El Programa de Implementación, Desarrollo y Gestión TIC, que depende de la Secretaría General, llevará a cabo una nueva serie de cursos gratuitos de capacitación en herramientas TICs abierto para todos los docentes y ayudantes de la Universidad Nacional de Rosario. Se dictará Sede de Gobierno y contendrá varios módulos con el objetivo de brindar conocimientos necesarios para trabajar en Internet, según publica el sitio de esa Universidad.
El curso comenzará el 21 de agosto y está compuesto por módulos (que no son correlativos entre sí) de cuatro semanas cada uno, con una duración aproximada de 90 minutos. El primero será sobre la utilización de la plataforma Google Drive y el almacenamiento en la nube, mientras que la segunda unidad estará destinada a herramientas de presentaciones interactivas, centrándose sobre todo en el uso de Prezi y Power Point. Por último, en el tercer módulo se trabajará con aplicaciones on line para generar y compartir contenidos digitales. Al finalizar cada módulo se entregaran tutoriales del mismo y los certificados correspondientes.
El Programa de Implementación, Desarrollo y Gestión TIC se propone elaborar políticas integrales de asesoría y capacitación a través de un programa de contenidos que brinde a los docentes un acompañamiento permanente en la adquisición e incorporación de las TICs en su práctica, poniendo a su disposición materiales y herramientas web 2.0.
Desde hace varios años los avances tecnológicos han llevado a modificar la estructura y modo de organización en las aulas, a partir de la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, comúnmente conocidas como TICs. Estas transformaciones proponen un ámbito de aprendizaje mucho más activo, donde los estudiantes sean estimulados para que desarrollen el conocimiento de manera participativa. Es así que de alguna manera este nuevo modelo áulico debe combinar el uso presencial de las TICs con el uso on-line de distintas herramientas.
Para participar en el curso es necesario inscribirse previamente. La misma podrá hacerse de manera online a través de este link: www.herramientastics.unr.edu.ar.
Daniel Samyn (Kajianteya, la que tiene fortaleza, 2012) trabaja su nuevo documental, 16 a 18(2018), en base a testimonios de alumnos de la Escuela de Reingreso 2DE4 Trabajadores Gráficos a la que concurren adolescentes de barrios como La Boca, Barracas o Isla Maciel, entre otros.
El documental se construye básicamente en base a una serie de testimonios frente a cámara de un grupo de chicos que, por diferentes motivos, debieron abandonar sus estudios tradicionales y más tarde, por propia voluntad, reingresaron al sistema educativo pero no en una escuela clásica sino en otra que propone otro modo de enseñanza.
La propuesta de Samyn es interpelar al grupo sobre tópicos que tienen que ver con la educación, la familia, las drogas, el bullying, la violencia, las carencias y los diferentes conflictos a los que deben enfrentarse en el día a día. Pero también trazando un paralelismo con la situación económica del país desde la crisis de 2001 a la actualidad para reflejar como la deserción o incorporación al sistema educativo van en total sintonía con esta.
En los últimos tiempos varios trabajos cinematográficos han abordado el tema de la educación, pero lo novedoso en 16 a 18 es que el eje del relato lo llevan los propios alumnos. No son los profesores, ni los directivos, ni funcionarios, ni los padres quienes expresan las falencias del sistema educativo como lo conocemos, sino que a través de chicos y chicas con diferentes problemáticas Samyn realiza un mapa sobre el fracaso de la educación pública convencional.
En su mayor parte, 16 a 18 se compone de fragmentos con alumnos hablando frente a cámara, algo que lo vuelve cinematográficamente pobre, pero más allá de esta falencia lo relevante es ver la articulación de un relato en donde queda claro que el sistema educativo actual necesita ser reformulado si lo que se quiere es evitar la deserción escolar de los adolescentes en estado de mayor vulnerabilidad.
El 90% de los estudiantes con discapacidad en Kenia no recibe una educación adaptada. Un cantante ha abierto una escuela inclusiva en la aldea de Kabondo para acabar con el estigma
A Baba Gurston le habría gustado tener un profesor como él. Uno que entendiese lo que es correr para quien no puede caminar. Uno que susurrase lecciones a los oídos a los que les cuesta escuchar. En realidad, a Baba Gurston le habría gustado tener un profesor. A él, hasta los diez años no le dejaron ir a la escuela. “Mis músculos eran demasiado débiles para moverme”. Una discapacidad genética quebraba sus pasos: sus brazos eran más largos que sus piernas. Eso, en una aldea de campesinos que cultivan maíz en los cerros que vigilan el lago Victoria, en la Kenia fértil que casi es Uganda, es peor que una plaga. Peor incluso que una maldición.
“Las personas con discapacidad son el grupo más desfavorecido y marginando, los que más discriminación sufren en todos los niveles de la sociedad: una compleja red de problemas económicos y sociales, incluida la desigualdad de género, crean barreras educativas, sociales y económicas. Por tanto, un número desproporcionado de niños y adultos con necesidades especiales no pueden acceder a una educación adecuada y son analfabetos”, resume un informe del propio Gobierno keniano..
Alumnos de la escuela inclusiva, en el patio del centro antes de asistir a las últimas clases de la mañana.PABLO L. OROSA
Apenas el 2% de los 750.000 jóvenes con discapacidad en edad escolar en Kenia reciben una formación adaptada a sus necesidades
Más allá de las cifras, son jóvenes como Byron que despiden cada mañana a sus hermanos antes de ir a la escuela. Para ellos no hay pizarras ni clases de inglés, solo paredes mudas con las que esconderlos del mundo. Tener ceguera, albinismo o trastorno del espectro autista es un salvoconducto a la marginalidad. “Las familias se sienten estigmatizadas y tienen miedo de mostrar al crío en público”, señalan los expertos gubernamentales. A Byron, el más tímido de los tres compañeros de pupitre, lo tuvieron durante meses en casa. “Hasta que convencimos a los padres de que él no era diferente, solo que no era tan fuerte como sus hermanos”, interviene Gurston. Ni siquiera están seguros de lo que debilita su cuerpo. Puede ser algo genético, pero también la malaria. O la polio.
Esta cadena de estigmatización se extiende a través del sistema educativo. Pese a los grandes esfuerzos por mejorar, con la puesta en marcha en 2003 de la educación primaria gratuita, los menores con diversidad funcional siguen siendo un colectivo olvidado. Hay poco más de un centenar de escuelas especializadas y algo más de 1.300 unidades adaptadas en los centros públicos. La mayoría carecen de instalaciones y equipamiento adecuados.
Entre el profesorado, solo el 1% ha recibido formación para atender a alumnos con necesidades especiales múltiples. “Hace falta más formación específica, ya que son muchos los prejuicios que rondan en torno a la discapacidad y ello ejerce una fuerte oposición hacia la inclusión. Es imprescindible que la formación que se dé al profesorado sea específica a las dificultades que se encuentran. Es un tópico real que desde la universidad se promueven aspectos teóricos, que pocas veces se asemejan al día a día que tienen los maestros en sus aulas. Necesitan herramientas útiles y apoyos continuos, no un amplio conocimiento sobre discapacidad y una ayuda puntual que pronto quedará en el olvido”, apunta Saínza Ramos, pedagoga experta en el trastorno del espectro del autismo.
Solo el 19% de los alumnos con diversidad funcional concluyen su formación secundaria en Kenia
El ejecutivo de Uhuru Kenyatta, reelegido el pasado otoño, ha tratado de frenar esta deriva aumentando las ayudas a los padres que matriculen a sus hijos con discapacidad hasta los 2.040 chelines (23 dólares) mensuales. Este dinero, arguyen las familias, apenas alcanza para hacer frente a los gastos de transporte. “Las personas con discapacidad, especialmente los niños, viven en entornos hostiles donde su seguridad está comprometida y su futuro en peligro. Permanecen marginados y sin oportunidad de avanzar, sin voz a consecuencia de los prejuicios, la violencia y el abuso social”, concluye el informe gubernamental.
La escuela del ‘reggae’
Baba Gurston, quien impulsa la escuela inclusiva de Kabondo, en la entrada del recinto.PABLO L. OROSA
En la entrada del aula hay un sinfín de zapatos. Tienen tantos colores como formas. Hay sandalias, mocasines y katiuskas. La mayoría negras, pero también verdes y rosas. Todas, sin excepción, cansadas de tanto barro y tanto caminar. En Kabondo la gente camina mucho: para preparar la tierra, para ir al mercado y al médico, para ir a la escuela los que pueden ir a la escuela. Es una comunidad humilde, bendecida con una tierra fértil en maíz, patatas dulces, tomates y hortalizas, pero en la que no sobra dinero para enviar a los chicos al colegio. Menos aún a los que tienen algún tipo de discapacidad.
Convertido en una estrella del reggae en Kenia, Baba Gurston creó una escuela en la que, de los 83 alumnos, 15 tienen algún tipo de discapacidad
A Byron, con el cuerpo enflaquecido y la boca parca, lo tenían escondido en casa. A Yael, seis años contados en episodios de epilepsia, también. De no ser por esta escuela, la escuela del reggae, los chicos de Kabondo no podrían ir al colegio. Los que tienen discapacidad, seguro; los que no, quizá tampoco. Aquí la pelea por la educación es diaria e individual. Hay que convencer a las familias, una por una. Día a día. «Futuro a futuro», parafraseando al propio Baba Gurston. Porque él lo tiene claro: “En esta escuela estamos abriendo un futuro para estos niños”. Para los 83, incluidos los 15 con discapacidad.
En las cuatro aulas levantadas donde hace dos años solo había pastos no hay distinción posible. Aquí todos los alumnos son iguales. El que tiene el cuerpo envilecido o el que tiene ceguera. En la escuela de Baba Gurston solo hay un lema: Disability is not inability (la discapacidad no es incapacidad). “Por raro que parezca la educación inclusiva favorece principalmente a los niños que no tienen ningún tipo de discapacidad, y ya no solo por todos los valores que promueve sino porque aprenden a sentirse parte de un grupo, reconociendo capacidades dentro de todas nuestras discapacidades, aspecto clave para crecer en el mundo laboral formando equipos”, apunta Ramos.
“La gente cree que la gente con discapacidad no tiene talentos, pero no es cierto, sí los tiene”, señala Gurston. Él, el chico que hasta los diez años no podía ni caminar, es hoy el mayor exponente de lo que se puede lograr derribando las barreras de los estereotipos. Tras nueve meses recorriendo los círculos del infierno, los tres primeros bañándose en el ungüento de hierbas preparado por una curandera y los otros seis encerrado tres horas al día en un agujero de barro bajo el sol, según cuenta, los músculos de Baba Gurston aprendieron a sostenerse. Lo suficiente para recuperar el tiempo perdido. Llegó a secundaria, donde entre los 1.200 alumnos era el único con discapacidad: “Me decían cosas, me intimidaban e incluso me robaban”. Pese al bullying, fue un alumno brillante: dominaba la gramática y la música como el mejor.
Con 17 años se marchó a Kibera, uno de los mayores slums del África, la ciudad sin nombre inmortalizada por Hollywood en El jardinero fiel. Allí conoció a otros como él. Artistas. De la mano del Kibera Creative Arts puso en marcha un grupo en el que los bailarines con algún tipo de discapacidad eran las estrellas. Fue su primer éxito. Suficiente para aliviar una vida dura: en Kibera no hay vidas que no lo sean. “Para mí lo peor era la distancia que tenía que caminar a diario: era casi una hora y media y eso es mucho para mí”, asegura Baba, hoy sentado a la sombra en el único despacho de la escuela. Es una habitación pequeña, de paredes claras y desnudas, con tres sillas y una mesa repleta de libros y carpetas impecablemente ordenadas. También hay dos grapadoras, varias libretas y un juego de bolígrafos. Y el teléfono de Baba.
—¿Por qué decidiste volver?
—Un amigo me convenció. A mí no me gustaba la idea de ser profesor, pero empezamos a hablar de educar a niños pequeños…
Por aquel entonces, hace algo más de dos años, Baba Gurston ya era un reconocido cantante en la escena alternativa keniana. Una de las estrellas de los Art Attack Festival. “La gente se vuelve loca cuando él sale al escenario”, afirma uno de los jóvenes de Kibera que creció viéndolo actuar. Sus ritmos reggaesuenan en Ruanda, Tanzania, Uganda o Etiopía. También en Suecia, donde un artista local, Peter Lundback, se ha convertido en su gran aliado. Su posición —y sus ingresos— le permitieron poner en marcha la escuela. Volver a Kabondo para darle a los pequeños un maestro que él nunca tuvo.
“No queremos que los niños con discapacidad crezcan aparte, que les digan que son especiales. ¡No hay nadie especial! Queremos que sean como los demás. La principal razón por la que existe la discriminación es porque nos separan, esconden a los niños y eso genera rechazo. Si los niños crecen entre iguales se reconocen en ellos, reconocen que ellos también pueden ser vistos como distintos: así es como pasan a ser uno más”, explica. “No hay nada mejor para potenciar el desarrollo de un niño que con el apoyo del grupo-clase, niños conscientes de que todos tenemos dificultades que con ayuda de los demás son menos dificultades”, concuerda Ramos.
Por eso, esta mañana en la clase de ciencia de la señorita Julie no hay miradas distintas para Byron ni para Yael. Tampoco para Jacob. Solo hay un profesor pendiente de ellos. Para ayudarlos. “Les hacemos un refuerzo después de la clase”, explica la maestra. El modelo funciona: “Yael, por ejemplo, iba con un poco de retraso, pero ya hace casi todas las actividades con sus compañeros”. Y Jacob, continúa Gurston, “cada vez se va abriendo más: cuando llegó tenía miedo a hablar”.
En apenas un año, la escuela en la que todo se aprende a través de la música ha conseguido mucho. Hay todavía retos: ampliar las clases, conseguir una furgoneta con la que recoger a los pequeños que viven más lejos y fondos para poder poner en marcha un comedor, pero el primer paso ya está dado. Después de aprender a caminar, ya solo se puede correr.
La UNAM, el Politécnico, el Colmex y las universidades Iberoamericana y de Chapingo instalaron el Comité Interuniversitario M68: Ciudadanías en Movimiento
El repositorio digital reunirá documentos de más de 30 archivos públicos y privados sobre los movimientos sociales, políticos y culturales más significativos, de 1968 al día de hoy, que han impulsado el reconocimiento de derechos en México.
M68: Ciudadanías en movimiento será el archivo digital creado y documentado por la UNAM, el Politécnico, las universidades Iberoamericana y Autónoma de Chapingo así como el Colegio de México para preservar los movimientos sociales políticos y culturales derivados del Movimiento Estudiantil de 1968.
La colaboración del Comité Interuniversitario permitirá integrar, investigar, preservar y difundir acervos como el archivo fotográfico El Heraldo Gutiérrez Vivó-Balderas, así como la Colección Documental del Movimiento de 68 y el Fondo Ana Victoria Jiménez sobre la lucha feminista, resguardados por la UIA.
El Colmex integrará sus archivos México 1968, Movimientos armados en México, recursos de información y documentos conjuntados por el académico Sergio Aguayo.
El IPN participará con la selección de fotografías resguardadas en el Archivo General de la Nación, sobre su participación en el movimiento, y el Canal 11 colaborará con una selección de materiales audiovisuales sobre movimientos sociales.
La UACh colaborará con la recopilación de testimonios y ensayos de integrantes de dicha universidad sobre el movimiento estudiantil, así como otras investigaciones y publicaciones en torno a la huelga nacional de las escuelas de agricultura, realizada en 1967.
Por su parte, la UNAM — a través del Centro Cultural Universitario Tlatelolco— será la encargada de resguardar el macro almacén digital e incorporará acervos de sus dependencias como el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), y la Coordinación de Difusión Cultural, quien participa a través del Museo Universitario Arte Contemporáneo, Radio UNAM, TV UNAM, Filmoteca, el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, la Casa del Lago Juan José Arreola, el Museo Universitario del Chopo y del propio Centro Cultural Universitario Tlatelolco, señaló la máxima casa de estudios en un comunicado.
Además, se contará con la colaboración de la Coordinación de Colecciones Universitarias Digitales y del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, así como de la Biblioteca y Hemeroteca Nacional de México y otras bibliotecas.
El repositorio digital se lanzará en octubre y será la columna vertebral del proyecto expositivo del CCUT, pues derivará en la apertura del Memorial del 68 y Museo de los Movimientos Sociales que busca dignificar la memoria de quienes participaron, lideraron y fueron víctimas del movimiento estudiantil.
El nuevo Memorial del 68 y Museo de los Movimientos Sociales estará ubicado físicamente en la antigua Sala de Colecciones Universitarias, cuya superficie es de mil 700 metros cuadrados.
La editorial Cuadernos Negros, en alianza con El Espectador, lanzó una Convocatoria nacional de Novela Breve que irá hasta el 09 de septiembre de 2018 a
Cuadernos Negros, editorial que fue creada en 2006 por los escritores Bibiana Bernal y Umberto Senegal, pertenece a la Fundación Pundarika, entidad sin ánimo de lucro que se fundó en 2003 en Calarcá, municipio del Departamento de Quindío, y que promueve la lectura y la escritura principalmente en la infancia y en poblaciones de escasos recursos que no cuenten con una educación gratuita y de calidad.
La editorial, que complementa el Proyecto de La literatura es nuestro cuento, está sustentada con más de 80 títulos en ediciones de formato y con un costo accesible para los lectores. Entre las obras publicadas se destacan los géneros de poesía, minificción, cuento y ensayo. Así, textos como Silencios de Hadaverde de Leidy Bernal, El boom de la minificción de Lauro Zavala, Concierto de Mayo de Javier Tafur y El escritor y Calarcá de Humberto Jaramillo sobresalen entre los títulos publicados. La idea de la Convocatoria para este año es abrir la posibilidad para que escritores mayores de 25 años puedan presentar sus textos inéditos y participar por la publicación de su novela con el sello editorial de Cuadernos Negros y la correspondiente circulación del texto con El Espectador a nivel nacional.
Tanto la Fundación Pundarika como la Editorial Cuadernos Negros han logrado beneficiar a la población infantil de Calarcá mediante talleres y actividades que enlazan la literatura con el contexto geográfico, social, cultural y político de la región. De esa manera, alrededor de 12.000 personas se benefician no solamente se inculca el hábito de la lectura y la escritura en los menores, sino que también que promueve sentido de pertenencia y conocimiento por el territorio que habitan y las posibilidades que éste le ofrece al país.
Las bases para participar en la Convocatoria son las siguientes:
-Se podrán postular escritores de 25 años de edad en adelante, nacidos y radicados en Colombia.
-La obra debe ser inédita, de máximo 100 páginas tamaño carta, a espacio 1,5, letra calibri 12.
– La obra se enviará en un archivo PDF, con seudónimo. En un archivo PDF adicional se incluirán título, seudónimo, nombre, correo electrónico, teléfono y la cédula escaneada.
– El plazo máximo de envío será el 9 de septiembre, hasta las 11:00 p.m.
-El jurado estará conformado por tres escritores colombianos de reconocida trayectoria.
-La novela ganadora se publicará en el sello editorial Cuadernos Negros. Circularán 3.000 ejemplares a nivel nacional con El Espectador. El 10% de las ventas de dicho tiraje será para el ganador, además de 100 ejemplares del libro, como pago de derechos.
-La postulación de las obras equivale a la aceptación de los términos de la convocatoria.
«Cada universidad debe saber dónde tiene sus fortalezas y apostar por ellas»
«Las cuotas las ha habido siempre en los gobiernos, no sólo desde el feminismo. Pero eran cuotas calladas»
«No tiene sentido que en la misma ciudad haya posgrados muy parecidos. Hay que avanzar en más racionalidad y especialización»
«Hay que buscar maneras de incentivar a los mejores expedientes, a los excelentes»
«Las empresas han tenido mano de obra tan barata y en condiciones tan precarias, que se han desentendido de la formación»
Entre sus autores favoritos se encuentra Paul Auster, pero el libro que tiene sobre la mesa de su despacho es El estado emprendedor, de la economista italo-americana Mariana Mazzucato, profesora en la University College London (UCL). Y no es una casualidad. Además, es feminista confesa, militante y hace apostolado permanente de la causa. Catedrática de Historia Económica y experta en instituciones económicas, Lina Gálvez lleva dos meses al frente de la Consejería de Conocimiento, Investigación y Universidad y tiene entre sus competencias todo lo que atañe a la economía social y la externalización de las empresas a través de la sociedad Extenda, que ella preside.
¿Usted se reconoce como la ‘cuota feminista’ del Gobierno de Susana Díaz?
No. Aunque no tengo problema en ser cuota de nada porque es un concepto que siempre he defendido. Cuotas siempre ha habido en todos los gobiernos, aunque han sido cuotas ‘calladas’, no explícitas, y me refiero a las cuotas territoriales, por ejemplo. Pero creo que con mi nombramiento se buscaba ampliar el espectro del gobierno.
¿Y cómo se lleva la perspectiva de género a algo tan técnico como la externalización de las empresas?
Yo creo que es un campo muy político, no sólo técnico. Extenda es una herramienta muy valorada por el mundo empresarial. Si la usamos para dar mayores cuotas de poder a las mujeres, pues les damos visibilidad en un ámbito que se considera estratégico. Hemos incorporado al Instituto de la Mujer (IAM) a su consejo de administración.
Sin embargo, la Junta de Andalucía se ha convertido en una de las grandes generadoras de empleo precario, y esa precarización es mayoritariamente femenina. Me refiero, por ejemplo, al uso de subcontratas para prestar servicios.
Empleo no es mi ámbito de actuación, pero conozco muy bien la realidad del mercado de trabajo. La precarización del trabajo, que era específicamente de la mujer, ha llegado también a los hombres y muy especialmente a los jóvenes, que son los grandes pagadores de la crisis. Conozco bien lo que ha ocurrido en la Universidad, por ejemplo. Durante la crisis se ha tirado de figuras de contratación muy precarias porque era la única manera de seguir manteniendo los servicios mínimos. Lo importante es que eso se esté revirtiendo.
El Gobierno de Susana Díaz nombró a su antecesor, Antonio Ramírez de Arellano, que era entonces rector en la Hispalense, precisamente para que impulsara la reforma del modelo de financiación de las universidades. Se ha ido del departamento y esa reforma no se ha hecho.
De alguna manera, el Gobierno andaluz estaba pendiente de la reforma de la financiación autonómica. Con escasos recursos es muy díficil establecer un reparto de forma permanente. Pero sí creo que hay definir una regla de juego transparente que permita diseñar mejor las prioridades, establecer mecanismos de rendición de cuentas e interpretar mejor los indicadores, porque la realidad es que la Universidad de Granada y la Pablo de Olavide no tienen nada que ver entre sí. Y esa diversidad hace mucho más complejo el reparto.
Dice que entre sus prioridades está la confección de un mapa de titulaciones en función de las necesidades del mercado. ¿Y, cómo que eso no se ha hecho ya? ¿Quiere decir que seguimos en manos de los lobbies universitarios?
Depende. Evidentemente, cada grado o título de máster que se crea tiene un proceso de certificación y de aprobación obligado. Pero también hay muchas diferencias entre universidades. Por ejemplo, en la Pablo de Olavide todo el diseño del posgrado se hace de forma centralizada, no desde las facultades, y, por tanto, más alejado de esos lobbies. Ése es el modelo que me gusta y que yo impuse cuando fui vicerrectora de posgrado. Y evidentemente no gustó a esos grupos de poder que siempre hay en las universidades. Lo que queremos ahora es elaborar un estudio que se adelante un poco a las necesidades futuras.
¿La cuarta revolución industrial?
Sea tercera o cuarta, se va a producir una irrupción tecnológica muy profunda. Y creo que es el momento de repensar el mapa y de usar las sinergias en posgrados conjuntos. No tiene mucho sentido que en una misma ciudad haya posgrados que se parecen mucho. Hay que avanzar en más racionalidad y especialización.
Ustedes han puesto en marcha el programa ‘Talentia senior’ para atraer a investigadores. ¿Tiene eso que ver con que falta versatilidad en las plantillas?
Le hemos trasladado al ministro la necesidad de elaborar un estatuto del PDI (Personal Docente e Investigador). Hay que reformar la carrera del PDI, dotarla de mayor flexibilidad. En Cataluña tienen su propia carrera paralela. Se están dando pasos en diferentes vías precisamente para alcanzar esos objetivos.
¿Es el modelo catalán del ICREA el que se quiere implantar en Andalucía?
No exactamente. La Generalitat creó un organismo externo, que es el que contrata al margen de las universidades. Ese modelo ha atraído talento y ese talento a su vez ha captado muchos fondos internacionales de investigación, con lo que al final esa inversión retorna a la Universidad. Pero no todas las universidades catalanas están igual de contentas con el modelo. Nosotros queremos traer este curso a 10 investigadores de fuera, que no es poco para empezar.
Hemos conocido recientemente los resultados del ranking de Shangai. ¿Hay que trabajar por estar en esos rankings internacionales?
Lo primero es reconocer que a Granada le ha ido muy bien en Shangai y hay que estar satisfechos. Pero, en líneas generales, habría que relativizar los rankings. Por ejemplo, los resultados distan mucho si se tienen en cuenta los datos per cápita o no. La mayoría de los rankings miden un tipo determinado de investigación en revistas que se llaman ‘de impacto’ las cuales están controladas por las mismas empresas que se dedican a los rankings. Hay que poner los resultados también en relación a la inversión en investigación de los territorios, tanto la pública como la privada. Si en España estamos ligeramente por encima del 1%, en EEUU están en el 3% y en Gran Bretaña, por encima del 2%. Dicho esto, creo que cada Universidad debe saber dónde tiene sus fortalezas y apostar por ellas, porque es lo que nos garantiza resultados, aunque sin volvernos locos con los rankings.
Con la bonificación de matrículas se ha rebajado la ‘matrícula de honor’ al 5. Se prometió plantear incentivos también para los expedientes brillantes. Nada se ha hecho, sin embargo.
Efectivamente, hay que pensar en maneras de incentivar a los excelentes. Ni como alumna ni como profesora me han gustado nunca los aprobados generales ni el ‘café para todos’. Me parece muy injusto. Pero tener un buen expediente tiene sus ventajas inherentes. Por ejemplo, para hacer la carrera como investigador universiario. El otro día escuché a un señor de una empresa de captación de talentos decir que el expediente no era ya tan importante. Yo me indigné mucho y le dije: «Qué pasa, que, ahora que somos las mujeres las que tenemos mejores notas, ¿ahora ya no son importantes?».
¿Y no puede ser que el perfil académico tiene poco que ver con el perfil del trabajador que buscan las empresas?
Ése es otro mito. Además, las empresas están representadas en las universidades a través de los consejos sociales. Y, desde Bolonia, tienen voz en las evaluaciones, las acreditaciones… La formación no es responsabilidad exclusivamente de las universidades y del sistema educativo. Las empresas han tenido mano de obra tan barata y en condiciones tan precarias, que se han desentendido de la formación. Pues bien, tienen cauces en la Universidad para decir qué tipos de profesionales necesitan, así que también tienen que ponerse las pilas. Tenemos que avanzar en las FP duales, en los grados duales, en los doctorados industriales…Eso implica una inversión también de las empresas.
Con todo lo que hemos visto en los últimos años, la Junta no está para dar muchas lecciones en cuestión de formación para el empleo. Ese prestigio perdido va a tardar años en recuperarse.
Yo le hablaba más desde el ámbito de la Universidad, porque la formación para el empleo no está entre mis competencias, pero habrá que recuperar ese prestigio porque nos jugamos mucho en ello. Lo único que puedo hacer desde esta Consejería es mejorar la comunicación y las sinergias entre la empresa y la universidad, tanto en formación como en investigación.
Otro de los mantras durante la crisis ha sido que había que cambiar el modelo productivo. Como experta en instituciones económicas, ¿encuentra usted algún indicio de que efectivamente haya cambiado?
La inercia, el path dependence, es muy terca. La clave está en la innovación. Y la innovación también desde otras perspectivas, por ejemplo, la de la economía social. Hemos mejorado muchísimo en las exportaciones. Esto tiene que ver con buenos productos, buen marketing, sabiendo cómo llegar a los mercados y, en eso Extenda está haciendo una magnífica labor. Creo que es una buena herramienta de política pública. Pero también necesitamos un crecimiento endógeno. Un mercado interior fuerte, con salarios decentes y suficientes para que suba el consumo. Y para eso hay que mejorar el reparto de los beneficios, y creo que esa capacidad la tiene la economía social, que reparte la riqueza y asienta a la población en el territorio.
Como referente feminista, me gustaría confrontar con usted una reflexión casi personal. ¿No existe un riesgo real de volver a los tiempos del sexo débil, por la vía de convertir a la mujer en víctima por el hecho de serlo? Ahora le estamos pidiendo a los taxistas que nos esperen hasta que entremos en casa, a los autobuses que nos dejen bajar fuera de las paradas. A ver, usted y yo pertenecemos a la misma generación y no recuerdo que saliéramos a la calle con tanta prevención.
Pero, porque nos parecían normales comportamientos que no lo son. Como si el precio que había que pagar fuera toparnos por la calle con un exhibicionista.
Pero, entonces, habría que darle a la mujer mas herramientas para que se defienda.
Sí, claro. Entiendo perfectamente lo que me dice y es verdad que estamos transmitiendo mucha esquizofrenia. A ver, yo quiero que mi hija piense que es libre, autónoma y que tome sus propias decisiones, y a la vez le estamos diciendo «tápate», «ten cuidado que te pueden echar burundanga en la bebida». Pero eso no es nuevo, lo que pasa es que en cada época lo afrontamos de forma distinta. Y a mí me reconforta que las chicas jóvenes estén encontrando su manera de hacerle frente, aunque a lo mejor no es la mía. Claro que no estoy de acuerdo con muchas cosas que se dicen, como cuando se intenta excluir la visión del hombre. El feminismo no quiere para la mujer sólo el trozo de la tarta que le corresponde, que sí que lo queremos, ojo; yo quiero la mitad de todo. Pero, sobre todo, quiero otra manera de hornear el pastel, con otra idea del poder, otra idea del éxito, otros valores diferentes. Y en eso necesitamos a los hombres, sin duda. Todos los movimientos tienen sus propias contradicciones. Pero nadie está aquí para repartir carnés de feminista y por eso son importantes los estudios sobre el asunto. Porque se trata de una realidad muy compleja.
Los niños regresarán en septiembre a las escuelas tras una intensa restauración impulsada por el Gobierno con el apoyo de Rusia
Más de cinco millones de escolares sirios regresarán en septiembre a las escuelas tras una intensa restauración impulsada por el Gobierno con el apoyo de Rusia, informó el ministro de Educación, Hazwan al Waz.
La información refleja el vuelco de la situación interna en Siria, tras las severas derrotas infligidas durante el último año a las bandas terroristas empeñadas en derrocar al Gobierno del presidente Bashar al Assad, armadas y financiadas por Estados Unidos y aliados en la región.
Unos 350 000 niños refugiados en países vecinos dejaron de acudir a las aulas el año pasado, informó la organización Save the Children en vísperas del curso escolar 2017-2018.
El titular de Educación explicó que gracias a las maniobras militares del ejército sirio, en colaboración con los militares rusos, desde 2017 se ha logrado reparar gran parte de las aulas destruidas por los bombardeos del conflicto interno que hace siete años persiste en el país.
«Este año esperamos que cinco millones de estudiantes vengan a los centros de enseñanza en el nuevo año escolar, incluidos 50 000 niños y niñas de Guta Oriental», confirmó Waz a Telesur.
El Ministerio de Educación de Siria reprogramó el calendario escolar para garantizar que los estudiantes de Guta que debieron abandonar las clases ante la violencia de los grupos del autodenominado Estado Islámico (Daesh, por sus siglas en árabe), pudieran recuperar los exámenes y terminaran el año escolar. Guta Oriental fue la última región de la vecindad de Damasco liberada de terroristas.
Waz indicó que la inserción escolar ha sido de forma progresiva y significativa, en comparación con la cantidad de menores inscritos el año pasado, lo que demuestra un aumento del índice de escolaridad en la región.
Más de 5 000 escuelas en Siria fueron destruidas por el Daesh, quienes convirtieron las instalaciones educativas en bases militares irregulares para perpetrar los ataques en los que perdieron la vida decenas de miles de ciudadanos sirios, entre ellos numerosos niños.
Ante esta situación, el Gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, habilitó más de 17 000 escuelas para garantizar el derecho a la educación en el país árabe.
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