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Francia: La educación en la igualdad de los sexos y las sexualidades, el núcleo de la contraofensiva reaccionaria

Por: Fanny Gallot | Cécile Ropiteaux

Mientras se elaboran nuevos programas sobre la Educación en la vida afectiva, social y sexual (EVARS), la ofensiva reaccionaria se ha reconfigurado después de la Manifa por todos (LMPT) que había conseguido la retirada de los ABCD de la igualdad en 2013-2014. Fanny Gallot y Cécile Ropiteaux pasan revista a los elementos de lenguaje, modos de acción y alcance de estos grupos, para combatirlos mejor[1].

En la primavera de 2024 [el Ministerio de] Educación Nacional dio a conocer su proyecto de nuevos programas para la Educación en la vida afectiva, social y sexual (EVARS), y el 10 de setiembre el Consejo Económico, Social y Ambiental (CESE) ha publicado un informe alertando sobre la falta de cursos de educación en la sexualidad en los establecimientos escolares[2].

Al mismo tiempo, una constelación de grupos conservadores e incluso de extrema derecha se rebela por medio de panfletos distribuídos delante de las escuelas, notificaciones formales, emailes enviados a directores de escuelas o dueños de establecimientos: SOS Educación ha lanzado una petición titulada “En la escuela enseñadme a dividir, no a eyacular”, que ha recogido más de 70.000 firmas. Sigún informaciones del sindicato FSU-SNUipp, en un volanterepartido en varios departamentos (16, 33, 39, 44, 64, 72, 90), se pide la paralización inmediata del proyecto de elaboración de un programa[3]:

Diversos colectivos y asociaciones se han agrupado para informaros del programa EVARS (Educación en la vida afectiva, social y sexual desde la guardería); nos han llegado muchas denuncias de niños y adolescentes gravemente impactados por las informaciones de carácter sexual y pornográfico […]. El programa impuesto por Educación Nacional no protege a los niños, sino que por el contrario los expone y fragiliza. […] ¡Reclamamos la paralización inmediata de dicho programa!

Desde el inicio de curso 2023, la presión de estos grupos se intensifica, al menos a través de las redes sociales. No exactamente los mismos que en 2013-2014, se sitúan en continuidad con aquellos. Esta contribución pretenderepassar la secuencia de 2013-2014 antes de precisar los elementos de lenguaje actuales de estos grupos así como sus modos de operar, para mejor combatirlos e impedir la retirada del programa EVARS o su reformulacióndirigida a cerrar el campo de posibilidades en un enfoque naturalizante heterocentrado.

2013-2014, contra la llamada Teoría del género: “No toques mis estereotipos”

A finales de 2013, tras la derrota de su movilización contra la ley que abría el matrimonio a todas las parejas, la (mal llamada) Manifa por Todos (LMPT) apuntó contra la escuela pública, y más en concreto contra los ABCD de la igualdad. Este mecanismo, destinado a combatir los estereotipos de género en la escuela primaria, se había puesto en marcha a título experimental en 600 clases, por iniciativa del Ministerio de Derechos de las Mujeres y el Ministerio de Educación Nacional. Desde la vuelta a clase en setiembre, comenzaron a circular panfletos en varios departamentos, denunciando las fechorías de la pretendida teoría del género. Estos panfletos fueron distribuídas por autoproclamados colectivos de padres, asociaciones católicas tradicionalistas o grupúsculos del tipo «vigilantes» o «vigi-gender» surgidos de La Manifa por Todos.

La retórica de estas octavillas era una mezcla de mentiras, exageraciones, cambios de sentido, malas interpretaciones, frases fuera de contexto… Los grupos actuantes se presentaron como defensores de «la complementariedad de los sexos», en una postura esencialista. ¡Esto quedó simbolizado en los colores rosa y azul, utilizados hasta provocar náuseas! Citaban el ser y la naturaleza (implícitamente divina) de las mujeres y los hombres, como si el individuo no fuese una construcción social.

Mezclaban intencionadamente el mecanismo institucional de los ABCDcon un trabajo sindical realizado por la FSU-SNUipp, «Educar contra la homofobia desde la escuela primaria», que iba mucho más lejos en la deconstrucción de los estereotipos y deseaba poner en marcha una necesaria banalización de la homosexualidad: intentaban desacreditar de esta manera todas las acciones de educación en la igualdad y de lucha contra las discriminaciones que la escuela podía llevar a cabo, cuestionando la educación en la sexualidad. Denunciaban los métodos calificados de «totalitarios» de Educación Nacional, el hecho de que los padres fueran dejados al margen, y reivindicaban que la escuela sólo se debía ocupar de la instrucción. ¡Se decía claramente que no estaba ahí para luchar contra las desigualdades!

Algunos discursos, más sutiles, parecían hacer concesiones al constructivismo: «No se nace mujer, se hace», y pretendían oponerse a las discriminaciones. De hecho expresaba una homofobia más relajada, menos desmedida, como la que considera a las personas LGTB como inferiores[4].Presentaba la heterosexualidad como la única sexualidad natural y plena, al ser fecunda. En el conjunto de estos panfletos, las reivindicaciones de igualdad se asociaban, negativamente, al individualismo. Se trataba de «control totalitario de los cerebros», de «enseñantes izquierdistas de costumbres depravadas que quieren corromper a la juventud».

Las convergencias de vocabulario y de argumentos falaces muestran que, tras la multiplicidad de llamamientos, aunque las conexiones sean diversas y variadas, está la más pura tradición de los discursos de la extrema derecha contra la escuela pública y laica. Se trata desde luego de una red, de la derecha tradicionalista a las extremas derechas. La LMPT fue la ocasión para establecer pasarelas, acercamientos, como entre la UNI[5] y los identitarios, desde fanáticos religiosos de todo tipo hasta la derecha más tradicional, desde los convencidos del esencialismo para quienes LA mujer debe quedar en SU sitio, hasta electos que se apuntan al oportunismo electoralista.

A esto se añaden los enemigos de la escuela pública y los defensores del anti-pedagogismo. El empleo de la palabra gender [género] en los argumentarios reaccionarios expresa sexismo y LGTBfobia, pero también anti-americanismo y anti-intelectualismo. También se encuentra muchas veces una dimensión conspirativa: habría lobbies promoviendo una supuesta teoría del género. Tras la defensa de la mítica complementariedad de los sexos se esconde el rechazo de la igualdad. En efecto, en la visión binaria del mundo que tienen estos grupos, lo masculino se asimila al principio activo y a la esfera pública; a las mujeres les corresponde la pasividad y la esfera doméstica. Un reparto jerárquicoque es la fuente misma de las desigualdades y alimenta la dominación patriarcal.

Son los mismos que se oponen al aborto, al reparto delpermiso parental, etc. Su temor a la indiferenciación enmascara su rechazo a la diversidad, predican de hecho la uniformidad dentro de cada categoría de sexo, expresando homofobia y transfobia, y negando la realidad y la diversidad de las familias. En cuanto a los ataques contra la educación en la sexualidad, son evidentemente de orden moral opuesto a la emancipación de las mujeres y de las chicas.

Al mismo tiempo, en enero de 2014, se lanzaron las Jornadas de Retirada de la Escuela (JRE), promovidas por Farida Belghoul y difundidas por Igualdad y reconciliación y las redes ligadas al movimiento Dieudonné-Soral. El sociólogo Simon Massei destaca la «desigualdad de recursos y de capitales en poder de los militantes VigiGender y de los JRE». Los primeros proceden de la «gran burguesía económica católica, con muchos titulados, y residente en los distritos centrales de París», en cuanto a los segundos son «de origen popular, muy pocos graduados, algunos desclasados, y residente en municipios medios o populares de las afueras parisinas»[6].

Aunque las aspiraciones de uno y otro grupo coinciden puntualmente, los retos son diferentes. Como escribe Joëlle Magar-Brauner partiendo de un estudio,

«aunque el objeto que está en el centro de la relación de fuerzas se refiere a la educación en la sexualidad, con la sutileza de una posible desestabilización de la heteronormatividad, se superpone a ello la tensión entre los respectivos roles educativos de la escuela y la familia, inserta en la cuestión de la ciudadanía en un contexto de racialización [en particular de sexismo]»[7].

Finalmente, los ABCD fueron enterrados en julio de 2014 y el Plan de Educación en la igualdad, presentado por el Ministerio de Educación Nacional como una generalización de las acciones en favor de la igualdad de los sexos, no cumplió sus promesas a falta de medios y de decisiones coherentes. Los ataques reaccionarios continuaron sin embargo, por ejemplo en 2016 con el folleto El género en imágenes (¡50 páginas en papel satinado!), enviado a cientos de escuelas, y en el que se desacreditan la educación en la igualdad y la lucha contra las discriminaciones[8].

¿Qué reconfiguraciones de los discursos y de las prácticas desde 2023?

Siguiendo el modelo de los Moms for Liberty (M4L), una organización conservadora estadounidense que lleva a cabo una verdadera «guerra cultural» en torno a las escuelas a partir de «campañas agresivas» para denunciar el «wokismo en la escuela»[9]. Eric Zemmour lanzo lós «Padres vigilantes» al inicio del curso 2023: se trataba de presentarse a las elecciones de padres de alumnos para luchar contra lo que se califica de «wokismo» y de «proselitismo trans». El contexto es diferente: se caracteriza por una fuerte contestación feminista, expresada también mediáticamente. Se denuncian las violencias sexistas y sexuales, así como la cultura de la violación, a la vez que se difunden los llamamientos a la huelga feminista del 8 de marzo, pese a los obstáculos. Además, parece que los más jóvenes se han apropiado más de los saberes y las ideas feministas y LGTBQIA+[10].

Ante el mar de fondo abierto por el campo de posibilidades, crece el pánico moral. No se trata de «gender», sino de «wokismo». LKPT se convierte en Sindicato de la Familia, mientras que grupos antes constituídos en reaccionarios movimientos antivacunas se reconvierten, a imagen de las Mamás Lobas que hicieron su aparición en el momento del Covid. Los discursos difundidos son engañosos: «No al aprendizaje de la masturbación a los 4 años, del cambio de sexo a los 6, de la felación y la sodomía a los 12»; «No a la incitación al consentimiento sexual precoz y al transgenerismo, no a la transgresión»; «Stop sexualidad». Circulan los deepfake de manera viral, sembrando la duda en muchos padres.

Algunos grupos proponen on-line correos de rechazo para justificar la ausencia de los niños a las sesiones EVARS, argumentando que la sexualidad pertenece a la vida privada y familiar. Estos correos multiplican las referencias jurídicas, con el fin de asustar a los dueños de establecimientos y directores de escuela, amenazándoles con acciones judiciales con el pretexto de que la educación en la vida afectiva y sexual no respetaría ni la Convención Europea de Derechos del Hombre, ni la Convención Internacional de Derechos del Niño, ni el Código Penal, ni siquiera el Código de la Educación. ¡Es difícil imaginar a un Ministerio estableciendo un programa que contravenga las leyes nacionales y supranacionales! Pero si se mira un poco de cerca los artículos citados, el globo se desincha.

Además del hecho de que algunas referencias no son más que aproximativas, si no dudosas, todo el argumentario está basado en la idea de que la EVARS sería una incitación a tener prácticas sexuales, que los niños estarían expuestos a contenidos pornográficos y a una «exaltación» de la sexualidad, en resumen que se trataría de corrupción de menores e incluso de acoso sexual. La EVARS es calificada también de ideología y sería un «adoctrinamiento de los niños». Esta presentación deformada de la EVARS no se ajusta ni al contenido de los programas, ni a la realidad de lo que ocurre en las aulas.

Estos discursos se basan en la tensión existente entre lo que corresponde a la Escuela y lo que corresponde a las familias: la educación en la sexualidad pertenecería a la esfera privada y no a decisiones políticas y por tanto educativas. El historiador Yves Verneuil muestra cómo esta tensión no es propia del siglo XXI. Partiendo de un corpus variado de archivos, subraya que la educación sexual constituye «una cuestión caliente» desde comienzos del siglo XX: las polémicas se refieren por lo general a la «perversión» a la que podrían conducir a los niños y adolescentes los cursos de educación sexual[11].

Además, el posicionamiento adecuado de la institución no consiste en hacer juicios sobre lo que se hace en las familias, ni siquiera en ir contra las decisiones de los padres. Pero la escuela, al igual que los espacios donde los niños son acogidos fuera de las escuelas o en los tiempos intermedios en el marco de una delegación de servicio público, debe tener una palabra propia, manteniéndose en su espacio.

Nombrar las cosas, educar en la vida sexual, social y afectiva de manera igualitaria, abrir el campo de posibilidades, dar confianza a los alumnos, forma parte de las misiones de la escuela y del conjunto de educadores y educadores en el marco del aprendizaje en la ciudadanía. Revisar nuestras prácticas enseñantes o de animación forma parte de la fabricación de una sociedad más igualitaria. La educación en la vida afectiva, social y sexual es por tanto una de las misiones de la escuela: forma parte de la construcción de la autoestima y de la prevención de las agresiones y violencias sexuales, por una sexualidad plena e igualitaria para todas y todos.

Aunque el nuevo programa presentado no es perfecto, ofrece instrumentos a los enseñantes para hacerse cargo de la cuestión, porque las tres sesiones anuales de educación en la sexualidad establecidas desde 2021 no siempre se cumplen. Hasta hace poco, según cifras de la Inspección General de la Educación, Deporte e Investigación, menos del 15% de los jóvenes acceden finalmente a esta información y a esta educación.

Los colegas se sienten desarmados, insuficientemente formados para responder al conjunto de cuestiones, en un momento en que los retos son importantes: el sexismo se sigue imponiendo, sobre todo entre los jóvenes, como lo revela el informe del Consejo Superior de Igualdad (HCE), de enero de 2024; los jóvenes LGTB están sujetos a depresiones y a un riesgo superior de suicidio (acoso, homofobia y/o transfobia interiorizadas, desprecio de sí mismos); [Entre 2017 y 2022], más de la mitad de las infracciones de carácter sexual fueron cometidas sobre menores (53%). Además, el 36% de las violaciones a menores y el 30% de las agresiones sexuales a menores fueron cometidos por personas también menores de edad[12].

Conclusión

Se desconoce la amplitud de esta ofensiva reaccionaria. No obstante, aunque estos grupos son probablemente poco importantes en cuanto a número, tienen un poder dañino que podría extenderse. Pueden encontrar un eco entre padres, desestabilizar a las personas comprometidas en la educación en la sexualidad, y desanimar a quienes querrían comprometerse. Repuntes dispersos -según FSU-SNUipp que recopila el conjunto de informaciones y realiza una intervención sobre el tema desde el curso 2023- muestran una estructuración en curso y acciones más coordinadas favorecidas por el contexto político, por lo que es necesario:

1) hablar y tranquilizar a los padres a quienes estos discursos reaccionarios hacen dudar;

2) no dejarse engañar por las cifras anunciadas por personalidades como Eric Zemmour: no se basan en nada tangible, pero ayudan a construir un movimiento reaccionario. Ninguna encuesta cuantitativa permite acreditar las cifran anunciadas;

3) verificar las fuentes: los argumentos dados deforman la realidad. El modo operativo se apoya en rumores difundidos por las redes sociales sin que se aporte prueba alguna en ningún momento.

https://www.contretemps.eu/education-egalite-genre-sexualites-contre-offensive-reactionnaire/

Traducción: viento sur

[1] Agradecemos también a Sophie Abraham, Julien Cristofoli, Gaël Pasquier y Céline Sierra por sus relecturas y/o informaciones varias.

[2] Ya en 2021, el IGESR había publicado un informe, enterrado por Jean-Michel Blanquer, para alertar sobre este punto. En 2019, otro informe señalaba ya estas cuestiones en relación con la formación de los enseñantes.

[3] Ver el conjunto de asociaciones y colecivos en: https://linktr.ee/stopevars

[4] Ver la Asociación de Familias Católicas

[5] Unión Nacional Inter-universitaria: https://www.uni.asso.fr/

[6] Simon, Massei, «S’engager contre l’enseignement de la «théorie du genre». Trajectoires sociales et carrières militantes dans les mouvements anti-«ABCD de l’égalité». Genre, sexualité & societé (on-line), 18, otoño 2017, puesto en línea el 1 de diciembre de 2017-

[7]Joëlle Magar-Braeuner, «La mésentente à l’école des Tilleuls: Des effets et de quelques enjeux de l’appel à la journée de retrait de l’école dans une école primaire», Cahiers du Genre, 2018/2 nº 65, 2018, p. 59-79.

[8] Como consecuencia de intervenciones sindicales, el Ministerio envió a las academias la consigna de bloquear estos envíos.

[9] Piotr Smolar, «Aux États-Unis, la voix influente des Moms for Liberty», Le Monde, 30 de noviembre de 2023; Hélène Vissière, «États-Unis; quand les mamas trumpistes réécrivent les programmes scolaires»

[10] Oscar Taupas, «Les réseaux sociaux rendent-ils woke? Les conditions de l’appropriation ordinaire par des lycéen.nes des idées et savoirs féministes et LGBTQIA+», memoria de master 2, EHESS, 2024

[11] Yves Verneuil, Une question «chaude», Histoire de l’éducation sexuelle à l’école (France, XXe– XXIsiècle), Peter Lang, 2023.

[12]https://www.justice.gouv.fr>sites>default>files>2023-11>infos_justice_n9_violences sexuelles.pdf

https://vientosur.info/la-educacion-en-la-igualdad-de-los-sexos-y-las-sexualidades-el-nucleo-de-la-contraofensiva-reaccionaria/

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“El capitalismo practica una guerra civil latente y larvada o abierta y declarada”

El autor italiano Maurizio Lazzarato sostiene que no hay capitalismo sin guerra. En esta entrevista también critica a la tradición filosófica francesa de la década del 70 y considera que es necesario reconstruir la acción política a fin de pensar nuevos modos de rupturas revolucionarias a nivel macro.

Maurizio Lazzarato nacido en 1955 en Italia y residente en París desde hace décadas es uno de los filósofos contemporáneos más estimulantes para pensar el lugar de la izquierda en el desconcertante panorama político actual. Militante en su juventud en el autonomismo y estudiante en la Universidad de Padua, posteriormente su exilio en Francia lo pone en relación con la tradición filosófica de mayo del 68 en la cual Lazzarato se adscribe al mismo tiempo que polemiza fuertemente con muchos de sus conceptos y de manera muy notoria en sus últimos libros: Guerras y Capital co-escrito con Éric Alliez (2016), El capital odia a todo el mundo (2019), ¿Te acuerdas de la revolución? (2022), Guerra o revolución (2022) y El imperialismo del dólar (2023). Esta serie de publicaciones encuentra una nueva estación en su flamante lanzamiento titulado ¿Hacia una nueva guerra civil mundial? (Tinta Limón) que articula teoría y política desde una rabiosa actualidad a propósito del privilegio ontológico que para una generación de pensadores (Michel Foucault, Gilles Deleuze, Félix Guattari o Antonio Negri) ha tenido la afirmación y el desplazamiento de la negación con el consecuente efecto político de esta posición que ha llevado a eliminar del pensamiento de izquierda la categoría de “guerra” y nociones sucedáneas como el conflicto o la lucha en favor de una revolución subjetiva o micropolítica que ha evitado pensar una interpelación seria sobre la revolución a gran escala. En este sentido, según Lazzarato será imperioso construir una convergencia entre las subversiones singulares y la experimentación subjetiva (modos de vida minoritarios, feminismo, género, sexualidad, etc.) con una transformación radical de la dinámica económica y social si no queremos asistir a “subjetividades revolucionarias sin revolución”. Algo que Gilles Deleuze testimoniaba pero desde una mirada crítica de las revoluciones en la historia cuando afirmaba que “la revolución impide el devenir revolucionario de las personas”.

De acuerdo al punto de vista de Lazzarato desde hace ya casi dos décadas presenciamos una continuidad de acontecimientos especialmente visibles a partir de la crisis financiera subprime de 2007 y 2008 que nos colocan frente a una realidad ineludible: no hay capitalismo sin guerra. Los conflictos entre Rusia y Ucrania e Israel y Palestina nos ponen, según su perspectiva, frente hechos incontrastables en los cuales percibimos un mundo ya completamente ajeno a la “pacificación” global luego de la caída del Muro de Berlín, el desmembramiento de la Unión Soviética y el unilateralismo liberal anunciado por Francis Fukuyama. El presente que vivimos, por el contrario, se encuentra sumido en un espiral confrontativo y violento que requiere, según el filósofo italiano, la rehabilitación de categorías olvidadas y ocultas que permitan recrear una posición de izquierda en este contexto.

En esta entrevista Lazzarato detalla sus críticas hacia la tradición de la filosofía francesa de los setentas centrada en la microfísica del poder, la micropolítica y la producción de nuevas formas de subjetividad como alternativas post-revolucionarias que pretendían sustituir el concepto de guerra civil en un contexto de desilusión del socialismo real y de desmarxistización. Desde nuestra coyuntura Lazzarato cuestiona esta deriva intelectual y, al revés, considera que es necesario reconstruir la acción política desde una ontología que recupere el “no” y la negación a fin de pensar nuevos modos de rupturas revolucionarias a nivel macro con potencia constituyente frente al avance de las nuevas derechas a nivel mundial.

¿Hacia una nueva guerra civil mundial? es su sexto libro sobre la cuestión de la guerra y particularmente sobre la noción de “guerra civil” en este caso a propósito de los conflictos en Ucrania e Israel. En relación a ello usted señala en un pasaje lo siguiente: “La guerra y la guerra civil son los signos de la repetición de la acumulación originaria, capaces de determinar la transición de un modo de producción a otro, de una forma de acumulación a otra, porque, juntas, constituyen las fuerzas destructivas del viejo orden y constitutivas de un nuevo Nomos mundial de mercado. No hay poder constituyente sin guerra y sin guerra civil, sin organización de la potencia y acumulación de fuerzas”. ¿Por qué según su mirada es fundamental recuperar la noción de “guerra” para pensar nuestro presente y especialmente para construir una política de izquierda?

El pensamiento crítico ha reprimido la cuestión de la guerra y la guerra civil y yo he intentado con todos los límites que tengo analizar la actualidad en directo, recuperar ese retraso. En un poco más de un siglo la guerra mundial se produjo cuatro veces. No se trata de un elemento contingente. Con el imperialismo y el capitalismo de los monopolios, es decir, a partir del comienzo del siglo XX la guerra y la guerra civil son acontecimientos constitutivos del capitalismo y era necesario incluirlos de manera conceptual. El capitalismo nace históricamente de un largo período de acumulación operado no por la producción o por el trabajo sino por la violencia, por las guerras de desposesión y la esclavitud. Marx llamaba a esta época la acumulación primitiva, un período durante el cual la guerra creaba las clases, porque para que la producción pueda ponerse en marcha era necesario que las clases existan y su emergencia se realizó por la violencia de la sumisión. Nosotros sabemos ahora que la acumulación primitiva no está limitada a una época histórica, de la Conquista de América a la revolución industrial, sino que se reproduce continuamente determinando el pasaje de un modo de producción a otro, de una división internacional del poder y del trabajo a otra. Incluso el pasaje del fordismo de la posguerra al neoliberalismo necesitó de su acumulación originaria, es decir, la violencia extra-económica de la guerra civil, de la guerra de conquista y de la guerra de servidumbre. Hayek, con una franqueza reaccionaria que hace falta a los progresistas y demócratas, confirma y reivindica abiertamente esta dimensión meta-económica definida sin miedo como “dictadura” cuando, durante su visita al Chile de Pinochet, mientras los ecos de la tortura, los asesinatos y la represión generalizada no estaban todavía totalmente apagados, declara el 8 de noviembre de 1977 al diario El Mercurio: “Una dictadura puede ser un sistema necesario durante un período de transición. Quizá para un país es necesario tener por un tiempo una forma de poder dictatorial”. Para Hayek, la acumulación originaria llamada “dictadura de transición” es necesaria en Chile y en toda América Latina como condición no económica del funcionamiento de la libertad de mercado y de empresa. La necesidad de ejercer, según los términos de Hayek, los “poderes absolutos” se manifestará igualmente al fin del ciclo porque el mercado, el comercio mundial y la libre empresa se transformarán en un espiral de contradicciones y de oposiciones que solo la guerra y la guerra civil pueden resolver. La dimensión extra-económica es dada por la guerra y la guerra civil en tanto definen cada vez una nueva división del trabajo internacional y una nueva división del poder, esto no es sino la apuesta de la guerra mundial “en pedazos” que estamos viviendo en el presente. La acumulación primitiva, en la cual nos encontramos actualmente sumergidos, organiza una distribución primaria de medios de producción y de la propiedad que reposa sobre la violencia del enfrentamiento armado, esta es la única manera de articular la economía política y la lucha de clases, la producción, la guerra y la guerra civil. Eso que los marxismos occidentales, todos basados sobre el valor, la producción, la circulación y el consumo, no han podido realizar exitosamente y continúan omitiendo.

Usted es un muy crítico del pensamiento francés posterior a mayo del 68, sobre todo de la última etapa de la filosofía de Michel Foucault a fines de la década de 1970 y comienzos de 1980, particularmente de su curso en el Collège de France titulado “Nacimiento de la biopolítica” sobre la cuestión del liberalismo y el neoliberalismo. ¿Cuáles son los principales elementos que usted critica de Foucault pero también de Deleuze, Guattari y de otros pensadores soixante-huitards?

Foucault es prácticamente el único intelectual de su generación en haber teorizado la guerra civil como matriz de las relaciones de poder. Pero lo ha hecho solamente entre 1971 y 1975 para luego abandonarla por los conceptos de gubernamentalidad y biopolítica. Como todos los intelectuales de su época se radicaliza en ocasión de mayo del 68 para después seguir el declive de los movimientos políticos desarrollando conceptos que tienen por objetivo la “pacificación”, por ejemplo: el cuidado de sí, la vida como obra de arte, la estética de la existencia o la producción de nuevas formas de vida, separando así la producción de subjetividad de la ruptura revolucionaria. De la misma manera opera Guattari con el “paradigma estético” que captura las relaciones sociales bajo la forma de la existencia o bien el “devenir revolucionario” sin revolución de Gilles Deleuze. Asistimos a una involución del pensamiento crítico incapaz de captar la radicalización inevitable de las relaciones de fuerzas porque hemos construido una teoría del capitalismo centrada exclusivamente en la producción (incluso el deseo es visto como productor, tal como observamos en El Anti-Edipo de Deleuze y Guattari, esto no cambia el problema) que omite la guerra y la guerra civil. Foucault opone en 1978 las “excrecencias del poder”, que considera el verdadero problema del futuro de la humanidad, a la producción contemporánea de riqueza y miseria, reenviada al pasado, como cuestión social específica del siglo XIX. Justamente, eso que Foucault niega ser el problema del presente, va a ser el centro de la estrategia capitalista: como siempre se trata de la cuestión de la propiedad privada. Foucault critica el concepto de soberanía y ve solamente la dimensión local de la organización del poder, pasando por alto completamente la centralización “soberana” de la política y la economía. De una manera similar, Toni Negri y Michael Hardt, decretan el fin del imperialismo y el nacimiento de un Imperio fantasmático supra nacional que en realidad jamás existió porque los Estados Unidos siempre quisieron imponer su hegemonía unilateral. Lo que se impone a partir de fines de los años setenta es la imposibilidad de la revolución, sustituida por los fantasmas de la ruptura micropolítica. Negri enuncia para toda la teoría crítica ese punto de vista cuando dice: “Hay que dejar de mitificarla: la revolución está viva, ella construye sin cesar los movimientos de novedad y de ruptura. Ella no se encarna en un nombre: Jesucristo, Lenin, Robespierre o Saint-Just. La revolución es el desarrollo de las fuerzas productivas, de los modos de vida en común, el desarrollo de la inteligencia colectiva”. Dejar de mitificar la revolución es hacer de ella una actividad creadora, micro, incesante, capaz de conexiones siempre nuevas entre las singularidades que escapan a la captura capitalista produciendo, de esta manera, subjetividades autónomas e independientes. “Desdramatizar” la revolución es concebirla como una praxis sin rupturas “excepcionales”, una transformación local, micropolítica, siempre capaz de relanzarse porque es ingobernable, siempre excesiva en relación a la máquina Estado-capital. En lugar de esta ilusoria producción ininterrumpida de un proceso de liberación fantasmático, asistimos desde décadas a la ofensiva de una contra-revolución que ha ceñido progresivamente toda dimensión política a la praxis del “trabajo viviente”, reduciendo a éste a niveles de sumisión y explotación jamás esperados desde la primera fase de la revolución industrial. La “inteligencia colectiva” y las fuerzas productivas sin organización central son integradas en nuestro presente en una producción impulsada por la industria armamentística, que la histeria guerrera occidental agita en ausencia de todo proyecto político, reproduciendo así su propia dominación. En lugar de un “devenir revolucionario” asistimos a un “venir fascista” del mundo. Si comparamos todas estas teorías con la situación actual podemos constatar su fracaso resonante porque se han revelado incapaces de diagnosticar el presente.

Me resulta muy interesante esta crítica que le hace a ciertos conceptos claves de la filosofía de Michel Foucault como “biopolítica” o “gubernamentalidad” ya que estos ocultarían la importancia de la noción de “guerra” al interior de la historia y del capitalismo. ¿Podría ampliar cuáles son sus principales objeciones en relación a estos instrumentos teóricos para pensar la actualidad?

Con estas categorías es imposible dar cuenta del declive del neoliberalismo que se pensaba como una alternativa al fracaso del liberalismo clásico que había conducido a las guerras mundiales y los fascismos. Ahora bien, la autoregulación del mercado nos ha conducido a la guerra y a la reedición del genocidio renovando la derrota del liberalismo clásico. La gubernamentalidad y la biopolítica describen una dinámica del poder solamente local, micro, difuso, descuidando completamente la centralización que concierne tanto a la economía como a la política. Estas categorías son muy débiles por no decir inútiles para analizar la actual fase política que era imposible de anticipar a partir de ellas mismas.

Usted sostiene que la dimensión colonial del conflicto en Gaza es la confirmación de la hipótesis de su libro Guerras y Capital (co-escrito con Éric Alliez) donde se postula que el capital funciona necesariamente a través de la guerra. ¿Podría desarrollar un poco más este planteamiento que relaciona el capital, la guerra y el Estado imperial?

La dimensión colonial del capitalismo es indispensable para su funcionamiento. Eso que el marxismo europeo y blanco ha a menudo dejado de lado. Mientras que la guerra entre los Estados europeos estaba regida por la “Jus belli” (los códigos normativos de la guerra justa), en las colonias la guerra era siempre salvaje y de una violencia inaudita. Esta era indispensable para el proceso de acumulación. La misma cosa se podría decir en relación a la sumisión y la explotación de la mujer en los circuitos de reproducción. En estos dominios igualmente no se trata únicamente de producción y de explotación sino de violencia, de guerra, de conquista y de sometimiento. Es la razón por la cual hablamos de guerras en plural (de clase, sexo, raza) y no solamente de guerra entre Estados como hace la geopolítica.

Solamente pasando a la ofensiva uno se puede oponer eficazmente a los poderes establecidos.

Luego del declive de la mundialización y la crisis de la globalización usted busca la posibilidad de rehabilitar una ruptura revolucionaria en el presente. A propósito de ello menciona ciertos acontecimientos insurreccionales como la primavera árabe, la revuelta en Irán por la muerte de Mahsa Amini en 2022, las protestas en Francia de los chalecos amarillos y contra la reforma de las jubilaciones o el estallido social chileno en octubre de 2019 para pensar la convergencia entre ciertas luchas que expresan intereses y deseos con la problemática de la clase social. ¿Cree realmente que sería posible pensar otra manera de revolución en términos macropolíticos? ¿Qué elementos nos puede ofrecer en relación a ello?

Yo no propongo reproducir las formas de la revolución del siglo XX, ellas hoy son imposibles. Parto de constatar que luego de cincuenta años de prácticas alternativas a las rupturas revolucionarias el resultado es lamentable. Verdaderamente, estamos a punto de perder todos los derechos sociales y políticos conquistados por las luchas revolucionarias de los siglos XIX y XX. Un dato al respecto: Marx evaluaba la fuerza de los movimientos obreros por los resultados obtenidos a raíz de la lucha sobre el horario de la jornada de trabajo. La tendencia histórica nos muestra que la disminución del horario de trabajo se ha detenido. No ha habido jamás desde el inicio de la industrialización un proletariado tan débil, tan impotente. El proletariado “sin revolución” no puede sino solamente soportar la iniciativa del enemigo. Javier Milei, su actual presidente, es un buen ejemplo de la estrategia, siempre al ataque, siempre el querer más por parte del capital y el Estado. La iniciativa parte todo el tiempo del enemigo. Nosotros nos defendemos desde nuestra incapacidad para detener el avance arrogante de la propiedad privada. La reacción es importante como ha sucedido en Argentina a propósito del intento de privatización de la universidad, pero siempre se trata de una reacción defensiva, en este caso para proteger la dimensión pública de la educación frente al ataque. Me parece evidente que solamente pasando a la ofensiva uno se puede oponer eficazmente a los poderes establecidos. Desde 2011 ha habido verdaderas insurrecciones de masas como en Egipto o en Chile; en Francia incluso, con una intensidad menor, hemos asistido a una impresionante continuidad de luchas. Estas luchas llegan a altos niveles de enfrentamientos pero terminan generalmente vencidas. Son incapaces de organizar y acumular “la fuerza” que es la sola cosa que el enemigo de clase teme. Es necesario abrir el debate sobre los fracasos reiterados. ¿Por qué continuamos perdiendo? ¿Por qué nos debilitamos sin cesar? En mi último libro se avanza en la hipótesis de que el problema no es solamente la multiplicidad sino el dualismo, la polarización radical de las relaciones de fuerza. El movimiento insurreccional chileno impuso la polarización pero luego le faltó una estrategia sobre qué hacer y cómo hacerlo.

En función de lo que dice creo que el análisis que realiza tanto en su obra en solitario como junto con Éric Alliez en torno a la necesidad de recuperar la noción de “negación” que ha sido perdida en favor de una filosofía exclusivamente de la “afirmación”, vitalista y deseante, es muy enriquecedor para repensar la estrategia de la izquierda en el presente. ¿Podría desarrollar un poco más esta posición teniendo en cuenta la articulación entre la política representativa y estatal (macropolítica) y la política de la vida cotidiana y la subjetividad (micropolítica)?

Las filosofías críticas posteriores a mayo del 68 han eliminado el concepto de negación porque lo identifican con la dialéctica hegeliana y con su política de conciliación y síntesis de contradicciones. Sin embargo, es imposible pensar la acción política sin decir “NO”, sin rechazo, sin negación de la estrategia del enemigo. Todo ha devenido afirmación, creación y creatividad. La destrucción de las relaciones de explotación y de dominación, la extinción de las clases y la necesidad de vencer al enemigo de clase (esta expresión también había desaparecido) ha sido reformulada en beneficio de una ilusoria afirmación de “producción de subjetividad” cuyo su desarrollo es compatible con el capitalismo, es decir, que no es contradictorio con su existencia. El “modo” spinozista de la “afirmación pura” se ha introducido y ha proliferado en los intelectuales atravesados por la crisis del marxismo. Ahora bien, uno puede pensar sin problemas una negación que no sea dialéctica. La guerra y la guerra civil son dos ejemplos de la acción de oposición, de negación, de destrucción no dialéctica. Desde los años setenta, el capital ha elegido una política de separación, de ruptura de toda mediación, de rechazo sistemático de todo compromiso y condujo una estrategia de negación de los derechos y de las conquistas de los oprimidos. El capitalismo practica una guerra civil latente y larvada o abierta y declarada, según las circunstancias. Se trata de una lógica de guerra civil asimétrica porque es asumida por una sola parte. No hemos todavía encontrado una contra estrategia para neutralizar aquella de la no mediación. El régimen de guerra nos impone pensar un nuevo concepto de negación. La guerra y la negación son las verdades de nuestra realidad fabricada por relaciones de poder no compatibles que la economía, el consumo, las imágenes y los discursos “ocultan” por un tiempo. Pero solamente por un tiempo. Con una regularidad sorprendente esta realidad emerge y con ella la “negatividad”. Es necesario saber verlas y sobre todo anticiparlas si no queremos ser esclavos.

Fuente de la información e imagen:  https://contrahegemoniaweb.com.ar

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La contrarrevolución educativa en Francia

“Cualquiera que haya enseñado, ya sea grande o pequeño, oficial o no oficial es, en parte, responsable del estado intelectual y moral que ha contribuido a la derrota, incluso, inconscientemente”[1]. Para Pétain y los pétainistas la escuela era responsable de la desmoralización y la derrota de Francia. Acusaban a los maestros de estar infectados por el comunismo, el pacifismo y el internacionalismo. De ahí que la primera medida del régimen de Vichy, consistiera en romper con la política educativa de la III República y en implementar otra, basada en la defensa del nacionalismo, la disciplina, la tradición, el elitismo, la autoridad y la religión católica, con la ayuda de la familia, la Iglesia, la escuela y otras instituciones.

El pasado 7 de julio, estuvimos a punto de revivir ese proyecto reaccionario y autoritario. El Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Lepen y Jordan Bardella junto a sus aliados alcanzaron un nuevo récord histórico en las elecciones legislativas, al conseguir 143 escaños. La victoria in extremis del Nuevo Frente Popular (NFP), el alivio posterior, la derechización del arco político, los miedos y las carencias de la V República nos llevan a preguntarnos si esa ajustada victoria no es más que una prórroga hasta las próximas elecciones presidenciales de 2027 y cuál es el papel de la escuela en este período crucial.

La sociología electoral

Las últimas encuestas confirman el aumento progresivo del voto femenino, del profesorado y de las clases trabajadoras a la extrema derecha. Esta ha conseguido fidelizar y ampliar su base electoral hasta llegar a los diez millones de votantes. Las causas son múltiples, tanto ideológicas como estructurales (principalmente, la adscripción al supremacismo blanco y la precarización del empleo), entre las que no hay que perder de vista la cuestión escolar. Una parte importante del electorado lepenista tiene una relación conflictiva con la escuela y cuenta con poca titulación. El 49% de los votantes del RN en las pasadas elecciones tiene un nivel de estudios inferior al bachillerato[2]. Ahora bien, como indica Anasse Kazib, sindicalista y miembro de Revolución Permanente, eso no significa que haya una correlación entre titulación y voto a la extrema derecha: “Una parte importante de los trabajadores vota al RN, cuando, antes, la misma gente votaba masivamente a la izquierda. Sin embargo, hace 30 o 40 años no tenían más titulaciones que ahora. Si no leemos el resultado a la luz del peso de los discursos y las políticas racistas, el papel del macronismo, del autoritarismo ambiental, el peso de las derrotas sindicales, las traiciones a las clases trabajadoras durante 40 años, no podremos entender la situación y, menos aún, lo que constituyen las bases materiales de la extrema derecha”[3].

En cambio, lo que sí podemos afirmar es que la falta de capital escolar provoca una inestabilidad y precariedad laborales que, a su vez, provocan un sentimiento de pesimismo y malestar. Y esto es lo que ha sabido capitalizar la extrema derecha[4]. Por otro lado, las políticas neoliberales han evidenciado que la meritocracia, en entornos escolares, no es más que un mito[5]. Al contrario de lo que afirma la propaganda neoliberal, la escuela no promueve la igualdad de oportunidades, sino que desempeña un papel importante en la perpetuación de privilegios y dominaciones, tanto de clase como de raza. Uno de los mecanismos habituales de la reproducción social consiste en responsabilizar a las víctimas de las desigualdades sociales, en lugar de señalar las causas estructurales. Si el alumnado, principalmente no blanco y de clase trabajadora, no obtiene buenos resultados o no accede a estudios superiores es porque no se esfuerza lo suficiente o porque no dispone de las capacidades intelectuales que se requieren. Los discursos meritocráticos se apoyan, además, en las tesis culturalistas, tanto de la extrema derecha identitaria, como de la izquierda caviar paternalista. Se obvia, así, lo que el propio sistema escolar produce política y socialmente y, de manera circular, cómo reproduce las relaciones raciales y clasistas existentes.

Otro de los datos importantes de las últimas elecciones es que ha desaparecido la diferencia, según el género, en el voto a la extrema derecha[6]. Tanto los hombres como las mujeres votan por igual a la extrema derecha, lo que desmota la idea de que, actualmente, las mujeres constituyan una fuerza política que permita frenar su avance. El voto femenino a la extrema derecha tiene múltiples causas, entre otras, la precarización de los trabajos femeninos y el hecho de que el RN esté liderado por una mujer. La aparición del partido Reconquista, de Eric Zemmour, ha contribuido al lavado de imagen de la formación al presentarse como una versión más radical. Otra de las explicaciones posibles es que las preocupaciones en torno a la educación de los hijos e hijas, en una sociedad en la que prima el “individualismo social”, siguen recayendo, mayoritariamente, en las mujeres. Estas preocupaciones tienen que ver con la degradación de la oferta escolar pública, lo que conlleva una búsqueda de soluciones en la enseñanza privada al ser percibida como más segura y de mayor calidad. Como indica Félicien Faury, “El desclasamiento social de las escuelas públicas es, pues, más visible en tanto en cuanto se percibe racialmente y es más difícil detenerlo, en tanto en cuanto esta percepción refuerza, de manera circular, las estrategias de evitación de las familias blancas”[7].

Un último dato, no menos relevante, es que el profesorado, que forma un bastión histórico de la izquierda, ha empezado a ceder. El voto a la extrema derecha sigue siendo minoritario. No obstante, ha dejado de ser un hecho excepcional. Sin duda, la instrumentalización por parte del macronismo y la extrema derecha de los atentados contra los profesores Samuel Patty (2020) y Dominique Bernard (2023) han supuesto un punto de inflexión. Esta última ha llegado a hablar de un supuesto efecto boomerang, según el cual “los profesores sufren de lleno la hidra islamista que ellos mismos han creado”[8].

Por otro lado, el aumento progresivo del voto a la extrema derecha entre el profesorado, así como la permeabilización de sus tesis, no pueden entenderse sin tener en cuenta el papel fascistizador que han desempeñado la socialdemocracia y el macronismo. Como la propia Marine Lepen declarara en 2017, las propuestas del ex ministro macronista de Educación, Jean-Michel Blanquer, representaron “una victoria ideológica” pero, también “política” para su formación, ya que muchas de ellas ya estaban en su programa presidencial[9].

El programa electoral del Reagrupamiento Nacional

El programa del RN para la escuela, elaborado por el diputado lepenista Roger Chudeau, tiene un aire de déjà vu. Dos lustros de macronismo han ido allanando el terreno, no solo en relación al currículo, los enfoques y la organización interna sino, principalmente, a través de la progresiva proletarización del profesorado y su desclasamiento, el desprecio por los sindicatos y la lógica gerencial de la escuela[10].

Al igual que el macronismo, el RN defiende una escuela “asimilacionista” como respuesta frente al “entrismo del islam político”, “el gran reemplazo” y “el choque de civilizaciones”. Ahora bien, los disturbios en las banlieues han puesto de manifiesto que tener la nacionalidad francesa, estar escolarizada en Francia y adquirir todos los códigos culturales franceses no es suficiente para que la población no blanca sea considerada francesa de pleno derecho, ya que, “ser francés” debe negociarse constantemente. El RN no busca, por tanto, ninguna “pacificación” ni “integración”. Sabe que el asimilacionismo es un modelo fallido. Desde hace años, hay una fuga de cerebros de diplomados universitarios musulmanes[11]. Su objetivo no es otro que someter y segregar a las clases populares, a falta de poder expulsarlas del territorio nacional. Debemos entender, en esa lógica, la apuesta por la destrucción del colegio “único” y la propuesta del encierro del alumnado “conflictivo” en centros especializados, así como la acusación contra las madres y padres del alumnado no blanco de ser los responsables de la degradación de la escuela pública por educar de forma “defectuosa” a sus hijos e hijas. Para “enderezar” la escuela, defiende la vuelta a los valores tradicionales, la disciplina y la autoridad, la educación y la moral patriótica, y el refuerzo de la formación profesional y de las formaciones técnicas, en general, en continuidad con la lógica de la destrucción del colegio “único”.

Por otro lado, las pequeñas muestras de supuesta renovación, como la propuesta del desdoblamiento de las clases en infantil y primaria, en realidad, son concesiones a costa de recortes que afectarán, principalmente, a las clases populares, ya que este se financiará mediante la supresión de la REP+ (Red de Educación Prioritaria Reforzada).

Todo ello solo será posible con la colaboración del profesorado, que ya ha sido previamente proletarizado por el neoliberalismo. Para asegurarse de ello, aplicará una política de depuración contra quienes se opongan a las prescripciones segregacionistas y reaccionarias.

No es necesario ser de extrema derecha para llevar a cabo políticas de extrema derecha

Volviendo al contexto de las recientes elecciones legislativas, la izquierda, en general, y el Nuevo Frente Popular, en concreto, han apelado a la ya “clásica” necesidad de formar un cordón sanitario contra la extrema derecha a la hora de movilizar al electorado. Sin embargo, es necesario problematizar la idea de que está “a las puertas del poder”, cuando, en realidad, el macronismo lleva tiempo implementando políticas de extrema derecha, tanto en el ámbito escolar, como en las cuestiones migratorias. Tampoco debemos olvidar el papel facilitador que ha desempeñado el Partido Socialista. Durante el mandato de François Hollande y Manuel Valls se aprobó la ley Cazeneuve de 2017 que flexibiliza el uso de armas por parte de la policía, se deportó a personas gitanas[12] y defendieron la inscripción en la Constitución de la retirada de la nacionalidad francesa de las personas binacionales acusadas de cometer un acto terrorista. Así mismo, el RN ocupaba 89 escaños en la Asamblea Nacional (143, en la actualidad), por lo que, aunque nunca ha gobernado, ya tenía una presencia importante en las instituciones, además de llevar años marcando sus temas predilectos y su agenda al resto de partidos políticos.

La política educativa del ex ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, entre 2017 y 2022, que se prolongará con los sucesivos ministros macronistas, se ha caracterizado por dos aspectos principales: por un lado, la voluntad de transformar la escuela y proletarizar al profesorado, siguiendo el modelo empresarial. Para ello, ha impuesto unas reformas escolares muy impopulares, mediante la represión violenta del profesorado y del alumnado[13]. El sistema de competencia entre los diferentes centros educativos ha tenido, como consecuencia, la segregación social, tal y como indican los Índices de Posición Social (IPS) de las escuelas y colegios franceses[14]. Por otro lado, la instrumentalización y el monopolio del concepto de “laicidad” y “valores republicanos”, se ha utilizado como coartada para justificar la represión y el castigo contra el alumnado árabe, negro y musulmán, en el marco de la lucha contra el “entrismo del islam político” en la escuela y contra el “islamoizquierdismo” de la universidad[15].

Por su parte, la primera medida que tomó Gabriel Attal, como ministro de Educación, fue prohibir el uso de las “abayas” en la escuela, lo que sobredimensionó la cuestión de la vestimenta de las alumnas musulmanas y, por extensión, volvió a estigmatizar y criminalizar a toda la población musulmana. Cabe recordar que el hiyab está prohibido en la escuela pública desde 2004. A cambio de que las instituciones musulmanas interlocutoras con el Estado lo aceptaran, Nicolas Sarkozy, por aquel entonces ministro de Interior, prometió que facilitaría la apertura de escuelas privadas musulmanas. Sin embargo, no solo no se cumplió sino que, a partir de la ley contra los separatismos de 2021, ya bajo mandato macronista, se ha multiplicado el cierre de mezquitas, escuelas y asociaciones musulmanas, en una suerte de macartismo.

Otra de las medidas de Gabriel Attal fue la creación del Servicio Nacional Universal (SNU), obligatorio para los jóvenes de 15 a 17 años, como una forma de militarizar a la juventud.

Por último, entre las propuestas recientes del partido Renacimiento de Macron, idénticas al programa del RN, están el uso del uniforme, la repetición de curso y la creación de grupos por nivel, que tendrá unas consecuencias nefastas para el alumnado no blanco, debido a los sesgos racistas en la orientación (por ejemplo, entre estudiar bachillerato o formación profesional) y cada vez que se alcanza una etapa educativa, como ocurre al pasar del colegio al instituto. Según el sociólogo Mathieu Ichou, “la desigualdad escolar que sufre cierto alumnado racializado se debe a los procedimientos de orientación que permiten la exclusión de una parte de la población escolar cuando cumple dieciséis años”[16] y, también, tiene que ver con la segregación espacial y residencial, al concentrarlo en centros escolares públicos considerados como “problemáticos”. Así, para este alumnado, “la experiencia escolar no corrige en absoluto las discriminaciones que puedan sufrir sus padres en el mercado laboral, en el acceso a la vivienda o en otros ámbitos, sino que se añade [a estos lugares de discriminación]”[17].

Vemos, pues, que el proyecto educativo del neoliberalismo autoritario y del nacionalismo identitario convergen al considerar que el igualitarismo y la democratización de la escuela son “enemigos del servicio público”[18].

El pueblo, unido, jamás será vencido

Las acusaciones de “entrismo”, comunitarismo e “islamoizquierdismo” en la escuela no deben ser entendidas, exclusivamente, desde un punto de vista instrumental, al servicio de la destrucción de la escuela pública, sino, sobre todo, como la expresión de la ideología racista e identitaria del supremacismo blanco, funcional al capitalismo. La extrema derecha ha sabido capitalizar el descontento que ha provocado este desmantelamiento. Por su parte, como afirma Frédéric Lordon, “la socialdemocracia se ha convertido en un factor de fascistización cuando sus condiciones de ejercicio han desaparecido. El rechazo al enfrentamiento, el partido del apaciguamiento o el gobierno de la ternura están destinados a acabar objetivamente como colaboradores del único apaciguamiento que conoce el orden burgués: el apaciguamiento burgués”[19]. Así, la extrema derecha se ha erigido en la nueva Juana de Arco que promete “enderezar” la escuela, avanzadilla de la ideología identitaria, a base de orden y disciplina. El control por las políticas educativas se inserta, pues, de lleno en la batalla cultural.

Ante este panorama y la prórroga que ha supuesto la elección del NFP hasta las próximas elecciones municipales (2026) y presidenciales (2027), no queda otra que formar un bloque revolucionario, liderado por los movimientos sociales, que presione a los partidos de izquierdas para que defiendan unas políticas antirracistas, anticapitalistas, antiimperialistas, anticoloniales y antipatriarcales. En el ámbito escolar, es necesario implementar pedagogías antirracistas y luchar por la autonomía de los sindicatos, como herramientas clave para terminar con la reproducción de la jerarquía social y racial. La escuela debe ser un espacio de resistencia que consiga frenar la captación ideológica tanto neoliberal como identitaria.

Ahora bien, aunque las luchas sectoriales son necesarias, debemos ir más allá, por no ser lo suficientemente determinantes a la hora de poner en jaque al sistema racista-capitalista. Frédéric Lordon propone llevar a cabo un bloqueo logístico, una huelga general, es decir, atacar donde más duele para romper “la fusión monstruosa del Estado y el capital”.

En definitiva, debemos iniciar una revolución social que tendrá como efecto una revolución educativa y pedagógica. Esta última permitirá, a su vez, que la primera perdure en el tiempo.

6/08/2024

Natalia Andújar es profesora titular de educación secundaria y bachillerato y militante antirracista

[1] Paul Crouzet, La vraie Révolution nationale dans l’Instruction publique, Privat-Didier (Cuadernos violetas), 1941, p. 5.

[2] https://www.ipsos.com/fr-fr/europeennes-2024/sociologie-des-electorats-2024

[3] https://x.com/AnasseKazib/status/1807753122917339536

[4] Nota del Observatorio de Bienestar n° 2017-02 : Bienestar y voto Note de l’Observatoire du Bien être n°2017 – 02 : Bien-être et vote | CEPREMAP

[5] Grégory Chambat, Quand l’extrême droite rêve de faire école. Une bataille culturelle et sociale, Editions du Croquant, 2023.

[6] https://www.ipsos.com/fr-fr/europeennes-2024/sociologie-des-electorats-2024

[7] Félicien Faury, Des électeurs ordinaires. Enquête sur la normalisation de l’extrême droite, Editions du Seuil, 2023, p. 56

[8] Laure Lavalette, “La islamización de la escuela” https://rassemblementnational.fr/tribunes-libres/lislamisation-de-lecole

[9] Education: pour le FN les propositions du ministre sont une «victoire» – Public Sénat (publicsenat.fr)

[10] Frédéric Grimaud, Enseignants, les nouveaux prolétaires. Le taylorisme à l’école, ESF Sciences humaines, 2024

[11] Olivier Esteves, Alice Picard y Julien Talpin, La France, tu l’aimes, mais tu la quittes. Enquête sur la diaspora française musulmane, Editions du Seuil, 2024

[12] La deportación de la alumna gitana, Leonarda Dibrani, tuvo un impacto importante en la ley de inmigración y asilo https://www.mediapart.fr/es/journal/france/171013/la-deportacion-de-leonarda-fractura-la-izquierda-francesa

[13] Página web del colectivo del profesorado reprimido https://collectifdesreprimees.fr . Durante las manifestaciones contra la reforma del bachillerato de 2018, la policía detuvo a alumnado de Mantes-la-Jolie (en la banlieue de París), increpándole: “Así se porta bien una clase”, mientras estaba maniatado y de rodillas. Este caso fue muy  mediatizado, en un contexto más amplio de protestas de los chalecos amarillos, debido al peligro que suponía para la burguesía blanca la convergencia de luchas de las banlieues con las clases populares blancas https://www.youtube.com/watch?v=TnOwLMdYBDs

[14] https://www.data.gouv.fr/fr/datasets/indices-de-position-sociale-dans-les-ecoles-a-partir-de-2022/

[15]  El Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) ha desmontado el concepto de “islamoizquierdismo” en la universidad https://www.cnrs.fr/fr/presse/l-islamogauchisme-nest-pas-une-realite-scientifique

[16] Melissa Pandor-Margulis, « Inégalités scolaires : race ou classe ? », in Entrer en pédagogie antiraciste. D’une lutte syndicale à des pratiques émancipatrices, Shed publishing, 2023, p. 224

[17] Ibídem, p. 225

[18] Declaraciones de Jean-Michel Blanquer (2017) : “El enemigo del servicio público es el igualitarismo” https://www.lejdd.fr/Politique/jean-michel-blanquer-au-jdd-lennemi-cest-legalitarisme-3395378

[19] Intervención de Frédéric Lordon, “Balance y estrategia después de la victoria del NFP. ¿Qué hacer?”, 17 de julio de 2024 https://www.youtube.com/watch?v=cEP6FtifSfA

*»El 6 de diciembre de 2018, fueron arrestadas, en Mantes-la-Jolie, 153 personas, en su mayoría, alumnado de secundaria, que protestaban contra la reforma educativa. Imagen: @obs_violences»

Fuente: https://vientosur.info/la-contrarrevolucion-educativa-en-francia/

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Francia: La izquierda en el pantano del pragmatismo

Por: Raúl Zibechi

 

La izquierda francesa agrupada en el Nuevo Frente Popular (NFP) acaba de frenar el ascenso del partido de Marine Le Pen (Asamblea Nacional), calificado de ultraderecha, gracias a la alianza de varias fuerzas, desde los socialistas y Verdes hasta la Francia Insumisa y los comunistas, entre las organizaciones más destacadas.

En NFP, Verdes y Socialistas tienen la mayoría de los diputados (94 en 182 escaños), por encima de los 71 que se le atribuyen a La Francia Insumisa de Jean-Luc Melénchon.

En cuanto al reparto de diputados, todos los partidos y alianzas están lejos de la mayoría, con lo que la izquierda deberá co-gobernar con la derecha de Macron. Además dentro del Nuevo Frente Popular, algo más de la mitad de los elegidos son neoliberales, caso de verdes y socialistas, firmemente alineados con la OTAN y la guerra.

El Frente propone en su programa la subida del salario mínimo a 1.600 euros y reducir la jubilación a los 60 años, y un sistema que permita regularizar la migración, uno de los aspectos más debatidos en los últimos años. No dicen nada de la guerra de Ucrania, lo que hace pensar que seguirán adelante con la política guerrerista.

El gran “triunfo” que festeja la izquierda europea es haber frenado a la ultraderecha, a la que menudo se refiere como “fascista”. Pero ahora va a tener que gobernar con una parte de la derecha, por lo que no habrá cambios significativos en ningún terreno, ni en la economía, ni en la política exterior, ni en relación con los inmigrantes.

Creo que la izquierda ha perdido el horizonte y ya no puede distinguir lo esencial de lo secundario. En Europa hay guerra. Esa guerra tiende a ampliarse. Ahora Ucrania está bombardeando con armamento occidental estaciones estratégicas en Rusia, acercando el momento en que se utilicen armas nucleares. Polonia y Bielorrusia están prontas para entrar en la guerra, mientras Estados Unidos, Reino Unido y la OTAN desean acelerar el conflicto.

La cumbre de la OTAN que se realiza esta semana en Washington, del 9 al 11 de junio, estará orientada a profundizar la guerra en la convicción de que es posible derrotar a Rusia o, por lo menos, desgastarla seriamente. Sin embargo, la mayoría de la opinión pública europea desea una negociación que ponga fin al conflicto. Algo que el Pentágono no parece dispuesto a aceptar.

No tomar posición respecto a la guerra y cogobernar con la derecha es el camino seguro del fracaso y de la pérdida de legitimidad. Pero el pragmatismo y el inmediatismo son demasiado potentes en las direcciones de todos los partidos que se dicen de izquierda, eluden el conflicto y apuestan al “mal menor”, que los lleva a no realizar cambios y a seguir con las políticas neoliberales y guerreristas de la Unión Europea.

La llamada “ultraderecha” es un tigre de papel, parafraseando a Mao. Ya gobierna en Italia y no ha habido cambios importantes. Pero sobre todo el mismo concepto de ultraderecha es una construcción de la derecha “moderada”, o sea del campo socialista y socialdemócrata, equivalente a los demócratas en Estados Unidos. Observemos los medios y vemos que la “unidad” contra esa derecha, o contra Trump, es cálidamente defendida por El País, Le Monde y The New York Times. Aprendieron a subordinar a las izquierdas del tipo de Podemos, Sumar o La Francia Insumisa. No sólo no les temen sino que saben usarlas para conseguir la gobernabilidad neoliberal que desean. El gobierno de Pedro Sánchez es buena prueba de ello.

Pero cuando alguien dice algo así, lo acusan de “hacerle el juego” a la ultraderecha o a Trump, y en ocasiones a Putin. Esta derecha que se disfraza de centrista, es el cerrojo ideológico que clausura el debate con quienes siguen luchando por cambios de fondo, a quienes criminalizan por salirse del libreto aceptable para los poderes.

Con ésta política de Frente Popular, la izquierda pierde su relación con los sectores populares y los inmigrantes, los verdaderos perdedores del neoliberalismo que, en buena medida, votan por esa ultraderecha a cuyos votantes no logran comprender. La dirigente alemana Sahra Wagenknecht, escindida de Die Linke (La Izquierda), acusó a sus ex camaradas con toda razón: “Es incorrecto llamar nazis a quienes por desesperación votan a la ultraderecha” (Publico, 7/07/2024).

Tan grave como eso es que la izquierda le está dando una sobrevida a Macron, al que la primera vuelta había dejado en el suelo.

Esta izquierda podría reflexionar sobre el rumbo de Lula. Para derrotar a Bolsonaro, tejió la unidad con la derecha “moderada”, a la que pertenece su vicepresidente Geraldo Alckmin. Ahora es prisionero de esa alianza que no le permite hacer los cambios que reclaman los movimientos. El pragmatismo lo está llevando a realizar un gobierno mediocre, con baja aprobación y alta desmoralización entre quienes lo apoyaron. Incluso Joao Pedro Stédile, coordinador del MST (Movimiento Sin Tierra), acaba de decir que el gobierno de Lula es “una vergüenza” porque no está haciendo nada por la reforma agraria (IHUOnline, 7/06/2024).

Sobre las ruinas del gobierno de Lula, puede volver nuevamente Bolsonaro. Entonces dirán que hay que unirse con la derecha “democrática” para impedir su victoria.

Al parecer, la imaginación y el compromiso con los pueblos no le permiten a esta izquierda ir más lejos, mientras se hunde sin remedio en el pantano del pragmatismo.

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org

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Comunidad rural en Francia evita el cierre de una escuela: ¡inscriben ovejas como alumnos!

Tres comunas rurales del noreste de Francia, ubicadas en la región de Lorena, han ideado una solución ingeniosa para evitar el cierre de un grado escolar debido a la escasez de alumnos. Según la normativa del Ministerio de Educación francés, se requiere un mínimo de 98 estudiantes para mantener en funcionamiento las cinco clases en una escuela compartida por estas comunidades.

Ante el desafío de no alcanzar el número mínimo exigido, las comunidades rurales decidieron pensar fuera de lo común y tomaron la audaz decisión de inscribir a cuatro ovejas como “alumnos” en la escuela local. Los nombres de las ovejas registradas son: John Deere, Valériane Deschamps, Phil Tondus y Marguerite Duprès, pertenecientes a un granjero local cuyos hijos asisten a la misma institución educativa.

¡Los padres cumplieron con el registro de las ovejas en la escuela!

Los padres de los niños se encargaron de completar los formularios de registro de las ovejas, proporcionando detalles como nombres, direcciones y fechas de nacimiento, en un acto que ha generado tanto sorpresa como admiración dentro y fuera de la comunidad.

La insólita medida fue aceptada por el Ministerio de Educación, y las ovejas fueron recibidas en la escuela con carteles de bienvenida y un espacio especial dentro del establecimiento. Esta acción refleja la creatividad y el ingenio de las comunidades rurales para mantener sus servicios educativos en funcionamiento frente a los desafíos de la despoblación y el cierre de escuelas.

Aunque la medida ha generado cierto debate, con algunos cuestionando su validez y otros elogiando la iniciativa de las comunidades rurales, lo cierto es que ha logrado su propósito al mantener activo el grado escolar amenazado y preservar un importante recurso educativo para la región.

Fuente: https://www.msn.com/es-mx/noticias/mexico/comunidad-rural-en-francia-evita-el-cierre-de-una-escuela-inscriben-ovejas-como-alumnos/ar-BB1nlL6w

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Francia: Macron anuncia proyecto para legalizar eutanasia restringida

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció este domingo la presentación de un proyecto de ley para permitir que pacientes puedan «pedir que se les ayude a morir».

 

El mandatario, en entrevista con los diarios parisinos Liberation y Le Croix, reconoció que lo emocionó la carta que recibió de la célebre cantante francesa Françoise Hardy, enferma de un cáncer linfático desde 2004.

 

Macron aclaró que la ley que se presentará al Consejo de Estado y al Consejo de Ministros en abril, para pasar al Parlamento un mes más tarde, «no es un suicidio asistido» ni «una eutanasia como tal», porque se incluirán una serie de criterios que restringen su acceso, alejando esta norma de la legislación suiza, país que recientemente ayudó a morir al cineasta parisino Jean-Luc Godard (91 años).

 

El presidente citó cuatro condiciones: será reservado para las personas mayores de edad; los afectados tendrán que tener un discernimiento claro (lo que excluye a los enfermos de Alzheimer); tendrán que sufrir una enfermedad incurable con un pronóstico fatal a corto o mediano plazo; y se evaluará el sufrimiento físico y psicológico del paciente.

Fuente: https://alertas24.com/internacionales/macron-anuncia-proyecto-para-legalizar-eutanasia-restringida/

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Huelga de maestros en Francia para reclamar mejores condiciones

Los sindicatos de la educación en Francia cumplen hoy una jornada de huelga en demanda de mejores condiciones de trabajo y vida en el sector, protesta que se añade al movimiento en curso de los agricultores.

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Huelga de maestros en Francia para reclamar mejores condiciones

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París, 1 feb (Prensa Latina) Los sindicatos de la educación en Francia cumplen hoy una jornada de huelga en demanda de mejores condiciones de trabajo y vida en el sector, protesta que se añade al movimiento en curso de los agricultores.

De acuerdo con la FSU-SNUipp, el principal sindicato de maestros primarios, su expectativa es una media de cuatro de cada 10 afiliados con participación en el paro a nivel nacional y el 65 por ciento en París.

Otras organizaciones, como las filiales del gremio de la Confederación General del Trabajo, Fuerza Obrera y SUD-Educación, formarán parte de la movilización convocada desde finales del año pasado.

A la huelga se sumarán manifestaciones en varias ciudades francesas, con la mayor de todas esperada en esta capital, donde una marcha de maestros prevé llegar hasta el Ministerio de Educación.

En un comunicado, la FSU-SNUipp denunció que «la escuela está en crisis desde hace años», con un deterioro de «las condiciones de trabajo para el personal docente y de aprendizaje para los alumnos».

Desde su llegada al cargo el mes pasado, el primer ministro Gabriel Attal ha fijado la educación como una prioridad nacional, postura que el sector reclama se traduzca en respuestas concretas, en un escenario de inflación y de falta de profesores.

Aunque el paro ya estaba organizado desde el año pasado, muchos maestros consideran una motivación adicional para protestar los propósitos sobre la escuela pública emitidos por la ministra de Educación, Amélie Oudéa-Castéra, quien trasladó a sus hijos a la enseñanza privada.

La protesta de educadores se produce en un contexto tenso, por el movimiento de agricultores que desde hace dos semanas sacude a Francia, mediante el bloqueo con tractores de autopistas y otras acciones.

Los campesinos denuncian bajos salarios, competencia desleal y normas ambientales europeas muy severas, además de que una parte de ellos considera insuficientes las medidas gubernamentales anunciadas en los últimos días para tratar de aliviar la crisis.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/2024/02/01/huelga-de-maestros-en-francia-para-reclamar-mejores-condiciones

 

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