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Entrevista a Yayo Herrero: «El aislamiento ha sido el desencadenante para reconocer la interdependencia»

Por: Pablo Gutiérrez de Álamo

Yayo Herrero es una de las principales voces del ecofeminismo. Hablamos con ella para analizar la situación en la que nos encontramos y los retos que habría que afrontar en los próximos meses para que, después del coronavirus, afrontemos la crisis económica y social de una manera diferente a como lo hicimos en 2008.

La tercera semana de confinamiento comenzó con medidas más restrictivas para intentar aliviar la presión sobre el sistema sanitario. Un sistema que se ha visto desbordado de mil maneras. Todo el Estado, todo el sistema, se encuentra en una situación similar. Hasta el 9 de abril sólo podrán salir a trabajar aquellas personas que lo hagan en sectores estratégicos. Yayo Herrero cree que es necesario plantear unas nuevas políticas sociales y económicas más próximas a lo sociocomunitario, que permitan, entre otras cosas, una redistribución de la riqueza (para evitar que las capas sociales menos favorecidas no sean las que paguen los platos rotos de la crisis económica derivada del coronavirus). Opina que la situación actual ha puesto de manifiesto cómo los trabajos de cuidados, invisibilizados y poco valorados habitualmente, se han vuelto esenciales para sostener el confinamiento.

Parece que la crisis sanitaria está rompiendo ciertas costuras del sistema. ¿Cómo ve la situación?

La crisis sanitaria de la Covid-19 tiene lugar en un marco fuertemente tensionado. La salida de la crisis de 2008 se basó en políticas de austericidio, recortes de servicios públicos, rescate y mantenimiento de las estructuras financieras. En muchos casos, a costa de una precarización de la mayor parte de la gente. Por un lado, el importante desmantelamiento de la red de servicios públicos: sanidad, educación, dependencia; y por otro, la fragilización del trabajo. Las condiciones laborales, que ya eran frágiles, se deterioraron mucho más.

Antes de las crisis de la Covid-19 éramos un país con altas tasas de desempleo, con gran cantidad de trabajos de baja calidad, personas que tienen trabajo pero son pobres, fuerte crisis habitacional con la generación de la burbuja. Ahora, tenemos un modelo económico que, estructuralmente, es tremendamente dependiente. Dependiente de energía del exterior, de materiales y alimentos, y basado en monocultivos como el turismo que son tremendamente frágiles.

La crisis llega en este marco estructural. Por delante nos encontramos que las emergencias no son sólo las sanitarias. Hemos declarado la emergencia climática, todas las proyecciones del IPCC dicen que nuestras economías se resentirán por la influencia del cambio climático. Y esta es una crisis económica que era anunciada ya desde hace tiempo.

Esto es importante tenerlo en cuenta para analizar y tratar de presionar para ver qué tipo de políticas públicas se ponen en marcha para afrontar esta crisis sanitaria. Si la salida es similar a la de 2008, pero partiendo de un punto más precario, mucho más frágil, podemos encontrarnos una situación de empobrecimiento generalizado y precarización aún mayor. Y, sobre todo, cuando los discursos de ideología ultraderechista, o neofascista, van calando en algunos sectores de la población que cada vez tiene más miedo, o que pretende blindar de alguna manera su propia situación identificando un enemigo que es el otro , lo que está fuera, ante el que debe defender.

¿No cree que habremos aprendido algo respecto a 2008?

Ahora mismo no lo parece. Desde la UE se han hecho discursos grandilocuentes sobre cuántos millones de euros se iban a invertir en medidas sociales. Pero, cuando rascas un poco, ves que buena parte de estas medidas son más bien de impulso y sustentación del sistema financiero. Dar dinero a los bancos para que tengan liquidez para prestar a la gente para que salga por la vía del endeudamiento. No da la impresión, a nivel Europeo, que el 2008 haya dejado un aprendizaje interesante, al menos desde el punto de vista de las condiciones de vida de las personas. Quizás desde otros puntos de vista, desde los intereses de los grandes capitales, sí; no les salió tan mal y por eso pretenden reeditarlo.

Y ¿en el ámbito más local?

Si miras dentro del mismo gobierno, traslucen tensiones importantes. Una parte que quiere mantener un poco el pacto de estabilidad, el déficit, la dinámica algo más neoliberal de fortalecimiento financiero; y otra parte del gobierno que presiona para intentar sacar adelante medidas como la mejora de las condiciones de los ERTE, o la prohibición del despido a partir de ahora por causa del coronavirus. O algunas medidas que esperamos como la suspensión de alquileres, aunque sea con una pequeña protección a los propietarios que tengan alquilada la casa y sea su único ingreso. Sin estar satisfecha y siendo bastante crítica, por supuesto me planteo qué pasaría en esta circunstancia si tuviéramos un gobierno completamente neoliberal.

A pesar de las tensiones, ¿diría que la sociedad está viendo que los servicios públicos se han convertido en algo esencial?

Este es de los grandes aprendizajes de las últimas semanas. Tengo la sensación de que una parte importantísima de la sociedad, diría mayoritaria, de repente es consciente de la importancia de tener un sistema sólido de salud pública que hace que cualquier persona, venga de donde venga y tenga lo que tenga, disfrute del derecho y la posibilidad de ser dignamente atendida en un hospital. Independientemente de que en este momento, la lógica de recortes haga que se esté teniendo que hacer en unas condiciones tremendamente precarias.

Hay una explosión de reconocimiento, de agradecimiento, hacia todas las personas que trabajan en el ámbito de la sanidad pública, y no sólo: cuidadoras, trabajadoras domésticas, reponedores de supermercado, carretillas, transportistas… de repente nos damos cuenta de que una buena parte de los trabajos, que por cierto, están mayoritariamente feminizados y que han sido absolutamente precarios, despreciados, mal vistos y desprotegidos, cuando llega el momento de afrontar una cosa de estas, son los que no pueden dejar de funcionar.

¿Trataremos estos trabajos de otra manera a partir de ahora?

Creo que probablemente sí. Para mucha gente lo que vendrá será diferente de lo que había antes. Ver, de repente, este frenazo económico evidenciará la fragilidad de todo el sistema económico y el hecho de que nuestras vidas dependen de un cúmulo de relaciones poco sólidas, precarias, muy basadas en la lejanía. Que cuando caen o se desploman se nos llevan a todos por delante.

Es muy interesante también, creo, en sociedades tan atomizadas como nuestras, sobre todo en los ámbitos urbanos, ver cómo precisamente, la orden de aislarnos, de tener que encerrarnos y mantener la distancia social, ha sido el desencadenante para que mucha gente empiece a mirar por las ventanas, los balcones, empiece a conocer por el nombre a sus vecinos, a preocuparse un poco por otras personas que están en el exterior de sus casas. Teniendo la conciencia de que preocuparte de otras personas hará también que otros se preocupen por ti. Es un reconocimiento de la interdependencia muy fuerte.

Esta situación parece haber dejado claro que la interdependencia es mucho mayor de lo que parecía antes …

Absolutamente. Son sociedades que están hiperconectadas por arriba, en lo económico y político y, sin embargo, en los últimos años se han atomizado mucho por la base. Estamos en un momento de convulsión en el que muchas personas, de manera intuitiva, se ven obligadas a reconectarse rápidamente por pura supervivencia, material y emocional.

Vemos cómo el frenado tan brutal de la economía se lleva por delante las ocupaciones, la normalidad tal cual la conocíamos y, al mismo tiempo, paradójicamente, hace que la atmósfera sea respirable, que el agua sea más clara, que se reduzcan las emisiones. Y revela, yo creo, el gran problema civilizatorio que tenemos: una economía que, cuando crece, destruye las posibilidades de seguir viviendo de forma digna, y cuando decrece, como ahora, con la lógica de poder que hay, cae violentamente sobre las personas más pobres y vulnerables. Y creo que esta doble tensión también puede hacer que muchas personas sean más conscientes de que salir de aquí requiere cambios profundos en nuestras maneras de organizar la economía, la política y la vida.

Parece que la crisis sanitaria tiene que ver con la ingesta de animales salvajes, en este caso, el pangolín. ¿Hay relación entre esto y un sistema económico que empuja a las personas a buscar estas formas de alimentación?

Hay que ser cauta. Debemos leer bastantes más estudios antes de sacar conclusiones precipitadas. Dicho esto, lo que sí me parece absolutamente clave es el hecho de que la cadena alimentaria y las atrocidades que se cometen en ella, son un factor de riesgo en la salud importantes. Sabemos ya mucho sobre la presencia de pesticidas, de productos contaminantes, alteradores hormonales y endocrinos en algunos productos alimenticios.

Ahora, por ejemplo, todo lo que sale con el pangolín. Pero recordemos la encefalitis espongiforme que transmitían las vacas. Hablábamos de vacas que habían sido alimentadas con restos de proteína animal. Obviamente saltarse y el alterar ciclos y dinámicas naturales en muy poco tiempo genera distorsiones y consecuencias que no sabemos por donde vendrán.

Me parece interesante, según he ido viendo, varios artículos en diversas publicaciones europeas sobre la incidencia que tiene la pérdida de biodiversidad en la transmisión más acelerada del virus y en la llegada de estos virus a las cadenas más altas de las redes tróficas, es decir, que la desaparición de la biodiversidad hace que cada vez haya menos especies interpuestas entre los virus y mamíferos. Eso sí que aumenta la expansión de los virus y pandemias.

También hay otros artículos que hablan de que la expansión del virus ha sido más dura en los lugares que previamente tenían un nivel de contaminación más fuerte. Algunos de los investigadores a los que he preguntado me han dicho que todavía tienen que hacer estudios, pero obviamente, si tienes un virus que afecta en mayor medida a personas que tienen patologías previas o afecciones cardiorrespiratorias, y vivimos en ciudades donde la gente respira durante años aire sucio, nos coloca en una situación de mayor riesgo ante virus y pandemias. Que, además, aumentarán debido al cambio climático.

¿Qué cree que deberíamos aprender de esta crisis socialmente?

Creo que si asumimos que esta situación de emergencia no es coyuntural, sino que es una nueva normalidad, que es lo que nos está diciendo la comunidad científica queramos o no queramos escucharla, necesitaríamos actuar en ejes diferentes, empezando por apostar de manera clara por un principio de suficiencia.

Aprender a vivir con lo necesario. Todo el mundo. Esto supone un cambio en los modelos productivos, en los estilos de vida y de consumo absolutamente radical. Por lo tanto, tenemos que cambiar la cultura del reparto. Para que personas que están en situaciones tremendamente vulnerables, empobrecidas y precarias puedan vivir con lo necesario, hay que abordar la redistribución de la riqueza, de los tiempos y de los trabajos que hacen falta para mantener nuestra especie. Mira la cantidad de trabajo de cuidados que se ha revelado como necesario a partir de esta crisis.

Y, finalmente, también hay una política pública basada en la precaución, en la cautela y el cuidado. Parece fácil pero es radicalmente incompatible con la lógica que defiende que hay que correr cualquier riesgo o sacrificar cualquier cosa con tal de que la economía crezca. Este principio del cuidado, desde la lógica del reparto y la justicia para que todos tengan suficiente, supone una manera de abordar la política pública y la economía que está en las antípodas de las que tenemos en el momento actual.

Al igual que el sistema sanitario se ha visto tensionado, el educativo también… ¿Qué respuesta puede dar el sistema?

Tengo la sensación de que por la urgencia y la rapidez con la que ha sucedido todo esto, parte de lo que está pasando cayó directamente sobre el profesorado, que está asumiendo la situación como puede. Estoy viendo un compromiso brutal para intentar atender, hacerse cargo de una situación que ha caído a plomo. Y luego, están las familias. Se dice que el virus afecta igual a todos y que no conoce de clases. El virus probablemente no, pero sus consecuencias son marcadamente diferentes en función de la posición de clase, de si eres gitana o paya, de la edad que tengas.

Cuando vives en una casa de 120 metros, tienes una buena conexión de wifi, una familia que te puede resolver una duda o te puede ayudar a organizar el cuadrante de tareas, estás en mucho mejores condiciones que si vives en una casa de 40 metros, no tienes conexión y, además, tu familia no te puede echar un cable. Y por si fuera poco tienes un profesorado que se encuentra confinado en casa y a su vez tiene hijos, y que lidia con ello como puede.

Fuente e imagen:  https://rebelion.org/el-aislamiento-ha-sido-el-desencadenante-para-reconocer-la-interdependencia/

Fuente original: https://catalunyaplural.cat/es/el-aislamiento-ha-sido-el-desencadenante-para-que-las-sociedades-atomizadas-reconozcan-la-interdependencia/

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Educación en tiempos de confinamiento, ¿y no sería mejor dejar a las criaturas un poco en paz?

Por: Rosa Cañadell.

 

Estamos en una situación especial en que todo está parado y trastornado.  El cierre  de escuelas e instituto ha puesto sobre la mesa un debate sobre qué hacer ante esto: ¿Se debe continuar el curso vía internet? ¿Hace falta que el profesorado adapte las actividades previstas para hacer “clases” virtuales? ¿Todo el alumnado tiene condiciones para hacerlo? ¿Las familias tienen que insistir en que sus hijos e hijas hagan todos los deberes que el profesorado les asigna? ¿Todas las familias están en condiciones de hacerlo?

Estas y otras muchas preguntas están surgiendo por parte de las Administraciones, del profesorado y de las familias, con un gran número de informaciones contradictorias y no del todo posibles. Pero, ¿es tan importante perder dos, tres o cuatro meses de “clase” ante una situación de emergencia, y totalmente nueva, como la que nos encontramos?

Es normal la inquietud y las dudas, pero yo creo que hace falta más reflexión pausada y, sobre todo, pensar en las necesidades de los niño y jóvenes, así como del profesorado y de las familias.

Hace falta, además, tener en cuenta las diferentes y desiguales situaciones en que se encuentran las familias y también el profesorado. No es el mismo ser médico, enfermera, personal sanitario, de limpieza, transporte, o cualquier otra profesión que está en activo, que estar en casa haciendo teletrabajo. No es el mismo tener una vivienda confortable y con todos los medios tecnológicos, que vivir en precario sin acceso a internet, o sin espacios apropiados para poder estudiar. No es el mismo tener padres y madres con tiempo y conocimientos para ayudar los niños, que no tenerlo. No es el mismo que en casa haya un padre y una madre a que sea una familia mono-parental. Y así sucesivamente.

Pero, al margen de todo esto, yo creo que hay una cuestión que podría ser generalizable. Y es que, a una situación excepcional se tienen que dar respuestas también excepcionales. Quiero decir, que intentar que la escolarización siga su curso (vía telemática) como si no pasara nada, no es la respuesta más sensata. Estén en la situación que estén, ni los chavales ni las familias tienen como prioridad subsanar la pérdida que puede significar perder una pequeña parte del temario escolar.

La situación de confinamiento mente diferente a la situación de escolarización y la angustia ante la posibilidad de contraer la dolencia, la angustia ante el estado de personas mayores y queridas (abuelos, tíos, etc.) hace que los niños y jóvenes vivan en un estado emocional muy diferente del que pueden tener en un tiempo escolar normal. Y si a esto le añadimos la angustia de muchos padres y madres que han perdido el trabajo y no pueden pagar el alquiler o comprar comida, aún parece más absurdo tener que preocuparse por los contenidos escolares de los más pequeños.

Ante esta situación, y sin que esto quiera decir que no se tiene que hacer nada que tenga que ver con la escolarización, quizás habría que dejar los chavales un poco en paz. Quizás el que hace falta es no agobiarlos  más con la obligación de hacer todos los “deberes” y, en cambio estar muy atentos a sus miedos y angustias. Quizás habría que dejar que hagan cosas nuevas, que inventen, que tomen iniciativas, que busquen nuevas actividades, que jueguen, que recorten, que escriban (un diario, cartas a los amigos, cuentos inventados, pequeñas obras de teatro), que canten y bailen, que construyan instrumentos, que pinten y decoren, que se disfracen, que recuperen juegos de los más mayores, que cocinen y hagan pasteles, que ayudan en las tareas domésticas (barrer, sacar el polvo), que aprendan a coser un botón…0 incluso, que se aburran! Dicen que no hay nada más creativo que el aburrimiento!

Quizás no es lo mejor obligarlos a estar muchas horas ante la pantalla para recibir “las clases”, más bien al contrario, el que haría falta es justamente limitar las horas de ordenador y de móvil, las horas de tele y de videojuegos. Hay tiempo para todo, y hay que aprovecharlo lejos de las pantallas. Es preciso que ordenar un poco la vida y ponar algunas normas, y ayudar a que ellos y ellas se vayan organizando. Hay que darles ideas y pautas, cosas que pueden hacer (que  son muchas) y algunos límites para que no abusen, sobre todo de las pantallas. Quizás en vez de seguir “clases” escolares, es mucho mejor mirar documentales y leer historias que tengan que ver con los contenidos que están haciendo en la escuela. Reportajes de países remotos, personajes que han estudiado, la vida en una etapa concreta de la historia, visitas virtuales a museos, conciertos… y todo aquello que amplíe su bagaje intelectual, cultural y artístico.

También habría que aprovechar para estimular los valores de la solidaridad y la colaboración. Hace falta que los niños y los jóvenes entiendan el que está pasando, sin alarmismos, pero explicando también todo el trabajo que hacen el personal sanitario (salir al balcón a aplaudir), las personas que limpian, las personas voluntarias que ayudan a la gente mayor y, en general, todas aquellas personas que hacen posible que ellos y ellas puedan estar en casa, a cobijo del virus. Hay que explicar la importancia de tener una sanidad pública donde todas las personas, ricas o pobres, pueden ir a curarse. Y como el quedarse en casa es, en sí mismo, un acto de solidaridad con sus amigos y amigas, abuelos y abuelas y con la población en general.

Por parte del profesorado, no se trata de reconvertir el temario que tocaba en forma digital, sino tener contacto personal (virtual, está claro) con el alumnado, que puedan explicar como están y que hacen y darles diferentes opciones y materiales que los ayuden a pasar el tiempo y que sean educativas, en el sentido amplio de la palabra.

Todo esto quizás ahorraría la angustia de las familias y la desazón de los niños y jóvenes, y nos ahorraríamos, también, no aumentar la gran desigualdad escolar que ya existe. Es evidente que compensar las desigualdades que ya existían sin el coronavirus, es del todo imposible, pero lo que sí podríamos hacer es buscar maneras de no aumentarlas. Y esto querría decir: por un lado, no avanzar ninguna materia escolar, ya que ello dejaría atrás los que tienen más dificultades. Y por la otra, dedicar muchos más recursos el próximo curso para atender aquel alumnado que ha sido más perjudicado de este período de confinamiento.

Cuidaos mucho!

Fuente del artículo: Equipo de OVE.

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El Webinar «Coronavirus y Crisis de los sistemas educativos en América: Alternativas desde los y las trabajadores de la educación»

Mundo/14-04-2020/Autor y Fuente: Grupo de Contacto Internacional

El *Grupo de Contacto Internacional* conformado por dirigentes gremiales del sector Educación de América y Europa te invita al Webinar  *Coronavirus y Crisis de los sistemas educativos en América: Alternativas desde los y las trabajadores de la educación*

Fecha: viernes, 17 abril 2020

Hora:

*2 pm hora de Costa Rica

3 pm hora de Bogotá /Panamá / Ciudad de México / Ecuador

4 pm Caracas

5 pm Buenos Aires / São Paulo

5 pm Nueva York/ Puerto Rico

Expositores y Expositoras:

Dennis Solís de APSE Costa Rica

Monique Dols magisterio de Nueva York

Yesid González de ADE Bogotá/Colombia

Andrea Lanzette de SUTEBA Multicolor Buenos Aires

Edgar Isch Profesor universitario y gremialista de Ecuador

Moderador: Luis Bonilla-Molina del Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes

Relatoria: Mercedes Martínez Padilla, Federación de Maestros de Puerto Rico

17 abril 2020
* Hora de referencia mundial para la conexión 02:00 PM hora de Panamá*

Entrará al webinar a través del siguiente enlace:
https://us02web.zoom.us/j/89232283548?pwd=VjhKN2FKZlRWdEc2NDB2TFZmNU1JQT09
Contraseña: 291635

Transmitiremos en vivo a su vez en la página de facebook de la Federación de Maestros de Puerto Rico en la siguiente dirección: https://www.facebook.com/federaciondemaestrosdepuertorico/

Imagen: https://optinmonster.com/webinar-marketing-101-how-to-sell-anything-with-webinars/

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Suspender la evaluación para preservar el derecho a la educación

Por: Lidón Gasull. 

El 12 de marzo, el ‘conseller’ de Educació, Josep Bargalló, anunció el cierre de los centros educativos por el covid-19. Debemos reconocer que estamos ante una situación muy compleja de la que no tenemos referente y, tanto el Departament de Educació como el resto de la comunidad educativa, están trabajando contrarreloj para ofrecer soluciones. Quizá es esta prisa para tomar decisiones la que hace que nos desviamos del objetivo principal: garantizar el derecho a la educación bajo los principios de igualdad, equidad y no discriminación.

La obligación jurídica de garantizar este derecho bajo estos principios no queda suspendida durante el estado de alarma y, por tanto, es responsabilidad del Departament desplegar tantas medidas como sea necesario para garantizar las mismas oportunidades al conjunto del su alumnado, también –y especialmente– en momentos de excepcionalidad como la actual.

En este sentido, debemos recordar que la garantía del derecho a la educación no se mide por los contenidos académicos que un sistema educativo es capaz de ofrecer a un determinado tipo de alumnado, al contrario, se mide por la capacidad que tiene de hacer que todo el alumnado disfrute de las mismas oportunidades para desarrollarse.

Los medios telemáticos

Sabemos, sin embargo, que tal y como reconoce el propio ‘conseller’, actualmente no se puede garantizar que todo el alumnado tenga las condiciones materiales –y emocionales– para seguir la actividad académica por medios telemáticos, así como tampoco se pueden garantizar las competencias digitales y pedagógicas del conjunto del profesorado para afrontar este reto.

Parece evidente, pues, que el Departament debería suspender la tercera evaluación en todos aquellos niveles educativos en los que no pueda garantizar la accesibilidad de todo el alumnado. Pero también deber prohibir a todos los centros educativos (públicos y privados concertados) que sigan impartiendo materias curriculares a su alumnado. La Conselleria debe velar por que no se aproveche este momento de crisis de salud pública para algunos tomen ventaja, ya que permitiéndolo está convirtiendo el derecho fundamental a la educación en un privilegio para aquellos que disfrutan de las mejores condiciones en el marco de la crisis actual.

Es momento que el Departament demuestre a la ciudadanía que la educación privada concertada, financiada con los fondos públicos, no goza de privilegios frente la educación pública, y prohíba que su profesorado, pagado directamente por la Conselleria, siga impartiendo materias curriculares al alumnado a través de plataformas educativas. Por otra parte, se debe prohibir que sigan haciendo publicidad y promoción de sus centros educativos para hacer campaña de preinscripción cuando, desde el Departament, se ha suspendido el proceso hasta nuevo aviso.

Ahora bien, el hecho de que no se hayan de impartir y evaluar materias curriculares no significa que se tenga que romper el vínculo entre el alumnado, la familia y la escuela, todo lo contrario. El papel de los tutores es esencial, porque conocen tanto las necesidades de su alumnado como su contexto familiar y pueden ser la correa que transmita información entre la administración educativa, servicios sociales y las familias para cubrir necesidades materiales y, en la medida de lo posible, emocionales.

La urgencia de unas directrices claras

Es urgente, sin embargo, que el Departament saque directrices claras destinadas al profesorado, familias y alumnado. El profesorado debe saber cómo proceder a partir de este martes en cada nivel educativo, y también hay que trabajar con los equipos directivos para hacer las adaptaciones curriculares necesarias para que el alumnado recupere los contenidos académicos el próximo curso.

Las declaraciones ambiguas del ‘conseller’ acerca de las actividades evaluables ponen mucha presión sobre las familias, que se ven incapaces de ofrecer el apoyo educativo necesario a sus hijas e hijos y, a la vez, se sienten responsables del impacto que esto puede tener en su currículum académico.

También el alumnado debe tener claro bajo qué condiciones se hará el paso de 4º de ESO hacia Bachillerato o la FP; y aquellos que los días 7, 8 y 9 de julio se someterán a la selectividad se les debe garantizar que el acceso a los estudios universitarios no dependerá del centro educativo donde han estudiado o de su contexto socioeconómico.

Ahora, más que nunca, es necesario que los principios de igualdad, equidad y no discriminación sean la base de cualquier decisión que se tome, porque sólo así evitaremos que el derecho a la educación se convierta en un privilegio.

Fuente del artículo: https://www.elperiodico.com/es/opinion/20200413/articulo-lidon-gasull-suspender-la-evaluacion-para-preservar-el-derecho-a-la-educacion-7926803

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Italia: El ministro de Educación sobre el inicio de las clases: «Es incierta la fecha»

América del Sur/ Italia/ 14.04.2020/ Fuente: www.lavoz.com.ar.

El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, aseguró hoy que «los países que no tuvieron la decisión de priorizar la salud terminan pagando ambos costos, el de vidas y el de la economía» por la pandemia de coronavirus Covid-19, y reiteró que «la fecha de inicio de las clases es incierta».

«El Presidente ha sido claro, vamos a recuperar la economía y vamos a recuperar los días de clases, lo único que no se recupera son las vidas», sostuvo el titular de la cartera educativa en diálogo con CNN Radio.

En la misma línea, Trotta dijo que es necesario tener la capacidad de apoyar las decisiones para tratar de proteger de la mejor manera la economía, pero siempre «priorizando el cuidado de la salud».

Sobre el regreso a las aulas reiteró que «la fecha de inicio de clases es incierta» y contó que se comunicó con la ministra de educación de Italia y con el ministro de educación de Francia, quienes llevan muchos más días sin clases, y «ellos tampoco tienen la certeza de cuándo van a volver a las aulas».

Al ser consultado por el tema de los comedores en las escuelas, Trotta aseveró que la continuidad de acceso al derecho a la alimentación está presente en varios establecimientos educativos y dijo que era «una de las principales preocupaciones que tenía nuestro presidente al momento de suspender las clases».

También, el ministro explicó que durante las primeras semanas se sostuvieron los comedores con mucho compromiso de los maestros y las maestras, pero «ahora se manejan con la modalidad de viandas y con módulos de alimentos que son retirados por las familias en cada uno de los establecimientos escolares».

«Ha habido una articulación y desde el propio Gobierno Nacional se ha duplicado el presupuesto de los comedores escolares y comunitarios, lo mismo han hecho la mayoría de las provincias y la propia Ciudad de Buenos Aires; eso permitió cubrir el derecho a la alimentación a partir de la situación de emergencia», contó el funcionario.

Por último, Trotta afirmó que «estamos transitando un escenario impensado al momento de asumir el gobierno» y destacó la importancia de articular con otras fuerzas políticas y con todo el sector industrial.

Fuente de la noticia: https://www.lavoz.com.ar/politica/ministro-de-educacion-sobre-inicio-de-clases-es-incierta-fecha

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España: El Gobierno despide a una decena de profesores que daban clase en Marruecos y regresaron por el virus

El Gobierno despide a una decena de profesores que daban clase en Marruecos y regresaron por el virus

Dijeron que no se podía despedir a ningún trabajador en esta crisis, pero están cesando a sus empleados», denuncian los afectados.

Una veintena de profesores españoles de 11 colegios que en Marruecos dependen del departamento de Educación de la Embajada decidieron regresar a casa por miedo a la epidemia cuando empezó la crisis del coronavirus.

Según ha podido saber EL ESPAÑOL, una decena de ellos han sido cesados por “abandono del país y de su puesto de trabajo”, y el resto espera la comunicación de despido. Serán penalizados y durante tres años no podrán volver a trabajar en Marruecos, según dicta la base segunda de la convocatoria de interinos publicada por la Embajada.

Con la pandemia del Covid-19, los centros educativos en Marruecos cerraron el 16 de marzo y los profesores teletrabajan. Algunos docentes españoles habían solicitado permiso por escrito a la Consejería de Educación de la Embajada de España en Rabat para desplazarse y trabajar desde España por razones de salud, por tener familiares mayores que atender o por la propia angustia ante la posibilidad de enfermar en un país ajeno.

Ante la ausencia de respuesta, según coinciden algunos afectados, decidieron trasladarse a España antes del cierre completo de las fronteras y seguir teletrabajando desde sus casas.

Antonio Pérez, profesor de Educación Física en Secundaria, cubría una vacante para este curso académico en el colegio español de Alhucemas, y se enteró de que había sido despedido con fecha de 3 de abril al recibir una notificación de la baja en la Seguridad Social.

Profesores interinos

“Seguí trabajando hasta el lunes 6 de abril, que fue cuando tuve confirmación de que era verdad que me habían cesado, pero porque desde la dirección mandaron un mail al resto de profesores y una compañera me lo dijo. Comunicarme a mí, no me han comunicado nada”, explica telefónicamente desde Jaén.

Soy asmático crónico. Todo esto está lógicamente en mi informe. Estoy medicado todo el año y, confinado en Marruecos, no tenía acceso a la medicación”, alega. Así que solicitó viajar a España, pero la Embajada  le denegó la petición “porque el informe -con fecha de 2018- no estaba actualizado”.

En todo caso, Antonio es un enfermo crónico. Cuando presenta un cuadro de asma los síntomas que manifiesta son los mismos que los de una persona con coronavirus, tos seca y dificultades para respirar. «Y si tengo una crisis asmática, ¿cómo sé que no tengo el coronavirus?», se pregunta.

Mantiene que para él “la solución no es estar confinado en casa y tomar paracetamol. Si lo que tengo es asma, necesito mi medicación del asma a la que no tengo acceso en Marruecos”. Antonio salió del país con un permiso consular de turista “porque los profesores interinos en ningún momento tenemos permiso de residencia”.

Alejandro Pérez es otro de los afectados. “Me siento maltratado: cuando en España se habían suspendido las clases, a nosotros nos obligaron a acudir al centro, sin alumnos, durante varios días”.

¿No se podía despedir?

Este profesor de Economía en el Colegio Español de Rabat fue cesado el 7 de abril. Se lo comunicaron por correo electrónico. Cuando los responsables de la Embajada dieron el visto bueno al teletrabajo, decidió volver a España y dar clase desde su domicilio “hasta que todo regresara a la normalidad”. Se anunciaba un inminente cierre de la frontera, y así sucedió. “No tengo pasaporte diplomático, se me considera un turista que tiene que salir cada tres meses del país, y además soy persona de alto riesgo por ser alérgico y asmático”, mantiene.

Tanto Antonio como Alejandro coinciden en destacar que les resulta “curioso”, que “el Gobierno español anunciases desde que comenzó la crisis que no se podía despedir a ningún trabajador, y los organismos que dependen directamente de él sí están cesando a sus empleados”.

Soló tres profesores salieron de Marruecos en el avión de Iberia del 3 de abril con el permiso de la Embajada: dos son mayores de 60 años -uno con asma e hipertensión- y el tercero presentó un informe médico actualizado en el que se dejaba constancia de que es asmático crónico.

En los once colegios españoles en ocho localidades de Marruecos trabajan 325 profesores españoles, de los cuales alrededor de 80 son interinos. Un docente de Educación Secundaria imparte cursos a unos seis grupos con una media de 25 alumnos por clase y un profesor de Primaria puede tener hasta 300 alumnos.

Por lo tanto, centenares de estudiantes se verán afectados por estos despidos. Además, con las fronteras cerradas será imposible encontrar sustitutos. “Estamos ante una situación excepcional y desde la Embajada nadie ha pensado en el alumnado”, aseguran los sindicatos.

La exministra Trujillo

En una situación normal ya es difícil cubrir estos puestos por las condiciones laborales, ya que en Marruecos los interinos no cobran complemento autonómico, y eso supone alrededor de 500 euros menos al mes con respecto a una salario en idéntico puesto en España.

Desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), el responsable en el área Exterior, Enrique González, anuncia a EL ESPAÑOL que van a recurrirse estos despidos porque han sido justificados por el Ministerio como baja voluntaria, cuando ninguno de los profesores ha renunciado expresamente a su puesto de trabajo.

Además, González precisa que “si la Administración hubiera observado ausencias injustificadas tendría que haber incoado expedientes con todas las garantías en el procedimiento y dando audiencia a los interesados”. Esto llevaría semanas y meses y considera que “no procede ese ardid del cese fulminante que se ha utilizado”.

La Junta de Personal de Funcionariado de Marruecos, donde están representados todos los sindicatos de Educación, denuncia la gestión de la consejera de Educación de la Embajada, María Antonia Trujillo, ministra de Vivienda en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Critica “su forma de proceder en esta crisis sanitaria poniendo en riesgo la salud de sus trabajadores”.

Igualmente, señala que en estos ceses “no se siguen los procedimientos normativos y las garantías jurídicas de los afectados y el rechazo a que otros profesores tengan que asumir su carga lectiva”. Y por lo tanto, “los sindicatos se reservan acciones legales contra estas actuaciones”.

Fuente de la información: https://www.elespanol.com/espana/20200413/gobierno-despide-decena-profesores-daban-marruecos-regresaron/481952377_0.html

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Francia: Coronavirus «El confinamiento es un concepto burgués»: cómo el aislamiento afecta a las distintas clases sociales

Francia/ BBC / 13-04-2020

Como sociólogo, Hamza Esmili se ha dedicado a estudiar temas como la desigualdad, la radicalización y la marginalidad urbana, temas muy recurrentes en los famosos suburbios parisinos.

Él vive en el que probablemente es el más emblemático de todos: Saint Denis.

Esta banlieue situada al noreste de la capital francesa apareció en las primeras planas de los diarios en todo el mundo durante los violentos disturbios que azotaron Francia en 2005.

En ese entonces, la población local de uno de los departamentos más multiculturales de Europa, salió a las calles a manifestar su frustración ante el alto desempleo y el hostigamiento y la brutalidad policial a la que se enfrentaban día tras día.

Las protestas se extendieron rápidamente por todo el país.

15 años después de estos episodios violentos, el de Sena Saint Denis sigue siendo uno de los departamentos de Francia que registra la mayor cantidad de crímenes a nivel nacional.

También cuenta con una de las más altas de desempleo y de informalidad.

Y sumado a todo esto, en medio de la pandemia de coronavirus, se ha convertido en una de las regiones francesas con las más altas tasas de mortalidad por coronavirus.

«Es como si la vida de los pobres no tuviera ningún valor», juzga en entrevista con BBC Mundo Esmili, quien también es investigador y profesor de la Universidad de París VIII.

Hamza Esmili.
El sociólogo Hamza Esmili cree que el confinamiento es un concepto burgués: «La idea es que todos tengamos una casa individual, un poco burguesa, en la que podamos refugiarnos».

El brote de coronavirus ha golpeado fuertemente a los franceses y a su economía.

El miércoles, el Banco de Francia anunció una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 6%, su peor desempeño trimestral desde 1945.

Y el número de afectados por la pandemia sigue aumentando. Hasta el 08 de abril, las autoridades galas habían contabilizado 109.069 casos detectados y al menos 10 328 muertes.

Lo que sigue es un resumen del diálogo con este sociólogo francés, quien explica cómo las medidas de confinamiento afectan diferentemente a las distintas clases sociales, no solo en Francia, sino en todo el mundo.

Línea

¿Qué piensa del concepto de confinamiento?

Creo que el confinamiento es necesario para frenar la pandemia actual, evidentemente. Ahora, como sociólogo, veo que la idea del confinamiento tiene un cierto número de presuposiciones y no corresponde a la realidad. Especialmente, no corresponde a la realidad de la gente en los barrios pobres.

El confinamiento es un concepto burgués. La idea es que todos tengamos una casa individual, un poco burguesa, en la que podamos refugiarnos cuando haya una pandemia o un desastre natural.

Pero lo que veo en los barrios pobres no es para nada eso. Existe una realidad rodeada de condiciones insalubres, pero no solo eso. En este tipo de barrios, hay casas en las que viven cuatro o cinco personas por habitación, por ejemplo.

También hay viviendas que no son habitables, en las que no puedes quedarte todo el día, porque prácticamente el espacio no se presta para ello.

Familia migrante en las afueras de París.

Getty
La idea del confinamiento tiene un cierto número de presuposiciones y no corresponde a la realidad. Especialmente, no corresponde a la realidad de la gente en los barrios pobres».
Hamza Esmili
Sociólogo y profesor de la Universidad de París VIII.

Y luego también, el problema del confinamiento es que se basa en una especie de mentira. Está la idea de que todos estamos confinados, lo cual no es cierto.

En los barrios de bajos recursos, como Saint Denis, todavía hay mucha gente que sigue trabajando. Los obreros siguen trabajando, porque algunas fábricas siguen abiertas. Los cajeros continúan yendo a sus trabajos, porque los supermercados siguen abiertos. Lo mismo pasa con los guardias de seguridad.

Todo esto tiene consecuencias dramáticas. Hoy, el de Sena Saint Denis es uno de los departamentos que registra la más alta tasa de mortalidad en Francia a causa del virus.

Oficiales de la policía francesa controlando las autorizaciones de salidas de personas el 2 de abril de 2020 en Saint-Denis, en las afueras de París.
Mientras que el resto de Francia se encuentra paralizado, las calles de Saint-Denis, un barrio de clase trabajadora en las afueras de París, continúan casi tan llenas como de costumbre.

Resides en en SaintDenis, ¿cómo se vive el confinamiento en uno de los barrios más pobres de Francia?

Es muy difícil, por supuesto. Muy difícil porque la experiencia del aislamiento ya es difícil de por sí, pero también porque algunas personas deben continuar trabajando bajo condiciones que no las protegen y porque muchos han perdido sus trabajos.

Tenemos trabajadores a los que se les paga por su jornada laboral, a menudo en el mercado negro, es decir sin declararlo, y de repente, de un día para otro, perdieron su fuente de ingresos.

La experiencia del confinamiento es extremadamente difícil, porque para algunos puede significar volver a la calle.

Cajera con tapabocas.

Getty
¿Cómo le dices a una cajera que haga teletrabajo?
Hamza Esmili
Sociólogo y profesor de la Universidad de París VIII.

En Saint Denis hay muchas personas sin hogar, refugiados, que viven en tiendas de campaña. Y no se ha elaborado ningún plan para atender a esta gente. Muy al contrario, esta mañana, por ejemplo, cuando la pandemia se encuentra en pleno apogeo, la policía desmanteló un campo de refugiados en Saint Denis.

Les confiscaron sus tiendas de campaña a estas personas que no tienen a donde ir.

¿Qué piensas de la forma en la que la opinión pública tiende a juzgar a estas personas que no pueden permitirse respetar las medidas de confinamiento por alguna razón u otra?

En el debate público francés, escuchamos actualmente muchas opiniones racistas y clasistas sobre la imposibilidad que tienen los inmigrantes o los hijos de inmigrantes de cumplir con las normas de confinamiento.

Esto es insultante porque niega e ignora la realidad y los problemas de los barrios pobres.

Las enfermeras de los hospitales, por ejemplo, a menudo viven en barrios como Saint Denis. Son ellas quienes se ponen en peligro para curar a la población, lo mismo pasa con las cajeras y con los repartidores de Amazon o la gente que trabaja transportando productos.

Panorámica de París.

El 17% de los parisinos han abandonado la ciudad para refugiarse en sus residencias temporales en el campo. Eso es algo que los pobres no se pueden permitir».
Hamza Esmili
Sociólogo y profesor de la Universidad de París VIII.

¿Ves? Existe una realidad que no es tomada en cuenta ni por el Estado ni por el derecho público. Y esto se traduce en autoritarismo. Es decir que la única respuesta del Estado y el derecho público ha sido más presencia policial, opresión y, a veces, hasta violencia.

¿Entonces dirías que el confinamiento un lujo?

Efectivamente. No niego la necesidad de confinar a la gente, pero lo que es cierto es que no todos somos iguales frente a esta medida. Entre aquellos que deben continuar trabajando, o los que no se confinan o no pueden confinarse porque su hábitat no corresponde a las normas que el confinamiento exige.

Entonces sí, el confinamiento es un lujo. Eso se pone en evidencia cuando vemos que, por ejemplo, el 17% de los parisinos (Gran París) han abandonado la ciudad para refugiarse en sus residencias temporales en el campo.

Eso es algo que los pobres no se pueden permitir.

¿Cómo toma la población local los anuncios del gobierno que les exigen que no salgan, que se queden en sus casas y hagan teletrabajo, si pueden?

Eso no significa nada para ellos.

Es como si hablaras en una lengua que nadie comprende. No se traduce en el día a día de mucha gente.

¿Cómo le dices a una cajera que haga teletrabajo? ¿Cómo se lo dices a un vigilante?

¿No tienen miedo de contagiarse?

Claro que sí. Pero, ¿qué puedes hacer cuando trabajas en un hospital o cuando te encuentras en una situación en la que tienes que alimentar a tu familia?

Además que frecuentemente esta gente trabaja bajo condiciones que no las protegen. Hoy, por ejemplo, una cajera murió en un supermercado en Saint Denis. Antes de ayer, fue un carnicero el que murió.

Mujer de bajos recursos cocinando.

Sí, el coronavirus mata, pero mata menos que el hambre; el hambre mata a ciencia cierta».
Hamza Esmili
Sociólogo y profesor de la Universidad de París VIII.

La gente muere porque las circunstancias les obligan a continuar trabajando. Esto genera miedo y rabia a la vez, porque muchos se sienten abandonados. Es como si la vida de los pobres no tuviera ningún valor.

¿Crees que es posible permanecer confinado cuando se vive en un barrio marginal en América Latina, el Sudeste Asiático o África?

El caso brasileño es aún más complicado, porque allí el mismo presidente niega la realidad de la pandemia.

En algunos casos, como en Marruecos, una realidad que conozco bien, el confinamiento es extremadamente difícil porque la mayoría de la población vive de la economía informal.

En la actualidad, hemos visto manifestaciones en Líbano, en Túnez y en un gran número de países del sur, donde la gente dice: «Sí, el coronavirus mata, pero mata menos que el hambre; el hambre mata a ciencia cierta».

Personas en una estación de tren en Saint Denis, en las afueras de París.
Saint Denis es un suburbio al norte de París conocido por albergar diferentes comunidades de inmigrantes, una alta tasa de criminalidad y crecientes tensiones sociales,

¿Consideras necesario imponer multas a aquellos que violen las medidas de confinamiento como lo están haciendo algunos países?

Creo que es una medida extrema.

Hay gobiernos que han sido inconsistentes en el tratamiento de la crisis. En Francia, el Estado mantuvo las elecciones municipales en el mismo momento en que la epidemia se estaba fortaleciendo en el país.

Contamos con gobiernos que no saben cómo manejar la crisis y que cambian de opinión constantemente. Estas acciones han cobrado vidas humanas».
Hamza Esmili
Sociólogo y profesor de la Universidad de París VIII.

Hoy, sabemos que hay alcaldes que murieron y personas que colaboraron en colegios electorales que fueron afectadas.

Contamos con gobiernos que no saben cómo manejar la crisis y que cambian de opinión constantemente. Estas acciones han cobrado vidas humanas.

Sancionar a individuos ya sea mediante presión policial, multas o con prisión me parece grave y extremo.

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