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España: Educadores infantiles exigen actualizar el currículo de esa etapa de la enseñanza

Europa/España/26-01-2020/Autor(a) y Fuente: www.abc.es

«Hay que revisar el curriculum de infantil porque está obsoleto. Por fortuna, la educación de la primera infancia está cobrando una importancia muy grande debido a los estudios de las neurociencias que demostran que los primeros años de la vida van a ser fundamentales en la vida adulta del niño», ha advertido a Servimedia el presidente de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (Amei-Waece), Juan Sánchez Muliterno.

Según Amei-Waece, en España, la totalidad de los partidos políticos se han comprometido con la escolaridad en la etapa 0-3 y han anunciado la universalización de la educación desde el mismo momento de su nacimiento. Pero los educadores infantiles alertan de que «no solo hay que universalizar la educación infantil, sino hay que «revisar” como llevarla a cabo».

Para esta asociación, «uno de los puntos fundamentales a revisar son los currículos ya que los currículos oficiales que regulan la educación están totalmente obsoletos al tener sus orígenes en la promulgación de la Logse en el año 1990. La última «ligera modificación”, a nivel estatal, data del 2006».

Su objetivo es elaborar un documento que proponer a las administraciones educativas de cara a la ya anunciada Reforma Educativa basado en la opinión de expertos y maestros que trabajan cada día en sus aulas.

Según Sánchez Muliterno, «la primera infancia es una de las fases más importantes e influyentes en la vida de cualquier niño, especialmente durante los primeros 1.000 días» y en esta etapa se instauran las bases fundamentales del desarrollo de la personalidad, se conforman los hábitos, habilidades, conocimientos y capacidades que se desarrollarán y perfeccionarán en las sucesivas fases de la vida de cada niño.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-educadores-infantiles-exigen-actualizar-curriculo-etapa-ensenanza-202001241602_noticia.html

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Las anteriores guerras políticas de la derecha con la educación encallaron en los tribunales

Por: Daniel Sánchez Caballero/David Lombao

El PP de Rajoy convirtió su oposición a la asignatura Educación para la ciudadanía en una batalla contra el Gobierno de Zapatero que embarrancó en el Supremo.

Vox y el PP han elegido cuál va a ser la primera batalla contra el nuevo Gobierno: la defensa del mal llamado ‘pin parental’, o lo que es lo mismo, que los padres tengan capacidad para vetar la asistencia de sus hijos a actividades contrarias a sus convicciones morales o éticas. No se trata de contenidos extraescolares sino de charlas y jornadas formativas que están incluidas en el currículum de los centros. La ofensiva, ideada por Vox y a la que se ha sumado el líder del PP, Pablo Casado, ha atrapado a Ciudadanos, socio de ambos en varios gobiernos autonómicos, que después de amagar con que apoyaría la medida ahora se posiciona en contra.

Primero el partido de Santiago Abascal y después el PP haciendo seguidismo de la extrema derecha han decidido convertir la polémica surgida en Murcia en un ariete para su oposición nacional. En esa comunidad autónoma, el partido de extrema derecha reclama que se instaure ese veto previo en la Educación como condición irrenunciable para votar a favor de los presupuestos. El PP lo apoya y Ciudadanos de momento titubea. Aunque la medida aún tiene que debatirse y aprobarse, el gobierno murciano ya ha dado pasos en ese sentido obligando a lo centros a que pidan autorización de los padres para ciertas actividades.

En síntesis, ese veto parental consiste en dar a los padres el poder de rechazar ciertos contenidos educativos si consideran que no se adecúan a sus convicciones morales, ideológicas o religiosas. Los padres de los alumnos tendrían conocimiento previo del contenido de esas actividades y podrían solicitar por escrito que sus hijos no participen. Aunque podría afectar a cualquier tipo de actividad, la iniciativa –una de las medidas estrella del programa de Vox– está centrada en cargar contra las charlas sobre diversidad e igualdad.

El Gobierno ya ha enviado un requerimiento al Ejecutivo murciano para que dé marcha atrás. Sin respuesta por parte de la administración murciana, la ministra de Educación, Isabel Celáa, ha decidido este lunes poner un plazo a ese requerimiento: tienen un mes para «restaurar la legalidad». El siguiente paso será acudir a los tribunales con el argumento de que la medida es contraria a una norma de rango superior, y por tanto la comunidad autónoma no tiene competencias. Además, en el texto que ha remitido, el Ministerio recuerda que la decisión del Gobierno murciano contraviene varios tratados internacionales.

Diferencias en el PP

Casado ya ha hecho de esta polémica el centro de sus discursos públicos y de sus ataques al nuevo Gobierno de PSOE y Unidas Podemos. El líder del PP, una vez superado el ensayo fallido de la moderación, ha pasado a equiparar la defensa del Gobierno de las charlas sobre diversidad e igualdad al adoctrinamiento de países comunistas: «¿Me están diciendo que es como dicen a las familias en Cuba, que los niños son de la revolución? ¿Vamos a llegar a que los niños también delaten a sus padres cuando no son buenos revolucionarios como pasa, a día de hoy, en Cuba?».

Mientras tanto, dirigentes del PP hacen ver que se trata de un problema artificial. El consejero de Educación de Madrid hizo públicas este lunes algunas cifras: contó que entre 1,2 millones de alumnos, la Comunidad de Madrid había registrado una única queja, que la administración investigó y que se quedó en nada.

Desde Galicia el presidente Alberto Núñez Feijóo pidió no «banalizar» sobre asuntos que requieren un debate sereno, dando a entender que él –que está a las puertas de unas elecciones y necesita exprimir su perfil más centrista– no va a hacer seguidismo de Vox. El PSOE, por su parte, ya ha anunciado que presentará iniciativas en parlamentos regionales y en otras instituciones para retratar a las derechas.

Mientras Feijóo se desmarca, su jefe de filas sí está decidido a abrazar una estrategia conocida en la derecha: hacer de la Educación un terreno de batalla política. El problema para Casado es que la vía judicial, que ya atisba la ministra, no siempre ha salido bien a un PP que ha encallado en los tribunales.

El Supremo rechazó que quepa objeción de conciencia

El caso más claro es el de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que introdujo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Como ahora, el PP liderado por Mariano Rajoy centró todos sus esfuerzos en cargar contra esa materia y convertir su lucha en una supuesta batalla por la libertad individual. Se estaba acabando 2006 cuando se conoció el contenido de la asignatura como parte de la nueva ley, la LOE. La materia era obligatoria y respondía a una recomendación del Consejo de Europa, que afirmaba que era esencial para promover una sociedad libre, tolerante y justa.

A los sectores más conservadores les faltó tiempo para denunciar que la asignatura tenía «un contenido moral y político de un sesgo muy determinado», como alertó el Gobierno de la Comunidad de Madrid, entonces presidido por Esperanza Aguirre. Centenares de familias apelaron a un supuesto derecho a la objeción de conciencia para pedir que sus hijos no cursaran la asignatura. Elementos como la educación sexual, las familias monoparentales u homosexuales o el laicismo se cuestionaron como inapropiados e invasivos en la educación de los niños.

El asunto escaló y acabó en los tribunales, que fueron sentenciando en diferentes sentidos. Tuvo entonces que pronunciarse el Tribunal Supremo, que en 2010, tras dos días de deliberaciones –cuando había 114 objetores, según un recuento de El País–, unificó doctrina y estableció por 22 votos a 7 que no era posible acogerse al derecho a la objeción de conciencia para una asignatura. Sí pedía el Alto Tribunal que se controlara el contenido de los manuales de la asignatura.

Esta imposibilidad de hacer objeción de conciencia educativa es la misma a la que alude el Ministerio de Educación en el requerimiento que le ha hecho a Murcia para que retire el veto parental de Vox. Finalmente, la polémica acabó cuando el PP llegó al poder y eliminó la asignatura al aprobar la LOMCE.

Feijóo, el precursor del veto parental

Hay otro precedente que acabó en los tribunales y que también apostaba por el veto parental, aunque en este caso sobre la educación lingüística. Fue también durante el Gobierno de Zapatero. En Galicia, el introductor de la exigencia de control paterno sobre las aulas fue el PP durante su breve estancia en la oposición al gobierno de PSdeG y BNG que dirigió la Xunta entre 2005 y 2009.

En ese contexto de movilización prácticamente continua del PP de Mariano Rajoy contra el Ejecutivo de Zapatero sobre cuestiones territoriales, el entonces nuevo líder de los populares gallegos, Alberto Núñez Feijóo, se aferró a una bandera que su antecesor, Manuel Fraga, nunca había utilizado en sus casi dos décadas como presidente: la de una supuesta «imposición» del gallego en Galicia. Fue ahí donde encajó su propia versión de un veto parental que acabaron tumbando los tribunales.

En unos años en los que el PPdeG llegó a temer que parte de su voto urbano fuese a parar a la entonces emergente UPyD de Rosa Díez, los de Feijóo decidieron romper la baraja del consenso lingüístico que habían estado a punto de firmar con el Ejecutivo de socialistas y nacionalistas. Además de alentar manifestaciones y otras protestas, el candidato Feijóo lanzó una propuesta en aras de la «libertad». «En el sobre de matrícula meteré una casilla para que los padres elijan el idioma de las asignaturas troncales», aseguró en una entrevista con El País pocos días antes de las elecciones gallegas de 2009.

El programa electoral del partido, no obstante, matizaba la promesa. Se trataba de «escuchar, a través de procedimientos reglados, la opinión de los padres en relación con las materias que se impartirán en cada idioma», indicaba. Asumía, en esencia, las reivindicaciones de pequeños grupos como la asociación denominada Galicia Bilingüe, que exigían a la Xunta que permitiera a las familias del alumnado decidir el idioma en que eran impartidas las materias escolares y excluir el gallego si padres o madres así lo determinaban.

De este modo, diez años antes de que Vox lanzase su exigencia de veto parental, Feijóo ya equiparaba «libertad» con permitir que las familias determinasen el funcionamiento de las aulas en función de su ideología. Cuando, pocos meses después de lograr la Presidencia de la Xunta, anunció los rasgos generales de lo que presentó como «decreto del plurilingüismo», su promesa ya no era esa «casilla en el sobre de matrícula», sino repetir una encuesta a las familias como la que la Consellería de Educación había realizado en los meses previos y cuyos resultados íntegros no había divulgado. El plan, había explicado Feijóo, consistía en una «consulta que se realizará cada cuatro años y que orientará el reparto horario» de materias entre lenguas.

Cuando, en mayo de 2010, vio la luz el texto íntegro del decreto, la encuesta estaba presente, aunque restringida a la enseñanza infantil. Fue en este punto en el que entraron en juego los tribunales. Entidades de defensa del gallego, sindicatos y la Real Academia Galega recurrieron el decreto ante el Tribunal Superior de Justicia de Galicia. En varias sentencias, los jueces rechazaron frenar el conjunto de la norma, pero sí la controvertida encuesta y otros aspectos vinculados a la misma.

Concretamente, el TSXG determinó que la Xunta estaba «vulnerando la configuración del derecho fundamental a la educación» recogido en la Constitución, puesto que «los poderes públicos tienen encomendada la programación general de la enseñanza, de cuya potestad la Administración (…) no puede abdicar, sometiendo la votación un aspecto tan fundamental como la lengua». La elección familiar, matizaba, se restringe únicamente a la decisión de si el alumnado cursa o no la materia de Religión.

Después de aquellas sentencias, que también suprimían el artículo que otorgaba «libertad al alumnado para utilizar en las manifestaciones oral y escrita la lengua oficial de su preferencia», con independencia del idioma de la asignatura, la Xunta se embarcó en una batalla legal y, al mismo tiempo, continuó distribuyendo encuestas lingüísticas a las familias del alumnado de Infantil. Pero su resultado, afirmó, ya no sería «vinculante». «Seguiremos haciendo las consultas, pero no producen efectos legales porque las sentencias lo impiden, pero será determinante para que nosotros adoptemos una decisión u otra», había asegurado el presidente de la Xunta.

Información publicada en eldiario.es

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/01/21/las-anteriores-guerras-politicas-de-la-derecha-con-la-educacion-encallaron-en-los-tribunales/

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Pamela Palenciano, sobre el veto parental: “No es justo educar con miedo”

Entrevista/23 Enero 2020/Autora: Pilar Álvarez/elpais.com

La activista, que representa en institutos su monólogo sobre violencia machista, denuncia una campaña de acoso en redes

Durante hora y media, Pamela Palenciano (Andújar, Jaen, 1982) se sube al escenario, en institutos y teatros, y representa 10 personajes. Es ella misma pero de adolescente. Es también Antonio, su novio de entonces, cuando se pone cariñoso y cuando pierde los nervios. Es su mejor amiga, Maite, la única a la que le ha cambiado el nombre, y el resto de colegas que fueron testigos de un caso de violencia machista que no supieron ver casi hasta el final, cuando Antonio intentó matarla. Y que empezó a entender años después, cuando su psicóloga Mari Carmen le dijo: «No solo duelen los golpes». Ese es justo el título de su actuación, en la que empezó a trabajar hace 16 años y con la que lleva más de 7.000 representaciones sobre todo delante de alumnos de secundaria, algunas de ellas en Murcia antes de la polémica del veto parental. Es siempre un texto incómodo, pero ahora, además, es objeto de ataques por alumnos —»criaturas de Vox», los llama ella— y blanco de críticas furibundas en las redes sociales. Cuentas oficiales de Vox suben extractos cortados del monólogo, que el partido de ultraderecha define como «chorradas». La han convertido en un ejemplo de lo que se podrá censurar con el veto que aplica la Región de Murcia: «Nunca más los progres camparán a sus anchas por las aulas. Nunca más podrán adoctrinar a nuestros hijos en chorradas como esta». Palenciano asegura que la han denunciado dos veces por «maltrato a menores», ambas archivadas, y que no hay día que no tenga un mensaje «amenazante» de Vox o de «sus simpatizantes». Ha contratado a una abogada.

Pregunta. ¿De qué habla en su monólogo?

Respuesta. El monólogo No solo duelen los golpes parte de la necesidad de contar mi historia con la violencia machista, un pretexto para analizar el sistema de desigualdad no solo entre hombres y mujeres sino en el mundo, enfocado para prevenir la violencia en general y sobre todo entre los jóvenes. Llevo 16 años con el proyecto. Empezó como una exposición de fotos, un taller y ahora la representación. Cuento la relación con Antonio, con el que empecé a los 12 años.

P. ¿Desde cuándo la cita Vox en las redes?

R. Llevo un año entero en el que todos los días recibo en redes mensajes de simpatizantes de Vox en forma de amenazas y palabras soeces. Estoy en todas sus redes. En las aulas me cruzo todos los días con criaturas de Vox que ven el monólogo y lo retan. Los chicos se revuelven más que las chicas. Se ponen a moverse, a hablar entre ellos, a poner caras raras. Me llaman feminazi, podemita, adoctrinadora. Me dicen cosas como: “Mi tío me ha contado que vendría una tía a adoctrinarnos”. Cuando pido preguntas, replican que el monólogo está cargado de ideología, que sea más neutral. Todo tiene ideología. Yo soy feminista y me enfoco en los derechos humanos. En Teruel un chaval me dijo que mi actuación era una ideología de lo que pasaba en Venezuela.

Pamela Palenciano, durante una actuación el pasado lunes en el instituto Los Rosales de Móstoles.
Pamela Palenciano, durante una actuación el pasado lunes en el instituto Los Rosales de Móstoles. VÍCTOR SAINZ

P. ¿Estas reacciones en los institutos son nuevas?

R. Es supernuevo. Siempre está el chico que se incomoda con el machismo, que siente que estoy hablando de lo que es. Ahora eso tiene discurso. Empezó fuerte desde hace un año y medio, desde que Vox entró en el Parlamento de Andalucía. Lo noté de un día para otro cuando llegaron a las instituciones. Antes era más contenido, ahora más normalizado. Algunos me enseñan pulseras de Vox y de España y me sacan el dedo [le hacen la peineta].

P. ¿Cómo acoge el resto del alumnado su monólogo?

R. Es una maravilla. A las chavalas se les cae la venda. Algunas reaccionan en plan: “Lo que está contando me está pasando a mí, lo he pasado y ahora le puedo poner nombre”. Los chicos se sienten incómodos al principio, pero luego ven que la crítica es a la masculinidad hegemónica, no a los hombres. Y van aflojando. Su respuesta mayoritaria es: “Yo no quiero ser el del monólogo”. Pero aunque haya 5 o 10 de Vox, aunque sean poquitos, revientan el espacio. Hacen tanto ruido que tengo que parar la obra para decirles que se callen. A partir de estos últimos episodios, les diré que si no quieren estar que se salgan. No quiero que asistan obligados si no quieren. Lo mío no es una doctrina. También sufro boicot de algunos profesores que van a quejarse al director después del monólogo. Algunos se sientan con los malotes y no les regañan, no les dicen nada si sueltan malas palabras. También hay profesores de Vox dando clases.

P. ¿Influyen los comentarios que hacen desde este partido en las redes sobre usted en su trabajo?

R. Influyen todo el día. Tengo picos de ansiedad por tener que ir a trabajar con miedo a ver qué puede pasar, a si va a haber un escrache, a si no voy a poder actuar porque se quejan los padres. En Rivas Vaciamadrid hubo una queja a la dirección y vino la inspectora educativa a revisar quién era yo. Al final hice el monólogo, pero la inspectora estuvo allí porque había una queja de padres y madres. Cuando vio que era una actividad educativa y artística para prevenir la violencia, dijo que no podía cancelar la actividad.

Tuit de Vox sobre la obra de Pamela Palenciano.
Tuit de Vox sobre la obra de Pamela Palenciano.

P. ¿Dice que va a los institutos con miedo?

R. Sí, y no es justo educar con miedo. Mi historia ya es bastante terrorífica, recordarla una y otra vez. Lo sigo haciendo porque me lo he tomado como una misión de vida. Pero no quiero hacerlo con miedo. No estoy haciendo nada malo, hablo de lo que me pasó y hago un análisis de la desigualdad. Lo que me ocurrió no es aislado. Vivimos en un país libre y con democracia. Me vine de El Salvador huyendo de situaciones de riesgo de violencia, buscando la libertad, y mira cómo me encuentro ahora. Una amiga mía decía estos días en redes: «Si a Pamela Palenciano le pasa algo responsabilizamos a Vox». Mi abogada me tranquiliza.

P. ¿Tiene abogada por este asunto?

R. Nos conocimos el año pasado. Se llama Laia Serra y es experta en acoso y violencia hacia las activistas feministas. Buscaba a alguien que me apoye por ser activista de los derechos humanos y feminista. Me siento muy segura con ella. Tengo otras asesoras que me ayudan. Y voy a buscar una abogada de actores, para ver cómo defenderme de un partido político que me censura por actuar como actriz, para tener una estrategia y que no me pillen desprevenida.

P. ¿Se ha planteado dejar de hacer el monólogo?

R. Alguna vez me lo he planteado, sí. Veo que es necesario por la gente joven que me escribe todos los días para seguir, y por gente de alrededor que me apoya mucho. Tengo bajones por el cansancio de tener que enfrentarme a estas cosas. El monólogo ya es duro porque es autobiográfico. Querría no tener que lidiar con todo esto, que me supera. Quiero ir a trabajar sin miedo y hacer mi trabajo lo mejor posible, como todo el mundo. Seguiré por mí y por el resto de compañeras que también están en el punto de mira del pin parental.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/sociedad/2020/01/21/actualidad/1579606369_062777.html

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Un veto parental de pin y pon

Por: Miguel Lorente Acosta

La educación es la esencia de la democracia, quizás por ello la ultraderecha busque condicionarla de la manera que lo hace

La ultraderecha de Vox, con el beneplácito de la derecha del PP y Ciudadanos, impone un veto (denominado por ellos pin) para poner sus ideas “a salvo”. Sin duda, deben tener poca confianza en sus propios valores, creencias y capacidad para educar a los hijos, si piensan que una actividad extraescolar y puntual que se da en la ESO puede hacer cambiar la educación que se da en casa cada día.

Esta medida, como otras similares, demuestra la falacia que representa su modelo de sociedad y la debilidad de sus argumentos, incapaces de soportar el contenido de una clase de secundaria. Debilidad y falacia que no se limitan a los contenidos académicos, y que vemos a diario en las instituciones cuando tienen que utilizar datos falsos sobre la violencia de género, los extranjeros, la unidad de la nación o la idea de patria para poder defender sus propuestas.

Su mundo es una burbuja falsa donde ellos obtienen y han obtenido muchos privilegios, tantos como que a pesar de las mentiras que vierten vuelven a estar en las instituciones. Por eso su estrategia se basa en evitar confrontar sus ideas y planteamientos con otras ideas, de ahí que al igual que hacen en los colegios con el veto parental, lo intenten en las instituciones con sus propuestas de ilegalizar determinados partidos y así hacer callar lo que a ellos no les gusta.

Imagino que el siguiente paso será el “pin parlamentario” para que sus diputados y diputadas puedan faltar a las sesiones y no escuchen a quienes la democracia les da la palabra, como hicieron en el debate de investidura al abandonar el hemiciclo cuando el portavoz de Bildu subió al estrado.

La derecha y la ultraderecha se equivocan con ese tipo de propuestas, y, al margen del significado de este tipo de iniciativas, tienen dos referencias claras para entender su inutilidad.

La primera de ellas es el fracaso de cualquier proyecto que intente imponer unas ideas al margen de la realidad. Las condiciones que harían falta para adoctrinar a un grupo amplio de la sociedad requerirían tal nivel de aislamiento del entorno, una homogeneidad en el mensaje, una constancia en el tiempo y una intensidad en el contenido, que es algo imposible de alcanzar en una actividad extraescolar que se organice de manera puntual sobre determinadas cuestiones. Y no tienen que irse muy lejos. Imagino que recordarán la educación que se daba durante la dictadura, una educación con mensajes rotundos, sin fisuras, constantes y mantenidos en el tiempo, y sin embargo, no fue capaz de desplazar los ideales democráticos.

La segunda es que olvidan que la responsabilidad del Estado es educar para la convivencia en la pluralidad de ideas y creencias, y en la diversidad de las personas que forman esa sociedad plural. La educación es la esencia de la democracia, quizás por ello busquen condicionarla de la manera que lo hacen, y sigan dando pasos hasta llegar a la ley que aprobó el pasado noviembre el Parlamento de Ohio para que los alumnos puedan responder mal las preguntas de los exámenes cuando el contenido esté relacionado con la religión y sus creencias.

La ultraderecha lo tiene claro y sabe que este tipo de propuestas no les desgasta y que les da aliento entre sus votantes, pero PP y Ciudadanos se equivocan por seguirle el juego. La ultraderecha los utiliza como muñecas, como esos PinyPon tan pequeñitos que se podían manipular sin problema y ponerlos en cualquier lugar. Quizás no sean conscientes, pero pagarán un precio alto en votos y credibilidad al apoyar o silenciar esta y otras muchas medidas relacionadas con la igualdad.

Quizás, lo que debería plantearse es ponerle un veto (o pin como ellos dicen) a la ultraderecha.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/01/17/mujeres/1579279255_115415.html

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España: El veto parental se convierte en el centro de la discusión educativa

Europa/España/23 Enero 2020/eldiariolaeducacion.com

El llamado PIN parental pretende conferir a las familias potestad sobre los contenidos que deben recibir niños y niñas a pesar de que estén contemplados tanto en la LOMCE como en sus desarrollos autonómicos.

Las posturas son irreconciliables. La izquierda adoctrina a menores en la escuela mientras que la derecha cree que los únicos valores que deben enseñarse en los centros educativos son los suyos. Como ya pasara en otros momentos con las clases de religión en el sistema educativo.

Durante todo el fin de semana hemos asistido a un «debate» irreal sobre si el veto que desde VOX se quiere imponer en diferentes comunidades autónomas. La polémica última saltó con el anuncio desde el Ministerio de Educación y FP del recurso a la justicia si la Región de Murcia seguía adelante con la imposición de dicho veto en su sistema educativo.

Desde el mes de septiembre la Consejería de Educación murciana impuso unas instrucciones de inicio de curso en las que ya contemplaba la implantación del llamado PIN parental. La semana pasada, en el marco de la negociación de los presupuestos de la Comunidad, se llegó al acuerdo entre PP, C’s y VOX, de cambiar los decretos de contenidos para primaria y secundaria para que tuviera encaje el veto.

Hay que recordar que las actividades complementarias sobre las que se quiere imponer están recogidas en la legislación estatal y autonómica como parte del contenido de la educación obligatoria. El Ministerio envió un requerimiento a Murcia como primer paso. El siguiente será acudir a los tribunales.

A partir de ahí, se desatan unas horas en las que el partido Ciudadanos en Murcia primero se apoya la decisión del veto (palanca que utiliza VOX para aprobar los presupuestos en la Región) para después echarse atrás. En otras autonomías como Madrid o Andalucía parecen también haberse desmarcado de esta imposición del partido de extrema derecha.

Mientras tanto Pablo Casado, lider del PP, aprovecha la polémica para apoyar el veto sobre leyes que su propio partido ha aprobado, tanto desde el Gobierno central en su día (la propia LOMCE) como desde gobiernos como el de Madrid.

Y en esta confusión, las redes sociales se incendian durante días con posturas encontradas e irreconciliables sobre el tema. Y con mensajes que inducen a error como uno en el que VOX denuncia una charla sobre sexualidad para niñas y niños de seis años aunque se trate, en realidad, de una intervención con familias.

VOX 🇪🇸

@vox_es

Así adoctrinan a menores de 6 años en sexología en las escuelas de La Rioja.

✅ Por esto es fundamental el que propone VOX.

Para que los padres puedan negarse a que sus hijos asistan a estas charlas y talleres que suponen una perturbación de la inocencia infantil.

Video insertado

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Desde el extremo opuesto se acusa a quienes defienden este veto de hacer caso omiso de compromisos relativos con los Derechos Humanos.

Agustin Moreno@MorenoG_Agustin

A ver si somos capaces de que quede claro de una vez: el llamado que las diferentes ultraderechas quieren implantar en Murcia, Madrid y Andalucía, es un que va contra los DDHH, la Constitución y la libertad. Y ampara el machismo y la homofobia.

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Por otra parte, como era de esperar, lo que empieza siendo un enfrentamiento relativo a contenidos sobre igualdad de género o relaciones afectivo-sexuales, ha pasado a otros temas que parecen chocar con las creencias de las familias. El medio digital Nius informaba de cómo ocho alumnos no acudían a una charla sobre reciclaje tras utilizar el veto educativo impuesto por la extrema derecha y el Gobierno de PP y C’s.

La polémica parece solo haber empezado, entre otras cosas, alimentada por la batalla de los partidos de la derecha, sobre todo el PP de Pablo Casado, contra el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos. De nuevo, la educación se convierte en un campo de batalla ideológico, aunque en este caso, sobre un elemento que podría pasar por no cumplir la legalidad vigente. Una vez más, VOX consigue imponer la agenda.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/01/20/el-veto-parental-se-convierte-en-el-centro-de-la-discusion-educativa/

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El nuevo y el viejo “pin parental”

El nuevo y el viejo “pin parental”

  • «Estamos ante una nueva guerra cultural planteada por la derecha y la extrema derecha. Es necesario combatir el “pin parental” con un sólido discurso público»
  • «Lo que esconde esta supuesta “libertad” es la potestad de imponer la ideología a los hijos, para lo que es necesario tener amordazados a los centros educativos»
  • «La lucha coherente contra el “pin parental” pasaría por exigirle al nuevo gobierno también la eliminación de los conciertos educativos»

La política educativa de los gobiernos autonómicos de PP y Ciudadanos con apoyo de VOX contribuye a clarificar la “naturaleza” de los mismos. Encontramos, por una parte, una previsible sintonía en materia económica en el seno del “trifachito”: son gobiernos con una dura agenda neoliberal que conciben los servicios públicos como nichos de negocio. Fijémonos en Andalucía: el recorte de líneas en centros públicos en combinación con medidas anunciadas como la extensión de los conciertos educativos a FP y Bachillerato, por ejemplo, evidencian la inspiración del “trifachito” en tantos años de políticas educativas del PP en la Comunidad de Madrid, anteriores a la emergencia de VOX. Por otra parte, estas agresivas políticas se aderezan con medidas planteadas por la extrema derecha pensadas para contentar al electorado más reaccionario, como la inclusión de la caza en el currículo o la implantación del “pin parental”.

Esta última es objeto de una polémica después de que en Murcia el gobierno de PP y Ciudadanos la hayan aceptado a cambio del apoyo de VOX a los presupuestos. Un chantaje similar se está dando en Andalucía. Se habla de “PIN parental” porque sería, grosso modouna solicitud que permitiría a los progenitores no solo requerir información a la dirección del centro sobre ciertas charlas o actividades, sino evitar que sus hijas e hijos asistan o participen en las mismas. Los contenidos “intrusivos” que pretenden vetar son -obviamente- los relacionadas con la memoria histórica, con la educación afectivo-sexual, con la lucha contra las violencias machistas y la LGTBIfobia, y con el fomento en general de la convivencia y el conocimiento y la aceptación de la diversidad.

Digámoslo claro: ese veto que llaman “PIN parental” es un mecanismo de censura de contenidos curriculares que forma parte de una estrategia más amplia de criminalización de la lucha contra la xenofobia, las violencias machistas o la LGTBIfobia, al tiempo que cuestiona la educación pública y a su profesorado. Para combatirlo hemos de tener en cuenta dos aspectos.

Hay que empezar poniendo sobre la mesa que la implantación del “pin parental” será difícil porque choca con la legalidad vigente. De hecho, cuando el presente curso arrancó en Andalucía, con la amenaza -por una parte- de la implantación de esta medida, y la llegada a los centros -por otra parte- de material de cierta organización ultracatólica defendiéndola, en el sindicato USTEA elaboramos un documento que estamos distribuyendo por los centros en el que se explica la legislación que no solo ampara, sino que obliga al profesorado a trabajar los contenidos que estos censores quieren vetar, con el objeto de informar y, por así decirlo, “tranquilizar” a las y los docentes. Lo ocurrido estos días lo ha puesto en evidencia: horas después de saberse que el gobierno de Murcia daría curso al “pin parental”, la ministra Isabel Celáa amenazaba con llevarlo a los tribunales si no lo retiraba, pues choca con leyes de ámbito autonómico y estatal, empezando por la propia ley de educación. Por su parte, el gobierno de Andalucía ha dicho que está estudiando el “encaje legal” de la medida.

Pero sería un error centrarse en el terreno de la legalidad. Estamos ante una nueva guerra cultural planteada por la derecha en general y la extrema derecha en particular. Es necesario combatir el “pin parental” con un sólido discurso público que, entre otras cosas, cuestione la tópica apelación -de nuevo- a la libertad, en esta ocasión a “la libertad de los padres a elegir la educación de sus hijas e hijos”.

De la apelación de la derecha a la “libertad” de los progenitores para educar a sus hijas e hijos se desprende una triste sensación de cosificación y “pertenencia” que parece “anularlos”, como si formaran parte de su “propiedad privada”. En realidad, lo que esconde esta supuesta “libertad” es la potestad de imponer la ideología a los hijos, para lo que es necesario tener amordazados a los centros educativos. Lo que debemos defender, porque es lo que aquí está en juego, es la libertad y el derecho de las y los jóvenes a recibir una educación integral, que les posibilite conocer y conocerse, también en lo referente a su sexualidad.

Porque no se trata solo de educar al alumnado en la diversidad, convirtiendo así la escuela –por emplear una socorrida metáfora- en una “ventana al mundo”. Las aulas deben ser también espacios desde los que contribuir a la lucha contra las opresiones, porque también hay que pensar en la libertad y los derechos de quienes las sufren. En esa alumna o ese alumno que está descubriendo su identidad LGTBI, a los que la escuela debe proporcionar formación y referentes que le sirvan de herramientas para facilitarle la comprensión y la aceptación (el periodista Raúl Solís escribía este fin de semana que de haber existido el “pin parental” cuando él tenía 16 años quizás se habría suicidado). O en esa alumna que sufre porque, pongamos por caso, su pareja le coge el móvil o la controla en las redes sociales, a la que la escuela pública debe explicar que eso es también violencia machista. Los ejemplos, en fin, podrían multiplicarse. Y vamos incluso más allá de la libertad y los derechos del alumnado: tenemos que luchar desde las aulas contra la opresión del heterocispatriarcado porque está oprimiendo y matando a la mitad de la población mundial, y están en juego la libertad y los derechos de esa mitad, o tenemos que hablar de emergencia climática porque también está en juego nuestro planeta, y no puede ser arrasado por los beneficios de una minoría en el marco de un sistema económico que es incompatible con los límites de la biosfera. De nuevo los ejemplos podrían multiplicarse.

La aceptación, en fin, de que desde los centros educativos debemos trabajar para proporcionarle al alumnado una formación integral y contribuir a la lucha contra las opresiones nos lleva a plantearnos una cuestión: ¿qué hacemos entonces con la educación concertada y privada? Porque lo que ahora llaman “pin parental” es tan solo, en realidad, un nuevo tipo de “PIN parental”. Hay otro muy arraigado al que también hay que oponerse: el que se aplica en las escuelas concertadas y privadas, en manos en su mayoría de la Iglesia. La activación del viejo “pin parental” no depende solo de la solicitud de los progenitores: el ingreso en esos centros educativos conlleva el veto automático a determinados contenidos y enfoques. Y en el caso de la concertada, ese “pin parental” se subvenciona con dinero público. En este sentido, resulta irónico y contradictorio que la ministra Celáa hable del derecho fundamental de las niñas y niños a ser educados, y afirme cosas como que “una familia homófoba no tiene derecho a que los hijos sigan siendo homófobos”, que evidentemente comparto, cuando el PSOE ha amparado y protegido la escuela privada y concertada.

Por eso, la lucha coherente contra el “pin parental” pasaría por exigirle al nuevo gobierno no solo que lleve a los tribunales a las Autonomías que pretendan implantarlo, sino también la eliminación de los conciertos educativos. Y más aún, debe llevar a cuestionarnos la existencia misma de la educación concertada y privada.

Fuente de la Información: https://www.cuartopoder.es/ideas/2020/01/21/el-nuevo-y-el-viejo-pin-parental/

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Antonio Márquez: “El DUA propone diseñar para la diversidad”

Por: Educación 3.0. 

Con una sólida trayectoria de 15 años como maestro de pedagogía inclusiva, Antonio Márquez explica cómo incorporar el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) al aula, de forma que incluya a todo el alumnado. Márquez ofrecerá las claves en la sesión informativa online ‘Diseñando unidades accesibles’, que impartirá el 3 de diciembre en el marco del Concurso Escolar del Grupo Social ONCE.

“Garantizar una escuela inclusiva que entiende que es el currículo el que debe adaptarse al alumnado y no al revés es el objetivo del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA)”, afirma Antonio Márquez. Mediante su implementación en el aula, el docente es capaz de realizar programaciones que incluyan alternativas para todo el alumnado. Hoy, Día Internacional de las Personas con Discapacidad se reivindica con más fuerza.

El Grupo Social ONCE se une a este objetivo con la puesta en marcha de su 36 Concurso Escolar. Bajo el lema ‘Once upon a time, La mirada de tod@s’, su objetivo es abordar la inclusión desde una mirada holística centrada en las capacidades de todas las personas y su desarrollo integral.

Para ello, y por cuarto año consecutivo, el Concurso Escolar ofrece recursos educativos como webinars formativos online interactivos a cargo de expertos en educación inclusiva y creatividad. Antonio Márquez, maestro de educación inclusiva, protagonizará el tercero de estos webinars el 3 de diciembre a las 19:00h con la sesión ‘Diseñando unidades accesibles’.

En esta entrevista, el autor del blog educativo Si es por el maestro, nunca aprendo, habla sobre los programas de aprendizaje, las herramientas de inclusión en el aula y la heterogeneidad de perfiles del alumnado.

36 concurso once Antonio Márquez

Pregunta: Hace 20 años se hablaba de diversificación curricular, ¿se ha superado este concepto?

Respuesta: Los programas de diversificación curricular fueron en su día una variante que el sistema educativo ofrecía a aquel alumnado que se entendía de antemano que no iba a alcanzar los objetivos de la ESO de una forma digamos “normalizada”. Actualmente se aboga por una escuela inclusiva que entiende que es el currículo el que debe adaptarse al alumnado y no al revés. Por esto, si en nuestras escuelas proponemos modelos más flexibles, no sería necesario “desviar” a ningún alumno o alumna por otro itinerario diferente al que hacen sus compañeros.

P: Como maestro en pedagogía inclusiva desde hace 15 años, ¿qué diferencias encuentras entre el método de diversificación curricular y el que recoge el DUA?

R: El DUA (Diseño Universal para el Aprendizaje) propone un cambio de mirada hacia el currículo para plantear un modelo pedagógico centrado en las barreras, que desde los diseños didácticos, organizativos y contextuales proponemos a gran parte de nuestro alumnado. Por ello, ofrecer alternativas para presentar la información a los estudiantes asegurando que todos y todas la comprenden según sus posibilidades; ofrecer alternativas para que el alumnado pueda expresar lo que ha aprendido, diseñando medios alternativos para evaluar ese aprendizaje; y sobre todo, ofrecer un modelo metodológico flexible, abierto y motivante para todos, donde los alumnos puedan empoderarse, participar y progresar con enfoques activos.

El modelo pedagógico propuesto en la diversificación curricular no hace más que diseñar un modelo didáctico adaptado centrado en las individualidades de sus estudiantes.

P: ¿Guardaría alguna relación el DUA con los programas de aprendizaje y rendimiento incorporados en la LOMCE? ¿Son efectivos estos programas?

R: Si entendemos bien el DUA, lo que nos propone es realizar diseños más accesibles que eviten las barreras a la participación, sea quien sea el alumnado que participe en este diseño. Por tanto, si el docente que está trabajando al frente de un PMAR propone diferentes alternativas y abre el currículo para que su grupo de alumnos pueda progresar en su aprendizaje, estará trabajando con un modelo DUA.

Sin embargo, el PMAR viene a ser una continuidad de los Programas de Diversificación con diferentes desenlaces y con un adelanto en la edad en la que los alumnos y alumnas pueden ser desviados de su grupo ordinario. Dentro del modelo actual de educación que tenemos, con contextos rígidos y currículos cerrados e inflexibles, puede que los PMAR sean eficaces para ciertos alumnos que no tienen cabida en esta rigidez y hermetismo, y encuentren en ellos un modelo ajustado a sus “dificultades”; no obstante lo que debemos preguntarnos es si ese es el modelo de escuela que queremos, un modelo que propone respuestas diferentes para alumnos diferentes; caminos distintos para alumnos distintos; y aulas donde no todos caben y son excluidos.

P: La inclusión, por tanto, es la columna vertebral sobre la que trabaja el DUA, ¿cómo se adapta a los diversos perfiles que hay en el aula?

R: El DUA parte de la variabilidad de todos los aprendices. Lo que se propone es diseñar para esa variabilidad. Y ese diseño debe entenderse dentro de dos aspectos esenciales: la alternativa y la elección. El docente debe diseñar su modelo didáctico sin pensar en un alumnado específico que pueda tener problemas. Es un cambio de mirada que debe partir de lo que cada docente puede hacer con su diseño para hacerlo más accesible.

Por tanto se trata de un trabajo que debe realizarse antes de su aplicación al aula; y esto conlleva un posterior chequeo continuo de la participación efectiva de su alumnado para re-ajustar el proceso e incorporar aquellos elementos que aún sigue necesitando su diseño curricular.

En este sentido, el DUA no es una metodología sino una forma de entender todo el proceso de enseñanza-aprendizaje que debe adaptarse a esos diferentes perfiles.

P: En la sesión formativa del Concurso Escolar ONCE que impartirás hoy 3 de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, introduces la aplicación del DUA para transformar el aula, ¿qué herramientas son necesarias?

R: La herramienta principal es querer transformar nuestra escuela y poner empeño y creencia en este modelo. Una vez tengamos esto como base, necesitaremos incorporar muchas alternativas que pasarán necesariamente por el uso de las TICs y las TACs. Nadie que conozca el modelo DUA duda de su complejidad para ponerlo en práctica en el aula, sin embargo en esta sesión del 3 de diciembre me centraré en una máxima con la que “enganchar” al profesorado: hacer fácil el DUA. Simplificaremos toda la propuesta a unas pautas básicas para que el profesorado que asista pueda ir haciendo sus primeros “ajustes” en sus diseños didácticos y comience a interesarse por ir añadiendo cada vez más elementos propuestos en el DUA.

P: Teniendo en cuenta la heterogeneidad tanto del alumnado como de los docentes, ¿cómo hay que implementar el DUA en la formación del profesorado?

R: La formación del profesorado es absolutamente necesaria pero debe ir paralela a la transformación de los centros educativos en lugares de respeto y valoración de la diferencia, de lugares de acogida y convivencia donde la presencia de todos sus alumnos y alumnas sea su máxima. Por ello yo creo que es determinante que las propuestas de formación para las escuelas inclusivas comiencen por la formación de sus equipos directivos y equipos o departamentos de orientación. Una formación que no solo se quede en la implantación del DUA sino en ese cambio de culturas y políticas del centro.

P: ¿Qué papel juegan los materiales que ofrecen concursos como el del Grupo Social ONCE en dicha formación?

R: El Concurso ONCE tiene un modelo de trabajo que me parece excepcional. He participado activamente como “concursante” con mis alumnos y alumnas durante los últimos diez años y sus modelos didácticos, enlaces a recursos, actividades propuestas y formaciones paralelas han sido siempre de una gran ayuda, no solo al aula que participa, sino a todo el centro en general. Todo ello con el marco curricular legal en vigor, trabajando desde las competencias y los criterios de evaluación, dando así lugar a su cabida en las programaciones docentes.

Animo a todos los docentes a participar en este concurso que enriquece nuestra profesión, nos facilitan la participación con unidades didácticas especialmente diseñadas para hacerlo, y nos marcan modelos serios de trabajar de forma inclusiva.

Fuente de la entrevista: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/antonio-marquez-dua-disenar-para-la-diversidad/120222.html

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