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¿En dónde están los 43 normalistas y qué pasó con la verdad histórica?

Por: Miguel Ángel Pérez

Una de las aspiraciones centrales de la función ética de la educación, es trabajar con la verdad, decir la verdad siempre, buscar la verdad, encontrar la verdad, descubrir la verdad, construir la verdad en cualquier ámbito en donde uno se encuentre. El asunto de la verdad, a diferencia de la falsedad o la mentira, tiene sesgos científicos pero también filosóficos y hasta lógicos y éticos. Las verdades absolutas o inmutables parece que ya no existen, existen verdades transitorias, reconocidas o validadas por un consenso social o por un convencionalismo científico.

La verdad parte de una afirmación a modo de tesis la cual es sostenida o defendida con argumentos de todo tipo. Por ejemplo: “todos los políticos son corruptos, los diputados son flojos, los maestros no saben enseñar adecuadamente, la reforma educativa no es ni reforma ni tampoco educativa, los normalistas de Ayotzinapa no fueron incinerados o quemados en el basurero de Cocula en Guerrero”. Estas son las afirmaciones, ahora habría que acompañar los argumentos respectivos, para sostener y demostyrar diochas afirmaciones.

No sólo se diseña el enunciado en cuestión sino que también se difunde por todos los medios, “haz que se repita mil veces una mentira hasta que se convierta en verdad”.

Hace más de un año, el 26 de septiembre del 2015, un grupo de estudiantes normalistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa en Guerrero, fueron emboscados cuando brigadeaban y recolectaban recursos económicos, después fueron desaparecidos y hasta la fecha nadie sabe dónde se encuentran y posiblemente los asesinaron. Los padres de familia indignados justificadamente, se han movilizado y con ello lograron que un equipo de expertos en antropología forense –todos ellos extranjeros–, pudieran hacer un peritaje en nuestro país.

Recientemente han entregado su último informe y todos sus argumentos contradicen las conclusiones oficiales a las que ha llegado y defiende el gobierno de Enrique Peña, de los funcionarios de la PGR e incluso del Ejército mexicano.
¿Qué pretende ocultar el gobierno mexicano o que verdades pretende fabricar para ocultar las “verdades verdaderas”?, ¿qué riesgos representaban los normalistas de Ayotzinapa de tal suerte que se prefirió desaparecerlos y muy posiblemente matarlos?, ¿qué contenía el quinto autobús y por qué no se había hablado de él hasta los últimos peritajes?, ¿por qué las esferas más altas del gobierno mexicano necesitan mentirle a la nación y a la historia, a la dignidad y a su propia persona?, ¿con qué finalidad?, ¿con qué objetivo?, ¿para ganar qué cosas que también nos ocultan?, ¿con qué ideas pretenden que nos quedemos la gente común, la gente de a pie, como el que escribe estas líneas y tal vez quien las lee?

Trabajar con la verdad como motor didáctico es importante en la tarea educativa, lo de Ayotzinapa como muchas cosas que pasan en este país, tal vez jamás lo sabremos con precisión, con objetividad e incluso con un nivel mínimo de racionalidad, como fue el asesinato de Colosio, la masacre de Acteal, del Charco, de Aguas Blancas. Pero los niños y las niñas no sólo tienen derecho a las verdades, están obligados incluso ir en su búsqueda, aun asumiendo todas las consecuencias, por develarlas o por conocerlas.

Marchan los politécnicos a su cita con el gobierno federal

Es lamentable que 43 normalistas de Guerrero y futuros educadores, tuvieran que ser sacrificados, en todo ello el gobierno mexicano quién sabe qué hizo o a quién sabe qué oculte. En última instancia, las verdades no son un punto de llegada, es el camino que uno construye para poder encontrarlas.

En este país fluyen las mentiras, las falsedades, en noticieros televisivos, en spots publicitarios, en propaganda de gobierno, trabajar con la verdad en cualquier espacio educativo es el requisito mínimo para aspirar a nuevos estadios de condición humana, de cultura y por lo tanto dar el salto para arribar a mejores niveles educativos superiores.

Publicado primeramente por:  http://www.educacionfutura.org/en-donde-estan-los-43-normalistas-y-que-paso-con-la-verdad-historica/

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Desmontando la economía colaborativa

Verdades y mentiras de la economía colaborativa

Isabel Benítez

El Salmón Contracorriente

Mucho se dice en la calle sobre esta otra forma de hacer economía. El espectro de creencias generalizadas va desde las acusaciones de ‘farsa’ e ‘ilegal’ hasta la fe ciega en sus posibilidades para salvarnos de la crisis. ¿Es que alguien tiene la razón?

Uno de los principales inconvenientes de hacerse famoso es que se está más expuesto a las críticas. Le pasa a las personas y, en general, a cualquier ente, objeto, fenómeno o pensamiento que quede iluminado por los focos de los medios de difusión. Entonces surgen las venturas y desventuras, las escaladas astronómicas al Olimpo de los dioses y las caídas (cuesta abajo y sin frenos) al Averno. La ya popular economía colaborativa no podía ser menos. Pero ¿qué hay de cierto en los rumores y leyendas que existen sobre ella? Hoy, desmontamos (o no) algunos de los mitos de la economía colaborativa.

“Esto es cosa de 4 hippies…”

… “de grupúsculos de dudosa moral”, de “bohemios de la vida”. Cualquier otra persona sería incapaz de dormir en el sofá de un desconocido, regalar dinero a un joven emprendedor o usar monedas con nombres tan raros como puma o boniato –¡con lo bien que nos va con el euro!

Es una minoría, desde luego, que, paradójicamente, se cuenta por millones, si nos fijamos en el número de personas involucradas en las distintas formas de economía colaborativa en nuestro país. Sirve de ejemplo el primer estudio sobre consumo colaborativo realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que asegura que el 74% de los encuestados dice haber participado en iniciativas de este tipo. Como este, hay otros informes del sector. Así que, o vivimos en un país de ‘perroflautas’, o esto está más generalizado de lo que nos cuentan.

“Es una moda pasajera”

También; aunque todo depende de la óptica desde la que se mire.

Siguiendo con el ejemplo del consumo colaborativo, podemos decir sin excedernos que lo único novedoso es el nombre, ya que el trueque, los intercambios y los préstamos entre particulares han existido durante siglos. Pero es que otros fenómenos englobados por el moderno paraguas colaborativo, como el software libre o el conocimiento abierto, se gestaron en los años 70 del siglo pasado ­–vamos, que hace tiempo que alcanzaron la mayoría de edad.

Referirnos a la economía colaborativa como una moda también nos hace pensar en su caducidad. ¿Dejará de ser ‘molona’ de aquí a unos años? Yo aún no he terminado mi curso online de interpretación de bolas de cristal, pero hay quienes estiman que en 2025 la economía colaborativa alcanzará un mercado global de más de 300.000 millones de euros. El tiempo dirá.

“Es peligroso”

Por desgracia, siempre hay quien se aprovecha de este tipo de situaciones. Nos llegan noticias sobre usuarios que se sintieron engañados y, en los peores casos, crónicas de sucesos sobre personas agredidas o mal tratadas cuando intentaban hospedarse en casas de particulares. Sin embargo, los incidentes siguen siendo “escasos y no de excesiva gravedad”. Así lo confirma el mismo estudio de la OCU que dice que “la satisfacción con el consumo colaborativo que indican quienes lo han probado es elevada, con notas medias por encima del 8 sobre 10”.

Mientras, mejoran los sistemas de reputación –incluso nacen herramientas especializadas como Traity– y las aseguradoras firman acuerdos con las plataformas para ofrecer garantías a los usuarios sin coste adicional. Por no hablar de lo útil que suele ser emplear el sentido común.

“Es ilegal”

¡Llegamos al quid de la cuestión! El tema que más gusta y del que más sabemos y hablamos en entre tapas. No en vano, esta y otras lindezas –“economía sumergida”, “competencia desleal”– son las que han conseguido más titulares.

La acusación tiene su lógica dado que muchas de estas prácticas entran en conflicto con la regulación de determinados sectores o surgen aprovechando lagunas legales. Mas me gusta pensar que si quisieran ser ‘ilegales’ operarían en la sombra y no se dedicarían a anunciarse por televisión.

Por otro lado, quedarse en esa afirmación, pierde de vista el trabajo que se está haciendo para regular este tipo de actividades e incluso los esfuerzos del sector por poner un poco de orden en su propia actividad, como el código de buenas prácticas de Sharing España o la labor de OuiShare.

“Un lobo con piel de cordero”

O lo que es lo mismo: un puñado de gigantes, unicornios y otros seres fantásticos –de la talla del B&B más famoso del mundo– que se enriquecen a costa del ciudadano-productor de valor y de mancillar el concepto colaboración.

Por supuesto, están ahí. Negar su existencia no es ni posible ni recomendable –de hecho, de no ser por ellos, ustedes y yo no estaríamos teniendo esta conversación­–; sin embargo, de ahí a que ellos sean ‘LA’ economía colaborativa hay un trecho. Su presencia no implica que no haya matices y variaciones de un fenómeno que…

“¡… ha venido a salvarnos!”

(Aquí bien podría ir el emoticono con cara de bochorno y la gotita en la frente.)

Eh…, a ver…, no exactamente o, al menos, no de un día para otro.

La aspiración de crear una sociedad colaborativa que empodere a las personas es ambiciosa, pero va a hacer falta que trabajemos un poquito más para salir de las crisis mundiales en las que nos hemos metido nosotros solitos. In medio stat virtus.

Dicho esto, ser fieles a los principios de la colaboración y la cooperación permite crear plataformas con verdadero potencial de cambio. Ya existen proyectos colaborativos que tienen entre sus motivaciones trabajar por el bien común, proteger el medio ambiente, promover el consumo responsable… Es decir, iniciativas colaborativas en el sentido más estricto de la palabra, algo que, por cierto –y aquí enlazo con el último punto–, no significa ‘hacer obras de caridad’.

Y es que “No es colaborativo porque es lucrativo”

Sin embargo, la economía colaborativa necesita ser económicamente viable –los hippies y sus familias también comen­. Por eso, ¿qué pasaría si, en vez de demonizar el dinero, cambiáramos su propósito y lo destináramos desde el principio a garantizar la sostenibilidad del proyecto y reinvertirlo (o repartirlo) en la comunidad?

Es el otro gran debate; uno que, por cierto, afecta por igual a todo lo que huele a economía social y solidaria, cooperativa o del bien común, y que nos invita a pensar en la creciente mercantilización de nuestras vidas. Aunque de eso, si les parece, hablamos en otra ocasión.

Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?Verdades-y-mentiras-de-la-economia

Fuente de la imagen: http://www.ricardpons.com/wp-content/uploads/ECONOMIA-COLABORATIVA-1.jpg

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La Educación Pública, Movimientos Sociales y el Examen de Enseñanza Media en Brasil

PorMonique Evelle y Pedro Batalla

¿Se considera parte de un movimiento social? ¿Estudió o está estudiando en la escuela pública? Entonces entenderás lo que plantearemos aquí.

Nosotros, militantes partidistas o no colectivos, somos sumamente privilegiados al formar parte de una red de conocimiento académico a la que la mayoría de la población no tiene acceso. Nuestra lucha no es la única labor que se describe en la política pública, sino también un trabajo de rescate a la población que está marginada.

Debemos recordar que los militantes negros ahora tienen dificultades extremas para llegar a comprender ciertos temas y materias antes que comenzaran a participar en los movimientos sociales. Es un logro para nosotros que venimos de una educación deficiente, tener la oportunidad de responder a una pregunta de los examenes de enseñanza media (ESMS) a partir de los estudios que nos ha provisto el activismo social.

No podemos olvidar que en marzo del 2015 hubo una audiencia en el Comité Federal de Educación de la Cámara para discutir la política y el adoctrinamiento ideológico en las escuelas, lease: en contra de la diversidad de las ideas en el aula. Para el diputado Izalci Lucas (PSDB-DF), autor del Proyecto de Política de adoctrinamiento en las escuelas, los educadores brasileños tienen un sesgo ideológico hacia la izquierda y por eso son una amenaza para los estudiantes. Y ya podemos ver el efecto desastroso de un proyecto que aún no ha votado: el Profesor de geografía Breno Mendes, fue despedido en la ciudad de Río de Janeiro por exponer opiniones en las redes sociales contrarias a las políticas de educación pública. Además,  fue la retirada de la discusión de género y de diversidadsexual  de los Planes Municipales de Educación.

Comprender y saber cómo responder cuestiones ESMS sobre Simone de Beauvoir, Paulo Freire, Weber, MST, el panafricanismo y otros, es reconocer la importancia del ciberactivismo, las ruedas de los debates en las plazas públicas, la militancia de la educación popular, porque en las escuelas no se dan estos debates necesarios.

Es importante entender que los hombres y las mujeres negras que tienen o han tenido acceso a la educación superior, han estado en el lugar de aquellos que no podían responder a la pregunta de Beauvoir , y que en la actualidad debido a los debates, la militancia y otros factores, ahora la pueden responder. Esto puede no es una victoria completa para nuestros compañeros que están aún en situaciones difíciles. Pero no hay que menospreciar ninguna victoria, incluso si esa victoria es capaz de responder a una pregunta de ESMS con plena confianza.

Fuente: https://moniqueevelle.wordpress.com/2015/10/25/educacao-publica-movimentos-sociais-e-enem/

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“Invención”: usurpación de lo ya existente

Marx Gómez

Los mismos hombres que establecen las relaciones sociales conforme a su productividad material producen también los principios, las ideas, las categorías conforme a sus relaciones sociales”
Karl Marx

El capitalismo hoy

Lo que caracteriza a cada época económica no es lo que se hace sino cómo se hace y con qué instrumentos se hace. En ese sentido, el conocimiento cobra cada vez más importancia por ser precisamente el determinante de las relaciones sociales de producción que caracterizan este contexto actual, a saber, el capitalismo global, informacional, cuya economía está sustentada, precisamente, en el conocimiento.

Entendiendo que el capitalismo se caracteriza por la concentración de los principales medios de producción en un número de manos cada vez menor; comprendiendo que dicho sistema es un sistema-mundo tal y como lo expresa Wallerstein y que en el mismo la economía-mundo se sustenta en el esquema centro-periferia, podremos visualizar la configuración de la división internacional del trabajo entre países (periféricos) que suministran materia prima y países (centrales) que desarrollan constantemente su industria y procesan el flujo de recursos provenientes de aquellos. En tal esquema podemos situar –económicamente- a los primeros países en el Sur (en vías de desarrollo) y a los últimos en el Norte (países altamente industrializados, desarrollados).

Bajo este esquema, los países centrales no solo procesan la materia prima que proviene del Sur sino que al terminar dicho proceso, sitúan las mercancías en el mercado mundial obteniendo así un segundo beneficio: un flujo neto de capitales del Sur hacia el Norte. Tal es el “negocio redondo” del capitalismo. Para mantener esa faena es necesario, pues, que los países centrales se encarguen de mantener aseguradas sus principales fuentes de recursos, tanto económicos como naturales, y por consiguiente, edificar todo un aparato jurídico-político de pretensiones globales que permitan alcanzar sin muchos contratiempos este objetivo.

Si decimos entonces que el capitalismo se configura hoy alrededor de la información y el conocimiento, es porque los mismos fungen hoy no sólo como mercancía sino como materia prima para el sistema. En el caso de la información podemos visualizar lo anteriormente explicado al observar cuáles son los principales medios de comunicación en el mundo, en manos de quienes están y a qué intereses responden. Cabe preguntarse perfectamente ¿podemos decir realmente que vivimos en una sociedad de la información cuando la mayoría de la información está privatizada?

En el caso del conocimiento, podemos formular una pregunta similar, ¿puede ser esta una sociedad del conocimiento cuando el conocimiento mismo está siendo privatizado cada vez con mayor ferocidad? Tal proceso lo podemos evidenciar en el régimen de Propiedad Intelectual que ha buscado erigirse globalmente.

Un régimen jurídico de opresión

En pocas palabras pudiera decirse que la Propiedad Intelectual supone el reconocimiento de un derecho particular en favor de un autor u otros titulares de derechos, sobre las obras del intelecto humano. Ese es el “cuento bonito” pero lo que no revela esta definición es el hecho de que los Derechos de Propiedad Intelectual protegen a quien comercializa determinado conocimiento, bien sea éste una obra literaria o una invención científica. Y si no olvidamos que los principales medios de producción están en manos de unas pocas personas, fácil podemos evidenciar que el beneficio es para pocos y las consecuencias de tal desigualdad la vivimos muchos.

¿Cómo pasan los Derechos de Propiedad Intelectual a ser un tema de prioridad global? Una estrategia de cuatro pasos permite comprender cómo se da eso. En primer lugar, es necesaria una coalición internacional alrededor de la Propiedad Intelectual conformada por la tríada Estados Unidos, Unión Europea y Japón que se materializa en la edificación de diversos organismos “multilaterales”; en segundo lugar, es imperante el que dicha coalición ejerza su influencia para situar, por medio de foros y demás eventos académicos “neutrales y objetivos”, a la Propiedad Intelectual como punto prioritario en la agenda de todos los países; en tercer lugar resulta vital para el mantenimiento de la hegemonía neoliberal que la coalición sepa contener –y esto conlleva a veces a amenazar- a aquellos países que desempeñan un rol semi-periférico y que puedan representar una posible amenaza para los intereses imperiales, asimismo deben refinar sus tácticas de persuasión para poder garantizar que los países del Sur Global sigan amarrados al régimen de Propiedad Intelectual1; por último, la coalición debe garantizar su hegemonía en el tiempo al establecer modificaciones en los Derechos de Propiedad Intelectual, extendiendo el plazo de concesión de los mismos y alargando con ello los beneficios monopólicos que reciben estos países por concepto de regalías emitidas desde los países del Sur.

Todo este régimen mundial de Propiedad Intelectual apuntala, precisamente, a asegurar que los exportadores netos (los países industrializados) continúen ampliando su control y logren frenar cualquier posible acumulación competitiva. Esto agrava aún más el profundo desequilibrio comercial existente entre el Norte y el Sur y da muestras de que un sistema global de Propiedad Intelectual –de marcado corte neoliberal- les cuesta a los países pobres mucho más de lo que los beneficia comercialmente.

Biopiratería: privatización de la vida misma

Ahora bien, visto el panorama es momento de enfocarnos en el tema que venimos a desarrollar aquí, a saber, la biopiratería como proceso de privatización de la vida misma.

Hablar de biopiratería es hablar de neocolonialismo, de nuevas formas de dominación y explotación, es hablar de cómo la biodiversidad va siendo parte del cumulo de propiedades de unos pocos y de cómo compañías trasnacionales –específicamente las del sector farmacéutico- han usurpado conocimientos milenarios para beneficiarse espantosamente a costa de la miseria y creciente pobreza de los pueblos indígenas.

Es hablar también de la supuesta “salida” que implicaría el regular el acceso a los recursos genéticos, el exigir transparencia en cuanto a la fuente de los recursos a la hora de solicitar una patente por innovación científica y del patentar el conocimiento tradicional. Todo esto no es más que un giro de tuerca que profundiza las actuales depravaciones que se viven en el marco de este sistema y, ¡peor aún!, con tales “soluciones” la biopiratería estaría legalmente permitida y se concebiría ahora como “transacciones comerciales”.

Con o sin soporte legal la biopiratería viene dándose desde 19942 cuando las principales industrias farmacéuticas del mundo lograron ejercer su influencia en la OMC para que ésta impusiera leyes de Propiedad Intelectual sobre los organismos vivos. Podemos definir entonces a la biopiratería como privatización de recursos colectivos y públicos por medio de ¡sistemas jurídicos! que impiden a todos los demás acceder a ellos. Esto es lo que no revela el concepto de patentes hasta ahora hegemonizado: protección al inventor y a su invento que, en este caso, ¡han sido producto de la usurpación del conocimiento de todo un pueblo! ¡La apropiación despiadada de un bien común!

Y es que precisamente de eso se trata: las industrias de biotecnología utilizan el conocimiento ancestral (en este caso, remedios) de los pueblos indígenas para elaborar medicamentos que luego salen al mercado a un precio altísimo y sin repartir beneficios al pueblo usurpado, ¡quien ahora tiene que resarcir económicamente por una actividad que realizaban desde un buen tiempo! El “invento” no es más que la usurpación de las técnicas ya existentes, si acaso con alguna ligera modificación.

El concepto de «biopiratería» supone, pues, que es un derecho natural la posesión de una planta, de variedades animales y de genes humanos. Este monopolio sobre la vida conlleva a tres consecuencias: el aumento desproporcionado de los precios, imposibilitando con ello el acceso por parte de las y los ciudadanos a los “nuevos” desarrollos; el freno a la producción local al recibir una gran cantidad de mercancía importada y al verse debilitada la economía nacional por motivo de la fuga de capitales bajo el concepto de regalías por el uso de estos bienes; y por último, la prohibición de actividades originarias puesto que ahora pasan a ser reconocidas como “invención” de determinada empresa y por consiguiente se rigen por el régimen de Propiedad Intelectual.

La “biopiratería” no es más que un enfoque alternativo, una “salida” digna de los revisionistas. Es la coexistencia con el capitalismo y su explotación avasallante al no oponerse tajantemente a los monopolios biológicos sino “exigir” una mayor redistribución de sus beneficios, es decir, las empresas de biotecnología que incurran en este tipo de acciones y cuyos trabajos se basen en variedades naturales, o en genes humanos descubiertos en países en vías de desarrollo o entre poblaciones indígenas, tendrían que estar obligadas a pagar regalías por ello.

La verdadera transformación, la verdadera acción revolucionaria es liberarse, precisamente, de todos los monopolios biológicos en el marco de una transformación sistémica mayor: el cambio de las actuales relaciones sociales de producción a unas donde el control de los principales medios de producción esté en manos de las y los trabajadores.

En este sentido, cobra una vital relevancia la integración regional y el internacionalismo como baluartes de un proceso de acumulación de fuerzas que permitan ofrecer una férrea resistencia y una lucha profundamente anti imperialista y anti capitalista, construyendo con ello una nueva hegemonía que, a la par de las nuevas relaciones de producción, consolide la edificación de una nueva sociedad.

Concluimos, pues, expresando que el actual régimen de Propiedad Intelectual es inviable para todos los países que se encuentran en una situación de desigualdad frente a los países del Norte industrializado. Asimismo, estas “salidas” que buscan “proteger” el conocimiento tradicional no hacen más que facilitar la transformación de los mismos en mercancías y con ello introducirlas a la “boca del lobo”, es decir, a la lógica del mercado capitalista.

Es necesario avanzar en el proceso de acumulación de fuerzas para construir, desde el Sur Global, una propuesta contra hegemónica que beneficie realmente a los países en desventaja y que, en el marco de la solidaridad entre las naciones, busque ir transformando cada ámbito de esta sociedad que subsiste con el empobrecimiento de cada vez un número mayor de personas.

¡La lucha es nacional por su forma, e internacional por su contenido!

 1 Un ejemplo de ello lo tenemos en la firma del Acuerdo de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), condición previa que establece la OMC para que los países puedan ingresar al organismo.

2 De hecho, hay un incidente anterior: el 12 de abril de 1988, la oficina de patentes de EEUU concedió a DuPont una patente sobre un ratón cuya línea había sido modificada para hacerlo susceptible al cáncer.

Fuente: http://www.aporrea.org/tecno/a126109.html

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Cuando exista una verdadera inclusión en la educación dominicana (2 de 3)

Juan Zapata Peralta

18/04/2016

En la entrega anterior de la parte uno de este artículo, hacía una breve introducción para explicar cómo en las sociedades que se piensa en una auténtica inclusión, valoran las funciones de las personas con discapacidad en las diferentes actividades humanas, pero estos no son los únicos casos.

Hay algunos que merecen también especial atención: los niños superdotados en una sociedad de exclusión.

Ellos son víctimas de la falta de experticia de los educadores nuestros en casos de personas de capacidades superiores, aquellos de alta capacidades cognitivas y con una tendencia sin igual a desarrollar un liderazgo cultivado en la “Zona de Desarrollo Próximo”, que es su elemento diferenciador, sin dotes superiores y maduras como elemento diferenciador que se superponen a la predisposición genética que insufla la madre.

La inclusión es un acto humano de atención a la diversidad que sólo puede ser manejada por expertos sociólogos, neurocentistas, psicopedagogos, terapistas físicos y orientadores.

¿Dónde están esas personas en nuestro sistema educativo? ¿Dónde está la primera escuela de educación especial que ha sido clausurada porque ya los niños con discapacidad se forman en las escuelas que ofertan servicios educativos con ningún tipo de especialidad?

Pero necesito que me digan la primera cohorte de maestros dominicanos graduados de Estimulación Oportuna, o Temprana, como erróneamente se dice, que son el insumo que demanda una verdadera inclusión.

Por lo anteriormente dicho, es que me atrevo a afirmar que la Revolución Educativa sólo iniciará cuando se inviertan los recursos del 4% en el capital humano para hacer una revolución y una inclusión que levante la dignidad como valor supremo de los seres humanos.

Fuente: http://www.elcaribe.com.do/2016/04/18/cuando-exista-una-verdadera-inclusion-educacion-dominicana-2-3#sthash.1PuKZOdm.dpuf

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Todos somos Extranjeros

Post escrito a medias con Edita Olaizola al salir de una master class del profesor Itamar Rogovsky

Laura Rosillo

28/abril/2016

Ya no quedan maestros. Personajes que sobre una tarima te sacuden de tu modorra, ponen patas arriba tus certezas y dejan que entre aire nuevo y ventile todos los rincones de tu cerebro cargadito de mensajes televisivos. Maestros que, iluminados por la vehemencia de su discurso, olvidan el micrófono porque en realidad nos hablan al oído, tienen el poder de dirigirse individualmente a cada uno de nosotros.Es la segunda vez que escribo un post con Edita Olaizola. Somos buenas amigas y los pocos ratos que estamos juntas nos ofrecen múltiples alegrías.  Una de ellas, por ejemplo, es aprender de un gran maestro.  Escuchamos, anotamos, preguntamos, reflexionamos, comentamos… y así nos enriquecemos juntas y disfrutamos de la vida.

A veces, con un poco de suerte, escuchamos a un brillante gurú, que nos emociona superficialmente y del que no recordamos nada al día siguiente.

Los maestros son otra cosa, ya nunca volveremos a pensar igual, incorporan a nuestra propia visión y experiencia nuevos escenarios y nuevos ángulos de percepción.

Nos estamos refiriendo a  Itamar Rogovsky, un maestro de los que casi no quedan, que desde la sencillez, la proximidad y la argumentación retórica más clásica, vino a demostrar que todos somos extranjeros… y esto en esta ciudad, la nuestra, que se cree capital de un quimérico estado, y que, efectivamente, nos hace sentirnos extranjeras en nuestra propia casa.

Rogovsky

Y nosotras, con los oídos bien abiertos y tomando notas sin parar teníamos la certeza de que su relectura hoy iba a ampliar nuestro pequeño mundo y fuimos adentrándonos en la descripción que del momento presente iba perfilando el profesor Rogovsky.

Nos advirtió que ni citas, ni autores, pero detrás de cada frase se escondía un libro recién leído o recién recordado, un autor de cabecera, una cita anotada en una servilleta de un bar o en una libreta guardada en un bolsillo…

La afirmación de arranque asentía que “todos somos extranjeros” para llegar al colofón de que como trabajadores somos extraños, extranjeros, estamosfuera de lugaren nuestra empresa.

Las referencias al enfrentamiento judío/palestino, musulmán/cristiano, latino/yankee, blanco/negro, nos sirven para generalizar el problema de que para cada individuo, el “otro” es un extranjero y nosotros mismos lo somos desde que nacemos y somos expulsados del “paraíso”, del útero de nuestra madre.

Y así encerrados en nuestra propia cultura, en nuestra zona confortable, el “otro” es vivido siempre como un “invasor” si quiere mantener sus valores y principios, como un “extranjero” si pretende integrarse y adoptar los nuestros.

Y lo mismo sucede en las organizaciones en las que cualquiera que no se disuelva en la mediocridad de lo establecido, lo usual, lo prescrito por la cultura de la empresa, es considerado un extranjero y, en consecuencia, un enemigo que debe ser expulsado de la comunidad compacta y hermética que configuran tantas organizaciones hoy.

Itamar extranjeríaDe hecho, aseguró que «el sentimiento de extranjería es el paradigma de la situación organizacional actual«.

Y los “Jinetes del Apocalipsis” contra los que debe luchar ahora la dirección de la empresa o en su ayuda Recursos Humanos para renovar, reinventar, reiniciar… las relaciones empresa/trabajador, nos decía el profesor Rogovsky, son la cooptación, el ghetto, el gatopardismo, el mobbing y la tanatopolítica… plagas todas ellas relacionadas con la exclusión del “otro”, con el sentimiento de extranjería que insuflan muchas organizaciones para situarse sus directivos en un plano superior, excluyente, elitista, autoritario… que responde más a estructuras y relaciones eficientes en el siglo XX pero que son claramente obsoletas en el siglo XXI.

Gracias, maestro.

Fuente: http://lrosilloc.blogspot.com/

Fuente de la imagen de cabecera: Imagen: www.diarioinformacion.com

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Las prácticas pedagógicas y el proceso ideológico de dominación en la enseñanza de las ciencias (Parte II)

 Maximiano Millán G

En anterior prublicación con el mismo nombre de este artículo, nos referiamos a la existencia de un modelo de enseñanza paradigmático que se ha mantenido en el tiempo y que se ha salido con la suya todas estas décadas, permitiéndonos realizar renovaciones y modificaciones que no resolvieron para nada el problema de la calidad en la educación, y que por ello era necesario entonces darle nombre a este problema paradigmático. Y más importante, a nuestro humilde entender, es descubrir los procesos que le han permitido mantenerse en el tiempo.

Para ello propusimos desde una sana lógica de la metodología marxista, necesitamos entonces encontrar las leyes que han creado este paradigma educativo y que le ha mantenido durante décadas formando a nuestros estudiantes para “no saber”. Nos interesa además, y sobre todo, la ley que rige sus cambios, su evolución, es decir, el tránsito de una forma a otra, de uno a otro orden de interdependencia. (Marx, 1867, 8)

En el anterior articulo publicaso este problema se abordo desde la perspectiva burocratica y la política. A continuación abordaremos el tema central del paradigma que analizamos desde dos nuevas perspectivas.

  1. La perspectiva histórica

Estamos entonces comenzando a descubrir las razones existenciales del paradigma educativo que se ha mantenido a lo largo de los últimos cincuenta años. Es la lógica educativa de la clase dominante venezolana que se apoderó del proyecto democrático popular que salió a la calle a derrocar al Gral. Marcos Pérez Jiménez en 1958.

La odiosa pero muy conveniente división de clases heredada de la colonia, se mantuvo y quizás se estratificó, luego de la Guerra Federal. Al entrar al S. XX ocurren en Venezuela y el mundo dos acontecimientos que se complementaron: en primer lugar los capitalistas petroleros norteamericanos salen por el continente buscando fuentes energéticas para establecer la doctrina Monroe y asegurar el consumo de energía de los EEUU. En segundo lugar, en Venezuela se descubre un potencial petrolero que fue visto por estos capitales como la gran oportunidad de tener un proveedor seguro de este mineral.

A partir del trienio de 1945-1948 estos grupos familiares comienzan a ser más partícipes de las decisiones del Estado, al comenzar a invadir con sus miembros los espacios de representación de la incipiente democracia que pretendió surgir desde estos años.

De acuerdo con el estudio realizado por Brito Figueroa (1972), fueron dos vías las utilizadas por estos grupos familiares para enriquecerse utilizando los fondos del Estado. La primera, haciendo negocios con el gobierno de turno, no hubo desde ese trienio y hasta 1985 ningún entorno de ningún presidente o dictador venezolano, en los que varios grupos de esas familias estuvieran realizando acuerdos, ganando licitaciones, promoviendo ministros o simplemente asesorando a dichos gobiernos. En estos negocios no era prioritario si el erario público salía ganando o perdiendo, lo importante era la ganancia familiar que este negocio dejaba. Encontraron incluso mayor facilidad para enriquecerse en la importación de bienes y en la producción de servicios al Estado que en promover las industrias nacionales o la producción de alimentos para nuestro pueblo.

La segunda forma de generar un capital para realizar grandes negocios privados fue el lavado de dólares provenientes del narcotráfico y con ese capital financiar especulativamente la venta y compras de divisas extranjeras o la adquisición de medios de comunicación que les lavaran también su imagen.

De tal manera que desde la perspectiva de la lucha de clases, en las décadas finales del siglo pasado, la clase dominante de este país se entronizó en el poder político del Estado. En no pocos casos de forma directa, miembros de estas familias eran ministros de gobierno, y en otros casos asociándose a los partidos políticos que formaban parte del status quo, incluidos los de izquierda.

Ello le permitió a esta clase dominante, preparar un sistema educativo acorde a sus intereses de dominación y es por ello que la aceptación de esta clase como “natural” dueña del poder político, era algo que se le trasmitía (¿trasmite?) perfectamente a los estudiantes venezolanos.

Se enseñó a votar pero no a participar activamente en la política, hasta tal punto que se consideró importante despolitizar los centros educativos, con excusas como aquella de que la política es sucia. De la misma manera, se enseñó a nuestros niños y jóvenes a formarse para el trabajo, o mejor dicho a formarse para vender su fuerza laboral y verlo como algo normal y necesario para vivir en esta sociedad. Nadie bien educado, podría cuestionar el sistema.

Este sistema educativo vino de la mano de la organización política desde sus inicios y siendo Latinoamérica un continente bajo la hegemonía capitalista de los Estados Unidos, dichas organizaciones políticas utilizaron este sistema como “… el puente necesario para la legitimación sutil de nuevas formas culturales de dominación: la de la colonialidad simbólica en la configuración del mundo.” (Quintar, 2004, página 181)

Esto hace necesario descubrir las enseñanzas y prácticas pedagógicas que preparan la mentalidad y la conducta de los niños, parafraseando a Ponce, para aceptar como normal la existencia del sistema capitalista de explotación. (Ponce, 1938, 110) (El resaltado es nuestro)

Es necesario entonces dar respuestas a preguntas como ¿Cuáles prácticas pedagógicas de los profesores y maestros trasmiten el modelo de dominación hegemónico capitalista?

Estas prácticas de dominación se han ocultado durante todos estos años bajo otros nombres. Los modelos de enseñanza / aprendizaje han cambiado mucho, pero debajo de ellos, estas prácticas se han mantenido dentro del aula.

Coincidimos con Gil y de Guzmán en que “… tras la idea vaga de enseñanza tradicional existe un modelo coherente de enseñanza/aprendizaje por transmisión/recepción de conocimientos ya elaborados (Gil ,1983; Millar y Driver, 1987) y que la renovación de la enseñanza no puede ser cuestión de simples retoques, sino que presenta las características y dificultades de un cambio de paradigma” (Gil Pérez y de Guzmán Ozámiz, 2001, 33)

En un segundo momento nos veríamos obligados a preguntar y responder ¿Cuáles serían las características esenciales de la práctica pedagógica emancipadora en la enseñanza de las ciencias? Se hace necesario entonces adentrarnos en una búsqueda teórica sobre el pensamiento emancipador o crítico, para encontrar una práctica pedagógica coherente con el Socialismo del siglo XXI.

  1. La perspectiva del modelo de desarrollo.

Otra forma de abordar el problema de este paradigma tradicional es a través del modelo de desarrollo que nuestra sociedad ha tomado para sí. Si observamos la manera mediante la cual esta sociedad se ha visualizado como desarrollada, entonces podremos comprender, hacia dónde ha dirigido sus fuerzas en la preparación de nuestros jóvenes.

Es notoria en la actualidad venezolana, la división de nuestro pueblo en dos bloques políticos, que tienen a su vez grandes diferencias en la manera de entender el modelo de desarrollo económico que como sociedad deberíamos seguir.

Se hace necesario, acercarnos a la historia de las primeras concepciones sobre desarrollo, que influyeron sobre la estructura social de nuestro país y en específico sobre las políticas desarrolladas por la clase dominante y el Estado de bienestar creado por su dirigencia política correspondiente.

Varios autores colocan en el comienzo de la posguerra europea, el inicio de la concepción que sobre el desarrollo manejamos de este lado del mundo.

En 1950 un documento de la ONU (Organización Naciones Unidas) planteaba que para lograr el crecimiento económico “Las filosofías ancestrales deben ser erradicadas; las viejas instituciones sociales tienen que desintegrarse; los lazos de casta, credo y raza deben romperse;” (Escobar, 2007, 20) es decir los pueblos pobres de la periferia, entiéndase África, Asia y América Latina, tenían que dejar de ser ellos mismos y parecerse cada día más a los que habían alcanzado el crecimiento económico, es decir los Estados Unidos y Europa. “Se planteaba, entonces, como la tarea fundamental el cambio de actitud frente al desarrollo, condición indispensable para lograr abandonar el subdesarrollo y pasar a formar parte del mundo civilizado capitalista y occidental.” (Ornelas, 2011, 26)

En el mismo estudio Escobar reconoce que aunque estas expresiones, se corresponden más con una visión colonialista y no desarrollista, en el resto de ese estudio se puede visualizar que “el discurso del desarrollo se rige por los mismos principios” (Escobar, 2007, 29)

Estamos entonces ante una categoría de pensamiento que partió de una propuesta excluyente y desarraigadora del ser de nuestros pueblos pobres. Un concepto que ayudó no solamente a construir toda una estructura de dominación política sobre nosotros sino que además de crear toda una teoría ideológica sobre si mismo logró al mismo tiempo convencernos de que no somos desarrollados como ellos y que tenemos que aceptar casi como un regalo, esta concepción.

¿Cómo se adueño esta concepción de “desarrollo” del mundo de nuestra subjetividad?

Resulta muy claro y contundente que este modelo, sirvió de base para endeudar a nuestros países financieramente con nuestros “donantes”. Todo en función de mantener la hegemonía dominante ante el comunismo soviético. Y mantener a todo el continente ideológicamente enganchado a su modelo.

Es de hacer notar, que aunque los Estados Unidos comenzaron a reducir su asistencia extranjera a partir del gobierno de Johnson, otros países ricos compensaron “generosamente” esta falta.

Por lo tanto nos encontramos ante una razón política e ideológica. Las necesarias donaciones del mundo capitalista aseguran por una parte un eterno dominio sobre los países más pobres y por otro lado, lograron compactar un bloque ideológico que evitaría el crecimiento de la influencia comunista entre ellos.

Aunque a partir de la década de los 70, nadie reporta utilizar el enfoque del déficit financiero como ideología que endeuda a los países no desarrollados, Easterly demuestra en varios casos de ayuda reciente, que su “espíritu” ronda en la forma de actuar de los organismos financiadores mundiales. (Easterly, 2003, 40) Bastaría ver las soluciones propuestas por el Banco de Europa para la flotación de la economía griega, el año 2011: disminución de la inversión pública y recepción de préstamos extranjeros para lograr que las empresas privadas desarrollen la estancada economía del país. ¿Suena diferente este discurso?

Pero el fulano desarrollo no llegó. Ya en la primera década de este siglo, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales advertía: “Las reformas económicas neoliberales ejecutadas desde hace más de quince años en la región han modificado sustancialmente la economía y la sociedad de los países del área. Sin embargo, no ha sido posible dinamizar las economías, disminuir la desigualdad social, ni abatir los niveles de pobreza” (CLASO, Declaración de Río, 2008)

Sólo cuando entendamos que el centro del proyecto de crecimiento de una nación es para la totalidad de sus integrantes y que este proyecto incluya “… la efectiva mejoría de las condiciones de vida de esa población, el crecimiento “económico se transformará en desarrollo.” (Furtado, 2008).

Toca entonces desmontar este aparato ideológico desarrollista, para asegurar que las futuras generaciones puedan vivir en un país que mejore la condiciones de vida de su población, como dice Furtado. Un país en donde, citando a Rousseau no haya “ningún ciudadano (que) sea suficientemente opulento para poder comprar a otro, ni ninguno bastante pobre para ser obligado a venderse,“ (Rousseau, 1762. 48)

  1. Las categorías esenciales del pensamiento crítico y sus consecuencias en la práctica pedagógica.

En el año 2007 Franz Hinkelammert, propuso tres puntos para desarrollar un “marco categorial” de lo que llamamos pensamiento crítico o teoría crítica. Dichos puntos fueron: “la ética de la emancipación, la justicia como orientación del proceso de emancipación y la relación de sujeto y bien común, que subyace al proceso” (Hinkelammert, 2007, 402). Tomaremos cada una de estas categorías y aportaremos las implicaciones que sobre el proceso de enseñanza aprendizaje tienen en nuestra humilde opinión.

La primera de ellas surge de la composición que hace Hinkelammert de dos citas de Marx. En dicha composición Marx hace dos sentencias contra “los dioses del cielo y de la tierra”. La primera por no reconocer que “el ser humano es el ser supremo para el ser humano”. La segunda por permitir que en su nombre “el ser humano sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable” (Hinkelammert, 2007, p. 403).

De estas dos sentencias podemos decir como Hinkelammert; “El ser humano, al ser el ser supremo para el ser humano, trasciende al propio ser humano como es y se transforma en exigencia. Marx expresa esta exigencia: “Echar por tierra todas las relaciones en que el ser humano sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable.” (Hinkelammert, 2007, p. 404) Esta exigencia de Marx tiene en nuestra humilde opinión, unas muy interesantes aplicaciones didácticas.

La relación de dominación que se establece entre profesor / estudiante en donde el gigante lo sabe todo y el otro es en muchos casos humillado y sojuzgado no puede ser aceptada y debe ser execrada de nuestras prácticas pedagógicas.

El estudiante debe pasar a ser el centro del hecho educativo y el profesor pasar a un segundo plano, puesto que nada hay más importante que la humanización del estudiante. El ser humano debe trascender su condición para humanizarse, por lo tanto el estudiante debe sentir que se le reta a crecer desde su propia condición y obviamente desde una posición de dominado el nunca estará en disposición de cumplir con esta exigencia.

Cualquiera que sea maestro o docente, sabe que cambiar el centro de atención de los estudiantes en el aula hacia ellos mismos, es de las cosas más difíciles, puesto que lo normal es que desde los primeros niveles de educación formal a ellos se les ha indicado todo, desde cómo tomar el lápiz hasta qué respuesta o párrafo copiar en el cuaderno.

La segunda categoría, la justicia como orientación del proceso de emancipación, parte del concepto de injusticia que Hinkerlammert deriva de la conclusión de Marx luego del análisis del concepto plusvalía: “Por tanto, la producción capitalista sólo sabe desarrollar la técnica y la combinación del proceso social de producción socavando al mismo tiempo las dos fuentes originales de toda riqueza: la tierra y el trabajador.» (Marx, citado por Hinkerlammert, 2009, 408) Por lo tanto es injusto aquel que produce riqueza socavando las dos fuentes originales de ella: la tierra y el trabajador.

¿Es necesario demostrar que el sistema capitalista está socavando y más aún destruyendo la madre tierra? ¿Acaso la pobreza no es fruto de la acumulación de riqueza de unos pocos?

Esta categoría implica para el modelo educativo, un compromiso real por parte del docente y de todo el sistema, de que su labor, y todo su accionar, sea preferencialmente a favor de los estudiantes y sobre todo de los más pobres. Mas que un compromiso una consagración.

No podemos educar correctamente o con calidad, si dejamos de lado a los estudiantes que viven en la pobreza. Sería injusto evaluar con el mismo criterio al que viene de una casa digna y con suficiente espacio para estudiar que al que viene de un hogar con un promedio de personas mayor a la media nacional.

Debemos estructurar en todas nuestras escuelas el horario completo, para que los docentes de media podamos armar equipos que visiten a los más necesitados y asegurar que no abandonen los estudios por falta de ayuda. Incluso, si fuera posible, convertirnos en agentes de denuncia o de enlace con el Estado o las instituciones de este que pudiesen resolver los problemas que aquejan a nuestros estudiantes mas necesitados.

Finalmente la tercera categoría, la relación de sujeto y bien común que subyace al proceso, surge como consecuencia de colocar al ser humano como centro del proceso emancipador y visibilizar la injusticia como medio del enriquecimiento de los poderosos y el empobrecimiento de grandes masas de seres humanos.

Hinkelammert cita a San Ireneo para ejemplificar la razón de ser de este bien común “Gloria dei, vivens hommo” (Hinkelammert, 2009, p. 410) La Gloria de Dios es vida en el hombre. Mons. Oscar Romero, obispo de San Salvador, asesinado en 1980, al recibir el doctorado Honoris Causa en la Universidad de Lovaina, tradujo la misma frase de la siguiente manera “La Gloria de Dios es que el pobre viva”. Esto es debemos vivir todos y vivir bien, empezando por los más pobres.

Por supuesto que las implicaciones educativas de esta categoría tienen mucha relación con la anterior. Bastará con remarcar la necesidad de mejorar nuestros indicadores de evaluación para tratar a los estudiantes con menos recursos de manera preferencial sobre los otros, puesto que la situación histórica de nuestro pueblo nos ha hecho desiguales por la lógica del capitalismo.

Existen por supuesto otras categorías, otros autores, que pudiesen estudiarse y visualizar sus implicaciones en las prácticas pedagógicas, pero por el espacio de este trabajo con este marco bastará para trasmitir la importancia de buscar la manera de cambiar para siempre esta forma de trasmitir el modelo hegemónico de explotación del hombre por el hombre.

  1. Conclusiones preliminares:

Hay que buscar técnicas y prácticas que permitan voltear la responsabilidad de la formación al estudiante. Puesto que es él el que tiene que vivir un proceso de humanización, nuestra función es servir de ejemplo como proceso de vida mas adelantado en el tiempo y facilitador de su proceso. Estas son sólo algunas de las acciones que como docentes tendríamos que tomar dentro del aula para colocar al estudiante como centro de la práctica pedagógica, la creatividad queda abierta para los que quieran cambiar.

Los medios de comunicación y la invasión cultural a través del sistema educativo, jugaron un rol preponderante en ese proceso de convicción que transformó nuestra subjetividad y que nos convenció de que era “el desarrollo como una especie de generosa oportunidad ofrecida por los países más desarrollados del capitalismo a los países latinoamericanos que ávidamente buscaban fórmulas para superar sus problemas seculares de pobreza, desigualdad y exclusión” (Ornelas, 2003, 26)

Los cambios realizados hasta ahora son muy tibios y más bien reformadores, no revolucionarios. Se necesita, entre otras cosas, un trabajo conjunto de formación de docentes revolucionarios, que junto a los cambios políticos ya comenzados y una visión paradigmática de la educación, afronte el cambio de paradigma en la educación y en la enseñanza de las ciencias.

Nuestras clases de matemática o ciencias o cualquier área de conocimiento deben demostrar la destrucción del planeta por parte del capitalismo, deben denunciar la injusticia de la riqueza por medios especulativos, sino lo hacemos ¿Para qué enseñamos?

 Fuente del artículo: https://drive.google.com/file/d/0B93AeKPzudhgTnpJQ3FsVFJEeVk/view

Fuente de la imagen: http://caiohostilio.com/wp-content/uploads/science-and-ideology.png

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