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La era de los gobernautas

Por: Lucas Malaspina

China va a elaborar un ranking de ciudadanos según su historial crediticio, que habilitará una navegación jerarquizada de Internet. Estados Unidos volteó la neutralidad de la red, lo que significa un poco lo mismo pero con la segmentación en manos privadas. Cambiemos cruza los datos de la Anses con los de Google y Facebook y sale a tocar timbres en el escarpado conurbano bonaerense con un 70% de efectividad. El descalabro generado por el descubrimiento de la operación Cambridge Analytica explica por qué los algoritmos se guardan bajo siete llaves y todos niegan utilizarlos para fines electorales. Lo privado desaparece y el capitalismo se engulle la democracia. Las guerras del futuro van a ser por los datos.

Durante la última contienda electoral se confirmó que Cambiemos está operando entrecruzamiento de informaciónelectoral con datos socioeconómicos a gran escala. El equipo de campaña manejado por el jefe de gabinete de Vidal, Federico Salvai, combinó los resultados de una detallada encuesta producida por la consultora ecuatoriana Informe Confidencial (ligada a Durán Barba) junto con las estadísticas de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, por un lado, y con los resultados de las PASO, por el otro. Así geolocalizaron el voto y las preferencias de los votantes de cada barrio de la provincia. Del maridaje entre big datamicro-targeting y presupuesto público parece surgir una ingeniería de las opiniones que ni siquiera Joseph Goebbels hubiera soñado.

Desde el entorno de la gobernadora Vidal negaron que se haya aplicado big data. Dicen que solo incursionaron en el campo de la “microsegmentación”, aunque admitieron la búsqueda de “canales de contactación”, por ejemplo Facebook, donde los usuarios habrían recibido mensajes específicos según su ubicación. En cambio, los asesores de 1País -así se llamó el massismo en las últimas elecciones- fueron más aventurados: “La big data nos permite buscar la mayor porosidad posible. Ya no se trata de la información de un grupo, sino de un individuo”.

Ricardo Rodríguez, uno de los encargados de organizar los timbreos superprofesionalizados del oficialismo, afirmó que dividieron Lanús en siete zonas que fueron rastrilladas por cuatro equipos de treinta personas. Rodríguez se jactó de su efectividad: “Siete de cada diez personas que nos atienden en el timbreo terminan apoyando la gestión”. Los coordinadores de estas cuadrillas fueron habilitados a un acceso parcial (es decir, limitado al territorio que cubrieron) al resultado del entrecruzamiento de datos geolocalizado para implementar mejor el mensaje electoral.

En este marco, a nadie puede sorprender el giro posdemocrático de la Secretaría de Medios, que pidió a la Anses acceso a su base de datos. La publicidad de Google o Facebook (corporaciones que no pagan impuestos en el país, pero sí acceden a contratos estatales millonarios) permite trackear usuarios una vez que entran a tu negocio o cargar planillas con mails o números de teléfono para afinar la llegada de los anuncios. El límite en el uso de la información estatal solamente parece estar en los escrúpulos de los mismos funcionarios que mienten en sus declaraciones al fisco.

carnaval posdemocrático

A finales del siglo pasado, la caída del Muro de Berlín, presentada como la victoria de la democracia capitalista sobre la dictadura comunista, prometía la protección de las libertades individuales bajo el paraguas de la vida privada, contrapuesta a una esfera pública donde triunfaba siempre la fuerza de gravedad de las mayorías. Pero esas épocas terminaron. En la posdemocracia el desarrollo de Internet y la apropiación de una enorme base de datos personales por parte de un grupo cada vez más concentrado de corporaciones, abona lo que Juan Carlos Monedero describe como “el intento de desplazar la política a un lugar neutral, para así proclamar la muerte del antagonismo político” (Nueva Sociedad, 2012).

Mario Riorda, consultor experto en comunicación política, denominó “gobernautas” a los ejecutores de esta pospolítica: para estar a la altura de la época los gobernantes deben garantizarse equipos capaces de analizar datos a gran escala, incluyendo una necesaria escucha activa de las redes sociales. Los riesgos son múltiples: la hipertrofia, puesto que en nuestra actividad digital todo el tiempo estamos votando, eligiendo y calificando; y la adulteración, porque la capacidad de monitorear y analizar lo que se desea y se piensa solo está al alcance de las grandes empresas (y del Estado). Lo importante es que se ha roto la intermediación entre la vida privada y la pública: el 99% se vuelve transparente para el 1%. Las audiencias microfragmentadas y traslúcidas son un sujeto que ya no puede ser pensado como el portador de la “soberanía popular”.

Estamos a las puertas de un mundo donde las personas pueden calificarnos y ser calificadas en cada interacción social que realicen. Y en el que las puntuaciones, a la vez, influyen sobre el estándar de vida. Es el caso del “Sesame Credit”, que por ahora funciona con adscripción voluntaria pero a partir de 2020 será obligatoria. El “Aviso del Consejo de Estado sobre la emisión del esquema de planificación para la construcción de un Sistema de Crédito Social (2014-2020)”, emitido por los peces gordos de la República Popular China el 14 de junio de 2014, podría inspirar muchos relatos distópicos. ¿De qué se trata?

la obediencia gamificada

El Sesame Credit se presenta como un medio para perfeccionar la “economía de mercado socialista” y fortalecer la gobernabilidad. El comportamiento de cada ciudadano y persona jurídica en China serán calificados, indizados y rankeados por el Estado posmaoísta, independientemente de su voluntad. Hasta aquí tiene similitudes con la norteamericana Peeple: se trata de una app muy polémica que permite puntuar a las personas en los planos personal, profesional y sentimental.

Una de las razones que justifican el Social Score es que el gobierno no posee estudios de mercado sobre la confiabilidad crediticia de los ciudadanos. Para implementarlo, de hecho, precisa de Alibaba, una suerte de Amazon chino que ya cuenta con gran cantidad de información para valorar a los usuarios orientales. En una absurda comparación con la Argentina amarilla, podríamos decir que es como si Macri intentara medir la confianza económica de los habitantes mediante una base de datos fundada en MercadoLibre (lo cual no sería del desagrado de su dueño Marcos Galperín, quien anunció la intención de competir con las entidades bancarias y ya implementó cambios en esa dirección).

En Estados Unidos y también en la Argentina, de hecho, se aplican modelos de credit scoring para determinar quién puede recibir un préstamo, a qué tasa de interés y con qué límites de crédito. El llamado Sistema de Crédito Social a construirse en China establece “una puntuación que oscila entre 350 y 950 puntos. Alibaba explicó sucintamente qué factores se tomarán en cuenta. El primero es el historial de crédito. Por ejemplo, ¿el ciudadano paga su factura de electricidad o teléfono a tiempo? Luego, está “la capacidad del usuario para cumplir con sus obligaciones contractuales”, según leemos en sus directrices. El tercer factor refiere a características personales como el número de teléfono móvil y la dirección. Y es la cuarta categoría, el comportamiento y las preferencias, “donde se vuelve interesante”, según Rachel Bostman, autora de Who Can You Trust? How Technology Brought Us Together and Why It Might Drive Us Apart (New York, 2017). Los puntos que cada persona tenga, al igual que en Black Mirror, tendrán que ver con lo que sus amigos dicen y hacen, más allá de su propio contacto con ellos. Una versión moderna y estatizada del “dime con quién andas y te diré quién eres“.

La oscuridad del mecanismo es fuente de desconfianzas. Según Bostman, Alibaba “no divulga el ‘algoritmo complejo’ que utiliza para calcular el número”. Los ciudadanos que otorgaron sus datos a la versión roja de MercadoLibre no lo hicieron con el fin de que el Estado evalúe sus gustos o preferencias sino en el libre ejercicio de su derecho a comerciar. Una vez procesada esa información, el Partido Comunista ahora se decide a fisgonear a gran escala para clasificarlos. Si Wung se compró una patineta o si Cheng recibió una mala puntuación porque el comprador de su auto lo acusa de haberlo defraudado, será interpretado con el fin de inhibir o promover a las personas. “Alguien que juega videojuegos durante diez horas al día, por ejemplo, sería considerado una persona inactiva”, dice Li Yingyun, director de Tecnología de Sesame.

Los números que determinan el éxito laboral o académico y hasta condicionan la vida emocional y sexual, son usufructuados por una compañía que se asegura su reproducción ayudando a que el Estado nos vea y nos juzgue todo el tiempo a través de nuestros teléfonos celulares. En este nuevo tipo de gobierno el capitalismo se contrapone a la privacidad. Como decía Mark Fisher, autor de Realismo capitalista (Londres, 2009), se viene el “estalinismo de mercado”.

Los puntajes más altos del Sesame Credit ya se han convertido en un símbolo de status, con casi cien mil personas alardeando sobre sus puntajes en Weibo (el Twitter chino) a los pocos meses de su lanzamiento. Suena delirante, pero el Partido Comunista utilizará el puntaje de un ciudadano para afectar sus probabilidades de obtener una cita o matrimonio. Es que cuanto mayor sea su calificación en Sesame, más prominente es su perfil de citas en Baihe (la plataforma nacional de matchmaking, similar a Tinder o Happn). Un alto rankeo en Sesame Credit no solo servirá para obtener mejores préstamos, sino que además permitirá hallar mejores trabajos y avanzar en los trámites burocráticos. Un bajo rankeo hará que su Internet sea más lenta y una seria limitación para sobrevivir y desarrollarse académica o profesionalmente. En las últimos semanas, el Banco Popular de China demoró las licencias a las ocho compañías que estaban implementando estas tecnologías, pero la idea de lanzar el Sistema de Crédito Social en 2020 se mantiene sin cambios.

occidente y la compañía

Es necesario volver a mirar Occidente a la luz de esta enorme transformación política que impulsa Xi Jinping . Parece tranquilizador marcar algunas distancias superficiales con el modelo chino, pero son muchas las asombrosas coincidencias. Compañías como Amazon, Google, Facebook, Apple, IBM, y más atrás Netflix o Spotify van en la misma dirección.

Mark Zuckerberg, el amo y señor de los territorios de Facebook, Instagram y ahora también WhatsApp, sostiene que la privacidad ya no es más una norma social. Según la teórica y activista italiana Tiziana Terranova, autora de Network Culture. Politics for the Information Age, “la mayoría de los usuarios habituales de Internet están sujetos al poder de algoritmos como el PageRank de Google (que clasifica los resultados de nuestras búsquedas) o el EdgeRank de Facebook (que automáticamente decide en qué orden recibimos las novedades en nuestro muro de noticias)”. Adam Mosseri, el jefe del News Feed en Facebook, anunció a principios de 2018 uncambio en el Edge Rank que priorizará a partir de ahora el contenido de las personas y, para poder ver con frecuencia contenidos de páginas, será necesario avisarlo específicamente a la aplicación. Una de las razones es el intento de revertir la crisis de la compañía tras haber sido vehículo de la injerencia de Rusia en las elecciones estadounidenses.

Para el CEO de Google, Eric Schmidt, “si tienes algo que no quieres que nadie sepa, quizás no deberías hacerlo en primer lugar”. Alexander Nix, de la firma de datos Cambridge Analytica, famosa por sus campañas por el Brexit y Trump, se jacta de que su compañía “perfiló la personalidad de cada adulto en los Estados Unidos”. Es comprensible entonces el grado de optimismo de los CEO y su esperanza en el Big Data. Para el economista jefe de Google, Hal Varian (autor de manuales con los que se aprende microeconomía desde hace treinta años), la resistencia a la pérdida de privacidad no será un problema porque “las ventajas en términos de conveniencia, seguridad y servicios serán gigantes”.

Al igual que en The Circle, la película protagonizada por Emma Watson y Tom Hanks, observamos que mas allá del accionar gubernamental (inevitablemente patente en el caso chino), es la ideología del valle de silicio la que se vanagloria de construir una gran KGB omnipresente y universal en base al e-commerce y la Big Data. Fisher también describió la lógica que este fenómeno lleva inscripta al decir que “nos encontramos integrados en un sistema de control cuyo único mandato son nuestros deseos y preferencias que vuelven, no como los propios, sino como las preferencias y deseos del gran Otro”.

“La civilización es el progreso hacia una sociedad de privacidad”, escribió en 1943 Ayn Rand, una de las escritoras de cabecera de Mauricio Macri. Sin embargo, ya en 1984 el jurista Richard Posner publicó su “teoría económica de la privacidad”: para él, la privacidad obstaculiza el capitalismo al interrumpir el libre flujo de información y generar ineficiencia bursátil. Posner planteó que “la gente no debería, en términos económicos en ningún caso, tener derecho a ocultar hechos materiales sobre sí mismos”.

Históricamente el surgimiento de la estadística social tiene que ver con objetivos demográficos, sanitarios o de planificación económica. Y está a cargo exclusivamente del Estado. En la actualidad las grandes corporaciones parecen estar tomando el liderazgo en la capacidad de recopilar estadísticas sociales y de nombrar al mundo (o a los objetos del mundo) en torno a los que gira nuestra acción. Por ejemplo, Uber está proveyendo datos para planificar la obra pública de infraestructura urbana. Por otra parte, el capitalismo siempre recogió datos rentables de sus trabajadores de manera compulsiva, pero solo recientemente con la proliferación de tecnologías inteligentes que disuelven mutuamente la vida privada en la pública, con el desarrollo del “Internet de las cosas”, nos encontramos ante un sistema que penetra mucho más allá del trabajo, agregando una dimensión de creación de valor no remunerado a nuestras actividades personales.

algoritmos para un mundo sin secretos

A fines de 2001, Google estaba considerando silenciosamente un cambio en el sistema de votación que permitiera a los usuarios impactar de manera transparente la clasificación de sus resultados de búsqueda. La cofundadora de SiteLab, Dana Todd, calificó el enfoque como un refuerzo de la “consciencia del usuario”, pero la función transparente nunca llegó al mercado. Según Google, la recolección masiva de datos funciona mejor de forma encubierta e indirecta. Un intercambio activo -como con un cuestionario o una encuesta de servicio al cliente, por ejemplo- revela la labor que implica alimentar un algoritmo mágico. Ernesto Calvo, profesor en el Departamento de Gobierno y Política de la Universidad de Maryland y autor de Anatomía política de Twitter en Argentina, dice que, si intuimos la orientación de quien pregunta, estamos predispuestos a tergiversar nuestra respuesta a fin de provocar una “disonancia cognitiva”. Google se previene de nuestras artimañas proponiéndonos sistemática y subrepticiamente regalar información sobre sus movimientos a través del espacio físico (Maps), futuros anticipados (Calendar) y métricas del uso diario de Internet (Chrome).

Este data entry tan continuo como invisible se volvió rápidamente estratégico en el modelo comercial de Google así como para Amazon, que comenzó a monetizar desde 2003 datos de usuarios utilizando un amplio conjunto de historiales de compras individuales para alimentar algoritmos que construyeran índices de similitud entre los diversos artículos y herramientas, y al mismo tiempo construir perfiles de los consumidores. Fueron así pioneros de la publicidad digital, aprovechando los metadatos a través de un complejo sistema de recomendaciones. Amazon no automatizó el trabajo de un empleado minorista sino que simplemente legó el laburo del empleado a los propios consumidores, quienes lo realizan en el acto mismo deconsumir. De este trabajo oculto e impago nos habla el marketing 2.0 -como sin querer queriendo- cuando conceptualiza a los prosumers (el consumidor productor).

El progresismo ha abordado el asunto escasamente, en general desde programas más bien conservadores. Es el caso de la propuesta de Bernie Sanders que sugiere atacar la existencia de este tipo de monopolios. Una cooperativa local podría hacer una app para vencer a Uber, pero no podría construir un auto sin conductor: esto requiere una inversión masiva y una infraestructura para recolectar y analizar todos los datos. Uno puede, por supuesto, crear también cooperativas de propiedad de datos, pero es poco probable que se escale hasta competir con Google o Amazon.

En otro plano, pero en el mismo sentido, se inserta el fin de la “neutralidad de la red”. Recientemente, Donald Trump pateó el tablero y decidió revertir una medida fundamental tomada por Barack Obama en 2015. La medida garantizaba que ningún usuario ni empresa podía pagar ni cobrar para recibir un trato prioritario, descargando datos a mayor velocidad o discriminando en contra de contenidos de la competencia. Su reversión significa un nuevo capítulo en la feroz batalla entre “telcos” (gigante de las telecomunicaciones como Verizon, Comcast y AT&T) y OTT (servicios Over The Top, “los que ofrecen empresas que no controlan las redes mediante las que son distribuidos”, por ejemplo Facebook o Netflix). El cambio se presenta como una “victoria de la libertad” pero destruye la Internet entendida como “bien público”: los proveedores de la red podrán bloquear o ralentizar la velocidad de conexión en función del precio que pague el cliente o la página web que esté visitando. Habrá entonces, una Internet de primera y una Internet de segunda.

Mientras tanto, Amazon se suma a Google, Microsoft, Facebook e IBA, al salir a la cancha de los servicios en Inteligencia Artificial basados en la nube. Así, proveerá sistemas para reconocer objetos en imágenes, procesar comandos de voz y operar aplicaciones de chatbot. La revolución de la Inteligencia Artificial fue posible solo porque un puñado de compañías, de hecho, disfrutaron del estatus de cuasimonopolios. Diez mil nuevas empresas, cada una de las cuales posee una pequeña porción del imperio de datos de Google, difícilmente producirían un auto sin conductor. En vez de pugnar por la atomización de la web en clave de libre competencia, quizás el campo popular debería luchar por la democratización de los datos (en especial, el blanqueo del funcionamiento de los algoritmos con que se los procesa) y por la remuneración del silencioso trabajo digital de los prosumers. Si esperamos demasiado, quizás, como en China, ya sea muy tarde para patalear.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=240199

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Alberto Royo: «Los nuevos gurús educativos no son profesores»

España/14 de Abril de 2018/El Mundo

Da clases de Música. El profesor de Matemáticas pensará que lo suyo está chupado, ¿no?

Es una asignatura que tradicionalmente está considerada una maría, pero la música tiene gran parte de matemáticas. En realidad, la música también es arte, lenguaje, e incluso filosofía. Es una asignatura muy versátil.
¿Un buen maestro es el que programa muchos o pocos exámenes?
Los necesarios. Yo no pongo demasiados, pero el examen es una herramienta muy buena para comprobar si tus alumnos han aprendido y para saber si has acertado. En el fondo, en el examen no sólo evalúas a los alumnos, sino a ti mismo.
¿Qué requisitos debe tener un gran docente?
El dominio y el amor por la materia que está dando. También el compromiso de estar firmemente convencido de que lo que hace es valioso. Y el entusiasmo, porque no basta con dar la asignatura, sino que debe contagiar a sus alumnos el gusto por la materia.
¿Deberes sí o no?
Depende. Deberes mal estructurados, excesivos y que hagan los padres, no. Pero si son proporcionados y sirven para que al alumno le surjan dudas y refuerce lo que ha visto en clase, sí. Los estudios nos indican, sobre todo en la Secundaria, que los deberes bien diseñados mejoran el rendimiento académico.
Se dice que el nivel ha descendido mucho. Pero lo que veo a mi alrededor son alumnos desbordados que no paran de estudiar.
 El listón ha bajado. Se ha instaurado una especie de facilismo y la idea de que es posible aprender sin esforzarse. Esto es falso. El aprendizaje supone un crecimiento personal y es algo muy valioso. Pero no es algo que se consiga sin esfuerzo.
¿Cuál ha sido la peor ley educativa?
En realidad, la ley no ha cambiado demasiado. La LOGSE, la LOE y la LOMCE mantienen la misma filosofía. No creo que haya habido una ley peor que otra. Las tres son malas y bastante similares.
¿La LOMCE no ha subido el nivel?
No. Teóricamente apostaba por la cultura del esfuerzo, pero en la práctica no ha sido así. El error fundamental de todas las leyes es que se exige poco a los alumnos porque se considera que no es positivo. Sin embargo, la mejor manera de detectar quiénes tienen dificultades para poder ayudarles es exigir.
¿Por qué se ha dejado de memorizar en la escuela?
La educación ha pasado a ser un asunto mediático del que opina prácticamente todo el mundo, excepto el profesorado. Se está intentando combatir un modelo que ya no existe. Siempre que se menosprecia la memoria se hace recurriendo a la lista de los Reyes godos, que ni siquiera yo estudié. Se está confundiendo memorizar, que es algo fundamental, con basarlo todo en la memorización, que no tiene sentido.
¿Qué es el populismo pedagógico?
La corriente, según la cual, decimos lo que queda mejor en lugar de lo que resulta más sensato o de lo que es más eficaz. Se lleva mucho decir que los niños en la escuela tienen que ser felices. Pero, ¿cuál es el cometido de un profesor: proporcionar felicidad o conocimientos? El objetivo no puede ser el bienestar del alumno sino el adquirir conocimientos.
¿Quiénes son los nuevos gurús educativos?
Normalmente no son profesores. La mayoría de ellos conoce la enseñanza de oídas. Eso sí, nos explican a los que estamos día a día en el aula cómo tenemos que trabajar. Son personas que, en realidad no tienen experiencia, y que, paradójicamente, son considerados expertos.
Entonces, ¿los que hacen los estudios son los que nunca pisan las clases?
Bueno, no siempre. Hay gente muy preparada que hace estudios interesantes. Pero, es verdad, que la figura del experto educativo muchas veces está muy lejos del aula.
¿Cuál es el dogma pedagógico posmoderno más dañino?
Esa confrontación entre esfuerzo y felicidad. Esa idea, que es muy peligrosa, de que esforzarse supone un sacrificio inasumible. Cuando los profesores decimos que para aprender hay que esforzarse no estamos queriendo que el alumno sufra. Al contrario, consideramos que es algo gratificante. Afrontar un reto y superarlo proporciona un crecimiento personal importante.
El Gobierno parece preocupado con la formación de los docentes, ¿es éste el principal problema de la educación?
En absoluto. En mi opinión, lo que el Gobierno está planteando es algo tan absurdo como solucionar el exceso de pegadogismo, que nos ha llevado hasta nos ha llevado, con más pedagogismo. En lugar de reconocer que lo fundamental en un profesor es tener un amplio dominio de su materia, lo que vamos a hacer es aumentar la carga pedagógica con una connotación económica importante porque el MIR docente va a ser bastante caro. Esto de ninguna manera va a mejorar la formación de los profesores.
¿Qué opina entonces del MIR educativo?
Errando el diagnóstico, es muy difícil dar con el tratamiento adecuado. El Gobierno considera que el principal problema de la educación es la formación de los profesores y yo creo que no es así. De hecho, somos los que estamos impidiendo que el barco se hunda. Con el MIR, el Gobierno quiere poner el énfasis en los procedimientos y no en los contenidos. Pero lo fundamental para que un profesor enseñe bien es que domine su materia.
¿El docente, en ocasiones, no controla su disciplina?
No, lo que pasa es que no encaja en el perfil que se está solicitando desde la Administración. Nos están pidiendo que seamos grandes comunicadores, olvidando que uno comunica mejor cuanto más sabe. Una persona con pocos conocimientos, pero que es un gran comunicador, es un charlatán o un predicador, pero no es un buen docente.
Según su criterio, lo único que va a hacer el MIR educativo es empeorar las cosas.
Desde luego, no las va a arreglar.
Los planes de formación de las comunidades autónomas a los docentes incluyen ‘focusing’, talleres de kinesiología, tertulias dialógicas…
Si la Administración pretende formar al profesor mediante cursos de risoterapia, la cosa resulta bochornosa. Un profesor de Música como yo lo que tiene que hacer es saber cada vez más música. Un alumno necesita tener cierta admiración hacia su profesor.
El ‘design thinking’, las ‘flipped classrooms’, las ‘learning analytics’… ¿se nos está yendo de las manos la innovación en las aulas?
Innovar en sí mismo no es bueno ni malo. Depende. Innovar es hacer algo diferente. La novedad puede ser positiva o negativa. De todas maneras, el profesor siempre está innovando. Yo jamás doy la misma clase y cambio continuamente de estrategias. Lo fundamental es que no tenemos que confundir innovar con ser buen profesor. Ése es el problema. Un profesor puede ser un buen profesional, independientemente de que su metodología sea más tradicional o más moderna.
Pese a este debate en los medios sobre la innovación, lo que percibo es que las clases se siguen impartiendo como siempre. El maestro en la pizarra soltando un monólogo y el niño aburrido en el pupitre.
Es muy raro que un profesor hoy que se dedique a hacer un monólogo sin que los alumnos ni siquiera puedan preguntar. Hay muchas posibilidades que uno puede utilizar en clase. Me estás hablando de la instrucción directa, que es una metodología. Cuando yo tengo que exponer algo, la utilizo. Pero, otras veces, empleo el aprendizaje cooperativo, sólo que no lo llamo así, sino simplemente enseñar. Cuando hablamos de gamificación y de espíritu lúdico, yo en clase practico con mis alumnos la improvisación, que no deja de ser jugar con los sonidos. Tampoco lo denomino gamificar. Muchas de las metodologías que se está vendiendo como novedosas no dejan de ser diferentes maneras de enseñar.
¿Qué opina de los colegios que han suprimido los libros por las tablets?
No sólo no hay evidencias de que el uso de tabletas mejore el rendimiento académico, sino que cada vez tenemos más evidencias científicas que nos están advirtiendo de que perjudica a los alumnos. Antes de implantar una metodología, debemos ser cautos. En este caso, me temo que nos estamos dejando llevar por la moda.
Usted también es muy crítico con la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner. ¿E qué quedamos: hay siete inteligencias o sólo una?
El propio Gardner reconoció que no tenía que haber hablado de inteligencias, sino de habilidades, pero supongo que habría vendido menos libros. Hay cuestiones que la ciencia ya ha desmentido. No tenemos siete cerebros sino una inteligencia. Otra cosa es que tengamos más capacidad para unas actividades que para otras.
¿Los alumnos brillantes están siendo engullidos por una mayoría mediocre?
Tenemos cada vez menos.
¿Por qué?
Cuando se baja el listón y se iguala por abajo pensando que así más alumnos van a alcanzar los objetivos, nos estamos equivocando. Los que podían haber funcionado mejor, terminan desincentivándose.
¿Y qué hacemos con el estudiante que se esfuerza, pero al que le cuesta llegar al aprobado?
Proporcionarle todo el apoyo que necesita. Para mí la base de la escuela pública es que cada alumno desarrolle al máximo sus capacidades. Estamos de acuerdo, pese a Gardner, en que hay alumnos más inteligentes que otros. Para eso es fundamental exigirles a todos en función de sus capacidades y ver las dificultades para apoyarles en lo que necesitan.
¿Y con los estudiantes que ni se esfuerzan ni quieren estudiar?
Éste es uno de los grandes problemas que está sin resolver. Lo que no podemos hacer es reconvertir la escuela de institución académica en un centro asistencial. Hay alumnos descolgados de los estudios a los que hay que buscar una salida. Una posibilidad sería establecer itinerarios interesantes y muy tempranos.
¿Cuál es su consideración del Global Teacher Prize, el que elige al mejor profesor del mundo?
A mí me resulta bastante frívolo dar premios a los profesores. No son premios al mejor sino al más innovador. Volvemos a lo de antes. La labor del profesor es una labor discreta y callada. No es una actividad que necesite aplausos ni grandes galardones, sino despertar curiosidad día a día a los alumnos.
Por ejemplo, Xuxo Ruiz Domínguez enseña con trucos de magia. ¿Quieren convertir al profesor en un mono de feria?
Estamos confundiendo enseñar con entretener. Y no es lo mismo. A lo mejor es un gran profesor, lo que no acepto es que sea un modelo a seguir. Defiendo la libertad metodólogica y de cátedra. Si esta persona consigue que sus alumnos aprendan con trucos de magia, tiene mi enhorabuena. Si no aprenden y sólo les está entreniendo, entonces no está cumpliendo con su obligación.
César Bona, otro de los finalistas de este premio, aboga por estimular la creatividad en el aula y que el niño aprenda a gestionar sus emociones.
La creatividad es importantísima, pero sin una base de conocimientos es extravagancia. Una persona puede ser tanto o más creativa cuanto más sabe. En cuanto a las emociones, siempre se habla de que hay que respetar el ritmo de aprendizaje de los alumnos, pero no se habla del ritmo de maduración. No discuto la importancia de las emociones, pero sí que haya que crear una asignatura ex profeso sobre gestión emocional.
LA ÚLTIMA PREGUNTA: ¿Qué receta me daría para el éxito escolar?
A mis alumnos adolescentes les suelo decir que el mayor acto de rebeldía que pueden hacer es aprender. Porque convirtiéndose en personas cultas y formadas van a ser mucho más difíciles de manipular. No hay nada estimulante para un alumno que ver que aprende y progresa.
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Trailer: El buen maestro

Francia/14 de Abril de 2018/Toyoutome

Imaginemos que somos maestros y que tenemos delante un grupo de alumnos de esos que llaman “conflictivos”, ¿qué podríamos hacer para ganárnoslos? Este es precisamente el problema que encuentra el protagonista de la película francesa El buen maestro que está a punto de estrenarse.

La película pone el foco en la experiencia de un docente, François Foucault, de 40 años, profesor de literatura en el prestigioso instituto  Henri IV al comienzo de la película. Debido a una serie de circunstancias le trasladan desde el reconocido centro en el que lleva impartiendo clase varios años a otro con una realidad social muy diferente.

Dirigida por Olivier Ayache-Vidal y protagonizada por Denis Podalydès, Abdoulaye Diallo, Léa Drucker y Pauline Huruguen, entre otros, la producción requirió una inmersión profunda tanto del director como del equipo artístico en la realidad del aula. El propio director convivió durannte casi dos años con los 500 alumnos y 40 profesores del colegio Maurice Thorez de Stains, una población de la periferia de París, para aportar experiencias lo más realistas posibles a su película.

Santillana, a través de Invery Crea, ha colaborado con Cero en conducta, la red social de profesores que buscan acercar el cine y el lenguaje audiovisual al mundo educativo, y la distribuidora de cine independiente, Caramel Films, para promocionar esta singular película entre la comunidad de profesionales de la educación.

Hoy ayudamos a compartir el tráiler de esta producción francesa (Les grands esprits), dirigida por Olivier Ayache-Vidal, que se estrena en las pantallas españolas el 13 de abril de 2018 y que sin duda recomendamos verla.

Fuente: http://toyoutome.es/blog/el-buen-maestro/42654

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España: las últimas tendencias en innovación educativa en el ITworldEdu

España/14 de Abril de 2018/Educaweb

El evento celebra su décimo aniversario el 16 y 17 de abril con sesiones innovadoras y talleres que plantearán cómo afrontar la transformación educativa que propician las nuevas tecnologías.

¿Cómo influyen las tecnologías emergentes sobre la educación y cómo propiciarán la transformación del sector? ¿Cuál debe ser el papel de las mujeres en las carreras conocidas como STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)?

Estas son algunas de las cuestiones que serán debatidas por profesionales de la educación en la décima edición del Summit ITworldEdu, uno de los principales congresos sobre innovación tecnológica en el ámbito educativo en España, que se realizará los próximos 16 y 17 de abril de 2018 en el Teatro-Auditorio de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).

Organizado por el Clúster Edutech con la colaboración del centro tecnológico Eurecat y el apoyo de las principales administraciones de Catalunya, el ITworldEdu reunirá a representantes del sector para dar a conocer soluciones educativasintercambiar conocimiento y reflexionar conjuntamente en torno a los retos de la educación presente y futura.

Dado que este año el evento celebra su décimo aniversario, los organizadores han preparado una edición muy especial con formatos innovadoresponentes de relieve y con las temáticas que actualmente centran más interés en el sector, según informa Patrícia Remiro, Clúster Manager de Clúster Edutech.

Tendencias educativas como el aprendizaje adaptativo, Big Data y Seguridad, inteligencia artificial en educación, Internet of Things y Communication & Mobile Learning serán abordadas durante el congreso a través de sesiones plenarias con conferencistas de renombre, workshops de innovación y talleres prácticos en ámbitos STEM, Cultura Maker y tecnologías emergentes, y dinámicas creativascon equipos directivos de centros educativos, entre otras actividades.

El encuentro está dirigido a todos los profesionales con interés en la innovación educativa, tanto equipos directivos, directores de innovación, docentes, responsables TIC, como representantes de la industria y la administración vinculada al sector educativo.
«Este tipo de eventos permiten un mejor conocimiento de las tendencias y experiencias del sector, al mismo tiempo que habilita un punto de encuentro entre la industria, el sector educativo y el resto de los agentes vinculados a la educación», añade Remiro.

Un programa con sesiones prácticas e innovadoras

El ITworldEdu celebra su décimo aniversario con un programa innovador en el que habrá desde sesiones plenarias, debates, talleres prácticos de la mano de profesores y expertos en el tema de las tecnologías aplicadas a la educación, y desde un punto de vista práctico e inspiracional.

Entre las conferencias que se realizarán se encuentra la sesión de Eduard Calvo, profesor de producción, tecnología y operaciones en el IESE Business School. «Durante mi ponencia pretendo compartir con los asistentes al Congreso unos ejemplos de rotundos fracasos empresariales causados por el mal uso de la tecnología, que confío que puedan aportar analogías valiosas con los retos tecnológicos que el sector educativo tiene por delante», explica el profesor.

En la sesión intervendrán también ponentes destacados como Ismael Palacín, director de la Fundació Jaume Bofill, quien explicará su punto de vista sobre la transformación educativa y los propulsores del cambio en las escuelas; o como Virginio Gallardo, Socio Director de Humannova y especialista en el liderazgo de equipos directivos.

El evento también abordará el papel de las mujeres en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Elsa Rodríguez, joven emprendedora, y Gina Tost, periodista especialista en tecnología, debatirán sobre esta cuestión.

El profesor de matemáticas David Calle, finalista a los premios internacionales Best Teacher Prize, explicará el miércoles 17 de abril cómo potenciar la profesión docente e innovar en las clases, poniendo como ejemplo su propio proyecto Unicoos, un canal de YouTube con recursos de matemáticas, química y física, al que tienen acceso estudiantes y profesores de todo el mundo.

«Contaré desde un punto de vista inspiracional la historia de Unicoos, por qué nació, cuál fue mi intención inicial y, sobre todo, los obstáculos encontrados por el camino para conseguir que siguiese creciendo y poder seguir ayudando gratis a cada vez más alumnos en todo el mundo: la falta de financiación dado el carácter altruista del proyecto, la web que merecían, un equipo que me ayudase», comenta Calle.

El nominado al Global Teacher Prize también compartirá reflexiones sobre su candidatura a este premio, con el que tuvo «la suerte de haber podido conocer las historias de decenas de profesores de todo el mundo, muchas veces sin recursos, pero con una pasión y vocación impagables».

Calle ha destacado que es importante para la educación que los profesores intercambien sus experiencias docentes, como sucederá en el ITworldEdu. «Que debatan e interactúen con el resto de sus compañeros para tratar siempre, del mismo modo que yo les pido a mis alumnos, de ser mejores».

Otro de los ponentes será Conor Flynn, COO de Adaptemy, quien expondrá el aprendizaje adaptativo y el rol del profesor en este nuevo proceso y, finalmente, la escritora Linda Liukas clausurará el congreso presentando su visión sobre cómo motivar la creatividad de los estudiantes de la mano de la programación y la tecnología.

Talleres y buenas prácticas de los centros educativos

ITworldEdu se diferencia de otros eventos sobre innovación educativa por el protagonismo que les da a los centros educativos que, a través de workshops prácticos, mostrarán las principales tecnologías y metodologías educativas que han funcionado exitosamente en sus aulas.

«En el proceso actual de transformación educativa, las escuelas necesitan ejemplos, referentes y una visión de cómo llevar a cabo la innovación educativa. ITworldEdu se configura cómo el evento donde plantear este tipo de reflexión y puesta en común de estrategias», ha opinado Patrícia Remiro, Clúster Manager de Clúster Edutech.

8 centros educativos llevarán a cabo estos talleres dedicados a Proyectos STEM (robótica, pensamiento computacional, impresión 3D, espacios Maker o Do It Yourself), Nuevas metodologías de aprendizaje, y Nuevos formatos de contenidos y actividades con recursos digitales.

Fuente: https://www.educaweb.com/noticia/2018/04/11/itworldedu-impacto-tecnologias-emergentes-educacion-16395/
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Perché l’insegnamento della letteratura dovrebbe guardare al presente

Italia / 14 aprile 2018 /thesubmarine

tutte le illustrazioni da “Una Grande Esperienza di Sé,” edizioni Pearson

C’è un problema generalizzato nell’insegnamento della letteratura alle superiori, un inghippo che trova le sue radici nella tradizione e nelle norme didattiche.

Alle superiori studiare letteratura significa, in certi casi, imparare a memoria le date importanti, leggere i testi, capire cosa sia una allitterazione, cosa una anafora e cosa un poliptoto, carpire qualche informazione sulla vita dell’autore e sapere la differenza tra pessimismo storico e pessimismo cosmico — appurando tragicamente che l’unica via è quella di impararselo a memoria. Uno studio tecnico, il cosiddetto compitino.

Non è così in tutte le scuole superiori, ovviamente. Esistono insegnanti magnifici, capaci di conquistare l’attenzione degli studenti, capaci di andare al di là del manuale, al di là del programma. Esistono studenti appassionati, partecipativi, curiosi, disposti ad approfondire anche da soli. Esistono, certo, ma non rappresento la norma.

Sicuramente nelle scuole c’è un problema di tempo, di direttive ministeriali. Spesso i magnifici insegnanti di cui sopra si scontrano con un uditorio di magnifici menefreghisti a cui di Dante frega esattamente zero, e spesso, invece, studenti interessati si trovano davanti un professore che si accontenta di insegnar loro il minimo indispensabile. È ovvio, poi, che, a seconda dell’indirizzo della scuola, i programmi prevedano più o meno ore destinate all’insegnamento  della letteratura, e, di conseguenza, un approfondimento più o meno vasto — ai classici ci si aspetta che le humanae litterae siano la fissa assoluta degli studenti (spoiler: non lo sono), agli istituti tecnici un po’ meno (spoiler: talvolta è un pregiudizio).

Al di là di ogni premessa, pare esserci un problema generalizzato nell’insegnamento della letteratura alle superiori, un inghippo che trova le sue radici nella tradizione e nelle norme didattiche.

“Credo che un autore di antologie e manuali abbia una grande responsabilità. Il canone si fissa quando a un autore viene concesso di uscire dalle aule universitarie e di arrivare non solo ai ragazzi, ma anche i professori.” ci spiega Alessandra Terrile.

Nel 2016 Claudio Giunta aveva denunciato l’eccessivo tecnicismo dei manuali di letteratura per le superiori, scritti in un idioma astruso da lui definito “scuolese,” infarciti di commenti pedanti ed esercizi meccanici.

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illustrazione Lorenzo Mattotti

La letteratura intesa come un insieme di norme, di formule, di figure retoriche, di definizioni. L’approccio analitico al testo, da sezionare come in un’autopsia. Le rime, il metro. il discorso diretto, quello indiretto. Sono tutte conoscenze fondamentali, imprescindibili per un corretto studio della letteratura, il problema sorge quando la letteratura diventa solo norma, solo definizioni, solo concetti imparati a memoria. Quando l’analisi di un testo poetico diventa Il compitino.

Francesco Rocchi, in un intervento sul medesimo argomento, concorda con Giunta, facendo però notare come, per molti studenti, lo studio della letteratura sia ben lontano dall’essere una priorità, e bisogna dunque trovare dei surrogati che inducano un adolescente a tenere il naso sul libro. In altre parole, prese in prestito dallo scuolese, “il materiale va didattizzato”, nel bene o nel male.

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illustrazione Lorenzo Mattotti

I metodi d’insegnamento tradizionali, di per sé non erronei, sembrano soggetti a una sorta di perpetuo immobilismo, esclusi a priori da qualsiasi possibilità di mutamento: a me la letteratura è stata insegnata così, con questi termini e queste immagini, e io così la insegno a te. Occhi rivolti al passato, senza pensare al presente.

Come spiega Rocchi, per gli insegnanti oggi si apre grande sfida: quella di pensare a come modificare la propria didattica — non semplificarla, ridicolizzarla, appiattirla, semplicemente modificarla. Nessuno chiede di spiegare Foscolo attraverso i testi di Sfera Ebbasta (inutile dire che sarebbe bellissimo), ma semplicemente di ricordare cosa rende la letteratura immortale, e provare a spiegarlo. Magari non in tutte le situazioni è possibile, ma dove c’è del terreno fertile magari una o due piantine crescono, non si sa mai.

Il conservatorismo non si limita solo a come la letteratura viene trattata, ma anche agli autori scelti. Esistono indicazioni ministeriali ben precise, atte a standardizzare i programmi e, soprattutto per quanto riguarda la letteratura pre-novecentesca, il percorso è quasi obbligato: si possono operare piccole modifiche, trattare più o meno dettagliatamente un determinato autore, magari introdurre qualche nuovo nome, ma, come nota Giunta, il margine di manovra non è ampio. In primis perché la tradizione è reputata intoccabile, in secundis perché, di norma, i dirigenti scolastici non sembrano troppo aperti alla novità.

Il canone letterario è da sempre una brutta bestia. Citando Romano Luperini, il famigerato canone “indica la tavola dei valori prevalente. Essa si traduce poi nell’elenco dei libri di cui si prescrive la lettura nell’ambito delle istituzioni educative di una determinata comunità”. Tale tavola dei valori varia a seconda dei secoli e delle comunità, con il mutare del gusto e delle esigenze culturali. Riflette, e aggiorna ininterrottamente la memoria storica di un popolo, una memoria irrimediabilmente selettiva.

illustrazione Lorenzo Mattotti

illustrazione Lorenzo Mattotti

Il punto è che la presunta l’oggettività del canone letterario non è altro che il prodotto di una selezione avvenuta nel tempo. Sempre citando Luperini, “la letteratura non è trasmissione inerte di una unica tradizione, ma una sede di conflitti e di contraddizioni: in essa e attraverso di essa si svolge una lotta per l’egemonia che investe temi e contenuti ideologici, tendenze e movimenti letterari, soluzioni di stile e di gusto e anche scelte di politica culturale in cui si riflettono precisi rapporti di potere”.

In parole povere: se studiamo un autore piuttosto che un altro è perchè, storicamente, quell’autore è stato considerato non migliore ma più in linea con il canone, più canonico. Petrarca per secoli ha oscurato Dante. L’autore imprescindibile per i romantici era Torquato Tasso, genio folle e malinconico. La tavola dei valori varia nel tempo, e la fortuna di un autore ne dipende tantissimo.

Il canone trascina con sé alcuni spettri e ne lascia altri nell’ombra. Un esempio lo fornisce Giunta, raccontando di quando, durante la compilazione del suo manuale, qualcuno gli aveva suggerito di aggiungere Federico Della Valle, autore piemontese seicentesco. Perchè mai inserire Della Valle, autore secondario che, onestamente, non aggiungeva nulla di più all’opera di altri?  La risposta è semplice e annichilente:

“Un secolo fa, Benedetto Croce ha riscoperto questo scrittore, contemporaneo di Shakespeare, di Lope de Vega, e da allora, nei manuali, Della Valle è servito soprattutto per riempire una casella che era rimasta vacante, quella del grande tragediografo italiano nel secolo europeo del teatro”.

Benedetto Croce. Un secolo fa.  Giunta si è rifiutato di inserire Della Valle, e i suoi studenti gli saranno certamente grati — senza offesa per Della Valle, si intende.

Particolarmente interessante è poi il discorso inerente al canone letterario novecentesco, molto più labile, meno fisso, in continuo aggiornamento. Anche in questo caso, sia per la poetica che per la narrativa, ci sono i nomi imprescindibili: a cavallo del secolo Giovanni Pascoli e Gabriele D’Annunzio, poi Luigi Pirandello, e Giuseppe Ungaretti, seguiti da Italo Svevo, Eugenio Montale, Umberto Saba, Carlo Emilio Gadda, Alberto Moravia. In chiusura Cesare Pavese, Italo Calvino, Primo Levi, Beppe Fenoglio. Per i più valorosi Vittorio Sereni e Giorgio Caproni.

Ovviamente, il più delle volte è già tanto se si arriva a Umberto Saba. Il tempo per il Novecento risulta sempre risicato, eppure è (per ovvi motivi) il secolo che più affascina gli studenti.

illustrazione Arianna Favaro

illustrazione Arianna Favaro

Spesso vengono dati da leggere libri di autori Novecenteschi negli anni precedenti, alcune volte a sproposito e senza una selezione ragionata. Quasi sempre si rimane confinati in una rosa d’autori poco vasta, i cosiddetti classici di fine Ottocento/inizio Novecento. I nomi sopra citati vengono trattati in minima parte e solo nell’ultimo anno, solitamente dando molto più spazio alla poesia di inizio secolo — questione di canone.

Il secondo Novecento questo sconosciuto. La contemporaneità non pervenuta. Come si diceva all’inizio, ci sono professori brillanti e coraggiosi che, di fianco ai grandi classici, indicano, nei programmi del triennio, letture che vanno addirittura oltre il 1930. Spesso e volentieri si tratta di Pavese o, ancora più sovente, Calvino — unico autore del secondo Novecento pressoché sempre presente nelle scuole e, guarda caso, autore preferito di molti studenti (ti piace vincere facile eh, Italo) — ma, in casi fortunati, si legge anche Dino Buzzati, Alberto Arbasino, o Bassani, autori che spesso nei manuali non ci entrano nemmeno — o ci entrano ma vengono ignorati. Altre volte, incredibili e rare, si leggono dei contemporanei: i casi letterari, le nuove uscite interessanti.

Talvolta, addirittura, si leggono Elsa Morante e Natalia Ginzburg, le uniche due donne considerate degne di entrare nel canone. Sì perché il Novecento è ricco di donne scrittrici e donne poetesse, donne che hanno svelato la propria interiorità, che hanno difeso i propri diritti quando nessuno ancora ne parlava, donne che han guardato la guerra dall’altra prospettiva e l’hanno raccontata in maniera impeccabile. Queste donne — da Sibilla Aleramo a Fausta Cialente, da Alba De Céspedes a Lalla Romano — sono rimaste presenze impalpabili, troppo poco canoniche per le aule, non degne di entrare in quel pantheon di autori. Funambole al bordo di un canone palesemente sessista, frutto di una tradizione critica creata da uomini, in nome di una presunta superiorità intellettuale. Ad oggi molte studiose stanno portando avanti ricerche su tutte quelle donne escluse a priori dalla storia della letteratura istituzionale, e i risultati sono abbastanza inquietanti.

Senza togliere troppo spazio agli autori imprescindibili, forse letture diverse, meno canoniche, potrebbero stimolare maggiormente la curiosità di uno studente. Magari un libro percepito come meno istituzionale può toccare corde diverse. Magari davvero il canone deve essere rivisto, ampliato. Magari alcuni mostri sacri, oggi, possono essere trattati diversamente, trovando un accordo col presente.

In questa direzione si sono mosse Alessandra Terrile, Paola Biglia e Cristina Terrile, le autrici di «Una Grande Esperienza di Sé», un nuovo manuale di letteratura in sei volumi per le scuole superiori, edito da Pearson. Il progetto nasce con l’idea di avvicinare gli studenti alla letteratura attraverso una lingua viva e comprensibile che non rinunci alla cura formale, e attraverso un percorso di lettura diverso, atto ad affiancare i grandi del passato ai grandi del presente. Per ritrovare l’umano e guidare gli studenti nella crescita individuale, attraverso la letteratura.

Abbiamo fatto quattro chiacchiere con Alessandra Terrile, per capire come uno studio diverso della letteratura possa essere ancora possibile, e quali possano essere le vie migliori per insegnare il presente.

illustrazione Arianna Favaro

illustrazione Arianna Favaro

Sfogliando il volume relativo al 900 ho visto che avete dato spazio ad autori contemporanei a cui, nella maggior parte dei manuali per licei, non viene data grande rilevanza. Come mai questa scelta?

Noi siamo appassionate di letteratura, e nutriamo molta fiducia nella possibilità che la letteratura possa, alla fine, toccare i ragazzi. Nella scuola di oggi lo spazio destinato alla letteratura è sempre più risicato, per ragioni di tempo scolastico e organizzazione. Pensiamo che sia importante capire che apparteniamo al nostro tempo e che, ancora oggi, c’è chi sceglie la lingua letteraria come forma di espressione. Dare spazio ad autori del secondo Novecento e della contemporaneità che potessero interessare i ragazzi, che riuscissero a dire qualcosa che li riguarda dal punto di vista esistenziale, ci è parsa una sfida interessante. Anche quando vengono citati in modo non particolarmente approfondito, sono autori che possono aprire una finestra di interesse: se ti piacciono puoi leggerli anche da solo, comprare il loro ultimo romanzo o ricercare i precedenti.

Avete scelto di introdurre anche gli autori del passato per mezzo di voci contemporanee

Gli autori contemporanei si trovano in tutti i volumi, in dialogo con i classici. La scelta nasce dall’esperienza sul campo: quando un’insegnante procede faticosamente nella storia letteraria — penso soprattutto al primo anno, quando si trattano le origini della letteratura e il Trecento, autori molto lontani anche linguisticamente dai ragazzi —  aprire una finestra sul presente significa mostrare che ancora oggi gli autori possono esprimersi su quello specifico tema o attraverso quello specifico modo linguistico. Penso, ad esempio, a Michele Mari in dialogo con Cavalcanti. è un modo per comprendere meglio il passato, senza dimenticarci di vivere nel presente.

illustrazione Arianna Favaro

illustrazione Arianna Favaro

Michele Mari è stato reputato il classico di domani, un autore che continueremo a leggere in futuro. Per lui la scelta è facilmente comprensibile. In generale, come avete scelto gli autori contemporanei da inserire nel manuale?

Mari è entrato nel manuale anche come poeta, e in questa veste ci pare ancora più proponibile, a causa della sua lingua rigogliosa, complessa e bellissima. In Cento Poesie d’amore a Ladyhawke, poi, c’è il riferimento esplicito a Cavalcanti, dunque la scelta è stata abbastanza sicura. In generale, il criterio che ci guida è sempre duplice: da una parte è importante che l’autore possa interessare ai ragazzi, che tocchi corde che li riguardi. Dall’altra è fondamentale l’accessibilità: scegliamo testi che possano avere una propria autonomia, e possano essere  comprensibili anche avulsi dal contesto. Oggi non tutta la letteratura è minimalista, ridotta al linguaggio minimo giornalistico, referenziale. Non tutta la letteratura si limita a raccontare una storia e basta. C’è una letteratura che da ancora grande importanza alla forma, alla lingua e allo stile. Questo è fondamentale: molti ragazzi alle superiori leggono fantasy non sempre letterariamente validi. In quei libri cercano la storia, la vicenda. Io li sprono a sentire l’esigenza di leggere anche una bella lingua.

Un altro motivo di selezione è la rilevanza culturale. Pensiamo ai poeti contemporanei: sono tantissimi e non esiste un canone stabile. L’idea è di scegliere autori che siano al contempo molto riconosciuti e culturalmente rilevanti, che pubblichino da parecchi anni, magari tradotti all’estero. Autori di alto livello capaci di parlare a ragazzi che si accostano per la prima volta alla letteratura contemporanea in senso diacronico, con alle spalle uno studio di storia letteraria. Ci rendiamo conto che sembri una contraddizione in termini, ma una compresenza di alto livello letterario e accessibilità è possibile.

Parliamo del canone letterario: quanto un autore di manuali è responsabile del mantenimento e/o evoluzione del canone? Ad esempio, nel vostro manuale avete inserito Alda Merini, autrice poco canonica e tradizionalmente considerata scomoda.

Credo che un autore di antologie e manuali abbia una grande responsabilità. Il canone si fissa quando a un autore viene concesso di uscire dalle aule universitarie e di arrivare non solo ai ragazzi, ma anche i professori. È un processo che inizia a livello accademico e di ricerca, ma in cui la divulgazione ha un ruolo cruciale. Se un autore viene proposto in un manuale molto letto e molto usato a scuola, ci sono maggiori possibilità che quello stesso autore diventi un classico.

Alda Merini è un’autrice che non appare spesso nei manuali scolastici in quanto un po’ scomoda e spigolosa. Alcuni suoi testi sono ardui sia per i temi sia per lo stile, ed è indubbiamente difficile da affrontare, anche a causa dello scarso lavoro critico sulle sue opere — negli ultimi suoi anni scriveva ovunque e regalava le poesie a chiunque, il lavoro filologico da fare è ancora enorme.

illustrazione Emanuele Luzzati

illustrazione Emanuele Luzzati

Personalmente ritengo, però, che sia un’autrice interessante da proporre ai ragazzi: la Merini è una donna che si è sentita fin dall’inizio abitata dalla poesia, trascinata da qualcosa che trascendeva la sua volontà. Si sentiva letteralmente destinata a scrivere a versi, e nella scrittura non ha utilizzato filtri. Non tutti i suoi testi sono rilevanti, e non tutti sono proponibili in una classe, ma alcuni mettono il lettore direttamente in contatto con la follia, con il corpo, con la fatica di vivere, senza alcuna mediazione razionale. Sono tematiche importanti, anche e soprattutto per un adolescente. Noi non vogliamo addomesticarla: lo scopo è sempre quello di restituire la voce dei poeti autenticamente, con una mediazione linguistica e critica ma senza forzature.

Alda Merini appare anche in dialogo con Ariosto: abbiamo scelto di introdurre con Io sono folle folle il tema della follia di Orlando. L’Orlando Furioso si fa al secondo anno di triennio, e spesso il nome della Merini è completamente ignoto ai ragazzi di quell’età.

Siamo negli anni della narrazione multimediale, secondo voi quale è il modo migliore di coinvolgere un ragazzino nello studio della letteratura, così che il libro non sembri un “qualcosa di imposto”?

È questa la sfida. Non bisogna nascondere che si tratta di un discorso complesso, che la letteratura richiede lentezza, tempo e dedizione. Ma, dato che la letteratura parla dell’uomo, lo scopo è quello di far sentire l’umano. La sfida è fare capire allo studente che nella letteratura si sta parlando di lui, di qualcosa che lo riguarda come uomo o donna o persona. Noi insegnanti non dobbiamo conquistare i ragazzi facendo i saltimbanchi, non è quello il nostro compito, non siamo intrattenitori e non possiamo metterci sul piano dei social o delle serie tv. La sfida è proprio quella di accompagnare i ragazzi nella letteratura, portarli fino in fondo, finché non scoprono qualcosa di bello lì dentro, qualcosa che può interessarli perchè nutre quell’aspetto dell’humanitas che appartiene anche a loro. Bisogna far capire al ragazzo la lingua letteraria senza che questa si abbassi, e restituire l’uomo negli autori della letteratura del passato. Anche questo punto è molto importante: gli autori del passato non devono essere percepiti come dei monumenti intoccabili. Noi diamo spazio alla vicenda umana e alle fattezze fisiche mostrando fotografie e ritratti degli autori, come a dire: “quello scrittore o quel poeta puoi guardarlo in faccia, osservarlo nella sua forma umana. Perché di umano si tratta, uomo o donna come te”.

Se riusciamo a far capire questo, poi il percorso avviene da solo. Basta un seme. Non riusciamo con tutti, ma se si riesce con alcuni è già un risultato.

Oltre alle fotografie, nel vostro manuale ci sono anche molte illustrazioni, spesso d’autore, si veda, ad esempio, Lorenzo Mattotti per l’Inferno di Dante. Anche questa scelta è al fine di avvicinamento al presente?

Quando mi sono trovata davanti all’edizione Nuages dell’Inferno di Dante, illustrato da Mattotti, sono rimasta affascinata. Volevamo dare la prova del fatto che ancora oggi gli artisti si lasciano ispirare dagli autori del passato. Un artista contemporaneo riesce ancora a  immaginare Paolo e Francesca o la fiamma di Ulisse. Mattotti ha reso la selva oscura con l’immagine di Dante avvolto da un buio assoluto. è molto difficile rendere quel buio su una pagina di un manuale scolastico, con una carta di non altissimo livello, ma a noi interessava proprio mostrare quel buio irto, renderlo palese. Abbiamo scelto solo grandi autori contemporanei, come Guttuso, Emanuele Luzzati per Boccaccio e Mimmo Paladino per Ariosto.

E quanto è importante il linguaggio orale e verbale, oltre che quello visivo?

Moltissimo. La letteratura insegna a pensare, a guardare oltre le apparenze, a porsi delle domande. Ma ci si arriva se si possiede la lingua adeguata. abbiamo curato in prima persona gli esercizi legati all’oralità perché li riteniamo fondamentali. Spesso i ragazzi arrivano alle superiori con una scarsissima padronanza lessicale, e per loro è molto difficile trovare le parole per esprimersi adeguatamente, per dire esattamente quello che vogliono dire. Il compito della letteratura è anche questo.

Manuali e risorse online: quale è stata la vostra scelta e perchè

Le risorse online sono previste dalla legge, quindi è stata una scelta dovuta. Il nostro scopo è indirizzare i ragazzi verso un uso consapevole del digitale, a  saper selezionare le fonti quando fanno ricerca. La situazione nelle scuole è difficile: mancano gli strumenti e i mezzi adeguati per una conversione al digitale. Inoltre lo studio è ancora qualcosa che si fa scrivendo, sottolineando, appuntando. Bisogna trovare il giusto mezzo e la giusta strategia. Noi abbiamo pensato di ovviare la mancanza di strumentazione delle strutture scolastiche e puntare direttamente agli smartphone: nel nostro libro sono presenti dei QR code, basta inquadrare quelli per arrivare alla risorsa online (che può essere un reading di un attore, un filmato o delle immagini). in questo modo anche il temutissimo smartphone può diventare uno strumento di lavoro utile alla causa.

Fuente: http://thesubmarine.it/2018/04/13/grande-esperienza-di-se-alessandra-terrile/

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France: Des élèves en plus mais une classe en moins : dans cette école rurale, la promesse de Macron n’est pas tenue

France / 14 avril 2018 /marianne

Le ministre de l’Education Jean-Michel Blanquer a promis qu’aucune classe ne fermerait en France si le nombre d’élèves y augmentait. Pourtant, l’école de Rochefort-en-Valdaines dans la Drôme s’apprête à voir une classe supprimée… alors qu’elle attend plus d’enfants l’année prochaine.

L’engagement est ferme et tient lieu de stratégie de communication au gouvernement : «Il n’y a aucun endroit en France où on ferme une classe quand il y a une augmentation du nombre d’élèves». Jean-Michel Blanquer était formel le 14 mars, au 20 heures de France 2, se disant même prêt à «rectifier une décision si on [lui] montrait le contraire«. Le ministre de l’Education répondait ainsi à une critique lancinante : pour assurer le dédoublement des classes de CP et de CE1 dans les réseaux d’éducation prioritaire (REP), promesse d’Emmanuel Macron, le gouvernement est accusé de déplumer les écoles rurales de leurs professeurs. Pas du tout, rétorquent les membres de l’exécutif : si des classes ferment en campagne, c’est uniquement parce que le nombre d’élèves baisse.

Mais cette réponse pragmatique connaît au moins une exception: à Rochefort-en-Valdaine, commune de près de 400 âmes située dans le sud de la Drôme, l’école s’apprête à voir une classe fermer… alors que le nombre d’élèves sera en augmentation l’année prochaine. Et alors que les élus locaux, les enseignants et les parents d’élèves se sont mobilisés, le gouvernement n’a toujours pas donné de réponse à leur appel à l’aide.

Revenons quelques années en arrière, en 1989 précisément. A cette époque, la classe de La Touche, autre commune située dans ce petit coin de Drôme à une dizaine de kilomètres de Montélimar, est menacée de fermeture. Pour la sauver, trois bourgades – Portes-en-Valdaines, Rochefort-en-Valdaines et La Touche – sont incitées à coopérer pour créer un Regroupement pédagogique intercommunal (RPI). Ce dispositif, très fréquent en zone rurale, permet à plusieurs écoles à faibles effectifs de se regrouper en une seule entité, et de «dispatcher» leurs classes dans les différents établissements. Décision est donc prise de scolariser les élèves les plus jeunes (maternelle) à Portes, les plus âgés (CM1 et CM2) à La Touche et les autres à Rochefort. En 1995, une classe supplémentaire est même ouverte à Rochefort-en-Valdaines pour répondre à l’augmentation de la population.

Cette situation a perduré pendant plus de vingt ans, avant de prendre brutalement fin le 9 février dernier. Le directeur académique (DASEN) de la Drôme décide qu’à la rentrée 2018, une classe du RPI sera fermée. Représentants du personnel, parents d’élèves et maires s’unissent alors en remuant ciel et terre pour infléchir cette décision. Des contacts sont pris avec la députée et la sénatrice locales, des pétitions sont lancées par les parents d’élèves, qui les font circuler via les cahiers de leurs enfants. Finalement, un courrier est envoyé au ministre de l’Education Jean-Michel Blanquer par le maire de Portes-en-Valdaine, Jean-Bernard Charpenel.

Consternation chez les habitants

Point central de l’argumentation de l’édile : les effectifs vont augmenter à la rentrée. Cette année, le RPI scolarise 64 élèves : les prévisions de novembre faisaient état de 65 élèves pour septembre prochain, avant que les conjectures évoluent, passant en début d’année à 70. Et encore, ces chiffres sont trompeurs : dans ces petites écoles de campagne, les enfants de 2 ans sont aussi accueillis en classe, même s’ils sont trop jeunes pour être comptabilisés dans les statistiques officielles. En effet, le manque de services publics en zone rurale, et notamment de crèches ou de garderies, incite les parents qui travaillent à scolariser le plus vite possible leur progéniture. Si on prend en compte les «vraies» données, le RPI drômois va donc passer à 79 élèves l’an prochain. Et pourtant, le DASEN a décidé de la fermeture d’une classe.

C’est la consternation chez les habitants. Christophe Bouchet, le président du syndicat intercommunal à vocation scolaire (SIVOS), fustige le mépris du représentant académique local : «On s’est déplacé pour aller voir la députée (Alice Thourot, LREM, ndlr), le DASEN nous a dit qu’il ne tenait même pas compte de notre déplacement. Lorsqu’on lui a annoncé qu’on lançait une pétition, il nous a dit ‘faites-là, ce n’est pas grave’«. Contacté, le haut fonctionnaire n’a pour l’heure pas donné suite à nos sollicitations.

Du côté de l’équipe pédagogique, on s’inquiète des conséquences qu’aura la fermeture de la classe sur l’enseignement. Actuellement, chacune des quatre classes compte une vingtaine d’élèves, mais les professeurs doivent gérer des «double niveaux» : A Portes-en-Valdaine, les élèves de petite, moyenne et grande section, ainsi que ceux âgés de seulement deux ans, sont tous dans la même classe. A La Touche, les CM1 et les CM2 sont ensemble, tandis qu’à Rochefort-en-Valdaines, une section regroupe les CP et CE1, et une autre des CE2 et CM1. C’est dans cette dernière école qu’une classe devrait fermer. Avec un impact immédiat sur l’enseignement : huit sections d’élèves devront être réparties sur seulement trois classes. «De deux niveaux, on va se retrouver avec des classes à trois niveaux, détaille un membre de l’équipe enseignante. Et de 20 élèves par classe, on passerait à moyenne à 23… sans compter les enfants de deux ans, que l’école maternelle va devoir a priori renoncer à scolariser l’an prochain.» Des classes de 23 élèves, pouvant aller du CP au CE2, et du CE2 au CM1 : les conditions sont loin d’être idéales pour les instituteurs, et pourraient pousser les parents à scolariser leurs enfants ailleurs… mettant en danger la vie locale.

 «Si on ferme l’école, c’est la fin des trois communes !» s’alarme Danielle Granier, maire (DVD) de Rochefort-en-Valdaine. «Notre école est un lieu privilégié par rapport à celles de Montélimar pour les parents. En plus, on a mis en place un service de restauration scolaire qui emploie trois personnes, et va peut-être devoir débaucher des salariés si on perd des enfants…» Alors que des projets de logements ont été lancés par la commune, la fermeture d’une classe pourrait briser cet élan. D’autant que les nouveaux arrivants dans la Drôme sont souvent des urbains, «qui viennent pour la qualité de vie offerte par la campagne, mais sont habitués au niveau de service public offert par la ville«. Manuel Antoine, un parent d’élève dont les 5 enfants ont été scolarisés dans le RPI, s’inquiète : «Ici, il n’y a pas de commerces. On a juste une auberge sur les trois communes ! C’est complètement rural…» Malgré cette situation à l’évidence très «campagnarde», les trois bourgades, qui totalisent moins de 1.000 habitants, ne sont plus classées en Zone de revitalisation rurale (ZRR) depuis que de nouveaux critères ont été mis en place l’an passé. Un argument qui a été servi aux maires quand ils ont protesté contre la fermeture de la classe… Pour Christophe Bouchet, la décision est «symptomatique de l’abandon des communes rurales«.

Jean-Michel Blanquer va-t-il intervenir, après avoir promis qu’aucune classe ne fermerait si le nombre d’élèves augmentait ? Dans son courrier de réponse au maire de Portes-en-Valdaine, que nous avons pu consulter, le cabinet du ministre se veut conciliant : «Soyez assuré qu’il y aura plus de professeurs par élève dans chaque département rural de France à la rentrée prochaine«, assure-t-on. C’est peut-être là que se niche l’entourloupe : promettre davantage d’enseignants par élève au niveau du département ou «aucun endroit en France où on ferme une classe quand il y a une augmentation du nombre d’élèves«, ce n’est pas la même chose… Toujours est-il que Jean-Michel Blanquer a indiqué qu’il tiendrait le maire de Portes «directement informé de la suite susceptible d’être réservée à [sa] démarche«. C’était fin février. Depuis, le petit regroupement communal de la Drôme n’a toujours pas reçu de réponse.

Fuente: https://www.marianne.net/societe/des-eleves-en-plus-mais-une-classe-en-moins-dans-cette-ecole-rurale-la-promesse-de-macron-n

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Bilbao Berrikuntza Faktoria: un ecosistema de aprendizaje, innovación y emprendimiento

Europa/España/ObservatorioITESM

Hace unos días tuve la oportunidad de conocer un lugar donde de manera integral, esta interacción se lleva a cabo diariamente. No era un bootcamp, congreso, fórum, feria universitaria o de empleo. Ni siquiera una escuela (en el sentido tradicional). Se trataba deuna fábrica donde conviven diariamente la formación universitaria y la comunidad emprendedora en un espacio transversal e interconectado, sin aulas ni oficinas, sin profesores ni alumnos.

Este espacio lleva el nombre de Bilbao Berrikuntza Faktoria (BBF) y existe físicamente en Bilbao, España, aunque la iniciativa es una red de emprendedores en equipo que se extiende a nivel mundial. Esta red es la Mondragón Team Academy, una comunidad internacional deteampreneurs y la unidad de emprendimiento de la Mondragon Unibertsitatea (Universidad de Mondragón).

Pero, ¿cómo funciona una escuela sin profesores ni alumnos? La BBF es un ecosistema de aprendizaje, innovación y emprendimiento donde los profesores se convierten en mentoresy los alumnos en emprendedores. Las “aulas” son más bien entornos laborales con grandes mesas de trabajo donde los alumnos llevan a cabo sus empresas y proyectos en colaboración con empresas y start-ups que están en el mismo edificio.

Entrar a esta fábrica de innovación fue para mí una experiencia distinta a lo que esperaba. Desde la llegada. El edificio que alberga la BBF, ubicado en pleno centro urbano de Bilbao, pasa casi desapercibido entre el resto de los edificios pues no parece para nada un campus universitario. La estética industrial del inmueble hace honor a su nombre y en el interior se pueden encontrar grandes espacios abiertos donde emprendedores, mentores y empresarios trabajan en colaboración.

La distinción entre alumnos, profesores y empresarios es casi imperceptible. Y es que en este lugar no se ven docentes escribiendo en una pizarra o mostrando slides de PowerPoint, ni alumnas sentadas pasivamente escuchando la clase. Aquí el trabajo colaborativo e interdisciplinario es la norma. Si bien este ecosistema se asemeja más a una incubadora, la BBF ofrece programas universitarios y de posgrado oficiales pero distintos a la oferta académica promedio.

“En la actualidad, los centros educativos y empresariales nos privan de la posibilidad de entender que pasión y educación o pasión y trabajo pueden ir de la mano”

.¿Cómo funciona Bilbao Berrikuntza Faktoria?

El modelo de BBF integra tres capas diferenciadas e interconectadas entre sí: Aprendizaje, Emprendimiento e Innovación.

  1. Aprendizaje. A través de la oferta académica disruptiva que ofrece la Mondragon Unibertsitatea: El grado universitario LEINN (Grado en Liderazgo Emprendedor e Innovación – LEINN) y los programas de posgrado, Máster internacional en Intrapreneurship e Innovación Abierta (MINN) y el Máster Profesional en Coaching de Personas y Equipos (TMINN).
  2. Emprendimiento. A través de la incubación, consultoría y desarrollo de proyectos en el ámbito de la innovación, el intraemprendimiento y la creatividad.
  3. Innovación. Una sede de empresas, con productos y servicios innovadores y un importante potencial de crecimiento.
Las claves del Grado LEINN Es el único grado universitario oficial e internacional sobre emprendimiento que existe en España. Está basado en el Modelo Educativo Finlandés el cual se basa en tres pilares básicos: aprender haciendo, emprender en equipo y viajes de aprendizaje internacionales. Es una carrera universitaria 100% práctica y real donde desde el primer curso los estudiantes crean una empresa real, diseñan y desarrollan productos y servicios reales, trabajan con clientes, y deben facturar para superar el curso.No hay profesores sino mentores y las aulas se sustituyen por entornos laborales actuales.Es el único grado universitario con un 100% de empleabilidad en España. Más de 1,000 jóvenes estudian LEINN en los laboratorios de la red internacional Mondragon Team Academy (MTA), con bases en Madrid, Barcelona, Bilbao, Irún, Oñati y Valencia (en España), México, Amsterdam, Shanghai (China) y Pune (India). “El LEINN es un viaje de cuatro años que te pone en situaciones y te hace vivir experiencias que en una universidad convencional es imposible que vivieras”— Ibai Martínez, egresado de LEINN. El BBF es un proyecto impulsado por Mondragron Unibertsitatea con la colaboración del Ayuntamiento de Bilbao. Para conocer más sobre esta iniciativa visita la página de la Bilbao Berrikuntza Faktoria.
Fuente: https://observatorio.itesm.mx/edu-news/bilbao-berrikuntza-faktoria-ecosistema-de-aprendizaje-innovacion-y-emprendimientoFuente:
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