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Reseña: La realidad ficcionada el pañuelo por José Ernesto Schulman

El pañuelo que Iris le puso al Marcelo

y que el Teniente Rodolfo le regaló al Ciego,

que se lo dejó a la Mechi,

que se lo llevó a Cuba

y que un día….

Al único que conocí fue al Ciego,  y no demasiado.

Si me apuran, diré que estar con él, lo que se dice charlar y caminar juntos y pensar y tomar vino y volver a charlar, fueron sólo dos veces: la primera fue cuando sesionaba el XVI Congreso y se apareció con la Mechi por el departamento que en San Telmo había conseguido el Raúlito y ahí me di cuenta que era él quien había estado en lo de la Chili, escapando de la Triple A en el ’75.

Había cambiado mucho, ya no montaba guardia dormido en el local de la Fede de la calle Pueyrredon, con la Cuarenta y Cinco en el puño atada a un hilito que venía de la puerta y que lo alertaba cuando alguno entraba.

Ahora era un padre de dos niños, fornido, formado, sereno y con una visión bastante integral de lo que había que hacer para construir Partido.

La segunda fue en la quinta de mi hermano en Funes donde lo ayudé  a encontrarse con su mamá, después de tanto tiempo lejos,  muy poquito antes de su muerte.

Su muerte. Idiota muerte. Maldita muerte.

Reputa muerte a la salida del Túnel, esa  mañana de lluvia en que un camión inmenso lo llevó por delante y se murió insultando a todos porque él no podía morir así, ¿me entendés?, así, es decir, sin un fusil en la mano peleando por la revolución, aquí o en cualquier lugar del mundo donde hiciera falta.

Digo, como murió Marcelo, el Teniente Rodolfo, en esa vereda salvadoreña, un poquito antes, como si se siguieran los pasos.

Cómo si compitieran en ver quien de los dos se ponía la máscara del Che, digo la máscara que Cortázar había inventado para Fidel en “Reunión”, que Marcelo había leído en la escuela, primero a disgusto por que no le gustaba nada el exilio de Cortázar y después asombrado, totalmente fascinado por aquella metáfora de Cortázar que parecía haberse escrito para ellos dos.

¿Cuántas veces se lo había contado? ¿y cuántas veces habían discutido el sentido del cuento, el más transparente y acaso por eso uno de los más polémicos, del  argentino que vivía en París pero pasaba más tiempo entre Managua y La Habana que en Europa?.

“Reunión” parecía fácil de entender: Cortázar asume el rol del Comandante y relata el desembarco en Playa Girón.  ¿Fácil?. Las pelotas fácil, el cuento estaba lleno de siginificados y  de claves.

Primero, porque describe el desembarco de un modo crudo, impiadoso, casi hiriente para el orgullo guevarista que llegó a recriminarle a Cortázar la imagen que de él se mostraba en “Reunión”.    O sea, que al Che de verdad no le había gustado un carajo la foto que Cortázar presentaba del Che histórico en su cuento.  Che decía que era un Che imaginario, y claro boludo le contestaba Cortázar, que es un cuento no una foto.

Segundo porque Cortázar juega con la muerte de Fidel pensada por el Che, y cómo le pega eso al Che.   Es decir que aquí, no en Girón, sino en el cuento, el Che de Cortázar piensa que Fidel está muerto y al dormirse lo sueña vivo, a Fidel que está muerto ¿se entiende, no?

Digo que el Che de Cortázar cree que Fidel murió en el desembarco y al dormirse, lo sueña a Fidel vivo y rodeado de todos los guerrilleros sobrevivientes, los futuros Comandantes, los únicos con derecho a llamarse Comandantes de la Revolución.

Nada menos.

Entonces Fidel se pone la mano en la cara, que no es una cara sino una mascara, y se la saca y se la ofrece al Che, que le dice que no y se la ofrece a Raúl que también le dice que no, y entonces el Che de Cortázar se despierta convencido que no hay reemplazo posible, que sólo Fidel podría encabezar la revolución.

El cuento sigue un poco más, hasta que se produce la reunión entre el Che y Fidel, pero a ellos no les interesaba esa parte, lo que los desvelaba, lo que les producía miedos y discusiones era aquella de la mascara, porque el desafío de Cortázar era claro para ellos: ahora, que el Che está muerto, ¿hay alguien que se ponga la máscara del Che?

Marcelo, a punto de viajar al Salvador y convertirse en el Teniente Rodolfo, le regaló al Ciego un pañuelo como símbolo de la amistad forjada en los duros días del entrenamiento combativo, el pañuelo que había usado en Nicaragua cuando la Brigada del Café, la San Martín, la que mandó la Fede para apoyar la Revolución y  revolucionar la Fede, de paso.

Lo que yo no sabía, hasta ayer, es que la madre del Negrito Floreal había sido la madrina de Marcelo cuando la Brigada a Nicaragua y que el viejo del Negrito, el Viejo Floreal que buscaban los milicos cuando lo secuestraron al Negrito, le había arreglado algunos fierros cuando Marcelo empezaba a caminar por la Fede.

Fue Marcelo quien le habló al Ciego del Negrito Floreal, de esas palabras de Iris en el Juicio a la Junta: a mi hijo lo mataron por no cantar a sus compañeros y esas otras palabras, las de los torturadores sobre la madre del Negrito Floreal: “Con los comunistas no se puede”, cansados ellos de torturarla sin arrancarle un solo dato.

El Negrito sí que se había puesto la máscara, y con eso que era tan joven que ni llegaba a quince años.

Bueno, menos aún tenía en el Xº Congreso de la Fede cuando estaba al lado de Rubén Poggioni en la esquina aquella donde hacían la pintada, y los fachos lo mataron a Rubén de un balazo.

Tirado en la esquina, sólito y sólo, quedó el Rubén y el Negrito, que ni catorce tenía, fue a avisarle al padre lo que había pasado.

Yo también estuve en el Xº Congreso pero, qué boludo, no vi a ninguno de los tres: ni al Negrito, ni a Marcelo, que sería el Teniente Rodolfo doce años después, ni al Ciego que al año siguiente se bajaría un facho en la esquina de Entre Ríos y Córdoba en Rosario, justo a la vuelta de la facultad de Filosofía, casi, casi frente a la imprenta de donde lo chuparían a Tito Messiez en el ’77, puntualmente un 22 de agosto, el mismo día de Trelew, de Sacco y Vanzetti y del renunciamiento de Evita.

No se porque se me ocurre que  acaso Marcelo pensaba más en el Negrito Floreal que en el Che cuando subía la montaña de Chalatenango. Se me ocurre nomás, acaso porque había hablado tanto con Iris y con  el Viejo Floreal que soñaba con hacer lo que el Negrito no pudo.

¿Quién sabe?

¿Quién sabe lo que pensaba el Ciego en esas tres horas en que murió lentamente atrapado en una camioneta casi al lado del Túnel?

¿No pensaría en la vez que pudo ir a pelear a Nicaragua y no lo dejaron?.  ¿Y para que mierda me preparé, protestaba, si no quieren que pelee? le decía después a la Mechi.

Por eso se había sumado al XVI Congreso con tanto entusiasmo, porque ya no se hablaba de juntar monedas para la solidaridad sino de hacerse cargo de las luchas revolucionarias como propias.

Y eso es lo que siempre había pensado que debía hacerse.

Hacerse cargo.

Como el Negrito Floreal cuando se quedó solo frente a los torturadores y tuvo que decidir si entregaba al viejo o se hacía cargo.

Y decidió hacerse cargo.

Sencillo, sin muchas palabras, sin muchos líos.

Correrse o hacerse cargo.

Ponerse la máscara del Che o dejarla en el suelo.

Para el Negrito entrar en la Fede había sido casi como un paso natural, no lo había pensado mucho, simplemente era lo que había aprendido de su vieja, de su papá,  de su abuela, la que formaba el Socorro Rojo y hacía solidaridad con los presos cuando todavía ni Perón era Coronel.

Del Cordobazo al Rodrigazo, de la ofensiva y las masas con banderas al viento al canto del cisne proletario del ’75, si en algo pensó el Negrito Floreal en sus ultimas horas debe haber sido en algo de eso, en las ganas que tenía la Fede de ser poder y no  poder ser.

Al Marcelo le preocupaba eso más que todo.

Ser y no parecer, hacerse cargo y no correrse.

Por eso en su primer laburo lo arriesgó todo y se subió a la mesa de trabajo aquel día en que había paro, haciendo equilibrio al lado del torno, y les hablo a los pelotudos que se hacían los que no sabían: que no hay que ser yunque sino martillo, que no hay que ser cantera sino masa, que no hay que …

Calentón, cabrón, capaz de putear hasta la madre en una discusión política y de hacer cosas de niño como cuando dio vuelta el cuadro de Victorio contra la pared, en penitencia, porque el XVI no arrancaba en la zona norte y él se enojaba con todos.

Bueno, con todos no, con los viejos del Negrito no se enojaba nunca, no importaba lo que dijeran, él iba a decir que tenían razón acaso por respeto acaso porque sabía que en el armario del viejo estaba la carabina que iba a ser para Floreal y no pudo ser.

Y que él soñaba que fuera para él.

¿Y si me la llevara al Salvador le preguntó al Viejo Floreal en la última visita, aunque sabía que el Ciego lo mataba si caía con otra cosa que no fueran calzoncillos y pañuelos en el bolso de viaje?

Una belleza la carabina, , hasta con mira telescópica, cada parte hecha a mano por el Viejo Floreal.  Cual un objeto de arte, como un trofeo.

Como lo que un padre haría para un hijo, para que sepa que lo quería y para marcarle el camino.

De regalo un fusil, para que no haya dudas de lo que esperaban de él; que sea valiente y revolucionario, que sea audaz y consecuente.

El hubiera sido como el Che, decía el Marcelo cuando escuchaba al Viejo Floreal elogiarlo al Negrito y en eso pensaba el Marcelo cuando el Ciego lo hacía subir a los árboles y bajar, y agarrar la AK47 rusa y tirar y tirar y tirarhasta que el ruido no te asuste, hasta que la mano no te tiemble, hasta que la mente no registre que el blanco también respira y tose, y tiene frío y capaz que ama a una mujer y hasta capaz que tiene hijos y todo eso que hace más difícil a los revoclucionarios tirar  a matar porque están programados para amar, no para matar, y hay que darle mucho taller al bocho para meterle dentro que a veces hay que matar para amar hasta el final.

O como decía el Che, que el amor consecuente hacia los humillados se transforme en el odio hacia los dominadores.

Y por eso se quejaba de los comunistas argentinos, porque él decía que les costaba odiar y matar.

El Ciego era uno de esos que desmentían al Che, era uno de esos que en vez de resistir la tortura hicieron cagar a un facho y eso lo hacía un héroe para el Marcelo que lo miraba y lo miraba mientras caminaban en el monte, cargados hasta los huevos con la mochila y la AK47 y  todo lo que el culeao del Ciego les hacía llevar arriba y abajo para que se acostumbren.

Si supieran que al Ciego más que el deber lo impulsó el amor…

Es que el rubiecito ese de la CNU había sacado el arma y apuntaba justo para el lado que estaba la Mechi y la Mechi era todo para él.

No era la primera pero seguro que era la que más quería y cuando sacó, en ese instante eterno en que el dedo aprieta el gatillo, más que banderas rojas él pensó en las sabanas de la casa de Rosario, esa cerca del Monumento donde la mugre tapaba todo, todo menos el póster del Che.

Hace dos noches le escribí a la Mechi y le conté, asombrado, que acababa de enterarme que la madre del Negrito Floreal había sido la madrina del Marcelo cuando la brigada del Café, mirá que casualidad que no se puede creer le dije, y fue ahí cuando la Mechi me contó que el pañuelo que la mamá del Negrito le dio al Marcelo éste se lo dejó al Ciego y que cuando el Marcelo murió en El Salvador el Ciego se lo dejó a ella de custodia y que cuando el Ciego se murió en el Túnel ella se dijo que tendría que devolvérselo a la Iris, pero se le olvidó y que cuando se volvió a Cuba se lo llevó de vuelta y que ahora no sabía que hacer, si traerlo a Buenos Aires o qué.

Y me  preguntó qué pensaba.

Así  que yo agarré el teléfono y marque los ochocientos números que hay que marcar para hablar a La Habana y le dije a la Mechi: negra, creo que lo que corresponde es que lleves el pañuelo a Santa Clara.  Y allí, en la tumba que construyen para el Che habría que dejarlo atado al vallado. Mirá bien, mirá bien porque casi seguro que ya andan por ahí los tres. Vos sabés como son y no se van a perder la oportunidad de verlo al Che.

Así  que dejalés el pañuelo en algún lado, a ver si por no tenerlo, no los dejan desfilar cuando llegué el Comandante.

Vos sabes lo estricto que son los de seguridad, a veces…

.

Posdata aclaratoria sobre el Ciego, el Marcelo y el Negrito Floreal

Floreal Avellaneda, el Negrito, fue detenido por el Ejercito Argentino el 14 de abril de 1976, torturado y asesinado por empalamiento, su cadáver fue tirado al Río de la Plata y apareció en la ensenada de Montevideo casi cuando cumplía los 16  años.  A pesar de ser identificado, su cadáver fue robado por el Ejercito uruguayo y continúa desaparecido

Marcelo Feito, el teniente Rodolfo, murió en combate en Chalatenango, El Salvador, el 16 de setiembre de 1987, cumpliendo misiones internacionalistas de su organización, la Federación Juvenil Comunista.  Su cuerpo permanece allí y ha sido honrado reiteradas veces por el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional

El Ciego, militante de la Fede rosarina, ajustició a un integrante de la Triple A en el centro de Rosario en  mayo de 1975, justo en el mismo día que el Negrito fetejaba su útlimo cumpleaños. Estudió en Cuba y murió en un accidente de transito en el Túnel Subfluvial que une Santa Fe con Paraná una mañana de 1988.   Por extrañas pero comprensibles razones para el lector, todavía su nombre espera nuestro homenaje público.  Pero ya llegará la hora en que se transforme en plaza o en barco.

Recién ahora descubro que un pañuelo había unido sus vidas y su muerte

José  Ernesto Schulman.

Fuente:

El pañuelo

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/zMSCMiif5FOBx3evlccyHyf95XBOaYs1FI-GgiYOSXsbPrGuuMqanj_YigK6LVTkc3Ztmt0=s85

 

 

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Bartra y Almeyra, intelectuales y militantes, acerca de MORENA y el EZLN

América del Sur/ México/Diciembre 2016/Pedro Echeverría V./

 

1. Me alegra encontrar este domingo 11, dos artículos de mis colegas Armando Bartra y Guillermo Almeyra que llevan como yo varias décadas de militancia política en la izquierda. En los dos trabajos en La Jornada, se plantean situaciones políticas de López Obrador y Morena, así como del EZLN en las próximas elecciones. A los dos camaradas les tengo respeto y admiración por las décadas que se han entregado –sin oportunismo alguno- a analizar estos asuntos de incumbencia mundial. Personalmente me he mantenido independiente de ambas posiciones(Morena y EZLN), pero nunca he dejado de apoyar personalmente sus batallas y al mismo tiempo ser un crítico de algunas de sus concepciones, tales como el caudillismo que impide la posibilidad de trabajos conjuntos unitarios. De todas maneras aquí no se acaban las cosas, pero sí puede iniciarse un análisis y discusiones muy importantes para toda la izquierda y la socialdemocracia.

2. Armando Bartra escribe que “en 2018 hay que votar y debe hacerse por un candidato o candidata confiable por su trayectoria y comprometido con un programa consensuado de salvación nacional, pero, sobre todo, hay que votar por quien tenga reales posibilidades de triunfo. Lo otro es ganar visibilidad como indios, pero a costa de que el PRIAN repita en Los Pinos y Trump nos acabe de fregar. Y en ese escenario de poco serviría haberse posicionado políticamente con una campaña testimonial”. Explica: “En 2006 los poderes no dejaron que López Obrador llegara a la Presidencia y Calderón nos partió la madre a todos, incluyendo 120 mil muertos y 30 mil desaparecidos que con otro gobierno hubiésemos evitado. Así las cosas, sería suicida que en 2018 no sumáramos fuerzas. Sería imperdonable que no hiciéramos todo lo posible por sacar al PRIAN de Los Pinos y a México del corral estadunidense. Conocemos sus mañas y sabemos que quizá no nos dejen ganar. Y de ser así ningún cálculo político poselectoral nos compensará por la derrota. En todo caso que digan que no pudimos, pero que nadie pueda decir que ni siquiera lo intentamos”.

3. Guillermo Almeyra por su parte señala: “Los montes temblaron y rugieron, pero terminaron pariendo un ratoncito”. Dice que “El congreso (de MORENA) fue más bien un show del Jefe-Caudillo, pues no hubo discusión seria de ponencias y posiciones y el programa allí aprobado no llega ni siquiera al paupérrimo nivel de los programas de los gobiernos progresistas (como el de Dilma en Brasil o el kirchnerista). Se presenta un programa estatista-paternalista con algunos toques leves de asistencialismo y de nacionalismo echeverrista y ni siquiera indica cómo piensa concretar lo que propone y quién va a pagar las facturas, si los trabajadores con los impuestos inicuos, como el IVA, o los capitalistas. Luego recomienda: “Es necesario un viraje radical. A la política puramente electoralista de Morena no basta contraponer otra campaña igualmente electoralista. La organización de poderes locales activos y conscientes es la tarea principal para dar fuerzas reales a la candidatura del CNI-EZLN”.

4. Son obviamente dos posiciones diferentes. Armando, desde los setenta, se ha dedicado a los análisis agrarios y de las luchas campesinas. Ha escrito varios libros y ensayos y desde hace varios años ha coincidido con el lópezobradorismo y, además de ser un pensador ha desarrollado muchas actividades de apoyo a Morena. Guillermo, más internacionalista, ha hecho análisis de la política mundial y en México ha apoyado esencialmente las luchas obreras. Cada uno en su campo buscando caminos por los que pudiera avanzar la lucha social mundial. Parece que ahora, con la llegada de Trump muchas cosas pueden cambiar y acelerarse en México y en el mundo sin entender aún la velocidad y el sentido, pero han comenzado ya. Pienso que con la Clinton –igual de peligrosa que Trump- se hubiesen mantenido las cosas igual mientras el mundo sigue viviendo la miseria, la superexplotación y la guerra. Preparémonos no para acabar con Trump sino para enterrar el capitalismo.

Fuente:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=220336

Fuente imagen :

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¿El fin de los beduinos?

The New York Review of Books

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Una forma de contar la historia de Oriente Medio en su conjunto es describir la lucha endémica entre los nómadas itinerantes y agricultores campesinos asentados; una lucha ya atestiguada en documentos mesopotámicos antiguos. Durante siglos todos los regímenes políticos de la región han intentado, con éxito variable, llevar a los beduinos a asentarse en la tierra. Pero en Israel y en los territorios ocupados vemos, junto con esta política familiar, los persistentes intentos de desarraigar a las poblaciones beduinas que ya se han asentado en la tierra, a veces desde generaciones, y que por lo general tienen reivindicaciones claras a la propiedad de estos sitios.

Hoy en día, la mayor parte del valle del Jordán, sin duda uno de los paisajes más deslumbrantes del planeta, está situado en lo que se conoce como la zona C del territorio palestino ocupado. Esto significa que, con la excepción de la antigua ciudad de Jericó y sus alrededores (que se encuentran en la zona A, bajo el gobierno palestino), el valle está bajo directo y exclusivo control de Israel, en lo militar, legal y político, y también gran parte de ese territorio está absorbido por los asentamientos israelíes o han sido reservados para el futuro de los asentamientos israelíes. También significa que una población palestina de unos 15.000 beduinos que se establecieron en el valle está tácitamente destinada a la expulsión.

Según los acuerdos de Oslo, la división de Cisjordania en tres zonas diferentes fue concebida como una etapa preliminar que conduciría finalmente al cese de la ocupación israelí y la consecución de un estado palestino. La política del actual gobierno israelí parece estar dirigida a la anexión a Israel del conjunto de la zona C, que constituye más de la mitad del territorio de la Ribera Occidental; este objetivo fue declarado expresamente y en repetidas ocasiones por el ministro de Educación, Naftali Bennett, jefe del ultranacionalista partido Hogar Judío y una fuerza importante en la coalición del primer ministro Benjamin Netanyahu. Como resultado, ahora estamos presenciando en el valle del Jordán un proceso acelerado de lo que debe ser, me temo, llamado limpieza étnica. No es un término que uso a la ligera.

Permítanme mostrarles lo que esto significa en términos humanos. Abu Rasmi Ayyub es un pastor que vive con tres generaciones de su familia extendida en una pequeña aldea, -en realidad sólo un aglomerado de tiendas de campaña y corrales de ovejas-, llamada al-Hammeh, hacia el borde norte del valle, sólo a unas pocas millas de la frontera con Israel en el cruce a la ciudad de Beit Shean. Tiene unos sesenta años y presenta una imagen de gran dignidad y serenidad. La familia de Ayyub traza sus antepasados ​​en la tierra antes de la época otomana, por lo menos a mediados del siglo XIX. Ahora, los históricos pastos de la familia Ayyubs’, al lado de al-Hammeh, se están convirtiendo rápidamente en inaccesibles para ellos debido a la expansión del asentamiento israelí de Givat Sal’it.

Hasta hace unas semanas, al-Hammeh, con sus tiendas de campaña y unos rediles, era un punto minúsculo en el desierto, luchando por sobrevivir, sin comodidades básicas, incluyendo falta de agua corriente. El 27 de septiembre, la Administración Pública, que es la autoridad de ocupación israelí, una unidad del ejército demolió toda la aldea, dejando a la familia Ayyub sin refugio del calor abrumador del día y el frío continuamente intensificado de la noche. Octubre es también el momento del parto anual para los rebaños, así que había muchos corderos jóvenes expuestos al calor y frío; que rápidamente comenzaron a morir. Hay muchas razones para creer que el ejército eligió deliberadamente esa temporada. Las demoliciones son un importante instrumento de despojo en la ocupada Cisjordania.

 

Mapa de Cisjordania; La zona C, de color verde oscuro, es controlada por Israel y constituye el 60 por ciento de la tierra. B’Tselem

El 3 de noviembre al-Hammeh fue reconstruida y por unos pocos días parecía, si no normal, al menos de alguna manera habitable. Cuatro días después el ejército volvió a demoler todo una vez más y esta vez también confiscó las tiendas de campaña y cualquier cosa de valor o utilidad que quedaba. Mientras tanto los vecinos israelíes en Givat Sal’it han establecido un nuevo puesto de avanzada, ilegal incluso bajo la ley israelí, cuidadosamente situado para bloquear la única ruta viable de los beduinos a sus zonas de pastoreo. Los voluntarios de Ta’ayush, grupo activista de paz árabe-judío del que he sido parte durante los últimos dieciséis años, vieron el puesto de avanzada pelado en sus comienzos, sólo fragmentos de un marco de madera y una pequeña cabaña unifamiliar. Se lo dijimos a la policía y la administración civil, que envió agentes para ver lo que estaba ocurriendo. Estos agentes llegaron, tomaron fotos con sus iPads, y estaban dispuestos incluso a reconocer que el puesto era ilegal. Mientras tanto, Givat Sal’it II continuó creciendo. En menos de un mes, tenía cuatro edificios permanentes, varios residentes, y un enlace con el sistema de agua de Israel y de la red de energía eléctrica, todo esto con la complicidad silenciosa de las autoridades. Pronto también tendrá soldados que custodian.

Lo que sucedió después es emblemático de cómo funciona la ocupación de toda Cisjordania. El 17 de noviembre, los beduinos Ayyub, sus casas y corrales de ovejas ahora destruidas por segunda vez, decidió instalar una carpa de protesta no lejos del nuevo puesto. El destino de una tienda de campaña palestina, vieja o nueva, es diferente a la suerte de un puesto de avanzada ilegal israelí. A las pocas horas, llegaron soldados y rápidamente pasaron por su repertorio estándar de gases lacrimógeno, granadas de aturdimiento, balas de goma y gas pimienta (a partir de mi propia experiencia, puedo decir que el spray de pimienta es el peor de los casos si llega a los ojos). Curiosamente, todos los relatos de los testigos coinciden en que entre los soldados, las mujeres reclutas eran, con mucho, lo más salvaje. Las granadas de gas lacrimógeno y paralizantes iban dirigidas directamente contra los activistas, una práctica potencialmente letal prohibida oficialmente por el ejército. Seis palestinos fueron hospitalizados, y dos activistas israelíes fueron detenidos, uno de ellos gravemente golpeado por la policía durante su detención.

Sin hilar demasiado fino en este punto: los colonos israelíes tienen licencia libre para robar más y más tierra y los legítimos propietarios de estas tierras son brutalmente expulsados. Tal proceso se expone con todo detalle en un reciente informe de B’Tselem , la organización israelí de derechos humanos, que trata de la Ribera Occidental en su conjunto. Teniendo en cuenta que las políticas de Israel han sido particularmente devastadoras para las comunidades semi-nómadas en la zona C, los autores observan:

Tal como años de seguimiento de B’Tselem y otras organizaciones han demostrado, las fuerzas de seguridad israelíes regularmente permiten a los colonos asaltar a los palestinos y dañar su propiedad. De hecho, a veces los soldados salvaguardan a los colonos en este tipo de situaciones, proporcionando apoyo y, en ocasiones, incluso tomando parte en el asalto. Todo esto se ve agravado por un sistema de aplicación de la ley ineficaz que no realiza ninguna acción en contra de los delincuentes y no logra justicia para las víctimas. De acuerdo con las cifras recogidas por la organización israelí de derechos humanos Yesh Din, un 85 por ciento de todas las investigaciones sobre incidentes de daño causado a los palestinos (asalto físico, incendio, daños a la propiedad, destrozo de árboles, y toma de la tierra) son cerradas debido a fallas en el procedimiento de la policía. Hay solamente un 1,9 por ciento de probabilidad de que una denuncia policial presentada por un líder palestino llegue a la condena de un ciudadano israelí.

¿Cuánto tiempo más logrará al-Hammeh quedarse? ¿Quién puede decir? Ta’ayush está haciendo todo lo posible para ayudarlos. Las demoliciones de viviendas son sólo uno de los cuatro medios principales para su destrucción. La continua expansión de asentamientos judíos es el segundo. Menos del 6 por ciento del Valle del Jordán está ahora disponible para residencia de los palestinos (esta pequeña área residual está en las zonas A y B, que están fuertemente construidas y deja poco o ningún espacio para construcción adicional). Es prácticamente imposible para los palestinos obtener permisos de construcción en cualquier lugar de la zona C.

En tercer lugar, está la confiscación de los medios básicos para la supervivencia, como los tractores, por ejemplo. En Ras al-Ahmar, no muy lejos de al-Hammeh, cinco tractores fueron confiscados por el ejército a principios de noviembre, el día antes de que los residentes palestinos fueran expulsados ​​de sus hogares debido a los ejercicios militares. La excusa, según el comunicado oficial dado a los propietarios: «Sospechoso acto criminal dentro de una zona de fuego», Debo explicar que el 56 por ciento del Valle del Jordán ha sido declarado por el ejército de acceso prohibido para los palestinos, aunque todavía hay algunas familias que sobreviven apenas, en los sitios dentro de estas áreas cercadas. Ra al Ahmar es uno de ellos. Se asienta en un lecho de un río verde rodeado de campos de cebolla; los palestinos son cultivadores y pastores en pequeña escala. Sin un tractor para recoger agua, para traer forraje para el ganado ovino y caprino, y para las innumerables tareas cotidianas, no se puede vivir en Ras al-Ahmar. Sin embargo, la mera existencia de un tractor en Ras al-Ahmar es, por definición del ejército, ilegal, incluso si nunca se mueve de donde está estacionado. En resumen, este es el acoso de exquisita pureza. Recuperar un tractor confiscado es un proceso burocrático prolongado que, aunque efectivo, termina en que el titular es multado, riamente, hasta 7000 shekels (cerca de 2.000 dólares).  

Al-Hammeh después de la demolición de 2016. David Shulman

Por último, y quizás lo más devastador en el largo plazo, es la denegación del agua. Hace mucho calor en el valle del Jordán durante gran parte del año. En verano, las temperaturas diurnas suben muy por encima de los 50 grados. Si los palestinos que viven en pequeñas aldeas como Al-Hammeh tienen la osadía de intentar enlazarse a las tuberías de la Autoridad Palestina que baja desde la ciudad de Tubbas en la Zona A, el ejército llega y rompe las tuberías. Vi hacerlo con mis propios ojos en al-Hadidiya, en agosto pasado. Puesto que la vida en el valle es insoportable sin agua, los palestinos tienen que comprar e importar agua en camiones cisterna a precios enormemente inflados. Recuerde que estos son pastores que subsisten, para quienes el costo de un solo camión cisterna de agua es una gran suma, fácilmente la mitad de los gastos mensuales de una familia en el verano. En pocas palabras, la idea es secar a los beduinos hasta que la sed les obligue a desaparecer, tal vez por la migración a algún lugar de la zona A o incluso fuera de Israel-Palestina.

Consideremos las palabras de ‘Abd al-Rahim Bsharat (conocido como Abu Sager) de la aldea de al-Hadidiya:

Los colonos y el Estado de Israel han cometido muchos crímenes y cometerán muchos más, pero el peor crimen, una monstruosidad moral, es la denegación del agua. Ellos han contaminado nuestros pozos, los llenaron de piedras y tierra, los han secado por perforación profunda y secaron las fuentes naturales. Yo mismo poseía entre sesenta y noventa pozos en las colinas por allí, y todos ellos han sido destruidos. Ya sucedió en la década de 1970. Al mismo tiempo, cientos de metros cúbicos de agua se desperdician en los colonos, en sus jardines y piscinas. Comunidades enteras han sido devastadas, su gente expulsada y desplazada por los campamentos militares y asentamientos. Una vez, un centenar de familias vivían aquí en al-Hadidiya; sólo quedan 14. … En una guerra, está el que mata y el que es muerto, pero ¿que tiene que ver esto con el agua?

A veces pienso que un buen día vamos a llegar a producir un nuevo equilibrio de poder en el valle del Jordán. La situación se parece mucho a la vida bajo el terror del estado en las colinas del sur de Hebrón cuando empezamos a trabajar allí en el año 2000, al comienzo de la segunda Intifada. Hoy, el sur de Hebrón, aunque todavía bajo un régimen de terror, se ha estabilizado, y los agricultores y pastores palestinos permanecen, milagrosamente, en su lugar. Hay un poco de esperanza de que ellos y su forma de vida puedan sobrevivir. Tal vez algo como esto puede tomar forma en el valle del Jordán. En un mal día (es decir, casi todos los días), creo que estamos en presencia de la extinción implacable de la sociedad y la cultura palestina en el valle.

Supongo que uno podría preguntarse por qué los israelíes están tan decididos a deshacerse de 15.000 pastores palestinos inocentes en esta parte de Cisjordania. En una realidad de hiper nacionalismo desenfrenado, probablemente no es una pregunta útil. Sólo este año, las demoliciones casi se han duplicado en comparación con el año 2015. A mediados de octubre, el ejército había destruido 242 edificios palestinos en el valle, lo que hace cientos de personas sin hogar, muchos de ellos niños. Unos dos mil sufrieron pérdidas significativas por las demoliciones que, como hemos visto, también incluyeron corrales de ovejas y la infraestructura de agua.

Sigue Abu Saqer:

Somos gente sencilla. Queremos pastar nuestras ovejas, alimentar a nuestras familias, educar a nuestros hijos. Sólo eso. A finales de 1980, en el momento de los acuerdos de Oslo, había esperanza, pero al final, el desastre se hizo aún más terrible. Ellos están haciendo todo lo posible para expulsarnos. El Tribunal Supremo de Israel dictaminó que la situación aquí se debe congelar, y que no haya más demoliciones, pero los soldados no prestan atención. Cuando un soldado viene a derribar mi casa, ¿dónde está el juez? El año pasado hubo demoliciones [el 26 de noviembre, 2015], y siempre están amenazando por más. Mi hija fue herida delante de mis ojos por un joven israelí (un soldado). ¿Qué se supone que debo sentir? ¿Cómo se supone que voy a vivir con el pueblo israelí, en lo que dicen es la única democracia en el Medio Oriente?

Un proyecto de ley presentado a la Knesset, con el apoyo de todos los partidos de la derecha y que ya ha pasado el primer voto (de tres), tiene como objetivo la legalización de las muchas docenas de los llamados puestos de avanzada ilegales repartidos por toda Cisjordania, así como miles de viviendas construidas en los asentamientos israelíes que se ubican en tierra palestina de propiedad privada. El proyecto de ley es un intento transparente para permitir lo que sólo puede ser llamado el robo gubernamental a gran escala. Incluso si finalmente se anuló en los tribunales, habla elocuentemente de la intención del gobierno. Si usted es uno de los beduinos palestinos que tratan de sobrevivir en la pequeña porción de territorio dejada para asentamiento palestino en el valle del Jordán, su vida pende de un hilo.

Fuente: http://www.nybooks.com/daily/2016/12/07/israel-palestine-the-end-of-the-bedouins/

Fuente:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=220293&titular=%BFel-fin-de-los-beduinos?-

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/JjAmB_OGym7BgFuIyFBgGSiJr2Cc0SVV4busClLOoPWB6wg5u1noPR5CgaZaUaL7LCFCtA=s85

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La inversión en educación

Por: Guillermo E. Zuñiga

Siempre entendimos que cualquier esfuerzo que se hiciera para dotar de más recursos a la educación nacional, era una buena decisión de los gobiernos. De unos dos años para acá, los sectores que quieren recortar el gasto público a como haya lugar, se han dado a la tarea de poner en entredicho ese esfuerzo nacional. Como las finanzas públicas andan maltrechas, un rubro que ha estado en la mira de las tijeras ha sido el sector educación. ¡Qué error más grande sería ese recorte!

GASTO EDUCATIVO ES UNA INVERSIÓN. Para empezar creo que el gasto que se hace en educación es una inversión y no deber ser considerado un “gasto corriente”, que es lo que les gusta recortar. Lamentablemente los registros contables universalmente aceptados asocian a la inversión “con varilla y cemento”. Entonces de los recursos que se destinan a educación, solo cuentan como inversión los que se utiliza en equipos o en edificios escolares. Por ahí empieza el problema.

Por el contrario, si se considera que a través de los procesos educativos transformamos a nuestra población en una que sea productiva, con destrezas y habilidades para el trabajo, para la vida y la creación, en realidad lo que estamos haciendo es invertir en la formación de nuestro recurso humano. Un ciudadano con profundos valores democráticos, con claridad de sus responsabilidades, no solo de sus derechos, que sea sensible al arte y a las ciencias, formado de manera integral, será una mejor persona para las actividades productivas, para la convivencia social y para la vida en democracia. Personas bien educadas es lo que necesita el país para desarrollarse. 

El uso de estos recursos, así entendidos sus propósitos, es claramente una inversión, posiblemente de las mejores inversiones que haga cualquier sociedad. Considerarlo como gasto corriente es un error de concepto que algún día deberá corregirse. Y cuando escribo esto estoy pensando en lo que D. Pepe nos dijo hace muchos años: “¿Para qué tractores sin violines?”. Lamentablemente hay grupos a los que les cuesta entender esto.

MAL PARADOS. Ahora bien, por donde se le quiera ver, el sistema educativo está dejando mucho que desear. Las pruebas internacionales así lo indican; los reclamos de los empleadores también lo confirman; los resultados de los exámenes de bachillerato, desnudan debilidades y hasta “curvas” se hacen. Y en esto hay que poner oídos a lo que los críticos de la educación están señalando. 

Hay resistencia al cambio y a la revisión de contenidos y estrategias pedagógicas, cuando el entorno social y tecnológico cambia a velocidad de la luz. Si las cosas se siguen haciendo igual, los resultados serán los mismos. Y esto no es asunto de recursos económicos, como ya se ha dicho. Lo que se debe exigir son mejores resultados que justifiquen y rentabilicen el esfuerzo que todos hacemos para dotar de recursos a la educación. El mandato constitucional que asigna los recursos es claro, y sobre este punto no debe ni siquiera insinuarse una revisión. Pero sí exigimos evaluación de resultados. Si pagamos los impuestos, también tenemos derecho a pedir cuentas. 

Las organizaciones magisteriales, legítimas y necesarias, deben entender que su tarea es ser parte de la solución y no del problema. Y las universidades no están exentas de esta evaluación, pues no son torres de marfil aisladas de la realidad económica nacional. Por eso harían bien las universidades enseñando con claridad sus resultados.

EL 8% DEL PIB A LA EDUCACIÓN. Cuando en el 2010 le dimos primer debate a la reforma constitucional para llevar el gasto en educación al 8% del PIB, llamé la atención en el Plenario Legislativo sobre la necesidad de que la reforma “viniera con el bollo de pan debajo del brazo”. Mi llamado cayó en el vacío. Pues se dio el derecho, se creo la obligación financiera, pero no se le dieron los recursos frescos para financiarla. Hoy es fuente de tensión fiscal y una gran tentación de recorte de gasto.

CONCLUYO. Como la educación es una inversión, la solución no es el recorte. Es la exigencia y control de resultados.

Fuente: https://www.diarioextra.com/Noticia/detalle/318967/la-inversion-en-educacion

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Aprendamos a Regenerar Realidades con Mayor Conciencia

Por Manuel Martínez Mendoza

Estamos en los primeros días del año, abriendo la puerta de una nueva habitación del tiempo a la que ingresamos para vivir nuevas experiencias, con la sola exigencia de volver a pensar, con mayor conciencia, en lo que hacemos como educadores alternativos de poblaciones postergadas. Es una buena oportunidad que tenemos para ponerle ganas a la regeneración de las realidades de la educación y la sociedad, de la que somos parte.

¿Regeneración?

Sí, la regeneración es una constante de la vida. La biología la define como  la capacidad de un organismo para reconstruir, por sí mismo, sus estructuras dañadas o perdidas.

Las estrellas de mar, las lagartijas y otras especies cuando se ven amenazadas distraen a sus depredadores cediéndoles un pie o la cola para huir y después, progresivamente, “auto repararse”, hasta completar su cuerpo de una manera autónoma, valiéndose de sus propias potencialidades.

En el caso de las mariposas la regeneración convierte a los huevos de la especie en  larvas y a estas en crisálidas, antes de su última conversión en su estado adulto. Este proceso denominado metamorfosis pone en evidencia sucesivos estadios en los cuales un individuo se regenera, cambia su morfología y fisiología de modo radical, al extremo de adquirir diferentes formas siendo un mismo individuo.

En esa gradualidad también podemos observar las regeneraciones que se manifiestan en el reemplazo y crecimiento de pelos y uñas de los mamíferos, la muda de los exoesqueletos de los muy y cangrejos, la piel de los reptiles, etcétera.

¿La regeneración se produce en todas las especies?

En la especie humana el huevo se convierte en embrión y, luego del alumbramiento, el niño se convierte progresivamente en adulto, pasando de modo natural por diversas etapas de la vida, en las cuales se manifiestan características propias de cada una de ellas.

La regeneración es, por tanto, un proceso biológico común, en el cual cada individuo expresa sus propias potencialidades para dar un gran salto cualitativo, “un nuevo nacimiento”, una metamorfosis que asegura una continua renovación de lo más importante de la realidad natural.

Es importante este concepto de regeneración porque implica: a). Una modificación esencial de las estructuras biológicas, b). Durante un proceso inexorable, b) Realizado por cada individuo de todas las especies, incluida la especie humana.

¿La regeneración es solo un fenómeno natural de individuos?

No, la regeneración tiene una doble dimensión que depende una de otra. Se inicia como un proceso natural individual pero, simultáneamente, se desarrolla como un proceso colectivo social, de interacciones entre pares de una misma especie.

En el caso de las sociedades humanas solo existen características específicas que la diferencian de las sociedades de otras especies, sobre todo por la forma de organización y funcionamiento en las que priman, cada vez más, sofisticadas relaciones de poder de clase que obstaculizan o inhiben la regeneración individual, principalmente, de los postergados, la convivencia y el aprendizaje.

Entonces ¿Regenerar es transformar?

El concepto de regeneración enriquece radicalmente el concepto mayor de transformación, principalmente de la transformación social, debido a que define la participación de los individuos en ella, de modo que se plantea el desarrollo como un proceso endógeno sobresaliente, desde el individuo hacia el colectivo desde el uso de sus potencialidades hacia la construcción y uso de las potencialidades de su contexto.

Los factores endógenos o intrínsecos de todas las personas son primordiales porque caracterizan al proceso de desarrollo en una dinámica social con una trayectoria de abajo hacia arriba, de adentro hacia afuera, al encuentro entre personas y sus organizaciones en un proceso constructivo en el cual los individuos no pueden ser reemplazados, ni sustituidos, ni representados del modo como se acostumbra en la relaciones de poder de las élites, instituciones, estado y gobiernos que afecta el concepto y práctica de democracia, manteniéndola como una burbuja en la cual los demócratas sustentan su vida a expensas de una práctica antidemocrática.

Los factores exógenos, desde una lectura de progreso, son valiosos si permiten el desarrollo de los individuos facilitando, mediante políticas y recursos, la creación de oportunidades para el despliegue de las facultades y derechos individuales en la construcción de relaciones de poder democrático y constructivo.

Entonces, ¿Es posible regenerar realidades en las que existen grietas abismales entre una minoría de privilegiados y una mayoría de postergados?

No solo es posible sino que es una exigencia social concertar voluntades entre los ciudadanos –educadores, en nuestro caso- que constituyen la poca visible reserva moral del país, sin exclusiones de ningún tipo, para regenerar la educación y, en general, la sociedad, pensando en un futuro deseable de bienestar para todos.

Para eso es imprescindible soltarse de las amarras y levar anclas. Es necesario desaprender los viejos paradigmas acostumbrados con los que se mira la realidad desde arriba, patriarcalmente, desde el atávico centralismo, con políticas elaboradas entre las cuatro paredes de las cimas del poder nacional[1], reproducido en las regiones y localidades, “validadas” mediante “muestras representativas” que solo sirven para “aprobarlas democráticamente” y que arreglan temporal y parcialmente los focos de atención que satisfacen las estadísticas y gestiones pasajeras, en periodos de gobierno basados en caudillismos y personalismos.

La educación, en su más amplia comprensión y extensión, es decir, la que se realiza de modo cotidiano mediante las interacciones políticas, económicas y sociales, en la que se incluye a la educación escolar, constituye parte de los factores exógenos que pueden potenciar el desarrollo humano en armonía con el desarrollo de la sociedad en su conjunto.

 Así la transformación tiene su base en la acción de todos los individuos de la especie como elemento fundamental de la acción colectiva, respetando sus ritmos y estilos. Por esta razón, el papel de la educación deviene en un factor fundamental siempre y cuando esta se construya, en oposición a la existente, como una cultura emancipatoria, liberadora, de auto-transformación de las personas, en su doble condición de individuos-sociales, sin excepción, valorando que los individuos formamos parte de una realidad natural y social, sin la cual no existiríamos.

Sabemos que la otra cara de la educación, con su modelo prescriptivo y conductista, sirve más para reproducir la cultura social predominante y sus particulares formas de entender el cambio como parte del estado del momento actual, por tanto, si los expertos y especialistas en el clásico modelo escolar enseñante deciden asumir una posición crítica y desmitificadora de lo que hay que cambiar, igualmente y con buena voluntad, pueden desaprender los viejos paradigmas que los hacen mirar desde arriba las soluciones de los problemas de los de abajo, perdiéndose la oportunidad de facilitar la actuación constructiva de educadores, estudiantes y comunidades locales en la solución de los problemas  que, en primera instancia, les corresponde solucionar.

La actual visión de desarrollo personal-social en la práctica es básicamente una visión de crecimiento económico, de preferencia por escuelas privadas, de empleabilidad exigida por el modelo productivo existente en el que los derechos de los trabajadores, incluyendo el de los educadores, son conculcados.

En esa perspectiva tradicional la educación alimenta una práctica pedagógica  basada en  un currículo único que es ajeno a las diversas culturas, mediante  el  aprendizaje de conocimientos denominados “universales” y no de competencias reales.

El liderazgo del director asumido como patriarca de la escuela, la capacitación y meritocratismo en función de perfiles homogeneizadores y realidades desiguales; la atención de las demandas con una oferta  exclusiva de áreas curriculares y de prioridades de focalización que excluyen poblaciones, el uso de “herramientas” de todo tipo que “innovan” y consolidan la actual cultura escolar, son productos de las nubes de un poder cuyas jerarquías no construyen igualdad social.

Estas manifestaciones de una cultura predominante que sesga la atención a solo una parte de la población, “porque no se puede atender a todos al mismo tiempo”, constituye una coartada muy utilizada por la gran mayoría de “representantes” políticos, económicos y religiosos, que solo han servido para lavar la cara de  los modelos que quieren conservar, proponiendo innovaciones que aceitan solo algunos engranajes de los mecanismos que crean brechas sociales.

La experiencia nos ha demostrado que esta es la forma con la que se mantienen los mismos problemas esenciales de siempre y, de paso, es el modo de fomentar la ilusión de la salvación futura. Incluso, en defensa de intereses particulares, se apela a las estadísticas para vanagloriarse de sus logros o para atacar a  sus adversarios, pero se elude los números pendientes de alcanzar al extremo de no ser tomados en cuenta, adecuadamente, por los planes “estratégicos”.

Si las prácticas pedagógicas están en cuestión, ¿La búsqueda de coherencia nos plantea el  aprender haciendo?

Parece que la principal derrota del sistema educativo no está en caerse muchas veces tropezando con la misma piedra, sino en lo que llaman logros que, incluso, son celebrados oficialmente en una fecha del año.

Desaprender el viejo discurso de cambio que se basa en una teoría desvinculada de la práctica pedagógica rutinaria es una tarea pendiente de los educadores que trabajan, principalmente, con poblaciones excluidas en los centros de educación básica alternativa y en las comunidades y organizaciones sociales.

Para eso hay que revalorar el campo de acción con mayor conciencia y empatía social, promoviendo la participación activa, la  praxis siguiendo una ruta de práctica-teoría-práctica; cuya experiencia propia produzca ideas que se materialicen en prácticas regeneradoras, continuas y relacionadas unas con otras, sistémicamente, producto del aprendizaje diario, autónomo y cooperativo, con mirada de un futuro pensado democráticamente en función de todos, desde el presente.

En esa lógica, la ciudadanía, de la que tanto se habla como tema educativo de salón pero muy poco se hace, no puede ser un producto futuro sino que se debe ejercer como derecho desde hoy en los quehaceres de la vida y también en los quehaceres de la educación, tanto en los aprendizajes en la escuela como en los de la comunidad.

La misma condición de educador y de estudiante o persona, en el marco de una educación que despliegue las facultades de las personas en su propio beneficio, no puede ser un producto de la culminación de la escolaridad sino que se debe ejercer desde hoy como un ciudadano pleno, emancipado, en el acto de aprender-enseñar-aprender en su vida cotidiana.

Una cosa es promover aprendizajes con enlatados curriculares[2] y, otra, es partir de la experiencia vital de los estudiantes, descentralizada y contextualizadamente, como eje de integración de los conocimientos de la llamada cultura universal y de los saberes que tienen todos los que aprenden.

Así los planteamientos sobre la autoría de los estudiantes en su aprendizaje, el protagonismo derivado de su autonomía y solidaridad en el acto de aprender, adquieren sentido y otorgan valor a la movilización democrática por el aprendizaje siempre y cuando este tenga diferentes puntos de partida y de llegada.

En vez del punto de partida único y general representado por los contenidos de las áreas curriculares y de temas preestablecidos sobre derechos u otros, en escuelas y comunidad respectivamente, debemos plantearnos como puntos de partida a las diversas situaciones de vida de los estudiantes y personas en sus familias, trabajos y comunidad, elegidas democráticamente como motivo de aprendizaje transdisciplinario.

En vez del punto de llegada en función de la calificación del rendimiento escolar, supuestamente académico, debemos plantearnos como puntos de llegada los diferentes desempeños de estudiantes y personas en la solución de sus principales problemas de su vida diaria, auto gestionado como parte de sus propios proyectos de vida.

Aprender, como educadores alternativos en escuelas y comunidades, a regenerar la educación regenerando el currículo formal y los contenidos de la educación fuera de las escuelas con la intención de construir ciudadanía plena es ingresar por la principal puerta que debemos abrir para aprender a regenerar y transformar la realidad social sin postergaciones hacia una modernidad de Bien- Estar para todos.

Desde este punto de vista la transformación, mediante la educación se podrá vislumbrar como instrumento de regeneración de sí misma y de la sociedad a la que pertenece, del impulso de “un nuevo nacimiento”, encargado de facilitar la superación del paradigma conductista que le gusta donar contenidos e ilusionarse haciendo mal uso de las invenciones de la ciencia y tecnología, en desmedro del uso de las potencialidades intrínsecas de las personas, estableciendo un contacto cultural dominante, en el que una cultura enseña y otras solo aprenden.

Manuel Martínez Mendoza

[1] Un ejemplo fresco es lo que señala Ricardo Cuenca, investigador principal del IEP, en un artículo periodístico reciente: “La mejora del aprendizaje parece ser el lugar favorito para el fantasma de la exclusión. En un contexto donde la solución del problema curricular parece complicar más las cosas y se sabe poco de las iniciativas para atender a las zonas rurales, se busca segregar a los estudiantes (a través de la instalación de colegios de alto rendimiento), bajo el supuesto de que una élite formada resulta la locomotora del cambio. Ni la coherencia social ni la convivencia democrática son posibles en sistemas escolares que separan a los estudiantes por ciertas habilidades cognitivas.

El fantasma de la exclusión tiene la gran habilidad de escudriñar entre las políticas públicas, entre algunas normas técnicamente viables y en programas basados en evidencias. Pasa inadvertido entre los sofisticados lentes de la tecnocracia y se instala en la opinión publica disfrazada de inclusión”.

[2] En las normas y orientaciones para el desarrollo del año escolar de 2015 en la educación básica alternativa se mantiene, por vacío de propuestas de cambio, el diseño curricular básico de la EBA, aprobado en el 2009, que se propone un currículo por competencias pero que en la práctica se realiza como un currículo de conocimientos disciplinares desarticulados y contradictorios por su falta de claridad en su organización y que hace discutible su pertinencia y viabilidad.

Fuente: http://educadoresalternativos.blogspot.com/2015/01/aprendamos-regenerar-realidades-con_5.html?spref=fb

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Arte y transformación social en Venezuela para el 2017

Por Néstor Viloria
Profesor de UNEARTE

El arte original

La premisa de todo creador es producir una obra original, Simón Rodríguez afirmó “La América no ha de imitar servilmente… si no ser original…”
Esa búsqueda nos lleva inevitablemente a la batalla cultural, a la batalla de los símbolos, la cual se libra en la mente de los seres humanos.
Adolfo Colombres, antropólogo, escritor, e investigador Argentino sostiene que “Toda dominación cultural y estética, cualquiera sea el contexto en que opere, de hecho implica una negación de la diversidad o, al menos, de que esa diversidad pueda generar propuestas tanto o más válidas que las del sector dominante. O sea, la dominación consiste en negar al arte de los otros la condición de tal, o, en el mejor de los casos, reconocerle algún valor, pero declararlo inferior”.
Luis Britto García advierte que “la guerra cultural, como la internacional, no es peleada sólo por el aparato político: para ella se movilizan todos los recursos económicos y sociales. Comienza cuando ante la cultura dominante surge una subcultura que diverge de ella. La batalla se traba cuando esa subcultura contradice abiertamente a la cultura dominante: desde entonces se convierte en contracultura”.

Laboratorio de Danza UNEARTE Mérida

         Entre las adversidades a vencer, para creadores y creadoras, artistas, está el no sucumbir ante la tentación de imitar la estética de los centros de poder, incluso hay que mantenerse atento para que esa obra original a la que muchos llegan, no se convierta en un objeto más del mercado, siendo despojado  de su esencia y  convertidos  en mercancía. El solo hecho de crear obras musicales, escénicas, plásticas, audiovisuales, con rasgos propios genera, en los Centros de Poder que ejercen la hegemonía Cultural en el planeta, la sensación de amenaza puesto que el impacto en la población de una producción simbólica que no esté controlada por esos centros de poder puede colocar en jaque al aparato de dominación, por esta razón se activan  sus mecanismos o más bien su metabolismo depredador para transfigurar la obra, hasta llevarla a ser una mercancía para la venta, despojándola de sus rasgos fundamentales o naturalizando esos rasgos hasta el punto en que adquieren una significación banal.

Ejemplo de este proceso se puede ver en lo ocurrido en la primera década del siglo XXI en Venezuela, con la producción musical comercial llamada “neofolclor”, lo cual ocurre precisamente en un momento histórico donde las músicas populares pasan de una condición de resistencia, una postura contracultural, a una posición de vanguardia o de avanzada en la construcción de una nueva hegemonía cultural, contextualizada en plena efervescencia en el ejercicio de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, donde se expresa que las culturas constitutivas de la venezolanidad gozarán de especial atención. En este ejemplo se puede ver con claridad como canciones con poesía, ritmos o instrumentaciones propias de la música popular-tradicional venezolana sufrieron intervenciones que las transformaron en una mercancía, en un producto despojado de toda sensibilidad propia de la cultura popular a la cual pertenece y pasándola al campo de la cultura dominante, en consecuencia, incidiendo a través de esta en la mente de los seres humanos, debilitando el carácter insurgente y su valor identitario para insertarla en el sistema de consumo.

Ciclo de Conversas Descolonizadoras
Cátedra Libre de las Culturas Populares – UNEARTE

En la Venezuela del siglo XXI el objetivo estratégico es, en palabras de Zacarías García, mantener la búsqueda de la “estética necesaria”, trabajar para alcanzar una producción simbólica que contribuya en el fortalecimiento de la identidad nacional y regional, no como reliquia intransmutable, fetiche, ni panfleto,  si no como obra de arte legítima, auténtica, que se reconozca en nuestros imaginarios, que agite las consciencias sensibles y permita derrotar el sistema de consumo y restablecer el sistema de valores.

El arte y la transformación social

En UNEARTE, a través de los Proyectos Artísticos Comunitarios, se viene transitando de la formación estrictamente enfocada en la disciplina artística, que mantiene su dinámica dentro de los límites de la propia disciplina, evitando salir de su campo de conocimiento,  hacia la formación artística que se vincula con la sociedad, con su contexto, que dialoga con las comunidades, lo que nos conduce a una formación transdisciplinaria.

En palabras de Boaventura de Sousa Santos expuestas en su libro La universidad del siglo XXI se transita del conocimiento universitario definido como “un conocimiento predominantemente disciplinar cuya autonomía impuso un proceso relativamente descontextualizado con relación al mundo cotidiano de las sociedades”. Por el contrario,  “el conocimiento pluriuniversitario es un conocimiento contextual en la medida en que el principio organizador de su producción es la aplicación que se le puede dar. Es un conocimiento transdiciplinar que por su propia contextualización obliga a un diálogo o confrontación con otros tipos de conocimiento”.

Grupo Estable Danza Tradicional
Programa UNEARTE va a la Escuela

El compromiso de todo uneartista apunta al diálogo respetuoso con nuestras culturas populares, con nuestros saberes ancestrales, con nuestra sociedad, con nuestras ciudades, con nuestras comunidades. Desde que el Comandante Chávez creó UNEARTE en el año 2008 hasta diciembre de 2016, han egresado 1312 profesionales de las artes, estos creadores y creadoras cuentan con herramientas para avivar ese diálogo con las comunidades, a través de este pueden reconocer al otro, a la otra, como fuente de saberes, condición fundamental para un ejercicio profesional que contribuya con la convivencia pacífica y respetuosa, esas fortalezas adquiridas deben mantenerse en el compromiso con el país.
En 2017 se presenta la tarea de iniciar el  Programa Nacional de Formación Avanzada (PNFA) en “Artes y Culturas del Sur”, el primer programa de post-grado de UNEARTE,  diseñado por el equipo del Vicerrectorado Académico bajo la responsabilidad de la profesora Inés Carolina Pérez Wilke. El PNFA está diseñado para formar profesionales, investigadores y creadores que aporten al país y al mundo, conocimientos y prácticas artísticas que contribuyan en el ejercicio de la soberanía, la independencia; a través de la producción simbólica e intelectual que reflejen identidades locales, nacionales y regionales. De esta forma se plantea la superación de paradigmas de la modernidad, que no reconocen los saberes y formas de creación latinoamericanas, la tarea es la descolonización del conocimiento y de la producción simbólica.

El arte en Venezuela es una inversión social


Jornadas de Investigación UNEARTE 2016

En el neoliberalismo  la educación pública es un “gasto social”, esto lo vemos en países vecinos donde la educación universitaria es privada en más del 80%. Para nosotros no es así, en la República Bolivariana de Venezuela, por norma constitucional la educación es pública gratuita y de calidad hasta el nivel de pregrado, es decir, la educación es una “Inversión Social” concepto desarrollado por el fundador de UNEARTE el Comandante Hugo Chávez y defendido  por el Presidente Nicolás Maduro para beneficio de la juventud creadora de Venezuela.
A pesar de todos los intentos hechos desde la Asamblea Nacional, la MUD y los poderes fácticos internacionales, para restablecer el neoliberalismo en Venezuela; expresados en la guerra contra nuestra moneda y nuestra economía, y a pesar de los bajos precios del petróleo, la inversión Social del Gobierno Bolivariano por cada estudiante de UNEARTE en este año 2016 ha sido cercano a dos millones de bolívares, calculado con base en la matrícula total de estudiantes.

El Presidente Nicolás Maduro ha dado muestras claras de voluntad para defender la inversión social, ha tomado medidas para neutralizar el ataque al bolívar y ha logrado un acuerdo histórico entre países productores OPEP y no OPEP para recuperar los precios del petróleo, con lo cual entramos al 2017 en mejores condiciones que las que tuvimos al inicio de este año. Es momento de mantenernos en batalla, el aporte voluntarioso y consciente de cada joven, cada hombre, cada mujer, cada creador, creadora, cultoras, cultores, artistas, será decisivo para alcanzar nuevas victorias en el 2017.

Referencias:

Boaventura de Sousa, Santos (2008). La universidad en el siglo XXI, para una
reforma democrática y emancipadora de la universidad. Caracas: Centro
Internacional Miranda.
Britto García, Luis (2015). El imperio contracultural. Del Rock a la Postmodernidad.
Caracas: Fondo Editorial FUNDARTE.
Colombres, Adolfo (2014) Teoría transcultural de las artes visuales. Caracas:
Ediciones ICAIC-CNAC.
García, Zacarías (2016). Conferencia en Jornadas de Investigación UNEARTE.
Caracas.

Fuente: http://arteyculturanesviloria.blogspot.com/2016/12/arte-y-transformacion-social-para-el.html?spref=tw%20%E2%80%A6
Todas las imágenes insertas en el texto de este artículo son parte del archivo de la Universidad Nacional Experimental de las Artes.

La imagen del encabezado pertenece a la colección  Africa Imens. (1980)  de Bertina Lopes (1924 – 2012) expuesta en el Centro de Arte Moderna Manuel de Brito (CAMB), Parque Anjos, Algés, Lisbon, Portugal. Disponible en: https://c2.staticflickr.com/8/7259/27172623985_ede57bfd05_b.jpg

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Capitalismo, corrupción y la necesidad del Bien Común

Por Vicente Berenguer

La corrupción azota nuestras sociedades. No es un fenómeno pasajero sino que está bien asentado dentro de nuestras estructuras políticas y económicas. No es un mal que exista solo en determinados países –aunque predomine más en unos que en otros– teniendo que hablar lamentablemente de algo generalizado. Algunos afirman que el ser humano es corrupto por naturaleza, otros en cambio advierten que se trata de un fenómeno derivado de una deficiente educación, pero lo cierto es que es esta una lacra que nos acompaña y que golpea la esencia misma del que debería ser uno de nuestros valores supremos: la justicia social.
¿Por qué se ha llegado a esta deteriorada situación en la política y en la economía? ¿Por qué la corrupción es algo sistémico? ¿Es la corrupción algo exclusivo de la política o más bien la corrupción política es el reflejo de la corrupción en potencia que se halla en la sociedad y que en ella se manifiesta por pura posibilidad? ¿Cuáles son las razones profundas para que la corrupción sea la norma? Creemos que varias son las causas de esta situación pero en este texto solo nos referiremos a una que pensamos que es básica, fundamental, algo que Aristóteles siempre tuvo presente en sus reflexiones sobre la mejor forma de gobierno, algo que en la actualidad no existe ni en lo práctico pero que ha desaparecido incluso del nivel teórico: nos estamos refiriendo al concepto de bien común.

La inexistencia del bien común
El bien común –básico para Aristóteles– ha desaparecido y no queda rastro de él. No estamos descubriendo nada nuevo si decimos que el sistema en el que nos encontramos es individualista y que en este sistema, además, uno debe ser enormemente competitivo si quiere establecerse en una posición cómoda, una posición que le asegure unos buenos beneficios económicos o simplemente sobrevivir. Este juego de las sillas incrementa la individualidad e incluso provoca que muchos sujetos utilicen a otros en su propio beneficio llegándose incluso a la mentira, a la traición o a cualquier herramienta que facilite el ascenso social. La consigna termina siendo un “sálvese quien pueda” en el que todo vale y en el que el bien común es algo que solo existe semánticamente pero ni tan solo está ya en un rinconcito de nuestra mente.
El bien común se halla ausente y esta es una de las causas profundas de por qué la corrupción es generalizada en política –y en cualquier ámbito–: nadie piensa, reflexiona, tiene presente ni tan siquiera concibe algo que signifique “el bien común”, y esto supone que no se tenga el menor problema en robar lo de todos: ¿a quién se está robando si no existe un bien que es de todos? A nadie, responderán las conciencias –o lo que quede de ellas–, quedando así diluida la responsabilidad o carga moral en un abstracto por no existir nada en la mente del corrupto que tenga que ver con nada compartido, con nada común.
El sistema económico capitalista fomenta el individualismo como base de crecimiento. Subyace de esta filosofía que la base del sistema es la búsqueda del bien particular y que esta búsqueda provocará que la sociedad en general se beneficie también al crease riqueza, pero no se ocupa el sistema –ni tan solo preocupa– por contrarrestar esta tendencia de buscar absolutamente el bien particular con búsquedas del bien compartido. Reconocemos que no hemos hecho una encuesta para llegar a esta conclusión, a la conclusión de la inexistencia de una concepción social de un bien común; tampoco hemos hurgado en las mentes de los ciudadanos para saber si en ellas existe, como hemos señalado, al menos en un pequeño lugar algo que se le pueda parecer. Pero es tarea necesaria intentar “adentrarse y navegar” en la mente colectiva y ver cuáles pueden ser las causas de la desbocada corrupción política y empresarial, y en este caso, al no hallar en ella nada parecido al concepto de bien común, estamos seguros de que si no de forma total pero sí de forma muy importante, su inexistencia es la causa profunda de la lamentable situación que se vive en la política a nivel mundial.

La necesidad del bien común
Hemos llegado a la conclusión de que no existe una concepción general en la población de nada que tenga que ver con un bien común. Al no existir este bien, el político no podrá gobernar para algo inexistente y lo hará, por tanto, para lo que único que existe, el bien particular, ya sea el propio o el del partido. Además, al no haber algo común, algo de todos, un sentimiento compartido, la corrupción no será sino una consecuencia natural de todo esto pues el que roba, el que se corrompe, no puede tener una clara conciencia de que está robando, por decirlo así, a un ente común y existente que seríamos todos pues no concibe –ni puede concebir– la existencia de algo así. No concibe un ente común por tanto lo que está robando tampoco sería de nadie en particular; sus robos quedan en una especie de limbo para él mismo e incluso para los demás. La falta de un bien común es una de las causas profundas de la situación. Se deberá fomentar por tanto la “reaparición” de este tipo de bien, su presencia, su existencia para que la política sea lo que debe ser, un servicio a los ciudadanos, un servicio al bien compartido, un servicio a todos y para todos.
Se nos antoja fundamental pues avanzar hacia un ideal, un lugar en el que además de pensarse en uno mismo se piense también en el conjunto de toda la sociedad. Este lugar queda claro que es un lugar en el que todos, racionalmente, concebiríamos el bien común como algo básico y fundamental para la política, para la convivencia. El ideal aún podría ser mayor si a la racionalidad le añadiésemos el sentimiento, es decir, si además de concebirnos como una entidad colectiva –además de nuestra entidad individual–, nos sintiéramos de alguna manera conectados al resto, nos sintiéramos, en definitiva, como un todo.
¿Cómo podría conseguirse esto? ¿Cómo se podría fomentar aquello que venimos reivindicando, la concepción en la ciudadanía de un interés compartido, un bien de todos? Sería necesaria, entre otras muchas cosas que quizás abordemos en otra ocasión, una planificación en el ámbito educativo en la que se fomentase la idea, ya desde la infancia, de que existe algo muy valioso y que nos une a todos, algo que uno debe siempre procurar y es la defensa del otro –pues de alguna manera forma parte de mí–, la defensa de un bien que es compartido y que no solo me compete a mí pero también a mí. Este sería un largo proceso en el que se iría instruyendo a las futuras generaciones en la defensa de lo colectivo y no solo de lo individual, defensa que creemos que no se fomenta desde el sector educativo. Porque educar no debería ser solo la transmisión de contenidos culturales sino también y sobre todo el fomento de comportamientos y modos de ser que nos beneficien a todos ya que el ser humano no vive solo sino en comunidad.

Conclusión
Si esto es así, la corrupción no es sino un efecto necesario por la ausencia, en las mentes de las ciudadanos en general, de algo que tenga que ver con un bien compartido, un bien que nos pertenece a todos y que somos nosotros mismos. Hemos dicho que la ausencia de este concepto se debe sobre todo a un sistema capitalista salvaje en el que no cabe la existencia de algo llamado “bien común” debido a la consolidación del individualismo exacerbado siendo la característica principal de este el egoísmo.
El individualismo, en efecto, se impone y anula en la sociedad cualquier resquicio de nada que tenga que ver con algo compartido. El egoísmo y la búsqueda del interés propio es, para los liberales, la premisa que permite que haya beneficio para la sociedad. Uno no busca el interés social pero la búsqueda del suyo propio implica que se genere un beneficio para todos:
Cada individuo está siempre esforzándose para encontrar la inversión más beneficiosa para cualquier capital que tenga. Es evidente que lo mueve su propio beneficio y no el de la sociedad. Sin embargo, la persecución de su propio interés lo conduce natural, o mejor dicho, necesariamente a preferir la inversión que resulta más beneficiosa para la sociedad. […] una mano invisible lo conduce a promover un objetivo que no entraba en sus propósitos.1
Así, el interés social no es buscado y solo se obtiene de forma indirecta no siendo la solidaridad el valor social supremo sino la búsqueda del puro beneficio personal. Se deberá fomentar por tanto el egoísmo en la sociedad ya que este posibilita que haya beneficio para los demás. Triste modelo social.
Pero si el egoísmo es la base del sistema capitalista salvaje, si el individualismo más exacerbado es el motor que genera crecimiento, si se nos educa en la necesidad de ser altamente competitivos para alcanzar el éxito siendo la alternativa el quedarse rezagado pero más: si los depredadores tienen más posibilidades de éxito económico que las personas solidarias, no debe extrañarnos que, en primer lugar, el egoísmo esté venciendo a la solidaridad y en segundo, y como avanzábamos, que la sociedad en general no conciba la existencia de un bien común, un bien de todos. Con lo cual, si no hay ni la concepción de vínculos con los demás a nivel teórico ni a nivel emocional, la corrupción es algo que se deriva de forma necesaria de todo lo dicho.
En conclusión, será necesario la construcción de un sistema alternativo que no base su motor en el egoísmo sino en la solidaridad, un sistema en el que la búsqueda del bien para todos no sea un efecto indirecto de la búsqueda del bien propio sino un fin en sí mismo, un modelo que no fomente en los individuos el interés exclusivamente personal sino el interés por el otro, el interés social, la existencia del bien común. Será necesaria la construcción, en esencia, de un modelo definitivamente humano.

1 Adam Smith, La riqueza de las naciones.

Vicente Berenguer, asesor filosófico
vaberenguer@gmail.com

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