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Leer desde la empatía: Una propuesta para la educación literaria

Por: María Orozco Avila/Pluma Invitada

Es imposible probar que la lectura aumenta la empatía, sin embargo, se trata de una habilidad que sí es posible aprender y ejercitar en el aula. La escuela podría convertirse en un espacio para ponerla en práctica, a través de un diálogo honesto inspirado por la literatura infantil de calidad, que lleve a los estudiantes a imaginar cómo será estar en los zapatos del otro.

El año pasado me topé con un proyecto que se llama Empathy Lab, y que se vincula con la enseñanza de la literatura en la escuela. Me llamó mucho la atención su propuesta de trabajo ya que hacen de la empatía el eje que atraviesa su quehacer. Este es un tema que ha despertado mi curiosidad desde que leí que la lectura de ficción se relaciona con el desarrollo de la alfabetización emocional[1].

Empathy Lab define la empatía como la capacidad de imaginar y compartir los sentimientos y perspectivas de otras personas. Muchas veces se define como el estar en los zapatos de otras personas, pero esto es algo que no se puede lograr del todo. Lo que sí podemos desarrollar es nuestra habilidad para imaginar cómo se sentiría estar en esos zapatos. La empatía es también un elemento esencial en la educación, ya que construye las relaciones que cada estudiante necesita para aprender y sentir seguridad.

Qué importante es que el estudiantado desarrolle esta habilidad precisamente en estos tiempos, donde los discursos de odio y exclusión están a la orden del día. Y qué relevante también es darle otros enfoques a la educación literaria, que se centren más en fomentar el entendimiento entre las personas y el desarrollo de la imaginación, y menos en probar la comprensión lectora de las y los estudiantes.

Algo que me llama la atención es que escucho dos opiniones contrarias sobre la relación entre literatura infantil y empatía. Por un lado están quienes sostienen que leer ficción efectivamente desarrolla la empatía de quienes leen, pues les ayuda a estar en contacto con las emociones de otras personas[2]. Por el otro, estamos quienes sabemos que esto no se puede probar[3], y mucho menos puede ocurrir por generación espontánea, aunque haya personas confiadas en que sea algo que se pueda enseñar en la escuela, gracias al acompañamiento de docentes, bibliotecarios y mediadores de lectura.

Hay un riesgo enorme en romantizar los efectos de la lectura, pues leer no nos hace necesariamente mejores personas, y las personas lectoras no son buenas por naturaleza. ¿Qué tan empáticos eran, entonces, aquellos genocidas que tanto disfrutaban los libros? Quizá lo que valdría la pena pensar es que la enseñanza de la literatura en la escuela podría enriquecerse muchísimo si las y los estudiantes tuvieran la oportunidad de dialogar acerca de los personajes y sus experiencias de vida. Si bien, como ya dije, jamás podremos estar plenamente en los zapatos de otra persona, sí podemos imaginar cómo sería traer puestos sus zapatos. Y en esto la literatura infantil puede jugar un papel fundamental.

Mi propuesta de intervención tiene que ver con posibilitar que las y los estudiantes sean críticos ante lo que leen. No pretendo aquí argumentar que los libros infantiles –y en particular los que abordan valores– podrían enseñarles modelos de comportamiento positivos y, así, desarrollar su empatía. Tampoco que leer cualquier libro escrito para público infantil o juvenil basta para tener empatía.

La literatura infantil de calidad[4] está compuesta por obras que conciben a niños y niñas como seres capaces de cuestionar la realidad y no como entes a quienes los libros deben enseñarles valores. Por el contrario, lo que sugiero, es la importancia de motivarlos para que aprendan a expresar sus opiniones lejos de lo “políticamente correcto”. Porque sucede algo muy poderoso cuando permitimos a las y los estudiantes hacer conciencia de que toda lectura atraviesa nuestra experiencia personal: lo que somos, lo que conocemos, lo que hemos vivido.

La investigadora afroamericana Rudine Sims Bishop[5] desarrolló la metáfora de “espejos, ventanas y puertas” para las personas lectoras. Ella dice que los libros funcionan como espejos cuando ellas se ven reflejadas en los personajes y sus vivencias, y esto las lleva a conectarse con sus experiencias de vida; en ventanas cuando les permite asomarse a otras realidades, culturas o vivencias; y en puertas si las induce a cuestionar la realidad.

Por otro lado, resulta interesante que la empatía se componga de estos tres elementos, que hacen eco de esta metáfora: sentir, pensar y actuar. En primer lugar, se dice que la empatía requiere de conectar con los sentimientos de otra persona, lo que nos conduciría a tratar de imaginar cómo son esos sentimientos y cómo los vive esa persona. Por último, esto quizá nos inspire a acercarnos a ella o a sus semejantes y a comprender que la experiencia humana es algo compartido.

En ese sentido, para las y los estudiantes resulta más relevante conversar acerca de personajes y sus sentimientos, que responder a preguntas para valorar su comprensión lectora[6]. Estar obligados a contestar cómo se llamaba la mascota del protagonista o de qué color era su camisa, aniquila la curiosidad. También impide que la historia atraviese la experiencia vital de quien está leyendo, elemento indispensable para conectar con el texto. Esto nos permite también que un libro cobre sentido y que genuinamente queramos continuar con su lectura.

CRÉDITO: Jane Massey

El dialogar sobre experiencias de vida tan distintas a las propias –las cuales se pueden conocer a través de la lectura– afecta positivamente el deseo de seguir leyendo. También el escuchar a otras y otros compañeros que han atravesado situaciones similares a las de los personajes. Pues desde la empatía aparece la curiosidad por querer conocer el desenlace de un acontecimiento o la resolución de un conflicto. Esto puede llevar al entendimiento de que las personas, sin importar sus orígenes, no son tan distintas entre sí.

La literatura infantil puede ofrecer espacios simbólicos seguros para “soñar”, “descansar”[7] y “explorar” emociones complicadas en un ambiente contenido. Además, al hablar de lo que le ocurre a una diversidad de personajes sin referirse a sí mismos, las niñas y los niños pueden dar sentido a sus experiencias de vida sin miedo a sentir y expresar su vulnerabilidad. En otras palabras, al dialogar a partir de lo leído ocurre cierto distanciamiento que otorga a las personas lectoras la libertad de compartir sólo aquello que deseen compartir[8], en un espacio de contención que no se evalúa.

Pienso en el enorme potencial que tiene “evaluar” la comprensión lectora desde los elementos que llamaron la atención de las y los estudiantes, enfocándose más en las vivencias de personajes (sin importar si estos son humanos o no). Esto permitiría a cada estudiante conectar genuinamente con sus intereses y poner en práctica su pensamiento crítico. Aquí no se trata de decir simplemente si un libro les gustó o no, sino de imaginar cómo será la vida desde los ojos de alguien más. Ojalá las escuelas adopten estas prácticas para fomentar la educación literaria, y con ello la empatía y la comprensión lectora.

……………………….

María Orozco Ávila * Es integrante de MUxED, es especialista en Literatura Infantil. Egresada de la maestría en Literatura Infantil y Literacidades (University of Glasgow), como becaria Chevening, dirige el proyecto Pirinola Lectura, que busca acompañar en la crianza a familias, docentes e instituciones, por medio de la literatura infantil.

Referencias

Nikolajeva, M. (2013), “Did you Feel as if you Hated People?”: Emotional Literacy Through Fiction”, New Review of Children’s Literature and Librarianship, 19:2, 95-107.

Arizpe, E., Zárate, M., McAdam, J., e Hirsu, L. (2022), Estrategias de mediación cultural en emergencias, Cerlalc, Santiago.

Bishop, R.S. (1990), ‘Mirrors, Windows and Sliding Glass Doors’, Perspectives: Choosing and Using Books for the Classroom, vol. 6, no. 3.

Empathy Lab (s.f) disponible en: https://empathylab.uk/

Hammond, C. (2019) “Does reading fiction make us better people?”, BBC, disponible en: https://www.bbc.com/future/article/20190523-does-reading-fiction-make-us-better-people

Hirsu, L., Arizpe, E. and McAdam, J.E. (2020), ‘Cultural Interventions Through Children’s Literature and Arts-Based Practices in Times of Disaster: A Case Study of Reading Mediators’ Response to the Mexican Earthquakes (September 2017)’, International Journal of Disaster Risk Reduction.


[1] Nikolajeva, 2013.

[2] Hammond, 2019 y Empathy Lab, 2025.

[3] Nikolajeva, 2013.

[4] Por supuesto que a veces no es claro entender qué libro infantil realmente es de calidad. Por eso hago la invitación a las y los lectores para que se acerquen a las guías de recomendaciones que publican instituciones que, desde hace años, se encargan de la promoción de la lectura. Recomiendo en particular a IBBY México, al Banco del libro de Venezuela y a la Fundación Cuatro Gatos.

[5] 1990.

[6] Empathy Lab, 2025.

[7] Hirsu, L., Arizpe, E. and McAdam, J.E. (2020).

[8] Arizpe, E., Zárate, M., McAdam, J., e Hirsu, L. (2022).

Palabras clave

#MUxED #PlumaPurpura #Empatia #LiteraturaInfantil #Personajes #DialogoYEducaciónLiteraria

Pluma Invitada

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Reflexión: El cuidado como centro de la vida

Por: Luz Palomino/CII-OVE

En un mundo que avanza a ritmo vertiginoso, hablar de cuidados parece, para algunos, un tema menor. Pero detrás de cada cuerpo alimentado, cada niñ@ que aprende, cada enferm@ que sana o cada persona mayor que envejece con dignidad, hay un entramado invisible de tareas, afectos y presencias que hacen posible la vida. Hoy, en el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, la invitación es a mirar hacia ese universo que sostiene todo lo que somos, pero que rara vez ocupa los titulares.

“Cuidar es mantener, continuar y reparar nuestro mundo para que podamos vivir en él lo mejor posible”, escribió la filósofa Joan Tronto, una de las teóricas más influyentes del pensamiento ético del cuidado.

Una economía sostenida por manos invisibles

Durante décadas, el trabajo de cuidados ha sido la base silenciosa del sistema económico y social, pero sin reconocimiento ni remuneración justa. Según datos de la ONU, las mujeres realizan más del 75 % del trabajo de cuidado no remunerado en el mundo, lo que equivale a miles de millones de horas diarias de trabajo gratuito.

La socióloga y activista Silvia Federici ha denunciado que “el capitalismo se construyó sobre la expropiación del trabajo reproductivo de las mujeres”. En otras palabras, la economía formal solo existe porque alguien —en su mayoría mujeres— sostiene la vida desde lo doméstico y lo afectivo.

Sin embargo, en la actualidad emergen nuevos debates sobre la “democratización del cuidado”, entendida como una responsabilidad compartida entre el Estado, la comunidad, el sector privado y las familias. “Cuidar no puede seguir siendo una tarea femenina, ni una cuestión privada. Es una responsabilidad social y política”, subraya Marcela Lagarde, antropóloga mexicana y referente del feminismo latinoamericano.

Educar para cuidar: una urgencia ética

El ámbito educativo no puede permanecer ajeno a esta reflexión. Las escuelas, universidades y espacios formativos son, en sí mismos, lugares de cuidado: de las infancias, de los saberes, de los vínculos. Sin embargo, la pedagogía dominante ha privilegiado históricamente la razón y la competencia sobre la empatía y la cooperación.

Educar en y para el cuidado supone redefinir la idea de éxito y conocimiento, incorporando valores como la escucha, la interdependencia y la reciprocidad. Implica también repensar el rol docente: cuidar no solo como acompañar el aprendizaje, sino como construir condiciones de bienestar y dignidad dentro y fuera del aula.

En muchos países de América Latina, movimientos pedagógicos feministas y comunitarios vienen impulsando una educación que coloque la vida en el centro, reconociendo que enseñar también es un acto de cuidado y resistencia frente a las lógicas del mercado y la indiferencia social.

Hacia una cultura del cuidado

En tiempos de crisis ambiental, guerras y desigualdades crecientes, el cuidado se convierte en un horizonte político y ético indispensable. No se trata solo de cuidar a las personas, sino también a los territorios, los ecosistemas y las memorias colectivas.

“Sin una cultura del cuidado, no habrá futuro para nadie”, advirtió la filósofa española Victoria Camps, recordando que cuidar es un deber moral, pero también una forma de justicia intergeneracional.

Este 29 de octubre no se conmemora únicamente un día; se reivindica una mirada del mundo que nos invita a reaprender la ternura como fuerza transformadora. Como dice Lagarde, “cuidar es un acto de amor, pero también de poder: el poder de sostener la vida frente a la violencia y el abandono”.

El reto para nuestras sociedades —y en particular, para los sistemas educativos— es construir una pedagogía del cuidado, donde cada gesto de acompañamiento y cada vínculo humano sean entendidos como parte de una gran red que sostiene la vida.

Porque, en definitiva, cuidar y dejarnos cuidar es la primera lección de humanidad que tod@s deberíamos aprender.

Fuentes:

Naciones Unidas, ONU Mujeres, Tronto (1993), Lagarde (2001), Federici (2012), Camps (2020).

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Serie animada sobre docentes que inspiran la pedagogía crítica

El Centro Internacional Otras Voces en Educación (CII-OVE) parte de la membresía de CLADE comparte una serie de animaciones que presentan la vida de docentes que han aportado a las pedagogías críticas.

La CLADE se complace en destacar la reciente producción informativa del Centro Internacional Otras Voces en Educación (CII-OVE), cuyo seriado pone en valor la figura de docentes y especialistas en educación en la transformación por la inclusión social. Este seriado puede ser utilizado para el intercambio y el debate en diversos espacios de formación, promoviendo una educación dialógica que fomenta el pensamiento crítico entre estudiantes y las comunidades.

Las producciones animadas buscan alimentar la formación docente para el pensamiento crítico como uno de los desafíos más urgentes de la política educativa en América Latina, alineándose con el compromiso de CLADE en promover una educación liberadora. Se destaca la reflexión sobre las estructuras de poder y el rol de los y las docentes en la construcción colectiva de conocimiento y en la resistencia a los códigos culturales dominantes.

El seriado es una fuente de inspiración para procesos de formación y capacitación con un enfoque en la investigación de la propia práctica, alimenta la producción de nuevos significados en el ámbito de los derechos humanos. Al compartir estas narrativas se animan prácticas pedagógicas orientadas a la transformación social justa y humana desde el aula.

El seriado consta de las siguientes producciones:

 Más producciones en CII-OVE

Serie animada sobre docentes que inspiran la pedagogía crítica

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México: Sindicatos de educación media superior protestan en Cámara de Diputados; exigen 2 mil mdp para garantizar salarios.

El Frente Nacional de Sindicatos de Educación Media Superior se manifestó afuera de la Cámara de Diputados para exigir un presupuesto de 2 mil millones de pesos para el próximo año, a fin de garantizar los salarios de los trabajadores.
Por: Alexis Ortiz

El Frente Nacional de Sindicatos de Educación Media Superior se manifestó afuera de la Cámara de Diputados para pedir un presupuesto de 2 mil millones de pesos para garantizar los salarios de los trabajadores del próximo año.

Los trabajadores de instituciones como Conalep, telebachilleratos y bachilleratos llegaron a la Cámara de Diputados alrededor de las 10:30 horas de este martes. Desde un templete instalado en la puerta principal del recinto legislativo pidieron los recursos.

“Hemos llegado ante la casa del pueblo para exigir a las distintas comisiones del Congreso de la Unión que atiendan nuestra demanda. La demanda particular de cada uno de los subsistemas consiste en la radicación de 2 mil millones de pesos. Queremos que esos 2 mil millones de pesos sean radicados dentro del presupuesto bajo la consigna de abatir el rezago salarial”, expresó Celestino Jiménez, presidente nacional de trabajadores de telebachilleratos comunitarios.

Protestan maestros en Cámara de Diputados

Foto: Alexis Ortiz

Señalan discriminación por falta de presupuesto

Los trabajadores de nivel medio superior acudieron a la Cámara de Diputados previo a la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación 2026, que ocurrirá durante el próximo mes de noviembre.

En su mitin, criticaron que han sido “discriminados” por el gobierno federal, debido a que la falta de presupuesto provoca que no reciban sus pagos puntuales e impide que puedan ser basificados.

“Nos encontramos en la cámara de diputados para exigir este presupuesto de 2 mil millones de pesos para resarcir el daño a nuestro salario. No podemos tener maestros en prepas populares que no cuentan ni con un salario, no podemos tener a los maestros de Conalep que no tienen un nombramiento y les pagan por honorarios, no podemos tener un 40% de diferencia salarial que tienen otros subsistemas”, dijo Armando Vargas, secretario general de Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores de Colegio de Bachilleres.

Con la consigna de que no puede haber maestros “de cuarta”, los manifestantes exigieron tener una reunión con las presidentas de las comisiones de Educación y de Bienestar para hablar sobre el presupuesto de 2 mil millones de pesos para el próximo año.

https://animalpolitico.com/sociedad/sindicatos-educacion-media-superior-protesta-exigen-pago-salarios

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Uruguay: Docentes paran el martes 28 y miércoles 29 y ocupan algunos centros. Paro general.

La Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES) de Montevideo realizará este martes 27 y miércoles 28 de octubre un paro general que abarcará todos los liceos de la capital, con mayor impacto en la zona oeste de la ciudad.

La medida se enmarca en la lucha presupuestal del sindicato y tiene como principal objetivo reclamar la construcción de un nuevo liceo de bachillerato en el barrio La Teja.

En el marco de la jornada de paro, ADES acompañará la ocupación del diferentes liceos de la capital.

La presidenta de la Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES) de Montevideo, Verónica Méndez, explicó a El Observador que los profesores se van a «distribuir entre los liceos ocupados», motivo por el cual no se dictarán clases en ningún centro público.

La ocupación de «la mayor cantidad de liceos» responde a una resolución de la asamblea para «salir al barrio, hacer volanteadas y talleres de Presupuesto para explicar por qué estamos de paro«, agregó.

Además, desde el sindicato señalaron que el miércoles 29 adherirán al paro general parcial convocado por el PIT-CNT.

La central sindical PIT-CNT realizará un paro general parcial el miércoles 29 de octubre, entre las 9:00 y las 13:00 horas, acompañado por una movilización desde la explanada de la Udelar hasta el Palacio Legislativo, donde se leerá una proclama. La medida se enmarca en la discusión del presupuesto nacional y los reclamos del gremio.

Principales reclamos

El secretario general del PIT-CNT, José Lorenzo López, destacó que, aunque el presupuesto actual difiere del anterior, sigue siendo insuficiente. Entre los principales reclamos se encuentran:

  • La aplicación de un impuesto al 1% más rico de la población.

  • La reducción de la carga horaria laboral.

  • Aumentos y asignación de recursos en el presupuesto nacional, con un enfoque en los sectores más vulnerables.

https://www.elobservador.com.uy/nacional/docentes-liceos-montevideo-paran-48-horas-este-martes-y-miercoles-que-reclama-el-sindicato-n6022331

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800 millones de pobres, la principal deuda social planetaria

Por: Sergio Ferrari

30 años después, la segunda Cumbre para el Desarrollo Social

En menos de dos semanas arranca en Doha, Catar, la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social. Convocatoria marcada por la crisis del multilateralismo, así como por una fatiga inevitable tras tantos eventos de las Naciones Unidas con relativamente pocos resultados. A pesar de algunos avances sociales, los esfuerzos de dicha organización lucen frágiles debido a los estragos causados por la persistente pobreza mundial.

Esta será la segunda cumbre, a treinta años de la de 1995 en Copenhague, y entre el 4 y el 6 de noviembre reunirá a miles de representantes de gobiernos e instituciones internacionales y de la sociedad civil. El programa incluye una sesión oficial y una paralela. Esta última, con un día para el Foro de la sociedad civil y otro para el Foro del sector privado (https://social.desa.un.org/es/world-summit-2025/programme).Hasta la tercera semana de octubre, los medios de información poco se interesaron en la dinámica preparatoria de la Cumbre de Catar, desde ya eclipsada por una coyuntura mundial donde los conflictos en Palestina y Ucrania, así como la imposición unilateral de aranceles por Washington, parecen definir otras prioridades.

Desde Latinoamérica, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señala que tres décadas después de Copenhague esta nueva convocatoria busca evaluar el progreso alcanzado y definir nuevas estrategias para los desafíos actuales. Según la CEPAL, “persisten problemas como la pobreza, la desigualdad y la exclusión social en un contexto de crisis globales y cambios acelerados”, de allí la esperanza de que esta cumbre ofrezca una oportunidad clave para fortalecer compromisos y promover políticas que garanticen mayor cohesión social y movilidad económica. “América Latina y el Caribe, con una larga trayectoria en el debate sobre desarrollo social”, anticipa la CEPAL, “presentará propuestas para reducir la desigualdad y mejorar la inclusión social”. Como expresión de deseos esta organización latinoamericana espera que la cumbre sirva como plataforma para consolidar una perspectiva común que refuerce la gobernanza, la cooperación internacional y el papel de la sociedad civil en la implementación de políticas efectivas para el desarrollo sostenible (https://www.cepal.org/es/segunda-cumbre-mundial-desarrollo-social).

Tibios progresos, enormes deudas civilizatorias Con la mirada puesta en Catar, la segunda quincena de octubre la Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzó la campaña “Esto es justicia social” mediante una serie de videos con historias humanas que muestran el impacto de la justicia social en la vida de trabajadores, empleadores y comunidades (https://www.ilo.org/es/temas-y-sectores/justicia-social).

Algunas semanas antes, a fines de septiembre, en su Informe sobre el Estado de la Justicia Social en 2025 la OIT reconoció varios logros desde Copenhague 1995 hasta el presente. Por ejemplo, la disminución del trabajo infantil del 20,6% en 1995 al 7,8% en 2024 y el aumento del índice de finalización de la escuela secundaria en 22 puntos porcentuales desde 2000 hasta la fecha. Además, el hecho de que la pobreza extrema pasara de 4 de cada 10 personas en 1995 a 1 de cada 10 en 2023 y que la proporción de trabajadores pobres se redujera del 27,9 % en 2000 al 6,9 % en 2024. Sin embargo, la propia OIT reconoce enormes tareas pendientes y deudas sociales no resueltas. Fundamentalmente, que no se haya logrado erradicar la pobreza, como lo evidencian estos datos tan preocupantes: 800 millones de personas aún viven con menos de 3 dólares al día y una de cada cuatro carece de acceso al agua potable. El desequilibrio resultante sigue siendo una constante planetaria: el 1% más rico de la población mundial posee el 20 % de los ingresos y el 38% de la riqueza. En paralelo, la brecha entre la fuerza de trabajo masculina y la femenina mejoró muy poco desde 1995 y el índice de informalidad laboral se redujo apenas dos puntos porcentuales desde 2005, con un 58% de los trabajadores aún en empleo informal. Si de derechos humanos fundamentales se trata, la OIT constata un deterioro del derecho de asociación y de negociación colectiva, para mencionar tan solo dos.

Fatiga de Cumbres

A fines de mayo pasado, la agencia informativa IPS publicó un comentario analítico titulado “La Cumbre Social Mundial de 2025 no debe ser una oportunidad perdida”. Escrito a seis manos por Isabel Ortiz, Odile Frank and Gabriele Koehler, tres dirigentes femeninas de prestigio en instituciones internacionales miembros de la organización Justicia Social Global, el análisis señala que “En la sede de la ONU circulan rumores de que hay poca ambición en la Segunda Cumbre Mundial para el Desarrollo Social… (y que) diplomáticos y expertos hablan de una ‘fatiga de cumbres’ tras un calendario repleto de reuniones globales: la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2023, la Cumbre del Futuro de 2024 y la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de 2025” (https://www.un.org/pga/wp-content/uploads/sites/109/2025/04/Zero-Draft-clean-as-of-24-April-2025-12pm.pdf)

Además, deslizan que el Borrador de la Declaración Política de la Cumbre Social “carece de la ambición necesaria para enfrentar las múltiples crisis sociales que atraviesa nuestro mundo” (https://ipsnoticias.net/2025/05/la-cumbre-social-mundial-de-2025-no-debe-ser-una-oportunidad-perdida/).

Para estas tres coautoras, la realidad es contundente: “Hay demasiado en juego. El mundo ha cambiado dramáticamente desde la histórica primera Cumbre Social de 1995 en Copenhague. En aquel entonces, los líderes mundiales reconocieron la necesidad de un desarrollo centrado en el ser humano. Hoy, la urgencia ha crecido exponencialmente en un mundo fracturado y volátil”.

El punto clave del comentario es el análisis de la actual situación mundial, con una población que debe enfrentar múltiples crisis superpuestas: una policrisis pospandémica, una crisis del costo de vida que ha empujado a millones a la pobreza, la priorización del bienestar corporativo sobre el de las personas, un rápido deterioro democrático que agrava las desigualdades, una creciente emergencia climática y una prolongada crisis de empleo que, con toda probabilidad, se deteriorará drásticamente debido al uso de la inteligencia artificial (IA). Por otra parte, la confianza en los gobiernos y en las instituciones multilaterales se está erosionando, el descontento social y las protestas se multiplican y las desigualdades, tanto internas como internacionales, han alcanzado niveles grotescos. Por todo ello, coinciden, “Una declaración tímida [en la Cumbre de Catar de noviembre]… sería una traición a quienes siguen viendo en las Naciones Unidas un modelo de justicia y dignidad humana”.

¿Cómo evitarlo, se interrogan? Según ellas, la Declaración debe definir acciones vinculantes y compromisos explícitos para construir sociedades que funcionen y generen prosperidad para todos. Esto implica, entre otras iniciativas, “reducir las desigualdades de ingresos y riqueza que socavan profundamente la cohesión social, la gobernanza democrática y el desarrollo sostenible”. Además, reconocer la justicia de género como un pilar fundamental, sin la cual se estaría traicionando a la mitad de la humanidad y fracasando en su misión de promover los derechos humanos, la dignidad y el desarrollo sostenible.

Por otra parte, insisten Ortiz, Frank y Koehler, se debe garantizar servicios públicos universales y de calidad a través de sistemas financiados y gestionados con fondos públicos para proteger a los trabajadores, eliminar barreras a los servicios de calidad mediante una sólida inversión pública basada en una financiación más justa y proteger el desarrollo social de los recortes presupuestarios y la privatización.

Con respecto a la creciente precariedad de ingresos, proponen abordarla mediante la inversión en trabajo decente con derechos/estándares laborales y la extensión de sistemas y niveles de protección social universales. Y promover una economía del cuidado que apoye a la mujer y priorice el bienestar sobre el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Conceptualmente, sostienen, se debe reconocer las limitaciones de los paradigmas centrados en el crecimiento y en cambio adoptar políticas orientadas a la sostenibilidad ecológica y el desarrollo equitativo. No menos esencial en este panorama reivindicatorio es el combate contra los movimientos anti-derechos y anti-género y la reafirmación de los compromisos globales con los derechos humanos y la democracia.

El avance hacia la justicia social mundial confronta al planeta a sus propias contradicciones sistémicas, entre un ideal de mayor redistribución –con Estados sociales más fuertes – y un sistema hegemónico centralizador en lo económico y excluyente y discriminatorio en lo social.

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Del discurso al crimen: cómo el “antifeminismo” crece en América Latina y el Caribe

Por: Alejandra Rizzo

En los últimos meses, América Latina volvió a estremecerse frente a una ola de femicidios que expone la persistencia y la profundidad de la violencia machista en la región. Argentina, Uruguay y El Salvador registraron cifras alarmantes, pero más allá de los números, emerge un dato inquietante: los discursos antifeministas dejaron de ser marginales para transformarse en parte del poder político y mediático. Lo que antes se enunciaba en los márgenes digitales hoy circula desde los ministerios, los juzgados y los medios de comunicación, hasta las calles de América Latina y el Caribe.

Solo en 2024, al menos 4.854 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 17 países de América Latina y el Caribe. Es decir, 13 mujeres asesinadas por día. En Argentina, desde enero hasta septiembre de 2025, se registraron 178 femicidios, 1 cada 36 horas, según el Observatorio Ahora que sí nos ven. En Ecuador, la fundación ALDEA contabilizó 82 femicidios en apenas dos meses y medio. Detrás de cada cifra hay una historia de desprotección, impunidad y desidia estatal que habilitan tal violencia, y una estructura fascista que construye un sentido común contra la lucha feminista.

El fascismo como hilo conductor de la violencia patriarcal

El doble femicidio de Luna Giardina y Mariel Zamudio en Córdoba, Argentina, es otro ejemplo fiel del resultado de las prácticas que habilitan la violencia. El asesino de Luna y Mariel, Pablo Laurta, no es un desconocido: es el fundador de Varones Unidos, una organización nacida en Uruguay en 2015 que se presenta como ‘’defensora de los derechos humanos de los hombres’’, pero que en realidad funciona como un espacio de articulación del antifeminismo regional. Laurta no sólo impulsaba teorías conspirativas sobre la ‘’ideología de género’’, sino que además mantenía vínculos con figuras ultraderechistas como Agustín Laje y Nicolás Márquez, dos de los principales voceros ideólogos del pensamiento neofascista liberal en Latinoamérica, cercanos al presidente argentino Javier Milei.

La relación entre estos actores no es casual. Desde la Fundación Faro —el think tank encargado de librar la “batalla cultural” contra el feminismo, la educación sexual integral y el derecho al aborto presidido por Laje y creado por Milei— hasta los espacios religiosos y mediáticos que promueven el negacionismo de la violencia de género, existe un entramado político y económico que sostiene esta ofensiva. En Uruguay, los grupos vinculados a Laurta presionaron para modificar la Ley 19.580 de Violencia Basada en Género, y en Argentina el gobierno impulsa un nuevo Código Penal que tipifica las “falsas denuncias” por violencia, en línea con las demandas de organizaciones antifeministas. La senadora argentina, Carolina Losada, presentó incluso un proyecto para agravar las penas en esos casos, legitimando un relato sin evidencia: que las mujeres denuncian falsamente.

En México existen convocatorias “antifeministas” como las que circularon el 8 de marzo por grupos de varones conocidos como “Espartanos Unidos” y “Macho Alfa Stars” con el objetivo de contramarchar, provocar y frenar las actividades del movimiento feminista en torno al Dia Internacional de la Mujer.

Estos hechos no son aislados. Son parte de una estrategia regional, que se expande preocupantemente y combina desinformación, victimización masculina y una retórica que busca reinstalar la duda sobre quienes denuncian y sobre la razón de lucha de los movimientos feministas. Estos ‘’movimientos de varones” se organizan en redes sociales y espacios legislativos para disputar sentido, atacar la educación sexual integral, el derecho al aborto y las políticas de género para la igualdad. Su narrativa se nutre de los mismos recursos que los neo-fascismos de Europa y Estados Unidos: simplificación del conflicto, apelación a la emoción y demonización del adversario.

El problema no es solo el discurso, sino su institucionalización y legitimidad. Cuando una ministra de Seguridad, como Patricia Bullrich en Argentina, afirma públicamente que “el feminismo pisoteó a los hombres y eso generó que la violencia les vuelva en contra a las mujeres”, el Estado deja de ser garante de derechos y se convierte en reproductor del odio. Estas declaraciones legitiman la violencia, habilitan la crueldad y legalizan el desmantelamiento de las instancias de prevención y acompañamiento de mujeres y disidencias víctimas. En ese contexto, cada ataque deja de ser un hecho individual para volverse síntoma del sistema capitalista y patriarcal vigente.

La urgencia del feminismo popular y revolucionario

Es menester comprender que la lucha del feminismo revolucionario y popular de la región es sostenido por los pueblos, quienes vivimos en carne propia hace siglos la opresión del sistema patriarcal. Hoy los feminismos continuamos alzando la voz por las que no están, con el objetivo de poder construir un mundo sin opresores ni oprimidos. Pasando por el ‘’Ni Una Menos’’, el Aborto Legal, y el #YoTeCreoHermana, recordando las luchas por el voto femenino y el divorcio, seguimos exigiendo vidas más dignas.

El movimiento feminista a través de la historia ha puesto en cuestión las estructuras de poder y ha logrado avances concretos en materia de derechos. Esto amenaza la continuidad de sectores conservadores neo-fascistas que buscan restaurar viejas prácticas para poder disciplinarnos, y así seguir acumulando riquezas. Hoy, esos sectores se reorganizan con nuevas banderas, nuevos lenguajes y nuevas plataformas, pero con la misma raíz patriarcal capitalista.

El caso Laurta, como muchos, condensa ese giro: un militante antifeminista convertido en femicida, que encontró en el clima actual una legitimación social y política para su odio. No fue “un loco suelto”. Fue un actor dentro de un sistema que fabrica sentido, financia campañas de desinformación y capitaliza el malestar social para imponer miedo y disciplinamiento. Hoy más que nunca los feminismos populares y revolucionarios de la región debemos generar acciones directas, imponer así nuestras consignas y tomar las calles. Decimos que es urgente, no como una vana consigna, sino porque perdemos vidas en el camino. Reconocerlo no es solo una tarea del feminismo: es una urgencia popular. #QueArda.

Del discurso al crimen: cómo el “antifeminismo” crece en América Latina y el Caribe – Por Alejandra Rizzo

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