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Aulas de Emergencia

Artículo de opinión escrito por Luis Hernández Navarro y publicado originalmente en La Jornada

La maestra Érika Elizabeth Nú­ñez Montes ha hecho de la banqueta un aula de emergencia. Cada día, en la calle Nicolás García 60, Iztapalapa, frente a la escuela Nicolás García, en la que enseñó durante más de 10 años, imparte clases de quinto año de primaria.El precario salón de clases de la Unidad Habitacional Ermita Zaragoza funciona en el turno vespertino desde que el pasado 7 de marzo un grupo de funcionarios irrumpió en la escuela para notificarle a la maestra Núñez que, a partir del 1º de marzo, estaba despedida.

A la profesora Érika la cesaron en su trabajo a pesar de que era querida y respetada por sus alumnos y sus padres de familia, y de que no había faltado a clases. Durante años, su labor frente a grupo ha sido intachable. Desempeñó siempre su función con responsabilidad y compromiso. Sin embargo, fue cesada por negarse a presentar un examen al desempeño docente, mal hecho y peor aplicado, que no consideró ni su plan de trabajo ni las condiciones en que tuvo que enseñar a los niños.

La escuela en que la maestra Núñez Montes educa está enclavada en una zona de la ciudad de México particularmente violenta. Apenas el pasado 19 de octubre, no muy lejos de sus instalaciones, apareció colgado el cuerpo de un hombre. Los alumnos que asisten a ella provienen de familias en su mayoría humildes. No son pocos los que han crecido en hogares rotos. La profesora, con 13 años de servicio (10 de ellos en la Nicolás García), sabe cómo enfrentar estos desafíos, que ningún examen para medir conocimientos puede evaluar.

Al enterarse del despido de la maestra, los padres de familia se indignaron y exigieron a las autoridades escolares que fuera reinstalada. Y cuando éstas se negaron a devolverle su trabajo, apoyaron que siguiera dando clases, aunque fuera en la calle. Están dispuestos a salir a marchar para que ella regrese. Mejor que nadie, ellos saben lo que Érika ha hecho por sus hijos. Viven su cese como una arbitrariedad, como una enorme injusticia.

Érika Elizabeth Núñez Montes es una de los 3 mil 360 docentes despedidos en el país por no presentar la prueba al desempeño. Al igual que en su caso, en muchos lugares del país los padres de familia se han solidarizado con ellos. La lista es larga: Durango, Tlaxcala, Sinaloa, Campeche, Jalisco, Chihuahua, Nayarit, Quintana Roo, Guerrero y un largo etcétera. Han solicitado pacíficamente a los funcionarios educativos la reinstalación de sus profesores y, cuando no les ha hecho caso, han ocupado escuelas, marchado y tomado oficinas públicas. Como en Iztapalapa, han levantado aulas de emergencia.

Las formas de lucha varían de estado a estado. En Campeche, los maestros y maestras cesados asisten a sus planteles y cumplen su horario, aunque no puedan ingresar a los salones de clase. Los padres de familia firman la lista de asistencia de los docentes, para dar fe de su presencia en las escuelas. El profesor Uk Tuz explicó a este diario: Hoy me presenté como de costumbre todas las mañanas; nuevamente intenté ingresar al plantel, pero estaba la directora, que me dijo que seguían en pie las acusaciones de la secretaría y, para dar fe de que acudí a mi labor, recabé las firmas de los padres de familia que me estuvieron apoyando y me retiraré a la una de tarde, para que no digan que abandono mis labores.

Las autoridades gubernamentales han respondido con sordera, prepotencia y represión. El pasado 17 de marzo, en Durango, elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE) detuvieron a dos profesores que protestaron contra los despidos afuera del Centro Cultural Bicentenario, donde el gobernador Jorge Herrera Caldera rindió su sexto informe. Están acusados de motín y privación de la libertad. La noche anterior, policías realizaron al menos cinco cateos en casas de docentes inconformes. Una de las esposas de los maestros dijo: Me amenazaron cuando no encontraron a mi marido; me dijeron que si no decía dónde estaba me lo iban a regresar muerto. Según la fiscal estatal, Sonia Yadira de la Garza, existen 20 órdenes de aprehensión más contra otros docentes. Y, en Tlaxcala, elementos de seguridad agredieron a docentes y padres de familia que protestaron afuera de la Unidad de Servicios Educativos. La maestra Citlali Ortiz Cano recibió varios golpes de los uniformados.

En diversos estados se han efectuado movilizaciones magisteriales de protesta contra los despidos de sus compañeros. En Zacatecas, los trabajadores de la educación tienen tomada la Secretaría de Educación, y ya encarrerados, ocuparon también el Congreso del estado. En Mazatlán, Sinaloa, iniciaron un plantón en las oficinas de la Secretaría de Educación Pública y Cultura y colocaron una ofrenda floral con dedicatoria a la muerte del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que traicionó a los maestros de base.

Los profesores cesados por la SEP por no presentarse el examen al desempeño no son ni irresponsables ni malos maestros. Por el contrario, la mayoría de ellos son excelentes profesionistas, comprometidos con su trabajo, queridos por sus alumnos y por los padres de familia. La solidaridad con que se les ha cobijado así lo demuestra. Unos no se presentaron a la evaluación porque fueron requeridos para hacerlo con muy pocos días de anticipación. Otros, porque rechazan la falsa reforma educativa y decidieron no avalarla con su presencia. Algunos más porque consideraron que era oprobioso que, después de años de servicio y buenos resultados prácticos, se les sometiera a la humillación de tener que demostrar que tenían los conocimientos para ejercer. Finalmente, varios estimaron que no tenían por qué renunciar a derechos adquiridos y permitir que se les aplicara una nueva legislación de manera retroactiva.

Por lo pronto, el gobierno federal ya tiene un nuevo problema en puerta. Además de presentar demandas legales y amparos ante los despidos injustificados, el magisterio democrático decidió irse a huelga nacional, a más tardar el 1º de mayo. Poco menos de cinco semanas después, el 5 de junio, habrá elecciones para gobernador en 12 estados.

Luis Hernández Navarro

Twitter: @lhan55

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La escuela, herramienta privilegiada para formar en valores democráticos

Los chicos no aprenden sólo de los textos y las clases sino principalmente de lo que transmiten nuestras conductas. La escuela es una institución responsable de transmitir saberes y valores.

Dibujo: Chachi Verona
Años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, el filósofo alemán Theodor Adorno afirmó que el objetivo principal que se debía plantear la educación en el mundo era evitar que Auschwitz se repitiera. Retomando esta idea de Adorno, a 40 años del último golpe cívico militar en la Argentina, es posible plantear que el objetivo central de la escuela argentina debe ser educar niños, jóvenes y adultos formados con valores que impidan que se vuelva a instalar el terrorismo de Estado a partir de la interrupción de la institucionalidad democrática. Ello implica que, sin lugar a dudas, la escuela debe transmitir conocimientos y saberes que permitan a sus egresados incorporarse al mundo del trabajo y a la continuidad de los estudios. Pero que su fundamento principal es formar hombres y mujeres que sean profundamente respetuosos de los derechos humanos y de la convivencia democrática. La escuela es la institución responsable de trasmitir los saberes y valores que cada sociedad y generación deciden legar a las generaciones futuras. En la definición de qué es lo que se transmite a partir del accionar pedagógico, se puede percibir claramente cuáles son los valores en torno a los que se pretende construir el orden social. Por ello construir una sociedad democrática, especialmente después de la dramática situación que vivió la Argentina durante la dictadura, exige de una escuela que coloque en el centro de su preocupación el respeto por los derechos humanos, la paz, la convivencia, la diversidad, la participación y el pluralismo.

Con esta concepción, el gobierno de Raúl Alfonsín, que asumió el 10 de diciembre de 1983, rápidamente emprendió una profunda revisión de los contenidos escolares prescritos por la dictadura. También trabajó fuertemente en la modificación de las reglamentaciones autoritarias que regulaban el funcionamiento de las instituciones educativas. Si bien el cambio en los diseños curriculares se puede implementar con relativa rapidez, la llegada de los nuevos contenidos a las aulas es un proceso de mediano plazo porque está mediatizada, entre otros factores, por la edición de nuevos libros y la capacitación docente en los valores y saberes a transmitir. Respecto del funcionamiento democrático de las instituciones educativas, se trata de un proceso aún más extendido en el tiempo. No se trata únicamente de cambiar las reglamentaciones. Es necesario un cambio muy profundo en la cultura escolar, que estaba muy marcada por la impronta autoritaria de la dictadura. Como todos sabemos, el cambio de las actitudes de las personas es un proceso mucho más complejo que la modificación de los documentos. Exige políticas de Estado que trasciendan los períodos constitucionales y se legitimen en la vida cotidiana.

Es así que durante los años que sucedieron a estas primeras iniciativas, la democratización de contenidos y prácticas escolares fue avanzando con distintas intensidades de acuerdo a los diferentes contextos políticos que ocurrieron en el país. La preocupación por el papel de la educación respecto a la formación de ciudadanos con profunda vocación democrática y conciencia sobre el respeto integral a los derechos humanos volvió a cobrar fuerza a partir de las políticas llevadas adelante desde 2003. No fue una decisión particular de las autoridades educativas. Fue parte de una política más general llevada adelante por el gobierno que colocó la necesidad de recuperar los valores de Memoria, Verdad y Justicia como ejes de la voluntad del Estado de que esos crímenes no se repitieran. Y de una comunidad convencida de que el recuerdo de lo ocurrido durante el terrorismo de Estado y el fin de la impunidad a quienes violaron los derechos humanos más elementales debían ser la base para construir una sociedad donde el Nunca Más se convirtiera en una realidad.

Programas. El cumplimiento de los 20 años de la recuperación de la democracia en el 2003 permitió comenzar a desarrollar un conjunto de programas educativos que produjeron materiales y capacitación docente para llegar a las escuelas de todos los niveles. La conformación de una comisión políticamente plural y de características multidisciplinarias garantizó que tanto contenidos como programas representaran el conjunto de problemáticas y perspectivas presentes en la temática de los derechos humanos. La concepción que se privilegió excedía la idea que la temática de los derechos humanos se circunscriba a las violaciones que ocurrieron durante el gobierno militar. Uno de los ejes centrales de los programas fue el trabajo de educar en la diversidad. Ello significó poner énfasis en que la escuela al mismo tiempo que debe igualar las condiciones socioeconómicas y educativas de los alumnos debe trabajar para promover y respetar la diversidad cultural. Se trabajó con el concepto de dejar de lado el histórico precepto de «crisol de razas» a partir de lo cual la educación debía transformar a quienes provenían de hogares con historias y culturas muy diferentes en «argentinos» uniformemente diseñados a partir de la cultura dominante. En la Argentina democrática hay que promover una escuela que dedique tanto esfuerzo en generar igualdad de oportunidades como preservar la diversidad cultural. En palabras de Emilia Ferreiro, «… Si el otro es diferente, tengo mucho para aprender de él…».

La creación del Canal Encuentro y posteriormente del Canal Paka Paka permitió contar con dos poderosas herramientas comunicacionales para que la educación escolar estuviera acompañada de múltiples mensajes multimediales. Un paso importante para institucionalizar el trabajo en memoria y derechos humanos fue la aprobación de la nueva ley nacional de educación. En el debate que precedió a su aprobación, en el cual participaron más de 4 millones de docentes, padres y alumnos, se acordó por unanimidad que los contenidos vinculados a la democracia y los derechos humanos debían estar obligatoriamente presentes en forma transversal en el conjunto de los niveles del sistema educativo. Ello quedó plasmado en el artículo 92 de la ley, que establece que los contenidos curriculares de todas las jurisdicciones deben incluir el ejercicio y construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos que quebraron el orden constitucional y terminaron instaurando el terrorismo de Estado. Los derechos de los/as niños/as y adolescentes establecidos en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la ley Nº 26.061; la diversidad cultural de los pueblos indígenas y sus derechos; además de los contenidos y enfoques que contribuyan a generar relaciones basadas en la igualdad, la solidaridad y el respeto entre los sexos; completan los objetivos de la ley para generar en los/as alumnos/as reflexiones y sentimientos democráticos y de defensa del Estado de derecho y la plena vigencia de los derechos humanos.

Como todos sabemos, que se haya incorporado en el texto de la ley es importante, pero no alcanza. Es necesario que estos contenidos y valores entren en las aulas y en la vida cotidiana de las escuelas de la mano de los aprendizajes que transmiten nuestros docentes a través de sus saberes y comportamiento cotidianos. Los chicos y jóvenes no aprenden sólo a partir de lo que enseñamos con los textos y las clases teóricas. Ellos aprenden principalmente por lo que transmitimos a través de nuestras conductas. No solo por lo que decimos sino por lo que hacemos. Por ello una escuela profundamente democrática y respetuosa de los derechos humanos y la no discriminación es aquella donde estos valores se viven cotidianamente.

Como señalamos anteriormente, esta construcción social requiere de políticas de Estado de mediano y largo plazo. No son patrimonio de un gobierno. Es mucho lo que se ha avanzado desde diciembre de 1983, pero es mucho más lo que aún resta por hacer. A 40 años del Golpe cívico militar, de la dictadura más trágica de nuestra historia, la escuela sigue siendo la principal herramienta para formar a los ciudadanos con los valores necesarios para que este tipo de atrocidad no vuelva a ocurrir y para construir una sociedad cada vez más integradora y justa.

publicado primeramente por: http://www.lacapital.com.ar/contenidos/2016/03/19/noticia_0090.html

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Artículo: Educación y Salud desde la Transdisciplinariedad de la Reconstrucción Social

 La salud al igual que la educación son aspectos integrales e incluso transversales en la dimensión social

Venezuela/ 22 de Marzo de 2016/Por Rose Mary Hernández Román

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La salud al igual que la educación son aspectos integrales e incluso transversales en la dimensión social, entendiéndose lo social como el mayor contexto en el que se desenvuelve toda persona, por consiguiente, trasciende en el proceso de búsqueda del conocimiento en pro de un mejor vivir.

En ese sentido, haciendo un remonte histórico del devenir de la ciencia, desde épocas antiguas uno de los métodos que se mantiene con gran relevancia y prestigio es el conocido método científico, argumentado bajo el pensamiento de Augusto Comte (1798-1857) y de Emilio Durkheim (1858-1917), entre otros, quienes posicionaron en primer lugar la idea de universalidad, pese que el mismo se caracteriza por separar las áreas disciplinarias, y por fragmentar su objeto de estudio tanto como le sea posible, argumentando que la suma de las partes constituye el todo.

Sin embargo, si bien es cierto que tal abordaje de este método resulta válido para muchas de las actividades científicas de laboratorio, no deja de ser menos cierto lo limitado de su aporte para solventar planteamientos que emergen de la realidad, sobre todo cuando se trata de fenómenos sociales, a los que me atrevo a llamar: fenómenos líquidos, dado la capacidad de transformación e interpretación que en ellos se genera. Lo social se adecúa a momentos históricos particulares y viceversa.

Ante esta situación de realidades cambiantes, hoy día, el método científico es una visión limitada de la investigación, puesto que desecha otro modo de aprehender realidades, limitando el estudio de problemas complejos y obviando que la realidad es compleja, e incluso transcompleja cuando en ella se aprecia la Transdisciplinariedad. Sin embargo, nuevos enfoques han emergido para acercarse a realidades fenoménicas, particularmente en las ciencias de la educación y de la salud, destacándose lo significativo de efectuar investigación desde el punto de vista transdisciplinario como enfoque para encontrarse con el mundo.

Esto debido a los contenidos de amplia y compleja significación, donde se plantea estrategias de largo alcance, donde se incluye al marxismo, el utopismo o las teorías del conflicto, los cuales tienden a hacer énfasis en los estudios cualitativos, la teorización, el uso de la intuición, el compromiso social y la proposición de cambios profundos, buscando las variables del sistema.

Desde esta perspectiva, es necesario que en las políticas de educación universitarias nacionales concreten esfuerzos para que los nuevos diseños curriculares incluyan y se realicen bajo un pensamiento integral, holístico, que esté en pro de la formación de profesionales con pensamiento crítico, capaces de abordar planteamientos complejos y, sobre todo, que estén preparados para dar respuestas viables, confiables y con equidad a los planteamientos de la realidad.

La salud y la educación tienen planteada en su filosofía como principal preocupación el individuo, por lo tanto el conocimiento que de ellas se conciba ha de conducir a cambios de vida orgánica y cultural de toda persona, generando consciencia con el que se asuma realidades de existencia humana, siendo a su vez, uno de los objetivos de Desarrollo del Milenio. La educación es un arma poderosa para romper con el límite de la pobreza, la enfermedad y la miseria, incluso , con la persistencia de género radicadas en sociedades de hoy día.

La educación debe romper con esquemas malignos y dañinos del consumismo perverso. Un ejemplo de esto se tiene en la elevada publicidad generada sobre fármacos con iguales componentes, donde solo cambia el nombre y la presentación, claro está, una más atractiva que otra. No es sorprendente llegar a una casa y encontrar en el dispensador de medicamentos presentaciones de remedios que solo varían en representaciones gráficas hasta en un mismo laboratorio comercial, pero al leer los elementos con los cuales fueron desarrollados, se tiene que son coincidentes en sus propiedades.

Es por esto que, la educación y la salud no pueden seguir siendo analizadas desde el simplismo científico, a estas ciencias hay que apreciarlas desde la mayor cantidad de aristas, más aún ante un proceso de reconstrucción y refundación del país, por lo cual es indispensable rescatar el valor de la solidaridad y la dignidad humana, reafirmando el carácter de la salud como derecho social y el papel del Estado como su garante cónsonos con la educación.

Dra. Rose Mary Hernández Román

Docente de la Universidad «Rómulo Gallegos»-Venezuela

Investigadora del Centro Internacional Miranda-Venezuela

Correo: msthefannymaria@gmail.com

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Experiencias educativas en el contexto hospitalario

Lo mejor del aula hospitalaria tu sonrisa,

lo más triste saber que te fuiste …vencido por tu enfermedad

La atención educativa hospitalaria está destihospital 1nada a garantizar el derecho a la educación de los estudiantes que, por razones de salud, se ven imposibilitados de asistir con regularidad a una institución educativa. El objetivo de esta modalidad es garantizarles la igualdad de oportunidades, permitiendo la continuidad de sus estudios y su reinserción en el sistema común, cuando ello sea posible. Las aulas hospitalarias están ubicadas en los hospitales, la docencia la ejercen maestros, en ellas la atención educativa parte del respeto por las características y situación en la que se encuentra el alumno, la gravedad de la enfermedad, su estado, tanto físico, como psicológico y emocional.

Un aspecto que no se asemeja a nuestro contexto pero que no deja de causar impacto con relación al tema es la noticia reportada por Diario el mundo en la que la feria Médica 2015 exhibió el robot que representa al niño en clase mientras esta en el hospital, en Düsseldorf más de 5.000 expositores han mostrado sus desarrollos para satisfacer los retos de la medicina. Avatarion Technology quiere que los niños con enfermedades de larga duración no pierdan el contacto con sus amigos del colegio durante su estancia en el hospital y puedan seguir participando en clase en tiempo real.

Evidentemente cada contexto y situación es diferente, no obstante para la igualdad social, preeminente es la generalización de un servicio educativo compensatorio y flexible, que permita la reinserción escolar promoviendo la movilidad social y la atención a la diversidad respetando los intereses, capacidades y ritmos de los alumnos. Las actuaciones llevadas a cabo con niños y adolescentes hospitalizados deben, procurar dar una respuesta globalizada, mediada por un docente acogedor y sensible que lo recibe con la intención de responder a las necesidades más importantes y básicas, garantizando el derecho a la educación cuando a consecuencia de su estado de salud no puede asistir al centro escolar por una hospitalización, manteniendo la vinculación a su proceso educativo. El trabajo que nos ocupa supone una revisión de la situación actual en las aulas hospitalarias, los siguientes artículos guardan relación con la investigación planteada la cual tiene como propósito analizar las prácticas de enseñanza en el contexto hospitalario. Indagando algunos autores reseñamos ciertos aspectos de gran relevancia para la gestación de prácticas de enseñanzas más humanitarias adaptadas a las necesidades de esta audiencia.

En el estudio la hospitalización un paréntesis en la vida del niño. Atención educativa en población infantil hospitalizada Hernández y Rabadán, en el (2013) aluden a las necesidades específicas de apoyo educativo que acompañan a la enfermedad y se prevén modalidades de escolarización diferentes a las ordinarias, se promueve una actuación holística, con programas flexibles e individualizados, en los que se atienda a los intereses, expectativas y nivel de competencia curricular del paciente así como la reeducación emocional, corporal y la autorrealización, para llegar a la óptima recuperación del enfermo.

En esta perspectiva no se pierde de vista que en estas prácticas las adaptaciones curriculares deben estar circunscritas, de igual manera la valoración de la afectividad entre pacientes y familiares, en este contexto además se recomienda la tutorización del alumno sin perder el contacto con la escuela.

En la propuesta de investigación desarrollada por Serrano (2013) Herramientas telemáticas en aulas hospitalarias una experiencia educativa en la región de Murcia, pretende mejorar la atención educativa del alumnado hospitalizado con el uso de las TIC, con la creación de una herramienta telemática para gestionar recursos educativos digitales en red y el Servicio de Apoyo Educativo Domiciliario. Las clases hospitalarias son ambientes propios que posibilitan el seguimiento educacional de niños y jóvenes internados que necesitan atención escolar diferenciada porque se encuentran en tratamiento hospitalario. Las actividades educativas y los recursos para el aprendizaje incluyendo los tecnológicos deben partir de la sensibilidad y especial respeHospital 2to hacia los niños que padecen enfermedades graves y sufren tratamientos dolorosos y agotadores.

Otro autor Zapata (2012) en su investigación titulada “la Pedagogía Hospitalaria en el Hospital Pablo Tobón Uribe” se pudo observar que se adapta a las necesidades educativas especiales derivadas de los procesos salud-enfermedad y la hospitalización. El docente hospitalario juega un papel decisivo en los procesos enseñanza y aprendizaje planteados dentro del hospital, es pues así que la propuesta para el Aula Pablito del hospital Pablo Tobón de la ciudad de Medellín se representa en: acompañar la permanencia de hospitalización del niño y la evolución de su salud, generando un proceso pedagógico con énfasis en actividades de carácter lúdico, artístico y espiritual que aporten a la recuperación física, emocional, mental y espiritual, según su situación particular de salud.

La siguiente investigación versa sobre Pedagogía hospitalaria y resiliencia Muñoz Vicenta (2013) universidad complutense de Madrid, las Escuelas Hospitalarias se han ido transformando en centros de investigación y recursos, en los últimos cambios tienen especial relevancia las ideas de “capacidades evolutivas de los niños” y “resiliencia”. La Investigación enmarcada en un contexto hospitalario, con una población que se encuentra en situación de vulnerabilidad, que a través de la intervención educativa favorece la mejora de la resiliencia y evolucionar favorablemente, para ello la formación de sus profesionales de calidad, es un elemento esencial. Conocer sus características, necesidades y problemas es el primer paso.

En estas aulas hospitalarias se debe promover la inclusión, la humanización con variadas actividades, en interacción con los actores del escenario hospitalario, para ello, el maestro hospitalario requiere diseñar y organizar planificaciones, con flexibilidad y creatividad; en lo posible, de forma interdisciplinaria.

Finalmente Fernández (2000)Hospital 3 en su artículo la pedagogía hospitalaria y el pedagogo hospitalario expresa que la pedagogía hospitalaria se origina en los trabajos de Itard, Decroly y Montessori en la que ofrecen colaboración médico-pedagógica desde el siglo XIX. Acentúa que el rol del docente en este contexto es lograr una incorporación progresiva y no traumática al centro escolar, proporcionando apoyo cognitivo y emocional para mejorar la calidad de vida. Se reconoce la eficiencia del docente en el proceso de recuperación del paciente, el docente es el intermediario entre el personal médico-sanitario, la familia y la escuela.

Estos estudios guardan estrecha relación con el tema que nos ocupa y permite precisar ciertos aspectos: los docentes que trabajan en hospitales han de ser personas equilibradas emocionalmente, creativas, empáticas, con capacidad de comunicación y adaptación, que faciliten el trabajo en equipo y las relaciones personales positivas, deben desarrollar las capacidades para comprender y resolver cualquier situación emocional del escolar. El profesional de la pedagogía hospitalaria debe realizar una doble función, educar al niño hospitalizado en función de cuál sea su enfermedad; y colaborar con el personal de salud, siendo conscientes de que lo más importante es que mejore su estado de salud, estas investigaciones despiertan inquietudes con relación a las siguientes interrogantes ¿Cuál es la realidad del contexto hospitalario?, ¿es integral a atención que se brinda a los niños?, ¿qué elementos considerar en cuanto al currículo, formación del profesorado?, ¿el desarrollo de las practicas escolares en estos contextos afecta las estrategias de enseñanza?

Referencias

Diario el mundo. El robot que representa al niño en clase mientras esta en el hospital. Recuperado de http://www.elmundo.es/economia/2015/11/23/5653647be2704e88168b            45f9.html

Fernández, María. (2000). La pedagogía hospitalaria y el pedagogo hospitalario. TABAQUE, Nº 15 2000, Recuperado de file:///C:/Users/BIOSYSTEM/Downloads/Dialnet-           LaPedagogiaHospitalariaYElPedagogoHospitalario-127613.pdf

Hernández, E Pérez, Rabadan J. (2013). La hospitalización un paréntesis en   la vida del niño. Atención educativa en población infantil hospitalizada Perspectiva Educacional, ISSN-e 0718-9729, Vol. 52, Nº. 1,  recuperado de file:///C:/Users/BIOSYSTEM/Downloads/Dialnet-            LaHospitalizacion-4174389.pdf

Muñoz, Vicenta. (2013). Pedagogía hospitalaria y resiliencia memoria para optar al grado de doctor presentada   por universidad complutense de madrid facultad de educación recuperado de   http://eprints.ucm.es/18133/1/T34246.pdf

Serrano, José. (2013). Herramientas telemáticas en aulas hospitalarias una experiencia educativa en la región de Murcia. 2013 tesis doctoral Universitat de les Illes Balears.             https://digitum.um.es/jspui/bitstream/10201/35643/1/tjss1de1.pdf

Zapata, C (2012). Pedagogía Hospitalaria: Una oportunidad para el encuentro con el Ser humano. Bogotá: Universidad de San Buenaventura.

Fuente de la Fotografía: 

Dulmar Pérez

Autora:

Dulmar Pérez. Candidata al Doctorado Pedagogía, Magister en Docencia Universitaria, Especialista en Docencia para la Educación Inicial. Ha publicado artículos internacionales y nacionales PEII-A Investigadora adscrita al CIM. Coordinadora CNIE en Barinas.

 

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La pedagogía del opresor: educación por competencias

Por Olmedo Beluche

 

A los docentes que aún no comprenden la lógica subyacente a la «educación por competencias», les recomiendo el artículo «Educando para el fracaso» (Opinión, La Prensa), del ingeniero Juan Planells, quien lleva muchos años trabajando el tema educativo desde las perspectivas del sector empresarial. Planells va directo al grano: «¡Que se sepa: sacar buenas calificaciones no garantiza que al terminar sus estudios el graduado tenga un trabajo asegurado!«.

Todos sabemos que un título no garantiza automáticamente el empleo, pero lo novedoso del planteamiento de Planells, y lo que es el centro de las competencias, es que lo importante para las empresas no son los conocimientos adquiridos, sino las actitudes del trabajador.

Veamos: «Hoy, lo primero que hace la empresa cuando evalúa un candidato, incluso antes de considerar sus competencias laborales, es revisar cuáles son sus valores. Los departamentos de personal someten a los aspirantes a las vacantes a una serie de pruebas que muestren su comportamientos frente a diferentes situaciones emocionales críticas, para ver si las aptitudes que presentan en su historial estudiantil fueron adquiridas sobre la base de actitudes frente a la vida que le den un claro objetivo de desarrollo personal y social sano«.

¿Qué evalúan lo departamentos de recursos humanos de las empresas en esas pruebas? «Estos exámenes evalúan aspectos como el autocontrol, independencia, agresividad, dinamismo, liderazgo, así como prioridades y motivaciones, entre otras llamadas competencias no cognitivas o emocionales«, dice Planells.

Mucho más claro todavía: «La escuela parece no haber entendido ese mensaje y sigue apostando a evaluar seriamente solo las competencias cognitivas, asignando calificaciones y otorgando créditos y honores a los que mejor puntaje obtienen en una larga serie de asignaturas… La calificación de las actitudes o valores no aparece en las páginas amarillas de la escuela…».

De eso se trata, la educación por competencias nace desde el seno del sector empresarial y es impulsada por los organismos que regentan el sistema capitalista internacional, entre ellos el Banco Mundial, en función de aumentar la «eficiencia» y «productividad» de los trabajadores en tiempos de crisis del sistema, o sea, aumentar la explotación del trabajo.

En busca de esos objetivos, los conocimientos técnicos o especializados ya no son tan importantes, por un lado, porque pasan a ser controlados por una élite mundial cada vez más estrecha; por otro, porque los procesos de trabajo son tan genéricos que no requieren más que una base elemental y capacidad para aprender trabajando. Lo que Carlos Marx llamaba «trabajo abstracto» que remplaza al «trabajo concreto». El «arte» o capacidad personal del trabajador cada vez importa menos, porque los procesos de trabajo permiten que cualquiera pueda ser reemplazado.

La idea es que hay que iniciar desde la formación temprana de los trabajadores cuando aún son niños o jóvenes. Para ello, los énfasis de la educación deben cambiar, ya no interesa tanto el aprendizaje en sí, es decir, los conocimientos técnicos o profesionales, sino las actitudes. Porque la empresa privada lo que pide a la escuela es que le entregue personal dócil y maleable, capaz de afrontar situaciones críticas sin rebelarse.

Según la teoría de las competencias, el énfasis de la educación y la evaluación debe pasar del conocimiento a las actitudes. A eso responden los cuatro postulados básicos de la educación por competencias: a. Saber ser (actitudes); b. Saber hacer (no tanto como técnica, sino también actitudinal, trabajar en equipo, etc); c. Saber comunicar (relación con los demás); d. Saber-saber (aquí tampoco interesa el conocimiento técnico o especialista, sino la actitud para la autoformación permanente).

Esos cuatro postulados son divididos en tres niveles al momento del diseño del currículo, ya sea por materias o para toda una carrera o nivel educativo(Programas Analíticos por Competencias): a. Competencias básicas (énfasis en las comunicativas); b. Competencias genéricas (con énfasis en los valores y actitudes); c. Competencias específicas (que tampoco son los conocimiento técnicos tradicionales, o «saberes muertos» como le llaman, sino que están referidas a un modelo general impuesto desde la Unión Europea llamado «Competencias Tunning», que se refieren a capacidad análisis y síntesis, de resolver problemas, adaptación, etc.).

Planells tiene razón, los educadores «viejos», que fuimos formados en el modelo constructivista, ponemos el énfasis de la evaluación en la capacidad del estudiante por aprender las bases de la ciencia o la técnica que estemos enseñando. De manera que una ínfima parte de la evaluación, tratando de ser objetivos pero también de estimular al estudiante, es la apreciación, con la que evaluamos las actitudes.

Los empresarios no quieren eso, y tampoco es el objetivo de las «competencias», para ellos es al revés: el centro de la evaluación son las actitudes, si el estudiante aprende el fondo, no interesa. Por ejemplo, sobre la estructura de la célula, importa más si el estudiante usó «data-show», si trabajó en grupo, si tiene una personalidad comunicativa, a si en verdad comprendió la esencia del asunto.

La pedagogía constructivista, basada en los descubrimientos de Piaget, se trataba de buscar técnicas participativas para que el estudiantes construyeran un conocimiento real sobre el mundo y comprendieran a cabalidad los proceso implicados en su profesión.  Pero conocer implica comprender, no memorizar o repetir. Conocer y comprender implican la capacidad de realizar juicios críticos.

Paulo Freire desarrolló su «pedagogía del oprimido» sobre la base del constructivismo, para alfabetizar adultos de sectores marginales de Brasil, relacionando las palabras con el mundo que vivían, haciendo del alfabeto un instrumento para reflexionar sobre su realidad concreta y proclamarla a la sociedad. A decir de Ernani María Fiori, el método de Freire «no enseña a repetir palabras», sino a decodificarlas críticamente, para «decir y escribir su mundo, su pensamiento, para contar su historia».

Tanto los intereses empresariales, como la educación por competencias, no les interesa que el estudiante «sepa», que conozca, y menos aún que «comprenda críticamente». Alguien puede alegar: ¿Acaso es malo evaluar los valores y las actitudes? ¿Acaso no debemos fomentar la colaboración, el trabajo en grupo, las capacidades comunicativas? No es malo. Siempre han sido parte del proceso educativo.

El problema es que para Planells, para las empresas y para las «competencias», los valores y actitudes que desean promover están en función del sometimiento dócil a la voluntad del empresariado. En ese esquema la capacidad «crítica», es decir, reflexiva y comprensiva, no interesa. Y, aunque se habla de promover el «diálogo» se condena la lucha cívica por los derechos, de la cual el estudiantado de todas las generaciones ha aportado a la sociedad.

Planells dice: «Los encargados de recursos humanos deben explicarle a los educadores que por encima de tener puntuación de cinco en matemáticas y lengua, un joven que no pueda sustentar sus ideas en un diálogo y escoge la vía violenta en las calles está condenado al fracaso social...». ¿Son «fracasados sociales» los jóvenes que el 9 de Enero de 1964 se lanzaron a la calle para plantar una bandera? Gracias a ellos, todos podemos pasear por el canal, recibir sus beneficios económicos y, algunos empresarios aumentar su pecunio con las «áreas revertidas».

El objetivo de esta «pedagogía de los opresores», es un estudiante dócil y manipulable, por ello las primeras víctimas son las materias que ayudan a reflexionar sobre la realidad social, que el empresariado no quiere que se sigan impartiendo: filosofía, historia, sociología. Según la lógica de las competencias los  contenidos de esos cursos son «saberes muertos», sin utilidad para la vida práctica. Para la «vida práctica», según esa pedagogía de los opresores, interesa más que el estudiante sepa inglés y manejar una computadora que rudimentos de lógica o la historia de su país.

A la larga, también serán devaluados los títulos académicos o tendrán validez temporal, en un mundo capitalista que impone la precariedad laboral a los trabajadores. Desde la lógica de «las competencias», a mediano plazo, será irrelevante si el título dice profesor, sociólogo o economista, después que el titulado tanga buena actitud para adaptarse a la voluntad de la empresa.

Al final, la educación también es un campo de batalla de la lucha de clases. Es un campo de batalla ideológico. Los educadores debemos ser concientes de que el ataque que se sufre en los derechos laborales, en las campañas de desprestigio contra nuestros gremios y dirigentes, en la inestabilidad laboral, son parte de un nuevo modelo educativo que responde a la «pedagogía que conviene a los opresores», la de «las competencias».

Como dice Ernani M. Fiori: «En un régimen de dominación de conciencias, en que los que más trabajan menos pueden decir su palabra, y en que inmensas multitudes ni siquiera tienen condiciones para trabajar, los dominadores mantienen el monopolio de la palabra,  con que mistifican, masifican y dominan. En esa situación, los dominados, para decir su palabra, tienen que luchar para tomarla. Aprender a tomarla de los que la retienen y niegan a los demás, es un difícil pero imprescindible aprendizaje: es ‘la pedagogía del oprimido’«.

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Pedagogía de la Humildad

Artículo Otras Voces en Educación
Pedagogía de la Humildad
Venezuela/febrero 2016/Autor: Oscar José Fernández Galindez

Pedagogía de la Humildad

    El ego es nuestro peor enemigo. Nos hace creer que porque tenemos lo que otro no tiene, que porque creemos saber lo que otro no sabe o porque expresamos sentir lo que otro no expresa, somos superiores y/o mejores. La competencia es la mejor arma del ego. Esta es utilizada como estímulo por muchos empresarios para mejorar (supuestamente) el rendimiento de sus trabajadores. Y es que para ellos si funciona pues la lógica capitalista es esencialmente egoísta. La búsqueda de las mayores ganancias, nos hacen apartarnos de todos y creernos los mejores del mundo, la arrogancia de creernos los elegidos o los sabelotodo aun cuando este comportamiento no genere de forma directa bienes de fortuna, es quizá más peligroso que la mera competencia por el capital, pues dicha arrogancia arrastra fácilmente a otros y los separa de sus objetivos originales. No se trata de creernos menos pero tampoco. Si bien es cierto que la diferencia desde el punto de vista de la percepción y la experiencia existe, esto no nos hace superiores o inferiores, sólo debe conducirnos a reconocer que todos necesitamos algo del otro, pues la verdadera superación. La verdadera evolución. Está en la cooperación y no en la competencia. Ser humildes no es dejarse aplastar por otros, eso es ser tontos y/o de baja autoestima. Ser humildes significa entender que todos estamos en un proceso y que al final todos buscamos la felicidad. También es cierto que hay personas que están tan enfermas que ya no se puede dialogar con ellas. Pero esas son minoría, la gran mayoría busca el amor, la armonía y la felicidad. Aun cuando la confusión las haga actuar equivocadamente. Sólo mirando más allá del ego podremos salir adelante. Todos tenemos un espacio y una responsabilidad en este mundo. Y los bienes materiales no nos hacen mejores o peores. Quizá la excesiva acumulación de bienes materiales nos haga peores. Pero no por los bienes mismos, sino por la arrogancia, la prepotencia, que se genera desde y a través del ego que nos aísla y nos confunde.

Oscar Fernández Galindez Educador e Investigador

osfernandezve@hotmail.com

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