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Darío Sztajnszrajber y Luciana Peker proponen deconstruir el amor para “democratizar” los vínculos y el deseo

El filósofo y la periodista feminista hablan de “la paja”, el “te amo” y “el garche” en tiempos de crisis de la monogamia.

Darío Sztajnszrajber se dedica a la divulgación de la filosofía y Luciana Peker es periodista feminista. Se juntaron para hacer La deconstrucción del amor: la paja, el “te amo” y el garche, un espectáculo para reflexionar sobre las significaciones del amor y las relaciones sexo-afectivas en tiempos de revolución feminista.

La divulgación de la filosofía por parte de Darío comenzó a partir de Mentira la verdad, un programa que luego mutó a otras plataformas –teatro, radio y literatura– y que ahora vuelve a relanzarse en el Canal Encuentro.

Luciana fue pionera del periodismo feminista en América Latina. Trabajó 21 años en el suplemento “Las 12”, de Página 12, y ahora escribe en Infobae. Escribió los libros Putita golosa y La revolución de las hijas. Este año va por el tercero.

La dupla se presentó esta semana en Montevideo y agotó dos funciones en Sala Zitarrosa. Por eso, ya está prevista la vuelta, el 14 de marzo.

¿De dónde surge la idea de deconstruir el amor?

DS: Cuestiono mucho el “te amo” como una fórmula industrial y normalizada. Eso a Luciana le hizo mucho ruido. Ella trata de rescatar un “te amo” deconstruido, que no pierda la conexión más profunda que se da en el encuentro con la singularidad.

LP: Creo en la recuperación de la palabra, de una manera casi setentista, de creer que las palabras pueden transformar las cosas. Hacemos muchas críticas a muchos lugares de los años 70, pero el feminismo recupera el lugar de la palabra. Más allá de todo cinismo de época, lo que hace más que nada es eso. Entender la historia es el piso básico para transformarla. El feminismo que cuestiona al amor es lógico que termine generando un cimbronazo. Se produce porque cuestionamos fuerte a la violencia. Esto pasa en América Latina. En Europa, en cambio, existe una idea de igualdad en la que los varones no son cuestionados. Y se cree que con más igualdad se va a terminar la violencia. No alcanza con decir que con la igualdad se va a terminar el machismo. Como si aumentar el PIB fuera a causar un efecto de derrame. Es una idea fracasada. El feminismo y la interpelación a los varones es tan fuerte que un lugar donde lo están cobrando es en el amor. Y duele que nos lo cobren en el amor.

¿Qué es el amor? ¿Qué significa un “te amo”?

DS: Habría que diferenciar las definiciones del amor del “te amo”. El “te amo” es una fórmula que, justamente, entra en contradicción con lo que en principio se supone que es el amor: un encuentro irreductible con la alteridad del otro. Entonces, la tensión que se provoca es vivir en dispositivos lingüísticos que formatean la forma de pensar, por un lado. Y, al mismo tiempo, seguir concibiendo el amor desde un lugar de una singularidad única, casi epifánica, que genera un encuentro con la diferencia. Si el amor es el encuentro con la diferencia, el “te amo” es la repetición vacua y burocrática de lo mismo. Entonces, decirle “te amo” a alguien con quien conectás en su singular diferencia es básicamente mentirle, o crear un artificio. Si a mí alguien me ama en mi singularidad, que no me diga “te amo”, porque me está diciendo lo mismo que le dice a todo el mundo. Y entra en ese juego repetitivo. Pero, al mismo tiempo, ¿qué me dice?, ¿cómo me conecto? Hablar sobre el “te amo” es un hilo conductor que nos permite visualizar un problema mucho más complejo, que se da entre vivir en dispositivos que nos condicionan y nos serializan en formatos de homogeneización existencial y esa búsqueda irrefrenable del ser humano por su singularidad y su diferencia. No hace falta leer manuales teóricos para entender esa tensión. Se puede entender en una boludez como el “te amo”. Hay un montón de definiciones para el amor. La filosofía no habla de otra cosa. Filosofía es amor al saber. O sea, habla de sí misma todo el tiempo y no hace otra cosa que buscar algo que nunca puede alcanzar. La filosofía provoca esa sensación casi melancólica de ir por un objetivo inalcanzable, casi imposible. Es una experiencia de lo imposible. Y esa experiencia es amorosa. El amor en el que creo es un amor imposible. Cuando se vuelve posible, nunca cierra. Si al amor lo concebimos posible, tenemos que aceptar su imposibilidad. Esa paradoja hace que nos peleemos contra un sentido común que cree en un amor pleno, en el amor romántico en el sentido más naíf. Entendemos que, como toda religión y toda farmacología –porque el amor tiene algo de ambas–, lo que busca es sosegarnos. Pero es un sosiego que tiene la estructura de una promesa mesiánica. Esa idea de que en algún momento venidero la cosa va a estar bien. Uno siempre pone al amor en un futuro realizable, y de algún modo eso regula nuestra tranquilidad existencial. Si le pudiera pedir a Dios un deseo en algún momento, sería que nos quite la capacidad de desear. No podemos hacer otra cosa. Hay algo del amor, que por un lado nos embellece y le pone onda a todo lo que hacemos, y por otro lado nos hace sufrir. Hay una canción de Caetano Veloso que se pregunta para qué riman el amor y el dolor. Es una asociación a la que en general no le damos bola. Pero todos sufrimos en el amor. Sin embargo, seguimos creando religiosa y farmacológicamente una idea del amor remedio. Luciana le llama a eso “amor carilina”.

LP: El feminismo nos lleva a ver que no somos todos iguales. Hay una clave: “no quiero darte mi fragilidad si no querés recibirla”. Se trata de pensar en un amor con cuidados y de la fragilidad. Las personas estamos llenas de fragilidades. Esto depende de muchas variables, además de las económicas y de clase, que por supuesto refuerzan esa fragilidad; también se trata de fragilidades subjetivas, que tienen que ver con nuestras historias familiares, situaciones, dolores, pérdidas. Aunque no soy creyente, entiendo que en gran parte las religiones vienen a subsanar algo que tiene que ver con un dolor que es imposible de sobrellevar sin fe. Si bien no soy religiosa, acuerdo completamente con la bondad y la necesidad de la fe. Con lo que no estoy de acuerdo es con el uso y la manipulación que han hecho las instituciones mafiosas de esas necesidades de fe. Con la necesidad de amor pasa lo mismo. Hay una fragilidad que tiene que ver con los deseos de amor. No quiero que el machismo use esa necesidad para hacer lo mismo que la religión hace con las mujeres. En ambos casos se usa una necesidad humana para generar sumisión. No hay modelos ideales, pero me gustaría poder bancar esa fragilidad. Va creciendo con los años, sos más frágil en el amor a los 40 que a los 20. Me duele más el amor ahora que cuando era joven. No existe un feminismo que lo pueda esconder. Cuando ponés en juego el amor, ponés en juego la fragilidad. Es como pedirle a una religión que no se aproveche de eso para someterte. Lo mismo hay que pedirle al amor.

¿A qué se parece un amor deconstruido?

DS: La primera frase del espectáculo, que rige todo lo que vamos a tratar de reflexionar, es: “El día en que dejemos de creer en el amor vamos a poder volver a enamorarnos”. Es una frase casi paradójica. Una paradoja que se empieza a disolver en la medida en que uno entienda que se trata de dos tipos de amor. Y sobre todo que hay un ideal del amor llamado amor romántico que viene con todo una serie de consecuencias, de daños colaterales graves. El amor romántico es una idea falogocentrista, donde obviamente la idea de amor como complemento supone una idea de ser humano carente. Y sobre todo es la mujer quien es sujeto de la carencia. Esta idea que le dice a las chicas desde chiquitas que van a ser felices cuando sean grandes y encuentren al príncipe azul. Esto significa que te tenés que enamorar de alguien que te complete. Al varón de chico no le dicen eso, porque no necesita que lo completen. No hay una princesa rosa. Esa asimetría marca una diferencia que tiene que ver con el amor romántico. Cuando hablamos de amor romántico hablamos de carencia, de complemento para lograr la plenitud. Y sobre todo de imperfección. La carencia no es joda. O todos los seres humanos somos carentes o ninguno lo es. Decir que la mujer es carente a partir de una construcción simbólica habla de un dispositivo que está trabajando para eso. Deconstruir no es destruir. Deconstruir es emancipar algo que es sujeto, sujetado y dispuesto para un lado, privando todas las otras significaciones que ese fenómeno puede tener. Se nos ha hecho creer que el amor es de un modo y que no puede ser de otro. Estamos inmersos en ese paradigma del amor, que es el que de algún modo está bueno hacer estallar. Cuando uno hace estallar ese amor afloran amores varios, diversos, plurales, democráticos, horizontales, y no una forma hegemónica que se impone como única. Deconstruir es desnaturalizar, pelearse con que hay una forma del amor que por naturaleza no puede ser de otro modo. Deconstruir es desidentificar, sacarnos de la idea de que hay una identidad sexual imaginaria y heteronormativa en la que se juega el amor. Deconstruir es politizar. Y politizar es hacernos conscientes de que en el amor es donde más se juegan las relaciones de poder. Entonces, al deconstruir el amor, lo colocás en todas esas dimensiones propias de una realidad social que es clave a la hora de entender lo humano. Al deconstruir visualizás cómo se ejercen las relaciones de poder y podés avanzar hacia una primera emancipación en que el amor se juegue de un modo mucho más democrático.

LP: Voy a aprovechar esta excusa maravillosa de que estamos comiendo en un lugar en donde hay un postre que se llama “deconstrucción de carrot cake” para graficarlo con postres. En realidad pueden agarrar un manojo de una torta vieja y simplemente te dan las migajas. Y en parte es lo que pasa ahora con el amor: el tipo lo único que quiere es tirarte una migaja de sexo en un encuentro fugaz. Eso no es deconstruir el amor. Se puede reciclar, y eso me parece copado. También es entender qué es lo que vale la pena o qué es lo que te gusta. Se puede elegir también qué ingredientes te gustan. Por ejemplo, la parte en que nos enseñaron que para ser amadas teníamos que bancarnos la violencia o los celos hiperposesivos la dejo de lado y me quedo con la parte más melosa que es la que me gusta, la que me da alegría, la que me acompaña, la que me hace sentir bien. Está bueno desarmar y ver primero de qué cosas una puede desprenderse y de cuáles no, porque una no se puede desprender de todo, porque nacimos en esta cultura y tenemos vulnerabilidades. El amor tal como estaba diagramado para las mujeres era una trampa de dar nuestro tiempo, dinero, pasión y deseo a un modelo que nos oprimía completamente. Decir que ahora si queremos ser independientes nos vamos a quedar sin amor también es una trampa. En el medio tenemos que encontrar maneras de construir un amor nuevo o lo que más nos gusta de cada postre.

¿Deconstruir el amor hegemónico pone en juego romper con la monogamia?

Foto: Mariana Greif
Foto: Mariana Greif

DS: Una de las derivaciones de la deconstrucción del amor hegemónico es la deconstrucción de la monogamia. Justamente, pone en evidencia que la monogamia no es una cuestión afectiva, y que el sentido común triunfa en la medida en que coloca la cuestión monogámica como un problema afectivo, como un problema de decisión voluntaria que toman las parejas. Si no, es creer demasiado en el poder de la voluntad y del individuo. Una pareja que decide tener una pareja abierta no está rompiendo con la monogamia, porque la monogamia es un problema de orden social, de orden político y hasta de orden productivo. En la Edad Media había mucha gente que podía no creer en Dios, pero era una etapa sumamente teocéntrica. Obviamente cualquiera de nosotros puede generar con su vida una serie de movimientos. Otra cosa es la posibilidad de una emancipación del orden monogámico como un orden que construye vínculos absolutamente alineados, con necesidades propias del sistema productivo. Una sociedad posmonogámica, en principio, si la pensamos en una diversificación de lazos vinculares, realmente chocaría fuerte con la administración de energías que hoy necesita el capitalismo avanzado. Nosotros podemos imaginarnos teniendo muches novies durante la semana. Lo que no podemos imaginar, teniendo tantos noviazgos, es tener tiempo para trabajar, porque se te iría el día entero en algo más divertido, o en algo más propio y no tan enajenado. No hay que caer en lo que se discute en los medios hegemónicos, que proponen consignas del estilo “monogamia versus poliamor”, en un plan “a ver quién se anima”. Se trata de entender ambos aspectos como parte de lo que es una politización del amor, que es el lugar donde más se juega la emancipación amorosa. Porque lo personal es político y eso significa, en este caso, cómo se siguen construyendo zonas donde se nos hace creer que lo político no se juega. El amor es la número uno. Entonces repolitizar al amor es fundamental, con todas las derivaciones que tiene.

LP: El jaque a la monogamia es como la heterosexualidad obligatoria; es un modelo que era una ficción y en el que, en general, lo que pasaba era que a las mujeres les decían que si ellas estaban con otro tipo eran unas putas, mientras que los varones casados estaban con otras mujeres y eran los playboy. En las militancias siempre sucedía aquello de la casa grande y la casa chica, y con cualquiera de los pensadores con los que nos identificamos vamos a ver esas escenas. Entonces, salir de la monogamia obligatoria es un planteo indispensable para pensar un amor sin opresión. Pero depende del deseo personal, y no hay un ideal. También hay fragilidades. Hay quienes se lo bancan y quienes no.

DS: Luciana dice algo clave que es “lo obligatorio”. El problema de la monogamia es la coacción normativa, la obligación.

LP: Es ir contra esa idea del destino como final de la vida. Ahí el poliamor viene a legitimar relaciones que en realidad existieron siempre, pero los tipos eran los que podían irse y las mujeres no. Tenían un rol subrogado o de jerarquización (la uno y la dos). Eso hay que cuestionarlo. Igual, en general, soy bastante desconfiada con la realidad de lo que pasa con el poliamor. Hay una cosa de los machirulos diciéndote: “Ah, si sos feminista ahora bancate que yo esté con mil minas”. Antes estaba mal y ahora parece que está bien. Y que eso es lo que te tenés que bancar, entonces ahí soy desconfiada del proceso en que se pone eso en discurso. Muchas mujeres en realidad no quieren eso, pero terminan creyendo que ahora ser piola y avanzadas feministas es bancarse esos amores; entre mujeres también pasa. Me interesa más la idea de un amor con cuidado que la idea de un caos en donde no importe la fragilidad de la otra o del otro.

Se nos quiere hacer creer que hay un amor donde no se sufre.

DS: En ese sentido, en mi último libro, Filosofía a martillazos, hay un capítulo que se llama “Post amor”, donde experimento un poco con la idea de amor posmonogámico donde el pos está un poco en línea con lo que decía Luciana. Viene a referenciar que salir de la monogamia no es entrar en otro dispositivo normativo a partir del cual se generen acuerdos y contratos para un poliamor, para una pareja abierta o para lo que fuera, sino que el problema es la tensión entre el amor y la norma. Tal vez esa tensión sea permanente. Tal vez no se trate de salir de la monogamia para alcanzar otro estado social vincular, sino entender que siempre vamos a estar saliendo de la monogamia. Del mismo modo que el lenguaje no agota todo lo que decimos, y que hablamos siempre peleándonos contra lo que decimos. Tal vez las relaciones vinculares son relaciones monogámicas que se distienden. Pensar una alternativa a la monogamia que consista casi en un mundo nuevo con estructuras normativas distintas me parece reproducir lo mismo que se cuestiona. En ese sentido soy más pos, me gusta el pos como sinónimo de trabajar una tradición en la que venimos imbuidos y que la vamos distendiendo con nuestras prácticas. El clima social vincular tiene que ver con una monogamia en crisis. Ahora, tal vez no hay salida de eso, como no hay salida a la muerte: nadie quiere morir y hacemos cualquier cosa para tratar de zafar, aunque nos vamos a morir igual. Me parece que eso tiene que ver también con esos formatos más religiosos de los que hablamos al principio con Luciana, en los que se nos quiere hacer creer que hay un amor donde no se sufre. Tal vez esa es la tragedia. Por eso vuelvo a decir que si hubiera un Dios le pediría no desear.

Una de las cosas en que coinciden en el espectáculo es que una de las claves para deconstruir el amor es desear el deseo de la otra. Luciana, vos vas más lejos y pedís directamente a los varones que se animen a desear el deseo de las mujeres.

LP: Esa es la clave y el punto G de todo. El efecto del feminismo es que los varones no se bancan el deseo de las mujeres y otras identidades sexuales. Hay un nivel de rechazo, de huida o de indiferencia hacia las mujeres que desean que tiene que ver con un rechazo a no bancarse que el lugar del deseo sea de las mujeres. El feminismo, como movimiento, que además es político, lo que ha hecho resurgir es que nosotras tenemos la capacidad de cambiarlo todo. Y tenemos un montón de victorias claras en una época de derrotas de los gobiernos populares, de los que fueron revoluciones y proyectos transformadores en América Latina. Además, para esto hemos creado un movimiento político conjunto que llegó a ser un paradigma en el mundo. Es latinoamericano, lo cual para mí es superimportante. Ahí sí los tipos tienen una decepción, como de no querer desear. Y nosotras estamos calientes: estamos arriba, estamos alzadas políticamente. Incluso mucha cosa de los varones que se acercan al feminismo tiene que ver con que están envidiando ese deseo político. Lo envidian, pero no se lo bancan cuando ese deseo es personal, porque están en otra sintonía. Porque en muchos varones –muy especialmente en los más grandes o en los que más tienen nostalgia setentista– la sensación es de fracaso. Nosotras no nos sentimos fracasadas, pero, además, la verdad es que no hemos fracasado. Tenemos un sinfín de logros en América Latina, en Uruguay muy fuertemente, pero en muchos casos con grandes retrocesos. Aun así, nosotras hemos pasado de no poder votar a tener equidad política medio siglo después; hemos pasado de no poder acceder a la anticoncepción gratuita a lograrlo después de 20 años de lucha. Hemos pasado de no tener educación sexual a que ahora una pibita en el medio de una villa te diga que goza sexualmente. Esos son logros. Nosotras estamos revestidas del deseo pujante de saber que hemos logrado cosas, cuando en general el escenario político es o de liberales, que lo que quieren es sólo el bienestar para ellos, o de escepticismo. Nosotras no estamos escépticas, estamos fogosas. Pero ese fuego es difícil trasladarlo a los vínculos sexuales y personales, entre otras cosas porque los varones están mucho más abajo que las mujeres. En general, cuando hay otra que está arriba, yo la veo y me sube, me gusta su deseo. Pero los varones están haciendo todo lo contrario: en vez de subirse al tren, acoplarse a ese deseo y llenarse de vitalidad, le están huyendo, como si fuéramos demonios modernos.

DS: El feminismo hoy es vanguardia en la refundación de lo político, y digo lo político para diferenciarlo de la política, entendiendo esta última como el conjunto de prácticas e instituciones sociales que pretenden de algún modo representar la política. Hay una crisis de representatividad fuerte en la política y esa crisis dio origen a uno de los movimientos de derecha más importantes de la última década, que es, para darle un nombre y englobarlo en un concepto, la idea de la antipolítica. Si tuviera que definir a la derecha con una categoría sería esa. Después podés obviamente visualizar su contenido más evangelista, más conservador, más liberal, pero lo que hay es una idea de despolitización muy fuerte que tiene que ver con la crisis de representatividad de la política tradicional. Lo que ha hecho el feminismo a partir de la frase “lo personal es político” es repolitizar. Es mostrar que frente a la crisis de la política la única salida no es la despolitización, sino todo lo contrario; es la repolitización de la vida cotidiana. Porque en todos lados se juega lo político: en el amor, en el sexo, en la relación con les hijes, pero también en el aula, en la calle, en la playa, en las relaciones más íntimas y más inmediatas. Eso es clave en la medida en que encontrás en el feminismo toda una serie de características que también podés encontrar hoy en el ambientalismo, donde hay de algún modo, por suerte, mucha despersonalización, mucha horizontalidad y representatividad que tiene que ver con la sensación de que uno está peleando por demandas muy ligadas a los cimientos cotidianos, y sobre todo una desnaturalización histórica de privilegios de los distintos statu quo. El feminismo abrió una brecha ahí y por eso genera tanta reacción. Hay como una animadversión frente al feminismo desmedida. Porque el poder no es tonto, nunca lo ha sido. Visualiza que ahí se abre una canilla y se les inunda el rancho entero. La deconstrucción del lugar de la mujer como un lugar de subsidiariedad viene acompañada de la deconstrucción de la identidad sexual y de la identidad toda. La canilla realmente termina explotando y se viene un nuevo diluvio bíblico, que tiene un único damnificado: los que hasta ahora han vivido de sus privilegios. El arca de Noé nueva es un mundo nuevo donde la cosa realmente podría ser de otro modo, por eso genera tanta reacción. La democracia, como dice [el filósofo francés, Jacques] Derrida, es siempre estar sensible a quiénes son en la actualidad esos otros invisibilizados. Porque no hay nada peor para una democracia que creerse que está acabada, que alcanzó un estadio de emancipación de todos los que estamos. Cuando todos los que estamos decimos que somos todos los que estamos, es porque seguro hay alguien afuera que no estamos viendo. Entonces es como una necesidad fundamental estar siempre alerta a eso.

La lucha de clases hay que reemplazarla por otra lucha. Ya no es entre clase oprimida y clase opresora, sino entre aquellos que eyaculan y aquellos que asisten a los que eyaculan.

Ya hablaron del amor y el “te amo”. ¿Qué pasa con la paja y el garche?

DS: Paul Preciado dice que hoy la lucha de clases hay que reemplazarla por otra lucha. Ya no es entre clase oprimida y clase opresora, sino entre aquellos que eyaculan y aquellos que asisten a los que eyaculan. La paja, de algún modo, tiene su faceta normalizada, pero, como el amor, tiene también su forma más revolucionaria. En la medida en que sigamos pensando al amor como un encuentro con lo que uno proyecta de sí mismo en el otro, todo amor es pajero, porque siempre es una relación con uno mismo puesto en el otro. Con el garche pasa lo mismo. Es una discusión eterna sobre si es lo mismo garchar con amor o sin amor. Por alguna razón siempre empata. En algún momento decíamos con Luciana que, en realidad, qué hermosa pareja aquella que pueda garchar con amor y sin amor cuando se le cante el orto y no tenga que estar abocada a una u otra como la forma normativa.

Fuente: https://feminismos.ladiaria.com.uy/articulo/2020/2/dario-sztajnszrajber-y-luciana-peker-proponen-deconstruir-el-amor-para-democratizar-los-vinculos-y-el-deseo/

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Joanna Herat: «Si no brindamos a los jóvenes una educación sexual de calidad, el mundo digital lo hará»

Por: Joanna Herat, especialista senior en programas de salud y educación de la UNESCO, con experiencia en educación sexual integral, VIH y violencia de género relacionada con la escuela. Joanna lidera el equipo que organiza el Simposio Switched On en Estambul, Turquía, del 19 al 21 de febrero de 2020, en torno a la educación sexual en el espacio digital.

Demasiados jóvenes crecen sin educación sexual de calidad integral (CSE), del tipo que va más allá de los conceptos básicos de sexo y reproducción, para cubrir temas como las relaciones, la igualdad de género, la imagen corporal y el consentimiento. Si bien es difícil decir a cuántas personas afecta esto, es justo decir que miles, quizás millones, de jóvenes llegan a la edad adulta con mensajes confusos, conflictivos y a menudo negativos sobre la sexualidad, exacerbados por el silencio avergonzado de los adultos.
concepto de redes sociales

Imagen: Getty / Ryan King

La necesidad y el apetito de más educación sexual están ahí. Mire el éxito de la educación sexual de Netflix 2019 , la educación sexual, que responde a la gran cantidad de preguntas que los jóvenes tienen sobre el crecimiento, sus cuerpos cambiantes, el sexo y el amor. En medio de los juicios a menudo divertidos de la vida adolescente, la serie aborda problemas graves como la violencia de género relacionada con la escuela, la violencia escolar y el acoso escolar, la sexualidad y la identidad.

No es sorprendente, entonces, que un número creciente de jóvenes recurra a espacios digitales para obtener información sobre sexo y relaciones, interesados ​​en la privacidad y el anonimato que puede ofrecer. Un nuevo informe técnico que publicamos para el Simposio de esta semana en Estambul muestra que el 71% de los jóvenes de 15 a 24 años buscaron educación e información sobre sexualidad en línea en los últimos 12 meses. Algunos pueden estar buscando información en forma de entretenimiento, como en Netflix ‘ Sex Education , o en un formato más educativo, como ciertas páginas web, grupos de chat, sitios de redes sociales y a través de personas influyentes en las redes sociales.

¿Qué tan excitados están los jóvenes?

Como se menciona en nuestro nuevo informe , la Unión Internacional de Telecomunicaciones descubrió que el 70% de los jóvenes de 15 a 24 años están en línea, aunque esto no está uniformemente disperso en todas las regiones. En los países más desarrollados, el 94% de los jóvenes de 15 a 24 años usan Internet. Esto se reduce al 67% de los jóvenes en los países en desarrollo y solo al 30% en los países menos adelantados (PMA). Los jóvenes africanos son los menos conectados. Alrededor del 60% no está en línea, en comparación con solo el 4% en Europa.

Para aquellos con acceso, los espacios digitales ofrecen una gran oportunidad para que aprendan sobre sexualidad. Pueden proporcionar un espacio seguro para hablar sobre temas como la menstruación, el sexo, las relaciones y la seguridad. También pueden construir comunidades de personas con intereses o necesidades similares, como los jóvenes con discapacidades o aquellos con diversas orientaciones sexuales e identidades y expresiones de género.

¿Qué piensan los jóvenes?

El nuevo resumen técnico de la UNESCO de hoy revela los resultados de dos revisiones encargadas por la UNESCO en 2019. Una revisión analizó cómo el contenido digital influye en el conocimiento, las actitudes y el comportamiento de los jóvenes, y la otra involucró una investigación primaria con jóvenes de todo el mundo.

Los temas a los que los jóvenes más accedieron en línea fueron infecciones de transmisión sexual (ITS) o VIH; cultura, sociedad y sexualidad; acoso sexual, abuso y violencia; y relaciones personales. Los primeros adolescentes de entre 10 y 14 años estaban más interesados ​​en aprender sobre los cambios en sus cuerpos que en el sexo y las relaciones.

El lugar donde los jóvenes acceden a la información varía según la edad. Una abrumadora mayoría de adolescentes de mediana edad (85%) y jóvenes mayores (91%) usan aplicaciones móviles con regularidad, y ambos grupos de edad muestran una fuerte preferencia por foros de chat, servicios de mensajería y redes sociales. Por el contrario, las plataformas de video y los sitios web se usan solo ocasionalmente para 9 de cada 10 jóvenes.

Parece que para muchos jóvenes, la educación sexual en línea es un gran compañero para la entrega tradicional del tema en el aula y, para algunos, puede ser el único lugar al que acceden. Los jóvenes a menudo recurren a espacios digitales porque no pueden acceder de manera rápida y conveniente a la información en otro lugar.

Según el resumen técnico, todos los jóvenes que participaron en los estudios de la UNESCO de 2019 informaron haber sido influenciados positivamente por el contenido al que acceden en línea y sintieron que tenían un efecto positivo en su comportamiento. Los adolescentes más jóvenes dijeron que preferían la información escrita a las conversaciones cara a cara, probablemente debido a su incomodidad al hablar sobre el cuerpo, el sexo y las relaciones. A medida que crecen, los jóvenes también aprecian las interacciones fuera de línea, asumiendo que pueden ser más verificables.

¿Cómo mantenemos segura la educación sexual digital?

Al igual que en el mundo fuera de línea, existen riesgos para niños y jóvenes en línea. Los espacios digitales no son inmunes a la estigmatización, la intimidación y la coerción, ni a la violencia sexual y de género. Algunos grupos son especialmente vulnerables, particularmente mujeres y niñas, mujeres que sufren violencia fuera de línea, minorías raciales y étnicas y LGBTI, defensores y activistas de derechos humanos y personas en la esfera pública.

La información disponible en los espacios digitales debería ayudar a los jóvenes a tomar decisiones conscientes, saludables y respetuosas sobre las relaciones, el sexo y la reproducción. Sin embargo, en muchos casos en línea, la información es inexacta y dañina. Esto incluye la pornografía, que rara vez muestra prácticas sexuales más seguras y a menudo propaga estereotipos sobre género, sexismo, objetivación sexual y actitudes de apoyo a la violencia. Un importante sitio web de pornografía informó 42 mil millones de visitas a su sitio en 2019, con más de 115 millones de visitas por día en todo el mundo. Los jóvenes de entre 18 y 24 años fueron los segundos consumidores más altos, aunque los datos para niños menores de 18 años no están disponibles.

Es importante que los jóvenes reciban apoyo para examinar críticamente la información y los mensajes que reciben dentro de los espacios digitales. Por esta razón, la educación integral en sexualidad, como se describe en la Guía Técnica de la ONU , es una pieza crítica del rompecabezas, ya que brinda a los jóvenes el conocimiento y las habilidades que necesitan para dar sentido a las imágenes, prácticas, normas y guiones que ven en línea. Les ayuda a comprender los aspectos de la sexualidad que a veces están ausentes en línea, como la intimidad emocional, la negociación del consentimiento y la discusión sobre la anticoncepción moderna.

¿Qué está pasando en Estambul, Turquía?

170 personas se reunirán en Estambul, Turquía, esta semana para el simposio Switched On , sobre educación sexual en el espacio digital. Es el resultado de una asociación entre la UNESCO, el UNFPA, la International Planned Parenthood Foundation (IPPF) y el Centro Federal de Educación para la Salud (BZgA)

Queremos entender cómo los creadores de contenido brindan educación sexual a través de plataformas digitales y, lo que es más importante, cómo garantizar que los jóvenes reciban información precisa y sin prejuicios. Esto significa más investigación sobre la efectividad de la educación sexual digital y su idoneidad para diferentes grupos de edad, así como más información sobre la relación entre la educación sexual en persona y la entrega en línea.

Esto vuelve a la razón por la que estamos celebrando este simposio sobre educación sexual en el espacio digital, y por qué hemos publicado un nuevo resumen técnico sobre el mismo tema. Esto se debe a que la UNESCO, junto con sus socios, tiene un compromiso de larga data para garantizar que todos los niños y jóvenes tengan el conocimiento, las habilidades, las actitudes y los valores que los capacitarán para realizar su salud, bienestar y dignidad.

Para lograr esto, necesitamos hacer que la educación integral en sexualidad (CSE), un proceso basado en el currículo de enseñanza y aprendizaje sobre los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad, esté disponible para todos. Eso podría ser en el aula, a través de una aplicación de iPad o teléfono, o en línea, aunque se necesita más investigación sobre dónde deben estar los límites en línea y cómo se pueden dibujar, algo que esperamos discutir esta semana en Estamb

Fuente: https://gemreportunesco.wordpress.com/2020/02/19/if-we-do-not-provide-young-people-with-quality-sexuality-education-the-digital-world-will/

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Entrevista a Gina Rippon: “No tiene sentido preguntarse si un cerebro es femenino o masculino”

Entrevista/27 Febrero 2020/Autor: Rafa de Miguel/elpais.com

La profesora de Neuroimagen Cognitiva de la Universidad de Aston hace trizas el término “neurobasura”, que malinterpreta datos científicos para demostrar erróneamente que hombres y mujeres son diferentes

Gina Rippon (Essex, Reino Unido, 70 años) no soporta que le digan que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus. “Hombres y mujeres son del planeta Tierra”, responde esta profesora de Neuroimagen Cognitiva que ha provocado un terremoto en la comunidad científica con su libro El género y nuestros cerebros, de la editorial Galaxia Gutenberg. Con una mirada inteligente, sonrisa perpetua y tono educado y calmado, Rippon hace trizas la “neurobasura” —el término acuñado por ella— que lleva años malinterpretando datos científicos parciales para demostrar que hombres y mujeres son diferentes. “Ya no tiene sentido preguntarse si un cerebro es femenino o masculino. Si miras toda la información recabada sobre miles de cerebros, la conclusión es que la mayoría de datos de ambos géneros se solapan enormemente”, defiende.

Pregunta. ¿Se sigue investigando el cerebro a partir de un prejuicio?

Respuesta. Sigue existiendo ese prejuicio. En mi libro lo denomino “la agenda de la diferencia”. Así comenzó todo. La diferencia siempre se dio por descontada. Nunca se cuestionó si realmente hombre y mujer tenían cerebros diferentes. Era un apriorismo. Como tenían posiciones distintas dentro de la sociedad, los científicos que comenzaron a investigar el cerebro se dedicaron a demostrar de dónde venía esa diferencia. El statu quo no se discutía. Las mujeres eran seres inferiores y se trataba de hallar el modo de demostrar que sus cerebros también eran inferiores.

P. Hasta que se llegó a la “teoría de la complementariedad”, un poco más presentable.

R. Exacto. Un modo de reconfigurar las descripciones extraordinariamente duras que se habían hecho durante los siglos XVIII y XIX. Se trataba de describir las maravillosas habilidades que tenían las mujeres, que les hacían ser esposas perfectas o madres perfectas. Todavía encontramos rastros de ese pensamiento en la literatura científica actual. La idea de que las mujeres están preparadas para desarrollar ciertas tareas, en contraposición a los hombres, que tienen habilidades diferentes.

P. También hay mujeres que piensan así, que presentan esa diferencia como ventaja.

R. Y ese es uno de los mayores frenos a lo que defiendo en mi libro. Esas mujeres que defienden que ellas son más empáticas, o que son mejores a la hora de crear vínculos sociales. E intentan convencer a todas esas empresas “aburridas” y “poco femeninas” de que necesitan gente con más empatía. ¿Pero sabes qué? Ser mujer no te garantiza necesariamente ser más empática.

P. ¿Y ha llegado a la conclusión de que quizá sea más útil defender la igualdad desde la ciencia que desde la política?

R. No era mi objetivo inicial. Simplemente, me fascinaba todo lo que aportaban las nuevas técnicas de neuroimagen. Pero a la vez me perturbaba comprobar cómo muchos de los nuevos datos eran claramente malinterpretados o expuestos erróneamente. Una de las ideas que combatí desde un principio era la de que, como punto de partida útil, hombres y mujeres eran distintos dentro de la sociedad. Si observas, por ejemplo, las patologías de esa misma sociedad, como los episodios de depresión o desórdenes alimentarios en las jóvenes o el índice de suicidio de los jóvenes, entiendes que los estereotipos universales creados no funcionan igual de bien para todos. Dejas de preguntarte si existe un cerebro masculino y otro femenino, y te centras en averiguar qué tipo de impacto tiene la sociedad sobre un cerebro en desarrollo. Porque quizá sea esa finalmente la razón de todas las diferencias que asumimos.

P. “La biología no es el destino”, afirma usted. Las experiencias externas influyen más en un cerebro que el sexo de su propietario.

R. Niños y niñas reciben juguetes diferentes, y eso se ha demostrado que tiene una gran influencia. La hemos podido rastrear en el tiempo. Los niños que juegan con construcciones como el Lego desarrollan habilidades espaciales que pueden conducirles a estudios de ciencia y hacia profesiones relacionadas con ella. Cuando descubres diferencias de sexo en las habilidades espaciales, lo que debes preguntarte es qué tipo de formación han tenido en ese campo las personas que estás observando. Si te centras en eso, descubres que las diferencias de sexo desaparecen. Nuestras experiencias tienen género. Creo, por ejemplo, que la industria de los juguetes en el siglo XXI está mucho más marcada por el género de lo que lo estaba antes.

P. Y junto a la experiencia, la actitud. La del propio niño y la de los que le rodean.

R. Porque el cerebro es permeable y maleable. La actitud es muy importante, y construye cimientos muy poderosos. Si tratas a niños y niñas de manera distinta desde el principio, el resultado es obvio. Yo defino a los niños como “fantásticos detectives de género”. Se preguntan a sí mismos qué se supone que deben hacer si son un niño o una niña. Y se esfuerzan por pertenecer al grupo en el que se les ha adscrito. Si las niñas deben ser ordenadas y prudentes, y los niños más brutos y valientes, harán lo posible por encajar en esa descripción.

P. Habla usted del “sesgo inconsciente”, que existe aún en personas que se ven a sí mismas como ecuánimes. ¿Y si lo que hace que alguien se ponga a la defensiva fuera un enfrentamiento agresivo, una perceción de que en el fondo hay una lucha por el poder?

R. Hay una gran frase, que no recuerdo ahora quién la pronunció, que dice que si siempre has vivido una vida de privilegios, la igualdad puede parecerte opresiva. Si perteneces al grupo al que siempre le han ido bien las cosas, que siempre ha ascendido, es difícil comenzar a entender que vas a tener que renunciar a algo de eso. Entiendo que la idea [de la igualdad] incomode a muchos y haga el debate agresivo, pero no tiene por qué ser necesariamente una lucha de poder. Hay otro modo de verlo. Puedes aspirar a una plantilla de empleados más diversa, con mayores niveles de atención, con mejores resultados y más éxito. A la larga, es beneficioso para todo el mundo.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/02/21/ideas/1582289801_059962.html

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Inteligencia artificial, ¿oportunidad o amenaza?

Por: Semana Educación

La inteligencia artificial ofrece una de las grandes promesas del futuro. Pero ¿cómo educar para estas nuevas realidades y para enfrentar sus retos? Max Tegmark, profesor del MIT y una de las mentes expertas en esta área, responde estos cuestionamientos.

Al hablar de inteligencia artificial y del impacto que las nuevas tecnologías tienen en la sociedad, hay muchas voces a favor y en contra a raíz del rumbo que ha tomado el desarrollo acelerado en estas áreas. Andrés Oppenheimer, en su libro Sálvese quien pueda, explica el futuro de los trabajos de hoy, y señala que el 47 por ciento de las profesiones actuales cambiará o dejará de existir.

Sin embargo, otras vertientes consideran que ese escenario de automatización en que las máquinas reemplazarán a los humanos es apocalíptico y que no necesariamente es negativo. Por el contrario, dependería del uso que le demos a estas nuevas tecnologías. Ese es el caso de Max Tegmark, cosmólogo sueco, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y cofundador del Instituto de Cuestiones Fundamentales.

Tegmark es experto en inteligencia artificial y referente mundial por sus perspectivas sobre el futuro de la humanidad de la mano de la tecnología, pero su visión difiere muchos de sus colegas.

Él parte de dos puntos críticos e invita a la comunidad científica y a la sociedad en general a ver los avances tecnológicos como una oportunidad para mejorar la calidad de vida, por ejemplo, utilizándola para eliminar experiencias negativas como la enfermedad y el crimen, y no pensar únicamente en los trabajos y las profesiones que pueden acabarse.

Además, Tegmark considera que es necesario analizar la dirección correcta que deben tomar quienes lideran las transformaciones asociadas a la inteligencia artificial. Sostiene que es fundamental conocer cómo maniobrar la situación para generar cambios positivos en la vida cotidiana, y no llegar a situaciones nefastas para la sociedad como el aumento exponencial de la pobreza generado por la desaparición de millones de puestos de trabajo.

Bajo este panorama, la educación toma un papel protagónico, pues para Tegmark, hay que comenzar a pensar cómo formar jóvenes para un mundo distinto, con necesidades distintas. Se cuestiona qué competencias se deben enseñar para una realidad marcada por tecnología avanzada que permite llevar a la humanidad donde nadie nunca había llegado ni imaginado.

En diálogo con Semana Educación (S. E.) durante el Wise Summit 2019 celebrado en Catar, Tegmark (M.T.) habló de las dos perspectivas que pueden llegar con el auge de la inteligencia artificial: si lo que nos espera es el desempleo masivo y un futuro donde la pauta la marquen las máquinas, o uno en que los humanos marcan límites claros a la tecnología en pro de la calidad de vida.

S. E.: Uno de los temores del desarrollo de la inteligencia artificial es la desaparición de algunas profesiones. ¿Qué tan cierto es?

M. T.: Es cierto que algunas profesiones desaparecerán por completo. Serán aquellas que son mecánicas, predecibles, repetitivas y que no requieren contacto humano. Sin embargo, los trabajos en que las máquinas continuarán siendo ineficientes serán aquellos donde siga habiendo circunstancias impredecibles. Donde se necesita interacción con seres humanos y creatividad. Asimismo, dentro de cada carrera habrá elementos que desaparecerán. Esto significa que sin importar el área de conocimiento, siempre deberán estar a la vanguardia de los cambios en inteligencia artificial, para ser los primeros en entender cómo estos pueden contribuir a las labores realizadas.

S. E.: Pareciera entonces que las carreras que van a sobrevivir son las creativas. ¿Qué hacer con un sistema educativo que no siempre promueve la creatividad?

M. T.: La gran pregunta es cómo podemos educar mejor, y es fascinante. Hay que ver dos relaciones distintas entre la inteligencia artificial y la educación. Primero, inteligencia artificial para la educación: cómo transformar la enseñanza que tenemos en algo mejor, que mejore la vida de todos. Segundo, cómo educar a las personas para florecer en un mundo donde la presencia de inteligencia artificial solo irá en aumento. Creo que la educación debe ser más individualizada y asequible a todas las personas. Pero también considero que debemos tener cuidado, y no tener a la tecnología como una nueva religión que puede reemplazarlo todo y hacerlo todo mejor.

S. E.: ¿Y esto cómo influirá en nuestra felicidad?

M. T.: Los trabajos no nos dan solo dinero; nos dan un propósito. Es más probable tener una sociedad feliz si dejamos que los humanos hagan muchas de las cosas que disfrutan, incluso si con la tecnología se pueden realizar de forma más económica. Pero debemos cambiar esta idea básica de que el objetivo último es maximizar las utilidades de alguna compañía. De manera que el propósito de esta sistematización sea que la gente sea feliz.

S. E.: En un periodo de cinco a diez años, ¿qué será diferente en nuestra vida gracias?a la inteligencia artificial?

M. T.: En ese lapso de tiempo seguro veremos vehículos autónomos que cambiarán la forma de movilizarnos. Pero paso menos tiempo imaginando el futuro y más pensando en cómo mejorar la situación actual. Si las cosas continúan de la misma manera, tendremos cada vez más inequidad de salarios, lo que significa que habrá más personas inconformes e inestabilidad. Debemos empezar a hablar seriamente de este problema, que se da en parte porque la tecnología está reemplazando cada vez más ciertos empleos, y el dinero va a las personas más ricas.

S. E.: Usted es muy insistente en que nos preguntemos más sobre qué queremos que pase con la inteligencia artificial que a dónde vamos. ¿Por qué?

M. T.: Normalmente, cuando especulamos sobre el futuro, siempre pensamos en cosas negativas. Y si pasas la vida haciendo una lista de todo lo que podría salir mal, no vivirás. Porque lo que esperamos que pase no es necesariamente lo que va a pasar. El futuro no está escrito y depende de nosotros escoger lo que va a ser. Debemos tener una visión atrevida y positiva sobre el futuro, que hoy no tenemos. Lo cierto es que existe un potencial enorme con inteligencia artificial para ampliar la inteligencia humana, y resolver problemas en los que estamos atrapados. Cuando nos dicen que el cáncer es incurable, es mentira. Es curable, solo que aún no somos lo suficientemente inteligentes para encontrar la manera. La inteligencia artificial puede resolver problemas a los que hoy no logramos responder. Cómo sacar a millones de personas de la pobreza extrema o cómo enfrentar el cambio climático. Las oportunidades son ilimitadas si logramos enfocarnos en una visión y trabajar hacia ella.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/inteligencia-artificial-oportunidad-o-amenaza/653360

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Diego Sztulwark: «El neoliberalismo es un gran aparato que opera sobre el deseo y las maneras de vivir»

Por: Melisa Molina

El poder, la política, el consumo y los afectos

En esta entrevista con PáginaI12, el autor del libro La ofensiva sensible reflexiona sobre las subjetividades que construye el neoliberalismo y destaca el rol de los movimientos feministas, las comunidades indígenas y las organizaciones de trabajadores precarizados como formas de resistencia al poder hegemónico.

«Hay que preguntarse qué experiencias de consumo hay habilitadas, y producir formas nuevas», dice el politólogo Diego Sztulwark.

«El neoliberalismo es un gran aparato que opera sobre el deseo y las maneras de vivir», dijo en diálogo con PáginaI12 el politólogo Diego Sztulwark. En su libro La ofensiva sensible (Caja Negra), Sztulwark indaga las diferencias entre vidas ligadas a los automatismos del mercado y vidas que no encajan porque asumen su existencia como una pregunta: «Ya sea porque se enferman, porque son vulnerables, rebeldes, oscuros, o porque han tenido alguna experiencia que los ha llevado a desviarse respecto de la norma», explica. Sztulwark reflexiona sobre quienes para vivir tienen que inventar lenguajes, alianzas y grupos nuevos y por eso entran en procesos de politización: ahí destaca el rol de los movimientos feministas, las comunidades indígenas y los movimientos de trabajadores precarizados que, sostiene, forman el «reverso de lo político» y sin los cuales sería difícil entender fenómenos claves en la crisis del neoliberalismo que vive gran parte de Latinoamérica. En ese sentido, advierte que los gobiernos populistas no han sabido o logrado propiciar un modo de vida diferente al que propone el mercado.

– ¿A qué se refiere cuando dice en su libro que “el modo de vida de derecha es tan triste como irrefutable”?

– Tomo este concepto de una tesis que elaboró Silvia Schwarzböck: dice que luego de los ‘70 y de la posdictadura solamente hay vidas de derecha. Es irrefutable ya que es una descripción correcta y permite comprender mucho del presente, pero es triste porque no permite ver la existencia de momentos donde hay una tensión distinta, donde los cuerpos aparecen articulados con el lenguaje de otra manera, donde hay una investigación sobre la propia vida y una no adaptación con lo que es el mundo neoliberal. Me resulta triste todo pensamiento que se limita a hacer una descripción del enemigo sobre nosotros y que sanciona una realidad derrotista. Es triste y también no es verdadera, ya que oculta toda una dimensión que llamaría “la verdad por desplazamiento”, que se crea desplazando lo que se impone, creando resistencias, y que no acepta el mundo tal como es.

-En su libro contrapone «modo de vida» a «forma de vida»: ¿cuál es la diferencia entre ambos conceptos?

– Llamo «modo de vida» a toda manera de vivir articulada en relación automática con el mercado, a todo lo que viene dado. El neoliberalismo es un gran aparato que opera sobre el deseo y las maneras de vivir. Necesité distinguirlo de la «forma de vida», que sería la de aquellos que asumen su vida como una pregunta y no cuajan directamente en ese automatismo, ya sea porque se enferman, son vulnerables, rebeldes, oscuros, o porque han tenido alguna experiencia que los ha llevado a desviarse de la norma. Mi interrogante es qué hacemos con los que para vivir tienen que inventar lenguajes, alianzas y grupos nuevos y por eso entran en procesos de politización. Las izquierdas no lo piensan porque tienen la idea de que lo único posible contra el neoliberalismo es un partido revolucionario que “algún día podremos crear”. Pero el partido de los revolucionarios no será nada sin el partido de los sintomáticos y de aquello que no cabe en los “modos de vida” y que ocurre en el reverso de lo político. Sin eso, es difícil entender una serie de fenómenos que se van dando en las distintas crisis del neoliberalismo.

– ¿Qué importancia tienen los movimientos indígenas, feministas y de trabajadores precarizados en la construcción de otras “formas de vida”?

Lo indígena es importante porque tiene elementos comunitaristas, de resistencia, de marcas de una guerra perdida. De forma colectiva hacen ejercicios existenciales que los alejan de las premisas de obediencia que el neoliberalismo impone a la vida. Las tierras sobre las que están no dan lo mismo, el capital las quiere para hacer negocios y sus formas de vida necesitan poner un límite a ese modo de valorización. Por eso no se puede evitar la politización. Otro eje fundamental es lo que sucede con el trabajo precario. En Argentina hay una larga historia del movimiento de precarizados. En la crisis del 2001, el movimiento piquetero fue la irrupción autónoma de una resistencia desde la precariedad ante las formas de dominación neoliberal. Una parte grande de personas que trabajan en la ultra-informalidad hicieron ya experiencias de organización gremial, social, política y de lucha. El sujeto llamado “trabajador precario” va a estar en el centro de las dinámicas de conflicto. Y el tercer movimiento a observar son los feminismos populares. Ellos son capaces de radiografiar la economía desde abajo y percibir todas las formas de explotación informalizadas que recorren el campo social y que implican desde denunciar la deuda como mecanismo financiero de sometimiento hasta comprender cómo la construcción de masculinidades violentas es parte misma de la dinámica de valorización.

-Álvaro García Linera dijo, en 2015, que uno de los errores de los gobiernos populares de América Latina fue que lograron una ampliación del consumo pero sin politización de los sujetos. ¿Cómo analiza ese fenómeno a la luz de lo que sucede hoy en Bolivia y en toda la región?

Tomo a García Linera como el intelectual que mejor procesa discursivamente la versión que los gobiernos populistas dan de sí mismos. El balance que él hacía es que se daba una paradoja por la cual los gobiernos populistas incluyeron a los sectores históricamente excluidos en el consumo y, después, esos sectores populares votaron gobiernos neoliberales. Linera dice que faltó, en esa inclusión, clarificación política. Esa lectura es inocente porque si te das cuenta que la forma de consumo produce modo de vida no podés reducir el problema a una relación de consciencia que se resuelva vía pedagogía o propaganda. Los procesos prácticos de subjetivación no van a ser corregidos porque vengan a darte una clase de sociología. Una de las críticas fuertes a estos procesos es que privilegian ocupar el Estado por sobre ocupar la sociedad y transformarla. Hay que preguntarse qué experiencias de consumo hay habilitadas, y producir formas nuevas.

-Frente a las movilizaciones en Chile, ¿ve un rol importante de la juventud que, cansada del modo de vida neoliberal, sale a la calle, y que como respuesta el Estado les muestra su cara más represiva sacándoles los ojos?

Estuve en Chile y participé en manifestaciones, asambleas, y di un curso en la universidad. Es una barbaridad lo que están haciendo los carabineros. Mientras estuve allá había 217 chicos sin ojos. Cuando los equilibrios del neoliberalismo se agotan, aparece un odio inmenso a todo lo que se mueve, goza diferente, a lo que no se adecua. Un odio fascista que se estaba incubando y que lo vemos geopolíticamente en la figura de Bolsonaro. Se ve en el odio que tienen las fuerzas de seguridad; en el desprecio de las burocracias; en el racismo y sexismo de los medios de comunicación. En Chile apareció algo formidable que son miles de personas durante días en la calle, decididas a que el régimen post-pinochetista caiga. El descontento es amplio porque es en contra de cómo se reproduce la vida neoliberal. Frente a la estafa, hay un reverso de lo político que estalla, que no tiene representación en el régimen convencional y que pide discutir de cero la constitución del Estado.

– ¿Qué importancia tiene el diálogo entre las nuevas y las viejas generaciones para dar la batalla desde el campo de lo sensible y construir subjetividades distintas a las que propone el mercado?

-Cuando empecé a militar en los ‘90, Eduardo Luis Duhalde nos dio un curso de formación a los que estábamos en el secundario y me regaló dos libros: Los condenados de la tierra, de Frantz Fanon, e Historia y consciencia de clase, de Georgy Lukács, y me dijo: “Los militantes nos deprimimos cada vez que hay una derrota histórica pero leemos estos libros y seguimos. Por eso somos militantes”, después me aclaró que “solamente hay militante entre ciclo y ciclo de lucha», y que «el militante sirve para comunicarle al nuevo ciclo los saberes conquistados en el anterior”. Militante no es quien dirige, o la tiene clara, porque sus saberes son anacrónicos. Sin embargo, toda generación busca, como dice Walter Benjamin, una cita perdida con las generaciones anteriores. Y si bien es una cita que no se concretará, no podemos dejar de buscarla. Toda generación tiene el poder de apropiarse del pasado para sus fines, redimirlo, pero se trata de saberes que sólo sabrán cómo usarlos las generaciones que actualmente necesitan dar sus luchas y hacerse sus preguntas.

Entrevista: Melisa Molina.

Fuente e imagen:  https://www.pagina12.com.ar/248046-diego-sztulwark-el-neoliberalismo-es-un-gran-aparato-que-ope

 

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El ‘profe’ Google, en Granada: «La tecnología no sustituye al docente, tiene que empoderarlo»

Por: Andrea Parra.

El especialista imparte una ponencia sobre la cultura de la innovación y el alto rendimiento

Gonzalo Romero, responsable de Google for Education en España, repasa los grandes retos y oportunidades que la tecnología ofrece a la comunidad educativa. Ha visitado Granada para participar en el II Simposio Internacional de Altas Capacidades, organizado por la Universidad de Granada (UGR) y el colegio de la Compañía de María de Granada, que ha congregado a unos 800 asistentes. Impartió la ponencia ‘Cultura de innovación y alto rendimiento’. La comunidad de educadores en Google for Education supera los seis mil quinientos profesores en España. Cuentan con un programa de escuelas referentes donde dan visibilidad a proyectos transformacionales.

-¿Hay que educar más en internet o en las aulas presenciales?

-La educación entendemos que debe ser un compendio de recursos mixtos y sin duda los gestores y los líderes son los profesores. Nuestra misión es ofrecerles tecnología para empoderarlos y que puedan hacer muchas más cosas, pero en ningún caso sustituirlos. La misión es traer lo mejor de Google para que puedan desarrollar habilidades y colaborar. La innovación y la tecnología, al servicio de la pedagogía.

-¿Los profesores están concienciados de la importancia de las nuevas tecnologías?

-Son muy conscientes y cada vez más desarrollan su parte de competencia digital. En Google se crean contenidos y recursos en este sentido.

-¿Cuál es la aceptación por parte del profesorado cuando presentáis vuestros programas?

-Es sorprendente. Los profesores en España adoptan cada vez más tecnología. Apuestan mucho por la tecnología de Google para la educación porque es muy fácil de utilizar, está pensada para colaborar, es segura por diseño y estamos creciendo mucho. Contamos con Google classroom, por ejemplo, una herramienta sencilla y que les facilita muchas acciones. Todo para que los profesores tengan más tiempo y lo dediquen a lo realmente importante que es el aprendizaje y atender a sus alumnos.

-¿España en qué posición está en relación a otros países?

-Es pionera desde hace muchos años. Diría que España es pionera no solo en tecnología, también lo es en metodología. Se crean entornos donde se desarrollan las habilidades blandas como pueden ser la resolución de problemas o el pensamiento crítico.

-¿Qué pasa con la seguridad?

-La seguridad para Google es absoluta prioridad. Y de manera proactiva y transparente. En educación, y esto es muy importante, destacar que cumplimos con todo el reglamento de protección de datos. También estamos creando programas para el bienestar digital, en educación los datos pertenecen a las instituciones educativas y nosotros simplemente proveemos la tecnología para poder alojarlos.

-¿Hay garantías para los niños?

-Total. En España como los pequeños no pueden tener una identidad digital hasta los 14 años se restringen las comunicaciones, por parte de los profesores, para que no haya problemas.

-¿Sobre qué están los educadores más preocupados en el campo tecnológico?

-En dar sentido a la tecnología en las escuelas. Vivimos en un mundo muy digital y es muy importante entender que la tecnología no solo está para consumir. Es una herramienta, un estuche digital, que debe representar colaboración y creación de contenidos. Hay una preocupación grande sobre el consumo de tecnología y los educadores se forman cada vez más. Tenemos un centro de profesores, donde ellos tienen recursos de formación, para entender bien cómo acompañar a los estudiantes en su uso correcto.

-¿La tecnología va a sustituir al profesor en el aula?

-En ningún caso. La tecnología tiene que empoderar al profesor. Tiene que capacitar de nuevas herramientas; hablamos mucho en Google del desarrollo de instrumentos educativos profesionales. Jamás la tecnología debe sustituir a un profesor.

-¿Tienen informes que avalen que los alumnos mejoran su rendimiento con las tecnologías?

-Tenemos informes, que se pueden buscar en Google, en donde vemos que la tecnología ayuda a la mejora del aprendizaje.

-¿Es fácil gestionar las altas capacidades?

-Las tecnologías deben ser inclusivas y ser útiles para todos. Las altas capacidades hay que atenderlas, diagnosticarlas y acompañarlas porque son una buena oportunidad para el desarrollo profesional y personal.

-¿Una alta capacidad mal gestionada puede ser un fracaso?

-Total, creemos que las capacidades hay que gestionarlas y atenderlas de forma personalizada. Tenemos que ofrecer entornos que permitan el desarrollo de capacidades personalizadas.

Fuente de la entrevistahttps://www.ideal.es/granada/profe-google-granada-tecnologia-sustituye-profesor-20200224121307-nt.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F

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Arturo Charria busca una nueva dinámica para la educación en Cúcuta

Por: Cicerón Flórez. 

 

Carlos Arturo Charria Hernández es un joven profesional cucuteño con títulos académicos que acreditan sus conocimientos. Es politólogo, magíster en Estudios Culturales y escritor. También promotor de cultura e investigador de temas sociales.

Fue coordinador del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de la Alcaldía de Bogotá. Ha sido consultor en Educación Transformadora y docente de Historia en el Colegio Los Nogales, de Bogotá. En 2016 fue nominado al premio Compartir al Maestro.

Ha participado en el proceso de paz que está en marcha en Colombia y fue seleccionado por el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, para que fuera su secretario de Educación en el arranque de la nueva administración.

En esta entrevista con La Opinión, Charria analiza la situación de la enseñanza en el entorno de la ciudad, tanto urbano como rural.

¿Cómo aprecia las condiciones para el desarrollo de la educación en Cúcuta, en los niveles de primaria y secundaria?

La situación es compleja. Hay dificultades en temas relacionados con la expansión demográfica en las zonas perimetrales que bordean el anillo vial. Estos asentamientos no cuentan con la infraestructura necesaria y crece en mayor velocidad la población que la capacidad educativa. Adicionalmente, la insuficiencia de planta viabilizada hace que muchos rectores no cuenten con la totalidad de docentes que requieren para sus alumnos y no se está invirtiendo en calidad educativa, lo que implica que el sistema educativo no cierra brechas socioeconómicas, sino que las profundiza.

¿Qué le preocupa de la educación?

El exceso de servicios educativos contratados. Esto genera dos problemas: en primer lugar, gran parte de los recursos educativos se va para terceros, lo que debilita el sector y genera preocupación en relación con la calidad educativa y condiciones laborales de los docentes. En segundo lugar, estos contratos comienzan tarde, pues los tiempos de alistamiento y de procesos contractuales hacen que una parte significativa del servicio educativo no comience en la tercera semana de enero, sino hacia comienzos de abril.

¿Se garantiza la gratuidad ofrecida en los establecimientos de educación del Gobierno?

Es un derecho constitucional y nuestro deber es garantizarlo. Ningún colegio oficial puede cobrar por la matrícula de los estudiantes, ni por la permanencia en la institución.

El Programa de Alimentación Escolar siempre ha tenido problemas en su contratación y su calidad. ¿Qué se va a hacer para evitar esos desvíos? 

El Programa de Alimentación Escolar (PAE) es un gran logro de la política educativa que amplía los derechos de los niños, niñas, jóvenes y adolescentes y ayuda a la permanencia de estos en el sistema. Por eso, hay que cuidar ese recurso y proteger esos derechos. Los procesos contractuales deben ser transparentes y garantizar la mayor participación posible de oferentes para mejorar precios y calidad. Nuestra responsabilidad es supervisar la prestación del servicio y las condiciones en que se brinda, mantener un diálogo permanente con los rectores que son nuestros principales aliados e intervenir de manera directa cuando se presenta alguna irregularidad.

¿Habrá cambios en el manejo de las becas del municipio para estudiantes en las Universidades Francisco de Paula Santander y la de Pamplona?

Sí. El propósito es que los cupos que vayan liberándose por estudiantes que no tienen buenos promedios o se gradúen sean asignados desde los colegios. Adicionalmente, los criterios de selección buscan que los subsidios sean adquiridos por los estudiantes más destacados. Estos son: Sisbén, Pruebas Saber, ruralidad, enfoque poblacional y talentos excepcionales (deportes, artes y liderazgo). La suma de estos indicadores nos permitirá asignar los subsidios con transparencia.

La  genera una gran demanda de cupos para educación. Al respecto, ¿se tienen nuevos planes?

Es una situación que se debe manejar con la Nación, porque Cúcuta recibe el mayor impacto de esta migración. Entonces, uno de los principales retos está en hacer una intervención articulada entre el municipio, el departamento, la Nación y los organismos de cooperación internacional. A partir de eso, identificar cómo hacer intervenciones en planteles educativos y planta docente.

Para el sector rural, ¿cuáles son las previsiones?

Disminuir la brecha en términos de calidad de vida, oportunidades y pobreza multidimensional. En lo que tiene que ver con educación, debemos fortalecer la institucionalidad del sector en esos territorios: revisar la infraestructura, garantizar la permanencia de los estudiantes y mejorar la calidad educativa. Los colegios rurales se encuentran en categoría C y uno en D. Este es un indicador que nos debe orientar en la intervención que se haga en la ruralidad, estrategia que debe ser con toda la institucionalidad del municipio.

¿Son suficientes los recursos para atender la educación en el municipio de Cúcuta?

No. Esto obedece a dos factores. 1) Los recursos que vienen del Sistema General de Participaciones no cubren la totalidad del funcionamiento, entonces, la Alcaldía debe sacar un rubro importante para garantizar la prestación del servicio, por ejemplo, aseo y seguridad (contrato que en 2019 fue de $8.400 millones). 2) El municipio gasta muchos recursos en la prestación de servicios educativos a través de terceros, eso es más costoso y la calidad no es buena.

¿Todos los establecimientos oficiales de educación en Cúcuta coparon los cupos disponibles o cuántos son los matriculados?

Según la matrícula reportada a 30 de enero, el Municipio cuenta con aproximadamente 1.000 cupos. Estos son: Colegio INEM, Colegio Gonzalo Riveros (Contento), Colegio Padre Rafael García Herreros (Loma de Bolívar), Colegio Alejandro Gutiérrez Calderón (Cundinamarca), Colegio Jaime Garzón (Cúcuta 75), Luis Carlos Galán Sarmiento (San Rafael).

En educación, ¿dónde se pondrá mayor énfasis?

En cuatro elementos:

1. Hacer que todo el servicio educativo comience desde el primer día de clase y no escalonadamente según vayan saliendo procesos contractuales, tal como sucede con adultos, transporte escolar, media técnica, matrícula contratada, personal de aseo y seguridad.

2. Calidad educativa. Hay 13 colegios en Categoría C y 1 en D. Hay que trazar una meta clara en el Plan de Desarrollo que mejore los indicadores de calidad.

3. Equilibrio entre matrícula y planta docente. Hay que buscar alternativas para optimizar la planta docente y garantizar que haya una mayor inversión en la infraestructura de los colegios que son propiedad del municipio.

4. Una apuesta muy fuerte en lectura en primaria, de manera que logremos la ecuación: aprender a leer y leer para aprender

Fuente de la entrevista: https://www.laopinion.com.co/cucuta/arturo-charria-busca-una-nueva-dinamica-para-la-educacion-en-cucuta-191216#OP

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