.

Amar lo nuestro, significa ganar también adeptos en pro de la conservación y proyección de nuestra cultura, que nuestros hijos tengan conocimiento de quienes, han contribuido a enriquecer el patrimonio Artístico Cultural Venezolano, involucrar afectivamente, a la nueva generación en la preservación de lo nuestro, en mi experiencia personal, desde el Grupo Estable: Cuatro y Música Popular, trato de inculcar el conocimiento, de algún repertorio entre los cuales pudiera nombrar: La Vaca Mariposa, La Fundadora, Viejo Soguero, Acidito,  El norte es una Quimera, Brisas del Torbes, De improviso, Quien como yo, entre otros.

La idea es también, a través de la música identificar habilidades y destrezas y contribuir al desarrollo de la inteligencia, y el estímulo de la actividad cerebral, desde lo nuestro.

Por ultimo quiero destacar la influencia que en los últimos años, logra el comandante Hugo Chaves Frías, en la proyección y difusión de lo nuestro, con un apasionamiento único, fomentando la poesía y la música como estandarte cultural, recordando por ejemplo a Alberto Arvelo Torrealba, extraordinario poeta Venezolano y Político de renombre en el Estado Barinas, entre sus poemas por  mencionar “Florentino y el Diablo, Ojos Color de los Posos” entre otros tantos.

 

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Resolver Vs Comprender. La paradoja de las matemáticas: por qué nunca dejará de ser la asignatura más odiada

Por: Hector G. Barnés

Si preguntamos a un niño cuál es su asignatura preferida, es muy probable que no sienta particular entusiasmo por ninguna, por lo que obtendremos respuestas muy diversas. Al fin y al cabo, son una obligación impuesta por los programas escolares que sólo el tiempo y la experiencia ayudan a valorar como se merecen. Pero si la pregunta se centra en aquella materia que menos gusta a los alumnos, es mucho más probable que haya quórum y que los jóvenes coincidan en que se trata de las matemáticas. No hay otra asignatura en la que el mundo académico haya creado un término para referirse al miedo a la misma: ‘maths anxiety’ o “ansiedad matemática”.

Se trata de un término acuñado a principios de los años setenta para referirse a ese “sentimiento de tensión y ansiedad que interfiere con la manipulación de los números y la resolución de problemas matemáticos en una amplia variedad de situaciones académicas y en la vida ordinaria”, en palabras de Richardson y Suinn, pioneros en el estudio de este problema que atenaza a millones de estudiantes de todo el mundo. Tanto más dañino en cuanto que interfiere también, como señala la definición, en la vida diaria de las personas (necesitamos las matemáticas, por ejemplo, para organizar nuestro presupuesto mensual o para comprender los entresijos de nuestra hipoteca). España no sale mejor parada de ello: como señalaba el informe PIAAC elaborado por la OCDE, el considerado como el informe PISA para adultos, los españoles somos los últimos en matemáticas, lo que quiere decir que la gran mayoría de nosotros tenemos problemas para, por ejemplo, comparar ofertas turísticas.

¿De letras o de ciencias?

Pero, ¿qué tienen las matemáticas que las diferencian a otras asignaturas? Y, más aún, ¿qué es lo que impide que puedan impartirse de otra manera? Para comprender el odio –y el miedo– a esta materia, conviene centrarse en aquello que la distingue de otras materias de letras como la Lengua o la Historia. Por ejemplo, como resume de manera muy convincente la célebre profesora de matemáticas Jo Boaler, autora de ‘Experiencing School Mathematics’ (Open University Press), en ‘The Atlantic’, que no se trata de una asignatura de aprendizaje, sino de actuación. Recordemos, para entenderlo, cómo eran las clases de matemáticas en el colegio frente a las de Historia: mientras que en estas últimas generalmente se dedicaba la mayor parte de la hora a escuchar y entender la lección del profesor, así como a resolver dudas, en las matemáticas la resolución de problemas y ejercicios se llevaba la palma.

La manera de evaluar las matemáticas da lugar al estereotipo que señala que hay personas a las que se les dan muy bien y a otras, la mayoría, muy mal

El cálculo ha sido, precisamente, la herramienta que la mayor parte de docentes ha empleado durante décadas para enseñar las matemáticas. La repetición de la tabla de multiplicar y la realización de innumerables multiplicaciones, divisiones y raíces cuadradas y ecuaciones para los mayores ha sido la llave para la comprensión de la materia. Como recuerda Boaler, mientras la gran parte del tiempo lectivo de otras materias se dedica a aprender, en las matemáticas este se dedica a “resolver problemas y hacer exámenes”.

Con una dificultad añadida: la manera habitual en la que se resuelven los exámenes de esta materia provoca que las respuestas sean verdaderas o falsas, mientras que en otras asignaturas (la Historia o la Filosofía), estas pueden ser incompletas. Si el resultado de un cálculo o problema no es el correcto, lo más probable es que el profesor dé toda la pregunta como mala. Si, por el contrario, se nos pregunta acerca de una batalla o proceso histórico, es más probable que podamos ofrecer cierta información. Esto da lugar al estereotipo según el cual hay personas muy cualificadas para las matemáticas y otras a las que se les da mal, una división artificial que, no obstante, no se reproduce de igual manera en otras asignaturas más vinculadas con lo especulativo y creativo.

Esta es una de las raíces de la ansiedad ante las matemáticas: el refuerzo negativo que provoca que nos equivoquemos una y otra vez y que, sin embargo, no tiene mucho que ver con el objeto de las matemáticas. Como recuerda Boaler, los expertos en ella señalan que se trata del estudio de patrones; mientras que para los alumnos se trata, meramente, de una asignatura de cálculo. Recordemos, ahora, quién considerábamos que era el más ducho de matemáticas en nuestra clase: por lo general, aquel que resolvía las operaciones de forma más rápida o el que mejor manejaba el cálculo mental, como en ‘Saber y Ganar’. ¿No es lo que favorece, por ejemplo, que los profesores pregunten el resultado a aquel que levanta primero la mano? Sin embargo, explica la autora, hay muchos grandes matemáticos, como Laurent Schwartz, que no eran especialmente buenos a la hora de hacer operaciones. Lo que ocurre es que, como él mismo señalaba, “lo importante es entender profundamente las cosas y sus relaciones. Ser lento o rápido no es relevante”.

El problema irresoluble

En apariencia, la solución es sencilla: basta con hacer que las matemáticas se parezcan un poco más a las letras, favorecer la comprensión por encima de la resolución de problemas, acercar el cálculo al mundo real o eliminar la repetición en favor de la comprensión para conseguirlo. El problema es que, nos pongamos como los pongamos, tarde o temprano las matemáticas terminarán tratando de resolver problemas, sean de la vida cotidiana o meramente abstractos. Por mucho rodeo que demos, si la matemática se trata de encontrar patrones, en algún momento deberemos reconocer que, de todas las ciencias, es la que más se acerca a lo exacto.

Esta paradoja es la que explica las críticas al método con el que se senseñan las matemáticas en EEUU, a través de los ‘Common Core standards’, y que se centran ante todo en el proceso, llegando a extremos, para muchos, delirantes. Para Boaler, no obstante, se trata del camino correcto, puesto que “pide que los estudiantes participen en el acto más matemático: el razonamiento”. Más dudas existen, no obstante, acerca de su aplicación. En el ejemplo siguiente, probablemente excepcional, pero muy significativo, un profesor despreciaba la respuesta correcta del alumno porque, simplemente, había aplicado una regla aritmética (103-28) cuando lo que se le pedía era realizar una aproximación (redondear 103 a 100 y 28 a 30) para favorecer, precisamente, el razonamiento del alumno.

La fiera oposición a dicho método muestra no sólo que hemos sido educados para entender las matemáticas como un proceso en el que lo más importante es el resultado, sino que, al menos en un nivel elemental, es imposible aplicar las herramientas que sí se utilizan con otras materias (como el razonamiento deductivo, la comparación o el foco en el proceso de aprendizaje antes que en el resultado) a las matemáticas, y que intentarlo, por ahora, sólo da lugar a polémicas como la del Common Core.

No son pocas las estrategias que se han propuesto para acabar con la ansiedad matemática, y generalmente tienen dos objetivos: como en el caso de Claudia Zaslavsky, autora de ‘Fear of Math’, en centrarse en el método más que en el resultado, permitir a los estudiantes que cometan errores, porque ello forma parte del proceso, y explicar los conceptos matemáticos subyacentes; o, como propone el NTCM (el National Council of Teachers of Mathematics), en adaptarse a los distintos ritmos de aprendizaje, favorecer que ningún alumno se quede atrás o favorecer el pensamiento intituivo. Sea como sea, los profesores de matemáticas y pedagogos tienen que ser capaces de resolver aún el gran problema: ¿cómo enseñar la asignatura sin reconocer que, al fin y al cabo, dos más dos seguirán siendo cuatro?

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-01-05/paradoja-matematicas-asignatura-odiada-common-core-standards_1130391/

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¿Informatización de la sociedad o socialización de la informatización?

Por: Nestor del Prado

Recientemente el Consejo de Ministros aprobó la política integral para el perfeccionamiento de la informatización de la sociedad en Cuba; la información publicada fue muy escueta, fue una noticia con algunas explicaciones sustanciales que deben ser ampliadas y sugiero publicar el documento original, ya que de una manera u otra nos implica a todos. Es necesario pasar de las políticas a la práctica social concreta que nos permita avanzar sostenida y aceleradamente.

Desde hace más de 30 años venimos intentando lo que ahora pretendemos reactivar, con la diferencia de que en el devenir del tiempo nos  hemos ido rezagando peligrosamente, en diferentes ámbitos de la informatización.

En la nota de prensa aparecen las calves para conceptuar la informatización a escala social, destacaré las siguientes.

  • Fomento de la industria de aplicaciones informáticas, en correspondencia con las prioridades de informatización del país y orientada a fortalecer el crecimiento de nuestra economía.
  • Establecimiento de una plataforma nacional que incentive la generación de contenidos y garantice la posibilidad de socializarlos, dirigirlos a fortalecer la identidad y preservar los valores de la sociedad cubana, así como desarrollar y modernizar la infraestructura tecnológica, prestando especial atención al despliegue de la banda ancha y a la producción de dispositivos informáticos en Cuba
  • Que se preserve la superación del capital humano asociado y que se potencie el acceso de los ciudadanos al empleo de las nuevas tecnologías.
  • La comunicación entre las diferentes instituciones gubernamentales y los trámites a la población

Es decir podemos afirmar que existen tres vertientes principales: la informatización para garantizar el desarrollo socioeconómico sostenible, ya sea aplicándolas a la propia informática como industria, como a las restantes industrias y sectores productivos de la sociedad. La informatización para la administración pública que incluya una tramitación ágil y efectiva de cara al ciudadano, con una creciente virtualización e interoperabilidad. La utilización masiva de las TIC en el desarrollo de los procesos sociales (ciencia, educación, salud, ocio,…) a escala nacional e internacional.

Desde hace mucho tiempo he planteado que al decir informatización de la sociedad estamos sugiriendo mayor protagonismo a la informatización que a la sociedad, es por ello que propongo la expresión de informatización para la sociedad o la socialización de la informática, en que se deje claro que el ser humano ha de ser objeto y sujeto de tan colosal obra. Es preocupante que ciertas tendencias y realidades del desarrollo mundial de la informatización apuntan al predominio de los aparatos programados, incluyendo la programación de su obsolescencia, sobre los seres humanos; por ese camino nos pueden convertir en “usuarios tontos de aparatos inteligentes”.

Estamos en un momento muy complicado en lo referente a la geopolítica, a crisis migratorias, a crisis económica y financiera, a nuevas formas de combatir a gobiernos progresistas, lo que hace más turbulento el entorno para aprobar políticas y emprender acciones concretas asociadas a las TIC. En nuestro caso debemos lograr claridad y respaldo popular a los cambios que nuestra sociedad necesita y que se viene trabajando desde hace más de 4 años, tanto en la Conferencia y el Congreso del PCC, como en la esfera del Estado y del Gobierno.

A continuación expondré algunos requisitos  que considero fundamentales para emprender una informatización social revolucionaria y que contribuya a mejorar el mundo en que vivimos.

  1. Que se aprueben los dos documentos rectores sometidos a la opinión de una significativa parte de nuestros actores sociales, en el pasado año 2016.

Tanto la conceptuación del modelo con sus ejes temáticos, como la propuesta de desarrollo hasta el 2030, constituyen un marco teórico necesario para proyectar una informatización social consistente y coherente. Esos documentos hay que complementarlos con reglamentos y proyectos concretos.

  1. Que los dirigentes a todas las instancias tengan un conocimiento básico y comprobable de la informatización social, de sus componentes, modalidades y aplicaciones.

La informatización social y la cultura informática e informacional son las dos caras de una moneda. Sin una de ellas la moneda pierde su valor. Sin informatización social, la cultura informática e informacional no tiene sentido; pero sin cultura informática e informacional, la informatización social es ciega

  1. Que en todas las instancias del Partido, del Estado y del Gobierno se utilicen de manera personal y proactiva las TIC.
    En la medida en que la utilicemos habrá mayor comprensión de su importancia y de la necesidad de revertir el proceso de retraso que hemos sufrido en los últimos años
  1. Que se ponga en práctica una consecuente innovación organizacional a todas las instancias, llegando a tener micro y mini empresas en que las TIC propicien los resultados económicos y sociales que necesitamos.
    Debemos procurar que las instituciones encargadas de regular y controlar, se dediquen más a garantizar que suceda lo bueno que a evitar que ocurra lo malo
  1. Que se pongan en marcha soluciones tecnológicas para garantizar la disponibilidad de los datos (Centro Nacional de Datos) que permitan una interoperabilidad entre los procesos y sistemas informatizados, con seguridad, robustez, veracidad y oportunidad. La generación y gestión de datos dispersos conducen a una informatización inefectiva
  2. Que se actualice el marco legal, para el desarrollo coherente de la informatización.
    Se debe evitar la falta de coordinación y en ocasiones las contradicciones entre resoluciones de diferentes ministerios. Por otra parte faltan normas jurídicas, a pesar de que se afirme que lo que no está prohibido está permitido. El teletrabajo debe ser formalizado en todas sus aristas.
  1. El acceso a precios asequibles a los aparatos y las conexiones a todos los ciudadanos.

Sin la disponibilidad de computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes de los más avanzados posibles, así como de la conexión desde los puestos de trabajo, desde lugares públicos  y desde los hogares, la informatización será incompleta.La utilización avanzada de las diferentes formas de comunicación en RED.

  1. Internet, las Redes Sociales, la WEB 2.0, las Redes profesionales y demás alternativas para generar y socializar contenidos y maneras de aprender, de participar en la vida de la sociedad resulta indispensable para alcanzar una informatización desarrollada.
  2. El primer paso de la informatización de cualquier proceso debe ser un buen análisis de sistema.
    En muchas ocasiones informatizamos procesos mal concebidos o ineficientes y luego nos percatamos que no se obtienen los resultados esperados. Debemos rescatar el rol de los analistas de sistemas y garantizar que los principales dirigentes se involucren en su construcción.
  3. La informatización industrial o la automática no debe ser relegada.
    El proceso de informatización debe incluir a la automatización de la industria básica y manufacturera, pues además de elevar la productividad es decisiva para logra productos de alta calidad. Además ya sabemos que en el campo de la salud pública las intervenciones quirúrgicas asistidas por la robótica son una realidad palpable.
  4. La retribución material y el reconocimiento social a los científicos, tecnólogos, especialistas y técnicos de las TIC.
    Es conocido que la mayoría de esta fuerza calificada recibe un salario muy por debajo de lo merecido, lo que provoca el éxodo fuera del país o hacia otros sectores en que no aplican lo que saben. De manera no legalizada excelentes desarrolladores de software cubanos reciben pagos irrisorios en moneda libremente convertible por su trabajo.
  5. Es necesario armonizar el trabajo del sector no estatal con los que trabajan en instituciones del Estado.
    Como se ha dicho son formas complementarias, que no deben contraponerse, pero hay que aplicar normas jurídicas, económicas, financieras y contables que resulten justas y viables para todos.
  6. En la inversión extranjera directa hay que darle oportunidad de participar en licitaciones a las empresas informáticas cubanas.
    En ocasiones se compran a organizaciones extranjeras soluciones informáticas a altos precios, que podrían ser aportadas por nuestras organizaciones.
  7. La Unión de Informáticos de Cuba debe jugar un rol muy importante en el proceso de informatización, pero no considero ni correcto ni justo asignarle misiones que corresponden a las instituciones estatales.
    Esta flamante organización no gubernamental viene jugando un activo papel, con una dirección capaz y consagrada, que sabe utilizar el trabajo colaborativo. Es necesario que exista la sabiduría para que cumpla su misión, sin suplantar ni ser suplantada por instituciones del estado. También hay espacio para todas las asociaciones no gubernamentales, entre otras importantes la ANEC y la ACCS.
  8. No debemos pecar de ingenuos ni desconocer la importancia de la ciberseguridad y de la aplicación de las medidas necesarias para gestionar riesgos, pero evitando que una sobre valoración nos conduzca a la parálisis.
    El mayor riesgo que podemos correr es el de no emprender con decisión, responsabilidad, inteligencia y creatividad el proceso de informatización. Estar en las Redes Sociales y en general en Internet, no asegura una victoria, pero no estar facilita la derrota. Hay que dar la batalla con todas las fuerzas progresistas a escala global.
  9. La informatización en una sociedad como la nuestra debe caracterizarse por la participación amplia, democrática y transparente de todos sus ciudadanos.

Antes de enviar este artículo a Cubadebate, hemos conocido de la realización de una excelente iniciativa: 1er. Taller de Informática y Comunicaciones para la Sociedad, convocado por el Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones, para los días 29 y 30 de marzo. Estoy seguro que se debatieron abiertamente muchos de los puntos que seleccioné en este trabajo. Sería muy provechoso que existiera una buena relatoría de dicho encuentro y que fuese publicada.

Como supondrán, no se puede abordar con mayor profundidad este complejo tema en un espacio como este, pero como de costumbre, espero que ustedes contribuyan a mejorarlo.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/04/10/informatizacion-de-la-sociedad-o-socializacion-de-la-informatizacion/#.WOzckrjau01

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La concienciación de la sociedad hace aflorar más casos de acoso escolar

Por: Eduardo Azumendi

  • Euskadi registra 121 casos en el último curso, el doble que en el anterior
  • “El alumnado ha reducido el listón de tolerancia», destaca la consejera de Educación.

Los equipos de inspección, los centros educativos, las familias y el propio alumnado han reducido el listón de tolerancia con respecto al acoso escolar. Y por eso, en el curso 2015-16 han aflorado casi el doble de casos que en el curso anterior: 121 frente a 67. Eso no significa necesariamente que el acoso se haya incrementado en esa medida sino que acciones a las que antes no se les daba importancia ahora son incluidas en este apartado debido a la concienciación social que existe respecto al tema. Así lo ha explicado la consejera de Educación, Crsitina Uriarte, al analizar la evolución del acoso escolar en las aulas de Euskadi.

El número de casos de acoso escolar registrados en Euskadi en el curso 2015-16 ha ascendido a 121, lo que supone un 25% del total de las analizadas por el Departamento de Educación. Las cifras evidencian  el salto que se ha producido (tanto en el número de casos confirmados como el de analizados, de 268 en 2014-15 a 487 el pasado curso). El 61% se ha producido en el ámbito de la Enseñanza Secundaria, aunque entre los 6 y los 11 años se han registrado 47 casos. El problema se reparte a partes iguales entre centros concertados y públicos y es más frecuente entre los chicos.

A la hora de dar salida al problema se recurre «cada vez menos» a que el acosado salga del centro. “Son pocos los alumnos que optan por esta alternativa”, ha indicado el efe de la Inspección, José Antonio Romero, han ofrecido hoy en rueda de prensa los datos de la evolución que ha experimentado. La solución «debe encontrarse en el propio centro escolar», ha recalcado.

La agresión verbal es la forma de acoso más repetida (43 %), seguida de la exclusión y marginación social (25 %), las agresiones físicas (16 %), la intimidación, el chantaje o la amenaza (11 %), mientras menos del 1 % corresponde a abuso sexual. La mayoría de las víctimas sufre varias manifestaciones de acoso. Las agresiones físicas van en descenso, pero aumentan los insultos, la marginación y el ciberacoso.

Fuente:http://www.eldiario.es/norte/euskadi/concienciacion-sociedad-aflorar-casos-escolar_0_620488950.html

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