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Cuba y el pragmatismo socialista.

JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ AZNAR.

…la gestión de gobierno debe dejar de lado

los prejuicios del dogmatismo ideológico

El 01-01-1959 se inicia la Revolución Cubana con el triunfo de la lucha guerrillera contra la corrupta dictadura militar de Fulgencio Batista. Al comienzo contó con la admiración de todo el mundo. Las fotografías de Fidel Castro, su máximo líder, y del Che Guevara se exhibían en muchos países. Apenas dos años después, la revolución asumió el marxismo leninismo como ideología de Estado, con el Partido Comunista Cubano como único partido legal, eliminando cualquier intento de oposición contrarrevolucionaria.

Estados Unidos en 1960 estableció un embargo y bloqueo económico pretendiendo debilitar al gobierno cubano, lo cual castigó severamente al pueblo cubano y dificultó el desenvolvimiento económico del país. La antigua Unión Soviética subsidió buena parte de la economía cubana durante casi treinta años.
En 1989 se desintegró el sistema comunista en la Unión Soviética, con lo que Cuba sufrió una profunda crisis. Perdió el 85% del mercado exterior. En tres años el Producto Interno Bruto decayó un 35%. Se estableció un férreo control de alimentos con libretas de racionamiento para regular las cantidades que las familias podían adquirir. Los presupuestos nacionales cubanos bajaron a cantidades irrisorias en comparación a las necesidades de la población.

El presidente Chávez, quien idolatraba a Fidel Castro, sustituyó a la Unión Soviética en programas de ayuda al régimen cubano, con inversiones, subsidios y donaciones en condiciones altamente favorables para Cuba que, al principio, le permitieron sobrevivir la crisis y, posteriormente, favorecieron su resurgimiento económico.

En febrero de 2008 Fidel Castro renunció definitivamente a la presidencia de Cuba y su hermano Raúl fue designado nuevo presidente del país, quien ha venido introduciendo cambios en el sistema económico, aunque todavía en forma moderada. Entre las decisiones significativas cabe destacar la “privatización” de 500.000 trabajadores que estaban en las nóminas del Estado y ahora se dedican a actividades económicas y de servicios; la reforma del régimen cambiario para atraer inversión extranjera y permitir la repatriación de dividendos; la constitución de empresas mixtas con capital estatal y privado nacional o extranjero; la renegociación de la deuda externa con Rusia y México y avances en las negociaciones con los países acreedores del Club de París, así como de acuerdos de inversión y cooperación con la Unión Europea.

Hace pocas semanas el presidente Barack Obama visitó Cuba, siendo recibido con euforia por la población. Después de 54 años, termina el bloqueo económico y se inicia una nueva etapa de inversiones y cooperación entre Estados Unidos y Cuba; se abren embajadas en ambos países; se restablece el intercambio comercial y se aprueban 120 vuelos diarios entre Cuba y EEUU, por solo mencionar algunos aspectos altamente favorables para ambos países.

Los datos oficiales sobre la economía cubana del año 2015 indican que ingresaron 3.500.000 turistas; el 60% de la producción agrícola está a cargo del sector privado o de cooperativas; el desempleo fue de 4%; la tasa de inflación del 6% y el Producto Interno Bruto creció 4%. No hay duda que con la progresiva liberalización del sistema económico y el restablecimiento de relaciones con EEUU, traerán enormes beneficios al pueblo cubano.

Se demuestra que la gestión de gobierno debe dejar de lado los prejuicios del dogmatismo ideológico para dar paso al pragmatismo en beneficio de toda la población, tal como ha hecho China desde hace décadas y ahora Cuba. Un socialismo moderno debe apoyar a la inversión privada en vez de reprimirla, por ser generadora de empleo y de producción.

josevicenterodriguez.aznar@gmail.com

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Aurelio Nuño Productions

Luis Hernández Navarro
El profesor Octavio Estrada Martínez se hizo famoso el pasado 17 de mayo. Maestro en la escuela primaria Leona Vicario de la ciudad de Oaxaca, fue el único docente en negarse a suspender labores en su plantel. Su fotografía, impartiendo clases en la calle, fue reproducida en primera plana de cinco diarios nacionales.

Esa noche, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, conversó por videollamada con el profesor Estrada. El funcionario le transmitió las felicitaciones del Presidente de la República, por su valor, civismo y compromiso con la educación.

Sin regatear elogios, Nuño Mayer dijo a don Octavio que él era un modelo de lo que se quiere en la educación para los niños, y agradeció su actitud de valentía. Es usted –añadió– un ejemplo de lucha, un símbolo que ha conmovido a la sociedad. Y, ya encarrerado, lo invitó a que lo visitara en sus oficinas para conversar sobre sus 30 años de servicio.

En su afán por inventar un héroe que defienda la reforma educativa, el secretario pasó por alto algunos pequeños detalles de la trayectoria profesional del maestro Estrada Martínez. Por ejemplo, que no está titulado, no cuenta con cédula profesional, ni domina metodología de enseñanza alguna.

También ignoró algunas sorpresas del historial laboral del prócer. Entre otros, que de los 30 años que tiene en el servicio, sólo estuvo frente a grupo 15. El resto del tiempo se desempeñó como auxiliar técnico, con frecuencia supervisando personal de intendencia. Y es que el profesor Estrada fue corrido de varias escuelas en las que trabajó por sus constantes inasistencias. Su grave problema de alcoholismo le acarreó frecuentes conflictos con los padres de familia de varios centros escolares de la zona 07 de Ocotlán y de la 98 de la colonia Maestros. Incluso fue acusado de utilizar indebidamente el dinero de los libros de un taller de la zona 98.

Hacer de un maestro no recibido, con problemas de alcoholismo, faltista, sin credenciales profesionales y traidor a sus compañeros unejemplo educativo no es un hecho casual, sino parte de la estrategia mediática para desacreditar el paro magisterial. Los grandes montajes propagandísticos en los medios de comunicación estilo Genaro García Luna han sido el sello de la gestión de Aurelio Nuño desde que llegó a la SEP.

Esos montajes son fabricados como si se tratara de una campaña electoral de contraste. Y son protegidos por la fuerza del Estado. Cuando un joven universitario fotografió a un grupo de elementos de la Gendarmería Nacional que sirven de escoltas a Octavio Estrada, fue encañonado y amenazado con dispararle por uno de gendarmes (véase la grabación de los hechos en el portal Oaxaca Informada).

La invención de don Octavio como héroe tuvo, sin embargo, un efecto bumerán, pues puso en entredicho las cifras sobre la extensión del paro dadas por el secretario de Educación. En un tuit del 20 de mayo, Nuño Mayer informó que en Oaxaca abrieron 99.5 por ciento de las escuelas, en Guerrero todas, en Michoacán 97.2 por ciento y en Chiapas 96.8 por ciento. El absurdo es evidente. De ser ciertos esos porcentajes ¿por qué cinco periódicos nacionales se interesaron en publicar en su primera plana un hecho tan intrascendente? ¿Por qué destacar que un docente dio clases cuando –según el secretario– la abrumadora mayoría lo hizo?

El sinsentido de la situación tiene una explicación sencilla. Las cifras de Aurelio Nuño son falsas. Son propaganda para desacreditar el paro magisterial ante la opinión pública, presentarse como vencedor de la disidencia magisterial y candidato a la Presidencia. Son mentiras similares a las que ya usó al informar sobre la evaluación al desempeño docente (http://goo.gl/FSPb3Y,http://goo.gl/IxNhLO yhttp://goo.gl/VsNI1F).

Múltiples evidencias desnudan el embuste oficial. La suspensión de labores en Chiapas, Oaxaca y Michoacán es casi total, en Guerrero está muy extendida (sobre todo en la región de la Montaña), y en otras entidades es desigual. Sin exagerar, Chiapas está al borde de una sublevación. El fracaso de la segunda ronda de exámenes en Michoacán fue tal que la secretaria de Educación de la entidad, Silvia Figueroa Zamudio, consideró que se debe buscar una tercera oportunidad para que los maestros que no realizaron la evaluación docente la puedan llevar a cabo.

Que las autoridades hayan tenido que desalojar por la fuerza a los profesores democráticos de sus campamentos en la Ciudad de México en dos ocasiones, y trasladarlos contra su voluntad a sus estados, es evidencia de que las cosas no marchan como el secretario de Educación dice. ¿Por qué violentar el derecho de libre tránsito, de manifestación y de expresión, tal como lo hizo la Policía Federal protegida por la oscuridad de la noche, si todo está bajo control y los mentores están derrotados?

Las detenciones de maestros, los despidos, los de­salojos de plantones que no obstruyen vías de comunicación, los montajes mediáticos llenos de mentiras, son un regreso al peor autoritarismo gubernamental. Llamar diálogo –como hizo la Secretaría de Gobernación– a un acto represivo e intimidatorio, en el que más de mil policías subieron a maestros en autobuses contra su voluntad, violaron sus garantías constitucionales y amenazaron con ejecutar órdenes de aprehensión contra algunos, es, por decir lo menos, un abuso del lenguaje.

A comienzos de la década de 1980, los gobiernos del PRI pusieron en marcha acciones similares contra la CNTE. Sin embargo, no lograron frenar su lucha. Por el contrario, una y otra vez la secretaría de Gobernación se vio obligada a negociar con la insurgencia magisterial soluciones al conflicto. Nada indica que en 2016 estas medidas represivas vayan a tener éxito. Por el contrario, es muy probable que compliquen aún más las cosas.

*Información de la imagen: El profesor Octavio Estrada Martínez dando clase en la calle.

*Articulo tomado de: http://www.jornada.unam.mx/2016/05/24/politica/017a2pol?partner=rss

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En contra de la “meritocracia»

Buenos Aires, Argentina / 24 de Mayo 2016 /Autor: Antonio Galarza. Fuente Antonio Galarza

Nací en un hogar humilde, hijo de una empleada doméstica (o sirvienta, como le decían realmente a mi vieja) y un empleado administrativo. El menor de siete hermanos. Durante los noventa (y antes y después, pero especialmente en los noventa) nos cagamos de hambre, siempre juntando el mango para nunca llegar a fin de mes. Vi a mi viejo un par de veces desocupado, la primera en pleno contexto menemista, después del corralito de Erman González. Durante ese tiempo sin trabajo, había adoptado la costumbre de salir a la noche a caminar con mi mamá. Con el tiempo me di cuenta que “caminar” significaba ir a algunas panaderías a buscar algo de lo que había sobrado del día -las cortezas del pan de miga, por ejemplo- para darle de comer a sus hijos. Tiempo después, ya con trabajo cuyo sueldo nunca alcanzó y con demasiado esfuerzo, me mandaron al secundario a un colegio confesional, a ver si la educación privada me daba alguna oportunidad en la vida.

A los 15 años tuve mi primer trabajo de temporada: en negro por supuesto, armando quemadores de calefón desde las siete de la mañana hasta las dos de la tarde, de lunes a sábado. También fui repartidor en una verdulería. Como era de esperar, allá por 1999 la cosa no daba para más y antes de terminar el industrial me tuve que poner a laburar de forma permanente en una fábrica. Terminé el colegio trabajando a la tarde-noche y con el sueldo pude pagar el último año de cuotas, que con lo que cobraba mi viejo ya era imposible de sostener y debíamos muchos meses. Seguí laburando en la fábrica dos años más (y en mis “ratos libres” me clavaba ocho o diez horitas trabajando de cocinero) hasta que en agosto de 2001 me rajaron de todos lados. No tenía guita para pagarme un pasaje a España, ni ciudadanía. Para mí, como para muchos, no había una Europa adonde escapar.

Como siempre había sido buen estudiante, con 21 años y perspectiva de nada, en el 2002 empecé el profesorado en historia en la Universidad pública. Al mes de empezar, sin un mango, lo rajaron a mi viejo del trabajo, sin pagarle nada. Nos volvimos a cagar de hambre, literal, aunque ya estábamos todos grandes y no hacían falta “caminatas”. El primer año lo sorteé gracias a vender la guitarra y apuntes prestados, y algún que otro trabajito que duró poco y nada. Ya en segundo, conseguí un plan “barrios bonaerenses” que me ayudó a pagar apuntes hasta que saqué beca de ayuda económica en la facultad. También volví a trabajar en gastronomía en las temporadas de verano (una fábrica de pastas, una parrilla, un hotel 5 estrellas, algunos café-bar y la fotocopiadora de la facultad me contaron entre sus filas durante los cinco años que duró la carrera). Con esfuerzo, tras largas noches de estudio metido en la cama para no gastar gas, tirando todo el día en la facultad a fuerza de mate y galletitas, siempre en bici pese al frío marplatense, me recibí en 2007 de profesor en historia, con diploma de graduado sobresaliente. Gracias a las buenas notas que siempre tuve accedí a becas, de la Universidad primero y de CONICET después. Me recibí de licenciado y de doctor en historia. Me dediqué de lleno a la investigación, algo que ni siquiera imaginaba cuando empecé a estudiar. Gané un concurso como ayudante en la misma Universidad donde estudié, en la que ahora doy clases, y soy investigador de CONICET. Hoy soy un privilegiado porque laboro de lo que me gusta y puedo vivir de eso.

Según el lente con el que mires mi historia, puedo ser un claro ejemplo de MERITOCRACIA. Al menos según la ideología que nos quieren vender hoy desde los medios masivos y desde el gobierno: salí de pobre gracias al esfuerzo personal, pese a todas las dificultades, lo que se dice un auténtico SELF-MADE-MAN. Mi historia pegaría bien en una publicidad decorada con globos amarillos que intente mostrar que el sistema funciona bien y que el mercado siempre le da oportunidad a los que saben esforzarse. Hasta podría dar una charla de auto-superación personal para alguna fundación u ONG inventada por algún garca para no pagar impuestos.

Pero no. Como muchos, le metí esfuerzo, sudor y lágrimas, sí. Pero sin el ESTADO, sin la ayuda de políticas concretas -becas de ayuda económica, becas de investigación, educación PÚBLICA- hoy seguiría cortando chapas o preparando comidas en algún restorán, trabajos dignos si los hay, por supuesto. Pero las políticas de educación pública y gratuita, las ayudas económicas para estudiar, el apoyo al sistema científico, me dieron la oportunidad que jamás hubiera tenido por haber nacido pobre. El esfuerzo tiene que estar, sí, pero cuando te tocó perder de entrada, como fue el caso de mi familia, si el Estado no te ayuda, olvídate: el esfuerzo, con suerte, te sirve para subsistir, mal, como a mi abuelo o a mis viejos. SIN LA UNIVERSIDAD PÚBLICA (y la Educación pública en general) es imposible. Por más esfuerzo que le hubiese metido, nunca hubiera podido estudiar en una Universidad arancelada o con ingreso restrictivo que significaba tener que pagarme un apoyo y no poder trabajar. No nos comamos “el chamuyo de la meritocracia”, ni el de que la gente tiene que recuperar la cultura del sacrificio o que a la universidad no se va a hacer política. No tenemos que recuperar nada porque nunca lo perdimos, y la política forma parte de la educación y de nuestras vidas. Lo que ese discurso persigue en realidad es legitimar el desfinanciamiento de la educación pública, porque la consideran un gasto y no una inversión: que nadie se queje, que nadie haga un paro o una marcha.

Lo único que tiene que hacer el gobierno es aumentar el presupuesto educativo, para que más pibes -como yo en su momento- tengan la oportunidad de estudiar.

Autor: Antonio Galarza. Doctor en Historia, profesor de la Universidad Nacional del Plata, departamento de Historia. Socializado por: Carlos A. Bracho León

Fuente Web: https://mdp.academia.edu/AntonioGalarza

Fuente imagen: http://palabrasalmargen.com/images/Imagenes_articulos/internas/50_Paul.jpg

 

 

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México: Las políticas públicas deben desmantelar el machismo.

Hace 22 años que trabaja en México con grupos de reflexión para hombres con conductas violentas. Hay que enseñarles a los hombres a ser, pensar y actuar respetando la diversidad.

América del norte/México/24.05.2016/Autor:Javier Camara/Fuente:http://www.lavoz.com.ar/

Hace 22 años, Roberto Garda Salas, maestro en Sociología por la Universidad Nacional de México, fundó en su país la asociación civil Hombres por la Equidad, a través de la cual forma grupos de reflexión que ayudan a varones a modificar conductas violentas hacia las mujeres y hacia los hijos. Invitado por la Secretaría de Lucha contra la Violencia hacia la Mujer y la Trata de Personas, Garda Salas está en Córdoba para apoyar la implementación de un centro de atención a varones agresores o en situación de violencia.

–¿Son recuperables los hombres violentos?

–En los últimos 22 años hemos desarrollado diversas metodologías y estrategias para educar y reeducar a varones para que aprendan a través de técnicas educativas a detener sus conductas de violencia y de abuso y a tratar con equidad a sus parejas. Siempre nos damos con esta pregunta: los hombres violentos, ¿cambian o no cambian? Lo primero es decir que hay una responsabilidad de los estados nacionales en crear servicios dirigidos a hombres que deseen cambiar, o para aquellos que por un mandato judicial necesitan cambiar conductas de abuso.

–¿Qué opina sobre la polémica que dice que un hombre golpeador debe recibir castigo más que educación?

–Puede haber castigos, sanción punitiva, pero también –y a mí me parece lo más importante– espacios reeducativos en donde aprendan qué es la equidad de género, cómo manejo la masculinidad, de qué manera se puede manejar el enojo sin ejercer violencia, de qué manera puedo expresar la tristeza sin victimizarme, sin manipular, y de qué manera puedo ceder ante determinados conflictos y también de qué manera puedo poner límites. Todas estas habilidades se aprenden en los grupos de reflexión. Lo que vemos en nuestros grupos es que algunos hombres cambian muchas de sus conductas violentas; otros cambian menos y entonces hay que hacer otro tipo de intervención, terapia, grupos focalizados, etcétera.

–¿Los resultados son rápidos, son efectivos?

–Todos sabemos que los procesos de reeducación son a largo plazo y no dan resultados inmediatamente. Nadie cambia de la noche a la mañana, pero lo importante es brindar esta posibilidad, porque hay muchos que quieren cambiar y asumir conductas equitativas.

–¿Cómo se puede incluir a estas personas en el diseño de políticas públicas para la prevención?

–Creo que las políticas públicas dirigidas a los hombres deben buscar generar reflexividad, políticas con perspectiva de género planteadas para los hombres, servicios que les permitan identificar ideas machistas, prácticas abusivas, usos abusivos del poder, para que puedan mejorar su paternidad, su vida de pareja, su vida sexual, para que puedan, ante los conflictos, aprender a negociar sin sentirse culpables o menos hombres. Las políticas públicas deben desmantelar el machismo y generar en los hombres una necesidad de ser, pensar y actuar respetando la diversidad de maneras de ser y de expresarse como hombre, no una nueva masculinidad.

–¿Con qué obstáculos se encuentra a la hora de tratar a un hombre violento?

–Los límites son los que los hombres ponen. Para cambiar no hay límites. Lo primero es que desee cambiar, que tenga voluntad de cambiar. El segundo aspecto es crear situaciones institucionales para que el hombre pueda construir ese cambio. Si los hombres con voluntad de cambio se suman a las políticas públicas destinadas a ellos veremos que no hay límites. Predomina en América latina esta masculinidad que intimida, el machista que construye jerarquías, el que sigue pensando que está bien tener muchas mujeres, que eso lo hace más viril. Pero no están claras las alternativas a eso.

–Para usted, ¿cuál es la alternativa de fondo?

–Construir una nueva ciudadanía para los varones en la que los hombres comprendan que la única manera de vivir en democracia es respetando la pareja, pero también como un respeto de amor propio, que lleva a decir al hombre: “Yo no puedo maltratarte porque eres una ciudadana como yo soy ciudadano, y entre ciudadanos no nos maltratamos, podemos tener conflictos, pero sobre todo respetamos nuestros derechos”.

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/las-politicas-publicas-deben-desmantelar-el-machismo

Imagen: http://staticf5a.lavozdelinterior.com.ar/sites/default/files/styles/landscape_642_366/public/nota_periodistica/Garda_Salas.jpg

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Ecologistas en Acción publica hoy «Eliminación de contaminantes hormonales. Guía para las administraciones locales»

España | Tercera Información | 23-05-2016

Ecologistas en Acción, dentro de su campaña ’Libres de contaminantes hormonales’, hace pública hoy una completa guía que puede ser utilizada por cualquier administración local o regional que quiera reducir la exposición de su población a los contaminantes hormonales.

Los contaminantes hormonales, también conocidos como disruptores endocrinos (EDC, Endocrine Disrupting Chemicals en inglés), son sustancias químicas sintéticas capaces de alterar el funcionamiento normal del sistema hormonal de humanos y animales.

La exposición de la población a estos tóxicos se relaciona con el incremento enfermedades y graves daños a la salud como infertilidad, malformaciones congénitas, cáncer de mama, próstata, testículos o tiroides, diabetes, obesidad, daños en el sistema inmune y alteraciones en el desarrollo neurológico, como autismo y síndrome de hiperactividad.

Los contaminantes hormonales son ubicuos. Se encuentran a nuestro alrededor en los alimentos con residuos de ciertos pesticidas, en los materiales de construcción, en el material clínico y en productos de consumo habitual como plásticos y latas en contacto con alimentos, productos de limpieza, material informático, ropa o cosméticos, por citar solo algunos.

Las administraciones públicas tienen la gran oportunidad de reducir la exposición de su población a los contaminantes hormonales a través de sus compras públicas, de las condiciones técnicas que establezcan en sus contratos, de la información de su población y de la formación de sus profesionales.

Esta nueva guía es una herramienta de extremada utilidad para las administraciones ya que facilita la elección de medidas sencillas y de bajo coste, pero con gran repercusión en la salud y el medio ambiente.

Para diversas áreas de responsabilidad pública, la guía proporciona información y alternativas seguras para:

1. Evitar el uso de plaguicidas tóxicos en jardines, zonas verdes y en la higiene de edificios públicos. La guía identifica qué sustancias tóxicas deben evitarse y cuáles son las alternativas a su uso.
2. Fomentar el consumo de alimentos sanos y el uso de envases y utensilios de cocina libres de contaminantes hormonales en guarderías, comedores escolares, residencias y centros hospitalarios.
3. Promover el uso de productos limpios a través de contratas y compras públicas. La guía aporta un listado de materiales sin tóxicos para la construcción y equipamiento de edificios públicos.
4. Informar a los ciudadanos y formar a sanitarios, educadores y periodistas sobre los contaminantes hormonales; sus riesgos, las principales fuentes de exposición y la forma de reducir esta exposición.
Aprovechando la utilidad de esta nueva guía, Ecologistas en Acción registra hoy mismo, en el Ayuntamiento de Madrid, una moción para reducir la exposición de la población y el medio ambiente a los contaminantes hormonales.

Junto a la moción, se entregarán varios ejemplares de la guía a los diferentes responsables políticos, para que comprueben que la reducción de los contaminantes hormonales es posible y puede suponer un gran beneficio para la salud de la población madrileña.

Esta moción ya se ha aprobado en los municipios de Lizarra (Navarra) y Anglès (Girona). También Aragón y La Rioja han aprobado Proposiciones No de Ley por las que se comprometen a solicitar a sus gobiernos un plan para reducir la exposición de su población a los contaminantes hormonales.

Tomado de: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article103574

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Las trampas del lenguaje

Fernando Luengo

No estamos ante un asunto menor. En torno a el lenguaje se construye el discurso dominante; en realidad, todos los discursos, de ahí la importancia de ser cuidadosos y rigurosos.

¿Quién alzaría la voz en contra de la austeridad y del uso racional (razonable) de los recursos, tanto los privados como, sobre todo, los públicos? Ser austeros, evitar el despilfarro debería formar parte de nuestro código moral más íntimo, permanente e inexpugnable. Quizá por esa razón sea imposible encontrar un vocablo más usado (y también más desgastado) que el de “austeridad”.  Es en ese contexto, deliberadamente equívoco, donde se invocan, se proponen y se imponen las políticas de austeridad sobre las finanzas públicas.

El lenguaje del poder, usado y aceptado coloquial, política y mediáticamente, cargado de lógica intuitiva, nos traslada a un espacio conceptual y analítico donde la crisis económica es el resultado del despilfarro público, y donde, en justa correspondencia, la salida pasa por poner orden en las finanzas gubernamentales. No queda otra alternativa, en consecuencia, si se quiere retornar a la senda del crecimiento (icono sagrado de la economía dominante, y también de una parte de la heterodoxa), que recorrer el camino de la disciplina presupuestaria.

Con un apoyo mediático sin precedentes, se repiten una y otra vez las mismas expresiones: “todos somos culpables y, en consecuencia, todos tenemos que arrimar el hombro”, “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora toca apretarnos el cinturón”, “el Estado es como una familia, no puede gastar más de lo que ingresa” “la austeridad es una virtud que, si la practicamos con convicción y firmeza, nos permitirá salir de la crisis”. Tan sólo son algunos ejemplos, de uso bastante frecuente, de un discurso simple (simplista), directo y, por qué no decirlo, muy efectivo; nos entrega palabras y conceptos fácilmente manejables, que proporcionan un diagnóstico de quiénes son, o mejor dicho somos, los culpables y cuáles son las soluciones.

Según ese mismo lenguaje, ampliamente aceptado, todos somos responsables y el mayor de todos el Estado, despilfarrador por naturaleza. Por esta razón toca adelgazarlo, y de esta manera liberar (literalmente) recursos atrapados y mal utilizados por el sector público, para que la iniciativa privada, paradigma de la eficiencia, los pueda utilizar. Continuamente se invoca la autoridad de los mercados, como si estuvieran gobernados por una racionalidad indiscutible y como justificación de que no hay alternativas. Los Estados son el problema y los mercados la solución. Este es otro de los grandes iconos de la economía convencional, al que se acude con más frecuencia, y que pretende ser tan obvio que no precisa mayores comentarios o explicaciones.

Pero el lenguaje nunca es inocuo, presenta una evidente intencionalidad. Por esa razón, es imprescindible cuestionarlo desde la raíz misma, pues su aceptación y utilización ha supuesto una gran victoria cultural de las políticas neoliberales y de las elites.

Estos razonamientos y su lógica, implacables e inexorables en apariencia, nos alejan de una reflexión sobre la complejidad, sobre las causas de fondo de la crisis; causas que apuntan a la desigualdad, al triunfo de las finanzas sobre la economía social y productiva, a las divergencias productivas, sociales y territoriales que atraviesan Europa, de norte a sur y de este a oeste.. y también a una unión monetaria mal diseñada y, lo más importante, atrapada entre los intereses de la industria financiera y las grandes corporaciones. Causas que apuntan, en definitiva, a las contradicciones, insuficiencias y límites de la dinámica económica capitalista,

El lenguaje del poder oculta que, en realidad, el término “los mercados” refleja los intereses de operadores financieros, inversores institucionales, fondos de alto riesgo, empresas transnacionales y grandes fortunas que, cada vez con más desparpajo, fijan la agenda de gobiernos e instituciones. Estas son las “las manos visibles” a las que nuestros dirigentes han entregado las riendas de la actividad económica. Ese mismo lenguaje omite una cuestión clave: la operativa de los mercados ha estado gobernada por el despilfarro. Hemos asistido a una asignación ineficiente de recursos (que, como la economía convencional nos recuerda continuamente, son escasos) que ha supuesto una enorme destrucción de riqueza; no solamente cuando la crisis hizo su aparición, sino mucho antes, al penalizar la inversión productiva y social y favorecer, de este modo, el bucle financiero.

Todos estos asuntos han quedado fuera de foco. Por esa razón, urge hacer valer otro lenguaje, en realidad, otro marco conceptual e interpretativo que nos capacite para transformar el actual estado de cosas al servicio de la mayoría social.

Tomado de: http://www.sinpermiso.info/textos/las-trampas-del-lenguaje

Fuente de la imagen: http://i1.mdzol.com/files/image/685/685610/5742e9c155f60_565_319!.jpg?s=10154967798a9781cde412eb9e9d8d5c&d=1464003890

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Movimiento Pedagógico Latinoamericano, Cooperativismo y Emancipaciones

Pablo Imen[1]

El inicio del siglo XXI estuvo atravesado de contradicciones y batallas – como ocurre en todas las épocas- pero en el caso de América Latina insurgieron novedades impensadas apenas una década antes, cuando el neoliberal-conservadurismo se adueñaba de todo el planeta.

En 1989 un estallido popular en Venezuela – el Caracazo- ,ocurrido como protesta indignada por un paquetazo económico privatizador, de ajuste fiscal y de restricción de derechos constituyó el primer grito de rebeldía contra el modelo del llamado Consenso de Washington.

Posteriores batallas populares tuvieron como corolario un nuevo escenario regional: a partir del triunfo de Hugo Chávez Frías en 1998, los países de Nuestra América comenzaron a gestar gobiernos que, como nunca antes, se parecieron a sus pueblos: el Frente Amplio en Uruguay; Lula y su Partido de los Trabajadores en Brasil; Néstor Kirchner en Argentina; Evo Morales en Bolivia; Rafael Correa en Ecuador; Daniel Ortega en Nicaragua; Fernando Lugo en Paraguay; etc.

Venezuela y Argentina fueron desde entonces los principales (pero no exclusivos) motores para retomar el proyecto de Patria Grande defendido por nuestros primeros libertadores: Bolívar, San Martín, Belgrano, Monteagudo, Sucre, Manuelita Saenz, Bartolina Sisa, Juana Azurduy y los pueblos combatientes de Suramérica. Aquél sueño fue transitoriamente derrotado y vuelve a latir en este siglo XXI, doscientos años más tarde.

Hoy, con todas las tensiones, contradicciones y duras luchas entre lo viejo que no termina de morir y lo nuevo que no termina de nacer, la América Morena aparece como una de las alternativas civilizatorias al modelo de desarrollo capitalista neoliberal. Que las 85 fortunas individuales más ricas del mundo tengan una riqueza equivalente a la mitad de la Humanidad da cuenta de un orden social fundado en la injusticia. Que las potencias militares irrespeten el derecho internacional y violando los más elementales derechos invadan países, provoquen verdaderos genocidios y vuelvan a cometer una rapiña masiva de recursos naturales de los países invadidos es la expresión de la violencia que guía las relaciones internacionales.

América Latina y Caribe, declarada tierra de paz, está avanzando en una alternativa civilizatoria fundada en la expansión de los derechos humanos, en el cuidado de la naturaleza y en una creación llamada “el buen vivir” que tiene una lógica antagónica al objetivo de la acumulación a cualquier costo de ganancias siderales.

En esta lucha global sobre el sentido de la vida, la idea de Patria Grande tiene muchos desafíos por delante, y uno de ellos, el que nos involucra y nos interpela, es el de la educación. En otras palabras, ¿qué educación necesita América Latina en este arremolinado inicio del siglo XXI?

Sabemos que el neoliberal-conservadurismo tiene un proyecto pedagógico, que se descompone en varias líneas funcionales a la reproducción ampliada de las relaciones sociales aún vigentes. Por un lado, la noción tecnocrática de “calidad educativa” entendida como resultados de operativos estandarizados de evaluación. Por otro, la formación para el empleo – dotando de herramientas para la formación de un trabajador dócil y calificado- y con ello la construcción de un ciudadano conformista.  Tercero, la expansión de las fronteras de lo privado – como lo muestra el modelo chileno en su máxima expresión y masivamente rechazado en ese país por las mayorías populares.

¿Qué educación hay que pensar para una Latinoamérica libre, solidaria, igualitaria, democrática?

Una educación que forme seres humanos con “soberanía cognitiva” – capacidad de pensar con cabeza propia- y desarrollar todos los aspectos de su personalidad (el saber pensar, saber decir, saber sentir, saber hacer, saber convivir). También la formación en la cultura del trabajo liberador y de ciudadanos gobernantes.  Estos objetivos , políticos y pedagógicos, serán contribuciones fundamentales para la refundación de nuestras sociedades.

¿Cómo hacerlo? Hemos venido desplegando una serie de acciones en este sentido quienes integramos el Movimiento Pedagógico Latinoamericano, en este caso quienes provenimos del cooperativismo transformador que se expresa en el Centro Cultural de la Cooperación.

Primero (pero no por importancia), avanzamos en el estudio sistemático de los pedagogos y las pedagogías emancipadoras latinoamericanas, comenzando por Simón Rodríguez (maestro de Bolívar, entre muchas otras cosas) y José Martí (gran referente de la independencia cubana). Segundo, co-organizamos las Expediciones Pedagógicas en Argentina y Venezuela donde nos reconocimos y reconocimos a tantos maestros y maestras de Nuestra América intentando construir pedagogías liberadoras. Tercero, generamos propuestas de introducción del cooperativismo en las pedagogías realmente existentes, apuntando a realizar un aporte a la democratización de la vida en las aulas y las instituciones escolares. Impulsamos los Encuentros por una Pedagogía Emancipadora y en La Rioja fuimos protagonistas de la conformación de círculos pedagógicos, formas que asumió allí la construcción de Movimiento Pedagógico.

En suma, en este tiempo de profundas transformaciones, la educación tiene su palabra y su renovación liberadora será la obra de millones, maestros y maestras, estudiantes, comunidades, pueblos enteros que están convocados – desde la educación y desde la política-  a transitar el camino de nuestra segunda y definitiva Independencia.

 [1] Secretario de Investigaciones del CCC Flroeal Gorini, miembro del Movimiento Pedagógico Latinoamericano.

*Fuente de la imagen: http://revistaeducar.com.ar/2013/09/16/huellas-y-sentidos-en-la-construccion-del-movimiento-pedagogico-latinoamericano/

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