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Entrevista: “ El liderazgo pedagógico del director es fundamental para incidir en la actividad del profesorado, que es el primer factor de mejora educativa de los alumnos ”

Entrevista a Alberto del Pozo, ex director general de profesorado y personal de centros del Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya

¿Qué cambios son necesarios en la gestión de las organizaciones educativas para afrontar los retos de la educación actual?

La organización de los centros educativos actuales es muy compleja y, por ello, requiere de sus responsables unas competencias en dirección y liderazgo que les permitan alcanzar los objetivos previstos en el proyecto educativo del centro.

El principal reto de la educación de hoy día es mejorar los resultados escolares de los alumnos, objetivo que está directamente relacionado con la mejora de la actuación del profesorado en el aula. Para alcanzar esta renovación de la calidad educativa en los centros, actualmente hay acuerdo en reconocer que el liderazgo pedagógico del director es fundamental para incidir en la actividad del profesorado, que es el primer factor de mejora educativa de los alumnos.

Para conseguir un equipo docente comprometido con el proyecto del centro, que es otro elemento clave del éxito escolar, es necesaria la capacidad de la dirección para intervenir en la selección del profesorado que se incorpora al claustro y en el nombramiento de los substitutos. Sólo un equipo de profesorado implicado en la aplicación del proyecto educativo y en alcanzar sus objetivos, consensuados por los diferentes sectores de la comunidad escolar, será capaz de provocar el cambio a la mejora de todos los alumnos.

Para Marina Tomàs, coordinadora del grupo «La gestión del cambio en las instituciones de formación» de la Universitat Autònoma de Barcelona, El tipo de liderazgo en la gestión de los centros educativos que innoven es muy importante. Y naturalmente el modelo de dirección en el cuál se ejerce este liderazgo es determinante.

¿Existe un modelo de liderazgo ideal para dirigir un centro educativo?

Se ha escrito mucha literatura estos últimos años sobre los tipos de liderazgo en las diferentes organizaciones, y en especial, en los centros educativos. Lo importante es que haya un liderazgo aceptado, ejercido por la dirección del centro, su equipo directivo y otros profesionales del centro, que lo han de compartir entre todos ellos. Pero por muy compartido o distribuido que sea el liderazgo, lo esencial es que haya un líder que influya en sus compañeros y marque con claridad los objetivos a alcanzar (es evidente que no habría liderazgo, sea del tipo que sea, sin un líder que genere confianza y que, además de influir en los otros, se deje influir por los que lidera).

Pero además de un líder pedagógico de toda la comunidad escolar, el centro necesita una dirección comprometida con el proyecto educativo y con su proyecto de dirección, que es el instrumento principal para la aplicación del proyecto educativo. La dirección ha de ser el motor de la autonomía del centro, en los tres ámbitos principales: pedagógico, organizativo y de gestión de recursos (económicos y de personal). Para ejercer sus responsabilidades con eficacia, el director necesita un margen amplio para adoptar sus decisiones: no es posible que haya una autonomía de centro sin una dirección que la lidere, ni tampoco cabe un modelo de dirección sin una autonomía suficiente del propio centro educativo.

Actualmente, ¿qué margen para la innovación tienen los gestores de centros educativos?

El exceso de detalle de los currículos de todas las enseñanzas, tanto a nivel estatal como autonómico, dificulta enormemente a los centros llevar a la práctica cambios profundos en la organización y en la gestión de todas sus actividades educativas. Hay una contradicción manifiesta entre la declaración de la autonomía pedagógica de los centros, que les ha de permitir el desarrollo de proyectos de innovación pedagógica y curricular (art. 84 LEC) y el centralismo curricular, cada vez más exacerbado por todas las Administraciones educativas, que aprueban una normativa y unas instrucciones para la organización de cada curso escolar que impiden el ejercicio real de cualquier innovación pedagógica y organizativa.

A pesar de ello, desde hace años algunos centros públicos y privados de Cataluña han iniciado una organización radicalmente diferente del currículo, que se basa en una flexibilización elevada de los contenidos, horarios y unidades de aprendizaje, en el que desaparece la organización clásica en materias y áreas, substituidas por proyectos que desarrollan los alumnos de forma individual y en equipo. El cambio en profundidad es posible, pero exige un compromiso permanente con el proyecto y un gran esfuerzo por parte de los diferentes estamentos de la comunidad escolar, no sólo de la dirección. Una innovación de este tipo exige la participación de todos los implicados durante un largo período de tiempo.

Otro factor fundamental que limita la capacidad de innovación de los centros públicos es la rigidez excesiva de la organización funcionarial en cuerpos y especialidades docentes, que no permite introducir en su organización determinadas innovaciones, que pueden chocar con los derechos laborales adquiridos por los funcionarios docentes.

¿Cree que los profesionales de la educación que gestionan los centros educativos necesitan formación específica en este ámbito?

No sólo necesitan formación en gestión, organización y dirección, sino sobre todo han de disponer de competencias profesionales directivas y de liderazgo, como he dicho antes. Para alcanzar un nivel mínimo de profesionalidad, cualquier experto requiere, al menos, unas 10.000 horas de vuelo (entre la formación, el estudio y el ejercicio práctico de su profesión).

Los responsables de la dirección y gestión de los centros han de alcanzar un perfil adecuado de competencias para su ejercicio profesional, que acrediten su idoneidad para la función. Entre otras, los directivos han de ser formados en las siguientes competencias:

a) Gestión y dirección de equipos humanos, en el contexto educativo, como líderes pedagógicos;
b) Planificación, control y calidad en los ámbitos curricular y de gestión de los centros;
c) Gestión de recursos económicos y de procedimientos de contratación;
d) Habilidades directivas y de conducción de grupos humanos.

¿Nos encaminamos hacia una profesionalización de la dirección de centros educativos?

Hace tiempo que la dirección de centros educativos camina hacia su profesionalización, necesaria para el buen desarrollo de sus responsabilidades. Ya en el año 2009, la Ley de educación de Catalunya (LEC) reguló la figura del «directivo profesional docente», la gestión del cual está «sujeta a evaluación, de acuerdo con los principios de eficacia, eficiencia y responsabilidad y de control de resultados en función de los objetivos fijados y recursos asignados» (art. 116.2 LEC).

En desarrollo de la LEC, el capítulo 6 del Decreto 155/2010, de 2 de noviembre, regula la adquisición y el ejercicio de la condición del personal directivo profesional docente, que tiene «la finalidad de garantizar la formación, capacidad, habilidades y, en su caso, experiencia de los candidatos para el ejercicio de la dirección profesional de centros educativos públicos, atendiendo a criterios de idoneidad para la función directiva y mediante procedimientos que garantizan la publicidad y la concurrencia» (art. 34).

¿Qué características debe tener un equipo de gestión para favorecer la excelencia en el centro educativo?

Un equipo eficiente de gestión ha de tener claros los objetivos a conseguir por el centro, además de estar convencidos de la bondad de sus proyectos educativo y de dirección, que son de hecho los instrumentos que permiten cohesionar la actuación de todo el equipo docente, primer responsable de la mejora de los resultados académicos de los alumnos.

Para ello, los responsables de la gestión han de tener un margen suficientemente amplio de autonomía, en el doble sentido del término: autonomía entendida como margen de libertad para tomar decisiones que afectan al centro educativo (alumnos, profesores y padres), y también autonomía como capacidad del centro para aprobar los criterios de su propia organización y las reglas propias que le permiten tener una identidad específica, el carácter propio que le diferencia de otros centros.

De hecho, el modelo organizativo de excelencia educativa diseñado en la LEC se basa en tres fundamentos, todos ellos trabados entre sí:

  • la autonomía, como instrumento que permite tomar decisiones en los ámbitos pedagógico, organizativo y de gestión, que permiten alcanzar los objetivos del proyecto educativo;
  • una dirección reforzada que lidera la comunidad escolar, en el marco de los acuerdos adoptados en aplicación del proyecto, y, finalmente,
  • una rendición de cuentas de los resultados obtenidos ante el consejo escolar del centro y la propia Administración educativa.

¿Es necesario dotar de más autonomía a los directores de centro educativo? ¿Qué ventajas y desventajas supone este aumento del poder de decisión para los centros?

Según los datos de un informe reciente de la OCDE, en los países de la OCDE y de la Unión Europea los centros toman el 41% y el 46% de las decisiones, respectivamente, mientras que en España este porcentaje apenas llega al 25%. En materia de gestión del personal, la diferencia aún es mucho más importante: en el conjunto de los países de la OCDE los centros educativos toman el 31% de las decisiones sobre la gestión de su personal, mientras que en España los centros educativos sólo asumen el 4% del control de la gestión de los recursos humanos (OCDE, 2012).

En España han tenido que pasar 35 años desde que la ley consideró al director del centro público como jefe de personal (esto tuvo lugar en la primera ley orgánica de desarrollo del artículo 27 CE, la LOECE, sobre el Estatuto de los Centros Escolares, del 1980, muy poco tiempo después de la promulgación de la Constitución), para que las Administraciones educativas se estén planteando actualmente la atribución al director de responsabilidades reales en materia de gestión de personal.

Tal como está sucediendo en Cataluña estos últimos años, al desarrollar la Ley de educación, se reconoce a los directores de centros públicos responsabilidades para decidir e intervenir en el nombramiento de funcionarios de carrera  e interinos que se incorporan al centro, por su adecuación al proyecto educativo, a proponer perfiles específicos de aquellos puestos de trabajo que requiere la aplicación del proyecto, a intervenir en el control y evaluación del profesorado a través de la observación directa de la práctica docente en el aula y con la adopción, en su caso, de medidas disciplinarias.

Sin un aumento del poder de decisión para los centros será imposible que se produzca el cambio profundo que requiere actualmente el sistema educativo.

¿Qué importancia tiene la evaluación en las tareas del director de centro?

La evaluación es un elemento central en las tareas del director de centro, ya que ésta es el principal instrumento de que dispone para alcanzar la mejora de los resultados. La evaluación es la gran oportunidad de mejora, pero siempre es el inicio, no el final del proceso.

Entre las funciones de la dirección del centro público en Cataluña, destacan la de impulsar, de acuerdo con los indicadores de progreso, la evaluación del proyecto educativo y del funcionamiento general del centro, así como la evaluación del proyecto de dirección, y también la de participar en la evaluación del desempeño del profesorado y de otro personal adscrito al centro. Para el ejercicio de estas competencias evaluadoras, el director tiene la atribución de observar la práctica docente en el aula y la actuación de los órganos colectivos de coordinación docente (art. 6 f/ y g/ del Decreto 155/2010).

¿Cómo afecta la LOMCE a la gestión de los centros educativos públicos?

La LOMCE ha sido muy poco afortunada al crear, por ley, los «proyectos educativos de calidad» (como si el resto de proyectos no puedan ser también de calidad) y ha restringido a este tipo de proyectos la posibilidad de atribuir a los directores competencias en gestión de personal docente, muy tímidas: por ejemplo, las intervenciones de los directores en relación a los nombramientos del profesorado, quedan limitadas a las propuestas de continuidad del profesorado que ya estaba destinado en el centro y que ha intervenido en la aplicación del plan estratégico de calidad. Pero los directores no pueden proponer la incorporación de nuevo profesorado, aunque sea el más idóneo para la aplicación del proyecto.

La suerte es que ésta es una de las pocas novedades legales de la LOMCE que no tiene carácter básico, y por lo tanto, no es de obligado cumplimiento en todas las Comunidades Autónomas, que pueden diseñar otros modelos para el ejercicio de la autonomía de los centros.

Pero la LOMCE es contradictoria en materia de gestión de los centros educativos públicos: en el preámbulo anuncia «el aumento de la autonomía de los centros y el refuerzo de la capacidad de gestión de la dirección de los centros (…) recomendación reiterada de la OCDE para mejorar los resultados de los mismos», pero cuando buscamos estas medidas en el articulado, sólo encontramos la transformación radical de la naturaleza del consejo escolar del centro que pasa de ser un órgano colegiado de gobierno, fundamental para el ejercicio de la autonomía del centro, a un órgano colegiado de participación de la comunidad escolar, sin ninguna competencia de decisión sobre la organización del centro. En lugar de aumentar la autonomía del centro educativo, lo que se consigue con esta medida es cercenar las competencias del órgano de control interno del centro.

Puedes consultar el blog de Alberto del Pozo aquí: http://albertodelpozo.blogspot.com.es/

Fuente: http://www.educaweb.com/noticia/2015/06/09/entrevista-alberto-pozo-monografico-gestion-centros-8892/
Foto: data:image/jpeg;base64,/9j/4AAQSkZJRgABAQAAAQABAAD
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Entrevista a Julia Navarro: “Tener muchos lectores es tener muchos jueces”

28 Agosto 2016/Fuente: La Vanguardia/Autor: IGNACIO OROVIO

Julia Navarro es una de las plumas de oro de la literatura española. Después de una carrera como cronista parlamentaria y con varios libros de análisis político se subió por la rama de la narrativa con enorme éxito. Ahora publica Historia de un canalla (Plaza Janés), su sexta novela, la historia de un amargado ejecutivo de publicidad de origen hispano, que maltrata a quien tiene alrededor. Ha ambientado la historia en Nueva York, donde el gigante editorial Penguin Random House la presenta con una nutrida representación de prensa española y con grandes esperanzas de que vuelva a ser uno de los libros del año, al menos en ventas: la tirada es de 300.000 ejemplares, de los que 200.000 se distribuirán en España y el resto, en Sudamérica. En Estados Unidos, el sello Vintage publicará otros 15.000 ejemplares; los hispanos de EE.UU. empiezan a ser un target de lectura a considerar. Historia de un canalla saldrá también en inglés, en octubre, con 50.000 más. Sumen…

¿Por qué elige Nueva York?

Porque la sociedad ha cambiado en los últimos tiempos de forma vertiginosa gracias a las nuevas tecnologías y todo eso viene de América. América lo ha irradiado al resto del mundo y Nueva York es la capital de las grandes agencias de comunicación y publicidad. No podía elegir otra ciudad a la hora de imaginar la trama de la novela y buscar un paisaje para mi protagonista.

Nueva York, de hecho, es casi un personaje más.

Es cierto. Es una ciudad tan fuerte, tan potente, con tanta vida que tiene una identidad propia y casi se coloca al nivel de los personajes.

La trama hace una pequeña excursión a España que es casi un abrazo…

Sí, pero el personaje tiene origen hispano y tenía sentido para la trama. Ese origen hispano le causa un problema de identidad, de manera que no está cogido por los pelos.

¿Por qué el mal como argumento central, con un personaje desalmado?

He aprendido a lo largo de los años que una cosa es la intención del escritor y otra es cómo lo reciben los lectores. Siempre me enseñan algo de mis libros. O me dicen cómo lo han leído y me sorprende, porque esa no era mi intención u objetivo. Siempre me ha impresionado la gente que dice que no se arrepiente de nada, que volvería a repetir lo que ha hecho. Es algo que me deja en estado de shock, porque yo si pudiera sí volvería atrás y cambiaría o suprimiría cosas. Me cuesta entender a aquellas personas que no quisieran cambiar nada.

Le ha salido un tipo muy malo…

Yo quería escribir la historia de un personaje que fuera consciente de sus errores y que no se arrepintiera aunque hiciera una reflexión yendo más allá, no tanto como habría sido su vida sin sus errores sino como habría sido la de los demás si no los hubiera cometido.

Con serios problemas de identidad…

Sí. Es un personaje de familia acomodada, de Nueva York, liberal, que vive holgadamente pero en la que se siente diferente desde pequeño, sin saber por qué. Su madre es medio hispana y en él prima el gen hispano. Él se siente a disgusto en su familia y le crea un problema de identidad. Quienes le rodean son físicamente diferentes, y tiene un rencor infinito hacia su madre que con el tiempo extiende a las mujeres. En esta sociedad globalizada donde vamos de un lugar a otro, donde tanta gente cambia de lugar para construir su vida el shock identitario puede ser muy fuerte, puede llevarte a sentirte diferente, rechazado, que te miran diferente. No es el caso de mi protagonista, pero el síndrome de la diferencia le amarga la vida.

También amarga la existencia a varias mujeres.

Es otro elemento. Física y psicológica. Es un ser absolutamente débil aunque lo que proyecta al exterior es otra cosa. Yo creo que detrás de la violencia contra las mujeres lo que hay son hombres absolutamente débiles, que resuelven su debilidad y lo poco que son intentando machacar a la persona que tienen al lado. Por último enmarco la trama en la sociedad de la comunicación, la sociedad en la que nos convierten más en consumidores que en ciudadanos. Desde niños recibimos continuos imputs de qué deben querer. La comunicación tiene aspectos positivos, de intercomunicación, pero al mismo tiempo las grandes agencias de comunicación nos convencen de qué necesitamos. Nos crean necesidades que no tenemos y también en el terreno de la política, los políticos nos dicen desde qué corbata necesitan para un debate en televisión hasta cómo tienen que moverse ante la cámara, qué pueden decir y qué no, cómo deben contar las cosas. La sociedad es una especie de plató de televisión donde todo el mundo tiene que estar y actuar según el papel que le corresponde. Ésa es una reflexión de fondo del libro, la de la banalización de la sociedad y de los asuntos públicos. Cuenta más cómo se dicen las cosas que lo que realmente se dice. Estos son los elementos que yo creo que ofrezco en la novela.

Cuesta empatizar con el protagonista.

Es imposible.

Uno espera que a lo largo de casi 900 páginas el malvado afloje…

En el fondo es una persona absolutamente frágil. Es un triunfador a quien no le ha pasado nada grave en la vida excepto el rencor inmenso que tiene por esa herencia materna, pero vive en una situación acomodada. Profesionalmente todo le sale bien, tiene dinero, éxito con las mujeres… pero es un ser absolutamente frágil. Pisa a los demás como síntoma de su propia debilidad.

¿Es un cambio deliberado de registro buscando nuevos lectores?

No buscaba nada. Por lo menos conscientemente. No buscaba una ruptura. Simplemente las ideas te llegan a la cabeza. Procuro escribir de cosas que me inquietan y todos estos elementos que yo creo que he puesto en la novela eran cosas que me inquietan. Empecé a pensar en una historia donde desarrollarlas. Cuando terminé la anterior tenía dos ideas en la cabeza y empecé a trabajar en ellas en paralelo, hasta que opté por esta. Pero no me lo planteé como un cambio consciente. De eso te das cuenta cuando pones la palabra “fin”. He dado un salto, no sé si al vacío o hacia dónde.

Tiene miles de lectores. ¿Qué virtudes tienen sus libros?

No lo sé. A veces les pregunto en las ferias. Siempre tengo muchísima curiosidad por saber porque les gustan mis libros. He aprendido que no hay una respuesta homogénea. Pero en general puedo decir que encuentran dos cosas: por una parte que cuento una historia y quien abre una novela espera una historia. Y por otro lado que las explico con un lenguaje claro. Quizás el de los periodistas, estamos acostumbrados a escribir para todo tipo de personas. Y supongo que encuentran algún elemento de reflexión sobre problemas contemporáneos.

Su libro se lee con facilidad.

Espero que sí.

¿Eso es una estrategia?

Escribo como sé. Sería una estrategia si escribiera de manera más alambicada. Podría hacerlo porque tengo oficio. Podría escribir una novela en que mis lectores se quedarán diciendo “¿mande?”. Pero prefiero el lenguaje con el que he trabajado a lo largo de los años. El lenguaje que me ha permitido llegar a los lectores.

¿900 páginas son muchas o pocas?

Son las que necesitado para escribir esta historia. Nunca me he preocupado por el tamaño de mis libros. Y no querría angustiarme nunca por qué página voy. Nunca pagino y no lo sé mientras escribo. Después de muchos años explicando historias telegráficamente en la prensa, ahora cuento lo que me da la gana y de manera expandida sin que nadie me diga por detrás “¡acaba ya!”.

En realidad usted había escrito sobre cómo son los partidos políticos, que en la novela tienen su importancia. En 1995 publicó La izquierda que viene…

Salvo en la primera, La hermandad de la Sábana Santa, que era un thriller, siempre escribo de cosas que me preocupan. La segunda, La Biblia de barro, abordaba la guerra de Irak y denunciaba toda aquella farsa de Estados Unidos y sus aliados para invadir Irak. La sangre de los inocentes era una reflexión sobre ese choque que ya se está dando entre una parte del mundo musulmán contra Occidente, con la religión como telón de fondo. Dime quién soy era un viaje a través del siglo XX… Siempre hay elementos de un siglo terrible, devastador, con guerras mundiales. Por último en Dispara, yo ya estoy muerto, quería contar lo que había sido contar ese siglo XX desde Oriente, con el conflicto de Oriente Medio como telón de fondo. Muchos lectores me dijeron que habían empezado a comprender ese conflicto tras leerla.

Eso es un gran halago ¿no?

Sí. De repente te das cuenta que la novela puede ser útil. Esta última es moderna, dura, plantea algunos de los problemas que tiene la sociedad. No sé qué efecto va a tener en los lectores. Creo que me la juego con cada novela, no pienso que tenga nada ganado porque me haya ido bien en la anterior. Los lectores te juzgan en cada momento por lo que tienen en la mano. En la literatura no se vive de rentas, en el sentido de que el lector juzga cada libro.

Pero es mejor tener una base previa favorable…

Sí, pero también te juegas más, tienes más jueces. Tener muchos lectores es tener muchos jueces.

¿Se imaginaba la izquierda que ha venido…?

Nuestro sistema estaba dando síntomas de agotamiento y creo que por una parte la izquierda en España estaba absolutamente anquilosada, no estaba sabiendo dar respuestas a los problemas de los ciudadanos. Es verdad que las preguntas seguían siendo las mismas pero las respuestas no se adecuaban. Tras la caída del Muro de Berlín la izquierda se queda descolocada y esa crisis se ha evidenciado según han pasado los años. Creo que lo que hemos ido viviendo estos años ha sido la decadencia de la izquierda, que hay ido cuesta abajo. Hablo de los partidos tradicionales. En una situación de crisis económica que ha desbordado de las previsiones y expectativas, donde la gente ha sufrido, muchísimo, los ciudadanos no han tenido la respuestas que esperaban por parte de la izquierda tradicional. Cuando empieza la crisis el gobierno socialista de España la niega. La gente se ha sentido engañada, escuchando que vivíamos en el país de las maravillas. Ese engaño es algo que yo creo que los ciudadanos no perdonan. Empezaban a percibir que estaba pasando algo gordo. Y los gobiernos se han puesto firmes ante los dictados de Bruselas. Creo que la Unión Europea debe ser una unión de todos, pero no al dictado de un solo país. No pueden hacer dejación de poder en manos de Alemania. Alemania es un país muy importante al que habrá que decirle que sí y a veces que no. La soberanía es compartida pero no hay visiones únicas de cómo salir de la crisis. Hasta los premios Nobel de economía dicen cosas contrapuestas. En medio están los ciudadanos, que cada vez ven cómo pierden trabajo, capacidad adquisitiva y derechos sociales, cómo sus hijos han debido emigrar en busca de un empleo y para salir adelante en otros países, ante todo eso no ha habido respuestas de la izquierda. Ahora ha aflorado otra izquierda, que yo veo absolutamente antigua aunque parezca moderna, pero que ha tenido la inteligencia de recoger el sentir y la desesperación de la gente.

Pablo Iglesias se puso esmoquin para ir a la gala de los Goya

Sí… La política se ha convertido en un espectáculo de televisión y se está banalizando. Estamos más pendientes de los pequeños gestos de la comunicación que del contenido. Los partidos tratan a los ciudadanos como menores de edad.

Con mensajes fáciles de digerir…

Sí. Debemos incidir en la educación. El fracaso de la educación en España es patente, y cada gobierno lo ha hecho peor que el anterior, y ahí meto a los socialistas y al PP, aunque lo del último gobierno ha sido la repanocha, parecía imposible que se pudiera hacer peor, pero lo han hecho peor. Me preocupa muchísimo que los planes de educación cada vez eliminen más asignaturas que nos ayudan a formarnos. La filosofía se ha convertido en una optativa y eso es un escándalo. La filosofía ayuda para hacerse preguntas, a intentar encontrar respuestas, ayuda a la formación. Y ha desaparecido. Como la historia del arte. Cuando vayan al Prado o a un museo, los niños de hoy no van a entender nada, les parecerán dibujitos. Igual que las religiones. Abogo por una educación laica pero creo que no se puede entender nuestra cultura ni nuestro mundo sin un conocimiento previo. Los planes de estudio se limitan a que cada alumno tenga un ordenador en su pupitre, confundiendo el instrumento con el objetivo.

¿Añora el periodismo?

En determinados momentos sí. Cuando pasa algo, como una campaña electoral, unas elecciones, o el día que sucede algo extraordinario. Pero una va cumpliendo años y su carrera ha evolucionado, la gente que viene detrás debe ocupar tus espacios. He tenido muchísima suerte porque a mí se me abre la puerta literaria cuando tenía la carrera profesional hecha.

¿Cuánto deben sus libros al periodismo, dado que aborda temas de actualidad?

Mucho. Muchos lectores, sobre todo jóvenes, me han dicho que han entendido problemas de actualidad leyendo mis libros.

Pensaba que los jóvenes no leen…

Algunos sí, en las ferias del libro me sorprende muchísimo la cantidad de chicos jóvenes que vienen a que les firme el libro, y no es para sus padres. El problema es que en España la gente lee muy poco, sean jóvenes o mayores. Ahí vuelvo a la responsabilidad de los poderes públicos, que nunca han hecho nada en los planes de educación en serio para el fomento de la lectura.

¿Cómo vendemos que es mejor un libro que Gran Hermano?

Desde la escuela y partiendo de la base de que hay que enseñar a los niños que leer no es un castigo sino que es un placer, más allá de la nota que te ponga el profesor. La pasión de leer tiene mucho que ver con los planes de estudio y los maestros. En España se estimula lo contrario. Muchos se limitan a meterse en El Rincón del vago y copiar La Celestina. Prohibiría internet a la hora de hacer los deberes

Fuente de la entrevista: http://www.lavanguardia.com/libros/20160210/302064545057/julia-navarro-historia-de-un-canalla-entrevista.html

Fuente de la imagen: http://www.lavanguardia.com/r/GODO/LV/p3/WebSite/2016/02/10/Recortada/img_ebernal_20160209-192134_imagenes_lv_terceros__lol2424-kcqC-U302064545057llE-992×558@LaVanguardia-Web.jpg

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Entrevista a Liliana Daunes: “El feminismo es una manera de pararse en el mundo”

28 agosto 2016/Fuente: revistaajo/Autora: Andrea Pérez Calle

Liliana Daunes está convencida de que el lenguaje, en tanto construcción cultural, tiene que poder contener todas las formas posibles de ser y amar. Para ella, el nosotros puede ser “nosotres” y el todos puede ser “tod@s”. La mirada, o más bien la voz, de una radialista feminista.

–¿Cuáles son los temas de la denominada “agenda de las mujeres”?

–Yo creo que el tema fundamental es la violencia, las violencias. Esto está muy claro en uno de sus extremos: la violencia expresada en el femicidio o feminicidio. Pero hay violencias que forman parte de las capas anteriores a llegar a la muerte de la mujer. Así que cuando hablo de las violencias también hablo de la prostitución, en tanto mercantilización del cuerpo; de la violencia que se ejerce al no tener todo el derecho sobre nuestros cuerpos, al no estar expresado en leyes la posibilidad del aborto. Y después también está toda esa serie de violencias que no son del ámbito de lo particular o familiar, sino que están ligadas a lo institucional, como por ejemplo la violencia obstétrica y la violencia laboral, que significa que por el mismo trabajo las mujeres cobren menos de dinero. Creo que la violencia, en sus distintas formas y grados, es el eje fundamental de esa agenda.

Pero además está el horizonte de la libertad, de las libertades. El horizonte feminista contra todas las opresiones, el horizonte feminista que tiene en cuenta el racismo, el colonialismo, que tiene en cuenta esos otros horizontes por construir que hacen también que la lucha o la mirada sea de clase. La lucha contra todas las opresiones y contra todas las explotaciones.

Un feminismo que está pensando en esas libertades de las mujeres, pero que también piensa en las libertades de los varones, porque está pensando en un horizonte de libertad para la sociedad. Un feminismo que no tiene en cuenta sólo a las mujeres con esa construcción cultural que se ha realizado sobre nosotras específicamente, sino que también contempla a las lesbianas, a las compañeras trans, a toda esa diversidad en la que nos reconocemos.

–Por lo que decís, el feminismo es una forma de vida, un modo de ser social. ¿Es el feminismo entonces un sistema de valores?

–Sí claro, el feminismo es un sistema de valores, es una filosofía, una postura política, una herramienta de análisis. El feminismo es una manera de pararse en el mundo, donde hay una búsqueda de horizontalidad, porque a lo primero que apunta es a estar en contra de la verticalidad que nos propone el sistema patriarcal. Cuando yo hablo de horizontalidad y libertad, medio que estoy queriendo decir lo mismo. Esa es la aspiración del feminismo y es hacia donde apuntamos. Quizás suene utópico, pero en verdad es humanista y para mí, además, es conseguible en los milenios que sean necesarios.

En este contexto, es importante que hablemos de feminismos, porque no hay una única mirada, sino que hay distintas miradas sobre esa aspiración. Una está más cercana de lo que puede llamarse feminismo popular, pero hay otro montón de mujeres, movimientos de mujeres o mujeres que no se autodenominan feministas, pero que en su accionar, en sus aprendizajes y en sus maneras de relacionarse con las otras, dan cuenta de una impronta feminista que tiene que ver con la idea de la liberación.

–Se habla de feminismos porque se reconocen los grises. Sin embargo, cuando se habla de machismo, se habla de machismo en singular. No parecerían admitirse grados en ese caso. ¿Por qué no se habla de machismos?

–Me estás interpelando, porque no tengo una respuesta para esa “ese” que le agregamos o le quitamos. Pero yo creo en los machismos en cuanto a esto que decís de los grados. Porque incluso hay compañeros que se están organizando, que están armando talleres y compartiendo lecturas que tienen que ver con tratar de ir alejándose de ese machismo, incluso en camino a ir destruyendo sus propios machismos.

En este sentido, ellos hablan de micromachismos, lo cual me parece interesante. Porque es, en pasos dados respecto a la violencia, una toma de conciencia con una o uno mismo para que la violencia no esté internalizada, pese a que ellos se reconocen en pequeños actos de machismos o privilegios que el sistema les ha dado a los varones. De a poco, comienzan a reconocerlo.

Yo creo que es lógico en el marco de la lucha o confrontación que hablemos de machismo y no de machismos, porque eso nos sintetiza un enemigo claro al que hay que desarmar, pero que en realidad es el sistema patriarcal. De todos modos, dentro de ese machismo, hay diferentes grados y me parece que sería correcto decirlo así.

–¿En qué lugar de la lucha por los derechos de las mujeres ubicamos a los hombres?

–El asunto está es si los tenemos que ubicar nosotras o se tienen que ubicar los compañeros. Me parece que hay una tarea, primero, de sensibilidad, de poder asumir esta situación de privilegios y reflexionar a través de grupos personalizados. Por un lado, los compañeros y por el otro, nosotras. Las mujeres precisamos nuestros propios espacios de reflexión, porque eso está muy ligado a la identidad y el empoderamiento como mujeres. Reconocernos.

Pensá que en los casos de mujeres víctimas de violencia, es muy difícil poder expresarse si no se crea un ámbito de confianza y en ese ámbito de confianza se siente la hermandad de las otras. Cargamos con mucha historia de sumisión, de dolores y temores que, quizás, en grupos mixtos sería muy difícil expresar. Por eso, en general, seguimos cuidando el ámbito específico del encuentro entre y de mujeres.

Pero de todos modos, invitamos a nuestros compañeros a que haya momentos de reflexión grupal. Y el intercambio se da, precisamente, en otros momentos en los que compartimos; en el espacio político, en el movimiento, en la organización barrial, en el ámbito familiar, porque feminista se es en todos los momentos del día. Se es feminista en la discusión con los hijos y las hijas, en el ámbito familiar, me parece que se es feminista en la relación con las amigas y los amigos, aunque ellos y ellas no lo sean. Nosotras tenemos que provocar cambios en nuestros entornos.

Y por último, me parece importante en este trabajo de reflexión que hacemos con otros y otras, que siga habiendo un momento de reflexión interno y de laburo con la propia subjetividad. Tu subjetividad y la mía están absolutamente atravesadas por lo cultural y esa cultura está totalmente atravesada por el patriarcado. Es con eso que tenemos que reflexionar y pelear también en el ámbito más íntimo que tengamos, para poder charlarlo y accionar con las otras.

–Decís que ser feminista es una forma de mirar el mundo, construir otro sistema posible de valores. Pero como nacemos y nos criamos con el patriarcado, a muchas nos cuesta asumirnos en esa definición. Es complejo cambiar el paradigma. Vos te hiciste feminista. Por ende, atravesaste un proceso con muchas contradicciones. Arrancaste, según dijiste, tomando “conciencia de género”. ¿Qué supone eso y cómo se practica en materia de comunicación?

–Yo tomé esa conciencia en mi laburo como comunicadora y en los encuentros nacionales de mujeres. En un viaje que realicé en algún momento de mi vida fuera del país, me encontré con amigas que eran feministas o que sin serlo del todo estaban ahí, metidas en lecturas y reflexiones de género. Conocí en España una librería de mujeres y me di cuenta que había cuestiones que estaban específicamente dedicadas a pensarnos como mujeres.

A partir de ese viaje, ya de regreso a Argentina, participé en la radio del encuentro de mujeres de Rosario, que fue un momento de inflexión bien fuerte e interesante. En este cuarto encuentro, una de las cosas que discutimos, porque cada vez eran más las mujeres que participaban, era si lo que importaba era lo numérico, es decir la cantidad de mujeres que nos juntáramos, o no nos importaba ser menos pero sí resguardar y crecer en la reflexión y no arrancar de cero cada vez explicando o compartiendo lo ya resuelto y construido.

De alguna manera, se decidió priorizar el multiplicarnos y tener la constancia en cada encuentro de responder esas preguntas que le surgen a quienes participan por primera vez. Y entre ellas, la pregunta de la conciencia de género y todas las palabras que la definen. Libertad, empoderamiento, que es un concepto muy importante porque es sentir que una tiene el poder sobre sí misma. Eso es, poder sobre la palabra, sobre la expresión, sobre el deseo y el cuerpo. Es sentir que estás decidiendo vos y no que decide este sistema del que hablamos y donde estamos tan atravesadas por los mandatos. Empoderarse es escucharse, es poder comenzar el diálogo con una misma para poder después dialogar con las demás.

–¿Qué rol ocupa la educación, más específicamente la escuela, en esto de desarmar patriarcado?

–Tengo que aclarar que yo creo en la educación popular. Nosotras vamos a seguir trabajando desde afuera de la educación formal. Pero sí quiero exigirle a la educación formal que tome todos estos temas que se van viendo como adelantos y que los ponga en un valor bien alto. Todos esos avances o derechos conquistados los consiguió la lucha de las mujeres y aunque una ley tenga el nombre de tal o cual legislador o legisladora, todas sabemos que fue la lucha de la gente la que transformó esa realidad.

Así que me parece que la etapa que falta es que eso que hoy es ley se vea reflejado en los manuales de la educación formal, porque todavía estamos discutiendo si educación sexual sí, si educación sexual no, si familia de una manera o familia de otra. Y quizás en lo urbano sea más simple revelarse, pero en la Argentina profunda, en la Argentina de provincia, no es tan así.

Esa mujer que está dentro de la radio a veces habla raro. Dice palabras que no existen. Nosotres, nosotroas. Vaya a saber de donde las saca, pero las usa con soltura. No se repliega ante la chicana del colega y la extrañeza del oyente. Para Liliana Daunes, esas “búsquedas” que terminan en la creación de palabras que incluyan a todos “no deforman el lenguaje, sino que lo completan”. Esta vieja –por experimentada– radialista sostiene que el lenguaje es una construcción cultural – “bastante sexista, por cierto”– que es susceptible de romperse y reinventarse. Por eso, entre otras formas, defiende el uso del arroba (@) para dirigirse a tod@s. 

–Ensayas fórmulas para transformar el lenguaje para que sea más inclusivo. Sin embargo hay muchas periodistas y comunicadores que cuestionamos –posiblemente porque no lo comprendemos o nos interpela– la incorporación de palabras como “nosotres” o “nosotr@s”. ¿Qué explica su utilización? 

–Cuando se habla de una reunión de padres, en general no se están nombrando a las madres, que son en su mayoría las que van a esas reuniones. Entonces, a partir de ese ejemplo tan pequeñito, digo: integremos esas dos cuestiones. Estamos invisivilizando a esas madres que participan de esas reuniones.

A mi me dicen que cuando digo “las y los” estoy perdiendo el tiempo. Sin embargo, yo creo que hay que buscar, esforzarse un poco y encontrar maneras de integrar. Tener cierto laburo con el lenguaje para poder buscarle una vueltita. De eso se trata. Estamos hablando de personas y no tenemos por qué dar por sentado su género. Tampoco es que tenemos que estar todo el tiempo diciendo “las enfermeras y los enfermeros, el médico y la médica”. Pero sí, en algún momento, se tiene que hacer notar que están contemplando que ahí hay hombres y mujeres laburando. O en todo caso, sumar la E que es la alternativa para poder decir que es un enfermero o enfermera trans. Lo enunciamos en algún momento y luego seguimos… NO hace falta estar todo el tiempo con E, con el los o las.

Lo que sí digo es que el lenguaje es una construcción. Y que por ende, nosotras también lo podemos intervenir, romper y volver a construir. Podemos proponer nuevos moldes, podemos equivocarnos y decir: “esto no sirve” o “esto sí sirve”. Yo empecé con el “nosotroas” y me puse absolutamente feliz cuando estuve en Chiapas y descubrí que las y los zapatistas también usan ese modo, pero sólo que cambian la acentuación. Y ahí pensé que es claro, que estamos en una búsqueda y que el asunto es no tener temor frente a quien dice que eso no sirve, que está mal. A mi me lo han dicho y me lo dicen mis compañeros y yo les digo que nosotras usamos esos términos para visibilizar. Yo creo que es eso, que es una forma de visibilizar, que es necesaria. Y que una vez que te empieza a interpelar  entrás en búsqueda.

No tenemos por qué ahorrar palabras para nombrarnos si la intención es, precisamente, integrar al otro, a la otra.

–¿Como estás viviendo como militante feminista y comunicadora el resurgimiento del lenguaje y los símbolos eclesiásticos? 

–Yo creo que ha sido una jugarreta muy difícil de sortear para las argentinas. Sabemos que la iglesia es una de las patas fundamentales del patriarcado y que el Papa sea argentino hizo, primero, olvidar quien era Bergoglio con toda su carga histórica, y segundo, que es real que hizo renacer la fe y sus símbolos.

A mi me parece que es cierto que en su discurso viene planteando cosas novedosas y entonces se le empieza a prestar atención, incluida gente que no está atravesada por lo religioso empieza a decir “qué importante el Papa”. Pero para mí la iglesia sigue siendo la misma que en algún momento armó la inquisición, que quemó brujas. Yo no adhiero a las religiones, aunque tengo mi parte mística en cuanto a creer que hay una energía maravillosa en el mar, que le puedo celebrar a Iemanjá y que la Pachamama me encanta, entonces cada agosto hablo de esa pacha y hablo de esas energías que nos alimentan. Pero al final tengo 200.000 diosas o no sé qué.

Pero esta cuestión del Papa, lamentablemente, aquí nos puso una traba en cuanto a conseguir la ley del aborto, por ejemplo, porque si bien el oficialismo no se venía alineando en los primeros tiempos a la Iglesia, a partir de la asunción de Bergoglio hubo una alineación muy clara y en lo político tiene muchos resultados. Y lo que se viene, en cualquier caso, es más difícil aún.

La estructura de la Iglesia como freno al movimiento de mujeres es fuerte, es importante. Habrá que seguir batallando.

–Tenés casi tanta cantidad de años de radio, como años de militancia feminista. ¿Vos militas la comunicación para que sea feminista o pones a la comunicación, en tanto herramienta, al servicio de la militancia feminista?

–Una de mis militancias es que la comunicación sea también pasional, que no sea sólo un divertimento. El sentir, el ser feminista es un ejercicio permanente, cotidiano y es el lugar desde el que una se para. Entonces desde ese lugar creo que la comunicación es una herramienta importante para militar el feminismo o los derechos de las mujeres o, como me gusta decir, luchar contra las opresiones, porque parada desde ese lugar, con una mirada clara desde la lucha y el accionar de las mujeres, estamos hablando de los compañeros y compañeras Quom que están acampando en la 9 de Julio y que también son invisibilizados. Y estamos hablando de tantos otros temas que no forman parte de la agenda de los medios.

Y también militar la comunicación, como la comunicación en sí. Que la comunicación sea algo que comunique en serio, más allá de los estados anímicos de cada una de esas personas que la ejercen. Me parece que es una combinación de esas cuestiones que preguntas.

Pero me parece que lo fundamental es empoderarse en la comunicación también. Saberse con esas herramientas, que la comunicación no sea algo lineal ni una bajada de línea, solamente. Hay que tener en claro hacia donde quiero ir y qué quiero decir. Lo artístico y lo político tienen una interrelación muy fuerte…Qué te digo y cómo te lo digo, porque la comunicación no es sólo palabra, también es estética. Y en esas estéticas es que vamos encontrando diferentes formas de decir.  Ahí está de nuevo la idea de lo artesanal…

–¿Qué opinás del periodismo militante?

–Que es parte de la militancia partidaria. Yo siempre he sido una periodista militante, yo soy militante de la comunicación y soy militante feminista, yo soy militante de los derechos humanos. Yo siempre he sido una comunicadora militante.

Ahora, ¿me están hablando de partidos políticos? Bueno, para quienes creen fervientemente en eso, es real que como regla de juego es más claro tener en claro de qué lado están. Saber dónde cada uno está parado. Pero también sabemos que si los políticos de hoy para mañana cambian sus direcciones, también en el periodismo lo pueden hacer, diciéndotelo o no diciéndotelo. Como regla de juego quizás es mejor que la gente sepa donde está parado ese comunicador o periodista, pero de todas maneras están hablando de una militancia partidaria.

A mi no me asombra porque desde que tomé conciencia y soy comunicadora que soy militante también.

–Tu trabajo como comunicadora va y viene entre los medios populares, alternativos o comunitarios y los medios tradicionales. Intervenís con tu discurso en espacios donde hay recelo a esas ideas o posturas. ¿Es consciente el desafío de habitar y resistir desde la grieta?

–Por esas ideas en algunos momentos no he tenido laburo, pero es verdad que la grieta la he conseguido en los medios públicos, que es real que tienen una manera diferente a los medios comerciales, donde posiblemente te marquen una editorial y te manejen un tiempo que en los medios públicos lo podemos manejar nosotros. Además, por lo menos en la experiencia que he tenido tanto en Radio de la Ciudad como en Radio Nacional, no se han metido específicamente con la producción, con el laburo concreto. Eso es bastante piola, haber logrado eso desde la grieta.

Sin embargo, ahora que pienso también es real que en Radio Nacional yo comencé haciendo un programa todos lo días, La Juana Pimienta, y bueno, en algún momento se resolvió que no fuera todas las noches, sino que fuéramos menos. Por eso nosotras, un poco en broma, un poco en serio, hablamos del Rincón Violeta de la Radio Pública. Pero además recuerdo que se nos había pedido que no fuera un programa de mujeres o para mujeres. Como que se nos había puesto cierto límite. Así fue que armamos ese espacio. Viste que no hay nada peor que una prohibición para tratar de revelarme.

Fuente de la entrevista: http://www.revistaajo.com.ar/notas/4485-el-feminismo-es-una-manera-de-pararse-en-el-mundo.html

Fuente de la imagen:http://t1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcR0JFmVQx8R0gvrTs5xHO0sihhhDZsY3_1PjJamdjDf4lc2XNQzK7KR

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Entrevista a Manuel Bello:»La desigualdad educativa genera delincuencia, deserción escolar y pérdida de recurso humano»

28 Agosto 2016/Fuente:alainet /Autor: Iara U. Alemán

Manuel Bello, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Cayetano Heredia y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, analiza la situación de la educación peruana e identifica a la desigualdad como el principal problema que el gobierno debe enfrentar. Bello alerta sobre las consecuencias nefastas de esa desigualdad: pérdida de recurso humano que aportaría a Perú un potencial enorme, deserción escolar por embarazo adolescente y aumento de la delincuencia por la falta de oportunidades educativas.

P.- ¿Cuáles son los principales retos en educación que debe afrontar el gobierno de PPK?

R.- Es posible la parte que corresponde a la educación básica, es decir que todos los niños tengan acceso a una educación inicial, primaria y secundaria de calidad. Eso es posible de lograr en cinco años, pero requiere de un esfuerzo económico, presupuestal y de gestión. Un esfuerzo educativo en general bien grande que involucre a la sociedad y a las instituciones del Estado. Por otro lado, la incorporación de todos a la educación superior, a la universidad, tomará más tiempo.

PPK hace referencia al derecho a una educación gratuita que es un tema complejo y polémico. En ese sentido, yo por ejemplo soy radical. Mi planteamiento es que la educación básica debería ser gratuita para todos, ricos y pobres, no sólo para los pobres que no pueden pagarla de su bolsillo porque eso es lo que permitiría que la educación sea también igualitaria y de calidad para todos, que no dependa de la capacidad de pago de cada familia.

P.- ¿Por qué el ministro de Educación es el más popular si Perú sigue manteniéndose con un pésimo rendimiento escolar?

R.- Porque ha logrado que el presupuesto del sector crezca como no había crecido en muchos años en el Perú. Por otro lado, el ministro es un buen comunicador y ha logrado empaquetar un conjunto de ideas fuerza de una manera clara y las transmite bien, eso ha permitido que tenga una buena acogida de los medios. También ha tenido métodos e iniciativas interesantes.

P.- ¿Cuáles son esos métodos e iniciativas?

R.- Uno de sus méritos es haberle dado continuidad a un proceso de mejora de la carrera pública magisterial, el ministro ha sido exitoso en su implementación. Ha habido incorporaciones de nuevos profesores contratados mediante evaluaciones, algunos de ellos han ascendido en la carrera magisterial de un nivel a otro a través de este proceso, aplicando la ley. Además, los maestros han recibido oportunidades de formación interesantes.

Pero habría que señalar que un faltante en ese campo es que no se ha elevado la remuneración básica de los profesores, el primer nivel sigue igual y está congelado por varios años. Ese es un tema importante.

P.- Ricardo Cuenca escribió que uno de los retos del ministro Saavedra es atender las desigualdades educativas y que debería orientarse hacia las zonas rurales  y los territorios más pobres, pues su anterior gestión puso mayor atención a las zonas urbanas y la selva. ¿Qué opina al respecto?

R.- Estoy totalmente de acuerdo con lo que propone Ricardo Cuenca, creo que en estos últimos cinco años se ha descuidado un poco la educación en las áreas rurales, que son los lugares donde se necesita más inversión y más esfuerzo por mejorar la infraestructura de los locales. Pero no solo eso, pues las viviendas de los profesores que enseñan en estas escuelas alejadas también deben mejorarse porque, muchas veces, no tienen un lugar apropiado para quedarse.

Debemos mejorar la calidad de la enseñanza en todas las zonas bilingües del país, en donde la lengua materna es distinta al castellano, necesitamos llevar profesores que hablen esas lenguas y le enseñen a los niños en sus propias lenguas. Es decir, necesitamos un gran programa de transformación de la educación en áreas rurales que sea integral, que cubra el tema de infraestructura, de profesores, de equipamiento, de alimentación apropiada y que se complemente con los programas sociales existentes, como: Juntos, Pensión 65, Beca 18, etc.

P.- ¿Cuáles son las consecuencias de que seamos uno de los países con mayores desigualdades educativas?

R.- En primer lugar, perdemos recurso humano porque no logramos desarrollar el conjunto de capacidades y talentos de todos nuestros niños y adolescentes. Por otro lado, hay una relación comprobada entre desigualdad educativa y una serie de problemas sociales, entre ellos la inseguridad, la delincuencia, pues si todos tuvieran iguales oportunidades de acceder a una buena educación (inicial, primaria y secundaria), luego acceder a una educación superior y después obtener puestos de trabajo aceptablemente remunerados, no tendríamos esta situación tan extendida de delincuencia y conflictividad social.

Por otro lado, el embarazo adolescente está fuertemente asociado al abandono de la escolaridad en secundaria. En todas las sociedades donde hay mayor desigualdad educativa, el embarazo adolescente crece.

P.- En Perú existe una brecha insuperable entre educación estatal y educación privada, ¿por qué no hemos logrado que ambas sean de calidad?

R.- El Estado no ha tenido políticas, no ha invertido en programas orientados a asegurar la calidad de ese servicio. Pero, en la medida que desde el gobierno se empieza a poner atención a la educación pública como ha pasado estos cinco años, el panorama empieza a cambiar. Hoy día encontramos que en las evaluaciones nacionales e internacionales, las escuelas públicas de las zonas populares logran mejores resultados que las privadas. La esperanza es tener una educación pública fuerte que no separe según el bolsillo, porque eso es nefasto para una sociedad ya que nos divide, nos separa, nos desintegra y eso genera conflictividad.

P.- La Agenda de Educación 2030 hace referencia a la necesidad de que los países puedan ponerse como meta una inversión en educación de, por lo menos, el 6% del PBI y/o el 20 % de su presupuesto general. Sin embargo, en Perú el PBI en educación está en 4.1%

R.- El Perú se comprometió a ponerse una meta y lograr, al 2015, el 6% del PBI, eso estuvo planteado desde el Acuerdo Nacional en los primeros años de este siglo, pero no se logró. Y no solo eso, sino que hasta el 2011-2012 no se avanzó, se retrocedió. Ahora, en estos últimos años el PBI aumentó, esperemos que hasta el 2021 se logre llegar al 6%.

P.- ¿Considera que hay un déficit de investigación en las universidades peruanas?

R.- Sin duda, como país hemos avanzado un poquito en estos últimos años, pero estamos lejos de otros países en términos de la cantidad de investigación que se hace, de la cantidad de publicaciones, de artículos científicos, de libros, de producción científica; sí, estamos muy atrasados. Hay que reconocer que en estos últimos años CONCYTEC (Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica) ha hecho un esfuerzo enorme para tratar de tener más fondos y apoyar la investigación, pero todavía lo que destina el país a ese campo es muy poco. La mayoría de las universidades, lamentablemente, no hacen investigación.

P.- ¿Esto se está pretendiendo cambiar con la ley universitaria? ¿Usted considera que el gobierno debe impulsar esta ley?

R.- Sí porque la Ley Universitaria establece que obligatoriamente las universidades tienen que hacer investigación, es una de las condiciones básicas que deben ser cumplidas para ser autorizadas en su funcionamiento por la SUNEDU (Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria). Las universidades que no cumplan con ese requisito van a tener dificultades para seguir funcionando los próximos años. Entonces yo creo que sí, se están poniendo las pilas ahora para empezar a hacer investigación.

P.- ¿Qué opina sobre las llamadas “universidades lucrativas” que toman la educación como una mercancía en vez de centrarse en la calidad de la enseñanza?

R.- El Decreto Legislativo N° 882 de promoción de la educación privada abrió las puertas a que la educación en general, no sólo la universitaria, pudiera funcionar como negocio. Lo que hemos tenido a partir de ese decreto ha sido nefasto. El considerar a la educación como negocio trajo consecuencias muy negativas para la calidad de la educación.

Lo cierto es que ha ayudado a aumentar la cobertura. Tras la norma, muchos jóvenes han tenido acceso a estudios universitarios en universidades baratas. Pero, así como en el sistema escolar el acceso a la escuela no garantiza nada si no es de buena calidad, igual sucede en la educación superior. Tú puedes tener acceso, pero es en realidad una estafa porque terminas desempleado con un cartón que te sirve para muy poco o para nada.

P.- El año 2015, las pensiones subieron alrededor de 6%. Según un estudio del Grupo Educación al Futuro (GEF) las pensiones en las universidades privadas subirían un promedio de 5% durante este año. ¿Está justificada esta alza en las pensiones? ¿Hay mercantilismo en la enseñanza?

R.- Cuando la educación se convierte en una mercancía que se vende y se compra en el mercado, está sujeta a las reglas de la oferta y la demanda. Si una universidad tiene más demanda que el número de vacantes que ofrece, lo más probable es que -si su lógica es hacer negocio- suba los precios porque va a tener de todas maneras el número suficiente de clientes que van a pagar los nuevos precios. Así es como funciona el mercado. Pero que eso se refleje en mejor calidad, más laboratorios, más inversión o mejores bibliotecas, eso es algo que no podemos garantizar.

Video de la entrevista: https://goo.gl/4SLNth

Fuente de la entrevista: http://www.alainet.org/es/articulo/179462

Fuente de la imagen:http://www.alainet.org/sites/default/files/styles/articulo-ampliada/public/manuel_bello_foto_andres_alviar.jpg?itok=jAG-1ST8

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Entrevista a Celso Amorim: «Un ALCA hoy sería un desastre»

28 Agosto 2016/Fuente:pagina12 /Autor:Martín Granovsky

Pregona una política exterior “activa y altiva” y cumple el lema para sí mismo. A los 74 años Celso Amorim, canciller de Lula durante sus ocho años de gobierno y ministro de Defensa de Dilma Rousseff en su primer mandato, forma parte de un grupo que asesora al secretario general de las Naciones Unidas en cuestiones de salud y crisis sanitarias. Pero se deja tiempo para la política y la investigación: mañana presentará su nuevo libro en lo que se promete ser un verdadero y accedió a un diálogo telefónico con este diario.

En medio del proceso anticonstitucional en marcha en Brasil, a las 19 en San Pablo Amorim dará una conferencia y firmará autógrafos en la primera página de su último libro, “Teherán, Ramallah y Doha, Memorias de una política exterior activa y altiva”. El acto será transmitido en streaming vía Internet por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, uno de los organizadores junto con el Instituto Lula, la Fundación Perseu Abramo del PT, el antigolpista Frente Brasil Popular, la Fundación Friedrich Ebert y el Grupo de Reflexión sobre Relaciones Internacionales.

–¿Michel Temer encabeza un gobierno golpista o interino?

–Prefiero evitar un problema semántico. Lo que pasó en Brasil es como si el cambio de Cristina a Mauricio Macri se hubiera dado sin una elección de por medio. Sin entrar en los aspectos técnicos, en mi opinión en la acusación contra Dilma Rousseff no es firme la sospecha de que cometió un delito de responsabilidad fiscal. Además, el mecanismo del impeachment no está hecho para cambiar un gobierno por otro de tendencia opositora. En un sistema presidencialista esa tarea le corresponde al pueblo cuando vota. Si no se pone en riesgo la legitimidad política en el sentido weberiano de la expresión. Cuando fue el impeachment al presidente Fernando Collor de Mello se generó un gran sentimiento de unión nacional. Hoy sucede lo contrario. No sé si el gobierno de Temer se va a sostener o no. Si se sostiene vamos a tener un período largo de dificultades. Justo estuve en los Estados Unidos cuando se produjo el proceso de juicio político a Richard Nixon, que renunció antes de que la Cámara de Representantes tratara su caso en el plenario, y el juicio a Bill Clinton, que no resultó culpable para el Senado. Nadie pensaba que un juicio político a Nixon tendría como resultado inmediato su reemplazo, sin elecciones, por George McGovern, un demócrata que se había opuesto a la guerra de Vietnam. Tampoco un juicio a Clinton sería para sustituirlo por el ultraconservador Jesse Helms. El cambio total de orientación político-ideológica no es el objetivo del impeachment.

–Los peritos del Senado dictaminaron en los últimos días que Dilma no cometió delito.

–Sí, fueron muy claros. En una de esas acusaciones ya se estableció que la Presidenta no tuvo ninguna participación. O sea que ni siquiera hubo una acción, ni buena ni mala. Las decisiones pasaron por debajo de ella y a través de funcionarios que se manejaron utilizando lo que creían eran las reglas.

–¿Qué cambió en la política exterior con la dupla Serra-Temer?

–Para desplegar una buena política exterior es bueno tener un gobierno con legitimidad y apoyo interno. Lula disfrutaba de ambas cosas, además de lo que significaba él mismo como símbolo: un tornero que llegó a Presidente. Era un gran aporte histórico. La visión de Lula sobre el mundo reconocía el rol que Brasil podía tener en la región y en el planeta no solo para defender sus propios intereses. También para ayudar a procesos de evolución en las relaciones internacionales. La gente dice a veces que el Mercosur fue un fracaso. Pero el Mercosur evolucionó. La integración se desarrolló. Se creó Unasur. Se creó la Celac. Cosas que no se habían visto en 200 años de vida independiente. Y Lula no lo hizo solo. Pese a dificultades, nunca fueron tan buenas las relaciones con los países sudamericanos. Manteniendo, siempre, la pluralidad ideológica. Con la Argentina obviamente las relaciones fueron buenas, pero también con Hugo Chávez y con Álvaro Uribe. Lo que muchos hoy no perciben es que la integración, y eso se ve ahora en Europa, no es solo un aumento de comercio.

–¿Qué otras cosas miden el nivel de integración, además del comercio?

–El esfuerzo para profundizar la paz y la cooperación, que es lo que siempre deseamos en América del Sur. Y más allá de la región esa visión del mundo nos permitió la aproximación con África y con los países árabes. Creamos el IBAS, el grupo de la India, Brasil y África del Sur. Los BRICS surgieron del deseo de Rusia y China de participar en el IBAS. Junto con la Argentina jugamos un rol importante en la negociación del G-20 comercial. Juntos resistimos al ALCA como un acuerdo que no nos servía y no porque fuera solo una cuestión de doctrina. No nos favorecería en agricultura y nos crearía dificultades por ejemplo en propiedad intelectual. Lo hicimos sin perder las buenas relaciones con Europa (creamos una asociación estratégica con ellos) y con los Estados Unidos. Lula y George Bush intercambiaron opiniones en Camp David. Participamos, en parte por pedido de Barack Obama, en las negociaciones con Irán, que demostraron que sí era posible lograr un acuerdo, como quedó demostrado dos años después. Teníamos una visión en el sentido de buscar un mundo cada vez más multipolar.

–Serra propuso, sin dar detalles, “flexibilizar el Mercosur”.

–En un mundo de grandes bloques lo peor que podemos hacer es debilitarnos. Puede ser que Serra cambie y que gire, pero si insiste en las declaraciones iniciales sobre la flexibilización del Mercosur debería saber que a largo plazo significa terminar con el Mercosur como lo que es, o sea un proyecto de unión y vocación. No puede ser solo un área de libre comercio sin significado político. A fines de los años ‘50 en Europa había dos proyectos. Uno, el mercado común europeo. Otro, el área europea de libre comercio. Ganó el primer proyecto. ¿Quién se acordaría de un área de libre comercio? Nadie. Las áreas de libre comercio van y vienen. La Unasur creó el Consejo de Defensa Sudamericano. Esas cosas valen mucho. Quedan.

–En sus diez directrices para los diplomáticos de Itamaraty, Serra dijo que no hará una diplomacia ideológica y menos una diplomacia al servicio de un solo partido. ¿Usted se sintió aludido como canciller de Lula durante ocho años?

–Es muy curioso. Cuando la derecha está en el poder dice que su diplomacia es de Estado. Cuando el centroizquierda gobierna, la derecha critica que la diplomacia es “ideológica”. Ideológico es siempre el otro, ¿no? El problema es que la derecha en el poder mantiene los intereses de siempre, los de la elite política y social, y los confunde con intereses del Estado. Pero lo que corresponde al Estado está en la Constitución brasileña. Allí figuran los principios de autodeterminación, de no intervención, de solución pacífica de las controversias y de integración latinoamericana. ¿Buscar la prosperidad por acuerdos bilaterales de libre comercio es de Estado y buscarla por negociaciones multilaterales en la OMC es ideológico? Poner el centro en la OMC no tiene nada de izquierda ni es partidista. Y criticar estas políticas supone pensar, equivocadamente, que firmar acuerdos es fácil. No. Es difícil. Es más fácil hablar que hacer.

–¿Qué opina del programa de Temer, “Un puente para el futuro”?

–Que es partidista. Representa los objetivos de las clases dominantes. Lo que hicimos nosotros, en cambio, tiene que ver con los intereses de la población brasileña: diseñar una visión más nacional, distribuir mejor el ingreso, buscar una política industrial propia…

–-En 2005 los países del Mercosur más Venezuela, que entonces no era miembro pleno, le pusieron una bolilla negra a la formación de un ALCA. ¿Deberían formarlo hoy? ¿La cumbre de Mar del Plata quedó vieja?

–Un ALCA hoy sería un desastre. Seguiría el criterio de los acuerdos de última generación como el TPP, el Trans-Pacific Partnership, con cláusulas inaceptables al menos para Brasil. Ya eran inaceptables incluso antes de Lula. Por ejemplo la forma de solucionar diferendos entre inversores extranjeros y el Estado.

–Fuera de Brasil.

–O las cláusulas sobre propiedad intelectual. Incluso en los Estados Unidos este tipo de acuerdo genera gran resistencia popular. El cuestionamiento es que están hechos para las multinacionales y no para los pueblos. Si eso es verdad en los Estados Unidos, imagínese lo que sería para nosotros. Volviendo a la cuestión del ALCA, en 2005 las negociaciones ya estaban paralizadas y la Cumbre de Mar del Plata puso la piedra final.

–¿Un acuerdo entre el Mercosur y los Estados Unidos sería posible?

–No tengo por qué excluir esa posibilidad. Pero en otras condiciones y con otras concesiones. Pensar en la resurrección del ALCA es un absurdo. Y para que se dé una negociación pragmática con los Estados Unidos antes debemos seguir trabajando en la diversificación de relaciones. Si no, se pagará un precio muy caro. Pero la capacidad de negociación será muy reducida si liquidamos la unión aduanera del Mercosur. Tabaré Vázquez dijo una vez: “Podemos tener alguna negociación comercial siempre que no vulnere el corazón del Mercosur”.

–Veo que sigue siendo muy mercosurista.

–Para una charla busqué números. En los últimos años el comercio intra-Mercosur se multiplicó por doce mientras el comercio mundial se multiplicaba por cuatro. Además, nos beneficiamos por el intercambio recíproco de productos de alto valor agregado. Pero los problemas deben ser resueltos en el diálogo y no con la subordinación de cada país a una potencia de fuera de la región.

–¿Qué habría que hacer hoy con la crisis venezolana?

–En el pasado países como la Argentina, Brasil y Chile jugaron un papel importante. Hoy hay pocos gobiernos que pueden ayudar a un diálogo, que es indispensable, entre el gobierno y las fuerzas políticas de oposición. Eso hicimos con el Grupo de Amigos de Venezuela en 2003. Lo formamos Brasil, Chile, España, los Estados Unidos, México y Portugal después del golpe de 2002. Y Chávez por supuesto estuvo de acuerdo. Hoy tenemos que hacer que se potencie la presencia de Unasur con la colaboración de ex presidentes y ex primeros ministros, como ya ocurre con Leonel Fernández de República Dominicana y José Luis Rodríguez Zapatero de España. El diálogo involucra concesiones de los dos lados. Chávez lo comprendió en su momento. Aceptó un referéndum revocatorio y admitió la presencia de observadores internacionales. Maduro es un presidente electo. Es un dato. Hay una oposición fuerte que tiene la mayoría en el Legislativo. Es otro dato. Es bueno que Maduro y la oposición dialoguen. La voz de Brasil está debilitada por la situación interna, pero lo menos no debe hacer sugerencias que empeoren el clima en Venezuela. Por suerte en esto veo una cierta prudencia, que se demostró en la actitud cauta durante la discusión de la Carta Democrática en la OEA.

–¿Brasil y la Argentina deberían integrarse a la Alianza del Pacífico? ¿Deberían ser observadores?

–Siempre se puede observar. Si el Mercosur en conjunto fuera observador sería muy bueno. Pero hay una cierta visión mistificada de la AP. Ellos comercian más con el Mercosur que con países de la propia alianza. Los cuatro tienen una actitud similar ante el comercio internacional. No incluyen normas sociales o de ventajas mutuas de residencia o seguridad social. Por otra parte es bueno recordar que ya tenemos acuerdos de libre comercio con todos salvo con México. Se lo propusimos en su momento a México y no quiso. Para decir la verdad, lo que menos me gusta de la AP es el nombre.

–¿Por qué?

–Alianza suena que uno está contra otros países. Como la OTAN. Tampoco me parece bien separar Atlántico de Pacífico. Con Lula, Néstor Kirchner y otros presidentes en su momento reforzamos la integración sudamericana con todos los gobiernos, con independencia de las afinidades políticas como el Perú de Alejandro Toledo. Buscamos unir al Atlántico y el Pacífico antes que separarlos. Estuve presente en Asunción cuando se creó el Mercosur en 1991. Luego, ya más cerca de la cumbre de Ouro Preto del 94 surgió una tendencia a buscar un acuerdo separado con el NAFTA. Pero le quiero terminar de responder su pregunta: ¿por qué integraríamos la AP si no estamos en el Pacífico? ¿Por qué buscar una vuelta si a nivel sudamericano tenemos un acuerdo, la Unasur? ¿Por qué aceptar reglas de comercio y servicios que no nos convienen?

–Usted hoy integra un organismo de la ONU sobre salud. ¿Qué efecto negativo tendrían las reglas comerciales usadas en el TPP en este sector?

–Ya participe de varias comisiones creadas por el secretario general de la ONU sobre el Ebola y sobre acceso a medicamentos. Esas reglas crean más restricciones a la posibilidad de acción autónoma de los países en desarrollo. Aumentarían las condicionalidades para fabricar genéricos y subirían los precios. La Argentina tiene una industria importante. Se perjudicaría.

–El libro que presentará habla de una política “activa y altiva”.

–No solo tener una visión reactiva ante la agenda internacional sino ayudar a crearla. No aceptar cosas que nos son impuestas y no corresponden con nuestros intereses. La visión contraria es la que pide un Brasil modesto, que en realidad significa un Brasil que se desentienda de la solución de grandes problemas internacionales. Brasil es más fuerte con la integración –de eso no hay duda– pero a la vez no desconozcamos que somos el quinto país en población y en territorio y el séptimo en economía. No podemos estar ausentes en los grandes problemas internacionales. Sería una posición subalterna. De la globalización uno no puede ocultarse. El problema es cómo estar en ella. Una variante es la pasiva. La otro es ser un país activo en la OMC, en la FAO, en la OMS, en América Latina, en los Brics, en la integración con los países árabes o en el G-20 financiero, donde con la ayuda de la Argentina y de Turquía logramos cambiar las cuotas dentro del FMI y el Banco Mundial. La creación del banco y del fondo de contingencia por parte de los Brics demostró que las alternativas son posibles.

–¿Tiene ya una prospectiva del mundo después del Brexit?

–Por lo pronto habrá una negociación más difícil entre Europa y el Mecosur, porque el Reino Unido era una fuerza que facilitaba en nuestro favor la liberalización comercial. Al revés de Francia. En general, ya estamos viendo una gran turbulencia en los mercados internacionales y existe la posibilidad de que eso profundice tendencias recesivas o a la no recuperación de las economías europeas. Mala señal, porque la demanda de los países de la UE es importante para nosotros. Me preocupa también la tendencia a un nacionalismo que no es el nuestro, es decir un instrumento de desarrollo, sino una vuelta al pasado en el sentido de extremar diferencias e intereses locales.

–¿El acuerdo entre el Mercosur y la UE no es un ALCA con Europa?

–No. El ALCA tenía una visión ideológica de cómo debía ser el mundo. Por eso es difícil, aunque no imposible, una negociación con los Estados Unidos. Con la UE no discutimos sede de solución de controversias ni propiedad intelectual. Solo formas de acceso a mercados.

–Embajador, si se hilvanan fenómenos diversos como la crisis en Venezuela, el apartamiento de Dilma en Brasil y el triunfo de Macri, ¿qué pasó en Sudamérica?

–Hablemos también de algo positivo como el acuerdo de paz en Colombia. Al final quedó demostrado que el diálogo era necesario. No podíamos intervenir pero sin duda podíamos facilitar las condiciones para un diálogo que condujera a la paz. Y entonces me pregunto: si fue posible un diálogo entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC después de tanta violencia, ¿cómo no van a ser posibles otros diálogos en otros países?

–¿Usted es de los que piensan que la nueva situación en Sudamérica es un producto de la influencia de los Estados Unidos?

–Trato de no quedarme con teorías conspirativas, aunque puedo decir, imitando a un humorista brasileño, que el hecho de que no sea paranoico no quiere decir que no me persigan. Cometimos muchos errores. En el caso de Brasil el sistema político privilegia al que tiene mucha plata e induce a la corrupción. Está bien que se investigue pero debe haber neutralidad. Demasiado dinero, demasiados partidos: mala combinación. Hay que cambiar el sistema político hacia uno más racional y compatible con los intereses del pueblo. De manera general diría que hubo varios factores que ya no están. Todos nuestros países aprovecharon el boom del crecimiento de China y ahora, en cambio, vivimos una situación contraria. Volvemos a Raúl Prebisch y su teoría del deterioro de los términos del intercambio. Y eso lleva a turbulencias. Una cosa es desarrollar una política social de distribución en ese contexto y otra es cuando las clases ricas sienten que van a perder mucho dinero. En el caso de Brasil también suceden algunas cosas raras: espionaje en la Petrobrás, en el sector de energía nuclear, en el sistema de promoción de exportaciones y en el Banco Nacional de Desarrollo. Muchos problemas son endógenos, nacionales, pero también hay una correlación entre el espionaje y algunas investigaciones. Hablo de la utilización de la pesquisa judicial, porque un Poder Judicial independiente es importante sobre todo si actúa de manera neutral. Me preocupa un Brasil con su empresa petrolera debilitada, con su energía nuclear en jaque y con fragilidades mayores en las empresas de construcción de obras públicas o en los instrumentos de promoción de exportaciones.

Fuente de la entrevista: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-303277-2016-07-03.html

Fuente de la imagen:  http://www.pagina12.com.ar/fotos/20160703/notas/na23fo01.

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Entrevista a Joan Girona: «Los deberes son una fuente de desigualdades»

27 Agosto 2016/Fuente: eldiario/Autor: Pau Rodríguez

Joan Maria Girona se forjó como maestro en La Mina, justo cuando el barrio se empezaba a levantar, a mediados de los 70, como solución al chabolismo de toda Barcelona. Desde entonces, este profesor y psicopedagogo ha completado toda una trayectoria dedicada a la docencia en entornos conflictivos y depauperados de la capital catalana y sus alrededores. Fue director del instituto Badalona 9 –ya desaparecido–, del que fue expulsado por parte de la Administración por liderar una campaña contra su guetización. Ahora, jubilado, sigue asesorando institutos como el Francisco de Goya, del barrio del Guinardó, y tutorizando a jóvenes.

Conocedor de primera mano de los estragos que han causado la pobreza y las desigualdades en las aulas durante décadas, Girona analiza la situación actual con preocupación. «A diferencia de aquella época, se ha perdido la ilusión y la confianza en la escuela como ascensor social», se lamenta. Girona, que también es miembro del consejo de formación de la Asociación de Maestros Rosa Sensat, profundiza en esta entrevista en cómo el entorno familiar y social de los niños determina su paso por la escuela.

La pobreza afecta a la educación de los niños y jóvenes que la padecen.¿Hay alguna duda de esto?

Ninguna. Porque la escuela tiene pocos elementos para compensar su situación.Puede ayudarles, e intentar que durante las horas lectivas estos chicos se sientan en un plano de igualdad, pero la escuela se acaba y sólo ocupa la mitad de los días del año. Y ya no es sólo que los alumnos puedan pasar hambre o no tengan dinero por el material escolar, que es gravísimo, es que se le añaden otras consecuencias, como la pobreza afectiva o emocional: los adolescentes cuyos padres no les pueden querer suficiente porque están desbordados de problemas llegan a la escuela con la autoestima por los suelos. Este desánimo les hace rendir menos, aunque tengan más capacidades que otros.

¿Qué margen tiene la escuela para eliminar las desigualdades que traen de casa los alumnos?

La clase social te condiciona y poco podemos hacer desde las clases. Sí tiene que haber unas garantías básicas: si la criatura no ha comido lo suficiente, esto se debe atender. Y hay que buscar la forma y presionar para que se le dé una beca o que reciba ayudas de alguna entidad privada o banco de alimentos. También es fundamental que el centro haga actividades que no discriminen por motivos económicos, sino que incluyan todos.

¿A qué actividades se refiere? 

En una excursión que vale 10 euros, algunos podrán ir y otros no. En mi opinión, esta excursión no se debe hacer. O haces una más barata o vas a pie. Porque ya que la escuela no puede compensar todas las desigualdades, ¡al menos que no las acentúe!

¿Hay otros aspectos de la escuela que pueden agravar las desigualdades?

Los deberes son una fuente de desigualdades. Quien tiene familia o refuerzo en casa, los hará. Quien no, tendrá más dificultades.

¿Eliminamos los deberes para combatir las desigualdades?

No sólo para combatir desigualdades. También porque los alumnos ya están 7 horas en el instituto, toda una jornada laboral. ¡Que los hagan allí! He llegado a la conclusión de que los deberes sólo sirven para tranquilizar a maestros y familias. Al alumno básicamente la fastidia porque le quita tiempo de ocio, de relacionarse con los amigos, de hacer la suya.

Otro foco de posibles desigualdades, este más reciente, es internet. Quien no tiene acceso a la red está perdido.

La escuela debe tenerlo en cuenta. Si pone deberes en que hay que consultar internet debe garantizar que todo el mundo tenga acceso a él. Por lo tanto, por ejemplo, debe dejar unas horas de trabajo en la biblioteca o la sala de ordenadores. Todo esto que vamos diciendo, a lo que podríamos añadir el combate contra la segregación por niveles, pueden parecer detalles, pero es que si no se tienen en cuenta el chico del entorno favorable irá avanzando, pero el de entorno pobre se irá desanimando. Y hay que añadir otro elemento crucial: la acción tutorial. Los adolescentes, sobre todo de entornos socioeconómicos empobrecidos, tienen que encontrar a una persona que les pueda escuchar las angustias, los desánimos… Esto compensa.

¿Y lo encuentran a este tutor?

Con una hora a la semana de tutoría en Secundaria, es evidente que no. Pero hay casos ejemplares, como el del instituto Goya, en el que trabajo. Todo el profesorado es tutor, de una docena de adolescentes. Te los repartes y es más fácil que puedas estar cerca de todos. Y no es que lo necesiten, es que lo buscan.Alguien que los ayude, que los regañe, que les haga reflexionar… que los haga sentir queridos también en el instituto. Esto puede ayudar a paliar las carencias y problemas que puedan tener por las situaciones límite en casa.

A la hora de combatir las desigualdades educativas, ¿es posible que sean más efectivas algunas políticas sociales que nada tienen que ver con el sistema educativo?

Clarísimo. Unas políticas de fomento del trabajo que disminuyeran el paro significativamente harían mucho más contra las desigualdades educativas que cualquier cosa que pueda hacer la escuela. O unas ayudas reales a las familias, como la renta mínima garantizada. ¡Que no se vean obligadas a trabajar horas y horas y seguir siendo pobres, que es algo que no ha pasado nunca!

Estas políticas familiares son las que apuntalan muchos de los sistemas educativos nórdicos con los que nos queremos reflejar.

Finlandia no tendría los resultados que tiene sin unas buenas políticas de ayuda a las familias. Porque está demostrado que los resultados educativos dependen mucho más de la familia que de la escuela, esto aquí y en Finlandia.

En los últimos meses la Generalitat ha impulsado las llamadas auditorías pedagógicas, para identificar los centros más problemáticos e intervenir.¿Qué cree que habría que hacer?

Lo que hay que hacer es romper los guetos. La mayoría de estas escuelas lo son.Hay colegios a los que han hecho estas auditorías pero no mejorarán mientras el alumnado represente un porcentaje pequeño y desfavorecido de su barrio.Incluso podemos poner más recursos, pero la dinámica no cambiará.

¿En Catalunya hay escuelas gueto?

Muchas. Tenemos escuelas con un 80% de niños y niñas de etnia gitana, mientras que en su barrio el porcentaje de esta etnia es del 20%. Esto ocurre.

¿Cómo se llega esta situación?

Esto ocurre si potencias el derecho -inventado- de las familias a escoger escuela y no haces políticas públicas para equilibrar el porcentaje de alumnos de origen inmigrante o de entornos pobres. Durante años las familias que han podido han ido retirando a sus hijos de centros con estas características, y una vez inicias este proceso se genera un círculo vicioso: a la siguiente matriculación habrá aún menos familias que querrán llevarlos allí. Al final quedan sólo las que no tienen ánimo o ganas de llevarse a los hijos. Y esto ocurre también en barrios de clase media.

¿ Como se puede romper este círculo? A veces sencillamente la escuela es reflejo de un barrio también guetizado.

No hay ningún barrio con concentraciones tan elevadas de inmigración como algunas escuelas públicas. Hay barrios como Ciutat Vella (Barcelona) donde hay escuelas públicas llenas de chicos de origen inmigrante y otras, a menudo concertadas, que tienen muchos menos. Esto es muy peligroso, y sólo hay que mirar París o Londres. Todas las escuelas pagadas con nuestros impuestos -esto es: públicas y concertadas- deben equilibrar los alumnos.

¿El volumen de inmigrantes condiciona los resultados del sistema?

Esto un mantra. Si la escuela va mal, es culpa de los inmigrantes. Si hay paro, también. Si hay colas en el hospital, también. Esto mismo ocurría con murcianos y andaluces en Catalunya a los 60.

¿Qué similitudes hay, desde el punto de vista del maestro, entre la pobreza de aquella época y la actual?

Había muchas situaciones de riesgo, igual que ahora, pero se vivía en un crecimiento económico que permitía a la gente encontrar trabajo, creer en una esperanza de mejora, en la educación como ascensor social, y eso se percibía en el aula. Ahora es al contrario. ¿Cómo convences a un joven de que debe seguir estudiando si su hermano es abogado y no tiene trabajo? Otra diferencia es que los adolescentes de ahora, a diferencia de hace décadas –y independientemente de la condición social–, a menudo no conocen la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal.

¿A qué se refiere?

A que la familia no les ha puesto límites. El instituto no puede pedir a un adolescente que se ordene la carpeta si en casa no le hacen ordenar la habitación. Y antes esto estaba garantizado. Quizás es porque las parejas trabajan más y tienen menos tiempo para sus hijos, y entonces lo intentan compensar cediendo a sus peticiones y evitándoles toda frustración… No lo sé.Pero hay que poner límites, aunque cueste y entendiendo que muchas familias tienen problemas más prioritarios, de trabajo y vivienda. Y desde el punto de vista escolar, en situaciones así, a los adolescentes se les debe dar afecto, pero también responsabilidades y exigencia. En su naturaleza rebelde, ponerles límites forma parte de su educación.

Fuente de la entrevista: http://www.eldiario.es/catalunya/Joan-Girona-deberes-fuente-desigualdades_0_358015182.html

Fuente de la imagen: http://img.kaloo.ga/thumb?url=http%3A%2F%2Fimages.eldiario.es%2Fcatalunyaplural%2FJoan-Maria-Girona_EDIIMA20150218_0891_5.jpg&md5val=112b9031dd37cf3d63423a116ffe90bb&key=1af95244eef96d4c5572dfede97f078f9a59b4af&method=fill&size=708×388

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«La amistad y la biografía simplificadas que ofrece Facebook son versiones falsas» Entrevista a Vicente Serrano

América del Sur/Chile/27 agosto 2016/Autor: Santiago Álvarez Cantalapiedra/Fuente: Rebelión

Vicente Serrano, filósofo y ensayista chileno, ganador del Premio Anagrama de Ensayo en el año 2011 por su obra La herida de Spinoza. Felicidad y política en la vida posmoderna, ha publicado recientemente un libro sobre el papel de las redes sociales, titulado con toda intención Fraudebook. Lo que la red social hace con nuestras vidas(Plaza y Valdés Editores). El protagonismo adquirido por las redes sociales en poco tiempo obliga a reflexionar sobre el papel que representan en nuestra vida cotidiana.1Frente a las innegables ventajas que ofrecen en muchos órdenes de nuestra existencia, contienen también riesgos indudables por las posibilidades que abren para el control y la manipulación de las personas, particularmente de las más jóvenes. Pero esto es algo sabido, como lo es también que el entorno virtual se ha convertido en una sofisticada maquinaria de apropiación de nuestro tiempo y atención, desterrando en gran medida el pensamiento calmo, profundo y concentrado. Sin embargo, en Fraudebook, Vicente Serrano va más allá y nos alerta de que, tras la aparente inocencia e ingenuidad de estos dispositivos, nos encontramos ante un artefacto que cabría calificar de biopolítico al ser capaz de incidir sobre nuestra intimidad, afectividad e identidad personal, transformándolas profundamente.

Santiago Álvarez Cantalapiedra (SAC): 1.500 millones de usuarios de Facebook, ¿cuál es la clave del éxito de esta red social? ¿Cómo la caracterizarías y distinguirías de otras redes sociales? ¿Qué elemento singular la define que no debemos ignorar?

 Vicente Serrano (VS): La cifra que mencionas es superior a la del número de fieles de la mayoría de las religiones. Solo es superada por el cristianismo si unimos las distintas iglesias que lo conforman, de las cuales la Iglesia católica tiene 1.400 millones de fieles, por debajo de Facebook. Claro que esta red social es una herramienta de comunicación en la era digital y en el capitalismo globalizado, pero ese dato comparativo es muy revelador de las claves de su éxito, precisamente porque, como las religiones, incide en la vida afectiva, en el ámbito de los sentimientos, y establece también una comunidad. Y eso la diferencia de otras redes en las que la dimensión afectiva está menos marcada. Pero como digo, esto lo hace en una época de mutación del capitalismo global y esa comunidad en la que se vuelcan los afectos es a la vez una gran herramienta que permite a la publicidad acceder a esa dimensión de intimidad, que es la misma sobre la que operaban las religiones. Ese cruce entre lo publicitario, la afectividad y la sensación de libertad es la fórmula que explica su éxito. En el libro utilizo la expresión “gran fábrica de afectividad” porque, de hecho, a través de Facebook la vida afectiva se convierte en riqueza, una riqueza que se produce mediante el tiempo y la vida afectiva de los usuarios.

SAC: Si el valor de la amistad es lo que pone en el centro esta red social, ¿de qué tipo de amistad estamos hablando?

  VS: Obviamente no es el concepto de amistad en sentido estricto de ese vínculo afectivo desinteresado que se ha considerado desde siempre uno de los elementos más valiosos de la vida humana. Antes todos sabíamos que había amigos, conocidos, colegas, vecinos, etc., y dentro de los amigos había grados, los más cercanos e íntimos nunca por definición podían ser muchos, porque la amistad es algo delicado y muy valioso, difícil y que hay que cuidar, que requiere tiempo. En el caso de Facebook se trata de una amistad en el sentido más laxo que empuja a la acumulación de amigos. Y aunque admite distintos grados, lo cierto es que en Facebook la idea de amistad se aplica por igual a todo y se ha ido decantando hacia aquellos elementos positivos, en ocasiones falsamente positivos, que definen lo publicitario, razón por la cual nunca admitirá el “No me gusta”. En su concepto de amistad cabe todo, desde intereses profesionales hasta verdaderas amistades reales, pasando por el elemento de promoción y propaganda que lo convierte en esa herramienta publicitaria de la que hablaba. De este modo, la amistad corre el riesgo de confundirse con un simple espejo vinculado a una tendencia narcisista de la sociedad. Si eso es un problema en general se hace más preocupante en determinantes rangos de edad. Los más jóvenes, ya nativos digitales, corren el riesgo de no conocer otro concepto de amistad que el de Facebook. Y eso lo considero una distorsión muy peligrosa.

SAC: Señalas en tu libro que los usuarios al publicar en su biografía esperan sobre todo aprobación. Afirmar lo que nos gusta, como forma de singularizarnos, y buscar en ello además el reconocimiento ajeno, es poco menos que una necesidad que experimentamos permanentemente los seres humanos. ¿No es Facebook, aparentemente, un eficaz satisfactor de esta necesidad tan humana?

  VS: En los doce años de vida de Facebook ha ido quedando claro que constituye, además de una formidable e indudable forma de comunicación, un escaparate en el que la aprobación a través del “Me gusta” ha adquirido un peso determinante en el sentido de la red. Es obvio que los humanos necesitamos la aprobación de los otros, pero esta se articula a partir de nuestras acciones, y es igualmente obvio que no todas son igualmente dignas de aprobación. El problema es cuando la aprobación se convierte en un fin en sí mismo. Es ahí donde la vida afectiva se convierte en publicidad, pero la publicidad lo es para vender un producto, no para relacionarse con los amigos. En la medida en que el usuario interioriza ese modelo, la identidad virtual que construye tiende al narcisismo y al exhibicionismo al verse reflejado en la pantalla mediante aprobaciones. Por supuesto hablamos de una tendencia dominante. No todos los usuarios se relacionan de la misma manera, pero creo que sí la mayoría.

SAC: ¿Qué otros aspectos conlleva Facebook? 

 VS: Además de ese falseamiento de la amistad y de la biografía, convertidas ambas en un modelo acumulativo propio de la actividad empresarial, creo que el otro rasgo más interesante es el hecho de que el usuario es productor de riqueza y ni siquiera lo es con plena conciencia. Ciertamente no es un trabajador al uso, porque no recibe un salario. En realidad se le dice que recibe un servicio que es gratis y lo será siempre. Pero el usuario invierte su tiempo y aporta su intimidad para producir riqueza para otros.

SAC: ¿Dónde está el fraude? 

 VS: El fraude, en un sentido no jurídico, desde luego, está precisamente en ese hecho de estar produciendo bajo la apariencia de que se recibe un servicio que es gratis y lo será siempre. La promesa de libertad y comunicación, por cierto muy real, lleva por así decir una letra pequeña, en este caso literalmente, que son las cláusulas de un contrato mediante el que cedes el uso de tu vida privada para que se produzca con ella. E igualmente me parece fraudulenta la incidencia sobre la amistad y la biografía que se articula desde el dispositivo. La amistad y la biografía simplificadas que ofrece son versiones falsas de lo que es nuestra biografía y de lo que son las relaciones de amistad, mediadas ambas por una estructura que las somete al impulso acumulador. SAC: ¿No es un ejemplo de lo que nos ofrece continuamente el capitalismo? VS: Sin duda. Y en varios sentidos. Por un lado mediante ese contrato el usuario se convierte en productor no consciente que aporta su vida afectiva al proceso productivo. El capitalismo se hace afectivo en el sentido literal de que ha emergido una nueva mercancía y una nueva relación de producción propia de la era digital y de la información. Pero por otro lado esa identidad articulada mediante la constante tensión hacia las adhesiones convierte a la afectividad y a la propia biografía en una especie de tarea empresarial que versa sobre uno mismo. Utilizo en el libro otra metáfora que es la de la cuenta corriente. La cuenta de Facebook tiene la misma estructura, solo que lo que se deposita no es dinero, sino sentimientos y acontecimientos de la vida de cada cual. Pero, como en la cuenta, lo decisivo es la tendencia acumulativa que define el capitalismo y que ahora tiende a interiorizarse.

SAC: ¿Podrías extenderte un poco en tu afirmación de que nos encontramos ante un dispositivo biopolítico? 

 VS: Tiene mucho que ver con esa interiorización y con la producción. El término biopolítica lo utilizó Foucault para definir un modo de entender el poder que no consiste ya en hacer morir y dejar vivir, como en el caso del soberano clásico que decide sobre la muerte y deja vivir en lo demás. Foucault lo invierte y habla de dejar morir y hacer vivir, es decir, de producir vida. Ha habido interpretaciones de lo que quería decir con esto, autores que lo han interpretado sobre todo en clave biologicista, como Giorgio Agamben o Roberto Esposito. Pero lo cierto es que Foucault lo vinculó al liberalismo económico. En uno de sus cursos de finales de los años 80 del siglo pasado titulado «El nacimiento de la biopolítica» hablaba de la tendencia del liberalismo a que cada cual se convierta en empresario de sí mismo. Mi lectura es que precisamente Facebook expresa esto de una manera nítida mediante la “producción” de esas biografías falseadas de las que hablaba más arriba. La producción de vida entendida como producción de biografías y además marcadas por ese principio acumulativo interiorizado al que me refería. Es un modo de “gobernar” millones de vidas, pero que pasa inadvertido como tal, que es vivido como una ampliación de libertad. A esa situación es a lo que Foucault llamaba la ironía del dispositivo, que al dominarnos nos hace creer que somos más libres. Él lo aplicó a mediados de los años 70 del pasado siglo al discurso en torno a la sexualidad, pero creo que es perfectamente extensible al discurso en torno a las nuevas formas de comunicación que llamamos redes sociales, y en particular a Facebook.

SAC: ¿Estamos abocados a vivir nuestra afectividad mediada por estas nuevas realidades? ¿Qué cabe hacer: confiarlo todo a la elección de la persona incidiendo en su educación sentimental o es legítimo pensar además que, dada la naturaleza y efectos de estos dispositivos, necesitamos regular conscientemente esta “máquina de los afectos”? 

  VS: Está claro que no hay marcha atrás con las tecnologías y con todo lo que supone la revolución digital. Pero hay que tener en cuenta que esta no es más que un nuevo salto en el proceso complejo de la modernidad. En otras obras, como en Soñando Monstruos o La herida de Spinoza, he defendido que el mundo moderno viene instalando de modo creciente un orden afectivo determinado, dando prioridad a una jerarquía de afectos vinculada a la acumulación, a la inquietud, a la voluntad de poder, a una ansiedad constante que se corresponde con la mirada moderna. En una obra publicada en Chile en 2014, que lleva el título de Naturaleza muerta, desarrollo la idea de que la naturaleza premoderna era sobre todo un orden afectivo. Ya no podemos recuperarlo de ese modo, en los mismos términos que tenía para la vieja Grecia o para las culturas originarias de América, por ejemplo, pero sí como una indagación en nuestra afectividad. El reto es ser capaces de establecer un orden afectivo después de la muerte de la naturaleza en el sentido que menciono. Y no creo que el problema sean las máquinas, porque desde los artificios es posible articular otro tipo de afectos, como lo demuestran múltiples artistas digitales. Pensemos por ejemplo en un artista como Bill Viola, que desde las nuevas tecnologías recupera el universo de las pasiones… La cuestión estriba en saber que debajo y detrás de cada máquina y de cada clic está presente un afecto, y saber identificarlo. Lo que planteo en Fraudebookes precisamente el modo en que esa dimensión ha pasado inadvertida y que esa red en particular posee una estructura y un orden afectivo como dispositivo biopolítico. El objetivo al escribir el libro es sacarlo a la luz.

SAC: Las redes sociales evolucionan, cambian, pasan de moda, lo hemos visto con twitter ¿Cómo crees que evolucionará Facebook? ¿Qué futuro le aguarda? ¿Qué futuro le desearías? 

 VS: Ha habido quienes anunciaron el final de Facebook para este mismo año. Es difícil hacer predicciones, pero es obvio que cada vez hay más reticencias a colgar determinados contenidos, sobre todo los más íntimos y afectivos. Facebook va mostrando cada vez más su cara más publicitaria y profesional. Si esa tendencia se confirma estamos en el comienzo del declive, porque su fuerza fue precisamente esa incidencia sobre lo afectivo, que a su vez alimentó la dimensión publicitaria. Ahora bien, que el territorio conquistado por Facebook –esa integración de lo afectivo en la producción– lo heredarán otros dispositivos, de eso no tengo duda. Como tampoco la tengo de que el pensamiento crítico y la búsqueda estética y ética seguirán pugnando por pensar nuestra relación con las máquinas y con nosotros mismos como se ha hecho a lo largo de la historia.

1 V. Serrano, Fraudebook. Lo que la red social hace con nuestras vidas, Plaza y Valdés Editores, Madrid, 2016.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215874&titular=%22la-amistad-y-la-biograf%EDa-simplificadas-que-ofrece-%3Ci%3Efacebook%3C/i%3E-son-versiones-falsas%22-

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