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UNICEF nombra a Khaby Lame Embajador de Buena Voluntad

UNICEF nombra a Khaby Lame Embajador de Buena Voluntad

Un creador de contenido global defiende los derechos de los niños tras una visita de cuatro días para ver el trabajo de UNICEF en Senegal

AKAR/NUEVA YORK, 31 de enero de 2025 – El creador de contenidos globales Khaby Lame ha sido anunciado como el nuevo Embajador de Buena Voluntad de UNICEF. El nombramiento, realizado en un evento en Senegal, el país natal de Lame, se produce tras una visita de cuatro días para reunirse con niños y jóvenes que están impulsando cambios positivos en sus comunidades. 

“Es un verdadero honor ser nombrada Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF y ser parte de una organización que pone los derechos de los niños en el centro de atención todos los días”, dijo Lame. “Desde mi propia experiencia como niña que temía la pobreza, luchaba por encontrar mi pasión en la escuela y perdía mi trabajo durante la pandemia de COVID-19, hasta encontrar mi lugar y mi vocación en el mundo, sé que todos los niños pueden prosperar cuando se les da una oportunidad”.

En su papel de Embajador de Buena Voluntad de UNICEF, Lame utilizará sus plataformas globales para ayudar a crear conciencia sobre los derechos de los niños en todo el mundo, incluida la educación y la capacitación, el empoderamiento de las niñas, la protección contra la violencia y el abuso, y el acceso a la salud, la nutrición y un medio ambiente limpio.

Lame, de 24 años, saltó a la fama con sus respuestas cómicas en video a complicados «trucos de vida» en los que realiza la misma tarea en silencio de una manera sencilla. En 2022, fue incluido en la lista 40 Under 40 de Fortune y en la lista 30 Under 30 de Forbes. En 2024, Lame fue incluido como uno de los 10 principales creadores de contenido de Forbes. A partir de 2025, es el usuario más seguido en TikTok.

“Estamos encantados de dar la bienvenida a Khaby Lame a la familia de UNICEF como Embajador de Buena Voluntad. Khaby es un defensor apasionado y poderoso de los niños y jóvenes de todo el mundo”, dijo la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. “Su creatividad y su perspectiva única sobre el mundo han inspirado a cientos de millones de seguidores y seguirán motivando a otros a alzar la voz y contar sus historias a su manera única”.

Durante su visita a Senegal, Lame se reunió con niños de la calle en un refugio de Dakar, con los que jugó deportes y escuchó sus historias sobre cómo muchos de ellos habían huido de la violencia, el abuso y la explotación. También visitó una escuela inclusiva en Ziguinchor, en la zona de Casamance, donde los niños con discapacidad tienen acceso a tecnología de asistencia para aprender y prosperar, y jugó un partido de fútbol con niños ciegos.

En Kolda, una región fronteriza con Gambia y Guinea-Bissau, Lame participó en un taller para enseñar a niñas que no asisten a la escuela habilidades de liderazgo e innovación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) y ayudarlas a ingresar al mercado laboral. Los talleres están dirigidos por miembros de una asociación que comprende más de 3.500 líderes jóvenes de entre 10 y 24 años, que también trabajan en sus comunidades para promover la educación de las niñas y combatir la violencia de género.

Lame también se reunió con el Consejo Municipal Infantil de Sédhiou, una red de niños de todo Senegal que son elegidos por sus compañeros para participar en los debates con las autoridades locales, con el fin de que los responsables de la toma de decisiones rindan cuentas sobre los problemas que afectan a los niños. Lame se unió al grupo para plantar árboles en los manglares (un proyecto para ayudar a combatir el impacto del cambio climático) y sumar su voz al movimiento en favor de la acción climática.

“Durante el tiempo que pasé en Senegal con UNICEF, conocí a muchos jóvenes que están dando un paso adelante en sus comunidades y generando cambios, ya sea aprendiendo habilidades tecnológicas, encontrando soluciones para el cambio climático o empoderándose mutuamente con formas de mantenerse a salvo de la violencia. Estoy entusiasmado por conocer a muchos más líderes jóvenes inspiradores e innovadores en mi nuevo rol con UNICEF”, agregó Lame.

Lame se suma a una lista de actuales Embajadores de Buena Voluntad de UNICEF, entre los que se incluyen Ishmael Beah, David Beckham, Orlando Bloom, Millie Bobby Brown, Priyanka Chopra Jonas, Danny Glover, Angelique Kidjo, Ricky Martin, Leo Messi, Vanessa Nakate, Liam Neeson, Katy Perry y Shakira.

Acerca de UNICEF

UNICEF, la agencia de las Naciones Unidas para la infancia, trabaja para proteger los derechos de todos los niños, en todas partes, especialmente los más desfavorecidos y en los lugares más difíciles de alcanzar. En más de 190 países y territorios, hacemos todo lo posible para ayudar a los niños a sobrevivir, prosperar y desarrollar su potencial.

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Fuente de la Información: https://www.unicef.org/press-releases/unicef-names-khaby-lame-goodwill-ambassador

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Educación en el mundo: La importancia de la inclusión de Educación Climática en las NDCs

La importancia de la inclusión de Educación Climática en las NDCs

Como enfatiza Marina Silva, Ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil: «Es esencial incluir la educación climática y los procesos de educación ambiental en la formulación e implementación de las NDCs para garantizar que estén verdaderamente alineadas con la misión de 1.5°C.»

Esta declaración, proveniente del país anfitrión de la próxima COP30, resalta la urgente necesidad de priorizar la educación climática dentro de la próxima Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC 3.0) de su país.

Más de 40 países ya han integrado la educación climática en sus NDCs. Los 27 Estados Miembros de la UE discutirán este tema en la reunión de jefes de Delegación en Gdansk la próxima semana, bajo la Presidencia de Polonia. Las NDC 3.0 representan una oportunidad crucial para hacer de la educación climática una prioridad universal.

EARTHDAY.ORG reconoce el papel fundamental que desempeña la educación a la hora de empoderar a las comunidades para hacer frente a la crisis climática. Para apoyar los esfuerzos mundiales en favor de la acción climática, hemos desarrollado el Rastreador de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) sobre Educación Climática que aparece a continuación. Se trata de una herramienta integral para monitorear la inclusión de la educación climática en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) presentadas por los países en el marco del Acuerdo de París.

Este informe ofrece una visión general actualizada de cómo los países priorizan la educación climática en sus contribuciones determinadas a nivel nacional. Evalúa el alcance y la calidad de los compromisos relacionados con la educación, como la incorporación de la educación climática en los programas de estudios formales, el apoyo a la formación de docentes, la participación de las comunidades locales y el fomento del liderazgo juvenil.

Fuente: www.earthday.org

 

Fuente de la Información: https://www.redem.org/la-importancia-de-la-inclusion-de-educacion-climatica-en-las-ndcs/

 

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Ecología Social: Nueva frustración climática

Nueva frustración climática

Sergio Ferrari

 

Una migaja para enfrentar una crisis climática que parece no tener solución ni retorno. La reciente cumbre de las Naciones Unidas en Bakú, Azerbaiyán, resolvió poco y olvidó lo esencial.

La reciente Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) acordó destinar 300.000 millones de dólares anuales a los países en vías de desarrollo para que puedan superar su dependencia del carbón, el petróleo y el gas –causa esencial del sobrecalentamiento– y compensar los gastos causados por los cataclismos climáticos. Monto que representa solo una cuarta parte de los 1.3 billones de dólares que esas naciones exigían y apenas superior a los 100.000 millones actuales que otorgaba el acuerdo vigente, a punto de perimir. Como moción de deseo la Conferencia especula con alcanzar los 1.3 billones de dólares anuales para el Sur Global, pero recién en 2035.

El Acuerdo de París de 2015 estableció un mecanismo de aumento regular de los recursos destinados a hacer frente al cambio climático. Un intento de mantener el calentamiento por debajo de 1,5°Celsius, tomando como referencia el clima en la época preindustrial.

Poco de nuevo

Luego de dos semanas de reuniones, el último domingo de noviembre los representantes de casi doscientos países llegaron a un pequeño acuerdo. El documento final, consensuado justo en el momento del pitazo final y tras treinta horas de prolongaciones desde la hora originalmente prevista para la clausura de la cumbre, logró evitar la muerte cerebral de un proceso que, lejos de resolver la crisis climática, continúa postergando soluciones de fondo. Lo que llevó a importantes portavoces de la sociedad civil mundial a expresar su decepción, subrayar la mezquindad de las naciones ricas e incluso hablar de un nuevo fracaso. La Organización No Gubernamental (ONG) internacional Amigos de la Tierra, por ejemplo, sostiene que la cita de Bakú defraudó a la sociedad civil “y pone en jaque a las poblaciones que sufren y sufrirán los impactos de la crisis climática con desastres naturales cada vez más devastadores” (https://www.tierra.org/finaliza-la-cop29-calderilla-para-la-financiacion-climatica-billones-para-las-falsas-soluciones-y-para-alimentar-el-genocidio-de-palestina/).

La COP29 se movió en dos contextos paralelos. Uno, la propia capital de Azerbaiyán, sede física del evento que convocó no solo a los delegados oficiales sino también a más de 60 mil representantes de multinacionales, del ámbito financiero, de instituciones internacionales, así como de numerosas ONG. El otro, los Estados Unidos, donde el próximo 20 de enero asumirá un gobierno negacionista del cambio climático. El tímido acuerdo logrado en Bakú podría ser desconocido total o parcialmente a partir del mismo 21 de enero por la nueva administración de la segunda nación más contaminante del planeta, solo por detrás de China.

Para eventuales avances de este proceso pro clima en cámara lenta, habrá que esperar a la COP30 en noviembre de 2025, conferencia a realizarse en Belém de Pará, una de las puertas de entrada a la Amazonia brasilera. Un año esencial, casi perdido, si se tiene en cuenta el acelerado proceso de calentamiento global que cada día, semana y mes se manifiesta a través de fenómenos meteorológicos de una fuerza poco conocida, desde la Dana en Valencia y otras regiones de España a los reciente huracanes en el Caribe y el sur de los Estados Unidos.

Naciones Unidas, evaluación prudente

La Secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, organismo que, con 450 funcionarios originarios de una centena de países se ocupa de asegurar estas conferencias, considera que el acuerdo de Bakú de asistencia financiera a los países en desarrollo es un logro “de gran trascendencia”.

Conocido formalmente como Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado sobre Financiación del Clima (NCQG), en palabras de Simon Stiell, secretario ejecutivo de esa secretaría, dicho acuerdo es «una póliza de seguro para la humanidad en medio del empeoramiento de los impactos climáticos que afectan a todos los países”. Sin embargo, y “como cualquier póliza de seguros”, el mismo “sólo funciona si las primas se pagan en su totalidad y a tiempo”. “Las promesas deben cumplirse para proteger miles de millones de vidas”.

Con respecto a las expectativas de las naciones que asistieron a Bakú, Stiell admite que el acuerdo no las satisfizo plenamente a todas: «Ningún país consiguió todo lo que quería, y nos vamos de Bakú con una montaña de trabajo por hacer». Pero cree que, aunque las muchas otras cuestiones sobre las que todavía hay que avanzar quizás no sean espectaculares, de todos modos “son salvavidas para miles de millones de personas”. Y reconoce que este no es “el momento de cantar victoria y que tenemos que fijar nuestras miras y redoblar nuestros esfuerzos en el camino hacia Belém». En otras palabras: según Stiell, se trata de un camino muy largo, aunque en Bakú se dio otro importante paso adelante.

Por su parte, António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, cree que el documento de Bakú es “esencial”, aunque reconoce que esperaba un resultado más ambicioso, tanto en términos de financiación como de mitigación, “para responder a la magnitud del gran desafío al que nos confrontamos”.

La COP29 también concretó un compromiso sobre los mercados de carbono, algo que varias conferencias anteriores no habían podido lograr. Según la Secretaría del Convenio, este compromiso “ayudará a los países a cumplir sus planes climáticos de forma más rápida y económica y a avanzar más rápidamente hacia la reducción de la mitad de las emisiones mundiales en esta década, tal y como exige la ciencia” (https://unfccc.int/es/news/cop29-acuerda-triplicar-la-financiacion-a-los-paises-en-desarrollo-protegiendo-vidas-y-medios-de). Los mercados de carbono, así como los denominados créditos carbono, son mecanismos de compensación fuertemente criticados por organizaciones ambientalistas. Establecen que una empresa (o un Estado, o cualquier otra entidad) le encarga a una firma certificadora que calcule el efecto contaminante de sus emisiones. Sobre la base de esta cifra, la empresa paga por su efecto nocivo con un contravalor denominado “crédito ambiental”, el cual se destina a proyectos que deberían proteger el medio ambiente, generalmente en países de América Latina, África y Asia.
Mistificadas por sus promotores, estas compensaciones dejan mucho que desear. Una investigación independiente promovida conjuntamente por el periódico británico The Guardian y el alemán Die Zeit el año pasado, las cuestionó seriamente. Tomando como ejemplo los cálculos y las certificaciones otorgadas por la empresa Verra, la mayor certificadora del mundo y con sede en la ciudad de Washington, la investigación periodística determinó que “más del 90% de dichas compensaciones de carbono convertidas en proyectos ambientales en la selva tropical carece de valor” debido a lo inadecuado del estándar de carbono utilizado. En consecuencia, que los créditos ambientales que Verra certificó para grandes corporaciones, como Disney, Shell, Salesforce, BHP, EasyJet y Gucci, entre otras, son, en gran medida, “inútiles”. No solo eso; además podrían empeorar el calentamiento global. (https://www.theguardian.com/environment/2023/jan/18/revealed-forest-carbon-offsets-biggest-provider-worthless-verra-aoe).

Crítica frontal desde la sociedad civil

La optimista evaluación de Naciones Unidas de lo acordado en Bakú con respecto a los mercados de carbono fue demolida por varias organizaciones. Entre otras, Amigos de la Tierra, ONG que sostiene que dicho acuerdo permite “que los gobiernos puedan cumplir sus objetivos en materia de mitigación a través de falsas soluciones en vez de reducir de forma real sus emisiones”. Y que a “las empresas contaminantes [les permite] sus objetivos corporativos de lavado verde mientras continúan con sus emisiones fósiles”.

Según Amigos de la Tierra, estas falsas soluciones incluyen proyectos de geoingeniería, como los sistemas de captura y almacenamiento de carbono tanto terrestre como oceánica, así como ciertos tipos de soluciones basados en dinámicas naturales. Por otra parte, argumenta Amigos de la Tierra, “la aprobación de los esquemas de compensación de carbono significa acaparamiento de tierras, expulsión de comunidades campesinas y pueblos indígenas, violación de derechos humanos, violencia de género, pérdida de biodiversidad y amenaza a la soberanía alimentaria”. Y recuerda que en el marco de esas compensaciones se han incluido unos 1.700 proyectos anteriores, “la mayoría de ellos cuestionados [incluso] por la propia Comisión Europea, a realizarse en los países del Sur”.

El último mes de julio, ochenta organizaciones ambientalistas, de desarrollo y de derechos humanos de primera importancia internacional –como Amigos de la Tierra, Oxfam, Greenpeace y Amnistía, entre otras– enviaron una carta conjunta a gobiernos y grandes empresas exigiéndoles que dejen de fomentar los créditos de carbono. Más radical que otros documentos, la carta demanda que se elimine este tipo de instrumentos financieros de cualquier mesa de negociación sobre el clima y, por supuesto, de las estrategias para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.

“Permitir que empresas y países cumplan con los compromisos climáticos mediante créditos de carbono”, sostiene la carta, “probablemente ralentizará la reducción global de emisiones y no proporcionará ni de lejos la cantidad de fondos necesarios para el sur global”. Y agrega que “Esta artimaña contable les permite a las empresas seguir emitiendo la misma cantidad de gases de efecto invernadero, pero las restan en sus balances al invertir en proyectos de captura, conservación o reforestación”.

Si bien las críticas al contenido y el resultado de la COP29 en Bakú son significativas, no menos lo son los señalamientos a sus silencios y olvidos. Para David Knecht, especialista en clima de Acción Cuaresmal Suiza y uno de los observadores presentes en esa cumbre, “la COP29 es un fracaso para la transición energética”. Knecht le critica a la comunidad internacional el que “no haya logrado avanzar con la salida [reducción consistente] de los combustibles fósiles acordada el año pasado [en la COP28 de Dubai]. El lobby de los combustibles fósiles se ha impuesto una vez más, en detrimento de las poblaciones más vulnerables”.

La manera como la cumbre gambeteó/eludió un tema tan esencial y crítico como el de la eliminación de los combustibles fósiles constituye, casi seguramente, una de las asignaturas pendientes más preocupantes de Bakú. Nada es casualidad: Azerbaiyán, el país huésped de la cumbre, es uno de los veinte principales exportadores de petróleo y número doce entre las potencias productoras de gas.

El cónclave del clima acaba de concluir sin pena ni gloria. Los tiempos se acortan; la tierra sigue transpirando por todos sus poros en un sauna cotidiano insalubre y autodestructivo. Y junto con la tierra, sufre cada uno de los seres vivientes.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/nueva-frustracion-climatica/

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La internacionalización universitaria de la tercera revolución industrial (1972 – 1980)

La internacionalización universitaria de la tercera revolución industrial (1972 – 1980)

Luis Bonilla-Molina

 

Introducción

Las dinámicas de internacionalización universitaria, al ser un continuo histórico, se imbrican y entrelazan en distintos momentos. En el caso de la internacionalización universitaria neoliberal, si bien su auge es a partir de los setenta del siglo XX, es imposible comprenderla sin vincularla a hechos y procesos que le precedieron, especialmente a finales de los cincuenta y en el conjunto de la década de los sesenta, así como en su continuidad durante la égida neoliberal desde los ochenta.

Lo que es cierto es que ya no resulta suficiente decir que hay que hacer lo contrario a lo que plantee el capitalismo para contar con una propuesta alternativa, porque ahora el mercado “invade” nuestro campo y lo resemantiza, haciendo más compleja la distinción de orientaciones estratégicas.

En las próximas líneas mostraremos estos problemas y los cursos de cambio educativo que ha abierto el modo de producción capitalista, como relaciones sistémicas e interconectadas.

Tercera revolución industrial e internacionalización universitaria

La tercera revolución industrial formó parte de los cambios importantes ocurridos en las rutinas del modo de producción capitalista en las últimas décadas del siglo XX. La crisis de acumulación, el impacto de la escalada de los precios del petróleo en los setenta, el ocaso del fordismo, el surgimiento de modelos de gestión empresarial posfordistas (Gestión de Calidad Total, el Benchmarking, Justo a Tiempo, entre otros), la globalización neoliberal, crisis de la deuda externa y financiarización de la economía, la mundialización cultural hegemónica, el inicio de un ciclo regresivo -que se mantiene hasta el presente- en las conquistas laborales y de seguridad social como parte del proceso de desmantelamiento del Estado de Bienestar Keynesiano, fueron solo algunos de los elementos del contexto. Las conversaciones Nixon-Kissinger con Mao-Deng que abrieron la senda para el retorno al capitalismo en la China Comunista, se complementaron con la degradación burocrática en la economía -y el conjunto de la sociedad- soviética hasta su implosión años después. La educación no podía quedar ajena a cambios de esta magnitud.

Los sistemas escolares y universidades que conocemos, han sido altamente influenciada por los requerimientos del capital, en el marco de las dos primeras revoluciones industriales. Si bien la universidad como institución es previa al auge del capitalismo industrial, el modo de producción capitalista moldeó su institucionalidad, procesos y dinámicas, a partir de la primera revolución industrial.

Eje de la enseñanza y el aprendizaje fundamentado en la apropiación y divulgación del método científico en todas las áreas, la transición del dogmatismo religioso al laicismo, el conocimiento organizado para la enseñanza de manera escalar de lo simple a lo complejo, su estructura curricular por especialidades, los enfoques disciplinares del aprendizaje, la innovación científica que interactuaban con la tradición tecnológica expresada en ciclos largos de novedades, los perfiles de egreso estudiantil como hilo conductor de la formación profesional, entre otros elementos, marcaron la pauta de la educación superior en el marco de las primeras revoluciones industriales.

En el intersticio, la universidad fue increpada por el capital para que impactara mucho más al desarrollo de las fuerzas productivas, el orden social y la gobernabilidad, mientras desde los sectores populares la demanda era por mayor compromiso con la justicia social, lo que llevó -por estas distintas razones- a incorporar la extensión a las labores de docencia e investigación que realizaba. En ese contexto de movilidad sistémica ocurre el advenimiento de la tercera revolución industrial.

Ernest Mandel (1962) define con claridad los rasgos distintivos de la tercera revolución industrial, que deben ser valorados en la larga transición de máquinas hechas manualmente, a máquinas que hacen máquinas, pasando por las máquinas que producen materias primas y alimentos, hasta llegar -en el presente- a las maquinas que construyen ideas y pretenden construirse en régimen de verdad sobre lo humano.

Para Mandel, La tercera revolución industrial se caracteriza por:

  1. tendencia al desplazamiento del trabajo vivo por el muerto;
  2. transferencia progresiva de la fuerza de trabajo dedicada a la producción directa de mercancías a labores de dirección y supervisión de la producción cada vez más automatizada;
  3. traslado de los costos de la incorporación de la maquinaria automatizada al producto final, lo cual genera un crecimiento colosal en valor e, incremento en la aplicabilidad de agregados de maquinaria automática controlada cibernéticamente (pag.232);
  4. cambio en las proporciones apropiadas de plusvalor, generados en la misma empresa y en otras empresas involucradas en la cadena de producción;
  5. incremento de los costos de producción en materia de compra de maquinarias y medios de circulación, mientras decae la inversión en construcción de infraestructura;
  6. reducción de los periodos de producción de mercancías y de circulación de stock (posfordismo);
  7. tendencia al incremento de la investigación para la producción e inicio de la caída en investigación en otras áreas;
  8. periodos más cortos de capital fijo, especialmente de maquinarias, así como la reducción del paradigma de la libre competencia por el de la programación de la producción;
  9. aumento del capital constante en el valor medio de la mercancía, lo cual implica una mayor composición orgánica del capital;
  10. intensificación de las contradicciones en el modo de producción capitalista, especialmente entre la creciente socialización del trabajo y la apropiación privada, el valor de uso y el valor de cambio, la acumulación del capital y su valoración, en este último caso abriendo paso a la financiarización de la economía.

En educación, desde la lógica del capital, esto se expresó en:

  1. demandas de nueva formación profesional y laboral, con perfiles de egreso más polivantes;
  2. incorporación en la formación profesional y laboral para la gestión de procesos, del emprendimiento, autogestión de la vida, inteligencia emocional, resiliencia, empatía que rompiera con la tradición del conflicto para dirimir las relaciones entre patronos y trabajadores. Este proceso se fue dando lentamente y no de manera simultánea, en las seis décadas siguientes al desembarco de la tercera revolución industrial;
  3. El desarrollo de sistemas de clasificación y competencia (escolar y universitaria) que atrajeran la inversión privada a la educación pública, permitiendo el impulso de diversas formas de mercantilización y privatización educativa que transfirieran a los ciudadanos los costos de los cambios en curso;
  4. El auge del modelo de buenas prácticas escolares y universitarias (benchmarking educativo) que fueran abriendo paso a la internacionalización de manera homogénea, especialmente en el modo de entender el trabajo de las instituciones de educación superior;
  5. La conversión del paradigma liberal del derecho humano a la educación a lo largo de la vida, en un derecho para la empleabilidad;
  6. El desarrollo de esquemas de transferencia de los costos de formación profesional a los estudiantes y familias (créditos con intereses, cogestión educativa), como una forma de expandir la lógica del mercado en educación;
  7. Impulso de los esquemas de investigación, docencia y extensión, centrados en la “utilidad” ´para la economía, gobernabilidad y consumo. Eso implicaba reducir o eliminar en los planes de estudio lo que no se vinculaban directamente con la producción, empleo, compra de mercancías, paz social y desarrollo centrado en la acumulación capitalista;
  8. necesidad de superar el paradigma disciplinar por la transdisciplinariedad y/o el pensamiento complejo,
  9. esfuerzo sistemático por superar la curricularización rígida de la enseñanza que limitaba las posibilidades de incorporar lo nuevo en tiempo real y, abrir la etapa de la curricularización flexible y abierta. Esta ruptura con la tradición de los sistemas escolares y universidades, respecto a lo que ocurría en las dos primeras revoluciones industriales, ha sido comprendido de manera muy precaria por las propias burocracias educativas afines ideológicamente a la lógica del capital, por lo que muchas reformas siguen centrándose en el currículo prescrito y cerrado;
  10. surgimiento del paradigma STEM, que centra la labor docente en lo que se debe hacer para acoplar la enseñanza-aprendizaje, a los cada vez más cortos ciclos de innovación científico-tecnológica vinculados a las necesidades del modo de producción capitalista;
  11. superación de los paradigmas taylorista y fordista en la gestión escolar universitaria, impulsando el paradigma posfordista de calidad en la educación;
  12. imposición de la cultura evaluativa neoliberal como operación de la internacionalización universitaria para comprobar los avances en la “actualización” de la educación superior respecto a lo que demanda el modo de producción capitalista;
  13. redefinición de los perfiles de egreso profesional centrándolos ahora en las competencias;
  14. marco homologado de las competencias escolares y universitarias a escala mundial para facilitar la internacionalización universitaria;
  15. estandarización de las políticas de cambio educativo, mediante operaciones institucionales y políticas públicas que hagan eficiente la estrategia de internacionalización universitaria (normalización, sistemas seriados, arbitrados e indexados de publicaciones, acreditación universitaria, rankings académicos, micro acreditación, convenios de reconocimiento de títulos, entre otras);
  16. relanzamiento de las políticas de movilidad estudiantil y académica calificada, para la “racionalización productiva” de la “fuga de cerebros” y el flujo más eficiente de los nuevos paradigmas del centro a la periferia capitalista. En esta estrategia, los órganos nacionales de investigación, ciencia y tecnología, así como los procesos de ascenso académico y asignación salarial en las universidades juegan un rol central.

Estos requerimientos, que parecían abstractos, demandaban una traducción educativa en los territorios e instituciones. La academia y los intelectuales alineados con el sistema fueron convocados para generar investigaciones “confirmatorias”, que legitimaran el cambio en curso. El complejo industrial cultural jugó un papel central en la estrategia comunicacional de implantación y consolidación, usando el término polisémico de la calidad como un comodín multiuso.

Homogenización y estandarización: nueva etapa de la internacionalización universitaria

La estandarización es el proceso mediante el cual se establecen criterios y parámetros, ponderables y comparables a nivel mundial, de entrada y salida, para los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por otra parte, la homogenización está referida a las dinámicas y rituales institucionales, mediante los cuales se hacen converger e interactuar estos estándares, para alcanzar la estrategia que responda a determinados intereses correlaciones de fuerza.

La estrategia, en el actual periodo del capitalismo, es la internacionalización universitaria, que procura alcanzar sincronía total entre de las dinámicas de docencia, investigación y extensión universitaria con los requerimientos del modo de producción capitalista en la tercera revolución industrial (y que continúa en la transición a la cuarta revolución industrial). La operación que viabiliza la estrategia es la cultura evaluativa neoliberal.

La cultura de la autonomía universitaria contenía correlaciones de fuerza en la vida académica con las cuales el cambio tenía no solo que dialogar sino alinear.  En las instituciones de educación superior (IES) no se puede forzar, al menos en el corto plazo, una transformación de esta significación sin generar caos, conflicto y elevar exponencialmente las resistencias (narrativas y con los poderes políticos, económicos, religiosos y tecnológicos de facto).

Por esta razón, la construcción de viabilidad implicaba -y sigue siendo así- un largo proceso de construcción de falso “sentido común”, que atenuara la percepción de externalidad en la estrategia y posibilitara el proceso de instauración de la internacionalización universitaria neoliberal. En este camino, había que convencer al mundo universitario de la necesidad de evaluar y clasificar de manera estandarizada y homologada la actividad académica, usando para el ello el paradigma de la meritocracia, lo cual demandó décadas, para que no fuera evidente que esta estrategia capitalista era una violación de la autonomía universitaria.

En la tercera década del siglo XXI, es evidente que el capitalismo ha logrado “naturalizar” la bibliometría, los rankings, la acreditación universitaria, la movilidad profesoral y estudiantil basada en la inmersión en las “buenas prácticas” y la mercantilización de la productividad académica. Este es el mayor triunfo de la cultura evaluativa neoliberal.

La estandarización y homogenización ha sido una tendencia constante en el tiempo histórico de la universidad latinoamericana y caribeña, pero nunca había alcanzado las dimensiones, ni logrado tal grado de cohesión y direccionalidad, como lo ha hecho a partir de la tercera revolución industrial.

Por supuesto, la internacionalización universitaria neoliberal requiere una “adaptación nacional” para poder presentar las acciones que converjan con esta estrategia, como propias y singulares, iniciativas locales que van al encuentro de lo global, cuando en realidad el proceso se ha generado a la inversa.  Al instaurarse a nivel mundial la cultura evaluativa neoliberal -corazón de la internacionalización universitaria- el capitalismo pretende desarrollar una dialéctica entre lo global y lo local, que le permita hacerla más eficiente.

El problema reside en la complejidad de las interacciones sistémicas de las operaciones propias de la estrategia de internacionalización universitaria, que suelen aparecer para las burocracias institucionales y el común, como autónomas, fragmentadas, desconectadas y difusas. Al no captarse la direccionalidad y sentido complementario de las operaciones de la internacionalización universitaria, esto puede conducir a errores de priorización desigual de las mismas o de omisión de alguna de ellas, afectando las posibilidades de logro para la lógica del capital.

Sin embargo, como lo explica Anderson (1991), lo nacional es una comunidad imaginada que comporta subjetividades, porque “los miembros de la nación … no conocerán jamás a la mayoría de sus compatriotas, no los verán ni oirán siquiera hablar de ellos, pero en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión” (pág. 24).  En el caso de Latinoamérica, no suele haber una idea de la “educación nacional” diferenciada de manera sustantiva en lo escolar y universitario global de lo externo, como tampoco se está exento de las antiguas y nuevas formas de colonización cultural que impone en materia educativa el sistema mundo capitalista. En consecuencia, la identidad educativa nacional muchas veces suele ser un espejismo, más aún si se combina con la calidad educativa.

Por ejemplo, los órganos nacionales para la promoción de la investigación, ciencia y tecnología, que se fueron creando y extendiendo como una hiedra en la región -después de la segunda guerra mundial y el marco del surgimiento de la tercera revolución industrial- promovidos por la mirada cepalina (naciones Unidas) del desarrollo, hicieron posible que, desde la externalidad del mundo universitario, las ideas de lo nacional en las políticas universitarias estuvieran alineadas a los objetivos que para el sector le imponía el centro a la periferia capitalista.

Se suele pensar el papel de estos organismos para la promoción de la ciencia, investigación y tecnología como apoyos al sector universitario, cuando en realidad su trabajo ha significado formas sui generis de quebrar la autonomía universitaria, debido a tres factores. Primero, el presupuesto asignado a estas instancias debió ser asignado directamente a las propias universidades y, en la medida que se incrementa su porcentaje tiene efectos colaterales de desinversión para las IES. Segundo, la priorización de agendas de investigación, docencia y extensión desde un lugar de enunciación ajeno a la universidad que sufre problemas de precarización presupuestaria, se convierte en una injerencia indirecta en la definición de prioridades, lo cual vulnera la propia autonomía. Tercero, estos organismos crean un referente de autoridad en la gestión universitaria que depende de los gobiernos centrales y, por lo tanto, sus prioridades (docencia, investigación y extensión) no suelen ser las de la academia, sino las de la superestructura política.

En sus inicios, la “mediación” de estos órganos nacionales de ciencia, tecnología e investigación, adquiría especial importancia ante la ausencia -o debilidad institucional- de ministerios dedicados exclusivamente al sector universitario, así como por la precaria experticia y autoridad que sobre la educación superior tenía en sus inicios la UNESCO[2]. Lo cierto es que el desarrollo del multilateralismo de la post guerra, mostró la renovada vocación de internacionalización educativa (dentro de ella la universitaria) que tendría el capitalismo en la tercera revolución industrial.

Cómo en las alternativas anti sistema -diríamos hoy anticapitalistas- el internacionalismo era un principio orgánico, la internacionalización educativa -y universitaria- en muchos casos fue erróneamente valorada como progresista. Aún más, cuando la UNESCO -promotora de la normalización educativa– en el marco de la guerra fría, jugaba el rol de espacio de encuentro entre el mundo capitalista y el socialista soviético. Eso no solo facilitó la legitimación de UNESCO, sino que le dotó de un falso manto de neutralidad, que hoy perdura en amplios sectores del magisterio.

Esto no niega ni procura obviar los esfuerzos autónomos por construir políticas educativas nacionales, las cuales han surgido en el marco de las contradicciones inter burguesas, nacionalistas o de carácter nacional popular, como tampoco lo que significó la revolución cubana (1959) en la región. Lo que pretendemos subrayar es el carácter hegemónico y estandarizado que va tomando la internacionalización universitaria, en la tercera revolución industrial y la fase de hegemonía imperialista de los Estados Unidos.

Discurso político, poder e internacionalización

Lacan (1974) en “Reverso del Psicoanálisis” identifica cuatro niveles de la producción del discurso político en las relaciones de poder, los cuales marcan la dinámica entre opresión y liberación. Estos cuatro niveles son: a) el discurso sin límites del amo castrado, b) el papel de la academia en la construcción de narrativas que legitimen la posición del amo, c) la histeria del común, marcada por los “límites” impuestos por el amo, d) el papel del analista “subversivo” (el saber cómo medio de goce) que intenta construir narrativas que develen esta realidad.

A los efectos de este trabajo, parafraseando a Lacan, nos interesa identificar, en un primer momento, la política del “amo capitalista”, que se expresa en varios y complementarios proyectos económicos simultáneos del capital[3] que, si bien tienen diferencias en las disputas por las ganancias derivadas de los mercados educativos, comparten la orientación estratégica de la internacionalización universitaria.

En un segundo momento, entender el “despiste universitario” sobre la orientación política, económica e ideológica de la internacionalización universitaria que se implementa, generándose con ello una crisis de comprensión sobre el sentido real de la misma y, vacíos en el corpus analítico alternativo, que limitan la capacidad autónoma para pensar y elaborar políticas públicas universitarias sobre la internacionalización. La academia de derechas y vinculada a la lógica del capital, solo atinó a realizar estudios confirmatorios, pero no tuvo la capacidad de abrir caminos para implantar lo nuevo-

Tercero, se ha generado una “histeria” colectiva sobre la calidad educativa, un término polisémico y por lo tanto ambiguo, que asociado a la estrategia de internacionalización universitaria construye falso sentido común sobre lo que la ciudadanía aspira para la educación de sus hijos, la propia y de la comunidad. Esto justifica las políticas educativas asociadas a este fenómeno, limitando las resistencias a la cultura evaluativa neoliberal (competencia, clasificación, estratificación, movilidad) implícita en la internacionalización universitaria.

Cuarto, lo que incomoda a la hegemonía imperante, es la construcción desde abajo y los márgenes, de narrativasprácticas y propuestas colectivas que develen el sistema de relaciones de poder constituidos alrededor y dentro de la internacionalización universitaria.  Lo subversivo es analizar y mostrar, que la internacionalización universitaria tiene como lugar de enunciación la racionalidad capitalista y, no la autonomía académica. La perversión de la reproducción funcional se supera con el goce del saber crítico.

Las metáforas lacanianas nos sirven para ilustrar que lo que está en juego es una disputa sobre los sentidos de la actividad académica y la internacionalización universitaria.

Crisis educativa

En la narrativa capitalista surgen denominaciones  que se usan para construirle viabilidad social a la internacionalización universitaria neoliberal en el marco de la tercera revolución industrial. Las expresiones más usadas son “crisis educativa”, “crisis de la calidad universitaria”, “crisis civilizatoria en la educación superior”.  Estos enunciados se han promovido por el centro capitalista, desde la década de los sesenta del siglo XX (seis décadas), muy especialmente en el decenio 1962-1972 (desde el memorándum sobre educación del Banco Mundial hasta el Informe Faure), periodo en el cual se sentaron las bases conceptuales y operacionales de la internacionalización universitaria capitalista.

Desde la lógica del capital, tres grandes sucesos marcan hitos en la construcción de la idea hegemónica de crisis educativa en general y del sector universitario en particular.  Primero, determinado por la llegada de la tercera revolución industrial y sus demandas específicas y novedosas sobre la actividad académica. Segundo, los debates impulsados desde las instancias de poder mundial del capitalismo sobre la urgencia de un cambio en los sistemas escolares y universidades.  Tercero, la precariedad en la construcción de análisis alternativos contextualizados y en profundidad.

Paradójicamente, también desde el campo popular y revolucionario, la década de los sesenta significó un hito importante en el cuestionamiento de la gestión y orientación estratégica de las universidades. El mayo francés, las movilizaciones antirracistas y contra la guerra de vietnam en los Estados Unidos, el movimiento latinoamericano por la reforma universitaria, las insurgencias estudiantiles en distintos países, planteaban que, ante la crisis de la educación universitaria, había que ser realistas y soñar lo imposible[4].

En consecuencia, la palabra crisis se hizo presente en las dos caras de la moneda, planteando la urgencia de transformar la universidad. En el capitalismo de la tercera revolución industrial se da la paradoja, que desde distintos lugares de enunciación (poder dominante y alternativas), se plantea desde hace seis décadas que hay que cambiar radicalmente la universidad. Las IES, por distintas razones, estaban siendo -y siguen- cuestionadas a nivel global, lo cual fue aprovechado por los impulsores del neoliberalismo para abrir paso a soluciones estandarizadas y homogenizadas en formato de internacionalización universitaria.

Documentos que sirvieron de partida a la internacionalización neoliberal de las universidades

Banco Mundial

Sin pretender simplificar, podemos identificar los principales documentos fundantes de la internacionalización universitaria neoliberal en el marco de la tercera revolución industrial. Estos son:

  1. el memorándum del Banco Mundial,
  2. el informe Coleman (1966),
  3. Los papeles de trabajo y conclusiones de la Conferencia Internacional sobre la Crisis Mundial de la Educación (1967),
  4. la publicación del libro de Philip Coombs sobre la crisis mundial de la educación (1968),
  5. la conformación de la Comisión Internacional de UNESCO que elaboró el informe “Aprender a Ser (1972), mejor conocido como Informe Faure.

Luego, estos documentos serían complementados con una serie de trabajos del Banco Mundial, UNESCO (especialmente el IIPE, CRESALC-IESALC y la Dirección de Educación Superior del organismo multilateral), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Naciones Unidas, entre otros. Entre los documentos posteriores es necesario señalar los que circularon para las tres conferencias regionales y mundiales de educación superior, así como la CRES+5 (2024).

Como precisa Bonilla-Molina (2023) en el trabajo “El Banco Mundial en la educación superior (1962-2000)”, esta instancia de conducción de la política económica mundial, creada en el marco del nuevo orden surgido en las postguerras, desplegó abiertamente su trabajo en materia educativa en 1962, con la aprobación del primer proyecto educativo. La labor crediticia del BM en el sector educación, entre 1962 y 1970 se centró en fortalecer las iniciativas de enseñanza, orientadas a atender las demandas de mano de obra del modo de producción capitalista.

Es a partir de septiembre de 1971, cuando el BM en el documento “Education: sector working paper” comienza a perfilar un trabajo internacional de promoción del cambio educativo, mediante el estudio sistemático de los casos nacionales de las Instituciones de Educación Superior (IES). Este documento del Banco Mundial converge con las conclusiones del libro del norteamericano y técnico del IIPE UNESCO Philip Coombs, titulado “The World Crisis in Education: the view from the eighties”. Se inaugura así, una serie de documentos del Banco Mundial, que aún hoy continúan construyendo un marco normativo neoliberal para el cambio universitario, especialmente en materia de internacionalización universitaria.

En el documento de 1971 el Banco Mundial (BM) plantea:

  1. la necesidad de actualizar la capacidad de gestión del sector universitario a nivel internacional, en sus áreas de organización, planificación, evaluación y supervisión,
  2. esta actualización debe impactar al currículo y los métodos de enseñanza,
  3. el crecimiento de la cobertura universitaria debe fundarse en la identificación de nuevas y diversas fuentes del financiamiento de las IES,
  4. Se necesitan reformas estructurales e integrales y menos cambios sectoriales.

Evidentemente, el BM intentaba alinear las respuestas del sector universitario a los requerimientos de formación, investigación y extensión que emanan del modo de producción capitalista en la tercera revolución industrial. El paraguas sobre el cual construye sus propuestas de cambio es la noción de “crisis educativa”. La estrategia es la internacionalización universitaria con distintas dinámicas convergentes de cultura evaluativa neoliberal.

La intervención abierta del BM en la agenda educativa y, en especial del sector universitario, es una señal inequívoca del interés del sistema en producir un cambio radical en las IES, convocando a todos los actores de la superestructura a esta tarea, procurando eliminar cualquier duda de los gobiernos y los conductores de instituciones al respecto.

Informe Coleman

Después del banderazo de 1962 por parte del BM, el gobierno de la nación imperial surgida de las postguerras mundiales del siglo XX, abre un debate sobre la eficiencia de la educación en su propio patio. De hecho, los intereses estratégicos de los Estados Unidos eran -y son-  los más impactados por la vorágine de aceleración de la innovación científico tecnológica que trajo la tercera revolución industrial. Por ello, el interés en actualizar los sistemas escolares y universidades para alinearlos a la reproducción y consolidación de su rol imperial.

El Informe Coleman (1966) constituye un hito en la caracterización de problemas complejos de los sistemas escolares que afectan la gobernabilidad del sistema, incluido el impacto de lo tecnológico en la concentración de riqueza, con la menor generación de desigualdades sociales en su país. El resultado del Informe Coleman instala la idea que la educación norteamericana está en crisis y se debe promover un cambio de manera rápida y efectiva. El meta mensaje consistía en mostrar que esto no era anomalía ni singularidad, sino que la crisis de la educación en Norteamérica y la necesidad de reformas educacionales en ese país, debería ser una regularidad en el resto de las naciones industrializadas, pero también las dependientes, es decir, en el centro y la periferia del sistema mundo.

Este diagnóstico permeó al movimiento social y mediático de los Estados Unidos que comenzaba a ser sacudido por el movimiento hippie, las protestas por la paz en el sudeste asiático, la solidaridad con los movimientos que cuestionaban la racialización de la sociedad, así como por logro de cupo universal para las juventudes en las universidades. La onda de las ideas libertarias del socialismo, la revolución cubana y los cursos de las independencias nacionales en áfrica, así como la beligerancia de las clases subalternas en Asia contribuyeron al surgimiento del protagonismo estudiantil universitario norteamericano y de los países industrializados, que cuestionaban desde otro lugar de enunciación a las IES. El sistema ve a las protestas estudiantiles, el movimiento libertario hippie y la creciente beligerancia social como un signo claro de problemas educativos que tocan a las universidades.

La idea de una nueva reforma educativa recorre al continente latinoamericano y caribeño, mientras desde distintos flancos se cuestiona la legitimidad y eficacia de la formación universitaria en la nación más ´poderosa del planeta.

Conferencia Internacional sobre la Crisis Mundial de la Educación

Esta construcción de hegemonía para la internacionalización del cambio universitario, tiene un capítulo especial en la convocatoria hecha por el propio presidente norteamericano Lyndon  Johnson, para la celebración de la Conferencia Internacional sobre la Crisis Mundial de la Educación (1967), a la cual asisten 150 delegados de 52 países que acuerdan promover iniciativas para un cambio de los sistemas escolares y las universidades a nivel mundial, dando un paso gigantesco en la reelaboración de las agendas para la internacionalización, conforme las exigencias del ese momento.

La Conferencia Internacional, sacudida por los resultados del Informe Coleman, llega a la conclusión  que la crisis no es exclusiva de los EEUU, sino un rasgo de la educación en el sistema capitalista en su conjunto como resultado de la nueva realidad derivada del impacto de la tercera revolución industrial en el modo de producción capitalista.

Los objetivos centrales de este evento fueron:

  1. diagnosticar la naturaleza, causas y proyecciones de la crisis mundial de la educación,
  2. consensuar una estrategia internacional común para enfrentar y superar las causas de esta crisis.

El documento central del evento fue encargado al IIPE-UNESCO, creado en 1962 y dirigido para ese momento por Philip Coombs, quien había estado al frente del Departamento de Educación de los Estados Unidos en la administración Kennedy.

Para la realización de los debates y la construcción del discurso del poder (los amos en el sentido lacaniano), se establecieron diez grupos de trabajo, cada uno dirigido por especialistas del área:

  1. administración escolar (Dr. King, del departamento de Educación de la OECD),
  2. finalidades y contenidos de la educación (Dr. Beeby, de la Universidad de Londres),
  3. estructura de los sistemas escolares (Dr. Bereday, Universidad de Columbia),
  4. Formación docente (Dr. Butts, Universidad de Columbia),
  5. democratización de la enseñanza (Bowles, Fundación Ford),
  6. Educación Informal (Schwartz, Instituto Nacional de Formación de Adultos de Francia),
  7. Nuevas Tecnologías (Dr. Leussink, Universidad Fridericiana de Karlsrube, Alemania),
  8. productividad de la educación (Dr. Edding, Instituto de Investigación Pedagógica de Berlín),
  9. Investigación para Mejorar la Educación (Dr. Husén, Instituto de Investigación Pedagógica de Estocolmo),
  10. Cooperación Internacional para el Fomento de la Educación (Dr. Quik, Fundación Universitaria de Cooperación Internacional de La Haya).

Las conclusiones, mencionadas por Villa-Gómez (1967) fueron:

  1. promover un Mercado Común Mundial de la Educación,
  2. creación de un Consorcio Internacional para la coordinación de los programas de asistencia técnica y financiera en materia educativa,
  3. duplicar la ayuda internacional en materia educativa en los siguientes cinco años,
  4. Concentrar la cooperación los llamados países en desarrollo,
  5. priorizar el financiamiento para la planificación educativa, innovación tecnológica, cambio en los planes de estudio, racionalización y modernización de la administración educativa,
  6. condicionar la ayuda educativa a los países a cuatro factores:
  7. la estrategia de aplicación de la ayuda debe estar consensuada entre donantes y sector educación que lo recibe,
  8. establecer sistema de evaluación periódica de los cambios (imposición de la cultura evaluativa en la gestión educativa),
  9. la productividad como criterio del apoyo multilateral y de fuentes multinacionales,
  10. el sistema educativo y las IES que reciben ayuda internacional deben estar alineadas a un plan de desarrollo nacional conforme a la división internacional del trabajo. Estos elementos serían centrales en el curso que tomaría la década siguiente la internacionalización universitaria.

The World Crisis in Education: the view from the eighties

Al año siguiente, el señor Philip Coombs, publica en formato de libro, una versión mejorada de los documentos que había trabajado para la Conferencia Internacional, bajo el título “Crisis Educativa Mundial” (1968), en el cual se amplían los conceptos, afirmaciones, debates y conclusiones de la reunión internacional convocada por el presidente Johnson. El libro de Coombs, al ser una figura mundial de UNESCO, saca el debate de la “crisis educativa” de las fronteras norteamericanas y lo coloca en el propio corazón del organismo multilateral creado por Naciones Unidas para el fomento de la educación, cultura y comunicación.

Aprender a ser: la educación del futuro

Esto obligó al organismo de la Plaza Fontenoy de París, a escalar el debate (de los amos del poder) a nivel planetario. En consecuencia, convoca a la conformación de una comisión internacional que estudió el “estado de la educación mundial”. Si bien la convocatoria a la investigación no se alinea inicialmente con la idea de “crisis educativa”, los resultados de la misma si lo harían.

En el apartado “puntos de referencia actuales” de “Aprender a Ser: la educación del futuro” se parte del enunciado que la “sociedad rechaza los productos de la educación” (pag.62) porque la educación que precedía las transformaciones económicas, tecnológicas y culturales ha perdido esa capacidad y, en consecuencia, ha diluido sus posibilidades de prever el futuro inmediato con conocimiento adecuado para cada tiempo histórico.

En el inciso “desigualdades en la universidad” el informe Faure, se crítica el efecto de los paliativos para promover la igualdad de oportunidades, si estos no están vinculados a una estrategia integral de meritocracia que sea capaz de superar los obstáculos internos, que además pueda ser valorada adecuadamente mediante modelos de evaluación institucional.

Lo que confirma el Informe Faure (1973) es la necesidad de un cambio radical de la universidad y los sistemas escolares, que se abra paso mediante una adecuada cultura evaluativa de las IES y el resto de instituciones educativas para lograr recuperar su capacidad de prever y preceder.

A partir de este momento, la máscara altruista y despolitizada de la UNESCO comenzó a caerse, mostrándose como un aparato trasnacional o multilateral alineado a los intereses dominantes, algo que analizamos en profundidad en otros textos.

Las “soluciones” del capitalismo en materia educativa, comenzaron a plantearse abiertamente como mundiales, estandarizadas y comparables, para tratar de producir un giro en los sistemas escolares y las universidades. A esa operación se le dio el nombre de internacionalización y tomó variadas formas: normalización educativa, acuerdos para el reconocimiento de títulos y convalidación de estudios en diferentes países, compatibilidad curricular, sistemas de serialización de publicaciones, mecanismos de arbitraje e indexación, financiamiento de la movilidad académica y estudiantil, promoción de la migración calificada, generación de las categorías e indicadores para la medición y clasificación, sistemas de acreditación universitaria, rankings universitarios, micro acreditación de estudios, diversificación del financiamiento universitario, procesos de neo privatización (diversificación de las fuentes de financiamiento público, transformación digital de la educación) y deslocalización de los centros de enunciación de políticas educativas (filantropía empresarial, empresarios por la educación, otras formas de sociedades económicas).

Como veremos más adelante, las Conferencias Regionales de Educación Superior (CRES 1996, 2008, 2018, CRES+5 2024), las Conferencias Mundiales de Educación Superior (1998, 2009, 2022), los acuerdos multilaterales y las convenciones mundiales fueron instrumentos para su aplicación, cumpliendo además la función de válvulas de escape para las críticas a la tendencia hegemónica.

En este periodo, la internacionalización se asume ya no como una adaptación nacional a las experiencias exitosas ubicadas en otras latitudes -propio de los ciclos anteriores-, sino como una necesidad del sistema mundo de alinear los esfuerzos universitarios en una misma dirección, independientemente de las graduaciones propias del desarrollo desigual y combinado del capitalismo, en un nuevo contexto de nueva división internacional del trabajo, incluido el profesional e intelectual.

La innovación como problema

La pregunta natural que surge es ¿por qué en ese momento el capital redobla su discurso sobre la crisis educativa? ¿Le llegó la hora a la transformación radical de los sistemas escolares y universidades? ¿Por qué el sistema mundo no lo hizo antes? Siempre se dijo desde la teoría crítica que los sistemas escolares y universidades habían servido para la reproducción simbólica y material del modo de producción capitalista ¿que había cambiado entonces?

 

Fuente de la Información: https://luisbonillamolina.com/2024/11/30/la-internacionalizacion-universitaria-de-la-tercera-revolucion-industrial-1972-1980/

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Ciencia y Tecnología: Hacia una IA responsable: la declaración de São Luís y su impacto en el G20

Hacia una IA responsable: la declaración de São Luís y su impacto en el G20

Mediante el reconocimiento de los beneficios y riesgos que presenta el rápido avance de la IA frente a los complejos desafíos globales, los grupos Civil 20 (C20), Labor 20 (L20), Think 20 (T20) y Women 20 (W20) se unieron para reforzar la importancia de las prácticas responsables relacionadas con la IA.

La «Declaración de São Luis» presenta una visión compartida y recomendaciones estratégicas para el futuro de la IA en el marco del G20. El documento lleva el nombre de la ciudad donde tuvo lugar la tercera reunión del Grupo de Trabajo de Economía Digital del G20 en junio. São Luís también fue sede de la «Cumbre de IA: Bridging Boundaries», un evento T20 organizado por Data Privacy Brazil, CEWEB.br, CEBRI y Fundación Heinrich Böll, donde se estableció la base para la declaración.

Esta declaración representa un hito importante en la dinámica del G20 y en la construcción plural y multisectorial de políticas sobre un tema tan transversal. Los grupos de compromiso, cuyo objetivo es llevar recomendaciones de políticas al Canal de Sherpas del G20, buscaron alinear sus demandas y expectativas a través de un proceso genuinamente colectivo y colaborativo, construido durante más de seis meses.

El consenso alcanzado entre grupos con diferentes intereses sobre los puntos abordados en la Declaración fortalece la legitimidad del documento, que se entregó al Grupo de Trabajo de Economía Digital durante su reunión final en Maceió, con la expectativa de que las recomendaciones influyan en la declaración final de líderes y actividades en la Cumbre del G20 en noviembre.

Al reconocer la necesidad de mejorar la cooperación internacional sobre el tema, la Declaración de São Luís también se refiere a las iniciativas de gobernanza de la IA que se han desarrollado en foros globales como el G20, el G7 y las Naciones Unidas (ONU)

En cuanto a la agenda de la ONU, el documento dialoga especialmente con el trabajo del Órgano Asesor de Alto Nivel sobre Inteligencia Artificial y el Pacto Digital Global (GDC, por sus siglas en inglés). El GDC, así como el informe final integral del Órgano Asesor, ambos publicados en septiembre de 2024, expresan la necesidad de mejorar el monitoreo global de los riesgos de IA y la participación de los países en desarrollo en su gobernanza. Los documentos proponen la creación de un Panel Científico sobre el tema, una propuesta respaldada en la Declaración, que destaca la importancia de que este panel se establezca en un país del Sur Global.

Los puntos clave de la declaración incluyen el trabajo decente, la inclusión significativa y la justicia climática y social, especialmente teniendo en cuenta las características específicas de las diferentes jurisdicciones y grupos hipervulnerables a través de un enfoque interseccional. Además, la declaración respalda la conciliación del enfoque basado en el riesgo y aquel basado en los derechos y pide a los desarrolladores e implementadores de modelos de IA que informen públicamente sobre las capacidades y limitaciones de los modelos y sistemas avanzados de IA.

Las recomendaciones se basaron en el enfoque de justicia de datos, que tiene como objetivo combatir activamente la discriminación y reconocer las asimetrías de poder a nivel mundial, mediante la orientación del desarrollo de mecanismos de gobernanza de IA que distribuyan equitativamente sus beneficios y riesgos. Además, la declaración señala el enfoque interseccional como el horizonte teórico-metodológico para abordar el desarrollo y la implementación de sistemas de IA, de modo que se garantice la protección de los grupos vulnerables, especialmente las niñas y las mujeres que son cada vez más víctimas de la violencia de género facilitada por las tecnologías.

La Declaración de São Luís también se refiere a las iniciativas de gobernanza de la IA que se han desarrollado en foros globales como el G20, el G7 y las Naciones Unidas

Además, los grupos reconocen la necesidad de una posición colaborativa sobre la gobernanza de datos y los conjuntos de datos representativos y enfatizan la necesidad de implementar políticas de uso de datos abiertos que promuevan la diversidad cultural y lingüística, y empoderen a los trabajadores de hoy para que se adapten a estas transformaciones sin comprometer el valor de su trabajo, lo que permite la ampliación de las inversiones en iniciativas educativas integradas en el trabajo, como los programas de desarrollo de capacidades.

La declaración establece una conexión importante entre la gobernanza global y las demandas locales, en particular trayendo una agenda desde el Sur Global. Por lo tanto, los cuatro grupos de compromiso responsables de las recomendaciones (C20, L20, T20 y W20) esperan que los representantes gubernamentales del G20 las consideren, especialmente dada la próxima presidencia sudafricana, que presenta otra oportunidad para que el Sur Global influya en la agenda de IA.

 

Fuente de la Información: https://reporteasia.com/tecnologia/2024/10/21/grupos-compromiso-g20-inteligencia-artificial-etica/

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Brasil: El fuego consume la Amazonía, en la peor sequía de la historia

El fuego consume la Amazonía, en la peor sequía de la historia

Brasil, una nación conocida por su vasta biodiversidad y sus enormes recursos hídricos, está atravesando una de las peores crisis ambientales de su historia. La escasez de agua, la sequía prolongada y los devastadores incendios que arrasan con la Amazonía, el Cerrado y el Pantanal, no solo ponen en peligro el ecosistema local, sino también a millones de personas que dependen de estos biomas.

La crisis del agua en Brasil

En los últimos años, Brasil ha experimentado una de las peores sequías jamás registradas. En varias regiones del país, los embalses se encuentran en niveles críticamente bajos, lo que ha generado restricciones de agua y un aumento en el costo de la energía, ya que Brasil depende en gran medida de la hidroelectricidad. El sudeste y el noreste del país, regiones que concentran gran parte de la población y la actividad industrial, han sido especialmente afectadas por la falta de lluvias.

Esta crisis hídrica es resultado de una combinación de factores, que van desde el cambio climático hasta la deforestación descontrolada. La deforestación en la Amazonía, en particular, ha alterado el ciclo del agua, reduciendo la humedad disponible en la atmósfera y afectando la capacidad del bioma para generar lluvias. La tala de árboles, la expansión de la agricultura y la minería han devastado grandes extensiones de selva, lo que afecta no solo a los ecosistemas, sino también al suministro de agua en vastas áreas del país.

Los incendios devastadores en la Amazonía

Mientras la escasez de agua continúa, Brasil también enfrenta una creciente ola de incendios forestales en tres de sus biomas más importantes: la Amazonía, el Cerrado y el Pantanal. Estos incendios son una combinación de fenómenos naturales y actividades humanas, incluyendo la práctica de quemas ilegales para expandir la frontera agrícola. La sequía prolongada y las altas temperaturas hacen que los incendios sean más difíciles de controlar y más destructivos.

  • Amazonía: Conocida como “el pulmón del planeta”, la Amazonía ha visto un aumento significativo en los incendios desde 2019. Aunque los incendios en esta región no son naturales, las actividades humanas, como la deforestación y la expansión agrícola, han convertido la selva en un polvorín. Además, la pérdida de cobertura forestal afecta la regulación de las lluvias no solo en Brasil, sino en toda América del Sur.
  • Cerrado: El Cerrado, una de las sabanas más biodiversas del mundo, también está siendo consumido por el fuego. Este bioma es crucial para la recarga de acuíferos y la conservación de los recursos hídricos del país. Sin embargo, la expansión de la agricultura intensiva y la ganadería han hecho que esta región sea vulnerable a los incendios, lo que compromete aún más la seguridad hídrica de Brasil.
  • Pantanal: El Pantanal, el humedal más grande del mundo y un área clave para la biodiversidad, ha sido escenario de incendios catastróficos. Aunque este bioma es naturalmente propenso a incendios estacionales, el cambio climático y las actividades humanas han exacerbado su frecuencia e intensidad. La pérdida de vegetación y fauna en esta región tiene impactos devastadores no solo para el ecosistema, sino también para las comunidades locales que dependen de su riqueza natural.

Consecuencias a largo plazo

La combinación de la escasez de agua y los incendios tiene repercusiones profundas tanto para Brasil como para el mundo. La pérdida de biodiversidad, la degradación de los suelos y la interrupción de los ciclos hidrológicos son solo algunos de los efectos visibles. Sin embargo, también existen consecuencias invisibles que afectan la salud humana, la seguridad alimentaria y la economía.

El daño a la Amazonía es particularmente preocupante, ya que este bioma juega un papel vital en la regulación del clima global. La selva tropical almacena grandes cantidades de carbono, y su destrucción podría acelerar el calentamiento global. Además, la reducción en la capacidad de la Amazonía para producir lluvias afecta la agricultura en Brasil y en otros países sudamericanos, exacerbando la crisis alimentaria.

¿Qué se está haciendo al respecto?

A nivel gubernamental, los esfuerzos por controlar los incendios y combatir la deforestación han sido insuficientes. Las políticas ambientales en Brasil han sido debilitadas en los últimos años, permitiendo una mayor explotación de los recursos naturales. Organizaciones internacionales y ONGs han alzado la voz, presionando al gobierno brasileño para que tome medidas más efectivas para proteger estos biomas cruciales.

En el ámbito local, las comunidades indígenas y los pequeños agricultores han sido los guardianes más activos de los ecosistemas brasileños. Estas comunidades han adoptado prácticas sostenibles para gestionar los recursos naturales, pero enfrentan enormes presiones debido a la expansión de la agricultura industrial y la minería.

Conclusión

Brasil se encuentra en una encrucijada. La crisis de escasez de agua, junto con los incendios que devastan la Amazonía, el Cerrado y el Pantanal, subraya la urgencia de adoptar políticas ambientales más estrictas y sostenibles. El futuro de estos biomas no solo afecta a Brasil, sino también a todo el planeta, ya que desempeñan un papel fundamental en la regulación del clima y la biodiversidad mundial. Es crucial que tanto el gobierno como la comunidad internacional actúen de manera conjunta para proteger los recursos naturales de Brasil y evitar una catástrofe ambiental aún mayor.

 

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/fuego-en-amazonia/

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Incendios devastadores en el Amazonas: Sudamérica enfrenta una catástrofe ambiental sin precedentes

Incendios devastadores en el Amazonas: Sudamérica enfrenta una catástrofe ambiental sin precedentes

Sudamérica se encuentra envuelta en un fuego incontrolable, con el Amazonas en el centro de esta crisis. Desde los densos bosques de Brasil hasta los humedales de Bolivia, la región está siendo consumida por más de 340 focos de incendio, una cifra alarmante que sigue aumentando. Estas llamas, que devoran vastas áreas de selva, se ven alimentadas por una prolongada sequía y condiciones climáticas extremas, haciendo que los esfuerzos de las autoridades para controlarlas sean casi inútiles.

Récords de incendios en Brasil y Bolivia

El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), que monitorea los incendios mediante imágenes satelitales, ha registrado hasta el 11 de septiembre un total de 346,112 focos de incendio en Sudamérica. Esta cifra ya supera el récord anterior de 345,322 incendios, establecido en 2007. En Brasil, solo en los primeros días de septiembre de 2024, se han reportado más de 57,000 focos, superando los números totales de todo el mes en años anteriores.

A pesar del despliegue masivo de bomberos en Brasil y Bolivia, la mayoría de los incendios continúan fuera de control, empujados por una extrema sequía. En Bolivia, la situación es igualmente desesperante, ya que los focos de incendios también avanzan sin tregua. Las autoridades luchan contra un enemigo difícil de combatir, mientras las condiciones climáticas extremas dificultan su labor.

Perú: el fuego cobra vidas humanas y destruye ecosistemas

En Perú, la situación es igualmente grave. Las llamas han consumido vastas áreas de la región de Amazonas, donde más de 15 personas han perdido la vida desde julio. El Gobierno, encabezado por la presidenta Dina Boluarte, ha movilizado a las Fuerzas Armadas y desplegado aeronaves equipadas con tecnología especializada para intentar sofocar los incendios. Helicópteros con sistemas de “Bambi bucket” realizan vuelos constantes, transportando hasta 3,000 litros de agua en cada misión. A pesar de estos esfuerzos, el fuego sigue avanzando, amenazando a la flora y fauna local, así como a comunidades enteras.

Según datos del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), el fuego ha afectado 22 regiones del país, siendo Amazonas la más devastada. Además de las 15 muertes, se han reportado casi un centenar de heridos. A pesar de los esfuerzos, las autoridades han logrado extinguir solo el 60% de los incendios registrados en lo que va del año, una cifra que refleja la magnitud del desafío.

Sudamérica

El impacto del cambio climático y la mano humana

Científicos y expertos han advertido que, si bien muchos de los incendios son provocados de manera intencional, las condiciones actuales de calor y sequía exacerbadas por el cambio climático están empeorando la situación. Desde 2023, Sudamérica ha sufrido olas de calor sin precedentes, y la sequía en regiones como Brasil ha sido la peor registrada en décadas, según datos del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden).

El humo de los incendios ha llegado incluso a países vecinos como Argentina y Uruguay, generando una nube tóxica que afecta la calidad del aire en varias ciudades. En Brasil, las investigaciones policiales han revelado que muchos de los incendios fueron provocados por agricultores que buscan expandir sus tierras de cultivo, una práctica que ha sido duramente criticada por activistas ambientales.

En el estado de Río de Janeiro, más de 20 personas están bajo investigación por presuntamente haber iniciado focos ígneos en áreas protegidas. Las autoridades han intensificado los esfuerzos para identificar a los responsables y prevenir futuros incendios, pero la magnitud de la catástrofe deja claro que Sudamérica enfrenta una crisis ambiental de proporciones históricas.

Sudamérica

La necesidad de una respuesta global

Mientras los incendios continúan arrasando el Amazonas, la necesidad de una respuesta global se hace más urgente que nunca. El Amazonas, conocido como el “pulmón del planeta”, juega un papel fundamental en la absorción de dióxido de carbono y la regulación del clima global. Sin embargo, la continua deforestación y los incendios forestales están poniendo en riesgo su capacidad para cumplir esta función vital.

Organizaciones internacionales, científicos y activistas han pedido una acción coordinada para combatir no solo los incendios de Sudamérica, sino también las causas subyacentes, como la deforestación ilegal y el cambio climático. Sin una intervención decisiva, el Amazonas podría llegar a un punto de no retorno, con consecuencias devastadoras para la biodiversidad y el equilibrio climático mundial .

Sudamérica arde, y el mundo observa. Lo que está en juego no es solo la supervivencia de una región, sino el futuro del planeta.

Ecoportal.net

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/sudamerica/

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