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Unibol: La tradición universitaria al servicio y la expansión de los saberes indígenas bolivianos

Por Gabriela Garcia Calderon Orbe

Publicado el 31/05/2016 22:50 GMT

Este artículo es una adaptación del texto original aparecido en La Pública que se reproduce aquí como parte de un acuerdo para compartir contenido. Se puede leer la versión en aymara en este enlace.

La Universidad Indígena Boliviana Aymara Tupak Katari con sede en la localidad de Warisata, reúne a numerosos estudiantes de origen indígena en Bolivia con el fin de conjugar la educación formal académica con los saberes tradicionales de las comunidades originarias. El proyecto va progresando lentamente y necesita aún de tiempo y de trabajo para expandirse y crecer. Sin embargo, sus estudiantes, la energía principal que mantiene en pie la institución, consideran que hay muchas posibilidades de mejoría por delante. En una oportunidad anterior, Rising Voices siguió a otros estudiantes de la universidad y sus historias.

En los testimonios que siguen, algunos de los estudiantes de la Universidad Indígena comparten sus impresiones, sus experiencias, y lo que ha significado pertenecer a este proyecto educativo en su crecimiento personal. Para muchos de ellos, estudiar en la Unibol se traduce en rescatar saberes ancestrales, en enriquecer un pensamiento descolonial y en desarrollar un modo de producción de conocimientos inclusivo e intercultural.

Una educación inclusiva y para las identidades

Noemí Campos Yarari, estudiante de Ingeniería Textil, expresa su opinión con respecto a su universidad:

Soy de la provincia paceña Muñecas, de la segunda sección Ayata, comunidad Huancarani […] Considero muy buena [la universidad] porque acoge a estudiantes que en su mayoría provienen de las provincias, del campo, de hogares con pocos recursos.

José Luis Atanacio Maraza, Guido Mendoza Quispe, Maria Apaza Condori y Teodora Yanaguaya Pillco, cuatro estudiantes de Ingeniería de Alimentos, se refieren a la importancia de su facultad y hacen una reseña de la historia de su casa de estudios:

La Universidad Indígena Boliviana Aymara Tupak Katari existe gracias a la lucha de nuestros abuelos en muchos sentidos, por ejemplo en la siembra de alimentos. Ahora, desde la carrera de Ingeniería de alimentos (las otras tres son Veterinaria, Agronomía e Ingeniería textil), que ya tiene seis años, nos toca recuperar la tecnología ancestral, dar valor agregado a la materia prima e innovar con nuevos productos naturales, así como apoyar en la creación de empresas comunitarias en nuestras comunidades. Todo para el vivir bien de los bolivianos.

La Unibol fue fundada el 2 de agosto de 2008 (DS Nº 29664) en honor de nuestro líder indígena Julián Apaza Nina, alias Tupak Katari. Con su nacimiento se ha salido al paso de la discriminación que había en el país para el ingreso a las universidades.

Ruben Castillo Quispe, estudiante de Agronomía, cuenta cómo llegó a Unibol:

Nací en la comunidad de Ispaya Tocoli, en el municipio Ancoraimes de la provincia Omasuyos (La Paz), que se encuentra a orillas del lago Titicaca.

Estudié en la escuelita de la comunidad y tuve que enfrentar la dura caminata diaria de seis horas (ida y vuelta). Era el colegio más cercano a mi comunidad, así que no tuve otra alternativa.

Con todo y dificultades pude terminar el colegio y luego fui a prestar mi servicio militar. Al retornar a mi casa luego de un año, tenía muchas ganas de seguir estudiando. Quería ir a la universidad y sobre todo me gustaba el estudio de lenguas.

Ahora estoy estudiando en la Unibol, donde no hay la carrera de Lingüística; pero avanzo […] y ya estoy en sexto semestre.

Por su parte, Claudia Colque Aquino, estudiante de Ingeniería de Alimentos, explica cómo se desarrollan los estudios en Unibol:

En la Universidad Túpac Katari se inculcan conocimientos descolonizadores a los estudiantes de las cuatro carreras. Nos enseñan lo que es el trabajo comunitario, el que se practica en las clases para que nosotros que provenimos de grupos con una identidad cultural, un origen aymara, veamos que las prácticas de nuestra formación no siempre requieren de tecnología moderna, también necesitan de instrumentos ancestrales. Al elaborar las tesinas y emprendimientos productivos, se busca y se utiliza alguna técnica ancestral que se podría aplicar a la investigación universitaria. La defensa se hace asimismo con una vestimenta originaria y a los tribunales se les ofrece la hoja de coca.

A los representantes estudiantiles les llamamos irpiris y sullka irpiri y entre nosotros nos llamamos hermanos, tal cual hacemos con los docentes, sean licenciados o ingenieros.

La forma de vestir en la Unibol es también variada y hay quienes portan la ropa que se usa en sus comunidades y provincias. Por todo esto, diría yo, ésta es una universidad distinta de las otras en el país.

Choques de tradiciones académicas, problemas de recursos y el cuidado a la Pachamama, la Madre Tierra  

Los retos para la Unibol no han sido pocos. Las costumbres académicas, los problemas materiales y el irónico impacto de la Universidad Indígena a su entorno ambiental han sido el punto de partida de algunos de sus estudiantes. De la facultad de Agronomía, Félix destaca el papel de los catedráticos en los choques de diferentes culturas universitarias. En estas diferencias se hace evidente cómo las propuestas de institutos como la de la Universidad Indígena pueden chocar con las tradiciones académicas heredadas de Europa:

Algunos estudiantes de la carrera de Agronomía de la Unibol aymara tuvieron problemas el anterior semestre con algunos docentes de tiempo completo. [Los profesores] se habían parcializado con unos alumnos que trajeron costumbres de otras universidades [y que menospreciaban] las costumbres del pueblo aymara que son parte de los principios educativos de esta [Universidad]. Gracias a la inteligencia de la Dirección de la carrera se solucionaron los malos entendidos y se pudo seguir.

Gabriel Serrano López, también estudiante de Agronomía, habla de la importancia de tratar bien a la Tierra, la Pachamama:

Los desechos de plástico y otros derivados del petróleo abundan en los predios de la Unibol. Si bien en las aulas se habla de descolonizar y de respetar a la madre tierra, la Pachamama, los llamados a poner en práctica esos principios son los que contaminan el entorno con productos sintéticos. La basura de este tipo se acumula porque los estudiantes, administrativos y docentes compran refrescos, alimentos y otros productos en envases que se tiran por ahí, que llegan al río y luego llegan al lago Titicaca, agravando su grave contaminación. Ocurre que estamos en la comunidad lacustre de Cuyahuani, municipio Huarina de provincia paceña de Omasuyos.

 

De manera conjunta, Emilio Mamani Chino e Ivan Alí, estudiantes de Agronomía, se refieren a la escasez de agua y cómo los afecta:

En la Unibol TK hay problemas con los servicios básicos, especialmente con el agua que es escasa y a veces se seca del todo. Por eso mismo, tampoco hay duchas y el aseo personal se hace difícil. Así es desde el inicio de las actividades académicas de esta universidad. Creo que es importante que los estudiantes presenten su reclamo y que las autoridades implementen las soluciones.

Aunque las limitaciones lo hagan difícil, el proyecto continúa en pie. Del mismo modo, los estudiantes de la Unibol continúan la labor de dar vida y ayudar al desarrollo a una institución con bases de pensamiento de gran singularidad. Para muchos de ellos, estas limitaciones son temporales y llegarán a su fin. Al final, como en muchas otras instituciones universitarias que crecen y se cuestionan, lo que funciona seguirá bien y lo malo cambiará.

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La Pedagogía Maldita: Por los siglos de los siglos… que así no sea.

(Otra Forma de Entender algunos Fenómenos Educativos del Siglo XXI)

Dra. María Guadalupe Barradas Guevara

(SEIS DE SEIS PARTES)

Llegados a esta parte, y conocedores de esta propuesta teórica, no me queda otra casa más que describir la fundamentación teórica de la Pedagogía Maldita, la cual intenta focalizar la reunión de los datos obtenidos basada en una reflexión histórica-política-cultural en relación a las acciones de los hombres, manifestadas y diseñadas desde estructuras educativas que no siempre reflejan una visión humanista, sino todo lo contrario, la construcción de un hombre imperfecto, vacío, superfluo y en muchas ocasiones, violento y egoísta.

En todas y cada una de las épocas, de las culturas siempre ha existido una construcción ideológica, en donde el hombre siempre es entendido como un ser condicionado por su naturaleza dicotómica general. Hombres entre dos polos:
lo bueno  lo malo,
carne  espíritu,
libertad  sumisión
error  verdad
felices  infelices
racionales  pasionales …

Los cuales remiten a culturas que tratando de cambiar sus condiciones, su naturaleza, su origen a través de ámbitos, ya sean formales o informales, pero que siempre recaen en estrategias que aluden a la capacitación, instrucción, purificación e incluso a la educación. Larroyo en su libro de Historia comparada de la educación en México nos dice:

La educación de cada época y lugar es una característica manifestación de un estilo de vida; pertenece por necesidad a cierta unidad histórico-cultural. La unidad histórica es un conjunto de sucesos orgánicamente enlazados, un tejido compacto de quehaceres sociales, grupos de hechos que exhiben a primera vista una íntima trabazón genética. En ella se funda la división orgánica de la historia (1947: 38).

Por lo tanto, sin saberlo, desde hace siglos hemos estados determinados por la Pedagogía Maldita, una pedagogía al servicio de la destrucción entre los hombres, de la marginación de los pueblos y del conformismo e indiferencia universal.

Al hablar de la Pedagogía Maldita nos estamos refiriendo a un aprendizaje basado en el conductismo, el cual parte de la concepción de John B. Watson:

Dadme una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger -médico, abogado, artista, hombre de negocios e incluso mendigo o ladrón- prescindiendo de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados (2009, p. 82).

A través de esta premisa, se puede observar, cómo esta teoría no tiene únicamente como objetivo entender la conducta humana, sino predecirla y controlarla, convirtiéndose en un proceso manipulador, que despoja al hombre de toda responsabilidad, de su dignidad, de su libertad, reduciéndole al máximo su ser para moldearlo al antojo del sistema en el que vive. Aunque esta perspectiva fue superada, pero no descartada, Skinner establece lo que se llama “condicionamiento operante”, el cual es entendido como una forma de aprendizaje, a través del cual los estudiantes tienen más probabilidades de repetir conductas deseadas y evitar las no deseadas. Por lo que para la Pedagogía Maldita, este sea uno de sus objetivos: “Predecir y controlar el comportamiento de los individuos” (Skinner 2009, p. 66).

Este tipo de condicionamiento operante, en la Pedagogía Maldita, parte de la construcción de un tipo de sociedad, por lo que su acercamiento educativo consiste en determinar el tipo de individuos específicos en función a su contexto, religión o sociedad, por lo que remiten a conductas terminales, en términos de lo que los estudiantes deben hacer. Para ello, los objetivos pretenden ser enunciaciones claras, que buscan la instrucción específica y disciplinaria dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, en donde el rol de los alumnos tiene características propias de una educación tradicional: pasivos, receptivos, disciplinados, memorísticos, obedientes, competentes…

Imagen de la Parte 6

Es importante mencionar que, aunque las escuelas bajo influencia de la Pedagogía Maldita, tienen algunas dimensiones parecidas a otras pedagogías que trabajan por el desarrollo y el carácter humano de las personas, éstas son utilizadas para diferentes fines (como se observa en la figura), lo cual siempre está en función del tipo de sociedad que se quiere, dependiendo de una subjetividad histórica y hasta a veces primitiva que siempre se muestra por la sinrazón subjetiva de éstas.

Luego entonces, ¿cuáles son los procedimientos o estrategias utilizados en esta pedagogía para la obtención de respuestas o comportamientos deseados? Para contestar a esto, debemos recordar loa artículos anteriores, que nos dan una visión general de la historia de las culturas y de las acciones de los hombres, hombres instruidos y capacitados para el desarrollo de competencias o habilidades que le permitan fijar su rumbo en la construcción de un ideal social, determinado por un tipo de cultura-política-religiosa-económica que genera hombres obedientes, sumisos y carentes de sí mismos, en espera de las órdenes de los demás. Como hemos podido observar, en el corazón de nuestras culturas está siempre el culto a las deidades, a las guerras, manifestando una expresión sofisticada o atenuada en la rivalidad laboral; teniendo entre algunas estrategias didácticas las siguientes:

  1. La sugestión mental, a través de técnicas persuasivas que buscan eliminar toda actividad o capacidad crítica de una persona, es decir, la capacidad de juzgar e incluso de rehusar a seguir órdenes.
  2. La manipulación emocional, fundamentada en un entrenamiento y disciplina que puede partir de dos premisas:
    a. La instrucción basada en el castigo, el miedo, y en algunas ocasiones el aislamiento de los estudiantes, lo cual provoca la disminución y el aumento de conductas a través de estímulos aversivos, reforzando acciones deseadas.
    b. El refuerzo positivo, el cual aumenta conductas a través de palabras positivas o argumentaciones que justifican diferentes acciones.
  3. La fijación de objetivos específicos y la complicidad de la escuela que trabaja a favor del Estado o de los grupos que están en el poder.

Atento lector: aunque no todo está dicho, considero que estas reflexiones muestran el fracaso de la educación. Sin ser pesimista cito las palabras de Rugarcía;

«Hablar de pedagogía y educación es hasta cierto punto inútil si antes no se trasciende como apunta Latapí: A pesar de los esfuerzos que se han hecho, aún no sabemos cómo hacer mejores seres humanos. Y a su vez este juicio es imposible de trascender sin antes responder e integrar las respuestas a dos preguntas relacionadas: ¿Qué somos en realidad los seres humanos-concretos o reales y cómo mejorar (educar) eso que todo somos? (2013).»

Si bien, estas preguntas no tienen una respuesta concreta o específica, nosotros los docentes debemos de buscar formas de reflexión que nos lleven al mejoramiento del ser humano, a no apostar por una Pedagogía Maldita que en lugar de sacar lo mejor de nosotros oscila por una dicotomía de extremos que desorienta nuestro rumbo y que obtiene resultados como los que hoy en día padecemos: sociedades administradas por la ignorancia; por la sinrazón egoísta y mediocre de lo superfluo; fundamentadas en la opresión y que apuestan siempre por la destrucción.

FIN DEL ARTÍCULO
Referencias
Forment Giralt, Eudaldo (1983). Ser y persona. Barcelona, España. Ediciones de la Universidad de Barcelona. Recuperado de: https://books.google.com.mx/books?id=eg7HC_nPoQUC&pg=PA15&lpg=PA15&dq=%E2%80%9Cpersona+est+naturae+rationalis+individua+substantia%E2%80%9D&source=bl&ots=AvGdE0MjFU&sig=Lqu6jmKZAy0fn1KZ6n5zhaaHbaw&hl=es&sa=X&ei=CsgqVb6cMoaksAXHmIGYDw&ved=0CB0Q6AEwAA#v=onepage&q=%E2%80%9Cpersona%20est%20naturae%20rationalis%20individua%20substantia%E2%80%9D&f=false
Larroyo Francisco. (1947). Historia comparada de la educación en México. México: Editorial Porrúa. Recuperado de: https://archive.org/stream/historiacomparad00larr#page/n39/mode/2up
Rugarcía Torres, Armando. (2013). El desarrollo integral de sujeto vía el método trascendental. México: Universidad Iberoamericana Puebla.
Skinner, (2012). El condicionamiento operante. Capítulo 3. Recuperado de: http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2012/Teo-Apra/3.pdf
Watson, John Broadus. (2009). Behaviorisms. USA. Transaction Publishers. Recuperado de: http://books.google.es/books?id=PhnCSSy0UWQC&printsec=frontcover&dq=john+b+watson+behaviorism&hl=en&sa=X&ei=l524UsmpNY2M7Aaz7oD4Dg&redir_esc=y#v=snippet&q=%22give%20me%20a%20dozen%20healthy%20infants%22%20john%20b%20watson%20behaviorism&f=false

Imagen tomada de: https://i.vimeocdn.com/video/460028734.jpg?mw=1920&mh=1080&q=70

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El profesor Universitario y su rol como Docente –Investigador: mitos y realidades

 Conferencia dictada en el Pre-Congreso de Investigación Universidad Nacional Experimental del Táchira 25 de Mayo de 2016

Fidias G. Arias

 INTRODUCCIÓN

Tradicionalmente, son tres las funciones de la Universidad: docencia, investigación y extensión. En consecuencia, se aspira que todo profesor universitario, durante su permanencia en la Institución, cumpla en alguna medida, con las mencionadas actividades. No obstante, el perfil del docente, y específicamente, el rol del profesor universitario ha sido objeto de diversos debates.

Autores como Hattie y Marsh (1996), Casas y Stojanovic (1998) y Carvajal (2012), manifiestan su desacuerdo respecto a la dualidad de funciones. Éstos consideran que docencia e investigación son actividades independientes. Mientras que Van Dalen y Meyer (1981), Stenhouse (1984), Villarroel (1990) y Ramírez (1995), entre otros, coinciden en la necesidad de un educador que combine las labores de enseñanza e investigación. Para Van Dalen y Meyer (1981) “El maestro no podrá desempeñar de manera satisfactoria sus servicios a menos que se familiarice con la investigación” (p.24).

Específicamente en el contexto venezolano, la legislación vigente en materia de educación universitaria hace énfasis en que “la enseñanza y la investigación, así como a orientación moral y cívica que la Universidad debe impartir a sus estudiantes, están encomendadas a los miembros del personal docente y de investigación” (Ley de Universidades, 1970, Art. 83).

Con base en lo anterior, el autor considera que el profesor universitario no debe limitarse a ser un simple transmisor de conocimientos, sino que también debería generarlos y verificarlos mediante la investigación científica. Sin embargo, han surgido una serie de mitos en torno al profesor universitario y su rol como docente-investigador por lo que la presente conferencia tiene por objetivo contrastar los mitos detectados con la realidad que presenta actualmente el sector universitario en Venezuela, en cuanto a investigación se refiere.

CRITERIOS PARA SER CONSIDERADO COMO INVESTIGADOR

A nivel internacional y nacional existen criterios coincidentes para calificar a un aspirante como investigador. Algunos de estos requisitos son: – Poseer artículos de investigación publicados en Revistas Científicas Arbitradas e Indexadas. – Coordinar o participar en proyectos de investigación institucionales. – Poseer patentes registradas (en el caso de desarrollos tecnológicos). En Venezuela, el Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (ONCTI) (2015), establece en el Reglamento del Programa de Estímulo a la Investigación e Innovación (PEII), los requisitos para aspirar a las categorías de investigador e innovador.

MITOS Y REALIDADES EN TORNO AL ROL DEL DOCENTE-INVESTIGADOR EN VENEZUELA

MITO 1: Poseer título de postgrado: maestría o doctorado, califica automáticamente al profesor universitario como investigador.

REALIDAD: Según el Artículo 15 de la Normativa General de los Estudios de Postgrado para las Universidades e Instituciones debidamente autorizadas por el Consejo Nacional de Universidades, los estudios de maestría forman metodológicamente al participante para la realización de investigaciones, no obstante, ser investigador es una condición permanente y no coyuntural. Es decir, investigar no se debe hacer únicamente para la elaboración del Trabajo de Grado. Por el contrario, la labor investigativa debe ser continua y rutinaria. En cuanto a los estudios doctorales, suponen un aporte significativo y relevante mediante la Tesis Doctoral (Artículo 28 de la normativa antes mencionada). Sin embargo, la calidad de los estudios de postgrado en Venezuela es muy heterogénea, así como la calidad de las Tesis y de los Trabajos de Grado, que en muchos casos no pueden catalogarse como verdaderos trabajos de investigación. Por otra parte, la carrera de investigador no concluye con la Tesis. Se aspira que la misma o alguna parte de ésta, sea publicada al igual que otros productos de investigación generados durante el curso de doctorado.

MITO 2: El profesor universitario cumple a cabalidad con su función como investigador.

REALIDAD: Estudios realizados demuestran que la afirmación anterior poco se cumple. Aun cuando en Venezuela no existen cifras globales acerca de la producción investigativa de los profesores universitarios, si se han realizado trabajos en contextos particulares. Uno de estos estudios es el presentado por Bonalde (2013), el cual refleja que la producción científica venezolana ha descendido de manera significativa, aproximadamente en un 38%. De 1600 artículos de investigación publicados en 2008, la cifra se redujo a 1000 en 2009, cantidad similar a la de 1997.

MITO 3: El profesor universitario no puede investigar porque no recibe los recursos para dicha actividad.

REALIDAD: Excepto aquellos trabajos de campo o de laboratorio de gran alcance, que requieren traslados, costosos equipos, reactivos y permanencia en sitios lejanos al lugar de residencia, el docente universitario puede realizar investigaciones en su entorno a un costo mínimo. Hoy día la comunidad universitaria cuenta con una serie de recursos tecnológicos que facilitan la obtención de datos e información. Prueba de ello son las numerosas publicaciones científicas arbitradas de acceso abierto que están disponibles en internet. También se pueden realizar encuestas mediante el uso del correo electrónico y otras redes sociales. Pero el principal contexto de alcance inmediato para que el docente universitario realice investigaciones, es la misma universidad y el aula de clases.

MITO 4: La participación del profesor universitario en organización de eventos científicos es una actividad de investigación.

REALIDAD: Organizar un evento científico: Congreso, Simposio, o Jornadas, no es investigar. Una cosa es presentar una ponencia producto de una investigación y otra es ocuparse de la logística de un evento. Lamentablemente, en Venezuela existen programas de postgrado e incluso, post-doctorados, que acreditan o aprueban unidades de crédito con la simple organización de un encuentro de profesores universitarios. Esta concesión poco estimula la investigación y en la mayoría de los casos, sólo sirve para la reproducción del conocimiento y no para la divulgación de nuevos saberes.

MITO 5: La publicación de ensayos y artículos de revisión bibliográfica convierten al profesor universitario en investigador.

REALIDAD: Aun cuando los sistemas para calificar a un aspirante como investigador, no distinguen los tipos de publicaciones, es necesario precisar que no todos los artículos publicados en revistas arbitradas son investigaciones en sentido estricto, es decir, trabajos de indagación originales que implican descubrimientos y aportan nuevos conocimientos (sean investigaciones de campo, documentales o experimentales). En este sentido, habría que clasificar las publicaciones de los aspirantes para verificar si realmente son productos de investigación. Insistimos en que aquellos escritos que expresan sólo reflexiones del autor, así como las revisiones de la literatura o del estado del arte en una disciplina, en sentido estricto no son investigaciones, aunque sean publicaciones que contribuyan a la divulgación de conocimientos y al debate de ideas.

REFERENCIAS

Bonalde, I. (2013). Producción científica en Venezuela. Disponible en: https://nucleocdcht.files.wordpress.com/2013/10/produccic3b3ncientc3adf ica en- venezuela -ismardo-bonalde.pdf

Casas, M. y L. Stojanovic (1998). ¿Investigador y/o Docente? Informe de Investigaciones Educativas. 12, 1-2, 47-82.

Carvajal, L. (2012). Hacia una Universidad sin mitos. Disponible en: http://www.cerpe.org.ve/tl_files/Cerpe/contenido/documentos/Actualidad %20Educativa/12%20-%20Universidad%20sin%20mitos%20- %20Carvajal.pdf

Hattie, J. & Marsh, H. (1996). The relationship between research and teaching: a metaanalysis. Review of Educational Research, 66, 507-542.

Ley de Universidades (1970). Gaceta Oficial No. 1429, Extraordinario, del 8 de septiembre de 1970. Normativa General de los Estudios de Postgrado para las Universidades e Instituciones debidamente autorizadas por el Consejo Nacional de Universidades. Gaceta Oficial n° 37.328 del 20 de noviembre de 2001.

ONCTI (2015). Reglamento del Programa de Estímulo a la Investigación e Innovación (PEII).

Ramírez, T. (1995). El rol del docente-investigador en Venezuela ¿Mito o realidad? Caracas: Instituto Pedagógico de Caracas.

Stenhouse,L. (1996). La investigación como base de la enseñanza. Madrid: Morata. Van Dalen, D. y Meyer, W. (1981). Manual de técnica de la investigación educacional. Barcelona: Paidós.

Villarroel, C. (1990). La universidad y su productividad académica. Caracas: Dolvia.

Artículo enviado por su autor a la redación de OVE

Fuente de la imagen: http://4.bp.blogspot.com/_VTg1cmccpv8/S3JA2xeon_I/AAAAAAAAADc/aiTxuDtsVbA/s1600/protocoloinvestigacion011.jpg

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¿Tecnología y mujer no pueden ir unidas? Mujeres programadoras

Por Violeta Narváez

La primera computadora se creó en 1946 y fue bautizada ENIAC, por sus siglas en inglés. Era un aparato gigante, de alrededor de 167 metros cuadrados. Su objetivo era calcular la trayectoria balística de las armas de fuego nuevas en la Segunda Guerra Mundial.

Para la construcción de la ENIAC, el gobierno de los EEEUU contrató a los ingenieros John Presper Eckert y John William Mauchly, los encargados de unir las piezas de la primera computadora. Sin embargo, quien escribió esta historia olvidó mencionar al grupo de seis mujeres matemáticas que tuvieron como tarea pensar y escribir los programas de cálculo de trayectoria balística que debía hacer la ENIAC.Ingenieros John Presper Eckert y John William Mauchly

Betty Jean Jennings Bartik, Kathleen McNulty Antonelli, Ruth Lichterman Teitelbaum, Frances Bilas Spence, Marlyn Wescoff Meltzer y Betty Snyder Holberton fueron las seis mujeres encargadas de la elaboración del software de la ENIAC y de su programación que consistía en conectar y desconectar alrededor de 6000 cables. La computadora hacía los cálculos de trayectoria en 10 segundos, pero para esto tomaba uno o dos días de configuración con un nuevo grupo de problemas a resolver.

Es importante tener en cuenta cómo se hacían los cálculos de trayectoria balística antes de la creación de la ENIC: Ochenta mujeres matemáticas trabajaban en la Universidad de Pensilvania, resolviendo a mano las ecuaciones diferenciales.

Justamente, de estas ochenta mujeres, fueron seleccionadas las seis que adaptarían el trabajo manual a la gran computadora. Ellas sin manuales de programación, contando solo con la documentación del cableado programaron en el sistema binario. Una limitante para su trabajo era que “por motivos de seguridad militar” tenían prohibido el acceso a la ENIAC hasta el momento de la programación física.

Estas mujeres hicieron la programación sencilla y accesible. Su trabajo contribuyó a la evolución de la programación entre las décadas del cuarenta y el cincuenta. Crearon el primer set de rutinas, las primeras aplicaciones de software y las primeras clases de programación.

Como retribución a su trabajo obtuvieron poco. Cuando en 1946 la Armada hizo pública la existencia de la ENIAC y el funcionamiento perfecto de su software, las seis mujeres no fueron mencionadas.

eniac 2Pero esto no quedó ahí. Cuando salieron las primeras fotos de las programadoras junto a la ENIAC la prensa las registró como modelos que posaban para “embellecer” el producto.

A mediados de la década de los ochenta la investigadora Kathy Kleiman rescató la historia de las seis programadoras.

Posteriormente, en 1997 fue reconocido su aporte a la tecnología informática con la inclusión de sus nombres en el Salón de la Fama de Mujeres en la Tecnología Internacional.

En 2014 el Grupo de Programadores ENIAC hizo un documental en homenaje al aporte de estas mujeres.

En la actualidad se identifica la programación como un trabajo de hombres. Incluso en algunas universidades los profesores dicen que las mujeres no son buenas para desempeñar este oficio. Pero la realidad nos permite preguntar ¿Qué sería de la programación sin el aporte de las mujeres?

Fuente: https://mujerfariana.org/index.php/vision/voces-farianas/574-%C2%BFtecnolog%C3%ADa-y-mujer-no-pueden-ir-unidas-mujeres-programadoras.html

Imagen libre tomada de: https://i.ytimg.com/vi/me8i1Dkpd7A/hqdefault.jpg

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El dilema de hoy: educar para rankings o aprender por proyectos

La personalización y la atención a la diversidad son más operativas educando por proyectos y flexibilizando el tiempo y los espacios, generando aprendizajes valiosos y un rendimiento auténtico que capacita y potencia a todos

Bajan los estudiantes de religión en todas las etapas salvo en Bachillerato

Publicado por RedesIB / 29 de Mayo de 2016

En el escenario educativo actual no predomina un único modelo pedagógico sino más bien una paleta de colores ( Basil Bernstein) o un mosaico móvil ( Andy Hargreaves) de prácticas y proyectos educativos. Y detrás de los proyectos, encontramos también identidades docentes en mosaico con colores definidos y otros difuminados, más o menos brillantes. No todo es ni blanco ni negro. Predomina un pluralismo pedagógico constituido por mestizajes que combinan aspectos tan tradicionales como innovadores en mixturas flotantes y variables.

Por ejemplo, en un instituto de secundaria cualquiera podemos encontrar mezclados el enfoque por competencias, los exámenes como principal forma de evaluación, el aprendizaje por proyectos o el agrupamiento por niveles de rendimiento (streaming). Todo a la vez y justificado con un discurso de escuela competitiva pero inclusiva, democrática pero profesional y otras dualidades desconcertantes. Las formas y estrategias tradicionales se combinan con nuevos enfoques más modernos en una pugna donde lo antiguo no acaba de morir (más bien queda reforzado) y lo nuevo no acaba de nacer, como diría Antonio Gramsci.

Un ejemplo de tradicionalismo elevado a la potencia de ser política ministerial es el anuncio de Wert de los tests faraónicos de 350 ítems en las reválidas de ESO y bachillerato. Encima, los resultados de las reválidas servirán para elaborar y hacer públicos rankings de escuela. Es la opción neoliberal para facilitar la libre elección de escuela entre las familias para que sean ellas quienes reactiven la demanda: es decir, para forzar a los centros a diferenciarse y competir entre sí para ofrecer diversity de proyectos donde poder elegir. La propuesta de Wert incluye la ponderación de las escuelas en los rankings según el contexto y los factores socioeconómicos. Sin embargo, en un país como España, con una gran brecha entre red pública y concertada, el efecto ranking puede ser el tsunami definitivo para destrozar la igualdad de oportunidades tal como la hemos conocido hasta ahora. Hace un tiempo sinteticé y documenté los efectos negativos y perversos de los rankings de escuelas entre los países anglosajones:

1. En lugar de multiplicar la diversidad de proyectos de centros donde poder elegir, se refuerza un modelo único de escuela muy académica, sujeta a la presión por los resultados.

2. Se impone el teach to the test que implica reforzar la didáctica más tradicional y la obsesión por la disciplina de un alumnado sometido a comprobaciones continuadas de sus estándares.

3. Hace desaparecer la innovación pedagógica, la cooperación entre maestros y escuelas y la participación de las familias, empobreciendo y aislando al profesorado en una rutina competitiva.

4. Diluye la libertad real de elección entre los padres que se transmuta en libertad de selección del alumnado por parte de las escuelas con alta demanda (incumpliendo la promesa de la libre elección para todos).

5. Las escuelas con exclusión selectiva de alumnado siempre salen mejor en los rankings, no por la calidad de su proyecto, sino por ser selectivas. Amplía la segregación y la discriminación por origen social, étnico o por discapacitados, excluyendo de forma escalonada a los alumnos que no pueden garantizar altos resultados para los centros o que los harían disminuir.

6. Se dualiza el sistema educativo entre una red de máximos (escuelas que funcionan y se les otorga plena autonomía) y una red de mínimos (escuelas fallidas sometidas a controles de mejora que en caso de no funcionar implica el despido del profesorado).

Los rankings de escuela acaban por reclasificar el alumnado en un sistema educativo que queda descohesionado en forma de pirámide fragmentada, ofreciendo escuelas independientes y segregadas por cada estrato social. El efecto resultante ha sido que los jóvenes millennials o los «hijos de la Tatcher», es decir la generación británica educada en el sistema de rankings, es mucho más individualista, posesiva y menos colectivista que ningún otro generación británica moderna. Educar para los rankings es una opción que se ajusta bien con la cultura anglosajona que valora el individualismo competitivo y el darwinismo social como fundamentos del talento, del éxito y de la excelencia. Este ha sido su triunfo cultural e ideológico que Wert y los que piensan como él sin ser del PP, quieren introducir aquí.

Educar para hacer rankings es la opción neoliberal y tecnocrática que todos estos años han rechazado el resto de países europeos con la única excepción de la España del PP. Es un sistema que sólo funciona en los países anglosajones y no en la Europa continental, tal y como ponía de manifiesto el macro-proyecto de investigación REGULEDEC. Ni los gobiernos liberal-conservadores de Finlandia, Holanda o Alemania ni de ningún otro país europeo se ha embarcado en una operación de tal calibre. Más que una opción de mercado es una opción cultural-ideológica rechazada por los neoliberales no anglosajones.

Frente a la opción de educar por los rankings, poco a poco, la comunidad educativa va en una dirección contraria, expandiendo el aprendizaje por proyectos. Este es un movimiento alternativo que, en Catalunya, viene impulsado por escuelas e institutos, entre otros, creados en la época del segundo gobierno tripartito (2006-2010). Centros nuevos con equipos nuevos en edificios nuevos o en barracones que han nacido con un proyecto diferenciado y rompedor. Son centros que han globalizado todo o gran parte del currículo, diluyendo las asignaturas y pasando a trabajar en base a proyectos. Algunos, incluso, no tienen departamentos y el profesorado siente que forma parte más de un proyecto intelectual y conceptual que de un área disciplinar determinada.

En el actual escenario, el dilema de hoy parece dirimirse entre educar para rankings o educar por proyectos. La primera opción ( teach to the test) es el ejemplo paradigmático de las pedagogías visibles del modelo taylorista de escuela donde se prioriza la productividad académica de niños y adolescentes por encima de su desarrollo integral como personas. La productividad y erudición académica eran valiosas en la sociedad industrial donde se impuso el taylorismo como modelo organizativo y de control de los rendimientos, los saberes y los horarios. El taylorismo, a la vez, requería que la escuela separara el alumnado orientado a la cultura culta (superior) y aquellos orientados a la cultura manual (inferior) con una división del conocimiento por disciplinas aisladas entre sí. Se han aislado tanto que el trivium y el quadrivium medieval ahora parecen una unidad globalizada y de propósito.

Hoy, el único espacio institucional donde funciona el taylorismo en su forma pura es la escuela. Bajo mosaicos y paletas de color mestizas pero sin haber variado el formato burocrático y la división por asignaturas. Un formato donde la figura central es el profesor (la instrucción), no el alumnado ni su diversidad (el aprendizaje). Una forma de superar y romper el modelo taylorista tan extendido es la segunda opción, la educación en base a proyectos que tanto eco empieza a tener a partir del cambio disruptivo adoptado por los jesuitas en el proyecto Horizonte 2020.

El patrimonio cultural, artístico, histórico y científico que marca el currículo oficial se puede adquirir por múltiples vías, canales y estrategias. Aprenderlo y descubrirlo en base a proyectos transdisciplinares conecta mejor con los adolescentes millennials de hoy. Cada proyecto implica tareas desafiantes que permiten cooperar, competir, equivocarse, tomar decisiones, descubrir, madurar y profundizar. Permite adquirir las competencias clave y duraderas del famoso aprender a aprender que el modelo taylorista es incapaz de hacer universal y real. Ya sea una escuela pública o concertada.

La educación por proyectos es la respuesta en forma de pedagogías invisibles que transforma el modelo tradicional porque tiene en cuenta y parte de los grandes cambios sociales externos a la escuela. Excelencia, equidad e innovación educativa ya no son realidades yuxtapuestas sino perfectamente alcanzables al mismo tiempo, tal y como Finlandia y otros países ponen de relieve. La educación por proyectos permite resultados equitativos, mejora el clima y la motivación de los alumnos y crea una nueva forma de excelencia no basada en la erudición sino en la asertividad. Por eso es ideal para una etapa como la ESO donde más que eruditos necesitamos hacer madurar nuestros alumnos. Las inteligencias múltiples, las competencias-clave, el aprendizaje sobre los errores o el trabajo en equipo afloran y se potencian con la educación por proyectos. Negarlas, evitarlas o minimizarlas es negar la base cultural mínima y funcional que requiere el alumnado de la ESO.

La personalización y la atención a la diversidad son más operativas educando por proyectos y flexibilizando el tiempo y los espacios. Generando aprendizajes valiosos y un rendimiento auténtico que capacita y potencia a todo el alumnado. Sin que nadie quede atrás y sin «bajar» el nivel de los más aptos. No se trata de hacer competir en erudición sino de potencialitzar los óptimos de cada uno. Haciendo que todos se equipen con las competencias-clave y garantizando por todos un desarrollo integral como personas asertivas y protagonistas del nuevo milenio. Educar para rankings o educar por proyectos es un dilema que todavía no es objeto de debate. Pero nos conviene plantearlo si queremos tener claro qué modelo de ESO queremos priorizar como sociedad y como democracia. Hagámoslo.

Fuente: http://redesib.formacionib.org/blog/el-dilema-de-hoy-educar-para-rankings-o-aprender-por-proyectos

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Poética de la educación

http://michoacantrespuntocero.com/poetica-de-la-educacion/

Por: Rosario Herrera / 31 mayo, 2016

Mal se recompensa con agradecimiento a un maestro
cuando se sigue siendo siempre un discípulo.
Y ¿por qué no queréis hacer trizas mi corona?
Me veneráis: pero ¿y si vuestra veneración
se derrumbara un día?
Cuidad que os mate una estatua
[…] Ahora os mando que me perdáis
y que os encontréis a vosotros mismos;
y tan sólo cuando todos hayáis renegado de mí,
retornaré a vosotros.
Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra.

Una poética de la educación debe rescatar la síntesis griega originaria entre la poética y la educación, a través de una ética del deseo para la experiencia educativa, con el fin de impulsar la creación y la innovación del conocimiento, la cultura y la vida misma, promoviendo y ejerciendo la democracia, en función de la autonomía del conocimiento, la crítica, la verdad, la creatividad y la invención. Una reflexión en la que primordialmente me acompañan Eugenio Trías (El artista y la ciudad, Anagrama, 1976) y Jacques Lacan (La ética del psicoanálisis, Paidós, 1988).

Para ello, les propongo promover el neologismo (po)ética, que por un lado permite un fundamento ético de la creación y la invención en la educación, a fin de poder superar la razón instrumental técnica de la modernidad, que redujo la tekne griega (“saber hacer”) a la repetición y la producción: “hacer como”. Todo ello, para restaurar la síntesis originaria entre la poíesis griega y la tekne, como un “saber hacer” siempre renovado, que se despliega en la ciudad como amor civil y como obra de arte.

Poíesis, en el diálogo socrático El Banquete, o del amor de Platón, según la maestra de Sócrates, Diótima de Mantinea, designa “la causa que hace que lo que no es, sea”, y que refiere a la dimensión más vasta de la creación, la producción y la invención, como producto del diálogo democrático impulsado por la mayéutica, método dialógico propio de la paideia. Así, poética y paideia constituyen un diálogo poético, una síntesis trascendente que aspira a elevarse a la verdad, el bien, la justicia y la belleza de la polis (ciudad), por lo que se encuentran en el más alto peldaño de la cultura griega. Una poética de la educación en la que la poíesis se desplegaba en la tragedia griega, la versión más autorizada del mito (una guía clave para la vida). Pero, recordemos que, ya en la República (Politeia) comienza la expulsión de los poetas de la polis porque no comparten un lógos común. Una (mal)dición de los poetas que llega hasta la modernidad técnica, en la que se mueren de hambre, y hasta nuestros días, por no producir mercancías útiles, que contribuyan con el progreso (la sagrada categoría de la modernidad).

En oposición a esta síntesis griega entre la poíesis y la paideia, la educación, a la sombra de la modernidad técnica dicta: los estudiantes deben cultivar un tipo de auto-conocimiento (aprender a aprender, teniendo como principal o única fuente la Internet), y con la consigna de alcanzar la perfección (la excelencia académica y la certificación). Una persecución de la perfección que aspira a saber todo, menos sobre sí mismos y su propio deseo, que evade el azar, la finitud humana y la condición humana trágica: la muerte.

El neoliberalismo, heredero del imperialismo, que hace de la educación una empresa y un mercado, para integrarla en lo que el filósofo español Eugenio Trías llama el “Casino Global”, agrava la tendencia infantil de la competencia y la rivalidad para “ser el mejor”. Un proyecto global que imagina un hombre abstracto, sin la guía clásica de la poíesis, que Aristóteles concibe como lo verosímil (eikós), que no es lo verdadero ni lo falso, sino lo posible…y hasta lo imposible.

No es suficiente aprender, es necesario desarrollar habilidades mega-cognitivas. Hay que conocerse a sí mismo como aprendiz, en lugar de saber qué se desea, antes de que sepamos cualquier cosa. Así, los estudiantes son alentados a examinar las habilidades y competencias que son claves para sus estudios, para vender su fuerza de trabajo a los empleadores potenciales (Karl Marx).

El énfasis en estas habilidades desplaza principalmente el saber del propio deseo, después la cultura clásica, la literatura, la tragedia y la poética, para proponerse como un sistema cerrado, donde todo se supone que puede ser calificado con patrones de calidad, como si se tratara de un proceso de producción empresarial (la escuela y la universidad fábricas)

La poiesis —según Martin Heidegger— en su origen compartía su sentido con la tekhne, un “saber hacer” y no “un hacer como” (reproducción técnica). Mientras el saber hacer es poético y creativo, el hacer como es técnico y reproductivo. El saber hacer debe ser permanentemente renovado, para que no degenere en técnica, en un hacer como los padres, los maestros, los libros o los amos del mundo. Para no caer en la tentación actual de “hacer como los chinos”, para salir de nuestro subdesarrollo y tercermundismo. Menos ahora, que se empieza a saber de qué “hacer como” se trata: la explotación inicua e infrahumana, el tráfico humano y la cosificación de los trabajadores.

Una poética de la educación basada en la poíesis es un saber hacer, una creatividad, que sólo se impulsa a través del deseo, el “querer hacer”, y no el “deber hacer” (según los padres, los maestros, la escuela, la iglesia o el Estado, la “disque reforma educativa”, como dice Rius).

Claro que hablar de una ética del deseo es un pleonasmo, una tautología, pues no hay más ética que del deseo, como querer ser, mientras la moral se ocupa del deber ser social. La moral es neurótica; la ética es erótica. Pero el deseo, debido a los fines de la educación, que auxilia a la cultura en su tarea legisladora de la conducta social, es siempre reprimido, desmentido y hasta expulsado de la empresa educativa. El deseo es un estorbo para el proyecto conductor, normalizador o adaptador de la educación, pues puede ser opuesto al papel regulador de la cultura. Qué desean los educandos es algo que por razones programáticas debe ser anulado, pues lo único que importa es la programación de lo que supuestamente “se debe saber hacer”.

En la enseñanza de Jacques Lacan, el discurso de la Universidad, que es también el discurso de la escuela y de la educación, es heredero del discurso del amo y de la iglesia, que desde el filósofo alemán Georg Hegel, sabemos que quiere el bienestar del esclavo; un bienestar que reprime el deseo, y que por lo mismo lo hace retornar en forma de síntomas de la educación: anorexia mental, rebeldía contra el saber, inhibiciones escolares, deserción escolar, culpa ante el saber, trasgresión de los dictados del maestro, etc.

Pero los problemas éticos, aunque no son tomados en cuenta, están siempre presentes en la educación, tanto para el educando como para el educador. Porque no hay más culpa que la de haber traicionado el propio deseo, por un ideal educativo, un deseo institucional o político, los deseos de los padres y los maestros, o “lo que la sociedad y el Estado esperan de cada ciudadano”. Por parte del profesor el problema consiste en cómo, a partir de cualquier tarea, puede lograr que el educando descubra su deseo y actúe éticamente en consecuencia. Para lo cual el docente no debe desear nada por y en lugar del educando, sólo que el educando logre expresar su deseo; el educador debe renunciar a la tentadora empresa narcisista de que los estudiantes sean como él, a fin de que surja en los educandos un deseo de verdad y de la verdad, para que tengan la libertad de ser como cada uno de ellos desea ser y no un lastimoso clon del maestro o el “orden social”.

Sólo una educación poética puede convertirse en una crítica radical a la educación tradicional, donde el único que habla es el maestro, pues todavía administra una mentalidad sumisa, acrítica y antidemocrática, que se identifica con el deseo del amo, donde quiere que se encuentre.

Una poética de la educación, al oponerse a todo proyecto de dominio que anula el deseo de los educandos y de los educadores, permitiría que se geste una (po)ética, una ética que abre una dimensión estética, un deseo creativo, para que surjan nuevos saberes más allá del programa y de la reproductibilidad técnica moderna, para que se desplieguen creativamente en la ciudad, como obra de arte.

Fuente: http://michoacantrespuntocero.com/poetica-de-la-educacion/

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Del Neoliberalismo Rampante a una Educación Emancipadora

Por: Pablo Imen

En la columna anterior describimos algunos de los rasgos fundamentales del proyecto político-educativo definido como neoliberal-conservador cuyas orientaciones propiciaban la privatización educativa, la implantación de una lógica y unos dispositivos tecnocráticos, todo ello bajo un acendrado autoritarismo legitimado en la infalibilidad del saber experto.

En Nuestra América Chile ha sido la expresión más acabada de ese modelo de mercado, y las sucesivas movilizaciones populares que cuestionaron dicho proyecto cuajó en 2013 con la derrota clara de la derecha. Otros países como Colombia o México están siendo

Con el triunfo de Hugo Chávez Frías en 1998 la América Morena retomó el proyecto pendiente de Patria Grande y hoy, dieciséis años más tarde, el escenario se presenta radicalmente distinto al de los primeros días de gobierno del gran líder bolivariano.

No es que, desde ya, haya finalizado el proceso de integración continental – aunque se dieron pasos inéditos – , ni siquiera podemos afirmar que el proyecto ha llegado a un punto de no retorno. Podemos afirmar que los pasos dados en los últimos años nos permitieron instalar gobiernos que, parecidos como nunca a sus pueblos, no han cesado en explorar e inventar nuevos procesos de encuentro y construcción nuestroamericana.

En el plano de la educación, se han desplegado una serie de iniciativas, de políticas y de ensayos que permitieron superar algunos de los desafíos planteados para el campo pedagógico.

En estos años, muchos de nuestros países han implementado fuertes inversiones del Estado que apuntaron –y lograron- expandir el acceso a la educación, incorporando a amplios sectores sociales históricamente excluidos de los sistemas educativos formales. Uno de los casos más notables es la Venezuela bolivariana, que en pocos años terminó con el analfabetismo y amplió la base de ingreso a todos los niveles del sistema educativo. En 2005 fue declarado por UNESCO territorio libre de analfabetismo. En el otro vértice del sistema educativo, pasó de una matrícula universitaria de 800.000 estudiantes en 1998 a 2.600.000 en la actualidad. Agreguemos: hoy Venezuela tiene la quinta matrícula mundial de estudiantes de ese nivel educativo y el segundo de América Latina.

En Argentina también se registraron notables avances en la expansión de los niveles medio y superior. Por su historia, este país tenía un sistema educativo generalizado en su base pero se iba achatando en los niveles secundario y terciario. En estos años la Legislación establece la secundaria obligatoria y se ha avanzado notablemente en el ingreso de adolescentes y jóvenes a este nivel, alcanzando al 80% de los destinatarios dentro del nivel. Bien es cierto que hay obstáculos estructurales o culturales – como la matriz históricamente excluyente del nivel, sus rasgos autoritarios y tecnocráticos- que dificultan la continuidad y finalización de los estudios de jóvenes que son primera generación de estudiantes secundarios. En el nivel inicial la Cámara de Diputados dio media sanción a una ley que extiende  la obligatoriedad escolar de la sala de cuatro años. En paralelo, se aprobó el presupuesto para la infraestructura edilicia que viabilice esta nueva extensión del derecho a la educación.

Estos dos ejemplos podrían también advertirse en otros países cuyos gobiernos han hecho de la educación una prioridad concreta como un canal de democratización de la vida social, tras décadas de neoliberalismo y siglos de colonialismo. Los ejemplos de Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador son expresiones de estos nuevos procesos que se proponen superar estas herencias de sometimiento y expoliación.

Pero si una de las materias pendientes ha sido la democratización del acceso a la educación (cosa que, como vimos, está en camino de efectiva realización), otros desafíos pasan por la construcción de un proyecto pedagógico propio que constituya una alternativa a las visiones liberal o neoliberal que hegemonizan el campo de la educación. Cuando hablamos de pedagogía propia presuponemos algunos rasgos que han caracterizado a nuestras mejores expresiones: logro de la soberanía cognitiva y de la comprensión; desarrollo de todos los aspectos de la personalidad; pertinencia cultural, social y territorial; formación para el trabajo liberador y de ciudadanos gobernantes; superación de la fragmentación del saber y de la  división entre el trabajo manual y el intelectual; la alegría, la participación, la crítica y la solidaridad como valores fundantes del acto pedagógico; la desenajenación (tanto de educadores como de educandos) y la vinculación de la educación con el proyecto social y político más amplio.

En tal sentido, se han venido desarrollando distintas iniciativas en esta dirección. Venezuela, a través de las Misiones Educativas y de la concreción – parcial pero muy potente- del Sistema Educativo Bolivariano avanzó tanto en el cuestionamiento al viejo orden educativo como en la gradual creación de nuevas propuestas de transformación de la educación realmente existente[1].

La vinculación de la educación con la vida se expresó en múltiples líneas desplegadas en los primeros quince años de Revolución. Se reformuló la vinculación de la escuela con la comunidad; se reformularon los modos de construcción del currículum, se reconfiguró el proceso de trabajo docente; se revisaron los modos de planificar, los tipos de prácticas pedagógicas (así como los supuestos en que se sostienen y los fines en que se fundan), los modos de evaluación (y sus sentidos). Esta búsqueda ha permitido ir vislumbrando una nueva educación (que desarrollaremos en una próxima columna) que está germinando.

Resulta bien interesante el hecho de que estos ensayos reconocen múltiples antecedentes- comenzando por Simón Rodríguez, siguiendo por Luis Beltrán Prieto Figueroa y el Movimiento Pedagógico de Lara y Aragua- así como valora los aportes que en las propias instituciones escolares van produciendo comunidades – territoriales y educativas- .

En Argentina, por otro lado, van emergiendo – también enriquecidas por tradiciones sustantivamente democráticas y libertarias- ensayos pedagógicos y se resalta con mucha fuerza la enseñanza en la memoria del genocidio y de las luchas por verdad y justicia, contra la impunidad.

En Bolivia emerge la escuela socio-productiva comunitaria, generándose una notable construcción pedagógica contextualizada, culturalmente pertinente, descolonizadora, libertaria y desenajenante.

Finalmente, también hay novedades sustantivas en los ámbitos de gobierno de la educación, produciéndose formas novedosas que trasvasan los principios de la democracia protagónica y participativa desde el Ministerio al aula.

En cada país de nuestro continente- con apoyo del Estado, bajo su indiferencia e incluso frente a abiertos actos de hostilidad- florecen aquí y allá expresiones de esa nueva pedagogía necesaria para las actuales condiciones de la región.

En la etapa que se abre resulta fundamental avanzar en la sistematización de las prácticas; el rescate crítico de las herencias y acervos de las pedagogías democráticas del pasado; la construcción de un discurso que denuncie el viejo régimen pedagógico y anuncie los cambios en curso, habilitando nuevas comunicaciones que libren la batalla por el sentido de lo pedagógico. Será preciso, también, agudizar los mecanismos organizativos de colectivos docentes y educativos de nuestro continente de manera de coordinar los esfuerzos para parir esa educación emancipadora en que estamos empeñados.

Los Estados, al menos aquellos gobernados por las fuerzas políticas y sociales populares, democráticas, de creciente justicia, deben impulsar nuevos modos de construcción de la política pública.

Dicha política supone, por un lado, asegurar los fondos necesarios para construir el proyecto político-educativo emancipador que confluya al cambio de nuestras sociedades. Debe, también, estimular un papel protagónico de los colectivos docentes y las comunidades escolares y territoriales. Y en este camino administrar la transición entre lo viejo y lo nuevo; lograr el equilibrio entre las particularidades de cada región y la construcción de un proyecto que será necesariamente nacional , y nuestroamericano.

¿Cómo será la integración regional, más allá de las intenciones que expresaron nuestros gobiernos y pueblos? Hemos avanzado en ese camino pero queda mucho por explorar. ¿Cómo será la integración educativa?¿Cómo encontrarnos y elaborar un proyecto diverso y liberador que supere las tristes propuestas tecnocráticas y privatizadoras que gozan de hegemonía, todavía, en la mayor parte del planeta?

Los desafíos son ingentes, pero, hoy como casi nunca antes, hay voluntad, hay fuerzas, hay condiciones para parir esa educación que contribuya a la soberanía de nuestras Patrias y a la  felicidad de nuestros Pueblos.

[1] Ver “Una Pedagogía Emancipadora para Nuestra América” y “La perspectiva neoliberal conservadora” en esta misma página.

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