Page 1543 of 1643
1 1.541 1.542 1.543 1.544 1.545 1.643

Un poquito de Física, un poquito de Matemáticas, un poquito de Economía Política

Por: George Monbiot

 

“El fracaso inescapable de una sociedad basada en el crecimiento y en su destrucción de los sistemas vivos de la Tierra son los hechos apabullantes de nuestra existencia. Como resultado, casi no son mencionados en ninguna parte. Constituyen el gran tabú del Siglo XXI, los temas garantizados para enajenar a amigos y vecinos. Vivimos como si estuviésemos atrapados dentro de un suplemento dominical: obsesionados por la fama, la moda y los tres elementos básicos aburridos de la conversación de clase media: recetas culinarias, innovaciones tecnológicas y centros turísticos.”

 

Pero cómo puede ser, nos preguntamos una y otra vez, que en esta sociedad pomposamente autobautizada “del conocimiento”, donde ciertamente hemos acumulado más saber científico que en ningún momento anterior de la historia de la humanidad, toda esa masa de información y conocimiento no parezca servir de nada a la hora de evitar el colapso socioecológico hacia el que nos encaminamos… Quizá habría que comenzar aquí con un chiste, el de Groucho Marx en Sopa de ganso: “Claro que lo entiendo, incluso un niño de cuatro años podría entenderlo. ¡Que traigan a un niño de cuatro años: a mí esto me parece chino!”

¿Entendemos lo que deberíamos entender como niños de cuatro o diez años?

Necesitamos entender tres cosas

Creo que para entender el mundo en que vivimos (y donde probablemente moriremos la mayor parte de los seres humanos, por hambre, falta de asistencia sanitaria y violencia armada, consecuencias de la crisis ecológico-social, antes de que acabe el siglo XXI) hacen falta esencialmente tres conocimientos básicos. Un poquito de física, un poquito de matemáticas, un poquito de economía política. El primero de estos conocimientos es la termodinámica básica, y especialmente el significado de la entropía (codificado en el segundo principio de la termodinámica).

El segundo es la dinámica de los crecimientos exponenciales (particularmente cuando se dan dentro de ambientes finitos: esto es matemática sencilla, pero habría que enmarcarla dentro de unas nociones básicas de teoría de sistemas).

El tercero de los conocimientos lo recogen las fórmulas de la reproducción ampliada del capital (D – M – D+ΔD) que Marx explica al comienzo del libro primero del Capital. Si falta alguna de las tres piezas, no entenderemos casi nada (al propio Marx le faltó comprensión de lo que significaban las piezas uno y dos funcionando dentro de un planeta finito; pero no podemos reprochárselo demasiado, los angustiosos problemas evidentes en la segunda mitad del siglo XX sólo eran perceptibles por indicios en la segunda mitad del siglo XIX). Si entendemos cabalmente las tres piezas en su conexión recíproca, yo diría que habremos dado pasos importantes para saber en qué tipo de mundo, de verdad, estamos viviendo. Habremos encajado tres piezas de conocimiento en el mosaico que hoy nos hace falta –en esa “ecología de los saberes” que preconiza Boaventura de Sousa Santos— para tratar de hacer frente a la crisis ecológico-social.

Un poquito de física: termodinámica básica

Si –por la primera ley de la termodinámica– la materia-energía no se pierde, sino que solamente se transforma, ¿no desaparecen como por ensalmo todos los problemas de límites al crecimiento económico que preocupan a los ecologistas? Pues no, a causa del segundo principio (o la segunda ley) de la termodinámica – entre otras razones–. Los diversos tipos de energía no son igualmente convertibles en trabajo útil. Si se quiere decir de otra forma: existen formas de energía de “buena” y “mala” calidad para nosotros. La segunda ley establece que, en un sistema aislado, la entropía (desorden atómico o molecular) aumenta inevitablemente.

La entropía es una medida de la disponibilidad de la energía: mide la cantidad de energía que ya no se puede aprovechar transformándola en trabajo. Un aumento de la entropía supone una disminución de la energía disponible: ni el carbón ni el petróleo pueden quemarse dos veces. Podemos vincular la idea de entropía con los recursos naturales que empleamos para nuestra subsistencia de la siguiente forma: el recurso natural más básico y fundamental es la materia-energía de baja entropía (vale decir: materia-energía con alto grado de orden y disponibilidad). El mineral de hierro con alta concentración de metal es un recurso precioso para nosotros, mientras que el hierro disuelto en el océano es prácticamente inutilizable.

En la Tierra existen de forma natural “depósitos de baja entropía”, islas de entropía negativa o “neguentropía” que desde los comienzos de la Revolución Industrial hemos ido agotando rápidamente: se trata de las reservas de combustibles fósiles, los yacimientos minerales, etc. Dilapidar de forma irresponsable la riqueza natural que constituyen estos “depósitos de baja entropía” restringe cada vez más las opciones vitales de los seres humanos que nos sucederán. En cierto sentido, el imperativo de una sociedad ecológicamente sustentable podría formularse como un imperativo de minimización de entropía.

La economía convencional ha tenido en cuenta, más o menos, la primera ley de la termodinámica (conservación de la materia-energía); pero no la segunda, que es incomparablemente más importante que la primera a efectos prácticos. Si uno observa la representación clásica del proceso económico en los manuales al uso, verá que en realidad se trata de una máquina de movimiento perpetuo, o sea, un objeto imposible. La termodinámica enseña que esos diagramas circulares, ese movimiento pendular entre producción y consumo en un sistema completamente autárquico, no corresponde a la realidad. El hecho de que el sistema económico se halle inserto dentro de sistemas biofísicos que forman una biosfera altamente compleja, y que dependa para su funcionamiento de fuentes de materiales de baja entropía y de sumideros para los desechos de alta entropía producidos; el hecho de que el principio de entropía gobierna todos los procesos del mundo material, sencillamente se ignora en la economía convencional.

En cierta ocasión, en una audiencia ante el Congreso estadounidense en 1973, el economista Kenneth E. Boulding (1910-1993) afirmó que “quien crea que el crecimiento exponencial puede durar eternamente en un mundo finito, o es un loco o es un economista”. Podríamos parafrasear la humorada del modo siguiente: quien crea que se puede violar la ley de la entropía, o es un loco o es un economista convencional. Pues, en efecto, los economistas convencionales tienen tantos problemas con la ley de la entropía como con los fenómenos de crecimiento exponencial en sistemas cerrados (y por razones parecidas).

La economía ecológica, por el contrario, sitúa la segunda ley de la termodinámica en el centro de sus reflexiones. Parte de la premisa de que el proceso económico es entrópico en todas sus etapas materiales. La segunda ley de la termodinámica tiene importantes implicaciones económico-ecológicas. Lo que muestra es esencialmente que la actividad económica está constreñida por ciertos límites insuperables:

  • Límites al reciclado: el reciclado perfecto es imposible. Sólo se puede recuperar una parte; siempre hay un resto que se pierde irrecuperablemente. Los neumáticos pueden reciclarse; las partículas de neumático adheridas al asfalto no. El plomo de las baterías puede recuperarse en un alto porcentaje; el plomo emitido a la atmósfera junto con los gases de escape de los automóviles no. El cierre total de los ciclos es imposible, y las pérdidas de materia inevitables. Por lo demás, el problema se desplaza pronto al terreno de la entropía energética (reciclar exige siempre utilizar energía, en cantidades que pueden ser muy grandes, inabordables); y a menudo lo que hacemos es “infraciclar” más que reciclar, como cuando rompemos en mil pedazos valiosos recipientes de vidrio (en vez de reutilizarlos), con la pérdida estructural y energética en que incurrimos entonces… Algún optimista tecnológico insuficientemente consciente de los límites que las leyes de la termodinámica imponen a la ecologización de la economía ha postulado que “los elementos químicos que constituyen los recursos del planeta pueden ser reciclados y reutilizados indefinidamente, siempre y cuando la energía necesaria para recogerlos y refinarlos esté disponible”. Ahora bien: sin entrar en otros problemas que plantearía la extremosidad de este planteamiento, el reciclado perfecto es un imposible termodinámico, y por eso esta supuesta solución falla. Un ejemplo aducido a veces en este contexto prueba en realidad lo contrario de lo que se supone que tendría que probar. “A pesar de su enorme dispersión, más de la mitad del oro extraído hasta ahora sigue controlado hasta hoy día, siendo reunido cuando es necesario gastando energía”.» El ejemplo se vuelve contra la intención de quien lo propuso: a pesar de que el oro ha sido un metal valiosísimo para todas las civilizaciones, y de que los seres humanos lo han reunido, atesorado y conservado (o sea, reciclado) como ningún otro material en toda la historia humana, sólo algo más de la mitad de todo el oro extraído en toda la historia humana está hoy disponible. ¡Piénsese lo que ha ocurrido y ocurrirá con materiales menos preciados! Y no vale replicar que, con las escaseces crecientes o con los nuevos impuestos ecológicos, el latón o el papel llegarán a ser tan valiosos como el oro: sería una salida por la tangente fraudulenta, que no tendría en cuenta hechos termodinámicos básicos, por no hablar de los supuestos irreales sobre la organización social y la psique humana. En definitiva, el reciclado perfecto es imposible; y precisamente podríamos enunciar el segundo principio de la termodinámica también de la siguiente forma: la energía no puede reciclarse, y la materia no puede reciclarse nunca al 100%. 11
  • Límites al aprovechamiento de los recursos naturales. Detrás de las distintas leyes de rendimientos decrecientes con que tropieza el género humano se halla por lo general la estructura entrópica de nuestro mundo. Por ejemplo, en lo que se refiere a los recursos naturales: a medida que consumimos los mejores yacimientos minerales, los depósitos de combustibles fósiles más accesibles, sólo nos van quedando (en una corteza terrestre progresivamente más desorganizada) depósitos de materia-energía con mayor entropía, y por ello menos disponibles, menos útiles, menos aprovechables y cada vez más caros de explotar. “Cada vez nos acercamos más al momento en que la obtención de una tonelada de petróleo implique el consumo de tanta energía como la que contiene ese petróleo. En esa tesitura de nada sirve ya la sabiduría del economista, según la cual todo es sólo una cuestión de precios, pues el precio debe ser pagado en la única divisa fuerte de este mundo, a saber, en energía”. Si la civilización minera que ha desarrollado el capitalismo fosilista prosigue su loca huida hacia adelante, y seguimos desorganizando la corteza terrestre de nuestro planeta y único hogar cósmico, cada vez nos acercaremos más al estadio de ese “puré póstumo” o crepuscular que con humor negro ha evocado en más de una ocasión José Manuel Naredo.
  • Límites al crecimiento. Los productivistas suelen argumentar que la preocupación por el medio ambiente más bien refuerza que debilita la necesidad de crecimiento económico, pues –según ellos– la protección y la restauración del medio ambiente exigen recursos económicos que previamente deben conseguirse mediante más crecimiento. (Obsérvese que todas las políticas ecokeynesianas y socialdemócratas salpimentadas de verde presuponen este argumento.) Pero este argumento, en primer lugar, encierra una petición de principio, pues el medio ambiente no sólo puede conservarse mediante la reparación del daño causado, sino evitando las actividades que ocasionan el daño. El ecólogo Antoni Farràs equiparaba el proceder del productivista con el de un hombre que se deja cortar un dedo a cambio de dinero para pagar con ese dinero los trabajos de un cirujano y un ortopedista fabricante de dedos artificiales, que le implantan la prótesis correspondiente: prótesis que naturalmente nunca hubiese necesitado si no se hubiese dejado cortar el dedo. Y en segundo lugar, se trata de un completo contrasentido cuando nos hallamos ya –como es el caso— en situación de overshoot o extralimitación. Podemos fechar, con cierta exactitud, el momento en que las demandas colectivas de la humanidad superaron por vez primera la capacidad regenerativa de la Tierra: según un grupo de científicos dirigidos por Mathis Wackernagel –uno de los creadores del concepto de “huella ecológica”— eso sucedió hacia 1980, y ya treinta años más tarde nuestras demandas excedían esa biocapacidad de la Tierra en un 50% aproximadamente. Usar los recursos y las capacidades regenerativas de una Tierra y media es vivir de manera abismalmente nihilista, como si no hubiera un mañana. Pretender que para proteger el medio ambiente lo que necesitamos es más crecimiento económico constituye un absurdo que sólo se mantiene mientras se mantenga la desconexión entre la economía monetaria (el “cajón de sastre de la producción de valor”, lo llama José Manuel Naredo) y su soporte biofísico. Desde la perspectiva de una economía ecológica consciente de los rudimentos de la termodinámica es un disparate: equivale, directamente, a negar el principio de entropía. Aquí topamos, de nuevo, con una ley de rendimientos decrecientes de fundamento entrópico. Podemos verlo bien con un ejemplo: la eliminación de contaminantes atmosféricos como los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre. Es relativamente barato eliminar hasta el 75% de las emisiones por medio de tecnologías “de final de tubería”: a partir de ahí los costes se disparan exponencialmente, hasta hacerse literalmente impagables, y es imposible eliminar el 100% de la contaminación. Queda siempre, por tanto, un resto ineliminable por razones económicas en primer término y entrópicas en última instancia (puede ser entre un 5 y un 15% en el ejemplo que nos ocupa); en un nivel alto de emisiones, este 5-15% puede estar por encima de los niveles asumibles. Más crecimiento económico no puede mejorar el problema, sino sólo empeorarlo. Por otro lado, es sencillamente falso que todos los efectos perniciosos del crecimiento económico sean reversibles: no lo son la erosión del suelo, ni la eliminación de especies vivas, ni la concentración de tóxicos organoclorados en las cadenas tróficas, ni el agotamiento del petróleo u otros recursos energéticos; ninguna cantidad adicional de recursos permitirá convertir los desechos radiactivos en isótopos fisionables. Siendo la contaminación en lo esencial un amasijo de elementos en intrincada mixtura, su reversión resulta muchas veces desesperadamente costosa o simplemente imposible: pues vivimos en un mundo en el que tiene vigencia el principio de entropía.
  • Límites al progreso técnico. Algunos adictos al crecimiento económico reaccionaron a las malas noticias contenidas en el informe al Club de Roma Los límites del crecimiento (1972) y otros estudios semejantes postulando un hipotético crecimiento exponencial de la tecnología que nos sacaría siempre las castañas del fuego. Pero se trata de una ilusión. Las leyes de la termodinámica también imponen límites inflexibles a la eficiencia de nuestra tecnología. El teorema de Carnot –bautizado con el nombre del descubridor de la termodinámica, el ingeniero francés Sadi Carnot– impone límites últimos a la eficiencia de los motores. En esencia, lo que afirma este importantísimo resultado es que el rendimiento de una máquina es igual a la unidad menos el cociente entre la temperatura de la fuente fría y la temperatura de la fuente caliente. Es decir, hay una fracción máxima de energía térmica que se puede transformar en energía mecánica, y esta fracción sólo depende de la diferencia de temperaturas entre la fuente caliente y la fuente fría (entre el estado inicial y el estado final), con independencia del tipo de motor que consideremos y del tipo de sustancia con que opere. Cuanto menor sea la diferencia de temperaturas entre el estado inicial y el final, menor será la eficiencia del motor. “La mayoría de las modernas centrales eléctricas utilizan vapor a temperaturas de aproximadamente 800 K (527 grados centígrados) y fuentes frías de aproximadamente 373 K (100 grados centígrados). Su rendimiento límite se sitúa por tanto alrededor del 54%, aunque otras pérdidas lo reducen hasta el 40%. Los rendimientos mejorarían si se usaran temperaturas más altas en la fuente caliente, pero esto introduciría nuevos problemas, ya que los materiales empezarían a fallar. Por razones de seguridad, los reactores nucleares operan con temperaturas de la fuente caliente más bajas (unos 620 K, 350 grados centígrados) que limitan su rendimiento teórico al 40%, e incluso al 32% si contamos las pérdidas. Por citar ejemplos de otros sistemas relacionados con la vida cotidiana, el motor de automóvil funciona con una temperatura de entrada de más de 3300 K (alrededor de 3000 grados centígrados) mantenida durante un tiempo muy corto, y expulsa los gases a una temperatura de alrededor de 1400 K (1000 grados centígrados) con un rendimiento teórico del 56%. En realidad, los motores de automóvil siguen un diseño ligero para conseguir buenas prestaciones de facilidad de respuesta y movilidad, por cuya razón alcanzan un rendimiento de menos del 25%”.20 La importancia del teorema de Carnot es que establece un límite absoluto para el rendimiento de las máquinas, un límite independiente de la inventiva de nuestros científicos e ingenieros. “Una ilustración de la fuerza de las leyes de la termodinámica es que en muchas situaciones se pueden usar para predecir la eficiencia máxima que se puede lograr con una máquina perfecta, sin especificar detalle alguno de ella. (La eficiencia se puede definir en este caso como la proporción entre el trabajo útil y el flujo total de energía.) Así, se puede especificar, por ejemplo, la cantidad mínima de energía necesaria para separar la sal del agua marina, los metales de sus minerales y los contaminantes de los escapes de los automóviles sin conocer detalles de lo que se podría inventar en el futuro para lograr estos propósitos. De manera similar, si se conoce la temperatura de una fuente de energía termal (como, por ejemplo, una roca caliente en las profundidades de la corteza terrestre) se puede calcular fácilmente la eficiencia máxima con que esta energía térmica se puede convertir en trabajo aplicado, independientemente de la habilidad de los inventores futuros. En otras palabras, existen límites fijos a la innovación tecnológica, colocados allí por las leyes fundamentales de la naturaleza”.

Es hora de ir concluyendo este apartado. En buena medida, la crisis ecológica actual puede interpretarse como un salto en el aumento de entropía dentro de la biosfera, y un debilitamiento de los mecanismos de reducción de entropía de la propia biosfera (que proceden, esencialmente, de la capacidad de conversión de energía solar en energía bioquímica que todos los habitantes de la biosfera debemos a los organismos fotosintetizadores); salto y debilitamiento producidos por la actividad humana. Como ha sintetizado magistralmente Daly: “Una característica de la Revolución Industrial cuyas implicaciones no se aprecian suficientemente es el cambio al uso de los combustibles fósiles y los materiales minerales. Este es un cambio de la explotación de la superficie de la Tierra a la explotación del subsuelo; o como dice Georgescu-Roegen (1971), es un cambio de la dependencia de la energía proveniente a cada momento del sol a la energía almacenada en la Tierra. (…) La Revolución Industrial ha cambiado la dependencia, de un fuente relativamente abundante [la luz solar] a otra relativamente escasa del recurso final: la materia-energía de baja entropía.” Para superar la crisis ecológica y reconstruir nuestras sociedades de forma que resulten sustentables (es decir, ecológicamente compatibles con la biosfera en el largo plazo) es necesario un gran esfuerzo colectivo para invertir la tendencia al desbordamiento de entropía que hoy impera. Esquemáticamente, se trataría de aprovechar la energía disponible de la luz solar para reducir la entropía material de nuestro mundo. Para ello es necesario conservar o regenerar la productividad natural de la biosfera, basada en la fotosíntesis de las plantas verdes, la preservación de la biodiversidad y el correcto funcionamiento de los ciclos biogeoquímicos del planeta; realizar la transición desde el sistema energético actual (basado en los combustibles fósiles y la energía nuclear) a un sistema energético basado en las energías renovables; y “cerrar los ciclos” de la producción industrial y agrícola, alimentándola con energías renovables. Finalmente, una observación general: un aspecto de mucho interés en relación con la entropía es que no deberíamos verla sólo como factor limitante, sino también capacitante. La entropía no es sólo, o esencialmente, una fuerza destructiva: también es creativa. “La naturaleza aborrece los gradientes”, vale decir las diferencias naturales de temperatura, presión y concentración química: así reza el que quizá sea el lema principal de la comprensión de la “termodinámica de la vida” que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XX. La reducción de los gradientes energéticos es lo que crea diversas clases de sistemas complejos en el universo y, a la postre, la vida; por eso la segunda ley no es sinónimo de movimiento inexorable hacia la muerte térmica o el equilibrio (contra las metáforas que empleó la termodinámica del siglo XIX). “La vida, como el universo, fluye termodinámicamente corriente abajo. Somos remolinos en un mar termodinámico, parte del proceso de un universo lleno de energía vivificadora”. O como dice animosamente Carlos de Castro: “El universo aborrece los gradientes energéticos, la desigualdad. Lo importante no es la meta, lo importante es el largo y creativo camino hacia esa muerte térmica en el lejanísimo futuro (una vez más física y Tao parecen conectar)”. Hay aquí una analogía interesante con la libertad humana. “Suelo decir que no sé lo que es la libertad, pero como en muchas otras cosas el argumento más sólido que tengo no es más que una alegoría: la de las cuerdas de la marioneta: cuantas más, más libertad.” Aceptar límites no es la negación de la libertad: es la condición de la libertad. “Limitarse no es renunciar: es conseguir”, decía el escritor español José Bergamín. “Se trata de jugar dentro de los condicionamientos, incluso fortísimos, pero para alcanzar determinados fines gracias al conocimiento detallado de los mismos.” La termodinámica de la vida se llama también termodinámica del no equilibrio o termodinámica de sistemas disipativos.  Carlos de Castro, “Cuatro cosas básicas sobre entropía que todo ecologista y/o interesado en el pico del petróleo, los límites del crecimiento y el colapso de la civilización debería conocer”, entrada en el blog del Grupo de Energía, Economía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid, 8 de febrero de 2015; se supone que el comportamiento de las funciones exponenciales se aprende en las matemáticas del bachillerato, ¿verdad? O a lo más tardar en un primer curso universitario de análisis matemático… Pero entonces ¿es posible que nuestras sociedades productivistas/ consumistas avancen con la decisión con que lo hacen hacia la catástrofe preprogramada porque no acaban de entender lo que es una función exponencial? ¿Tan mal andamos de matemática básica? En lo que hace a nuestro mundo de las muchas crisis, hemos de recordar algunos hechos básicos sobre crecimientos exponenciales en ambientes finitos. Nos servirá un apólogo francés que ya se usó, en su momento, en los primeros informes del Club de Roma: hay un estanque con nenúfar que tiene una sola hoja. Cada día se duplica el número de hojas, o sea, dos hojas el segundo día, cuatro el tercero, ocho el cuarto, y así sucesivamente. Ahora, si el estanque está lleno el día treinta, podemos preguntar, ¿en qué momento está lleno hasta la mitad? Respuesta: el día veintinueve. Reparemos además en que en el día 26 apenas 1/16 de la superficie del lago (poco más del 6%) está cubierto de nenúfares… El colapso parece lejano, y sin embargo la rapidísima dinámica de crecimiento lo ha situado ya muy cerca de nosotros. Y lo terrible es que hoy, en realidad, nosotros ya estamos en el día treinta y uno… aunque mayoritariamente nos seguimos negando a reconocerlo. Los psicólogos han mostrado que la gente tiende a subestimar en gran medida las dinámicas de crecimiento exponencial. Veamos un ejemplo, que George Monbiot toma del banquero de inversiones Jeremy Grantham. Imaginemos que en 3030 a. de C.28 las posesiones totales del pueblo de Egipto llenaban un metro cúbico; no es gran cosa, en realidad podríamos pensar en las propiedades de un solo egipcio… Propongamos que esas posesiones crecieron al 4,5% por año. “¿Qué tamaño hubiera tenido esa pila al llegar la Batalla de Actium en 30 a. de C.? (La trayectoria de la tasa de crecimiento compuesto muestra que la erosión del planeta solo acaba de comenzar. Simplemente no podemos seguir por el mismo camino.) Continuemos, adivina. ¿Diez veces el tamaño de las pirámides? ¿Toda la arena del Sahara? ¿El Océano Atlántico? ¿El volumen del planeta? ¿Un poco más? Es 2.500 trillones (1018) de sistemas solares. No se precisa mucho tiempo, al considerar ese resultado, para llegar a la paradójica posición de que la salvación reside en el colapso. Tener éxito sería destruirnos. Fracasar es destruirnos. Es el atolladero que hemos creado. (…) La trayectoria del crecimiento compuesto muestra que la erosión del planeta acaba sólo de comenzar. A medida que el volumen de la economía global se expande, todo sitio que contenga algo concentrado, poco usual, precioso, será buscado y explotado, sus recursos extraídos y dispersados, las diversas y diferenciadas maravillas del mundo reducidas al mismo rastrojo gris.” El “tema de nuestro tiempo”, no me canso de repetirlo, 30 es el choque de las sociedades industriales contra los límites biofísicos del planeta. Crecimientos exponenciales en el uso de los recursos naturales y de los servicios ecosistémicos son imposibles de mantener, pero las políticas dominantes –al servicio de la reproducción ampliada del capital– se empecinan en ello…

LA IRRACIONALIDAD DEL CRECIMIENTO PERMANENTE DE CUALQUIER MAGNITUD RELACIONADA CON EL MUNDO FÍSICO

(A) Si la población humana siguiera creciendo a una tasa cercana al 2% actual, en menos de dos milenios alcanzaría una masa similar a la de la Tierra. De continuar el crecimiento exponencial, en pocos milenios más su masa se aproximaría a la estimada para el conjunto del universo.

(B) Como planteaba elocuentemente George Monbiot en 2002: “El capitalismo es un culto milenarista, elevado al rango de religión mundial. (…) Igual que los cristianos imaginan que su Dios los salvará de la muerte, los capitalistas creen que los suyos los librarán de la finitud. A los recursos del mundo, aseveran, les ha sido garantizada la vida eterna. Basta una reflexión breve para mostrar que esto no puede ser verdad. Las leyes de la termodinámica imponen límites intrínsecos a la producción biológica. Incluso la devolución de la deuda, el pre-requisito del capitalismo, resulta matemáticamente posible sólo a corto plazo. Heinrich Haussmann ha calculado que un simple pfennig invertido al 5% de interés compuesto en el año cero de nuestra era sumaría hoy un volumen de oro de 134.000 millones de veces el peso del planeta. El capitalismo persigue un valor de producción conmensurable con el reembolso de la deuda…” La producción material no puede crecer al ritmo del interés compuesto con que se acumulan las deudas (o los retornos de las inversiones): pero ese imposible es un supuesto básico del capitalismo.

(C) Si el consumo de energía siguiese creciendo al 2’3% anual (eso supone un incremento de “factor diez” cada cien años), ¿cuánto tardaríamos en alcanzar el máximo posible de captación de energía solar, por ejemplo con células fotovoltaicas? Suponiendo para éstas un rendimiento del 20% (actualmente no supera el 15%), y teniendo en cuenta que las tierras emergidas suponen el 28% de la superficie del planeta, se podría aspirar a captar un máximo de 7.000 terawatios (Tw; esto es, unas 600 veces el consumo actual de unos 12 Tw). Parece un margen grande… pero creciendo el consumo al 2’3% anual, ¡se alcanzaría en apenas 275 años! Y eso ¡cubriendo cada metro cuadrado de tierra con paneles fotovoltaicos –suponiendo implausiblemente que existiesen en el planeta suficientes materiales para fabricarlos! No quedaría tierra disponible el calor directo generado en la Tierra sería suficiente para incrementar su temperatura superficial hasta los cien grados centígrados, la del agua hirviendo. Se podrían hacer cálculos parecidos sobre incremento de la población, consumo de recursos o cualquier otro parámetro que haya experimentado un crecimiento sostenido durante los últimos siglos. Evidentemente, el mundo ‘normal’ del crecimiento es una anomalía pasajera condenada a autodestruirse de forma natural.”35 Entre 1950 y 2000 la economía mundial se multiplicó aproximadamente por cinco. Pero si continuase creciendo al mismo ritmo ¡en 2100 sería ochenta veces mayor que en 1950! Como señala Tim Jackson, “esta extraordinaria aceleración de la actividad económica no tiene ningún precedente histórico, y está completamente reñida con nuestro conocimiento científico relativo a la base finita de recursos y a la frágil ecología de la que depende nuestra supervivencia”. 36 Como en otras dimensiones de la crisis socioecológica, en lo referente al calentamiento climático se nos escapa la rapidez de los cambios movidos por dinámicas de crecimiento exponencial: nuestra intuición no está a la altura. No nos damos cuenta de lo que está pasando… y además hay poderosos grupos de interés que hacen cuanto pueden para que sigamos sin darnos cuenta. “En los últimos treinta años [1980-2010, aproximadamente] se ha emitido a la atmósfera una cantidad de GEI equivalente a la mitad de la emitida en toda la historia de la humanidad. Es muy probable que, veinte o treinta años antes del final del siglo pasado, hubiéramos estado a tiempo de encontrar una trayectoria colectiva en términos de emisiones que hubiera impedido llegar hasta aquí, cuando las respuestas ya no pueden ser incrementales y no se producirán, en su caso, sin severos sacrificios. (…) Que todo esto podía ocurrir se sabe desde hace más de cincuenta años, pues ya el presidente Lyndon B. Johnson advirtió del peligro en el Congreso de los EEUU en los años sesenta [del siglo XX]. Sin embargo, décadas de negacionismo sofisticadamente organizado y de freno al pensamiento sistémico como elementos de la expansión ultraliberal programada nos han llevado hasta aquí.”

El crecimiento exponencial dentro de ambientes finitos plantea problemas que sencillamente no tienen solución. En un planeta finito, con seres finitos como somos los humanos, la sustentabilidad es incompatible con un sistema económico que necesita vender cantidades siempre crecientes de mercancías –sin límite—para subsistir. Puedes tener sustentabilidad, o puedes tener capitalismo, pero no puedes tener ambos a la vez. Para terminar de entender esto, nos hace falta asomarnos a la economía política. Un poquito de economía política: reproducción ampliada del capital Numerosos filósofos, a lo largo de la historia del pensamiento, alabaron las virtudes del comercio como práctica pacificadora y civilizadora de las relaciones humanas. Para llegar a tales conclusiones se centraban en el intercambio de bienes equivalentes, donde cada una de las dos partes remediaba una carencia con el bien que recibía de la otra parte, y ambas anudaban así un vínculo social. Pero importa aquí subrayar que los intercambios comerciales que no buscan satisfacer necesidades, sino amasar capital, no conducirán a esa socialidad enriquecida. Aquí hay que recordar el clásico análisis de Marx al comienzo del libro primero del Capital: el trueque (intercambio de un bien por otro diferente) representa el método más simple y antiguo de intercambio. Aquí el objetivo no es lograr mejor valor de uso, sino la expansión del valor monetario de cambio. La dinámica ya no es la satisfacción de necesidades humanas, sino la valorización del valor –que en su esencia carece de todo límite. A diferencia de los valores de uso concretos, que se arruinan o se deterioran cuando se acaparan (debido a la entropía), el valor de cambio abstracto se puede acumular indefinidamente sin costes de deterioro o de almacenamiento. De hecho, el valor de intercambio abstracto crece por sí mismo, dando intereses, y luego intereses sobre los intereses. Marx, y Aristóteles antes que él, señalaron el peligro de este fetichismo del dinero. (…) En nuestra época este proceso histórico de abstraerse cada vez más del valor de uso ha sido llevado quizás al límite en la así llamada ‘economía de papel’ [o de apuntes electrónicos, más bien: J.R.], que puede ser simbolizada como D-D*, la conversión directa de dinero en más dinero sin referencia a los bienes ni siquiera como un paso intermedio.” En los mercados capitalistas se produce, vende e invierte con el objetivo de maximizar los beneficios, y la rueda de la acumulación de capital no cesa de girar. (En una economía ecosocialista se perseguiría, por el contrario, el equilibrio: habría que pensar en algo así como una economía de subsistencia modernizada, con producción industrial pero sin crecimiento constante de la misma.) La ciega dinámica valorización del valor es la fuerza que hoy nos está impulsando con tanta fuerza hacia el colapso socio-ecológico. El capitalismo es la civilización de la hybris. Su dinámica lleva a la destrucción de cualquier clase de barreras que pongan trabas a la generación de beneficios y la acumulación de capital. Si las características fisiológicas de los organismos vivos obstaculizan las estrategias de maximización que se valen de la ingeniería genética, el capital “La alternativa a una economía de crecimiento estriba de hecho en una economía de subsistencia, es decir, una economía en la que la gente produce para satisfacer necesidades estables y no para acumular riqueza. En sociedades tribales, campesinas, antiguas y medievales, así como en muchas comunas de hoy en día, se producen artículos no para venderlos con el fin de beneficiarse, de acumular dinero con el tiempo. (véase la discusión de Polanyi en La Gran Transformación, 1944). Se producen para intercambiarlos por otros artículos necesarios de igual ‘valor’. Los días de mercado nos permiten a todos adquirir las cosas que necesitamos, a cambio de una aportación a la satisfacción de las necesidades de los otros. Nadie intenta sacar beneficios del intercambio, todo el mundo intenta sólo intercambiar artículos de un cierto ‘valor’ por otros del mismo ‘valor’ (medido habitualmente en el tiempo de trabajo necesario para producirlos). La gente no va al mercado a hacerse rica (…). Si el carácter finito de la biosfera terrestre limita la expansión económica, tratarán de dar el salto al cosmos, escapando del planeta Tierra. Si las capacidades físicas y psíquicas del ser humano son factores limitantes, tratarán de dar el salto más allá de Homo sapiens, promocionando un “transhumanismo” que se valdrá de herramientas cibernéticas, informáticas, biotecnológicas, nanotecnológicas… La cultura capitalista es un grito de guerra contra los límites. La sabiduría de la autocontención le resulta por completo ajena. La conclusión de este mínimo apunte de “ecología de saberes” podría ser entonces:

  1. hemos de asimilar de verdad la dimensión entrópica de los procesos económicos.
  2. Necesitamos con urgencia transitar hacia formas de economía que no precisen el crecimiento constante, y no sólo eso: ha de decrecer el “transumo” o flujo metabólico (la materia-energía de baja entropía) que estamos empleando para generar bienes y servicios.
  • Para ello resulta imperativo superar el capitalismo. Mínimo apunte sobre teoría de sistemas Los seres humanos somos (igual que los demás seres vivos) interdependientes y ecodependientes. Formamos parte de sistemas complejos adaptativos (ecosistemas) y del “sistema de ecosistemas” que es la biosfera, con múltiples bucles de retroacción. ¿Qué son estos? Una noción básica y central en teoría de sistemas es la de los bucles de retroalimentación o retroacción o realimentación. La idea viene de la cibernética… “Estamos acostumbrados por la experiencia de la vida a aceptar que existe una relación entre causa y efecto. Algo menos familiar es la idea de que un efecto puede, directa o indirectamente, ejercer influencia sobre su causa. Cuando esto sucede, se llama realimentación (feedback). Este vínculo es a menudo tan tenue que pasa desapercibido. La causa-efecto-causa, sin embargo, es un bucle sin fin que se da, virtualmente, en cada aspecto de nuestras vidas, desde la homeostasis o autorregulación, que controla la temperatura de nuestro cuerpo, hasta el funcionamiento de la economía de mercado.” Si son bucles positivos, tienden a hacer crecer un sistema y desestabilizarlo (en esa medida, y si se me permite la broma, los bucles positivos resultan negativos). Si se trata de bucles negativos tienden a mantener la integridad de un sistema y estabilizarlo. Los primeros son “revolucionarios” y los segundos “conservadores”. “La realimentación positiva sin límite, al igual que el cáncer, contiene siempre las semillas del desastre en algún momento del futuro. Pero en todos los sistemas, tarde o temprano, se enfrenta con lo que se denomina realimentación negativa. Un ejemplo es la reacción del cuerpo a la deshidratación. (…) En el corazón de todos los sistemas estables existen en funcionamiento uno o más bucles de realimentación negativa.” Al estar inmersos en estas clase sistemas complejos donde “todo está conectado con todo” (o casi) mediante bucles de realimentación, sucede que –como intuyeron muchas sabidurías tradicionales– los efectos de nuestras acciones acaban por volver sobre nosotros mismos (aquí cabría evocar incluso la noción hindú de karma). Por lo demás, es la misma dinámica de los sistemas complejos adaptativos la que conduce a las ideas de autolimitación y suficiencia: “Los sistemas autoorganizados existen en situaciones en las que consiguen suficiente energía, pero no demasiada. Si no consiguen suficiente energía de suficiente calidad (por debajo de un umbral mínimo), las estructuras organizadas no tienen base y no se da auto-organización. Si se suministra demasiada energía, el caos se adueña del sistema, pues la energía sobrepasa la capacidad disipativa de las estructuras y éstas se derrumban. De forma que los sistemas autoorganizados existen en el terreno intermedio entre lo suficiente y lo no demasiado.” Ay… cuatro gatos “Primero hay que dar de comer a la gente, luego ya nos ocuparemos del medio ambiente”. Esta manera de razonar ya era falaz hace siete decenios, cuando escribía Aldo Leopold su Sand County Almanac; y hace cuatro decenios, en los debates mundiales que siguieron a la publicación de The Limits to Growth. Pues, amigos y amigas, nos pongamos como nos pongamos ¡somos interdependientes y ecodependientes! (Por lo demás, para la mayoría de quienes así argumentan lo que de verdad está en juego no es dar de comer a la gente, sino vender mercancías obteniendo su buena tajada de beneficio.) La mayor parte del (muy minoritario) movimiento ecologista/ ambientalista no es anticapitalista. La mayor parte del (muy minoritario) movimiento anticapitalista no es ecologista. A unos les falta comprensión de lo que es la acumulación de capital, y cómo condiciona casi todo. A otros les falta comprensión de lo que es el cenit del petróleo, el calentamiento climático y la Sexta Gran Extinción, y cómo condicionan casi todo. En la intersección de esas dos pequeñas minorías tenemos un minúsculo grupo de ecologistas anticapitalistas (que deberían ser también feministas y animalistas) con una comprensión más o menos adecuada de dónde estamos en realidad, de en qué mundo vivimos de verdad. Los llamamos, para abreviar, ecosocialistas. Somos cuatro gatos. Entre la realidad y la anestesia prefiero la anestesia, sigue diciendo la mayoría. Anejo: nociones básicas de teoría de sistemas46 En el decenio de los años cuarenta del siglo XX emerge un nuevo punto de vista o «paradigma» (si empleamos este término en sentido laxo) dentro de las ciencias: el enfoque sistémico. Frente al talante analítico y reductivo de la ciencia clásica, el enfoque sistémico pone a la orden del día el estudio de las totalidades complejas. «La ciencia clásica procuraba aislar los elementos del universo observado –compuestos químicos, enzimas, células, sensaciones elementales, individuos en libre competencia y tantas cosas más–, con la esperanza de que volviéndolos a juntar, conceptual o experimentalmente, resultaría el sistema o totalidad –célula, mente, sociedad– y sería inteligible. Ahora hemos aprendido que para comprender no se requieren sólo los elementos sino las relaciones entre ellos –digamos, la interacción enzimática en una célula, el juego de muchos procesos mentales conscientes e inconscientes, la estructura y dinámica de los sistemas sociales, etc. (…) La teoría general de los sistemas es la exploración científica de ‘todos’ y ‘totalidades’ que no hace tanto se consideraban nociones metafísicas que salían de las lindes de la ciencia» Retomo y actualizo aquí unas páginas de la segunda edición de mi libro Un mundo vulnerable

Por todo ello, podrían enunciarse las siguientes tres propiedades definitorias de un sistema:

  • está constituido por elementos que mantienen entre sí relaciones de interdependencia, y estos elementos son potencialmente sustituibles por otros de naturaleza similar (sin que cambie por ello la naturaleza del sistema);
  • la totalidad formada por el conjunto de los elementos no es reducible a la suma de esos elementos (expresado con la vaguedad tradicional, «el todo es más que la suma de las partes»);
  • las relaciones de interdependencia entre los elementos, y la totalidad resultante, son regidos por reglas susceptibles de ser expresadas en términos lógicos, es decir: las relaciones son interpretables bajo un modelo igualmente aplicable a otros sistemas. Se dan isomorfismos entre sistemas que pertenecen a ámbitos a veces muy distintos de la realidad, y por ello los sistemas son esencialmente modelizables (es posible una formulación matemático-axiomática de la teoría general de sistemas). Esta definición es equivalente a la siguiente, ofrecida por el conocido filósofo argentino Mario Bunge: «Un sistema es un todo complejo cuyas partes o componentes están relacionadas de tal modo que el objeto se comporta en ciertos respectos como una unidad y no como un mero conjunto de elementos. Y un sistema concreto es un sistema cuyos componentes son objetos concretos o cosas. Cada uno de los componentes de un sistema concreto influye sobre algunos otros componentes del sistema.» Bunge prosigue distinguiendo diversos géneros de sistemas concretos, cada uno de los cuales constituye un nivel de organización de la realidad: (A) FISIOSISTEMAS como una roca y un campo magnético; (B) QUIMIOSISTEMAS como una hoguera y una batería eléctrica; (C) BIOSISTEMAS tales como una bacteria y un banco de coral (recordemos la definición de ecosistema que ofrecimos antes, y la de biosfera como el sistema de los ecosistemas); (D) PSICOSISTEMAS tales como un pájaro y un mamífero; (E) SOCIOSISTEMAS tales como una tropa de macacos y una comunidad humana (podemos definir la sociosfera como el conjunto de los sociosistemas); (F) TECNOSISTEMAS tales como una fábrica y un hospital (y podemos definir la tecnosfera como el conjunto de los tecnosistemas). En ecología suele emplearse la noción de ecosistema más que la de biosistema. Un ecosistema es el conjunto formado por comunidades vivientes de muchas plantas y animales que interactúan en un ambiente físico, el cual proporciona un escenario de características definibles. Todo ecosistema puede interpretarse en términos de la superposición de un ciclo y un flujo: un ciclo cerrado de materia y un flujo abierto de energía, ambos regulados por los organismos vivos a través de los eslabones tróficos (productores, consumidores y descomponedores). El conjunto de los ecosistemas forman la biosfera. Al conjunto de los sociosistemas Matemáticamente, en teoría general de sistemas, los sistemas se definen como conjuntos de ecuaciones diferenciales simultáneas, en general no lineales. Véase el capítulo 3 de la obra citada de von Bertalanffy. El conjunto de los tecnosistemas humanos es la tecnosfera. Bunge sugiere dos criterios para reconocer si una cosa u objeto concreto es un sistema: «Para reconocer si una cosa u objeto concreto es un ente simple, o bien un mero agregado (o conglomerado), o bien un sistema, se puede recurrir a uno u otro de los criterios siguientes. Primer criterio: una cosa es un sistema si y sólo si se comporta como un todo en ciertos respectos, o sea, si tiene leyes propias en cuanto totalidad. Segundo criterio: una cosa es un sistema si y sólo si su comportamiento cambia apreciablemente cuando se quita uno de sus componentes o se reemplaza por otro de clase diferente.» Muy característico de los sistemas es la aparición de propiedades emergentes. Podemos definirlas del siguiente modo: P es una propiedad resultante o hereditaria de x si y sólo si también algunos componentes de x poseen P; P es una propiedad emergente o colectiva de x si y sólo si ningún componente de x posee. Lo que importa resaltar aquí es que algunas de las propiedades de cualquier sistema son emergentes. Así, por ejemplo, los seres vivos son emergentes respecto de los sistemas bioquímicos, éstos respecto de los químicos, y a su vez éstos lo son respecto de los físicos. No hay que pensar que la perspectiva o el análisis sistémico se limite a las ciencias llamadas naturales. En sociología, por ejemplo, cabe denominar análisis sistémico a toda investigación, teórica o empírica, que, partiendo del postulado según el cual la realidad social ofrece las características de un sistema, interprete y explique los fenómenos sociales por los lazos de interdependencia y que hacen de ellos una totalidad. En ciencias sociales, el enfoque sistémico conduce a descartar un atomismo que descuida el estudio de las relaciones, o la «física social» que desprecia la especificidad de los sistemas. «El análisis sistémico (…) ha sido objeto de una importante crítica, formulada por varios autores. Se le ha reprochado –y se le reprocha aún– el hecho de ser demasiado exclusivamente estático, de situarse fuera del tiempo, de no tener en cuenta el cambio social, las contradicciones y los conflictos inherentes a la vida social; en resumen, de ignorar la dialéctica social. Es cierto que buen número de sociólogos y antropólogos han utilizado el análisis sistémico de una manera susceptible de ser criticada. En sus investigaciones, muchos sociólogos y antropólogos han subrayado harto exclusivamente las relaciones de interdependencia ‘armoniosas’, las complementariedades entre los diferentes elementos de la sociedad. Pero, como han precisado no pocos autores, no debe achacarse esto al análisis sistémico en sí mismo, sino al uso demasiado restringido que haya podido hacerse del mismo.» La teoría de sistemas arroja luz sobre objetos de distintas ciencias, y se nutre de resultados alcanzados en diversas ciencias: cibernética, teoría de la información y de la comunicación, diversas disciplinas matemáticas (como por ejemplo la teoría de juegos, la topología, la teoría de grafos, etc), ciencias de la computación, investigación operativa, teoría de la decisión, ciertas ramas de la física, biología, psicología. La ambición es muy grande: se trataría de aplicar el mismo tipo de análisis científico a todos los niveles de la realidad, desde la célula orgánica hasta el universo sociocultural; conseguir la unidad del saber científico sobre la base de un mismo método en todo el ámbito de las ciencias (tanto las ciencias naturales como las ciencias sociales). Esta unificación se derivaría del principio heurístico según el cual encontramos organización en todos los niveles de la realidad. Como señalé al principio, la teoría de sistemas tiende a generar un punto de vista particular, un punto de vista sistémico: se concibe al mundo como un haz de pautas de comportamiento interrelacionadas que se desarrollan dinámicamente. La atención del investigador familiarizado con la teoría de sistemas se dirige a las interconexiones, las causaciones y los vínculos recíprocos, las retroalimentaciones. Un desarrollo de la teoría de sistemas que seguramente resultará familiar a cualquier lector o lectora preocupados por cuestiones ecológicas es la dinámica de sistemas creada por Jay W. Forrester y otros investigadores a partir de los años cincuenta del siglo XX: su trabajo está en la base del modelo Mundo 3 que sirvió para elaborar el primer informe al Club de Roma, Los límites del crecimiento (1972).
Comparte este contenido:

España. Educación. Sindicatos y padres presentan a parlamentarios las bases para el pacto educativo

España/ 28 de enero de 2016 / Por: www.teinteresa.es, MADRID

– Ciudadanos y PP se ausentan. Diferentes colectivos de la comunidad educativa han participado esta tarde en el Congreso de los Diputados en una jornada de debate sobre educación impulsada por el Foro de Sevilla, donde han presentado a parlamentarios de diferentes grupos unas bases para impulsar un pacto de Estado por la educación.

Estas bases han sido acordadas entre varias organizaciones educativas, entre las que se encuentran los principales sindicatos de enseñanza, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) o la Marea Verde, e incluyen medidas como garantizar la gratuidad y laicidad de la educación en todas sus etapas, de los cero a los 18 años.
Estas propuestas han sido presentadas ante representantes de los grupos parlamentarios del PSOE, IU-Izquierda Plural, ERC y Podemos, mientras que Ciudadanos y el PP no estuvieron representados.
La representante de la Ceapa, Elena González, destacó durante su intervención que “nunca se había hablado tanto de educación”, y achacó este hecho a la necesidad de impulsar un pacto que ponga fin a la Lomce, que, a su juicio, “sólo tiene que ver con la competitividad y con los ránkings”, al tiempo que rechazó las evaluaciones externas que contempla la ley educativa actual.
Por su parte, la Marea Verde de Madrid pidió que el proceso de confección de la próxima ley fuera “participativo”, así como que incorpore una formación “científica, humanística, artística y creativa”, mientras que su portavoz en el debate, Dolores Ruiz, subrayó la necesidad de recuperar la plantilla de profesores anterior a los “recortes”.

Desde el Foro de Sevilla, Carmen Rodríguez incidió en que es preciso “invertir para bajar las ratios” de alumnos por aula, un efecto de los recortes que ha masificado determinadas clases, según este colectivo.
Asimismo, rechazó “los libros blancos”, ya que a su juicio buscan la “rentabilidad” y la “mercantilización” de la educación, objetivos que se alejan de las bases que han presentado hoy.
Montserrat Ros, de la Federación de Enseñanza de CCOO, criticó el modelo similar al MIR que ciertas fuerzas políticas quieren aplicar para el profesorado, como es el caso de Ciudadanos, ya que “no es la solución”, y animó a “eliminar la precariedad” de los profesores.
Ante estas reclamaciones de los movimientos educativos, tanto ERC como PSOE, Podemos e IU recogieron el testigo y el “mandamiento” para impulsar el pacto, mientras que Rafael Simancas, portavoz de Educación del PSOE en la Cámara Baja, indicó que espera “que nos pongamos todos de acuerdo”. También agregó que, de lo contrario, habrán de pactar “con la mayoría con valores progresistas”.
Por otro lado, el diputado de Podemos Javier Sánchez aseguró que “queríamos derogar la Lomce de manera inmediata”, y recriminó al PSOE haber impulsado una paralización pero no una derogación como tal

Fuente: http://www.teinteresa.es/espana/EDUCACION-SINDICATOS-PRESENTAN-PARLAMENTARIOS-EDUCATIVO_0_1567043462.html

Fotografía:http://noticias.lainformacion.com/educacion/sindicatos-de-docentes/Division-comunidad-Congreso-calendario-LOMCE_0_905310226.html

Comparte este contenido:

La pregunta del millón: qué profesión estudiar

Por: Educabolivia

Una joven se detuvo frente a las puertas de la Universidad. Se puso nerviosa y pensativa, durante un largo rato se quedó paralizada, luego de terminar sus estudios había llegado el momento de elegir su futuro y se preguntó: ¿ahora, qué carrera profesional debo elegir?. Esta pregunta que se hacen padres de familia y estudiantes tiene un sin fin de respuestas e incluso existen test para determinar las posibles respuestas, por lo que no es recomendable tomar en cuenta un solo referente. Pero los especialistas consideran que en última instancia quién debe tomar esta importante decisión es el propio interesado.

En algunos centros especializados lo primero que realizan es una entrevista para determinar las aptitudes de una persona. En la oportunidad, se determina la afición, las actividades que más le gustan y otros en compañía de los padres, porque ellos también conocen las características de sus hijos e hijas. Posteriormente, se realiza una serie de pruebas donde se determina cuáles con sus relaciones interpersonales, su desenvolvimiento, los gustos, las preferencias y un test proyectivo que refleja la personalidad del interesado.
Concluido este proceso se procede a realizar un diagnóstico en presencia del interesado y sus padres para explicar los resultados. Esto permite determinar en qué medida afecta la decisión que habían proyectado ambos. Pero esto se trata sólo de una guía y no siempre es el resultado que se esperaba.

Los test son variados y dependen de muchas variables que con el tiempo han cambiado y se han mejorado. En este tipo de pruebas se evalúa si por ejemplo una persona tiene afición por el lenguaje, las matemáticas y de esta forma se puede concluir qué futuro le espera a esa persona.

Estas pruebas duran de minutos a horas y dependerá del especialista que esté a cargo. Se conoce que muchas personas se quedaron conformes con los resultados de este tipo de pruebas y mostraron satisfacción, pero también existen aquellos, por cierto pocos, que no se sintieron conformes porque pensaban que se trataba de un resultado absoluto.

Prueba
Pero qué pasa si no existen los recursos económicos para recurrir a estos especialistas o existen dudas respecto a su aplicación. Pues bien, existen algunas pautas que deben ser tomadas en cuenta como referente y no como algo definitivo.

En la elección de una carrera profesional es importante el criterio que tengan los padres de familia, pero no es recomendable que presionen a sus hijos o hijas para que elijan una determinada profesión. Existe un caso real de un joven que fue obligado a estudiar la carrera de medicina fuera del país y cuando llegó le entregó su título a sus padres y se dedicó a otras actividades y nunca ejerció la profesión que habían elegido sus progenitores. Los padres son quienes más conocen a sus hijos y por eso tienen un gran peso en la balanza de las decisiones, pero ojo, no tienen la última palabra. Ellos conocen la capacidad de sus hijos, sus gustos y otros aspectos que dan una pauta para saber por dónde ir. Saben cómo les fue en la escuela, las materias fuertes; entonces ayuda a construir una hipótesis.

Lo recomendable es que tanto los padres como los futuros profesionales presten mucha atención en los gustos y las aficiones, debido a que esto puede representar una perspectiva de la elección. Incluso los especialistas ven con muy buenos ojos que los estudiantes puedan realizar un recorrido por algunas áreas laborales para efectuar una buena elección. Padres y estudiantes harían bien en explorar distintas actividades e incluso ayuda el que vean documentales que ofrecen algunos canales de cable, buscar información en Internet, etc., porque esto podría contribuir a determinar si una persona elija una carrera determinada.

Los especialistas consideran que las pautas las dan los gustos, las aficiones, las áreas más fuertes y otros que marcaron al estudiante durante su vida escolar, pero en última instancia quién debiera escoger el mejor camino que debe tomar es el interesado.

Fuente: http://www.educabolivia.bo/index.php/sitios-educativos?id=16&limitstart=0

Imagen: https://www.google.com/search?q=que+profesion+estudiar&espv=2&biw=1366&bih=623&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjr89vChbPMAhXIpB4KHb0PBzYQ_AUIBigB#imgrc=H1hR_GBeUGN_mM%3A

Comparte este contenido:

España: La educación nos protege, protejamos su financiación

España/Francisco García y Cuqui Vera/28 de Abril de 2016/ Fuente: nuevatribuna.es

Esta semana, aunque pueda estar pasando desapercibida, nos encontramos inmersos/as en la celebración de la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) y que se celebra del 25 al 30 de abril en 124 países. El objetivo de la SAME que forma parte de la Campaña Mundial por la Educación es llamar  durante estos días la atención de la comunidad educativa, medios de comunicación, representantes políticos y sociedad en general, sobre la necesidad de hacer real  y efectivo el derecho a una Educación  de Calidad bajo el lema  “La educación nos protege, protejamos su financiación”. En España concretamente, habrá actos de movilización en más de 30 ciudades, donde se prevé la participación de más de 15.000 alumnos/as y docentes para llamar la atención de representantes políticos en torno a esta causa,  actos  de  reivindicación  en  la  calle  en  lo  que  se  ha denominado la “Paraguada por la Educación”, utilizando un paraguas como símbolo de protección de la financiación en educación.

El objetivo es simple, pero trascendente: recordar a los Gobiernos que están comprometidos en la financiación del derecho a la educación.

“¡Vuelve la burra al trigo!” que diría el otro ante la insistencia por seguir hablando de educación, infancia y dineros. Pero, no podemos resistirnos cuando Naciones Unidas nos recuerda que sigue habiendo 124 millones de jóvenes sin escolarizar en el mundo y que el 84% se concentran en el África Subsahariana y Asia, zonas del planeta especialmente sacudidas, además, por la pobreza extrema y la inhabitabilidad climatológica.

Precisamente en este entorno mundial, 196 países firmaron en septiembre pasado, en Nueva York, la Agenda 2030 desde la que se gestionarán los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia y hacer frente al cambio climático. Estos nuevos ODS son la continuación de los 8 anteriores Objetivos del Milenio que debían haber estado conseguidos para 2015. Centrándonos en el 4, que concierne especialmente al mundo de la enseñanza, su intención es garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos y todas.

Un reto de proporciones importantes: asegurar que todas las niñas y niños completen de forma gratuita su educación primaria y secundaria de ahora al año 2030.  Conseguir tal fin significa comenzar por derribar los tabúes culturales que en muchos países aún impiden el acceso igualitario a la formación. Significa también empoderar la enseñanza pública en aquellos lugares donde el mercado ya se ha enseñoreado como victorioso. Significa, por último, eliminar las disparidades de género e ingresos con el fin de lograr el acceso universal a una educación superior de calidad.

De ahí nuestra insistencia en trabajar por la Educación. Porque es un elemento de protección de primer orden para la vida humana, aquí, en Pakistán y Orlando. Con más educación se reduce la pobreza -al facilitar más oportunidades-, se mejora la salud –al aprender sobre nutrición e higiene- y se promueve el desarrollo sostenible –al concienciar de la finitud de nuestros recursos naturales. Con mejor educación se construye una ciudadanía más igualitaria, crítica y libre.

Por tanto, para conseguir que esos 124 millones de jóvenes puedan educarse será necesario actuar en distintos puntos: creando escuelas e institutos, formando docentes motivados/as y bien remunerados/as, facilitando material escolar adecuado y estableciendo políticas educativas que garanticen el derecho universal a la educación. En pocas palabras, aumentando la financiación en porcentajes superiores a los actuales, que están demostrando la insuficiencia para la consecución de los objetivos ya señalados. De ahí el lema elegido para sintetizar la Campaña mundial por la Educación de este 2016: “La Educación nos protege. Protejamos su financiación”.

Y precisamente nuestro país, España, no es un buen ejemplo que podamos mostrar al mundo: las políticas de recortes han rebajado la inversión educativa hasta el 4,1% del PIB y amenazan con dejarlo en el 3,7% (en el 2011 se invertía un 4,86 del PIB);  han reducido el empleo docente y han erosionado la equidad, la igualdad de oportunidades y debilitado el derecho a la educación.

La calidad y equidad de nuestro sistema educativo se está resintiendo negativamente ya que por falta de dinero no se han puesto en marcha muchos programas de innovación o compensación educativa. Además se han perdido muchos puestos de trabajo porque muchos  de estos programas han desaparecido. ¿realmente importa la Educación a nuestros políticos?

Por ello, desde la Federación de Enseñanza de CCOO (FECCOO) no nos cansamos de exigir la derogación de las reformas educativas segregadoras, impulsadas por el PP, así como la reversión de los recortes en educación. Recordamos que la recuperación del empleo y de su calidad es un elemento primordial para devolver la equidad y la calidad a la educación.

Cualquier elemento de protección y seguridad personal valdría para identificar el lema de la campaña: un casco de obra, unos guantes de limpieza, unas gafas de seguridad, una mascarilla sanitaria,… todos son reconocibles rápidamente. También un paraguas, elemento finalmente seleccionado. Con el paraguas nos protegemos tanto de las tormentas –polémicas espurias sobre la educación- como de las insolaciones –insuficiencias financieras en la enseñanza-. Sean bienvenidas, por tanto, todas las “paraguadas” del mundo.

Fuente: http://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/educacion-nos-protege-protejamos-financiacion/20160428124206127826.html

Imagen: http://www.nuevatribuna.es/media/nuevatribuna/images/2015/03/22/2015032212401680097.jpg

Comparte este contenido:

Institutos de Ceuta y Melilla en España plantea impartir Religión Islámica en el próximo curso.

www.elmundo.es/29-04-2016/ Por: Europa Press

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte estudiará con la Comisión Islámica de España (CIE) la implantación a partir del próximo curso de la clase de religión islámica en la ESO y Bachillerato en los centros educativos de Ceuta y Melilla.

Concretamente, el Ministerio se ha comprometido a estudiar las medidas necesarias para el desarrollo y aplicación de los acuerdos con esta confesión religiosa en el ámbito de su competencia (Ceuta y Melilla) en la educación Secundaria, lo que implica que los estudiantes musulmanes de ESO y Bachillerato que viven en estas ciudades puedan recibir clases de Religión islámica.

El presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), Riay Tatary, confía en que la clase de Religión se convierta en una realidad en la educación Secundaria a partir del próximo curso 2016-2017, según explica en declaraciones a Europa Press. Si bien reconoce que su implantación deberá ser de forma «paulatina», insiste en la necesidad de que comience a ofertarse porque en Ceuta y Melilla «las aulas son en su mayoría musulmanas».

«Creo que es muy necesario impartir la enseñanza por lo menos el curso que viene. Hay un compromiso y yo creo que ha sido en aras de la normalización de la convivencia y la vida de los musulmanes», ha subrayado Tatary, que esta semana se reunió con responsables del Ministerio de Educación para abordar este y otros asuntos.

Ambas partes han acordado volver a encontrarse en octubre –dos veces al año– para el seguimiento de la enseñanza religiosa islámica. Según los Acuerdos de Cooperación firmados en 1992 entre la CIE y el Estado español, el Gobierno debe «garantizar a los alumnos musulmanes, a sus padres y a los órganos escolares que lo soliciten, el ejercicio del derecho de los primeros a recibir enseñanza religiosa islámica en los centros docentes públicos y privados concertados, siempre que, en cuanto a estos últimos, el ejercicio de aquel derecho no entre en contradicción con el carácter propio del centro, en los niveles de educación infantil, educación primaria y educación secundaria».

Sin embargo, actualmente solo se atiende una demanda básicaen la etapa de Educación Primaria en Andalucía (19 profesores), Ceuta (13 profesores), Melilla (10 profesores), Aragón (3 profesores), Euskadi (2 profesores) y Canarias (1 profesor), sin aumento ni contratación para Secundaria, quedando el 95% del alumnado musulmán sin clases de religión y un 60% del profesorado de religión islámica en desempleo, según datos del Observatorio Andalusí y la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE).

Más de 280.000 estudiantes musulmanesSegún el convenio económico, la administración educativa debería contratar profesorado de religión en aquellos colegios o institutos con diez o más peticiones de enseñanza religiosa islámica, y de los datos de densidad del alumnado por centros públicos de Primaria y Secundaria, se desprende que hay comunidades donde existe demanda pero no se ofrece la asignatura.

En este sentido, la UCIDE calcula que podría haber demanda de alumnado y por tanto contratación de profesorado en Baleares (7.660 alumnos), Cataluña (80.743), La Rioja (3.276), Madrid (37.150), Murcia (16.406), Comunidad Valenciana (29.781) y Toledo (4.424), pero señalan que sus administraciones «guardan silencio o directamente no ofertan la enseñanza».

En total, en las etapas no universitarias, hay 281.725 estudiantes musulmanes, a 31 de diciembre de 2015. Las comunidades autónomas con más presencia de estos alumnos son Cataluña (80.743), seguida de Andalucía (44.636), Madrid (37.150) y Comunidad Valenciana (29.781). En Ceuta son 5.545 estudiantes musulmanes y en Melilla, 6.989.

Informacion de la imagen: Niños durante una clase de Religión Islámica en el Colegio Vázquez Díaz, Valencia JULIÁN JAÉN

Comparte este contenido:

España. La Comisión Islámica Española pide que el calendario escolar no coincida con el Ramadán

España/ 28 de enero de 2016 / Por: Iñigo Artola. Ok Diario

La Comisión que representa a la comunidad islámica en España estudia solicitar a las autoridades educativas españolas que se adapte el calendario de exámenes de este año al Ramadán, que este año se celebra del 6 de junio al 6 de julio, coincidiendo con las evaluaciones finales de los centros educativos y con las Pruebas de Acceso a la Universidad.

Riay Tatari, presidente de la Comisión Islámica Española (CIE), plantea como una opción, y “no como una obligación”, la posibilidad deproponer alternativas a los alumnos musulmanes que ayunen durante este mes para que no se vean perjudicados. Dado que las fechas del Ramadán dependen del calendario lunar, es un hecho que se repetirá los dos próximos años, hasta 2019 cuando dejarán de coincidir las evaluaciones con el periodo de ayuno musulmán.

Desde el Ministerio de Educación han indicado que nunca se ha presentado una petición similar en los centros de Ceuta y Melilla, donde estudian más de 12.000 alumnos musulmanes. Este dato hace resaltar la rareza de la petición de la CIE, unido a que en los países musulmanes confesionales no se paralizan ni se adaptan las obligaciones de los ciudadanos al tiempo de ayuno. Los comercios abren, los centros escolares mantienen su actividad habitual y los trabajadores tienen que acudir a su puesto. No se trata de adaptar el día a día al ramadán sino de integrar el ayuno en las obligaciones de cada uno.

La petición sucede dos semanas después de que en Francia, el alcalde de Antibes (situado al lado de Niza y Cannes) rehusara suprimir la carne de cerdo en los comedores escolares remitiendo esta nota, en la que explica los porqués de su negativa, a los padres musulmanes que hicieron dicha petición:

– Para que los musulmanes comprendan que deben adaptarse a Francia, a sus costumbres, a sus tradiciones, a su modo de vida, ya que son ellos los que han elegido emigrar.

– Para que comprendan que son ellos los que deben modificar su modo de vida y no los franceses, que los han acogido generosamente.

– Para que comprendan que deben integrarse y aprender a vivir bien en Francia.

– Para que comprendan que los franceses no son xenófobos ni racistas, puesto que han aceptado a numerosos emigrantes musulmanes (al contrario que los musulmanes, que no aceptan a los extranjeros no musulmanes en sus países).

– Que los franceses, como otros muchos países, no piensan renunciar a su identidad, a su cultura, a pesar de los golpes de los islamistas.

– Que si Francia es una tierra de acogida, no es la ministra Filippeti o el gobierno de izquierda quien acoge a los extranjeros, sino el pueblo francés en su conjunto.

– Que comprendan, al fin, que en Francia, con, y no a pesar de, sus raíces judeo-cristianas, sus árboles de Navidad, sus iglesias, y sus fiestas religiosas, la religión debe quedarse en el estricto dominio privado, y la alcaldía tiene razón cuando rehusa todo compromiso al islam y a su religión (la sharia).

– A los musulmanes, a los que molesta la laicidad y que no se encuentran bien en Francia, les recuerdo que existen 57 magníficos países musulmanes en el mundo, la mayoría de ellos medio poblados y dispuestos a recibirlos con los brazos abiertos para respetar la ley de la sharia.

– Si habéis dejado vuestros países para venir a Francia y no para ir a otros países musulmanes, con vuestras mismas costumbres, es porque habéis considerado que la vida en Francia es mejor que en otros lugares.

– Preguntaos sólo una vez : ¿Por qué se está mejor en Francia que en el lugar de dónde venís? Pues, en efecto, el menú con carne de cerdo forma parte de la respuesta.

 

Fuente: http://okdiario.com/sociedad/la-comision-islamica-espanola-pide-que-el-calendario-escolar-no-coincida-con-el-ramadan-61242

Fotografía:https://s3-eu-west-1.amazonaws.com/okdiario-uploads/wp-content/uploads/2016/01/Estudiante-musulman.jpg

Comparte este contenido:

Trampas neoliberales contra la enseñanza pública

Jesús Cuadrado *

Publicado:

Hace unos días, oía a un periodista de TVE comenzar su entrevista a Iñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, con el habitual “España sale mal parada en el informe PISA”. Es falso, pero se repite. Poco antes, el pasado febrero, el diario El Mundo editorializaba sobre lo mismo: “los deficientes resultados que año tras año cosechan nuestros alumnos en los informes PISA”, solemnizaban, sin aportar, por supuesto, una sola referencia concreta a esta evaluación internacional de la OCDE. Lo que importa es el objetivo central de los neoliberales, el ataque a las joyas del Estado del Bienestar, de las que la Educación es la más débil de la manada. Van a por ella, a saco.

Para hacer creer que la enseñanza pública es un desastre, no les importa falsear los resultados de estas evaluaciones internacionales. De hecho, España, en comparación con los países europeos de nuestro entorno, consigue unos resultados similares a los de Francia, Suecia o EEUU. Resumiendo, si traducimos las puntuaciones a notas escolares, donde Finlandia obtendría un 10, el sistema educativo español conseguiría un 9,3 en esas pruebas. Pero lo que importa, mezclando maliciosamente fracaso escolar, porcentaje de repetidores o abandono, con datos manipulados de PISA, es debilitar la imagen de la enseñanza pública.

Hace tres años, en mayo de 2013, en la Fundación Areces, en Madrid, el gurú internacional de la doctrina neoliberal sobre Educación, Eric Hanushek, como en un acto religioso, impartió a los feligreses españoles la doctrina básica: “la Educación funciona como cualquier mercado, por incentivos”. Carlos Sebastián, del grupo de FEDEA, financiado por los principales bancos y empresas del país, traduce el catecismo en su libro España estancada. Cita, por supuesto, el evangelio PISA, haciendo una exhibición de desconocimiento. Su gran aportación: el problema son los profesores, que son malos y cobran mucho. Y son funcionarios, dice (como los de Finlandia, por cierto). La solución serían los incentivos por resultados académicos. ¿Alguna evidencia que aportar? No, sólo les importa su modelo subyacente, su doctrina ultraliberal. Por eso, aunque citen a Dinamarca, siempre se refieren a fórmulas fracasadas en EEUU o Chile.

Pero, mienten. Como demuestra con evidencias Julio Carabaña en su libro La inutilidad de PISA para las escuelas, la relación que establecen entre los resultados por países y la calidad de centros y profesores es un simple fraude. Pero, los datos no importan, el objetivo es otro. Así, el diario El Mundo publicaba el pasado marzo, como cada año, la traducción práctica de la doctrina: el rankingde los “100 mejores colegios de España”, privados y concertados. Quien tenga curiosidad puede leer lo 27 criterios de calidad para comprobar qué entienden los ultras del mercado por buena Educación: marketing y marketing. Por cierto, una anécdota. Uno de los colegios privados del ranking, el Peñacorada de León, se publicitaba este curso por haber conseguido uno de sus alumnos una beca Amancio Ortega, a la vez que pasaba desapercibido que, en un centro público de la ciudad, el Instituto Lancia, dos alumnos conseguían la misma beca. Ninguna sorpresa.

¿Los centros privados son mejores que los públicos? Lo que sentencian los de la OCDE, en el tomo IV de PISA 2012, es que, excluido el sesgo sociocultural de las familias, no hay diferencias entre centros públicos y privados en los resultados de las pruebas. Son más caros, pero, según sus propios criterios, no más eficientes. Entonces, ¿por qué están tan interesados en segregar centros e imponer una tramposa “libertad de elección”? Por intereses doctrinarios. Las escuelas, como las fábricas de coches, estarían sometidas a la exigencia de eficiencia de los mercados. Pero sus centros, en los que pueden experimentar sus teorías sobre incentivos, son más caros, pero no más eficientes. Como dice el profesor Carabaña, sólo son buenos a la hora de seleccionar alumnos. Y, por supuesto, para hacer “pilarismo”, para establecer útiles relaciones personales de futuro, pero, para lo que debe servir la escuela, un desastre. Según su PISA.

mercado_1

Tengo un gran respeto por los conocimientos demostrados por Luis Garicano, el economista de Ciudadanos, pero, los sistemas educativos no son su especialidad. Él, como todos los neoliberales cuando se acercan a la Educación, también concluye en los sospechosos habituales: los malos profesores, las evaluaciones y los incentivos por resultados de los alumnos. Es decir, digan lo que digan los datos de los tomos II y IV de PISA, no les van a estropear su titular: la eficiencia de los mercados como sistemas de rendición de cuentas aplicada a la enseñanza. ¿Evidencias? Ninguna, tampoco en sus admirados estudios de EEUU, que ha tenido que cambiar su ley de Educación ante los evidentes fracasos de la aplicación de incentivos.

A Garicano hay que agradecerle una aportación concreta, recogida en su libro Recuperar el futuro. Dice: “En otras asignaturas, los estudiantes pueden leer un texto (preferentemente una fuente primaria, no un libro de texto) y discutir en clase bajo la dirección del profesor. Una discusión bien preparada sobre Karl Marx y su influencia en los nuevos partidos (¿qué diría Marx de la “casta”?), por ejemplo, tendrá muchísimo más impacto en los estudiantes que una aburrida lección sobre el materialismo histórico”. Como profesor de historia, le doy las gracias por el consejo, pero a él, como economista, no le vendría mal seguir el que da el reconocido Dani Rodrik en Las Leyes de la Economía a los economistas que tienen tendencia a aplicar sus modelos sobre economía a todas las disciplinas y “se arriesgan a ser criticados por salirse del campo de acción de su profesión y por hacer pasar sus propios juicios de valor por ciencia”. Incluso se puede llegar a hacer el ridículo.

Un mérito inapelable habrá que reconocerle a Garicano. Consigue que, en las cuatro ideas genéricas que el pacto Ciudadanos-PSOE dedica a Educación, las claves neoliberales sobre evaluación e incentivos protagonicen el texto. De paso, impuso una aritmética fiscal en el acuerdo que hace inviable cualquier mejora seria de nuestro sistema educativo público. Y esa es otra. Sabemos bien qué modelo quieren implantar los de “todo es mercado”, pero, conocemos poco sobre qué quieren quienes, en la izquierda, deberían saber que “no hay eficiencia en Educación sin igualdad de oportunidades”.

Cuidado que si estas corrientes neoliberales tienen éxito el 26J, sabrán qué hacer. Primero, desprestigiar la enseñanza pública, para, después, imponer su sistema de enseñanza excluyente, de redes segregadas de centros escolares. No sorprenderán. Hace tiempo que buenos conocedores del paño, como Joseph Stiglitz, les cogieron la matrícula. Por eso, el Nobel de Economía propone que los países cuenten con un mandato constitucional sobre la igualdad de oportunidades educativas. Cierto, hay que hacer cambios profundos en la Educación, pero para conseguir corregir el mayor fracaso del sistema: la falta de avances en la igualdad real de oportunidades. Y ahí tampoco hay mestizaje que valga. O por aquí o por allí, compañeros.

Fuente: http://www.cuartopoder.es/tribuna/2016/04/28/trampas-neoliberales-contra-la-ensenanza-publica/8498

Imagen: https://www.google.com/search?q=educacion+neoliberal&espv=2&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwi15P_kjrPMAhVCLB4KHdH7CTUQ_AUIBigB#imgrc=ztcXXf6qwv3k3M%3A

Comparte este contenido:
Page 1543 of 1643
1 1.541 1.542 1.543 1.544 1.545 1.643