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Noemí Parra: «Las chicas trans hacen más relato de violencia escolar que los chicos». España

La investigadora presenta un estudio con historias de adolescentes que piden que se acompañe también a las familias en el proceso

La profesora asociada de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) Noemí Parra presentó ayer en la biblioteca universitaria los resultados del proyecto ‘Adolescencias trans*: historias y acompañamiento’ una investigación aplicada en la que reúne las historias de vida de seis jóvenes trans. Según Parra, la iniciativa pretendía conocer a través de su propia voz su periplo vital, y una de las cuestiones que distingue a las chicas trans de los chicos es que ellas «hacen más relato de violencia escolar» que ellos. «Una de las chicas abandonó los estudios» y aunque este no es un trabajo cuantitativo, explicó Parra, si refleja lo que se recoge en otros «que es relacional el abandono escolar con la violencia en la escuela y que ellas están más en riesgo, ahí hay diferencia entre chicas y chicos».

Parra inició este estudio «que trata básicamente de qué que nos puede aportar las biografías personas trans para mejorar la práctica de acompañamiento», cree que es importante escuchar a la adolescencia trans «es su propia voz, no mediada por voces adultas», y con ellas ha elaborado lo que llama «cartografías de los planos principales del acompañamiento» en ámbitos como el social, el familiar o el educativo, entre otros.

«El acceso a las historias contadas en primera persona permiten una mirada cercana, al detalle, que se centra en la textura de las vidas de las personas tras», abunda. La investigación, financiada por el Cabildo grancanario también contó con un grupo «focal», que estuvo compuesto por otras cinco personas jóvenes trans. Todo ello, añadió, será recogido en una publicación «que saldrá próximamente», afirmó.

Noemí Parra: «Este tipo de investigación permite huir de los grandes relatos (…) Cada trayectoria es particular y necesitaban ser atendidos desde esa particularidad»,

Este tipo de investigaciones, añade Parra, «permite huir de los grandes relatos y particularizar las historias» y «esa es una de las cosas que reclamaban» estas personas jóvenes. «Insistían en que cada trayectoria es particular y que necesitaban ser atendidos desde esa particularidad», añadió.

Otro de los temas que se abordaron fue el de la familia «como espacio de soporte, de reconocimiento y también de cuidado de la vulnerabilidad y la dependencia, que es un hecho consustancias a la infancia», explicó la investigadora. Puede que en la familia no de ese «reconocimiento de la identidad» o responda con «violencia y de hasta con la expulsión». La familia, en las conversaciones con estos adolescentes, «se configuraba como un espacio muy importante vinculado al apoyo y al bienestar y una de las cosas que destacaban era que además de acompañarlos a ellos era importante que sus familias fueses acompañadas y que les ayudaran a entender las cosas que les pasaban», algo que a Noemí Parra le pareció un resultado «interesante».

«Otro de los espacios es la escuela, al que algunos ven como un lugar de mucha rigidez, de reproducción de normas de género y de vigilancia y también un espacio que posibilita el acompañamiento» pues no en vano, recordó, «es donde pasan muchas horas de su vida», añadió.

La también investigadora del Centro de Estudios y Difusión del Atlántico, habla también del «acompañamiento afectado» en referencia a «estar junto a, es decir, a caminar al lado, aprender del proceso» en el que también se movilizan emociones».

Fuente: https://www.canarias7.es/sociedad/noemi-parra-chicas-20210330205051-nt.html

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Sindicatos de estudiantes llaman a la movilización en toda España el 6 de mayo «por una educación pública de calidad»

Estudiantes en Movimiento y Frente de Estudiantes han llamado a la movilización en toda España el próximo 6 de mayo, «por una educación pública de calidad y al servicio de la mayoría del estudiantado».

Según denuncian ambos sindicatos, los derechos de los estudiantes «continúan siendo atacados año tras año». Así, critican que, en medio de una crisis que «ha aumentado la desigualdad en el sistema educativo y expulsado a miles de estudiantes de la universidad, el último ataque, aún no consumado», es la propuesta de nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario, la llamada LOSU, promovida por el ministro del ramo, Manuel Castells.

Sostienen que «la voluntad de precarizar aún más al estudiantado en prácticas contenida en este Real Decreto no es, sin embargo, sino la punta de lanza de una reforma más amplia de la universidad española que se prevé para el otoño próximo».

De esta forma, los convocantes de las movilizaciones exigen la paralización «inmediata» del Real Decreto, así como la participación «real, democrática y efectiva» del estudiantado y trabajadores del ámbito en una nueva ley de universidades.

También advierten del «fraude generalizado» en las prácticas académicas, «la mayoría sin remunerar, como antesala de un mercado laboral incierto en el que el empleo juvenil se caracteriza por altos índices de paro, temporalidad y parcialidad».

En otro punto, alertan de la «intromisión» de la empresa privada en la universidad. Los sindicatos explican que la crisis económica «facilita que haya quienes ven en la universidad un negocio, y aparecen nuevas vías de mercantilización educativa: la privatización educativa por la vía de la digitalización; el aumento de la presencia directa de las empresas a través de las prácticas».

«Falta de democracia» en las universidades

Igualmente, Estudiantes en Movimiento y Frente de Estudiantes rechazan «la falta de democracia» que, a su juicio, hay en las universidades, «sin tener en cuenta al estudiantado y a gran parte del personal en la toma de decisiones». «Se trata ésta de una cuestión que se ha evidenciado durante la gestión de la pandemia en las universidades», argumentan.

En este contexto, las organizaciones reclaman la «gratuidad total» del sistema educativo en todos sus niveles y proponen la creación de becas salario «para que las estudiantes de extracción popular no se vean obligadas a abandonar sus estudios».

Un aumento «sustancial» de la financiación, «tras años de recortes, de la educación pública a todos sus niveles como condición de posibilidad de una educación de calidad», y la reducción de las ratios en enseñanzas medias a 20 alumnos por aula, «no solo en pro de la calidad docente sino también de la seguridad sanitaria en las aulas» son otras de sus reclamaciones.

En relación con la Formación Profesional, las organizaciones abogan por un aumento generalizado en las plazas públicas y apuestan por «una FP de calidad, dotada de los recursos suficientes para asegurar la calidad de la enseñanza».

En materia de vivienda, exigen que las viviendas vacías pertenecientes a bancos y fondos buitres sean de carácter público y se destinen a alquileres sociales, frente «al aumento indiscriminado de los alquileres», que, según aseguran, «ha ocasionado que muchos estudiantes no puedan cursar sus estudios por no poder desplazarse».

Finalmente, piden «recursos, igualdad real, atención al desarrollo pleno de las estudiantes y protección del patrimonio lingüístico y cultural de cada lugar», así como una mayor dotación de recursos para la sanidad pública en materia de salud mental. «Los estudiantes han venido sufriendo problemas relacionados durante los últimos años a causa de diversos factores económicos y académicos, lo cual se ha visto nuevamente agravado por la pandemia», concluyen.

Fuente: https://www.20minutos.es/noticia/4661105/0/sindicatos-estudiantes-movilizacion-espana-mayo-educacion-publica-calidad/

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España: Ni portátil, ni internet ni soporte técnico: las empresas incumplen la ley de trabajo a distancia seis meses después de su entrada en vigor

Un 62,5% de las personas que teletrabajan asegura que la empresa no le ha dotado de portátil y un 80% se paga su conexión a internet, pese a que la ley establece que no debe ser así. “Las empresas se empeñan en ignorar sus obligaciones legales”, lamenta UGT.

Un 62,5% de las personas que teletrabajan asegura que la empresa no le ha dotado del imprescindible portátil para teletrabajar y un 80% se paga su conexión a internet, pese a que la ley establece que no debe ser así, según un sondeo del CIS.

Las respuestas a la encuesta Tendencias en la sociedad digital durante la pandemia de la covid 2019 publicada el 26 de marzo por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) indican que un 62,5% de quienes teletrabajan o han teletrabajado en el último año indican que la empresa no le ha dotado de un portátil del que no dispusiera antes para teletrabajar, una obligación que las empresas deben satisfacer, por ley, desde el pasado septiembre —el 35% aseguró disponer de un portátil anteriormente a la pandemia—.

Además, el 79’1% de las personas trabajadoras confirma que se paga su conexión a Internet, unos datos que llevan a UGT a afirmar que las empresas continúan incumpliendo “de forma evidente y continuada” la ley de trabajo a distancia que se aprobó en septiembre de 2020 y entró en vigor el 14 de octubre de ese año.

Los empresarios tampoco están cumpliendo con el deber de facilitar un soporte técnico de apoyo al teletrabajo, sigue UGT basándose en la encuesta del CIS —sobre una muestra de 3.014 entrevistas realizadas entre el 8 y el 17 de marzo—, donde el 28’3% de los preguntados que teletrabajan dice que su empleador no organizó el soporte técnico de apoyo para implantar el teletrabajo con eficacia.

La ley que regula el trabajo a distancia especifica en su sección sobre los derechos relativos a la dotación y mantenimiento de medios y al abono y compensación de gastos que “las personas que trabajan a distancia tienen derecho a la dotación y mantenimiento adecuado por parte de la empresa de todos los medios, equipos y herramientas necesarios para el desarrollo de la actividad, de conformidad con el inventario incorporado en el acuerdo referido en el artículo 7 y con los términos establecidos, en su caso, en el convenio o acuerdo colectivo de aplicación”.

También recoge que “se garantizará la atención precisa en el caso de dificultades técnicas, especialmente en el caso de teletrabajo” y es clara en cuanto a los gastos al establecer que “el desarrollo del trabajo a distancia deberá ser sufragado o compensado por la empresa, y no podrá suponer la asunción por parte de la persona trabajadora de gastos relacionados con los equipos, herramientas y medios vinculados al desarrollo de su actividad laboral”

Percepción del teletrabajo

El sondeo del CIS pregunta al total de las personas encuestadas si considera que el teletrabajo es positivo para las empresas o si cree que perjudicial, a lo que un 62,2% responde que es “positivo” y un 8’6% que es perjudicial.

Cuando se pregunta si creen que es positivo para las personas trabajadoras, un 49,9 piensa que es positivo y un 19,2 piensa que es perjudicial. Las razones más repetidas entre quienes piensan que es positivo son una mayor capacidad de organización del tiempo (63,5%), el hecho de que se eviten los desplazamientos (76,8%) y una supuesta facilitación de la conciliación familiar (75,5%).

Entre quienes piensan que negativo para las personas trabajadoras, las razones más repetidas son que “fomenta el aislamiento” (69,4%) o “incrementa el estrés” (51,4) junto a una mayor dificultad para desconectar del tranajo (57,9%) y el hecho de que al trabajar el casa se trabeje más hotras de las contratadas ( 63,4%). Son estas dos últimas respuestas las que llevan a UGT a afirmar que se está produciendo una “huida de la ley”, ya que la ley del trabajo a distancia regula la desconexión digital.

Lo hace en su artículo 18, que especifica que “las personas que trabajan a distancia, particularmente en teletrabajo, tienen derecho a la desconexión digital fuera de su horario de trabajo”. La ley establece que el deber empresarial de garantizar la desconexión “conlleva una limitación del uso de los medios tecnológicos de comunicación empresarial y de trabajo durante los periodos de descanso, así como el respeto a la duración máxima de la jornada y a cualesquiera límites y precauciones en materia de jornada que dispongan la normativa legal o convencional aplicables”.

El sindicato señala que solo veinte convenios firmados en 2020 contenían cláusulas reguladoras de la desconexión digital —un 3,8% del total frente al 2,8% del año anterior—. “De ello se puede concluir que la regulación de la desconexión laboral por convenio colectivo ha pasado prácticamente desapercibida en 2020, en plena extensión del teletrabajo, algo que deja muy clara la poca sensibilización del ámbito empresarial al respecto y sus inexplicables reticencias a acometer colectivamente este aspecto laboral”, dice UGT, que advierte de que no va a quedarse de brazos cruzados.

“Las empresas se empeñan en ignorar sus obligaciones legales”, lamenta UGT. Según el sindicato, a pesar de que durante el año pasado se multiplicó por tres el volumen de teletrabajo, el número de personas trabajadoras amparadas por un convenio que regule esta modalidad descendió un 2%, con respecto a 2019. De los 16,2 millones de personas asalariadas, indica, solo 143.432 están bajo convenios colectivos que regulen el teletrabajo.

Fuente e imagen: elsaltodiario

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Entrevista a Joan-Ramon Laporte catedrático emérito de Farmacología de la UAB: “Las agencias del medicamento son una invención del capitalismo neoliberal de los años noventa”


Por:  Mar Calpena 


Joan-Ramon Laporte (Barcelona, 1948) lleva más de media vida dedicado a estudiar los medicamentos. Cómo se prescriben, vigilan y retiran y, sobre todo, qué efectos tienen. Lo ha hecho desde la docencia, enseñando farmacología en la UAB; desde la sanidad, dirigiendo la unidad sobre el tema del Hospital de la Vall de Hebrón, y desde la investigación, en la Fundació Institut Català de Farmacologia. Pero también lo ha hecho, cuando ha sido necesario, desde los juzgados, enfrentándose a los goliats de la industria del medicamento. Entre el alarmismo de los antivacunas, y los intentos de calmar a la opinión pública de los gobiernos, Laporte ofrece una tercera vía crítica y razonada que tranquiliza, pero que también conmina a vigilar y fiscalizar atentamente lo que está ocurriendo.

¿Qué ha ocurrido con AstraZeneca? ¿Qué errores nos han traído hasta aquí?

No sé si podemos hablar exactamente de “errores”, aunque naturalmente los hay, porque, cuando en una decisión compleja participa tanta gente, los hay necesariamente. Lo que ha ocurrido es que en el curso del uso masivo de la vacuna de AZ ha surgido lo que se llama una “señal de farmacovigilancia”, es decir, un indicio de que esta vacuna muy raramente puede estar produciendo unas trombosis de localizaciones atípicas. El 30 marzo, la EMA explica esto en una  conferencia de prensa, y dice que era raro, y que no tenía claro que pudiera estar causado por la vacuna. En la segunda conferencia de prensa, la del día 7 de este mes, dice que continúan pensando que es raro, pero que sí creen que puede estar causado por la vacuna. En marzo había veintitantos casos notificados como posibles efectos adversos. El día siete teníamos 86, 62 de venas del cerebro y 24 de venas abdominales, y había 40 muertos. El primer día, cuando dijeron que habían encontrado esta señal, lo que se hace habitualmente en farmacovigilancia es confeccionar una tabla muy sencilla en la que en cada línea hay un paciente, con sexo, edad, país, fecha de vacunación, cuándo aparecen los síntomas, patologías previas, antecedentes, medicación y un resumen del cuadro clínico, porque a veces lo que ocurre es que buscando la señal de una medicación en el cuadro puedes ver que tiene relación con otra, y puedes establecer similitudes y diferencias entre casos. A mí me pareció muy extraño que el 30 de marzo no se presentara esta tabla. Una semana después, siguen sin presentarla. En mitad de la rueda de prensa la EMA dice que ha analizado estos 86 casos, pero que en la base de datos de farmacovigilancia de la propia EMA, a cuatro de abril, es decir tres días antes, tenía no 62 sino 169 casos de trombosis en el cerebro, y no 24 sino 53 en el abdomen. Y uno se pregunta, ¿y por qué no os habéis mirado todos estos casos? ¿Acaso no tiene suficiente personal la EMA? Sabiendo como funcionan los sistemas de farmacovigilancia por dentro sé que si hay 220 casos en la base de datos de la EMA significa que habrá más en camino.

Lo cierto es que todo el sistema va con retraso, y hace que no sepamos en la práctica cuántos casos hay a día de hoy

¿Cómo se reportan estos casos?

Imagínate a un médico que está trabajando en un hospital, pongamos que catalán, en urgencias y le llega una persona a la que han vacunado con un cuadro de trombosis rara. Busca cómo notificarlo al Centre de Farmacovigilància de Catalunya, y encuentra un formulario en el que se le piden los detalles clínicos para poderlo evaluar. Allí preguntan todo esto que decía, de manera anónima, qué ha pasado con el paciente, si se le ha dado de alta, ha ingresado, ha muerto… para saber si la reacción ha sido grave o no. Al rellenarlo, probablemente no tiene aún toda la información, de manera que no siempre los casos se notifican de inmediato. Por definición, siempre se da infranotificación. Normalmente se notifican menos de un 5%, por distintas razones: en este caso se ha hablado mucho de estos efectos, pero antes de que se conociera esta señal, igual el médico no ataba cabos y no lo relacionaba con la vacuna, porque no se parece a los efectos atenuados de la covid. A veces, por egoísmo, hay quien se lo guarda para publicar el caso en una revista, que es algo que, en mis treinta o cuarenta años de experiencia en farmacovigilancia, me temo que he visto en varias ocasiones. Hay muchos motivos. Pero si bien es cierto que se notifica poco, también lo es que cuando estas señales se notifican, la tasa de notificación aumenta porque muchos profesionales atan cabos. Por otra parte, hay un retraso, porque me comentaron que, por ejemplo, en el Centre de Farmacovigilància de Catalunya en el primer trimestre del año recibieron tantas notificaciones como en todo 2020.

¿Por qué el retraso y por qué el baile de cifras?

El Centre de Farmacovigilància de Catalunya está seriamente infradotado de personal, sobre todo desde la época de los recortes en la crisis anterior. Y algo parecido ocurre en toda la Unión Europea: se han desmantelado y debilitado los centros regionales que suponen la columna vertebral del sistema, y que ayudan a tener proximidad con el prescriptor del medicamento, porque muchas veces las notificaciones se reciben en forma de pregunta a ellos por parte de los médicos. Cuando llegan los casos hay que mirarlos uno por uno y deben notificarse a la Agencia Española del Medicamento para una base de datos común. Lo cierto es que todo el sistema va con retraso, y hace que no sepamos en la práctica cuántos casos hay a día de hoy. ¿Cambia esto mucho las cosas? Supongo que no. Seguimos hablando de un riesgo muy raro. Por poner una comparación: si vas y vuelves de trabajar cada día del año en coche, 220 días al año, durante 40 años, son 17.600 viajes en coche. Es seguro que en cuarenta años algún accidente tendrás, incluso con heridos, pero no por esto la gente deja de ir en coche. Y estamos hablando de un, dos o tres accidentes en casi 18.000 desplazamientos. Con la vacuna hablamos de uno por cien mil o uno por cincuenta mil, es decir, mucho menos que muchos otros riesgos cotidianos.

¿Era de esperar que surgieran efectos adversos?

Sí, lo era. Yo pronostico que cuanto más pase el tiempo irán surgiendo menos, pero que aún surgirán, o que lo harán con las que ya se administran, o con la de Johnson, o la de Novavax, o la rusa. Eso era previsible, lo que por desgracia no sabemos es cuáles serán estos efectos en concreto. Para eso sirve la farmacovigilancia.

¿Qué cree que pasará con las segundas dosis de AZ?

Se están hablando de varias opciones, desde dar una segunda dosis de otra vacuna hasta dejar a los vacunados con solo una. Los efectos adversos se están viendo después de la primera, pero más importante aún es que una sola dosis sigue dando una protección de un 70, 75%, así que los que han recibido la primera dosis ya han hecho lo más importante.

En varias entrevistas le he oído decir que estamos haciendo un experimento observacional masivo. ¿Le preocupa que los antivacunas saquen esta frase de contexto?

No, no, eso no se les puede negar, es un experimento observacional masivo y de escala global, y quizás a escala regional, nacional y europea hubiéramos debido adoptar mayores precauciones, reforzando el sistema de farmacovigilancia, formando mejor a los profesionales sobre cuándo y cómo notificar, porque a sanitarios que ya están al límite de trabajo no les puedes pedir que notifiquen todo lo que pase. Desatenderían a los pacientes.

¿Entonces es la farmacovigilancia lo que nos tiene que preocupar, más que las vacunas en sí?

¡Desde luego! Hay un problema con la normativa europea de farmacovigilancia. Hay una directiva de 2010, que entró en vigor en 2011, y que va muy ligada al debilitamiento de los centros regionales que comentaba. Para todos los medicamentos, nuevos y viejos, esta farmacovigilancia depende de dos fuentes: la notificación espontánea de efectos adversos, que se hace desde los años sesenta, con la talidomida, y que consiste en que sanitarios y pacientes puedan comunicar reacciones sospechosas, como en el caso de las trombosis de AZ. Es una fuente que permite descubrir cosas, pero no puede cuantificar riesgos de manera precisa. La otra pata del sistema son los sistemas de gestión de riesgos, una serie de estudios que se hacen con los primeros consumidores de un nuevo medicamento para ver qué pasa y si funcionan igual que en el ensayo clínico. Estos planes se encargan a las propias farmacéuticas, ¡y esto es poner al lobo a guardar el rebaño! Porque de esto no se habla: con las señales de trombos, AZ no ha aportado ningún dato, todo lo que se sabe es por la notificación espontánea. Es más, si vas a la web de la EMA, y miras el documento oficial de autorización de todas las vacunas contra la covid, allí queda claro que el plan de seguimiento de seguridad de las vacunas está en manos de cada compañía, pero no hay ninguna lista de los estudios que hará cada una de ellas, ni de sus protocolos: es algo secreto y opaco. Se han hecho estudios sobre el impacto de esta directiva desde que entró en vigor, y lo que se demuestra es que las farmacéuticas no cumplen con los plazos en más de la mitad de los casos. Estos estudios suponen un enorme movimiento de dinero: un informe alemán contaba que en cinco años las farmacéuticas pagaron más de 200 millones de euros a médicos para que participaran en estos estudios, sin que produjeran ni un solo resultado que fuera al sistema alemán de farmacovigilancia. ¡Utilizan la farmacovigilancia para promover la prescripción del medicamento! ¡Pagan a cada médico participante por cada paciente al que se le prescriba! Eso la EMA lo sabe perfectamente y no hace nada al respecto. De 2000 a 2010 se retiraron del mercado unos treinta medicamentos por razones de seguridad, desde que entró en vigor la directiva en 2011 se han retirado solo uno o dos.

El fabricante, aunque tenga unas indicaciones limitadas, luego las supera a golpe de marketing para que se recete para otras muchas cosas

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué rol tiene la EMA?

La EMA, como todas las agencias del medicamento, es una invención del capitalismo neoliberal de los años noventa. Antes la autorización la hacía, en España, la Dirección general de farmacia del Ministerio de Sanidad, u organismos similares en otros países, cercanos al sistema de salud. En los ochenta y noventa, aparecieron estas agencias como un modo más eficiente –que es una palabra que gusta mucho al capitalismo– de evaluar los medicamentos. Ellos dicen, “no, lo que nosotros hacemos es regular el mercado; no regulamos el uso del medicamento en el sistema sanitario”. Y esto es una gran trampa. Porque la mayoría de los efectos indeseados de los medicamentos en general, no hablo del caso de las vacunas, los tienen medicamentos innecesarios, que el paciente realmente no necesita tomar. Y cuando se lo dices a la EMA, esta responde que no es su función mirar si un medicamento se usa bien o mal, dicen que ellos se limitan a decirle al fabricante si puede o no comercializarlo y en qué condiciones, con qué indicaciones. El fabricante, aunque tenga unas indicaciones limitadas, luego las supera a golpe de marketing para que se recete para otras muchas cosas. Esto pasa con la gabapentina y la pregabalina, por ejemplo. Esto es una corrupción del propio sistema.

¿Podemos vacunarnos confiados, pese a todo?

Sí. Al menos, tan confiados como salimos de casa pensando en que nos va a caer una maceta en la cabeza. Pero claro, no nos dan datos en detalle, pero sí que nos dicen que la mayoría de casos son de mujeres menores de sesenta años. ¡Si yo fuera una mujer menor de sesenta pediría explicaciones, claro! A mí lo que me extraña es que con la capacidad de la EMA no sean capaces de analizar y explicarnos con más detalles los casos. No han hecho los deberes.

¿Qué le parece el discurso de que hay unas vacunas mejores que otras?

No, no se puede afirmar que ahora haya unas vacunas mejores que otras. Sí que seguramente se determinará con el tiempo que algunas son más adecuadas para determinados grupos de población, pero ahora mismo no hay estudios comparativos entre vacunas que nos permitan decirlo. Pero probablemente las vacunas que tengamos el año que viene sí que sean mejores que las actuales.

¿Por qué la UE no ha levantado todavía las patentes?

(Ríe) No lo sé, pregúntaselo a ellos. A mí me parece escandaloso.

…pero ¿cuál es el mecanismo?

En 1995, al crearse la Organización Mundial del Comercio (OMC), que sustituía a la Ronda Uruguay y al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) se establecieron unas normas para el comercio internacional mucho más favorables a los países ricos que contaban con tecnología, que naturalmente son tecnologías patentadas. La OMC, que es mucho más poderosa que la ONU o que la OMS, es quien determina muchas cosas importantes para la salud del ser humano, porque desde su creación, con los tratados que regulan la propiedad intelectual, se prevé que las patentes sobre medicamentos tenga la misma validez que las patentes sobre cualquier otro bien de consumo. Cuando alguien patenta un medicamento tiene veinte años de margen para venderlo en exclusiva al precio que considere oportuno, lo que va contra la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, organismo del que se supone depende la OMC. Si alguien tiene el poder de vender un medicamento en exclusiva durante veinte años hará cuanto esté en su mano para esconder todas las informaciones negativas al respecto y para exagerar sus ventajas. Si además los Estados no controlan la publicidad que puedan hacer, nos dejan en manos de gente que vende cosas a sabiendas de que pueden afectar la salud. En 2001 se habilitaron mecanismos de emergencia para expropiar temporalmente estas licencias, después del enfrentamiento entre Sudáfrica y los fabricantes de antiretrovirales, pero no los ha pedido activar ningún país. Podría entender que España no lo haya pedido ella solita, pero ¡no lo hace tampoco la Unión Europea! Los Estados Unidos y la UE siempre se oponen a ello, anteponen la salud de sus empresas a la de las personas.

¿Podemos fiarnos de la farmacovigilancia que se hace con las vacunas rusas y chinas?

Se dice mucho que los ensayos clínicos de estos países no siguen los estándares occidentales, pero esto tampoco es cierto del todo. ¡También en nuestros ensayos clínicos hay maneras de cometer fraudes! Me viene a la cabeza un antiinflamatorio, el Vioxx, que Merck finalmente retiró del mercado. Con los antidepresivos se han producido fraudes escandalosos, y abusos enormes. Tenemos que quedarnos con la idea de que hay que estar muy atentos, porque también aquí se hacen trampas. Pero los datos que aparecieron en The Lancet de la vacuna rusa son, como mínimo, tan positivos como los del resto de vacunas. No tengo datos sobre la de China.

Mar Calpena (Barcelona, 1973) es periodista, pero ha sido también traductora, escritora fantasma, editora de tebeos, quiromasajista y profesora de coctelería, lo cual se explica por la dispersión de sus intereses y por la precariedad del mercado laboral. CTXT.es y CTXT.cat son su campamento base, aunque es posible encontrarla en radios, teles y prensa hablando de gastronomía y/o política, aunque raramente al mismo tiempo.  @mcalpena

Fuente: ctxt.es

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España: Prevención e integralidad, claves de la nueva ley sobre violencia contra la infancia

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Libro (PDF): Invertidos y rompepatrias: marxismo, anarquismo y desobediencia sexual y de género en el Estado español (1868-1982)

Reseña: PLUMA OBRERA/CTXT

Las disidencias sexuales en la lucha de clases

Hoy como ayer, invertidas y rompepatrias

Escuche, don Álvaro (el ‘señoro’ de la época), creo que hasta las locas comienzan a hablar de política. Están todas revoloteadas y protestonas. […] ¿Qué harán, entonces, los centenares de psiquiatras, que respaldando ‘científicamente’ las nociones de anormalidad, perversión, enfermedad… llenando sus salas de consulta con temblorosos maricones que se creían anormales, perversos enfermos a mil pesetas la hora? Se podría pensar en reconvertir el sector de psiquiatras desempleados en travestis de reserva. Si las mariconas se ponen contestonas, y si se ponen en serio, acabarán preguntando demasiado”. Con estas provocativas palabras comenzaba el documento de Gorría ‘Las mariconas se rebelan’, publicado en septiembre de 1973.

Este texto es nuestra respuesta a los nietos de don Álvaro, los señoros de izquierdas de hoy. Estos aseguran que las disidencias LGTBI más llamativas, las masculinidades más feminizadas y las feminidades más masculinizadas, esto es, las transmaribolleras más horteras, no han formado parte de la lucha revolucionaria en los barrios, en los pueblos y en los centros de trabajo. Ciertamente nuestros diarios y genealogías se han escrito en las cloacas, también en las de la mitad del cielo, pero estábamos ahí, maricón.

El libro Invertidos y rompepatrias: marxismo, anarquismo y desobediencia sexual y de género en el Estado español (1868-1982) es un ejercicio de arqueología para con las páginas polvorientas de nuestra crónica LGTBI silenciada, la memoria de los desteñidos rositas del hilo rojo de la historia. Porque la lucha de clases también nos atraviesa a las invertidas, hoy las locas le vamos a hablar de historia –que siempre es política–, con el único y radical fin de preguntar demasiado.

En 1973, el Movimiento Español de Liberación Homosexual asumía análisis marxistas como herramienta para explicar la homofobia contra la que luchaban

Podríamos remontarnos siglos atrás y veríamos a los rebeldes a las normas sexuales y de género del momento dentro de las herejías, las insurrecciones populares y los motines del hambre. Pero no tenemos espacio para irnos tan lejos, y tampoco es necesario. En torno a 1870 ya nos encontramos a mujeres travestidas de hombres participando en la lucha por la constitución de la Comuna de París y en su posterior defensa, y también los primeros intentos de alianza con el marxismo de algunas maricas germánicas asustadas por el endurecimiento de la criminalización contra la homosexualidad que la llamada “Reunificación alemana” conllevaba. A pesar de que en un primer momento fueron intentos infructuosos, supusieron un primer paso para que en la década de los noventa del siglo XIX se diese una férrea alianza entre los primeros movimientos homosexuales y el Partido Socialdemócrata Alemán, y más tarde con el Partido Comunista. Tanto es así que, de no ser por el crack del 29 y el auge del nacionalsocialismo, ambos partidos hubieran tumbado la penalización de la homosexualidad en el Parlamento. También nos encontramos a estas mariconas haciéndole frente a las escuadras nazis de la S.A. en la calle, recibiendo balas en manifestaciones y militando entusiásticamente en partidos marxistas.

No era casual: la Revolución Bolchevique constituyó el primer régimen que reformó una legislación homofóbica en toda la historia contemporánea europea. Y aunque ahora pueda sorprender, y puede que él mismo ni siquiera se lo mereciera, Lenin era un importante icono para los homosexuales en los años veinte. Pero en los treinta las cosas se torcieron: se disparó el auge del fascismo y el nuevo gobierno de la Unión Soviética prefirió optar por políticas reaccionarias en materia sexual. La Segunda Guerra Mundial terminó de destrozar los restos que aún quedaban en Europa de aquella importante alianza, cuando no fusión, entre las luchas homosexuales y los grupos de izquierda.

La España Republicana

El Reino de España y la República Española no fueron regímenes ajenos a estas alianzas, a pesar de que nunca llegaron a tener colectivos constituidos de homosexuales dentro de sus fronteras. La documentación nos habla de personajes abiertamente homosexuales que participaban en grupos anarquistas, y que apoyaron a la República antes y después del golpe de Estado de 1936, a políticos de izquierda radical y a militantes de la CNT en locales de travestis, o incluso gran cantidad de pruebas que muestran la probabilísima homosexualidad de figuras clave del anarquismo femenino del momento. Asimismo, también hay muestras del rechazo, la patologización y en ocasiones el odio férreo de marxistas y anarquistas contra la disidencia sexual y de género, incluso en ocasiones sabiendo que se trataba de sus compañeros y compañeras de lucha.

Hace cien años la condena social a cualquier desviación de las normas sexuales y de género era generalizada y poderosa, y hoy podemos preguntarnos por qué grupos que querían desarrollar alternativas sociales también reprodujeron la moral sexual del momento. Aunque quizás la pregunta más interesante sea por qué en la actualidad, cuando dicha condena social se ha relajado hasta niveles impensables hace no ya cien años, sino veinte, nos encontramos esas mismas resistencias, patologizaciones y odios férreos readaptados a nuestro contexto actual.

La documentación nos habla de personas abiertamente homosexuales en grupos anarquistas, y que apoyaron a la República antes y después del golpe de Estado del 36

No solo en Alemania, Rusia y otros países centroeuropeos, sino también en la península ibérica hubo anticapitalistas, aquí más concretamente anarquistas, que hace un siglo trascendieron esos valores y se posicionaron a favor del travestismo y de las relaciones entre personas del mismo género, ya fuera por influjo de textos y personas del otro lado de los Pirineos, por un ejercicio de justicia social, o porque estas mismas personas fueran disidentes sexuales y de género –dentro o fuera del armario–. Evidentemente, la mayoría terminaron exiliándose o muriendo en cárceles franquistas tras 1939. La visibilidad que el tema homosexual y travesti había tenido durante la República, no como consecuencia del régimen político, sino porque las políticas que se implementaron dejaron más margen de actuación, quedó pospuesta hasta los años setenta. Algo que también ocurrió en el mundo de la izquierda antifranquista. Se evitaba cualquier posibilidad de que se asociara inversión sexual con actividades contra la dictadura, y eso conllevó la exclusión y expulsión de militantes de partidos comunistas. Pero a pesar de este rechazo, alentado en gran parte por una dictadura que publicaba en su prensa que había una Internacional Gay financiada y auspiciada por Moscú, nos encontramos a un gran número de gays, lesbianas e identidades trans en la mayoría de partidos comunistas, en la CNT, en los primeros grupos de autonomía obrera y hasta en la guerrilla. Una alianza soterrada y silenciosa que marcaría completamente los primeros pasos del movimiento gay español: con influencia del Mayo francés, la Revuelta de Stonewall y sus colectivos de liberación homosexual.

En una fecha tan temprana como 1973 el Movimiento Español de Liberación Homosexual asumía análisis marxistas de forma orgánica y como herramienta para explicar la homofobia contra la que luchaban. Un análisis que permanecerá durante todos los años setenta en la mayoría de los grupos surgidos tras la muerte de Franco.

En la Transición, algunos partidos viraron hacia la asunción de las reivindicaciones homosexuales, e incluso llegaron a constituir comités compuestos por gays y lesbianas.

Y así llegamos a los años setenta, probablemente la última época de la historia occidental hasta hoy en la que se pensó que se podía derrumbar el capitalismo y construir otra cosa. Quizás hay que rascar un poco para encontrar el papel de disidentes sexuales y de género en las décadas anteriores, pero en esta época, los colectivos de liberación gay, las lesbianas, las travestis y todo el espectro a su vera tuvieron un papel protagonista en el anticapitalismo del momento en EE.UU., Argentina, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Portugal… No verlo desde el presente comporta un ejercicio premeditado.

En la llamada Transición española, las maricas, bolleras y trans de la época participaron en luchas ecologistas, feministas, nacionalistas, independentistas, obreras, sindicales, antifascistas y en coordinadoras que ya apostaban por el fin de la discriminación contra divergentes funcionales, personas diagnosticadas de enfermedades psiquiátricas y contra el pueblo gitano. Su presencia está probada en todas las familias anarquistas del momento, y probablemente en todos los grupos marxistas del momento. Algunos de estos partidos, tanto por su militancia homosexual como por el importante papel que estaban teniendo los frentes de liberación gay, viraron en cuestión de meses hacia la asunción de las reivindicaciones homosexuales del momento, e incluso llegaron a constituir comités internos compuestos por gays y lesbianas.

Asegurar que los disidentes sexuales y de género nunca han pertenecido a la lucha contra el capital y el Estado es un ejercicio de revisionismo histórico a la altura de la ultraderecha.

Aunque Invertidos y Rompepatrias acaba más o menos con la estrepitosa derrota para la clase obrera y para los nuevos movimientos sociales que supuso la ‘Transición’, lo cierto es que las cosas no han cambiado demasiado en los últimos cuarenta años. Salvo por estallidos sociales muy concretos, nadie ha pensado que pudiera tirarse el sistema actual, y los que ha habido, como el movimiento 15M, han tenido una destacada presencia de personas ajenas a la cisheteronorma. Grandes luchas de las últimas décadas, como el No a la Mili o la de vivienda / okupación no solo han tenido una presencia importante de gente LGTBI, sino que en ocasiones estas han desarrollado partes autónomas importantes para el conjunto de la lucha, como la Insumisión Rosa o experiencias de centros sociales y viviendas queer, transmaricabollos y/o no mixtas. Incluso en la lucha obrera, tan entronada por algunos de los sectores en la actualidad más hostiles a los derechos LGTBI y a las políticas (trans)feministas, la presencia gay, lesbiana y trans se ha visto representada en la infinidad de conflictos que ha habido por despidos improcedentes provocados por homofobia o lesbofobia. Y, sin duda, ha habido infinidad de destacados y destacadas militantes y afiliadas sindicales que han ocultado poco su orientación sexual desviada, o su feminidad trans. Bastantes de estas últimas eran prostitutas que han luchado por los derechos de la clase obrera mucho antes de que se planteara una lucha parecida para su propio trabajo.

En estos últimos cuarenta años, la izquierda y las luchas LGTBI han seguido profundamente enraizadas, en ocasiones con una intensidad jamás vista antes históricamente, hasta el punto en el que podemos hacer un paralelismo bastante visible entre los procesos de institucionalización del movimiento LGTB oficial y el de partidos y grupos políticos que tenían estrechos vínculos con ciertos sectores del citado movimiento. Asegurar en nuestros días que las personas disidentes sexuales y de género nunca han pertenecido a la lucha contra el capital y contra el Estado, que nunca han formado parte de la lucha de clases, y que todo ello es fruto de que las teorías posmodernas se han puesto de moda en los últimos años, es un ejercicio de revisionismo histórico a la altura del revisionismo más cutre de ciertos historiadores de ultraderecha. Un revisionismo histórico motivado por tendencias ideológicas hostiles hacia la autoorganización de grupos sociales históricamente oprimidos y que pretenden arrojar una narrativa histórica que justifique sus ideas misóginas y LGTBfóbicas, entre otras muchas aversiones hacia colectivos que en los últimos años han alzado mínimamente la voz.

Pues ya ve, don Alvarito, que los anales revolucionarios son mucho más mariquitas de lo que a usted le hubiera gustado, pero no se preocupe, porque si escoba bien su homofobia y su transfobia, aquí hay sitio para todas “en la lucha por una sociedad sin clases ni opresiones de ningún tipo”. En cuanto a vosotras y vosotros, lectores, que este proceso se esté dando dentro de la izquierda requiere de algunas reflexiones colectivas que van más allá del simple análisis histórico, pero esperamos con estos párrafos establecer las primeras líneas de debate, además de una merecida réplica hacia una parte de toda la mugre ideológica pintada de rojo que llevamos oyendo sin apenas filtros en el último año.

Que de las ruinas del Centro Social Okupado La Pluma se erija la nueva casa del pueblo… 

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Piro Subrat es autor de Invertidos y rompepatrias: marxismo, anarquismo y desobediencia sexual y de género en el Estado español (1868-1982) (Editorial Imperdible).

Ira T. es graduada en Estudios Ingleses en la Universidad de Zaragoza, especializada en estudios culturales y LGTB.

Fuente e imagen: ctxt.es

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España: ¿Es necesaria la escuela concertada?

¿Es necesaria la escuela concertada?

Fuentes: Mientras tanto

El Congreso de los Diputados ha aprobado la llamada ley Celaá, la LOMLOE, y recientemente se ha publicado el nuevo Decreto de admisión de alumnos por parte del Departamento de Educación de Catalunya. Son dos normas legales que sobre el papel representan pasos importantes para frenar el aumento de las segregaciones escolares. Esperamos y deseamos que ambas disposiciones se apliquen, que no ocurra como con el Decreto de Inclusión, también de Catalunya, que continúa medio paralizado por falta de recursos para llevarlo a cabo. Son dos disposiciones que posibilitan avanzar a pesar de las dificultades: la segregación escolar se mantendrá mientras exista la segregación socioeconómica.

Además, como ya manifesté en una de las comisiones del Pacto contra la Segregación que impulsó el Síndic de Greuges de Cataluña, nos encontramos ante unos topes evidentes: sin eliminar el inexistente derecho a elegir centro por parte de las familias y los privilegios de la concertada no se puede evitar la segregación escolar. Lo que podemos hacer, eso sí, es proporcionar cuidados paliativos que mejoren la enfermedad pero sin curarla. De todas formas, bienvenidas sean las nuevas normas legales; esperamos y deseamos que su aplicación responda a las expectativas que se han creado, que los gobiernos autonómico y central tengan suficiente empuje y voluntad política para llevarlas a cabo a pesar de las resistencias que se han producido y que continuarán dificultando su aplicación a lo largo de los próximos cursos escolares.

De entre las novedades que establece el Decreto del Departamento de Educación quisiera apuntar que no sería de recibo, en caso de necesidad, repartir sólo el alumnado señalado por las llamadas Unidades de detección de NEE por causas socioeconómicas y no el resto de criaturas y adolescentes escolarizados. Si las OME, las Oficinas Municipales de Escolarización, recogieran todas las peticiones e hicieran la distribución equitativa de todo el alumnado, se conseguiría un trato equitativo a familias autóctonas o recién llegadas o con diversas situaciones sociales y/o económicas. Añadiría que para paliar los efectos de las llegadas de nuevo alumnado a lo largo del año (lo que se llama “matrícula viva”) se debería mantener una reserva de plazas todo el curso.

A la vez que celebramos la llegada de las nuevas legislaciones, debemos recalcar que ambas normas mantienen los privilegios a la concertada. La patronal de las escuelas privadas, religiosas o no, ha puesto el grito en el cielo, pero no representa nada más que unas cuantas maniobras de distracción y de intentar poner palos en las ruedas a su tramitación. La escuela concertada no pierde ninguna de sus privilegios. ¿Por qué?

Los sistemas de enseñanza en toda Europa están programados para mantener la sociedad estratificada que tenemos. No están pensados para luchar en contra, como debería ser el papel de una verdadera educación. A los poderosos, los que tienen el poder de verdad, les interesa que se mantenga esa estratificación social, es decir, su situación de privilegio. Y los gobiernos europeos no se atreven a ir en contra de sus deseos. En nuestro país el poder social necesita la escuela concertada, los gobiernos central y autonómicos están dispuestos a aceptar sus indicaciones. En Cataluña (y en toda España) la triple red escolar (privada, concertada y pública) cumple este papel.

Un pequeño recordatorio histórico: En los años 80 del siglo pasado el Departamento de Enseñanza en Catalunya cerró más de mil aulas públicas. El descenso demográfico del país, iniciado a partir de 1976, amenazaba con hacer irrelevante la presencia de las escuelas privadas o concertadas (entonces se llamaban subvencionadas). A causa de los intereses que hemos mencionado, los gobiernos de Convergencia llevaron a cabo el gran recorte de la escuela pública para así permitir que las privadas, regentadas por la Iglesia Católica y por unas patronales amigas del gobierno catalán, subsistieran.

Al poder no le conviene la igualdad, necesita la desigualdad para continuar aprovechándose de ella, para continuar mandando y aumentando sus beneficios económicos. Lejos de cambiar la situación en los últimos años, tenemos una constatación bien reciente: durante los meses que llevamos de la pandemia de la Covid, el gran capital ha aumentado sus beneficios y la mayoría de la población (el 99%) los ha visto disminuir. Conclusión: del mismo modo que los gobiernos no evitan el aumento de las desigualdades sociales y económicas, es muy difícil que eliminen los privilegios a la concertada.

Y para completar estas reflexiones, un último apunte. Todo esto tiene que ver también con la situación política a raíz de las elecciones al parlamento de Cataluña. A lo largo de la última campaña electoral se habló a menudo de hacer frente al fascismo, de parar los pies a la ultraderecha. La presencia de Vox ha provocado que la mayoría del resto de formaciones políticas y entidades de la sociedad civil se pusieran de acuerdo, al menos, en no querer su presencia en las instituciones. Han hablado y han publicado diferentes manifiestos y acordado algunas actuaciones. Sin embargo, diría que para hacer frente a la ultraderecha, al racismo y al fascismo hay que cambiar las condiciones socioeconómicas que lo hacen posible. Sin alternativas a la crisis endémica del capitalismo, a la desigualdad que aumenta, crecerán los fascismos y los movimientos de ultraderecha. En esta línea de propuestas, la segregación escolar no ayuda a hacer frente a la derechización social, sino que más bien le da argumentos. Con pan, trabajo y viviendas dignas para todos la ultraderecha tendría muy pocos argumentos. Las manifestaciones que los medios de desinformación bautizan con el adjetivo de violentas son la expresión, consciente o no, del grave malestar que la gravísima crisis provoca. Sobre todo entre la generación joven, que ve muy complicado su presente y su futuro vital. La ultraderecha puede aparecer como una falsa alternativa ante la ausencia de alternativas reales.

Sin revertir los recortes, sin frenar las enormes desigualdades entre hombres y mujeres, sin devolver a la gestión pública las privatizaciones de servicios sanitarios y de enseñanza, será difícil evitar que las derechas no dominen el panorama político y social en los próximos años. Desde las escuelas e institutos, maestros y las maestras y toda la comunidad educativa tenemos nuestra parte de responsabilidad, pequeña o grande, para lograr avances y no retrocesos. Para intentar, como dice el maestro protagonista de La lengua de las mariposas (1999), que toda una generación sea educada en libertad; porque este hecho sería irreversible.

Joan M. Girona es maestro y psicopedagogo

Fuente: http://www.mientrastanto.org/boletin-200/notas/es-necesaria-la-escuela-concertada

Fuente de la Información: https://rebelion.org/es-necesaria-la-escuela-concertada/

 

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