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Los padres no son maestros: consejos para gestionar la escuela a distancia

Los padres no son maestros: consejos para gestionar la escuela a distancia

Es impensable reproducir la escuela dentro del hogar. Es impensable e incluso degradante para el papel de los profesores, pensar en terminar los programas en casa como lo harías en el aula. Hoy más que nunca escuela y familia debemos unir fuerzas

Los padres no son maestros. Los padres y la escuela deben, a toda costa, ser aliados en la educación y formación de niños y jóvenes, pero los dos roles no se superponen, si acaso son necesariamente separados y paralelos.

La tarea primordial de los padres no puede ser reemplazada, así como es impensable poner el peso de «reproducir» las peculiaridades de la enseñanza en el aula en casa: falta de habilidades, enfoque, tiempo dedicado y exclusivo. El mismo «formato de aula», que es un parte esencial del sistema escolar, como nos recuerdan abrumadoramente estos días de lecciones en línea.

La convivencia ya pone a prueba la paciencia y el autocontrol y si pones online registros que no abren, vídeos que no cargan, lecciones que se superponen para los varios niños, mil entregas que «ayúdame, no entendí ”… ¡No saldremos vivos de esta edición de Gran Hermano!

Hay dinámicas que en casa, a pesar del compromiso de los docentes y del sistema escolar para hacer frente a esta emergencia de Coronavirus, no se puede esperar: ni de los padres, ni de los alumnos.

Y por muy «adelante» que esté la tecnología, siempre hay niños, muchos niños, a los que hay que seguir y acompañar aunque a nivel de PC y Youtube sean más inteligentes que los adultos. (Gracias Dios que todavía nos recuerdas que sí, también nosotros somos útiles, y que hay cosas en las que ni siquiera la tecnología puede reemplazar al humano).

Nada sustituye al aula

La enseñanza online es ante todo un deber de las instituciones, un banco de pruebas para todos los docentes que «han iniciado su camino de cambio, es más, de evolución hacia la nueva enseñanza del futuro» (Chiara Burberi de Redooc.com en Vanity Fair). Es también una ayuda para los padres que siguen teletrabajando, para involucrar a sus hijos encerrados en casa, para darles una apariencia de normalidad y rutina.

Pero también es cierto, como recordó la ministra italiana de educación Lucía Azzolina, que «la escuela es más que eso. La escuela es compartir, es estar juntos. La escuela en el aula es insustituible. ¡Y tiene que volver pronto! » (Vanity Fair).

Aquí hay algunos consejos para mamás y papás que luchan con el aprendizaje a distancia. Como mínimo, lo que está en su poder de controlar; el resto, obviamente va al sentido común de los profesores:

1NO JUECES, SINO ALIADOS DE LOS NIÑOS

No nos identifiquemos con los jueces despiadados dispuestos a presionar el botón rojo para eliminarlos del Factor X al primer error: con demasiada frecuencia, los padres, pensamos que la corrección en el sentido escolar se reduce solo al «bolígrafo rojo».

Tratamos de reconocer y apreciar el potencial de nuestros hijos en un sentido más amplio, entendiendo que las dificultades de adaptación y el entorno «hogareño» muchas veces no ayudan a la concentración. No nos aliemos con el error contra ellos, sino aliamos con ellos para combatir el error.

A nadie le gusta equivocarse, ni siquiera a los niños y la frustración de «no puedo», «no soy capaz» acompañado del juicio despiadado que lo valida e intensifica nunca es un estímulo positivo. Más bien, estimula a tirar la toalla.

2EN PRIMER LUGAR, GESTIONAR LAS EMOCIONES

Nuestro estado de ánimo y el de ellos: ¿cómo estamos? Es difícil de decir en esta situación y, sin embargo, necesita calma, sin nerviosismo ni ansiedad. Es mejor parar, ver una película, tomar un poco de aire si la situación se vuelve “eléctrica”. Ese no es el momento adecuado para que nosotros ni nuestros hijos hagan los deberes.

Quedarse en casa significa que, aunque los contenidos sean los mismos que los propuestos en el colegio, los métodos no siempre son los mismos, porque siguen los ritmos naturales de cada niño. Aunque el adolescente puede elegir con mayor flexibilidad el momento adecuado para realizar una tarea, las normas dan a los niños una mayor sensación de seguridad. Lo recuerda la pedagoga Novara en Vanity Fair:

Las reglas son procedimientos, y en un período en el que falta la seguridad de todo, tener un guión sobre qué hacer durante el día es fundamental. Está bien dar la norma de los deberes: para los niños de primaria puedes decir «de 14 a 16 harás los deberes en tu habitación. Si tienes alguna dificultad puedes preguntarle a tu mamá o papá quién hará su trabajo mientras tanto y al final puedes mostrarnos tu trabajo para una revisión final».

Intentemos mantener una rutina, sin que se convierta en una jaula, sobre todo ahora que nuestros sentimientos, los nuestros y los de ellos, nos hacen más frágiles e inevitablemente distraídos. Gestionar bien las emociones es una gran lección, sobre todo las que sientes en momentos como este. Y es algo que aprendes sobre todo viviéndolo y mirando el ejemplo de tus padres. Las lecciones pueden esperar.

3DESCONECTÉMOSLE Y DESCONECTÉMONOS

Las plataformas de smartschooling siempre están disponibles: esto es una cierta comodidad, y las lecciones asincrónicas ayudan sobre todo a administrar más niños y muy pocos PC. Pero también existe el riesgo de hiperconexión, de la mañana a la noche, especialmente para los niños mayores.

En los hijos mayores, tratemos de definir límites de conexión con el fin de evitar una sobrecarga de presencia que, si bien al principio también puede ser fuente de entusiasmo y cercanía, sobre todo gracias a los chats, a la larga podría generar ansiedad y sobrecarga, incluso en los padres.

No es necesario consultar la última actualización / comentario del maestro o amigo por la noche a las 10 pm o ingresar al chat antes del desayuno. No nos dejemos llevar por el efecto Whatsapp, ¡que ya es suficiente!

Sin embargo, sigue siendo fundamental mantener un diálogo con los profesores, especialmente si nos resulta difícil gestionar cargas de trabajo, asistencia, tareas y expectativas.

De esta «lección» de vida no programada que el Coronavirus ha decidido darnos a todos, nuestros hijos también aprenderán mucho. No en términos de ciencia o geografía quizás, sino de resiliencia, resolución de problemas, creatividad, adaptación, sacrificio…

Y aunque los programas educativos no se terminen en casa, lo que no estaría bien y desviaría el trabajo real de los docentes, creo que es importante reconocer y contar entre los éxitos la gran riqueza, en términos de habilidades emocionales y relacionales, con las que los niños y los niños volverán a las aulas. Una lección que sin duda afectará también a su forma de abordar el estudio y la escuela, cuando todo vuelva a la normalidad.

Fuente de la Información: https://es.aleteia.org/2021/03/02/los-padres-no-son-maestros-consejos-para-gestionar-la-escuela-a-distancia/

 

 

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Latinoamérica: La pandemia del COVID-19 generó un retroceso de más de una década en los niveles de participación laboral de las mujeres en la región

La pandemia del COVID-19 generó un retroceso de más de una década en los niveles de participación laboral de las mujeres en la región

La crisis generada por la pandemia del COVID-19 impactó negativamente en la ocupación y en las condiciones laborales de las mujeres en América Latina y el Caribe, generando un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral, de acuerdo con el Informe Especial COVID-19 N⁰9: La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad dado a conocer hoy por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Según el documento, la tasa de participación laboral de las mujeres se situó en 46% en 2020, mientras que la de los hombres en 69% (en 2019 alcanzaron un 52% y un 73,6%, respectivamente). Se calcula, además, que la tasa de desocupación de las mujeres llegó al 12% en 2020, porcentaje que se eleva al 22,2% si se asume la misma tasa de participación laboral de las mujeres de 2019. En 2020, explica el estudio, se registró una contundente salida de mujeres de la fuerza laboral, quienes, por tener que atender las demandas de cuidados en sus hogares, no retomaron la búsqueda de empleo.

La caída del producto interno bruto (PIB) regional (-7,7% en 2020) y el impacto de la crisis en el empleo están afectando negativamente los ingresos de los hogares, plantea el informe presentado en conferencia de prensa por Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL. El organismo regional de las Naciones Unidas estima que alrededor de 118 millones de mujeres latinoamericanas se encontrarían en situación de pobreza, 23 millones más que en 2019.

“Las mujeres de la región son parte crucial de la primera línea de respuesta a la pandemia. Un 73,2% de las personas empleadas en el sector de la salud son mujeres, quienes han tenido que enfrentar una serie de condiciones de trabajo extremas, como extensas jornadas laborales, que se suman al mayor riesgo al que se expone el personal de la salud de contagiarse del virus. Todo esto en un contexto regional en el que persiste la discriminación salarial, pues los ingresos laborales de las mujeres que trabajan en el ámbito de la salud son un 23,7% inferiores a los de los hombres del mismo sector”, señaló Alicia Bárcena.

Por otra parte, el estudio remarca que el trabajo doméstico remunerado, que se caracteriza por una alta precarización y por la imposibilidad de ser realizado de forma remota, ha sido uno de los sectores más golpeados por la crisis. En 2019, previo a la pandemia, alrededor de 13 millones de personas se dedicaban al trabajo doméstico remunerado (de los cuales el 91,5% eran mujeres). En total, este sector empleaba a un 11,1% de las mujeres ocupadas en la región. No obstante, en el segundo trimestre de 2020 los niveles de ocupación en el trabajo doméstico remunerado cayeron -24,7% en Brasil; -46,3% en Chile; -44,4% en Colombia; -45,5% en Costa Rica; -33,2% en México; y -15,5% en Paraguay.

“América Latina y el Caribe debe invertir en la economía del cuidado y reconocerla como un sector dinamizador de la recuperación, con efectos multiplicadores en el bienestar, la redistribución de tiempo e ingresos, la participación laboral, el crecimiento y la recaudación tributaria”, afirmó la máxima autoridad de la CEPAL.

En este marco, Bárcena alentó a los gobiernos a “priorizar en sus estrategias de vacunación al personal de salud -incluidas las personas que prestan servicios asociados de limpieza, transporte y cuidados-, y a quienes se desempeñan en los sistemas educativos y en el trabajo doméstico, en su mayoría mujeres, que son un pilar fundamental para el cuidado y la sostenibilidad de la vida”.

Según el documento de la CEPAL, un 56,9% de las mujeres en América Latina y un 54,3% en el Caribe se encuentran ocupadas en sectores en los que se prevé un mayor efecto negativo en términos del empleo y los ingresos por causa de la pandemia.

De acuerdo con el estudio, el cierre de fronteras, las restricciones a la movilidad, la caída del comercio internacional y la paralización de la actividad productiva interna han impactado en las trabajadoras y empresarias vinculadas a los sectores del comercio, turismo y manufactura. Por ejemplo, el sector del turismo, altamente feminizado, en el que un 61,5% de los puestos de trabajo están ocupados por mujeres, sufrió una contracción importante, que afectó principalmente a los países del Caribe, donde una de cada 10 mujeres ocupadas se concentra en este sector.

Durante la presentación del informe, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL destacó la urgencia de reforzar las políticas de empleo y asegurar a las mujeres participación en los sectores dinamizadores de la economía en condiciones de trabajo decente. Asimismo, enfatizó la importancia de combinar medidas en apoyo al empleo y la reactivación con medidas de atención inmediata a la pérdida de ingresos.

En este contexto, “urge promover procesos de transformación digital incluyentes que garanticen el acceso de las mujeres a las tecnologías, potencien sus habilidades y reviertan las barreras socioeconómicas que estas enfrentan, de manera de fortalecer su autonomía económica”, subrayó Alicia Bárcena, a la vez que resaltó el reducido esfuerzo fiscal que conlleva la propuesta de canasta básica digital de la CEPAL (1% del PIB regional) y el enorme impacto que tendría al conectar a una de cada cuatro mujeres en América Latina y el Caribe.

“Resulta fundamental avanzar en un nuevo pacto fiscal que promueva la igualdad de género y que evite la profundización de los niveles de pobreza de las mujeres, la sobrecarga de trabajo no remunerado y la reducción del financiamiento de políticas de igualdad”, alertó.

“Además de transversalizar la perspectiva de género en todas las políticas de recuperación, se requieren acciones afirmativas en el ámbito de las políticas fiscales, laborales, productivas, económicas y sociales, que protejan los derechos de las mujeres alcanzados en la última década, que eviten retrocesos y que enfrenten las desigualdades de género en el corto, mediano y largo plazo”, concluyó Bárcena.

Fuente de la Información: https://www.cepal.org/es/comunicados/la-pandemia-covid-19-genero-un-retroceso-mas-decada-niveles-participacion-laboral

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La Tierra está girando más rápido de lo normal

La Tierra está girando más rápido de lo normal

Los científicos aseguran que la Tierra está girando más rápido del ritmo habitual que viene llevando desde hace décadas.

El núcleo del planeta combinado con patrones oceánicos y climáticos pueden provocar que la Tierra gire sobre su eje más rápidamente.

Descarga la explicación al fenómeno en el video

 

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/videos2/la-tierra-esta-girando-mas-rapido-de-lo-normal/

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‘If This Task Was Urgent Before, It’s Crucial Now.’ U.N. Says World Has 10 Months to Get Serious on Climate Goals

‘If This Task Was Urgent Before, It’s Crucial Now.’ U.N. Says World Has 10 Months to Get Serious on Climate Goals

The language of diplomacy rarely allows for a true sense of emotion or urgency. But reading between the lines of the latest report commissioned by the United Nations Framework Convention on Climate Change (UNFCCC)—the body representing the 197 member nations of the Paris Agreement to minimize a global average temperature rise this century—the message is clear. The world has precisely ten months to get our act together if there is to be any hope of staving off a climate catastrophe by the end of the century.

If member nations are to achieve the Paris Agreement target of limiting global temperature rise above preindustrial levels by 2°C—ideally 1.5°C—by 2100, they must redouble efforts and submit stronger, more ambitious goals to reduce carbon emissions, according to the report. The document tabulates the national climate action plans [NDCs], of each member nation. The NDCs, which were due at the end of 2020, are essentially blueprints laying out emission reduction targets for each country along with plans detailing how they will meet those stated goals.

So far, the plans all coming up short. The report shows that while the majority of the 75 nations that have submitted NDCs increased their individual commitments, their combined impact puts them on a path to achieve only a 1% reduction in global emissions by 2030, compared to the 45% reduction needed to hit the 1.5°C temperature goal. “This report shows that current levels of climate ambition are very far from putting us on a pathway that will meet our Paris Agreement goals,” said Patricia Espinosa, Executive Secretary of UN Climate Change. “While we acknowledge the recent political shift in momentum towards stronger climate action throughout the world, decisions to accelerate and broaden climate action everywhere must be taken now.”

Another report will be released prior to COP 26, the global meeting on Climate Change, currently scheduled for November in the U.K., giving stragglers time to catch up, says Espinosa. “It’s time for all remaining parties to step up, fulfill what they promised to do under the Paris Agreement and submit their NDCs as soon as possible. If this task was urgent before, it’s crucial now.”

The former President of Ireland, Mary Robinson, who also served as United Nations High Commissioner for Human Rights and is now Chair of The Elders, was scathing in her assessment of the commitments made by some of the world’s biggest polluters and did not hesitate to single out countries by name. “Major economies need to ramp up their ambition – starting with the U.S., where expectations are high for an emissions and finance pledge to make up for lost time. Others like Japan, Canada, Korea, New Zealand and China, have committed to net zero goals by mid-century, but we are still missing their promised new near-term plans to get there,” she said in a statement released ahead of the report.

Robinson was particularly withering when it came to Australia’s commitments, noting that it was not enough for the country to “repackage a plan that was already inadequate five years ago. The good news is there is still time for radical improvement if Australia wants to keep pace with their major allies and trading partners.”

The clock is ticking for Australia, as well as everyone else.

 

Fuente de la Información: https://time.com/5942546/un-emissions-targets-climate-change/

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Corruption and child labour have no place in the energy transition

Corruption and child labour have no place in the energy transition

Richard Kent, Researcher on Business and Human Rights at Amnesty International

The European Commission is currently wrapping up consultations on a new law that could shape the future of green energy. If adopted, the EU Battery Regulation would require all businesses in the battery industry to report on the social and environmental impact of their operations. It would ensure that batteries entering the EU market – for use in electric cars, smartphones, solar panels, and much more – are responsibly sourced and sustainable. Businesses would have to show, for example, that the minerals in their batteries do not indirectly finance armed groups or child labour, and that their supply chains are free of corruption.

The law would be a pillar of Europe’s Green New Deal, and it is long overdue. The World Bank found that production of some battery metals could increase by up to 500 percent by 2050, to meet the growing demand for electric vehicles – essential for reducing carbon emissions. Never before has mineral extraction sought to mitigate climate change on such a scale. But there are currently no laws in place to ensure green technologies do not themselves cause harm – and cause harm they do.

The real frontier of the battery revolution is not in the corridors of Brussels. It is in the unregulated cobalt mines of the DRC, where children as young as seven work in perilous conditions. It is in the vast frozen expanses of Siberia’s Taimyr Peninsula, where a nickel mining company spilled thousands of tonnes of diesel fuel into the Arctic; and in the salt flats of Latin America, where lithium extraction is threatening livelihoods. Cobalt, nickel and lithium are key components of rechargeable batteries, and we are sliding towards a situation where we have replaced one type of environmental injustice with another.

The grim irony is that these abuses are being perpetrated against the people least responsible for the climate catastrophe. Indigenous fishing communities in Papua New Guinea’s Basamuk Bay aren’t the ones pumping CO2 into the atmosphere. Yet it’s their water that was poisoned when a nickel mine dumped 23 tonnes of toxic waste into the ocean, while sourcing the minerals necessary to get drivers in Paris, Beijing and New York into electric cars. The need for regulation has never been so urgent.

Last month, Amnesty International and 66 other human rights and environmental organizations published a set of principles for businesses and governments to adopt in order to clean up battery supply chains. Many of the organizations who signed up to Powering Change represent the frontline communities most affected by the energy transition.

In Powering Change, we call on manufacturers to work towards maximum recycled content in batteries, minimize the use of hazardous materials, and manage battery waste responsibly. We call on businesses and governments alike to ensure environmental defenders and Indigenous communities are consulted and properly informed about planned operations and potential risks.

The EU Battery Regulation proposal contains several articles to improve transparency in supply chains, which is also one of our coalition’s crucial principles. In 2017, Amnesty researchers found that companies including Microsoft, Renault and Volkswagen were failing to ask basic questions about where the cobalt in their batteries came from. More than half the world’s cobalt comes from the DRC, where Amnesty has documented children and adults mining in perilous conditions, earning a couple of dollars a day to work in narrow tunnels at risk of collapse. In light of this, it’s unacceptable for businesses to shrug their shoulders about their supply chains – consumers deserve to know that their cars are not powered by human rights abuses.

This is why the European Battery Regulation could be one of the most important pieces of industry legislation ever. It would be the first legally binding initiative to clean up battery supply chains, and would force businesses to do more to protect workers, Indigenous communities and the environment.

Europe is the epicentre of the push towards a battery-powered future. Governments including the UK, Poland and Sweden are scrambling to construct multi-billion dollar battery “gigafactories”, and the European Investment Bank pledged €1 billion investment to the battery manufacturing industry in 2020. Many of the corporations that led the Second Industrial Revolution – the invention of the internal combustion engine, the mass growth of the car industry, and concurrent demand for oil – are now taking the reins of what they pledge will be a “Green Industrial Revolution.” It is imperative that this time, corporations recognize their impact on the planet and human rights, and factor this into their business models.

If the Battery Regulation is adopted, Europe would also be the epicentre of an energy transition that is genuinely clean and fair.

This article was originally published in EU Observer

 

Fuente de la Información: https://www.amnesty.org/en/latest/news/2021/02/corruption-and-child-labour-have-no-place-in-the-energy-transition/

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Dos tercios de países más pobres acortan presupuestos de educación debido a COVID-19, según informe

Mundo/28-02-2021/Autor(a) y Fuente: Spanish. xinhuanet. com

 A pesar de las necesidades de financiación adicional, dos terceras partes de los países de ingresos medio-bajos y bajos han reducido sus presupuestos de educación pública desde el brote de la pandemia de COVID-19, según un informe emitido el lunes por la UNESCO.

El Education Finance Watch 2021, publicado conjuntamente por el Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), señala que los presupuestos educativos no se ajustan proporcionalmente a los desafíos planteados por la pandemia de COVID-19, especialmente en los países más pobres.

En comparación, solo un tercio de los países de ingresos medio-altos y altos han reducido sus presupuestos, según el informe, añadiendo que estos recortes presupuestarios han sido «relativamente pequeños hasta el momento».

«Pero existe el peligro de que los recortes futuros sean mayores, ya que la pandemia sigue teniendo consecuencias económicas y las situaciones fiscales empeoran», agrega.

El informe anual señala que estas diversas tendencias implican una ampliación significativa de las «ya grandes disparidades de gasto» observadas entre los países de bajos y altos ingresos.

«La crisis de pobreza en el aprendizaje que existía antes de la COVID-19 se está volviendo aún más severa, y también nos preocupa lo desigual de dicho impacto», dijo Mamta Murthi, vicepresidenta de desarrollo humano del Banco Mundial, en un comunicado.

«La financiación externa es clave para apoyar las oportunidades educativas de los más pobres del mundo», afirmó Stefania Giannini, directora general asistente de educación de la UNESCO.

«Sin embargo, es probable que los países donantes encaminen su presupuesto de asistencia hacia sus prioridades nacionales, inclusive algunos ya han comenzado a hacerlo. La salud y otras emergencias también precisan de dichos fondos», dijo Giannini. «Prevemos un entorno difícil para los países que dependen de la ayuda a la educación».

La UNESCO estima que la asistencia educativa puede caer en 2.000 millones de dólares desde su máximo en 2020 y no volver a los niveles de 2018 hasta dentro de seis años.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2021-02/23/c_139761047.htm

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Mundo: La tecnología ‘Industria 4.0’ para el mundo post-COVID está impulsando la desigualdad: UNCTAD

Mundo/26-02-2021/Autor(a) y Fuente: news.un.org

Los países en desarrollo deben adoptar tecnologías innovadoras que han sido una herramienta fundamental para abordar la pandemia de COVID-19 o, de lo contrario, enfrentar desigualdades aún mayores que antes, dijeron  el jueves expertos en desarrollo económico de la ONU en la UNCTAD  .

“Muy pocos países crean las tecnologías que impulsan esta revolución, la mayoría de ellos se crean en China y Estados Unidos, pero todos los países se verán afectados por ella”, dijo Shamika Sirimanne, jefa de la División de Tecnología y Logística de la UNCTAD . «Casi ninguno de los países en desarrollo que estudiamos está preparado para las consecuencias».

El llamamiento, que se destaca en un nuevo informe de la UNCTAD  , se refiere a todas las cosas digitales y conectivas, las llamadas «Industria 4.0» o «tecnologías de frontera», que incluyen inteligencia artificial, macrodatos, blockchain, 5G, impresión 3D, robótica drones, nanotecnología y energía solar.

La edición de genes, otro sector en rápida evolución, ha demostrado su valor en el último año, con el desarrollo acelerado de nuevas vacunas contra el coronavirus .

Ayuda para drones

En los países en desarrollo, las herramientas digitales se pueden usar para monitorear la contaminación del agua subterránea, entregar suministros médicos a comunidades remotas a través de drones o rastrear enfermedades usando macrodatos, dijo Sirimanne de la UNCTAD.

Pero “la mayoría de estos ejemplos se mantienen a nivel piloto, sin que nunca se amplíen para llegar a los más necesitados: los pobres. Para tener éxito, la implementación de la tecnología debe cumplir las cinco A: disponibilidad, asequibilidad, conciencia, accesibilidad y capacidad para un uso eficaz «.

Ampliación de la brecha de ingresos

Con un valor de mercado estimado de $ 350 mil millones en la actualidad, es probable que la variedad de soluciones digitales emergentes para la vida después de COVID valga más de $ 3 billones para 2025, de ahí la necesidad de que los países en desarrollo inviertan en capacitación e infraestructura para ser parte de ella, Sirimanne. mantenido.

“La mayoría de las tecnologías de la Industria 4.0 que se están implementando en países desarrollados ahorran mano de obra en tareas rutinarias que afectan los trabajos de habilidades de nivel medio. Recompensan las habilidades digitales y el capital ”, dijo, señalando el aumento significativo en el valor de mercado de las plataformas digitales líderes en el mundo durante la pandemia.

Dividendos de innovación

“Las mayores ganancias las han logrado Amazon, Apple y Tencent”, continuó Sirimanne. «Esto no es sorprendente dado que un número muy pequeño de empresas muy grandes proporcionaron la mayoría de las soluciones digitales que hemos utilizado para hacer frente a varios bloqueos y restricciones de viaje».

Expresando optimismo sobre el potencial de los países en desarrollo de seguir la nueva ola de digitalización en lugar de verse abrumados por ella, el economista de la UNCTAD restó importancia a las preocupaciones de que la creciente automatización de la fuerza laboral corría el riesgo de dejar sin trabajo a las personas de los países más pobres.

Esto se debe a que “no todas las tareas de un trabajo están automatizadas y, lo que es más importante, a que se crean nuevos productos, tareas, profesiones y actividades económicas en toda la economía”, dijo Sirimanne.

‘Polarización laboral’

«Los bajos salarios … para las habilidades en los países en desarrollo más las tendencias demográficas no crearán incentivos económicos para reemplazar la mano de obra en la manufactura, todavía no».

Según la UNCTAD, durante las dos últimas décadas, la expansión de los trabajos con salarios altos y bajos, un fenómeno conocido como «polarización laboral», ha llevado a una reducción de solo un dígito en los trabajos de calificación media en los países desarrollados y en desarrollo (de cuatro y seis por ciento respectivamente).

“Por lo tanto, se espera que los países en desarrollo de ingresos bajos y medianos bajos estén menos expuestos a los posibles efectos negativos de la IA y los robots en la polarización del trabajo”, explicó Sirimanne.

No obstante, el organismo de comercio y desarrollo de la ONU advirtió que parecía haber pocas señales de que la desigualdad galopante se desacelerara en la nueva era digital, señalando datos que indican que la brecha de ingresos entre los países desarrollados y en desarrollo es de 40.749 dólares en términos reales en la actualidad, frente a los 17.000 dólares. en 1970.

Fuente e Imagen: https://news.un.org/en/story/2021/02/1085652

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