Page 2089 of 6675
1 2.087 2.088 2.089 2.090 2.091 6.675

Un multimillonario pagará los préstamos universitarios de cerca de 400 estudiantes en EE UU

América del norte/Estados Unidos/23 Mayo 2019/Fuente: El país

La cifra de la deuda de la promoción de 2019 de Morehouse College podría ascender a cerca de 40 millones de dólares

El episodio no es nuevo en la cotidianidad norteamericana. Un hombre hecho a sí mismo que considera casi un deber moral devolver parte de la fortuna que ha acumulado a la sociedad. En esta ocasión sucedió, y por sorpresa, el pasado domingo durante el llamado discurso de graduación que por estas fechas viven todas las universidades del país. Una figura relevante es la encargada de dar consejos a la nueva promoción que abandona la instrucción y entra en el vertiginoso mundo laboral. En el caso de los estudiantes estadounidenses, esa nueva vida suele iniciarse con una deuda que, según datos de 2018 de la Brookings Institution, se encuentra entre los 10.000 y los 40.000 dólares y se tarda en pagar no menos de 10 años.

Ni siquiera el cuerpo facultativo de la universidad Morehouse estaba al corriente de lo que iba a suceder. Cómo la vida de casi 400 jóvenes iba a cambiar por estar en el momento adecuado en el lugar adecuado. No todos son tan afortunados. El multimillonario Robert F. Smith intentaba mantener despierta a una audiencia que en algunos casos sucumbía al sopor de una tarde de calor en Atlanta, donde la promoción de 2019 se preparaba para lanzar sus virretes al aire tras finalizar su educación en Morehouse College, una universidad históricamente negra y solo para hombres.

El público anticipaba el clásico discurso cuando Smith, el financiero que fundó Vista Equity Partners, una firma de inversión de capital riesgo, se salió del guion y anunció su compromiso de asumir pagar toda la deuda que los 396 alumnos de la promoción de 2019 habían contraído para estudiar. A falta de confirmación, se especula con que el total estimado asciende a los 40 millones de dólares. La fortuna de Smith se cifra en más de 50.000, según Forbes, lo que le convierte en el individuo negro más rico de EE UU, superando a la mediática Oprah Winfrey.

Morehouse College

@Morehouse

«My family is going to create a grant to eliminate your student loans!» -Robert F. Smith told the graduating Class of 2019 @RFS_Vista

12.3K people are talking about this

Las reacciones tras el anuncio del señor Smith tardaron unos segundos en hacer mella entre los asistentes. Los alumnos -y sus familias- se miraban perplejos entre ellos esperando la confirmación de que lo que acababan de oír era correcto. Suponía toda una liberación. Según recogen los medios norteamericanos, hubo llantos de felicidad, vítores, caras de absoluta sorpresa y algún padre que este lunes anunció en su empresa su retiro, tras no tener que seguir trabajando otra década más para poder ayudar financieramente a su hijo. Era el caso de Jason Allen Grant, 22 años, con 45.000 dólares de deuda universitaria. “Mi padre casi se desmaya”, declaró Grant al diario The Washington Post.

El fenómeno de la filantropía es tan americano como el pastel de manzana, define una activa participación ciudadana, tiene influencia en la creación de políticas sociales y enfrenta crisis humanitarias. En el libro Filantropía en América, el autor Oliver Zunz expone la poderosa fuerza integral que supone la filantropía en una sociedad que se jacta de no deberle nada al Estado y cuyas raíces están en fundaciones como la Rockefeller, en ciudadanos movidos por causas integrados en la Cruz Roja o individuos como Bill Gates o George Soros.

“Vamos a echar un poco de gasolina en vuestro autobús”, declaró el filántropo Smith sin que nadie pudiese aventurar el regalo que estaba a punto de llegar. “Esta es mi clase, la de 2019”, prosiguió el inversor, quien recibía a la vez un doctorado honorario. “Y mi familia va a crear una beca para eliminar los préstamos que los estudiantes habéis adquirido para poder llegar hasta aquí”, continuó Smith.

Pero el obsequio, la ofrenda de este inversor de 56 años que en el pasado ya había donado 1,5 millones a Morehouse, tiene letra pequeña, un compromiso. “Sé que mi clase lo pagará en el futuro”, dijo Smith, refiriéndose a la necesidad de que quien ahora recibe ayuda sea capaz de cuidar de los que vienen después y contribuyan a mejorar la vida de otros estadounidenses negros.

“El éxito tiene muchos padres”, continuó. “Y aunque habéis trabajado muy duro para llegar hasta donde habéis llegado ahora, todavía os queda mucho camino por delante para ayudar a otros. Somos el producto de una comunidad, de un pueblo, de un equipo”, prosiguió, no sin antes añadir una última recomendación: “Pase lo que pase, nunca, jamás os olvidéis de llamar a vuestra madre. Y me refiero a llamar, no a textear”, concluyó entre risas.

¿QUIÉN ES MÍSTER SMITH?

No es un Rockefeller, ni su apellido es Gates o Soros. Es un Smith, un García español, un Amancio Ortega que triunfó más allá de lo imaginable en el proyecto por el que apostó. El hombre negro más rico de EE UU creció en un barrio predominantemente negro de clase media en Denver (Colorado). Sus padres tenían ambos doctorados. Su ambición le llevó a estudiar en la prestigiosa Cornell. Apasionado de la música, posee uno de los pianos de Elton John y en su boda con la actriz y antigua modelo de Playboy Hope Dworaczyk actuaron Seal y John Legend. Uno de sus hijos se llama Legend, en honor a este último músico. El otro se llama Hendrix.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/sociedad/imagenes/2019/05/20/actualidad/1558372692_281427_1558372909_noticia_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/05/20/actualidad/1558372692_281427.html

Comparte este contenido:

Colombia: Tres increíbles experiencias de profesores que usan tecnología en el aula

América del sur/Colombia/23 Mayo 2019/Fuente: Semana

Ser un profesor innovador en tecnología en Colombia no es cosa fácil. La conectividad y el acceso a dispositivos en las escuelas sigue siendo bajísimo. Solo el 47% de los estudiantes colombianos tiene conexión a Internet en su colegio y, en promedio, hay un computador por cada siete estudiantes.

Sin embargo, algunos profesores innovadores se la rebuscan invirtiendo su propio dinero, creando gafas de realidad virtual y prototipos de ingeniería de materiales reciclables y diferentes tipos de estrategias encaminadas a incentivar el conocimiento tecnológico.

El uso de tecnología no solo será fundamental en la vida laboral y universitaria de los jóvenes, sino que ayuda a motivarlos con el aprendizaje, con el desarrollo de sus competencias socioemocionales y su proyecto de vida.

SEMANA Educación quiso resaltar las historias de tres maestros que usan la tecnología de forma creativa para potenciar el aprendizaje de sus alumnos y que participaron este año, por sus pedagogías disruptivas, en el evento Microsoft Education Exchange en París.

Hernán López
Viajar por Skype

Cuando este profesor de Ciencias Sociales llegó al colegio Marsella, en la localidad de Kennedy, en Bogotá, empezó a pensar cómo superar los retos que veía: los estudiantes no estaban motivados con las clases, no les interesaba la historia y ‘capaban’ mucha clase.

Hace dos años, tuvo la idea de contactar por medio de Skype a otros docentes de otra parte del mundo. Pensó que sí debía enseñar política internacional, qué mejor que de las bocas de quienes la viven.

“Yo quería que mis estudiantes supieran qué es que lo que está pasando en la crisis política de Nicaragua, así que me contacté a través de Twitter con un periodista de Managua, y él les explicó desde su celular qué estaba pasando. Les mostraba cuál era las calles donde habían sido las protestas”, cuenta el profesor.

Una vez nos comunicamos con un profesor en el Cairo, y él les mostró las pirámides, entró, les hizo el recorrido por la ciudad. Y a la siguiente clase, cuando les digo que vamos a ver el Islam, pues el tema se ve solo, porque ellos ya quieren saber qué fue lo que vieron, por qué había personas con hiyab y comprender cómo es que otras personas viven en otras partes del mundo”.

Cuando estaban aprendiendo sobre dictaduras en América Latina, hablaron con una representante de las Madres de la Plaza de Mayo. La entrevistaron y conocieron su experiencia de primera mano.

Otra modalidad del proyecto es Mystery Skype, un juego en el que deben adivinar en qué país está el profesor con el que están haciendo la videollamada: “una vez adivinan, hacen un intercambio cultural. Acá les hacemos una presentación a la otra clase, cuáles son las costumbres acá de Colombia y la otra clase les enseña a los chicos qué se come allá, cómo se viste, etc.”, cuenta.

Hoy sus estudiantes se han contactado con más de 30 países, calcula López. “Se han dado cuenta que los derechos que ellos tienen como ciudadanos y que dan por sentados, en otros países hay quienes no los tienen. Y que a pesar de las dificultades que tenemos como país, tenemos democracia. Eso saca a mis estudiantes de Kennedy para estar en una esfera mundial, donde los derechos son una cosa muy frágil que hay que hacer lo posible por conservarlos”, concluye López.

Involuntariamente, también han aprendido inglés, al esforzarse a hablar con otros estudiantes y profesores por las videollamadas. “Al principio yo les traducía todo, porque el nivel de inglés no era tan bueno. Pero he visto que los estudiantes cada vez más se animan a hablar ellos”

Entre 2017 y 2018 la pérdida de la asignatura se redujo el 60% gracias al proyecto. Principalmente, porque mejoró drásticamente las asistencia a clase. Como los estudiantes no saben cuándo habrá una videollamada, procuran ir siempre.

Pero el logro más grande, en opinión del profesor, es que el proyecto les ha “abierto el mundo”.

Por ejemplo, han contactado egresados del colegio que hoy viven en Europa, y les demuestran que estudiando y trabajando duro pueden viajar a cualquier parte del mundo, a pesar de las limitadas condiciones socioeconómicas de muchos. Ahora, el profesor ve en ellos deseos de explorar, viajar, salir del país.

“Muchos puede que no estudien nada relacionado con las ciencias sociales, pero más allá de los conocimientos que desarrollan lo que están aprendiendo son habilidades para la vida: el liderazgo, el pensamiento crítico, la ciudadanía global, la conexión tecnológica. Y esas cosas les va a servir para cualquier cosa en que se desempeñen en la vida”, dice.

John Cifuentes
Enseñar con el juego

John Cifuentes enseña Lenguaje en colegio Diego Echavarría Misas, en Itagüí, pero siempre le gustaron los juegos y la computación. Por eso tuvo la idea de hacer su clase más interactiva y atractiva para los estudiantes mediante la gamificación.

Probó con varias aplicaciones para llevar al salón de clase, como Hazoot o Class Craft, pero finalmente se terminó decidiendo por Minecraft.

En este juego, las personas pueden moverse en un mundo digital y construir prácticamente cualquier cosa. El profesor se inventó un mapa educativo en el que los estudiantes se conectan e investigan temas de la clase de Español.

Por ejemplo, cuando estaban estudiando literatura de la Edad Media, diseñó un mapa medieval que los estudiantes recorren y encuentran textos alusivos a la malla de lectura. “El estudiante debía ir buscando casa por casa, hablando con los personajes y estos le iban dando información de los escritores que estábamos trabajando”, explica. También les pone pruebas, donde el estudiante avanza en un laberinto y debe responder bien preguntas de clase para encontrar la salida.

En el mundo, cada vez son más los profesores que usan las posibilidades educativas de este juego -Hidekazu Shoto, uno de los 10 finalistas del Global Teacher Prize, la usa para enseñar inglés-. “Minecraft muchas veces se usa para áreas como las ciencias exactas, pocas veces se usa para las humanidades”, dice Cifuentes.

Gracias a esto, sus estudiantes mejoraron en promedio 60% en las pruebas de Lenguaje. La lectura literal pasó de 25,5 a 95 puntos, la inferencial de 28 a 84 y las competencias de lectura de 26,8 al 88.

“Mi sueño es que la plataforma se pueda convertir un día en una Escuela de Minecraft, donde el estudiante, desde cualquier lugar del mundo, pueda ingresar desde su casa, conectarse con otros jóvenes y quiera aprender, no solamente de Español, sino sobre cualquier área”, comenta.

Camilo Andrés Cardona
Tecnología en el resguardo

El profesor Cardona desarrolló Proyectivida en la institución educativa El Águila, en Belalcazar, Caldas, donde la mayoría de la población es de origen indígena Embera Chami. La idea del docente era apoyar el proyecto de vida de los estudiantes, teniendo la tecnología como vehículo.

Al principio buscó desarrollar junto con los alumnos unas gafas de realidad virtual con materiales reciclables para que los muchachos pudieran imaginar cómo eran sus sueños profesionales.

“Tenía un estudiante que quería ser astronauta entonces podían ver viajes al espacio en 3D. Otro quería ser médico y podía recrear una cirugía”, cuenta Andrés Cardona.

“Ellos no veían para qué ir a la escuela. Por eso nació el proyecto, para aumentar su motivación y ayudarlos en su proyecto de vida”, dice. Con su proyecto, hoy se redujo la deserción en un 50%.

Por otro lado, los resultados de las pruebas Saber 11 mejoraron, y, el año pasado, fueron los mejores del municipio. Un logro no menor si se tiene en cuenta que compiten con otras escuelas donde el español es la lengua materna.

“Logran manejar bien la tecnología en medio del resguardo. Uno cree que para trabajar en tecnología debe tener muchas herramientas para desarrollar e innovar. Pero esto prueba que lo que tenemos lo podemos aprovechar y optimizar lo que tenemos. Hemos logrado mucho con recursos escasos”, explica el profesor.

Imagen tomada de: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2019/5/15/615437_1.jpg

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/como-usar-la-tecnologia-en-el-aula/615443

Comparte este contenido:

Chile: Amaranta Gómez. ¿Cómo es la primera escuela para alumnos transgénero de América Latina?

América del Sur/Chile/23 Mayo 2019/Fuente: Semana

Esta escuela, ubicada en Chile, tiene 39 estudiantes, de los cuales 22 se catalogan como trans. No creen en catalogarlos como niños o niñas. “El género no es tan estático como pensamos”, opina su directora.

«Tú sabes quién eres. Cuando empecé a crecer, y mi familia comenzó a comprarme cosas femeninas, como vestidos o me incentivó a usar el cabello largo, maquillaje y esas cosas, empecé a sentirme como si no fuera yo».

Las palabras son de Mateo, un niño chileno de 17 años que hoy forma parte de la primera escuela de América Latina creada para alumnos transgénero, llamada Amaranta Gómez.

El establecimiento educacional, ubicado en la comuna de Ñuñoa, en Santiago de Chile, tiene 39 alumnos de los cuales 22 se identifican como trans.

El resto, son cisgénero, es decir, menores cuya identidad de género coincide con el sexo que les fue asignado al nacer. Ellos son los amigos y familias de los niños trans.

Mateo se integró a Amaranta el año pasado, luego de que comenzara su transición y decidiera dejar su anterior escuela donde estudiaban sólo niñas.

«Cuando salí, se lo tomaron muy bien, pero no pudieron ayudarme como yo lo necesitaba. Así que decidí dejar esa escuela», explica.

Como Mateo, muchos de los alumnos que estudian en Amaranta llegaron aquí tras no sentirse identificados con la educación tradicional.

«No me sentía cómoda en mi colegio porque era como invisible, nadie hablaba de lo trans», afirma una de las estudiantes del colegio.

Otra de las alumnas agregó que en su escuela anterior «no había respeto tanto de los profesores como de los alumnos».

Libertad
El establecimiento abrió sus puertas en abril del año pasado.

El primer día de clases, llegaron sólo cinco alumnos y hoy, tras un crecimiento exponencial de sus estudiantes, ya cuentan con dos aulas, una para jóvenes de 12 años en adelante y otra para los más pequeños.

El instituto depende de la Fundación Selenna, una organización que busca proteger los derechos de niños, niñas y jóvenes transgénero.

Evelyn Silva, directora de Amaranta, cree que el género «no es tan estático como pensamos: o eres un niño o una niña».

«Los niños van de un lado al otro, son más libres que nosotros. Creo que como padres o personas mayores, siempre queremos decirles lo que son. Eres un niño, ¿verdad? Dime. Pero a veces ellos no saben, sólo quieren jugar, sólo quieren crecer y ser felices», explica.

Estudios han planteado dudas respecto al transgenerismo en la infancia, sugiriendo que muchas veces la identidad de género en la pre-pubertad y pubertad no es la misma que diez o veinte años después.

Al respecto, la directora de la escuela señala que ese planteamiento no les «importa mucho».

«Aquí en la escuela los niños son quienes quieren ser ahora. Nosotros educamos desde las personas y sus emociones, y eso toma tiempo. Toma tiempo que los niños aprendan que acá se puede jugar, se pueden reír, se pueden rayar las manos, pero además están aquí para aprender», dice.

«Ser yo mismo»
Consultado por BBC sobre lo que significa ser trans, Mateo, el niño de 17 años, dijo: «Para mi es sólo algo normal, es sólo ser yo mismo».

Uno de sus compañeros, en tanto, agregó: «Ser trans es como ser más libre». Mientras otro de los alumnos, manifestó: «Es ser tú mismo y confiar siempre en ti. Si tú quieres ser trans, puedes, porque es tu cuerpo».

El nombre del primer establecimiento transgénero del mundo viene deAmaranta Gómez, una activista mexicana que se define como muxe, un concepto de la cultura zapoteca y que se refiere a personas que tienen una identidad construida desde lo femenino, pese a haber sido asignados a un sexo masculino.

A principios del año pasado, Gómez estuvo en Chile y en su honor la escuela fue bautizada con su nombre.

Al ser consultada por BBC sobre cómo se definiría ahora, estando en esta escuela, una de las niñas responde: «Soy una persona valiente».

Imagen tomada de: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2019/5/17/615802_1.jpg

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/amaranta-gomez-como-es-la-primera-escuela-para-alumnos-transgenero-de-america-latina/615803

Comparte este contenido:

España: El abrazo de los Pueblos, las Personas y los Derechos Humanos

Por: Vientos Sur/Juan Hernández Zubizarreta/22-05-2019

5M Un espacio de denuncia y solidaridad

El pasado cinco de mayo miles de personas nos reunimos en Durango (Bizkaia), con un doble motivo: denunciar la barbarie silenciosa que se va asentando en Europa, por un lado, y expresar un encuentro entre iguales, sin importar la raza, el país de origen, la situación administrativa o si tienen o no “papeles”, por el otro. En todo momento estuvo presente la denuncia radical de las causas que provocan los desplazamientos forzados, así como la solidaridad como expresión de encuentro y reivindicación.

Es pronto para hacer un balance de lo ocurrido el pasado 5 de mayo, dada su dimensión, escala y proyección internacional. No obstante, aquí van algunas reflexiones que confiemos ayuden a fortalecer nuestras estrategias de lucha de cara al futuro.

Un primer elemento a tener en consideración es el carácter novedoso de la movilización. Hemos intentado superar las clásicas maneras de “manifestarnos” en nuestra tierra, y hemos conseguido enlazar la firmeza de la denuncia con la emoción y la construcción de simbología propia. En definitiva, un nuevo punto de encuentro entre formas históricas de hacer y espacios para mostrar nuestros sentimientos y nuestra solidaridad.

Bajo esta premisa, pusimos en marcha 8 columnas que atravesaron el pueblo de Durango acompañadas de dos voces que leían los nombres de las 35.000 personas asesinadas en el Mediterráneo en las últimas décadas. La música, el silencio, la solemnidad, el caminar con las manos entrelazadas, el abrazo inicial entre una mujer vasco-palestina y una superviviente del bombardeo franquista de Durango, etc. conformaron un conjunto de actos y símbolos, un todo, difícil de precisar en palabras, pero lleno de radicalidad y de solidaridad entre iguales.

Las diferentes columnas representaban la conjunción de causas que provocan los desplazamientos forzados, así como los quehaceres cotidianos de los movimientos sociales: feminista; ecologista-baserritarra; pensionista; cultura y euskera; sindicalista; antimilitarista; Euskal Herria tierra de acogida.

Y una última columna sobre la memoria de las personas desaparecidas en el Mediterráneo, en el desierto del Sahara, etc., encabezada por 30 compañeros y compañeras con el rostro tapado, que representaban un grito silencioso por el reconocimiento de las miles de personas desaparecidas. Explicitaban el dolor de quienes han perdido a sus seres queridos -sin registro alguno y sin posibilidad de despedirles con dignidad- y que no encuentran amparo efectivo de ningún tipo. Ni memoria, ni verdad, ni justicia, ni reparación.

De este modo, el mensaje que trasladaron es que no podemos olvidar el dolor emocional y la destrucción en vida de millones de personas cuyo único delito es intentar sobrevivir. ¿Cómo se puede evaluar tanto sufrimiento? Cuando perdemos a un ser querido, a uno solo, sentimos que el tiempo y el espacio alcanzan otra magnitud, por eso no queremos que los datos y los análisis empañen -en ningún caso- la verdadera dimensión de lo que pretendíamos representar en esta columna. Ponerles rostro y voz a esas personas debe ser primordial en todo acto de solidaridad y de denuncia.

Por eso les recordamos en silencio y nos cogimos de las manos gentes de todo lugar y condición, como gesto que refleja lo que nos une y no lo que nos diferencia. También, como forma de construir simbólicamente alianzas desde abajo y por las de abajo, que nos permitan enfrentarnos al crecimiento de las ideas neofascistas.

En segundo término, destacaríamos que quienes hablaron en nombre de las diferentes columnas fueron mayoritariamente mujeres. Sus discursos combinaron la radicalidad de la denuncia con la emoción de sus palabras, y su abrazo fue el preludio del abrazo colectivo posterior. Además, la presencia del euskera fue natural y muy contundente a lo largo del desarrollo de todo el acto. Estos dos hechos fueron fruto de la construcción colectiva del acto de Durango. Ni más, ni menos.

Tercera reflexión: las miles de personas que se acercamos a Durango el 5M demuestran la capacidad de movilización y el músculo activista que sigue vivo en estas tierras. Entre estas cinco mil personas fueron muchas las migrantes llegadas de diferentes pueblos de Euskal Herria, lo que nos permite profundizar en la idea de solidaridad horizontal y en el encuentro entre iguales. Llegaron de Artea, Arrigorriaga, Bermeo, Gernika y de otros pueblos y barrios de Euskal Herria, donde la solidaridad se ha transformado en proyectos concretos de construcción de comunidad y de vida cotidiana contra el racismo y la xenofobia. Como señala Yayo Herrero, se trata de aprovechar el trabajo de los movimientos sociales pueblo a pueblo, barrio a barrio, que cada día pone la base empírica capaz de transformar diferentes experiencias en políticas públicas.

En esta línea, fue muy significativa la variedad y mezcla de edades y generaciones, lo que resulta especialmente llamativo, además de muy esperanzador para quienes pensamos que esta es una carrera de muy largo recorrido. También recordamos la necesidad de transitar de la “tranquilidad de las conciencias” hacia la “toma de conciencia”, desbrozando nuevos caminos para que quien se acerca a la solidaridad por compasión transite hacia la solidad por justicia.

Otra reflexión significativa, la cuarta: el carácter autogestionado y autofinanciado del acto. La gente y las organizaciones sociales han sido las únicas protagonistas de lo ocurrido en Durango. Además, la horizontalidad en la toma de decisiones, el consenso y el carácter deliberativo de todas y cada una de las actividades es una seña de identidad muy reseñable.

En quinto y último lugar, destacamos la lógica de proceso y su escala internacional: la abrazada de los pueblos, las personas y los derechos humanos no es un hecho aislado, forma parte de una red de movilizaciones de carácter internacional y en el seno del Estado Español. Más de 35 ciudades y más de 250 organizaciones forman parte de la articulación de múltiples abrazos a lo largo del continente europeo.

Todo ello en el marco de unos contenidos expresados en el manifiesto que han guiado la campaña y que se centran en dos ideas-fuerza: el combate contra el neofascismo y la defensa de los derechos de las personas migrantes y refugiadas.

¿Por qué movilizarnos contra el neofascismo? Porque creemos que en la coyuntura europea nos encontramos ante un escenario donde el autoritarismo extremo de los gobiernos europeos y de las instituciones comunitarias está dando paso a un nuevo espacio neofascista donde poco a poco se van consolidando hechos que dinamitan los derechos humanos y la vida misma.

Vemos con estupor como se instala la necropolítica, es decir, dejar morir a miles de personas inocentes, racializadas y pobres; las prácticas racistas; las deportaciones en masa; los tratamientos excepcionales a determinados colectivos; la fragmentación de derechos según categorías de personas; la criminalización de la solidaridad y de la pobreza; la persecución de la disidencia; el agravamiento de las prácticas coloniales; las agresiones sexuales y crímenes machistas; las expropiaciones colectivas por medio del pago de la deuda externa; las expulsiones de millones de personas donde el nivel del mar se está, literalmente, “comiendo” la tierra habitada o donde las empresas transnacionales amputan sus recursos naturales etc. Todas estas prácticas se convierten en regla y no en excepción.

Además, no podemos olvidar que el racismo ha formado parte de las políticas coloniales históricamente, y que estas políticas han regulado la distribución de la muerte y han hecho posible lo que Mbembe denomina la larga noche del mundo africano postcolonial. Así, en numerosos países se están apuntalando las bases programáticas de la xenofobia, mediante la construcción de restricciones manifiestas respecto a quien pertenece a la comunidad nacional y quien no, lo que provoca la exclusión legal del “extranjero pobre”.

En el momento de escribir estas líneas aparece una doble noticia: por un lado, mueren más de setenta personas en el naufragio de una patera frente a la costa de Túnez. Por el otro, el barco Mare Jonio de la plataforma humanitaria Mediterráneo Saving Humans ha desembarcado 30 personas rescatadas este jueves en suelo italiano. La Guardia de Finanzas ha incautado el buque humanitario.

¿Cómo tipificamos estos hechos? ¿Cómo calificar el plan del gobierno español de enero 2019, que contempla evitar el patrullaje activo de Salvamento Marítimo en las costas mediterráneas e impedir que zarpen los barcos de ONG dedicados al rescate? A partir de ahí, el gobierno delega su responsabilidad en Marruecos, Libia y en Salvini. Ha decidido quién es fácilmente sustituible y quién no. Las personas migrantes «irregulares» no resultan rentables ni electoral, ni políticamente. Este plan es, sin duda, una práctica neofascista.

Los gobiernos y las instituciones no sólo están eliminando y suspendiendo derechos, también los están reconfigurando y decidiendo quienes son sujetos de derecho y quienes quedan fuera de la categoría de seres humanos. Eso provoca una nueva etapa en la destrucción del sistema internacional de los derechos humanos. Y todo ello tiene una profunda conexión con la lógica colonial y racista de diferentes derechos para diferentes categorías de personas. En esta línea, la frontera expulsa y filtra migrantes dando lugar a la guerra entre pobres, a limbos jurídicos, laberintos burocráticos, mercados clandestinos de visados versus recuperación de la categoría de ser humano y espacios de no derecho.

Parece que los valores de los años 30 han resucitado, y la teoría nazi de Goebbels de proteger a los humanos de los infrahumanos regresa con toda su fuerza, de la mano de regímenes formalmente democráticos y bajo la estela de un nuevo neofascismo.

En Durango hemos construido un nuevo eslabón en la articulación de redes locales, estatales y europeas en la defensa de los derechos de las personas migrantes y contra el neofascismo. Nos esperan nuevas iniciativas, y de entrada, el próximo verano denunciaremos la cumbre del G7 en Euskal Herria. A su vez, la Caravana Abriendo Fronteras volverá a emprender su ruta de denuncia y solidaridad. Durango demuestra que, pese a la asimetría de la lucha, nos estamos preparando para defender la vida de manera radical.

*Fuente: https://vientosur.info/spip.php?article14813

Comparte este contenido:

Venezuela: Autoridades no consideran a la educación un área esencial

Por: Efecto Cocuyo/María Victoria Fermín Kancey/22-05-2019

Educación incompleta. La hija de Iris Gil, de 16 años de edad, estudia bachillerato en el turno de la tarde en un pequeño colegio privado en la parroquia San Pedro de Caracas. Habitualmente veía clases de 1:00 a 5:30 pm, pero desde que el Gobierno de Nicolás Maduro creó un “horario especial laboral”, como parte de un plan frente a la emergencia eléctrica, toda su jornada ha sido trastocada.

La primera vez que el país supo de este nuevo horario fue el pasado 31 de marzo, donde se dijo que la jornada de trabajo en el sector público y privado debía culminar a las 2:00 pm. Posteriormente, el 22 de abril, se anunció que en el caso de los planteles debían cerrar sus puertas a las 12 del mediodía.

A través de alocuciones o mensajes en Twitter la medida se fue prolongando, haciendo caso omiso a las críticas de organizaciones que defienden el derecho a la educación. Lo último que se conoce, a través de un decreto en la Gaceta OficialNº 41.623, es que las actividades educativas deben impartirse entre 7:00 am y 2:00 pm “hasta el período que acuerde el Ejecutivo”.

Formación a medias

Gil detalló que en el colegio de su hija, donde los alumnos de tercero a quinto año ven clases exclusivamente en la tarde, inicialmente no fueron tan estrictos sobre la medida.

“En un principio las autoridades del ministerio (de Educación) alegaron que podían cumplir su cronograma habitual si se comprometían a no utilizar electricidad. Sin embargo, recientemente, volvieron a acudir al colegio y ordenaron acatar el horario hasta las 2:00 pm”, contó.

La única recomendación que les dieron fue priorizar “las materias más relevantes”. El plantel acordó, entonces, reducir parte del horario del turno matutino para que los alumnos de la tarde asistieran entre las 12 del mediodía y 2:00 pm, en las que reciben tres de las seis horas académicas de clases que establecía su cronograma.

Desmotivación

La madre consideró que esta situación afecta a la adolescente y sus compañeros porque estos “se sienten desmotivados”. Además, a veces ocurre que los profesores faltan y de igual forma no ven clases. “En el caso de los alumnos de quinto año se enfrentan a la culminación de esta etapa, con expectativas de entrar a la universidad y sienten que reciben una educación incompleta”, agregó.

El colegio informó a los padres que les enviarán guías para reforzar el aprendizaje de los muchachos en casa: “Siento que nos piden garantizar algo que debería hacer el Estado. Mi esposo y yo somos profesionales pero hay áreas que no manejamos tan bien y no contamos con la experiencia en pedagogía”, dijo la representante.

Desestimó que, a seis semanas de culminar el año académico, se implementen medidas para resarcir el daño causado: “Pregunté si había planes de extender el calendario escolar y la respuesta fue negativa”.

Sin tiempo para aprender

La ONG Cecodap, dedicada a la promoción y defensa de los derechos de la niñez y adolescencia, rechazó este miércoles, 15 de mayo, la extensión “de manera indefinida” del horario laboral especial para el sector educativo, al considerar que la medida afecta a planteles públicos y privados y, especialmente, a los estudiantes del turno vespertino.

Recalcaron que esta decisión “restringe la posibilidad de que se cumpla de manera plena el horario escolar necesario para cumplir con los programas académicos y procesos de aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes (NNA)”.

La organización también consideró que la medida “lesiona la calidad de la educación“, sumado a unas condiciones que ya comprometen este derecho de los NNA como las fallas de servicios públicos (agua, electricidad, transporte), el deterioro de la infraestructura escolar y el déficit de maestros.

Derecho subestimado

“Desde Cecodap una vez más advertimos que este tipo de medidas indican fehacientemente que para las autoridades la educación no sea un área considerada esencial”, sentenciaron en una nota de prensa.

La medida del horario especial, según detalla el decreto, se debe a “la necesidad de apostar a la prosperidad nacional y recuperación económica”. Aunque exime de su cumplimiento a sectores como alimentación, servicios aduaneros, de seguridad, salud, banca, entre otros, no considera a la educación como “área prioritaria”.

La ONG manifestó su preocupación por los estudiantes de turnos vespertinos “los cuales desde que comenzó la emergencia eléctrica prácticamente no han podido tener clases y aquellos que la han tenido lo han hecho en condiciones muy limitadas”. También reprocharon la falta de lineamientos, planes o estrategias que permitan garantizar el acceso a la educación.

Recalcaron que la educación es indispensable para fortalecer el capital social del país a través de la formación integral de cada ciudadano: “La educación no permite ni acepta limitaciones de horarios o restricciones en las condiciones materiales que requieren todas las escuelas”.

Fuente de la Información: http://efectococuyo.com/la-humanidad/autoridades-no-consideran-a-la-educacion-un-area-esencial-advierte-cecodap/

Comparte este contenido:

Guerra contra las mujeres en EE. UU: Buscan restringir el aborto legal en varios estado.

Por: La Izquierda Diario/22-05-2019

Una serie de iniciativas conservadoras en diferentes estados busca restringir el acceso al aborto legal y seguro en Estados Unidos. El derecho conquistado en 1973 con movilización y lucha se encuentra bajo ataque.

En lo que va de mayo, dos estados avanzaron en medidas que restringen el derecho al aborto, legal en Estados Unidos desde 1973. Los estados de Georgia y Alabama encabezan una ofensiva reaccionaria contra los derechos de las mujeres.

Volver al pasado

El gobernador de Georgia (Estados Unidos) acaba de firmar la ley HR 481, que dice en su texto, “Ningún aborto será autorizado o se llevará a cabo si se determina que late el corazón del no nacido”. Esta ley, conocida como la “ley del latido” obstaculizaría gran parte de las interrupciones legales ya que muchos especialistas explican que los latidos del feto pueden ser detectados a partir de la sexta semana de gestación (cuando la persona gestante puede aún no saber que está embarazada).

Aunque la ley ya fue aprobada a nivel local, instancias judiciales superiores, incluida la Corte Suprema, pueden fallar en contra. Ya en otros estados como Ohio, Mississippi, Dakota del Norte y Arkansas, se intentó aprobar leyes similares y fueron descartadas por inconstitucionales.

Pero lo que encendió las alarmas fue la ley que aprobó el Senado estatal de Alabama, que prohíbe la interrupción voluntaria del embarazo y criminaliza a las y los profesionales que la practiquen con hasta 100 años de cárcel. Con 25 votos a favor (todos hombres blancos) y 6 en contra, el Senado de Alabama aprobó la iniciativa que tipifica como delito grave la práctica del aborto, incluso en casos de violación y solo reconoce como causal no punible el riesgo de vida para la persona gestante.

Más cerca de Gilead, la República que imaginó Margaret Atwood, Alabama se prepara para aprobar la ley más dura contra el derecho al aborto legal en Estados Unidos.

El verdadero objetivo: revocar el derecho al aborto

El objetivo declarado de los grupos y organizaciones que promueven estas medidas restrictivas es llegar a la máxima instancia judicial para rediscutir el derecho de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo. El derecho garantizado por el fallo de 1973, conocido como Roe versus Wade, se encuentra bajo ataque directo.

No es un secreto que los sectores conservadores, enemigos de los derechos de las mujeres, tienen en la Casa Blanca un firme colaborador. Además de Donald Trump, el principal apoyo institucional es el vicepresidente Mike Pence.

Exgobernador de Indiana, impulsó la revisión de una ley de libertad religiosa que legalizaba la discriminación contra las personas LGTBI. Es un conservador acérrimo profundamente religioso, un devoto cristiano evangélico y es autor del primer proyecto para retirar todos los fondos federales del programa de salud reproductiva, Planned Parenthood.

En 2018, con la jubilación del juez Anthony Kennedy, se abrió la posibilidad de cambiar la composición de la Corte Suprema por una más conservadora. Esta instancia es clave para dirimir varios de los intentos que en los últimos años buscaron poner obstáculos a este derecho elemental. Luego del escándalo por las denuncias en su contra, el juez Michael Kavanaugh finalmente fue designado para el tribunal.

Kavanaugh, de perfil más conservador, hizo varios gestos a favor de poner trabas al derecho de interrumpir voluntariamente el embarazo. Y su designación en la Corte Suprema fue leída por distintas organizaciones antiderechos y la derecha cristiana como una luz verde para avanzar sobre los derechos de las mujeres.

Esta guerra no empezó ayer

La ofensiva contra el derecho al aborto legal no es exclusividad del gobierno de Donald Trump. Durante los mandatos del presidente demócrata Barack Obama (autodenominado feminista) crecieron las restricciones a ese derecho en muchos estados. Según el Instituto Guttmacher entre 2011 y 2015 se impulsaron 288 medidas restrictivas del derecho al aborto legal.

Estas leyes y proyectos de gobernadores y legislaturas republicanas, no encontraron resistencia dura de parte de los demócratas o de Obama. En el año 2000, solo 13 estados tenían restricciones y medidas hostiles al derecho al aborto, en 2010 pasaron a 22 y en 2013, a 27. Los estados donde existe apoyo institucional para garantizar este derecho básico pasaron de 17 en 2000 a 13 en 2013.

Contra todos los prejuicios, el aborto legal y las leyes que garantizan el acceso a educación sexual y anticonceptivos disminuyen el número de abortos. De hecho Estados Unidos se encuentra en su punto más bajo de interrupciones voluntarias desde el fallo de 1973.

Según el mismo instituto Guttmacher, los desarrollos médicos redujeron los riesgos y los costos en el sistema de salud. En 2013, casi un cuarto de los abortos fueron medicamentosos con riesgos casi nulos.

Las principales afectadas por un potencial retroceso en el aborto legal serán las trabajadoras y las mujeres pobres, entre quienes las latinas y las afroamericanas están sobrerrepresentadas. Cualquier retroceso legal implicaría más obstáculos para la mayoría de las mujeres, que no acceden al sistema privado donde la clandestinidad implica menos riesgos a la salud.

Una pelea en curso

Las iniciativas en Georgia y Alabama pusieron en movimiento a diferentes organizaciones que se preparan para resistir la ofensiva reaccionaria judicial y políticamente. Las mujeres en Estados Unidos ya demostraron el potencial de su movilización. El primer día del gobierno de Donald Trump, su rechazo al discurso misógino del presidente y su alianza con la derecha conservadora, encabezó un amplio repudio a la nueva administración republicana.

Las elecciones de medio término de 2018 fueron un primer revés político para el gobierno de Trump y tuvieron un récord de candidatas y muchas mujeres latinas, negras y musulmanas asumieron por primera vez bancas en el Congreso. Fue una expresión de la bronca con el establishment y la creciente simpatía con demandas como Salud para todos y todas (en EE. UU. no hay salud pública), educación superior gratuita o salario mínimo de 15 dólares la hora, entre otras. Pero la política del partido Demócrata canalizó la bronca y la movilización a votar por un «mal menor» comparado con el terror de Trump.

El ataque a los derechos de las mujeres fue puesto en el centro de sectores reaccionarios en varios países. Las respuestas en voz baja del partido Demócrata a las restricciones que vienen avanzando hace años en Estados Unidos no merecen la confianza de las mujeres que hoy ven sus derechos en riesgo. Sus aliados son quienes las acompañaron en la calle en enero de 2017, cuando mostraron una primera respuesta a las amenazas que hoy parecen hacerse efectivas.

Fuente de la Información: http://www.laizquierdadiario.com.ve/Guerra-contra-las-mujeres-en-EE-UU-buscan-restringir-el-aborto-legal-en-varios-estados

Comparte este contenido:

Rusia: La lucha social, experiencia de vida y crítica proletaria

Por: Vientos Sur/ Carine Clément/ 22-05-2019

En un contexto global de ascenso general de los populismos, de las desigualdades, de los autoritarismos y de las políticas económicas neoliberales, Rusia puede considerarse un caso extremo. La rapidez y amplitud de los cambios políticos, geoestratégicos, económicos y sociales que han sacudido el país desde la caída de la Unión Soviética han convertido este país excomunista en uno de los más desiguales del mundo y uno de los que llevan a cabo con mayor brutalidad el desmantelamiento de su sistema de protección social. Esta brutalidad y este ritmo acelerado de las reformas neoliberales han obstaculizado en gran parte las resistencias sociales frente a lo que cabe denominar, de acuerdo con Michael Burawoy en su interpretación de Karl Polanyi, la mercantilización forzada y socialmente devastadora. 1/

Al son de los coros que cantaban las loas a la democracia de mercado, marcando el tono de la década de 1990, las solidaridades se disolvieron en la lucha por la supervivencia y la desconfianza generalizada. El desencanto se instaló rápidamente, permitiendo la instauración del régimen putiniano, 2/ que perdura hasta hoy. Esto no quiere decir que la población se haya mantenido completamente pasiva. Ha habido y sigue habiendo numerosas luchas sociales, pero están fragmentadas, son de dimensiones reducidas y se centran en problemas sociales concretos y limitados. 3/

Por todas estas razones, la aparición de una crítica social en el seno de los sectores populares empobrecidos, descalificados e invisibilizados llama particularmente la atención. Aquí los llamaremos proletarios desclasados; desclasados debido tanto a la retrogradación social brutal como al descrédito en que ha caído el discurso de clase. Si en un país que ha dado tan radicalmente la espalda del socialismo renace la crítica social, urge interesarse por las manifestaciones de esta crítica y por las vías que ha emprendido para abrirse paso. En efecto, si la desigualdad y la dominación experimentadas por los proletarios de Rusia tienen sus especificidades asociadas a una historia, una cultura y un contexto político concretos, la experiencia que vive la gente de abajo de esta desigualdad en su vida cotidiana no está tan alejada de la que viven otras capas populares en otras sociedades, Francia incluida. Rusia no es una excepción y algunos investigadores han tomado incluso la pluma para demostrar su normalidad; 4/ muestra con una gran visibilidad lo que ocurre con el conjunto social en un país en que se mezcla la democracia autoritaria con el neoliberalismo postsocialista.

En la Rusia contemporánea, el conjunto social está constituido en gran medida por sectores depauperados y precarios que no son minoría, sino que abarcan a la mayoría de la población. Las estadísticas oficiales de pobreza subestiman el fenómeno, ya que rebajan artificialmente el umbral de pobreza. Según una encuesta reciente, de hecho, más de la mitad de la población vive en la pobreza o en riesgo de caer en la pobreza, con una gran proporción de personas asalariadas pobres. Tras la mejora del nivel de vida que se produjo en la década de 2000, la tendencia fue agravándose con la crisis financiera mundial de 2008 y posteriormente con la crisis derivada de la anexión de Crimea en 2014. La caída del rublo, las sanciones económicas de Occidente y las contrasanciones rusas, así como el descenso del precio del petróleo, hicieron que los salarios y los ingresos reales disminuyeran regularmente; los atrasos salariales empiezan a acumularse de nuevo; las formas atípicas e informales de trabajo vuelven a florecer, como ya ocurrió durante la catástrofe social y económica que marcó la década de 1990 a raíz del colapso brutal del sistema soviético.

Asimismo, el conjunto social está en gran medida por recomponer o unir de nuevo, ya que el traumatismo social, nacional y cultural 5/ de la década de 1990 desintegró las coordenadas sociales de la mayoría de la población rusa, disolviendo las identidades y cortando los lazos sociales. La terapia de choque neoliberal dejó abatida a la sociedad, eliminando las referencias sociales existentes y obligando a la gente a replegarse sobre sí misma o sobre sus microespacios de supervivencia. Numerosos sociólogos dudaban incluso de hablar de sociedad con respecto a Rusia, prefiriendo términos como camarillas 6/ o pequeña sociedad. 7/

¿Cómo llega la gente, incluidos sobre todo los y las más desfavorecidas, a desarrollar una crítica social, componer un espacio común y a veces incluso movilizarse en condiciones de depauperación generalizada y en un régimen autoritario y oligárquico? Una observación atenta permite ver que se está construyendo un espacio social en medio de ese “magma de significados imaginarios” del que habla Cornelius Castoriadis, 8/ en un proceso de articulación improbable entre tendencias que podrían parecer contradictorias: el descubrimiento del espacio nacional, la apertura del imaginario social a un vasto nosotrosenraizado en experiencias de dominación y de explotación vividas como comunes y la crítica social centrada en la contestación de las desigualdades sociales. Las reacciones a la política de austeridad presupuestaria y de reformas liberales de la protección social y de las pensiones aplicada por el gobierno son incomparablemente más críticas y socialmente más comprometidas que en la década de 1990. Hoy en día, la mayoría de las personas han recuperado sus referencias y restablecido lazos sociales; se abren unas a otras y tienen capacidad de crítica social y de imaginario social. 9/

La reconciliación con la experiencia cotidiana

La propaganda patriótica orquestada por el Kremlin, que exalta una Rusia que ha recuperado su grandeza, una Rusia magnificada, rica en recursos y dotada de la fuerza de un pueblo unido, es el primer proceso que alimenta la crítica social. Este discurso funciona, pero no genera un apoyo consensual a la visión de una nación una y unida, propagada por el Kremlin. Por un lado, la mayoría de rusos y rusas redescubren que forman parte de una nación y que pueden sentirse orgullosas de ella. Por otro, si Rusia es rica y si el pueblo ruso es valioso, “¿cómo es posible que la gente viva tan pobre?”: esta es la pregunta que se escucha a menudo en boca de personas de ambientes populares.

La pregunta va más allá de la simple comparación entre los hechos y los discursos. Para suscitar la crítica social, los hechos deben vivirse, sentirse en la experiencia de personas que no viven su cotidianeidad con vergüenza o desespero; también deben vivirse como algo compartido. Este es el segundo proceso que alimenta la crítica social: la reconciliación de los proletarios desclasados con su experiencia cotidiana, a diferencia del sentimiento de extrañeza o desconcierto provocado por el desclasamiento y la depauperación que acompañaron a las reformas brutales de la década de 1990. 10/Favorecida, sin duda, por el repunte económico de la década de 2000, de la estabilización de una situación social, aunque fuera precaria, y favorecida también por un discurso nacionalista qua adula al pueblo. La socialidad popular, durante mucho tiempo quebrada por las lógicas de supervivencia, del sálvese quien pueda, la desconfianza y la competencia, aflora de nuevo. Estudios recientes sobre las ciudades obreras rusas 11/ reflejan de este modo cómo se restablecen prácticas de socialidad gratuitas(que no sirven exclusivamente para la supervivencia).

Mis propias investigaciones indican que la gente aspira a reencontrarse, en abierta connivencia, para hablar y experimentar la libertad de hablar, incluso abundando en la crítica, la incorrección y la irreverencia. En los garajes de pequeñas ciudades de provincia, los hombres se dedican al bricolaje o a sus pequeños tráficos, y también hablan, se confiesan a veces, a menudo ironizan, en un espíritu de compañerismo y de desprecio por las figuras de la jerarquía. En los patios de los bloques de pisos, las mujeres se juntan, discuten, comparten impresiones, a veces participan en trabajos de acondicionamiento del lugar o se indignan por la mala gestión de los servicios municipales.

En Astraján, contemplando a las habitantes de su inmueble ocupadas en plantar árboles en el patio, una anciana exclama que es “como si me despertara de 20 años de hibernación”. Esta socialidad puede remitirnos a las imágenes de discusiones interminables en las cocinas de los apartamentos comunitarios durante el periodo soviético, pero tiene lugar menos de una manera oculta o informal que en modo de formación de espacios, inclusive durante las manifestaciones públicas, abiertas a la experiencia de una fraternidad liberada de juicios morales o descalificaciones políticas. Se trata de espacios en los que el hablante se siente seguro de ser comprendido entre líneas por interlocutores de los que sabe que comparten la misma experiencia de vida y en los que la connivencia se expresa menos con palabras que con gestos de la cabeza, exclamaciones o golpecitos en la espalda.

En estos espacios de lo cotidiano emerge la crítica social en modo a menudo irónico. Así, en Perm, con motivo de la conmemoración tradicional del final de la segunda guerra mundial, el 9 de mayo de 2017, las autoridades municipales organizaron un encuentro en un barrio obrero de la ciudad. Los asistentes, en su mayoría obreros o antiguos obreros, formaban pequeños corros, se saludaban unos a otros, bebían a escondidas (el consumo público de alcohol está prohibido) y, sobre todo, rivalizaban en la crítica irónica de las desigualdades y de las falsas apariencias.

Durante la fiesta se produce una conversación entre dos compañeros obreros. Uno exclama: “Puede que Putin sea bueno en política exterior, pero ¡se ha olvidado de Rusia! […] ¿Cómo puede decir que el salario medio en Rusia es de 39.000 rublos? [cifra oficial] Aquí ganamos entre 15.000 y 20.000 rublos nada más […] ¿Cómo se puede alimentar a una familia con 15.000 rublos?” Su compañero insiste: “Es cierto, si nuestro gobernador gana, por ejemplo, medio millón, y la niñera 7.000, la media da justamente esto. Pienso que habría que igualar el salario medio al de los obreros. O bien, igualar el salario de los gobernadores, los alcaldes, los altos cargos, de Putin, igualar todos estos con el salario de la niñera. O que vayan a trabajar de niñeras. Limpiar el culo de los niños por 7.000 rublos, ¿lo harían? No. ¿Por qué, con medio millón, iban a limpiar culos?”

Esta conversación pone de manifiesto la contestación de las cifras oficiales desconectadas de la vida real, de las carencias de la vida a que se enfrentan el nosotros de los obreros y trabajadores mal pagados. Muestra asimismo la manera en que estos obreros retrotraen a los hombres que viven más allá de las contingencias de la vida cotidiana al ámbito prosaico y vulgar. Las conversaciones se caracterizan por su lenguaje simple, irreverente y directo, a menudo exageradamente grosero o políticamente incorrecto, utilizado sobre todo para oponer la realidad a ras de suelo al discurso abstracto, que resulta ficticio, santurrón o aleccionador.

Las conversaciones cotidianas se politizan a menudo por medio de una ironía irreverente y grosera que podría recordar las resistencias subterráneas de la época soviética, pero que también entra en resonancia con los modos de resistencia de los dominados y de las clases populares en muchas partes del mundo. 12/ Entre personas que se comprenden no solo se discute sobre las dificultades de la vida cotidiana, sino que también se hace burla de los dirigentes, se destaca el hecho de que la gente no se llama a engaño, de que no hay que dar crédito, sobre todo, a los bonitos discursos (“nos dan la tabarra con su patriotismo, pero todo su dinero y sus hijos están en Occidente”). La crítica social, por tanto, no es un movimiento de elevación hacia una mayor abstracción, sino una inserción de la abstracción en lo concreto, lo corporal y lo emocional de las experiencias de vida.

Uno de los aspectos sorprendentes de esta incursión en lo cercano 13/ o de este proceso de rehabitar el espacio de vida 14/es la reconciliación con el trabajo de cada uno, sobre todo el trabajo obrero, el trabajo con las manos, que vuelve a ser fuente de orgullo y de dignidad. Por ejemplo, esto es lo que dice de su experiencia un joven obrero altamente cualificado de San Petersburgo: “Me gusta mi trabajo. Me gusta lo que hago. Quiero poder vivir de ello. Pero ocurre que eso no vale nada. Con mis colegas tratamos de defendernos, pero la dirección nos ningunea. […] El trabajo humano no se valora […]. Y ese gran gilipollas, con perdón, que está sentado en su sillón y cobra medio millón, ¿es más útil que yo? […] ¿Y nuestros pensionistas? ¡Han trabajado toda la vida por el bien del país! Y siguen teniendo que trabajar para sobrevivir, en vez de viajar y gozar de la vida, como los pensionistas en Occidente.” Aparece aquí un imaginario social que va más allá de lo cercano: el nosotros está enraizado en la experiencia del trabajo, incluye a los colegas, pero también se amplía a los demás trabajadores e incluso a los pensionistas del país en su conjunto.

La emergencia de un nosotros popular

Este nosotros se inscribe en los espacios de lo cercano rehabitados, en las interacciones y conversaciones de la vida cotidiana, donde las críticas de las desigualdades sociales, de la política y del gobierno son legión. Son estas conversaciones entre nosotros las que construyen un espacio común, un espacio que está abierto a los demás que, aunque ausentes, aparecen como colegas que comparten la misma experiencia de vida y la misma opinión.

Una empleada de correos, jefa de equipo en una ciudad de Altai: “Tengo la sensación de que nuestra dirección solo piensa en ella misma y en llenarse los bolsillos […]. Y la población no es más que una fuente de enriquecimiento para ellos […]. Somos como esclavos. Precisamente hemos hablado con mis colegas. Stráshnov (el director general de Correos) ha desaparecido […]. ¿Cómo es posible que, con nuestros salarios de miseria, él haya recibido una prima de 95 millones […]? ¡Ahorran a costa de nosotros! La gente que trabaja, trabajamos por dos, por tres. Los pobres carteros no reciben más que unos céntimos.” La mujer habla con una pareja de amigos, que aprueban lo que dice con aclamaciones, del espacio de libre discusión crítica que existe en su centro de trabajo y muestra la manera en que el nosotros de los proletarios desclasados se amplía de los compañeros de trabajo a todos y todas quienes trabajan, incluidas las que tienen peor suerte que ella. Este nosotros se afirma igualmente contra los dirigentes político-económicos que se enriquecen sobre la espalda de los trabajadores.

Las manifestaciones sociológicas de este nosotros, captadas en forma de autoidentificación social, son diversas: el nosotros obreros, el nosotros pequeños empresarios (que trabajan duramente para sobrevivir) y el nosotros pobres habitantes de provincias. Este nosotros plural en proceso de formación lo traduzco por clases populares, gente común o proletarios, y permite hablar de la gestación de un imaginario popular.

La crítica que alimenta este imaginario popular se expresa a veces públicamente en acciones de protesta. Así, en una manifestación contra el retraso de la edad de jubilación, en septiembre de 2018, una pareja moscovita dice que participa para que “el poder no crea que la población está de acuerdo”. En este caso también, el hombre, aunque resida en la capital, se transporta con la imaginación a la provincia al declararse convencido de que las reformas están destinadas a hacer pagar a la “gente sencilla”, “sobre todo de provincias”. Jóvenes estudiantes venidos de la provincia para asistir a una manifestación contra la corrupción, organizada en San Petersburgo en 2017 por el activista de oposición Alexei Navalny, dicen que sobre todo les motiva la lucha contra las desigualdades sociales y territoriales, indignados como están por la diferencia manifiesta que constatan entre el estado de su ciudad de procedencia y el de las grandes ciudades del centro.

El nosotros vehiculizado por el imaginario nacional

El ímpetu del imaginario nacional que se está gestando, o la capacidad de la gente de construir en la imaginación una entidad colectiva de pertenencia, ya documentada ampliamente por Benedict Anderson, 15/ participa igualmente en esta crítica social. En la Rusia popular, se traduce en el sentimiento de una comunidad de experiencia compartida entre personas que habitan en los cuatro extremos del país. Una pensionista que vive en un piso renovado del centro de Moscú puede declarar así que empatiza con la babushka de una pequeña aldea perdida en los Urales que vende setas en el mercado para poder sobrevivir y con la que ha conversado largamente durante un viaje en coche por el interior de Rusia. Obreros de Rubtsovsk, en Altai, que luchan contra el cierre de su fábrica, pueden sentirse solidarios (los trabajadores son “nuestros hermanos”) con toda la “gente del trabajo”, sobre todo en respuesta a la falta de reconocimiento material del trabajo y al desprecio por parte de los hijos de los nuevos ricos, sentido como algo colectivamente humillante (“no somos nada para ellos”).

Este nosotros adquiere las dimensiones de la nación imaginada, una nación dividida, contrariamente a la visión de una nación una y unida que difunde la propaganda patriótica. Este nosotros alimenta y al mismo tiempo se alimenta de la configuración de un ellos, que abarca sobre todo a los oligarcas que confiscan las riquezas del país y controlan el Estado, son los explotadores contra los explotados, los aprovechados contra los trabajadores, el centro contra las regiones.

La crítica se convierte entonces en reivindicación o por lo menos en aspiración, en todo caso no se queda en mero sentimiento o simple lamentación. La mayoría de las reivindicaciones se refieren a la redistribución social y económica entre las regiones, los ricos y los pobres, los que tienen el poder y los ciudadanos comunes. Si se dirigen al Estado, exigen sobre todo un Estado liberado de los oligarcas, ya que el Estado, tal como existe actualmente, se percibe como un Estado oligárquico. Finalmente, gran parte de las reivindicaciones se centran en la participación política: “¡Tienen que escucharnos, la gente corriente ha de participar! Porque allí ni siquiera saben cómo vivimos, ellos viven en otro mundo” (joven niñera de una aldea de Altai).

Imaginario popular y crítica social

Para pensar los procesos entrelazados del imaginario popular y la crítica social, los marcos teóricos han de ser flexibles y adaptables. Si nos inspiramos en las concepciones de Cornelius Castoriadis, el imaginario social puede pensarse como la participación en significados vividos como compartidos colectivamente y que figuran un mundo común que, para acoplarse a significados ya existentes (la nación, el pueblo, los rusos, los obreros, etc.), se diferencia de ellos encerrando un potencial de transformación social. Este imaginario social no solo forma parte de las representaciones, sino también de los sentidos, los afectos y los deseos.

La variante popular de este imaginario puede leerse como un elemento que opera líneas de partición del mundo social entre nosotros, los desfavorecidos, los que trabajan para ganar poco, los de provincias, y ellos, los ricos, los aprovechados, los privilegiados. Esta partición gana cuando se piensa en los términos de Jacques Rancière 16/ como “partición de lo sensible”, ya que el mundo compartido es un mundo sensible, basado en la experiencia de la vida cotidiana. La partición se lleva a cabo por los sentidos y por el pensamiento, y la llevan a cabo quienes –según los dominantes– son incapaces de producir un mundo común y de tener un discurso común. Apoyándose en su experiencia sensible, en su mundo cercano, que se han puesto a habitar plenamente tras el caos postsoviético, los proletarios desclasados participan en la creación de un mundo común que no se deja encerrar en categorías prefijadas porque está en proceso de creación y abre un horizonte de lo pensable, lo decible y lo factible.

En resumen, el impulso crítico que se inscribe en esta apertura del imaginario popular se basa en una experiencia, vivida como común, de dominación e injusticia. Se inserta en la experiencia íntima, física y emocional que cada uno hace personalmente de su cotidianeidad y del entorno próximo que le rodea. La construcción de lo común se lleva a cabo, por tanto, a partir de la intervención en el entorno próximo, mediante la partición de lo sensible, en un ímpetu imaginario hecho de emociones, de imágenes y de juicios. Puede que este imaginario no sea creador en el sentido de que podría no dar a luz a un movimiento popular, pero reúne a lo que podríamos llamar, a falta de algo mejor, las clases populares (o el pueblo llano) en una experiencia común imaginada.

El marco es nacional porque se contemplan las divisiones sociales internas a la nación y asociadas a una determinada configuración del Estado. Sin embargo, el contenido es social y da pie a una crítica social normal que descansa sobre experiencia vividas, sobre lo que Luc Boltanski denomina las “pruebas existenciales” que “extraen del mundo o, si se prefiere, del flujo de la vida, elementos susceptibles de poner en cuestión (el orden establecido)”. 17/ En estas críticas y estos reordenamientos sociales se inventa una política distinta, una política de pies en la tierra, 18/ una política que mana de convicciones arraigadas, que mana de los libros, que se mancha con la vida cotidiana, con lo prosaico y la rudeza.

Imaginario popular, crítica social, reivindicaciones de un Estado liberado de la oligarquía, de una política que tenga de nuevo los pies en la tierra: estos rasgos hacen entrar en resonancia el mundo de los proletarios desclasados de Rusia y el de los chalecos amarillos de Francia, que también redescubren la fraternidad al reconciliarse con su experiencia del día a día, compartiéndola y haciendo de ella la base de su crítica social. Los análisis fundamentados en una labor etnográfica sobre el terreno ponen de relieve, en el caso de los chalecos amarillos, el refuerzo de un nosotros popular solidario y cívico 19/ y mencionan el surgimiento de una política experiencial. 20/Sin duda la experiencia de la subordinación y de la invisibilización es similar en muchas partes del mundo.

Lo que he tratado de demostrar, al centrar este artículo en los proletarios desclasados de Rusia, es que incluso en un país que ha sufrido cambios traumáticos que han sumido a la mayoría de la clase trabajadora en un proceso de depauperación, desclasamiento y desubjetivización, los invisibles vuelven a levantar cabeza. Lo hacen, como en Francia, a partir de una reconstrucción de los espacios de convivencia y de fraternidad, de una reconciliación con su experiencia de vida cotidiana, así como a partir de un imaginario popular que los une en un mismo sentimiento de ser objeto de explotación y desprecio.

Una gran diferencia es la fuerte propensión a la protesta pública de los chalecos amarillos. Lo que contrarresta la capacidad de movilización de los proletarios rusos es la sensación profundamente arraigada de impotencia para cambiar el orden de cosas. Esta sensación radica en la certeza de vivir en un régimen oligárquico. En cambio, los sectores populares de los chalecos amarillos, socializados en la idea de vivir en una gran democracia, patria de los derechos humanos, descubren sorprendidos el carácter oligárquico del Estado (algunos incluso han explicado que han tenido que buscar el significado de la palabra oligarquía en un diccionario). Esta habituación a la oligarquía es una razón, para las clases populares rusas, de bajar los brazos; la sorpresa compartida es un motivo, para los chalecos amarillos, de rebelarse.

Fuente de la Información: https://vientosur.info/spip.php?article14816

Comparte este contenido:
Page 2089 of 6675
1 2.087 2.088 2.089 2.090 2.091 6.675