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Entrevista a Jorge Wagensberg: «Somos individualmente inteligentes y colectivamente estúpidos»

Por: Jaume Grau/Ecoportal

El ciertífico advierte sobre un posible desastre a escala global y se pronuncia a favor de una «generosidad colectiva» y de una constitución planetaria, una nueva «declaración de los derechos humanos de los pueblos que hable de los recursos naturales, que hable de las emisiones, y que hable también del sistema político».

«Solo tenemos un planeta» es un libro publicado por Icaria editorial que recoge un interesante diálogo entre dos personas de dos disciplinas aparentemente distantes, como es la economía y la física. Joan Martínez Alier, economista y Jorge Wagensberg, físico, debaten sobre el planeta, intentando analizar su futuro desde una visión amplia y globalizadora.

Hemos hablado con Jorge Wagensberg en el despacho de su casa, una sala donde conviven en un desorden armonioso, libros, fósiles y objetos diversos. La conversación transcurre de la física a la política, de la biología al arte, de la economía a la historia, de la religión a la lingüística. Incluso sale a relucir la pelvis de Elvis Presley. Según Wagensberg, el conocimiento no tiene fronteras ni está parcelado.

«Solo tenemos un planeta» es el título del libro. ¿El título hace referencia a que solo tenemos un planeta porque no podemos viajar y colonizar otro, o se debe a que quizás necesitaríamos más de un planeta para subsistir atendiendo a los niveles de consumo de recursos actual?

La razón evidentemente es doble. El planeta que está más cerca se encuentra en alfa centauri, a 4 años luz. Los 7 planetas que se han descubierto ahora, me parece que están a 40 años luz. Esto quiere decir que estamos solos dentro de la inmensidad, y que si no cuidamos este planeta no hay otro donde ir. Hay un ejemplo histórico de lo que le puede pasar a la Tierra. En la isla de Pascua, como consecuencia de las creencias de sus habitantes, lograron agotar rápidamente todos los recursos naturales de los que disponían y quedaron en medio del Pacífico y no pudieron hacer ni barcas para salir de allí, y esto se parece bastante a lo que pasará con la Tierra.

En el libro habla de un periodo geológico en el que nos encontraríamos ahora, el Antropoceno. ¿Qué cambios definen este nuevo período?

Bueno, el tema es fuerte porque quiere decir que el nombre de la era geológica viene dado por el hombre. Esto significa que el planeta ya está cambiando directamente por la influencia del hombre. Y eso en principio no es bueno ni malo, el planeta cambia, lo ha hecho siempre. El problema de ahora es que dependemos de nosotros, es decir, dependemos de nuestra inteligencia, y yo creo que si algo hemos demostrado, es que el hombre es individualmente inteligente, pero colectivamente no tanto , por decirlo de una manera fina.

El hombre es individualmente inteligente y colectivamente estúpido.
En el libro afirmas que somos colectivamente estúpidos

Exacto.

Una de las características del Antropoceno es la caída de la diversidad, la desaparición en masa de muchas especies. ¿Qué razones tenemos para esforzarnos en mantener una especie?

Hay cuatro razones: una ética, otra estética, otra económica y una científica. Podemos empezar por unas razones que pueden parecer blandas, como es la ética. ¿Por qué conservar una sola especie? Hombre, porque ya esta aquí, es decir, ha tenido una evolución y una historia de millones y millones de años de coevolución con las otras especies … Y luego hay una idea que tampoco emociona a todos, pero que también es muy importante, y es la estética. Cualquier trozo de naturaleza, si la miras bien, es de una belleza increíble. ¿Por qué conservar una sola especie? Por estética. Y por razones económicas. El 100% de lo que comemos tiene un origen en la biodiversidad, y la tercera parte de los medicamentos también, los principios inmediatos que los conforman vienen de la naturaleza. Hay un última cuestión. Hay especies que desaparecen sin que los científicos tengan la oportunidad de estudiarlas. ¿Y por qué las queremos estudiar? Porque en la biodiversidad seguramente están las soluciones de muchos problemas que aún en este momento no sabemos ni siquiera que existen.

En este sentido, en el libro se habla de que la diversidad es un mecanismo de resistencia ante los cambios del entorno. A última hora un sistema diverso es más resistente y más perdurable que uno de diversidad baja.

Bueno, eso está clarísimo, porque el proceso es el siguiente: en los momentos en los que la incertidumbre del entorno baja, las especies se pueden instalar en cualquier estrategia, esto hace que la diversidad aumente. ¿Qué sucede cuando hay una crisis? Pues sucede que cuando tenemos más posibilidades o alternativas, la probabilidad de encontrar una solución es más alta. Es decir, este combate entre la incertidumbre del entorno y la diversidad disponible, es importantísima …

Este mismo razonamiento de las ventajas de la diversidad ¿se puede aplicar a las poblaciones humanas? ¿La diversidad contribuye a hacer el conjunto de la humanidad más resistente?

Bueno, ¡es un tema interesantísimo este! Hay aspectos que está clarísimo que sí …. ¡Que desaparezca una lengua es un gran problema cultural! La cultura, es parte de la función del cerebro, que es justamente un órgano que se ha desarrollado para anticipar justamente la incertidumbre. Yo creo que el conflicto está en las tradiciones y en las creencias, mientras haya tradiciones y creencias demasiado fuertes, la diversidad humana será un problema. En el momento en que interviene una tradición, es decir, una idea fija que no puedes cambiar, es cuando llegamos a sistemas violentos, y a la intolerancia. Ante el problema que planteas, sobre si ¿interesa la diversidad entre las personas? Yo diría que sí, pero sin abandonar nunca la razón.

Tú afirmas que apuestas claramente por la democracia, porque se acerca más al método científico, porque hay dialéctica. ¿Una sociedad democrática es más resistente que una autoritaria? ¿Afronta mejor los problemas?

Yo creo que debería formar parte de los derechos humanos la posibilidad de vivir en un país democrático. Trabajar en favor de la democracia y del estado de derecho es una asignatura pendiente, incluso en los países más conocidos ya como democráticos. Debemos pensar que la mitad de los habitantes del planeta no viven en un país democrático. Es decir que el dueño de la finca, sea quien sea, impone sus reglas.

«La ventaja del Homo sapiens sobre el neanderthalensis es la capacidad de decir mentiras».

En este sentido, en el libro también habla, de que se debe entender con qué facilidad una minoría puede llegar a explotar a una mayoría y que esto tiene que ver con la adquisición del lenguaje en el Homo sapiens.

Sí, esto viene de una teoría de Yuval Harari, el historiador y escritor israelí, en referencia a la extinción del hombre de Neandertal en relación al Homo sapiens, entendiendo que el neandertal era más fuerte y con un cerebro mayor. Según Harari, la ventaja del sapiens, los humanos actuales, es la capacidad de crear mitos, decir mentiras, del cotilleo …! Esto hace que un individuo pueda mantener el liderazgo sobre otros muchos individuos.

El capitalismo, que es el sistema que, digamos, define las relaciones económicas y sociales que tenemos, ¿es fruto de una evolución o es un proceso impuesto?

Yo no me considero autorizado para dar una idea en este sentido. Hay una parte del capitalismo que se explica a sí mismo … Hay una realidad,  la de que unos pocos hacen trabajar a un grupo grande. Si seguimos la historia, ésta ha sido la constante: casi siempre hay un mito que pone a un grupo privilegiado en el centro. Pero la humanidad ha progresado cuando ha realizado movimientos excéntricos: Con el marxismo, que saca a la burguesía, con la revolución francesa, que saca la aristocracia o con Darwin que saca al hombre del centro de la creación.

Me gustaría hablar de competencia y de colaboración en sistemas naturales y en sociedades humanas. ¿Qué estrategia gana en esta dualidad?

Muy buena pregunta porque durante mucho tiempo se ha interpretado que el darwinismo era competencia y que el que seguía adelante con la evolución era el ganador de esta competencia. Pero esta visión ha cambiado mucho sobre todo con los trabajos de la simbiogénesis, de Lynn Margulis, en donde se demuestra que cuando dos especies colaboran con una simbiosis, por ejemplo, el beneficio mutuo es mucho mayor, que en la competencia. También en la cultura humana. La solidaridad o la colaboración es, de hecho, más interesante, incluso egoístamente hablando, para todos los actores de esta obra, de esta tragedia a veces.

«La complejidad va asociada a la colaboración»

Ahora que hablamos de Lynn Margulis y de la simbiosis, con la que dos bacterias se unen para formar un organismo más grande, una célula con más complejidad ¿La complejidad va asociada a la colaboración?

Sin duda. De hecho la complejidad no asegura la supervivencia, porque un sistema sencillo también puede sobrevivir. Hay animales sencillos que han resistido, los cocodrilos, por ejemplo, que no tienen pelvis. Más tarde gracias a la pelvis se desarrollaron los pájaros, y Elvis, porque Elvis no sería nadie sin la pelvis. Es decir, la complejidad nos ayuda mucho a enfrentar la incertidumbre del ambiente, pero es verdad, que no puede ser cualquier complejidad.

«La hipótesis de trabajo de que no se puede no crecer se ha de romper» 

Cuando hablamos del tema del crecimiento sabemos que los sistemas naturales más inmaduros y poco diversos son los que más crecen, y que los sistemas más maduros con una alta diversidad tienen un crecimiento cero. Es lo mismo que ocurre con las economías: los países que más crecen son los más inestables. ¿Sería posible que una sociedad tuviera crecimiento cero?

Yo pienso que sí. Tienes razón en una cosa y es que las economías sean de derechas o de izquierdas, tengan la ideología que tengan, parece ser que al final han de crecer. Si la economía no crece, el sistema no se aguanta. Yo creo que éste es el tópico que hay que romper. Y por lo tanto, economistas y físicos deben hablar, algo que no han hecho hasta ahora. Esta hipótesis de trabajo de que no se puede no crecer, es lo primero que tenemos que romper.

Para hablar un poco de la historia de la economía, en el libro habla de que hay que distinguir dos términos, el de eficiencia y el de eficacia. ¿Qué diferencia hay entre eficiencia y eficacia?

Eficacia es simplemente conseguir el objetivo. Y eficiencia es conseguirlo con la mínima energía posible. La naturaleza ha sabido encontrar, ¿cuál es el binomio más interesante entre eficacia y eficiencia, en cambio en la carrera de la humanidad nos hemos preocupado sobre todo por la eficacia.

El capitalismo está basado en un principio irracional como es el de suponer que los recursos son inagotables. En el libro habla de que el capitalismo es un sistema piramidal que necesita crecer y consumir continuamente. ¿Este sistema puede acabar con un desastre a escala planetaria?

Yo creo que sí. La vida media de una especie son diez millones de años y nosotros llevamos aquí sólo cien o doscientos mil años. Somos muy jóvenes. Pero debido al aspecto que comentas no llegaremos a la media que nos corresponde.

Dada la velocidad de los cambios, ¿qué temporalidad ponemos a este desastre? Hay quien hablarde cien años.

Cien años quizás es muy corto… Pero no va muy desencaminado. La cultura del reciclaje puede alargarlo un poco. Esto nos lleva a pedir que la explotación de los recursos se haga de manera más homogénea, y esto sería el principio de una nueva ideología, que no sé si sería de derechas o de izquierdas, sería algo como de izquierdas pero más globalmente. Es inútil pensar que podemos vivir en el primer mundo quemando siete planetas, mientras los otros se mueren de hambre. Esta desigualdad no se podrá mantener ni siquiera por interés de los que viven en el primer mundo.

«Es como una izquierda colectiva lo que estamos buscando»

Hablas de esta nueva ideología que debería surgir. ¿Con qué principios debería contar para poder hacer frente a estos retos que tiene la humanidad?

Se debería hacer como una declaración de los derechos humanos de los pueblos que hable de los recursos naturales, que hable de las emisiones, y que hable también del sistema político. Lo que no puede ser es que un sistema sea democrático respecto de sí mismo, y que no lo sea respecto de otro país que está en África o en otro lugar. Esto de alguna manera es de izquierdas, colectivamente, es como una izquierda colectiva, lo que estamos buscando. La frase más terrible que se puede decir en contra del planeta, es «America for the americanos», «America first», y luego ya veremos qué pasa con los demás.

Esto queda reflejado en el libro cuando dice que las sociedades se mantienen homogéneas y cohesionadas proyectando odio hacia afuera.

Por eso hace falta una ideología nueva y una generosidad colectiva. Si queremos salvar el planeta necesitamos una generosidad colectiva.

«Se debería hacer una constitución planetaria, a favor del planeta»

Hablamos de problemas medioambientales, de problemas económicos, de injusticias sociales, de cambio climático, de agotamiento de los recursos … ¿Existen muchos problemas, o sólo uno que los engloba a todos?

Se podría buscar como siempre cuál es como siempre el problema común a todos estos problemas, y encontraríamos alguno. El primero es ser consciente de que estamos llegando a la línea roja, La línea roja en la que el planeta ya no es infinito, no lo ha sido nunca. Esto, uno a uno lo aceptamos, pero no lo tenemos recogido en una especie de constitución planetaria. Se debería hacer una constitución planetaria, a favor del planeta.

Tú eres un gran defensor del método científico, pero reconoces en el libro que la ciencia no siempre lo puede explicar todo y que el arte llega donde no lo hace la ciencia. ¿Se puede llegar a conocer a través de la emoción de la misma manera que lo podemos hacer desde la razón?

El arte sirve sobre todo para inspirar conocimiento científico. Y esto ha sucedido en muchas ocasiones, por eso es tan interesante la relación que ha habido en el Renacimiento, o en la Ilustración, o en la época de la Viena de los años veinte, entre científicos y artistas. El científico tiene un límite que se impone a sí mismo en cuanto a las ideas. Las ideas demasiado locas le dan vergüenza. Al artista no. El artista puede intuir sin comprender. Y el científico puede comprender sin intuir. Lo que está clarísimo es que en la evolución de la humanidad, ciencia y arte, cuando han ido juntos, ha habido progresos muy importantes. Debemos confiar en que esto continuará.

Ecoportal.net

Público

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Entrevista a Alejandro Tiana: “La formación ya no puede seguir siendo rígida”

España/09 marzo 2017/Fuente: Blog.tiching

¿Qué es más conveniente: cambiar el mundo para cambiar la educación o cambiar la educación para cambiar el mundo?
Yo creo que son dos cosas que interactúan. No podemos dejar que se haga primero una para hacer luego la otra, ya que están relacionadas. Es imposible pensar que la educación no tiene nada que ver con el entorno, con el lugar donde se desarrolla, y que cambiará por sí sola. Creo que hay que pensarlo de forma global.

El sistema educativo en nuestro país siempre está en constante debate sobre su futuro. ¿Hacia dónde cree usted que se dirige la educación?
No es fácil responder. Yo creo que hay cambios que se están produciendo y otros que se adivinan. A lo largo de la historia ha habido muchos momentos en que la gente pensaba que todo estaba cambiando dramáticamente y luego no ha sido tanto, y momentos en los que apenas percibimos los cambios y estos, finalmente, han resultado sustanciales para el individuo. No es fácil apreciar qué es lo que tendrá un mayor impacto, pero algunas cosas sí se pueden adivinar que pasarán. Por ejemplo, todo lo que está relacionado con las tecnologías, porque están cambiando nuestras vidas y, por extensión, nuestra educación.

¿Qué más tendencias podemos apuntar?
Hay otra tendencia que se está produciendo y es la necesidad de aprender a lo largo de la vida. La formación ya no puede seguir siendo rígida, es un fenómeno más diverso, pero esta necesidad también obliga a que el sistema regular vaya cambiando. Deben revisarse los modos de organización tradicional, como que los alumnos y alumnas estén agrupados por edades. Es preferible tener grupos mezclados de edad con más de un profesor, ya que los espacios ya no son tan rígidos como hasta ahora. Este ejemplo es algo que ya se está produciendo en algunos centros, tanto públicos como privados.

¿Cuáles cree que deberían ser los principales ejes de este cambio?
El eje principal debería ser que la formación sea un proceso continuo que empieza desde las edades más tempranas y sigue a lo largo de la vida.  Sí que puede haber un momento en el que la escolarización sea común para todos, pero también será oportuno que en otros momentos haya mayor flexibilidad en la formación. No me extrañaría que en el futuro apreciemos una pérdida de la rigidez, y que se abran vías de formación más plurales.

¿Y qué valores cree que van a encabezar este cambio?
Por un lado, todos reclamamos desarrollar la solidaridad, la igualdad, la equidad… Pero al mismo tiempo el mundo en que vivimos desarrolla muy fuertemente valores como la individualidad, algo que va en contra de los primeros conceptos que hemos mencionado. De esta manera, estamos viviendo una situación de conflictos de valores, ya que, en la práctica, aquellos que no aprobamos rigen la conducta de muchas personas.

¿Qué agente social cree que debe liderar este cambio: los docentes, los gobiernos, las empresas?
Yo creo que es una tarea común en la que cada uno tiene su espacio. El problema está en que, a veces, se confunden estos espacios. En España, por ejemplo, hemos tenido siempre una imagen un poco irreal de que los cambios deben venir de las leyes y las regulaciones. Sería absurdo que un ministerio tenga que intentar gobernar el cambio hasta sus menores detalles, porque eso al final es competencia de los docentes. Pero también sería absurdo que sólo se pensase en la acción interna de la escuela para llevar a cabo cambios, porque estos están ligados a procesos sociales más amplios en los que intervienen otros factores.

¿Por ejemplo?
El tema de los horarios escolares. Seguramente la visión que tiene el profesorado y la sociedad es muy diferente, pero en este caso sería absurdo que la visión a tener en cuenta fuera la interna del centro, ya que no existiría un consenso con la sociedad. Hoy en día la escuela no sólo enseña unas materias, sino que tiene una tarea de cuidado de la infancia y desarrollo más amplio. Es demasiado simple decir que un solo agente debe liderar el cambio. Lo difícil es que cada agente encuentre y respete su campo de batalla.

Algunos países que solemos señalar como modélicos tienen sistemas muy rígidos. ¿Qué opina al respecto?
Yo creo que los sistemas educativos deben cambiar porque responden a sociedades que también cambian, y lo hacen a una velocidad, a veces, desmesurada. No puede ser que un sistema educativo sea igual que hace 50 años. El tema es ver qué tipo de cambios se pueden introducir y qué estabilidad se da a esos cambios.
Sí es un problema que se den vaivenes excesivos pretendiendo dar un sentido distinto a la escolarización de una forma o de otra. La clave está en el consenso social que existe sobre la función y el sentido de la escolarización.

En cuanto a sistemas de evaluación de sistemas educativos, en España nos regimos mucho por los informes PISA, ¿es una buena herramienta?
Sí, si se utiliza correctamente. PISA se concibe como una herramienta para saber el nivel de formación de los estudiantes antes de que terminen la escolarización obligatoria, como un instrumento comparativo entre sistemas educativos diferentes. Para esto sí que vale. Pero no vale para decir qué hacemos bien o mal o para saber qué se puede mejorar. Los estudios son de correlación, no causales. Yo creo que el problema que tiene PISA es que se ha absolutizado y se toma como si fuera la única referencia para valorar los sistemas educativos.

¿Cómo evaluaría usted la eficacia de un sistema educativo?
Viendo en qué medida alcanzamos los objetivos que nos hemos marcado. Los objetivos que nos marcamos deben ser de distinto nivel y de distinto tipo. Hay algunos elementos en los que todos estamos de acuerdo, como en que los estudiantes deben aprender una serie de técnicas instrumentales básicas y una serie de contenidos que les ayuden a situarse en el mundo y a dar respuesta a las situaciones que se les plantean. Pero cuando aterrizamos en los detalles se evidencian las diferencias.

¿Y para evaluar la eficiencia?
La eficiencia se debe medir según los recursos que se tienen. No se le puede pedir peras al olmo ni pretender alcanzar unos objetivos con unos recursos limitados como los que a menudo nos encontramos.

¿Se está escuchando a los docentes en los procesos de cambio del sistema educativo?
Yo creo que sí se les escucha, pero los docentes tienen, o tenemos, la sensación de que se nos escucha menos de lo que se debiera. Si indagas en la visión de la sociedad, la gente suele responder que no está contenta con el sistema educativo, pero con los profesores sí. Se tiene una consideración positiva de ellos. Pero es absurdo que sean ellos solos quienes dicten las políticas educativas que un país debe desarrollar, porque existen muchos más factores que intervienen.

¿Qué papel cree que tendrán los profesores en las aulas del futuro?
El profesor al que estábamos acostumbrados, que era el especialista en la materia y que tenía que motivar a sus alumnos haciendo interesante el contenido, va a tener que cambiar su modo de enseñar. Hace un siglo el profesor era la fuente del conocimiento, hace unas décadas era el que guiaba a los estudiantes entre las fuentes de conocimiento, que eran los libros y demás. Hoy en día el conocimiento está por todas partes, y es muy importante que el profesor no sea sólo la persona que sepa muchas ciencias, sino que les ayude a que sean capaces de distinguir la fiabilidad de la información, que le haga desarrollar un sentido crítico. Su tarea se hace más compleja: no se trata únicamente de transmitir información, sino que debemos ayudar a los estudiantes a moverse en un mundo en el que el conocimiento está diseminado y accesible.

Y las tecnologías, ¿qué papel van a jugar?
Juegan en todo, van a tener papel en todo. Nuestra vida está cambiando de forma tan intensa y a veces sin darnos cuenta, que es algo imparable. Las tecnologías transforman tanto la sociedad que es imposible no dar por sentado que cambiarán la educación. No tiene sentido que lleguemos al aula y prohibamos a los alumnos que utilicen sus teléfonos.
No puedo definir cuál será el papel definitivo que jugarán, pero que serán transformadoras es seguro.

Fuente: http://blog.tiching.com/alejandro-tiana-la-formacion-no-puede-seguir-siendo-rigida/

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Alejandro Tiana: “La formación ya no puede seguir siendo rígida”

08 de marzo de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Alejandro Tiana

¿Qué es más conveniente: cambiar el mundo para cambiar la educación o cambiar la educación para cambiar el mundo?
Yo creo que son dos cosas que interactúan. No podemos dejar que se haga primero una para hacer luego la otra, ya que están relacionadas. Es imposible pensar que la educación no tiene nada que ver con el entorno, con el lugar donde se desarrolla, y que cambiará por sí sola. Creo que hay que pensarlo de forma global.

El sistema educativo en nuestro país siempre está en constante debate sobre su futuro. ¿Hacia dónde cree usted que se dirige la educación?
No es fácil responder. Yo creo que hay cambios que se están produciendo y otros que se adivinan. A lo largo de la historia ha habido muchos momentos en que la gente pensaba que todo estaba cambiando dramáticamente y luego no ha sido tanto, y momentos en los que apenas percibimos los cambios y estos, finalmente, han resultado sustanciales para el individuo. No es fácil apreciar qué es lo que tendrá un mayor impacto, pero algunas cosas sí se pueden adivinar que pasarán. Por ejemplo, todo lo que está relacionado con las tecnologías, porque están cambiando nuestras vidas y, por extensión, nuestra educación.

¿Qué más tendencias podemos apuntar?
Hay otra tendencia que se está produciendo y es la necesidad de aprender a lo largo de la vida. La formación ya no puede seguir siendo rígida, es un fenómeno más diverso, pero esta necesidad también obliga a que el sistema regular vaya cambiando. Deben revisarse los modos de organización tradicional, como que los alumnos y alumnas estén agrupados por edades. Es preferible tener grupos mezclados de edad con más de un profesor, ya que los espacios ya no son tan rígidos como hasta ahora. Este ejemplo es algo que ya se está produciendo en algunos centros, tanto públicos como privados.

¿Cuáles cree que deberían ser los principales ejes de este cambio?
El eje principal debería ser que la formación sea un proceso continuo que empieza desde las edades más tempranas y sigue a lo largo de la vida.  Sí que puede haber un momento en el que la escolarización sea común para todos, pero también será oportuno que en otros momentos haya mayor flexibilidad en la formación. No me extrañaría que en el futuro apreciemos una pérdida de la rigidez, y que se abran vías de formación más plurales.

¿Y qué valores cree que van a encabezar este cambio?
Por un lado, todos reclamamos desarrollar la solidaridad, la igualdad, la equidad… Pero al mismo tiempo el mundo en que vivimos desarrolla muy fuertemente valores como la individualidad, algo que va en contra de los primeros conceptos que hemos mencionado. De esta manera, estamos viviendo una situación de conflictos de valores, ya que, en la práctica, aquellos que no aprobamos rigen la conducta de muchas personas.

¿Qué agente social cree que debe liderar este cambio: los docentes, los gobiernos, las empresas?
Yo creo que es una tarea común en la que cada uno tiene su espacio. El problema está en que, a veces, se confunden estos espacios. En España, por ejemplo, hemos tenido siempre una imagen un poco irreal de que los cambios deben venir de las leyes y las regulaciones. Sería absurdo que un ministerio tenga que intentar gobernar el cambio hasta sus menores detalles, porque eso al final es competencia de los docentes. Pero también sería absurdo que sólo se pensase en la acción interna de la escuela para llevar a cabo cambios, porque estos están ligados a procesos sociales más amplios en los que intervienen otros factores.

¿Por ejemplo?
El tema de los horarios escolares. Seguramente la visión que tiene el profesorado y la sociedad es muy diferente, pero en este caso sería absurdo que la visión a tener en cuenta fuera la interna del centro, ya que no existiría un consenso con la sociedad. Hoy en día la escuela no sólo enseña unas materias, sino que tiene una tarea de cuidado de la infancia y desarrollo más amplio. Es demasiado simple decir que un solo agente debe liderar el cambio. Lo difícil es que cada agente encuentre y respete su campo de batalla.

Algunos países que solemos señalar como modélicos tienen sistemas muy rígidos. ¿Qué opina al respecto?
Yo creo que los sistemas educativos deben cambiar porque responden a sociedades que también cambian, y lo hacen a una velocidad, a veces, desmesurada. No puede ser que un sistema educativo sea igual que hace 50 años. El tema es ver qué tipo de cambios se pueden introducir y qué estabilidad se da a esos cambios.
Sí es un problema que se den vaivenes excesivos pretendiendo dar un sentido distinto a la escolarización de una forma o de otra. La clave está en el consenso social que existe sobre la función y el sentido de la escolarización.

En cuanto a sistemas de evaluación de sistemas educativos, en España nos regimos mucho por los informes PISA, ¿es una buena herramienta?
Sí, si se utiliza correctamente. PISA se concibe como una herramienta para saber el nivel de formación de los estudiantes antes de que terminen la escolarización obligatoria, como un instrumento comparativo entre sistemas educativos diferentes. Para esto sí que vale. Pero no vale para decir qué hacemos bien o mal o para saber qué se puede mejorar. Los estudios son de correlación, no causales. Yo creo que el problema que tiene PISA es que se ha absolutizado y se toma como si fuera la única referencia para valorar los sistemas educativos.

¿Cómo evaluaría usted la eficacia de un sistema educativo?
Viendo en qué medida alcanzamos los objetivos que nos hemos marcado. Los objetivos que nos marcamos deben ser de distinto nivel y de distinto tipo. Hay algunos elementos en los que todos estamos de acuerdo, como en que los estudiantes deben aprender una serie de técnicas instrumentales básicas y una serie de contenidos que les ayuden a situarse en el mundo y a dar respuesta a las situaciones que se les plantean. Pero cuando aterrizamos en los detalles se evidencian las diferencias.

¿Y para evaluar la eficiencia?
La eficiencia se debe medir según los recursos que se tienen. No se le puede pedir peras al olmo ni pretender alcanzar unos objetivos con unos recursos limitados como los que a menudo nos encontramos.

¿Se está escuchando a los docentes en los procesos de cambio del sistema educativo?
Yo creo que sí se les escucha, pero los docentes tienen, o tenemos, la sensación de que se nos escucha menos de lo que se debiera. Si indagas en la visión de la sociedad, la gente suele responder que no está contenta con el sistema educativo, pero con los profesores sí. Se tiene una consideración positiva de ellos. Pero es absurdo que sean ellos solos quienes dicten las políticas educativas que un país debe desarrollar, porque existen muchos más factores que intervienen.

¿Qué papel cree que tendrán los profesores en las aulas del futuro?
El profesor al que estábamos acostumbrados, que era el especialista en la materia y que tenía que motivar a sus alumnos haciendo interesante el contenido, va a tener que cambiar su modo de enseñar. Hace un siglo el profesor era la fuente del conocimiento, hace unas décadas era el que guiaba a los estudiantes entre las fuentes de conocimiento, que eran los libros y demás. Hoy en día el conocimiento está por todas partes, y es muy importante que el profesor no sea sólo la persona que sepa muchas ciencias, sino que les ayude a que sean capaces de distinguir la fiabilidad de la información, que le haga desarrollar un sentido crítico. Su tarea se hace más compleja: no se trata únicamente de transmitir información, sino que debemos ayudar a los estudiantes a moverse en un mundo en el que el conocimiento está diseminado y accesible.

Y las tecnologías, ¿qué papel van a jugar?
Juegan en todo, van a tener papel en todo. Nuestra vida está cambiando de forma tan intensa y a veces sin darnos cuenta, que es algo imparable. Las tecnologías transforman tanto la sociedad que es imposible no dar por sentado que cambiarán la educación. No tiene sentido que lleguemos al aula y prohibamos a los alumnos que utilicen sus teléfonos.
No puedo definir cuál será el papel definitivo que jugarán, pero que serán transformadoras es seguro.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/alejandro-tiana-la-formacion-no-puede-seguir-siendo-rigida/

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Entrevista:»Los colegios deben ser lugar libres de cualquier tipo de discriminación».

América del Sur/Colombia/07.03.2017/Autor yFuente:http://www.eluniversal.com.co/

La nueva ministra de Educación, Yaneth Giha Tovar, asumió el reto dejando en claro que continuará con la hoja de ruta que su antecesora, Gina Parody, dejó marcada en cuanto a la Jornada Única, el Plan Nacional de Infraestructura Educativa y el Programa de Excelencia Docente, entre otros.

En entrevista con COLPRENSA, Giha, quien se posesionó el pasado 16 de noviembre, anuncia que se entregarán 30.000 nuevas aulas, que se está trabajando en un plan de educación para el postconflicto en 187 municipios afectados por la violencia y señala que Colombia «será el país mejor educado en América Latina en 2025».

La nueva ministra deja en claro que la puerta de diálogo con los maestros está abierta, que se trabajará por la inclusión tecnológica y la no discriminación y que el programa ‘Ser Pilo Paga’, continuará.

– Conocido su nombramiento se repitieron dos críticas. La primera de ellas, el poco tiempo que queda de Gobierno y que usted necesitará más de dos meses para empaparse de todo lo que sucede en el Ministerio de Educación, ¿Qué opina usted de esto?
Efectivamente nos queda menos de la mitad del gobierno, pero vamos a aprovechar cada segundo para que sigamos avanzando en todas las políticas que nos trazamos. Yo creo que en el ministerio encontramos un plan, una ruta y de lo que se trata es de seguir trabajando.

– A su gestión en Colciencias le han puesto muchos peros, que  van más allá del balance general de la entidad ¿Qué responde usted a las críticas?
Como siempre he respondido a esas críticas, a las que uno no siempre está exento, con hechos. Nosotros encontramos una entidad con grandes desafíos, nos pusimos la gran meta de convertir a Colombia en uno de los tres países más innovadores de América Latina para el 2025. Finalmente, enfocamos todas nuestras estrategias para eso, nos pusimos la meta de dar 10 mil nuevas becas de maestría y doctorado y durante mi gestión se entregaron 2500 cada año, ahí de alguna manera cumplimos y también en todo el tema de duplicar la producción científica, la meta del 2015 se cumplió tal cual. Trabajamos mucho con el tema de transferencia tecnológica e innovación y allí la gran apuesta era trabajar con 7 mil empresas en los cuatro años y las metas de cada año fueron cumplidas a cabalidad.

Por último, todo el tema de educación científica en niños y jóvenes pero, sobre todo, hay una meta que se logró e incluso se superó porque no pensamos que fuéramos a tener tanto éxito en ese proceso y fue lograr que Colombia pasará del séptimo puesto en 2014, según el índice global de innovación en América Latina, al quinto puesto.

– ¿Cuáles son los tres principales objetivos de su Gestión en el Ministerio?
Antes de los tres objetivos, diría que mucho de lo que estamos pensando hacer es seguir avanzando en lo que está planteado. En particular,  me referiría a tres grandes cosas en las que haremos un esfuerzo importante: el primero es continuar elevando la calidad de la educación en todos los niveles, porque necesitamos seguir avanzando para que Colombia sea el país mejor educado de América Latina.

El segundo tema, muy importante para el Presidente, es la entrega de nuevas aulas en todas las regiones del país, por eso se van a entregar 30.000 nuevas aulas de aquí al 2018. También tenemos que seguir fortaleciendo programas como ‘Ser Pilo Paga’,  un programa muy importante del gobierno. El tercer punto es un tema al que le vamos a poner mucho más énfasis en esta nueva etapa y es la educación para el posconflicto. Se nos avecina un proceso importantísimo en el país de construcción de paz, sobre todo en las zonas que fueron más afectados por la violencia.

– ¿Se ratifica la meta de que Colombia sea el país mejor y más educado de Latinoamérica para el 2025?
Por supuesto que sí, será el país mejor educado en América Latina en 2025, esto no sólo hace parte del Plan de Desarrollo si no es uno de los pilares más importantes que ha definido el presidente Juan Manuel Santos.

– ¿Qué ideas tiene para vincular las ciencias con los procesos de Educación formal?
Un país que promueve la producción científica, claramente genera muchas más oportunidades, no solamente genera nuevo conocimiento sino muchas y nuevas oportunidades de crecimiento económico y de transformación de las realidades del país.

Hay una apuesta muy importante que veníamos ya trabajando desde que estábamos en Colciencias con el Ministerio de Educación, el Icetex y el Ministerio de Comercio y Turismo: el programa de ‘Colombia científica’ que intenta de manera contundente ‘jalonar’ todo el proceso de investigación de las universidades colombianas para que tengan la mejor calidad y puedan, de alguna manera, pensar positivamente en el desempeño de la educación superior colombiana. Aquí hay un vínculo directo entre la investigación y la calidad de la educación superior.

– ¿Cómo puede adelantar un cambio tecnológico incluyente, que signifique una avance significativo en los procesos educativos formales?
El Ministerio viene trabajando en este campo también, sin embargo hay varios desafíos. El primero es llegar a todos rincones del país con infraestructura tecnológica, ya en este tema de acceso a internet trabajamos mucho de las manos del Mintic. En segundo lugar, universalizar los contenidos porque una cosa son los equipos y las conexiones tecnológicas y otras son los contenidos, que son los que nos permiten que cualquier estudiante de cualquier nivel educativo pueda acceder a formación de alta calidad en línea. El tercer desafío es fortalecer la formación docente que hoy llega en promedio a 50.000 profesores, con cursos y diplomados para que ellos también estén acompañados en este proceso. Y, por último, un acompañamiento permanente del ministerio Educación, para que nuestro equipo de gestores también garantice el uso adecuado de las herramientas.

– ¿Qué peticiones ha recibido de los docentes que adelantan protesta en varias regiones del país?
Estas peticiones de los maestros siguen y seguirán siendo tenidas en cuenta, porque si algo sabemos desde el Ministerio es que los maestros son finalmente el centro, el corazón de nuestro sistema educativo. Necesitamos que nuestros maestros estén bien, estén comprometidos con la educación. El gobierno ha hecho esfuerzos en ese campo aumento de salario de los docentes, modificó la forma como se evalúa para que sea más formativa y ya se anunció el programa de la nueva evaluación. Se creó también una bonificación para los maestros más antiguos, reconociendo el trabajo que han hecho, y ya se han cumplido diversos puntos acordados con la Federación Colombiana de Educadores. Importante reiterar que los canales de comunicación siempre estarán abiertos.

– ¿Qué trabajo le corresponde al ministerio tras la próxima firma de los acuerdos de paz con las FARC?
El Ministerio está muy comprometido con llevar la educación a todos los rincones de Colombia. Cuando miramos temas de calidad en la educación de nuestro país, vemos como hay una brecha entre lo urbano y lo rural, pero sobre todo de las zonas afectadas por la violencia. De alguna manera es una gran oportunidad de construir tejido social y llegar a lugares de Colombia a los que no hemos llegado precisamente por las condiciones en las que están esos territorios. Algo que el mismo presidente Santos le ha pedido el Ministerio de Educación es trabajar en el plan de Educación para el postconflicto, en el que queremos llegar a estos 187 municipios más afectados por la violencia, que hoy están siendo priorizados en los programas que se tienen desde la oficina de Rafael Pardo (Alto Consejero para el Postconflicto) y con el que trabajaremos.

– ¿Habrá cambios en el proyecto de masificación del bilingüismo en Colombia?
El único cambio es seguir trabajando con ‘Colombia bilingüe’, un programa muy bien montado que tenemos que seguir trabajando para que se dé con los estándares más altos de calidad y que puede ser una oportunidad para llegar a todos los rincones de Colombia. En ‘Colombia bilingüe’ ya hemos traído a 950 formadores extranjeros y el año entrante, en 2017, vamos a traer 509 ya están garantizados, para que tengamos finalmente esta oportunidad para niños y jóvenes.

También seguiremos trabajando en los campos nacionales e internacionales de inversión en inglés para estudiantes de los colegios oficiales y la formación docente, porque finalmente necesitamos que los docentes tengan esta capacidad para que el programa pueda ser masificado; y seguimos trabajando en el diseño de modelos pedagógicos y la distribución de recursos pedagógicos para que se pueda complementar este proceso.

– ¿Habrá algún ajuste para el programa ‘Ser pilo paga’?
‘Ser pilo paga’ es el programa consentido por el Presidente Santos pero también por muchos de los colombianos. Los jóvenes más talentosos del país que en el pasado no tenían las oportunidades de ir a las mejores universidades hoy lo pueden hacer y para el 2018 tenemos la meta de llegar a 40.000 pilos, hoy tenemos en  toda Colombia 21.699.

*- Gina Parody tuvo inconvenientes en su gestión por asuntos de orientación sexual. Con ese antecedente y con las denuncias por acoso en los Colegios, ¿Cuál será la tarea del ministerio?La tarea es cumplir con lo que nos ordena la Constitución. Los colegios deben ser lugares libres de cualquier tipo de discriminación, en eso seguimos trabajando. Y discriminación de cualquier tipo: de raza, sexo, lengua, religión, filosofía. Se sabe que en ese tipo de cosas hay discriminación en cualquier campo, seguiremos trabajando de manera decisiva en esa tarea de promover el respeto en todos los campos.

¿Cómo fortalecer los recursos de las universidades públicas para que solucionen sus problemas de infraestructura y para que aumentan sus capacidades en la investigación?
Se han venido haciendo varios esfuerzos muy importantes para garantizar más recursos para las universidades públicas, que muy bien se sabe, tienen problemas en materia de infraestructura. Recordemos que del impuesto sobre la renta nuestras instituciones de educación superior recibieron 1.2 billones de pesos, que efectivamente se han invertido sobre todo en mejorar la infraestructura y creemos que esto ha sido muy importante para mejorar los espacios de los estudiantes.

Además en  el artículo 100 de la reforma tributaria que se está adelantando en el Congreso, se garantiza que las universidades sigan recibiendo estos recursos, de una manera diferente. Ya no a través del impuesto de renta, pero que seguiremos teniendo estos recursos disponibles para que las universidades.

Fuente:http://www.eluniversal.com.co/educacion/los-colegios-deben-ser-lugar-libres-de-cualquier-tipo-de-discriminacion-240624

Imagen:http://www.eluniversal.com.co/sites/default/files/styles/610×400/public/201611/ministra.jpg?itok=Cmx1uIY2

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Si las mujeres no nos unimos, perderemos la lucha por la igualdad

Pablo Gentili

Entrevista a Carmen Beramendi, ex secretaria nacional de políticas para las mujeres de Uruguay.

Entrevista a Carmen Beramendi, una de las más destacadas feministas uruguayas. Ha sido presa política durante la dictadura militar y, luego del regreso a la democracia, se transformó en la primera mujer diputada de su país. Fue secretaria nacional de política para las mujeres del primer gobierno de Tabaré Vázquez. Actualmente, es directora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, en Uruguay.

Beramendi analiza la persistencia de las desigualdades de género en uno de los países con mejores niveles de justicia social en Latinoamérica. Realiza así un recorrido por algunos de los complejos vaivenes que ha transitado la lucha por la igualdad en la administración del Frente Amplio, una coalición de partidos y organizaciones de izquierda que gobierna el país desde 2005.

¿Quién es Carmen Beramendi?

Me defino como una luchadora, que desde muy pequeña ha trabajado desde varias trincheras por la igualdad y la justicia social. Vengo de una familia de clase media. Mi padre era una persona muy honrada y mi madre era una mujer cristiana, de ese cristianismo que hoy casi se ve en desuso, solidaria y generosa. Mi padre era médico veterinario. Mi madre había estudiado el profesorado de inglés, pero mi padre no la dejó terminar la carrera porque creía que ella debía dedicarse a las cuestiones domésticas. Soy hija, como muchas mujeres, de una madre con muchos deseos silenciados. Eso marcó mucho mi vida tempranamente.

Me siento una mujer rebelde en términos existenciales. Rebelde contra la hipocresía y el doble discurso. Esto encontró expresión en mi participación política. Primero, como militante estudiantil en la facultad de medicina de la Universidad de la República. Fue allí que viví las primeras experiencias como activista, pero también las primeras formas de discriminación. Experiencias que al principio naturalizaba y no interpretaba como mecanismos de discriminación de género, pero que con el tiempo fui comprendiendo, oponiéndome vigorosa y vitalmente contra ellas.

Entré a la facultad de medicina con 17 años y ya en el primer año me transformé en dirigente de uno de los grupos estudiantiles más radicalizados. Era 1968, un año explosivo en el mundo. También en Uruguay.

Pronto comencé a militar en el Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros. Pensaba que ese era el camino que acortaba la conquista del poder y la revolución. Como tantos otros, fui presa. Estuve siete años en la cárcel. Mi compañero estuvo trece. Yo estaba comenzando el 4º año de la facultad y acababa de ganar un concurso como docente de bioquímica. El 3 de octubre de 1972, unos meses antes del inicio de la dictadura, caí presa. Tenía 22 años recién cumplidos… y una hija de ocho meses.

Estuve los tres primeros años en la cárcel con mi hija, en un pabellón con 30 mujeres que también estaban acompañadas con sus niños y niñas. Creo que allí tuve el proceso de aprendizaje político más importante de mi vida. Un aprendizaje que me acompaña hasta hoy: nunca más por los demás; todo y siempre con los demás. Soy muy autocrítica con esa perspectiva vanguardista e iluminada de lo que debía ser la lucha de los pueblos. Con los demás todo, sin los demás, nada.

Salí de la cárcel convencida de que la alternativa en el Uruguay era el Frente Amplio y que lo que yo debía era trabajar para que la gente se organizara y luchara por sus derechos.

Traté de volver a la universidad, pero no me dejaron, entonces estudié psicomotricidad.

Me gradué pero tenía que trabajar para sustentarme. Vivía sola con mi hija y, aunque trabajaba en una gran corporación como empresa láctea Conaprole, no llegaba a pagar mis cuentas. Los fines de semana animaba cumpleaños infantiles. Teníamos una pequeña empresa que se llamaba Arco Iris: tocaba la guitarra, hacía títeres, cantaba.

Un día vi un llamado a concurso del Ministerio de Pesca. Me presenté. Éramos tres mujeres y 30 varones. Quedamos dos mujeres y, finalmente, lo gané yo. Te confieso que desde esa ocasión pienso que si en la política hubiera concursos, seríamos muchas más mujeres. Ingresé así a la industria de la pesca como jefa de control de calidad. Allí empecé a formarme como dirigente sindical, aunque sólo podíamos hacerlo de manera semiclandestina. Todavía estábamos en dictadura y se perseguía y amenazaba a los dirigentes gremiales. No fue fácil volverme dirigente sindical en un medio dominado por varones y en el marco de una dictadura. Fue duro, muy duro.

Ya en democracia, y como presidenta del sindicato de pesca, me tocó participar del Consejo de Salarios. Eran 38 grupos de todos los sectores y sólo dos representantes éramos mujeres.

Ingresé al Partido Comunista, que era parte del Frente Amplio. En 1989 fui candidata a diputada nacional y, siendo electa, ejercí el mandato entre 1990 y 1995. Fui la primera diputada de izquierda electa en el período democrático. El primer gobierno democrático después de la dictadura, entre 1985 y 1990, no hubo ninguna mujer en el Parlamento, ni de izquierda ni de derecha. Terminaba la dictadura, las mujeres habíamos luchado, como en toda América Latina, pero, en lo que parecía ser el país más igualitario de la región, ninguna mujer llegó al parlamento hasta 5 años después de instituida la democracia. Fue en ese momento que me volví feminista, casi sin darme cuenta.

Terminé el mandato de diputada y me dediqué a diversas tareas de asesoramiento programático en el Frente Amplio. Volví a la militancia social, ahora sí, fundamentalmente, en el movimiento de mujeres.

¿Cómo fue tu experiencia al frente de las políticas para las mujeres durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez?

Antes del primer gobierno del Frente Amplio, en Uruguay, existía el Instituto de la Familia y la Mujer. Para nosotros, la propia denominación nos resultaba inconveniente. Obviamente, creíamos que la familia debería ser un tema tanto de hombres como de mujeres. ¿Por qué asociarlo sólo a las mujeres? Desde hacía algunos años, el movimiento de mujeres uruguayo, con un núcleo muy importante del movimiento feminista, había generado y colocado en la agenda pública la necesidad de que existieran herramientas legales e institucionales que fomentaran las políticas públicas en la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. Nuestro programa de gobierno contemplaba una serie de reivindicaciones importantes en materia de género. Cuando el presidente Tabaré Vázquez me convoca, ingresé con aprobación unánime de todos los sectores del Frente Amplio. Para mí, esto fue muy importante porque yo provenía del campo sindical y no del movimiento feminista. De cierta forma, haber hecho estudios de posgrado sobre temas de género me brindó un nivel de validación importante con la sociedad civil y con diversos sectores de la izquierda, los cuales fueron determinantes para expresarle al presidente Tabaré que asumiría ese importante desafío sólo si hubiera condiciones para cumplir algunos objetivos fundamentales.

¿Cuáles fueron esas condiciones?

Construir colectiva y participativamente un proceso de ley, así como la promoción de un plan de igualdad que fuera asumido como compromiso de todo el gobierno. Tabaré se entusiasmó y asumió la propuesta, brindándole un fuerte respaldo del Gobierno a la implementación de un conjunto de políticas de género que tuvieron un carácter fundamente. Hicimos asambleas en todo el territorio nacional, y terminamos aprobando el plan general en una asamblea en Paso de los Toros, en el centro del Uruguay, con más de 3 mil mujeres. Una cifra que, en un pequeño país con 3 millones de habitantes, no deja de ser importante. Había mujeres representantes de todos los pueblitos, poblados y departamentos del país. Fue un proceso muy conmovedor. Tengo el privilegio de haber estado en esa histórica asamblea que marcó un hito en la lucha por la igualdad de género en el Uruguay. 3 mil mujeres de los más diversos sectores sociales, con la más diversa formación y de las más diversas actividades profesionales y adscripciones políticas, allí a orillas del Río Negro, el Río Hum como lo llamaban los primeros habitantes de nuestro territorio, le presentamos al Gabinete de Ministros el plan de igualdad construido por todas esas mujeres del país. Hoy me emociono de haber sido parte de este proceso fundante.

¿En qué año ocurrió esto?

Fue en el año 2006.

Yo había asumido en el 2005 y lo primero que hice fue cambiar el nombre al Instituto de la Familia y la Mujer. No sólo nos parecía problemática la exclusiva relación de la familia a “la mujer”, sino también el uso del singular para referirse a nosotras. Teníamos muy claro que cualquier instancia de políticas de género debía reconocer el carácter plural de las mujeres, abordando nuestras problemáticas y demandas comunes, pero también nuestras especificidades asociadas a la clase social, a la etnia y la raza, a la orientación sexual, a nuestra inserción territorial. Reconocer a las mujeres en plural significaba contribuir desde la política pública a la constitución de un sujeto colectivo y, al mismo tiempo, permita dar cuenta de las muy diversas formas de ser mujer en nuestro país.

Se trataba de construir un sujeto visible en la sociedad uruguaya; una sociedad cuya historia está atravesada por lo que hemos denominado el «espejismo de la igualdad”.

¿En qué consiste el “espejismo de la igualdad”?

Uruguay siempre se ha jactado de ser una sociedad hiperintegrada. Diferente a casi todo el resto de las naciones latinoamericanas. Esta creencia, que ha funcionado como una suerte de espejismo, también ha sido un gran valor que desde el gobierno hemos tratado de aprovechar. Sabiendo que no era del todo verdadera esta presunción, también sabíamos que había que apoyarse en ella para construirla como un hecho real. Esta percepción idílica del Uruguay como tierra de igualdad se construyó gracias al ideal de educación común de José Pedro Varela: aquellos que se sentaran juntos en los bancos de la escuela se sentirían iguales. Una perspectiva que se consolidó y amplió con el batllismo, construyendo un imaginario colectivo muy poderoso sobre la naturaleza igualitaria del Uruguay, un país en donde “todos éramos iguales”. Cuando asumimos el gobierno sabíamos que teníamos que deconstruir esta idea, jerarquizando al mismo tiempo el valor de la igualdad. Fue una cuestión muy compleja, porque en general te decían: “estos no son problemas que tenga el Uruguay”.

¿Te refieres a los problemas de género, por ejemplo?

Sí, a la identidad y a las desigualdades de género. Por ejemplo, nos decían: “ustedes vienen con eso que no existe en Uruguay”.

¿Pero cómo fue que pasaron de un Instituto de la Familia y la Mujer al Instituto Nacional de las Mujeres?

Hubo una decisión gubernamental fuerte. Se creó el Ministerio de Desarrollo Social que nuclearía al Instituto de la Juventud, al Instituto de la Infancia y la Adolescencia y al Instituto Nacional de las Mujeres. Hubo que crear toda una estructura nueva para que pudieran funcionar. Imagínate que la directora del Instituto de la Familia y la Mujer no tenía siquiera una remuneración que reconociera su cargo, sino que recibía, por ejercerlo, un caché de bailarina.

Todo un símbolo, especialmente, pensando que estábamos en el año 2005.

Sí, en efecto. A pesar de nuestra fama de igualitarios, es impresionante el rezago de Uruguay con relación a otros países latinoamericanos que, por ese entonces, ya iban por el segundo o tercer plan de igualdad. Se pensaba que nuestro país no tenía desigualdades de género.

Por eso, también, uno de los primeros desafíos que debimos enfrentar fue construir un sistema de información de género. No fue sencillo que se destinaran recursos específicos para que se construyera información que diera cuenta de esto. Hubo una gran disputa en el proceso de construcción de información que valide y ayude a promover políticas de igualdad de género. Tampoco había en el país servicios de atención especiales para situaciones de violencia de género. El Estado uruguayo está dividido en 19 departamentos, en un primer momento instalamos servicios de atención específica para casos de violencia de género en 13 de ellos. Además, en ese periodo se sancionaron varias leyes importantes en este campo, como la Ley de Igualdad de Derechos y Oportunidades entre Hombres y Mujeres, la Ley de Trabajo Doméstico y la Ley de Acoso Sexual en el Trabajo.

Fue un ambicioso y amplio trabajo legislativo para fundar una legislación igualitaria en lo que se suponía era el país más igualitario de América Latina.

También, creamos la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, con la cual enfrentamos una compleja y triste situación. Nuestro presidente vetó esta ley. El hecho fue, sin lugar a dudas, muy complicado para gran parte de las mujeres que militábamos en la izquierda uruguaya. Fue una derrota muy dura. Y ocurrió en nuestro propio gobierno. Creo que ella opaca algunas de las grandes conquistas que tuvimos durante esos años, como las leyes que te mencioné.

¿Cómo vivió esta situación el movimiento de mujeres uruguayas?

Horrible. Fue espantoso para todas y, naturalmente, para mí que estaba al frente del Instituto Nacional de las Mujeres y que habíamos promovido la ley.

Nosotros habíamos instituido que los 8 de marzo, todos los ministerios tenían que rendir cuenta de sus políticas en materia de igualdad de género. Cada año se instalaba una meta y, al año siguiente, los ministros debían rendir cuentas si la habían logrado o no.

El primer 8 de marzo después del veto de la ley, yo estaba totalmente decidida a expresar mi dolor, mi frustración y mi rechazo a este veto presidencial. Hablé con la ministra de desarrollo social, Marina Arismendi, y le dije que en el acto del Día Internacional de las Mujeres iba a manifestar mi rechazo al veto. Ella me respaldó y me dijo que estaba en todo mi derecho de hacerlo. Así fue que expresé que las mujeres uruguayas no se merecían ese veto, expuse el profundo dolor que nos generaban las muertes por los abortos clandestinos; por las pésimas condiciones de sanitarias; por el riesgo que miles de mujeres sufrían, sin protección ni cuidado; por las asimetrías entre las mujeres ricas y las mujeres pobre. Dije todo lo que pensaba, sabiendo que sería mi última intervención en el gobierno de Tabaré Vázquez. Estaba, sin embargo, tranquila y sabía que todo lo que había dicho era lo que mis convicciones y mi conciencia exigían.

Quizás en otros países esto parezca poco habitual, pero, aunque expuse abiertamente mi oposición al veto, nadie pidió mi renuncia y seguí trabajando activamente en la defensa de la igualdad de género desde el gobierno.

¿La ley de despenalización del aborto se aprueba finalmente durante el gobierno de José Pepe Mujica?

Sí, como iniciativa del Parlamento. Durante el gobierno de José Mujica el congreso nacional tuvo un papel determinante en la promoción de la igualdad de género: la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, entre otras. En ese período la bancada bicameral femenina cumplió un rol muy interesante, con mujeres de todos los partidos que trabajaron juntas, aunque, en verdad, eran muy poquitas. En Uruguay, la representación política de las mujeres es casi insignificante. En materia de representación política de las mujeres estamos en niveles más bajos aún que algunos países árabes.

Cuando ocurrió el veto a la ley de despenalización del aborto, la movilización fue muy fuerte. Durante el gobierno de Mujica, se hizo un plebiscito contra la legislación del aborto, promovido por varios ex presidentes. Se buscaba acabar con el proyecto de ley, pero sólo votó por la derogación el 8,92% de la ciudadanía. Es decir que nadie respaldó la derogación de la ley. Cuanto más avanzaba el debate, más apoyos ganábamos. La gente empezaba a entender que no se trataba de estar a favor del aborto, se trataba de estar a favor del derecho a decidir.

¿Por qué la participación política de las mujeres en Uruguay es tan baja?

Cuando yo entré al parlamento, en 1990, era la única diputada por el Frente Amplio. Fuimos elegidos 20 diputados de la izquierda. Yo era la única mujer.

Durante el primer gobierno de Julio María Sanguinetti (1985-1990), no hubo ninguna mujer en el Parlamento. Eso fue muy escandaloso y en el gobierno de Luis Alberto Lacalle, fueron elegidos 120 legisladores, 6 de ellas, mujeres.

Esto sólo comenzó a cambiar cuando fue aprobada la Ley de Cuotas.

Mira lo patético que es el Uruguay que, en general, tanto en la izquierda como en la derecha, todavía es muy difícil reconocer la necesidad de las cuotas y de las acciones afirmativas. Está presente ese discurso de que cada uno se lo tiene que ganar por su propio mérito. Muchas mujeres dicen: “no quiero entrar por la cuota sino que quiero entrar por lo que yo valgo”.

¿Cuándo se aprobó la Ley de Cuotas?

Se aprobó en el gobierno del presidente Pepe Mujica, por un 20% de representación y, fíjate tu: por un único período de aplicación. Se supone que primero debíamos ver qué ha pasado con la ley, evaluar si funcionó y, si lo hizo, hacer una nueva ley. Ahora presentaremos una Ley de Paridad, para establecer la igualdad en los niveles de representación. Hasta el momento no hemos tenido mucha suerte. Si con las cuotas no nos ha ido bien, no tengo muchas esperanzas que nos vaya mejor con el establecimiento de la paridad.

¿La cuota aumentó la representación de las mujeres?

Sí, aumentó. Hay un mayor porcentaje de mujeres ahora. En el Senado, nunca habíamos tenido la representación de mujeres que existe ahora. La cuota permitió un avance significativo. Igualmente, hay mecanismos que habilitan que, por ejemplo, una mujer que había entrado a la Cámara de Diputados sea llamada para un cargo en el Ejecutivo y, en su lugar, entre un hombre. Hay una cantidad de trampas en el propio mecanismo de la cuota, que hacen que no se garantice que si se va una mujer entre otra mujer. Esto, en algunos países con mecanismos paritarios, como Bolivia y Ecuador, es distinto.

Tu mencionas el mito o el espejismo de la igualdad que se ha construido en Uruguay, algo que también se asocia a un dato que quizás a muchos quizás les sorprenda: Uruguay es uno de los países que tiene más altas tasa de violencia de género en Latinoamérica.

El indicador más importante y terrible que tenemos es el de las muertes: el porcentaje de femincidios en mi país es seis veces superior al de España. El argumento que suele esgrimirse como justificativa es que el Uruguay tiene un buen registro de homicidios, algo que otros países latinoamericanos no disponen de manera confiable. Esto explica una parte del problema, pero no todo. Cuando el Observatorio de Género de la CEPAL utiliza el indicador de las muertes de mujeres, lo hace, en toda América Latina, utilizando los datos oficiales. Según estos datos, Uruguay tiene una cifra pavorosa de muerte de mujeres en mano de los hombres. Un hecho grave porque lo que sí dispone Uruguay es un sistema de prevención que funciona, evitando que este número de femicidios sea aún mayor.

Así mismo, la intervención del Estado en este campo todavía está muy lejos de ser satisfactoria. Por ejemplo, la legislación prevé que tú apliques una medida cautelar cuando una mujer va al juzgado. Por medio de ésta, el hombre que ha hecho uso de la violencia no puede acercarse a su víctima. El problema es que luego no tienes ningún mecanismo estatal que te garantice o que proteja a la víctima. Y el principio de no acercamiento pocas veces se cumple. Los hechos de violencia contra las mujeres vuelven a repetirse cuando hay impunidad o falta de eficacia en el control público.

Las mujeres deberemos enfrentar fuertes y complejas batallas. Hemos alcanzado grandes conquistas colectivas, pero aún tenemos grandes desafíos por delante. El patriarcado constituye una de las estructuras de poder más eficaces en nuestras sociedades. Nuestras luchas lo debilitan, pero el patriarcado sobrevive y renace. O nos unimos o será cada vez más difícil. Si las mujeres no nos unimos, perderemos la lucha por la igualdad.

Fuente de la Entrevista:

http://elpais.com/elpais/2017/03/06/contrapuntos/1488767117_213146.html

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Entrevista a Gilberto Meza Aguirre: Se ha alarmado a los padres cuando no hay ideología de género en el Currículo Escolar

Entrevista a Gilberto Meza Aguirre decano nacional del Colegio de Profesores del Perú, docente con 40 años de experiencia
“Se ha alarmado a los padres cuando no hay ideología de género en el Currículo Escolar”
Jésica León
La República (Perú)

El colectivo ‘Con mis hijos no te metas’ tiene todo organizado para realizar este sábado la marcha contra la denominada ‘ideología de género’, con la que esperan movilizar a un millón de personas a nivel nacional. Al respecto, Gilberto Meza Aguirre,  decano del Colegio de Profesores del Perú sienta su posición y espera dar tranquilidad a los padres.

¿Cuál es la posición del Colegio de Profesores en relación con el Currículo Escolar?

Hemos hecho una revisión del diseño curricular y podemos concluir que no hay ideología de género. El enfoque de género que se presenta en el currículo es en el sentido de la educación en igualdad de derechos, obligaciones y libertades de hombres y mujeres. No se comprueba que el documento defienda alguna ideología de género o de una promoción de educación homosexual.

¿Qué les diría a los padres de familia que van a marchar este sábado?

 

Que no se alarmen, que los maestros hemos actuado y vamos a actuar responsablemente. Nosotros jamás nos prestaríamos para hacer de la educación una herramienta para tergiversar las cosas. Nos parece que hay de por medio algunos intereses políticos, religiosos que, lamentablemente, están desviando la discusión sobre el Currículo Escolar. Se está alarmando innecesariamente a los padres.

El colectivo ‘Con mis hijos no te metas’ pide que se retire la palabra género del currículo.

Es un contrasentido. No es la primera vez que se incluye la palabra género en el Currículo Escolar, ya está hace varios años. Las mujeres y hombres tienen los mismos derechos, pero todavía no hay un trato igualitario con la mujer. Nosotros exigimos que el enfoque de género debería ser una política de Estado que no solo debe preocupar al Ministerio de Educación, sino también a los sectores de Justicia, Trabajo, de la Mujer para conquistar la igualdad entre el hombre y la mujer.

Los maestros son los que finalmente aplicarán este currículo, ¿cuál es el llamado que haría como decano?

En primer lugar que analicen con mucho profesionalismo el currículo, que no se dejen llevar por ningún tipo de campaña. Somos profesionales, tenemos toda la capacidad de análisis y los llamamos a seguir luchando contra todo tipo de discriminación. Queremos que la escuela, las aulas sean espacios donde los niños y niñas encuentren igualdad de oportunidades y no de discriminación por ningún motivo, ni de carácter racial ni por su orientación sexual.

¿Cómo debe ser abordado el tema de la homosexualidad en el sistema educativo?

La homosexualidad no es una enfermedad. Es una opción que muchas veces tiene que ver con la propia naturaleza de la persona. No es que lo aprenda en la escuela como muy bien lo dijo la ministra de Educación, Marilú Martens. La homosexualidad no se aprende, la homofobia sí. Entonces señalamos que a este grupo no se le debe marginar ni en la escuela ni en la sociedad, porque ellos no tienen la culpa de tener esa opción. La homofobia, como expresión de la sociedad machista, debe ser superada y la educación debe jugar un rol fundamental en ese esfuerzo.

Leí en una nota que usted dijo que en el sistema educativo solo hay género masculino y femenino y que el currículo promueve la ideología de género. Se está contradiciendo…

Esas declaraciones no son mías. Han usado mi nombre falsamente, yo no he estado en Ayacucho. La foto es de otra persona. Alex Paredes Gonzales se hace pasar como el decano del Colegio de Profesores y ya se le ha hecho una denuncia ante la Fiscalía por falsedad genérica. Justamente por esas declaraciones me han llamado congresistas fujimoristas que promueven estas marchas para felicitarme, pero yo les he aclarado que esas declaraciones no son mias. Estoy a favor de la igualdad de género.

Fuente: http://larepublica.pe/impresa/sociedad/853005-se-ha-alarmado-los-padres-cuando-no-hay-ideologia-de-genero-en-el-curriculo-escolar

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Matemático John Mighton: “El problema con las matemáticas no es de los niños, sino de cómo se enseña”

04 Marzo 2017/Fuente: elpais/Autor:JESSICA MOUZO QUINTÁNS

El matemático John Mighton es el creador del método Jump Math, un sistema de aprendizaje de las matemáticas que ya emplean 11.000 alumnos en España

Antes de doctorarse en matemáticas, a John Mighton no se le daban muy bien los números. De hecho, suspendió el examen de cálculo cuando entró a la universidad. No fue hasta unos cuantos años después, cuando ya rondaba los 30, que retomó su relación con las sumas y las restas. «Al principio pensaba que yo era el problema, pero me di cuenta de que el problema estaba en la metodología con la que se explicaban las matemáticas», recuerda. Y tan convencido estaba de su tesis que él mismo ideó y desarrolló un nuevo sistema de aprendizaje de las matemáticas, el Jump Math. Su metodología, ya implantada en seis países, es utilizada por más de 175.000 alumnos de Canadá y Estados Unidos. A España llegó en 2013 y ya cuenta con 11.000 estudiantes y una red de un millar de docentes.

«Las matemáticas son más fáciles de lo que la gente cree», sostiene mientras coge papel y boli. Y dibuja una división en un papel: 72:3. Pinta «tres amigos» con tres bolsas y pide que se repartan esas 72 «monedas» en grupos de 10 en 10. «En todos mis años dando clase no he conocido a ningún niño de cuarto curso que no sepa hacer esto. Aquí todos los niños sacan un 10, y como les ha salido bien y lo entienden, prestan atención: están despiertos, excitados y entusiasmados. Con lo cual, puedes ir aumentando los retos y llevarlos a niveles superiores a los que ellos mismos creen», explica.

Mighton, de origen canadiense y con una polifacética carrera más allá de las matemáticas —también es guionista, escritor y ha hecho sus pinitos como actor en El Indomable Will Hunting—, comenzó dando clases particulares a un grupo de niños en su casa. La mejoría en los resultados de los chavales sorprendió a sus propios profesores, que llamaron al matemático para que fuese al aula a explicar su forma de enseñar. Mighton asegura que todos los niños tienen capacidad para aprender y entender las matemáticas. «A todos les gusta resolver problemas y hacer conexiones. El problema con las matemáticas no es de los niños, es de la metodología con la que se enseña». agrega.

Su programa se basa, precisamente, en «la inutilidad de esa metodología». «En una clase puede haber diferencias de hasta tres cursos entre unos niños y otros. Y el problema es que damos esto por normal cuando no lo es. Esas verdades absolutas son las que nos hacen ser incapaces como especies de desarrollar nuestras habilidades innatas», sostiene el artífice del Jump Math.

La clave está, asegura Mighton, en ir paso a paso, en no saltarse escalones en el aprendizaje. «Hay que enseñar a dividir conceptos para que los profesores puedan explicarlos bien. El problema es que a veces nos saltamos conceptos y el niño se pierde», señala. Su metodología, adaptada a alumnos desde educación infantil hasta el segundo curso de la ESO, está dividida en pequeñas unidades que los chavales pueden asumir. «Nuestro método se basa en el descubrimiento guiado. En vez de explicarte todas las operaciones, es el niño quien va descubriendo las cosas al solucionar los retos que se le presentan. El profesor, por su parte, debe saber plantear las preguntas bien pautadas porque si te saltas algún paso, no lo consigues», explica.

El éxito del alumno es una línea estratégica para no perder su atención. «Los niños se comparan entre ellos y hacen un juicio de valor: deciden quién es el listo y quién no. Y si no soy listo y no estoy hecho para las mates, mi cerebro deja de funcionar y dejo de intentarlo», argumenta. Por ello, la metodología de Mighton controla que el niño comprenda perfectamente cada paso que da. La evaluación continua y ejercitar la práctica a través de juegos y actividades que escapen del papel el boli para estimularlos también son elementos capitales para que el sistema funcione. Un estudio elaborado por el Centro de Investigación para la Educación Científica y Matemática (CRECIM) de la Universidad Autónoma de Barcelona, concluyó que los alumnos que aplicaron la metodología Jump Math mejoraron hasta dos puntos sus calificaciones y se redujeron los suspensos.

Con todo, el método de Mighton no es el único que pulula por la atmósfera docente como una alternativa al sistema de enseñanza tradicional. Otros como el sistema Kumon o el Algoritmo ABN también han tenido gran aceptación entre familias y maestros. La diferencia entre su método y los demás, sostiene Mighton, es que Jump Math quiere «romper con ese problema de la percepción de la capacidad del alumno». «Muchos programas solo miran las mates y nosotros miramos las mates y la psicología. Hacemos una evaluación constante y continua de cómo va el alumno, no esperamos a un examen un día determinado», asevera.

Fuente de la entrevista: http://elpais.com/elpais/2017/03/02/mamas_papas/1488489539_151680.html?id_externo_rsoc=FB_CM

Fuente de la imagen:

http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2017/03/02/mamas_papas/1488489539_151680_1488489727_noticia_normal_recorte1.jpg

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