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España: La Asociación In Género demanda ayuda de emergencia para las personas que ejercen la prostitución en la región

Redacción: El Diario

La Asociación In Género ha demandado ayuda de emergencia para las personas que ejercen la prostitución en Castilla-La Mancha, pues la crisis sanitaria y social generada por el coronavirus «ha puesto de manifiesto más aún la extrema situación de vulnerabilidad en la que se encuentra las cerca de 2.000 personas que ejercen la prostitución en la región junto con las víctimas de trata».

En este sentido, desde la Asociación In Género ha afirmado que se ha llegado a requerir hasta seis documentos (empadronamiento, tarjeta de demanda de empleo, certificado de vida laboral, etc.) desde otras organizaciones humanitarias para gestionar una ayuda de emergencia de alimentos y «que excluyen inexplicablemente y de forma directa a las personas en situación administrativa irregular». Por ello, reclaman que la ayuda de emergencia sea más inclusiva, fácil de gestionar y eficaz.

Además, observan desde la asociación, «que el colectivo se puede ver obligado a ejercer la prostitución de forma clandestina en pisos poniendo su salud en riesgo y las de otras personas para poder cubrir sus necesidades básicas y la de sus familias».

Asimismo, a su juicio, «es necesario recordar que la mayoría de estas personas viven en los lugares donde ejercen la prostitución, por lo que, con el estado de alarma, muchas han tenido que quedarse dentro de los clubes cerrados al público con el permiso de sus dueños y pagando una cantidad diaria (que ronda los 10 euros por comida y alojamiento)».

Respecto a las alternativas residenciales, «han sido complejas de conseguir puesto que la administración competente carecía de recursos suficientes y los que había estaban prácticamente ocupados por otras mujeres que siendo víctimas de violencia también, tenían más prioridad que nuestro colectivo».

«Sin duda, esta crisis ha puesto sobre la mesa la invisibilidad de este colectivo en la sociedad y la falta de capacidad de defensa de sus derechos públicamente. La enfermedad puede traer muchas consecuencias negativas pero también puede ofrecer una oportunidad para el empoderamiento de las personas que ejercen la prostitución», ha afirmado esta asociación,

Así, añade que también puede ser ocasión de «favorecer una conciencia crítica para que sean ellas mismas las que decidan cómo se deben hacer las cosas, cómo garantizar su protección y cómo evitar que situaciones como las que se están viviendo puedan ser remediadas».

La Asociación In Género es una ONG de ámbito nacional que nació en Castilla-La Mancha en 2005 con el objeto de dar una respuesta integral a las necesidades de las personas que ejercen la prostitución y víctimas de trata. La entidad nació frente «a la preocupación creciente sobre la situación de las personas que ejercen la prostitución en nuestro país y especialmente de las personas que están en situación de trata».

Fuente: https://www.eldiario.es/clm/Asociacion-In-Genero-emergencia-prostitucion_0_1017349194.html

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Madrid, Murcia y País Vasco se desmarcan del acuerdo educativo

Redacción: El Diario

Los gobiernos de Madrid y Murcia, del PP, rechazan el «aprobado general», aunque no es exactamente lo que pactó el miércoles, y avanzar de curso con asignaturas suspensas; Euskadi no ofrecerá actividades de refuerzo en verano.

Ni un día ha durado el consenso entre Gobiernos y comunidades autónomas anunciado el miércoles para finalizar el curso escolar con la idea de una «promoción general» y la posibilidad de titular en Secundaria y Bachillerato con asignaturas suspensas. La ministra de Educación, Isabel Celaá, explicó que el apoyo a estas medidas era «mayoritario» entre los gobiernos regionales. Hoy se sabe que fuera de esa mayoría están, al menos, Madrid, Murcia, por unas razones, y Euskadi por otras. Mientras Andalucía y Castilla y León han expresado sus discrepancias con el acuerdo.

La Comunidad de Madrid, probablemente la más beligerante con el ministerio en cuestiones educativas, ya venía avisando de que no estaba a favor de un «aprobado general». Y así se lo ha hecho saber al ministerio este mediodía. Lo pactado ayer no es un aprobado general al pie de la letra, aunque se parece: Celaá lo definió como «promoción generalizada». Los alumnos con más problemas de rendimiento, por las razones que sean, no pasarán automáticamente como sí harían en si hubiera un aprobado general.

Los profesores explican que la evaluación de un alumno se hace de manera colegiada en el claustro y que, hecha la ley, hecha la trampa. «Si ponen un máximo de asignaturas suspendidas para pasar de curso y los profesores creen que ese alumno debe pasar, ya se las ingeniarán para que apruebe las materias necesarias», explica una docente.

La ministra de Educación, Isabel Celaá, explicó el miércoles en rueda de prensa virtual que «no se trata de suscribir el acuerdo, lo que se hace es dar paraguas a las Comunidades Autónomas para que ejerzan sus competencias, haciendo las modificaciones que consideren menester».

Madrid no comparte las evaluaciones diagnósticas

Al consejero madrileño, Enrique Ossorio, le parece un matiz menor. «No se puede compartir la propuesta que, refiriéndose a la promoción en el Bachillerato, ESO, FP o las enseñanzas de régimen especial afirma que las administraciones educativas podrán flexibilizar los criterios de obtención de los diferentes títulos (…). Quiere decir, ni más ni menos, que se titule con asignaturas suspensas».

Y cree Ossorio que «no se puede dejar al albur de cada comunidad, porque se trata de una competencia estatal, la cual debe ser ejercida por el Ministerio de Educación», y ha explicado que no sería justo que se pudiera aprobar con diferente número de asignaturas suspendidas porque luego los títulos valen en todo el Estado.

También le parece muy importante a la Comunidad de Madrid que la evaluación del tercer trimestre no sea solo «diagnóstica» tal y como se decidió ayer en la reunión –esto es, sin carácter académico, solo para detectar carencias y necesidades de cara al próximo curso–, si no que debe ser académica «aunque dicho proceso tenga en cuenta la excepcional situación». «Reducir la evaluación a su valor diagnóstico o formativo es devaluar el concepto de evaluación», afirman desde la Consejería.

Murcia: «No la ratificamos»

«No lo ratificamos», ha dicho este jueves tras la reunión del Consejo de Gobierno la consejera del ramo murciana, Esperanza Moreno, escenificando de esta manera su segundo conflicto abierto con Celaá en lo que va de curso, tras la polémica por el veto parental que quiso imponer en las aulas murcianas y con el que Vox presionó al Gobierno regional (PP y Cs) para apoyar sus presupuestos. La Justicia lo suspendió cautelarmente el pasado 12 de marzo.

Esperanza Moreno ha asegurado que su Gobierno solo ratificará la propuesta de la ministra sobre promoción y titulación de los alumnos si legisla en esta materia. «Pero le dirigí dos preguntas directas ayer (por este jueves) que se quedaron sin respuesta y no hemos recibido ni siquiera la propuesta por escrito». La consejera murciana ha afeado al Gobierno central «que tampoco hayan contestado a nuestra petición de acompañar y apoyar con un contexto económico estos próximos meses».

Moreno ha exigido, por tanto, que se legisle para saber cuándo pueden pasar de curso los alumnos: «Necesitamos esa información, si no contamos con unas instrucciones claras del Ministerio se pueden producir desigualdades e injusticias entre Comunidades, y es lo que menos queremos en estos momentos de crisis».

En este sentido, ha pedido «unanimidad» porque «no es justo» que esas decisiones recaigan sobre el profesor «sin un respaldo por parte de la administración».

Por su parte, el gobierno vasco también tiene objeciones, aunque van en otra dirección. La consejera, Cristina Uriarte, ya afirmó el miércoles tras la conferencia sectorial que su comunidad autónoma no ofrecerá las actividades de refuerzo de julio (que serán de carácter voluntario en cualquier caso) y también el aprobado general, aunque este no se vaya a dar al pie de la letra.

«En Euskadi tenemos nuestras competencias, nos debemos a nuestra comunidad educativa y ese es nuestro marco de trabajo», explicó la consejera. «Llevamos tiempo trabajando, definiendo cuáles serán los contenidos esenciales de los currículums de aquí a final de curso y estamos trabajando también en las evaluaciones y cuáles serán los criterios y herramientas para realizarlas. También afirmó que ningún alumno repetirá por el coronavirus.

Por otra parte, Andalucía y Castilla y León han manifestado ciertas discrepancias con las medidas. La Junta de Andalucía ha manifestado que «en tanto no se establezcan en el acuerdo de manera expresa» las condiciones de promoción o titulación de los alumnos, no puede apoyar al Gobierno. Y recuerda que hay una normativa fijada, que en la ESO establece la opción de promocionar con dos asignaturas suspensas y con tres excepcionalmente, mientras que para titular en bachillerato hay que aprobar.

En el último caso, la Consejería de Educación de Castilla y León ha respaldado el acuerdo, salvo por el apartado de la promoción y la titulación, para el que ha pedido más concreción. La consejera de Educación autonómica, Rocío Lucas, ha pedido al Ministerio una nueva reunión para llegar acordar ese punto, puesto que no es tan urgente como el resto de cuestiones en las que sí hubo consenso y que permite a las comunidades avanzar en la gestión de la educación.

El resto de comunidades se ha adherido al acuerdo, lo que implica que aplicarán los criterios establecidos en él. Los gobierno regionales que lo hayan rechazado, podrán adherirse más adelante.

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/Madrid-Murcia-Pais-Vasco-desmarcan_0_1017348866.html

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‘I don’t know why the heck we have to go back if there’s no way of staying apart’

Europe / Spain / 04/15/2020 / Author: Miguel Ángel Medina, Eva Saiz And María Pitarch / Source: english.elpais.com

Thousands of people are returning to work in Spain amid controversy over whether it is too early to lift the strictest measures of coronavirus confinement

At Príncipe Pio station in Madrid, on the Cercanías commuter train network, only the hum of escalators and the noise of arriving and departing trains could be heard on Monday morning. A dozen National Police officers were handing out more than 5,000 face masks just at this one station. Ten million masks will be handed out in total, now that some of Spain’s non-essential workers are returning to work after a two-week period during which the economy was placed in “hibernation” mode.

Rafael Antúnez, 53, did not need to take one. He arrived at the station around 6am with a mask used for painting that he had bought months earlier at a hardware store. “Before all this happened,” he said about the purchase, as he made his way to a construction site in the Madrid municipality of Pozuelo de Alarcón. “I don’t know why the heck we have to go back if there’s no way of staying apart.”

Asked whether he was afraid, Antúnez shrugged his shoulders. “I just hope that my workmates also work with a face mask,” he says. “If not, we’re screwed.”

Industry and construction are the main sectors resuming normal activity, although retail stores, restaurants, cultural venues and leisure centers remain closed as part of the general confinement measures in place since March 14.

Minutes later, a commuter named Irud passed by and said he was going back to work as a gardener in Las Matas, northwest of the capital. “I don’t know if it’s essential or not, but they keep calling me,” he said, hands in his pockets and half his face covered with a neck warmer. “How can you leave plants for so long without looking after them? It would be a disaster.”

A woman who said her name was Fátima did not stop to talk, but offered some information as she walked by. “I have never stopped working. I am a care worker at a residence,” she said. Asked about the situation there, she did not answer, and instead rushed to catch a train heading to Atocha station.

At Atocha, several security guards watched over the train platforms to make sure commuters remained an appropriate distance apart. Although there was more movement here than at other stations, the situation remained unusually quiet, with no sign of the bustle typical of one of the city’s busiest transportation hubs.

A municipal police office waits to hand out masks at Atocha station.
A municipal police office waits to hand out masks at Atocha station.DANIEL GONZÁLEZ / GTRES

Most of the commuters accepted the offered face masks even though they were already wearing one. Some covered their faces with scarves and homemade masks, while others wore none at all. Ismael Rubio, a bricklayer waiting for a train to Collado Villalba, said he did not believe in their effectiveness. “I don’t put [the mask] on because it doesn’t do anything,” he asserted. “Once you touch your cellphone or clothes, they’re stained.” Rubio said he was not worried about contracting the coronavirus, but was scared about infecting the elderly people he lives with. “But I don’t think this does much,” he said, showing the mask he picked up at the station, then placing it in his pocket.

According to the authorities, face masks will be distributed at public transportation hubs for a few more days, particularly in the eight of Spain’s 17 regions where Easter Monday is a public holiday.

Many of the people using public transportation on Monday were the same essential workers who were already using it before the temporary “hibernation” period – doctors, security guards, supermarket cashiers. Asier, for example, is a security guard who complained about having to wait 12 minutes for his train. “These frequencies don’t help maintain social distancing,” he noted.

But at 8am, in the middle of rush hour, the normally packed Metro train cars looked half-empty. Outside, police officers continued to hand out masks at different entrances, while two Red Cross volunteers gave out masks inside the train cars. “We are handing out [masks] at all the transportation hubs, and at the busiest stops,” said Carmen, one of the volunteers. By noon on Monday, 72,323 passengers had used the Metro train system, 31% more than Monday of last week but 87% less than the same day last year, according to figures published by Madrid Metro on its official Twitter account.

Building sites

Work on construction sites has resumed in Madrid. One such site is on a building that will be turned into a hotel on Montera street near Gran Vía, in the heart of the capital. “We have all returned to work today,” said Florin, a worker, wearing a traditional yellow vest and a less traditional face mask. The noise of the machines and workers’ conversations were the only sounds breaking the silence that hung over Madrid’s famous Puerta del Sol. Both spots are normally packed with people but on Monday they were nearly completely deserted.

Builders on a construction site in Madrid.
Builders on a construction site in Madrid.VICTOR SAINZ / EL PAÍS

Franklin Rodríguez was also going back to work on a building site. “We stopped for 15 days, but today we are going back. They have given us gloves and masks. I’m not afraid to return, we are protected,” he said as he waited at Puerta del Sol for a Metro train to take him to Iglesia station. Other workers also returned to a site on La Encomienda street, in Madrid’s La Latina neighborhood, where a new hostel is being built. “We start today, everyone has a mask,” said Herminio, directing a colleague as he handled construction material.

Few commuters in Seville

In the southern Spanish city of Seville, there were few commuters on the Metro line, where volunteers from the Civil Protection service, supported by state security forces, began handing out face masks at 6am. Most of the passengers on their way to work already had protective gear that they brought from home, and masks were only being handed out to people without them and who would not be provided with one at their workplace, according to one of the security officers.

A commuter in Santa Justa station in Seville on Monday.
A commuter in Santa Justa station in Seville on Monday.PACO PUENTES

There was more activity at Santa Justa station, which is one of the main transportation hubs of the city. Police officers there handed out masks to several passengers who did not have any protective gear, such as María, who works at a law firm and was commuting from the Bellavista neighborhood to the south of the city. “I was not sure if masks were going to be handed out or if they would have one for me when I arrived [at work],” she said. In the southern region of Andalusia, up to 1.8 million masks are expected to be distributed in 365 public transportation hubs in eight provinces. Out of this figure, 434,000 will be handed out in the city of Seville.

Castellón’s ceramics industry “slowly” resumes production

The reactivation of the ceramics industry has been slow and “different in each company,” according to the Spanish Tile and Ceramic Pavement Association (ASCER). Sources from ASCER indicated that the sector is “very far from returning to normal” and that activity will only resume slowly in the next two months. Monday is also a public holiday in the province of Castellón, the heart of Spain’s ceramics industry, which has slowed the return to business.

Sources from ASCER said that the sector will have to adjust production according to the demands of their clients, meaning it “will be a very long and complicated period for companies.” According to these sources, demand for ceramic tiles “has fallen dramatically in the last few weeks, because our main markets, like Spain, the European Union and the United States, have taken contingency measures to slow the spread of Covid-19.”

ASCER explained that “international producers who have not had to stop production” represent a major threat to the Spanish ceramics sector. The industry has called for more funding, urgent liquidity measures and the postponement of tax payments, among other measures.

English version by Melissa Kitson.

Source and Image: https://english.elpais.com/economy_and_business/2020-04-13/i-dont-know-why-in-heck-we-have-to-go-back-if-theres-no-way-of-keeping-the-safety-distance.html

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Y el rey abandonó el trono

Por: Víctor Arrogante

Abril es el mes republicano por excelencia, por lo que voy a aprovechar estos días a retomar mis reflexiones republicanas; unas serán nuevas y otras recuperadas de otros de mis artículos publicados sobre el tema. Lo cierto es que pretendo alejarme, en lo posible, de la crisis sanitaria, social y económica, provocada por el coronavirus, y despejar ideas en estos largos días de confinamiento.

El próximo 14 de abril, se cumplen 85 años del advenimiento de la Segunda República. Vivió ocho años, tres de ellos defendiéndose en guerra, tras el golpe de Estado fascista contra la legitimidad democrática, otorgada en las elecciones del 12 de abril de 1931 y el abandono precipitado del rey Alfonso de Borbón, que huyó con la conciencia poco tranquila, por los desmanes políticos y personales que protagonizó. Aquellos acontecimientos y estos días, son una oportunidad para ampliar mis reflexiones republicanas y a ello me voy a dedicar.

En septiembre de 1923 el general Primo de Rivera había dado un golpe de Estado, militar por supuesto, auspiciado por el rey, «para salvar España de los profesionales de la política». Su intención era poner en orden España y devolver después el poder a manos civiles. El golpe fue apoyado por la burguesía, la Iglesia, el ejército, los industriales catalanes y los terratenientes andaluces. Todos contra la clase trabajadora que reclamaba más salarios y más derechos y hacían peligrar, con el creciente malestar social, los privilegios reales y de las clases pudiente. El Partido Socialistas Obrero Español y la Unión General de Trabajadores, se mostraron en principio ambiguos frente al golpe. La CNT se mostró abiertamente contrarios al dictador. El Partido Comunista, creado el 14 de noviembre de 1921, por una escisión del PSOE, convocó una huelga general, que fue poco secundada y los huelguistas perseguidos.

Primo de Rivera, como buen dictador, disolvió el gobierno, que fue sustituido por un Directorio militar; suspendió la Constitución, disolvió los ayuntamientos y prohibió los partidos políticos. Todo el poder para el ejército, que no estaba en sus mejores momentos, tras la guerra de Marruecos y todos los sucesos trágicos en el norte de África. El Directorio no tenía programa político salvo las dos cuestiones típicas de la derecha caciquil de todos los tiempos: la unidad de la patria y el mantenimiento del orden público. No fue todo negativo. Construyó grupos escolares, pantanos, carreteras, ferrocarriles y creó empresas públicas como Campsa, Telefónica o Tabacalera. Hay que tener en cuenta que la peseta estaba fuerte y la industria había sido fortalecida por la neutralidad de España durante la Primera Guerra Mundial.

Pero llegó la crisis internacional con el crac financiero de 1929 y la economía española se derrumbó y rugió la crisis social. Revueltas estudiantiles, huelgas de trabajadores, disturbios, intrigas políticas de adversarios y criticas desde dentro del régimen y sus correligionarios militares. Primo de Rivera, confundido, creía contar con el apoyo del rey, pero todo lo había perdido. Al día siguiente de pronunciar la celebre frase «a mi nadie me borbonea», el rey, como buen Borbón, que van dejando cadáveres políticos por donde reinan, le abandonó. En el exilio de París murió el dictador un mes después, dejando en herencia a sus hijos Pilar y José Antonio, con su ideología fascista, que tanto hiciera sufrir a cientos de miles de los mejores españoles y españolas.

De una dictadura a una dictablanda, presidida por el general Dámaso Berenguer. Nuevos desórdenes sociales y unas fuerzas políticas que nunca habían perdonado al rey Alfonso su apoyo a la Dictadura, coincidieron en derribar la monarquía. Incluso los liberales, que siempre habían considerado la monarquía como su sistema de privilegios, se pasaron al campo republicano, junto con nacionalistas catalanes e intelectuales. Las elecciones municipales convocadas, que pretendían consolidar el sistema y conseguir mayor apoyo popular, resultaron ser la perdición real. La monarquía era considerada como un símbolo en decadencia. Republicanos y socialistas, decidieron convertir las elecciones municipales de 1931 en un plebiscito sobre la continuidad de la monarquía en España. La suerte estaba echada.

Previamente en agosto de 1930, en El Pacto de San Sebastián, los partidos que asistieron (Alianza Republicana, Partido Radical Socialista, Derecha Liberal Republicana, Acción Catalana, Acción Republicana de Cataluña, Estat Catalá, y la Federación Republicana Gallega), acordaron poner fin a la monarquía y proclamar la Segunda República. Meses después el PSOE y la UGT se sumaron al Pacto. Se pensó en organizar una huelga general, que fuera acompañada de una insurrección militar, que metiera a «la monarquía en los archivos de la historia» y establecer «la República sobre la base de la soberanía nacional representada en una Asamblea Constituyente». La huelga general no llegó a declararse y la sublevación de Jaca fracasó, siendo fusilados los capitanes Galán y García Hernández. Muchos de los miembros del Comité Revolucionario fueron encarcelados y otros huyeron del país. El general Berenguer, para suavizar la situación y fortalecer la soberanía del rey, aplicó la Constitución de 1876 que reconocía las libertades de expresión, reunión y asociación. Todo se estaba precipitando hasta el desastre final.

Tras el cese del general Berenguer por el rey, forma gobierno el almirante Juan Bautista Aznar-Cabañas, con viejos liberales y conservadores. Una de sus primeras decisiones fue proponer nuevo calendario electoral: elecciones municipales el 12 de abril y posteriormente elecciones a Cortes Constituyentes. Las elecciones, suponían para la monarquía, volver a la normalidad anterior a Primo de Rivera. Para las fuerzas republicanas una consulta sobre la forma de Estado. Los resultados fueron un mazazo para los monárquicos, que poco hicieron para evitar que Alfonso XIII perdiera el trono.

Los resultados del 12 de abril, dieron a las candidaturas republicano-socialistas el triunfo en 41 de las 50 capitales de provincia. Los partidos monárquicos ganaron en 9: Cádiz, Palma de Mallorca, Las Palmas, Burgos, Ávila, Soria, Lugo y Orense. La participación ciudadana representó el 70% del electorado. Los monárquicos consiguieron 40.324 concejales, frente a los 36.282 que obtuvieron los republicanos y socialistas. Los comunistas 67 concejales; los partidos nacionalistas catalanes más de 4.000 y los vascos 267.

Cuando en Madrid se conocieron los resultados parciales, que mostraban que las ciudades más importantes eran mayoritariamente republicanas, el pueblo se echó a la calle para proclamar la República. El rey, dejando a su familia atrás, abandonó el país. «España se acostó monárquica y se levantó republicana», que diría el almirante Aznar. Unas elecciones municipales derrocaron a la monarquía.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/y-el-rey-abandono-el-trono/

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Entrevista a Yayo Herrero: «El aislamiento ha sido el desencadenante para reconocer la interdependencia»

Por: Pablo Gutiérrez de Álamo

Yayo Herrero es una de las principales voces del ecofeminismo. Hablamos con ella para analizar la situación en la que nos encontramos y los retos que habría que afrontar en los próximos meses para que, después del coronavirus, afrontemos la crisis económica y social de una manera diferente a como lo hicimos en 2008.

La tercera semana de confinamiento comenzó con medidas más restrictivas para intentar aliviar la presión sobre el sistema sanitario. Un sistema que se ha visto desbordado de mil maneras. Todo el Estado, todo el sistema, se encuentra en una situación similar. Hasta el 9 de abril sólo podrán salir a trabajar aquellas personas que lo hagan en sectores estratégicos. Yayo Herrero cree que es necesario plantear unas nuevas políticas sociales y económicas más próximas a lo sociocomunitario, que permitan, entre otras cosas, una redistribución de la riqueza (para evitar que las capas sociales menos favorecidas no sean las que paguen los platos rotos de la crisis económica derivada del coronavirus). Opina que la situación actual ha puesto de manifiesto cómo los trabajos de cuidados, invisibilizados y poco valorados habitualmente, se han vuelto esenciales para sostener el confinamiento.

Parece que la crisis sanitaria está rompiendo ciertas costuras del sistema. ¿Cómo ve la situación?

La crisis sanitaria de la Covid-19 tiene lugar en un marco fuertemente tensionado. La salida de la crisis de 2008 se basó en políticas de austericidio, recortes de servicios públicos, rescate y mantenimiento de las estructuras financieras. En muchos casos, a costa de una precarización de la mayor parte de la gente. Por un lado, el importante desmantelamiento de la red de servicios públicos: sanidad, educación, dependencia; y por otro, la fragilización del trabajo. Las condiciones laborales, que ya eran frágiles, se deterioraron mucho más.

Antes de las crisis de la Covid-19 éramos un país con altas tasas de desempleo, con gran cantidad de trabajos de baja calidad, personas que tienen trabajo pero son pobres, fuerte crisis habitacional con la generación de la burbuja. Ahora, tenemos un modelo económico que, estructuralmente, es tremendamente dependiente. Dependiente de energía del exterior, de materiales y alimentos, y basado en monocultivos como el turismo que son tremendamente frágiles.

La crisis llega en este marco estructural. Por delante nos encontramos que las emergencias no son sólo las sanitarias. Hemos declarado la emergencia climática, todas las proyecciones del IPCC dicen que nuestras economías se resentirán por la influencia del cambio climático. Y esta es una crisis económica que era anunciada ya desde hace tiempo.

Esto es importante tenerlo en cuenta para analizar y tratar de presionar para ver qué tipo de políticas públicas se ponen en marcha para afrontar esta crisis sanitaria. Si la salida es similar a la de 2008, pero partiendo de un punto más precario, mucho más frágil, podemos encontrarnos una situación de empobrecimiento generalizado y precarización aún mayor. Y, sobre todo, cuando los discursos de ideología ultraderechista, o neofascista, van calando en algunos sectores de la población que cada vez tiene más miedo, o que pretende blindar de alguna manera su propia situación identificando un enemigo que es el otro , lo que está fuera, ante el que debe defender.

¿No cree que habremos aprendido algo respecto a 2008?

Ahora mismo no lo parece. Desde la UE se han hecho discursos grandilocuentes sobre cuántos millones de euros se iban a invertir en medidas sociales. Pero, cuando rascas un poco, ves que buena parte de estas medidas son más bien de impulso y sustentación del sistema financiero. Dar dinero a los bancos para que tengan liquidez para prestar a la gente para que salga por la vía del endeudamiento. No da la impresión, a nivel Europeo, que el 2008 haya dejado un aprendizaje interesante, al menos desde el punto de vista de las condiciones de vida de las personas. Quizás desde otros puntos de vista, desde los intereses de los grandes capitales, sí; no les salió tan mal y por eso pretenden reeditarlo.

Y ¿en el ámbito más local?

Si miras dentro del mismo gobierno, traslucen tensiones importantes. Una parte que quiere mantener un poco el pacto de estabilidad, el déficit, la dinámica algo más neoliberal de fortalecimiento financiero; y otra parte del gobierno que presiona para intentar sacar adelante medidas como la mejora de las condiciones de los ERTE, o la prohibición del despido a partir de ahora por causa del coronavirus. O algunas medidas que esperamos como la suspensión de alquileres, aunque sea con una pequeña protección a los propietarios que tengan alquilada la casa y sea su único ingreso. Sin estar satisfecha y siendo bastante crítica, por supuesto me planteo qué pasaría en esta circunstancia si tuviéramos un gobierno completamente neoliberal.

A pesar de las tensiones, ¿diría que la sociedad está viendo que los servicios públicos se han convertido en algo esencial?

Este es de los grandes aprendizajes de las últimas semanas. Tengo la sensación de que una parte importantísima de la sociedad, diría mayoritaria, de repente es consciente de la importancia de tener un sistema sólido de salud pública que hace que cualquier persona, venga de donde venga y tenga lo que tenga, disfrute del derecho y la posibilidad de ser dignamente atendida en un hospital. Independientemente de que en este momento, la lógica de recortes haga que se esté teniendo que hacer en unas condiciones tremendamente precarias.

Hay una explosión de reconocimiento, de agradecimiento, hacia todas las personas que trabajan en el ámbito de la sanidad pública, y no sólo: cuidadoras, trabajadoras domésticas, reponedores de supermercado, carretillas, transportistas… de repente nos damos cuenta de que una buena parte de los trabajos, que por cierto, están mayoritariamente feminizados y que han sido absolutamente precarios, despreciados, mal vistos y desprotegidos, cuando llega el momento de afrontar una cosa de estas, son los que no pueden dejar de funcionar.

¿Trataremos estos trabajos de otra manera a partir de ahora?

Creo que probablemente sí. Para mucha gente lo que vendrá será diferente de lo que había antes. Ver, de repente, este frenazo económico evidenciará la fragilidad de todo el sistema económico y el hecho de que nuestras vidas dependen de un cúmulo de relaciones poco sólidas, precarias, muy basadas en la lejanía. Que cuando caen o se desploman se nos llevan a todos por delante.

Es muy interesante también, creo, en sociedades tan atomizadas como nuestras, sobre todo en los ámbitos urbanos, ver cómo precisamente, la orden de aislarnos, de tener que encerrarnos y mantener la distancia social, ha sido el desencadenante para que mucha gente empiece a mirar por las ventanas, los balcones, empiece a conocer por el nombre a sus vecinos, a preocuparse un poco por otras personas que están en el exterior de sus casas. Teniendo la conciencia de que preocuparte de otras personas hará también que otros se preocupen por ti. Es un reconocimiento de la interdependencia muy fuerte.

Esta situación parece haber dejado claro que la interdependencia es mucho mayor de lo que parecía antes …

Absolutamente. Son sociedades que están hiperconectadas por arriba, en lo económico y político y, sin embargo, en los últimos años se han atomizado mucho por la base. Estamos en un momento de convulsión en el que muchas personas, de manera intuitiva, se ven obligadas a reconectarse rápidamente por pura supervivencia, material y emocional.

Vemos cómo el frenado tan brutal de la economía se lleva por delante las ocupaciones, la normalidad tal cual la conocíamos y, al mismo tiempo, paradójicamente, hace que la atmósfera sea respirable, que el agua sea más clara, que se reduzcan las emisiones. Y revela, yo creo, el gran problema civilizatorio que tenemos: una economía que, cuando crece, destruye las posibilidades de seguir viviendo de forma digna, y cuando decrece, como ahora, con la lógica de poder que hay, cae violentamente sobre las personas más pobres y vulnerables. Y creo que esta doble tensión también puede hacer que muchas personas sean más conscientes de que salir de aquí requiere cambios profundos en nuestras maneras de organizar la economía, la política y la vida.

Parece que la crisis sanitaria tiene que ver con la ingesta de animales salvajes, en este caso, el pangolín. ¿Hay relación entre esto y un sistema económico que empuja a las personas a buscar estas formas de alimentación?

Hay que ser cauta. Debemos leer bastantes más estudios antes de sacar conclusiones precipitadas. Dicho esto, lo que sí me parece absolutamente clave es el hecho de que la cadena alimentaria y las atrocidades que se cometen en ella, son un factor de riesgo en la salud importantes. Sabemos ya mucho sobre la presencia de pesticidas, de productos contaminantes, alteradores hormonales y endocrinos en algunos productos alimenticios.

Ahora, por ejemplo, todo lo que sale con el pangolín. Pero recordemos la encefalitis espongiforme que transmitían las vacas. Hablábamos de vacas que habían sido alimentadas con restos de proteína animal. Obviamente saltarse y el alterar ciclos y dinámicas naturales en muy poco tiempo genera distorsiones y consecuencias que no sabemos por donde vendrán.

Me parece interesante, según he ido viendo, varios artículos en diversas publicaciones europeas sobre la incidencia que tiene la pérdida de biodiversidad en la transmisión más acelerada del virus y en la llegada de estos virus a las cadenas más altas de las redes tróficas, es decir, que la desaparición de la biodiversidad hace que cada vez haya menos especies interpuestas entre los virus y mamíferos. Eso sí que aumenta la expansión de los virus y pandemias.

También hay otros artículos que hablan de que la expansión del virus ha sido más dura en los lugares que previamente tenían un nivel de contaminación más fuerte. Algunos de los investigadores a los que he preguntado me han dicho que todavía tienen que hacer estudios, pero obviamente, si tienes un virus que afecta en mayor medida a personas que tienen patologías previas o afecciones cardiorrespiratorias, y vivimos en ciudades donde la gente respira durante años aire sucio, nos coloca en una situación de mayor riesgo ante virus y pandemias. Que, además, aumentarán debido al cambio climático.

¿Qué cree que deberíamos aprender de esta crisis socialmente?

Creo que si asumimos que esta situación de emergencia no es coyuntural, sino que es una nueva normalidad, que es lo que nos está diciendo la comunidad científica queramos o no queramos escucharla, necesitaríamos actuar en ejes diferentes, empezando por apostar de manera clara por un principio de suficiencia.

Aprender a vivir con lo necesario. Todo el mundo. Esto supone un cambio en los modelos productivos, en los estilos de vida y de consumo absolutamente radical. Por lo tanto, tenemos que cambiar la cultura del reparto. Para que personas que están en situaciones tremendamente vulnerables, empobrecidas y precarias puedan vivir con lo necesario, hay que abordar la redistribución de la riqueza, de los tiempos y de los trabajos que hacen falta para mantener nuestra especie. Mira la cantidad de trabajo de cuidados que se ha revelado como necesario a partir de esta crisis.

Y, finalmente, también hay una política pública basada en la precaución, en la cautela y el cuidado. Parece fácil pero es radicalmente incompatible con la lógica que defiende que hay que correr cualquier riesgo o sacrificar cualquier cosa con tal de que la economía crezca. Este principio del cuidado, desde la lógica del reparto y la justicia para que todos tengan suficiente, supone una manera de abordar la política pública y la economía que está en las antípodas de las que tenemos en el momento actual.

Al igual que el sistema sanitario se ha visto tensionado, el educativo también… ¿Qué respuesta puede dar el sistema?

Tengo la sensación de que por la urgencia y la rapidez con la que ha sucedido todo esto, parte de lo que está pasando cayó directamente sobre el profesorado, que está asumiendo la situación como puede. Estoy viendo un compromiso brutal para intentar atender, hacerse cargo de una situación que ha caído a plomo. Y luego, están las familias. Se dice que el virus afecta igual a todos y que no conoce de clases. El virus probablemente no, pero sus consecuencias son marcadamente diferentes en función de la posición de clase, de si eres gitana o paya, de la edad que tengas.

Cuando vives en una casa de 120 metros, tienes una buena conexión de wifi, una familia que te puede resolver una duda o te puede ayudar a organizar el cuadrante de tareas, estás en mucho mejores condiciones que si vives en una casa de 40 metros, no tienes conexión y, además, tu familia no te puede echar un cable. Y por si fuera poco tienes un profesorado que se encuentra confinado en casa y a su vez tiene hijos, y que lidia con ello como puede.

Fuente e imagen:  https://rebelion.org/el-aislamiento-ha-sido-el-desencadenante-para-reconocer-la-interdependencia/

Fuente original: https://catalunyaplural.cat/es/el-aislamiento-ha-sido-el-desencadenante-para-que-las-sociedades-atomizadas-reconozcan-la-interdependencia/

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Educación en tiempos de confinamiento, ¿y no sería mejor dejar a las criaturas un poco en paz?

Por: Rosa Cañadell.

 

Estamos en una situación especial en que todo está parado y trastornado.  El cierre  de escuelas e instituto ha puesto sobre la mesa un debate sobre qué hacer ante esto: ¿Se debe continuar el curso vía internet? ¿Hace falta que el profesorado adapte las actividades previstas para hacer “clases” virtuales? ¿Todo el alumnado tiene condiciones para hacerlo? ¿Las familias tienen que insistir en que sus hijos e hijas hagan todos los deberes que el profesorado les asigna? ¿Todas las familias están en condiciones de hacerlo?

Estas y otras muchas preguntas están surgiendo por parte de las Administraciones, del profesorado y de las familias, con un gran número de informaciones contradictorias y no del todo posibles. Pero, ¿es tan importante perder dos, tres o cuatro meses de “clase” ante una situación de emergencia, y totalmente nueva, como la que nos encontramos?

Es normal la inquietud y las dudas, pero yo creo que hace falta más reflexión pausada y, sobre todo, pensar en las necesidades de los niño y jóvenes, así como del profesorado y de las familias.

Hace falta, además, tener en cuenta las diferentes y desiguales situaciones en que se encuentran las familias y también el profesorado. No es el mismo ser médico, enfermera, personal sanitario, de limpieza, transporte, o cualquier otra profesión que está en activo, que estar en casa haciendo teletrabajo. No es el mismo tener una vivienda confortable y con todos los medios tecnológicos, que vivir en precario sin acceso a internet, o sin espacios apropiados para poder estudiar. No es el mismo tener padres y madres con tiempo y conocimientos para ayudar los niños, que no tenerlo. No es el mismo que en casa haya un padre y una madre a que sea una familia mono-parental. Y así sucesivamente.

Pero, al margen de todo esto, yo creo que hay una cuestión que podría ser generalizable. Y es que, a una situación excepcional se tienen que dar respuestas también excepcionales. Quiero decir, que intentar que la escolarización siga su curso (vía telemática) como si no pasara nada, no es la respuesta más sensata. Estén en la situación que estén, ni los chavales ni las familias tienen como prioridad subsanar la pérdida que puede significar perder una pequeña parte del temario escolar.

La situación de confinamiento mente diferente a la situación de escolarización y la angustia ante la posibilidad de contraer la dolencia, la angustia ante el estado de personas mayores y queridas (abuelos, tíos, etc.) hace que los niños y jóvenes vivan en un estado emocional muy diferente del que pueden tener en un tiempo escolar normal. Y si a esto le añadimos la angustia de muchos padres y madres que han perdido el trabajo y no pueden pagar el alquiler o comprar comida, aún parece más absurdo tener que preocuparse por los contenidos escolares de los más pequeños.

Ante esta situación, y sin que esto quiera decir que no se tiene que hacer nada que tenga que ver con la escolarización, quizás habría que dejar los chavales un poco en paz. Quizás el que hace falta es no agobiarlos  más con la obligación de hacer todos los “deberes” y, en cambio estar muy atentos a sus miedos y angustias. Quizás habría que dejar que hagan cosas nuevas, que inventen, que tomen iniciativas, que busquen nuevas actividades, que jueguen, que recorten, que escriban (un diario, cartas a los amigos, cuentos inventados, pequeñas obras de teatro), que canten y bailen, que construyan instrumentos, que pinten y decoren, que se disfracen, que recuperen juegos de los más mayores, que cocinen y hagan pasteles, que ayudan en las tareas domésticas (barrer, sacar el polvo), que aprendan a coser un botón…0 incluso, que se aburran! Dicen que no hay nada más creativo que el aburrimiento!

Quizás no es lo mejor obligarlos a estar muchas horas ante la pantalla para recibir “las clases”, más bien al contrario, el que haría falta es justamente limitar las horas de ordenador y de móvil, las horas de tele y de videojuegos. Hay tiempo para todo, y hay que aprovecharlo lejos de las pantallas. Es preciso que ordenar un poco la vida y ponar algunas normas, y ayudar a que ellos y ellas se vayan organizando. Hay que darles ideas y pautas, cosas que pueden hacer (que  son muchas) y algunos límites para que no abusen, sobre todo de las pantallas. Quizás en vez de seguir “clases” escolares, es mucho mejor mirar documentales y leer historias que tengan que ver con los contenidos que están haciendo en la escuela. Reportajes de países remotos, personajes que han estudiado, la vida en una etapa concreta de la historia, visitas virtuales a museos, conciertos… y todo aquello que amplíe su bagaje intelectual, cultural y artístico.

También habría que aprovechar para estimular los valores de la solidaridad y la colaboración. Hace falta que los niños y los jóvenes entiendan el que está pasando, sin alarmismos, pero explicando también todo el trabajo que hacen el personal sanitario (salir al balcón a aplaudir), las personas que limpian, las personas voluntarias que ayudan a la gente mayor y, en general, todas aquellas personas que hacen posible que ellos y ellas puedan estar en casa, a cobijo del virus. Hay que explicar la importancia de tener una sanidad pública donde todas las personas, ricas o pobres, pueden ir a curarse. Y como el quedarse en casa es, en sí mismo, un acto de solidaridad con sus amigos y amigas, abuelos y abuelas y con la población en general.

Por parte del profesorado, no se trata de reconvertir el temario que tocaba en forma digital, sino tener contacto personal (virtual, está claro) con el alumnado, que puedan explicar como están y que hacen y darles diferentes opciones y materiales que los ayuden a pasar el tiempo y que sean educativas, en el sentido amplio de la palabra.

Todo esto quizás ahorraría la angustia de las familias y la desazón de los niños y jóvenes, y nos ahorraríamos, también, no aumentar la gran desigualdad escolar que ya existe. Es evidente que compensar las desigualdades que ya existían sin el coronavirus, es del todo imposible, pero lo que sí podríamos hacer es buscar maneras de no aumentarlas. Y esto querría decir: por un lado, no avanzar ninguna materia escolar, ya que ello dejaría atrás los que tienen más dificultades. Y por la otra, dedicar muchos más recursos el próximo curso para atender aquel alumnado que ha sido más perjudicado de este período de confinamiento.

Cuidaos mucho!

Fuente del artículo: Equipo de OVE.

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Suspender la evaluación para preservar el derecho a la educación

Por: Lidón Gasull. 

El 12 de marzo, el ‘conseller’ de Educació, Josep Bargalló, anunció el cierre de los centros educativos por el covid-19. Debemos reconocer que estamos ante una situación muy compleja de la que no tenemos referente y, tanto el Departament de Educació como el resto de la comunidad educativa, están trabajando contrarreloj para ofrecer soluciones. Quizá es esta prisa para tomar decisiones la que hace que nos desviamos del objetivo principal: garantizar el derecho a la educación bajo los principios de igualdad, equidad y no discriminación.

La obligación jurídica de garantizar este derecho bajo estos principios no queda suspendida durante el estado de alarma y, por tanto, es responsabilidad del Departament desplegar tantas medidas como sea necesario para garantizar las mismas oportunidades al conjunto del su alumnado, también –y especialmente– en momentos de excepcionalidad como la actual.

En este sentido, debemos recordar que la garantía del derecho a la educación no se mide por los contenidos académicos que un sistema educativo es capaz de ofrecer a un determinado tipo de alumnado, al contrario, se mide por la capacidad que tiene de hacer que todo el alumnado disfrute de las mismas oportunidades para desarrollarse.

Los medios telemáticos

Sabemos, sin embargo, que tal y como reconoce el propio ‘conseller’, actualmente no se puede garantizar que todo el alumnado tenga las condiciones materiales –y emocionales– para seguir la actividad académica por medios telemáticos, así como tampoco se pueden garantizar las competencias digitales y pedagógicas del conjunto del profesorado para afrontar este reto.

Parece evidente, pues, que el Departament debería suspender la tercera evaluación en todos aquellos niveles educativos en los que no pueda garantizar la accesibilidad de todo el alumnado. Pero también deber prohibir a todos los centros educativos (públicos y privados concertados) que sigan impartiendo materias curriculares a su alumnado. La Conselleria debe velar por que no se aproveche este momento de crisis de salud pública para algunos tomen ventaja, ya que permitiéndolo está convirtiendo el derecho fundamental a la educación en un privilegio para aquellos que disfrutan de las mejores condiciones en el marco de la crisis actual.

Es momento que el Departament demuestre a la ciudadanía que la educación privada concertada, financiada con los fondos públicos, no goza de privilegios frente la educación pública, y prohíba que su profesorado, pagado directamente por la Conselleria, siga impartiendo materias curriculares al alumnado a través de plataformas educativas. Por otra parte, se debe prohibir que sigan haciendo publicidad y promoción de sus centros educativos para hacer campaña de preinscripción cuando, desde el Departament, se ha suspendido el proceso hasta nuevo aviso.

Ahora bien, el hecho de que no se hayan de impartir y evaluar materias curriculares no significa que se tenga que romper el vínculo entre el alumnado, la familia y la escuela, todo lo contrario. El papel de los tutores es esencial, porque conocen tanto las necesidades de su alumnado como su contexto familiar y pueden ser la correa que transmita información entre la administración educativa, servicios sociales y las familias para cubrir necesidades materiales y, en la medida de lo posible, emocionales.

La urgencia de unas directrices claras

Es urgente, sin embargo, que el Departament saque directrices claras destinadas al profesorado, familias y alumnado. El profesorado debe saber cómo proceder a partir de este martes en cada nivel educativo, y también hay que trabajar con los equipos directivos para hacer las adaptaciones curriculares necesarias para que el alumnado recupere los contenidos académicos el próximo curso.

Las declaraciones ambiguas del ‘conseller’ acerca de las actividades evaluables ponen mucha presión sobre las familias, que se ven incapaces de ofrecer el apoyo educativo necesario a sus hijas e hijos y, a la vez, se sienten responsables del impacto que esto puede tener en su currículum académico.

También el alumnado debe tener claro bajo qué condiciones se hará el paso de 4º de ESO hacia Bachillerato o la FP; y aquellos que los días 7, 8 y 9 de julio se someterán a la selectividad se les debe garantizar que el acceso a los estudios universitarios no dependerá del centro educativo donde han estudiado o de su contexto socioeconómico.

Ahora, más que nunca, es necesario que los principios de igualdad, equidad y no discriminación sean la base de cualquier decisión que se tome, porque sólo así evitaremos que el derecho a la educación se convierta en un privilegio.

Fuente del artículo: https://www.elperiodico.com/es/opinion/20200413/articulo-lidon-gasull-suspender-la-evaluacion-para-preservar-el-derecho-a-la-educacion-7926803

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