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España – Isidoro Moreno, catedrático de Antropología: “Nuestros hogares pueden transformarse en búnkeres sociales»

Isidoro Moreno, catedrático de Antropología: “Nuestros hogares pueden transformarse en búnkeres sociales»

Los expertos temen que esta crisis sanitaria nos convierta en una sociedad más fría y distante, como la japonesa o las del norte de Europa

Isidoro Moreno es catedrático de Antropología con más de 50 años de docencia en la Universidad de Sevilla. Temeroso e «inquieto» por la nueva normalidad que se avecina, avanza en una entrevista concedida a NIUS el modelo de sociedad en que podemos convertirnos a raíz de la crisis sanitaria generada por la pandemia del coronavirus.

De nuestra respuesta a esa nueva normalidad dependerá mantener nuestro espíritu mediterráneo, asegura Moreno.

Pregunta: Que todos lleváramos mascarilla por la calle era algo impensable en una sociedad mediterránea, y ya es una realidad. ¿Nos va a llevar esta crisis sanitaria a convertirnos en una sociedad más a la japonesa?

Respuesta: La distancia física que sufrimos ahora no tiene por qué degenerar en distancia social. Sin embargo, esa distancia física y la percepción de que los demás son un riesgo para nosotros sí son peligrosos. Ello puede derivar a largo plazo en transformarnos en otro tipo de sociedad. No hay que irse a Japón, miremos al norte de Europa.

P: ¿En qué se puede materializar esa transformación? ¿Cómo podríamos cambiar?

R: Existe el riesgo de que estemos adoptando determinadas pautas del norte de Europa, donde las relaciones humanas son bastante más distantes. Si la deriva hacia la nueva normalidad, que me inquieta, es normalizar esa excesiva distancia social, nos va a afectar mucho. Por el contrario, si el Estado de Alarma termina convirtiéndose en un paréntesis en lo que a las relaciones humanas respecta, se quedará en una triste anécdota.

P: ¿Por qué dice que es inquietante la nueva normalidad?

R: Se está utilizando la situación actual para hacer apología de lo que llamaría el todo-telemático. El ejemplo es la enseñanza, que corre un riesgo importante de perder su carácter presencial fundamental, y la comunidad que se crea entre alumnado y docentes. Que nos convirtamos en una especie de japoneses morenos, no lo veo. Pero que se pongan en riesgo aspectos fundamentales de nuestra cultura como la docencia presencial, entre otros tantos, me preocupa. Hay una campaña abierta para promocionar todo lo telemático, y nuestros hogares pueden transformarse en búnkeres sociales, en los que únicamente nos relacionamos con nuestro entorno doméstico.

P: ¿Búnkeres sociales?

R: El tipo de sociedad de la que hablamos y a la que señalamos es totalitaria, y no solo a nivel familiar. Las relaciones sociales se limitarían al ámbito estrictamente familiar, y se debilitarían bastante. Tenemos que resistirnos a convertirnos en eso, no solo al virus.

IM en UPO 2016

P: Por lo que dice, todo dependerá de lo que nos impongan en esa nueva normalidad. ¿Es así?

R: Sí, y también de cómo la aceptemos. Si somos sumisos colectivamente y aceptamos todos los controles, restricciones y rehusar incluso nuestras relaciones sociales en nombre de una supuesta garantía de seguridad, estamos en riesgo de transformarnos en una sociedad más fría y distante. Es un proceso que ya ha comenzado.

P: ¿Y nos estamos plegando a eso?

R: Ahora mismo, en la sociedad existen todos esos vectores, tanto los que sienten que esto es algo temporal, como los que lo aceptan ya como esa nueva normalidad. La cuestión clave es si la nueva normalidad es algo provisional o viene para quedarse. Veremos.

Fuente de la Información: https://www.niusdiario.es/sociedad/isidoro-moreno-catedratico-antropologia-hogares-pueden-transformarse-bunkeres-sociales_18_2949720152.html

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Si la educación deja de ser presencial, España puede destruir (aún más) su ascensor social

Redacción: El Confidencial

El cierre de los centros no perjudica igual a todas las clases sociales. Mientras que las altas apenas notan el efecto, las bajas tienen dificultades que arrastrarán en el largo plazo.

Todo apunta a que el comienzo del próximo curso será muy diferente a lo que conocimos, con un formato de semipresencialidad en el que, como ha planteado el Ministerio de Educación, los grupos se reduzcan a la mitad para garantizar el distanciamiento físico. Mientras tanto, los alumnos terminarán previsiblemente el curso de manera telemática, lo que ha reducido el papel del colegio como lugar físico, y por lo tanto, como lugar de intercambio social.

No se trata de una mera cuestión de brecha digital como suele aducirse, sino de la importancia que tiene la escuela como atenuadora de las diferencias sociales. Desde la crisis, la movilidad entre clases en España gracias a la educación comenzó a frenarse. Ahora puede detenerse totalmente o, incluso, hacer descender a grandes capas de la sociedad. Si en circunstancias normales la escuela es «gente, gente que trabaja, que estudia, que conoce, que se estima», como la definió Paulo Freire, esa escuela improvisada en los hogares está determinada por el capital social, económico y cultural de las familias. Es decir, ‘homeschooling’ de primera para unos, clases entrecortadas, pixeladas y llenas de interrupciones para otros.

«Sin escuela pública, la educación privada genera desigualdades. Si ya no tienes la pública para atenuarlo, esa desigualdad aumenta»

El informe de la OCDE ‘A Broken Social Elevator? How to Promote Social Mobility’ ya describía a España como un país pegajoso. Nuestra particularidad, explicaba, es que no solo hay un «suelo pegajoso» que impide ascender a las clases sociales más bajas, sino también un «techo pegajoso» que hace mucho más difícil el desclasamiento de las más altas.

En esa brecha es clave la educación, y en concreto, el contexto escolar. La mayoría de los hijos de los padres que tienen una peor formación (un 56%) terminan con un nivel igual de bajo, un porcentaje muy superior a la media de la OCDE (un 42%). La razón es que España, a pesar de los tímidos avances recientes, sigue siendo uno de los países con un nivel más alto de abandono escolar (un 19,9%), algo que podría agudizarse en el presente contexto. La mayoría de los hijos de las familias con padres más educados (un 69%) terminan cursando un máster o un doctorado, pero menos de uno de cada cuatro de las familias con menos educación lo hacen.

«El problema con el que nos encontramos los investigadores es que hay pocos datos y fuentes que permitan analizar la movilidad, pero nosotros hemos observado la ralentización de estos indicadores desde hace unos años», explica Olga Cantó Sánchez, profesora de Economía de la Universidad de Alcalá, que ha trabajado durante los últimos meses en el tema. «A partir del curso 2011/2012 se empieza a percibir que entre los jóvenes tienen más dificultades para acceder un mayor nivel educativo que sus padres, cuando en las anteriores el ascenso era muy claro». Es un proceso lento, añade, pero que ha invertido la tendencia que fue habitual durante décadas.

El problema, añade la economista, radica en que el contexto presente va totalmente en contra de la reducción de la brecha, porque «es en la escuela donde se pueden cerrar esas desigualdade. Otro ejemplo: según sus datos, el gasto en educación se ha multiplicado de forma mucho más alta entre las rentas más altas que entre las bajas, generalmente en complementos como escuelas privadas, clases de apoyo o idiomas. Los factores que ahora marcan la diferencia. Como recuerda Cantó, «sin escuela pública, la educación privada genera desigualdades. Si ya no tienes la pública para atenuar sobre los más vulnerables, esa desigualdad aumenta».

La importancia de un colegio

No se trata únicamente de la facilidad del aprendizaje en un entorno físico, sino de otros intangibles que conforman el conocido como Efecto Escuela, es decir, la capacidad de los centros para influir en el rendimiento de los alumnos frente al capital social y económico de la familia. Un efecto que en este contexto se reduce, y que hace que, por ejemplo, se pierda el efecto compañero, que provoca que los alumnos más aventajados ayuden a los más rezagados. También otros factores esenciales como la relación entre alumnos de distintos entornos sociales o la capacidad de detectar problemas por parte de los profesores.

«Los sistemas educativos que se han ido a pique son los que han expulsado a las clases medias del sistema educativo público»

«Nos encontramos en una segregación absoluta porque cada alumno está en su casa, no hay mezcla que pueda ayudar a los alumnos más desaventajados, que a través de los compañeros pueden aprender mucho más que lo que podrían hacerlo gracias a su propio entorno», añade Cantó, que recuerda que «los sistemas educativos que se han ido a pique son los que han expulsado a las clases medias del sistema educativo público, lo que genera mucha más desigualdad social, porque las familias más vulnerables se quedan segregadas en unos colegios y las ricas en otros».

«Hemos visto en nuestras encuestas cómo se activan los recursos familiares y la actividad de educación informal en elementos como el tiempo dedicado a la lectura, si esta es acompañada o la práctica de música o idiomas, que se diferencian en función del capital cultural de las familias», explica Xavier Bonal, catedrático de Sociológica de la Universitat Autònoma de Barcelona. «Son diferencias que existen y que ahora se amplían. La escuela es una condición no suficiente, pero sí necesaria, especialmente para determinados colectivos que pueden encontrar en ella un carácter compensatorio».

Un aula en Francia
Un aula en Francia

Como explicaba el sociólogo en una tribuna publicada en ‘El Periódico’, «mientras la clase media está haciendo una especie de curso acelerado de ‘homeschooling’otros grupos sociales o bien no están en casa porque están trabajando o no disponen de los medios, recursos o capacidades para convertirse en maestros de escuela en una semana». «Una situación de segregación alta como la que tenemos en España ahora se extrema», añade a este periódico. «No es solo que las familias tengan menos recursos culturales, porque puede ser que estén realizando servicios esenciales y en ese caso quién sustituye a la escuela». Como recuerda, «el teletrabajo también está repartido de forma inequitativa».

La paradoja es que, como lleva ocurriendo desde hace décadas y como el propio Bonal lo ha podido comprobar a partir de las encuestas que ha puesto en marcha estas semanas, si bien el efecto escuela es más decisivo para las clases bajas, suelen ser las altas las que suelen darle más importancia y ser más exigentes y críticas. Algo que también ha ocurrido estas semanas. «Ocurre lo mismo con la elección de escuela o con garantizar un itinerario lo más completo posible, aunque sean grupos sociales que en teoría no lo necesitan», explica. «Su percepción es que estamos en una sociedad de riesgo, y que cuanto más puedas asegurar a través del capital cultural y el conocimiento, mejor, así que invierten en educación».

«Si esto se alarga mucho, tendremos un problema, porque los parones producen retrocesos que se distribuyen de forma desigual»

El informe ‘Covid-19: cerrar la brecha’ publicado por Save the Children este martes mostraba cómo la situación actual ha amplificado y profundizado la brecha educativa, algo que puede disparar el fracaso, la desvinculación escolar y un aumento del abandono educativo temprano. «El cierre de los centros escolares ha producido menos aprendizajes efectivos», explica Andrés Conde, su director general. «Esto no ocurre en igualdad entre las clases medias o las bajas. Por ejemplo, el ‘olvido veraniego’. Cuando las medias vuelven tras el verano no tienen retrasos en sus aprendizajes, algo que sí se produce en los niños de familias más desfavorecidas».

España era ya antes de todo esto uno de los países con una mayor segregación educativa de Europa, como pusieron de manifiesto F. Javier Murillo y Cynthia Martínez Garrido en 2018. «PISA ya reveló que los centros que concentran a los niños más desfavorecidos tienen peores dotaciones y medios, y ahora están teniendo más dificultades para llevar a cabo un acompañamiento educativo por parte de los profesores», añade Conde. «En las clases medias los padres tienen más facilidades y competencias para apoyar un aprendizaje más autónomo».

Soluciones… y un matiz

Francia inició esta semana un retorno a las aulas con «alumnos prioritarios» según la profesión de los padres y la situación familiar. Una posibilidad que Bonal valora positivamente: «Hay alumnos que tienen que volver antes que otros». El tiempo corre en contra. «Si esto se alarga mucho, tendremos un problema, porque ya sabemos por estudios internacionales que los parones producen retrocesos que se distribuyen de forma desigual«, añade. «Sorprende que después de dos meses no haya un plan de desescalada escolar que debería organizarse no solo por criterios de densidad poblacional o sanitarios, sino también educativos».

«Cuando abran los centros educativos, lo que vemos completamente crítico es priorizar en su acceso a los niños y las niñas que han estado más desvinculados durante el confinamiento, que provienen de entornos más vulnerables. Son los que no han tenido apoyo educativo en sus hogares, no han tenido acceso a dispositivos digitales, los que están más desvinculados y los que corren un mayor riesgo de fracaso escolar», coincide el director de Save the Children. «La conexión con el colegio, aunque sea en días alternos es mucho mejor», añade Cantó. «Es mejor tener a un profesor tres días que no tenerlo nunca».

No obstante, caben otras interpretaciones. En una reciente entrevista, el británico John Goldthorpe, uno de los académicos más prestigiosos en el campo de la movilidad social y profesor emérito de la Universidad de Oxford, matizaba la importancia de la educación como motor de la movilidad social. Se trata del origen familiar, representado por ejemplo en la atención que los padres pueden prestar a sus hijos, lo que marca la diferencia. Un torpedo en la línea de flotación de la teoría liberal.

«Ya hay generaciones nacidas en los 80 que tienen mejor educación que sus padres pero que no mejoran su posición respecto a la de estos»

Una lectura que, no obstante, puede servir para argumentar lo contrario: debido a que el nivel socioeconómico de las familias es más decisivo que la escuela, razón de más para no cercenar aún más su carácter compensatorio. «Los estudios de movilidad social ya nos están avisando que entre los nacidos en los 80 hay mucho más desclasamiento educativo, generaciones que tienen mejor educación que sus padres pero que no mejoran su posición respecto a la de estos», concluye Bonal. «Esto puede ser una estocada para toda una generación si se alarga el acceso a posiciones que corresponden a su nivel». El gran problema de España no es solo la educación, sino también la ausencia de puestos vacantes en empleos de mayor nivel como si ocurría hace décadas, y que «los va a cubrir quien tenga mejores oportunidades».

Fuente: https://www.elconfidencial.com/espana/2020-05-16/educacion-colegios-espana-ascensor-social_2595851/

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[DEBATE] Brechas digitales y educación inclusiva durante el Covid19

Europa/España/Diariodelaeducacion

El Espai Societat Oberta organizó, el miércoles pasado, en su serie de debates sobre la sociedad post Covid, un encuentro para hablar de la brecha digital y las desigualadades que se harán más visibles a raíz de la pandemia. Un debate con Ainara Zubillaga, de Cotec, y Gabriel González Carrillo, de la Fundación Esplai y miembro de la Taula del Tercer Sector. Moderado por la periodista de Catalunya Plural y el Diari de l’Educació, Sandra Vicente

El espacio Societat Oberta organiza una serie de debates sobre la sociedad que vendrá tras la pandemia. Un ciclo de reflexiones colectivas sobre derechos humanos en tiempos de Covid-19. El pasado miércoles se puso el foco en las brechas digitales como problemática existente previamente a la pandemia pero que se ha agudizado en el contexto actual.

En el debate participaron Ainara Zubillaga, directora de Educación y Formación Fundación Cotec para la Innovación, y Gabriel González Carrillo, responsable de innovación en Fundación Esplai y miembro de la comisión de seguimiento de m4social de la Taula d’entitats del Tercer Sector Social de Catalunya. El debate ha sido moderado por la periodista de Catalunya Plural y El Diari de l’Educació, Sandra Vicente.

Contenidos, dispositivos y acceso desigual

“La escuela se ha convertido en un espacio de transmisión de conocimientos y hemos perdido valor y potencial social”, afirma Vicente. Así empieza el debate en el que nos preguntamos si podemos asumir una educación online. ¿Cómo mejorar el proceso de digitalización para conseguir un sistema educativo inclusivo? Hablemos sobre políticas y decisiones adultocéntricas, desigualdades y teletrabajo y conciliación.

“El debate educativo está girando entorno a los contenidos y la evaluación. Haría falta un planteamiento más amplio del currículum escolar”, comenta Ainara Zubillaga. En este sentido, Zubillaga destaca que los estudiantes más afectados son aquellos que provienen de familias con pocos recursos económicos. Es por eso que debería replantearse el sistema educativo en un contexto como el actual. En la misma línea, González Carrillo añade: “Las posibilidades no son las mismas para todo el mundo: ni todas las familias tienen dispositivos suficientes ni tampoco las competencias para acompañar en espacios formativos y de ocior”.

Brechas más presentes que nunca

¿Qué quiere decir brecha digital? Para responder a esta pregunta, Ainara Zubillaga usa una comparación muy gráfica. “Tener un dispositivo en casa o una conexión no es sinónimo de aprender. Igual que tener un cuaderno y un boli no equivale a saber leer y escribir”. Es decir, ya no se trata solo de tener acceso a dispositivos o conexión a Internet. También se trata de cómo usar las herramientas y qué conocimientos tenemos para hacerlo o acompañar.

“Hay que desarrollar un modelo educativo y de acompañamiento que facilite el uso de la tecnología, no sólo su acceso. Para nada está superada la Brecha digital y la alfabetización digital sigue siendo necesaria”, añade González Carrillo.

Políticas no inclusivas

La inclusión también es tener en cuenta todas las realidades, no solo dotar de ordenadores y tablets a las familias. ¿Qué pasa cuando las clases se siguen a través de una app sin accesibilidad? ¿Por qué los pdf no son la mejor opción?

“La tecnología es buena pero también acelera riesgos y discriminaciones. La mayoría de plataformas de e-learning no son accesibles”, lamenta González Carrillo. A su vez, Zubillaga añade que estas barreras tecnológicas y técnicas se ponen más de manifiesto en una situación como la actual. “Estamos hablando de colectivos que tienen experiencias de aprendizaje complicadas de reproducir a través de una pantalla. Hay una parte de proceso educativo que no es posible virtualizar”, asegura. Y lo hace señalando también el proceso de aprendizaje en edades tempranas.

Alfabetización digital, educación no formal y retos de futuro

En el debate sobre brechas digitales y educación inclusiva se han tratado muchas más cuestiones de las resumidas aquí. Por ejemplo se ha puesto de manifiesto que la alfabetización digital todavía es un reto para muchas escuelas y colectivos. También se ha puesto en valor el rol de la educación no formal en el proceso de aprendizaje y se han planteado diferentes escenarios en materia de educación y tecnología en una nueva normalidad.

Informes comentados durante el debate
Aquí se puede consultar algunos de los documentos que han surgido durante el debate de brechas digitales y covid19.

Informes de Fundación COTEC sobre Brechas Digitales:

Investigación impulsada por la Taula d’entitats del Tercer Sector Social de Catalunya a través del proyecto m4social, y elaborada por la Fundación Francesc Ferrer i Guàrdia:

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/15/debate-brechas-digitales-y-educacion-inclusiva-durante-el-covid19/

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España: CCOO exige que se creen todos los comités de seguridad y salud en el trabajo

Europa/España/21 Mayo 2020/eldiariolaeducacion.com

  • El sindicato ha presentado un informe en el que plantea una serie de necesidades para la desescalada educativa y la vuelta a las clases a partir de septiembre. CCOO denuncia que los comités de seguridad y salud en el trabajo, obligatorios, de las CCAA están, en muchos casos, todavía por formar y, en otros, sin atribuciones reales.
  • CCOO reclama la necesidad de una importante inversión de cara al curso que viene para poder hacer frente a los escenarios más que probables de vuelta escalonada y posible nuevo confinamiento.

Preservar el derecho a la salud para ejercer en las mejores condiciones posibles el derecho a la educación». Este es el objetivo que se marca CCOO, en palabras de Francisco García, secretario general de la Federación de Enseñanza, en la presentación del informe Propuesta de CCOO en materia de salud y seguridad en centros educativos que ha presentado esta mañana.

Durante la rueda de prensa, los responsables de salud laboral del sindicato han destacado la necesidad de que los obligatorios comités de salud y seguridad en el trabajo que deben poner en marcha las CCAA en muchos casos todavía están por nombrar y en otros, aunque constituidos, no están realizando los trabajos que serían necesarios de cara a la desescalada en el sistema educativo o la vuelta a los centros de cara al mes de septiembre próximo.

Entre las propuestas que lanza el sindicato se encuentra la redacción, por parte de las administraciones educativas, de documentos marco sobre los que trabajar en relación a la prevención de riesgos laborales. Unos documentos que, después de redactados en consenso con los agentes sociales (sindicatos y familias), han de traer aparejada la financiación suficiente y han de ir siendo evaluados para comprobar su aplicación y la posible necesidad de corrección en función de las diferentes situaciones sanitarias que pudieran darse a lo largo del tiempo.

Por supuesto, en la situación actual y para hacer frente a la incertidumbre que pesa sobre el sistema educativo en concreto, el sindicato entiende que es necesaria la contratación de mucho más personal docente para atender con seguridad al alumnado, así como de otros perfiles de apoyo a la labor docente. Y, por supuesto, el refuerzo de las plantillas de personal de limpieza de los centros educativos para que puedan hacer frente a las necesidades de desinfección e higiene que habrá en el futuro próximo. Unas plantillas que en muchos territorios ya venían siendo muy justas y que, a partir de ahora, verán multiplicado su trabajo para mantener los centros educativos lo más limpios posible para evitar contagios.

Este aumento de la inversión, CCOO todavía no lo ha cuantificado. Francisco García ha asegurado que la semana que viene harán público un nuevo documento que refleje esta cifra. Esperan que el Gobierno central, así como las CCAA, hagan un esfuerzo extraordinario en este sentido y que sea posible contar con fondos europeos también. En cualquier caso, García ha dicho que con menos cantidad que la recortada en 2012 (unos 9.000 millones de euros) se podría hacer frente a la contratación de más personal para el curso 2020-2021.

Otra de las exigencias que planteó ayer mismo CCOO junto a otros sindicatos en la reunión mantenida con el Ministerio de Educación y FP, es que se regule el teletrabajo en la función docente, sector en el que no existe normativa. Y más, teniendo en cuenta el escenario posible de que haya que mantener las ratios en 15 alumnos y que establecer turnos de asistencia al centro y de mantenimiento de la enseñanza a distancia al mismo tiempo.

Rafael Páez, adjunto a la Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente, afirmó que es tiempo ahora de planificar muy bien el inicio del curso y de tener en mente, además de cuestiones como la organización de las entradas y salidas de los centros, los usos de los espacios comunes, el desarrollo de los recreos o la posibilidad de evitar que un grupo clase tenga contacto con otros de su mismo colegio o instituto, otras como el uso de los comedores escolares o el transporte escolar. Indicó que lo preferible sería el transporte privado, lo más sostenible posible, al tiempo que indicó que muchos alumnos están obligados a usar las rutas de transporte escolar habituales, como en el caso de los centros rurales.

En cualquier caso, los dirigentes del sindicato han insistido en la necesidad de que sean las administraciones educativas las que se encarguen de la compra del material de protección que deberían utilizar docentes y personal de administración y servicios y no dejar esta responsabilidad a las direcciones de los centros. No tienen la formación necesaria en riesgos laborales ni tienen por qué conocer cuáles son los requerimientos técnicos de, por ejemplo, las diferentes mascarillas. Además, existe la posibilidad del abaratamiento de costes si la compra la hace la administración simplemente por el volumen.

Encarnación Pizarro, secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente, se pronunció, durante la presentación, en relación a la posibilidad de que se hagan pruebas PCR a los docentes cuando se incorporen al puesto de trabajo en septiembre. Y lo hizo en el sentido de que este tipo de acciones, en realidad, no suponen una protección ya que, aunque alguien esté sano en el momento de hacérsela, no está libre de la posibilidad de contagiarse después.

También habló de la posibilidad de conflicto en relación a la protección de datos y a la dificultad de hacer estos análisis a todo el profesorado todos los días para intentar asegurar que los centros, por esa parte, están libres de pandemia. Para ella, este tipo de actuaciones tendrían que desarrollarse desde los centros de atención primaria y no desde los centros educativos.

Rafael Páez habló de algunos riesgos de hacer estas pruebas al profesorado, empezando por una falsa sensación de seguridad que pudiera derivar en un relajamiento de las acciones de prevención y seguridad. Y abundó en la cuestión de la toma de temperatura, algo que también puede vulnerar los derechos de protección de datos, a parte de ser síntoma de otras enfermedades no relacionadas con la COVID-19.

Desde el sindicato ven con buenos ojos que la mayor parte de las CCAA hayan decidido que los centros de educación infantil, así como de educación especial, no abran sus puertas en estas útlimas semanas de curso, dadas las dificultades que ambos colectivos entrañan a la hora de mantener las mínimas condiciones de seguridad, como el distanciamientos social.

En el caso del alumnado de educación especial, ven una posibilidad en hacer un seguimiento uno a uno, en atención domiciliaria, con más recursos de personal para hacerlo, en un proceso paralelo al que siguen algunos menores tras un periodo de hospitalización y que son atendidos en su domicilio por una docente en contacto con el centro educativo para poder hacer el seguimiento del curso.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/20/ccoo-exige-que-se-creen-todos-los-comites-de-seguridad-y-salud-en-el-trabajo/

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More unemployment and lower wages: Coronavirus crisis dimming the prospects of young people in Spain

Europe / Spain / 05/20/2020 / Author: Miguel Ángel García Vega / Source: https://english.elpais.com/

Half of all job losses since the start of the outbreak have happened to adults under the age of 35, who experts say will face the brunt of the economic fallout from the pandemic.

he coronavirus crisis has stunted the prospects of hundreds of thousands of young people in Spain. While youth is frequently defined as the prime of one’s life encompassing a career, getting a place to live, love and heartbreak, children – for those who choose to have them – studying, traveling, making mistakes, suffering and regret, around 6.5 million Spaniards who were between 20 and 29 in 2008 and are now between 32 and 41 might well focus only on the list’s negatives.

This generation, which represents 14.2% of the population according to Spain’s National Statistics Institute (INE), is facing their second global economic crisis in only 12 years; the economic downturn of 2008 and now the pandemic. Ed è súbito sera. “And suddenly, the night,” as the Italian poet and Nobel Prize winner Salvator Quasimodo put it. No one can deny the rapidly descending gloom.

In April, unemployment among those aged 25 to 29 – the hardest hit demographic – rose by 13.1%. And in the first quarter, unemployment for those under 25 was 33%, two and a half points higher than the last quarter of 2019. The figures released in April paint a bleak picture. Half of job losses ­– around the 460,000 – since the start of this crisis have been among the under-35s.

Without doubt, instability has come at the worst possible moment. The youngsters who entered the labor market in the middle of the financial crisis between 2008 and 2013 are being hit just when they were starting to get on their feet. “The impact will be huge because young people are starting out in an already very vulnerable situation, characterized by impermanence, and have not yet finished footing the bill of the previous crisis,” says María Ángeles Davia Rodríguez, professor at the University of Castile-La Mancha. “The cost of this bill will depend largely on levels of job security in the face of the pandemic. That is, whether the person can continue to telework or whether they will be faced with intense social contact when they go back to work.”

The consulting firm CEPR Policy estimates that currently only 25.4% of jobs in Spain can safely be done from home – a percentage that could rise to 43% when restrictions are scaled back to a minimum. “There is a divide between young people who are privileged to have jobs that can be done remotely, such as those working in finance or computer science, and those who work in catering or retail with face-to-face contact [with the public],” says David Grusky, director of the Stanford Center on Poverty and Inequality at Stanford University. “These are new forces of injustice.”

Every generation has been defined by traumatic events, which generally generate fear and uncertainty. They are events that change the way people understand the world, and affect the way in which they make decisions and take risks. “Entering the labor market in times of recession has dire and persistent consequences on the wage trajectory of young Spaniards. Its repercussions can last up to a decade,” says Nuria Rodríguez-Planas, professor at the City University of New York.

Along with her colleague Daniel Fernández-Kranz, Rodríguez-Planas has laid out her research on this phenomenon in the article The Perfect Storm: Graduating during a Recession in Segmented Labor Market. “Regarding university graduates, there is a 6.4% reduction [in wages] on average in the first 10 years if the person enters a labor market with 18% unemployment instead of 10%,” she says.

In other demographics, the fallout is worse, with those who have completed high school being hit by a reduction in wages of 10% and those with vocational training, 12.5%.

In April, the number of people unemployed under the age of 25 rose by 31,262 compared to the previous month

Meanwhile, experts from CaixaBank Research say that between 2008 and 2016, the average salary for workers between the ages of 20 and 24 fell by 15%, while those aged 25 to 29 lost 9% of their income.

These figures meant life projects, such as independent living and starting a family, were put on hold; historically, it has been shown that economic insecurity reduces fertility and delays home-making.

Other reports such as Youth Unemployment in Spain, published by the journal Papeles de Economía Española (or Papers on the Spanish Economy), analyzed the lives of young people who are now aged between 36 and 40 – a demographic that, despite having gone through the initial stages of the recession between 2005 and 2012, should have had their lives on track by 2020. Instead, there was something akin to “boomer envy” – a concept coined by novelist Douglas Coupland in the book Generation X, which addresses inequality and the McJobs era of the 1990s in the United States.

According to Maria Ángeles Davia, the study found that the probability of becoming unemployed was significantly higher among those who had lost their job before the age of 30. And the stigma was more intense the longer their experience of unemployment lasted during their youth.

It is reasonable to assume that the frustration of the millennials who are now in that age bracket will be even greater as they have also had to bear the burden of the wage cuts that followed the 2011 labor reforms. “They must feel as though they will never see economic security in their lifetime,” says Markus Gangl, professor of sociology at Goethe University in Frankfurt, Germany.

According to Jason Dorsey, president of the consulting firm The Center for Generational Kinetics, “they’re going to lose wages, jobs and career prospects while older workers try to keep going for longer, thereby limiting future job offers. They will also have to bear much of the tax burden that pays for older people’s benefits.”

Generational comparisons

Deep down, thousands of young people feel that other generations have taken the best and placed barbed wire around the rest. Many envy their parents, who could retire at the age of 60. But that era has long gone. Now, around 60 million jobs in Europe are in jeopardy. The future, according to the McKinsey consultancy firm, will consist of a reduction in paid working hours, a flood of temporary contracts, and permanent lay-offs. And it is young people once more who will be in the eye of the storm as seven million jobs employing 15 to 24-year-olds could go.

“It could be worse if European governments introduce new austerity measures in the coming years to cope with the budgetary pressure created by the crisis,” says Michele Raitano, professor of political economy at the University of La Sapienza in Rome. “And we already know what that means: worse conditions for workers and deep cuts to social spending.”

There is an urgent need to protect jobs. Every job saved keeps productivity and consumption up, reduces dependence on the state and has a positive effect on health and wellbeing. The numbers of job losses must be brought down. It is not enough to flatten this curve. In April, the number of unemployed people under the age of 25 rose by 31,262 compared to the previous month. That’s close to an 11% hike in a country where youth unemployment has held at 40% in some areas, particularly the south, even during prosperity. “The situation of young people was already difficult before the crisis and now they have begun to form part of structural unemployment; that is, chronic unemployment,” says Raquel Llorente Heras, professor of Economics at the Autonomous University of Madrid.

Threats

With thousands of young people on temporary contracts, the threat of what’s around the corner is very real, particularly with regard to how things will play out after the state of alarm. At the end of the coronavirus lockdown, it is possible that “there will be a significant loss of temporary employment,” says Llorente.

So what’s the answer? “One option would be a minimum income that would act as a springboard to access the labor market,” proposes Rafael Doménech, head of economic analysis at BBVA Research. “But it should be designed so that the young person does not come to depend on it, and it should be temporary.” No matter what its dimensions, almost everyone agrees with Llorente that it is “necessary.”

Younger sections of the population must be protected, especially in a world where health and economic crises will become more frequent. According to the International Labor Organization, youth unemployment increased by 7.8 million between 2007 and 2009, while the decade before it had grown on average by just 191,000 per year.

“They [young people] are the least affected by the virus, but will be the most exposed to the economic fallout from the pandemic,” says Stefano Scarpetta, director of employment, labor and social affairs at the Organization for Economic Cooperation and Development (OECD). “In the second phase of the crisis and beyond, attention will have to be paid to how we tackle this inequality through policies that target its source – for example, loopholes in social protection systems and low-skilled youth.” As Jordi Fabregat, a professor at Madrid’s Esade Business School, says, people between 30 and 35 without a good education “are in for a hard time.”

The Covid-19 crisis has interfered with the end of the school year in Spain and complicated access to the labor market for thousands of young people who should graduate or finish their studies this summer. Nobody knows for sure what impact this will have on their future. The situation brings to mind a line from Gabriel García Márquez’s One Hundred Years of Solitude: “The world was so recent that many things lacked names.”

But, according to Carlos Martín, head of the economic department for the CCOO labor union, shattering the expectations of Spain’s youth can be avoided. “We must raise taxes to bring Spain’s fiscal contribution into line with the European average, eliminate the immense flexibility of temporary contracts, which leads to instability, and guarantee access to housing to end the ‘postponed existences’ experienced by the young and the not-so-young,” he says. His proposals include ceilings on rents, taxing empty properties, restricting tourist apartments and creating a protected pool of public housing for rent.

Meanwhile, lawyer Antonio Garrigues Walker believes that things have a way of working out. “Sensationalism should be regarded as practically a crime at the moment,” he says. “I am an optimist. Human beings, particularly young ones, are very resilient and have always been able to adapt. There will have to be changes but not that many. Humanity has lived through other pandemics and got over them.”

That resilience is also flagged up by Josep Mestres, an economist at CaixaBank Research. “Young people are the ones who are suffering the lowest rates of infection and could be the group that returns to work first, making them part of the solution,” he says. “Besides, this is a generation that can adapt very well to the structural changes that are coming, such as teleworking and new technology.”

There is also a chance that, in the current climate, countries will return to factory production, supply chains and certain basic industries, particularly those related to the health sector. No one in Europe wants China to continue manufacturing 80% of its antibiotics, for example. “We are going to recoup our production network and this will give young people professional opportunities,” says Roberto Scholtes, head of strategy at the global financial firm, UBS Spain. “I am hopeful.”

All generations rise and fall and in between, there is an unspoken pact that they will prosper – that each generation will enjoy a better life than the last. To break this pact is to return to the twilight years of the Middle Ages or the 19th century’s Old Order. “If you can’t promise people that their lives will be better, then why should they support the system?” asks Grace Blakeley, a 26-year-old English economist, citing a view shared by millions of young people under 35, especially those in southern Europe, who are facing their second world recession in just 12 years.

The breakdown of this social pact leads to radicalization, populism and confrontation between generations. Economic misery leads to more economic misery. Low wages now lead to low wages later and, eventually, to tiny pensions. Meanwhile, unemployment is becoming structural in Spain.

Division

“The confrontation [between generations] partly exists already,” says Rafael Doménech of BBVA Research. “Statistics are beginning to show that during the 2008 crisis the incomes that best evolved were those of older people while those of the young worsened, which has generated a divide.”

According to Gonzalo Sánchez, president of accountancy firm, PricewaterhouseCoopers (PwC), “to address this generational tension, we need to create jobs. Nobody in society can be at peace without a job, especially young people.”

Emilio Ontiveros, president of International Financial Analysts (AFI), disagrees: “One of the consequences of the crisis is growing social tension. But I don’t see a war happening between generations. What I do see is a more entrenched response to the system. Young people will not be against the system but they will strongly defend public sectors such as health and education.”

According to Carlos Martín, from Spain’s CCOO union, “there is a class conflict rather than a generational one. The economic elite has a vested interest in substituting one for the other to safeguard their status quo and avoid fiscal, labor or real estate readjustments that would cut their profits in a structural way. That’s why they propagate ideas such as, the old are robbing the young of their rights and to avoid this pensions need to be cut; or those on permanent contracts are robbing the rights of those on temporary contracts – mainly the young – and the solution is to reduce redundancy packages. No one should be in any doubt ­– the sons and daughters of the elite will not see their expectations diminished but redirected.”

The same cannot be said for Spain’s less privileged youth who were already suffering a 30% unemployment rate before the coronavirus crisis.

English version by Heather Galloway.

Source and image: https://english.elpais.com/economy_and_business/2020-05-18/more-unemployment-and-lower-wages-coronavirus-crisis-dimming-the-prospects-of-young-people-in-spain.html

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Se va un pintor con la sonrisa en la boca y la sensibilidad en su trabajo

Por: Santiago González Vallejo

Juan Genovés se ha ido. Pintor, solidario y con la sonrisa siempre a punto. Estuvo con los refugiados.

El motivo de conocerle y hablar con él fue con motivo de que el presidia el VI Premio Juan María Bandrés de CEAR del año 2006 y el CSCA había presentado al palestino refugiado Salah Mohamed Salah ese año.

Salah Mohamed Salah ganó el premio por unanimidad del jurado.

Salah Mohamed Salah –nacido en Tiberias (Palestina) en 1936 y cuya familia se vio empujada al exilio tras la creación del Estado de Israel en 1948-la Nakba el 15 de mayo, tal día como hoy-. Según el acta del premio ‘es una de las personas que más ha trabajado por la defensa de los refugiados palestinos’, un compromiso que ‘le ha costado cinco atentados, tres encarcelamientos en Siria y 19 en Líbano’.  En 1985 fue uno de los tres negociadores en representación del Frente de Salvación de Palestina y la OLP designados por las facciones palestinas para detener la guerra del partido libanés Amal contra los refugiados palestinos asentados en el Líbano. Salah sigue luchando por los refugiados palestinos. De hecho platicamos tras su viaje a Cuba, en agosto del año pasado en Líbano.

Genovés, siempre le recuerdo riéndose. En una ocasión, en un homenaje a los abogados asesinados del despacho de la calle Atocha de Madrid, contó la génesis del famoso cuadro que se hizo cartel por la amnistía en 1976. Según recuerdo en su casa en una urbanización al oeste de Madrid capital, con un colegio enfrente, se reunió la Junta Democrática y al acabar la reunión, alguien -no recuerdo- le dijo ‘hemos acordado sacar un cartel para financiar a la Junta y al mismo tiempo pegar por las calles sobre la amnistía y hemos pensado que como tu te dedicas a estas cosas, que nos hagas algo. Cualquier cosa.’ Genovés -creo que afiliado al PCE en esa época- no se podía oponerse y no pudo decir nada y no veía qué podría servir. Y le dijo que en su estudio estaba preparando una exposición para sus cuadros en Chicago para su expositor de siempre ¿Marlborough? Entre sus cuadros estaba ‘El abrazo’. Ese fue el elegido. Se hicieron dos tipos de reproducciones, una de litografías numeradas y otra de carteles que fueron pegadas en muros y en paredes de muchas casas. El tardofranquismo estaba muy vivo y hubo muchos muertos en esa transición.

Genovés también contó la génesis del cuadro y de toda la exposición para Chicago, en ese homenaje de CCOO y del PCE. Fueron los niños del colegio los que le inspiraron. Riéndose, no pudiéndose contener de la gracia que le hacía a si mismo, contó que fue un gol, la celebración del mismo, el abrazo espontáneo, el que le llenó de imágenes y, posteriormente cuadros.

Éxodo

Posteriormente, creo que en el año 2008, CEAR le pidió que cediera 100 litografías para financiar el III Foro Mundial de Migraciones que se celebró en Rivas Vaciamadrid, cosa que nuevamente accedió. En ese Foro, también estuvo Salah Mohamed Salah.

Hace unos años, 2011-12, cuando el famoso cuadro ‘El abrazo’ se supo que estaba en el almacén del museo del Reina Sofía, como tantos cuadros, una serie de personas propulsamos una serie de iniciativas, entre ellas una pregunta parlamentaria, que logró que ante el ruido generado se lograse su exhibición ya permanente, en el edificio ampliación del Congreso de los Diputados, donde es público el acceso.

Y siempre su sonrisa y el apoyo a los débiles.

 

Fuente e imagen:  https://rebelion.org/se-va-un-pintor-con-la-sonrisa-en-la-boca-y-la-sensibilidad-en-su-trabajo/

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‘Filósofas en la Historia’: el proyecto audiovisual que las hace ‘visibles’

Por: Laura Román.

‘Filósofas en la Historia’ es un proyecto audiovisual llevado a cabo por tres docentes del IES Aramo (Oviedo) en el que se destaca el papel de las mujeres filósofas a lo largo de la historia. Dirigido a los estudiantes de Secundaria y Bachillerato, el objetivo es reconocer el papel de la mujer en esta disciplina a través del análisis, entrevistas a filósofas actuales y extractos de películas.

¿Quiénes son las filósofas españolas más relevantes? ¿Cuáles fueron las mujeres filósofas que destacaron en la Edad Antigua, la Edad Media y el Renacimiento, la Edad Moderna y la Contemporánea? Estas preguntas encuentran sus respuestas en ‘Filósofas en la Historia’, un proyecto audiovisual que a modo de documental cuenta la vida y obra de diferentes mujeres filósofas destacadas en la historia, pero a las que no se les da reconocimiento en los libros de filosofía ni en Secundaria ni en Bachillerato. Orquestado por tres docentes de la materia del IES Aramo en Oviedo (Asturias) también han contado con la colaboración de profesores de la Universidad de esta ciudad.

Objetivo: hacerlas visibles

Paz Pérez Encinas, Salvador Centeno Prieto y Manuel Gereduz Riera son los tres profesores de filosofía que han llevado a cabo el proyecto para sacar de la ‘invisibilidad’ a un gran número de mujeres filósofas a lo largo de la historia. El objetivo ha sido introducirlas en la tarea docente y darlas a conocer entre los estudiantes de Bachillerato, primero, y entre los de Secundaria después.

Una cuestión que rondaba en sus cabezas desde hace dos cursos. “La idea de introducir a las filósofas en nuestra práctica docente diaria surgió por ‘pura necesidad’. Las preguntas sobre la existencia de las filósofas y sobre su pensamiento se planteaban en clase, cada vez con mayor frecuencia. No fue fruto de un planteamiento teórico, sino de la propia ‘praxis’ educativa”, comentan los docentes.

guía docente Filósofas en la historia

El proyecto, en formato audiovisual, está dividido en diferentes vídeos según la época histórica: Edad Antigua, Edad Media y el Renacimiento, la Edad Moderna y la Contemporánea, y en ellos tanto los profesores del instituto como el profesorado universitario van explicando las labores y logros académicos de mujeres como Hipatia, Sor Juana Inés de la Cruz u Olympe de Gouges, entre muchas otras, que se combinan con extractos de películas y entrevistas a filósofas actuales.

El proyecto audiovisual

Paz, Salvador y Manuel comentan que la nula aparición de estas mujeres en las programaciones de la asignatura de Historia de la Filosofía, en Bachillerato, les llevó a comenzar la investigación educativa. Aunque no fue tarea fácil: “La obra filosófica de las mujeres, enmarcada en un relato histórico, es poco conocida. Existen pocos estudios completos sobre ellas y, menos aún, con un hilo conductor que las vincule con su época y con la historia”.

Por ello, se dieron cuenta enseguida de la envergadura de dicho trabajo y ampliaron su red de colaboradores. “Han colaborado profesores de Filosofía de la Universidad de Oviedo como José Antonio Méndez Sanz y Noelia Bueno junto con la profesora de la Facultad de Derecho, también de la misma Universidad, Isabel Núñez Paz. Además, hemos contado con la posibilidad de realizar entrevistas significativas a los investigadores Paula Garay y Pedro Riesco”.

guía docente Filósofas en la historia

Por supuesto también contaron con ayuda para la parte técnica: “Mouayad Nasser Zahra, refugiado internacional sirio en Asturias, que salió de Damasco por la situación en guerra de su país se ofreció, de forma voluntaria y altruista, a realizar todo el soporte técnico, y Asunción López Reguera, trabajadora sanitaria, que por interés intelectual quiso contribuir y ofrecer su apoyo para la realización del vídeo”, destacan.

Repercusión dentro y fuera del aula

El proyecto se ha trabajado fundamentalmente en las aulas de 1º de Bachillerato y 4º de la ESO. E incluso se pudo traspasar a otras fechas importantes, como el 8 de marzo. “El resultado ha sido claramente positivo. Desde este material docente, los alumnos han elaborado distintos ‘carteles’ y presentaciones para celebrar el 8 de marzo con la figura de las filósofas”, explican los docentes organizadores.

Mientras que en 2º de Bachillerato, les ha servido para estudiar la Ilustración y otras cuestiones históricas desde la perspectiva de estas mujeres filósofas. “Justamente en este nivel es donde reivindicamos un ‘espacio legal’ para la presencia de las ‘Filósofas en la Historia’. No es simplemente dar a conocer a las autoras, no sólo ‘anunciar’ su obra, sino también ‘denunciar’ su situación en las programaciones docentes”.

Filósofas en la Historia

Fuera del centro educativo, el proyecto también se ha dado a conocer en diferentes espacios, como el Club de Prensa Nueva España, en Asturias, o en Madrid a través de una mesa redonda. Por último, el Centro del Profesorado y Recursos de Oviedo cuenta con el material para su divulgación y para realizar cursos de Formación al Profesorado. “También disponen de una guía docente para poder trabajar el documental en el aula”, concluyen los docentes.

Fuente del artículo: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/filosofas-en-la-historia/

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