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Entrevista a Daniel Wilson: Crear Juntos

16 Julio 2017/Fuente:compartirpalabramaestra /Autor: Darío Ayarza

Una entrevista con el director del Proyecto 0 de la Universidad de Harvard, la casa de Howard Gardner, el padre de las inteligencias múltiples. 

El Proyecto 0 de la Universidad de Harvard ha venido estudiando desde 1967 los vínculos entre el arte y la educación, la naturaleza de la inteligencia, la comprensión, el pensamiento, la creatividad y la ética. Ha sido la casa de Howard Gardner, el padre de las inteligencias múltiples. Daniel Wilson es su actual director y su especialidad es el aprendizaje colaborativo. Conversamos con él durante su reciente visita a Bogotá, invitado por la Universidad de la Sabana.

¿Por qué últimamente ha cobrado tanta importancia la colaboración?

La colaboración ha sido importante siempre. Es un rasgo propio de los seres humanos. Hemos evolucionado porque hemos sido capaces de asociarnos para co-crear soluciones. Hay muchos ejemplos, los sistemas de calendario, los sistemas de riego, entre muchas otras invenciones, tuvieron lugar porque seres humanos se reunieron para co-crear. Así que la idea de la colaboración es central en el modo en que hemos evolucionado. Hoy, al estar conectados globalmente, las oportunidades de colaborar se han multiplicado. Tengo un hijo de ocho años. A él le gusta mucho hacer aviones de papel. Cuando yo era niño, hacía mis aviones de papel tomando ideas de los demás niños de la escuela o de algún libro que encontraba en la biblioteca. Mi hijo hace lo mismo, pero además ve videos en internet, o se pone una cita en línea con un amigo que tiene en Suiza y hacen juntos los aviones. De manera que la tecnología que tenemos disponible nos ofrece cada vez más oportunidades de colaborar.

¿Qué es y qué no es colaboración?

Hay un problema en el modo como comprendemos la colaboración y es que a veces pareciera que solo fuera comunicación. Podríamos intercambiar información, pero eso no es colaborar. La colaboración es una experiencia que conduce a la co-creación. Y es una experiencia que produce una ansiedad muy profunda. Yo soy músico, me reúno con unos amigos para tocar jazz. Podríamos sentarnos a ejecutar una partitura. Eso no es colaboración, sino seguir una serie de instrucciones. Tenemos que comunicarnos, pero eso no es colaborar. La colaboración ocurre cuando algo nuevo surge, incluso si es algo inesperado. En esos momentos, como músico, tienes que escuchar de una manera diferente y tienes que tomar riesgos, porque estás frente a otras personas y tienes que permitir que eso nuevo que se está creando surja con la colaboración de los demás. Así que en música, particularmente en el jazz, esto pasa mucho. El teatro, la comedia, también son formas creativas de escuchar para poder construir, co-crear. Hoy, estas habilidades son necesarias en muchas profesiones porque los retos que enfrentan les demandan crear de manera colectiva. El medio ambiente, la producción de alimentos o la convivencia plantean retos que solo pueden tener soluciones que surjan de la colaboración entre seres humanos.

Usted ha asesorado a organizaciones muy grandes como Cisco, Novartis, incluso a la CIA. ¿Puede hablarse de colaboración en estas grandes organizaciones?

Es una buena pregunta, porque si lo importante de la colaboración es el surgimiento de algo nuevo, ¿cómo podría tener lugar a gran escala? Es complicado. Tomemos por ejemplo una situación de emergencia: hay una inundación en un pueblo. No se sabe exactamente lo que debe hacerse, pero se sabe que hay que involucrar a personas con diferentes conocimientos y experiencias. De manera que en un caso como estos, la colaboración va a ocurrir en “parcelas”. Va a haber ingenieros, médicos, policías, bomberos y puede que en algún punto se junten y creen algo nuevo en conjunto. Pero esto no implica que todo el sistema esté colaborando a gran escala. Sí hay coordinación y comunicación a gran escala. Pero la colaboración va a ocurrir en “parcelas”. El reto del sistema consiste en encontrar la manera en que la colaboración que ocurre en parcelas retroalimente esa coordinación y comunicación a gran escala. Y es curioso… Una de las mejores maneras de comprender cómo pasa esto son las salas de emergencia de los hospitales. Las salas de emergencia tienen que atender permanentemente casos que son impredecibles, en los que hay que diagnosticar muy rápido el problema y poner en practica soluciones. El hospital está coordinando pero todos los días se están creando nuevas ideas y prácticas en las salas de emergencia. De manera que hay que entender de qué forma estas innovaciones pueden retroalimentar a todo el sistema. Esa es la respuesta larga. La respuesta corta es la siguiente: los sistemas grandes no colaboran, sino que crean las oportunidades para que pueda haber colaboración dentro de las parcelas.

¿Y en la escuela?

Si la colaboración es la co-creación de algo nuevo, la pregunta es, cuándo y cómo puede tener lugar en las escuelas. Y hay que decir que las escuelas no fueron diseñadas para colaborar desde un comienzo. Las escuelas han sido creadas históricamente para la coordinación y la comunicación. La coordinación es lo que se necesita para que el sistema funcione bien en conjunto, y la comunicación es la habilidad para que la información circule dentro del sistema. Los colegios hacen eso muy bien. Pero la colaboración plantea el reto de juntar un grupo de personas y lograr que surjan cosas que antes no existían. Los colegios no están diseñados para eso. Están diseñados para que esto no ocurra. Pero en las escuelas está ocurriendo cada vez más. ¿Y cómo se ve esto? Se trata de estudiantes que trabajan juntos para resolver problemas, pero además de maestros que trabajan juntos para encontrar respuestas a soluciones que no tienen, comprometiéndose a crear ideas realizables. Puede ser el diseño de un nuevo currículo, nuevos experimentos con los estudiantes, pero lo importante es que surja algo nuevo. Como maestros, pensamos que sabemos muchas cosas y que nuestro trabajo es decirles esas cosas a los estudiantes. Esto no es colaborar. En un enfoque colaborativo, el maestro reconoce que no lo sabe todo ni tiene todas las respuestas y que necesita a sus estudiantes, a la comunidad, a los otros maestros, para co-construir algo nuevo.

¿Qué puede decir acerca del conflicto en el aprendizaje colaborativo?

“Conflicto” es una palabra muy complicada. No hay ninguna teoría del aprendizaje en la que la palabra conflicto no aparezca. Al parecer, la manera como nuestra especie aprende involucra el conflicto. Pero el conflicto también tiene que ver con aspectos sociorrelacionales, por lo que vienen a la mente palabras como violencia, agresión, identidades… De manera que en educación hay dos maneras de entender esta palabra. En lo que tiene que ver con el conflicto, que es necesario para que haya aprendizaje, como educadores debemos aprender a vivir conflictos saludables. Cuando trabajo con maestros, una buena parte de mi trabajo consiste en producir situaciones en las que mis estudiantes se sienten incómodos. Porque si vas a diseñar experiencias de aprendizaje para otras personas, vas a diseñar experiencias en las que otros van a experimentar conflictos y se van a sentir incómodos. La única manera como podemos llegar a hacer bien esto como educadores consiste en adquirir una comprensión emocional muy compleja de lo que se siente al estar en conflicto. Y es difícil, por eso en Proyecto Cero trabajamos mucho en oportunidades para cultivar esta clase de habilidades en los maestros. En cuanto a los conflictos sociorrelacionales, este es un asunto muy serio. En Estados Unidos tenemos muchos conflictos raciales, de clase, religiosos… Así que, ¿qué hacemos para generar colaboración en estos niveles? Una de las grandes ideas viene de la teoría de la negociación. Si queremos desactivar la agresión o el conflicto entre grupos o personas, tenemos que encontrar una meta común. Algo que mantenga al grupo unido y esta es la clave. Cuando trabajamos en comunidades que están polarizadas, debemos preguntarnos: ¿qué es lo que puede mantener a este grupo unido? ¿Qué es lo que puede hacer que estas personas se unan y colaboren? Puede ser una causa, una creencia, un proyecto… pueden ser muchas cosas. Es lo que en la teoría de la negociación se llama superordinate goal.

Para finalizar, ¿a qué se dedican en Proyecto Cero en la actualidad?

Estamos cumpliendo nuestro aniversario número 50. Es sorprendente, porque el proyecto solo se financia con becas y de esta manera ha permanecido por todo este tiempo. Como centro de investigación hay varias líneas en las que esperamos avanzar bastante en estos próximos años. En creatividad, colaboración, evaluación. Estas áreas llevan activas muchos años. Hay áreas relativamente nuevas como juventud y política. Queremos comprender, por ejemplo, cómo se reúnen los jóvenes por medio de plataformas digitales y logran cambios sociales, proyectos emergentes en educación para la ciudadanía, ¿qué significa la ciudadanía en los años que vienen?, además tenemos investigaciones acerca del trabajo ético en la economía actual. De manera que continuamos con líneas en las que siempre hemos venido trabajando, pero el gran desarrollo que ha tenido la tecnología nos está planteando nuevas preguntas para investigar.

Fuente de la entrevista: https://compartirpalabramaestra.org/alianza-editorial-magisterio-fundacion-compartir/crear-juntos-entrevista-con-daniel-wilson

Fuente de la imagen:

https://compartirpalabramaestra.org/sites/default/files/styles/articulos/public/field/image/crear-juntos-entrevista-con-daniel-wilson.jpg?itok=6Kg3mq

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Dora Barrancos: «La ciencia es patriarcal»

Por Universidad Nacional de La Plata /Mujeres y Ciencia

Compartimos la mirada de Dora Barrancos, una de las dos mujeres que integran el directorio del CONICET

Si bien el 52% de las personas que investigan en el CONICET son mujeres, en su directorio sólo hay dos representantes entre 9 cargos y sólo un 25% ocupa cargos directivos. Dora Barrancos, especialista en estudios sobre género, doctora en Historia, licenciada en Sociología, docente e investigadora universitaria, es una de ellas.

La estructura de la ciencia tiene una matriz patriarcal desde sus orígenes -reconoce Barranco- las mujeres fueron apartadas de las Universidades y sólo pudieron conquistar su ingreso en la segunda mitad del XIX. Participaron en la producción del conocimiento pero sin reconocimiento y ese criterio patrialcal se evidencia en situaciones cotidianas, como que para los estudios de inteligencia que se hacen con animales generalmente se eligen machos de las especies, según marcan las biólogas feministas.

Según la científica, Argentina tiene una proporción muy notable de mujeres y ha mejorado bastante la condición de posibilidad del ascenso al sistema científico hegemonizado por el CONICET. De todos modos, la base de la pirámide es suculenta en mujeres, más del 52%, mientras que la cresta de la pirámide sólo tiene 25% de mujeres.

Las causas de esta situación son múltiples, en primer lugar las mujeres científicas tienen las mismas obligaciones del sistema patriarcal nuestro respecto de las gerencias de su casa, el cuidado de los chicos, y esto dificulta producir la misma cantidad de papers que un varón. En segundo lugar, muchas científicas se casan con varones científicos y muchas veces ven condicionadas sus oportunidades porque se prioriza la carrera del hombre. Y la tercera cuestión que señala Dora Barrancos, es que las mujeres, están con bastantes más dificultades para creer en sus oportunidades. A menudo hay una especie de auto impugnación («esto no es para mí», «esta no es mi oportunidad») ante una situación de mayor complejidad.

La matrícula universitaria se ha feminizado notablemente, pero en algunas disciplinas no, por ejemplo en ingeniería donde el ingreso apenas supera el 22 %. Esto marca que hay algo estructural y que hay algo también que obviamente es consonante con la personalidad de los varones que dirigen laboratorios. El problema del patriarcado es su triunfo en la subjetividad de las mujeres, muchas jefaturas de laboratorios que son mujeres encarnan los mismos procedimientos valorativos que los varones, y esto es un problema, porque allí radica el triunfo del patriarcado, explica Barrancos.

El cambio debe ser mas amplio, no solamente desde la estructura científica sino en toda la vida de la socialización que tienen los niños y las niñas en escuelas, colegios y las propias Universidades. «Estamos viendo cómo se extiende los protocolos para atender la violencia y eso es comenzar a darse cuenta en el propio territorio de las Universidades. Porque en realidad la segregación de las mujeres de la ciencia, el no darle las mismas posibilidades de desarrollarse en laboratorios, el menguar su presencia en un paper, etcétera, es violencia» recalca Dora Barrancos.

Fuente: http://www.exactas.unlp.edu.ar/articulo/2017/3/10/la_ciencia_es_patriarcal

Imagen tomada de: http://perio.unlp.edu.ar/sites/default/files/u5/img_5234.jpg

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Entrevista a Eva Marina López: La educación de las destrezas del siglo XXI necesita de la colaboración entre padres y profesores

13 julio 2017/Fuente:Educaweb

Eva Marina López (Madrid, 1970) dirige la Fundación Educativa Universidad de Padres desde el año 2008, un centro de investigación impulsado por el filósofo José Antonio Marina con el objetivo de desarrollar proyectos pedagógicos que ayuden a padres y madres en el proceso educativo de sus hijos.  Licenciada en Ciencias de la Información y fundadora de numerosos grupos teatrales, ha utilizado el arte dramático como herramienta para mejorar el rendimiento escolar. Co-autora del libro El aprendizaje de la creatividad, actualmente centra sus esfuerzos en impulsar la transformación del sistema educativo para nuestra incorporación a la sociedad del aprendizaje.

¿Por qué es importante la comunicación entre la escuela y la familia?

Los investigadores que han tratado el tema consideran que uno de los factores esenciales para lo que se llama éxito educativo es que padres y escuela trabajen conjuntamente. No sólo mejora la instrucción de los niños, sino también la formación del carácter, si la escuela, en todos los niveles educativos, y los padres, que son los que están siempre con los niños, tienen una misma visión, unos mismos objetivos y una misma idea de cómo van a ser estos futuros ciudadanos.

El sistema educativo, aquí y en todas partes, está cambiando a una velocidad de vértigo porque, ante todos los desafíos a los que nos están llevando la globalización y la aceleración tecnológica, están cambiando nuestros espacios de acción, de conducta, y por lo tanto tenemos que empezar, desde el sistema educativo, a enseñar otro tipo de competencias que van más allá de la mera instrucción de las matemáticas o el inglés. Me refiero a la educación de las destrezas del siglo XXI, que necesitan de la colaboración entre padres y profesores. Porque estamos hablando de competencias que se tienen que ir adquiriendo de una manera coherente en los distintos espacios de aprendizaje. Estoy hablando, por ejemplo, de la creatividad, la creación de valores universales, éticos, de competencias de liderazgo, trabajo en equipo, idiomas, etc. Que no consiguen en un año, sino a lo largo de toda la vida y en el que intervienen muchos agentes educadores.

Y, por otro lado, sabemos que tenemos que reformar el sistema educativo para que todos nosotros, no solamente los niños, empecemos a tener las competencias necesarias para ingresar en aquello que se llama la sociedad del aprendizaje. Una sociedad en la va a ser necesario que todos tengamos una capacidad muy alta de aprender. Un ejemplo: ahora mismo no sabemos en 20 años cuáles van a ser los puestos de trabajo en un 60%. La aceleración tecnológica está cambiando los perfiles profesionales y la globalización está cambiando mucho la forma de relacionarnos con el otro, entre sociedades y culturas distintas. Y los educadores andamos un poco a ciegas. La realidad es que para que podamos enseñar estas competencias a los niños y niñas, las familias y los centros educativos deben colaborar de manera eficaz para ayudar a nuestros hijos a desenvolverse en ese mundo que es muy incierto, muy ambiguo, muy complejo.

¿Puede explicar cómo es entonces la comunicación entre el centro educativo y los padres y madres?

Ahora mismo, los padres tienen tres herramientas para mantener una relación con los colegios: las tutorías, las posibilidades que tienen las AMPA y el espacio que queda entre lo que los niños aprenden en clase y lo que aprenden en casa, que es todo lo que tiene que ver con los deberes. En ninguna de ellas la comunicación está siendo buena. En muchas ocasiones las familias y los docentes van por caminos muy distintos desde un punto de vista educativo.

Entonces, ¿cómo debería ser esa comunicación ideal?

Esta comunicación ideal pasa por la formación y el conocimiento tanto de las familias como de las escuelas. Un conocimiento que sea común, que todo el mundo entienda a qué nos estamos refiriendo. Por ejemplo, pensemos en la motivación. Los padres entran mucho en conflicto por los profesores, porque unos hablan de motivación, de ganas, y otros de disciplina, de deber. Tiene que haber acuerdos entre profesores y los padres, no se trata de que uno proponga y el otro se limite a aceptar.  Y, para ello, tiene que haber una base psicológica y pedagógica común.

Nosotros, en la Fundación Educativa Universidad de Padres, estamos trabajando mucho con las familias, no solamente ayudándolas a formarse, que vayan asumiendo que su rol educativo ha cambiado en los últimos años, sino también animando a que participen cada vez más en el Proyecto Educativo de Centro (PEC). Creo que el PEC tendría que ser un proyecto educativo en el que todo el mundo tuviera su participación y su toma de decisiones, es decir, no sólo los directivos sino los padres y los alumnos, que son los protagonistas de todo esto. Es decir, más formación para ambos y generar vínculos de decisiones compartidas que tienen que ver con el PEC serían las dos fases en las que habría que trabajar.

¿De quién es la responsabilidad de garantizar la calidad de esa comunicación?

De ambas partes. Creo, siempre hablando en términos generales, que hay mucha tendencia a que los docentes se encierren en el aula y los centros se cierren en sí mismos; y también hay padres y familias que parece que ciertas cosas no les tocan a ellos, que consideran que no tienen que participar en la toma de decisiones. Y esto está creando muchos conflictos. Somos toda la sociedad los que tenemos la responsabilidad educativa de nuestros menores. Los tantos por ciento de responsabilidad son distintos, pero la tenemos todos.

¿A quién le correspondería mejorar la comunicación por parte del centro educativo?

Creo que en el Proyecto Educativo de Centro, que habitualmente lleva a cabo el equipo directivo, habría que centrarse más en cómo realmente se trabaja con los padres y también invitarles a que participaran en su proyecto. Y, luego, en la comunicación diaria, entiendo que los profesores están con horarios muy saturados, que han de cumplir unos objetivos determinados que marcan las consejerías, que la posibilidad de tiempo real con las familias es difícil, etc., pero sí hay que habilitar formas para que hubiera una comunicación más constante y más fluida con las familias que no fuera solamente cuando se detecta un problema, que es la mayoría de veces. Por ejemplo, las nuevas tecnologías pueden ayudar mucho a que exista un flujo constante de comunicación entre los docentes, los equipos directivos y los padres.

¿Y por parte de las familias, cómo podría mejorar la comunicación?

Podrían empezar por mejorar su conocimiento pedagógico, intentar entender que en todo el mundo occidental nos estamos enfrentando a retos muy complicados y complejos y que nos tenemos que preparar para ello. El gran antídoto ante estos desafíos es la educación. Para ello no sólo hace falta más conocimiento, sino más implicación en el día a día y en el Proyecto Educativo de Centro; y también en los barrios, porque los barrios también educan. No es lo mismo educar un niño en un barrio deprimido que un barrio de nivel medio-alto. Como sociedad, tenemos que velar por que la educación sea ese recurso que tenemos para mejorar la falta de oportunidades.

En concreto, ¿qué papel considera que juegan las Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado?

La mayoría de las AMPA realizan un trabajo voluntario de un enorme esfuerzo. El problema que tienen es la falta de implicación de los padres y la falta de implicación por parte de los profesores sobre lo que está haciendo la AMPA. Por ejemplo, las relaciones de las actividades extraescolares con el Proyecto Educativo de Centro es ninguna. Y básicamente, todos los niños en Primaria hacen una, dos o tres actividades extraescolares. O sea, va cada uno por su lado, por lo que podemos encontrarnos con una incoherencia y una inconsistencia pedagógica.

Creo que habría que reestructurar las funciones de la AMPA para que fuera un elemento movilizador. Yo sé que esto es muy difícil –es muy fácil hablarlo desde un despacho-, pero las AMPA, con las funciones que tiene ahora mismo, con que todo se basa en un trabajo voluntario y con una dejación del resto, ya están haciendo mucho, porque realmente es navegar contracorriente.

¿Qué acciones, recursos, herramientas o aplicaciones recomienda utilizar para mejorar la comunicación entre el centro educativo y los padres?

Creo si se manejaran mejor los espacios digitales donde todo el mundo puede participar sin un horario determinado, y se diera también cabida a los padres… Y no estoy hablando de grupos de Whatsapp de padres, sino de espacios compartidos entre el centro y los padres, como una intranet, un blog, un espacio de participación y aprendizaje digital… Ahí hay unas grandísimas posibilidades de que realmente ayuden a que la comunicación y la participación se lleven a cabo sin que tanto profesores como padres no se tengan que volver locos para poder quedar. Porque, claro, estamos en la sociedad en la que estamos: todos tenemos mucho trabajo, hemos pasado por una crisis y que la conciliación laboral y familiar no es una cosa que hayamos hecho muy bien… Todo esto es un contexto que no está facilitando la colaboración, comunicación y participación.

Quizá aquí radica la dificultad, en que comunicar implica escuchar y replantearse las cosas…

Sí, en el sistema educativo y en todas partes. Tanto la comunicación como la posibilidad de cambiar los modelos de relación suelen ser muy difíciles de gestionar adecuadamente y vamos a encontrar inercias por parte de todos los agentes educadores. Negar que los sistemas educativos están cambiando es un error y eso implica también transformar los roles tradicionales educativos de los docentes y los padres. Nuestros hijos van a vivir en un mundo muy distinto al actual y como país no nos podemos quedar atrás, por ello es necesario una movilización general de la sociedad para impulsar la transformación del sistema educativo. Necesitamos preparar a la sociedad para que sea capaz de aprender, y de aprender mucho, porque solamente así crearemos riqueza, bienestar y ampliación de la dignidad y los derechos humanos. Si no lo hacemos, crearemos cada vez más desigualdades entre zonas del mundo y también dentro de los Estados.

¿Hay algún referente, nacional o internacional, en el que podamos inspirarnos a la hora de cambiar?

A veces pienso que estamos como en una gran guerra en el modo de plantearnos la educación. Yo veo como dos grandes modelos: Finlandia y Corea. En Corea, el sistema educativo es muy, muy, muy exigente para los niños, y muy, muy especializado. Cuentan con muchas posibilidades, pero sólo pueden llegar algunos, los mejores. Por otro lado, Finlandia ha hecho una reforma educativa mucho más inclusiva, de tal manera que el sistema educativo sea el gran recurso para minar las desigualdades. Además, se fija no sólo en el trabajador especializado, sino en el ciudadano. Aquí es donde está el quid del asunto: la educación no solamente crea trabajadores especializados, crea ciudadanos del estado, de la ciudad y del mundo.

En España, por ejemplo, hay colegios que están haciendo un trabajo muy interesante. La Compañía de Jesús ha reformado todo su sistema de formación obligatoria basándose en la pedagogía de trabajo por proyectos, que una gran parte va por ahí, porque los proyectos son una gran herramienta para trabajar todas las competencias que he mencionado antes. También está toda la investigación de las Non Cognitive  Skills, que en la Universidad de Padres hemos traducido como Funciones ejecutivas y que se pueden trasladar al mundo educativo. Estamos hablando de unas competencias que ayudan a regular nuestro comportamiento, así como la motivación, la planificación, la flexibilidad o la metacognición. En las ciencias del aprendizaje se está produciendo un auténtico terremoto innovador. Parte de nuestro talento educativo se va a basar en como trasladamos todos estos avances a toda la sociedad.

Fuente noticia: http://www.educaweb.com/noticia/2017/06/01/educacion-destrezas-siglo-xxi-necesita-colaboracion-padres-profesores-13973/

Fuente imagen: https://i.ytimg.com/vi/MS80BFFfNvw/maxresdefault.jpg

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Ignacio Martín: “Es la metodología lo que debe sufrir un cambio profundo”

12 de julio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Ignacio Martín

¿Observas muchas reticencias por parte de los profesores de ciencias sociales para incorporar estas herramientas en el aula?
Es muy posible que menos que en otras materias, dado que todos los profesores de Ciencias Sociales sabemos que vivimos en un mundo en continua evolución, donde una información queda rápidamente obsoleta, y por tanto es preciso conectar a los alumnos con nodos de difusión de conocimiento más dinámicos y adaptables.

¿Pero hay quien aún no lo ve con buenos ojos?
Sí, hay profesores y profesoras que no se sienten cómodos con las nuevas tecnologías.

¿Cuáles son los mayores tropiezos que esgrimen los detractores de las TIC?
A veces se percibe una especie de dualidad entre contenidos de calidad y medios de calidad: es como si se pensara que el recurso a medios digitales detrae atención respecto a la profundidad de los contenidos.

¿Y los contraargumentos?
La tecnología de aprendizaje y conocimiento provocará que el estilo escolar se aproxime cada vez más a fórmulas de aprendizaje por descubrimiento, con alta sinergia en el intercambio entre iguales (creación de estructuras de generación de conocimiento con morfología rizomática, alejadas de la actual verticalidad de las fórmulas de transmisión del conocimiento). Permitirá centrarse más en el proceso de cómo aprender y, sobre todo, en la estrategia para confrontar escenarios de resolución presididos por la complejidad (porque, como afirma Niger Calder, vivimos en un mundo caótico, en el que los patrones que explican la realidad son complejos, crípticos; y, en la misma medida, contando las herramientas y flujos de trabajo adecuados, debemos y podemos educar para la complejidad).

¿Cómo valora la calidad general del material educativo digital que circula hoy día por internet?
El problema es la “diabetes informativa” que puede provocar si no somos capaces de transformar ese “azúcar” (información) en verdadera “glucosa” (aprendizaje útil): hay material de baja relevancia, toxoinformación, material replicado una y mil veces… Y hay material excelente, impagable, impactante.

¿Qué características debe tener un buen material para que podamos incorporarlo en un aula?
En primer lugar accesibilidad. Por ejemplo, un vídeo de dos horas no es una opción a tener en cuenta. También me parece muy importante la relevancia curricular: hay películas de contenido histórico que no merecería la pena exprimir como contenidos históricos, dado que no es rentable dedicar dos horas de clase para tener algunas pinceladas o ambientaciones de un determinado periodo histórico o artístico, o proceso geográfico.

¿Los profesores pueden producirse su propio material?
Dice Marc Prensky que “si usamos la tecnología para hacer las cosas viejas de maneras novedosas, debemos abandonar las viejas costumbres”. En lo fundamental, el uso escolar de las tecnologías no ha pasado del nivel sustitutivo.

¿Cómo debe plantearse un cambio profundo que vaya más allá de la sustitución?
Para alcanzar una dimensión redefinitoria, la tecnología debe ser planteada como palanca de un cambio metodológico. Por ejemplo, cualquier docente puede hoy en día crear de forma sencilla un videotutorial y compartirlo en la nube con los alumnos. Mediante otras herramientas, puede monitorizar la interacción y comprensión de dicho material por parte de sus alumnos y liberar de esta forma una parte importante del tiempo de clase para tareas en las que, en entorno de aprendizaje social-cooperativo, el alumno reconstruya lo aprendido (el conocimiento no se transmite directamente, aprender es necesariamente vicario: no puede decirse “yo te aprendo”).  Como decíamos antes, es la metodología lo que debe sufrir un cambio profundo.

¿Y el seguimiento del aprendizaje, cómo debería ser?
Con herramientas simples  podemos poner en común lo que cada alumno sabe u opina, “negociar” los significados (negociación semántica), aprender desde la confrontación. Esto es muy necesario ya que fuera de ella no hay aprendizaje, solo adoctrinamiento.

¿Qué 3 pautas darías a aquellos profesores que les gustaría editarse el propio material para trabajar en el aula?
En primer lugar, les diría que apuesten por herramientas simples de generación de contenido. La complejidad no tiene porqué ir de la mano de la calidad.
En segundo lugar, que tengan en cuenta la posibilidades de difusión o puesta en juego que ofrece cada herramienta.
Y, por último, que analicen el impacto cognitivo que es previsible, y diseñen esos productos no “per sé”, sino en el marco de un verdadero diseño instruccional.

¿A la hora de escoger una plataforma de aprendizaje colaborativo, que consejos darías a los profesores para escoger la que más se adapte a sus necesidades? ¿Qué aspectos deben observar?
Por ejemplo, para mi es importante que se trate de herramientas multiplataformas, y específicamente útiles para soportes móviles (teléfonos, iPad u otras tablets), ya que el alumno de hoy en día demanda ubicuidad en el acceso a la información, también a la información académica. Es importante además optar por soluciones que potencien la interactividad, que no sean un mero repositorio de contenido.

En clave de didáctica de ciencias sociales y más concretamente de Historia. ¿Qué posibilidades ofrecen los contenidos digitales frente a los analógicos para aprender estas disciplinas?
Para empezar, hay que reconocer que gracias a las tecnologías podemos facilitar entornos personalizados de aprendizaje (cada alumno obtiene las herramientas adecuadas a su competencia, intereses y potencialidades), poner a los alumnos en contacto con redes de difusión especializadas en sus verdaderos campos de interés, proporcionar entornos de aprendizaje dotados de alta interacción, o buscar espacios donde los alumnos puedan aprender en red, siendo parte activa de la misma.
Las metodologías de aprendizaje emergentes no van a resultar indemnes de las aportaciones tecnológicas, de la misma manera que venimos observando recientemente cómo las tecnologías cada vez son diseñadas más en función de las necesidades metodológicas, como fomentar la dimensión dialógica del conocimiento. Es inevitable y positivo que entre ambas instancias se establezca un proceso dialéctico de confluencia de intereses, tanto en su diseño como en su uso.

¿Cual ha sido el material o la posibilidad más sorprendente que te han ofrecido las TIC en el ámbito de la didáctica de la Historia?
Algunas herramientas de acceso a datos dinámicos, como Gapminder Word, y, en otro registro totalmente distinto, los Sistemas de Información Geográfica.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/ignacio-martin-es-la-metodologia-lo-que-debe-sufrir-un-cambio-profundo/

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Entrevista: Vicepresidente de Educación de Microsoft habló sobre retos de la relación con el sector educativo.

Tecnología y creatividad para innovar en las aulas de clase

Por: Tecnósfera

Los alumnos de la Institución Educativa José Asunción Silva de Medellín recogen imágenes, entrevistas y videos para enseñarles a estudiantes de países como Chile, Puerto Rico, República Dominicana, México, Ecuador, Estados Unidos, Malasia e India quiénes son, qué piensan, en qué creen, qué comen, cómo viven, cómo es su ciudad y su país; a la vez, ellos reciben sus testimonios y así aprenden todos al tiempo. Para eso usan los computadores del colegio, las aulas virtuales, Skype y OneNote como parte del programa Amigos sin fronteras que la profesora Katerine Franco se inventó para acercar a los jóvenes a la tecnología y aprovechar esta en la educación.

Casos como estos son los que le gusta mostrar por todo el mundo a Anthony Salcito, vicepresidente mundial de educación de Microsoft, quien estuvo en Virtual Educa, evento sobre innovación educativa en Colombia.

¿En el mundo se está haciendo bien la unión entre tecnología y educación?

Sí, cada vez más hay más involucramiento, muchos dicen que no lo suficientemente rápido, pero yo tengo una perspectiva más optimista. Muchas escuelas se están adaptando en la medida de sus posibilidades. Reconozco y celebro que el aprendizaje ha tenido un cambio fundamental (no solo en las escuelas), en la forma como aprendemos por la disponibilidad de internet, de celulares y el acceso a la información.

¿Cómo está Colombia en este campo?

Está emergiendo como líder en América Latina. Las inversiones en tecnología y la investigación en aprendizaje están tomando lugar. Pero sí debemos seguir siendo más ambiciosos. En un tiempo de paz, de inversión en la educación, es una responsabilidad de los líderes de la educación y de los maestros inspirar y generar resultados para posicionar al país como líder de la región y mundial de innovación educativa.

¿Cómo deben adaptarse las escuelas a estos cambios?

​La reformulación del aprendizaje ya empezó en nuestra sociedad. Cuando yo iba a la escuela solo había un texto de libro escrito por un autor. Ahora existe la posibilidad de tener diferentes perspectivas desde distintos lados. Los educadores deben enseñar cómo usar esa información. También debemos ver lo que piden los empleadores, muchos buscan cambios urgentes en la educación. Necesitan empleados con más habilidades de manejo tecnológico. Exacto, cada inversión en tecnología debe estar conectada con resultados de aprendizaje. No es tecnología por tecnología, sino que esta mejore la eficiencia, la seguridad y tenga mayor costo-beneficio. Podemos estar orgullosos de nuestra tecnología, de nuestros laboratorios de computadores, etc., pero eso no tiene sentido si los estudiantes no están motivados por aprender, por sus carreras y seguros de su competitividad en el futuro.

¿Qué habilidad es necesario desarrollar hoy en día?

Es fundamental el desarrollo de pensamiento crítico. Ahora tenemos todas las respuestas en nuestros celulares, así que llegar a la respuesta no es el reto para los estudiantes del futuro. Lo que importa es cómo llegas a la solución correcta. Es una pedagogía fundamental.

Eso significa que todos debemos cambiar la forma como pensamos, incluidos los maestros…

Debemos pensar en cambiar el rol de la educación. Celebramos a los maestros innovadores. Cada vez que viajo por el mundo veo clases donde se está desarrollando el futuro hoy. Los maestros están arreglándoselas para traer nuevas pedagogías y crear diferentes roles para ellos mismos; el reto es que el futuro no está universalmente distribuido, así que ellos están haciendo que este tipo de cosas pasen porque es su propia pasión.

EL TIEMPO

*Fuente: http://www.eltiempo.com/vida/educacion/entrevista-con-vicepresidente-de-educacion-de-microsoft-sobre-la-educacion-en-colombia-99132

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Entrevista a Lalu Gómez: “Hay muchas maneras de ser líder y los maestros lo son”

Fuente: Educacion Tres Punto Cero

Lalu Gómez es psicóloga y psicoterapeuta especializada en Infancia y Familias. Tras ejercer como Psicóloga Clínica y en Investigación, creó en 2016 “Psicofamilias” un proyecto profesional dirigido a promover la Salud y la vinculación positiva de los individuos desde los primeros entornos de aprendizaje. Con ella hemos hablado de esta iniciativa y otros temas de interés como la parentalidad positiva, la escuela, Inteligencia Emocional y cómo aplicar metodologías como la Teoría de las Inteligencias Múltiples a través de apps y dispositivos tecnológicos.

Háblenos de su proyecto “Psicofamilias”, ¿qué aporta al núcleo familiar y a las escuelas?

Es una propuesta global de asesoramiento, formación y atención psicológica. Entendemos que la familia es el primer entorno de vinculación y aprendizaje, y que, junto a la escuela, configura las primeras experiencias en la formación de la identidad, la autoestima y las expectativas sobre el mundo en los niños.

Todas las acciones preventivas y de promoción de la salud dirigidas a familias y escuelas tienen un enorme potencial, ya que transforman a esos individuos y los convierte en agentes de salud que propagan y multiplican el efecto de esas acciones preventivas, muchos años vista. Ese es nuestro objetivo: promover la salud en las personas dotando de herramientas y recursos a niños y adultos, así como enriquecer y transformar los entornos a los que pertenecen (familia, escuela, empresa, entornos socio sanitarios y de ocio…).

Sabes que estás ejerciendo una parentalidad positiva cuando eres capaz de encontrar espacios de conexión emocional y de intimidad con tu hijo

Para una persona que nunca antes ha oído hablar de la parentalidad positiva, ¿qué es y cuáles son las características que determinan este concepto?

Es una de las líneas transversales en nuestro trabajo con familias y un concepto que está en el punto de mira de la investigación en salud y las agendas políticas a nivel internacional, y que muchas familias ponen en marcha de manera intuitiva desde hace tiempo. Se trata de ofrecer a los hijos un entorno seguro y estable en el que se marcan límites y normas de una forma no violenta, favoreciendo las relaciones positivas entre los miembros y con el entorno. Ejercer una parentalidad positiva es considerar las necesidades de los pequeños y sus características individuales, además de facilitar el establecimiento de un apego seguro y una vinculación positiva.

No siempre podremos satisfacer sus demandas o preferencia, pero siempre podemos ofrecer un marco de empatía y de aceptación incondicional. Y por supuesto, hemos de ser capaces como adultos de reconocer nuestros propios errores ante ellos. El hecho de rectificar o pedir perdón tampoco nos resta autoridad, al revés, refuerza la confianza y el vínculo con ellos, les sirve de ejemplo y les ofrece un modelo para gestionar sus propios errores y fracasos.

Según su experiencia, ¿cómo se puede gestionar esta parentalidad positiva?, ¿qué patrones o elementos hay que valorar?

Sabes que estás ejerciendo una parentalidad positiva cuando eres capaz de encontrar espacios de conexión emocional y de intimidad con tu hijo, cuando llega el final del día y te sientes una buena madre o un buen padre y eres capaz de manejar las situaciones del día a día, incorporando los conflictos o los días malos como algo natural y normal. A veces vamos demasiado rápido para pararnos siquiera a reflexionar. Las prisas y la urgencia no se llevan bien con el ejercicio de la parentalidad positiva.

Podemos identificar tres ingredientes básicos: amor y aceptación incondicional, empatía y autenticidad. No obstante, la parentalidad positiva no pretende ser un manual o modelo único, más bien ofrece una hoja de ruta, para que cada madre/padre desarrolle su propio modelo y lo vaya adaptando.

El verdadero aprendizaje se da desde lo vivencial. Cuando algo impacta en el niño deja una huella imborrable

En los últimos años se ha hablado (y mucho) de Inteligencia Emocional. ¿A qué cree que se debe?

El hecho de que las emociones cobren tanta importancia refleja la necesidad de integrar el conocimiento y la evidencia de la neurociencia aplicada al aprendizaje y a las relaciones humanas. Por fin nos hemos dado cuenta de que el cambio está en promover líderes emocionalmente competentes, y no solo académicamente excelentes. Lo uno sin lo otro no tiene sentido, a eso me refiero con integrar. Es importante que detrás de los conceptos haya un conocimiento y una solidez, pero también ha de haber emoción, porque si no, queda vacío. En las formaciones a profesorado siempre trato de hacer una conexión con la esfera personal y privada, las emociones nos remueven y sacuden saltándose muchas veces el filtro de lo racional. El verdadero aprendizaje se da desde lo vivencial. Cuando algo impacta en el niño deja una huella imborrable.

Cuando hablo de liderazgo me refiero al impulso para que cada persona logre su máximo potencial y aporte algo valioso al mundo. Hay muchas maneras de ser líder y los maestros lo son, ya que están al pié del cañón en las aulas, acompañando y formando a los ciudadanos del futuro.

¿A partir de qué edad opina que hay que comenzar a trabajar las emociones?

Diría que empieza desde que el bebé está en la tripa, pero en realidad empieza mucho antes, cuando existe en el papá o la mamá la fantasía y la ilusión de ser padres. La mejor manera de trabajar la competencia emocional de los niños es promover esas competencias en los adultos que se encargan de su cuidado, tanto familias como profesorado. 

Desde un plano muy práctico, podemos trabajar las emociones ofreciendo al niño un entorno que le permita sentirse querido, valorado y aceptado (no solo cuando se porta bien u obtiene buenos resultados). Es especialmente importante que lo sienta cuando se siente mal o no es capaz de gestionar algo. Otra forma de trabajar las emociones es comprometerse en indagar y comprender las emociones propias y las vivencias. Los adultos tenemos mucho que aprender acerca de nosotros mismos, aceptar eso y ponernos manos a la obra ofrece un aprendizaje vicario potentísimo para el niño.

La inversión en Prevención y Promoción de la Salud es decisiva

¿Qué consecuencias implica una gestión no adecuada de las mismas?, ¿qué instrumentos recomendaría para su óptima gestión?

El sufrimiento en la infancia y los conflictos familiares procede en muchas ocasiones de situaciones cotidianas y leves que no se han sabido gestionar, la familia no ha encontrado recursos de ayuda o soporte y el deterioro ha llevado a una situación más grave. Creo que la formación a los profesionales de la Salud y la Educación y el asesoramiento a las familias son la clave. La inversión en Prevención y Promoción de la Salud es decisiva. O invertimos en Salud, o tendremos que estar dispuestos a gestionar la enfermedad y el sufrimiento.

Podemos emplear las nuevas tecnologías para que nos acerquen y nos ayuden a establecer vínculos humanos de mayor calidad. Los expertos hablamos mucho de los peligros de las nuevas tecnologías y las pantallas, pero a veces se nos olvida que hemos de formar y sensibilizar a las familias y profesionales en un uso seguro de las mismas, en reducir los peligros y optimizar los beneficios. La clave es integrar lo cotidiano como oportunidades de aprender y acercarnos a otros seres humanos, y las nuevas tecnologías son un elemento más en nuestro día a día.

¿Cómo se pueden aplicar metodologías (como la Teoría de las Inteligencias Múltiples) a través de apps y dispositivos tecnológicos, y qué herramientas y recursos TIC utilizaría?

Las TIC nos ofrecen posibilidades cada vez más refinadas y cercanas a la experiencia real. Hace poco he tenido la oportunidad de experimentar con la nueva Samsung Galaxy Tab S3 y es increíble la experiencia que ofrece de escritura y dibujo al natural a través de su lápiz digital. Podemos seleccionar apps que permitan al niño fortalecer y afianzar contenidos académicos de una forma lúdica.

Otra opción muy interesante es que permiten cultivar talentos y preferencias del niño que no puede practicar en su entorno cercano. La aplicación de la teoría de las inteligencias múltiples a las TIC debe ir en la misma línea, integrar. Nos sirven para ejercitar aquellas áreas que por unas razones u otras el niño no ha practicado, así como ofrecer escenarios en los que éste elige y muestra iniciativa y deseo de poner en marcha sus intereses. Hay mucho por hacer en este sentido, filtrar y seleccionar contenidos con grandes posibilidades educativas. Samsung tiene iniciativas interesantes y muy potentes en ese sentido, incluso en temas sociales y de actualidad, como la prevención del ciberbullying y la detección y tratamiento de la dislexia y las dificultades de aprendizaje.

Las TIC permiten cultivar talentos y preferencias del niño que no puede practicar en su entorno cercano

Por último un pequeño test. ¿Qué le sugieren las siguientes palabras?:

Emociones:

Vida, pasión, diversión, experimentar, crear, innovar.

Inteligencia:

Capacidad de adaptarse al medio, optimizar recursos, y desarrollar estrategias y habilidades.

Pensamiento:

Imágenes mentales y palabras que nos permiten entender el mundo y dar sentido a nuestra experiencia interna, a aquello que nos hace humanos.

Psicofamilia:

Arraigo, fuerza, integración. Cuerpo, mente, espíritu.

TIC:

Conectividad. Presente y futuro. Necesidad de actualizarse y reciclarse a cada momento. Uso seguro.

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/lalu-gomez-lider-maestros/50760.html

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Alison Peacock: “La confianza es clave para un buen ambiente de aprendizaje”

12 de julio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Alison Peacock

Ha afirmado que se convirtió en profesora porque de pequeña no le gustaba ir al colegio. ¿Por qué cree que muchos niños no quieren ir a la escuela?
Puede parecer como una máquina, ya que es muy impersonal y no te sientes escuchada; al menos así es como yo la vivía de pequeña. Sentía que en la escuela nadie me conocía tal y como era realmente. Pero el colegio puede ser una comunidad maravillosa donde aprender y madurar. Quería formar parte de una escuela que fuera útil y ayudara a los estudiantes, por este motivo me hice profesora.

Usted participó en el proyecto de investigación Aprendiendo sin límites. ¿En qué consistía?
En demasiadas ocasiones los profesores juzgan las capacidades de sus estudiantes y les influencian, inconscientemente, en sus logros. El proyecto Aprendiendo sin límites intentaba alentar a los profesores a resistir la tentación de juzgar las capacidades de sus alumnos y a dejar la puerta abierta para que les sorprendan. Hacer juicios sobre los demás forma parte de nuestra cultura, pero se ha convertido en un verdadero problema educativo.

¿Cómo se puede revertir esta situación?
Nuestra función como docentes es la de ofrecer las máximas oportunidades para que los estudiantes alcancen sus objetivos y aumenten sus aspiraciones. Debemos intentar no influenciarlos, ya que pueden acabar estancándose y rendir por debajo de sus capacidades, simplemente porque pensamos que no podrán llegar más lejos. Para evitar influenciar sus logros, es importante no agruparles en función de lo que pensamos que cada estudiante puede dar de sí.

¿Cuál es el problema de agrupar los estudiantes según sus habilidades?
Uno de los problemas es que, incluso si pensamos que les estamos agrupando por habilidades, a menudo nos equivocamos porque el aprendizaje no es lineal. Además, cuando intentamos agrupar a los estudiantes según sus posibilidades ante un examen, de manera no intencionada, acabamos marcando unos límites que provocarán que únicamente lleguen hasta donde nosotros esperamos.

¿Qué opinión tienen los alumnos al respecto?
¡A los niños les encanta que no les agrupen por habilidades! Les gusta que les faciliten un plan de estudios que sea desafiante y emocionante, y que se les dé la oportunidad de demostrar sus capacidades. Gracias al proyecto Aprendiendo sin límites he podido hablar con muchos alumnos que me han confirmado que les atrae la idea de retarse a ellos mismos y que, a pesar de que nadie es igual, les satisface que todos tengan las mismas oportunidades de demostrar hasta dónde pueden llegar.

De forma práctica, ¿cómo pueden los profesores evitar poner límites a sus estudiantes?
Mediante tareas de aprendizaje con las que los alumnos tengan el mismo punto de partida, pero que sean progresivamente más complejas y no existan límites de lo que puedan llegar a conseguir. Por ejemplo, en una asignatura como comprensión escrita, lo que se puede hacer es dar a todos los estudiantes los mismos estímulos para escribir. Algunos serán capaces de redactar cuatro páginas y otros sólo unas pocas líneas, pero a todos se les habrá dado la misma oportunidad.

Y, ¿en asignaturas como matemáticas?  
Se les puede proporcionar tareas de resolución de problemas abiertos, ya que es más enriquecedor hacer ejercicios con un final abierto para que expandan su pensamiento, que tener que ceñirse a una  hoja de trabajo con 10 ejercicios cerrados. También se pueden hacer ejercicios con distintas dificultades, para que los estudiantes escojan los que más les convengan y no tengan que detenerse en ejercicios que sean demasiado fáciles para ellos. En definitiva, se trata de buscar tareas que no sean limitantes en su naturaleza.

Usted no es partidaria de poner notas al trabajo de los alumnos. Entonces, ¿cómo se evalúa el progreso de los estudiantes?
En la escuela que dirigía, The Wroxham School, no les dábamos notas, pero en las clases había un constante feedback. Con este método los estudiantes se centraban en cómo podían mejorar y no en obtener mejores notas que sus compañeros. A menudo las notas se convierten en una clasificación de los alumnos y, desde mi punto de vista, debemos centrarnos en nosotros mismos, sin compararnos con los demás.

Tampoco es partidaria de etiquetar a los estudiantes y a los profesores. ¿Cuál es el impacto que provoca “poner etiquetas”?
Cuando una persona se dice a sí misma, “yo no soy buena en deporte”, posiblemente ya se habrá rendido antes de intentar superarse. Vivimos en una cultura donde constantemente nos definimos en función de lo que sabemos o no hacer. El problema es que si no tenemos cuidado, las etiquetas se perpetúan hasta el punto en que se hace imposible librarnos de ellas.

¿Cree que se deberían llevar a cabo una educación emocional para evitar las “etiquetas”?
La resiliencia y el bienestar emocional son fundamentales para combatir la categorización, clasificación y separación de personas por la imposición de “etiquetas”. No podemos ignorar el estado emocional de los estudiantes, ya que, por ejemplo, debemos tener en cuenta que cuando están cansados, con hambre o decepcionados, no se encuentran en una buena posición para el aprendizaje. Hay que fomentar su bienestar emocional para evitar que los problemas de salud mental se incrementen, tal y como está sucediendo de forma alarmante en Inglaterra.

¿A qué se debe?
Los niños y jóvenes de nuestro país son muy infelices, y este hecho está relacionado con la cultura de compararnos constantemente con los demás, ya sea en Facebook, Snapchat o mediante las notas que recibimos en clase. Como docentes debemos conseguir que los niños y jóvenes sean capaces de valorarse por ellos mismos. Los profesores no debemos convertirnos en terapeutas, pero si hay estudiantes que muestran angustia, tenemos que apoyarlos y ayudarlos para facilitarles las condiciones adecuadas para el aprendizaje.

Según su opinión, ¿cuál es el rol actual de los docentes?
Esencialmente, el rol de los docentes es el de habilitar las mejores condiciones para provocar el aprendizaje. Como sociedad, tendemos a exigir al profesor un papel que va mucho más allá de  su auténtica función. No es positivo que los profesores acaben sintiéndose responsables de todo lo que sucede a los estudiantes. Ellos están en la primera línea preocupados por sus alumnos, pero en la mayoría de ocasiones no saben cómo pueden ayudarles, lo que les provoca situaciones muy estresantes.

Usted afirma que los valores principales en una clase son la confianza, la co-agencia y la inclusión. ¿Por qué son importantes?
La confianza es primordial para un buen ambiente de aprendizaje. Los estudiantes deben poder confiar en el profesor, saber que les guiará y les proporcionará experiencias positivas. También es muy importante para los estudiantes que el profesor confíe en ellos. Si alguien con autoridad nos deposita su confianza, nos sentiremos mejor con nosotros mismos y habrá más posibilidades de que alcancemos las expectativas que han depositado en nosotros.

Y la co-agencia, ¿qué significa?
Es la sensación de tener voz, de que tu opinión importa y es escuchada por los demás. No significa que siempre tengas razón, pero ayuda a sentirte involucrado. La co-agencia hace referencia al trabajo conjunto entre profesores y alumnos. Potencia que todos los integrantes de una clase sean partícipes y no sólo sea el profesor quien, de forma independiente, tome todas las decisiones. Es esa energía colectiva de trabajar conjuntamente para conseguir mejores resultados.

Finalmente, háblenos de la inclusión.
Fomentar la inclusión es muy importante. ¿En qué sociedad nos convertimos si nos dejamos guiar por la mayoría y aceptamos que está bien marginar a algunas personas? Cuando en el aula enfocamos una clase para la mayoría y no tenemos en cuenta a los estudiantes que no siguen al mismo ritmo, estamos enseñando implícitamente a nuestros alumnos que podemos relegar a ciertas personas.

Usted es la directora del Chartered College of Teaching. ¿En qué consiste este organismo y cuáles son sus principales objetivos?
Es un organismo profesional para profesores de todo el mundo creado en enero de 2017, ¡os podéis apuntar! Sus principales objetivos son los de proporcionar un aprendizaje y dar voz a los profesionales de la educación, tender puentes entre la teoría de las investigaciones y la práctica en las escuelas, facilitar oportunidades a los profesores para que conecten entre ellos y para que aprendan unos de otros. Asimismo, también perseguimos fomentar la ambición y minimizar su preocupación por ser juzgados.

¿A qué se refiere con esta preocupación?
Los docentes están abandonando la profesión porque están desmoralizados y tienen un exceso de trabajo. Creo que la razón por la que tienen más trabajo del que pueden asumir es debido a que no se sienten valorados, lo que les provoca la necesidad de trabajar cada vez más. Los profesores deben tener mayor confianza en las tareas que hacen y no sentir que alguien les está controlando constantemente para que trabajen más.

Actualmente, ¿este el principal problema de los docentes?
Sí, creo que, al menos en Inglaterra, los profesores están trabajando demasiado y no se sienten bien con lo que hacen. Es importante que vuelvan a disfrutar para que puedan proporcionar mejores experiencias a sus estudiantes. Desde el Chartered College queremos redescubrir el deleite por nuestra profesión, valorar sus éxitos, sentirnos muy orgullosos de lo que hacen y ayudarles a no culpabilizarse por lo que no pueden alcanzar.

¿Qué acciones llevan a cabo desde el Chartered College para que los docentes se sientan valorados?
Estamos trabajando en proporcionarles oportunidades para seguir aprendiendo nuevas formas de enseñar y de evaluar, y contribuimos a que tengan tiempo para pensar en lo que están haciendo en sus clases. También fomentamos que sigan mejorando sus conocimientos didácticos para que puedan ganar confianza en sus clases. Desgraciadamente, esta es una área en la que no se invierte tanto como se debería, pero si queremos mejorar la educación, debemos asegurarnos que nuestros profesores están valorados y apoyados.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/alison-peacock-la-confianza-clave-buen-ambiente-aprendizaje/

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