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Aurora Lacueva | La política debe educar

Caracas / 20 de julio de 2016 / Por: Aurora Lacueva / Fuente: http://www.ultimasnoticias.com.ve/

¿Es una ingenuidad pretender que la política nos eduque?

¿Es una ingenuidad pretender que la política nos eduque? Estamos acostumbrados a oír que la política “es muy sucia” y que todo se vale en el juego por ganar o conservar poder. Se acepta como normal que ser hábil y exitoso en política implica engañar a la población, maniobrar para incumplir leyes incómodas, atropellar al contrario si es posible… Esta forma de pensar es parte de un “sentido común” enraizado en el autoritarismo, que logra hacernos ver con resignación o indiferencia las peores prácticas y que nos impide exigir algo mejor. Frente a tan negativa actitud, el maestro Prieto Figueroa dijo en una entrevista poco antes de morir: “No hay que distanciar ni separar lo pedagógico de lo político. Cuando se hace esa separación se pierde el sentido de lo pedagógico y no se alcanza el sentido total de lo político”.

En efecto, la acción política debe ser pedagógica o, al menos, debe aspirar a serlo. En el difícil momento que vivimos esto se hace aún más necesario, y lo esperamos especialmente de un gobierno que asume el socialismo. La primera faceta de esta política con contenido pedagógico es la de la participación: el liderazgo debe incitar a nuestro involucramiento. Todas y todos, como ciudadanos, tenemos el derecho y el deber de ser también políticos. Contamos con una Constitución que nos ofrece herramientas para ello, en el marco de un sistema que supera el de la democracia representativa y se orienta hacia la democracia participativa. Actuando en política vamos cada día aprendiendo más del poder y de la sociedad, y nos capacitamos para una acción de creciente calidad. Porque no se trata de“participar” como obcecados seguidores o como receptores de dádivas, carentes de pensamiento propio y de reflexión crítica.

Por su parte, las y los dirigentes auténticos son aquellas y aquellos que hablan al pueblo con sinceridad, sin falsedades o medias verdades, y que propician el máximo protagonismo de la población siguiendo el lema popularizado por el chavismo: “mandar obedeciendo”. No obnubilan, no apelan a lo emocional para arrastrarnos tras ellas y ellos, sino que explican las situaciones de manera honesta, reconocen sus errores, consultan para superarlos, y nos alejan de caer en los abismos de la violencia y el odio ciegos.

lacuevat@hotmail.com

Fuente artículo: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/aurora-lacueva-la-politica-educar/

Foto: http://consultacalidadeducativa.me.gob.ve/wp-content/uploads/2014/07/023.png

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“LA PEGAJOSIDAD del aprendizaje” (Ed. Disruptiva)

20 de julio de 2016 / Por: Juan Domingo Farnos / Fuente: https://juandomingofarnos.wordpress.com

La “pegajosidad del aprendizaje , es decir, la motivación, el compromiso y la responsabilidad de los aprendices de utilizar cuántas posibilidades sean necesarias para aprender, especialmente en línea, hace que la formación, especialmente en la Universidad, sea cada vez más abierta, inclusiva y ubícua.

La relación entre el apendizaje educacional y el económico, nos puede servir de parangón `para encontrar esenarios adecuados a estas posibilidades, que hemos nombrado y que nos llevarán, primero a un empoderamiento personal y después a la necesidad de repensar los conceptos y los pilares tradicionales de la educación-economía

Si bien la autocrítica no es algo a lo que nos tengan acostumbrados los educadores y los economistas, lo estamos haciendo, aunque sea de manera incipiente y precismanete este estado de “pegajosisdad” nos hará estar seimpre en estado de Beta, como dice nuestro amigo Harold Jarche.

Ellos postulan un marco para evaluar el grado en que los entornos de aprendizaje en línea son convincentes, atractivo y “pegajosos”.
rúbricas, co-construcción con los estudiantes, son maneras de autoevaluarse en todo momento, tanto de manera personalizada como socializadora como Grupos o Comunidades de aprendizaje. Si leéis a Rose Nash, veréis que la comunicación y relación entre docente y discente establece líneas proporcionales a nuestros cambios de roles, lo cuál hace que esta “pegajosidad” aumente en cantidad, pero también en calidad. .

Los aprendices manejaban todas las expectativas que iba a ser el experto que los llevaría por su camino de aprendizaje, pero con el concepto de PEGAJOSIDAD, aprender a ir conectados, lo que les hace más fuertes, tanto a nivel de estrategias, como algo más importante, de convencimiento. aunque han sido, la mayoría criados en la dieta tradicional pedagógica. Si tuviera un curso de un semestre completo, sin embargo, me gustaría probar esto de nuevo.
Los espacios seguros. La cuestión de “cómo” hacer para crear espacios seguros se puede plantear; que define “seguro” y de la que fue paradigma cultural “seguridad” definido – “. espacios seguros” lo que los marcos y sistemas de valores culturales se utiliza para enmarcar, de tal manera que no podemos salirnos de esta ecosistema, pero dentro de él tenemos la seguridad y el paraguas de estar protegidos.

Pero es precisamente con el aprendizaje con elearning y especialmente con MOBILE LEARNNG, como podemos alinearnos de este marco de protección y aventurarnos en maneras de aprender diferentes hasta ahora, por ejemplo con el aprendizaje informal (JAY CROSS), el cuál no hace precisamente  responsabilizarnos de lo que hacemos.
Con ello llegaremos a la RETROALIMENTACIÓN, pero una retroalimentación de cambio, de disrupción, en otros ambientes, en otro paradigma y consecuentemente con otras personas que llevaban a cabo el aprendizaje originariamente, los docentes, el sistema. Ahora serán los alumnos quien se encarguen de “sus procesos de aprendizaje”, con lo cual el cambio y la transformación están garantizados..

Con ello podremos evaluar los estilos de docencia y los procesos de aprendizaje para determinar las diferencias que pudieran surgir entre los alumnos de los profesores de diferentes estilos docentes y de evaluación. Podemos incidir en cuatro estilos docentes : el primero, centrado en el aprendizaje y con habilidades docentes y de evaluación; el segundo, más centrado en la enseñanza que en el aprendizaje, y con algunas habilidades de docencia y evaluación; el tercero, centrado en el aprendizaje y con menos habilidades de docencia y evaluación que el primer grupo; y el cuarto, más centrado en la enseñanza que el segundo y con menos habilidades docentes y de evaluación que aquél.

Todo ello nos hará ver, que ninguno de los cuatro es un cambio ni siquiera significativo, por en ninguno el aprendiz adquiere la posibilidad de esa pegajosidad en su manera de motivarse, de adquirir compromisos y responsabilidad , ya que tanto dentro como fuera de la universidad y de la educación en general, todo cambiaría para que no cambiase nada.

Fuente artículo: https://juandomingofarnos.wordpress.com/2016/07/09/la-pegajosidad-del-aprendizaje-ed-disruptiva/

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La Escuela de Manuel

Manuel era un niño de apenas seis años que corría alegre por el mercado de mi pueblo, jugando con naranjas, papas y mazorcas. Su mundo inocente estaba plagado de pequeñas batallas entre malvados seres provenientes de la oscuridad y los valientes trabajadores del campo. Manuel recordaba a cada instante a su pequeño hermano Miguel, a quien tenía días que no veía y a quien había prometido proteger.

A Manuel el hambre y el desamparo lo habían empujado a las calles; dormía entre los tarantines de verduras y su techo repleto de estrellas era la única compañía nocturna. Cuando Manuel sentía que el hambre lo agobiaba, extendía su mano y casi siempre encontraba la caridad de alguien que le daba una moneda o le traía un pastel. Manuel no era un ciudadano, era sólo una parte del paisaje urbano al cual nos habíamos acostumbrado y, de cuya situación culpábamos a sus padres para poder dormir tranquilos. Manuel jugaba por las tardes con una rueda de caucho que era su bicicleta imaginaria.

La madre de Manuel hacía días que no le veía, tenía cuatro bocas más que alimentar, vestir y proteger. Ella misma apenas si había aprendido a leer, escribir su nombre y sumar las pequeñas cantidades que formaban parte de su mundo. Ana, la madre de Manuel, había confundido amor con sexo y por eso con tan sólo veintiocho años tenía cinco pequeños enanitos que le acompañaban.  Los cinco pequeños, como los dedos de una mano, tenían cada uno rasgos distintos, pero todos habían heredado de Ana esa picardía proverbial en la mirada.

En el pueblo todos, en algún momento, incluíamos a Manuel en nuestras conversaciones.  Cada uno afirmaba haberle dado “algo” en algún momento para que no sintiera frío o hambre. Sólo Marco Tulio, un viejo maestro gruñón le preguntaba cada vez que le veía, si había ido o no a la escuela. Manuel corría a esconderse cada vez que se le acercaba,  porque el maestro le recordaba a su madre cuando estaba enfadada, diciéndole lo que debía hacer. Marco Tulio siempre parecía molesto cuando le miraba.

Un día al maestro gruñón lo nombraron Director de una Escuela en la que estudiaban muchos niños y niñas alegres, quienes eran llevados a la escuela por sus padres. En el pueblo corrían rumores porque al maestro Marco Tulio, ahora Director, por las noches se le veía sacar viejos pupitres, una que otra pizarra rota, ollas ahumadas y libros descuadernados sin que se supiera cuál era su destino. Las peores sospechas se conjeturaban sobre el extraño comportamiento del maestro Marco Tulio. Un día se supo que para colmo de las rarezas, el maestro gruñón había invadido la abandonada, pero histórica casa de campo de un ex Presidente de la Nación. Esa casa, en su tiempo, fue usada por el gobernante para algunas visitas a la región. Era una morada llena de túneles, propios de las épocas montoneras y sus alrededores estaban llenos de los frutales que a él le gustaba saborear. Estaba ubicada en la montaña y nadie se atrevía a entrar en ella porque se decía que el fantasma del mandatario la recorría y volvía loco a todo aquel que se lo encontrara por un pasillo, habitación o lugar de la vieja casa. Comportamiento tan raro el del maestro Marco Tulio.

Un Lunes Manuel desapareció del mercado. Muchas miradas extrañadas le buscaban entre los guacales y costales, entre las lonas rotas y los pipotes. Pero Manuel ya no estaría más allí. El Maestro Marco Tulio había creado, sin permiso de nadie, pero con la certeza de que estaba haciendo lo correcto, una escuela internado para niños pobres. Había convencido a los concejales del municipio para que crearan una partida permanente para garantizar la comida de estos pequeños y solo con dos maestros, sacados de la escuela que oficialmente dirigía, dio inicio a una experiencia educativa alternativa.

Poco importaba a los niños que los pupitres no fueran nuevos, que la pizarra fuera reparada, que las literas chillaran cuando se movían en las noches. Manuel y sus hermanitos, con el acompañamiento de maestras que no miraban horario y entendían lo pedagógico más allá del aula, comenzaron a aprender las vocales comiendo mango o chupando caña, la noción del número los sorprendió mientras corrían entre arboles o contando una a una las gallinas, patos y pavos que cada vez eran más. Años despues seria una escuela granja y seguía manteniendo el compromiso con los más pobres y excluidos.

Manuel culminó el bachillerato y su pequeño hermano es ahora ingeniero. Nadie se acuerda de esta historia en el pueblo porque las acciones constructivas parecen borrarse por los formalismos burocráticos. Muchos honores le rinden a Marco Tulio cuando le recuerdan, como maestro, director o ciudadano, pero casi nadie coloca entre sus grandes proezas pedagógicas el haber construido una oportunidad educativa para quienes habían perdido hasta la esperanza. En esa escuela, luego de muchos años, tuve el honor y el privilegio de trabajar.

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Salto, ¿ciudad universitaria?


En una sociedad global en donde la diferencia del desarrollo tiende a ser por el conocimiento, la educación no es un gasto sino una inversión. ¡Qué decir si el desafío es a nivel de la República! Quienes pretendemos transformar la sociedad, debemos hacer los esfuerzos y pensar las propuestas que más posibilidades educativas generen.
La educación universitaria se encuentra en pleno proceso de transformaciones institucionales, académicas y políticas. Proceso que no es de hoy pero que se ha intensificado, sobre todo en lo que refiere a su descentralización, con visión de República en los últimos diez años y especialmente en los pasados cinco años, cuando el Parlamento –a propuesta del Poder Ejecutivo– aprobó prácticamente el 100% de la propuesta de la Universidad de la República(Udelar) en descentralización.
Voluntad política primero que nada, expresada en números concretos y tangibles.
En los pasados cinco años, el proceso descentralizador ha determinado la creación de nuevas estructuras y contenidos en la República, los cuales se presentan como desafíos para las nuevas comunidades académicas a ser desarrolladas. En el caso de Salto, Andrioli, A. (2004:100) señala: “Si miramos el proceso de descentralización universitaria concretado en la Regional Norte, vemos en la práctica (…) que la descentralización no ha sido homogénea; no responde a una voluntad unívoca; o normas estrictamente técnicas, sino que en realidad ha sido un conjunto de diferentes estrategias instrumentadas en la marcha” .
La Universidad del Norte, en Salto, nació como una movida de los sectores elitistas y conservadores para que sus hijos pudieran formarse en un ambiente no contaminado por las propuestas “subversivas” de la Udelar montevideana. Y es que la historia de la descentralización universitaria ha contenido un modelo predominante (demandado por las sociedades locales), el profesionalista, una política de reproducción de los prestigios inherentes a las ofertas académicas tradicionales de la universidad, modelo que entra en tensión con la actual visión del hacer universidad.
El exdecano de la Facultad de Ciencias Sociales, Prof. Jorge Landinelli (2004:66) sostenía que: “…el objeto de la descentralización no debe ser la Universidad del pasado, sino que obligatoriamente debe ser la Universidad del futuro” ; es decir, la innovación; la descentralización de la “vida universitaria” (enseñanza, investigación y extensión); y la deshomogeinización del modelo de proceso descentralizador.
Ahora, ¿la sociedad salteña, está preparada para ser ciudad universitaria o aparentar serlo y vivir de la renta que genera? ¿Qué significa ser una ciudad universitaria?
Basta buscar por Google y se podrá observar los diferentes tipos, el de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de San Pablo en Brasil o la Universidad de Caracas en Venezuela; por citar casos latinoamericanos, muchos de los cuales se construyeron bajo el modelo estadounidense de ciudad universitaria. En nuestro caso –al igual que otros de Latinoamérica– y el europeo se desarrolló el modelo francés, es decir, la universidad integrada a la planta urbana.
Hay algunos conceptos claves para tal constitución, calidad de vida, entorno seguro y servicios de excelencia. Si comparamos el caso de Salto con los ejemplos mencionados, se podría decir que el entorno es más seguro que en dichas ciudades universitarias pero flaqueamos en calidad de vida y servicios de excelencia.
Para ser ciudad universitaria, debemos comprometer a los actores públicos y privados de la sociedad para desarrollar los cambios necesarios en el mejoramiento de la calidad de vida. Entendiendo los servicios de excelencia, no como un factor ajeno sino, como integrantes de la calidad de vida misma.
En una lógica de retroalimentación, se hace necesario que las instituciones universitarias estén integradas a los procesos socioproductivos de nuestra sociedad. Los apoyos institucionales internacionales que profundizarán el camino iniciado harán de la ciudad universitaria de nuestra Universidad del futuro, un lugar donde la calidad de vida y los servicios de excelencia redunden en el crecimiento económico, social, pero sobre todo cultural del departamento.
Pensar en el desarrollo del conocimiento, potenciando las condiciones estructurantes del mismo, es pensar en un gran salto dentro de nuestro Salto, con un crecimiento técnico e intelectual que genere valor agregado a nuestras cadenas productivas, a nuestra tan cascoteada fuerza de trabajo.

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Formar profesores ya no es barato

20 de julio de 2016 / Por: Josefina Santa Cruz / Fuente: http://opinion.cooperativa.cl/

Si juzgamos por la cantidad de universidades e institutos que imparten carreras en el área de educación, pareciera que formar profesores es sencillo y barato. Sin embargo, para formar al  docente que hoy  Chile necesita, se requiere la misma dedicación que la necesaria para formar a un médico.

Para hacer que un joven se convierta en un experto necesitamos invertir en una formación inicial de calidad. La literatura especializada en este tema señala una y otra vez la importancia de que los futuros profesores tengan abundantes experiencias de práctica en salas de clases reales o simuladas, seguidas de una retroalimentación efectiva y basada en una reflexión conjunta.

Para lograrlo, necesitamos establecer un vínculo permanente y recíproco con centros de práctica, promover el trabajo de tutores con grupos pequeños de estudiantes, además de usar y disponer de tecnología para potenciar nuestras prácticas, como plataformas donde los alumnos graban sus clases y los tutores los retroalimentan casi en forma simultánea.

Fred Korthagen, experto en formación docente, destaca la necesidad de enseñar a los futuros profesores a tomar decisiones basadas en datos, para lo que se hace indispensable enseñarles a conducir estudios en base a su propia práctica. Esto se fomenta cuando se les ofrece a los estudiantes oportunidades de incorporarse a equipos de investigación o conducir pequeñas investigaciones apoyados por profesores expertos. El mismo autor señala la importancia de que los futuros profesionales aprendan a trabajar colaborativamente, y esto supone desarrollar un currículum que comprenda el trabajo en equipo como una necesidad y no como un accesorio.

Liderar programas exigentes y cuidadosamente pensados requiere la contratación de profesores expertos que tengan experiencia en aula y que puedan modelar con su ejemplo las prácticas que enseñan a sus estudiantes.

Necesitamos tener los recursos para atraer a los mejores docentes para que formen a los futuros docentes de Chile. También, necesitamos desarrollar sistemas de gestión que mantengan comunicados a todos los actores involucrados, profesores de escuela, universitarios, alumnos, supervisores, investigadores, para así compartir una misma visión sobre la educación de los niños. Por último, necesitamos diseñar, junto al pregrado, sistemas de formación continua, diplomados, magísteres, para que los profesores, como los médicos, nunca dejen de formarse.

En décadas anteriores, logramos que todos nuestros niños asistan a la escuela.Ahora, el colegio tiene que asegurar que todos aprendan y eso implica formar profesores tan delicadamente como si se tratara del mejor neurocirujano. Se acabaron los días en que bastaba tiza, pizarrón y un «campo clínico» que recién se conocía al final de la carrera, cuando en muchos casos era demasiado tarde.

Para ser docente no basta la vocación. Las buenas intenciones son inútiles si no se acompañan de una formación profesional del más alto nivel y eso es caro. La sociedad entera debe tomar conciencia de esto, porque tener carreras de Pedagogía necesitará recursos que hasta aquí han sido insuficientes. Las escuelas de hoy son lugares exigentes y las facultades de educación tenemos que estar a la altura del desafío.

Fuente artículo: http://opinion.cooperativa.cl/opinion/educacion/formar-profesores-ya-no-es-barato/2016-07-13/063620.html

Foto: http://news.university.ie.edu/2011/06/enrique-dans-abrio-las-sesiones-del-curso-para-profesores-sobre-aprendizaje-participativo.html

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Paliativo indeleble

20 de julio de 2016 / Por:  Augusto Costa Zabaleta / Fuente: http://www.cronica.com.ec/

Martin Luther King, el pastor baptista negro y líder consubstancial y sin parangón de los derechos civiles, que en sus prácticas entrañables y ejemplarizadoras y sus discursos de honda reflexión intento germinar y consolidar la igualdad civil ante la ley y la universalidad de los derechos para los negros norteamericanos, y que por un reverso irónico a su misión noble y humanista, fue asesinado en 1968.

Su campaña dignificante para plasmar la igualdad de derechos, iniciada en 1955, con inusitada vehemencia y profundo humanismo, se vislumbra cuando dirigió un boicot contra los autobuses en la ciudad de Montgmery (Alabama), por la discriminación racial, con resultados exitosos, en razón de los postulados de la lucha, sus ideales los pregonaba por la no violencia y la hermandad racial, con gran similitud al pacifista Mahatma Gandhi, que entrañan la armonía de estas acciones; explotaron bombas mortíferas en su domicilio, fue apedreado en Chicago y apuñalado en Nueva York.
Para 1968 planificaba “la marcha de la gente pobre’’, pero un dispara en la cuidad de Memphis, segó vilmente la vida de Luther King, autor del discurso “Yo tengo un sueño’’, que se perennizó eternamente a la conciencia de la humanidad, por su hondo contenido moral, pues este magistral discurso pronunciado en el Lincoln Memorial, de gran profundidad, forjaba la esperanza de redención y un paliativo con huellas imperecederas.
Esta esperanza de redención, experiencia sagrada, emociones colectivas, son indelebles, que contrastan diametralmente con las actitudes egoístas, porque sin acontecimientos tan entrañables, heroicos y legendarios como los de Luther King, el mundo sucumbiría; su actitud se convirtió en el eco de esperanza, que retumba por los confines del universo. (O).

Fuente artículo: http://www.cronica.com.ec/opinion/columna/columnista/item/14069-paliativo-indeleble

Foto: http://eltijuanense.com/76-un-dia-como-hoy/28926-un-dia-como-hoy-asesinaron-a-martin-luther-king

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Las Universidades como factor de solución ante la crisis

20 de julio de 2016 / Por: Marcel Doubront / Fuente: http://www.primicia.com.ve/

Para muchos el término crisis pudiera ser deducido como sinónimo de catástrofe o desesperanza, pero para otros este término nos pudiera significar retos, oportunidades, y/o desafíos, un punto de partida que pudiera enseñarnos de qué estamos creados, desde hace muchos años de la sociedad explotadora se viene escuchando que el venezolano es inculto, flojo, de malas costumbres, sin embargo no creo que en ningún país de los que mal llaman del primer mundo, una muchacha madre soltera pueda criar a sus hijos levantándose todos los días a las 5 a.m. para trabajar, en muchas ocasiones no comer para que sus hijos puedan llevar el desayuno a la escuela, sus momentos libres excluirse de ir al teatro o parques como lo hace la sociedad más aventajada por ocuparlo en otros sacrificios invisibles para los políticos de saco y corbata, estos mismos que hablan de que carecemos de modales pero que solamente se ve en el barrio y en los pueblos el compartir lo que se necesita en solidaridad con el vecino, así como otras muchas potencialidades de nuestro pueblo que desmienten significativamente las estigmatizaciones de la burguesía.

Las universidades del siglo XXI entre ellas las bolivarianas deben estar en sintonía y a la altura de las demandas y aspiraciones de nuestra sociedad, estas que durante mucho tiempo esperan que de nuestras casas de estudio no solo egresen Abogados, Administradores, Educadores, Ingenieros, Médicos, sino compañeros de una lucha en común para la construcción y concreción de una mejor sociedad, en ese sentido es necesario recordar lo que nuestro padre Bolívar expresaba en el Discurso hoy vigente de Angostura de 1819 “Para sacar de este caos nuestra naciente república, todas nuestras facultades morales no serán bastante sino fundimos la masa del pueblo en un todo; la composición del gobierno en un todo; la legislación en un todo, y el espíritu nacional en un todo”.

Infiriendo sobre lo expuesto por el Libertador sino cambiamos el modelo universitario y seguimos dentro del tradicionalismo académico, seguiremos pretendiendo hacer una revolución con métodos capitalistas; en las reuniones con autoridades universitarias y con los llamados expertos no falta el tema de la asignación y creación de las nuevas carreras, sin embargo:

¿Es más importante la forma que el fondo? ¿Realmente estamos formando para producir o para administrar el dinero de otros? ¿Tiene sentido enviar un novel profesional al mercado laboral con una sola hoja en el currículum? ¿La solución está en sembrar lo que sea y como sea, como si se tratara del arca de Noé? ¿El Empoderamiento sin formación resulta o no una retrospectiva muy similar de cuando Páez compro las tierras ganadas por los soldados patriotas a precio de gallina flaca?

De verdad que con estas interrogantes no pretendo polemizar seguramente el equivocado sea yo, pero en mi humilde opinión considero que es el momento de formar emprendedores y no empleados que defiendan al patrón más por condición que por convicción, nuestros muchachos desde los primeros semestres para el trabajo, para la creación de medios de producción de carácter autosustentable y sostenible, el papel de la universidad está en reconstruir desde las bases el cual pasa prioritariamente por reconocerse como pueblo, si realmente se quiere guardar sintonía con lo emanado en el artículo 2 de la Ley de Universidades “las universidades son instituciones al servicio de la nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales”.

En ese sentido debe iniciarse una profunda revisión de los programas de estudios así como el cotejo de la pertinencia social de los mismos, es imposible apostar al desarrollo del país si se excluyen de los pensum los valores transcendentales del hombre y el amor a la patria, ya que no existiría ningún sentido de pertenencia con el país sino con el interés individual.

Los cambios tienen que venir inclaudicablemente desde los cimientos bien lo decía el Fidel Castro en su discurso de clausura del V encuentro internacional de economistas sobre globalización y problemas del desarrollo en 2003 “de la historia se puede sacar una lección en la que suelo insistir. Solo de las grandes crisis han surgido las grandes soluciones”, hoy es necesario ver el término crisis como una gran oportunidad y las Universidades Bolivarianas cumplen un importante rol en la concreción de esta victoria del pueblo y para el pueblo.

Por último no quisiera despedir estas líneas sin saludar y agradecer a las autoridades de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, especialmente a su Rectora Dra. Ana Alejandrina Reyes y su Secretario Dr. Oscar José Rodríguez por el Doctorado honoris causa otorgado a gente del pueblo, gente nuestra, como Lidice Quintero, Eucario García, Hilario Quijada, Antonieta Colon, demostrando que la Universidad popular no es un sueño de pocos sino la necesidad de una patria que decidió ser libre.

Fuente artículo: http://www.primicia.com.ve/opinion/las-universidades-como-factor-de-solucion-ante-la-crisis.html

Foto: http://mipaisatravesdemisojos.blogspot.com/2016/02/hipnotizados-por-la-palabra-crisis.html

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