Page 387 of 2733
1 385 386 387 388 389 2.733

Regreso a clases en México: entre la continuidad y la incertidumbre.

Por: Karen Campos Rodríguez

El pasado 22 de julio en la conferencia matutina realizada en Palacio Nacional, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, comunicó que el regreso a clases presenciales para educación básica será el 30 de agosto de acuerdo al calendario escolar 2021-2022 publicado por la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Derivado de lo anteriormente expuesto y como era de esperarse ante la tercera ola de contagios por la COVID-19 a nivel internacional, se han gestado opiniones diversas entre las y los principales actores del contexto educativo, ya que, ante la incertidumbre y un panorama poco alentador en materia sanitaria y económica, no existen las condiciones para garantizar el bienestar de todas y todos los involucrados en el regreso a clases presencial, así como evitar los brotes en los planteles escolares, tal y como ha sucedido en otros países e incluso en México a finales del ciclo escolar anterior en las entidades que se encontraban en semáforo epidemiológico verde.

Hay que recordar que las y los estudiantes en México desde el 20 de abril del 2020, a través de los programas  aprende en casa I y II transmitidos por las principales cadenas de televisión abierta, continuaron con un proceso de enseñanza, no así de aprendizaje; pareciera que la educación está predestinada a la repetición y memorización por parte de las y los receptores de la información, quienes ante la falta de una interacción pedagógica eficiente, quedaron con grandes vacíos de acuerdo a los conocimientos básicos que debían haber adquirido, pero sobretodo, de formar parte de comunidades de aprendizaje críticas que cuestionen y que visualicen la educación como un espacio para liberar su pensamiento.

Cabe destacar que el gasto realizado por la transmisión del contenido escolarizado de aprende en casa fue de 450 millones de pesos, recordando que el aquel entonces secretario de Educación Pública en función, Esteban Moctezuma Barragán, favoreció a las televisoras y no a las y los destinatarios del proceso de enseñanza aprendizaje, quienes a través de un gran esfuerzo reforzaron los contenidos a través de distintos medios de comunicación.

Es de suma importancia mencionar el grave panorama de exclusión y desigualdad social, ya que el acceso  a las tecnologías de la información, limitaron a millones de estudiantes a tener acceso a la educación remota. Tan sólo, de acuerdo a la publicación del Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) por sus siglas en inglés, así como la Unión Internacional de Telecomunicaciones en el informe titulado: “How Many Children and Youth Have Internet Access at Home” en diciembre de 2020, “dos tercios de niñas y niños en edad escolar en el mundo, es decir, 1.300 millones de niñas y niños entre 3 y 17 años no tienen conexión a internet en sus hogares…[1].  Por otra parte, en el mismo documento se informa que, “…la falta de acceso es similar entre los jóvenes  de 15 a 24 años, ya que 759 millones  o el 63 por ciento no disponen de conexión en el hogar. En México el 24.84 por ciento de las y los estudiantes entre 7 y 17 años no tiene acceso a internet y el 4.47 por ciento no cuenta con televisión” [1].

De acuerdo a lo anteriormente expuesto, existe un gran reto para las y los actores del contexto educativo, ya que tanto en zonas rurales y urbanas, las limitantes económicas (como factor principal) para acceder a tecnologías de la información para continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje, son problemáticas que abrieron más la brecha de desigualdad  y marginación hacia los grupos más vulnerables de la sociedad.

Ahora bien, la incertidumbre que aqueja el regreso a clases presenciales, y a pesar de que el ritmo de vacunación está avanzando, hay que considerar factores que pueden desencadenar contagios en los centros educativos, como:

  • Aumento de la movilidad en la zonas urbanas, esto incluye el desplazamiento de personas del campo a la ciudad, mismas que tienen la probabilidad de contagio y a su vez de transmitir el virus a menores de edad.
  • Población que no considera vacunarse por razones personales y que tienen mayor riesgo de adquirir el virus y transmitirlo.
  • Entidades de alto flujo turístico tales como: Baja California Sur, Guerrero y Quintana Roo, donde gran porcentaje de la población trabaja en el sector turístico y en donde los casos de acuerdo a las cifras oficiales del gobierno federal son alarmantes.
  • Nuevas variantes del virus y las posibles secuelas en la población menor de edad.

Se podrían enumerar otros factores no menos importantes, pero se pueden considerar los ya mencionados como los más relevantes de acuerdo a la información pública proporcionada por las autoridades en materia sanitaria, organismos internacionales y la comunidad científica y médica por el impacto que podrían tener ante una presencialidad casi inmediata.

En una entrevista que otorgó el Doctor Mauricio Rodríguez, profesor  de la Facultad de Medicina y vocero de la Comisión  de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para COVID-19 al medio de comunicación Sin Embargo MX, mencionó que, “…una de las principales consecuencias de que los contagios aumenten son las variantes, mientras más casos positivos hay, existe una mayor probabilidad de que se generen nuevas variantes…”[2].

El médico también enfatizó que, “…alrededor de 8 de cada 10 personas que enferman de COVID-19, tienen alguna secuela dentro de los siguientes 6 meses después de la recuperación, entre las más comunes son: dolor de cabeza, cansancio, dificultad para respirar, dolor muscular y dolor de articulaciones. Eso interferiría su vida personal, laboral y su rendimiento académico” [2].

Muchas y muchos docentes, estamos conscientes de la gran importancia que tiene la escuela como un espacio en donde, además de interactuar en el proceso de enseñanza-aprendizaje para crear las condiciones de transformación de una nación, donde las y los estudiantes a través de la socialización propias de su edad, puedan expresar emociones, ideas, liberar sus talentos y sentir acompañamiento durante el tiempo en que sus madres, padres de familia o tutoras (es) trabajan, incluso, monitorear si alguien está siendo víctima de violencia, sin embargo, el presidente de México ha reiterado en los últimos días, que el regreso a las aulas será el 30 de agosto “…llueva, truene o relampaguee…” [3], tal y como lo expresó durante un evento realizado en Boca del Río en el estado de Veracruz el pasado 24 de julio. Asimismo, durante la conferencia matutina que ofreció el 30 de julio en Culiacán, Sinaloa, el mandatario mencionó, “…ahora vamos a ser respetuosos, nada se puede hacer por la fuerza: se abren las escuelas, se regresa a clases. ¿No quieren que sus hijos vayan a la escuela?  Pues no los manden, somos libres, pero sí tenemos que pensar en la importancia de la educación , no podemos continuar así y hay que ver que se proteja a las niñas y niños” [4].

El discurso del mandatario deja grandes inquietudes, a pesar de expresar en distintas ocasiones que se tomarán medidas de prevención en los centros educativos, sin embargo, lo que más preocupa, es que las y los estudiantes, docentes, personal administrativo y de apoyo en las labores de limpieza, puedan llegar a dichos espacios en calidad de portadores asintomáticos, y por lo tanto, desencadenar una serie de contagios tal y como se ha visto en otros países, ya que, aunque las defunciones de menores de edad por COVID-19 no representan un número estadísticamente proporcional a la de los mayores de edad, hay que tomar en cuenta que la convivencia a diario por las distintas actividades de la vida cotidiana, pueden poner en riesgo la vida incluso de las personas ya inoculadas.

Ahora bien, en cuanto a la libertad de decidir si las y los estudiantes de educación básica retornarán a clases el 30 de agosto ¿cuál será la estrategia para hacer llegar los conocimientos a las familias que así lo decidan, sin que las condiciones amenacen la libertad de salvaguardar su derecho a la salud?

Por otra parte, es importante resaltar, que de acuerdo a la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la educación (ECOVID-ED) a cargo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), estimó que al menos 5.2 millones de estudiantes de entre 3 y 29 años, no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021 por falta de recursos, y que entre la población de 6 a 12 años, 217 mil estudiantes abandonaron las aulas por la misma causa, mientras otras y otros, desafortunadamente porque se quedaron en orfandad. Asimismo, entre adolescentes de 13 a 15 años que cursaban la secundaria, 306 mil abandonaron sus estudios para incorporarse al mercado laboral.

El presidente de México, mencionó el día 28 de julio que, “…no comprará vacunas contra la COVID-19 para niñas y niños hasta que tengan un respaldo científico, ya que no será rehén  de las farmacéuticas…” [5], aunque también mencionó que, “…acatará lo que indiquen los científicos y organismos internacionales…”.

Aunado a los anterior, en una entrevista realizada por npr.org al Dr. Sean O´leary, profesor pediatra en el campus médico de la Universidad de Colorado y en el Children´s Hospital Colorado, mencionó que, “la vacuna de Pfizer envió datos a la FDA para aprobar la vacuna en adolescentes a partir de los 12 años y que eso podría ser un gran cambio del juego, porque siempre han sabido que las y los adolescentes tienden a ser más propensos a infectarse y a propagar la infección a las niñas y niños más pequeños, así que la vacuna a esa población marcará la diferencia”. [6]

El mismo Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud Hugo López Gatell Ramírez, a través de un mensaje en sus redes sociales el 24 de junio, publicó que, “la COFEPRIS ha autorizado la ampliación de la indicación de la vacuna Pfizer para mayores de 12 años…”. Cabe destacar que en Estados Unidos la vacuna se autorizó y se aplica desde mayo en mayores de 12 años, El Salvador y Alemania recientemente también la autorizaron.

Asimismo, la Organización Mundial de la salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), anunciaron que las niñas, niños y adolescentes son propensos a desarrollar un Síndrome Inflamatorio Multisistémico más grave e incluso mortal derivado de la COVID-19.

De acuerdo al más reciente informe de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), entre el 12 de abril de 2020 y el 25 de julio de 2021, han resultado 57 mil 490 casos de dicha población contagiada, así como defunciones en menores de edad.

El 27 de julio, la directora del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, Doctora Rochelle P. Walensky, mencionó que de acuerdo a datos publicados en el informe semanal de morbilidad y mortalidad, “…demostraron que la infección por la variante Delta en cuanto a la carga viral de SARS-CoV-2, eran igualmente altas para las personas vacunadas y no vacunadas. Las cargar virales altas sugieren mayor riesgo de transmisión…” Es importante destacar que dicha variante representa el 85 por ciento de los casos en la Ciudad de México, 5 mil de los 40 mil casos activos corresponden a menores de 18 años de acuerdo a datos de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP).

A pesar de toda la información que ha dado a conocer la comunidad científica y médica, el presidente de México a insistido en el regreso a la presencialidad “…por el bien de las y los estudiantes y el desarrollo del país…”.

Pero aquí es importante señalar, que no tan sólo preocupa el riesgo presencial por el contagio por la COVID-19, sino que el panorama educativo tiene tendencia hacia la continuidad pedagógica, diseños curriculares, así como planes y programas de estudio obsoletos, prácticas docentes con carga burocrática, exclusión, escuelas con falta de recursos, docentes con salarios mal remunerados, secciones sindicales alineadas a intereses políticos y económicos, desigualdad de oportunidades ante el corporativismo educativo y la falta de una lengua vernácula entre autoridades, maestras y maestros, por mencionar los más preocupantes, y que son elementos que no permiten la presencialidad a corto plazo.

La presencialidad por lo tanto, no minimizará, ni cambiará el rumbo en materia educativa, por lo menos a corto plazo, ya que el problema no es tan sólo el virus causante del SARS-CoV-2, sino los discursos romantizados con retórica que han disfrazado las graves carencias en el sector educativo, así como la falta de una agenda pública que priorice la educación, para que la transformación a la que se refiere el mandatario se materialice de manera homologada y unificada.

Por lo tanto, la estrategia que contempla la SEP encabezada por la Maestra Delfina Gómez Álvarez, no tan sólo debería de contemplar el uso de cubrebocas, distanciamiento físico, uso del gel desinfectante y constante lavado de manos, sino una estrategia pedagógica donde las aulas sean espacios de libre pensamiento, crítica, propuestas, así como la solución de problemas, y no de abaratamiento intelectual por parte de las autoridades educativas hacia las y los estudiantes, así como la continuidad del proyecto educativo neoliberal que ha predestinado a generaciones a la falta de oportunidades y un panorama laboral poco alentador.

Ahora bien, parte de la estrategia anunciada por las autoridades educativas, es iniciar el ciclo escolar con 46 días de recuperación de aprendizajes, pero aquí es importante mencionar, que esos 46 días no serán suficientes para recuperar casi un año de fracaso escolar y más de 50 años de estancamiento educativo.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha llamado a sumar esfuerzos entre madres, padres de familia, docentes, así como los tres niveles de gobierno para reabrir los planteles educativos y regresar a las aulas, sin embargo, desde que inició la educación remota por la pandemia, las autoridades no consideraron tomar en cuenta las necesidades de las y los actores del contexto educativo cuando se otorgaron los 245 millones de pesos a las televisoras, mientras, las y los estudiantes y sus familias, así como las y los docentes tuvieron que improvisar con sus propios recursos y estrategias pedagógicas dignas de reconocerse, sin embargo, pareciera que en materia educativa la continuidad del proyecto neoliberal está lejos de superarse, mismo que ha obstaculizado los procesos de formación emancipatoria y minimizado la gran labor del magisterio, así como responsabilizar a las y los docentes del escenario educativo catastrófico que se ha gestado a partir de la centralización de las toma de decisiones, por lo tanto, el panorama presencial es poco alentador.

En la conferencia matutina del jueves 29 de julio, el presidente de México mencionó, “…no me importa que la mayoría esté pensando en no regresar, voy a sostener que es indispensable que se regrese a clases…”. [7]

Considerando lo anteriormente expuesto, es de suma importancia replantearnos la idea de que la educación es un derecho que debe garantizarse en condiciones de igualdad de derechos y oportunidades, y eso implica revalorizar y dignificar la labor docente, así como asegurar el bienestar de las y los actores del contexto educativo, pero sobretodo asumir que en una democracia, las decisiones se gestan en beneficio colectivo. Por lo tanto, la educación, en ningún momento debe de estar condicionada a discursos demagógicos, ya que lo que realmente importa es la formación de futuras ciudadanas y ciudadanos que asuman con responsabilidad y compromiso la toma de decisiones del país.

En conclusión, existe la necesidad de exigir a las autoridades correspondientes, que se garanticen las condiciones en una estrategia pedagógica acorde a la realidad del contexto educativo y a la altura de las expectativas de las y los actores involucrados en el escenario educativo, ello también implica salvaguardar la integridad de las y los partícipes, así como el aseguramiento de las garantías en matera sanitaria desde el discurso y acciones responsables y no desde la arbitrariedad.

Referencias

https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/332191/WHO-2019-nCoV-Sci_Brief-Multisystem_Syndrome_Children-2020.1-spa.pdf

https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/la-sep-pagara-450-mdp-a-televisoras-por-servicios-para-el-programa-aprende-en-casa/

https://www.paho.org/es/noticias/25-3-2020-similitudes-diferencias-entre-covid-19-gripe

https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/OtrTemEcon/ECOVID-ED_2021_03.pdf

http://otrasvoceseneducacion.org/?s=la+insistencia+a+la+presencia%3A+un+atentado+a+la+vida&submit=Buscar

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0122726220301087

https://youtu.be/vyuCcsi-9Uc

[1] https://data.unicef.org/resources/children-and-young-people-internet-access-at-home-during-covid19/         

[2] https://www.sinembargo.mx/26-07-2021/4006227

[3] https://www.youtube.com/watch?v=MR1T2f-LlQ4

[4] https://youtu.be/eVGi4A48hlU

[5] https://youtu.be/6uXf6U4k3gM

[6] ] https://www.npr.org/sections/coronavirus-live-updates/2021/05/03/993141036/children-now-account-for-22-of-new-u-s-covid-cases-why-is-that

[7] https://www.youtube.com/watch?v=TILr6yYJHuc

 Fuente: La autora escribe para OVE

Comparte este contenido:

La crisis de las instituciones democráticas

Publicado en:

Conferencia impartidas por Michel Foucault en la Universidad de California en Berkeley, octubre-noviembre. 1983  

Por: Michel Foucault

Hoy quisiera completar lo que comencé la última vez sobre la parresía y la crisis de las instituciones democráticas en el siglo IV aC ; y luego me gustaría pasar al análisis de otra forma de parresía, a saber, parresia en el campo de las relaciones personales (con uno mismo y con los demás), o parresia y el cuidado de uno mismo.

La crítica explícita de los hablantes que utilizaron la parresía en su sentido negativo se convirtió en un lugar común en el pensamiento político griego desde la Guerra del Peloponeso; y surgió un debate sobre la relación de la parresía con las instituciones democráticas. El problema, dicho de forma muy aproximada, era el siguiente. La democracia se fundamenta en una politeia, una constitución, donde el demos, el pueblo, ejerce el poder y donde todos son iguales ante la ley. Sin embargo, tal constitución está condenada a dar el mismo lugar a todas las formas de parresia, incluso a las peores. Debido a que la parresía se da incluso a los peores ciudadanos, la influencia abrumadora de los hablantes malos, inmorales o ignorantes puede llevar a la ciudadanía a la tiranía o puede poner en peligro la ciudad. Por tanto, la parresía puede ser peligrosa para la democracia misma. Por tanto, este problema parece coherente y familiar.

Debemos tener en cuenta el hecho de que conocemos un lado de la discusión mucho mejor que el otro por la sencilla razón de que la mayoría de los textos que se han conservado de este período provienen de escritores que estaban más o menos directamente afiliados con los aristocráticos. partido, o al menos desconfiado de las instituciones democráticas o radicalmente democráticas. Y me gustaría citar algunos de estos textos como ejemplos del problema que estamos examinando.

El primero que me gustaría citar es un satirismo ultraconservador y ultraaristocrático de la constitución democrática ateniense, probablemente escrito durante la segunda mitad del siglo quinto. Y durante mucho tiempo se le atribuyó esta sátira a Jenofonte. Pero ahora los eruditos están de acuerdo en que esta atribución no era correcta, y los clasicistas angloamericanos incluso tienen un lindo apodo para este pseudo-Jenofonte, el autor anónimo de este satirismo. Lo llaman, el “ Viejo oligarca”. Este texto debe provenir de uno de esos círculos aristocráticos o clubes políticos tan activos en Atenas a fines del siglo V. Estos círculos fueron muy influyentes en la revolución antidemocrática del 411 a. C. durante la guerra del Peloponeso.

El pasquín toma la forma de un elogio o elogio paradójico, un género muy familiar para los griegos. Se supone que el escritor es un demócrata ateniense que se centra en algunas de las imperfecciones, defectos, imperfecciones, fallas, etc. más obvias de las instituciones democráticas y la vida política atenienses; y elogia estas imperfecciones como si fueran cualidades con las consecuencias más positivas. El texto carece de valor literario real ya que el escritor es más agresivo que ingenioso. Pero la tesis principal que está en la raíz de la mayoría de las críticas a las instituciones democráticas atenienses se puede encontrar en este texto y, en mi opinión, es significativa para este tipo de actitud radicalmente aristocrática.

Esta tesis aristocrática es la siguiente. Las demostraciones, la gente, son las más numerosas. Dado que son los más numerosos, el demos también está compuesto por los ciudadanos más comunes y, de hecho, incluso los peores. Por tanto, el demos no puede estar compuesto por los mejores ciudadanos. Entonces, lo mejor para el demos no puede ser lo mejor para la polis, para la ciudad. Con este argumento general como trasfondo, la El “ Viejo Oligarca” elogia irónicamente las instituciones democráticas atenienses; y hay algunos pasajes extensos que caricaturizan la libertad de expresión:

Ahora bien, se podría decir que lo correcto sería que [el pueblo] no permita que todos hablen en pie de igualdad, ni que tengan un asiento en el consejo, sino solo los hombres más inteligentes y los mejores. Pero también en este punto se han decidido por lo que es perfectamente correcto al permitir que la gente vulgar también hable. Porque si a la aristocracia se le permitiera hablar y participar en el debate, sería bueno para ellos y sus pares, pero no para los proletarios. Pero ahora que cualquier persona vulgar que quiera hacerlo puede dar un paso adelante y hablar, simplemente expresará lo que es bueno para él y sus iguales. Uno podría preguntarse: ¿Cómo podría una persona así entender lo que es bueno para él o para la gente? Bueno, las masas entienden que la ignorancia, la vulgaridad y la simpatía de este hombre les son más útiles que toda la moral, la sabiduría, y antipatía del hombre distinguido. Con tal orden social, es cierto, un estado no podrá desarrollarse a la perfección por sí mismo, pero la democracia se mantendrá mejor de esta manera. Porque el pueblo no quiere estar en las circunstancias de esclavos en un estado con una constitución ideal, sino ser libre y estar en el poder; si la constitución es mala o no, no les importa mucho. Porque lo que crees que no es una constitución ideal, es solo la condición para que el pueblo esté en el poder y sea libre. Porque si busca una constitución ideal, verá que, en primer lugar, las leyes las hacen las personas más hábiles; además, la aristocracia consultará sobre los asuntos del estado y pondrá fin a que las personas rebeldes tengan un asiento en el consejo o hablen o participen en la asamblea del pueblo.

Ahora me gustaría cambiar a otro texto que presenta una posición mucho más moderada. Es un texto escrito por Isócrates a mediados del siglo IV; e Isócrates se refiere varias veces a la noción de parresía y al problema de la libertad de expresión en una democracia. Al comienzo de su gran oración, » Sobre la paz», escrito en 355 a. C., Isócrates contrasta la actitud del pueblo ateniense hacia recibir consejos sobre sus asuntos privados cuando consultan a personas razonables y bien educadas sobre la forma en que consideran los consejos cuando se trata de asuntos públicos y actividades políticas:

… siempre que tomas consejo sobre tus asuntos privados buscas como consejeros a hombres que sean tus superiores en inteligencia, pero siempre que deliberas sobre los asuntos del estao, desconfías y te disgustan los hombres de ese carácter y cultivas, en cambio, al más depravado de los oradores que se presentan ante ti en esta plataforma; y prefieres, como mejores amigos del pueblo, a los borrachos a los sobrios, a los tontos a los sabios ya los que reparten el dinero público a los que realizan servicios públicos por cuenta propia. De modo que podemos maravillarnos de que cualquiera pueda esperar que un estado que emplea a tales consejeros avance hacia cosas mejores

Pero los atenienses no solo escuchan a los oradores más depravados; ni siquiera están dispuestos a escuchar realmente buenos oradores, pues les niegan la posibilidad de ser escuchados:

Observo… que no escuchas con igual favor a los interlocutores que se dirigen a ti, pero que, mientras prestas atención a unos, en el caso de otros ni siquiera permites que se escuche su voz. Y no es de extrañar que hagas esto; porque en el pasado se ha formado el hábito de sacar a todos los oradores de la plataforma, excepto a los que apoyan sus deseos.

Y eso, creo, es importante. Pues ves que la diferencia entre el buen orador y el mal orador no radica principalmente en el hecho de que uno da el bien mientras que el otro da malos consejos. La diferencia radica en esto: los oradores depravados, que son aceptados por el pueblo, solo dicen lo que el pueblo desea oír. Por lo tanto, Isócrates llama a tales hablantes “ Aduladores”. El orador honesto, en cambio, tiene la capacidad y el valor suficiente para oponerse al demos. Tiene un papel crítico y pedagógico que desempeñar que requiere que intente transformar la voluntad de los ciudadanos para que sirvan a los mejores intereses de la ciudad. Esta oposición entre la voluntad del pueblo y los mejores intereses de la ciudad es fundamental para la crítica de Isócrates a las instituciones democráticas de Atenas. Y concluye que debido a que ni siquiera es posible ser escuchado en Atenas si uno no repite como loros la voluntad del demos, hay democracia – lo cual es algo bueno – pero los únicos oradores parresiásticos o francos que quedan que tienen audiencia son » Oradores imprudentes» y » Poetas cómicos»:

Sé que es peligroso oponerse a sus puntos de vista y que, aunque este es un gobierno libre, no existe “ Libertad de expresión” [parresía] salvo la que disfrutan en esta Asamblea los oradores más temerarios, que no se preocupan por su bienestar, y en el teatro los poetas cómicos.

Por tanto, la verdadera parresía, la parresía en su sentido positivo y crítico, no existe donde existe la democracia.

En el «Areopagiticus ”[355 aC], Isócrates establece un conjunto de distinciones que expresan de manera similar esta idea general de la incompatibilidad de la verdadera democracia y la parresía crítica. Porque compara las antiguas constituciones de Solonia y Clístenea con la vida política ateniense actual, y elogia a los sistemas políticos más antiguos sobre la base de que dieron a Atenas democracia, libertad, felicidad e igualdad frente a la ley. Sin embargo, afirma que todas estas características positivas de la vieja democracia se han pervertido en la actual democracia ateniense. La democracia se ha convertido en falta de autocontrol, la libertad se ha convertido en anarquía; la felicidad se ha convertido en la libertad de hacer lo que se quiera y la igualdad frente a la ley se ha convertido en parresía. La parresia en este texto tiene solo un sentido negativo y peyorativo. Entonces, como puede ver, en Isócrates hay una constante valoración positiva de la democracia en general, pero unida a la afirmación de que es imposible disfrutar tanto de la democracia como de la parresía (entendida en su sentido positivo). Además, existe la misma desconfianza en los sentimientos, opiniones y deseos del demos que encontramos, de forma más radical, en el satirismo de los viejos oligarcas.

Un tercer texto que me gustaría examinar proviene de La República de Platón  , donde Sócrates explica cómo surge y se desarrolla la democracia. Porque le dice a Adeimantus que:

Cuando los pobres ganan, el resultado es democracia. Matan a algunos del partido contrario, desterran a otros y conceden al resto una participación igual en los derechos civiles y el gobierno, y los funcionarios suelen ser nombrados por sorteo.

Sócrates luego pregunta: » ¿Cuál es el carácter de este nuevo régimen?» Y dice del pueblo en democracia:

Primero que nada, son gratis. La libertad y la libertad de expresión [parresía] abundan en todas partes; a cualquiera se le permite hacer lo que le plazca … Siendo así, cada hombre arreglará su propia forma de vida para adaptarse a su placer.

Lo interesante de este texto es que Platón no culpa a la parresía por dotar a todos con la posibilidad de influir en la ciudad, incluidos los peores ciudadanos. Para Platón, el peligro principal de la parresía no es que lleve a malas decisiones en el gobierno, o proporcione los medios para que algún líder ignorante o corrupto obtenga el poder, se convierta en un tirano. El principal peligro de la libertad y la libertad de expresión en una democracia es lo que resulta cuando cada uno tiene su propia forma de vida, su propio estilo de vida. Pues entonces no puede haber logos comunes, ni unidad posible, para la ciudad. Siguiendo el principio platónico de que existe una relación análoga entre la forma en que un ser humano se comporta y la forma en que se gobierna una ciudad, entre la organización jerárquica de las facultades del ser humano y la estructura constitucional de la polis, se puede ver muy bien que si todos en la ciudad se comportan como quiere, y cada uno sigue su propia opinión, su propia voluntad o deseo, entonces hay en la ciudad tantas constituciones, tantas pequeñas ciudades autónomas, como hay ciudadanos que hacen lo que les place. Y puede ver que Platón también considera la parresía no solo como la libertad de decir lo que uno quiera, sino como vinculada con la libertad de hacer lo que quiera. Es una especie de anarquía que implica la libertad de elegir el propio estilo de vida sin límites. Y puede ver que Platón también considera la parresía no solo como la libertad de decir lo que uno quiera, sino como vinculada con la libertad de hacer lo que quiera. Es una especie de anarquía que implica la libertad de elegir el propio estilo de vida sin límites. Y puede ver que Platón también considera la parresía no solo como la libertad de decir lo que uno quiera, sino como vinculada con la libertad de hacer lo que quiera. Es una especie de anarquía que implica la libertad de elegir el propio estilo de vida sin límites.

Bueno, hay muchas otras cosas que decir sobre la problematización política de la parresía en la cultura griega, pero creo que podemos observar dos aspectos principales de esta problematización durante el siglo IV.

Primero, como queda claro en el texto de Platón, por ejemplo, el problema de la libertad de expresión se relaciona cada vez más con la elección de la existencia, con la elección del modo de vida. La libertad en el uso de logotipos se convierte cada vez más en libertad en la elección de biografías. Y como resultado, la parresía se considera cada vez más como una actitud personal, una cualidad personal, como una virtud útil para la vida política de la ciudad en el caso de parresía positiva o crítica, o como un peligro para la ciudad en el caso de de parresia negativa, peyorativa. En Demóstenes, por ejemplo, se pueden encontrar una serie de referencias a la parresía, pero generalmente se habla de la parresía como una cualidad personal y no como un derecho institucional. Demóstenes no busca ni plantea garantías institucionales para la parresía, pero insiste en el hecho de que él, como ciudadano personal, usará parresía porque debe decir con valentía la verdad sobre la mala política de la ciudad. Y afirma que, al hacerlo, corre un gran riesgo. Porque es peligroso para él hablar libremente, dado que los atenienses en la Asamblea son tan reacios a aceptar cualquier crítica.

En segundo lugar, podemos observar otra transformación en la problematización de la parresía: la parresía está cada vez más vinculada a otro tipo de institución política, a saber, la monarquía. La libertad de expresión ahora debe usarse hacia el rey. Pero, obviamente, en una situación tan monárquica, la parresía depende mucho más de las cualidades personales tanto del rey (que debe elegir aceptar o rechazar el uso de la parresía) como de los consejeros del rey. La parresia ya no es un derecho o privilegio institucional, como en una ciudad democrática, sino una actitud mucho más personal, una elección de biografías. Esta transformación es evidente, por ejemplo, en Aristóteles. La palabra Aristóteles rara vez usa la “ parresía”, pero ocurre en cuatro o cinco lugares. Sin embargo, no existe un análisis político del concepto de parresía en relación con ninguna institución política. Porque cuando aparece la palabra, es siempre en relación con la monarquía o como un rasgo personal del carácter ético y moral. En la Constitución de Atenas, Aristóteles da un ejemplo de parresía positiva y crítica en la administración tiránica de Pisistratus. Como saben, Aristóteles consideraba a Pisístrato como un tirano humano y bene fi cioso cuyo reinado fue muy fructífero para Atenas. Y Aristóteles da el siguiente relato de cómo Pisístrato conoció a un pequeño terrateniente después de haber impuesto un impuesto del diez por ciento sobre todos los productos:

… [Pisistratus] a menudo hacía expediciones en persona al país para inspeccionarlo y resolver disputas entre individuos, para que no entraran a la ciudad y descuidaran sus granjas. Fue en uno de los progresos que, según cuenta la historia, Pisistratus tuvo su aventura con el hombre de Hymettus, que estaba cultivando el lugar conocido después como “ Finca libre de impuestos”. Vio a un hombre cavando y trabajando en un terreno muy pedregoso y, sorprendido, envió a su asistente a preguntar qué había sacado de ese terreno. “ Dolores y molestias”, dijo el hombre; “ Y eso es lo que Pisistratus debería tener su décimo”. El hombre habló sin saber quién era su interlocutor; pero Pisístrato estaba tan complacido con su franco discurso y su laboriosidad que le concedió la exención de todos los impuestos.

Entonces la parresía ocurre aquí en la situación monárquica.

La palabra también la usa Aristóteles en la  Ética a Nicómaco  [Libro IV , 1124b28], no para caracterizar una práctica o institución política, sino como un rasgo del hombre magnánimo, el megalopsychos. Algunas de las otras características del hombre magnánimo están más o menos relacionadas con el carácter y la actitud parresiástica. Por ejemplo, el megalopsychos es valiente, pero no es alguien a quien le guste tanto el peligro que corra a recibirlo. Su coraje es racional [1124 b7-9]. Prefiere aletheia a doxa, verdad a opinión. No le gustan los halagadores. Y dado que desprecia a otros hombres, es “ Franco y franco” [1124 b28]. Utiliza la parresía para decir la verdad porque es capaz de reconocer las faltas de los demás: es consciente de su propia diferencia con ellos, de su propia superioridad. Entonces ves que para Aristóteles, la parresía es una cualidad moral-ética o se refiere a la libertad de expresión dirigida a un monarca. Cada vez más, estos archivos personales. y las características morales de la parresia se vuelven más pronunciadas.

Fuente e Imagen: https://www.bloghemia.com/2020/10/la-crisis-de-las-instituciones.html?m=1&fbclid=IwAR1cchRsVf2dzDgaNsCrS_6Q5uJryN8Qew2qyxkE3vTV87kMg5TVWKwiKo8

Comparte este contenido:

Llueva, truene o relampaguee

Por: Carlos Ornelas

Como muchos, estoy convencido de que el presidente Andrés Manuel López Obrador es porfiado, hasta la necedad, según él mismo. Allá por 2007, corrió la chirigota de que al presidente Felipe Calderón lo habían hecho sin reversa. Pienso que López Obrador tiene las calificaciones necesarias para superar a su némesis, aun con la reversa puesta.

En la mañanera del 14 de julio expresó rotundo: “No hay nada que lo impida, hay un pequeño rebrote, afortunadamente, de contagios (por el covid-19), pero ya tenemos más vacunación y por lo mismo hay menos riesgos y ya no podemos seguir con las escuelas cerradas”.

Por la noche de ese mismo día, la Secretaría de Salud avisó de más de 12 mil contagios, muchos para “un pequeño rebrote”. Con todo y que el Presidente estipuló que hay menos riesgos, el número de personas contagiadas crece y, por desgracia, también el de fallecimientos.

Mas el Presidente construye su realidad alternativa —sus otros datos— y rechaza evidencias que muestran el contexto real. Y, si se da cuenta del problema, lo disimula, se fuga hacia adelante e insiste en su convicción.

El fin de semana pasado, en Boca del Río, Veracruz, el presidente López Obrador insistió —y con ardor— en su apuesta: “Vamos a reiniciar las clases, va a iniciar el nuevo ciclo escolar a finales de agosto, llueve truene o relampaguee no vamos a mantener cerradas las escuelas. Ya fue bastante” (Excélsior, 24/07/2021).

Tal vez el Presidente tenga un diagnóstico de la situación. En efecto, ciertos segmentos sociales demandan el retorno a clases presenciales —y lo hacen con razones de peso, por el agobio para todos los actores del sistema educativo—, pero siempre, aun los más vehementes, ponen por delante la seguridad sanitaria.

Obvio, el Presidente señala que debe hacerse con cuidado y la Secretaría de Educación Pública añade que con protocolos de sanidad. Pero nadie en el gobierno dice de dónde saldrán los recursos para poner en práctica esas reglas. Al contrario, el sector educativo sufre con frecuencia recortes en su presupuesto.

Sin embargo, el ambiente no es favorable a la prescripción del Presidente. No tiene una estrategia efectiva para combatir la pandemia, la tercera ola va en ascenso, se calcula que la cresta será en la segunda semana de agosto. Ergo, los riesgos mínimos que observa López Obrador no son tan exiguos.

En las dos ocasiones el Presidente fue perentorio; dio a entender que su palabra es la ley. Y, como espera lealtad ciega de subordinados y seguidores, es casi seguro que el 30 de agosto habrá ceremonias de inicio de cursos en muchas escuelas. En la SEP, cavilo, ya preparan directrices para los consejos técnicos escolares y cabildean con autoridades estatales para que cumplan con la línea que tiró López Obrador.

No obstante, si el Presidente no tiene reversa, algunos pueden ponerle frenos. Por ejemplo, a la persistencia del Presidente se opone la obstinación de sus antiguos aliados de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Sus líderes ratifican que no aceptarán clases presenciales hasta que todos estén vacunados, incluso los alumnos.

La corriente que capitanea Alfonso Cepeda Salas es más cauta. Asegura que apoya la propuesta del Presidente, pero que la seguridad de sus agremiados y los alumnos es prioritaria. Con su cuidada retórica, Cepeda Salas le dice sí, pero con mil condiciones.

El entorno es complejo, la pandemia no cede. Es cierto que el encierro fatigó a la niñez más que a los adultos. Pero regresar a clases en condiciones inseguras es un riesgo alto.

La bronca es que el Presidente ya dictó, no tiene dudas, lo cual, cavilo, inhibe a la SEP de buscar alternativas.

Fuente e Imagen: http://www.educacionfutura.org/llueva-truene-o-relampaguee/

Comparte este contenido:

TDAH, el trastorno mental de Simon Biles que afecta a un 5% de la población infantil en edad escolar

Por: ABC

Por Ángel Terrón, psicólogo experto en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad y director de Educ-at.

Aunque ya ha habido voces críticas con la retirada de Simon Biles para ocuparse de su salud mental, sin duda se trata de un gesto heroico que nos debe hacer reflexionar a toda la sociedad (más aún al tratarse de los JJOO para los que se había preparado durante años). ¿Cómo estará entonces Biles para necesitar la retirada de estos Juegos que con tanto esmero había preparado?

Sin duda, lo primero que hay que entender es que la mente, como «motor» que es, hay momentos donde necesita «limpiarse», «engrasarse» o situaciones en las que directamente «se para» (con el miedo que esto nos genera).

Si algo hay que agradecer a Biles es que nos ha demostrado que es ahí donde debemos pensar en uno mismo, olvidarnos del ruido exterir e invertir todo nuestros esfuerzos en el autocuidado. Y es que, parece que el cuidarnos a nosotros mismos nos hace débiles cuando realmente es todo lo contrario (pero una sociedad donde el exceso de presión, el ritmo frenético y la competitividad están a la orden del día parece que no lo tolera).

Por lo tanto, la primera conclusión a la que podemos llegar es:

¡Qué valiente has sido Biles!

Por otro lado, un factor que no se está teniendo en cuenta y que como especialista en el trastorno me parece determinante es el TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad) que Biles reconoció tener diagnosticado y que afecta a entre un 2 y un 5 por ciento de la población infantil en edad escolar (Datos de la Feeadah).

Este trastorno puede generar una serie de dificultades que no hacen sino dar más valor a todos los logros conseguidos por Biles.

El primero de ellos, y bajo mi punto de vista determinante, es la dificultad para mantener la atención sostenida. Y es que, su disciplina olímpica requiere de una gran concentración. Por lo tanto el sobresfuerzo que en cada torneo debe hacer nunca será valorado ni tenido en cuenta.

Por otro lado, asociado al trastorno, hay cierto nivel de impulsividad (dependiendo de cada caso) entendido como falta de elaboración de respuesta. Esa impulsividad puede llevar a cometer ciertos errores que pueden resultar determinantes en un torneo como los JJOO.

Precisamente, lo comentado anteriormente, hace que muchas personas con TDAH gestionen mal sus emociones y tengan una autoestima baja (al haber sido en la mayoría de casos recopiladores de refuerzos negativos en los primeros periodos de la infancia -al no ajustarse a la «norma»- con la huella que esto genera en el resto de sus vidas).

Como estamos viendo, la mente humana es el sistema más complejo que existe, y lo primero que debemos hacer es no juzgar cuando alguien necesita parar y separarnos de esa mirada crítica que en un mundo dominado por los «haters» (que hacen de las suyas a través de una pantalla) está tan de moda.

Creo que no debemos acabar estas líneas sin agradecer a Biles que haya ayudado a poner de manifiesto la importancia de la salud mental (el simple hecho de acudir a un psicólogo sigue siendo tema tabú en esta sociedad) y poner encima de la mesa la necesidad de sensibilizarnos con el TDAH, siendo este el trastorno más común en niños, adolescentes y adulto jóven.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-tdah-trastorno-mental-simon-biles-afecta-5-por-ciento-poblacion-infantil-edad-escolar-202107301210_noticia.html

Comparte este contenido:

Con la esperanza no basta

 Por: Carolina Vásquez Araya

“Hechos son amores y no buenas razones”, un dicho popular que nos calza a la perfección.

Si algo empareja a los pueblos latinoamericanos, es un pasado cargado de frustraciones, lucha social, violencia, represión y abuso. También, por supuesto, una enorme dosis de esperanza que surge antes y después de cada relevo en sus gobiernos y de cada estallido social provocado por sus traiciones. El hilo de la historia en todos los países de nuestro continente presenta similares coincidencias, en un ir y venir que les impide avanzar con paso firme hacia el desarrollo. Sin embargo, una y otra vez se impone ese aliento optimista –esa necesidad de resurgir de las cenizas-  único consuelo ante la crudeza de una realidad tan inmerecida como deprimente.

La herencia colonial ha marcado de forma indeleble el destino de nuestros pueblos al establecer la división por clases sociales, económicas, étnicas y de género, como una brillante y sórdida estrategia destinada a preservar con mano de hierro los mecanismos de control. De ahí han surgido formas de vida y pensamiento impresos en su cultura como verdades absolutas y, peor aún, como valores dignos de acatarse. Entre esos supuestos valores, muchos de ellos originados desde los púlpitos, están aquellos destinados a subordinar a las mujeres a la autoridad patriarcal; a convencer a los estratos más pobres de la superioridad de los más ricos; a someter a la niñez y a la juventud a la autoridad adulta, sin derecho alguno a asumir sus propias aspiraciones; y, a creer sin dudar de un absurdo derecho humano a destruir la naturaleza en función de la acumulación de riqueza para beneficio de unos pocos.

Cuando los pueblos deciden tomar las riendas de su destino y detener los abusos de poder cometidos, sin obstáculo alguno, desde los centros de poder, entonces intervienen otros actores cuya incidencia, desde países poderosos y gigantes mediáticos, transforman el discurso y manipulan los conceptos abriendo el camino para la represión y el miedo. Esta argucia, tantas veces repetida y tantas veces exitosa, apaga la llama de la rebelión y, víctimas más, víctimas menos, arroja al silencio y la resignación a pueblos cada vez más impotentes y empobrecidos. Este escenario recurrente también representa un obstáculo de enorme magnitud para hacer de la ciudadanía una protagonista consciente y comprometida con su futuro.

Hastiada de tanto abuso, carente en su mayoría de elementos de juicio y, en algunos países, de marcos legales para ejercer su derecho a participar libremente en la elección de autoridades éticas y competentes, la ciudadanía se ve enfrentada, una y otra vez, a una maquinaria poderosa manejada desde las sombras por pequeños círculos de poder que le impiden avanzar. De ahí, que solo acude al consuelo de una esquiva esperanza: la esperanza por un futuro mejor; la esperanza por un cambio del cual no se atreve a participar; la esperanza por que suceda algo milagroso y los corruptos paren en prisión; la esperanza porque el cielo se abra y caiga el rayo sobre sus cabezas… esa esperanza.

Pero, como reza el dicho: “Hechos son amores y no buenas razones”, esas esperanzas necesitan acciones y esas acciones, sin la voluntad y la participación popular, jamás se harán realidad. Los pueblos latinoamericanos han perdido mucho espacio debido a su progresivo divorcio con el ejercicio de la política. Decepcionados, una y otra vez, se han alejado de algo tan esencial para la democracia como la organización partidista, único recurso para garantizar su incidencia en las decisiones que les competen. Por eso, precisamente, los grupos de poder las han desestructurado con maña, muy conscientes de que para reinar, es preciso dividir.

La democracia depende de la organización ciudadana.

Fuente de la información: www.carolinavasquezaraya.com

Imagen: Pressenza

Comparte este contenido:

Una historia sobre la desigualdad educativa

Hay una historia que me sorprendió sobre la educación durante la pandemia. La leí en el ensayo “Una expresión de la desigualdad en educación básica durante la emergencia sanitaria: el caso de una alumna” de Patricia Ducoing Watty, que se publicó en Educación y pandemia. Una visión académica. En ella, la autora entrevista a Paula quien estudia el quinto año de primaria. Ella vive junto con su mamá y su hermano menor en la casa de Doña Chela, quien es la señora que la mamá de Paula cuida por contrato:

E [entrevistadora]: ¿Paula, te gusta ir a la escuela?

P [Paula]: Sí, me encanta ir a la escuela porque ahí veo a mis amigos, sobre todo a Marcela y Rosalía que están conmigo [en el mismo grupo], pero también a Maura que está en 6.º [grado] [sic]. A la hora del recreo veo a Maura y platicamos y jugamos todo el tiempo. También Marcela y Rosalía son amigas de Maura, por eso las tres nos comemos lo que nos mandan nuestras mamás y jugamos futbol.

E: ¿Por qué Maura, que está en 6.º [sic], es tu amiga?

P: Porque vive junto a mi casa y salimos a jugar a la calle, junto con sus hermanos, y ellos me enseñan muchas cosas [negritas mías]. Juan y Rodrigo están en la secundaria, allá arriba, pero juegan en la tarde con nosotros. Ellos me prestan su celular para jugar y nos enseñan futbol.

¿Qué es lo que extrañan los niños y jóvenes de la escuela? La convivencia con sus compañeros que no sólo se limita al juego sino al intercambio de conocimientos entre pares, entre estudiantes. Es muy importante para un docente militante poner atención a lo que dicen los alumnos durante el receso o sus tiempos libres: ¿qué es lo que discuten?, ¿qué tema son sus preocupaciones? o ¿cuáles son sus opiniones? Esa escucha nos permite orientar nuestra labor docente: ¿o acaso los profesores no formamos opiniones, ya sean verdaderas o falsas, a través del diálogo con nuestros colegas?

E: ¿Te dejaron tarea tus maestros?

P: Sí, mi maestra Claudia nos dejó tarea antes de encerrarnos, pero la terminé hace mucho, mucho.

[…]

E: ¿Conoces las computadoras? ¿En tu escuela hay computadoras?

P: En la casa de Maura hay una y a veces me la prestan para jugar o para ver lo que quiera. Juan me enseñó en la compu unas fotos de Australia y me gustaron mucho. Cuando sea grande quiero ir a Australia. En la escuela no hay computadoras. Mi maestra Claudia tiene una tablet, pero es de ella y también tiene celular.

Las prácticas tradicionales docentes no son significativas para esta crisis sanitaria que padecemos: “… nos dejó tarea antes de encerrarnos, pero la terminé hace mucho, mucho”: ¿qué utilidad tiene para el estudiante un trabajo escolar para la casa que pueda terminar en menos de un bimestre?, ¿cuál es la preocupación del docente porque se entreguen evidencias si éstas no reflejan una situación vital del estudiante?, ¿qué aporta la escuela a la vida cotidiana de una estudiante que se encuentra en las condiciones que vive Paula? Los docentes militantes tenemos que hacer un cambio radical en nuestras prácticas, en nuestra opinión sobre cómo aprenden los niños y los jóvenes, que de alguna manera sopesemos esta situación crítica para resistir ante el embate de la desigualdad educativa que agrava cada día más este sistema. Dice Ducoing “… que si bien Paula se encuentra viviendo en una zona urbana y, al parecer, es una alumna interesada en aprender, carece de las condiciones materiales para hacerlo; no mantiene relación alguna con la escuela, ni con su maestra, como tampoco con sus compañeros, convirtiéndose en una niña que, durante esta situación excepcional, queda segregada del servicio educativo.”

Un regreso por mandato a clases presenciales agrava más la desigualdad educativa: cuántas escuelas tienen las condiciones para tal situación, para qué retornar si nuestras prácticas docentes siguen siendo las mismas que generan el tedio estudiantil, cuántas familias pueden regresar a clases de forma segura. Mucho por reflexionar.

Fuente de la información: Insurgencia Magisterial

Imagen: milenio

Comparte este contenido:

No bastaron ocho meses sin sueldo a los docentes en las Universidades para el Bienestar Benito Juárez (UBBJ)

Por: Carlos España

Faltaba la aplicación más salvaje del neoliberalismo.

La educación en México sigue siendo un desastre; primero, como herencia; segundo, hoy hay un desprecio al humanismo. Ejemplo: los docentes en las UBBJ no tienen ningún tipo de contrato laboral, por lo tanto, cero prestaciones sociales y cero derechos. ¿A esto llaman bienestar?

Ahora que se expone la reprobable actitud de los funcionarios de la UNAM, o en el IPN, contra los docentes de asignatura; nos damos cuenta que se creó algo peor: las UBBJ.

Ingresé a través de un concurso desde 2016 cuando se fundaron algunas de las escuelas con objetivos renovadores; en 2018 se volvieron oficiales y para intentar cubrir la demanda de educación superior se amplió su número. El 22 de julio en la sede Azcapotzalco, CDMX, donde impartí diversas asignaturas y ejercí la libertad de cátedra buscando difuminar la pluralidad, la universalidad, la justicia y la reflexión del ser humano como máximas; con el pretexto de no cubrir con el perfil, me entregaron un oficio de gracias de la Dirección Académica de la UBBJ sin ningún fundamento legal.

Ejercí con profesionalismo en esta sede donde se practica el amiguismo y la mala fe; incapaces de comprender la solidaridad, pero sí muy capacitados para obedecer. Con tres carreras universitarias, 14 libros publicados y tres premios nacionales de literatura fui echado (ha habido muchos y los habrá; en la sede Cuauhtémoc ya hubo un paro estudiantil) por haber estado denunciando las mentiras informativas, la precarización laboral y el autoritarismo prevalecientes en las UBBJ.

Ninguna universidad merece limitación en saberes y derechos; ningún estudiante debe ser pasivo y dedicarse solamente a estudiar porque vive en una realidad social que requiere reflexión y acción permanente. La técnica es estúpida cuando no tiene como complemento el arte, lo humano, la cultura, las investigaciones, lo social. El capitalismo intenta paliar el dolor humano con la máscara del bienestar.

Se podrá cortar la comida, pero no se pueden coartar las ideas de desear el bien de los demás. Las mal llamadas Universidades para el Bienestar son totalmente neoliberales, funcionan como una empresa privada con presupuesto público donde los empleados están muy lejos de comprender lo público y el servicio. Son una institución reaccionaria, antidemocrática y conservadora. La ética es feroz porque muestra lo miserable.

La educación no debe partir más de la burocracia sino de una orientación colectiva hacia una realidad en movimiento. Los docentes no pueden ser dóciles y estar dispersos sino ser seres humanos dignos luchando por una real educación pública, gratuita y crítica. De este lado tenemos la locura creativa y lo sublimado que debemos retomar de los verdaderos luchadores sociales con quienes aún tenemos deudas.

Fuente de la información: Insurgencia Magisterial

Imagen: laizquierdadiario

Comparte este contenido:
Page 387 of 2733
1 385 386 387 388 389 2.733