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“Sin Filosofìa en las aulas, formamos a autómatas y no a personas autónomas y libres «

Entrevista 10 de noviembre de 2016/Fuente/ insurgencia magisterial or: Karen Estévez. Diario de Avisos

El filósofo Jordi Pigem intenta encontrar la respuesta a una pregunta: ¿Por qué la sociedad con mayor acceso a la información es la que está rompiendo con la base de su subsistencia, la naturaleza? En esa búsqueda ha dado forma a una decena de libros, el último, publicado este año, se ha convertido en un referente dentro del mundo de la filosofía en la actualidad: Inteligencia vital. Una visión postmaterialista de la vida y la conciencia. El hombre y su relación con la ecología son su fuerte, por eso, el autor estuvo presente en dos jornadas sobre sostenibilidad y medio ambiente propuestas el pasado lunes y martes por la Universidad de La Laguna.

-Empezó siendo periodista en una publicación sobre ecología y lo dejó, ¿por qué?
“Al terminar de estudiar filosofía, entré a trabajar en el mundo del periodismo ecológico con la revista Integral, que acabé coordinando, pero, en efecto, lo dejé. Constaté que por más que divulgáramos lo que ocurría, cómo estábamos destruyendo el equilibrio ecológico, no cambiarían las cosas; de hecho, en los últimos 25 años todos los parametros ecológicos han ido a peor. Tenemos más información que nunca y, sin embargo, lo hacemos peor que nunca. Lo dejé porque quería comprender por qué la sociedad con mayor acceso a la información estaba rompiendo la base de su subsistencia: la naturaleza. Entonces volví al mundo de la filosofía”.

-¿Cuál es para usted el principal problema que debe enfrentar el hombre actual?
“El mayor problema es encontrarle sentido a la vida contemporánea, buscarle una razón a nuestra participación en el cosmos, en la realidad. Necesitamos saber que no formamos parte de un mundo mecánico, sino que cada uno es importante. Tenemos que darnos cuenta de que somos cocreadores y participantes de una realidad mucho más prodigiosa de lo que pensábamos”.

-Sus libros suelen girar en torno a la relación del ser humano y la naturaleza. ¿Existe una ruptura en esa relación?
“En el proceso de convertirnos en modernos perdimos por el camino la sensación de participación en la realidad, que sí tenían nuestros antepasados. Esta sociedad nuestra pasa de trabajar en el campo, en contacto con la naturaleza, a formar parte de un mundo donde se viene a consumir y a producir, donde las cosas pierden su sentido. Hemos perdido esa sensación de participación en el cosmos. Formamos parte de una sociedad consumista y materialista donde tenemos más que nunca y, sin embargo, el nivel de satisfacción de la gente está más bajo que nunca”.

-Cada año suenan más alto las amenazas de acabar con la asignatura de Filosofía en los institutos…
“Querer acabar con la asignatura de Filosofía en los institutos es un gran error. A este mismo sistema que nos lleva a ser materialistas y competitivos le interesa que la gente no piense por sí misma, que sea obediente y que solo se dedique a consumir. La filosofía, que es una invitación a pensar por ti mismo y tener criterio propio, es una verdadera amenaza. Retirar la filosofía es una manera de formar autómatas más que formar a personas autónomas”.

-¿Considera que a la clase política actual le hacen falta algunas clases de filosofía?
“Muchísimas clases. Lo que aquí predomina es la mentalidad materialista e individualista en la mayoría de los partidos políticos, por desgracia y en todas partes. A muchos políticos solo les interesa crecer dentro de su partido y tener más poder. Si pones eso por delante de tus ideales, te estás traicionando a ti mismo y  a la sociedad. La clase política y todos necesitamos tener la posibilidad de sentarnos y de pensar. Para eso necesitamos silencio y, en cambio, estamos en un ajetreo constante de comunicaciones y de presiones que hacen muy difícil tener un espacio para pensar”.

-¿Somos la sociedad de la información menos informada?
“Tenemos más información y menos conocimiento. Menos conocimiento y menos sabiduría. Para tener sabiduría no hace falta tener mucha información, solo hace falta tener la mirada limpia, clara. El exceso de información puede saturar e impedir que se vean las cosas con claridad. Hay una gran cantidad de información trivial que flota en los medios y en las redes, eso impide que estemos concentrados en nuestras vidas. Las nuevas tecnologías nos permiten acceder a la información como nunca antes, pero tienen un potencial deshumanizador, lo vemos en las cafeterías, cuando la gente no separa la vista de la pantalla del móvil”.

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Fuente: http://diariodeavisos.elespanol.com/2016/10/sin-filosofia-las-aulas-formamos-automatas-no-personas-autonomas-libres/

Fotografía: eltiempo

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“La clase alta no busca tanto escuelas de excelencia, sino una red de relaciones”

Entrevista

La antropóloga Victoria Gessaghi accedió a la intimidad de las familias tradicionales de la Argentina para indagar sobre los vínculos entre educación y desigualdades.

Las clases altas no buscan necesariamente la excelencia académica en la escuela, sino valores y una red de relaciones. Lo dice la antropóloga Victoria Gessaghi, investigadora del CONICET, que acaba de publicar La educación de la clase alta argentina (Siglo XXI). Gessaghi entrevistó a varones y mujeres de “familias tradicionales” de la clase alta, e indagó sobre sus trayectorias escolares y sobre los sentidos que le atribuyen a la educación.

–¿Cómo se define la pertenencia a la clase alta en Argentina?

–En el país no hay datos estadísticos que permitan establecer el tamaño de la clase alta. En mi investigación, el criterio de selección de los entrevistados fue que ellos se auto reconocieran como parte de esa clase. El 80% tiene más de 40 mil hectáreas en la pampa húmeda; también incluí algunas familias del ámbito industrial.

–La última prueba PISA arrojó que los alumnos argentinos más ricos tienen el mismo nivel educativo que los pobres de Estados Unidos. ¿Las clases altas reciben realmente una educación de calidad?

–Los sentidos de “calidad” son diversos. No se asocian necesariamente al acceso a determinados conocimientos. No es que las escuelas sean malas, pero para ellos la excelencia académica no es lo principal, sino que tienden a poner el foco en los valores, la importancia de que la escuela forme buenas personas, el valor de la familia o el deporte. También se prioriza el ambiente, la posibilidad de construir una red de relaciones: entre los chicos y, en consecuencia, entre los adultos.

–¿Qué relación tienen estos sectores con la educación pública?

–Las familias tradicionales eligen escuelas católicas o laicas bilingües, mayormente privadas. En las generaciones previas había más posibilidades de pasar por la escuela pública. Pero a diferencia de los sectores medios, que empezaron a abandonar el sistema público a fines de los años 60, las clases altas comenzaron a elegir las escuelas confesionales y conformar un circuito alternativo a principios del siglo XX. La universidad pública, en cambio, sí sigue siendo una opción para ellos. Es una oportunidad para “salir de la burbuja” y mezclarse con otros sectores sociales, una cuestión que valoran.

–¿Cómo funciona en las clases altas la idea de “meritocracia”?

–La “meritocracia” aparece como un modo de legitimar la propia posición social. Por ejemplo, el que logró reconvertir la empresa familiar en una empresa competitiva y “moderna”, asocia el mérito a su propia capacidad de adaptarse a los cambios. La herencia, el punto de partida desigual, queda invisibilizado. En la clase alta se estudia “por las dudas”, porque siempre habrá un lugar en la empresa familiar para insertarse. No buscan escuelas de excelencia académica porque a ciertas posiciones no se accede por medio de la educación, sino por la acumulación de capital.

Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/clase-busca-escuelas-excelencia-relaciones_0_1681032039.html

Imagen: images.clarin.com/sociedad/Paro-Agosto-Nro-Alfredo-Martinez_CLAIMA20160828_0235_28.jpg

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Entrevista a investigadora finlandesa: “Las pruebas estandarizadas no consideran si las personas tienen acceso a la justicia”

Finlandia/10 noviembre 2016/Entrevistadas: Eevamaija Vuollo y Ana Paula Herrera/Fuente: Reduca

En entrevista con Educación 2020, ONG que representa a Chile en Reduca, las autoras de la mejor tesis sobre educación realizada en Finlandia este 2016 conversaron sobre las políticas educativas de su país y también de las que promueve el Banco Mundial, «son un discurso paternalista» dicen.

La semana pasada, Eevamaija Vuollo y Ana Paula Herrera, autoras de la mejor tesis sobre educación publicada Finlandia el 2016, realizaron un conversatorio en el Facebook de Educación 2020, ONG que representa a Chile en Reduca. Aquí replicamos lo que las investigadoras hablaron sobre la selección de profes en su país: “menos del 10% de los aplicantes puede ser profesor”, las pruebas estandarizadas: “no consideran si las personas tienen acceso a la justicia” y la segregación: “en Finlandia la meta es que todos los niños se mezclen”.

—¿Podrían contarnos sobre su tesis?
Eevamaija Vuollo: realizamos un análisis del discurso de teorías de desarrollo del Banco Mundial y categorizamos cinco visiones distintas. Elegimos el Banco Mundial porque es el que tiene mayores fondos para educación. Analizamos su discurso: cómo describen educación, para qué la piensan. Y construimos una narrativa de sus documentos.

Ana Paula Herrera: analizamos específicamente la World Bank Education Strategy 2020, una política educativa que dirige el rumbo de los países que toman préstamos del Banco Mundial, que son del sub-sur, y que quedan condicionados a seguir estas pautas en educación. Nos parecía importante aportar a la discusión sobre qué visión tiene el Banco Mundial sobre el tipo de educación que se despliega en cada país.

—¿Por qué creen que su tesis fue la mejor de Finlandia este 2016?
Ana: porque el tema de investigación que la asociación escogió este año para premiar es igualdad y nuestra tesis habla mucho sobre cómo las políticas educativas a veces intentan abatir la pobreza, pero no se enfocan en combatir la desigualdad. Nuestra propuesta es que las comunidades participen activamente en la educación y en proyectos de desarrollo para abatir la desigualdad.

—En Finlandia se estudia en base a proyectos, una estrategia que acá es considerada innovadora. ¿Nos pueden contar de eso?
Ana: en Finlandia se conoce como educación basada en fenómenos. Es parte del nuevo plan de estudios que partió este 2016, pero que se experimentaba antes, bajo la idea del aprendizaje holístico: todo debe estar conectado como está conectado en la vida real.

Eeva: se elige un gran proyecto al año. Por ejemplo, yo enseñaba en un quinto año y por algunos meses trabajamos el fenómeno de la inmigración, porque, como saben, en Europa y Finlandia han llegado muchos solicitantes de asilo. Primero, lo hablamos en literatura y finés, leyendo historias de gente que se desplaza. Luego, en geografía, revisamos los países de dónde vienen estas personas, sus rutas. En música, cantamos canciones de Somalía. Y en arte, pintamos y escribimos cartas para darles la bienvenida a Finlandia. Ese era el final del proyecto: entender qué estaba pasando y por qué la gente se tiene que ir de su país. La vida no está separada en materias. En Finlandia, la idea es conectar la vida cotidiana de los niños de afuera de la escuela, con la escuela.

—Mario Waissbluth pregunta: ¿cómo es el sistema de admisión a pedagogía en Finlandia?
Eeva: Depende del programa. No hay una prueba nacional (como la PSU). En general, haces una prueba diseñada para quienes quieren estudiar pedagogía. Son preguntas en base a artículos que se publican cada año antes del examen. Luego, se seleccionan a los solicitantes con los mejores puntajes. Después se realizan entrevistas grupales o personales. Las universidades evalúan si serás una buena profesora. Cada año, menos del 10% de los aplicantes puede ser profesor.

—Francisco Javier pregunta: “¿existen en Finlandia colegios especializados para chicos más brillantes de secundaria, aquellos que en un curso normal se ven limitados en su desarrollo académico?”.
Eeva: en Finlandia la meta es que todos los niños se mezclen en la misma escuela. Hay una pedagogía de la diversidad, porque todos aprenden de una manera distinta, sólo necesitan apoyo y diferentes pedagogías. Por ley, hay que dar soportes diferenciados a los niños. Entonces siempre habrá ritmos dispares, pero la idea es integrar en la misma clase para que se apoyen y aprendan unos de otros.

Ana: la idea de la integración es que los niños con más dificultades en algunas materias sean apoyados por sus compañeros. Y si un estudiante tiene más facilidad en matemáticas, el profesor puede darle tareas especiales. Pero no se hace división, porque eso desmotiva a quienes tienen más dificultades y necesitan más ayuda.

—Raymundo Elizer pregunta: “Tengo la sensación de que en Chile es más influyente la OCDE que el Banco Mundial en el discurso del desarrollo y la educación. ¿Han percibido la influencia de la OCDE (y su prueba PISA) en la política educativa chilena?”.

Ana: Las políticas educativas se han guiado mucho por la OCDE, sobre todo por la prueba PISA, en la que se ha reconocido a Finlandia. El problema es que PISA mide una mínima parte de lo que es el aprendizaje: matemática y pensamiento analítico, cualidades que la OCDE y el Banco Mundial consideran necesarias para entrar al mercado laboral. En Chile se le ha dado mucha importancia a las pruebas estandarizadas, cuyo enfoque está en los resultados y no considera la salud de las personas, su bienestar, si viven en igualdad, si tienen acceso a la justicia.

Eeva: no se puede medir aprendizaje holístico de esa manera. Las pruebas estandarizadas se centran en los resultados y no en los procesos de aprendizaje.

—Francisco Javier replica: “¿pueden definir igualdad? Es raro, porque los chicos no son todos iguales”.
Ana: sí, todos somos diferentes, pero igualdad no es equidad y es a la equidad a lo que debemos que aspirar. Pese a que no todos somos iguales, merecemos los mismos derechos, que nuestras necesidades básicas estén cubiertas, que tengamos una educación de calidad acorde a nuestras necesidades, acorde a nuestra lengua materna, orientación sexual, fortalezas y debilidades. La diversidad debiera verse como una riqueza, no como obstáculo.

—¿Cómo diferencian igualdad de equidad?
Ana: la equidad es tener las mismas oportunidades para llegar a nuestro máximo potencial. Es que haya estructuras que permiten la justicia para nuestro bienestar. Pienso en algo que dijo Einstein: uno no puede darle una educación idéntica a los estudiantes, porque hay estudiantes con necesidades diversas. Uno no puede pedirle a un pez, a un ave y a un elefante que aprendan a volar, porque a dos de ellos se les va a dificultar.

—Última pregunta, de Jairo Navarrete: “las ‘condiciones’ impuestas por el Banco Mundial, ¿son positivas o negativas? ¿Creen que tengan algún sesgo que beneficie a ciertos grupos?”.
Ana: el problema es que estas condiciones son un discurso paternalista, porque una institución enorme dice que el desarrollo es un proceso lineal al que hay que aspirar. Arriba están los países desarrollados (también hay que criticar ese concepto) y acá abajo los en vías de desarrollo. Se habla muchísimo de que, para que los de abajo alcancen el nivel de los otros, hay que incluir más materias que preparen a los niños, niñas y jóvenes para el mercado laboral. Y ese énfasis en pensamiento lógico matemático y aptitudes técnicas descartan todo lo demás que complementa el aprendizaje de una persona.

Eeva: es una educación utilitarista, que no permite a las comunidades pensar para qué tienen educación, qué es desarrollo. Hay que ser críticos de estos documentos. Que haya condiciones, pero que den libertad a las necesidades locales.

Ana: estas políticas del Banco Mundial son para, en sus palabras, abatir la pobreza, pero se ignora por completo qué generó pobreza en primer lugar y hacia eso hay que apuntar. Que la educación esté enfocada en la justicia y la equidad para las personas.

Fuente:http://www.reduca-al.net/noticias/investigadora-finlandesa-las-pru-1100

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Raúl Bermejo: “Los niños experimentan y manipulan por placer”

09 de noviembre de 2016 / Fuente: http://blog.tiching.com/

¿En qué momento se da cuenta de que debemos producir un cambio en la educación?
En el momento en el que veo que niños tan pequeños lo pasan mal con la lectoescritura, que su desmotivación hacia el aprendizaje iba aumentando y que incluso había casos de frustración y negación a la hora de realizar actividades llamadas tradicionales. No podía permitir que niños de 5 años no tuvieran ganas de aprender porque la letra minúscula les costaba mucho.

Su idea de la educación es bastante innovadora y difiere de lo tradicional, ¿ha encontrado dificultades a la hora de introducir su proyecto en el centro?
Digamos que lo más importante para mí son mis alumnos, y por consecuente las familias tienen que estar al tanto de lo que se trabaja en el aula y hacerles partícipes de la educación de sus hijos lo máximo posible. Vieron que sus hijos iban felices a mis clases y encima tenían motivación por aprender, no sólo las letras y los números, sino por ir mucho más allá. He tenido unos compañeros estupendos que me apoyaban y me apoyan en cada proyecto educativo que llevo a cabo: dentro de un centro, en un libro, o en los artículos que escribo.

¿Cómo acogen las familias su modo de trabajar?
Para una familia lo más importante son sus hijos y su felicidad, y para un maestro ha de ser sus alumnos: su bienestar, hacerles buenas personas, que desprendan felicidad aprendiendo y tengan pasión por asistir a un colegio. A lo largo de estos años siempre he explicado a las familias qué es lo más importante para mí y cómo vamos a lograrlo, y siempre me han apoyado cuando han visto la evolución en sus hijos. ¡Cada vez que iban a clase se tiraban a por mí a darme un abrazo y un beso de buenos días!

Utiliza activamente las redes sociales para compartir su experiencia en el aula, ¿qué hace un maestro en Facebook o Instagram?
La misma pregunta lo dice. Durante estos pocos años que llevo en redes, he compartido una tutoría de principio a fin, cómo han evolucionado unos niños sin presiones y hemos ido creciendo y aprendiendo juntos. La cuenta @thinksforkids la abrí en Instagram hace 2 años y medio para poder exponer mis reflexiones, ayudar a todas las familias en casa, a futuros maestros y maestras en activo, compartiendo actividades que se me ocurren en cualquier momento, o recursos que tengo apuntados y que vi algún día. Creo que tenemos que aprender unos de otros y ser solidarios, somos ejemplos a seguir y eso lo ven los alumnos, para los cuales somos un referente.

Sus publicaciones transmiten alegría, amor por la educación. ¿Eso es algo que se tiene de forma natural o que se puede trabajar?
Pues supongo que tendrá que ver con la personalidad de cada uno y la forma de vivir las cosas. Obviamente la educación es mi pasión, es uno de mis hobbies, y le dedico muchísimas horas al día ya que me gusta leer sobre ello, experimentar, reinventarme, innovar y poder ofrecer lo mejor de mí. Pienso que cualquier maestro o maestra debe tener vocación y dedicarse a esto con toda su pasión, ya que tenemos la suerte de poder trabajar con los que serán la sociedad del futuro y son los que pueden cambiar las cosas.

Plantea que la motivación es el motor de todo, ¿cómo puede recuperarla un docente que la ha perdido?
Lo primero de todo es creer en uno mismo, y no hacer caso a aquellos compañeros que a veces te desaniman y te quitan las energías.
Cuando tienes proyectos en mente, la gente que realmente no son compañeros ni amigos te dirán “¡anda, qué tontería! ¡ Pues eso no es enseñar!” O “con esas cosas los niños no aprenden”… Es importante no hacer caso a nada, confiar en uno mismo y confiar en los alumnos, y acercarse a aquellos de los que puedes aprender.

¿Y cómo podemos aumentar la motivación de nuestros alumnos y alumnas?
Es primordial partir de sus intereses. Si continuamente les tenemos sentados en pupitre haciendo fichas de actividades y poniendo el nombre 7 veces al día en cada ficha de cada materia, obviamente tendremos alumnos desmotivados. Si, por el contrario, les hacemos participar en el aprendizaje y les hacemos protagonistas del mismo, que investiguen, manipulen y tengan que trabajar en equipo… irá mucho mejor. Y, por supuesto, es vital respetar el nivel de desarrollo de cada uno.

Recientemente ha recogido en un libro sus reflexiones y propuestas para desarrollar el pensamiento creativo. ¿En qué momento decide publicarlo y qué quiere transmitir con él?
En el libro THINKS FOR KIDS, desarrolla el pensamiento creativo intento transmitir esa pasión y motivación por aprender de forma creativa, un poco mezclada con el arte y alguna manualidad. Son 14 actividades muy abiertas, frescas, lúdicas y dinámicas. Son una buena base para que de esas 14 nazcan otras 900 adaptándose a cada niño, y hagamos de la lectoescritura algo original y bonito. Además, algunas ayudan al desarrollo del lenguaje oral y a hablar en público, como es el caso de la actividad llamada Palonetas, que me encanta.
Son soportes muy amplios en los que los niños, desarrollando la motricidad fina, imaginación, destrezas, habilidades sociales, educación en valores… aprendan esos contenidos que a veces les cuestan tanto.

¿Son el arte y la creatividad la base de la educación?
No, son un elemento más junto con la expresión corporal, las emociones y educación en valores. Todo en su conjunto sería una buena base educativa, los contenidos vienen después. Pero me gusta la pregunta porque separa arte y creatividad. Se puede ser creativo en resolver problemas de matemáticas, como preparar una coreografía, hacer pan o pintar un cuadro.

Critica que la Educación Infantil se está pareciendo cada vez más a la Primaria… ¿quizá la Educación Primaria se debería comenzar a parecer un poco a la Infantil?
Hay una frase pública mía que llegaron a leer más de dos millones de personas por Facebook y miles por Instagram: “Hagamos de Primaria una continuación de Infantil, y no de Infantil una Pre-primaria”.

Nos llamó también la atención su reflexión “Los niños crean e inventan por el placer de hacerlo, no por ver el resultado final”… ¿nos queda mucho por aprender de los más pequeños?
Los niños experimentan y manipulan por placer, y cuando se cansan y se aburren cambian de actividad, les da igual el resultado. Ellos buscan su satisfacción, el problema es cuando entra el adulto por medio siempre a decirle “¡qué bonito!” y quiere complacer al adulto dejando de disfrutar de la actividad.

¿Y por dónde empezamos a cambiar la educación para que así sea?
Creo que habría que empezar por que no hubiera recortes en educación, ya que es una base que sustenta un país, y los niños de hoy serán los ingenieros, políticos, panaderos, maestros y maestras del mañana. Esto entre otras muchas cosas, claro.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/raul-bermejo/

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Entrevista: Fernando cornejo leon, profesor ecuatoriano, no podemos permitir que vuelven las privatizaciones.

 América del Sur/Ecuador/08.11.2016/Autor: Alejandra Gando /Fuente: http://www.nodal.am/

Fernando Cornejo León, ecuatoriano, médico psiquiatra, neuropsicofarmacólogo y adolescentólogo, docente universitario en Ecuador y Argentina, gestor de políticas públicas. Viene desempeñando cargos en la rectoría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología en el Ecuador y además participa como tomador de decisiones en los directorios agencias de regulación y control de la salud pública del Ecuador.

En esta ocasión le entrevistamos para conocer su opinión en lo referente a los sistemas de salud pública en América Latina, los procesos políticos en la región y cómo estos impactan en los sistemas de provisión de salud e investigación.

Tenemos países en la región que han decidido por la vía democrática o por extraños mecanismos parlamentarios, un viraje hacia la derecha ¿cree usted que existirá una afectación a la provisión de salud en esos países?

Lo más complejo es una potencial pérdida de los derechos ganados, tales como son la gratuidad de los servicios de salud, el no pago en punto de atención o el acceso a medicamentos y tratamientos.

Está claro que las políticas de los gobiernos de Macri en Argentina o de Temer en Brasil pueden llevar a esos países hacia un retorno a la privatización de algunos servicios de salud que tendría como consecuencia una disminución del acceso a los mismos. Dentro de poco empezaremos a notar que muchos de los indicadores que mostraron avances en está década como la reducción de la mortalidad materna, de morbi-mortalidad  infantil o reducción de la prevalencia de enfermedades contagiosas,  presentarán retrocesos que los ubicarán en niveles similares a los de los años 90.

En Argentina es evidente como un sistema de salud fragmentado, deja en condiciones críticas a los hospitales públicos y ellos a su vez sufren recortes de fondos por parte del gobierno nacional o de los gobiernos locales de corte neoliberal. La dictadura brasileña por su parte, en la decisión de recortar el gasto público no ha tenido empacho en tocar fondos destinados a talento humano y equipamiento, ya veremos imágenes en donde los ciudadanos de escasos recursos no tendrán acceso a las atenciones más básicas.

En Ecuador estamos a punto de entrar en un proceso electoral, ¿qué hacer para que aquí no pase lo mismo? 

La sociedad debe estar consciente de que en está década se ha ganado en derechos mucho más que en varias anteriores, y que los resultados obtenidos por los gobiernos progresistas de la región, son el corolario de lucha por parte de varias generaciones. No podemos quedarnos estancados en la visceralidad de un momento político aupada por los medios hegemónicos, debemos reconocer el camino que ha sido recorrido no sin dificultad, y esa es una responsabilidad de la sociedad y de los actores políticos.

Ya en 1990 el pueblo ecuatoriano en Consulta Popular dijo que no a la privatización del Seguro Social y los servicios públicos de salud, sería lamentable que de un solo plumazo se borren todos estos derechos como lo están planteando los representantes que buscan la restauración de sus privilegios.

Hoy es el momento de profundizar el trabajo con los principales beneficiarios de la gratuidad en la salud, por ejemplo, que deben estar dispuestos a defender estos derechos consagrados en la Constitución.

Hablando de eso, ¿qué hemos ganado? 

El sistema de salud en el Ecuador ha tenido cambios radicales, empezando por la infraestructura pública, abandonada a su suerte durante la década de los 90, hoy podemos decir con orgullo que nuestros hospitales públicos, en algunos casos poseen mejor equipamiento que muchos del sector privado y están abiertos para toda la población.

Adicionalmente, hemos tenido cambios importantes en talento humano se ha  duplicado el personal de salud llegando ahora a 20.3 por cada 10 mil habitantes, lo que nos ubica en los estándares de los países con ingresos medios y altos mostrando como evidente el hecho de que se ha puesto un énfasis en la formación de personal para que se aproveche al máximo la nueva infraestructura.

En general en la región, y en Ecuador en particular, persiste una fragmentación del Sistema de Salud, lo cual impide temas básicos como el cruce de cuentas entre prestadores, lleva a duplicación de tareas y potencia ciertas ineficiencias en el sistema. Si bien hemos recuperado la rectoría y dejado de lado la nefasta autorregulación, hay mucho por hacer en ese aspecto.

¿Qué falta por hacer en Ecuador? ¿Hacia dónde deberíamos ir? 

Debemos reafirmar la rectoría del Estado con una Ley Orgánica de Salud que tenga vigencia en el tiempo, tenemos que construir un plan decenal de salud que nos oriente la política pública para los próximos años.

Hay que trabajar en una  política de medicamentos que busque el acceso universal a través de un perfeccionamiento de la compra pública pero que a la vez promueva el uso racional. El mercado público y privado de medicamentos en Ecuador, Colombia o Perú por ejemplo, excede con creces mercados de tamaños similares en países desarrollados por la irracionalidad en la prescripción.  En ese mismo sentido es imperante aprovechar de mejor manera el marco normativo ya existente como las licencias obligatorias.

Adicionalmente, se deben potenciar las alianzas público privadas para la producción de medicamentos con enfoque regional.

Desde el lado del talento humano, urge afinar la planificación de la política de formación del mismo, con enfoque a cumplir los derechos de la población e involucrar a la academia como corresponsable de la ejecución de la misma.

¿Cuál considera que debería ser el rol de organismos de integración regional? 

Hay institucionalidad muy importante y potente, en UNASUR por ejemplo, el Instituto Sudamericano de Gobierno en Salud (ISAGS) con sede en Río y cuya presidenta es la ex Ministra de Salud del Ecuador, este tipo de instancias nos pueden ayudar a conjugar políticas disgregadas y a generar estándares regionales en temas de atención y calidad por ejemplo.Otro tema en el que existe experiencia es la compra conjunta de medicamentos, pero debemos ir más allá, una vez identificadas las capacidades nacionales de producción de medicamentos,  públicas y privadas, debemos ir a un gran acuerdo de producción a escala regional y usar el poder de la compra pública para potenciar la industria farmacéutica local como fuente de desarrollo endógeno y abaratando la provisión de medicamentos.Lo que pretende el bloque conservador, es prescindir de este tipo de organismos, porque la falta de coordinación nos vuelve más débiles y proclives a ceder ante los intereses de las multinacionales.

En un escenario con recursos limitados, ¿dónde considera usted que el Estado de priorizar su inversión? ¿En talento humano, en infraestructura, en investigación? 

La infraestructura existe y ha habido una importante inversión en la misma, creo que es fundamental en este momento cimentar los procesos de talento humano en salud sobre todo médicos especialistas, fortalecer el sistema de becas a fortalecer a partir de una adecuada planificación de la formación del talento humano.

Se debe invertir en prevención como herramienta de ahorro de recursos, pero también de mejoría de la calidad de vida, dejamos de atender enfermos y empoderamos a los ciudadanos como actores del proceso de salud durante el ciclo de vida.

Y en referente a investigación?

Hemos tenido una época dorada en lo que se refiere a Educación Superior, Ciencia y Tecnología, programas de becas, repatriación de cerebros y producción científica. Debemos avanzar hacia programas regionales de investigación aprovechando las fortalezas de cada país con el objetivo de lograr que el conocimiento y sus beneficios se queden en la región.  

Un mensaje final a nuestros lectores de la región?

Es fundamental que en los países de la región, sobre todo en los que están sufriendo embates de la restauración conservadora,  se empiece a reestructurar los proyectos políticos de raigambre nacional, popular y democráticos.

No podemos permitir que vuelvan las privatizaciones, que se conculquen los derechos fundamentales como es el caso de Milagros Salas en Argentina o las detenciones a quienes protestan contra Temer y su gobierno de facto,  es el pueblo quien debe defender los derechos ganados y despertar a la dirigencia.

Y quienes estamos en procesos electorales en marcha como es el caso de Ecuador, tenemos que trabajar puerta a puerta, para recordar lo que está en juego, dos modelos de país, uno incluyente y garantista de derechos y otro excluyente en el que volverá a primar el derecho de las élites que tradicionalmente ostentaron el poder político y económico.

Nada es casual y es en los tiempos más duros en los que surge la necesidad de una sociedad organizada para defender los derechos ganados.

Fuente:

http://www.nodal.am/2016/10/fernando-cornejo-leon-gestor-de-politicas-publicas-y-profesor-ecuatoriano-no-podemos-permitir-que-vuelvan-las-privatizaciones/

Imagen:

http://www.nodal.am/wp-content/uploads/2016/10/foto-fcl-600×508-600×350.jpg

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Entrevista: Innovación tecnológica para integrar.

América del Sur/Argentina/08.11.2016/Autor: Mónica Beltrán/Fuente:http://nuevacatedra.com.ar/
La tecnología avanza día a día y cada vez son más los desafíos que se crean en el campo de la investigación e innovación tecnológica. En este sentido, el concepto de Internet de las cosas se va generalizando entre investigadores y aficionados a la tecnología. Por este motivo el XI Congreso Internacional de Innovación Tecnológica Informática, organizado por la Universidad Abierta Interamericana (UAI) días atrás se propuso abordar integralmente el tema.

Nueva Cátedra entrevistó al presidente del Congreso Internacional de Innovación Tecnológica Informática y decano de la Facultad de Tecnología Informática, Marcelo De Vicenzi, quien se refirió a la actividad, pero también de las políticas de estado en la materia. “No nos quedamos con la innovación tecnológica sino también la transferencia a la sociedad”, afirmó De Vicenzi.

El congreso ya tuvo varias ediciones anteriores, ¿por qué decidieron empezar a realizar y con qué objetivo?

– Quisimos hacer es lo que a nosotros nos hubiera gustado pasar. En el año 2003 empezamos con el sitio y pensamos que no nos podíamos quedar en el aula y que había que trascenderlo a lo sociedad. Armamos un congreso que es un observatorio de los avances de la tecnología y un momento de reflexión sobre la innovación. Este es un espacio donde todo es posible, donde la innovación es protagonista y donde no vivimos para la tecnología sino que la tecnología empieza a vivir con nosotros. Esto es la mezcla entre la realidad y lo virtual…

– Y por eso la creación del Centro de Altos Estudios en Tecnología Informática.

– La universidad tiene 5 centros de investigación y uno de ellos es el de Tecnología Informática. Dedicamos una importante parte del presupuesto a  investigación, publicación y articulación con universidades. Trabajamos con otras universidades en pro de mejorar la calidad tecnológica. Tenemos tres laboratorios muy grandes y definidos. Tenemos Robótica Física, desarrolló impresoras 3d, una vincha que interpreta las ondas cerebrales, un software que interpreta los gestos y te permite interactuar con robots. El segundo es de Robótica Educativa y tiene como proyecto la visión del espacio. El último es el de Aprendizaje y analiza los sentimientos.

– También producen videojuegos…

– Todo videojuego sirve para divertirse, pero también tiene un fin terapéutico. Trabajamos con chicos que sufren de autismo y desarrollamos varios productos que los ayudaron a integrarse socialmente. Si bien depende del grado de autismo, los chicos generalmente reconocen una sola figura: al padre por la patente, por ejemplo, o por algo que lo representa. Hemos desarrollado un juguete para poder integrarlos a la sociedad. No nos quedamos con la innovación tecnológica sino también la transferencia a la sociedad. Ahí es donde juega un papel importante el centro de investigación.

– ¿Todos estos contenidos de innovación se combinan con otros más tradicionales?

– Todos los estudiantes que salen de ingeniería salen con conocimientos de hardware, de desarrollo de software, de telecomunicaciones y de management. Lo más importante es la ingeniería del software, cómo construirlo. Además tienen materias optativas donde el alumno puede reforzar su formación a la parte de análisis, de programación, de robótica o de main Friends. Más allá de eso complementan la información con actividades de extensión, transferencia e investigación que nosotros generamos. Tenemos más de 80 personas trabajando en el CAETI que no investigan pero forman parte del equipo.

– La primera parte del congreso estuvo dirigido hacia lo política, ¿cómo está Argentina en cuanto a desarrollo de este tipo de actividades?

– En la región estamos muy bien. Exportamos  tecnología por el equivalente al 4 o 4,5% del PBI. Vendemos tecnología nuclear a Australia, a Nueva Zelanda. En lo que es informática exportamos robótica, softwares y videojuegos. Somos una sociedad muy creativa y las escuelas de ingeniería e informática de nuestro país son muy buenas. Tenemos una muy buena formación básica tanto en matemáticas, como en física y somos creativos por excelencia. El viceministro Ceccato abrió el bloque de política y habló cómo estamos en el mundo: en algunos puntos mejor que Brasil, en otros entre Brasil y Chile, pero siempre estamos en la pole position. 

En lo que va de estos doce años, tenemos un Ministerio de Ciencia y Técnica. Empezamos a tener investigadores que se quedan y se triplicaron o cuadruplicaron la cantidad de publicaciones. De tener dos incubadoras importantes en tecnología, pasamos a tener un montón. Hubo progresos pero necesitamos más.

-¿Los empresarios tienen un acceso fácil a los conocimientos que genera la universidad? ¿Cómo se da ese vínculo?

– En las empresas grandes, lo que tiene que suceder es que para que aparezca un nuevo producto se tiene que amortizar el anterior. Uno se pregunta por qué una empresa tan grande todavía está vendiendo tecnología arcaica. Muchas veces, la política de la empresa privilegia la parte comercial sobre la innovación que es lo que hoy realmente necesitamos. Cuidan más el bolsillo que la producción.

– Eso pasa en las grandes empresas

– Los empresarios, en general no están muy comprometidos con lo que es la investigación porque da resultados a mediano y largo plazo. No todos están acostumbrados a tener esa paciencia. Poco a poco hay un gran acercamiento a las universidades. Este año hemos sumado 50 o 60 convenios a los 300 que ya teníamos con empresas del mercado local. Se empezaron a definir más claro los roles: la empresa produce y desarrolla; la universidad es el laboratorio social, quien genera ese conocimiento. El triángulo virtuoso empresa-universidad-estado es el que tiene que funcionar. Que cada cual tenga sus roles. Hoy en el Siglo XXI, el éxito se da sobre la base de tener equipos que trabajen sobre inteligencia colectiva. No quiero decir que tengamos que pensar igual, sino que tenemos un objetivo común y que cada cual sepa su fortaleza para poder lograrlo. Las PyMEs hoy no tienen esa identidad, siguen siendo individualistas, porque si hace 20 que les va bien, por qué voy a romper el esquema. Esas son las empresas que lamentablemente hoy venden y mañana tienen que cerrar sus puertas porque no se adaptaron a las tecnologías.

 Fuente: http://nuevacatedra.com.ar/de-vicenzi-innovacion-tecnologica-para-integrar/
Imagen:http://nuevacatedra.com.ar/wp-content/uploads/2015/10/maxresdefault-659×386.jpg
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Muchos científicos, poca ciencia.

Por:  Gabriel Levinas.

Pablo Kreimer, docente, sociólogo y doctor en Ciencia, Tecnología y Sociedad, visitó InfobaeTV para hablar de las condiciones en que los científicos argentinos realizan sus investigaciones.

Del mismo modo que se invirtió más dinero en educación, comparado con el producto bruto de otros años, y fue tan ineficaz, me imagino que eso tiene que haber tenido un correlato en la ciencia. ¿Puede decirse que ese esfuerzo se vio reflejado en la producción científica?

Yo diría que el balance es agridulce. Por un lado uno no puede más que ponerse contento cuando la ciencia ocupa un lugar más o menos relevante en el discurso público y si eso viene acompañado con mejores recursos, eso en principio es algo bueno. Después hay que abrir el paquete y ver en qué se gastó toda esa plata. Efectivamente el aumento fue significativo, desde el 2003 al 2013 se gastaba un 0,3% del PBI y se gasta actualmente un 0,6 por ciento. También en el 2007 se creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología, lo cual sube el rango institucional de las políticas científicas. Todo eso es muy positivo. Pero después uno está obligado a observar los resultados y los resultados son un poco decepcionantes. Es muy difícil evaluar el desempeño de un sistema de Ciencia y Tecnología, hay que tomar muchos indicadores pero internacionalmente se usa la producción de artículos científicos como uno de los indicadores. Para el último período Brasil produjo, cada 100 investigadores, 26 artículos científicos, chile produjo 54, Colombia 27, México 30 y Argentina 18. Uno tiene que preguntarse por qué. Las respuestas son varias, lo primero es que las condiciones no son buenas, a pesar de todo este aumento de recursos. El promedio de subsidios estuvo entre 10 y 15 mil dólares por año que iba sólo para la élite científica.

¿Qué es lo que tiene que solventar el investigador?

Tiene que ir a un congreso internacional porque tiene que enterarse de lo que pasa en el mundo, presentar sus trabajos para que los otros los discutan, tiene que comprar equipamiento , tiene que comprar materiales consumibles, todo eso cuesta muchísimo dinero, con u$15.000 no se compra nada.

Otro dato es que los salarios siguen siendo muy bajos. Un investigador de la más alta categoría en la Argentina llega a u$2.500 cuando a nivel internacional es por lo menos el doble.

Y el último elemento es que no hay una política en la formación de los jóvenes investigadores. Ahí tenemos una crisis importante en las universidades porque el grueso de las universidades no están financiados como las elites del CONICET o como algunos grupos, la mayor parte de los grupos universitarios tienen 10 o 15 mil pesos por año para trabajar en investigación.

Yo vi una discusión que tuvo con quién fue la presidente del Conicet y lo que me llamó la atención es que, más allá de las diferencias que puede haber en cómo uno entiende la ciencia, había discusiones mucho más elementales y absurdas, tales como cuánta plata ganaba alguien y uno decía que el dólar lo tomaba a tanto, etc… ¿Cómo se puede restablecer un lenguaje común entre filósofos, psicólogos y demás, que pareciera ser que en la misma realidad ven cosas tan distintas?

Dicho así parece un poco exagerado pero hay un núcleo que es cierto. Nosotros podemos discutir la interpretación de los datos pero tendríamos que ponernos de acuerdo que esos datos representan a la realidad. Cuando yo decía los datos de los científicos, tengo la impresión de que la cantidad durante el gobierno anterior aumentó, hoy las estadísticas hablan de 75.000 investigadores. Yo tengo la impresión de que no está bien medido, de que no hay esa cantidad en la Argentina. Si aceptamos esa cifra, tenemos que decir que son muy poco productivos, ahora, si decimos.. no, son más productivos no producen sólo 18 artículos por año cada 100 investigadores, en realidad están produciendo 25, 30, entonces tengo que aceptar que tenemos menos investigadores y ahí estamos de nuevo en lo mismo, tenemos que construir datos en los que estemos de acuerdo. No podemos seguir discutiendo sobre la construcción del a información, tenemos que discutir sobre la interpretación y ahí podemos disentir.

La calidad de la formación en las universidades ha bajado muchísimo. Usted decíaa antes que USD 15.000 para un grupo de investigación era muy poco. Entonces si en lugar de tener 15 para 200 grupos, tuviéramos 50 grupos con USD 40.000, la ciencia podría ser más productiva.

Dos respuestas. Sobre las universidades, a mí hay un tema que me preocupa mucho que es una particularidad de las universidades públicas argentinas (y algunas privadas son todavía peores) que es la persistencia de la dedicación simple o parcial. Estas dedicaciones simples o parciales no hacen que un profesor viva de la profesión de investigador, por lo tanto no está full time en la universidad, no puede tener tiempo para discutir con los estudiantes. Ese es un aspecto, el otro aspecto es la falta de planificación ¿cuál es el modelo de formación universitaria de largo plazo que tiene la Argentina? ¿qué tipo de carreras de priorizan? ¿qué hacer con los chicos que vienen del secundario con una formación que no les permite hacer una carrera universitaria? Ahí es donde se forman los nuevos investigadores que es una cuestión muy problemática.

La segunda respuesta tiene que ser doble. Tiene que haber lo que se llama un funcionamiento básico para que todos los grupos de investigación puedan funcionar, con $10.000 por año que tienen grupos universitarios, pagan el café y hasta por ahí nomás.

En la ciencia como en toda otra actividad social, hay clases altas, medias y bajas, pero todos tienen derecho a existir, entonces pueden llegar a desarrollar distintos tipos de conocimientos. Ahora uno después puede decir “tengo unos temas que son altamente prioritarios para la sociedad” y a esos financiarlos más.

¿Esto que usted mencioná ahora no se veía antes? Porque cuando uno escucha a ciertos científicos parece como si hasta diciembre hubieran estado en el apogeo científico… ¿qué pasó con ellos?

No lo sé, lo que podría decirte yo es que ni antes estábamos en el mejor de los mundos ni ahora estamos en el peor, y viceversa. Yo creo que hay problemas, hay factores importantes a tener en cuenta, hay buenos investigadores en la Argentina, hay buenos laboratorios, vale la pena seguir apoyando. Hay cosas que se hicieron mal, hay que revisarlas y repensar básicamente la política y pensar en un horizonte de mediano a largo plazo articulado a otras cuestiones.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/muchos-cientificos-poca-ciencia/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/infobae.jpg

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