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Colombia: Balance y declaración de la CRES 2018: Del optimismo a la desilusión

Colombia/16 de Junio de 2018/Observatorio de la Universidad de Colombia

 Terminó la III Conferencia Regional de Educación Superior en Córdoba -Argentina- con más silencios que aplausos y ninguna ovación, tras la lectura de la Declaración de Córdoba que no presenta ningún desafío ni propuesta novedosa ni sustancialmente diferente de las planteadas en la Conferencia de 2008, en Cartagena. La situación política y fiscal de la universidad pública argentina opacó la realidad de otros países, incluido el colombiano, cuyos rectores asistentes concluyeron que si bien Colombia tiene dificultades, hace tiempo se superó la excesiva ideologización política y se han logrado desarrollos más técnicos y de calidad.

Ver el texto del preámbulo de la Declaración de Córdoba al final

La gran expectativa que significó reunir a los más importantes directivos de la región en educación superior, terminó en un debate más ideologizado que técnico, sin propuestas concretas ni desafíos reales para los sistemas de educación superior como el colombiano.

Pedro Hernández Guajardo, director de IESALC – UNESCO; Francisco Tamarit, coordinador de la Conferencia, y el rector anfitrión de la Universidad Nacional de Córdoba, Hugo Juri, dieron lectura de la que llaman hasta ahora propuesta de una declaración, que será “pulida” en próximas semanas, y caracterizada por ser un llamado endogámico a la gratuidad universal de la educación superior, las plenas libertades el acceso libre y el reconocimiento a la diversidad en todas sus expresiones.

Uno de las frases inspiradoras del Movimiento Reformista de Córdoba, de 1918, cobró vigencia: “Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan”. La pregunta es si, de darse, la solución de esos “dolores” (financiamiento, libertades, cogobierno, participación política…) se asegura que la universidad latinoamericana responda adecuadamente a los retos de la educación superior de esta época.

La Declaración de Córdoba considera que la educación superior debe ser un medio de igualización y no de mantenimiento de privilegios y reitera muchos de los postulados planteados por Declaración de Cartagena, hace 10 años.

Frente a los ojos de terceros, la impresión es que la educación superior latinoamericana, en el periodo comprendido entre 2008 y 2018, hubiera experimentado una década perdida y de retrocesos en la región; como si la universidad privada no existiera o toda fuera de pésima calidad o mercantilista, y si la universidad pública no hubiera sido capaz de avanzar en sus procesos de financiamiento y relacionamiento con el Estado y su único rol fuera el de sobrevivir para dar educación gratuita, reconocer las diferencias de todos y crear una cultura investigativa, patrimonial y de conocimiento única de la región, con un carácter más local que universal (así entienden la pertinencia).

La inevitable, imperativa e innegable presencia y protagonismo de la virtualidad y las nuevas tecnologías parecen no haber “tocado” a la universidad latinoamericana, que -a la luz de la declaración- se niega a avanzar en la materia, así como en la aceptación plena e impulso de éstas, de las reformas curriculares,de  la evolución postgradual, de la revisión de los tiempos de los planes de estudios, de la movilidad internacional, del reconocimiento de títulos, de la articulación con el sector productivo, de una ciencia y tecnología con impacto mundial, y de la evolución en indicadores de calidad, entre otros aspectos.

En cambio, en lo que se reiteró la Declaración y los debates de la Conferencia fue en ratificar la educación superior como un bien social y un derecho humano que el Estado tiene la responsabilidad de garantizar a través de la gratuidad y el acceso universal. Esto conlleva, adicionalmente, a pedir no sólo la matrícula libre y la revisión, o eliminación, de mecanismos de acceso, sino también a que haya becas para el sostenimiento de los estudiantes.

Claramente la educación con cobro, las alianzas universidad – empresa, las consultorías, la investigación financiada por terceros, las universidades privadas con lucro, los rankings, e incluso hasta la incidencia del inglés en el desarrollo académico, son vistas como “demonios” del neoliberalismo que hay que expulsar de la Universidad.

El plan de acción que acompaña la declaración resulta siendo un listado de buenas intenciones (promover, propugnar, fomentar, fortalecer..) sin respuesta precisa al cómo, así como algunos de sus enunciados, más ideológicos que técnicos (“cambiar las relaciones históricas de poder en la región, sin una transformación de conocimientos”) o más genéricos y obvios que de concreciones efectivas: articular sistemas virtuales y educación a distancia; homologar y reconocer trayectos educativos, impulsar la acreditación regional…

Como se preveía, la Declaración, que incluso fue matizada por petición de algunos rectores y sectores de la universidad privada, tiene un estilo de mendicidad hacia los estados y exigencia permanente, que no consulta la realidad fiscal de la región, los problemas técnicas, la opinión del sector productivo, ni la dinámica de los gobiernos.

Con menos pretensión, afirman algunos, la Declaración de Salamanca de hace pocas semanas, avanzó más al reconocer y llamar la atención a la universidad sobre la perentoria necesidad de cambiar ella misma, pues reconoce la urgencia de implementar cambios frente a los desafíos del entorno.

Tal vez, por eso mismo, el Ministerio de Educación Nacional de Colombia no se movió a participar en la CRES. Salvo una funcionaria asistente, ni la ministra Giha ni la viceministra Ruiz se decidieron a ir al encuentro de ministros de Educación que se organizó en la Conferencia.

En síntesis, la declaración de la tercera CRES poco aporta para la definición de un norte claro de la educación superior colombiana.

Preámbulo de la Declaración de Córdoba

Mujeres y hombres de nuestra América, los vertiginosos cambios que se producen en la región y en el mundo en crisis nos convocan, a luchar por un cambio radical por una sociedad más justa, democrática, igualitaria y sustentable.

Hace un siglo, los estudiantes reformistas proclamaron que “los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan” y no podemos olvidarlo, porque aún quedan y son muchos, porque aún no se apagan en la región la pobreza, la desigualdad, la marginación, la injusticia y la violencia social.

Los universitarios de hoy, como los de hace un siglo, nos pronunciamos a favor de la ciencia desde el humanismo y la tecnología con justicia, por el bien común y los derechos para todas y todos.

La III Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe, refrenda los acuerdos alcanzados en las Declaraciones de la Reunión de la Habana (Cuba) de 1996, la Conferencia Mundial de Educación Superior de París (Francia) de 1998, y de la Conferencia Regional de Educación Superior celebrada en Cartagena de Indias (Colombia) en 2008, y reafirma el postulado de la Educación Superior como un bien público social, un derecho humano y universal y un deber de los Estados. Estos principios se fundan en la convicción profunda de que el acceso, uso y democratización del conocimiento es un bien social, colectivo y estratégico esencial para poder garantizar los derechos humanos básicos e imprescindibles para el buen vivir de nuestros pueblos, la construcción de una ciudadanía plena, la emancipación social y la integración regional solidaria latinoamericana y caribeña.

Reivindicamos la autonomía que permite a la universidad ejercer su papel crítico y propositivo frente a la sociedad sin que existan límites impuestos por los gobiernos de turno, creencias religiosas,  el mercado o  intereses particulares. La defensa de la autonomía universitaria es una responsabilidad ineludible y de gran actualidad en América Latina y el Caribe y es, al mismo tiempo, una defensa del compromiso social de la universidad.

La educación, la ciencia, la tecnología y las artes deben ser así un medio para la libertad y la igualdad, garantizándolas  sin distinción social, género, etnia, religión ni edad.

Pensar que las tecnologías y las ciencias resolverán los problemas acuciantes de la humanidad es importante pero no suficiente. El diálogo de saberes para ser universal ha de ser plural e igualitario, para posibilitar el diálogo de las culturas.

Las diferencias económicas, tecnológicas y sociales entre el norte y el sur y las brechas internas entre los Estados no han desaparecido sino que han aumentado. El sistema internacional promueve el libre intercambio de mercancías, pero aplica excluyentes regulaciones migratorias. La alta migración de la población latinoamericana y caribeña muestra otra cara de la falta de oportunidades y la desigualdad que afecta, sobre todo, a las poblaciones más jóvenes. La desigualdad de género se manifiesta en la brecha salarial, la discriminación en el mercado laboral y en el acceso a cargos de decisión en el Estado o en las empresas. Las mujeres de poblaciones originarias y afrodescendientes son las que muestran los peores indicadores de pobreza y marginación.

La ciencia, las artes y la tecnología deben constituirse en pilares de una cooperación para el desarrollo equitativo y solidario de la región, basadas en procesos de consolidación de un bloque económicamente independiente y políticamente soberano.

Las débiles regulaciones de la oferta extranjera han profundizado los procesos de transnacionalización y la visión mercantilizada de la educación superior, impidiendo cuando no cercenando, en muchos casos, el efectivo derecho social a la educación. Es fundamental revertir esta tendencia e instamos a los Estados de América Latina y el Caribe a establecer rigurosos sistemas de regulación de la educación superior y de otros niveles del sistema educativo.

Frente a las presiones por hacer de la Educación Superior una actividad lucrativa es imprescindible que los Estados asuman el compromiso irrenunciable de regular a las instituciones públicas y privadas, cualquiera sea su modalidad y promoviendo la diversidad institucional, para hacer efectivo el acceso universal, la permanencia y la titulación de la educación superior, atendiendo a una formación de calidad con inclusión, diversidad y pertinencia local y regional.

De manera similar al año 1918, actualmente “la rebeldía estalla” en América Latina y el Caribe, y en un mundo donde el sistema financiero internacional concentran a las minorías poderosas, y empuja a las grandes mayorías a los márgenes de la exclusión, la precariedad social y laboral.

Con todo y los enormes logros que se han alcanzado en el desarrollo de los conocimientos, la investigación y los saberes de las universidades y de los pueblos, un sector importante de la población latinoamericana, caribeña y mundial, se encuentra sin acceso a los derechos sociales básicos, al empleo, a la salud, al agua potable o a la educación. En pleno siglo XXI millones de niños, jóvenes, adultos y ancianos, están excluidos del actual progreso social, cultural, económico y tecnológico. Aún más, la desigualdad regional y mundial es tan pronunciada, que en muchas situaciones y contextos existen comunidades que no tienen acceso a la educación superior, porque ésta aún sigue siendo un privilegio y no un derecho, como anhelaron los jóvenes en 1918.

En el Centenario de la Reforma, no somos ajenos al sufrimiento humano ni al mandato de la historia. No podemos seguir indiferentes al devenir del orden colectivo, a la lucha por la verdad heroica y al anhelo trascendente de la libertad humana. La Educación Superior debe constituirse desde los liderazgos locales, estatales, nacionales e internacionales, tal y como ahora están aquí representados plenamente.

Desde estos posicionamientos, será posible llevar a cabo una nueva e histórica transformación de la educación superior desde el compromiso y responsabilidad social, para garantizar el pleno ejercicio al derecho a la educación superior pública, gratuita y de amplio acceso.

En consonancia con el cuarto Objetivo de Desarrollo Sustentable (ODS) de la Agenda de Desarrollo adoptada por la UNESCO (2030), instamos a los Estados a promover una vigorosa política de ampliación de la oferta de educación superior, la revisión en profundidad de los procedimientos de acceso al sistema, la generación de políticas de acción afirmativas —con base en género, etnia, clase y capacidades diferentes— para lograr el acceso universal, la permanencia y la titulación.

En este contexto, los sistemas de educación superior deben pintarse de muchos colores, reconociendo la interculturalidad de nuestros países y comunidades, para que la educación superior sea un medio de igualación y de ascenso social y no un ámbito de reproducción de privilegios. No podemos callarnos frente a las carencias y dolores del hombre y de la mujer, como sostuvo Mario Benedetti con vehemencia, “hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio”.

Hace un siglo los estudiantes Reformistas denunciaron con firmeza que en una Córdoba y en un mundo injusto y tiránico, las universidades se habían convertido en el “fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil”. Ha pasado el tiempo y ese mensaje cargado de futuro nos interpela y nos atraviesa como una flecha ética, para cuestionar nuestras prácticas. ¿Qué aportamos para la edificación de un orden justo, la igualdad social, la armonía entre las Naciones y la impostergable emancipación humana?; ¿Cómo contribuimos a la superación del atraso científico y tecnológico de las estructuras productivas?; ¿Cuál es nuestro aporte a la forja de la identidad de los pueblos, a la integridad humana, a la igualdad de género y al libre debate de las ideas para garantizar la fortaleza de nuestras culturas locales, nacionales y regionales?

Es por eso que creemos fehacientemente que nuestras instituciones deben comprometerse activamente con la transformación social, cultural, política, artística, económica y tecnológica que es hoy imperiosa e indispensable. Debemos educar a los dirigentes del mañana con conciencia social y con vocación de hermandad latinoamericana. Forjemos comunidades de trabajo donde el anhelo de aprender y la construcción dialógica y crítica del saber entre docentes y estudiantes sea la norma. Construyamos ambientes democráticos de aprendizaje, donde se desenvuelvan las manifestaciones vitales de la personalidad y se expresen sin límites las creaciones artísticas, científicas y tecnológicas.

La educación superior a construir debe ejercer su vocación cultural y ética con la más plena autonomía y libertad, contribuyendo a generar definiciones políticas y prácticas que influyan en los necesarios y anhelados cambios de nuestras comunidades. La educación superior debe ser la institución emblemática de la conciencia crítica nacional de nuestra América.

Las instituciones de educación superior están llamadas a ocupar un un papel preponderante en la promoción y fortalecimiento de las democracias latinoamericanas, rechazando las dictaduras y atropellos a las libertades públicas, a los derechos humanos y a toda forma de autoritarismo en la región. Expresamos nuestra solidaridad con las juventudes, de nuestra América y del mundo, cuya vida celebramos, y reconocemos, en sus luchas y anhelos, nuestras propias aspiraciones a favor de la transformación social, política y cultural.

La tarea no es simple, pero es grande la causa e ilumina el resplandor de su verdad. Se trata, como profetizó el Manifiesto Liminar, de mantener alto el “sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad”.

Mujeres y hombres del continente, miremos hacia el futuro y trabajemos sin pausa en la reforma educacional permanente, en el renacer de la cultura y de la vida de nuestras sociedades y pueblos.

Fuente: http://universidad.edu.co/utemporal/balance-y-declaracion-de-la-cres-2018-del-optimismo-a-la-desilusion/
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Un proyecto europeo para acercar la formación a quienes no pueden ir a clase

España/16 de Junio de 2018/Heraldo

El centro de educación de adultos Ricardo Sola, situado en Cariñena y con 12 aulas en distintas localidades, trabaja desde este curso con seis países

El Centro Público de Educación de Personas Adultas (CPEPA) Ricardo Sola funciona en Cariñena desde 1985 y su ámbito de actuación engloba a localidades de la comarca del Campo de Cariñena y de la Mancomunidad del Bajo Huerva. Más de tres décadas en las que la enseñanza se ha ido adaptando a los nuevos tiempos.

Este centro participa, junto a otros seis países (Alemania, Austria, Bulgaria, Francia, Italia y Suecia) en un proyecto europeo que busca propiciar el acceso a la oferta educativa de aquellos que tienen dificultades para asistir a clase en días y horas determinadas. La directora, Cristina Mediel, cuenta que los motivos pueden ser variados, desde problemas de salud o familiares o transporte.

Profesores de los distintos países trabajan codo con codo para examinar las necesidades de cada territorio y compartir las metodologías utilizadas con éxito en las aulas. El proyecto, que tiene una duración de tres cursos, comenzó el pasado septiembre, y tendrá como producto final la difusión por Europa de estos nuevos planteamientos educativos.

La coordinación entre los centros es constante, aunque se basan en gran medida en encuentros presenciales regulares en los diferentes países, que hasta ahora se han celebrado en Viena (Austria) y Lovech (Bulgaria).

El centro Ricardo Sola, que está compuesto por 12 aulas situadas en diferentes localidades próximas a Cariñena (y que cuenta con 756 alumnos), inició una fase de debate interno, que permitió identificar tres grupos de atención: jóvenes sin formación ni empleo, mayores de 65 años y alumnos con carencias de cualificación profesional. Después, se seleccionaron tres buenas practicas que se están desarrollando actualmente, que son la enseñanza a distancia en Aula Mentor, el proyecto de alfabetización de Codef y su Encuentro de Educación de Adultos. Además, este centro ha elaborado un díptico de difusión del proyecto Erasmus, que se presentó en la reunión celebrada en Lovech en abril. En esa ciudad búlgara, además, se evaluó la reunión anterior y se aprobó el calendario de los próximos meses. Está pendiente la realización de una web del proyecto, que permitirá mostrar los avances realizados

Durante los próximos meses se abordarán las nuevas formas de enseñanza y se llevará a cabo en agosto la tercera reunión en Suecia de países socios para seguir avanzando.

Fuente: https://www.heraldo.es/noticias/aragon/zaragoza-provincia/2018/06/13/un-proyecto-europeo-para-acercar-formacion-quienes-no-pueden-clase-1248946-1101025.html

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La OCDE advierte de que España pone a los profesores menos preparados en las escuelas con más problemas

España / 17 de junio de 2018 / Autor: Olga R. Sanmartín / Fuente: El Mundo

España envía a los profesores menos preparados a los colegios con mayores dificultades. Los docentes con menos experiencia y menor cualificación son los que trabajan en las escuelas con peores condiciones socioeconómicas. La evidencia científica recomienda hacer justamente lo contrario: poner a los mejores a enseñar a los alumnos con más problemas para ayudarles a elevar su rendimiento.

Así lo hacen los sistemas educativos con más éxito, pero «España en esto es una excepción», ha advertido Andreas Schleicher, el director de Educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que este lunes ha presentado en Madrid el informe Docentes en Iberoamérica en colaboración con la Fundación SM.

La relevancia del trabajo radica en que, por primera vez, este organismo internacional al que pertenece una treintena de países, ha cruzado los datos de su famoso informe PISA con los del informe TALIS, una estadística muy valiosa sobre los hábitos de los profesores.

La investigación incide en que cuanto mejores son los profesores mejores resultados obtienen los alumnos. «No es sólo pagarles un mejor sueldo», ha asegurado Schleicher, «ni tampoco reducir la ratio de alumnos por profesor». Lo que verdaderamente importa -y es denominador común en los países que, como Japón o Finlandia, obtienen resultados académicos excelentes- es tener «directores muy comprometidos en ayudar a sus profesores»; contar con docentes que hacen prácticas al inicio de su carrera; dar estabilidad a las plantillas, y disponer de profesores experimentados y preparados.

Los datos revelan que las políticas educativas de las comunidades autónomas se están haciendo al revés que en los países de éxito. Por un lado, las escuelas que están más en desventaja tienen más alumnos por aula (28,6) que las que son excelentes (27,8). En la media de la OCDE es al revés: las buenas escuelas tienen más estudiantes (27,7) que las malas (24,2).

Además, los directores de estas escuelas complicadas declaran una falta de personal en mayor proporción (70%) que los centros con mejores resultados (24,2%). Es decir, da la sensación de que en España se vuelcan los recursos en los mejores colegios y se abandona al resto. Lo ha dicho también Schleicher: «En los colegios con más desventajas hay más carencias de profesores».

En realidad, «no es la cantidad, sino la calidad lo que importa», ha puntualizado el conocido como el padre del informe PISA. Pero es que en calidad también tenemos un problema. Porque el nivel de los docentes que dan clase en las escuelas con más dificultades es peor. Siete de cada 10 profesores que imparte Ciencias en los mejores colegios tiene una carrera universitaria relacionada con esta materia, mientras que esta proporción baja a seis de cada 10 en los peores centros educativos, según los datos de la OCDE.

Además, los profesores que trabajan en estas escuelas con más dificultades tienen una media de 16 años de experiencia, una antigüedad que se eleva tres puntos en los centros con buenos resultados y un punto en los centros excelentes.

Schleicher ha insistido en que «los profesores que avanzan en su carrera tienen que enfrentarse a colegios más difíciles». «Reducir el tamaño de las clases no importa tanto como la experiencia de los profesores, eso sí que parece estar ligado a la equidad. Los sistemas educativos con más equidad son los que saben compaginar mejor las escuelas más difíciles con los profesores más cualificados. España tiene que centrarse más en que los profesores más talentosos terminen en colegios más complicados».

La OCDE recomienda incentivar más a los docentes, pero no con más dinero en su salario, sino mejorando la promoción de su carrera y dándoles un mayor desarrollo profesional, con más formación y menos tiempo de clase que pueden dedicar a tener tutorías más personalizadas con los padres y con los alumnos.

Fuente de la Noticia:

http://www.elmundo.es/espana/2018/06/11/5b1e514146163ff44f8b4586.html

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El bullying y cómo padres y docentes pueden identificar casos de acoso escolar (+Video)

España / 15 de junio de 2018 / Autor: ACRBIO / Fuente: Imágenes Educativas

El bullying, o acoso escolar, es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales, con el nombre específico de ciberbullying o ciberacoso.

Existen varias formas de acoso escolar, ya sea mediante maltrato físico, emocional o social, intimidatorio o incluso el ninguneo se puede considerar como una forma de bullying.

El Dr. Sabel Gabaldón, jefe de sección de psiquiatría del Hospital Sant Joan de Déu nos explica qué es el bullying y cómo padres y docentes pueden identificar casos de acoso escolar. 

 

 

¿Cómo detectar que tu hijo esta sufriendo de Bullying?

  • Modificaciones en el comportamiento habitual del niño.
  • Cambios de humor.
  • Tristeza, llantos o irritabilidad.
  • Pesadillas, cambios en el sueño y/o apetito.
  • Dolores de cabeza, de estómago, vómito.
  • Pierde o se deterioran de forma frecuente sus pertenencias escolares o personales (como lentes, mochilas, estuches, etc.)
  • Aparece con golpes o rasguños y dice que se ha caído.
  • No quiere salir ni se relaciona con sus compañeros.
  • Quiere ir acompañado a la entrada y la salida.
  • Se niega o protesta a la hora de ir a la escuela.
  • Variaciones en el rendimiento escolar, con pérdida de concentración y aumento del fracaso.

Por otra parte existen factores que pueden fomentar o llevar a que los niños sufran de este abuso, tales como los siguientes:

  • Rasgos físicos
  • Rasgos culturales distintos a los de la mayoría: minorías étnicas, raciales y culturales.
  • Sufrir alguna discapacidad física o psíquica.
  • Personalidad introvertida, poco comunicativa.

La realidad es que factores como la talla baja en niños puede ser un factor que fomente recibir bullying y existen métodos y hábitos que pueden ayudar a mejorar esta característica. Los niños están expuestos a este tipo de agresiones y lo mejor que los padres de familia pueden hacer es generar un fuerte lazo de confianza con lo hijos de forma que ellos puedan abiertamente hablar con los padres sobre estos temas. Mientras más abiertamente se hable con los niños sobre estos temas, mejores serán las oportunidades para evitar este tipo de comportamiento.

 

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Docentes iberoamericanos, poco formados y aún menos valorados según la OCDE

España – América Latina – OCDE / 17 de junio de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Notimérica

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha publicado en las últimas horas el Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, conocido como Informe PISA, en el que evalúa la situación de la enseñanza y el profesorado en el mundo.

En el documento, titulado ‘Los profesores en Iberoamérica: Análisis de PISA y TALIS’, la OCDE, de mano del director de Educación y Competencias de este organismo, Andreas Schleicher, analiza la situación de la región en materia de educación poniendo el foco en
cómo se evalúa y se compensa a los profesores, así como las políticas de contratación de los docentes.

En líneas generales, la principal problemática en educación en la región ya no es la no matriculación en colegios e institutos, algo sobre lo que se ha hecho mucho hincapié en la última década, aumentando la matrícula escolar hasta un 24 por ciento en países como Brasil, Colombia y México. El problema principal se ha trasladado al bajo rendimiento académico de los estudiantes, lo que redunda en altos niveles de repetidores.

El objetivo se encuentra ahora en «canalizar el esfuerzo educativo» mediante el diseño de políticas públicas efectivas, así como con un aumento del gasto en educación y haciendo un mejor uso de sus recursos «financieros, materiales y humanos» para mejorar los
resultados tanto académicos como socioemocionales del alumnado.

Es precisamente este mejor aprovechamiento del esfuerzo educativo una de las tareas principales del profesorado de la región, un colectivo laboral que ha de centrar sus esfuerzos, no solo en la enseñanza de los alumnos, sino en la adecuación de esta al perfil de cada estudiante y a las condiciones personales, económicas y sociales de cada uno de ellos.

SER PROFESOR EN IBEROAMÉRICA

Este informe de la OCDE determina cuál es el perfil de los profesores iberoamericanos, principalmente mujeres y de mediana edad, con una profesionalidad menor en comparación con los países punteros en educación, como pueden ser Estonia o Singapur.

Con el fin de mejorar esta profesionalidad, la OCDE recomienda a los gobiernos de la región «mejorar las condiciones de trabajo, aumentar las escalas salariales y reducir la carga de trabajo de los docentes para mejorar los resultados de aprendizaje de los estudiantes».

El profesorado iberoamericano también tiene menos media académica a la hora de optar por estos estudios que el de otros estudiantes de su misma edad. Al exigir una nota media baja para ingresar en las facultades de Magisterio, entran en esta alumnos con perfiles académicos bajos, algo que no ocurre así en países con un sistema educativo más desarrollado, donde las notas de corte para ser maestro son tan altas como la de carreras de la rama sanitaria o tecnológica.

Se produce, entonces, el fenómeno de la ‘pescadilla que se muerde la cola’: esta es una profesión muy denostada socialmente en la región. «Los profesores iberoamericanos no perciben que la enseñanza sea valorada por la sociedad, en comparación con los docentes de alto rendimiento en sistemas como Finlandia y Singapur, lo que sugiere que la profesión carece de prestigio», indica este informe.

Para mejorar el desempeño de los docentes de la región, lejano al de otros países de la OCDE, este organismo propone el desarrollo profesional y las evaluaciones docentes.

Con respecto a las evaluaciones, estas no deben ser obsesivos exámenes al profesorado, sino que deben «tener un componente formativo y dar oportunidades de desarrollo» a los docentes.

En la actualidad, el desarrollo profesional de maestros y profesores iberoamericanos se refleja en un aumento del salario del docente, no como en países con sistemas educativos más avanzados, en los que el desarrollo profesional está ligado al concepto de aprendizaje permanente, algo que se ha vuelto obligatorio. Los datos de la OCDE también muestran cómo el coste de este desarrollo profesional, indispensable para los docentes, lo soportan los propios profesores, lo que supone que existen»bajos niveles de participación en el desarrollo profesional».

La labor desempeñada por los docentes es fundamental para los resultados de los estudiantes. Un profesorado bien formado, motivado, con vocación e incentivado redunda en beneficio para el futuro, ya que formarán estudiantes con mayores posibilidades de éxito académico, algo que a la larga traerá un crecimiento social, cultural, económico y político de una región que, por ahora, aún tiene mucho que hacer en materia educativa.

Fuente de la Noticia:

http://www.notimerica.com/politica/noticia-docentes-iberoamericanos-poco-formados-aun-menos-valorados-ocde-20180611110038.html

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Programa Alumnos RadioActivos – 12/06/2018 (Audio)

España / 17 de junio de 2018 / Autor: Alumnos RadioActivos / Fuente: M21 Radio

 

 

Hoy en Alumnos RadioActivos hemos tenido al Colegio Brot: un centro que escolariza a alumnado con dificultades de aprendizaje. En la sección «de mayor quiero ser» han entrevistado a dos policías del escuadrón a caballo, nos han llevado a recorrer su cole sonoramente, han traído sus creaciones musicales -como la del alumno rapero Dalsy Tasty- y nos han hecho sus recomendaciones musicales y culturales.

Fuente:

https://www.m21radio.es/podcast/alumnos-radioactivos/alumnos-radioactivos-12062018

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El falso dilema de innovación educativa versus experiencia docente

España / 15 de junio de 2018 / Autor: Víctor Manuel Rodríguez / Fuente: El Diario de la Educación

Es necesario asumir, como docentes, que pueden hacerse aportaciones a nuestro trabajo en el aula desde disciplinas como la pedagogía, la psicología, la neurociencia o el feminismo. La práctica de aula no es la única fuente de conocimiento.

No es la primera vez que en este medio abordamos la cuestión de la innovación educativa como un asunto que sigue siendo muy controvertido, dado el contenido de muchas proclamas antipedagógicas y beligerantes con cualquier innovación y cambio que circulan cada día por las redes. Cabría decir también que dilemático si no fuera porque, en realidad, la mayor parte de los pronunciamientos más encendidos parten de una premisa que, desde mi punto de vista, es equivocada, conservadora y defensiva.

Muchas de estas consideraciones plantean la cuestión oponiendo innovación a experiencia docente. Alegan que la mayor parte de las propuestas de innovación se realizan desde sectores o profesionales –a los que suelen denominar gurús– que no han tenido una experiencia práctica en el aula. En realidad, las más de las veces, ni siquiera contrastan si esa experiencia existe. Por lo general, dan por hecho que todo lo que no provenga de una experiencia particular o no haya sido fruto de una especie de insight tras unos cuantos años de brega debe ser automáticamente denostado como ocurrencia, injerencia o delirio.

Imagino que estas prevenciones deberían ser aplicadas, con carácter retroactivo, a filósofos intrusos como Dewey; a psicólogos intrusos como Luria, Vygotski o Leontiev, o a un pedagogo agricultor como Pestalozzi. Entiendo que Piaget podría librarse por los pocos años que pasó por la escuela de Binet, aunque tal vez en aquel tiempo a más de uno/a le parecerían también sospechosas sus aportaciones desde el Instituto Rousseau, la Universidad de Lausana o la dirección de la Oficina Internacional de Educación.

Aunque tal vez, no. Es posible que el paso del tiempo nos haya hecho ver que algunas de las aportaciones que realizaron estas personas insignes pueden ayudarnos a organizar mejor nuestra complicada tarea en las aulas. Lo verdaderamente importante es rechazar con virulencia cualquier idea nueva, cualquier investigación o sugerencia que se realice hoy en día, en especial si proviene del ámbito de la pedagogía, la psicología, la neurociencia, el arte, el feminismo o la ecología. La consigna entre algunos docentes –espero que pocos– podría formularse de esta manera: “Si no se me ha ocurrido o lo he descubierto yo, con todos los años que llevo dando clase, tiene que ser que no vale o, en todo caso, no es necesario, porque no tengo problema en seguir haciendo lo que llevo haciendo toda la vida y además lo hago muy bien. Nadie que no trabaje en un aula está legitimado para hablar de nuestro quehacer”.

Los procesos de innovación y cambio no se gestan sólo en las aulas, aunque la experiencia debería enseñarnos a distinguir cómo podemos mejorar a partir de lo que otros y otras nos proponen y a rechazar también –al menos en nuestra práctica, no de manera generalizada, como suele hacerse– aquello que no tiene cabida, no es pertinente o no se ajusta a nuestra forma de ver y entender las cosas en un determinado momento.

En FUHEM, la experiencia docente acumulada a lo largo de los años nos ayuda precisamente a estar abiertos y abiertas al cambio y la innovación, aunque sin olvidar nuestras necesidades como profesionales y las de nuestro alumnado y familias. Resumo algunas de las conclusiones a las que hemos llegado tras años de experimentar y poner en marcha actuaciones de innovación, a veces con éxito y otras no tanto, por si pudiera ayudar a entender esta breve y precipitada reflexión:

  • Sabemos que la necesidad de innovar tiene que partir de un análisis real de la situación que vivimos cada día en nuestras aulas y centros y no tanto de mandatos y urgencias que llegan del exterior.
  • Entendemos que no todo vale, que pocas cosas funcionan igual en cualquier contexto y que no siempre las propuestas más novedosas o rompedoras son las adecuadas.
  • Sabemos también que, a la hora de poner en marcha procesos de innovación, hay muchas fuentes de las que beber y muchos profesionales o entidades que pueden ayudarnos.
  • Creemos que no es preciso cambiar lo que funciona bien, lo que nos satisface como docentes y lo que valoran nuestras familias y nuestro alumnado, aunque también somos conscientes de que siempre es posible mejorarlo.
  • Estamos convencidas de que promover estos procesos es, en sí mismo, un valor. Que el deseo, las ganas y la energía para cambiar es ya un activo para hacer mejor nuestro trabajo en el día a día, por modestos que sean los cambios que se promueven o incluso cuando no alcancemos todos los objetivos que nos habíamos propuesto.
  • Reivindicamos también que la innovación educativa no puede quedar circunscrita al marco metodológico. Que es preciso ambicionar también otra forma de entender los objetivos, las competencias, los valores o los contenidos que queremos trabajar con nuestro alumnado.
  • Y asumimos, por último, que los procesos de innovación deben ser participativos, consensuados y sostenibles. Y que, para lograrlo, deben partir de la iniciativa de los propios equipos de profesionales de los centros, deben emprenderse a través de procesos de reflexión colectiva, contando con las aportaciones de todas las personas que nos puedan aportar algo y deben ser encauzados a través de las estructuras de coordinación y participación del centro, incluyendo, tanto como sea posible, al alumnado y las familias.

Soy consciente de que esta perspectiva, con los matices que cada cual quiera incorporar, es compartida por muchos y muchas docentes y profesionales de la educación. La preocupación por la violencia con la que se ataca a la pedagogía la compartimos un buen número de personas. Recientemente, se planteaba un debate en una red social, organizado bajo el lema #VolverALapedagogia. A sus impulsores y a todas las que han realizado aportaciones sosegadas y dialogantes, sea cual sea su orientación, les dedico estas líneas. Por nuestra parte, seguiremos formándonos este verano, en compañía de muchos profesionales, para aprender cosas nuevas.

Fuente del Artículo:

http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/06/11/el-falso-dilema-de-innovacion-educativa-versus-experiencia-docente/

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