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¿Por qué los grandes medios de comunicación españoles distorsionan la realidad de América Latina?

Entrevista a Pedro Ramiro (OMAL) en “El lado oculto de la noticia” (HispanTV, 12 de abril de 2017)

Tras el fin de las dictaduras militares latinoamericanas en la segunda mitad de los años 70 y 80 del siglo XX, EEUU potenció los gobiernos neoliberales en toda la región bajo la doctrina del llamado Consenso de Washington.

Con ella se generalizó la privatización de las grandes empresas públicas de gran importancia estratégica, periodo que coincidió con el auge de la economía española y la privatización también de empresas públicas y su transformación en multinacionales, que encontraron en América Latina su gran oportunidad.

España se convirtió en el segundo inversor extranjero en la región, solo detrás de EEUU. Las grandes empresas españolas especializadas en petróleo, electricidad, grandes infraestructuras, constructoras, aseguradoras, de telefonía y bancos, pasaron a controlar parcial o totalmente la mayor parte de esos sectores.

Esas mismas multinacionales pasaron a su vez a controlar el capital de la mayoría de los grandes grupos mediáticos españoles y a ser sus principales anunciantes de publicidad.

Por ello no dudan en utilizar ese gran poder para dar su propia versión de lo que sucede en esos países, tergiversando la realidad y asumiendo en muchos casos una postura pro golpista, como sucedió ante el golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002.

Nuestro programa pretende mostrar la relación directa que existe entre esa información tan parcial con los intereses de los dueños de los grandes grupos mediáticos españoles, partiendo de preguntarnos: ¿Por qué hay una relación directa entre la información parcial que ofrecen los principales medios de comunicación españoles y los intereses de los dueños de esos mismos grupos mediáticos?

Fuente: http://omal.info/spip.php?article8297

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Martin Almada, Premio Nobel Alternativo “La tarea sigue siendo: despertar al dormido, organizar y movilizar a los despiertos”

Radio Os Irredentos

 

 

En enero de este año, Radio Os Irredentos tuvo la oportunidad de entrevistar en Chile al Premio Nobel Alternativo, al abogado paraguayo, Martin Almada. Almada, reconocido por su trayectoria en la defensa de los derechos humanos, fue quien descubrió en Paraguay, en 1992, lo que la prensa denominó los “Archivos del terror”.Hoy estamos viviendo tiempos complicados en muchos países, no sé respetan los derechos humanos ¿Qué piensa Usted?

 Estamos nosotros en una época muy especial de la historia en donde se registra la mayor cantidad de resoluciones de las Naciones Unidas, de la Iglesia Católica, no católica, sobre la defensa de los derechos humanos. Al mismo tiempo, es la época en donde no se cumplen nada de esas recomendaciones. Por ejemplo, yo diría más bien que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se hizo en el 48, es la Declaración de las Necesidades Humanas. Sin embargo, es una simple declaración, no hay mandatos. Si los gobiernos no cumplen, no cumplen. Nadie los obliga. Entonces, estamos en una época de mucha hipocresía, hipocresía moral. Yo pienso que estamos viviendo una época de crisis moral.

En Brasil hubo un golpe blando y hoy está el golpista Temer en el poder ¿Cómo ve la situación de Brasil?

El tiempo cambio, estamos en otra era de la historia, en donde los presidentes, por ejemplo el presidente de Brasil, son instrumentos de otros poderes.

Yo para entender el problema de Brasil en América latina, trato de leer la historia del pasado, yo trato de leer filosofía y el sabio Heráclito decía que lo único permanente es el cambio y entonces, el cambio viene. Y yo digo no más, la critica que le hago yo a los políticos chilenos, brasileños o al imperio, digo yo que todo imperio tiene una existencia efímera, tiene un tiempo y desaparece; eso nos muestra la historia. Entonces, yo pienso que estamos nosotros en la etapa final del neoliberalismo.

Yo tengo mucha esperanza porque así como Darwin descubrió la ley de la naturaleza, Marx descubrió la marcha de la historia y la marcha de la historia qué dice: todo es cambio, nada es definitivo, nada es sagrado, excepto el cambio; y que todo imperio tiene esencia efímera.

¿Qué hacen las universidades brasileñas, para defender la democracia Brasileña? nada, al menos no se nota, a lo mejor se hace, pero no sale en la prensa.

Pero Estados Unidos sigue a la ofensiva, interviniendo aquí, allá….

Norteamérica sigue siendo el país con poder militar más fuerte del mundo, pero económicamente EEUU está en la lona, tiene cuentas, tiene la cuenta más grande del mundo, le debe a China. Entonces, las cosas cambian, esto no va a ser eterno.

Yo digo “todo es relativo” porque ya no es la potencia que tenía plata y arma, ahora tiene arma y no tiene plata y aumenta más la cantidad de pobres y ellos tienen que resolver ese problema y no lo pueden resolver. Entonces, hay que leer un poco la filosofía, la historia, la historia de los pueblos.

Yo voy a decir algo grave, el mundo cambio a la luz de lo que tú dices que ellos ocupan aquí ocupan allá.

Yo he visto en los diarios en mi país, que el Sr. Trump va a eliminar la política de salud para los pobres en EEUU que Obama sacó y Trump dijo “no, yo voy a eliminar eso”. Entonces, por otra parte el gobierno cubano le dice a Obama, “nosotros les ofrecemos médicos” y ellos aceptaron ¿Se da cuenta de la contradicción? Entonces, nosotros tenemos que aprender a manejar la contradicción; y manejándola, nosotros podemos establecer la correlación de fuerzas.

Si pudiera, ¿Qué le pediría al presidente Trump?

Yo tengo un plan secreto, que ahora es público; el 20 asume Trump, el 21 le voy a mandar una carta, vía embajada, y le voy a pedir que cierre la Escuela de las Américas. Hay que cerrar la escuela de las Américas allá y convertir eso en una escuela útil, una escuela para la paz y la comprensión internacional de la paz y defensa del ambiente, por ejemplo ¿Quién tiene que hacer eso? nosotros tenemos que impulsar eso. El derecho de vivir en paz significa denunciar lo que provoca la guerra.

Y vemos que los militares norteamericanos son ignorantes, imaginase lo que hicieron en Libia, mataron al presidente y saquearon, mataron, destruyeron todo.

Yo estuve en Francia hace poco y están así con las armas los franceses; tienen miedo a que vengan y los maten a ellos. Porque en un lugar turístico de Francia, donde vienen muchos extranjeros, estaba un árabe vendiendo helados y vino la policía a comprar helado de ese árabe. Todo el mundo tomando helado, hacía calor. Cuando hubo una cantidad mayor de gente dejó su helado ahí, su carrito de helado, y a una cuadra apretó un botón y explotó y murieron todos. Entonces los franceses están llorando ahora, enojados contra los extranjeros, contra los árabes ¿qué le pasa a los árabes? le están pasando la factura. No aprendieron la lección los franceses porque ellos tenían la idea de colonia y tienen que terminar con la idea de colonia.

¿En estos tiempos complejos que nos recomendaría usted?

Yo pienso que la primera recomendación que yo daría es leer, reflexionar y difundir el Foro de Bilderberg(*). Ahí se reúnen las grandes multinacionales, se reúne la CIA, los ejércitos, ahí hace parte Kissinger también.

En ese foro, se define lo que va a ocurrir en el mundo o de lo contrario van a ver otra vez nuevas lamentaciones.

Nosotros tenemos que evitar que hayan mas mártires, evitar que la gente muera; no más mártires, si no que hayan dirigentes sociales, defensores de los derechos humanos, pero que vivan luchando, no muriendo, porque este sistema actual es liquidar.

El caso de Berta, en Honduras. Berta es un caso de una dirigente destacada que molesto al régimen.

Entonces yo recomiendo, hay que saber quién es el amigo, quién es nuestro enemigo y quién es nuestro aliado. La segunda recomendación, esa no es mi recomendación, es lo que leí de Paulo Freire. Decía Paulo Freire: “nosotros perdemos tiempo en ver nuestras diferencias”; él es lindo, yo soy feo, él es alto y yo soy petiso, en fin. El problema no pasa por la diferencia, el problema pasa por la cuestión de clase, el antagonismo; él es rico yo soy pobre. Ese es el tema, los de abajo vamos contra los de arriba. No hay izquierda ni derecha, no somos ni de izquierda ni de derecha; nosotros somos los de abajo y vamos en contra los de arriba. Toda la ideología está en crisis ante una realidad tan cambiante.

Tercera recomendación: la lucha de clases, con todo lo de la historia decía Marx, porque cuando leemos a Marx la lucha de clase es el pobre contra el rico ahora es al revés; el rico contra el pobre que persigue; es al revés ahora la lucha de clases. Los dueños de las minerías, por ejemplo, los dueños de las tierras que compran; son los ricos contra los pobres. Entonces, la lucha de clases cambió, ya no es más el pobre contra el rico. El pobre trata de sobrevivir, aguantar y soportar, y el pobre tiene miedo y los otros actúan. Entonces, la lucha de clases es el rico contra el pobre, la persecución de los ricos contra los pobres. Por ejemplo, Chico Méndez, yo tengo el Premio Chico Méndez ¿quién es chico Méndez? es un pobre ¿y quién le mató? orden de los ricos ¿y quién mató a Chico Méndez? pobres que recibieron órdenes de los ricos, porque los está molestando. Entonces la lucha es ahora, los ricos contra los pobres a través de los sicarios, las fuerzas paramilitares, otra fuerza.  

¿Qué más cree es necesario hacer en estos tiempos complejos?

Tenemos que organizarnos. Por eso me alegra que me cuentes que tu organización es un grupito pequeño. Alguien decía, no recuerdo quién, “lo pequeño es hermoso”. Entonces lo que hace un barrio, que tengan sus radios, que tengan sus medios de comunicación, sus lugares de reunión, de análisis de la situación, eso es muy importante. Me parece que por ahí pasa el cambio, por ahí viene el sueño nuestro de la patria grande. Ahora, hace seis meses, en Argentina echaron a Monsanto en Córdoba. Es posible combatir a estos gigantes, o sea hay cambios, por eso hay que buscar medios alternativos de comunicación, la pequeñas movilizaciones producen cambios de verdad.

El presidente de Argentina, Macri, fue aun pueblo, hace ocho días, y le tiraron piedras, le rompieron todo, salió en los diarios. La comunidad le tira piedras al presidente. ¿Qué hizo el presidente?, se corrió.

La tarea hoy sigue siendo despertar a los dormidos, organizar y movilizar a los despiertos.

En una entrevista usted comentó que el Cóndor sigue volando…

Bueno yo dije el cóndor sigue volando ¿por qué? porque encontramos unos documentos militares secretos, que tengo acá, donde un militar paraguayo le dice a un militar ecuatoriano, año 97, literalmente: “Aquí le mando la lista de los subversivos paraguayos pedidos por Usted para elaborar la lista de los subversivos de América latina”.

El presidente Lagos dio la bienvenida al Cóndor II en Chile. Y yo leí y re leí lo que él dijo y por lo visto este señor, yo no lo conozco, me imagino no más yo, que hizo mucho esfuerzo, alguien le habrá hecho el discurso, él quería decir las cosas y no dice, iba a decir y no dice y en el fondo no dice nada, no se comprometió para nada, pero le dio la bienvenida a los militares.

Anteriormente, se formaban a los que dieron el golpe en Chile, fueron formados en las Escuelas de las Américas, ahora en el Fuerte Benning, y ahora se vienen a instalar acá. Yo estuve en Concón, estuve gritando contra las tropas norteamericanas instaladas aquí en Chile.

Imagínese el atrevimiento y como la sociedad, como el congreso chileno, se calla, hay una Comisión de Defensa y nadie dice nada.

Nuestros pueblos tienen que fortalecer la dignidad, defender la soberanía de nuestros pueblos; hay que vivir dignamente ¿Qué quiere decir dignamente? dignamente quiere decir: el respeto mutuo, el respeto a los derechos humanos, que se cumpla la ley y que paguen todos los impuestos.

Yo soy miembro del jurado que da un premio en derechos humanos en Colombia y entonces, yo voy allá y veo la televisión y macana. Hago un esfuerzo por ver la televisión por un problema a la vista y entonces me acuerdo de Chávez que dijo “la televisión tiene que fortalecer las tareas escolares hechas durante el día”. Cuando fui a Venezuela vi un letrero grande que decía: “Dios perdona, pero la ignorancia no”.

Y termino con esto, Josué de Castro, escribió en el año 60, “los ricos no pueden dormir de noche porque les tienen miedo a los pobres y los pobres no pueden dormir en la noche porque tienen hambre”.

Finalmente, Usted estuvo recientemente en Moscú, Rusia, donde se realizara el Mundial de Fútbol ¿Rusia es un país enemigo?

Claro que no, es un país hermano como todos los demás y debe ser respetado. EEUU debe terminar con sus deseos de ser amo del mundo y de inventar enemigos. Cada pueblo, cada nación, tiene derecho a existir y ser respetada. No es posible, a esta altura del Siglo, por ejemplo, que se siga colocando en las películas estadounidenses que los malos son los rusos, los chinos o los latinoamericanos, un trato discriminatorio, un verdadero apartheid, que viola el artículo 2º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El Mundial de Fútbol, es la posibilidad del encuentro entre los pueblos, y lo que yo espero, como Premio Nobel Alternativo, es que EEUU y Rusia, y todos los países del mundo, se den la mano, firmen su compromiso por la paz. A este respecto hay que tener muy en cuenta el artículo 2º del Estatuto de la FIFA que establece claramente que su misión es “mejorar constantemente el futbol y promoverlo en todo el mundo, considerando su carácter universal, educativo y cultural”.

Nota:

(*) El club, conferencia, grupo o foro Bilderberg es una reunión anual a la que asisten aproximadamente las 130 personas más influyentes del mundo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=225918

Imagen tomada de: http://www.elpais.cr/wp-content/uploads/2016/05/Mart%C3%ADn-Almada.-Foto-unr.edu_.ar_.jpg

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Entrevista a Alejandro Santos: La educación es la herramienta más importante para humanizarse

A propósito de la celebración del primer aniversario de nuestra publicación en su versión impresa, Alejandro Santos, director de Semana, analiza porqué la educación debe pasar de ser un tema gubernamental a generar un consenso nacional.

Semana Educación (S.E.): ¿Por qué es relevante para el país contar con un medio especializado en educación?
Alejandro Santos (A.S.):  El momento histórico que vive Colombia, en el que estamos empezando a pasar la página de un conflicto que se perpetuó durante medio siglo, hace que la educación esté en el epicentro de la sociedad. La herramienta más importante que tiene una sociedad para modernizarse, para vivir de una manera civilizada, para ser competitiva y para humanizarse. La decisión de Publicaciones Semana de apostarle al tema de la educación no fue otra cosa que entender que es el instrumento más poderoso para mejorar las oportunidades de progreso de los colombianos.

S.E.:¿Cuál debe ser la función de un medio de comunicación para posicionar el tema educativo en el debate público?
A.S.: El poder que tienen los medios de comunicación es poner un reflector para que la sociedad mire los temas que son relevantes. En este caso es buscar que la educación sea fundamental en la agenda nacional, presionar para que las clases dirigentes se comprometan a impulsar la educación que se merece el país e informar para que la sociedad tome conciencia y se apropie del tema. Supone sacar los debates de educación de las distintas burbujas académicas  que muchas veces se hablan entre sí y de espaldas al país, e involucrar al resto de colombianos. Los medios tenemos la posibilidad de visibilizar y masificar esos grandes debates. Esa es nuestra responsabilidad fundamental.

S.E.:En la actualidad, la lógica de los medios es trasladarse de lo impreso a lo digital. ¿Qué valor tiene que una publicación como Semana Educación rompa con esta realidad?
A.S.: Tenemos que entender que hay tendencias pero también hay realidades. Efectivamente, la tendencia hacia lo digital es clarísima, pero al mismo tiempo hay una realidad innegable y es que lo impreso sigue jugando un papel muy importante. A pesar de que hoy en día muchas entidades educativas han adoptado plataformas tecnológicas, muchos jóvenes nativos digitales siguen prefiriendo el papel para subrayar y hacer anotaciones esenciales que ayudan en el proceso de aprendizaje. Entendiendo que hay que tener un pie en lo digital, sigue siendo fundamental el papel como un medio para llegarles a determinados sectores, como los que toman las decisiones políticas educativas y nacieron en la era de lo impreso.

S.E.:En su opinión, ¿cómo está Colombia en educación?
A.S.: El país ha hecho grandes avances en los últimos 20 años. Por ejemplo, los esfuerzos en cobertura educativa en todo el territorio son notorios. Las cifras de acceso a educación primaria se sitúan por encima del 90 %. Sin embargo, todavía hay tres grandes retos en los que se está trabajando, pero se necesita más. El primero, mejorar la calidad educativa, que es todo un desafío. El segundo, facilitar el acceso a la educación superior para garantizar a todas las personas con un título de bachillerato una formación de calidad. El tercer y último punto es romper la brecha de capital humano y generar alianzas entre las instituciones de educación superior, las empresas y el Estado, que incidan en la competitividad del país. En esto último Colombia está  todavía en pañales.

S.E.:¿Qué tiene que hacer el país para superar esos retos?
A.S.: Dejada la guerra atrás, empezamos a pensar como un país que se cuestiona su futuro y el de las nuevas generaciones. Se necesita poner la educación en el centro de la sociedad, pero para lograrlo hay que trascender la idea de que impulsar la educación de un país es responsabilidad de un presidente que llega con un grupo de ministros bien intencionados a trazar las políticas educativas durante cuatro años. Tiene que ser una apuesta de todo el país, de todos los sectores. Un tema de consenso y con visión a futuro de por lo menos un periodo de un cuarto de siglo. Se requiere del liderazgo del jefe de Estado pero con del acompañamiento del sector educativo, el público, el empresarial y de los sectores sociales. Tiene que ser un prorpósito nacional y no gubernamental.

S.E.:¿Cuál debería ser el papel de la educación en el posconflicto?
A.S.: El primero, sin duda, debe ser construir ciudadanía en los territorios después de tantas décadas de violencia. En las regiones millones de colombianos no han tenido voz, han tenido miedo y no han tenido la posibilidad de ser sujetos políticos. Si queremos entender qué quiere decir la construcción de una nueva ciudadanía de cara a un país en paz, esto significa reconocer a esas personas como protagonistas activos de la sociedad, de lo político y de lo productivo. No es solo un proceso para redignificarlas, sino brindarles herramientas de liderazgo y empoderamiento frente a los desafíos de una nueva sociedad que se está configurando. Y ese liderazgo pasa inevitablemente por la educación. Es un proceso de toma de conciencia, de fortalecimiento de la democracia a través de sus ciudadanos y de la educación con el objetivo de formar así un país más civilista.

S.E.:¿Cuál es ese nuevo ciudadano que queremos formar?
A.S.: Ese ciudadano que estamos formando tiene que enmarcarse en la importancia de los valores democráticos, que reconstruya un tejido social desecho por la violencia, el odio y la estigmatización. Tenemos que recuperar nuestra autoestima como nación, entender los principios esenciales que permitan la convivencia pacífica con pluralismo y respeto a las reglas del juego. Es fundamental que el papel de la educación interprete ese contexto y la formación de los nuevos ciudadanos se conciba bajo el prisma del momento histórico que está viviendo Colombia. Porque nuestro país ha convivido muchos años en el miedo, en los prejuicios, en la estigmatización, en el temor y en las lógicas maniqueístas. Tenemos que empezar a entender lo que significa la deliberación, la dialéctica intelectual y el diálogo como proceso de enriquecimiento de una sociedad y no como la mecha para encender nuevas violencias.

S.E.:De cara a las próximas elecciones, ¿qué deberían exigir los ciudadanos a los candidatos?
A.S.: Coherencia. Hay que descartar candidatos que enarbolan la importancia de los valores democráticos pero actúan con intolerancia, generando una permanente estigmatización de sus contrarios, con rabia e impulsando información falsa o verdades a medias. La responsabilidad que tienen hoy en día los líderes políticos frente a la polarización y de buscar la forma de dejar atrás la historia de violencia tiene que darse en un acto de coherencia. Como líderes deben entender lo que significa la memoria sin resentimiento, la reconciliación sin olvido y el debate público sin estigmatización. Deben asumir el liderazgo en una Colombia en pleno proceso de transición y que está buscando reconciliarse alejando sus propios fantasmas del pasado. Y asumir ese camino con la ilusión profunda de que vamos a ser capaces de ser un país más moderno, civilista y competitivo.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/alejandro-santos-semana-educacion-entrevista-a-alejandro-santos-por-su-aniversario/522713

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Entrevista a Salvador López Arnal sobre Manuel Sacristán (1925-1985) (I) “Sacristán pensó y habló para la Academia (poco) y para la ciudadanía (más)”

Entrevista a Salvador López Arnal sobre Manuel Sacristán (1925-1985) (I)
“Sacristán pensó y habló para la Academia (poco) y para la ciudadanía (más)”
Ariel Petruccelli

Salvador López Arnal es profesor-tutor de Matemáticas en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y profesor de Economía e Informática de Ciclos Formativos en el Instituto de enseñanza media Puig Castellar de Santa Coloma de Gramenet. Colabora en las revistas El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, en el diario electrónico Rebelión y es autor de diversos ensayos sobre la obra de Manuel Sacristán, del que también ha sido editor: La destrucción de una esperanza (Akal, 2010); Entre clásicos (La Oveja Roja, 2012), La observación de Goethe (La Linterna Sorda, 2015) y Siete historias lógicas y un cuento breve (Ediciones Bellaterra, 2017).

AP: Pese a haber sido considerado (junto a Ortega) uno de los dos más grandes filósofos españoles del siglo XX, y a pesar de ser con toda probabilidad, el más eminente filósofo marxista que haya escrito en castellano, Manuel Sacristán es un autor muy poco conocido en Argentina y en América Latina, ¿qué nos podría decir sobre la naturaleza de su obra?

SLA. Poco conocido, ciertamente, pero en su momento, en los años setenta y ochenta del siglo pasado, la Antología de Antonio Gramsci que presentó, tradujo y anotó para Siglo XXI tuvo su influencia en círculos académicos y militantes si no estoy equivocado. No debe olvidarse tampoco su estancia en la UNAM, durante el curso 1982-1983. Allí impartió dos cursos de doctorado -”Karl Marx como sociólogo de la ciencia” e “Inducción y dialéctica”-, además de algunas conferencias, y concedió entrevistas que aún se recuerdan: la que se publicó en la revista Dialéctica, una de las más importantes. También dejó huella entre algunos intelectuales mexicanos. Pienso, por ejemplo, en Ignacio Perrotini, alumno suyo en aquellos cursos, o en la que sería su segunda esposa, la profesora María Ángeles Lizón.

Perdone por la digresión. Contesto ahora a su pregunta, aunque me temo que no voy a ser muy breve. Intento resumir. La naturaleza de la obra de Sacristán es, por un lado, muy poliédrica, por decirlo de algún modo, y por otro, está marcada por las difíciles circunstancias políticas en las que vivió y combatió. Sacristán no sólo fue un compañero de viaje. Fue un activo militante y durante cinco años miembro del comité ejecutivo de un partido clandestino duramente perseguido por el fascismo, el PSUC, el partido de los comunistas catalanes. Su noción de la filosofía y del filosofar es consistente con lo que acabo de señalar.

Licenciado en Derecho y Filosofía, doctor en esta última disciplina con una tesis sobre Las ideas gnoseológicas de Heidegger, el traductor de El Capital fue de joven un crítico literario, musical, teatral (autor también de una obra de teatro de un solo acto, publicada pero no representada: “El pasillo”), un comentarista político también, que publicó sus primeros trabajos filosóficos en una revista disidente barcelonesa llamada Laye. De estos últimos destaco dos: “Verdad: desvelación y ley”, sobre la noción de verdad en Ortega y Heidegger, y “Nota acerca de la constitución de una nueva filosofía”. Escribió muchos más y también reseñas (cinco sobre obras de Simone Weil, entonces una perfecta desconocida entre nosotros). Algunos de estos textos, no todos, están recogidos en los cuatro volúmenes que componen sus “Panfletos y Materiales”, editados a partir de 1983: Sobre Marx y marxismo, Papeles de filosofía, Intervenciones políticas y Lecturas, los dos últimos son póstumos.

En 1954, tenía entonces 29 años, consiguió una beca y fue a estudiar a Alemania, a la Universidad de Münster en Westfalia. Estudió en el Instituto de Lógica y Fundamentos de la Ciencia que entonces dirigía (aunque ya muy enfermo) el gran lógico-filósofo-teólogo Heinrich Scholz, uno de sus pocos maestros como él apuntó en una ocasión. Sus estudios de posgrado y las personas que conoció en el Instituto alemán fueron decisivos en su evolución filosófica y en su compromiso político. Destaco en este punto la influencia que tuvo sobre él Ettore Casari, un lógico y epistemólogo pisano entonces militante del Partido Comunista Italiano.

Tras su estancia en Alemania, donde renunció a una plaza de profesor en el Instituto para incorporarse a la lucha antifranquista, Sacristán pasó a militar, clandestinamente, antes he hablado de ello, en el Partit Socialista Unificat de Catalunya, el partido de los comunistas catalanes, estrechamente vinculado al PCE, al Partido Comunista de España, del que fue miembro del Comité Central.

Se convirtió entonces en una especialista en lógica formal -y en su filosofía- a la que no se pudo dedicar con toda la intensidad, tiempo y tranquilidad que él hubiera deseado en circunstancias más apacibles. Su fuerte compromiso político y, además, tenerse que ganar la vida son causa de ello. Su sueldo de profesor universitario, cuando pudo serlo que no fue siempre (fue trasladado de la Facultad de Filosofía a la de Económicas a finales de los cincuenta por presiones del nacional-católico arzobispado barcelonés, expulsado por el rector fascista y gran farmacólogo Francisco García-Valdecasas en 1965 hasta después de la muerte del dictador golpista Francisco Franco y antes, en 1962, no consiguió la cátedra de lógica de la Universidad de Valencia por razones políticas), su retribución, decía, siempre fue muy mermada. Por ello tuvo que convertirse en un traductor y colaborador de editoriales como Ariel, Grijalbo, Alianza, Revista de Occidente, Labor, etc. Aparte de informes, cartas e iniciativas editoriales en torno a la edición de la obra de Lukács, por ejemplo, o a las obras completas de Marx y Engels, las MEW, llegó a traducir más de 30.000 páginas del alemán, francés, italiano, inglés, griego clásico, latín y catalán, especialmente desde 1956 hasta 1977.

Como sé que me estoy alargando en demasía, resumo y finalizo. A partir de 1956, Sacristán publicó dos ensayos: su tesis doctoral, la he citado anteriormente, y, a medidos de los sesenta, una obra de lógica y epistemología que fue esencial en la consolidación de estos estudios en España: Introducción a la lógica y al análisis formal. Dejó también un libro inédito de lógica que su hija, Vera Sacristán, publicó años después de su fallecimiento, en 1996. Lógica elemental es su título; fue presentado por Jesús Mosterín. Cabe recordar igualmente un breve ensayo que recoge dos de sus incursiones en el ámbito de la crítica literaria, Lecturas, y un opúsculo Sobre el lugar de la filosofía en los estudios superiores, muy polémico en su momento -abrió una discusión sobre la filosofía y el filosofar con un filósofo español recientemente fallecido, Gustavo Bueno- y también en años posteriores. Un joven filósofo español, José Luis Moreno Pestaña, ha escrito páginas de enorme interés sobre este trabajo.

Hay que sumar a lo anterior, su papel, esencial en mi opinión, de introductor de grandes autores de la tradición marxista. Empezando por Marx y Engels, siguiendo por Labriola, Gramsci, Korsch, Marcuse y Lukács, y finalizando en Zeleny y Harich por ejemplo. Quedan muchos más en el tintero.

Una gran parte de los trabajos que he ido citando se han recogido en los cuatro volúmenes de “Panfletos y materiales”, he hablado antes de ellos, y en Pacifismo, ecologismo y política alternativa, una obra editada por Juan-Ramón Capella, uno de sus discípulos y autor de una biografía política sobre él publicada por Trotta en 2005, que recoge sus últimos textos. Entre ellos, una sentida presentación al undécimo cuaderno de Gramsci, en traducción de Miguel Candel, otro de sus discípulos, y la entrevista, magnífica en mi opinión, con Dialéctica a la que he hecho antes referencia.

Hay también un nudo central que no debe olvidarse: la irrupción en su obra, a partir de principios de los setenta, del ecologismo, cuando nadie o casi nadie en España, y en muchos otros países, hablaba de estas temáticas y de los movimientos sociales anexos. Este giro político-filosófico es esencial para comprender sus últimas aportaciones y sus nuevos intereses y enfoques, siempre renovadores (recuerdo, cito de memoria, uno de sus aforismos preferidos: “Todo pensamiento decente debe estar en crisis permanente”). Entre estas novedades es necesario citar la revisión del ideario comunista (que no implicó nunca una renuncia a él ni su desnaturalización) y su interés creciente por temáticas de sociología y política de la ciencia, asunto no muy estudiado de su obra hasta fechas recientes (el profesor José Sarrión presentó en 2014 una tesis doctoral sobre estos asuntos).

Por mi parte, yo mismo estoy preparando actualmente un ensayo sobre la tecnociencia contemporánea y la reflexión poliética en su obra. Recuerdo otro de sus aforismos centrales: “lo malo de la ciencia actual (hablando poliéticamente) es que demasiado buena (desde un punto de vista epistemológico)”.

Pido disculpas por la extensión. No he cumplido uno de los lemas clásicos, muy del gusto de Sacristán: de nada en demasía.

AP: El filosofar de Sacristán ha estado estrechamente vinculado a su rol político militante: ¿cómo cree que sus convicciones filosóficas influyeron en su práctica política y, recíprocamente, en qué sentido cree usted que las coyunturas políticas influyeron en el filosofar de Sacristán?

SLA. No siempre en mi opinión, como ya he comentado, el filosofar de Sacristán ha estado estrechamente vinculado a su militancia política. Aún más: después de 1956 y hasta el final (prematuro) de su tiempo, y-a pesar de sus 23 o 24 años de militancia en el PSUC-PCE y en otros colectivos como el CANC, el comité antinuclear de Cataluña, interesado y concernido siempre por los asuntos públicos, hay muchas aristas de su obra que no están relacionadas con su práctica política. Pienso, por ejemplo, en su obra lógica y epistemológica. No olvidemos que, cuando le dejaron, el traductor de Gramsci, Marcuse y Adorno fue profesor de “Fundamentos de la Filosofía” y de “Metodología de las Ciencias sociales”, no de “Marxismo y política” por ejemplo. Otra cosa es que también en estos ámbitos teóricos su mirada político-filosófica fuera siempre penetrante y singular y no olvidara nunca las dimensiones sociales de esa cosa, en el decir de Alam Chalmers, llamada ciencia o tecnociencia contemporánea. He hablado antes de ello.

Más allá de lo que acabo de apuntar, tiene usted razón cuando señala esa doble influencia, esa doble implicación filosófico-política. Las convicciones filosóficas de Sacristán, siempre revisables por cierto y siempre enriquecidas, influyeron en su práctica política, en los fundamentos que, en general, intentó apuntar y mostrar en su práctica política y en la de su organización (cambiar el mundo, exige pensarlo y conocerlo y, por supuesto, tener voluntad de transformación socialista). También influyó en su búsqueda de temas y autores relevantes, evitando además errores de bulto en la tradición que en ocasiones, bastante frecuentes, se repetían (e incluso se repiten) como lemas litúrgicos indocumentados. Por ejemplo y destacadamente: considerar la dialéctica como una lógica proletaria, perfecta, alternativa y lista para un guisado y un descosido, frente a la burguesa, fijista, idiotizante y simplista lógica formal que no era capaz, ceguera burguesa se afirmaba, de captar la esencias y las contradicciones del mundo, de la historia y de la vida. Frente a la rica y contradictoria vida dialéctica, la lógica formal debía enmudecer. ¡Respetaba, absurdamente, el principio de contradicción!

El nudo didáctico, en el mejor de los sentidos del término, tuvo aquí un papel muy importante, destacado. Sacristán pensó y habló para la Academia (poco) y para la ciudadanía (más). Por ejemplo, tras su vuelta de Alemania, escribió, con la ayuda de su esposa-compañera Giulia Adinolfi, una gran hispanista italiana, y su discípula activista, Pilar Fibla, un papel netamente filosófico, un material diría él probablemente, con el título “Para leer el Manifiesto Comunista”. ¿Con qué objetivo? Con la finalidad de aproximar a los lectores a una lectura crítica, no servil ni repetitiva, con problemas y cuestiones abiertas, del clásico marx-engelsiano a los militantes y simpatizantes del PSUC-PCE. La tarea socrática de Sacristán, lo señaló hace muchos años con toda razón otro de sus grandes discípulos, Joaquim Sempere, es esencial para comprender muchas aristas de su obra y de su hacer.

Para decirlo rápido: su práctica política intentó tener siempre fundamentos filosóficos conscientes, sin olvidar lo básico: Sacristán fue un comunista democrático -que dictó una excelente y, en su momento, muy polémica conferencia sobre el estalinismo en 1978- hasta el final de sus días, y dijo, repitió y argumentó que el serlo no era asunto meramente intelectual, filosófico, teórico, sino tema de moral, de indignación, de rebeldía ante la injusticia y el dolor de este mundo grande y terrible, en el decir de Gramsci y en el de su discípulo y traductor.

La otra parte de la implicación es acaso más evidente. En dos sentidos: algunas de las temáticas filosóficas que analizó tenían motivaciones políticas en su base. Pienso, por ejemplo, en lo que se llamó eurocomunismo, una -lo digo generosamente- teoría política que entusiasmó a muchos partidos comunistas occidentales, el Partido Comunista italiano entre ellos, y a muchos de los dirigentes políticos e intelectuales marxistas aquellos años setenta. No a él, en absoluto (su texto más importante sobre el tema, “A propósito del ‘eurocomunismo” está recogido en Intervenciones políticas). Su giro ecocomunista, su interés científico-filosófico central en sus últimos años por estas temáticas, a veces en minoría de a uno (con el apoyo, entre otros, de su discípulo y amigo, Francisco Fernández Buey, probablemente una de las personas que más ha entendido su obra y su compromiso militante: recomiendo calurosamente su Sobre Manuel Sacristán, Barcelona, El Viejo Topo, 2005) y con notables silencios en su propia organización, es otro ejemplo destacado de cómo temáticas político-económicas influyeron en su reflexión filosófica, en sus “giros copernicanos”. Cuando se piensa desde abajo, cuando tu noción del filosofar y de la filosofía tiene una neta derivada político-social, en el sentido más noble del término, suelen pasar esas cosas.

En síntesis: sin olvidar desarrollos filosóficos no directamente relacionados, que abarcarían incluso temáticas estéticas (fue el traductor de la Estética lukácsiana y escribió sobre poética y estética), la doble implicación que usted ha señalado me parece más que pertinente. No hay duda, por otra parte, de que lo mismo puede decirse de otros muchos autores. Salvando todas las distancias y sin olvidar grandes diferencias entre ellos y respecto a Sacristán, bastaría pensar también en Althusser, Lukács o Harich por ejemplo. Y también en Platón o en Spinoza por citar dos grandes clásicos que también le interesaron. Tradujo, anotó y presentó de joven El Banquete, unas de sus traducciones más celebradas y reconocidas.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=225856&titular=%93sacrist%E1n-pens%F3-y-habl%F3-para-la-academia-(poco)-y-para-la-ciudadan%EDa-(m%E1s)%94-

Imagen: http://www.rebeldemule.org/foro/biblioteca/tema8223.html

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Entrevista a Francesco Tonucci: “Las propuestas de los niños son muy parecidas a las de los científicos”

27 abril 2017/Fuente: Insurgencia Magisterial

“La primacía del consenso en política, como la del mercado en educación, dificulta que se persiga el bienestar común” – “El coche es el ciudadano favorito de las ciudades”
El italiano Francesco Tonucci (Fano, 1941) es uno de los referentes del pensamiento psicopedagógico que escribe sus propuestas a contracorriente de las grandes mareas de opinión. En la charla que, dentro de la programación del CLUB FARO, ofrece mañana a las 20:00 horas en el Auditorio del Centro Social Afundación, abordará una de sus apuestas más celebradas: la defensa de una nueva filosofía en el gobierno de la ciudad en la que los niños se consideren parámetro y garantía de las necesidades de todos los que la habitan.
-¿Cómo se define la infancia desde el punto de vista dominante?
-La infancia hoy se define por la sobreprotección. Se convirtió en una rareza y no solo en términos numéricos. Hay como una esquizofrenia, una contradicción en el desarrollo infantil porque, mientras existe una accesibilidad precoz a medios y tecnologías, que dan a los niños cada vez más facilidades para aprender y comunicarse, se les niega su autonomía para jugar, salir a la calle, vivir a escondidas de los adultos… Es decir, se les niegan las experiencias básicas sobre las que se construyen los cimientos que permiten adquirir competencias o tener relaciones sociales.
–Usted, sin embargo, defiende una sociedad en la que los niños tengan voz propia y no la que le quieren imponer los adultos. ¿Por dónde empezamos?
-A los niños hay que dejarlos hablar, primero, porque lo merecen. Grandes científicos del siglo pasado que estudiaron el desarrollo infantil, como Piaget, Vigotsky o Brunner, nos ayudaron a entender que la edad más importante en la vida es la primera. Es entonces cuando hay que promover el mayor trabajo cognitivo posible y eso implica también dejarlos hablar. Pero, además, porque su palabra es valiosa.
Después de 25 años escuchándolos en proyectos como el de los consejos de niños en varias ciudades del mundo, sabemos que sus propuestas son muy parecidas a las de los científicos e igual de distintas a las soluciones propuestas normalmente por los políticos. Por eso escuchar a los niños es incómodo. Si se tiene en cuenta lo que nos dicen, hay que promover cambios y esto s implican siempre abrir conflictos con los adultos, que son los que votan.
-Es decir, para que el niño tenga derecho a decir necesariamente el adulto tiene que ejercer su deber de escuchar…
-Claro, pero en esta lucha por su autonomía solo tenemos a los propios niños como aliados. Aunque a favor de lo que digo está la Convención sobre los Derechos de los Niños, que establece que estos tienen derecho a expresar su opinión cada vez que se tomen decisiones que los afecten y que esta debe tenerse en cuenta, esto no sucede. En lo relacionado con las ciudades, por ejemplo, tenemos en contra tanto la familias, que temen a la calles, porque las consideran peligrosas, como a las propias urbas, más pensadas para los coches que para las personas.
Por eso hay que cambiar la forma de pensar de los adultos. A ese respecto, si nos centramos en cómo se hace ciudad, soy un propagandista de lo que sucede en Pontevedra porque cree en la idea de devolver la ciudad a la gente, que debería ser el principal compromiso de un político. No hay que olvidar que devolver significa que la ciudad ya fue una vez de su gente pero que ya no lo es ahora.
-¿Cuándo dejaron de ser las calles espacios para compartir?
-A partir de la reconstrucción de las ciudades después de la Segunda Guerra Mundial. Su rediseño se planteó desde las necesidades y pretensiones del hombre adulto trabajador, el ciudadano prototipo, y no desde las de todo el mundo. La consecuencia es que hoy las ciudades están más pensadas para los vehículos que para las personas. Son los espacios públicos los que permiten vivir la ciudad, sobre todo a las categorías sociales más débiles como los niños, los ancianos o los minusválidos, pero la gran mayoría de ellas prácticamente renuncian a tenerlos. Estudios de asociaciones italianas de medio ambiente demuestran que más del 80% del espacio público de las ciudades está privatizado por la presencia, en movimiento o en aparcamientos, de los coches.
-Y mientras, nos encerramos en nuestras casas en soledad…
-La gente utiliza el espacio público cuando se le devuelve. Si pasea por Pontevedra ve muchísimas personas en la calle: niños jugando en las aceras, ancianos paseando en las plazas?La elección clave es con quién se posiciona el poder político. Si está con la gente, desaparecen los coches y sin necesidad de ninguna prohibición, además. Solo favoreciendo una movilidad distinta. Por eso, como trataré en la conferencia del próximo lunes, hay que hay que aprender a valorar una ciudad por lo que deja, es decir, por lo que permite hacer a sus ciudadanos y no tanto por los servicios que ofrece.
– Aunque, como Pontevedra, otras ciudades se animaron a adoptar muchas de sus ideas a sus planes de gestión escucha con frecuencia que sus propuestas son dificilmente realizables.
-Sí, y por eso insisto en que el mérito de Pontevedra es hacer visible que estas ideas, que muchas veces se descalifican como utópicas, no solo son posibles sino que son bien recibidas por la gente. Muchos alcaldes me dicen: “si hago lo que propone, me dejan de votar”. Sin embargo, yo creo que si se toma una decisión valiente, porque supone un cambio, pero luego se defiende de modo coherente, va a merecer la pena. Si en la ciudad se vive mejor, la gente que no es tonta, lo va a saber valorar. La primacía del consenso en la política es como da del mercado en la educación: dificulta que se persiga el bienestar de las personas.
-Una de las formas que usted propone en este sentido es que los niños decidan sobre lo que sucede en su entorno, pues cree que piensan más en las necesidades colectivas que en las propias. ¿Por qué? ¿Perdemos empatía a medida que crecemos?
-Los niños no están impregnados de las prisas, de los intereses privados, de la competencia contra el otro? de los vicios que sostienen los modelos culturales de los adultos. Estos valores están bastante alejados de la primera etapa de la infancia, por lo que los niños tienen una mayor libertad de pensamiento y pueden hacer propuestas más abiertas.
Fuente:http://insurgenciamagisterial.com/francesco-tonucci-las-propuestas-de-los-ninos-son-muy-parecidas-a-las-de-los-cientificos/
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Escola Joaquim Ruyra: “Todos participan en la construcción de la escuela”

26 de abril de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Escola Joaquim Ruyra

Los buenos resultados de su escuela en las recientes pruebas estandarizadas han causado gran revuelo. ¿A qué atribuyen este éxito?
R: A muchos factores. Tiene mucho que ver con la forma en que organizamos los recursos, tanto humanos como sociales, desde la comunidad. Así, la implementación de algunas actuaciones de éxito, como las comisiones mixtas con las familias (donde el profesorado discute con los padres para establecer los objetivos y la forma de conseguirlos), las tertulias literarias, la formación de familiares, las horas de biblioteca tutorizada…

¿Qué son las actuaciones de éxito?
M: Son los grupos interactivos, las tertulias literarias, la formación de familiares… Se les llama así porque están constatadas por estudios internacionales de universidades. Aquí en España destaca la UB y, a nivel internacional, Cambridge también realiza muchos estudios.

¿En qué consiste un grupo interactivo?
M: Es una forma de trabajo que se aplica en todos los ciclos de la escuela (desde los 3 hasta los 12 años) con, obviamente, diferencias por edades. En una clase de dos horas, dividimos a los alumnos en cuatro grupos. Paralelamente, se determinan cuatro actividades distintas, sobre la misma materia, que se deben realizar en veinte minutos. Así, disponemos de un cronómetro que, cada veinte minutos, marca el final de una actividad y el comienzo de la siguiente. Por tanto, cada alumno pasa por todas las actividades distintas. Un estudio nos demuestra que el tiempo máximo que puede trabajar a máxima intensidad un alumno es de veinte minutos, así que conseguimos aprovechar cada minuto de la clase.
R: Se les llama interactivos porque implican que cuando un alumno no entiende un concepto, otro componente del grupo que sí lo ha asumido deberá explicárselo para completar la actividad. En este diálogo es donde se encuentra el mayor aprendizaje.

Han conseguido establecer fuertes relaciones de confianza con las familias de los estudiantes, ¿cómo lo han hecho? 
R: Haciendo trabajo de calle. Cada mañana estamos en las puertas del colegio para recibir a los alumnos y relacionarnos con los padres.
M: Y, sobre todo, mediante el diálogo. Por ejemplo, no hay unas horas de despacho determinadas, sino que el horario está montado de forma que siempre haya alguien para recibir a las familias.

Se puede vincular esta relación con las familias con el concepto de Comunidad de Aprendizaje. ¿Qué implicaciones tiene que la escuela Joaquim Ruyra sea una Comunidad de Aprendizaje?
R: Cuando emprendimos este proyecto, lo representamos con un “barco de los sueños”. En él, cada componente de la comunidad, ya fueran alumnos, familias o docentes, plasmaba sus deseos respecto al proyecto. Todo el mundo participa en la construcción de la escuela, ya sea mediante charlas o mediante pequeños gestos como el voluntariado en las aulas.

Y respecto a la evaluación de los alumnos, ¿de qué forma se hace el seguimiento?
M: Supervisamos estas actuaciones de éxito a lo largo de todos los ciclos de la escuela.
R: Nosotros entendemos que la evaluación no se puede hacer solo al final, sino que se debe hacer a lo largo del proceso. De esta forma, tenemos la capacidad de modificar el proceso para encarar las actuaciones de éxito hacia los objetivos.

Entonces, ¿se hacen exámenes?
R: Por supuesto, en la escuela se debe enseñar a los alumnos a defenderse frente a lo que se encontrarán en el futuro, y en estudios superiores deberán hacer exámenes. Aun así, las pruebas que hacemos son muy competenciales, es decir, no fomentamos las actividades meramente memorísticas, sino que potenciamos el razonamiento. Los alumnos se encuentran con actividades que les plantean problemáticas relacionadas con el contenido de la asignatura, en las que deben aplicar el sentido crítico, razonar, explicar el porqué, dar su opinión y analizar.

¿De qué forma se tratan las necesidades especiales de los alumnos?
M: Antes de empezar el curso, en verano, se dedican muchas horas a organizar el horario. Intentamos que en todo momento haya dos profesores por clase y que ningún alumno salga del aula. Por lo tanto, ningún niño va a las aulas de acogida o a educación especial.

El modelo que ofrece la escuela, basado en el trabajo con grupos interactivos, en la Comunidad de Aprendizaje y en el seguimiento paulatino de los alumnos, ¿es el futuro de la educación?
R: Partimos de la base que cada escuela tiene una realidad distinta y que las herramientas se deben adaptar a este contexto. Dicho esto, somos conscientes de que nuestro modelo funciona, ya que está probado por estudios científicos. Aun así, hay muchas formas de innovación en el aula que son eficaces, no solo la nuestra.
M: Hay que tener en cuenta que el equipo docente debe estar dispuesto a hacer este cambio, y en ocasiones no se da el caso.

¿El equipo del Joaquim Ruyra siempre estuvo dispuesto a encarar este cambio?
R: Es que tiene que ser así, si no es imposible. Es más, toda la comunidad educativa debe estar dispuesta a implantar la novedad. El cambio vino a partir del año 2000, cuando la población inmigrada empezó a llegar al contexto de la escuela y los alumnos extranjeros aumentaron mucho. En apenas 15 años, hemos pasado de tener un 20% de población de origen extranjero a un 92%. En ese momento, podríamos haber seguido igual y quejarnos de la situación, pero decidimos aprovechar la diversidad y hacerlo un hecho diferencial.

Por un lado usan libros de texto de Vicens Vives y por el otro tienen iniciativas como una revista electrónica. ¿Cómo se conjuga el uso de los libros de texto y la tecnología?
M: Le damos mucha importancia a la tecnología, pero como un recurso más.
R: Con la planificación del curso y los objetivos delante, decidimos qué materiales necesitaremos para llevarlo a cabo. En algunos momentos me irá bien el libro, en otros la tablet y en otros un material propio.
M: Y nos diferenciamos de otras escuelas porque no disponemos de una hora de aula informática. Tenemos aula de informática, pero se usa cuando se necesita, no cuando lo pone en el horario.

Parece que es incompatible que la diversidad y el éxito académico coexistan en las escuelas. ¿Son un ejemplo de que es posible ser una escuela diversa y con buenos resultados?
R: Totalmente, me voy a mojar (ríe). Lamentablemente, en las escuelas se diseñan las actividades de acuerdo con las limitaciones de los niños.
M: Entonces se acaban haciendo actividades que se ajusten a estos límites, no se va más allá. Es desmotivador e injusto con el niño.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/escola-joaquim-ruyra-todos-participan-la-construccion-la-escuela/

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W. Parrett y K. Budge: “La clave principal es reconocer la desigualdad”

26 de abril de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

W. Parrett y K. Budge

¿Qué papel juega la educación en la reducción de la pobreza?
W: La educación es parte de la ecuación en la reducción de la pobreza. Sabemos que únicamente con la educación no se puede eliminar la pobreza, pero venimos observando que si los estudiantes obtienen más educación y consiguen seguir formándose más allá de la escuela, tienen mayores oportunidades a lo largo de su vida para trabajar y contribuir a la sociedad.

Por tanto, es  un actor clave…
K: Las escuelas no pueden actuar solas, pero deben ser un socio clave para ayudar a la sociedad a cambiar. Obtener una educación de calidad significa un paso muy importante para tener mejores oportunidades en la vida.

En este contexto, ¿cuál es el papel de las escuelas para incidir en la reducción de la pobreza?
K: Deben ser capaces de satisfacer de la mejor manera posible las necesidades de todos los niños, independientemente de su clase social. El papel principal de los docentes es proporcionar oportunidades equitativas a los estudiantes para fomentar la  igualdad de oportunidades.

¿A qué se refiere por ‘oportunidades equitativas’?
K: Equidad en términos de tiempo, de calidad de los profesores, de la tipología del plan de estudios…  para que todos los niños tengan  las mismas oportunidades de graduarse. A priori resulta sencillo, pero la realidad es que no se acostumbra a ofrecer el mismo nivel educativo a los estudiantes que viven en la pobreza que a los que tienen mejores condiciones. Es habitual que los estudiantes con bajos recursos económicos tengan edificios escolares que no son del todo adecuados o profesores menos cualificados.

¿Qué se requiere para proporcionar oportunidades equitativas?
W: La clave principal es reconocer que la desigualdad existe. Cuando se acepta que todos los estudiantes deben tener las mismas oportunidades, ya sea en una escuela, dentro de un aula o en un distrito, se consigue una mayor implicación en la distribución de los recursos y en la planificación y desarrollo del plan y objetivos para llegar a todos los estudiantes.

¿Cuáles son las principales necesidades de los estudiantes que viven en umbrales de pobreza en las escuelas?
K: Por ejemplo, equiparar su nivel.  Hay investigaciones que evidencian que los niños que viven en umbrales de pobreza están menos preparados a la hora de leer, ya que llegan a la escuela con menos vocabulario. Pero la diferencia no es únicamente de alfabetización…

¿Qué otras diferencias encontramos?
K: Tienen que ver con la salud y bienestar, como pueden ser algunos problemas nutricionales que acaban afectando a la educación de estos niños. También existe una carencia de recursos materiales, por ejemplo con la ropa. Para superar este déficit es importante que la escuela cuente con colaboradores que puedan proporcionar estos materiales.

Carencia de vocabulario, de bienestar, de recursos materiales…
W: También sabemos que los estudiantes procedentes de familias con mayores ingresos, durante periodos no escolares tienen múltiples opciones educativas, como la práctica de deportes o actividades extraescolares. En cambio, los niños que viven en la pobreza acostumbran a pasar las vacaciones mirando la televisión, cuidando de sus hermanos o asumiendo algún otro rol familiar.

En su opinión, ¿creen que las políticas educativas deberían modificarse para poder abordar estas problemáticas desde las escuelas?
W: En Estados Unidos tenemos programas federales y otros nacionales que proveen asistencia a los estudiantes que viven en la pobreza, pero debería hacerse mucho más, ya que todavía existen diferencias significativas entre estados en cuanto al nivel de asistencia que proporcionan.

Y, ¿más allá de Estados Unidos?
K: A pesar de que nosotros básicamente podemos hablar sobre los Estados Unidos, creo que en la mayoría de países los políticos podrían prestar más atención a la educación de los estudiantes que viven en la pobreza.

¿Creen que el hecho de que el plan de estudios esté enfocado a la obtención de resultados es negativo para los estudiantes más desaventajados?
K: Según nuestra experiencia, cuando el profesor pone énfasis en los test o exámenes se está equivocado, ya que debería focalizarse en la globalidad del niño. Además, muchas de las modificaciones que las escuelas llevan a cabo para incrementar el resultado de los test, como reducir las clases de arte o de música o el tiempo para que los niños salgan a jugar, son contraproducentes.

En la práctica, ¿cómo pueden los profesores ayudar a los estudiantes que viven en la pobreza a obtener éxito académico?
W: Hay algunos temas importantes que ya hemos mencionado. Pero el factor que nosotros consideramos más relevante es que los profesores conozcan en profundidad a cada uno de sus alumnos y construyan relaciones de confianza con ellos. Para conseguirlo es fundamental la implicación del docente ya que requiere de su tiempo, esfuerzo, voluntad y habilidades.

Kathleen, ¿qué otros consejos les daría a los profesores?
K: Que mantengan altas las expectativas. Es importante que los profesores entiendan la diferencia entre simpatía y empatía. Los docentes pueden ser empáticos con la situación del estudiante, ayudándoles y ofreciéndoles apoyo, pero deben mantener los altos estándares que exigen a los demás estudiantes con los que trabajan.

En definitiva, no ser complacientes y exigirles menos.
K: Exacto, mantener altas esperanzas y creer que los niños que viven en la pobreza son igual de inteligentes y capacitados que los más aventajados económicamente. Hay que implicarse en su aprendizaje  y no caer en el juego de la culpa.

¿A qué se refiere?
K: A que cuando un niño no aprende a la primera no debemos culpar al niño, a la pobreza o a sus padres, ya que este camino no es productivo. Como profesores tenemos que entender los motivos por los cuales el niño no aprende rápidamente y buscar las formas más adecuadas para ayudarle a alcanzar el nivel perseguido. Otro factor que considero muy relevante es comprometerse con la equidad.

¿En qué sentido?
K: En el de ser capaces de entender que no todos los niños requieren el mismo trato. Algunos estudiantes necesitarán más tiempo, otros deberán hacer un examen dos o tres veces para cumplir con el nivel de aprendizaje que se les exige… Por tanto, debemos tener en cuenta que no importa cuánto tiempo tarden en llegar, mientras todos acaben alcanzando el objetivo que nos hemos marcado.

¿Son estos elementos decisivos para ser un buen profesor?
K: La mayoría de los profesores que tienen éxito con la educación de niños que viven en la pobreza lo consiguen debido a que además de ser sus profesores son sus defensores. El mejor consejo que les podemos dar a estos profesores es que estén al lado de sus alumnos durante todo el proceso de formación y aprendizaje.

William, ¿le gustaría añadir algún otro consejo?
W: También sabemos que tener una buena base de datos es un elemento fundamental para el éxito de los profesores. Las escuelas deben garantizar que esta información esté actualizada, sea precisa y se encuentre a su disposición.

¿A qué tipo de información de se refiere?
W: Información sobre la asistencia a clase de los estudiantes, su comportamiento dentro del aula, la participación en actividades… Y todo esto me lleva a otro elemento que tiene que ver con la colaboración. Es decir, trabajar conjuntamente con otros profesores, en equipo. Por último, también destacaría el coraje para actuar. Es un elemento difícil cuando la situación va en contra del docente, pero es muy importante.

Kathleen, ¿querría añadir algo más?
K: Únicamente añadiría es que no sólo se debe satisfacer las necesidades de todos los estudiantes como hemos ido comentando, también es crucial ser un buen profesor a nivel instructivo. Es decir, saber enseñar.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/w-parrett-y-k-budge-la-clave-principal-es-reconocer-la-desigualdad/

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