Colombia / 16 de diciembre de 2018 / Autor: Alba Lucía Bernal Cerquera (Editora) / Fuente: UPN
Este libro presenta un análisis de las políticas educativas para y con grupos étnicos en Colombia, especialmente la educación de pueblos indígenas. Utiliza como fuentes para este análisis voces del movimiento indígena, jurisprudencia y academia.
De otra parte, analiza tres experiencias educativas, a partir de un trabajo de campo en escuelas de educación propia en Colombia desde las cuales se expresa la relación entre dos categorías: política educativa (Nacional, Municipal,Comunitaria e Institucional) y pedagogía (aspectos curriculares, de formación de maestros, y administrativos). Además, se presenta una experiencia de formación docente en el marco de la interculturalidad urbana, proceso desarrollado para la formación de maestros de jardines indígenas en la ciudad de Bogotá.
El grupo de investigación Equidad y Diversidad en Educación (Universidad Pedagógica Nacional y Universidad Distrital Francisco José de Caldas) espera con este libro aportar al reconocimiento y análisis de otras formas de hacer educación y desde allí a relevar los proyectos de lucha en defensa de lo propio que no solo respetan sino que intentan darle sentido y permanencia a lo que por otros ha sido catalogado como diferente.
Venezuela – Chile / 16 de diciembre de 2018 / Autor: Lorena Tasca / Fuente: Elige Educar
Este profesor de 36 años de edad, que ha vivido entre instrumentos y partituras desde los seis y que ha sido bajista y productor de varios músicos venezolanos, está ahora aprendiendo de música chilena e intercambiando conocimiento y cultura con sus estudiantes, desde una sala en forma de hexágono.
En una sala de la escuela Francisco Varela, una imagen de John Coltrane da la bienvenida. Al fondo de un espacio con forma de hexágono y justo en el centro, está la imagen del famoso jazzista estadounidense; una en blanco y negro en la que aparece con la frente y ojos apretados, mientras toca el saxofón. Quizá una premisa de que en esa sala se viven constantes procesos de creatividad, como los que vivió Coltrane para estar a la vanguardia y pasearse entre tantos estilos de jazz… y tal como en el jazz, procesos llenos de improvisación, experimentación y libertad creativa.
En ese espacio, el encargado de que los estudiantes den rienda suelta a sus ideas, en torno a la música, es Juan Carlos Pineda, más conocido como Tito Pineda, un músico venezolano de 36 años de amplia trayectoria, nieto de Laudelino Mejías —nombre importante en la historia musical venezolana— y que en Venezuela es conocido por ser el bajista de artistas y agrupaciones tanto de jazz como de música popular, como Carota, Ñema y Taja (en el video). Un músico que ya suma tres años en Santiago de Chile, tras una larga trayectoria musical que inició a los seis años edad y que lo tienen ahora participando en varios proyectos musicales chilenos, mientras se mantiene como Miembro de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación (Grammy Latino) y en constante creación con estudiantes de quinto básico hasta tercero medio.
“No me gusta hablar de los títulos que tengo, creo que no es tan importante como tratar de dar lo mejor de uno y eso es lo que intento hacer en la sala de clases. Me encanta dar clases, me encanta enseñar… creo que en la vida no hay que buscar la excelencia, pero sí ser excelentes todos los días”, dice este profesor oriundo de Trujillo y criado en Barquisimeto, ciudad ubicada al occidente de Venezuela y que él la describe como la “ciudad musical”.
Multiculturalidad musical
En esa búsqueda de dar lo mejor, son varios los cambios que ha planteado Tito con su llegada a la escuela en marzo de 2018. Este músico también es psicólogo y ya suma 10 años de experiencia como docente en colegios venezolanos. Lo primero que propuso es que las clases de música no se dieran en un aula tradicional. Por eso, todo pasa en este espacio circular que él mismo acomodó con la idea de que todos los estudiantes tuvieran posibilidad de moverse y verse las caras mientras estaban ahí, experimentando con las notas, con los instrumentos. “La música es dinámica, por eso la sala también tenía que serlo”, explica Tito. Bajo esa premisa, son pocas las clases en que los alumnos se sientan y miran la pequeña pizarra que está al fondo, con anotaciones de notas musicales, justo debajo de la imagen de John Coltrane.
Tito Pineda junto a sus estudiantes de segundo medio. Foto: Simón Díaz.
Lo primero que hizo con sus estudiantes, fue hacerlos elegir una canción y con esa base, desestructurarla, trabajarla, entenderla. “Es importante trabajar desde el interés de ellos y a partir de eso, aprender. Yo hago todos los arreglos y a partir de ahí aprenden los elementos de la música, la partitura, dicción de voz, todo. Yo les pregunté sobre sus intereses y en este colegio, particularmente, tienen muy buena base cultural, entonces no fue difícil filtrar canciones con letras inadecuadas”, comenta Tito.
Por eso, es regular que desde hace unas semanas, los jueves en la mañana lleguen algunos estudiantes de segundo medio y empiecen a tocar “Limón y sal”, de Julieta Venegas, pero con un ritmo más cargado de soul latino. Mientras que otros días, llegan los de sexto básico a ensayar su versión de “Tren al sur” de Los Prisioneros, a la que sumaron más instrumentos, como armónicas y variada percusión, como una caja flamenca.
Las conversaciones, las preguntas sobre cómo hacerlo mejor y si la nota era la correcta, es lo común después de de la práctica. Que se queden, intercambiando ideas, videos y otras canciones que se pueden ensayar, también es parte de la clase. “Algunas veces es difícil que se vayan de la sala”, dice entre risas el profesor. “Para mi es inspirador verlos a ellos, ver sus ganas. Ver cómo algunos no sabían tocar nada y poco a poco han descubierto sus destrezas en la música”, agrega mientras toma un cuatro, un instrumento clave en el folclore venezolano y que está siempre presente en su sala de clase.
El uso del cuatro, entre canciones de Violeta Parra, Victor Jara, Los Prisioneros, Congreso y más, es parte de la multiculturalidad por la que apuesta Tito con sus clases. “No es que me he puesto a tocar joropo aquí, pero ha sido grandioso para mi ir haciendo ciertas fusiones, ir aprendiendo sobre la música chilena, su historia (…) Yo no sabía mucho de música chilena, pero después de un concierto que tuve la oportunidad de hacer junto a Los del Maipo (una de las agrupaciones chilenas en la que toca el bajo) con Congreso, pude conocer al vocalista y aprender mucho más. Sigo aprendiendo, con los grupos musicales en los que estoy; con mis alumnos aprendo más sobre el repertorio chileno, con ellos me sumerjo más en la historia política, social. Ha sido un aprendizaje interesantísimo”, cuenta. En ese proceso de intercambio cultural, con uno de los cursos preparó la canción “Te recuerdo Amanda” de Victor Jara con un intro muy distinto, muy venezolano. “Eso para ellos fue interesante e igual para mi”.
Inspirado en el entusiasmo de sus estudiantes y aprovechando que él también tiene experiencia como productor musical, con todos sus estudiantes está preparando la grabación de un álbum. La intención es grabar al menos un tema por curso. “También es una idea que surge porque cada vez que hacíamos el arreglo para un tema, lo ensayabamos, salía bien y pasábamos a otro tema y daba como pena que lo que hicimos antes quedó atrás y no se registró. La intención es apoyar y motivar a los niños, que se escuchen. Porque me imagino que en 40 años, ellos podrán escuchar ese disco y se acordarán de lo que hicieron, lo que aprendieron. La idea, además, es con el ramo de artes se haga una carátula del disco y una ilustración de cada canción. También nos planteamos que se pueda subir al sitio web de la escuela y que sea un disco que quede para toda la comunidad educativa”, explica.
Alumnos de segundo medio durante el ensayo de “Limón y sal” de Julieta Venegas. Foto: Simón Díaz.
Bajo esa misma premisa de motivarlos, en septiembre cada curso presentará un tema en un evento que realiza el colegio para mostrar a todos los que integran la comunidad educativa, parte del trabajo que hacen los estudiantes. “Es importante que muestren lo que hacen, que se sientan orgullosos de su trabajo”, dice Tito.
Así, Tito, un venezolano que antes de regresar a las salas de clase y de retomar la música como centro de su vida, pasó por varios trabajos que nada tenían que ver con su profesión. “Había que hacerlo, para nadie es un secreto que Venezuela está pasando por un momento difícil. Soy papá, soy esposo y bueno, tuve que irme de mi país para resguardar el futuro y la seguridad de ellos y la mía”, explica.
Por eso, ahora, debajo de la imagen de John Coltrane y frente a una partitura con un tema de Los Prisioneros, sonríe mientras toca el cuatro antes de que llegue otro curso. “La música para mi es todo. La música es un lenguaje universal. Una persona que sabe leer partitura, debería ser calificada como bilingüe, porque de verdad es un lenguaje, es una pasión, es disciplina, es una filosofía de vida (…) Y la música es importante en la educación, la música puede abrir muchas puertas, puede drenar emociones, puede aumentar tus capacidades matemáticas, te puede disciplinar. Al menos así me pasó a mí, yo era un niño bastante desordenado y la música me ha dado todas las herramientas, se ha convertido en mi vida y me gusta mostrarle una parte de mi pasión a los estudiantes. Me gusta poder enseñar todo lo que uno sabe, hacerlo de forma humilde y ver cómo ellos van aprendiendo”.
Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 16 de diciembre de 2018. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.
00:00:00 – Tito Pineda, el músico venezolano que enseña a través de su cultura en esta escuela chilena
En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.
El llamado es para 500 mujeres de entre 18 y 30 años que tengan terminado el ciclo básico secundario.
El programa del Plan Ceibal llamado Jóvenes a Programar incorporó a sus propuestas habituales un llamado a 500 mujeres de entre 18 y 30 años que tengan ciclo básico secundario culminado. Los cursos no tienen costo de inscripción.
Según indica el portal de Presidencia, en las dos primeras ediciones del programa (2017 y 2018) egresaron 1.500 estudiantes. Además, se afirma que las clases son dictadas por referentes de las empresas tecnológicas más importantes de Uruguay.
En este sentido, las estudiantes que ingresen al programa aprenderán a realizar testeos de software. Además, recibirán clases de inglés y adquirirán competencias transversales.
Al finalizar el curso, el Servicio de Intermediación Laboral de Jóvenes a Programar ayudará a las estudiantes a ponerse en contacto con las empresas del sector cuando surja una vacante laboral.
El ministro de Educación, Daniel Alfaro, anunció desde Yurimaguas (Loreto), la aprobación de la «Política de atención educativa a la población de ámbitos rurales»
A fin de impulsar el desarrollo de las poblaciones rurales, el Gobierno aprobó una política de atención educativa para este ámbito que fija varias metas al 2030, entre ellas, que el 60% de estudiantes de educación secundaria alcance aprendizajes de manera satisfactoria y el incremento de 53% a 90% en la culminación de la educación básica de calidad.
El ministro de Educación, Daniel Alfaro, anunció desde Yurimaguas, región Loreto, la aprobación de la «Política de atención educativa a la población de ámbitos rurales«, mediante un decreto supremo publicado en el diario oficial El Peruano.
Alfaro dijo que esta es la primera vez que se establece una política nacional para la población del ámbito rural, la cual busca garantizar la educación básica de sus habitantes; mejorar los logros de aprendizaje, el desempeño docente y las condiciones de infraestructura, así como reducir la deserción escolar.
En el colegio Santo Tomás, el titular de Educación evaluó los resultados de las Redes Educativas Rurales, iniciativa implementada este año en 5 regiones con el objetivo de fortalecer la gestión de las escuelas que las integran.
Este plantel integra una de las 25 redes educativas que funcionan en la región. En la actualidad, hay un total de 50 redes en el país, las cuales se encuentran en Áncash, Loreto, Ucayali, Apurímac y Huánuco.
El funcionario afirmó que tanto las redes educativas, el mapa etnolingüístico, las escuelas de secundaria con residencia y otros avances de la educación intercultural bilingüe serán potenciados con la política rural.
La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, ha dicho hoy que confía en que la reforma educativa con la que se pretende derogar la Lomce inicie su trámite parlamentario en enero.
El primer paso para ello lo ha dado el Consejo de Ministros con la «primera lectura» del anteproyecto de modificación de la LOE socialista de 2006 que a su vez fue reformada por el PP con la Lomce de 2013.
La reforma liderada por Celaá, y que cuenta ya con críticas de los grupos parlamentarios y de la comunidad educativa, «supone una modernización y no un cambio del sistema educativo», ha explicado la también portavoz del Gobierno.
Se trata de un texto «respetuoso con la Constitución», ha añadido la ministra, que ha especificado que ahora es momento de consultas ya que faltan los dictámenes del Consejo Escolar del Estado y otros para poder incluir enmiendas al anteproyecto.
La nueva norma que sustituirá a la Lomce o «ley Wert» afecta solo a la educación no universitaria: 8.179.539 estudiantes de Infantil, Primaria, Educación Especial, Educación Secundaria Obligatoria (ESO), Bachillerato, Formación Profesional y otros programas formativos.
También afecta a 701.373 docentes y a 28.531 centros de enseñanzas de régimen general no universitarias, de los que 19.112 son públicos y 9.419, privados.
Celaá ya presentó su reforma en noviembre a los grupos parlamentarios del Congreso, lo tiene que hacer a las comunidades en Conferencia Sectorial y ayer mismo concluyó el trámite de información pública del anteproyecto, que se denomina de Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo de Educación.
Por su lado, los principales sindicatos de docentes, CCOO, ANPE, STES, CSIF y UGT, han demandado esta semana una participación real del profesorado en la reforma educativa después de reunirse con representantes del Ministerio.
CCOO ha pedido más celeridad para derogar la Lomce, es decir, que se haga a través de un real-decreto ley.
STES ha pedido más consenso sobre la norma porque sino la ley «tendrá su caducidad asegurada».
ANPE ha calificado la reforma de «solo una contrarreforma de la Lomce y no la reforma global y profunda que necesita la educación en España».
CSIF cree que el anteproyecto «no da estabilidad al sistema y no recoge un currículo básico en todo el país, ajustado a criterios pedagógicos y científicos, ni unas horas lectivas mínimas, especialmente de castellano».
UGT ve «imprescindible» que la reforma incluya una memoria económica.
La Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa) critica la falta de diálogo de Celaá y que el texto no garantice los conciertos y ningunee la enseñanza de la religión.
La reforma educativa de Celaá persigue, entre otros objetivos, que los alumnos de Primaria y Secundaria estudien Valores Cívicos y Éticos, que la Religión no sea computable, y que el Bachillerato sea más flexible y se pueda superar con una asignatura suspensa.
Además, se eliminan las reválidas, aunque habrá evaluaciones de diagnóstico muestrales; se recupera la anterior prueba de acceso a la Universidad.
Los contenidos básicos del currículo serán diseñados por el Gobierno y se tendrán que cumplir en un 55 % de los horarios escolares en las comunidades que tengan lengua cooficial y en un 65 % en aquellas que no la tengan.
Las Administraciones educativas fijarán la proporción del uso de la lengua castellana y la lengua cooficial como lengua vehicular, así como las materias que deban ser impartidas en cada una de ellas.
Respecto a los centros concertados, se elimina la «demanda social» para su oferta. Se establece que la programación debe asegurar la existencia de plazas públicas suficientes. Corresponde a las comunidades el desarrollo del régimen de conciertos a partir de la regulación general establecida por el Gobierno.
De la población que llega a las aulas, nueve de cada diez tienen un bajo desempeño y no alcanzan el nivel mínimo de conocimientos y habilidades en lectura, matemática y ciencias. Los datos fueron revelados durante la presentación de la prueba internacional Pisa para el Desarrollo (Pisa-D), en la que Guatemala participó por primera vez.
En esta evaluación se involucraron países de medianos y bajos recursos, en similares condiciones socioeconómicas, políticas e infraestructura. En la lista se encuentran Honduras, Panamá, Ecuador, Paraguay, Zambia, Senegal, Camboya y Bután.
La prueba se efectuó a 5 mil 100 estudiantes de establecimientos públicos y privados del área rural y urbana durante el 2017. Los resultados señalan que los jóvenes no llegan al mínimo del promedio de conocimiento esperado. Cuando el puntaje aceptable debería ser 400, los alumnos guatemaltecos obtuvieron un resultado de 369 puntos en lectura; y siete de cada diez jóvenes mostraron un bajo desempeño en dicha materia.
Las cifras en ciencias tampoco son alentadoras, pues el puntaje fue de 365 sobre un mínimo aceptable de 400, y se reporta que siete de cada diez estudiantes tienen un nivel inferior al promedio de las pruebas. Los números más bajos están en matemática, con 334 puntos, y acá nueve de cada diez no consiguió superar el desempeño básico establecido en los estándares internacionales de educación que representa Pisa-D.
387 mil 167 población de 15 años esperada, según el Instituto Nacional de Estadística 2017.
En la escuela se evidencian las diferencias de desempeño entre mujeres y hombres, que muchas veces están reforzadas por lo que dicta la sociedad, que las relega áreas donde no desarrollan su habilidad numérica. De esa cuenta, ellas alcanzaron mayor puntaje en lectura, 375, 12 puntos más que los varones. En el tema de matemáticas, ellos tienen un promedio de 340 puntos, 12 por arriba de las niñas. En ciencias, los varones alcanzaron 367 puntos, y las mujeres 362.
El bajo desempeño de los estudiantes guatemaltecos guarda similitudes con Honduras y Paraguay que reportan datos similares, pero se ubica al país por arriba de Camboya y Zambia. Al comparar los resultados con países de Latinoamérica, Guatemala tiene las cifras más bajas junto a República Dominicana.
Los resultados son poco alentadores, pero el informe presentado señala que más allá de las cifras y del ordenamiento jerárquico de los países involucrados, es necesario centrarse en la información que permite conocer quiénes son los estudiantes, qué sienten, cómo perciben su contexto, además de las condiciones en que se encuentran en las aulas.
De acuerdo con Veronica Spross, de Empresarios por la Educación, el que Guatemala haya participado en las pruebas Pisa-D permite obtener información valiosa para generar políticas y estrategias para mejorar la calidad educativa en el país. “Es necesario fortalecer el nivel medio, la transformación es urgente y necesaria, los jóvenes deben poder tener acceso a una educación para la vida”, refirió, pues los resultados que arroja la evaluación reitera las deficiencias de los estudiantes ya conocidas en las pruebas de graduandos que se realizan cada año.
Entre rural y urbano
La brecha entre el área rural y urbana continúa. El 26% de la población estudiantil que fue parte de Pisa-D está localizada en zonas rurales, y su desempeño fue menor de quienes estaban en zonas urbanas. Los primeros obtuvieron 62 puntos menos, que equivale a un rezago de dos años de escolaridad comparado con quienes habitan en las áreas urbanas.
183 mil 780
personas de 15 años en el nivel medio, según el Anuario Estadístico del Mineduc 2017.
Aquí influye la brecha existente entre hombres y mujeres, así como nivel económico, social y cultural, entre otros. Pero también influye el poco acceso a recursos materiales y didácticos que desfavorecen a las escuelas rurales. Los centros educativos del área rural tienen menos disponibilidad de estos recursos que una escuela urbana de Senegal, revela el informe.
Repiten a las aulas
Otro tema que llama la atención en los resultados de Pisa-D es la elevada tasa de repitencia, que Guatemala tiene la más alta de la región. El país se encuentra en el cuarto puesto de los que reportan las mayores cifras, y está por detrás de Senegal, Zambia y Colombia.
104 mil personas de 15 años fuera de la escuela.
Al analizar los datos se encontró que el 36% de los evaluados señaló que habían repetido un grado, al menos una vez en primaria o secundaria estuvieron en el mismo grado.
Las diferencias de género son evidentes, pero en este caso favorece a las niñas, pues cuatro de cada diez hombres repitieron el año escolar, mientras que en el caso de ellas fue de tres de cada diez.
Por otro lado, los estudiantes que hablan un idioma diferente repiten más, un 42%, en comparación con quienes hablan el mismo idioma en la escuela y en casa, que representa el 36%.
Poca inversión
De acuerdo con el director de Educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Andreas Schleider, una de las grandes preocupaciones es la baja inversión que Guatemala destina a Educación, lo que explicaría los bajos resultados obtenidos en la prueba Pisa-D.
«Lo que queda muy claro es que Guatemala invierte mucho menos en la educación en comparación de otros países alrededor del mundo», refirió. «El dinero no garantiza la educación, sin embargo, si es una base para los mejores resultados con respecto a educación», agregó.
Por cada estudiante que cursa hasta el nivel básico el país gasta US$6 mil 104 (Q47 mil 183.92, al tipo de cambio de referencia de Q7.73), una cifra que está muy por debajo del promedio de países de Latinoamérica que fueron parte de las pruebas Pisa 2015 y Pisa-D, que invirtieron US$26 mil 633 (Q205 mil 873.09).
Pruebas Pisa-D
Fue durante el 2017 que se desarrolló la evaluación internacional, que tuvo como fin medir las capacidades de los estudiantes para entender y resolver problemas reales a partir de la aplicación de conocimientos de ciencias, lectura y matemática. De esa cuenta se partió de la pregunta ¿qué saben hacer los jóvenes dentro fuera del contexto escolar antes de ingresar al mundo laboral?
El resultado de las pruebas busca proveer de insumos para identificar factores escolares que mejoren la calidad y la equidad en el sistema educativo, y apoyar a cada país en la creación de nuevas políticas que permitan un cambio positivo en la educación.
Óscar Hugo López, ministro de Educación, mencionó que Pisa-D será un elemento «clave» para los proyectos que se deberán implementar en los próximos años, para reducir las brechas que se han identificado en el estudio.
Entre esas acciones está la profesionalización de los profesores que trabajan en el nivel medio, en este punto ya se trabaja en la especialización en matemáticas, comunicación y lenguaje, ciencias sociales y de liderazgo.
Otro aspecto es la adecuación curricular -de 15 se modificó a 10 cursos-. «Se están haciendo los estudios para llevar los programas de apoyo al nivel medio (valija didáctica, útiles escolares, becas de estudio y programa de alimentación escolar)», dijo López.
Las medidas se implementarán con mayor énfasis en áreas donde los estudiantes están presentando más dificultades: las áreas rurales.
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