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Reflexiones sobre la reunión 2022 del Foro Mundial de Davos

Luis Bonilla-Molina

 

  1. ¿Qué es el Foro Económico Mundial (FEM)?

El FEM o Foro de Davos, fue creada en 1971 por Klaus Schwab, uno de los más importantes teóricos de la cuarta revolución industrial en su expresión capitalista. El FEM se auto define como una organización no gubernamental y ha desarrollado un perfil de instancia de fortalecimiento de la lógica del mercado mundial y las dinámicas sociales que lo sustentan.

Desde hace algunos años, convoca a una asamblea global, a finales de enero, en la cual se analiza el estado de la economía y las perspectivas para los siguientes doce meses. A Esta asamblea asisten líderes políticos, empresariales, figuras de los gobiernos, intelectuales, economistas y especialistas en el campo tecnológico.

El Foro de Davos es hoy el espacio privilegiado de un sector importante del capital trasnacional que impulsa un estrecho vínculo entre la aceleración de la innovación científico-tecnológica y el modo de producción. Sus conclusiones anuales permiten conocer y entender las tareas del capitalismo cognitivo en cada periodo histórico.

En esta oportunidad, el Foro de Davos sesionó entre el 17 y el 21 de enero de 2022 y sus debates están disponibles en el sitio web de esta institución.

 

  1. Ausencias que preocupan

La importancia de este evento, debería despertar el interés de estudio y análisis de los sectores progresistas, anticapitalistas y de izquierda, no obstante, es notable no solo su ausencia en las sesiones en vivo y directo, sino en los análisis que sobre el estado del capitalismo se hacen.

Por ejemplo, en la sesión sobre comercio y cadenas de suministro, uno de los principales problemas del capitalismo actual, solo lo seguían en vivo 44 personas, entre los cuales la presencia latinoamericana era mínima y casi inexistente de las teorías críticas en educación.

Uno no sabe si es una reminiscencia teológica del temor de ir a visitar los anillos del infierno, la comodidad de la certeza de la comprensión del sistema en su periodo de “imperialismo fase superior del capitalismo” o el triunfo del pragmatismo de lo concreto, expresado en la praxis de resistencia territorializada que considera secundaria la dimensión internacional en la construcción de opresiones. Lo cierto es que una parte importante de las izquierdas prefiere consumir análisis contestatarios, antes que ir directo a la fuente y analizar con cabeza propia.

Preocupa aún más la precaria asistencia del liderazgo gremial y sindical de la educación, uno de los sectores más impactados por la agenda de Davos durante la pandemia del COVID-19 y que está en la mira de la transición digital que apuntala la élite capitalista mundial.

La eficacia de las resistencias anticapitalista depende en buena medida del conocimiento y comprensión en tiempo real, de los planes y programas que el capital construye, por ello este fenómeno merecería la atención de los sectores que se oponen a su concreción.

 

  1. La agenda

Voy a “telegrafiar” algunas conclusiones de la edición 2022 del FEM con la intención de ordenar algunas ideas y contribuir a vincular el análisis a las resistencias, en la actual etapa de la lógica del mercado. Ciertamente el capitalismo está en crisis, pero ello no implica que va a caer o va a generar una evolución “natural” hacia otro modo de sociedad. La condición de crisis es inmanente al capitalismo lo cual no implica necesariamente su debilitamiento. Lo que es incuestionable es que su permanencia en el tiempo propicia la barbarie en distintas expresiones.

Sin embargo, el capitalismo tiene una enorme capacidad de absorción y coaptación de agendas emergentes, que le lleva a subalternizarlas y hacerlas funcionales a su sostenimiento. De allí la importancia de su permanente estudio.

En esta cita del capitalismo global destacan estas conclusiones claves:

 

  • China sin velo

Todavía tenemos a nivel internacional una izquierda que rebusca argumentos para atenuar la transición capitalista de China y su consolidación como un imperio emergente de nuevo tipo. Incluso se ha hecho costumbre escuchar a líderes del llamado progresismo referirse a China como un salvavidas ante el imperialismo norteamericano, lo cual evidencia ignorancia supina o intención de generar desinformación funcional a su permanencia en el poder.

Ya no se trata de los resultados de la investigación sobre la revolución cultural hecha por Roderick MacFarquhar y Mchael Schoenhals (2009), la lectura crítica del proceso y resultados de las negociaciones China-EEUU (Nixon-Kissinger – Mao – Deng) de los setenta del siglo XX como punto de partida de la restauración capitalista al ritmo y lógica de la sociedad china, las memorias de Den Rong sobre Den Xiaoping y la revolución cultural (2006) donde se muestra la dialéctica de la relación de Mao y Deng en el camino de apertura a la lógica del mercado, ni los estudios de la CEPAL (2013) sobre las inversiones chinas en Latinoamérica, sino de escuchar directamente y leer al líder de la nación asiática.

Es el propio Xi Jimping (2022) quien expresó en el Foro de Davos (2022)  “debemos eliminar las barreras, no erigir muros. Debemos abrir, no cerrar. Debemos buscar la integración, no el desacoplamiento. Esta es la manera de construir una economía mundial abierta. Debemos guiar las reformas del sistema de gobernanza global con el principio de equidad y justicia, y defender el sistema de comercio multilateral con la Organización Mundial de Comercio (OMC) en su centro.

China apuesta por la globalización, por el mercado y las reglas del comercio regidas por el aparato mundial capitalista post guerra fría que es la OMC-El Foro de Davos muestra una China comprometida con la reestructuración neoliberal que en la transición a la cuarta revolución industrial lideran Schwab y sus socios. Por ello agrega “Necesitamos avanzar siguiendo la lógica del progreso histórico y desarrollarnos cabalgando sobre la corriente del desarrollo de nuestro tiempo … necesitamos aprender comparando largos ciclos históricos y ver el cambio en las cosas a través de lo sutil y minucioso … oponernos todas las formas de proteccionismo

Continúa señalando “debemos … facilitar el comercio transfronterizo, mantener la industria y el suministro, cadenas seguras y fluidas, y promover un progresos constante y sólido en la recuperación económica mundial. La globalización económica es la tendencia de los tiempos. Aunque es seguro que existan contracorrientes en un río, ninguna podrá impedir que fluya hacia el mar. Las fuerzas motrices refuerzan el impulso del río y la resistencia aún pueda mejorar su flujo. A pesar de las contracorrientes y los peligrosos bajíos en el camino, la globalización económica nunca se ha desviado, no se desviará de su curso(sin comentarios).

Agrega “deberíamos establecer reglas generalmente aceptables y efectivas para la inteligencia artificial y la economía digital sobre la base de una consulta completa, y crear un entorno abierto, justo y no discriminatorio para la innovación científica y tecnológica. Esta es la forma de hacer que la globalización económica sea más abierta, inclusiva, equilibrada y beneficiosa para todos, y de liberar plenamente la vitalidad de la economía mundial … Es imperativo fortalecer la coordinación de macro políticas … debemos descartar la mentalidad de la guerra fría y buscar una coexistencia pacífica y resultados en los que todos ganen. China seguirá permitiendo que el mercado desempeñe mejor su papel

China está en el epicentro de la restructuración capitalista del siglo XXI y forma parte (entre otros) del sector del capital tecnológico que lidera la transición entre la tercera y la cuarta revolución industrial. Pero, además el peso de la cultura china y su modelo de sociedad comienzan a modelar sinuosamente a la sociedad global; la ola de reformas laborales con extensión de jornada laboral, disminución de los beneficios del régimen de prestaciones sociales, estabilidad laboral, libertad de organización sindical, entre otros, están muy asociados al llamado “milagro chino” (8% de crecimiento del PIB en 2021) cuyos indicadores son el resultado de una brutal flexibilización y explotación laboral que retrocede a la clase trabajadora a las condiciones previas a los mártires de Chicago.

Esto debería llamar la atención de gobiernos como el venezolano, quienes no solo han construir una narrativa campista para justificar lanzarse a los brazos chinos, sino que están firmando convenios de explotación y extractivismo a largo plazo que se están convirtiendo en renovadas formas de dependencia con otro imperio.

Ello también está generando un correlato en la agenda educativa, pues el modelo chino requiere un sistema educativo de “competencias”, “éxito”, “oferta laboral” que comienza a permear las narrativas de muchos decisores en el sector. Los “éxitos” educativos chinos han sido el resultado de unos ritmos, horarios y requerimientos a niños, niñas y jóvenes al límite de sus capacidades y con exigencias de logros vinculados a la competitividad del mercado, algo que se distancia sensiblemente de lo alternativo. En 2019 en el marco de la conferencia mundial de inteligencia artificial, China mostró como está usando el reconocimiento biométrico facial y la inteligencia artificial para desarrollar mecanismos orwellianos de control, selección y exclusión universitaria. Tenemos una necesidad enorme de conocer en profundidad y discutir el modelo educativo chino si queremos comenzar a pensar y construir resistencias anticapitalistas ante un modelo que emerge con pretensiones hegemónicas.

 

  • Ni una palabra sobre liberar las patentes de vacunas

Todos los asistentes a este Foro de Davos (2022) se refirieron a la pandemia y el éxito en el desarrollo de la vacuna, así como los alcances de la vacunación. A pesar que subrayaron que no todos los países están en las mismas condiciones para acceder a la vacuna no hubo una sola mención a liberar las patentes de las inmunizaciones. Como los asistentes defienden la lógica del mercado les parece no solo justificable sino loable que toda solución a un problema genere ganancias para quienes la promueven.

Los conceptos de eficiencia y eficacia que se manejaron en Davos están muy asociados a las posibilidades de oferta y demanda, donde la pandemia se convierte en un mercado. Las soluciones a los problemas de salud no pasan por las sesiones del Foro económico Mundial, sino que deben ser el resultado de la construcción de otros mecanismos y escenarios de articulación de la solidaridad desde la autonomía de los pueblos.

 

  • Transformación digital e innovación tecnológica: inversión para resolver la brecha tecnológica, ley del mercado para superar la brecha epistémica

Mientras en América Latina y el Caribe, ante la limitada cobertura y penetración del internet, la carencia de equipos de conexión y la precaria cultura digital del sector educativo generaron durante la pandemia exclusión escolar y falta de continuidad del vínculo pedagógico de cerca del 50% estudiantes, el Foro de Davos habla de transición digital acelerada en el mundo, confirmando que poco le importa que la región quede fuera de los márgenes de este proceso. Mientras en América Latina y el Caribe se generó un modelo de neo privatización educativa al transferir los Estados nacionales a sus ciudadanos las responsabilidades de garantizar las condiciones fundamentales para desarrollar procesos de enseñanza aprendizaje (conexión, computadores, plataformas virtuales propias y gratuitas) en el Foro de Davos se anuncian tres mil millones de dólares de inversión en infraestructura y formación docente en los Estados Unidos para garantizar la transición digital.

Sorprende como África, con las enormes limitaciones económicas que sigue arrastrando, está en el camino de esta transición digital o por lo menos ha formulado planes para ello, desarrollando procesos de digitalización, blockchain, uso de inteligencia artificial para la transparencia de fondos públicos, entre otros.

Scott Morrison, primer ministro de Australia indicó que la pandemia y la cuarentena habían posibilitado dar un salto entre 5-7 años, respecto a la ruta prevista en la transición de la tercera a la cuarta revolución industrial. En ese sentido la virtualización obligada de la población mundial confinada a la cuarentena y el cierre de escuelas se convirtieron en mecanismos de alfabetización digital forzosa y masiva de millones de personas (docentes, estudiantes, familias). Además, se construyó un referente conceptual social terrible que comienza a ser utilizado para valorar las instituciones educativas como atascadas en el pasado, culpando a les docentes de ello cuando en realidad esto es responsabilidad de la desinversión educativa en la materia, ocurrida durante las últimas décadas.

Tanto Jhon Kerry como Bill Gates insistieron en la necesidad de financiamiento extraordinario para la transformación digital, sin detallar las fuentes desde las cuales se originarán estos fondos. De hecho, en medio de una crisis económica global este silencio genera sospechas respecto el riesgo que ello se convierta en un asalto de los presupuestos dedicados a la agenda social. Las reformas de los fondos de pensiones, así como el desprestigio de la profesión docente, presentada como desactualizada, parecieran ser parte de este trabajo bucanero para ubicar fondos para la transformación digital.

El uso de los satélites, no solo para las comunicaciones sino para el ordenamiento financiero internacional y la optimización de las inversiones del sector extractivista, agroindustrial e industrial fueron presentados como una nueva frontera del conocimiento. Paradójicamente la precaria carrera satelital y aeronáutica del sur global no emerge como una alternativa ante esta nueva ofensiva de estandarización, control y hegemonización.

Achim Steiner, director ejecutivo del PNUD afirmó que lo digital era la “variable más transformadora” desde el presente y de cara al futuro cercano, algo que el FME (2022) presenta como un resumen de muchos de los sentimientos de los oradores de esta cita. Esto se corresponde a las intervenciones de los representantes gubernamentales de Europa, África, Asia y Australia, y estuvo ausente en los discursos de los mandatarios latinoamericanos.

La cuarta revolución industrial, y sus fábricas 4.0 son imposibles desarrollar sin esta transformación digital, por lo cual el acceso a la misma está definiendo nuevos esquemas de centro-periferia capitalista, donde Latinoamérica aparece en la frontera más distante, en la paleolítica digital. La ministra de Ruanda Paula Ingabire habló de los esfuerzos de su país para mejorar la cobertura, accesibilidad y educación digital, mientras el empresario Sunil Bhart Mittal, presidente de Bharti Enterprises lo veía como una oportunidad que tenían los países para recibir beneficios, y Hans Vesterberg (Verizon Communications) planteó que para alcanzar este objetivo la conectividad debería convertirse en un derecho humano.

Una promesa que sonó a hegemonía en construcción se escuchó con fuerza en los debates del Foro Económico Mundial respecto a que en el futuro “toda montaña, desierto y territorio sería cubierto por el internet”. Ello evidencia que el capital va a invadir todos los lugares del orbe para poder mercantilizar el mundo digital; su llamado a la conectividad como derecho humano procura forzar a los gobiernos a buscar dinero “de donde sea” para sostener la transición digital que requiere el modo de producción.

El que los personeros del FEM (2022) pretendan apropiarse del grito que rugió en las calles durante la cuarentena, respecto a incluir la conexión como una conquista democrática y un derecho humano, no puede menoscabar el esfuerzo que en ese sentido impulsen los sectores populares. Democratizar el acceso a internet posibilitará la construcción de resistencias y modelos alternativos en un contexto tan cambiante como el que se anuncia con la cuarta revolución industrial. Los gremios y sindicatos docentes, las asociaciones estudiantiles deben levantar esta demanda social, acompañada de una alfabetización crítica y creativa del mundo digital y virtual, que se corresponda a los intereses de las mayorías.

 

  • Nuevas formas de energía y acción climática

2050 se presenta como fecha límite para que el desastre ecológico se muestre no solo con todo ímpetu sino para que transite hacia la irreversibilidad.  Eso ha hecho que sectores del capital adopten aspectos de la agenda ecológica, entre ellas la disminución de los gases de efecto invernadero y la producción de energía con carbono.  China que trabaja para convertirse en el mediano plazo en una potencia hegemónica, ha dado pasos agigantados en este sentido al disminuir una parte importante de su producción de carbón, incluso a costo de afectar su propia producción, teniendo esta reducción un impacto directo en la cadena de suministros para la generación de mercancías a nivel mundial.

Esta tendencia impacta los países productores de carbón y petróleo, en aspectos como la producción de automóviles eléctricos, que es solo la punta del iceberg de este cambio energético en curso de cara al 2030.  Por ello, López Obrador ha planteado la necesidad de transformar el modelo económico de ese país, rompiendo con la dependencia económica de la industria petrolera, aunque en ese caso sea a costa de la destrucción de territorios de selva y de comunidades originarias. China no solo comienza a cerrar sus minas de carbón, sino que explora nuevas fuentes de energía a partir de la fusión nuclear, que le permitieron presentar hace solo unas semanas un sol artificial que desarrolla temperaturas cinco veces superiores al de nuestro astro rey, algo que se inscribe en el desarrollo de energía alternativas a las que producen gases de efecto invernadero.

Esto tendrá un impacto directo en los sistemas escolares a quienes se les comenzarán a imponer contenidos que justifiquen esta transición y la generación de los modelos energéticos alternativos. Sin embargo, la energía nuclear de hecho, constituye un riesgo igual o mayor para la vida y la ecología planetaria. Por ello, los y las educadores, el movimiento estudiantil está llamado a desarrollar una agenda alternativa en materia de fuentes de energía. Ecologismo radical pero posible pareciera ser la orientación de la disputa que recién comienza.

 

 

  • Latinoamérica convirtiéndose en el África del siglo XXI

Patéticas las intervenciones de los presidentes de Guatemala, Costa Rica, Colombia y Perú en el Foro Económico Mundial absolutamente desconectados de las tendencias del debate global, tanto a favor de los pueblos como del capital. Parecía una reunión de alcaldes pidiendo más inversión, hablando de seguridad jurídica para las inversiones extranjeras, asumiéndose como voceros de un nuevo ciclo de dependencia y colonización.

Quizá el más realista fue el presidente de Guatemala quien señaló que la migración como fenómeno creciente en la región se debe a las precarias condiciones de trabajo, empleo, vivienda y seguridad social; claro está, la única solución posible para construir sus “muros de prosperidad” es la profundización de la dependencia económica con el capital trasnacional. Terriblemente decepcionante la intervención del colega José Pedro Castillo Terrones; Castillo ya nos había escandalizado con su intervención en el Foro de la CELAC realizada recientemente en México, donde lo más destacado fue su reunión con el empresario Slim solicitándole liderar la transformación digital del Perú, pero ahora, solo expresaba que había seguridad jurídica para la inversión extranjera y su compromiso con una política antiterrorista (¿?), centrando la solución de los problemas del Perú en la generación de mayor dependencia. Duque demostró que tiene capacidades como cuenta cuentos al hablar de una Colombia de prosperidad que no toma en cuenta las demandas del paro nacional y de economía verde que desestima los asesinatos de líderes sociales y ecológicos de ese país.

Latinoamérica se presentó vergonzosamente suplicando profundizar la dependencia económica, política, social y tecnológica.  Los presidentes que hablaron en esta cita no guardaron las formas de la representación de sus cargos, corroborando con sus intervenciones, que Latinoamérica se está convirtiendo en el patio trasero de las corporaciones, de donde extraerán las materias primas y donde venderán sus baratijas. Ya ni siquiera se plantearon la sustitución de importaciones ni solicitaron dineros para montar desarrollo industrial, sino ofrecieron sus riquezas para la política extractivista global.

 

 

  • Nuevo contrato social

La única voz vinculada al mundo del trabajo, en esta edición del foro de Davos, fue la de Sharon Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical internacional, a quien le correspondió introducir la noción de un nuevo contrato social. Claramente la transición entre la tercera y cuarta revolución industrial y la transformación digital demandan una redefinición de las relaciones obrero-patronales y de los compromisos sociales con el sector laboral.

Las fábricas 4.0 están siendo pensadas como espacios automatizados, robotizados, con inteligencia artificial y reducción significativa de la mano de obra presencial. Igualmente, el mundo de las oficinas está siendo impactado por el modelo virtual y las oficinas por horas redefinen todo el concepto de espacio de trabajo. Además, comienzan a hablar de la obsolescencia programada profesional a partir de 2030, fecha a partir de la cual los campos profesionales se cruzan y demandan conocimiento en profundidad de análisis de metadatos, blockchain, inteligencia artificial, programación no lineal asociada a perspectivas interdisciplinarias.  Todo ello, rompe con las nociones de estabilidad laboral, horario máximo de trabajo, prestaciones sociales etc. y, requiere una reestructuración profunda en estos campos, algo que ha venido ocurriendo y que se incrementará progresivamente durante los próximos años.

Sin embargo, destaca el descaro con el cual se omitieron ejemplos de ese “nuevo contrato social” en el sector de las corporaciones que constituyen la columna vertebral del Foro Económico Mundial. Mientras se realizaba el Foro de Davos, en Inglaterra la trasnacional UNILEVER estaba despidiendo miles de trabajadores, política justificada por una reorganización promovida por nuevos inversionistas que les obligaba a actualizar sus propias capacidades. En Davos se habló de ganancias de las grandes compañías, pero no de la sobre-explotación laboral.

Lograr un nuevo equilibrio entre trabajo y capital, es parte de lo que viene y está comenzando a ser presentado como nuevo contrato social. Esto tiene un correlato en el mundo de la docencia, donde la mayoría de los trabajadores de la educación apenas si nos alfabetizamos recientemente en uso de algunas plataformas y enlatados virtuales-digitales, para quienes el algoritmo no es más que una palabra asociada al mundo computacional, quienes no hemos sido formados para generar comunicación y conocimiento en entornos inmateriales. La docencia será una de las profesiones más confrontadas por el capital en los próximos años por el porcentaje importante que representan en el “mercado laboral global” y el volumen de presupuesto público que absorben. Por ello, la noción de nuevo contrato social tendrá una clara expresión en lo educativo.

Los y las docentes tenemos que convertir el debate sobre el nuevo contrato social, en una disputa que enamore al conjunto a la sociedad, sobre una nueva educación que combine tradición e innovación, presencialidad con apoyo de entornos virtuales, generación y creación de conocimiento en formato digital, todo ello con profundo impacto en la cotidianidad de las comunidades.  Es hora de ser creativos sin ceder un ápice en la perspectiva de resistencia anticapitalista.

 

  • Colaboración global

La perspectiva colaborativa del Foro Económico Mundial la definió magistralmente Ngozi Okonjo-Iweala, Directora General de la Organización Mundial de Comercio (OMC), al señalar que “la comunidad mundial debe unirse para fortalecer el sistema comercial y ser apta para el futuro del comercio, uno que sea menos prohibitivo y más inclusivo”. Es decir, la cooperación global es para fortalecer la lógica del capital y el sistema de mercado.

De hecho, más de 50 empresas con un capital superior a los 5.000 millones de dólares construyen una ruta que exprese este modelo de cooperación, mediante la iniciativa “Medición del capitalismo: hacia métricas comunes y reportes consistentes de creación de valor sostenible[1]” que impulsa el Foro de Davos. Este camino espera ir del sector empresarial al gubernamental, como buena práctica de control eficaz del capital por las partes interesadas.

En ese sentido, el ambiente, los derechos, la salud y la educación se ven como dinámicas del mercado que procuran “la adopción de estándares y divulgaciones universales y comunes que desbloqueen el valor a largo plazo a través de una mayor transparencia, responsabilidad y transformación empresarial”. Por ello, la cuestión de la transformación digital de la educación se convierte en un proceso de inversión y resultados, pues según esta perspectiva, propia de la cultura evaluativa del capitalismo, “busca mejorar la forma en que las empresas miden y demuestran sus contribuciones para crear sociedades más prósperas y plenas y, una relación más sostenible con nuestro planeta”.

Los y las trabajadoras de la educación tenemos que construir otros mecanismos de cooperación global, que sean capaces de romper con el localismo al que nos han circunscrito la mecanización de la labor docente. Solo desde una recuperación de la epistemología crítica, fundamentada en la dialéctica de lo global y lo local, podemos avanzar en el desarrollo de otra cooperación internacional posible.

 

  • En casa de herreros, cuchara de palo: Nueva Gobernanza global

Mientras que la máxima autoridad de la Reserva Federal norteamericana solicita modificaciones en la gobernanza global de la economía, algo que tiene correlato en las críticas que desde el capital se hacen al multilateralismo, en el Foro Económico Mundial se opinó de todo lo que los demás deben hacer en la materia, pero nada sobre su propia gobernanza.

De hecho, en Suiza hay toda una polémica sobre la falta de transparencia en la administración de los aportes que hace el fisco de ese país al sostenimiento del FEM, lo cuál generó un importante recorte en la materia por parte del Ejecutivo suizo. Esto devela la naturaleza de doble moral del capitalismo, que pide cambios y agenda abierta a los gobiernos mientras convierte su forma de funcionamiento en una caja negra.

 

 

  1. Lecciones de Davos para el movimiento magisterial

El movimiento magisterial clasista y combativo no puede estar ajeno a los debates de la economía mundial, pues para el capitalismo la educación y los sistemas escolares deben ser funcionales al modo de producción. En consecuencia, cualquier decisión económica tiene un correlato en la agenda educativa.

La despolitización sobre los trabajadores de la educación intenta construir un falso sentido común que lo importante para los y las docentes es la enseñanza, es decir, preocuparse por la forma como administrar contenidos.  Esta alienación en el trabajo docente se extiende a algunas organizaciones gremiales y sindicales quienes se centran en la lucha reivindicativa, salarial e incluso política nacional, pero tienen dificultad para seguir los procesos de toma de decisión de los centros capitalistas. La repolitización de los y las trabajadoras(es) de la educación pasa por construir una cultura internacionalista que desarrolle capacidades colectivas para comprender y distinguir en la agenda educativa lo que corresponde a una orientación del poder hegemónico o es expresión de desarrollos autónomos.

 

Lo que ocurrió en materia educativa, en el 2020-2021 durante la pandemia del covid-19, con sus secuelas de exclusión y estratificación, se convirtió de hecho en parte de la ruta de la transformación digital del mundo.  Muy poco le importó al centro capitalista que más de la mitad de la población estudiantil quedara excluida de esta dinámica y que se generara una estratificación escolar que profundizaba las diferencias de clase social; las necesidades del mercado estuvieron por encima de las de los y las ciudadanas(os).

En consecuencia, luego de mostrar el “desfase de las instituciones educativas” respecto a la aceleración de la innovación  -aunque esta en realidad era culpa de la desinversión de los gobiernos y no de les docentes-  se enfatiza incluso de manera irracional con la vuelta forzosa a las aulas con propuestas bimodales incluso sin las condiciones mínimas de bioseguridad, algo que el capital trasnacional tecnológico promueve para intentar consolidar ante la sociedad la imagen de escuelas, bachilleratos y universidades desfasadas de las dinámicas tecnológicas actuales. Ello forma parte de la tentativa de asaltar el presupuesto público destinado a la educación y transferirlo a quienes impulsan educación virtual, educación en casa o las corporaciones que están detrás de las propuestas de bimodalidad.

Esta imagen social se convierte en un requisito mínimo para intentar asaltar el presupuesto destinado a la educación pública oficial, la nómina docente y lo relacionado al equipamiento.  Estamos en presencia del inicio de un intento de traspaso impresionante de fondos públicos a las empresas tecnológicas, a las grandes corporaciones del mundo digital y virtual. Por ello, para los docentes la narrativa capitalista de transformación digital, tiene una connotación muy concreta, en cuanto a la sostenibilidad de la educación pública presencial y la propia profesión docente, razón por la cual, lo debatido en Davos impacta directamente al sector.

 

La lección más importante de Davos es que tenemos que recuperar el estudio de la economía y la tecnología, con su impacto directo en la formulación de políticas públicas educativas, si queremos construir resistencias eficientes a la ofensiva del capital contra la educación pública.

 

 

Lista de referencias

CEPAL (2013) Relaciones de comercio e inversión entre China y América Latina. Ediciones CEPAL. Disponible en  https://www.cepal.org/sites/default/files/events/files/presentacion_alicia_barcena_cepal.pdf

Den Rong (2006) Den Xiaoping y la Revolución Cultural: su hija recuerda los años críticos. Editorial Popular. España.

FEM (2022) Agenda de Davos: ¿Qué podemos esperar de 2022? Aspectos destacados y conclusiones clave. Nota de prensa. Disponible en https://www.weforum.org/agenda/2022/01/davos-agenda-2022-highlights-key-takeaways/

MacFarquhar Roderick y Schoenhals Michael (2009). La Revolución Cultural China. Ediciones Crítica. España.

[1] https://www.weforum.org/stakeholdercapitalism

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Emilio Santiago: “Es el momento de reformas estructurales, de políticas públicas disruptivas y profundamente transformadoras”

Emilio Santiago: “Es el momento de reformas estructurales, de políticas públicas disruptivas y profundamente transformadoras”

l antropólogo del Instituto de Lengua, Literatura y Antropología sostiene que para afrontar la emergencia climática son necesarios cambios profundos del sistema económico y cultural.

Aunque a Emilio Santiago Muiño (Ferrol, 1984) no le guste parcelar las ciencias sociales en disciplinas cada vez más pequeñas, acaba de obtener la primera plaza dedicada a la investigación en transformaciones antropológicas de la crisis climática del CSIC. Ya se ha incorporado como investigador al Instituto de Lengua, Literatura y Antropología en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS) donde se va a dedicar a estudiar la inacción climática. Es Doctor en Antropología Social y ha sido investigador en el departamento de Antropología Social y Pensamiento Filosófico Español de la Universidad Autónoma de Madrid. Además, destaca su intensa labor e implicación política y de comunicación del conocimiento a la sociedad. Ha escrito varios libros, entre ellos Opción Cero, El reverdecimiento forzoso de la Revolución cubana (Catarata, 2017) que surgió a raíz de su tesis doctoral y resume la parte de la misma que se centra en la ecología. En esta entrevista explica a qué se va a dedicar desde su nueva plaza y cómo ve el momento que vivimos en relación con las crisis climática y social.

Pregunta: Enhorabuena por la plaza. ¿A qué se va a dedicar?

Respuesta: A mí me gustaría añadir un nuevo enfoque a la antropología que aborda la emergencia climática: el verdadero misterio social que la antropología climática tiene que contribuir a desvelar es la impotencia y la esterilidad transformativa de la política climática. Es decir, yo creo que el hecho que marca como ninguna otra cosa el diagnóstico de la crisis climática es haber acumulado al menos cuatro décadas de fracasos en los intentos de que nuestras instituciones sociales corrijan este problema. Es esto a lo que me gustaría dedicar mis esfuerzos en el CSIC, esta especie de reiteración en el error suicida, intentar explicarnos la inacción climática.

P: Entiendo que la línea de intentar remediarlo

R: Claro. Investigamos para contribuir desde la buena ciencia a la intervención pública.  Esto de la buena ciencia es importante, el compromiso político no nos tiene que privar de trabajar con la mejor producción científica posible. Pero esto tiene que ver con uno de los mayores retos que tenemos como sociedad que es la emergencia climática como parte de una crisis más amplia. La crisis socioecológica no se limita a una cuestión climática. Esta cuestión climática es el fenómeno más estudiado, el que ha conseguido un mayor consenso en su diagnóstico, pero nuestros problemas de relación con los límites biofísicos del planeta son muy amplios y esta es una parte de ello.

P: ¿Cuál es su análisis de las respuestas a la Cumbre del Clima (COP) de Glasgow? ¿Cree que se ha dado esta inacción de la que habla?

R: La respuesta no ha sido mala entendiendo el contexto histórico en el que estamos. Venimos de una pandemia que sigue vigente, que multiplica los controles, que dificulta las movilizaciones. Recordemos que esta pandemia abortó toda la ola de movilizaciones climáticas de 2019 que fue histórica y que lleva un año y medio, casi dos, impidiendo algo tan fundamental para el activismo como es la presencialidad. Esto se suma a factores como que Glasgow es una ciudad cara. Yo creo que nos ha arrojado imágenes menos espectaculares de lo que cabría esperar para la urgencia de este momento, pero las movilizaciones han mostrado un buen músculo. Es destacable el hecho de que la comunidad científica se ha puesto a la vanguardia de las movilizaciones, por ejemplo, los científicos que se encadenaron a un puente en Glasgow. Otra cosa es que su discurso público esté adquiriendo un tono un poco más pesimista respecto a las posibilidades de estas cumbres, eso es así, pero está enteramente justificado en la medida en que el balance de una COP como esta es muy decepcionante pero no por ello menos previsible.

P: ¿Hay motivos para preocuparse?

R: Estamos muy lejos de ir en la senda marcada por la ciencia. A una distancia que yo creo que cuesta exponer sin parecer exagerado, tremendista o un agitador político. El problema es que la situación es tan extrema, es tan radical, que necesariamente la voz de la ciencia se parece cada vez más al tono de los activistas. Hemos visto como una COP que en condiciones sensatas estaría llamada a ser decisiva no lo ha sido. Ha cumplido muy bien el patrón habitual de casi todas las COP de la historia, que es mucha retórica, mucho márquetin, eso que Greta Thunberg denominó en un gran acierto comunicativo el “Blablabla Climático” que sirve para adornar resultados concretos claramente insuficientes. Las COP siempre saben un poco como a tragedia anunciada, pero la ciencia es muy taxativa al respecto y el tono de los últimos informes del IPCC no admite ningún autoengaño. Frenar una alteración climática potencialmente catastrófica exige e impone grandes pasos que no pueden dejar inalteradas las bases de nuestro sistema económico, político y cultural. Es el momento de reformas estructurales, de políticas públicas disruptivas y profundamente transformadoras en muchos ámbitos. Si me permites un símil, que quizás es un poco exagerado, pero yo creo que no tanto, solo tienen parangón con el tipo de movilizaciones que se dan en tiempos de guerra o en revoluciones sociales.

P: Uno de los acuerdos estrella de la COP que se anunció como histórico para los pueblos indígenas fue la asignación de 1.500 millones de euros de financiación directa a estos pueblos para la protección de los bosques. ¿Qué opinión le merece?

R: No siempre se tiene en cuenta que la crisis climática se reproduce a través de una matriz: la estructura de poder colonial. En este tipo de eventos se desvían las formas de revertir las dinámicas de colonialismo climático en que estamos instalados. No se aborda, se pospone y sistemáticamente se incumplen medidas relacionadas. Desde la antropología tenemos claro que el papel de los pueblos originarios sería fundamental en la custodia de los territorios y en impedir los procesos de cambios de usos del suelo y de deforestación. Por otra parte, también es crucial tenerlos en cuenta como pueblos que contienen una riqueza cultural que ayudaría a complejizar nuestras concepciones de las relaciones de naturaleza-cultura (por utilizar una dicotomía occidental) y que son valiosas en sí mismas más allá de los efectos climáticos o de mitigación que pudiesen tener. Ahora bien, 1.500 millones de euros es una cantidad ridícula. Solo un kilómetro de alta velocidad en España son 20 millones de euros.

P: Su plaza es la primera en antropología climática del CSIC, pero ¿cuál es el entorno de investigación en este campo?

R: Sí, soy el único, pero el departamento de antropología tiene otras líneas de investigación afines, hay temas que se complementan o se solapan. Las cuestiones sociales son muy complejas y no se puede enfocar desde un punto de vista unifactorial. Tanto en el CCHS como en otros centros del CSIC se está trabajando en estas cuestiones. De hecho, yo soy co-investigador principal en una investigación junto con Jaime Biendel que se llama “Humanidades energéticas” y que de algún modo aspira a plantear cuál es el papel de las energías fósiles tanto en los imaginarios como en las teorías sociales y políticas de la sociedad moderna. Esto casa con la cuestión climática porque energía y clima son un binomio inseparable y seguramente haya mucha más gente fuera del CSIC que está trabajando en estas cuestiones y con las que formamos redes de investigación que nos permiten enfocar esto. En ningún caso me siento solo. Hay una inmensa cantidad de gente que lleva años haciendo trabajos valiosísimos desde la perspectiva social y política de la crisis ecológica en general, ya vengo de trabajar con algunas de ellas y ellos y seguramente seguiré haciéndolo los próximos años.

P: Sobre este tema, la energía, versa su tesis doctoral sobre cómo Cuba pudo ser una especie de laboratorio de decrecimiento energético ¿podemos aprender algo de esta experiencia?

R: En los círculos de investigación ecologista, Cuba a partir de los años 90 adquirió cierta fama porque debido a la caída de la URSS sufrió un desabastecimiento energético extremo, concretamente petróleo, pero no solo, y tuvo que adaptarse a un contexto muy duro. Para mucha gente esto suponía una especie de laboratorio que permitía anticipar el declive energético, cómo iban a vivir nuestras sociedades en el siglo XXI. Algunos incluso consideran que estamos ya empezando con este proceso. Cuba desarrolló una serie de políticas en agroecología, mantenimiento de servicios públicos y otras cuestiones que parecían inspiradoras. Durante mucho tiempo estas reformas llevaron a hablar de Cuba incluso en foros y en espacios que no son muy afines a su régimen político como un modelo de sociedad centrada en el desarrollo sostenible. Desde esta hipótesis fui a investigar a Cuba, hice un trabajo de campo de nueve meses en la isla en el marco de una tesis de casi seis años e indagué respecto a estas cuestiones; cómo hizo Cuba y qué lecciones se podían extraer. Un trabajo que, de algún modo, como ocurre siempre con estas cosas, arrojó luces y sombras. El movimiento ecologista internacional había idealizado la experiencia cubana, pero sin duda, Cuba nos ofrece experiencias inspiradoras que podríamos tener en cuenta en nuestras sociedades. De todos modos, es difícil extrapolar directamente de un país como Cuba, tan distinto a nuestros entornos.

P: ¿Y qué luces y sombras arrojó?

R: Luces: Cuba es un vivero, un semillero de experiencias agroecológicas enormemente inspiradoras que se han demostrado funcionales, que han demostrado que tenemos capacidad de producir alimentos con unos insumos energéticos y de agroquímicos mucho menores. Cuba nos da pistas de que la agroecología es un modelo que de alguna manera podría alimentar una nación industrial. Cuba demuestra también la importancia en los momentos de crisis de contar con servicios públicos fundamentales, educación, sanidad, defensa incluso, y también creo que demostró que las sociedades igualitarias cuyas decisiones políticas están comprometidas con la igualdad resisten mejor este tipo de golpes. En cuanto a las sombras, son muchas, pero evidentemente nada de lo que pasó en Cuba en los años 90 se podría entender sin un proceso de ajuste económico que de algún modo desmontó muchos de los postulados de la Revolución cubana, y esto es evidente. También lo es que esto ha tenido efectos muy duros en la sociedad cubana que tienen que ver con la precariedad económica material y con el retorno de la desigualdad social. Respecto a la cuestión de la sostenibilidad, la población cubana se ecologizó de manera forzada, se adaptó a unas circunstancias que ellos comprendieron como muy duras.

P: ¿Qué aprendizaje destacaría que sí sea más o menos extrapolable a nuestro contexto?

R: A mi Cuba me enseñó que la cuestión de cómo definimos la vida buena, de desear la transición ecológica es fundamental, y Cuba no deseó la transición. Por eso algunos de los logros, desde un punto de vista ecologista se revirtieron muy rápido, porque el marco de construcción del deseo en Cuba era otro y yo creo que esto tiene que ser una de las cuestiones fundamentales. De qué manera definimos culturalmente qué es la vida buena y cómo logramos una vida buena que sea más austera en términos energéticos, en términos de consumo materiales. Este es uno de los grandes retos que tenemos por delante y la experiencia cubana me enseñó a enfocarlo.

P: ¿Cree que esto que ha descrito puede ser lo más realista? Es decir, que nos ecologicemos a la fuerza.

R: Esto es un debate complejo en el que tampoco tengo una posición clara. Sospecho que va a ser más probable responder ante la emergencia cuando esta sea ya indudable e inminente que adelantarnos de manera preventiva. Vamos a paliar más que a prevenir. Creo que esto es posible que sea una lógica general del momento histórico en el que estamos. Es terrible porque paliar antes que prevenir implica asumir un enorme costo en sufrimiento social que podríamos habernos evitado. Sin embargo, todas las inercias, las lógicas, los conflictos de intereses de nuestra sociedad y de cómo esta funciona, a mí me hacen sospechar que seguramente, cuando esto sea visto dentro de dos siglos (si por suerte hacemos las cosas medianamente bien y puede ser visto dentro de dos siglos), y los historiadores analicen nuestro momento histórico, detecten que nos movimos mucho más por reacción ante los golpes que por prevención de los golpes ecosociales muy diversos que vamos a vivir.

P: ¿La pandemia sería un ejemplo?

R: Sí, la pandemia sería un ejemplo perfecto. Respondimos cuando ya era un problema de salud pública mundial a escala histórica. Hay investigaciones científicas muy buenas desde bastantes años antes preocupándose por los efectos de zoonosis, los efectos de la deforestación, de los intercambios globales y todo lo que después hemos visto que sucedió con una atención menor que el cambio climático y que la ciencia ya nos había advertido sobre ello. Aun así, solo fuimos capaces de reaccionar cuando teníamos la muerte pisándonos los talones.

P: ¿Qué cree que explica esto?

R: Es un conjunto de factores. Sin duda, la dimensión espacio-temporal es distinta en la crisis climática y una crisis sanitaria como el coronavirus, pero también el hecho de que, a diferencia del cambio climático, la crisis sanitaria atentó inicialmente y puso en peligro las vidas de las oligarquías económicas y reaccionaron de otra forma. El negacionismo científico del cambio climático cada vez es más residual, pero el verdadero negacionismo climático, el más importante a nivel social, es el negacionismo de la igualdad humana. El de aquellos que aceptan que tengamos un problema climático de enorme magnitud, pero consideran que van a salir airosos de él, que no les afecta y que, por tanto, no tienen que perder privilegios. Se están dedicando a calcular, trabajar y pensar para externalizar esos daños en otros. En la medida que la crisis de la covid-19 impactó con un nivel de intensidad grande y afectó también a las élites socioeconómicas estuvieron mucho más dispuestos a tomar medidas drásticas.

P: Cada vez se escucha más la propuesta del decrecimiento como un horizonte deseable. En cambio, también existe el análisis que lo contempla como un futuro ineludible y pone el foco en cómo controlarlo. ¿Usted cómo lo ve?

R: Habría que definir qué entendemos por decrecimiento, es una palabra muy connotada que inmediatamente te sitúa en las tesis de Latouche. Por un lado, a nivel global, vamos hacia escenarios de un decrecimiento de nuestros consumos energéticos y materiales. Puede ser matizado porque existen posibilidades tanto técnicas como políticas que todavía fuerzan más los límites y que no van a ser sin consecuencias. El problema es que este decrecimiento energético y material que nos impone el habernos extralimitado desde hace más de 40 años puede ser modulado y gestionado por la política de modos muy distintos, algunos muy perversos. Podría ser que algunas regiones del mundo decrezcan más a costa de otras, o que se dieran procesos de signo depredatorio, imperialista, colonial, genocida, etc. Por otro lado, el decrecimiento como proyecto político que busca enfrentar la transición desde una óptica de justicia social y aspira a organizar voluntariamente una cierta desescalada de nuestra actividad económica y de nuestros consumos, yo creo que es muy interesante. Todavía le falta encontrar el tipo de discurso que le permita articular grandes mayorías sociales. También es un programa que todavía tiene mucho de especulativo, de no haberse puesto en práctica en contextos de pluralismo político competitivo, en los contextos que marcan las reglas de juego de la política en nuestro mundo. La dinámica histórica se está acelerando mucho y están pasando muchas cosas, todo esto puede cambiar en poco tiempo.

P: ¿Cómo cree que la antropología climática puede ayudar a arrojar luz tanto en estos debates como en muchos otros?

R: En mi opinión, la antropología climática y las ciencias sociales en general (esta parcelación en disciplinas cada vez más pequeñitas es más un problema que una solución), pueden ayudar a complejizar el diagnóstico añadiendo capas de realidad. A comprender cuáles son las dinámicas, las inercias y los intereses que nos han llevado hasta aquí y ofrecer un diagnóstico más complejo y un mapeo de las distintas alternativas que están surgiendo por todas partes desde lo económico a lo político, a los imaginarios, a las tecnologías, a muchas cuestiones para intentar dar respuesta a este proceso. Una visión científica más detallada de estas alternativas puede contribuir a fortalecerlas y a convertirlas en algo más central en el debate social y, por tanto, en las políticas públicas. Yo creo que es el papel de la antropología en tanto que ciencia. Luego estaría el papel de los antropólogos en tanto que ciudadanos, que es otra cosa. Y ahí opino que hay que dar un paso más que tiene que ver con el compromiso político y el activismo. Eso es un paso más que yo reivindico. Creo que la ciencia no tiene que ser una realidad encerrada en sí misma. Por sus propios requerimientos de rigurosidad hay que tener cuidado y saber que la ciencia llega hasta aquí y el activismo va más allá. Ambas patas son necesarias, pero también son distintas.

P: ¿Y qué hay respecto al papel de la ciencia ahora que con la pandemia se ha colocado en primera línea?

R: Yo creo que la ciencia va a tener una voz imprescindible, pero el debate fundamental no es científico sino moral y político. Es decir, el mismo dato científico puede perfectamente justificar una salida por la vía de la cooperación y, por tanto, llamada a compartir recursos, conocimientos, experiencias y esfuerzos, o una salida por medio de la competición y de la depredación. Es decir, no hay una superposición automática entre dato científico y posicionamiento moral. La política al final define el posicionamiento moral colectivo. La política tiene que escuchar a la ciencia, pero la ciencia ofrece un marco de posibilidades, lo que puede darse, lo que no, probabilidades, límites… Pero si vamos a enfrentar esto en una carrera depredatoria por recursos que puedan incluso empequeñecer los episodios más oscuros del siglo XX o vamos, por el contrario, a una situación que prime las lógicas de cooperación entre pueblos, entre individuos, es una decisión que no corresponde al debate científico.

P: ¿Qué le parece lo más esperanzador del momento en que vivimos?

R: Que los bucles de retroalimentación positiva no solo afectan al clima, también afectan a las dinámicas sociales. En 2018 una manifestación por el clima en Madrid reunió a no más de 2.000 personas. En 2019 sin exagerar, fuimos casi medio millón cuando se hizo la cumbre aquí después del estallido social chileno. Si echas la vista atrás y ves ejemplos de grandes cambios en el siglo XX, algunos se llevaron a cabo con una rapidez asombrosa. Por ejemplo ,el tipo de cambios de redistribución de riqueza o política fiscal, muy parecidos a los que tendríamos que hacer ahora, que conoció EEUU en el New Deal de Roosevelt. Por el otro lado del espectro político, la rapidez con la que el paradigma neoliberal construyó una hegemonía cultural y teórica en apenas 10 años que hizo pasar a un autor como Hayek de ser un friqui marginal en un departamento de economía a convertirse en el gurú que rediseñó la economía mundial. Esos procesos se dan y son relativamente rápidos. No se nos olvide tampoco que en el año 2020 las emisiones globales de efecto invernadero se redujeron un 25% en apenas 30 días. Ni el plan ecologista más radical del mundo lo habría propuesto ni imaginado una reducción de este calibre. Se pagó un precio muy alto porque estábamos en un escenario de salud pública trágico, pero ese precedente está. Si nuestra sociedad se moviliza ante el cambio climático como ha sido capaz de movilizarse ante una guerra, podemos ganar. Pero no será solamente una operación de sustitución de tecnologías, tendremos que cambiar también modos de vida y sobre todo el diseño de nuestro sistema económico.

Ana Iglesias / Ayudas CSIC-FBBVA a la Comunicación Científica

Fuente: https://www.csic.es/es/actualidad-del-csic/emilio-santiago-es-el-momento-de-reformas-estructurales-de-politicas-publicas?utm_source=pocket_mylist

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/emilio-santiago-es-el-momento-de-reformas-estructurales-de-politicas-publicas-disruptivas-y-profundamente-transformadoras/

 

 

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España: Convocatoria de Becas 2022-23 de la Fundación Carolina

Convocatoria de Becas 2022-23 de la Fundación Carolina

En esta edición se han convocado un total de 594 becas y ayudas

La Agenda 2030 es el horizonte de la convocatoria de becas 2022-23 de la Fundación Carolina. Lo es también para las instituciones y empresas que las respaldan desde su patronato, y para las universidades que les dan acogida, en España y en el conjunto de los países de la Comunidad Iberoamericana de Naciones.

La convocatoria ofrece oportunidades de formación e investigación en todos los campos de la Agenda 2030: en las ciencias básicas y las tecnologías que contribuirán a implementar sistemas de producción y consumo sostenibles y hacer frente al cambio climático y preservar la biosfera; para contribuir a la salud pública, una educación de calidad, y ciudades más vivibles; para impulsar una economía más inclusiva y equitativa y la actividad empresarial, y promover mejoras de la productividad, el empleo decente y el progreso material de la sociedad; y en los campos social y político, para promover el cambio institucional y la innovación social, la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres y en el conjunto de la sociedad, y con ello, contribuir a que las sociedades sean más pacíficas y seguras, y revitalizar la democracia y el Estado de derecho y su legitimidad.

En esta edición, se han convocado un total de 594 becas y ayudas que se desglosan en: 236 becas de postgrado, 90 becas de doctorado y estancias cortas postdoctorales, 27 becas de movilidad de profesores,121 becas de estudios institucionales y 120 renovaciones de becas de doctorado. Cada modalidad tiene sus propios requisitos y fechas de postulación.

Fuente y más información

 

Fuente de la Información: https://campusiberoamerica.net/es/convocatoria-de-becas-2022-23-de-la-fundaci%C3%B3n-carolina

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Polonia: Vergüenza de ser europea. Médicos Sin Fronteras abandona la frontera polaca porque está prohibido ayudar a los inmigrantes (MA Goni)

Vergüenza de ser europea. Médicos Sin Fronteras abandona la frontera polaca porque está prohibido ayudar a los inmigrantes (MA Goni)

“Nos prohíben el acceso a las zonas fronterizas para el rescate de migrantes. Hasta que a las ONG imparciales se les permita operar en áreas restringidas, es probable que aumente el número de muertos de al menos 21 personas a medida que las temperaturas continúan bajando». Estas son las palabras desalentadoras de la nota de prensa emitida por Médicos Sin Fronteras: la continua obstrucción de las autoridades polacas para permitir el acceso a la frontera con Bielorrusia, donde tantas personas necesitan desesperadamente ayuda y atención, obligó a la ONG a concluir su trabajan en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, después de tres meses de intervención en aquellas zonas donde grupos de personas que intentan sobrevivir en las frías temperaturas necesitan desesperadamente asistencia médico-humanitaria.
A lo largo de los meses, Polonia, ante el ensordecedor silencio de la UE, por no hablar de algunas declaraciones de aprobación de los trabajos realizados, ha levantado vallas, movilizado al ejército y declarado el estado de emergencia en la frontera, impidiendo el «acceso a este espacio para organizaciones humanitarias, asociaciones de voluntarios y medios de comunicación.

La policía de fronteras, violando su derecho a buscar protección internacional, a menudo ha obligado a retroceder a migrantes y refugiados en Bielorrusia, quienes, impulsados ​​por el miedo a los rechazos y la violencia policial, intentaron continuar escondiéndose en los bosques donde permanecieron congelados sin comida. agua, abrigo y ropa. El presupuesto, lamentablemente a la baja ante la imposibilidad de documentar por los medios, habla de al menos 21 personas que perdieron la vida en esta zona en 2021.
“Estamos ante una situación inaceptable e inhumana. Las personas no deben ser devueltas ilegalmente a Bielorrusia”, dijo Frauke Ossig, coordinadora de respuesta de emergencia de MSF en Polonia y Lituania. “Sabemos que todavía hay personas que necesitan ayuda escondidas en el bosque, pero a pesar de nuestro compromiso y disposición para ayudarlos, no podemos hacerlo en el frente polaco”, concluyó.

Los operadores de MSF han recogido testimonios directos de personas que han sufrido robos, daños, víctimas de la violencia en ambos lados de la frontera; en los cuerpos de estas personas las lesiones físicas atestiguan el abuso.

En Pisa, la Coordinación pisana para la ruta de los Balcanes invitó a encender una linterna verde en cada parroquia, club, sede de asociación y en los hogares de cualquiera que quiera expresar su solidaridad con los migrantes varados por el frío. La iniciativa Linterna Verde nació en nuestro país a raíz del llamamiento de Avvenire, que instaba a la población a encender una linterna verde como señal solidaria cerca de la ventana, en el árbol de Navidad o en el belén de casa o a iluminar de verde para el parroquias. Incluso el Palacio del Campidoglio está iluminado de verde, el color de la esperanza, dicen, la esperanza de que quienquiera que sea el responsable ya no cierre los ojos e intervenga en nombre de la protección de esas vidas que parecen cada vez más olvidadas y colgadas de un hilo delgado

María Ana Goni

Fuente de la Información: https://www.farodiroma.it/vergognarsi-di-essere-europei-medici-senza-frontiere-lascia-la-frontiera-polacca-perche-e-proibito-assistere-i-migranti-m-a-goni/

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Moscú cuestiona la educación de la ministra de Exteriores británica que habló sobre la invasión de mongoles y tártaros en Ucrania

«¿Qué establecimiento educativo le dio el diploma a la señora Truss?», preguntó la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova.

La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha criticado a la ministra de Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, por afirmar que Ucrania sufrió invasiones «desde los mongoles hasta los tártaros».

«Ucrania es un país orgulloso con una larga historia. Han conocido antes fuerzas invasoras, desde los mongoles hasta los tártaros. Sufrieron la hambruna patrocinada por el Estado. Su resiliencia es profunda», declaró Truss este viernes durante su discurso en el Instituto Lowy en Sídney, Australia.

Zajárova señaló a través de su cuenta de Telegram que los colegas rusos tienen tres preguntas para la diplomática británica, siendo la primera de ellas «¿cuántos años pasaron entre las dos invasiones, la de los mongoles y la de los tártaros?».

«¿No mencionó el sufrimiento de los ucranianos del fascismo porque fue insignificante o porque antes de los años 40 del siglo XX la Corona británica no solo apoyaba el nazismo alemán, sino que se enternecía por él?», cuestionó en segundo lugar.

Y, por último, Zajárova preguntó «qué establecimiento educativo le dio el diploma a la señora Truss».

  • La actual ministra de Exteriores británica se graduó en el Merton College de la Universidad de Oxford, donde estudió la filosofía, política y economía.

Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/417645-zajarova-cuestiona-educacion-ministra-exteriores-britanica

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Rectores de universidad advierten de que la reforma laboral afectará a 25.000 investigadores en toda España

La CRUE señala que si no hay una alternativa al contrato por obra puede ocurrir que a partir de abril «se pare el sistema de ciencia y tecnología»

La Conferencia de Rectores de Universidades Españolas ha advertido de los impactos negativos que la reforma laboral podría ocasionar en el ámbito de la Investigación, debido sobre todo a la desaparición general del contrato de obra y servicio sin que se ofrezca alternativa en la nueva Ley. Se trata de una forma de amplia utilización en los contratos para investigadores, pues los proyectos científicos suelen tener un carácter temporal prefijado. Estos proyectos, en muchas ocasiones, están sujetos a la entrega de resultados en periodos cortos de tiempo.

El rector de la Universidad de Córdoba y presidente de la CRUE, José Carlos Gómez Villamandosha advertido este miércoles que si no hay una alternativa, «a partir de abril vamos a tener un gran problema que puede hacer que se pare el sistema de ciencia y tecnología«. Villamandos ha señalado que esta situación puede afectar a más de 25.000 en toda España, lo que supone «un problema para esas personas y evidentemente para la actividad investigadora».

La aplicación del Real Decreto-ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo «tendría efectos no deseados para las universidades debido a la desaparición -con carácter general- del contrato de obra o servicio determinado por la nueva redacción del artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores, al no incluir una alternativa de contratación que dé respuesta a las necesidades el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación», advierte una nota de la CRUE.

Según los rectores españoles, «esta figura es de frecuente utilización en las áreas de la investigación y la transferencia del conocimiento, donde los proyectos científicos a los que concurren los investigadores se desarrollan mayoritariamente en un contexto internacional muy competitivo y de carácter temporal». Por ello, señalan que en la reunión mantenida el pasado martes 12 de enero por los representantes de CRUE con el ministro de Universidades, Joan Subirats, se dio traslado de la preocupación de la comunidad universitaria.

Ahora mismo, con la aplicación de la ley tal y como está, «a partir mes de marzo no podremos contratar a muchas personas que actualmente están realizando esa labor», ha asegurado el rector de la UCO.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20220119/rectores-universidad-advierten-reforma-laboral-13120907

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El 24% del alumnado pasa por clases particulares en España

«Es profundamente desigual». Con estas palabras resume Juan Manuel Moreno la situación en relación a lo que se conoce como «educación en la sombra», es decir, las clases particulares de toda la vida. Se trata de un negocio que mueve, en España, cientos de millones de euros al año. Y aunque ha ganado transparencia en los últimos años gracias a la aparición en Internet de páginas que define como «el idealista de las clases particulares», es decir, buscadores donde encontrar oferta, así como empresas que gestionan este tipo de servicios, sigue funcionando mucho el boca a boca, la economía sumergida.

Moreno ha utilizado los datos que proporciona la Encuesta de Presupuestos Familiares que elabora el INE para hacer un estudio de la evolución del gasto de las familias en este tipo de servicios desde 2006 hasta 2020. El crecimiento, asegura, ha sido imparable en esos casi 15 años. Ni siquiera en los momentos más complicados de la recesión de 2008-2014 o durante el pasado 2020 con la crisis del coronavirus. Con algunas curiosidades, como el hecho de que sean las clases populares las que han sido más constantes en este tiempo.

El informe Educación en la Sombra en España: Cómo las clases particulares se están convirtiendo en un bien de primera necesidad analiza esta variación en los últimos años en la inversión, así como las razones que la motivan o si se produce más en unos sectores sociales que en otros (ingresos, lugar de residencia…). Deja claro que hace décadas en España este tipo de gasto se realizaba como gasto de lujo y, poco a poco, se está convirtiendo en un básico para un porcentaje alto de las familias.

Por supuesto, el uso de servicios de educación en la sombra (se trata de servicios que van en paralelo al sistema educativo y que, en España al menos, facilitan, no fagocitan al sistema educativo) acaba siendo muy desigual. Es una de las conclusiones importantes del informe. Aunque las familias de los quintiles más bajos de renta han sido fieles a las extraescolares todo este tiempo, con un incremento sostenido en el gasto, son las familias del quintil más alto las que gastan más dinero, hasta cinco veces más que las primeras.

Pérdida de confianza y competitividad

España no es, ni de lejos, uno de los peores ejemplos en cuanto a volumen de educación en la sombra. Más allá de países como Corea del Sur o Japón en donde se calcula que entre el 80 y el 90% de los estudiantes de primaria acuden a clases particulares, existen ejemplos en Europa que también hacen levantar la ceja. En Alemania, por ejemplo, en el año 2000 eran el 27% de los estudiantes utilizaban estos servicios. En 2013 ya suponían el 40%; en Reino Unido, en 2005 eran el 18% y en 2019, el 27%, con un 40% en Londres, según los datos elaborados por un informe del diario The Economist de 2021 en relación a la educación en la sombra de los que se hace eco Moreno.

Para el investigador, es el momento de que se piense seriamente sobre la situación en la que se encuentra el sistema educativo español para evitar, lo antes posible, que este sistema paralelo acabe fagocitando al sistema reglado. Habla de ejemplos, como los asiáticos, en los que los docentes de los centros educativos se guardan los mejores materiales para las clases particulares o las resistencias de docentes de secundaria para cambiara exámenes externos para que no repercuta en sus ingresos por las clases preparatorias. «Nos encontramos lejos de esta situación», insiste, pero por ello es interesante estudiar más a fondo las causas y las posibles soluciones.

Entre las causas, señala la pérdida más o menos paulatina, de confianza de las familias en que el sistema ordinario sea suficiente para alcanzar los logros que esperan de él. Esto ocurre en todo el sistema, en la red pública y privada, aunque los motivos de unos y otros sean más o menos diferentes. Moreno es optimista en cuando a la posibilidad de recuperar esta confianza en la escuela. Sobre todo porque el gasto en educación en la sombra denota las altas expectativas de las familias en relación al proceso educativo, hablan de su preocupación y de hasta qué punto están dispuestas a hacer sacrificios.

Para él, la manera de que la escuela recupere cierta cantidad de confianza de las familias, o al menos no empeore la situación, para por un aumento de la personalización de los aprendizajes. Nombra en el estudio programas como los PROA o ÉXIT (en Cataluña) que se pusieron en marcha tras la aprobación de la LOE. A pesar de que durante el tiempo en el que estuvieron presentes el gasto en clases particulares no disminuyó, Moreno piensa que es posible que dicha inversión hubiera sido todavía mayor si no hubieran existido. Moreno señala las tutorías individualizadas como herramientas interesantes y el papel que jugará el sector online en toda esta situación, principalmente para las familias de menos recursos.

Además de la pérdida de confianza está el aumento de la competitividad en el sistema educativo; mayor en secundaria, cuando hay que enfrentarse, por ejemplo, a la EvAU «y una décima decide», comenta Moreno. «La ventaja competitiva marca la diferencia», insiste, de manera que crece el peso de las academias preparatorias. «Ahora compito con mucha más gente por una misma plaza y ni siquiera la escuela privada puede asegurármela».

Fuente: Informe.

Las familias pobres siempre aguantan

Entre los datos que se destacan en el informe está el hecho de que en los años de la gran recesión entre 2008 y 2014, aunque el gasto en educación en la sombra no para de crecer, lo hace principalmente de manos de las familias de menos ingresos. Moreno confiesa que le sorprendió esta situación. Como también la de que en 2020, durante el confinamiento, fuera precisamente este sector social el que aguantara dicho gasto en clases particulares, frente a unas clases acomodadas que renunciaron a él.

Aunque no hay datos concluyentes y sería necesario aumentar la investigación en este sentido, Moreno aventura algunas hipótesis posibles. En el caso del confinamiento, a pesar de que todas las familias (o la mayor parte) tuvieron que quedarse en casa con sus hijos, el capital cultural de padres y madres pudo influir en la decisión de continuar con las clases particulares para que los hijos no perdieran oportunidades de aprendizaje. Tal vez las familias de mayor capital cultural vieron menos necesario este esfuerzo durante los meses de confinamiento.

En relación a cómo durante la gran recesión también tuvieron importantes cotas de crecimiento y de aguante a pesar de la dificilísima situación económica, cabría destacar el hecho de que en no pocos casos se redujeron gastos como el vestido e incluso la comida, mientras que las clases particulares se mantuvieron o crecieron. Una hipótesis plausible podría ser la de que durante ese tiempo también el abandono escolar temprano sufrió importantes reducciones, con la vuelta de miles de personas a las aulas o su no salida. Es posible que las familias vieran la necesidad de hacer este gasto en unos años en los que el trabajo no cualificado estaba sufriendo importantes reducciones. Aunque para Moreno, esta hipótesis no explica 100% este fenómeno, que califica de contraintuitivo.

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