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Mundo: La pobreza de la pandemia

La pobreza de la pandemia

La caída de la pandemia de COVID19 ha aumentado la pobreza en todo el mundo. Los economistas de JP Morgan han intentado medir el aumento de la pobreza utilizando datos de encuestas de consumo e ingresos de los hogares de la base de datos PovcalNet del Banco Mundial. JPM define a los pobres (o aquellos en extrema pobreza) como quienes viven con menos de $ 2 al día (que es el nivel ridículamente bajo del Banco Mundial); a ‘aquellos vulnerables a caer en la pobreza’ como los que viven con $ 2 a $ 10 al día (que es realmente una mejor medición de la pobreza). Las personas de ‘ingresos medios’ son aquellas que viven con $ 10-50 al día (lo que ya da algo de margen para vivir); y, finalmente, las personas de  «altos ingresos», como aquellas que viven con más de $ 50 al día o alrededor de $ 18.000 al año.

Antes del COVID, aproximadamente la mitad de los 6.500 millones de personas que vivían en los llamados «mercados emergentes» podían considerarse de «ingresos medios». Eso significa que al menos 3.000 millones de personas se encuentran en situación de pobreza extrema («económicamente vulnerables» o algo peor).

Usando estas definiciones, JPM encuentra que, durante la recesión del COVID, hubo un fuerte aumento de la pobreza global. Utilizando los datos del Banco Mundial, el número de personas en situación de pobreza (definida como vivir con menos de 1,90 dólares estadounidenses al día) aumentó en 97 millones en 2020, el primer aumento neto de la pobreza mundial desde la crisis financiera asiática (Figura 3). Un estudio separado del Pew Research Center encuentra que la pandemia empujó a 131 millones de personas a la pobreza. Y estos pobres no son campesinos rurales, sino urbanos y, a menudo, educados.

El aumento de los pobres y la correspondiente caída de la población de «ingresos medios» varian de un país a otro. Las economías con las contracciones más profundas en 2020 (como Perú y Argentina) experimentaron las mayores caídas en el grupo de ‘ingresos medios’. En general, fueron los ‘vulnerables’ los que más crecieron (1,9% pts) como proporción de la población, mientras que la proporción de ingresos medios se redujo más (-1,8% pts).

Algunos países evitaron lo peor. La experiencia durante el COVID-19 de China de ‘primero en entrar, primero en salir’ no protegió por completo al país de una contracción de las clases altas y medias, pero solo hubo una pequeña expansión de la población más pobre, según estimaciones de Pew.

Antes de la pandemia, Pew estimó que casi 100 millones de personas constituían la población de ingresos medios de la India en 2020, con otros 22 millones en los rangos medios-altos. Pero la pandemia afectó duramente a la India y el PIB real se contrajo un 7% en 2020, por lo que las poblaciones de rentas medias y medias altas sufrieron drásticamente (disminuyendo en conjunto en 39 millones de personas, cuadro 5). Mientras tanto, se calcula que unos asombrosos 75 millones de personas han caído en la pobreza, lo que representa casi el 60% de los nuevos pobres del mundo. Tal era el contraste entre los dos países más poblados del mundo.

En China, hubo una adición considerable de 247 millones de personas al nivel de ingresos medios de 2011 a 2019. Y la población de ingresos medios altos casi se cuadruplicó, de 60 millones a 234 millones. En ambos frentes, China por sí sola ha representado la mayor parte del aumento  en estos sectores a nivel mundial. La mayoría de las personas en la India se encontraban en el nivel mundial de bajos ingresos antes de la pandemia: unos 1.200 millones de personas que representan el 30% de la población mundial de bajos ingresos.

En China ahora hay más personas en los niveles globales de ingresos medios y medios altos que en el nivel de pobreza y de ingresos bajos. Aunque se estima que alrededor de 10 millones de personas en China han salido de la clase media durante la recesión pandémica, esta es una pequeña parte de los 504 millones que estaban en la clase media antes de la pandemia. Asimismo, la expansión del nivel de bajos ingresos en China de 611 millones a 641 millones, o el aumento del número de pobres de 3 millones a 4 millones durante la pandemia, es comparativamente modesto en número.

A medida que las personas caen en la pobreza extrema, no tienen fondos para apoyar su educación y mantenerlas sanas. Y eso significa que, además de sufrir otras consecuencias obvias, su productividad cae, dañando la economía en su conjunto. En el cuadro 6 encontramos que la inversión de China en educación y salud por persona (puntaje PISA) es alta, con más de 2 desviaciones estándar del promedio global y mejor que cualquier otro país ‘emergente’ (incluso aquellos con ingresos per cápita más altos como Singapur o Corea). ).

La pandemia ha sido un desastre para la población de la India, empujando a millones a la pobreza extrema, mientras que el pueblo chino ha evitado en su mayoría caer en la pobreza. De hecho, la economía china ha sido la que más se ha expandido de las principales economías en los dos años transcurridos desde fines de 2019 y el inicio de la pandemia: más de cuatro veces la expansión en los EEUU,  y seis veces la de la India. De hecho, la mayoría de las principales economías se contrajeron.

Publicado originalmente en el blog de Michael Roberts. Traducción de G. Buster en Sin Permiso.

Fuente de la Información: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/la-pobreza-de-la-pandemia/

ONU: Pese a los obstáculos de la desigualdad de género, las mujeres y niñas brillan en la ciencia

Pese a los obstáculos de la desigualdad de género, las mujeres y niñas brillan en la ciencia

Aún cuando han aumentado las investigadoras científicas, las mujeres todavía son una minoría en disciplinas como las matemáticas, la informática, la ingeniería y la inteligencia artificial. Publican el mismo número de estudios científicos que los hombres, pero su representación en las publicaciones de prestigio es inferior. Durante la pandemia de COVID-19 se enfrentan al cierre de sus laboratorios mientras crecen sus responsabilidades de cuidar a otras personas. Las mujeres representan a la mayoría del personal sanitario y son uno de los grupos más afectados por la emergencia.

 

Como cada 11 de febrero, con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la UNESCO y la Fundación L’Oréal premiaron este jueves a cinco investigadoras. En esta ocasión, las ganadoras trabajan en los campos de la astrofísica, las matemáticas, la química y la informática.

Con motivo de la efeméride, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) publicó un estudio mundial sobre la igualdad de género en la investigación científica. Titulado “Para ser inteligente, la revolución digital deberá ser inclusiva”, el documento muestra que, aunque el número de mujeres en la investigación científica representan tan solo un tercio de los investigadores del mundo, continúan siendo minoría en las matemáticas, la informática, la ingeniería y la inteligencia artificial.

 Las mujeres escriben anualmente tantos artículos científicos como los hombres, pero sus posibilidades de aparecer en revistas de prestigio son menores. Aunque representan el 33% del total de investigadores, sólo ocupan una media del 12% de los puestos en las academias científicas nacionales de todo el mundo.

La proporción de mujeres entre los licenciados en ingeniería es inferior a la media mundial en muchos países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Es el caso, por ejemplo, de Australia (23,2%), Canadá (19,7%), Chile (17,7%), Estados Unidos (20,4%), Francia (26,1%), Japón (14,0%), la República de Corea (20,1%) o Suiza (16,1%).

Pero no existe un patrón regional

Además, no existe un patrón regional definido. Algunas de las proporciones más elevadas de mujeres graduadas en ingeniería se encuentran en los Estados árabes, por ejemplo, en Argelia (48,5%), Marruecos (42,2%), Omán (43,2%), Siria (43,9%) y Túnez (44,2%), y en América Latina, donde las mujeres representan el 41,7% de los graduados en ingeniería en Cuba, el 47,5% en Perú y el 45,9% en Uruguay. También se observan grandes disparidades entre los países de una misma región.

El capítulo también destaca el hecho de que las mujeres no se benefician plenamente de las oportunidades de empleo abiertas a los expertos altamente formados y cualificados en campos de vanguardia como la inteligencia artificial, donde solo uno de cada cinco profesionales (22%) es una mujer, según un estudio de 2018 del Foro Económico Mundial sobre la Brecha Global de Género.

Asimismo, las mujeres fundadoras de empresas emergentes siguen teniendo dificultades para acceder a financiación y, en las grandes empresas tecnológicas, siguen estando infrarrepresentadas tanto en los puestos de dirección como en los técnicos.

También son más propensas que los hombres a abandonar el campo de la tecnología, y a menudo citan las malas perspectivas de carrera como motivo clave para su decisión. Sin embargo, la actitud de las empresas hacia las mujeres está evolucionando, ya que los estudios relacionan la confianza de los inversores y los mayores márgenes de beneficio con la existencia de una plantilla diversa.

Una científica analizando una muestra sospechosa de contener una toxina bacteriana.

Centros para el Control y la prevención de las Enfermedades (CDC)
Una científica analizando una muestra sospechosa de contener una toxina bacteriana.

La inteligencia artificial no es tan inteligente si le falta la mujer

Las mujeres deben formar parte de la economía digital para evitar que la Industria 4.0 perpetúe los prejuicios tradicionales de género. A medida que aumenta el impacto de la inteligencia artificial en las prioridades de la sociedad, la escasa representación de la contribución de las mujeres a la investigación y el desarrollo supone que probablemente se pasen por alto sus necesidades y perspectivas en el diseño de productos que repercuten en nuestra vida cotidiana, como las aplicaciones para teléfonos inteligentes.

El llamado techo de cristal -la limitación del ascenso laboral de las mujeres en las organizaciones y empresas- también sigue siendo un obstáculo para las carreras de las mujeres en el mundo académico, a pesar de algunos avances. A nivel mundial, las mujeres han alcanzado la paridad numérica (45-55%) en los niveles de estudio de grado y máster y están en puertas de conseguirla en los niveles de doctorado (44%), según el Instituto de Estadística de la UNESCO.

La brecha de género se amplía a medida que las mujeres avanzan en su carrera académica, con una menor participación en cada peldaño sucesivo del escalafón, desde la estudiante de doctorado hasta la profesora asistente, pasando por la directora de investigación o la profesora titular.

Los sesgos están en todos los ambitos, sean becas o congresos

En general, las investigadoras suelen tener carreras más cortas y peor pagadas. Su trabajo está poco representado en las revistas de alto nivel y a menudo no se las tiene en cuenta para los ascensos. Las mujeres suelen recibir becas de investigación más modestas que sus colegas masculinos y, aunque representan el 33,3% de todos los investigadores, sólo el 12% de los miembros de las academias científicas nacionales son mujeres.

El sesgo de género también se constata en los procesos de revisión por pares y en los congresos científicos, en los que se invita a hombres a hablar en paneles científicos dos veces más que a mujeres. (Los datos sobre la proporción mundial de mujeres investigadoras se basan en la información recopilada en 107 países en el periodo 2015-2018 por el Instituto de Estadística de la UNESCO).

Esta persistente desigualdad es contraria al artículo 24 de la Recomendación de la UNESCO sobre la Ciencia y los Investigadores Científicos (2017), que afirma que los Estados deben velar por que los investigadores científicos disfruten de condiciones equitativas de trabajo, contratación y promoción, evaluación, formación y remuneración sin discriminación.

La base de datos Request a Woman Scientist [Solicite una mujer científica] es una de las respuestas a la discriminación de género en la ciencia. Forma parte de la organización 500 Women Scientists. Conecta una red multidisciplinar de mujeres científicas profesionalmente avaladas con cualquier persona que necesite identificar, consultar, invitar o colaborar con una mujer especializada.

Niñas en Uzbekistán durante una clase de tecnología.

No poner obstáculos a sus carreras

«No basta con saber captar a las mujeres para una disciplina científica o tecnológica. También hay que saber retenerlas, garantizando que sus carreras no estén plagadas de obstáculos y que sus logros sean reconocidos y apoyados por la comunidad científica internacional», dijo la subdirectora general de Ciencias Naturales de la UNESCO, Shamila Nair-Bedouelle.

Por su parte, la directora de la Fundación L’Oréal, Alexandra Palt, destacó la necesidad de romper con las limitaciones en el campo de la investigación científica y la importancia de lograr más visibilidad.

“En la actualidad, menos del 4% de los Premios Nobel científicos se han concedido a mujeres y el techo de cristal sigue persistiendo en la investigación. Mientras se mantenga el desequilibrio de género en la ciencia, nunca podremos afrontar los retos de una sociedad inclusiva ni abordar los problemas científicos a los que se enfrenta el mundo.»

Ante esta panorama, la directora general de la Organización , Audrey Azoulay denuncia que “todavía hoy, en el siglo XXI, las mujeres y las niñas son marginadas en la esfera científica debido a su sexo” y añade que “las mujeres deben saber que tienen un lugar en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas y que tienen derecho a participar en el progreso científico”.

Los premios para desafiar estereotipos

Los premios de prestigio son otra forma de mostrar la excelencia y desafiar los estereotipos negativos sobre las mujeres en la ciencia. Un ejemplo es el programa L’Oréal-UNESCO La Mujer y la Ciencia, que a lo largo de los últimos 23 años ha dado a conocer a investigadoras destacadas mediante la atribución anual de premios y becas de investigación con el fin de cambiar actitudes y proporcionar modelos femeninos positivos.

En 2019, el programa amplió sus propios premios y becas internacionales para incluir las matemáticas y las ciencias de la computación, en reconocimiento de la falta de visibilidad de las mujeres en campos que están en el centro de la Cuarta Revolución Industrial. El 11 de febrero se anunciarán cinco nuevas galardonadas, una de cada continente.

Asimismo, los Premios de la Fundación OWSD-Elsevier para las mujeres científicas que inician su carrera, cuyas cinco galardonadas de 2021 recibirán sus premios en una ceremonia en línea el 9 de febrero. Desde 2013, la UNESCO y la Fundación Elsevier conceden anualmente premios a mujeres de países en desarrollo que han superado obstáculos considerables para alcanzar la excelencia en la investigación.

La profesora Alicia Dickensein, ganadora por América Latina y el Caribe

El Premio Internacional L’Oréal-UNESCO para las Mujeres en la Ciencia en América Latina y el Caribe lo recibió la profesora Alicia Dickensein, de la Universidad de Buenos Aires, por su trabajo en el campo de las matemáticas. La ganadora del prestigioso galardón recibirá una compensación de 100.000 euros (unos 120.000 dólares).

El reconocimiento de la profesora Dickensein se debe a sus contribuciones “a la vanguardia de la innovación matemática al aprovechar la geometría algebraica en el campo de la biología molecular”.

La UNESCO afirmó que las investigaciones de la docente “permiten a los científicos comprender las estructuras y el comportamiento de las células y las moléculas, incluso a escala microscópica. Actuando en la frontera entre las matemáticas puras y las aplicadas, ha forjado importantes vínculos con la física y la química, y ha permitido a los biólogos obtener una profunda comprensión estructural de las reacciones bioquímicas y las redes enzimáticas”.

Una joven afgana muestra durante una exhibición en Kabul cómo funciona un robot que ella construyó.

Guterres: A mayor diversidad, mayor innovación

En su mensaje para la jornada, el Secretario General de la ONU destacó, por su parte, que la igualdad de género en la ciencia y la tecnología “es esencial para construir un futuro mejor”.

António Guterres recordó que el 70% del personal sanitario se compone de mujeres, uno de los grupos que más ha sufrido los efectos de la pandemia del coronavirus y que, al mismo tiempo, ha capitaneado las actividades para combatirla.

El titular de la ONU ahondó en el problema y también se refirió a las dificultades a las que se enfrentan las investigadoras con la crisis provocada por la COVID-19.

“Muchas científicas no solo tienen que hacer frente al cierre de sus laboratorios, sino también al aumento de sus responsabilidades de cuidar a los demás, lo que les resta tiempo para una labor de investigación que resulta vital. Estos retos han agravado una situación ya de por sí difícil para las mujeres que trabajan en el ámbito científico”, enfatizó.

Guterres sostuvo que los estereotipos han alejado a las mujeres y niñas del ámbito científico y aseveró que ha llegado el momento de “reconocer que, cuanto mayor sea la diversidad, mayor será la innovación”, ya que su falta de representación en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas provoca que los hombres continúen diseñando un mundo “a su medida”.

Para lograr esta mayor innovación, el Secretario General calificó de necesidad imperiosa el acceso de las niñas a una educación que les sirva para “labrarse un futuro” en áreas como la ingeniería, la programación informática, la tecnología en la nube, la robótica y las ciencias de la salud.

“Esto es indispensable para nuestra tarea de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Una mayor participación de las mujeres en las ciencias y la tecnología puede cerrar la brecha salarial de género y aumentar los ingresos de las mujeres en 299.000 millones de dólares en los próximos diez años”, resaltó.

Fuente de la Información: https://news.un.org/es/story/2021/02/1487952

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ONU: Venezuela e Irán pierden el derecho a voto en la ONU porque las sanciones de EE.UU. les impiden pagar las cuotas

Venezuela e Irán pierden el derecho a voto en la ONU porque las sanciones de EE.UU. les impiden pagar las cuotas

Debido a las injustas sanciones estadounidenses, que les impiden pagar las cuotas adeudadas a la ONU, Irán y Venezuela han perdido el derecho a voto en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Una nota del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, anuncia que “11 estados miembros de la ONU están actualmente retrasados”: Irán, Vanuatu, Venezuela, Antigua y Barbuda, Comoras, Congo, Guinea, Papúa Nueva Guinea.

Sin embargo, según las reglas de la ONU, la Asamblea General puede permitir que un país vote si “reconoce que la falta de pago se debe a circunstancias fuera de su control”. Una posibilidad que actualmente se está otorgando a Comoras, Santo Tomé y Príncipe y Somalia que siguen autorizados a votar antes de que finalice el actual período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, añade el documento.

Para restablecer el derecho al voto, Irán debe pagar una deuda total de 18,4 millones de dólares, Venezuela de 39,8 millones de dólares. El Artículo 19 de la Carta de las Naciones Unidas establece que “un Miembro de las Naciones Unidas que esté en mora en el pago de sus contribuciones financieras a la Organización no tendrá voto en la Asamblea General si el monto de sus atrasos es igual o superior al monto de las cotizaciones adeudadas por él correspondientes a los dos años completos anteriores”.

Fuente de la Información: https://www.farodiroma.it/venezuela-e-iran-pierden-el-derecho-a-voto-en-la-onu-porque-las-sanciones-de-ee-uu-les-impiden-pagar-las-cuotas/

 

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Resumen de los trabajos del 76ºperiodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU

Resumen de los trabajos del 76ºperiodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU

“En medio de la deplorable crisis del cambio climático y la pandemia del coronavirus, la solidaridad es crucial para hacer frente a estos crecientes desafíos”, indicaron los líderes mundiales en la apertura del septuagésimo sexto período de sesiones de la Asamblea General el pasado año 2021. En varias de estas sesiones plenarias, los diferentes oradores coincidieron en la idea de que los diferentes países miembros de la ONU deben hacer compromisos reales y no vanas declaraciones ante las Naciones Unidas. Señalaron así mismo que el aumento del nivel de los mares y la desigualdad en la distribución de las vacunas a nivel mundial ponen en peligro la capacidad de los países en vías de desarrollo para hacer frente a estos desafíos y lograr sus objetivos.

Reunidos en persona y telemáticamente en el hall de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York para abordar el cambio climático en septiembre 2021, los líderes mundiales afirmaron que el multilateralismo es ahora más necesario que nunca, no solo para poner fin a los conflictos y proteger los derechos humanos, sino para aliviar el sufrimiento de las personas y comunidades abrumadas por la pandemia, tratar los problemas económicos y hablar sobre el aumento del creciente nivel de los mares.

António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, hizo unas declaraciones en las que dijo que “el mundo está avanzando en la dirección equivocada” y pidió a los jefes de Estado y de Gobierno que restablezcan la confianza y actúen de manera armonizada para hacer frente a los innumerables desafíos que enfrentan sus pueblos.

-“Nos estamos enfrentando a la mayor crisis de nuestras vidas”, dijo Guterres desde el podio del Salón de la Asamblea en su sede en la ciudad de Nueva York. “Justo cuando la necesitamos, la solidaridad hace falta», agregó, citando la emergencia climática, la agitación en Afganistán, Etiopía y otras regiones, así como el aumento de la desconfianza pública en torno a la ciencia. “Si bien la mayor parte de las personas en los países más ricos se han vacunado, más del 90 % de los africanos todavía esperan su primera dosis”. «Esta es una obligación moral de todos los estados en todas partes del mundo», dijo Guterres para concluir señalando que «todos, absolutamente todos, tenemos una F (falta) en ética».

Abdulla Shahid de Maldivas, Presidente del septuagésimo sexto período de sesiones de la Asamblea General, puso de relieve las cuestiones cruciales que captaron la atención de los líderes mundiales como son: la inequidad en las vacunas; las conversaciones sobre el cambio climático; el desarrollo de una recuperación sólida, equitativa y ecológica después de la pandemia del coronavirus; la atención a los derechos humanos, la paz y la seguridad, así como la reforma de las Naciones Unidas.

En sus observaciones, realizadas en el último día del debate general, el 27 de septiembre, el presidente de la asamblea señaló que la lista de oradores para dichos trabajos incluía 100 jefes de Estado, 52 jefes de Gobierno, 3 vicepresidentes y 34 ministros, aunque solo 18 de estos eran mujeres. «Ahora nos corresponde a nosotros, y al sistema entero de las Naciones Unidas, abordar estas cuestiones y tenemos que hacerlo de manera que estos innumerables desafíos, se conviertan en una oportunidad para fortalecer el multilateralismo y obtener resultados reales sobre el terreno», dijo Abdulla Shahid.

Con el tema del septuagésimo sexto periodo de sesiones «Fomento de la resiliencia a través de la esperanza» como telón de fondo, los líderes mundiales comentaron cómo la pandemia y la desigualdad de las vacunas estaban poniendo en peligro la capacidad de muchos países en vía de desarrollo para alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por los Estados Miembros en 2015 para la agenda de desarrollo 2030. A lo que Paul Kagame, Presidente de Ruanda, respondió que luchar contra la pandemia de COVID-19 está siendo un desafío al sistema internacional como nunca antes. “Podemos y debemos hacer más para acelerar la distribución de vacunas en África porque hacerlo beneficia al mundo entero”, dijo. “Antes de que surgiera la pandemia de COVID-19, muchos países ya estaban retrasados para el logro de los objetivos globales lo cual se convierte ahora en una mayor urgencia para hacer realidad sus compromisos políticos teniendo en el centro de todo este esfuerzo de desarrollo, la mitigación del cambio climático”, concluyó.

Muchos jefes de Estado utilizaron el gran debate general de septiembre 2021, para criticar la falta de voluntad política suficiente para frenar la intensificación de la crisis climática en una plenaria celebrada antes de la 26ª Conferencia de las Partes para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow a principios de noviembre del mismo año y muchos coincidieron en que recurrir al multilateralismo es fundamental para enfrentar los desafíos del cambio climático y generar un mundo más pacífico, seguro y estable.

Al dirigirse al auditorio, el Presidente de China, Xi Jinping, pidió a los Estados que mejoren la gobernanza global y practiquen el verdadero multilateralismo resaltando que las Naciones Unidas son el núcleo del único sistema internacional del mundo, siendo de vital importancia aumentar su representación y la voz de los países en vía desarrollo. También subrayó la necesidad de fortalecer la solidaridad y promover el respeto mutuo, así como la cooperación de beneficio mutuo en la conducción de las relaciones internacionales.

En su turno en el debate general por primera vez en su calidad de Presidente de los Estados Unidos, Joseph R. Biden, destacó el regreso de su país a los foros internacionales, especialmente en las Naciones Unidas, y su reincorporación en la OMS y la reincorporación de su país al Acuerdo de París sobre cambio climático. “Estados Unidos tiene la intención de trabajar con sus socios y aliados y dedicar recursos para poner fin a la pandemia, abordar la crisis climática, gestionar los cambios en la dinámica del poder global, dar forma a problemas vitales en torno al comercio, las tecnologías cibernéticas y emergentes, y enfrentar la amenaza del terrorismo. En cuanto a los derechos humanos, Biden condenó los ataques contra las minorías raciales, étnicas y religiosas, ya sea en Xinjiang, el norte de Etiopía o en otros lugares, y pidió a todos que defiendan los derechos de las comunidades de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer y los intersex, en todas partes del mundo.

Abdel Fattah al Sisi, Presidente de Egipto, dijo que el multilateralismo es el único refugio frente a la escalada de conflictos. «Armémonos no con la lógica de la fuerza, sino con la fuerza de la lógica», dijo pidiendo una solución de paz justa, duradera y completa en el Medio Oriente, con un Estado palestino a lo largo de la frontera desde 1967 y Jerusalén como su capital. La degradación ambiental representa una amenaza para el mundo, y la comunidad internacional tiene una responsabilidad moral común para con las generaciones futuras. La comunidad internacional debe evitar llegar al «punto sin retorno», y señaló que Egipto será el anfitrión de la vigésimo séptima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 2022.

Sergey Lavrov, Ministro de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia, dijo que hay intentos persistentes de disminuir el papel de las Naciones Unidas entre las principales potencias. Existe una falta de consenso sobre los principios del orden mundial. Al enfatizar la necesidad de unidad frente a los desafíos globales, pidió adaptar el Consejo de Seguridad a la realidad de un “orden mundial policéntrico” y ampliar el organismo con una mayor representación de los Estados de Asia, África y América Latina.

Frank-Walter Steinmeier, Presidente de Alemania, pidió al mundo que aprenda las lecciones extraídas del fracaso en Afganistán, incluidos tres mensajes para la política exterior: sean más honestos, más inteligentes y más fuertes. Pidió a los Estados que amplíen sus enfoques diplomáticos, militares, civiles y humanitarios para encontrar posibles soluciones y un terreno común para todos. “Fracasamos en muchas cosas en Afganistán. Pero nuestro fracaso no debe ser motivo de una alegría por el mal ajeno entre nosotros”, continuó, y pidió a las principales potencias -Estados Unidos, China y la Federación de Rusia- que asuman una responsabilidad particular. Al recordar las devastadoras inundaciones en el oeste de Alemania el pasado verano que mataron a casi 200 personas, hizo hincapié en la amenaza existencial del cambio climático y pidió a los Estados que tomen decisiones firmes en la COP26 para cerrar la gran brecha entre los objetivos ambiciosos y las políticas concretas.

A lo largo de esta semana, la Asamblea General también convocó una serie de reuniones de alto nivel para abordar cuestiones de justicia racial, la eliminación de las armas nucleares y centrar la atención mundial en la energía y los alimentos.

En el segundo día de estos debates, el 22 de septiembre, los líderes mundiales prometieron acelerar la lucha contra el racismo en sus respectivos países renovando su compromiso de implementar la Declaración y el Programa de Acción de Durban, un marco histórico contra la discriminación adoptado hace 20 años en Durban, Sudáfrica. La Asamblea General aprobó así por consenso una declaración política titulada “Unidos contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia”.

Un día después, el 23 de septiembre, el Secretario General convocó la primera Cumbre de Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas, que atrajo casi 300 compromisos de cientos de miles de personas de todo el mundo y de todos los distritos electorales. Estos compromisos tenían como objetivo acelerar la acción y transformar los sistemas alimentarios para acabar con el hambre y reducir las enfermedades relacionadas con la dieta y sanar el planeta.

El 24 de septiembre, más de 130 líderes mundiales de gobiernos, organizaciones de las Naciones Unidas, empresas y otros representantes de múltiples partes interesadas participaron en un diálogo de alto nivel sobre energía de las Naciones Unidas. Fue la primera reunión a nivel de líderes sobre energía celebrada bajo los auspicios de la Asamblea en 40 años. Los participantes anunciaron objetivos ambiciosos, acciones transformadoras e inversiones audaces para lograr el acceso universal a la energía y las emisiones netas.

El 28 de septiembre, la Asamblea convocó una reunión de alto nivel para conmemorar y promover el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, en la que los delegados instaron al fin rápido y permanente de las bombas atómicas existentes. Observado anualmente desde 2013, esta fecha brinda a los Estados Miembros la oportunidad de hacer un balance de los esfuerzos mundiales de desarme y convertir las promesas en avances.

Posteriormente, en el septuagésimo sexto período de sesiones, la Asamblea General celebró una reunión de alto nivel de dos días sobre el plan de acción mundial de las Naciones Unidas para combatir la trata de personas los días 22 y 23 de noviembre. En consenso, la Asamblea aprobó el 22 de noviembre un proyecto de resolución de 29 párrafos, titulado “Declaración política de 2021 sobre la aplicación del Plan de acción mundial de las Naciones Unidas para combatir la trata de personas”.

El mismo día 22 de noviembre, el Tercer Viceprimer Ministro Encargado de Derechos Humanos en el gobierno de la República de Guinea Ecuatorial, Alfonso Nsue,Mokuy, dijo en su intervención que “el Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial se ha autoimpuesto como prioridad de sus políticas públicas, la protección a todas las víctimas de la trata de personas, en especial a las mujeres y los niños, lo cual se puede contemplar en el Plan Nacional de Acción para la prevención y lucha contra la Trata de Personas para los años 2019-2021, servido de guía para canalizar los trabajos gubernamentales en los pasados dos años, aun con la dificultad que ha conllevado la pandemia del COVID-19”. “Así mismo, se ha puesto el foco en diferentes aspectos como es la creación de un Protocolo de Actuación Interinstitucional para la Atención y Protección a Victimas de Trata de Personas, el cual está en el correspondiente proceso legislativo para ser aprobado. También hemos creído oportuna la modificación de la Ley núm. 1/2004 del 14 de septiembre sobre el Tráfico Ilícito de Migrantes y la Trata de Personas, para adecuarla al Protocolo de Palermo, solventando con ello ciertas carencias que los juristas de nuestra Administración Pública, a petición del Departamento de los Estados Unidos de América han podido distinguir.

Para concluir los trabajos del 76ª periodo en el mes de diciembre 2021, el máximo órgano de la ONU aprobó en una reunión plenaria del 24 de diciembre, un presupuesto de $3,12 mil millones y adoptó 26 resoluciones y 2 decisiones. Y como parte de una amplia gama de proyectos recomendados por su Quinta Comisión, la Asamblea General aprobó varios recursos para el 2022 encaminados a apoyar, entre otras cosas, al sistema común de las Naciones Unidas, el Financiamiento del Mecanismo Residual Internacional de los Tribunales Penales, el Financiamiento de la Operación Híbrida de la Unión Africana, las Naciones Unidas en Darfur, y la Administración de Justicia de las Naciones Unidas.En esta serie de resoluciones, la Asamblea también aprobó por consenso dos resoluciones sobre la escala de cuotas, otra resolución sobre el prorrateo de gastos de las Naciones Unidas y otra para las misiones políticas especiales cuya escala es una metodología compleja que se utiliza para calcular cuánto paga cada Estado Miembro en los presupuestos ordinario y de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.

Fuente: Tobías Ramos Nkulu Nchama (Agregado de Prensa de la Misión Permanente de Guinea Ecuatorial en la ONU – Nueva York)

Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial

Aviso: La reproducción total o parcial de este artículo o de las imágenes que lo acompañen debe hacerse, siempre y en todo lugar, con la mención de la fuente de origen de la misma (Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial).

 

Fuente de la Información: https://guineaecuatorialpress.com/noticias/resumen_de_los_trabajos_del_76periodo_de_sesiones_de_la_asamblea_general_de_la_onu

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España: Conferencia Mundial de Educación Superior 2022 de la UNESCO

Conferencia Mundial de Educación Superior 2022 de la UNESCO

La Tercera Conferencia de Educación Superior de la UNESCO tendrá lugar en Barcelona (España) en 2022

La Tercera Conferencia Mundial sobre Educación Superior-WHEC2022 reunirá a todos los actores con el fin de definir y preparar su hoja de ruta para una nueva era de la educación superior. Esta hoja de ruta responderá a los desafíos enfrentados por la humanidad y el planeta, prestando especial atención a la situación mundial creada por la pandemia COVID-19. Se centrará tanto en los sistemas de educación superior (normas, políticas, estructuras, partes interesadas) como en las instituciones (universidades, entidades especializadas, redes).

La UNESCO organiza la Conferencia para ofrecer nuevos conocimientos, alianzas creativas de ideas innovadoras y producir una coalición amplia y revitalizada de la comunidad mundial de educación superior en apoyo a la Agenda de Desarrollo 2030 y más allá.

La Conferencia está organizada por la UNESCO en colaboración con e Gobierno de Españal, la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona, en alianza con GUNi/ACUP (Global University Network for Innovation / Asociación Catalana de Universidades Públicas).

El encuentro mantendrá un formato híbrido, virtual y presencial, para ampliar las formas de participación.

Para más información: whec2022@unesco.org

Fuente de la Información: https://campusiberoamerica.net/es/conferencia-mundial-de-educaci%C3%B3n-superior-2022-de-la-unesco

 

 

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Libro: Política, gestión y evaluación de la investigación y la vinculación en América Latina y el Caribe

Política, gestión y evaluación de la investigación y la vinculación en América Latina y el Caribe

Política, gestión y evaluación de la investigación y la
vinculación en América Latina y el Caribe / Diego Aguiar…
[et al.] ; editado por Liliana Córdoba ; Laura Rovelli ; Pablo
A. Vommaro ; prólogo de Liliana Córdoba ; Laura Rovelli ;
Pablo A. Vommaro. – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos
Aires : CLACSO, 2021.
Libro digital, PDF – (Ciencia abierta)
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-813-076-7
1. Sociología. I. Aguiar, Diego. II. Córdoba, Liliana, ed. III.
Rovelli, Laura, ed. IV. Vommaro, Pablo A., ed.
CDD 306.098

 

«Aspiramos a construir un conocimiento científico público, abierto,
que circule, se mueva, que dialogue con otrxs, que sea comprendido
por otrxs y que comprenda a otrxs, que reconozca y se interese por
espacios y tiempos diversos, el situado, el que considere siempre las
consecuencias, el que se conmueve.» (Presentación p.16)

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Fuente de la Información: https://www.clacso.org/politica-gestion-y-evaluacion-de-la-investigacion-y-la-vinculacion-en-america-latina-y-el-caribe/

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Mundo: Los desechos en la ecología-mundo capitalista. Una breve historia de la basura plástica

Los desechos en la ecología-mundo capitalista. Una breve historia de la basura plástica

El gobierno chino promulgó en 2018 una política de protección ambiental denominada “Espada Nacional” o también “Espada Verde” que consiste en la prohibición de importar diversos tipos de plásticos reciclables del resto del mundo. Si la potencia asiática, para entonces, no se hubiera convertido en el importador de más del 50% del plástico desechado que ha sido generado por el norte global, esta medida posiblemente hubiera pasado sin advertencia. Pero no es así, y ahora los gobiernos y corporaciones globales ven cómo los discursos de economía circular con que en las últimas décadas alentaron a sus ciudadanos a consumir infatigablemente y separar residuos, están colapsando.

Millones de toneladas de plástico descartado ya no fluyen hacia China. Y, en este capítulo del tóxico romance entre el capitalismo y sus desechos plásticos, por una parte, se incrementan las alarmas en los círculos de poder que buscan desesperadamente un lugar dónde redirigir el flujo de desechos, no importa que ese dónde se transforme en nuevas zonas de sacrificio[1]. Por otra parte, como también ocurre en otros momentos de la historia del exceso de desperdicio capitalista, la basura se convierte en el espejo que refleja las inconsistencias, cada vez más evidentes, de los repertorios de sustentabilidad ambiental y economía circular que han vendido los promotores del capitalismo verde.

¿Cómo China decidió dejar de ser el principal vertedero del plástico de la ecología-mundo capitalista y qué impactos tiene esto? ¿Cómo está respondiendo el norte global ante este desafío y qué ocurre en la periferia de la ecología-mundo capitalista? Son las preguntas que se responden a continuación.

El “tóxico idilio plástico” de la ecología-mundo capitalista

En sentido estricto, el plástico no es una materialidad sino una cualidad. Etimológicamente proviene del griego plassein (“moldear”, “dar forma”). Hasta antes del auge de la industria petroquímica en el siglo XX la cualidad de lo plástico tenía diferentes usos (las artes, por ejemplo). Sin embargo, el descubrimiento en las primeras décadas del siglo XX de la versatilidad de los polímeros (resinas sintéticas derivadas del petróleo que, sometidas a altas temperaturas, mostraban una gran capacidad de plasticidad para producir infinidad de mercancías) fue lo que produjo que, a mediados del siglo XX, el plástico se transformara de adjetivo en sustantivo

Como ningún otro material, el plástico le ha dado a la ecología-mundo capitalista un toque distintivo. La ecología-mundo capitalista es una forma de producir-organizar el espacio, el poder, la naturaleza, la riqueza, mediante flujos de energía y capital que conectan ecosistemas y sistemas de trabajo humano y natural[2]. En esta ecología-mundo, el plástico posibilita la aceleración de procesos de extracción, producción, distribución, consumo y descarte de infinidad de mercancías a lo largo y ancho del planeta, en un envoltorio ideológico de fluidez y ductilidad de la vida moderna, pero, con profundas consecuencias ambientales, también de alcance global.

Las compañías petroquímicas generalizaron las mercancías de plástico tras el boom económico que siguió a la Segunda Guerra Mundial, y lo hicieron con una retórica de modernidad, higiene, ecología e incluso feminismo. Ya no habría que cazar elefantes para obtener marfil, los bosques maderables serían protegidos, la salud de las personas estaría aún más a salvo y el tiempo dedicado a las tareas domésticas, mayoritariamente realizado las mujeres, se reduciría[3].  Durante las últimas décadas, la tasa de producción de plástico ha crecido exponencialmente a nivel global. La producción acumulada de plásticos es superior a los 8 mil millones de toneladas desde 1950 (cuando empezó su masificación), y la mitad ha sido generada solo en la última década. Se han producido más de 300 millones de toneladas anuales de plásticos en los últimos años, con la expectativa que a 2050 la tasa se eleve a 600 millones de toneladas diarias.

Actualmente, más del 99% del plástico es fabricado con combustibles fósiles. Durante todo el ciclo de vida del plástico se generan gases de efecto invernadero: al extraer petróleo y refinarlo, al producir polímeros, al enterrarlo en rellenos sanitarios o incinerarlo, y también al reciclarlo. Sin embargo, la tasa de reciclaje de plástico varía ampliamente entre países y no alcanza el 10% a nivel mundial. Así que la mayor parte del plástico producido termina en vertederos, plantas de incineración, dispersa sin ningún tipo de gestión, en los mares –donde se han formado gigantescas islas de basura plástica– o en otros cuerpos de agua continentales. También partículas nanoplásticas se encuentran en los organismos vivientes, incluidos los humanos.

Los grandes monopolios de la cadena global de plástico tratan de invisibilizar su responsabilidad socioambiental transfiriéndola a los consumidores con el sofisma de que todo depende de los hábitos responsables de consumo. Se trata de una argucia, pues está establecido que en el norte global capitalista los principales productores de plástico son los gigantes petroquímicos. Para 2019, según la asociación australiana Plastic Waste Markers Index, el primer puesto lo ocupaba ExxonMobil con 5,9 millones de toneladas de desechos plásticos, seguida de la compañía química estadounidense Dow con 5,5 millones de toneladas, y de la empresa de gas y petróleo china Sinopec con 5,3 millones de toneladas. Además, otros mega oligopolio corresponde al de los principales distribuidores de plástico. Por último, debemos añadir que, acorde a Break Free From Plastic, una red global ambientalista, los responsables de generar más desechos plásticos contaminantes son Coca-Cola, PepsiCo y Nestlé.

En la década de 1990 se conformó el actual flujo de residuos plásticos de la ecología-mundo capitalista. En esa década florecieron economías capitalistas emergentes que requerían, además de capitales, un alto consumo de materias primas que no tenían a disposición. Una fuente potencial de estos recursos fueron los desechos del norte global. Grandes cantidades de papel, cartón, plástico, chatarra fueron desviados hacia estas economías como ayuda para el desarrollo. No se trató solo de una imposición externa, ya que las clases dominantes y los gobiernos de estas economías jugaron un activo papel en esta vía.

El principal receptor de estos flujos de basura plástica global fue China. A finales de la década de 1990, con una economía capitalista en auge, China se convirtió en el principal destino del mercado mundial de desechos reciclables. Comenzó a importar una amplia gama de chatarra, desde plástico hasta acero, para satisfacer la demanda de insumos en su sector manufacturero y así surtir el mercado interno y convertirse luego en el principal exportador de mercaderías del planeta. Los altos precios de petróleo encarecieron el plástico virgen, así que el reciclaje de desechos resultó mejor negocio para la expansión económica del gigante asiático. A comienzos del nuevo milenio, cada año China importaba 4 millones de toneladas de residuos plásticos, 12 millones de toneladas de papel usado y 11 millones de toneladas de chatarra metálica. Para 2016, China importaba cerca del 30% de desechos plásticos y chatarra metálica de todo el mundo, principalmente del norte global, y esto incluía el 55% de la chatarra de cobre del mundo, el 24% de aluminio, el 55% de papel desechado y el 51% de plástico desechado mundial. Ese año, según Will Flower, Estados Unidos enviaba cada día con destino a China 1.500 contenedores en buques cargados con residuos de todo tipo. Estos buques habían llegado a Estados Unidos con mercaderías baratas y retornaban a China con residuos para seguir produciendo más mercancías[4]. Claro está, no solo Estados Unidos participó de este flujo global de materialidades descartadas, también Europa, Japón y Australia encontraron en China un insaciable devorador de sus basuras.

De esta manera se constituyó un circuito global de gran parte de desperdicios, una ecología-mundo capitalista que parecía resolver los problemas del exceso de producción y consumo. En el norte global los ciudadanos podían consumir sin pausa y su conciencia ambiental quedaba en paz, incentivada por las autoridades ambientales y la publicidad sobre la importancia de separar y organizar los residuos domésticos. Las grandes corporaciones de la industria petroquímica adoptaron el lenguaje de la economía circular global, una estrategia orientada a asegurar su legitimidad pública al tiempo que ampliaban sus mercados y, por supuesto, aparecieron empresas globales de comercio de desechos que se lucraron al máximo[5].

Pero, si todo era tan exitoso… ¿Por qué China puso fin a este modelo de flujo de desechos? ¿Qué está pasando en la ecología-mundo capitalista?

En la primera década del siglo XXI, China se vio inundada de desechos globales. Lo que en un principio fue visto como un impulso al desarrollo económico se transformó en su contrario. Muchos de estos desechos no solo eran de mala calidad, sino que estaban contaminados. Además, los contenedores llevaban también basuras peligrosas y no reciclables. Los fabricantes chinos debían realizar grandes inversiones en la reclasificación de materiales y en la eliminación de las materialidades peligrosas, lo que implicó crear zonas de sacrificio ambiental en varias regiones chinas.

Por esta razón, en 2013 el gobierno chino diseñó la «Operación Green Fence», la cual buscó establecer controles sobre la calidad de los materiales de desecho importados y reprimir el comercio ilegal y el contrabando de desechos globales. Estas medidas pusieron en evidencia que las grandes potencias capitalistas estaban obviando el Convenio de Basilea que establece sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos[6]. Los exportadores de basura global hacia China argumentaron que el Convenio de Basilea no esclarece qué se considera residuos peligrosos y, por eso, los principales exportadores de residuos se negaron a firmarlo. Las potencias capitalistas del norte global no juegan limpio cuando de basura se trata. Utilizaron la exportación de plástico a China para deshacerse de otras basuras, incluso residuos tóxicos y peligrosos.

También hubo cambios significativos en la sociedad China que explican el cambio de prioridades ambientales en relación con la importación de desechos. En las últimas décadas apareció una clase media y un movimiento sindical hartos de la contaminación causada por los desechos importados, lo que trajo olas de protesta e inconformidad pese a la censura y las políticas de cooptación gubernamentales. En 2015 y en 2016 la opinión pública china fue estremecida con los documentales Under the Dome y Plastic China, respectivamente, que señalaron los duros efectos del reciclaje informal y la contaminación del aire, el agua y el suelo del país asiático[7]. A la presión ciudadana se le debe agregar el incremento del gasto público por razones de descontaminación ambiental, así que estas condiciones empujaron a la República Popular China a endurecer la política de importación de desechos. En 2017 el gobierno proclamó la agenda denominada “Espada Nacional” para hacer frente a la basura del norte global, que detalla las regulaciones para la calidad de la basura importada y prohíbe la importación de 24 tipos de desechos, incluido el plástico no industrial.

En marzo de 2018 China dejó de importar plástico, papel y otros tipos de chatarra de baja calidad. Así que, miles de toneladas de plástico desechado empezaron a acumularse en puertos e instalaciones de reciclaje de todo el mundo, principalmente del norte global que, considerando a China como su principal vertedero, no desarrolló tecnologías de reciclaje en su propio patio.

China es hoy una superpotencia económica en la ecología-mundo capitalista y su gobierno busca dejar de ser consumidora de tecnología, basura e ideas de sus rivales capitalistas. Ahora se proyecta como el epicentro de nuevos patrones globales. Y, en lo que respecta a la gestión de desechos, su política es reemplazar el sector de reciclaje informal por “parques eco-industriales” de alta tecnología más limpios. El propósito es, como sugiere Kate O’Neill, liderar un nuevo enfoque en la disputa por definir los criterios de la economía circular en el marco del capitalismo.

China pretende transitar a una nueva lógica, sea o no un error querer compatibilizar el exceso de producción y consumo, por un lado, con la gestión de desechos, por el otro. Pero mientras eso ocurre, sus competidores en el norte global no están dispuestos a hacer cambios sustantivos en la dinámica establecida, por lo que, previendo el cierre del gran vertedero chino, se están creando nuevas zonas de sacrifico a las que reorientar los flujos de desechos en la ecología-mundo capitalista. El norte global está reorganizando la geografía mundial de flujos de basura plástica, mediante métodos legales e ilegales, que acorten las cadenas mundiales y abaraten costos de transporte. De hecho, un informe de Interpol establece que en los dos últimos años, a partir de la entrada en vigor de la política Espada Nacional de China, se ha incrementado el comercio ilegal de residuos[8].

Según Interpol, dos son los espacios que constituyen la periferia tóxica de las potencias europeas: en primer lugar, los países de Europa del Este (especialmente la República Checa, Polonia y Rumania), y, en segundo lugar, la denominada región MENA (Medio Oriente y los países del Magreb). En el tránsito de estos flujos, cuyo destino final son los vertederos ilegales, los desechos peligrosos se camuflan o son legalizados sin mayor control ambiental. El impacto es nefasto, tanto en lo social como en lo ambiental. Por citar un ejemplo: desde 2018, en Polonia, se han producido incendios en vertederos ilegales en los que se depositan basuras domésticas y de grandes supermercados, que salen del Reino Unido etiquetadas como plástico de la “lista verde” de la Unión Europea. En Zgierz, en el centro de Polonia, los propietarios del vertedero quisieron borrar las pruebas del delito que supone la importación ilegal prendiendo fuego a los casi tres mil metros cúbicos de basuras, con severos impactos para la salud humana y el resto de la naturaleza en este territorio.

Las pujantes economías asiáticas (Japón, Corea del Sur, Taiwán… entre otras) y Australia encuentran un mercado legal e ilegal de residuos plásticos en Malasia, Tailandia y Vietnam, países en que se reproduce el viejo discurso que glorifica la basura importada como materia prima para el desarrollo, pese a que, según señala Interpol, son países que carecen de la infraestructura adecuada para el reciclaje de plásticos.

En el caso de Estados Unidos y Canadá, si bien no renuncian a exportar desechos a los países asiáticos, están diversificando sus zonas de envío. Estados Unidos incluso está llevando su basura plástica a ecosistemas inhabitados por humanos. Un reportaje periodístico de 2016 sobre la inundación global de plástico estadounidense informa que en ese país se han constituido empresas que compran todo tipo de plástico, contaminado o no, y lo exportan a 78 destinos, también a ecosistemas vírgenes (es el caso de la Reserva Marina de las Islas Heard y McDonald (HIMI) en el océano Índico australiano, hasta 2016 protegido celosamente). Según el mencionado reportaje, estas “islas deshabitadas” han recibido 57 toneladas métricas de desechos plásticos no clasificados procedentes de Estados Unidos[9]. Sin embargo, la nota periodística oculta que esta decisión pone en riesgo estos ecosistemas frágiles. Las autoridades ambientales buscaron restringir y controlar la presencia de especies exóticas causantes de la devastación de poblaciones reproductoras de aves marinas, la modificación de las comunidades de plantas e invertebrados, la reducción general de la biodiversidad y las extinciones locales[10]. Ahora, las consecuencias de la presencia de esta nueva materialidad desechada ofrecen un sombrío panorama.

Por razones de cercanía geográfica, pero también por factores geopolíticos, el destino de la basura plástica de Estados Unidos y Canadá tiende a ser América Latina y el Caribe. Según Interpol, en 2020 se notó un notable crecimiento del sector de reciclaje en la región, impulsado por inversionistas de China y Estados Unidos que esperan sacar provecho del exceso de plástico norteamericano. Así, los agentes privados se benefician de las institucionalidades débiles, con escasa capacidad para realizar controles ambientales a las importaciones provenientes de Norteamérica. Para ese año México, El Salvador y Ecuador se habían convertido en los principales importadores de desechos plásticos, con 32.650 toneladas, 4.054 toneladas y 3.665 toneladas respectivamente[11]. Recordemos que Estados Unidos no es firmante del Convenio de Basilea, y está utilizando los tratados de libre comercio y las fisuras del Convenio para firmar acuerdos bilaterales con otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con los cuales, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, “intercambió” el 55% de sus basuras plásticas. Actualmente, en América Latina, forman parte de la OCDE los siguientes países: Chile, Colombia, México y Costa Rica, cuyos gobiernos pueden estar tentados a convertirse en receptores de la basura norteamericana en nombre de las medidas de recuperación económica  postpandemia.

La reconfiguración del flujo de plástico desechado en la ecología-mundo capitalista amenaza seriamente la vida humana y no humana en la periferia global. La inundación de estos desechos crea nuevas zonas de sacrifico, afecta a la salud humana, así como al bienestar de otras especies. Y, de manera particular, impacta negativamente sobre la economía popular de millares de recolectores de materiales descartados que recorren las calles de las ciudades del sur global y que ahora se enfrentan a la competencia de la basura importada. Es en estas condiciones que debe exigirse la defensa del trabajo de los recicladores populares y de sus organizaciones, algo fundamental en el sur global. Además, en el escenario de profundos desafíos en que nos encontramos, la ciudadanía debe presionar para que las políticas gubernamentales garanticen la soberanía ambiental y social de sus respectivos países.

Notas
[1] El concepto de ‘zonas de sacrifico’ hace referencia a espacios sometidos recurrentemente a daño socioambiental debido a la saturación de efectos contaminantes. Usualmente estas zonas están habitadas por poblaciones racializadas o de bajos ingresos, así que padecen procesos de injusticia ambiental. También, en una perspectiva antropocéntrica, pueden ser regiones sin habitantes humanos, pero con vida no humana considerada ‘no valiosa’ o ‘de menor impacto ambiental’ por parte de quienes toman las decisiones de contaminar.
[2] Jason W. Moore. (2020). El capitalismo en la trama de la vida. Ecología y Acumulación de Capital. Madrid: Traficantes de Sueños.
[3] Susan Freinkel. (2012). Plástico: Un idilio tóxico. Tusquets Editores.
[4] Will Flower. “What Operation Green Fence Has Meant for Recycling.” Waste360. 11/02/2016.
[5] Kate O´Neill. (2019). Waste. Polity Press.
[6] Su nombre completo es Convenio de Basilea sobre el Control de los Movimientos Transfronterizos de Desechos Peligrosos y su Eliminación. Se adoptó el 22 de marzo de 1989, y entró en vigor el 5 de mayo de 1992, con la intención de poner fin a graves situaciones, relacionadas con el tráfico de residuos peligrosos, presentadas a finales de 1980. Pese a que está suscrito por 187 países, Estados Unidos se ha negado a suscribirlo y otros países han logrado modificar apartados claves del convenio para continuar exportando materiales de desecho peligrosos para toda la vida en el planeta.
7] Michael Standaert. “It Looks to Go Green, China Keeps a Tight Lid on Dissent”. Yale Environment 360. 2/11/2017.
[8] “Strategic Analysis Report – Emerging criminal trends in the global plastic waste market since January 2018”. Véase: www.interpol.int/es/Noticias-y-acontecimientos/Noticias/2020/Un-informe-de-INTERPOL-alerta-del-drastico-aumento-de-los-delitos-relacionados-con-los-residuos-plasticos
[9] Xavier A. Cronin. “America’s plastic scrap draft”. Recycling Today. 30/09/2016.
[10] Ver el informe del Departamento de Agricultura, Agua y Ambiente australiano en: http://heardisland.antarctica.gov.au/protection-and-management/history-of-protection/pressures
[11] Alianza Global para Alternativas a la Incineración (GAIA). La basura plástica llegó a América Latina: tendencias y retos en la región. Resumen ejecutivo, julio 2021.

Fuente de la Información: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/una-breve-historia-de-la-basura-plastica/

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