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Universidad Nacional de Colombia sufre baja de mujeres matriculadas

Por: El Espectador

Un reciente estudio del centro educativo sobre la prueba de admisión, arrojó una fuerte tendencia hacia la masculinización de los admitidos, o sesgo o discriminación en contra de las mujeres.

Contrariamente a la tendencia nacional e internacional de aumento de la participación de mujeres en el nivel de educación superior, la que en muchos países es de paridad, en un reciente estudio titulado Examen al Examen de Admisión de la Universidad Nacional de Colombia, sobre la prueba de admisión al claustro educativo, se encontró una fuerte tendencia hacia la masculinización de los admitidos, o sesgo o discriminación en contra de las mujeres.

En efecto, desde la década anterior ha aumentado la tasa de absorción de aspirantes hombres sobre mujeres, a pesar de porcentajes similares de participación, con algunos puntos de ventaja de mujeres sobre hombres (gráficas 1, 2, 3 ). Actualmente la tasa de absorción es casi el doble en aspirantes hombres que mujeres (12.18 % vs. 6.3 %). El porcentaje de admitidos hombres es de 64.6 % y el de mujeres de 35.5 %En la sede Bogotá , la tasa de absorción en 2015-I fue de 7.25 % para hombres y 3.29 % para mujeres (Gráfico 4). Todos los datos son de la Oficina de Admisiones de la UN, 2014-2015.

El análisis de este sesgo requiere un estudio detallado de los diversos temas, o áreas del saber, que componen el Examen y el desempeño relativo de mujeres en estas diversas áreas del Examen.

Pero en la Universidad Nacional el Examen de Admisión nunca ha sido considerado un ‘objeto’ de estudio interdisciplinario sino el ámbito autorreferido de la psicometría y de los bancos de preguntas. Lo que pone en cuestionamiento el anuncio en El Observatorio, agosto 6: www.universidad.edu.co “Propuesta de la U. Nacional definiría modelo único de admisiones en las universidades oficiales”.

Si el examen de la UN, que nunca ha sido sometido a análisis crítico, ni a comparaciones analíticas con Saber 11 ni con Saber Pro, se aplicara a otras universidades públicas, sería mayor el efecto discriminatorio de género en contra de las mujeres. Otros efectos negativos han sido identificados sobre el aumento de la deserción, el aumento del número de “no-matrículas” en el primer semestre y sobre el rendimiento académico de admitidos a carreras que no corresponden con sus intereses, motivaciones e identidad intelectual. El actual examen de admisión a la UN no considera la opción subjetiva del aspirante (vocación, interés…), sino que distribuye los cupos en orden descendente. Los de mayores puntajes pueden seleccionar su carrera de preferencia, mientras los puntajes relativamente inferiores deben tomar los cupos que existan aun en carreras ajenas a su vocación o interés.

¿Este es el tipo de examen que se desea para las universidades públicas? Urge entonces el debate académico y político sobre el tipo de examen que estas instituciones requieren. Lo que implica la constitución del examen como objeto interdisciplinario y sistemático de investigación. Lo que no sucede en ninguna universidad colombiana.

Es evidente el sesgo en contra de las aspirantes mujeres en el examen de admisión a la UN. Las cifras de admisiones lo demuestran claramente. Hay un descenso continuado en el número de mujeres admitidas en los últimos años, a pesar de que aproximadamente el mismo porcentaje de hombres y mujeres se presentan al examen.

Pero es difícil identificar cuáles son los ítems o contenidos de ese examen responsables de este sesgo de género. Este análisis lo debe realizar la Oficina de Admisiones en un estudio de cada ítem, las respuestas respectivas de aspirantes hombres y mujeres y sus efectos sobre el puntaje final. Ese análisis no se ha realizado hasta ahora. Y que ésta sea la oportunidad para exigir que se realice.

Pueden plantearse algunas hipótesis sobre el desempeño diferencial de aspirantes hombres y mujeres en el examen de admisión a la UN. Si en el nivel medio hay mayor probabilidad de éxito o logros en matemáticas, en los estudiantes hombres, esta ventaja comparativa se traslada a los ítems de matemáticas en dicho examen y los consiguientes menores puntajes en aspirantes mujeres. Hipótesis similar puede plantearse sobre los ítems de ciencias naturales.

Pero este análisis de ítems y temas no se ha realizado debido la carencia de voluntad política de mejorar las probabilidades de ingreso de mujeres a la UN. Este análisis implicaría rediseñar el examen de admisión para eliminar los ítems con mayor sesgo negativo de género e introducir otros tipos de ítems y temas en los que no sea evidente la ventaja comparativa de estudiantes hombres en el nivel medio.

Además, surge el interrogante sobre la racionalidad de un solo examen de admisión para tantas y tan diversas áreas del conocimiento, las que exigen competencias y conocimientos previos muy diferentes entre sí. ¿Cuántos aspirantes altamente competentes para determinadas carreras no logran ingresar a la UN debido al modelo obsoleto y disfuncional de un único examen, una tabula rasa para áreas del conocimiento tan diferentes?

Tomado de: http://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/u-nacional-de-colombia-sufre-baja-de-mujeres-matriculadas

Imagen: https://www.google.com/search?q=Universidad+Nacional+de+Colombia+sufre+baja+de+mujeres+matriculadas&espv=2&biw=1366&bih=623&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwi1suDTsIDOAhVHXh4KHTZLALcQ_AUIBigB#tbm=isch&q=+baja+de+mujeres+matriculadas&imgdii=FJD4s0Lhh4YoRM%3A%3BFJD4s0Lhh4YoRM%3A%3BuU_CoaEo9J8vWM%3A&imgrc=FJD4s0Lhh4YoRM%3A

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Mercantilismo o educación

Por: Carlos Valenzuela

Fuera de los que elaboraron y enviaron (Gobierno neo-mayorista, ¿cuántos?) el proyecto de ley sobre educación superior, nadie está de acuerdo con el. ¿Cómo puede suceder algo así? La respuesta es simple, no se consultó a los principales afectados y constructores de la educación superior, es decir, a los académicos y por ende a los expertos, los académicos o si se consultó a algunos no se les hizo caso y el proyecto terminó siendo una componenda de posiciones políticas con el fin de mantener el mercantilismo de la educación en Chile.
El documento tiene 160 páginas, 202 artículos permanentes y 60 artículos transitorios. No hay conceptos matrices, hilos conductores que señalen para dónde, algunos del Gobierno quieren llevar a la ES. No hay conceptos de educación, academia, extensión universitaria, calidad de educación. Dice en su primer párrafo.
“I. Antecedentes 1. La Reforma Educacional en marcha. En las últimas décadas, Chile ha conseguido importantes logros en materia educativa, tales como, altos niveles de cobertura en todos sus niveles e inversión en infraestructura y equipamiento. Dichos logros son una parte de la tarea cumplida como país”.
De acuerdo a este párrafo, se espera avance en calidad (no definida), y los que sabemos (por autoría) de educación universitaria vemos que cada vez llegan los estudiantes peor preparados a tal punto que necesitan nivelación.
Como la educación es en sí más mala, la cobertura mayor en vez de ser un orgullo es una vergüenza: la infraestructura mejor con calidad peor, constituye un escándalo.Vemos realmente que el nivel a lo más se ha mantenido, con el sistema general de la ES desacreditado en un alto porcentaje, y la acreditación se realiza con un instrumento insuficiente, no basado en la calidad académica.
La universidad, que es academia o no es universidad, es una forma de ser de la humanidad, muy probablemente pre-humana y no se va a inventar en Chile.
La Universidad es la forma de cultura comunitaria más elevada en sus aspectos intelectuales, éticos, estéticos y espirituales. El mercantilismo actual define a la universidad como la gestión en actividades “rotulables” como “educación” que rinden ganancias monetarias suculentas. El diálogo entre ambas posiciones contradictorias es imposible.
Las altas especulaciones estéticas, éticas, intelectuales y espirituales, actividades que requieren del “ocio” mental humano siempre estarán desfinanciadas, porque los académicos que las realizan necesitan vivir y su vida, al menos debe pagarla alguien. La universidad siempre va a pérdida monetaria.
La imposición que la Dictadura-cívico-militar-mercantilista-neoliberal hizo de “universidad autofinanciable” o incluso “productora de ganancias económicas” o “negocio” fue pensada, intencionada y dirigida a destruir la universidad en Chile. Una universidad que se autofinancia o que rinde ganancias no es universidad.
La universidad cuyo fundamento es el “ocio mental”, es decir el pensamiento (y muchas otras funciones psíquicas) libre, creativo, autónomo es contradictorio con el pensamiento “condicionado o esclavizado” a obtener un rédito económico u otro o “neg-ocio”. La universidad (y toda la educación) o es “ocio” o es (con exclusividad) “negocio” no hay pie para soluciones intermedias o sincréticas, porque son intencionalidades vectoriales ortogonales y contradictorias de la acción humana.
Pre-humana, porque ya Neanderthal (especie actualmente demostrada como distinta a sapiens y no su precursora) adorna con flores sus ordenados entierros rituales (estética litúrgica) con la evidente creencia de un más allá viviente (espiritualidad), demostrando su finura estética-espiritual, académica-universitaria ¿Tenía cátedras de maestros y discípulos de estética litúrgica? Sí, no cabe la menor duda, el diseño floral es mantenido, luego se aprendía en alguna parte.
También tiene pinturas en sus entierros (estética plástica) y deposita sus muertos en posiciones precisas en relación a los puntos cardinales (intelectualidad geográfica mística). Lástima que no tengamos registros auditivos para saber si acompañaba con música sus entierros. La música es un componente imprescindible de la academia y de la universidad.
Las leyes de la Dictadura y de los gobiernos democráticos consideraron a toda la estética (artes), intelectualidad (filosofía, ciencia) y ética (ética, moral, justicia y derecho en su parte filosófica) como prescindible en, o más bien contradictoria con la educación superior porque no generan ingresos suculentos.
Estas leyes (LOCE incluida) prohíben en Chile que facultades de Ciencias, Filosofía, Humanidades, Artes, Sociología, Antropología y muchas otras afines sean universidades. El odio contra la música fue monstruoso.
El Golpe Militar sorprende al musicólogo, profesor de actuación y director de teatro y televisión (que también dominaba el canto litúrgico gregoriano) Víctor Jara Martínez realizando actividades académicas en la Universidad Técnica del Estado. Preparaba televisivos contra el fascismo, es detenido torturado se le destruyen las manos y se lo asesina de 44 tiros.
En su encierro en el Estadio Chile escribe, “Somos cinco mil, en esta pequeña parte de la ciudad. Somos cinco mil…¡Cuánta humanidad con hambre, frío, pánico, dolor, presión moral, terror y locura!”
En La Serena la “Caravana de la Muerte” detiene, tortura y asesina al Director de la Orquesta Sinfónica y fundador de las orquestas sinfónicas infantiles en Chile, Jorge Peña Hen y desbarata totalmente a esa orquesta. Nunca los gobiernos democráticos han reparado estos daños y devuelto a la estética su lugar en la universidad.
No soy rencoroso ni vengativo. Mi madre me enseñó la “Elegía a los niños muertos” en la Guerra Civil Española, de García Lorca “…sobre quienes los mataron, caigan mil años de sombra”.

Tomado de: http://opinion.cooperativa.cl/opinion/educacion/mercantilismo-o-educacion/2016-07-18/162033.html

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¿Educación transformadora o instrumental?

Por: Rafael Lucio Gil

Es de todos conocido, que la educación escolar debe responder a la filosofía y contenidos que presenta su currículo. Esta inspiración que orienta la esencia del quehacer educativo, demanda ser conocida por toda la población, principalmente por dirigentes, docentes, estudiantes y padres de familia. En la medida que el mismo no es concertado, su ubicación hegemónica estaría imponiendo una cultura, valores y formas de ver la sociedad desde una posición de poder y no de transformación.

La principal característica que poseen los currículos de enfoque técnico, desde la teoría curricular, es la invisibilización de los principios filosóficos que les mueven, precisamente por su carácter funcionalista con el modelo de desarrollo no inclusivo y promotor de desigualdades, al que tratan de proteger. De esta manera, sólo ubican su quehacer en un conjunto de contenidos, métodos y técnicas curriculares, ajenos a todo cuestionamiento de la situación de injusticia y distribución desigual de oportunidades. Se trata, por tanto, de un currículo instrumental, no transformador.

La realidad de nuestro currículo nacional se ubica, en su contenido y práctica, en este perfil, lo que vuelve su enfoque y contenidos funcionales al sistema socioeconómico y cultural, generador de desigualdades, al que debe servir instrumentalmente.

Desde una perspectiva de educación crítica, su filosofía debiera, desde la teoría crítica, direccionar la educación, dar desde una perspectiva intercultural, capaz de dialogar y concertar entre culturas, enriqueciéndose todas a partir de una sana relación de respeto e intercambio.

Otro de sus mejores atributos se refiere al enfoque de transformación social, el que se hará posible en tanto la sociedad organizada y la clase política logren tener a la educación como el punto central de agenda de sus luchas e incidencia.

Pero no basta con dejar claro en la transformación curricular este enfoque y contenidos; lo más importante sería que el personal del Mined, funcionarios, dirigentes y docentes, a la par del estudiantado y padres de familia, tuvieran claridad de la importancia que tiene aplicar un currículum con sentido y significado críticos.

Ello imprimiría a la educación un cambio radical de sentido, enfocada a educar en el pensamiento crítico y transformador, ubicando como tema de estudio en todas las disciplinas, la realidad social; problematizándola y evitando ocultar con sobreestimaciones políticas la realidad económica, social, cultural, de gobernabilidad, etc. Se trata de poner “polo a tierra” con los contenidos y competencias curriculares, situándolos en sus contextos reales.

Esta transformación reclama que el personal docente y el estudiantado estén preparados para incorporar y estudiar la realidad que vive el país, y desarrollar capacidades, competencias y compromisos cívicos de pensamiento y acción transformadores ante esta realidad.

Mientras esto no ocurra, seremos todos responsables de mantener una educación funcional, instrumental, en la que lo importante es la repetición de eslóganes contradictorios de la educación. Seguirán siendo la actividad pedagógica y los programas y textos de estudio, los mejores replicadores políticos y los mayores obstaculizadores del desarrollo de capacidades y competencias orientados a la transformación social con equidad.

Este horizonte retador para la Nación demanda de todos, sin distingos de ninguna clase, plantearse con claridad y responsabilidad accionar una “revolución educativa”, capaz de sobrepasar intereses particulares, en la búsqueda sincera de un perfil de sociedad diferente, inclusiva, con iguales oportunidades para toda la ciudadanía, justa para todos y todas.
No hay que perder de vista esta pregunta profética del P. Xabier Gorostiaga, s.j., cuando reiteraba la pregunta: ¿Qué educación para qué desarrollo? No responder a esta pregunta supondrá elegir a ciegas un modelo educativo que únicamente sirva al interés del gobernante de turno, y no al de toda la sociedad en su diversidad.

Ubicar el modelo educativo a los pies de intereses particulares, como en efecto sucede, impulsa a la educación a ser réplica obediente de lo que otros deciden, eludiendo el debate y argumentación críticos en el aula, convirtiendo en autómatas y apoyadores políticos inconscientes a los actores educativos y, en definitiva, logrando que la educación sea el principal obstáculo al desarrollo humano sostenible, por no contar con los pilares seguros de las capacidades de pensamiento independiente, autónomo, y el compromiso ciudadano con la justicia y la igualdad de oportunidades.

Despertar a esta realidad triste, exige tracender intereses partidarios de partidos, y vislumbrar que el desarrollo del país no tiene que ver con mayores ganancias de las empresas ni con el empobrecimiento de las mayorías, sino con una ciudadanía formada en sus capacidades de pensar, argumentar, cuestionar, denunciar, proponer e innovar, para lo cual será necesario un proceso que lleve al país a “revolucionar su pensamiento”. Y esto, solo con una educación diferente lo podremos lograr.

*Ideuca.

Tomado de: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/398579-educacion-transformadora-o-instrumental/

Imagen: https://www.google.com/search?q=%C2%BFEducaci%C3%B3n+transformadora+o+instrumental%3F&espv=2&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjl7ZLE7__NAhXMHx4KHdTxAFwQ_AUIBigB#tbm=isch&q=dibujos+de+Educaci%C3%B3n+transformadora&imgrc=2KKwHavv3q4c_M%3A

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Genocidio por prescripción

Por. La Haine

La clase obrera blanca en EEUU ha sido diezmada por una epidemia de «muertes prematuras», un término banal para encubrir el descenso de la esperanza de vida en este grupo demográfico de importancia histórica. Se han realizado estudios e informes reservados que describen lejanamente esta tendencia, pero sus conclusiones aún no han entrado en la conciencia nacional por razones que vamos a tratar de explorar en este artículo.

De hecho esta es la primera vez en la historia de «tiempos de paz» del país que el núcleo de su sector productivo tradicional ha experimentado un declive demográfico tan dramático. Y el epicentro se encuentra en los pequeños pueblos y comunidades rurales de los EEUU.

Las causas de la «muerte prematura» (morir antes de la esperanza de vida normal, por lo general en condiciones prevenibles) incluyen el acentuado aumento de la incidencia del suicidio, las complicaciones no tratadas de la diabetes y la obesidad y sobre todo el «envenenamiento accidental», un eufemismo usado para describir lo que son en su mayoría medicamentos con receta, las sobredosis de drogas ilegales y la interacción con otros medicamentos tóxicos.

Nadie sabe el número total de muertes de ciudadanos estadounidenses debido a una sobredosis de drogas y las interacciones fatales con medicamentos en los últimos 20 años, al igual que ningún organismo central ha mantenido un seguimiento de la cantidad de personas pobres asesinadas por la policía en todo el país. Pero vamos a empezar con un conservador número redondo: 500.000 víctimas de la clase trabajadora, en su mayoría blancos, y retamos a las autoridades a que lleguen a algunas estadísticas auténticas con definiciones reales. El número, de hecho, podría ser mucho más alto si se incluyen las muertes por causa de la poli-farmacia y «fatales errores de medicación» que se producen en el entorno del hogar y en los hogares de ancianos.

En los últimos años decenas de miles de estadounidenses han muerto prematuramente a causa de sobredosis de drogas o interacciones con otros medicamentos tóxicos, en su mayoría relacionadas con los medicamentos narcóticos para el dolor recetados por los médicos y otras procedencias. Entre los que han muerto por el incremento de opiáceos ilegales, sobredosis principalmente de heroína, Fentanil y metadona, la gran mayoría primero fueron adictos a los potentes opioides sintéticos prescritos por la comunidad médica, suministrados por las grandes cadenas de farmacias y fabricados con márgenes de beneficios increíbles por las compañías farmacéuticas líderes. En esencia, esta epidemia ha sido promovida, subvencionada y protegida por el Gobierno en todos los niveles y refleja la protección a un mercado médico-farmacéutico privado que maximiza el beneficio salvaje.

Este nivel no se ve en otras partes del mundo. Por ejemplo, a pesar de su inclinación al alcohol, la obesidad y el tabaco, la población británica de pacientes se ha librado de esta epidemia, esencialmente debido a que su sistema nacional de salud está regulado y funciona con una ética diferente: el bienestar del paciente se valora sobre las ganancias puras y duras. Esto posiblemente no se habría desarrollado en EEUU si se hubiera aplicado un sistema nacional unificado de salud.

Frente a la creciente incidencia de muertes entre los veteranos que regresan de Irak y Afganistán por sobredosis y suicidios, debido a los opiáceos de prescripción y reacciones a la mezcla de medicamentos, se convocaron a audiencias «de emergencia» en el Senado de EEUU en marzo de 2010, al cirujano general y a los cuerpos médicos de las Fuerzas Armadas. El testimonio mostró que los médicos militares habían prescrito 4 millones de recetas de narcóticos potentes en 2009, un aumento de 4 veces desde 2001. Los miembros de las audiencias del Senado, dirigidos por Virginia Jim Webb, no advirtieron la luz roja que se encendía por la gran industria farmacéutica, que figura entre los mayores donantes a las campañas políticas.

En la década de 1960 la imagen pública del soldado retornado de la guerra de Vietnam adicto a la heroína que conmocionó al país se transformó en el veterano dependiente de Oxycontin/Xanax del nuevo milenio, gracias a enormes contratos de la gran industria farmacéutica con las fuerzas armadas de EEUU y de los cuales los medios de comunicación apartaron la vista. Suicidios, sobredosis y «muertes súbitas» mataron a muchos más soldados que los combates.

Probablemente desde las guerras del opio de 1839 ninguna otra población pacífica ha sido tan devastada por una epidemia de drogas animada por un gobierno. En el caso de las guerras del opio, el Imperio Británico y su brazo comercial, la East India Company, buscaban un mercado para sus enormes cultivos de opio del sur de Asia y utilizaron a sus militares y mercenarios aliados chinos para forzar una distribución masiva de opio en el pueblo chino, tomando en el proceso a Hong Kong como un centro para su comercio imperial de opio. Alarmado por los efectos destructivos de la adicción sobre su población productiva, el Gobierno chino trató de prohibir o regular el uso de narcóticos. Su derrota a manos británicas marcó el declive de China, convirtiéndose en un Estado cuasi colonial por el siguiente siglo. Tales son las consecuencias más amplias de la población adicta.

En este trabajo se identificarán, 1º las consecuencias a largo plazo de las muertes inducidas por drogas a gran escala, 2º la dinámica de la «transición demográfica por la sobredosis» y 3º la economía política de la adicción a opiáceos. No se citarán números o informes, ya que están ampliamente disponibles. Sin embargo están dispersos, incompletos y por lo general carecen de un marco teórico para entender o enfrentar el fenómeno.

Concluiremos discutiendo si cada «muerte por prescripción» debe verse como una tragedia individual, un duelo privado o un crimen corporativo alimentado por la ambición o incluso un patrón de larga data del «social-darwinismo» dirigido por una élite con aparato ejecutor en la toma de decisiones.

Desde el advenimiento de los grandes cambios políticos-económicos inducidos por el neoliberalismo, la clase oligárquica de los EEUU se enfrenta al problema de una extensa población de millones de trabajadores marginados y potencialmente conflictivos, cuyos miembros descienden de la clase media, despedidos por la «globalización» y una población rural de pobres que se hunde cada vez más en la miseria. En otras palabras, cuando el capital financiero y los cuerpos gobernantes de la élite ven crecer una población «inútil» de trabajadores blancos -los empleados y los pobres en este contexto geográfico- ¿Qué medidas «pacíficas» se pueden tomar para facilitar y fomentar su «declive natural»?

Un patrón similar surgió con la crisis de los principios del SIDA en la que el Gobierno de Reagan ignoró deliberadamente las muertes en alza entre los jóvenes estadounidenses, especialmente en las minorías. Adoptó un enfoque moralista de «culpar a la víctima» hasta que la influyente y organizada comunidad homosexual exigió la acción del Gobierno.

La escalada y el alcance de las muertes por drogas

En las últimas dos décadas cientos de miles de trabajadores estadounidenses de edad avanzada han muerto a causa de las drogas. La falta de datos reales es un escándalo. La escasez se debe a un sistema fragmentado, incompetente y deliberadamente incompleto de los registros médicos y de los certificados de defunción, especialmente de las zonas rurales más pobres y de las pequeñas ciudades donde no hay prácticamente ningún apoyo para crear y mantener registros de calidad. Este gran vacío de datos tiene múltiples facetas y se ve obstaculizado por los problemas del regionalismo y la falta de una clara dirección del Gobierno en la salud pública.

Al principio de la crisis los profesionales médicos y forenses estaban mayormente en la negación y bajo presión para certificar las muertes inesperadas como «naturales debido a las condiciones previas», a pesar de la abrumadora evidencia de que había habido imprudentes sobreprescripciones por parte de los médicos locales. Hace 15 o 20 años las familias de las víctimas, aisladas en sus pequeños pueblos, podían refugiarse en una cierta comodidad a corto plazo al ver el término «natural» unido a la muerte prematura de su ser querido. Es comprensible que un diagnóstico de muerte por sobredosis de drogas conllevara una tremenda vergüenza social y los miembros de las familias rurales y las pequeñas ciudades de clase trabajadora blanca la habrían asociado tradicionalmente con los narcóticos de las minorías urbanas y la población carcelaria. Se creían inmunes a este tipo de problemas de la gran ciudad. Confiaban en sus médicos los cuales, a su vez, confiaban en la seguridad de la gran industria farmacéutica que afirmaba que los nuevos opiáceos sintéticos no eran adictivos y podían prescribirse en grandes cantidades.

A pesar de la creciente toma de conciencia de este problema por parte de la comunidad médica local hubo pocos intentos públicos de educar a la población en situación de riesgo y aún menos intentos de alertar a la comunidad médica y a las clínicas privadas de tratamiento acerca de la sobreprescripción. Estas clínicas, sus profesionales de enfermería y las asociaciones de profesionales no lo hicieron y tampoco aconsejaron a los pacientes sobre los inmensos peligros de la combinación de los opiáceos y el alcohol o los tranquilizantes. Muchos, de hecho, ni siquiera eran conscientes de lo que otros proveedores prescribían a sus pacientes. No era inusual ver a adultos jóvenes y sanos con múltiples recetas de varios proveedores.

En las últimas décadas, bajo el neoliberalismo, los presupuestos de salud de los condados rurales fueron despojados por medio de empresas promotoras de programas de austeridad.
En su lugar, el gobierno federal ordenó que se implementasen planes caros y absurdos para hacer frente al «bioterrorismo». A menudo los departamentos de salud carecían del presupuesto necesario para pagar los costosos análisis toxicológicos forenses requeridos para documentar los niveles del fármaco en los casos de sobredosis sospechosas entre su propia población.

Agravando aún más esta falta de datos válidos no había ninguna orientación o coordinación por parte del gobierno federal y estatal o de la DEA regional en relación con la documentación sistemática y el desarrollo de una base de datos utilizable para analizar las consecuencias generalizadas de la sobreprescripción de narcóticos legales. La crisis temprana recibió una atención mínima por parte de estos organismos.

Todos los ojos oficiales se centraron en la «guerra contra las drogas», ya que se libraba contra los pobres, la población minoritaria urbana. Los pequeños pueblos, donde los médicos que sobreprescribían eran los pilares de las iglesias locales o clubes de campo, sufrían en silencio. El gran público estaba adormecido por los malos medios de educación en el pensamiento erróneo de que la adicción y las muertes relacionadas eran un problema propio de la ciudad, que requería la habitual respuesta racista de llenar las cárceles con los jóvenes negros e hispanos por cometer pequeños delitos o por posesión de drogas.

Pero dentro de este vacío los hijos de la clase trabajadora blanca empezaron a marcar el 911, porque, «mami no despierta…». La mamá, con sus parches de Fentanyl prescritos tomó sólo un Xanax de más y devastó una unidad familiar. Este fue el prototipo de una epidemia voraz. Por todo el país estaban creciendo esos casos alarmantes. Algunos condados rurales vieron la proporción de recién nacidos adictos, hijos de madres adictas, alterando sus sistemas hospitalarios no preparados. Y las páginas necrológicas locales publicaron un número creciente de nombres y rostros jóvenes sin referirse nunca a la causa de la desaparición prematura mientras dedicaban párrafos a los difuntos octogenarios.

Las tendencias recientes demuestran que las muertes por drogas (debidas tanto a sobredosis de opiáceos como a interacciones mixtas fatales con otras drogas y alcohol) han tenido un impacto importante en la composición de la mano de obra local, en las familias, las comunidades y los barrios. Los sistemas tradicionales de apoyo que proporcionan ayuda a los trabajadores dañados por estas tendencias, como los sindicatos y los trabajadores sociales públicos y profesionales de la salud mental, no podían o no querían intervenir ni antes ni después de que el flagelo de la adicción a las drogas entrase en juego. Esto se refleja en la vida de los trabajadores, cuya vida personal y el trabajo se han visto gravemente alterados por la deslocalización de las empresas, las reducciones de personal y los recortes de salarios y de prestaciones sanitarias.

La dinámica demográfica de la muerte inducida por fármacos

Casi todos los informes divulgados ignoran la demografía y las diferentes clases de impactos causados por las muertes por drogas de prescripción médica. La mayoría de los muertos por drogas ilegales fueron primero adictos a narcóticos legales prescritos por sus proveedores. Sólo las muertes por sobredosis de celebridades logran llegar a los titulares.

La mayoría de las víctimas ha sido gente de bajos salarios, desempleados o subempleados de la clase trabajadora blanca. Sus perspectivas de futuro son sombrías. Cualquier sueño de establecer una vida familiar sana con un solo salario en el «corazón del suelo americano» es digno de risa. Se trata de una enorme población nacional que ha experimentado un fuerte descenso en sus niveles de vida a causa de la desindustrialización. La mayoría de las víctimas de sobredosis fatales son hombres blancos en edad de trabajar, pero también una gran proporción de mujeres de clase trabajadora, a menudo madres. Ha habido poca discusión sobre el impacto de la muerte de una persona por sobredosis en edad de trabajar en la familia extendida. Esto incluye a las abuelas de alrededor de 50 años. En este grupo demográfico las mujeres a menudo proporcionan la cohesión y la estabilidad fundamental de varias generaciones en situación de riesgo.

Aparentemente la población minoritaria de EEUU ha escapado hasta ahora de esta epidemia. Negros e hispanos estadounidenses ya habían sido deprimidos y económicamente marginados por un período mucho más largo y la menor tasa de muertes por medicamentos recetados entre sus poblaciones puede reflejar una mayor capacidad de recuperación. Sin duda refleja su menor acceso a la comunidad médica del sector privado que prescribe las sobredosis, una grave paradoja de abandono médico que, de hecho, podría calificarse de beneficiosa.

Si bien puede haber pocos estudios sociológicos basados en la clase buscando tendencias comparativas de muertes por sobredosis entre las minorías urbanas y rurales o ciudades pequeñas blancas, en la salud pública o en los departamentos de estudios universitarios de las minorías, la evidencia anecdótica y la observación personal sugieren que las poblaciones urbanas de las minorías tienen más probabilidades de proporcionar asistencia a un vecino o amigo afectado de sobredosificación que en la comunidad blanca, donde los adictos son más propensos a ser aislados y abandonados por miembros de la familia, que se avergüenza de sus debilidades. Incluso la práctica de abandonar a un amigo afectado de sobredosis en la entrada de un servicio de urgencias y alejarse luego ha salvado muchas vidas. Las minorías urbanas tienen un mayor acceso y familiaridad a las salas de urgencias de las grandes ciudades caóticas donde el personal médico es experto en el reconocimiento y tratamiento de la sobredosis. Después de décadas de luchas por los derechos civiles, las minorías son posiblemente más sofisticadas para hacer valer sus derechos en relación con el uso de tales recursos públicos. Incluso puede haber una cultura relativamente más fuerte de la solidaridad entre las minorías marginadas en la prestación de asistencia o bien una toma de conciencia de las consecuencias de no llevar a un vecino a la sala de urgencias. Estos mecanismos de supervivencia urbana han estado, en gran medida, ausentes en las zonas rurales blancas.

A nivel nacional los médicos estadounidenses habían sido disuadidos por mucho tiempo de la prescripción de opiáceos sintéticos potentes a pacientes de las minorías, incluso a aquellos con dolores significativos. Confluyen varios factores aquí, pero la comunidad médica no ha sido inmune al estereotipo del adicto o distribuidor urbano hispano o negro. Tal vez este racismo médico generalizado en el contexto de la epidemia de la prescripción de opiáceos ha tenido, paradójicamente, algún beneficio.

Cualquiera que sea la razón, los adictos de las minorías urbanas, aunque muchos sufren de sobredosis, son más propensos a sobrevivir a una sobredosis de opiáceos que los blancos de las ciudades pequeñas o de zonas rurales, ya que estos no están familiarizados con los estupefacientes y sus efectos.

En las zonas rurales y en las pequeñas ciudades (desindustrializadas) del corazón de EEUU se ha producido una enorme ruptura en la comunidad y la solidaridad familiar. Ocurrió como consecuencia de la destrucción de una base de un siglo de estabilidad en el empleo, especialmente en los sectores fabriles, en la minería y los sectores agrícolas manufactureros. Sólo la Rusia post-soviética experimentó un patrón similar de disminución de la esperanza de vida por envenenamiento (alcohol y drogas) en todo el país después de la destrucción de su sistema socializado de pleno empleo y la ruptura de todos los servicios sociales. Además de la pérdida del aparato policial soviético duro y el crecimiento de una clase mafiosa oligarca, la sociedad se vio inundada de heroína proveniente de Afganistán.

El crecimiento de la adicción a opiáceos no se basa en la «elección personal» ni es el resultado de los cambios en los estilos culturales de vida. Si bien todas las clases y los niveles educativos están incluidos entre las víctimas, la gran mayoría son jóvenes blancos de la clase obrera y los pobres. Cubren todos los grupos de todas las edades, incluidos los adolescentes que se recuperan de lesiones deportivas, así como los ancianos con dolores en las articulaciones y la espalda. El aumento de la adicción es el resultado de grandes cambios en la economía y la estructura social. Las regiones más afectadas por las muertes por sobredosis son las que se encuentran en declives profundos, prolongados y permanentes, incluyendo las antiguas regiones del «cinturón de óxido», las pequeñas ciudades manufactureras de Nueva Inglaterra, el norte de Nueva York, Pensilvania y el sur rural y las regiones agrícolas, mineras y forestales del oeste.

Es el producto de decisiones ejecutivas privadas: 1º, reubicar las empresas productivas de EEUU en el extranjero o en zonas distantes y no sindicalizadas del país. 2º, forzar a empleados antes bien remunerados a puestos de trabajo con salarios más bajos. 3º, reemplazar a los trabajadores estadounidenses por inmigrantes cualificados y no cualificados o por mano de obra mal pagada. 4º, eliminar los beneficios de pensiones y de salud y 5º, introducir nuevas tecnologías -incluyendo robots- que recortan la mano de obra haciendo que la prestación de los trabajadores humanos se convierta en redundante. Estos cambios en la relación entre capital y trabajo han creado enormes beneficios para los altos ejecutivos y los inversores, mientras producen un excedente en la fuerza de trabajo, lo que supone aún más presión sobre los trabajadores en su primer empleo y los jóvenes con antigüedad. No ha habido programas de creación de empleo protegidos y/o sostenibles para abordar las décadas de disminución del empleo bien remunerado. Los buenos trabajos han sido sustituidos por los de salario mínimo, los Mac jobs –en jerga trabajos de salario mínimo y desprestigiados (N. de T.)- en el sector de servicios o en manufacturas temporales mal pagadas, sin beneficios o protecciones. A través de todo este terreno de devastación, programas costosamente publicitados, como Start-Up New York -algo así como “Nueva York poniéndose en marcha” (N. de T.)- han fracasado en crear puestos de trabajo decentes, mientras los políticos del Estado han gozado de publicidad gratis ya que el gasto de cientos de millones provenía del dinero público.

La epidemia de adicción a las drogas ha sido más letal precisamente en aquellas regiones que sufrieron la pérdida del empleo industrial y la disminución de los salarios, así como en los sectores deprimidos –antes protegidos- agrícolas y de procesamiento de alimentos donde los trabajadores sindicalizados han sido reemplazados por inmigrantes con salario mínimo. La pérdida de la estabilidad en el empleo vino acompañada de una reducción radical de los servicios sociales y de tremendos recortes en beneficios, cuando en realidad esos servicios deberían haberse reforzado.

Precisamente porque el llamado «problema de las drogas» está vinculado a importantes cambios demográficos resultantes de los cambios en la dinámica capitalista, nunca ha sido el centro de gestión o investigación del gobierno de la elite, a diferencia de su fijación en la «radicalización de los musulmanes» o en las «tendencias de la delincuencia urbana». La investigación tiende a centrarse en minorías o apenas se acerca a la periferia del fenómeno actual. Los buenos estudios y datos habrían proporcionado el fundamento y la base de los principales programas públicos dirigidos a proteger las vidas de los trabajadores blancos marginados y revertir las tendencias mortales.
Décadas de ausencia de investigación en toda la nación y de datos sobre este fenómeno justifican la notoria ausencia de una respuesta gubernamental efectiva. Aquí el descuido no ha sido beneficioso.

En paralelo con el aumento de la adicción a opiáceos ha habido un aumento astronómico en la prescripción de medicamentos psicotrópicos y antidepresivos a la misma población, también altamente rentables para la gran industria farmacéutica. El patrón de prescripción de este tipo de medicamentos -potencialmente peligrosos- es de gran alcance. Son medicamentos que modifican el estado de ánimo a una población móvil en baja o entumecida por ansiedades y reacciones normales al deterioro de su condición material que ha tenido profundas consecuencias. Es desatinado esperar que tales individuos, a menudo bajo la asistencia de desempleo o Medicaid, sigan un complejo régimen diario de hasta nueve medicamentos, además de sus medicamentos narcóticos para el dolor, al tratar de hacer frente a su mundo que se desmorona.

Cuando un trabajo digno con un salario decente podría tratar con eficacia y sin efectos secundarios desagradables o peligrosos la desesperación de los trabajadores marginados, la comunidad médica y de salud mental ha enviado sistemáticamente a sus pacientes a la gran industria farmacéutica. Como resultado, los análisis toxicológicos post mortem muestran múltiples medicamentos psicotrópicos y antidepresivos prescritos, además de narcóticos, en los casos de muertes por sobredosis de opiáceos. Además de que esto puede constituir una abdicación de la responsabilidad del proveedor de servicios médicos a los pacientes, también es un reflejo de la absoluta impotencia de la comunidad médica frente a la descomposición social sistémica, tal como ha ocurrido en las comunidades marginadas donde se concentran las muertes por sobredosis de drogas.

Los estudios demográficos, como mucho, identifican a las víctimas de la adicción a las drogas. Pero su elección para el tratamiento de su desesperación como un problema individual se produce en un contexto específico e inmediato que pasa por alto las grandes estructuras políticas y económicas que establecen el escenario de la muerte prematura.

La economía política de muertes por sobredosis

Cuando los restos de una víctima joven de clase obrera –sea hombre o mujer- por sobredosis se llevan a un depósito de cadáveres, su muerte prematura se etiqueta como «autoinfligida» o «accidental» por sobredosis de opiáceos y se enciende una gran máquina de encubrimiento. La secuencia que conduce a la muerte es un misterio, tampoco se busca en profundidad la comprensión de los factores socioculturales y económicos. En su lugar, se culpa a la víctima y a su cultura del resultado final de una compleja cadena de decisiones económicas capitalistas de élite y maniobras políticas donde la muerte prematura de un trabajador es un mero daño colateral. La comunidad médica se ha limitado a funcionar como la correa de transmisión en este proceso en lugar de ser un agente de atención al público.

La gran mayoría de las víctimas de muertes por sobredosis son, en realidad, víctimas de decisiones y pérdidas que van mucho más allá de su control. Sus adicciones han acortado sus vidas, así como han empañado su comprensión de los acontecimientos y han socavado su capacidad para participar en la lucha de clases para invertir esta tendencia. Ha sido una solución perfecta para los problemas demográficos previsibles del neoliberalismo brutal en EEUU.

Wall Street y Washington diseñaron la macroeconomía que eliminó los puestos de trabajo decentes, redujo los salarios y recortó los beneficios sociales. Como resultado millones de trabajadores marginados y desempleados están sometidos a una gran tensión y recurren a soluciones farmacológicas para soportar su dolor porque no están organizados. El protagonismo histórico de las organizaciones sindicales y de la comunidad se ha eliminado. En lugar de ello las grandes empresas farmacéuticas se encargan de que los trabajadores despedidos caven sus propias tumbas y los líderes de la clase obrera están ausentes.

En segundo lugar el centro de trabajo se ha vuelto mucho más peligroso en el marco del nuevo orden económico. Los jefes ya no temen a los sindicatos ni hacen caso de las normas de seguridad: muchos trabajadores se lesionan por la aceleración del ritmo de trabajo, la prolongación de las horas de trabajo, la falta de capacitación y la falta de supervisión federal de las condiciones de trabajo. Los trabajadores lesionados que carecen de protección sindical y judicial, así como de una agencia pública de protección y temen, con razón, represalias por informar de su lesión de trabajo, recurren cada vez más a los narcóticos con receta para hacer frente a un dolor agudo y crónico sin dejar de trabajar.

Cuando los empleadores permiten a los trabajadores informar de sus lesiones, la baja cobertura y los tratamientos limitados disponibles alientan a los proveedores a excederse en la prescripción de narcóticos por encima de otros medicamentos con interacciones potencialmente peligrosas. Muchas clínicas del dolor, contratadas por los empleadores, están deseosas de beneficiarse de clientes lesionados mientras las compañías farmacéuticas promueven activamente potentes narcóticos sintéticos.

Así se forma una cadena viciosa: la producción en masa de narcóticos por parte de la industria ha sido uno de sus productos más rentables. Las cadenas corporativas de farmacias llenan las recetas prescritas por decenas de miles de «proveedores» (doctores, dentistas, enfermeros y asistentes médicos) que tienen sólo una cantidad limitada de tiempo para examinar en realidad a un trabajador lesionado. Las condiciones de trabajo deterioradas crean la lesión y los trabajadores se convierten en consumidores del alivio milagroso de la gran industria farmacéutica –el Oxycontin o sus primos– cuyos vendedores promocionaron durante una década como drogas no adictivas. Una larga lista de profesionales de alto nivel educativo, entre ellos médicos y otros proveedores, patólogos y controladores médicos que ocultan cuidadosamente la causa real, son los que toman las decisiones corporativas con el fin de protegerse de represalias en caso de que las empresas hagan sonar la alarma. Detrás de la fachada científica hay un «darwinismo social» que pocos están dispuestos a enfrentar.

Sólo recientemente, a raíz de un número increíble de hospitalizaciones y muertes por sobredosis de narcóticos, el gobierno federal ha comenzado a liberar fondos para la investigación. Los investigadores médicos académicos han comenzado a recoger y dar a conocer datos sobre la creciente epidemia de muertes por opiáceos. Y proporcionan mapas impactantes de los condados y regiones más afectados. Se unen al coro que insta a las agencias federales y estatales a participar más activamente en la panacea de costumbre, «la educación y la prevención». Este enjambre activista llega con dos decenios de retraso a la epidemia y apesta a cinismo.

Los fondos para la investigación de este fenómeno no darán lugar a ningún programa eficaz a largo plazo para hacer frente a estas pequeñas «crisis del capitalismo» que azotan a la comunidad. No hay ninguna institución dispuesta a enfrentar la causa fundamental: la devastación de las relaciones laborales en los EEUU capitalistas del posmilenio, la naturaleza corrupta de los vínculos estatales con la corporación farmacéutica y el carácter caótico de nuestro sistema médico privado impulsado por las ganancias. Muy pocos escritores explorarán alguna vez que un solo responsable, un sistema de salud público y nacional, habría evitado claramente y desde el principio la epidemia.

Conclusión

¿Por qué las elites capitalistas estatales y las farmacéuticas sostienen un proceso socioeconómico que ha llevado a gran escala a la muerte a largo plazo de los trabajadores y sus familiares en el EEUU rural y en las pequeñas ciudades?

Una hipótesis lista y convincente es que las modernas y dinámicas corporaciones de élite obtienen beneficios del cambio demográfico de las muertes por sobredosis.

Las corporaciones obtienen miles de millones de dólares de ganancias por el «declive natural» de los trabajadores despedidos: la reducción del empleo y las prestaciones sociales -planes de salud, pensiones, vacaciones o programas de capacitación laboral- permite a los empleadores aumentar beneficios, ganancias de capital y bonos de los ejecutivos. Se eliminan los servicios públicos, se reducen los impuestos, se reducen los trabajadores y cuando es necesario se pueden importar del extranjero –completamente formados- para emplearlos temporalmente en un «mercado laboral libre».

Los capitalistas ganan todavía más con los beneficios de la tecnología -robots, automatización, etc.- y se aseguran de que los trabajadores no disfruten horas reducidas ni aumento de las vacaciones como resultado de su mayor productividad, ¿por qué compartir los resultados de las ganancias de productividad con los trabajadores, cuando los trabajadores pueden ser eliminados? Los trabajadores insatisfechos pueden replegarse o «tragarse una pastilla», pero nunca organizarse para retomar el control de sus vidas y su futuro.

Los expertos en elecciones y autoridades políticas pueden afirmar que los trabajadores estadounidenses blancos rechazan a los principales partidos del sistema porque están enojados y son racistas. Son los trabajadores que ahora se vuelven hacia Donald Trump. Sin embargo un análisis más profundo revelaría su rechazo racional a los líderes políticos que se han negado a condenar la explotación capitalista y enfrentar a la epidemia de la muerte por sobredosis.

Hay una base clasista de este auténtico genocidio por narcóticos que ocurre entre los trabajadores blancos y los desempleados en las ciudades pequeñas y zonas rurales de EEUU, es la solución «perfecta» corporativa a una fuerza de trabajo excedente. Es hora de que los trabajadores y sus líderes despierten a este hecho cruel y se resistan a esta guerra de clases unilateral o seguirán llorando más muertes prematuras en su propio silencio adormecido por los fármacos.

Ya es hora de que la comunidad médica exija un sistema público y nacional responsable de la salud que ponga en primer lugar al paciente, que haga prevalecer el servicio sobre el beneficio y acabe con la complicidad del silencio.

Artículo original: http://petras.lahaine.org/?p=2091 – Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Texto completo en: http://www.lahaine.org/genocidio-por-prescripcion

Fuente: http://www.lahaine.org/mundo.php/genocidio-por-prescripcion

Imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2016/1/16/456908_192938_1.jpg

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Educación para la igualdad y la diversidad: acabar con las fobias sociales

Por Coral Herrera Gomez

Conozco a mucha gente que pide ayuda a psicólogos y terapeutas para tratarse la tristeza, el vacío existencial, las angustias y los miedos, pero no conozco a nadie que quiera curarse de enfermedades sociales como el racismo, el machismo, el clasismo, la xenofobia, la homofobia, la lesbofobia o la transfobia.

Vivimos en un mundo competitivo, violento y jerárquico en el que unos seres humanos tienen más valor que otros: no nos educan para amarnos los unos a los otros en las escuelas ni en las universidades, yno hay especialistas a los que acudir cuando experimentamos un odio profundo hacia colectivos de personas o minorías.

Las religiones tampoco promueven el amor hacia la gente diferente: generalmente los curas, sacerdotes, rabinos o imanes nos incitan al odio acusando de herejes e infieles a todos aquellos que no siguen su doctrina. Es frecuente escuchar en las iglesias, las mezquitas y las sinagogas discursos de odio hacia las mujeres que no se someten a los dictados del patriarcado, o hacia lesbianas y gays, pero sus autores no son acusados ni encarcelados por hacer apología de la discriminación y la violencia desde sus púlpitos.

Vivimos en una cultura muy romántica, pero muy poco amorosa. Si bien el racismo es una enfermedad social que con los años se ha convertido en un fenómeno políticamente incorrecto, los chistes sobre negros, latinos, árabes, etc siguen fomentando el uso de estereotipos negativos  que se asumen como algo «natural» y gracioso, lo mismo que los chistes machistas que denigran a las mujeres. Cuando nos acusan de ser personas que discriminan, que odian o que rechazan a otros seres humanos,generalmente nos justificamos empezando con la tan conocida y estúpida frase: «Yo no soy racista pero… no soporto a los gitanos», «Yo no soy homófobo pero… a mi que no se me acerque un gay», «Yo no soy machista pero… las mujeres no están capacitadas para ciertas tareas», «Yo no soy clasista pero… creo que los pobres son unos vagos».

Es curioso que a poca gente le de vergüenza expresar en voz alta su miedo o su odio hacia otros seres humanos y que nadie quiera curarse de estas enfermedades sociales que provocan tanta violencia. Hasta cierto punto es demencial que enseñemos a los niños y a las niñas a comportarse con corrección en público (dar los buenos días, no tocarse los genitales en público, rezar por las noches), pero luego tengan que oir en casa chistes y comentarios despreciativos hacia los inmigrantes, las lesbianas o las personas transexuales como si discriminar a otras personas no fuera un acto violento.

Los seres humanos sentimos terror hacia las personas que no son como nosotras, por eso siempre estamos buscando la integración en los grupos, y por eso buscamos a los que son semejantes para formar grupos frente a otros grupos de gente que no son como nosotros. En nuestro sistema patriarcal, nos han convencido de que hay gente «normal» y gente «anormal», que hay un «nosotros» y un «ellos», que están los «buenos» y los «malos», que por fuerza has de ser «masculino» o «femenina»… todo nuestro pensamiento es binario, es decir, nuestra forma de pensar está determinada por los opuestos: blanco/negro, positivo/negativo, válido/inválido.

La gente normal es aquella que cumple con los patrones y las normas del capitalismo patriarcal, es aquella que se puede etiquetar y definir, es aquella que encaja con una definición exacta. Toda la gente que no «encaja» es rara, es extraña, es extravagante, y por lo tanto es susceptible de recibir nuestro rechazo y nuestras burlas. Esto es lo que ocurre con las personas transexuales o las personas transgénero: nuestro cerebro trata de averiguar si estamos frente a un hombre o una mujer, y nos sentimos mal si no logramos definir con exactitud el género al que pertenece la persona que tenemos en frente.

Y sin embargo, en la naturaleza nada es blanco o negro: vivimos en un mundo diverso con gente de todos los colores, tamaños, creencias, habilidades, capacidades, costumbres y formas de ser. En nuestro mundo hay mujeres masculinas, hombres femeninos, hermafroditas, personas que transitan, personas que se disfrazan, hombres travestidos, y toda clase de gente que no se adapta a ninguna etiqueta patriarcal. Nos cuesta gozar con esta ruptura de esquemas porque necesitamos que nuestro mundo sea estable, parecido al mundo simple que nos muestran los medios de comunicación: la diferencia nos da miedo, y por eso atacamos a personas que tienen otras creencias religiosas, otras formas de vestir, otros acentos e idiomas, otras orientaciones sexuales, otras costumbres y tradiciones….

Las enfermedades sociales producen discriminación, y la discriminación lleva a la violencia. Por eso la gente que vive esa violencia por ser diferente sufre tanto, por eso hay tantos niños y niñas diversas que se suicidan, por eso hay tantas personas adultas que son asesinadas cada año en todo el mundo. Por ser diferentes, por ser extranjeros, por ser raros…

Para acabar con las fobias sociales, hace falta integrar en la educación el respeto hacia las personas, y el amor hacia la diversidad del mundo en el que vivimos. No sirve de nada que nos aprendamos los nombres de los ríos y sus afluentes, o la lista de los reyes visigodos, si somos incapaces de entender que no se puede discriminar a nadie por su color de piel, por su forma de amar, por su identidad de género. No sirve de nada que tus hijos e hijas saquen buenas notas si luego acosan a sus compañeras con insultos, humillaciones, golpes y desprecios… no sirve de nada que hablemos de paz y de amor en Navidad si seguimos fomentando el odio contra colectivos de personas que no son como nosotros.

Tenemos que ir más allá de las etiquetas y condenar todos los discursos de odio que nos hacen creer que hay personas inferiores y superiores, y que justifican la violencia contra las personas diversas. Tenemos que callar la boca a toda esa gente que utiliza esa maldita frase de: «Yo no soy machista pero…, yo no soy racista pero… yo no soy homófobo pero….»

No hay peros que valgan. Todas las enfermedades sociales tienen cura: la mejor medicina contra la intolerancia, los miedos y la violencia es la educación en valores. Tenemos que romper con las etiquetas que nos reducen la libertad para ser y para sentir, y cuestionar profundamente los conceptos de «normalidad» y «anormalidad», porque en realidad somos todos gente diversa. Tenemos que ensanchar nuestras pequeñas mentes para que ser capaces de entender que la diversidad no es ninguna amenaza, que nos enriquece en la medida en que nos abre horizontes de realidad, y que la gente diversa merece respeto y amor. Tenemos que trabajar colectivamente, junto con los medios de comunicación, las familias y las instituciones, para promover una ética basada en el amor hacia la gente que nos rodea, sin exclusiones ni discriminaciones de ningún tipo.
Tomado de: http://haikita.blogspot.com/2015/12/las-fobias-sociales-y-el-miedo-la.html

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​Los 12 tipos de inteligencia: ¿cuál posees tú?

Por. Jonathan García Allen

La inteligencia es uno de los rasgos más valorados por nuestra sociedad, junto con la belleza o la salud. Este constructo suele verse como un rasgo que se tiene o no se tiene, por lo que es frecuente hablar de si alguien es inteligente o no lo es. La realidad es que la inteligencia está llena de matices.

A lo largo de las décadas ha existido un gran debate sobre qué tipos de inteligencia existen. ¿Qué ocurre con el chico que no es capaz de aprobar un examen de matemáticas pero, en cambio, es capaz de escribir piezas musicales de infinita belleza? ¿Qué pasa con el chico al que no se le dan bien los idiomas pero es un genio de la programación? Gran parte de este debate se ha centrado en sí existía una inteligencia unitaria o distintos tipos de inteligencia.

En el artículo de hoy, vamos a repasar los distintos tipos de inteligencia que existen basándonos en la segunda opción de este debate.

Distintos tests de inteligencia para distintos tipos de inteligencia

Lo cierto es que la inteligencia es un constructo abstracto, por lo que ha provocado grandes discusiones entre los distintos expertos. Los psicólogos se han interesado durante mucho tiempo por este concepto y hoy en día existen distintos tipos de test de inteligencia. Algunos de ellos miden lo que se conoce como “Factor G” o inteligencia unitaria y otros miden los distintos tipos de inteligencia de los que hablaremos en este artículo. Por ejemplo, la inteligencia lógico-matemática o inteligencia lingüística.

Puedes saber más sobre los test de inteligencia en nuestro artículo: «Tipos de test de inteligencia«

Los 12 tipos de inteligencia

Y claro, desde que este constructo se estudia, varias teorías han intentado explicar qué es la inteligencia. Desde la inteligencia cristalizada y fluida de Raymond Cattell, la teoría bifactorialde Spearman o las inteligencias múltiples de Howard Gardner, son muchas las aportaciones que los distintos investigadores y profesionales de la psicología nos han dejado para ayudarnos a entender cómo funciona la inteligencia humana.

Esta última teoría, la de las inteligencias múltiples, ha sido muy influyente a la hora de nombrar algunas de las inteligencias más reconocidas y a contribuido notablemente a romper con el paradigma de la inteligencia unitaria.

Pero, ¿qué tipos de inteligencia existen? A continuación puedes ver una lista con los distintos tipos de inteligencia.

1. Inteligencia lingüística

Como su nombre indica, es la habilidad de dominar el lenguaje. Pero este tipo de inteligencia no solamente incluye el lenguaje oral, sino también la escritura o la gestualidad, por lo que tiene mucho que ver con el proceso comunicativo. Las personas que tienen una alta inteligencia lingüística tienen una sensibilidad especial por el significado de las palabras, el orden de las mismas, los sonidos, los ritmos, la métrica, etc. (por ejemplo, los escritores o los poetas).

Puedes conocer más sobre este tipo de inteligencia leyendo este post: «Inteligencia lingüística: ¿qué es y cómo se puede mejorar?»

2. Inteligencia lógico-matemática

Es la capacidad de conceptualizar las relaciones lógicas entre las acciones o símbolos (por ejemplo, un matemático o científico). Dicho de otra forma, es la habilidad para razonar de manera deductiva y lógica y la habilidad de resolver problemas matemáticos.

El psicólogo Jean Piaget, cuando realizó sus estudios, pensó que estaba trabajando sobre una amplia gama de inteligencias, pero en realidad estaba estudiando la inteligencia lógico-matemática. La rapidez para solucionar problemas matemáticos es el indicador más habitual para determinar cuánta inteligencia lógico-matemática posee un individuo.

Artículo recomendado: «Inteligencia lógico-matemática: ¿qué es y cómo la podemos mejorar?»

3. Inteligencia espacial

La inteligencia espacial se define como la capacidad humana poder observar el mundo y los objetos desde diferentes perspectivas y, además, es la habilidad para manipular o crear imágenes mentales para poder resolver problemas. Este tipo de inteligencia se compone de distintas habilidades: imaginación dinámica, manipulación de las imágenes, habilidades gráficas artísticas o razonamiento espacial, entre otras. La gente con alta inteligencia espacial es muy buena haciendo puzzles o dibujando. Los escultores, arquitectos, pintores o pilotos son ejemplos de individuos con alta habilidad espacial.

Más sobre esta inteligencia: «Inteligencia espacial: ¿qué es y cómo se puede mejorar?»

4. Inteligencia musical

Mientras algunas personas son muy buenas realizando esculturas o pintando, otras tienen una capacidad enorme por elaborar piezas musicales, pues reconocen y componen tonos y ritmos musicales con gran talento. Estas personas aventajadas en el aspecto musical tienen una inteligencia musical alta, lo que les permite tocar instrumentos y leer o componer piezas musicales con facilidad.

5. Inteligencia corporal y cinestésica

Y los bailarines, ¿qué tipo de inteligencia poseen? Pues según la teoría de las inteligencias múltiples poseen la que se conoce como inteligencia corporal o cinestésica, que es la habilidad de utilizar el propio cuerpo, es decir, la coordinación de los movimientos corporales.

Este tipo e inteligencia hace visible una gran conexión entre la mente (y las emociones) y el movimiento, y, además de los bailarines, suelen poseerla actores o deportistas. ¿Has visto jugar alguna vez a Leo Messi? Seguramente no pueda tocar una pieza de Beethoven o hacer una caricatura de Luis Suárez, pero, con el balón en los pies, es capaz de hacer cosas que no están al alcance de nadie más.

6. Inteligencia intrapersonal

Hay individuos que poseen una notable habilidad de entenderse a sí mismos, sus pensamientos y emociones y regular su propio comportamiento, porque son capaces de acceder a sus sentimientos y emociones y reflexionar sobre éstos. Aunque la inteligencia intrapersonal comprende el autoconocimiento y la autoapreciación, también incluye el entendimiento de la condición humana. Los psicólogos, filósofos o los escritores, generalmente tienen una alta capacidad en este tipo de inteligencia. Además, este tipo de individuos suelen gozar de un mayor bienestar emocional y psicológico.

Saber más: «Inteligencia intrapersonal: ¿qué es y cómo se puede mejorar?»

7. Inteligencia interpersonal

Puede que hayas observado que hay ciertos individuos que tienen una habilidad única a la hora de llevarse bien o relacionarse con otras personas. Son individuos que emplean su inteligencia interpersonal cuando interactúan con los demás de manera eficiente, pues son capaces de entender, empatizar y comunicarse apropiadamente.

La inteligencia interpersonal es la habilidad de discernir las emociones y las intenciones de los demás y permite interpretar las palabras y gestos, o los objetivos y metas de otras personas. Los políticos, profesores o actores son aventajados en este tipo de inteligencia.

Lectura recomendada: «Inteligencia interpersonal: definición y consejos para mejorarla»

8. Inteligencia emocional

Uno de los recientes y grandes paradigmas de la inteligencia es la inteligencia emocional. A pesar de que el concepto de inteligencia emocional fue empleado por primera vez por los psicólogos americanos Peter Salovey y John Mayer en el año 1990, fue Goleman quien, gracias a su best-seller Inteligencia Emocional (1995), hizo famoso este constructo.

La inteligencia emocional comprende tanto la inteligencia intrapersonal como la inteligencia interpersonal, y está compuesta por cinco elementos: autoconciencia emocional, autocontrol emocional, automotivación, empatía y habilidades sociales. Son muchas las investigaciones que afirman que la inteligencia emocional aporta muchos beneficios: minimiza los efectos del estrés y lo previene, mejora el bienestar emocional, mejora las relaciones interpersonales, mejora el rendimiento laboral…

9. Inteligencia naturalista

La inteligencia naturalista se refiere a la sensibilidad que muestran algunas personas hacia el mundo natural, pues es la habilidad de distinguir, ordenar, clasificar, comprender y utilizar elementos del medio ambiente, objetos, animales o plantas. En el pasado, este tipo de inteligencia era sumamente importante para la supervivencia. Los biólogos, campesinos, botánicos o cazadores dominan este tipo de inteligencia.

10. Inteligencia existencial

Mientras algunos individuos viven el día sin dedicarle mucho tiempo al motivo de las cosas,las personas con alta inteligencia existencial tienden a meditar sobre su existencia. Este tipo de pensamientos pueden incluir el sentido de la vida y la muerte. La inteligencia existencial es conocida como la novena inteligencia múltiple en la teoría de Howard Gardner, y éste la define como: “la capacidad para situarse a sí mismo con respecto al cosmos y respecto a los rasgos existenciales de la condición humana, como es el significado de la vida y de la muerte, el destino final del mundo físico y psicológico en profundas experiencias como el amor a otra persona”.

La búsqueda de sentido, el autoconocimiento, poseer una propia escala de valores morales, el gozo estético o el sentido de misterio son algunas de las manifestaciones de este tipo de inteligencia, que puede cultivarse con la práctica de la meditación, la contemplación o el ejercicio de filosofar y dialogar.

Mientras algunos autores hablan de este tipo de inteligencia como la inteligencia espiritual, otros, en cambio, afirman que son dos tipos de inteligencia distintas, pues la inteligencia existencial va mucho más allá del comportamiento espiritualmente positivo y sano, más allá de ser una buena persona.

11. Inteligencia creativa

Hay personas que están hechas para trabajar en un puesto de trabajo que requiere un trabajo mecánico y monótono y que se adaptan sin problemas a entornos laborales de este tipo. Pero, en cambio, hay personas que parece que su mente vuela, que siempre están un paso por delante de los demás y que están constantemente innovando. Estas personas poseen una alta inteligencia creativa.

Pero, ¿qué caracteriza a las personas con alta inteligencia creativa? La fluidez, es decir, la capacidad para producir muchas ideas; la flexibilidad, para para ver y abordar las situaciones de formas diferentes; y la originalidad, para fabricar respuestas poco habituales o novedosas.

¿Cómo son las personas creativas? Descúbrelo en este artículo: «Los 7 rasgos de personalidad de las personas creativas«

12. Inteligencia colaborativa

Recientemente ha aparecido un nuevo concepto de inteligencia en el entorno organizacional, es la inteligencia colaborativa. Se podría definir como la capacidad de elegir la mejor opción para alcanzar una determinada meta trabajando en conjunto, y está basada en la idea del trabajo en equipo, tan necesario para las empresas de hoy en día.

De hecho, el trabajo en equipo es una de las competencias que más valoran los reclutadores, y es por eso que, ante esta nueva necesidad a la hora de encontrar trabajo, están apareciendo muchos másters o cursos especializados en este tipo de inteligencia.

Si quieres profundizar en esta temática, puedes encontrar toda la información que necesitas en nuestro post: «Inteligencia colaborativa: ¿qué es exactamente?«

Fuente: https://psicologiaymente.net/inteligencia/tipos-de-inteligencia#!
Imagen: https://psicologiaymente.net/media/7vAY/tipos-de-inteligencia/default.jpg
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La Educación precisa de un Nuevo Paradigma

Por. Hernán Rodríguez

El agotamiento del modelo tradicional en el contexto de los cambios sociales y tecnológicos del S XXI y las nuevas posibilidades. Una propuesta concreta.

El paradigma educativo tradicional academicista, enciclopedista y homogeneizante entra en crisis a partir del agotamiento de los proyectos nacionales y la irrupción en las sociedades de los procesos de globalización y de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Esta crisis deja en evidencia los límites de un paradigma educativo que separa arbitrariamente el conocimiento de la práctica social y no logra aprovechar los talentos y creatividad personales marginando o limitando a los estudiantes que no encajan en los encuadres institucionales. La crisis del sistema tradicional está en consonancia con la crisis de los valores y representaciones que integraban a las sociedades nacionales del SXX por lo que una revisión del paradigma implica una reconsideración de qué sociedad pretendemos construir. El aprendizaje mediante proyectos artísticos, culturales, científicos, sociales, etc. parece presentarse como una alternativa concreta que permite el aprendizaje significativo, el uso de cronologías diferenciadas, la construcción colectiva y complementaria del conocimiento, el desarrollo de curriculas personalizadas que, no obstante, garanticen conocimientos universales básicos, el desarrollo de los talentos particulares, la participación de las comunidades locales en la actividad pedagógica y la mejor integración de las nuevas generaciones.

Este artículo intenta reunir en un corto espacio un análisis sucinto de los límites del paradigma educativo tradicional, los cambios sociales y tecnológicos que acompañan la crisis y las transformaciones del sistema educativo, y los principales lineamientos de un proyecto de programa educativo que intenta responder a estas disyuntivas y cuyas experiencias piloto ya están siendo llevadas adelante en la ciudad de Buenos Aires. Sepa el lector disculpar la brevedad de los desarrollos sobre cada particular que funcionan principalmente como disparadores de los debates llevados adelante en ese foro.

Pensar acerca del Paradigma Educativo conlleva necesariamente la deconstrucción y desnaturalización de “La Escuela” como institución educativa y a la consideración de cómo y para qué surgió la escuela y cuales fueron y cuáles son las fuerzas que operan en su reproducción como institución considerada central en los procesos de formación y socialización en nuestras sociedades contemporáneas. De hecho es fácil confundir la educación con la escuela, se nos antoja hasta natural pensar que los niños deban educarse en la escuela, aún si a simple vista queda en evidencia lo artificioso y poco natural (en sentido histórico) que tiene institucionalizar a los niños tantas horas y someterlos a las férreas estructuras disciplinares que la escuela supone, tema cuyo trato mas atinado y denso fue realizado oportunamente por Foucault y particularmente por Bourdieu. La constitución de la educación formal en la era contemporánea no versa solamente sobre el problema de la educación de las personas, es decir la transmisión de saberes, competencias y marcos morales y conductuales, sino que reasume este antiguo problema a la luz de los proyectos sociales que surgieron alrededor del nuevo orden económico burgués surgido luego de las revoluciones burguesas y de los procesos de independencia, todos estos enmarcados en el desarrollo del capitalismo global. Es decir que la constitución de la educación formal tiene como correlato la construcción de los sujetos-ciudadandos o, también, la formación de los súbditos de los nuevos estados, el disciplinamiento, la constitución de las identidades nacionales, la adquisición de competencias necesarias para la nueva economía, etc. Es por esto que la consideración de un nuevo paradigma educativo no puede barajarse sin considerar qué tipo de sociedad pretendemos construir, qué lugar ocuparán las personas, cuáles serán las relaciones sociales y políticas que les organizarán, cuáles son los valores, sueños y expectativas que alimentarán la construcción de la sociedad, etc.. En definitiva la cuestión de la educación no coincide exactamente con la del paradigma educativo, éste último es mas acotado y específico y no consiste, de hecho y solamente, en el problema de cómo hacer que las personas aprendan sino en cómo formar a las nuevas generaciones en vistas a un proyecto común.

La educación formal contemporánea, por tanto, con sus prácticas e imaginarios, se construyó a finales del siglo XIX impulsada por las políticas públicas que abordaron la tarea de la construcción de los Estado-Nación y de la socialización de sus poblaciones en torno a los valores y paradigmas que dicha construcción requería (Vizer, 1997). Esto implicó una ingente tarea de ingeniería que se inspiró en distintas prácticas del pasado -particularmente las eclesiásticas- pero que adquirió una forma propia con características específicas, muchas de ellas heredadas y resignificadas, entre las que se destacan la compartimetación, el academicismo y la homogeneización.

La compartimentación tiene sus raíces en la profecionalización de las ciencias y la construcción de campus específicos para cada una. Esta construcción implicó luchas de poder, definición de competencias y capitales valorables para y por cada campo, delimitación dentro de cada uno de los campos de lo que está dentro o fuera y el establecimiento de mecanismos de fiscalización y control, jerarquización, legitimación y deslegitimación. Es por esto que la compartimentación está imbricada en el academicismo, en la configuración de los espacios de poder dentro de cada disciplina y la legitimación de saberes y detentadores de dichos saberes. La lucha por el monopolio de la competencia científica, es decir la capacidad de hablar y de actuar legítimamente, en materia de ciencia (Bourdieu, 1999) establece marcos de pensamiento correctos y marginales, éstos últimos carecen de presencia institucional, de reconocimiento social y sobre todo de capacidad para imponer su propia visión de las cosas por sobre un poder corporativo que goza de autoridad científica, política e incluso moral. La consecuencia de la construcción de los espacios escolares a partir de dichas características significó la división de la enseñanza en asignaturas, la utilización de explicaciones unívocas que desvalorizan las alternativas (y, por ende, socaban el pensamiento científico), y la configuración de sistemas evaluativos basados en la repetición dogmática y compartimentada de conocimientos considerados válidos y la dificultad para relacionar dichos conocimientos no solo con los modelos científicos alternativos dentro de la misma disciplina o de otras disciplinas sino, peor aún, con la práctica cotidiana. Por otra parte la incidencia de las políticas públicas en la constitución de los campos disciplinares -en función de los recursos y avales que éstas podían brindar- implicó, necesariamente, la validación de ciertas representaciones científicas -acordes a las necesidades ideológicas y materiales de los estados y regímenes, particularmente en la historiografía- por sobre otras; redundando en una ideologización de la ciencia y de la enseñanza y cristalizando estructuras de poder dentro de los esquemas academicistas que en muchas ocasiones se contradecían con la búsqueda de objetividad de la ciencia. Estas estructuras academicistas que se convalidaban con la adhesión y apropiación a y de determinados discursos científicos fueron y son mecanismos de poder y sumisión que se aprenden desde la escuela y que ayudan a legitimar, en muchos casos, las desigualdades sociales.

Existen varios elementos contraproducentes que surgen de esta estructuración. Por un lado la escuela se convierte en un mecanismo que reproduce las estructuras sociales de dominación mediante la práctica cotidiana, muchas veces inconsciente, de los trabajadores de la educación. Este aspecto es ampliamente desarrollado por Paulo Freire en diferentes trabajos. Por otra parte la exposición del conocimiento que surge del academicismo y de la compartimentación produce un alejamiento arbitrario entre el mismo y la práctica social. Podríamos decir que nuestro paradigma educativo produjo algo que resultaría inconcebible en otros escenarios históricos y sociales: separar el conocimiento de la práctica cotidiana, o, dicho de otro modo, aprender a reseñar representaciones de la realidad creadas para operar sobre la misma con mayor éxito sin lograr articular dichas representaciones con la operación cotidiana sobre la realidad. De hecho parecería un planteamiento absurdo si no fuera porque lo tenemos ante nuestros propios ojos. En consecuencia conocimientos que serían muy simples de asimilar requieren un tiempo pedagógico absurdamente largo, probablemente esos mismos conocimientos si fueran aprendidos a partir de la necesidad de una práctica concreta se asimilarían mucho mas rápido y sin grandes esfuerzos. Como ejemplo diré que ante la autopercepción de muchos de mis estudiantes respecto de su incapacidad para aprender (“a mi no me da la cabeza!”), que surgió de su fracaso recurrente en la educación formal, les sugiero que están equivocados, que en realidad son muy inteligentes y que la prueba está en la facilidad con la que aprenden a utilizar un nuevo teléfono celular o a navegar en las redes sociales, o en el nulo esfuerzo que supone para ellos recordar los detalles -útiles para el seguimiento de la historia- de largas películas o series que vieron.

En cuanto a la homogeneización su raíz es diferente aunque al complementarse con las dos características precedentes dio a la escuela su cariz particular coadyuvando a la dificultad para que la tarea de aprendizaje explotara la riqueza, la diversidad, la complementariedad y sobre todo -característica fundamental de la ciencia- la curiosidad y el cuestionamiento de lo instituido. La raíz de la homogeneización puede rastrearse en el interés de las formaciones nacionales por construir identidades y perfiles de ciudadano/súbdito acordes a las necesidades de dichas formaciones. Los medios limitados de aquella época sumados a la necesidad de controlar poblaciones numerosas, evitar comportamientos considerados antisociales, transmitir competencias necesarias para el desarrollo económico y reproducir en los ciudadanos comportamientos de autocontrol en función de las normas instituyentes, dio como correlato necesario una estructura de la escuela homogeneizante que redundó en la pérdida de numerosos talentos y potencialidades que escapaban a los esquemas y encuadres de dicha estructura. La homogeneización es funcional también a la estructura disciplinar de la sociedad pues imprime esquemas de comportamiento predecibles para determinados contextos de situación -en el sentido que les da Halliday(1982)-, por ejemplo enseña a obedecer en la fábrica, a aceptar la disciplina del reloj -como bien analiza Benjamín Coriat (1982)-, a reconocer la autoridad del Estado y de sus burocracias sobre múltiples aspectos de la vida cotidiana, etc.

La aceleración de los cambios tecnológico-organizacionales, sociales y políticos durante el siglo XX puso a la institución escolar en diversas encrucijadas ante las cuales su tarea fue redefiniéndose desde una doble dinámica: la acción positiva del Estado a través de sus políticas públicas y respondiendo a sus agendas; y la práctica concreta de docentes y organizaciones (académicas u otras) ligadas a la educación e interesadas por mejorar los estándares alcanzados o replantearse la función y alcances de la educación formal.

Excedería el presente espacio pasar revista a las innumerables y heterogéneas encrucijadas y redefiniciones que fueron dándose y que respondieron a coyunturas históricas específicas y diferentes en cada región, algunas alcanzaron el cariz de política pública como la educación técnica o la formación profesional pero muchas otras fueron mas sutiles y se fueron entrelazando con la práctica tradicional sobre todo aquellas referidas a las nuevas pedagogías en el plano técnico y aquellas ligadas a la formación ciudadana y los derechos humanos en el plano ideológico. Por otra parte propuestas alternativas mucho mas claramente estructuradas, como la pedagogía liberadora de Freire o la Escuela Nueva, no lograron exceder, salvo en excepcionales políticas nacionales puntuales, el plano meramente instituyente y marginal.

En las últimas décadas las TIC vertebraron un proceso de profunda transformación social que incidió fuertemente en los últimos años en la práctica educativa (Vizer, 1997). Primero los medios de comunicación y luego las TIC dieron un alcance mucho mas penetrante a los procesos de globalización impulsados por la expansión del orden capitalista y el consumo de masas dando una enorme gravitación al consumismo en el desarrollo de las personalidades. No obstante las TIC abrieron nuevas formas de socialización y de sociabilidad, nuevas representaciones sobre el conocimiento, su transmisión, conservación, producción y reproducción que socavaron el academicismo y crearon nuevos contenidos procedimentales que volvieron obsoletos muchos de los tradicionales. Estas nuevas representaciones desdibujan los límites y la compartimentación de los diferentes campos científicos pues las TIC permiten la construcción de discursos donde diferentes modelos científicos o no científicos, en diferentes formatos, se entrelazan y resignifican, favoreciendo la traspolación de los conceptos y de las estructuras conceptuales (Turkle, 1990). Estos discursos se construyen también en forma novedosa ya que las TIC permiten interaccionar a cada vez mas numerosos y heterogéneos interlocutores que manipulan una información ubicua, generándose una producción colectiva y abrumadora de discursos y representaciones en forma constante, desestructurada y escapando a los mecanismos de autoridad académica.

Sugata Mitra (2012) realizó algunas experiencias basadas en el autoaprendizaje y el uso de las TIC que pusieron en evidencia como éstas trastocan el modo en que las personas se acercan y apropian del conocimiento prevaleciendo el aspecto práctico del mismo, aspecto por otra parte del todo natural e intrínseco al conocimiento, que había sido artificialmente inoculado en muchas prácticas de la educación formal tradicional. En cierta forma las TIC abrieron un inmenso y heterogéneo espacio para que las personas desarrollaran una relación dialéctica con el conocimiento científico aunque al mismo tiempo socavaron los mecanismos de legitimación del mismo desdibujando el límite entre lo científico y lo pseudo científico en el campo profesional.

Al mismo tiempo, como señalaba, las TIC potenciaron los efectos homogeneizantes de la socialización contemporánea aunque ya no a partir de una política pública sino del enorme despliegue del marketing y de la sociedad de consumo, creando propuestas mercantilizadas de perfiles identitarios de acuerdo a los diferentes ´targets´ que el mercado identifica a partir de las problemáticas y necesidades humanas. En este sentido la psicología conductista le proveyó de importantes herramientas para la manipulación de la conducta y el modelaje de la personalidad que el marketing utilizó para generar, en lo posible, perfiles identitarios fuertemente dependientes del consumo impulsando, por tanto, ciertos parámetros de homogeneización.

La socialización, pues, escapa cada vez mas a los esfuerzos de injerencia que los Estados Nacionales inauguraron a finales del Siglo XIX, perdiendo su capacidad de generar significados al tiempo que las TIC se convierten en el medio decisivo para la creación de significados. Esta coyuntura explica, en parte, los conflictos que se observan en muchas sociedades entre los Estados y quienes oligopolizan los medios de comunicación, pues se trata de una lucha por decidir quién inventa la realidad social mas allá de las experiencias cotidianas amén de que estas últimas están fuertemente condicionadas por los discursos macrosociales.

En esta discusión es necesario tener en cuenta la cuestión de las comunidades locales, la construcción de sus identidades, el aprovechamiento de sus recursos y organizaciones, etc. La comunidad local, de dimensiones humanas, debería convertirse en protagonista principal en la reconstrucción de la escuela sustrayéndola de su encierro institucional y de su dependencia jerárquica verticalista de la política educativa nacional o provincial para integrarla con el quehacer de las instituciones locales en forma que el proceso educativo les competa y la comunidad local se convierta en artífice necesario de la política educativa local. Por otra parte es la comunidad local la que puede, a partir de su interacción, construir discursos y representaciones mas acordes a las necesidades reales de sus miembros y menos condicionadas por el influjo del mercado o la politicotecnia.

Evidentemente los párrafos anteriores traen a colación un enorme planteamiento moral que nuestra generación y la sucesiva deberá resolver. La realidad social, los discursos macrosociales, las representaciones del pasado, el presente y el futuro posible, son esenciales a la hora de pensar quienes somos, dónde queremos ir, que futuro (y qué presente) tendremos. Pero ¿quién y cómo maneja estas construcciones? Las TIC parecen crear un mundo donde nadie digita ni puede controlar la construcción de los discursos, pero esto no implica que los intereses económicos generen una enorme influencia en el direccionamiento de estos discursos en virtud no solo de la búsqueda de ganancia del capital sino en la necesidad de las personas de acceder a un mercado fuertemente inclusivo en cuanto a las expectativas pero igualmente excluyente frente a los medios de acceso. La lógica de la ganancia personal, el individualismo, tan naturalizados, parecen ganar un espacio sin precedentes coadyuvando a generar una sumatoria de fuerzas que impulsan la lógica mercantilista, individualista y consumista. Esta lógica termina primando en la estructuración social pero no es posible construir un mundo para todos pensando cada uno solo en si mismo. De hecho somos testigos de fuertes procesos de fractura y desintegración social. Nunca en la historia la humanidad fue tan rica en términos ´per capita´, la riqueza material contemporánea es abrumadora y, sin embargo, los niveles de pobreza, la exclusión y la concomitante violencia son elevados y parecen medrar en muchos contextos. De hecho en nuestras escuelas los niveles de violencia y marginalidad -en sentido estricto- parecen aumentar. Nuestra generación tiene todos los elementos para la construcción del mundo utópico que los iluministas imaginaron como resultado automático de la hegemonía de la razón y del conocimiento científico, y sin embargo estamos lejos de lograrlo. Es mas, por primera vez en la historia, en virtud del poder que la ciencia otorgó al hombre, nuestros errores pueden ser catastróficos. La sociedad occidental camina al filo de su historia y la educación puede ser una palanca importante (o su punto de apoyo) para construir otro mundo posible.

Por otra parte los discursos nacionalistas que acompañaron la construcción del nuevo orden global a partir del SXIX hoy se diluyen en un mundo cada vez mas globalizado, donde las fronteras de desdibujan, la nacionalidad de los capitales (que dieron impulso y sustento a las construcciones nacionales) desaparecen, las identidades locales se reconstruyen en función de la “creación de códigos y reglas homogéneas para el intercambio de información” y del uso cada vez mas determinante de ”lenguajes, imágenes e ideas, organizaciones y redes, sistemas, programas, procedimientos técnicos y prácticas sociales compartidas” (Vizer, 1997). Se plantea, por tanto, la necesidad de reconstruir las identidades, pero ¿bajo cuáles auspicios?. Por una parte la sociedad de consumo favorece la construcción identidades ligadas al mercado que aunque son resignificadas en cada contexto buscan solo generar ganancias sin importar las consecuencias inmediatas o a mediano plazo. Por otra parte donde prevalecen situaciones de conflicto social se configuran identidades colectivas en función de polarizaciones surgidas de la demonización del otro (Sen, 2007) y que socavan las posibilidades de convivencia y de construcción de un futuro en común. Las políticas públicas nacionales no parecen lograr direccionar la construcción identitaria mientras las organizaciones supranacionales o transnacionales no ligadas al mercado no son todavía un actor decisivo. Quizá sería, la actual coyuntura, el momento en que la educación formal, a través de sus agentes, aprovechando las TIC, las organizaciones transnacionales y mediante un movimiento cultural capaz de superar los límites institucionales, se propusiera la construcción de una identidad humana común por sobre las identidades locales, con un destino en común para el género humano y con derechos y calidad de vida homogéneos para toda la especie humana; para luego, por sobre esta identidad común, resignificar las heterogeneidades identitarias locales desde una visión de complementariedad y riqueza. Esto implicaría en el plano práctico innumerables reconsideraciones, como por ejemplo las efemérides y sus evocaciones a determinados modelos de conducta.

La educación y especialmente la escuela necesitan repensarse a partir de la deconstrucción de la institución como categoría histórica y de una apertura mental que sea fruto de un proyecto de sociedad a futuro. Es necesario rediscutir cuales son los contenidos curriculares, los valores y procedimientos que la educación formal debe transmitir. En cierta manera es necesario repensar la epistemología de la enseñanza formal, la cual está generalmente basada en razonamientos deductivos sustentados sobre premisas incuestionables (a semejanza del modelo de la joven ciencia de principios del SXX bien ilustrada por Dickens en Tiempos Difíciles). La ciencia contemporánea entiende el conocimiento como una construcción humana, una representación, por tanto se sustenta en una epistemología mas bien inductivista, que busca generar explicaciones a partir de la siempre cambiante e infinitamente rica realidad partiendo de las construcciones conceptuales heterogéneas con las que se cuenta. Esto implica, a nivel educativo, construir una clase como “comunidad de indagación” (Anne Sharp, 1996) que permita un aprendizaje significativo a partir de la búsqueda de comprender algo que interesa cuestionando las explicaciones impuestas por la costumbre o la tradición (o la autoridad), es decir: apertura mental y creatividad; éstos, creo, deberían ser elementos centrales de un nuevo paradigma educativo. Evidentemente esto implica reconstruir la representación de la autoridad -categoría ambigua si las hay en la cual respeto se confunde con sumisión- en función del respeto recíproco y la búsqueda de la verdad y el bien común. Probablemente sea ésto último uno de los desafíos mas complejos de una nueva sociedad y un nuevo paradigma educativo pues implica un cuestionamiento de los fundamentos de nuestro actual orden social.

Este aprendizaje significativo, caracterizado tempranamente por Ausubel (1963) como no arbitrario y sustantivo, solo puede lograrse a partir de una práctica social que imponga a los estudiantes el problema de operar sobre la realidad a partir de las representaciones habidas pero con la necesidad de encontrar nuevas representaciones que permitan resolver problemas de dicha práctica. El aprendizaje se realiza, en términos piagetianos, mediante la adaptación que las personas hacemos frente a situaciones que nos desequilibran, es decir, que no logramos afrontar adecuadamente con nuestras estructuras cognitivas previas. Podríamos decir que toda nueva situación posee un poco de esta característica no obstante el interés por afrontarla y resolverla -que en la teoría piagetiana consistiría en el aspecto energético de la conducta- mas que simplemente evitarla configura la posibilidad de un mayor esfuerzo creativo por asimilarla y por ende un aprendizaje mas acabado sobre la misma. El aprendizaje significativo surge de la capacidad de reconstruir las representaciones previas incluyendo estructuras conceptuales mas complejas mediante una extensión de la red de relaciones entre los signos lingüísticos (una modificación del valor de los mismos en términos seassureanos) o conceptos con los cuales nos representamos la realidad sobre la que operamos. Esto lo realizamos en función del interés que nos suscita poder operar sobre dicha realidad pues, en algún modo, nos permite ocupar un lugar en el mundo, en la sociedad, que nos resulta atrayente. En cierta forma toda la disertación en torno de la consideración del aprendizaje significativo esgrimido por Ausubel es subsidiaria del absurdo pedagógico que significó la separación arbitraria entre conocimiento y práctica dentro de nuestras escuelas, en modo que las fórmulas teóricas terminaron asemejándose a las fórmulas mágicas que había que repetir sin error en la antigüedad para lograr, en este caso, el hechizo de la promoción escolar (y social). Es decir el uso del conocimiento científico caricaturizado para ponerlo al servicio de la estructuración jerárquica de la sociedad. Un nuevo paradigma educativo implica volver a la práctica social como motor del aprendizaje, una práctica con atributos científicos, artísticos, culturales, sociales, etc. pero práctica en fin. Es por esto que el aprendizaje en torno a proyectos de índole diversa que entiendan los conocimientos científicos y culturales como necesarios para su desarrollo parece ser la metodología mas apropiada para abordar un aprendizaje significativo que al mismo tiempo sea colaborativo y aproveche la diversidad y los talentos particulares.

No obstante, como todo cambio social, se debe partir de las prácticas cotidianas y del funcionamiento de las instituciones para ver en qué modo incidir en los constantes e inevitables procesos de transformación, reproducción y reconstrucción de la institución y de la práctica docente. El problema, entonces, consiste en pensar cómo capitalizar los procesos de transformación en modo de lograr aportar, mediante la práctica cotidiana, a dicha dialéctica en pos de la construcción de otro paradigma educativo. Es decir, se trata de construir las representaciones, herramientas y prácticas de un nuevo paradigma educativo que pueda acompañar a un nuevo modelo de sociedad todavía en ciernes.

A partir de esta pregunta se desarrollaron en Buenos Aires algunas experiencias piloto tendientes a favorecer la creación de un contexto de aprendizaje diferente y, al mismo tiempo, experimentar una forma de aprendizaje que supere la compartimentización del conocimiento, redunde en una relación natural entre conocimiento y práctica, permita a los estudiantes lograr desarrollar trayectorias curriculares personalizadas con cronologías diferenciadas sin, por ello, prescindir del aprendizaje de contenidos mínimos y universales. Por otra parte estas experiencias permitieron evaluar las potencialidades de algunas herramientas basadas en el uso de las TIC y del mejor modo de contextualizar los contenidos curriculares en proyectos de aprendizaje centrados en iniciativas de índole cultural, científico, social, etc. que interesen a los estudiantes. Además el planteo del aprendizaje en torno a proyectos permite distanciarse de modelos áulicos basados en asimetrías de poder y en la imbricación del disciplinamiento social en el proceso de enseñanza-aprendizaje merced de la autoridad academicista. En los casos en que se trabajó con adultos, que hacía mas absurdas ciertas prácticas heredadas del imaginario de escuela tradicional, fue posible evidenciar mejor esto, sin embargo es necesario destacar que la enseñanza basada en proyectos permitió deslindar con facilidad las cuestiones relativas al conocimiento con aquellas relativas a las normas sociales, en modo de sincerar el tratamiento de éstas últimas, cosa que puede aprovecharse en la enseñanza a niños.

En las experiencias realizadas con niños de barrios populares, muchos de los cuales se autopercibían como carentes de talento para el estudio merced de su precepción de fracasar recurrentemente a las expectativas institucionales, se evidenció una mejora sustancial en el aprendizaje cuando se empoderaban del proceso y encontraban la utilidad del conocimiento a aprender en su aplicación práctica. Por otra parte fue fundamental en este caso la creación de un ámbito de aprendizaje donde cada persona fuese valorada per se, cuestión no menor en una situación donde las prácticas excluyentes y marginadoras atraviesan el tejido social reproduciendo en registros diferentes la jerarquización social mediante el anonadamiento del socialmente considerado inferior. Este problema evidenció la relación inexorable entre la dignificación de la persona y el acceso al conocimiento o el desarrollo de aptitudes personales.

A partir de estas experiencias se comenzó a esbozar un proyecto de programa educativo basado en proyectos que podría fácilmente funcionar complementariamente al sistema tradicional y cuyas líneas principales esbozaremos a continuación.

 

Proyecto de Programa de Educación Basada en Proyectos con curricula personalizada.

(Lineamientos básicos)

Objetivo:

Crear un espacio de aprendizaje donde los estudiantes logren desarrollar sus potencialidades e intereses complementándolos en forma colaborativa con otros estudiantes en el contexto de la participación en proyectos optativos, de oferta creciente, asegurando, al mismo tiempo, que todos los estudiantes, amén de desarrollar capacidades y talentos personalizados, adquieran un conjunto de competencias y saberes básicos en un tiempo equivalente aunque con cronologías diferenciadas.

Metodología:

Acerca de la estructura básica del programa:

El aprendizaje se centrará en el desarrollo de trayectos pedagógicos personalizados que garanticen, al mismo tiempo, la adquisición de competencias y conocimientos universales. Para tal fin el recorrido pedagógico se realizará mediante el tránsito por diferentes “trayectos” entendidos como proyectos de índole cultural, científica, artística, social, ecológica, etc. Estos trayectos serán de libre elección por parte de los estudiantes a partir de una oferta variada -y creciente a medida que se avance en el trayecto personal- resultante de la participación de los talleristas encargados de cada trayecto en concursos periódicos. Los trayectos se inscribirán al menos en una de las Áreas Pedagógicas propuestas en este programa. La figura del Educador será la encargada del seguimiento del trayecto pedagógico de cada niño en modo de garantizar el aprendizaje de los contenidos universales y el desarrollo de sus capacidades y talentos particulares. Los trayectos contemplarán la participación de organizaciones e instituciones de la comunidad local.

Acerca de la accesibilidad y la equidad educativa:

a) Recursos: Este proyecto se basa en el principio de que para lograr resultados equitativos y asegurar la accesibilidad debe partirse de una oferta diferenciada que apunte a compensar las desigualdades sociales y de los estudiantes. Esto implica que los estudiantes que cuentan con menos recursos propios deberán ser provistos de mayores recursos por parte del sistema educativo evitando, en lo posible, que esto derive en un etiquetamiento. En principio, las instituciones educativas implantadas en zonas con poblaciones desfavorecidas deberán tener mayores recursos infraestructurales y de capital humano teniendo en cuenta que los estudiantes carecerán, en muchos casos, de elementos que otros estudiantes, en otros contextos, ya poseen (como tecnología, material didáctico, espacios de trabajo, etc) y que, en muchas circunstancias, las problemáticas sociales con las que cargan dificultarán su tarea de aprendizaje requiriendo mayor atención y dedicación por parte de los educadores. En este último aspecto no solo será importante una selección mas exhaustiva de los educadores mediante sus antecedentes y experiencia, sino una menor proporción de estudiantes por educador.

b) Accesibilidad: En este aspecto debe considerarse no solo la cuestión de las personas con capacidades diferentes normalmente rotuladas con la categoría de discapacitados sino también las diversidades culturales y la valoración diferenciada de los capitales culturales. La educación formal tradicional se fundamenta en un paradigma que considera mejores los capitales culturales de los sectores económicos medios y altos de la sociedad infravalorando no solo los capitales culturales de las mayorías mas desfavorecidas sino de las minorías étnicas, en consonancia con los mecanismos de estratificación social. Esto implica que el manejo de los capitales culturales típicos de los sectores favorecidos aumenta las posibilidades de integración, progreso y valoración social. En este sentido es importante que la educación avance en dos direcciones: en primer lugar en la construcción de representaciones que valoricen con equidad los diferentes capitales culturales; en segundo lugar en la adquisición por parte de todos los educandos de aquellos capitales que les permitan una mayor integración partiendo de una concepción que no considere como mejores unos que otros sino como de aptitudes complementarias que permiten manejarse en diferentes ámbitos. En este sentido es importante considerar que los estudiantes provenientes de los sectores medios y altos tienen la ventaja de ya haber adquirido en su socialización familiar una serie de capitales que la escuela considera necesarios. Mas allá de tamizar que capitales son realmente necesarios (sobre todo aquellos relativos al vocabulario académico y científico) y cuales se imponen por cuestiones discriminatorias, es necesario considerar que los educandos que no pertenecen a dichos sectores precisarán de un aprendizaje extra que deberá ser contemplado. Esta consideración puede ser vista en términos discriminatorios pero no es el caso, en general en las escuelas tradicionales se hace caso omiso a este problema y se culpabiliza a los niños de no tener los capitales simbólicos de sectores sociales a los que no pertenecen, diciéndoles cosas como “hablás mal”. La evidenciación de esto, lejos de implicar una discriminación intenta desacreditar la valoración diferenciada de capitales simbólicos y poner a la vista el problema de que muchos educandos tienen mayores dificultades porque a los contenidos básicos de la curricula se suman contenidos implícitos en los mecanismos de estratificación social, contenidos que, por otra parte y en muchos casos, les son necesarios para su inserción en los ámbitos académicos y laborales.

Acerca de los educadores y talleristas:

Se precisarán, al menos, dos figuras centrales: los educadores encargados del seguimiento del trayecto pedagógico de cada niño en particular, y los talleristas, en cargados de llevar adelante y animar cada trayecto específico de aprendizaje.

La función del educador, de perfil profesional netamente pedagógico, se fundamenta en la concepción del mismo como un facilitador del auto aprendizaje de los educandos en la tarea que desarrolla con sus pares. Al mismo tiempo el educador debe buscar incentivar al educando en su exploración de las áreas hacia las cuales se inclina su interés ofreciéndole siempre nuevos horizontes con el fin de ayudarle a conocer posibilidades que no conoce, las representaciones del mundo natural y social que no conoce, lo que puede elegir y hacer, las múltiples posibilidades que la sociedad brinda mas allá de sus horizontes inmediatos, etc.

El educador debe realizar un seguimiento personalizado de los educandos que le fueron asignados y coordinar con los talleristas las actividades específicas que el niño podría hacer para lograr adquirir las competencias y saberes considerados básicos. Para ello deberá estipular momentos de encuentro presencial cada semana con cada uno, encuentros virtuales en plataformas diseñadas a tal fin (como Edmodo) o aprovechadas para tal fin (como Facebook) y participar en los talleres tanto virtual como presencialmente. En esta tarea es fundamental la relación personal del educador con el educando que debe estar construida sobre el principio del valor intrínseco de cada persona, el reconocimiento y valoración de sus aptitudes específicas, el respeto mutuo entendido como el reconocimiento del otro como una persona que merece ser estimada como uno mismo, la libertad y el aprecio personal. En el caso de tratarse los educandos de niños la relación con los padres, en un tenor semejante, será fundamental, así como la asidua comunicación con los mismos y el involucramiento en la tarea de aprendizaje del niño aprovechando, en ambos casos, las TIC.

Los talleristas pueden ser docentes, profesionales o especialistas en la temática del taller, aunque se recomienda cierta formación pedagógica básica. Deberán diseñar proyectos de talleres que integren la mayor parte posible de contenidos curriculares universales dentro de un proyecto que sea intereante y útil (en el sentido de valioso) para un número considerable de estudiantes. Los talleristas deben lograr convertirse en acompañantes de un proceso de aprendizaje que debe ser apropiado por los educandos en función de su interés por la temática. Deben por tanto estar abiertos a replanificaciones constantes en función del cariz particular que tome la ejecución concreta del trayecto y en función de los intereses, capacidades y talentos de los educandos. Deben lograr identificar a cada estudiante en modo de ayudarle a sumarse e integrarse desde su propia especificidad complementándose con el resto. Además el tallerista deberá revisar periódicamente el avance de los estudiantes con sus respectivos educadores para evaluar la posibilidad o la necesidad de pensar actividades específicas para cada estudiante en función de su trayecto pedagógico. Para interactuar fácilmente se pueden utilizar herramientas digitales que permitan seguir a cada estudiante e intercambiar opiniones o percepciones en forma fluida aún en contextos de tiempos y lugares de trabajo diferentes.

Acerca de los trayectos:

Cada año deberán existir al menos dos propuestas de trayectos para cada una de las Áreas Pedagógicas; cada trayecto estará a cargo de un tallerista que deberá concursar presentando un proyecto de trayecto pensado para un número no menor de 15 educandos y que implique encuentros presenciales de, al menos, 4 hs. semanales (tanto la división del tiempo durante la semana cuanto la cantidad de horas podrá cambiar según el tipo de proyecto) y actividades virtuales utilizando las TIC. Los proyectos deberían tener una duración de un semestre aunque en algunos casos específicos (una iniciativa solidaria, el armado de un equipo deportivo, o de una obra de teatro, la realización de un evento cultural, etc.) podrían realizarse proyectos  anuales o  menores al semestre (incluso ad-hoc). En caso de que los educandos sean niños deberá involucrarse a los padres en dichas actividades utilizando el mismo medio.

Los proyectos deben contemplar en el diseño la adquisición por parte de los educandos de las competencias y conocimientos básicos del ciclo en modo que dichos conocimientos tengan una relación directa con la práctica desarrollada en el taller. Por otra parte en la selección de los proyectos de trayectos debe considerarse que sean interesantes y útiles para un número significativo de estudiantes.

En el caso de llevarse adelante este programa en forma complementaria con la escuela tradicional, los trayectos deberán incluir un porcentaje no inferior al 30% de los contenidos formales de al menos un 30% de las asignaturas estipuladas para esos niños en la educación tradicional. Para tal fin se deberá articular el trabajo de los talleristas con los docentes de la escuela tradicional siendo conveniente que sean los propios docentes quienes ocupen la figura de talleristas garantizando de este modo no solo una relación mas estrecha entre la curricula tradicional y la de este programa, sino la mayor implicación de los docentes con la comunidad educativa gracias a su mayor carga horaria. La evaluación de los contenidos deberá integrarse con la evaluación de la escuela tradicional en modo de que se acrediten como aprobados aquellos contenidos que el estudiante demuestre haber incorporado durante su participación en el trayecto.

Los niños deberán elegir 5 trayectos por semestre en modo que, al final del ciclo, hayan hecho por lo menos una experiencia al año de cada Área Pedagógica. En el caso de trabajarse complementariamente con la escuela tradicional este número puede reducirse buscando siempre que los estudiantes experimenten todas la Áreas Pedagógicas posibles.

Los trayectos no deben necesariamente radicarse en la escuela, sería recomendable que las instituciones y organizaciones de la comunidad local participen proponiendo y convirtiéndose en anfitrionas y colaboradoras en dichos trayectos. Este aspecto es fundamental para lograr que las comunidades locales se conviertan en protagonistas necesarios en la educación de las nuevas generaciones coadyuvando a la integración social y a la generación de espacios de inclusión para las nuevas generaciones.

Acerca del uso de las TIC:

Este programa considera las TIC en el marco del cambio que éstas producen al abordaje y concepción del conocimiento y al lugar que ocupan en manera cada vez mas significativa en los procesos cognitivos y operacionales de las personas. Esto significa replantearse no solo cómo se accede y se registra la información sino cómo se la procesa, cuáles son las operaciones que las personas realizan para abordar, percibir, analizar, procesar y registrar la información (el uso de terminología de sistemas no es casual). En modo cada vez mas determinante las personas dependen de las TIC para interrelacionarse con el mundo y lo perciben a través de nuevas operaciones que el uso de las mismas favorece. Muchas de las operaciones tradicionales para el proceso de la información entran en desuso (como las divisiones en papel por ejemplo) y son reemplazadas por herramientas mucho mas poderosas, complejas y al mismo tiempo mas amigables que se tornan indispensables para manejar el flujo de la información en este tiempo. Al mismo tiempo, en forma dialéctica, las TIC se reconfiguran a partir del uso creativo que las personas concretas hacen de ellas y la concomitante demanda latente que generan. Esto implica replantearse los contenidos procedimentales que la educación tradicional instauró, es una revolución profunda cuyos alcances son difíciles de percibir por la velocidad y la complejidad de los cambios cuya aceleración parece aumentar constantemente. La lecto-escritura, incluso, se transforma, los documentos no son escritos hoy, son multimediales, y su manejo supera el uso de la escritura lineal. La programación que parecía una competencia especializada es cada vez mas una competencia indispensable para servirse de las TIC en los aspectos mas cotidianos de la vida.

No obstante no son solo los contenidos procedimentales los que entran en crisis sino también la concepción misma del conocimiento científico cuya autoridad academicista entra en crisis en la medida en que nuevos paradigmas epistemológicos ponen en cuestión la validez del mismo al tiempo que la ubicuidad en el acceso a la información aumenta la cantidad de perespectivas cognitivas y multiplica los procesos de formación de nuevas perspectivas. Hoy mas que con una verdad científica nos encontramos con universos de probables explicaciones, cada una de ellas parcial desde el momento en que se entienden como perspectivas y en continua mutación y cuestionamiento por el enorme caudal de intercambio de información y la participación cada vez mas globalizada en los procesos de construcción de significados (y/o explicaciones).

Es por esto que este programa pone particular énfasis en el uso de las TIC no como simples herramientas auxiliares sino como elementos indispensables en la tarea del aprendizaje, incluyéndose desde el inicio del proceso con un énfasis semejante al que, tradicionalmente, se le dio al lápiz (o pluma) y al cuaderno. El uso y diseño de software específicos es fundamental ya que está demostrado el enorme potencial de autoaprendizaje que las TIC generan. Programas atrayentes como los juegos de rol pueden adaptarse para la adquisición de conocimientos básicos de la currícula al tiempo de favorecer la adquisición de los contenidos procedimentales necesarios para el manejo de las TIC. La construcción colectiva del conocimiento mediante documentos compartidos en un entorno digital permite no solo entrar en la lógica de los nuevos procesos de construcción de significados antes descritos (y en formatos audiovisuales) sino que brinda a los estudiantes las herramientas indispensables para el mundo del trabajo de hoy al tiempo de relacionarse con el uso cotidiano de las TIC. El trabajo colaborativo se potencia gracias a la posibilidad de trabajar conjuntamente pero en tiempos diferentes, en lugares diferentes y a ritmos diferentes La programación, en fin, como competencia procedimental básica, permite entrar en el futuro de la tecnología donde prácticamente todo se hará a través de código.

Acerca de las Áreas Pedagógicas:

Se proponen a continuación 8 Áreas Pedagógicas que pueden vertebrar el desarrollo curricular, no obstante este elenco debería estar sujeto a revisión en función de las especificidades locales de aplicación. Esta revisión debe tener como guía la consideración de las áreas de la cultura que se consideran fundamentales en cuanto cada estudiante deberá elegir al menos un trayecto por año radicado en alguna de estas Áreas Pedagógicas:

  • Ciencia y Tecnología: incluye todo tipo de experiencia en cualquiera de las ciencias naturales, exactas o de tecnológicas pero centrado en el uso de las mismas para la vida cotidiana.
  • Arte: comprende toda la gama de artes humanas menos la música, que en razón de su importancia en nuestra cultura, tiene un espacio propio. Pueden ser artes plásticas, teatrales, danzas, decorativas, paisajistas, etc.
  • Literatura: “Hombre soy. Nada humano me es ajeno”[1]; la literatura continúa siendo la puerta de entrada a los diversos “mundos” humanos del presente, del pasado, de la imaginación (otra forma de ver el presente por parte del autor). Por tanto es, hasta el momento, el mayor reservorio de la cultura humana. Puede plantearse de diferentes maneras pero siempre remitiendo a los estudiantes al descubrimento de la literatura.
  • Ecología: Area Pedagógica fundamental para abordar el problema de la sustentabilidad y del desarrollo humano en el S XXI; pueden plantearse propuestas muy variadas: desde la observación de los ecosistemas, la producción de ecosistemas artificiales (jardines, huertas, acuarios, etc.), el estudio de los problemas ambientales, la producción sustentable, las energías limpias, etc.
  • Deporte: “Mente sana en un cuerpo sano”. Las actividades deportivas son parte inherente de nuestra naturaleza, pueden utilizarse, como sabemos, para enseñar muchas cosas al tiempo de brindar salud. Los proyectos pueden versar sobre el armado de equipos en distintas disciplinas, el desarrollo de habilidades físicas, etc.
  • Música: Se la propone como un Área Pedagógica específica en función del peso que tiene este arte en la expresión cultural contemporánea en casi todas las culturas. La música propone también una forma de lenguaje que permite complementar aptitudes diferentes y enriquece el discurso lingüístico.
  •  Informática: Este Área Pedagógica se centra en el aprendizaje del lenguaje informático o código. El código fue considerado hasta ahora como una competencia especializada, no obstante la imbricación de la tecnología en la vida cotidiana lo hace cada vez mas indispensable para relacionarse con la misma y para comprenderla. Existen múltiples iniciativas tendientes a instalar el aprendizaje de código como competencia básica, una de las mas interesantes es la dewww.code.org
  • Solidaridad: Se la considera un Área Pedagógica fundamental en cuanto da cuenta de la necesidad de pensarse parte de una sociedad y, por ende, no ajeno a sus problemas. La escuela no puede dejar de poner en el centro la necesidad de pensar un futuro para todos como parte del problema que un estudiante debe afrontar en su formación. Mas allá de esto, en la actual coyuntura de fragilidad y fractura social parece evidenciarse como un área indispensable.

Bibliografía:

  • David Paul Ausubel, The psychology of meaningful verbal learning, (1963). Grune and Stratton. New York.
  • Pierre Bourdieu, Entrevista Sobre la Escuela (1973). En la web:http://www.las400clases.com.ar/novedades/escuela-segun-pierre-bourdieu
  • Pierre Bourdieu, Intelectuales, política y poder, (1999).  Ed. Eudeba, BuenosAires
  • Benjamín Coriat, El Taller y el Cronómetro (1982). Ed. SXXI. En la web:  http://books.google.com.ar/books?id=cRgqrDBOO6UC
  • Michel Foucault, Vigilar y Castigar,(1976). Ed. SXXI. En la web: http://espanol.free-ebooks.net/ebook/Vigilar-y-Castigar/pdf/view
  • Paulo Freire,  Pedagogía del oprimido (1970). Ed. SXXI. En la web:http://www.ensayistas.org/critica/liberacion/varios/freire.pdf
  • M.A.K. Halliday, El lenguaje como semiótica social (1982), Ed. Fondo de Cultura Económica. En la web: http://es.scribd.com/doc/86200910/HALLIDAY-El-Lenguaje-Como
  • Thomas S. Khum, La Estructura de las Revoluciones Científicas, (1971). Ed. Fondo de Cultura Económica. En la web: www.clorenzano.com.ar/bibliografia/kuhn.pdf?
  • Jean Piaget, Seis Estudios de Psicología, (1964). Ed. Seix Barral (1987).
  • Ferdinand De Saussure, Curso de lingüística general, (1913). Edición (1998) Fontamara S.A. Mexico, D.F.
  • Amartya K. Sen,  Identidad y violencia. La ilusión del destino, (2007).  Katz Editores.
  • Anne M. Sharp y Laurance J. Splitter, La Otra Educación, (1996). Ed. Manantial, Bs.As.
  • Mitra, Sugata, The Hole in the Wall: Discover the Power of Self-Organized Learning. ISBN B0070YZSFQ (2012). TED Books. ed. Beyond.
  • Sherry Turkle y Seymour. Papert, Epistemological Pluralism: styles and voices within the computer culture, (1990). Cambridge, Epistemology and Learning Group at MIT Media Laboratory.
  • Eduardo A. Vizer, El desafío de la cultura tecnológica y la educación globalizada: homogeneización o diversidad, (1997). Diario Clarín: «Guía de la Enseñanza», artículo publicado el 13 de abril, pág. 2 y 3. En la web: http://www.oei.es/valores2/monografias/monografia05/reflexion03.htm

Fuente: http://revistaeducacionvirtual.com/archives/871

Imagen: http://revistaeducacionvirtual.com/wp-content/uploads/2014/02/nuevo-paradigma-educativo.jpg

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