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España: Todos los sindicatos abandonan la Mesa de Educación de Andalucía

Malestar entre los sindicatos educativos andaluces. Tanto que todos ellos se han levantado de la Mesa Sectorial en la que tienen representación y donde negocian con la Junta. La medida ha sido unánime y tiene como fondo la decisión de la Consejería de divulgar a los medios de comunicación el contenido del nuevo currículum educativo antes de acabar de negociarlos con los representantes de los trabajadores, han esgrimido éstos.

Así, CSIF, ANPE, CCOO, UGT, y Ustea afean a la consejera Patricia del Pozo que cuente fuera del ámbito de la Mesa las cuestiones que no están del todo cerradas. Desde CSIF hablan de «política de hechos consumados» a la hora de presentar las novedades de la aplicación de la Lomloe en Andalucía y de «las dificultades que encuentran las organizaciones sindicales para analizar cualquier documentación».

Desde ANPE señalan que es «práctica recurrente de esta Consejería la de simultanear la publicidad en los medios, con la negociación colectiva pervierte totalmente el espíritu negociador de las mesas». Y recuerdan que «la última muestra de ello, fue el pasado 15 de febrero, cuando la Consejera anunció las novedades curriculares que se le estaban presentando a las organizaciones sindicales en ese momento».

CCOO, por su parte, indica que la titular de Educación «lleva tiempo dando cuenta de decisiones ya tomadas de forma unilateral, e informadas previamente por otras vías, fuera de la Mesa Sectorial». De esta forma, la secretaria general de la Federación de Enseñanza de dicho sindicato, Marina Vega, recuerda a la consejera que «las organizaciones sindicales que estamos en la mesa sectorial somos quienes ostentamos la representación del personal docente andaluz y no vamos a consentir que se nos ningunee».

UGT ha sido más duro y ha señalado que no se prestan a «teatros de negociación», en referencia a las reuniones con la Consejería de Educación cuando ya han hecho público el contenido de las nuevas normas del currículum educativo. Así, añaden, la Junta «cuando ya está todo decidido, e forma unilateral» y «sin contar con los borradores», comparece ante los medios explicando los principales puntos de los currículos que conformarán las enseñanzas en Andalucía.

También se ha pronunciado Ustea, sindicato que ha coincidido en señalar que la Consejería de Educación ha «roto de forma unilateral» las negociaciones con los sindicatos. Eso « constituye un falta de respeto a la legítima representación sindical del profesorado de Andalucía y un ataque a los derechos de representación del personal docente que han visto usurpado su derecho a la participación en la elaboración de una normativa esencial y determinante para sus condiciones laborales futuras», señalan.

Aunque hay coincidencia en la respuesta de los sindicatos, no hay unidad de acción. Esta vez no se han coordinado para lanzar un comunicado conjunto, señalan fuentes cercanas a la Mesa Sectorial de Educación.

https://sevilla.abc.es/andalucia/sindicatos-abandonan-mesa-educacion-andalucia-20230222135726-nts.html

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República Dominicana Lilliam Fondeur: La educación sexual es una herramienta para salvar vidas

La educación sexual es fundamental para que los niños y adolescentes  tengan herramientas que les permitan vivir su sexualidad de manera segura, dijo hoy la ginecóloga Lilliam Fondeur.

Dice que los padres entienden que los niños no tienen derecho a vivir su sexualidad, sin embargo recordó en los niños no se vive igual que  los adultos,  por lo que la educación debe ser de acuerdo a la edad y sin poner en riesgo sus vidas.

Entrevistada en el programa El Día, que se trasmite por Telesistema canal 11, dijo que cuando se ofrece educación sexual los adolescentes tienen herramientas para defenderse.

Recordó  que los adolescentes tienen relaciones sexuales y no le piden permiso ni a los padres ni al profesor.

Es por eso que a  juicio de la  especialista en fertilidad y terapia, si los los jóvenes están educados entren a la relación con “poder”, y  tienen herramientas que les permitan evitar un embarazo, una infección o una violación.

Fondeur dijo que la edad promedio para tener sexo es entre 13 y 14 años,por lo que es necesario que los adolescentes estén informados  y que en el caso de tener relaciones sea  con una persona no  mayor de cinco años de la edad de este  “para que puedan negociar”.

Educación sexual

Con relacion la educación sexual en las escuelas del país, recordó que los  derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos y República Dominicana es dignatarias de esos acuerdos.

“Los derechos sexuales y reproductivos son las  herramientas que podemos darles a nuestros hijos para que se defiendan de una violación sexual y de un embarazo no deseado”, apuntó la experta.

Dice que la educación sexual da herramientas para que las niñas vivan su sexualidad de manera segura.

“La educación sexual en la República Dominicana es el silencio”, pese que el Ministerio de Educación desde la gestión  pasada cuenta con todas la documentación abalada por todos los acuerdos internacionales y organismos de salud para educar en temimos sexuales,  pero que «falta voluntad política».

Apuntó que  es necesario educar a  los más pequeños de la casa  desde los primeros años de  que nadie les puede tocar sus genitales.

Dice que muchos padres no saben cómo educar en términos sexuales a sus hijos, por que ellos nadie los orientó y por eso funcionan de manera reactiva.

Llamó la atención de quienes  ponen la religión por encima de la de la educación y recordó que todos “somos hijos de Dios”, por lo que todos tenemos que tenar las herramientas para salvar nuestras vidas.

Criticó además, a quienes  piensan que hablar de un condón es promocionarlo y que en las Farmacias del Pueblo no vendan métodos anticipativos al igual que lo hacen en las farmacias privadas.

https://eldia.com.do/la-educacion-sexual-es-una-herramienta-para-salvar-vidas/

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Estudiantes chinas denuncian al Ministerio de Educación tras ser sancionados por distribuir banderas arcoíris

Dos estudiantes universitarias han presentado una denuncia este miércoles contra el Ministerio de Educación de China tras ser sancionados en 2022 por distribuir una serie de banderas arcoíris en un campus.

Las estudiantes, de la Universidad de Tsinghua, habían pedido previamente al rectorado la retirada de dicha sanción, que recurrieron también ante la Comisión Municipal de Educación de Pekín.

Ambas habían distribuido una decena de banderas en una tienda del campus en julio de 2022, según informaciones del diario ‘South China Morning Post’. El Ministerio, por su parte, ha señalado que el caso «no cumple con los requisitos para una reconsideración administrativa».

Se trata de una de las pocas demandas presentadas por apoyar los derechos de la comunidad LGTBI en China, donde el tema sigue siendo fuertemente censurado por las autoridades. Las estudiantes, sin embargo, han rechazado contundentemente la acusación de «distribuir material sin autorización» en el campus, un cargo que tiene «un impacto negativo sobre sus vidas».

«Somos un poco pesimistas sobre ganar este caso, pero la demanda todavía tiene su importancia para concienciar a la sociedad», ha dicho una de las estudiantes. Organizaciones de defensa de los Derechos Humanos han aplaudido la decisión y han mostrado su «sorpresa» ante la lucha de las estudiantes para defender su derecho. Además, han calificado la decisión de sancionarlas de «políticamente motivada».

https://www.publimetro.com.mx/noticias/2023/02/22/estudiantes-chinas-denuncian-al-ministerio-de-educacion-tras-ser-sancionados-por-distribuir-banderas-arcoiris/

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Una educación universitaria para la vida

Por: Martha Pérez De Chen/Prensa Libre 

Las instituciones de educación superior (IES) juegan un papel relevante dentro de la sociedad, ya que, por medio de sus funciones sustantivas de educación, investigación y proyección, buscan responder a las necesidades de su entorno e incidir en el desarrollo político, social, económico y cultural, mediante la formación de profesionales que aporten soluciones creativas a los retos actuales.

En las últimas tres décadas, la pertinencia y la calidad de educación superior son motivo de reflexión, por el impacto en el sistema educativo y la problemática que enfrenta: una extensa oferta académica que se brinda en ciertos países sin regulaciones y que en ocasiones no cumple con los elementos mínimos que garanticen el aprendizaje. Según Tünnerman, la percepción del deterioro de la calidad de la educación se identifica por un bajo nivel académico en los estudiantes, poca preparación de los docentes y el uso de métodos centrados en la transmisión de conocimientos y acumulación de información. A su vez Brunner señala que las IES ha sufrido una transformación sin precedentes, relacionada con su proliferación, un cuerpo docente con calidades distintas y el aumento de graduados con características heterogéneas.

La Unesco establece que la transformación de la educación superior, la mejora de su calidad y pertinencia y la resolución de sus dificultades exige la participación no solo de las IES y del gobierno, sino de todas las partes interesadas: estudiantes, familias, profesores, sectores público y privado, medios de comunicación y asociaciones profesionales, entre otras, exigiendo que las universidades asuman mayores responsabilidades con la sociedad. Para hacer posible una educación pertinente y de calidad, que brinde herramientas para la vida, se presentan los cinco rasgos de la Educación de la Compañía de Jesús, desarrollados por Kolvenbach, y Sosa, denominados las cinco “C”, que posibilitan que la aspiración última de los estudiantes sea convertirse en “hombres y mujeres para los demás”:

1. Competente: cuenta con una sólida formación académica que le permite profundizar críticamente en los avances de la ciencia y la tecnología, cuestionando la realidad para contribuir a transformarla.

2. Consciente: se conoce a sí mismo por su capacidad de interiorización y de desarrollo espiritual. A partir del discernimiento «busca modos de contribuir a generar nuevos hábitos personales, nuevas formas organizativas, buscando la plenitud para todos».

3. Compasivo: se involucra con el sufrimiento del prójimo, reconociendo su dignidad humana y el valor que posee como persona. Lo que lo conduce a la búsqueda de la justicia a nivel personal y profesional.
4. Comprometido: prioriza el compromiso con la justicia social y la ecología integral mediante el aporte de conocimientos y acciones en favor de las personas, y sus comunidades.

5. Coherente: actúa de forma lógica y consecuente con sus ideas, principios y valores, mostrando consistencia entre lo que piensa, expresa y hace.

En conclusión, las cinco “C”, los valores y principios éticos, las habilidades blandas y tecnológicas, el autoaprendizaje, el fomento de la creatividad y el pensamiento crítico permitirán a los estudiantes aplicar lo que aprenden, para enfrentar los desafíos de la vida efectivamente. La educación que es útil para la vida debe enfocarse en una enseñanza contextualizada, adaptada a las necesidades del siglo XXI, que forme a los estudiantes para un mundo cada vez más cambiante y complejo, para que tengan éxito en el ámbito laboral y contribuyan significativamente a la transformación de la sociedad.

Una educación universitaria para la vida

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María Rodríguez: “Las personas jóvenes somos discriminadas por ser jóvenes y, sobre todo, como estudiantes”

Por: 

María Rodríguez Alcázar es una joven española que, desde el 1 de enero, presidirá el Foro Europeo de la Juventud. Es una etapa más en su trayectoria en la participación juvenil. Una etapa que nació en la asociación de su instituto en el murciano pueblo de Beniel (Región de Murcia) y que la ha llevado, algo más de 12 años después, a Gante (Bélgica), a hacer un doctorado y a presidir la más importante organización de jóvenes de todo el mundo.

María Rodríguez es una joven extremadamente curtida en la participación juvenil. Empezó en el instituto, como ella misma cuenta. De ahí, a la presidencia de la Federación de Asociaciones de Estudiantes de la Región de Murcia, de donde saltó a presidir Canae, a participar como asesora técnica de la Fundación de Infancia (presidida por su antiguo homólogo Carles López, expresidente de Canae). Después de esto, ocupó la vicepresidencia del Consejo de la Juventud de España y, de ahí, saltó, en 2020, Foro de la Juventud Europea, organización que presidirá dentro de unos días durante dos años.

Rodríguez no se pone más límite que el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas o participar en las administraciones públicas legislando sobre derechos. El día que decidió que la participación y la incidencia políticas eran lo suyo, comenzó un camino que, ahora mismo, la ha llevado a su doctorado en la Universidad de Gante en colaboración con el Instituto universitario de Naciones Unidas, de la mano de una beca de la Fundació laCaixa. Hablamos con ella de qué es la participación, por qué es importante y qué retos se plantea en los próximos dos años, durante su mandato.

Quería empezar por tus principios. Repasando tu trayectoria, vas a presidir desde enero el foro Europeo de la Juventud. Pero antes has estado vicepresidiendo el Consejo de la Juventud de España, has pasado por la Plataforma de Infancia, presidiste Canae… Llevas 12 años en organizaciones de juventud ¿cómo empezaste toda esta andadura y por qué?

Empecé en la asociación de estudiantes de mi instituto, un centro del pueblo de Beniel, en la Región de Murcia. Es un pueblo bastante pequeño. Siempre he tenido muchas ganas de participar, de involucrarme en proyectos. En cualquier cosa que organizaba el instituto o el ayuntamiento yo siempre estaba ahí. Además, vengo de la Huerta y no había muchísimas oportunidades de ocio.

Un día un compañero de clase me dijo que había una asociación de estudiantes en el IES y que estaban intentando reactivarla. Me preguntó si me apetecía participar en una reunión en un recreo; nos invitaron a un evento a nivel regional con otras asociaciones de estudiantes, con la Federación Murciana de Asociaciones de Estudiantes. Ahí me enamoré de la estructura, de la gente que estaba allí, con muchas inquietudes. Gente diferente a la que tenía yo en mi contexto. Me gustó el ambiente y con la asociación del instituto empezamos a hacer actividades para estudiantes; hacíamos algunos debates en ese momento en el que empezaban los recortes en educación, con lo que empezamos a hacer cosas de política educativa también. Con la Federación Murciana, que era la que daba más formación, que nos enseñaban las estructuras para participar en el instituto en el consejo escolar; o de qué forma los delegados de clase podrían cumplir una función que fuera útil más allá de ir a por tizas y hacer fotocopias que era, por desgracia, en muchos institutos se dedican. Ahí empezó esa conciencia y luego seguí participando en la Federación Murciana, de la que fui presidenta y luego en Canae, ya a nivel estatal.

Esos fueron ya tus primeros pasos de incidencia…

Bueno, en realidad lo fueron en el instituto, en el consejo escolar.

¿Conseguisteis algún cambio entonces?

En aquellos años el equipo directivo en aquel momento era bastante contrario a la participación estudiantil en el sentido de que creían que si los estudiantes se organizaban la iban a liar. Y, quizá la liábamos un poco, pero también hacíamos muchas propuestas. De las cosas que más orgullosa me siento es cuando nos reunimos todos los delegados, después de haber tenido una conversación con nuestras clases, para hacer propuestas para mejorar el instituto. Elaboramos un documento que presentamos al equipo directivo con nuestras propuestas. Lo recuerdo con bastante cariño.

En el momento en el que comencé a participar en asociaciones de estudiantes me di cuenta de que estaba siendo más crítica con el mundo a mi alrededor

¿Por qué es importante la participación de la juventud?

Es la forma de activar la conciencia con el mundo. Desarrollar un pensamiento crítico y preguntarnos por qué las cosas son como son y por la forma en la que podemos cambiar las que no nos gustan.

Para mí fue un momento de inflexión cuando comencé a participar en asociaciones. Antes hacía cosas que me daban satisfacción personal, me gustaban, pero realmente no desarrollaba una conciencia social. En el momento en el que comencé a participar en asociaciones de estudiantes me di cuenta de que estaba siendo más crítica con el mundo a mi alrededor. Por esto es por lo que creo que tiene sentido que sigamos promoviéndolo. Es lo que genera que seamos ciudadanos y ciudadanas activas más allá de votar cada cuatro años, que nos preocupemos del mundo a nuestro alrededor.

¿Hasta dónde crees que se consigue incidencia real mediante las organizaciones de juventud?

Creo que las organizaciones de juventud tenemos el gran handicap, incluidas las de estudiantes, de ser jóvenes. En muchas ocasiones no se nos tiene en la misma consideración que a otros colectivos por el hecho de ser jóvenes. Vamos a los espacios y siempre es lo mismo: “Anda, mira, si hace propuestas, qué bien hablas”. Perdona, no necesito que me digas lo bien que hablo, solo necesito que cojas mis propuestas y las implementes. En muchas ocasiones vivimos esa discriminación, y sobre todo como estudiantes. Creo que es el ámbito en el que más lo he sufrido. Cuando vas a una reunión del consejo escolar y tienes a padres y madres y a profesores y a estudiantes de 12, 13 y 14 años, cuando cuentas tus propuestas nadie te tiene en consideración con un nivel de seriedad que esperarías de cualquier otra persona.

Más allá de esto, conseguimos tener bastante incidencia política. Pero tenemos que romper la barrera de que se nos tenga en consideración como a cualquier persona. Una vez que lo conseguimos, tenemos incidencia con enmiendas en leyes, en proyectos como el Plan de Choque por el Empleo Joven que lo hicimos desde el Consejo de la Juventud de España… Tenemos incidencia pero nos cuesta mucho más porque tenemos una gran barrera que romper.

En muchas ocasiones no se nos tiene en la misma consideración que a otros colectivos por el hecho de ser jóvenes

Empiezas en 2010, con los primeros recortes de la crisis. Las personas jóvenes lleváis media vida, por no decir que entera, en una crisis continua. La situación que tenéis es muy complicada. ¿Cómo lo ves tú?

Esta es la línea discursiva que tenemos. Las personas de mi generación, desde que estamos en la educación secundaria, hemos tenido crisis; las personas más jóvenes que yo, han nacido con sus familias en crisis o con la palabra crisis instalada en sus vidas.

El gran problema es que las medidas que se tomaron para paliar la crisis de 2008 no atendieron bien a al juventud. No estaba tanto en el punto de mira, lo que nos llevó a que en 2020, con la crisis del Covid, una gran cantidad de la juventud estuviera en situación de pobreza, un tercio estaba en riesgo de pobreza y exclusión social. Esto nos ponía en una situación súper vulnerable, con trabajos precarios (quien los tenía), sin capacidad de emanciparnos. Con las crisis del covid y la inflación e incluso con la crisis de la democracia que estamos viviendo es más difícil emprender nuestra vida de manera independiente.

El Consejo de la Juventud de España (CJE) tiene ahora una campaña: “La maldición de la eterna juventud”, y efectivamente, estamos constantemente posponiendo nuestros planes, lo que nos lleva a la situación de perder la motivación, a tener muchos problemas de salud mental que, por suerte, con la crisis del coronavirus se han empezado a visibilizar más. Aún así no es solo cuestión de visibilizar, sino de darles respuesta. Me alegro de que durante esta crisis del coronavirus la juventud haya estado en el punto de mira, en la política. De hecho, esto ha llevado a que 2022 fuera el Año Europeo de la Juventud, reconociendo que la juventud ha sido uno de los colectivos que más ha sufrido la crisis del coronavirus social y económica. Pero lo que queremos es que esta situación perdure, que la juventud siga en el punto de mira constantemente y no volvamos a la situación en la que siempre pasamos desapercibidos de las políticas. Con temas de salud mental, las organizaciones de jóvenes llevamos años reclamando que se tomen medidas, y solo con el coronavirus, cuando otros colectivos empezaron a sufrir mucho más, cuando se ha puesto más en la esfera política. Parece que nuestros problemas son menos improtantes o se acepta socialmente que podamos sufrir un poco porque en unos pocos años, cuando tengamos 30, nuestra vida será mejor. Lo que vemos es que las cosas no funcionan así. Necesitamos medidas que pongan remedio a nuestros problemas ahora, en el presente. La juventud no es el futuro, es el presente.

Me gusta esto porque siempre que hablamos de juventud o infancia, se habla de los adultos del mañana, como si las dos o tres primeras décadas de vida fueran una preparación para lo de verdad…

Creo que tenemos que pensar esto en términos de sociedad. Ahora, con la pirámide de población, que está envejeciendo… si los jóvenes ahora no pueden trabajar y no contribuyen a la Seguridad Social, ¿quien va a pagar las pensiones? Nos tenemos que poner en un plano mayor, no es simplemente los problemas de ahora de la juventud, también son los problemas que como sociedad vamos a vivir o cómo vamos a sostener el Estado de Bienestar.
En los últimos tiempos también se habla de la solidaridad intergeneracional, pero la tenemos que instalar mucho más en el discurso.

Necesitamos medidas que pongan remedio a nuestros problemas ahora, en el presente. La juventud no es el futuro, es el presente

Quería preguntarte por tu presidencia del Foro. Empiezas en pocos días. No me puedo imaginar qué significa esto, ¿qué esperas de estos dos años?

En realidad, me hace mucha ilusión porque en este periodo vamos a tener la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea . Es un buen momento de conexión de Esapaña con el resto de la UE. Creo que se pueden amplificar discursos y cosas que se están haciendo bien en España y pueden ser referencia o viceversa. Además, tenemos elecciones al Parlamento Europeo, quizá uno de los acontecimientos más grandes que tenemos. Y el reto que tenemos por delante es que haya muchas más personas jóvenes en el Parlamento. Este sería uno de los objetivos, así como que haya más partidos que adopten esas recomendaciones que hacemos desde las organizaciones. Pero sobre todo más presencia de personas jóvenes que lleven nuestra voz al Parlamento.

Esta será la base del trabajo porque, las elecciones serán en 2024 pero, para trabajar en ellas, tenemos que ponernos ya con los partidos tanto para convencerlos de que presenten candidaturas jóvenes y para que incluyan nustras propuestas y las de otras organizaciones europeas. El Foro de la Juventud Europeo está compuesto por consejos de la Juventud de toda Europa, no solo de la UE. Y a nivel nacional nos va a tocar trabajar mucho con todas las personas que candidaten a las elecciones.

La juventud pasa completamente desapercibida y nuestros derechos no se toman tan en serio como los de otros colectivos

Somos la organización que representea a la juventud en el marco de Naciones Unidas. Llevamos años reinvindicando que haya una Convención para la protección de los derechos de las personas jóvenes. Mi trayectoria en el ámbito de infancia es bastante relevante aquí porque ha estado muy relacionada con los derechos de la infancia y he trabajado con la Convención de Derechos de la infancia. Queremos promover algo parecido a esto en el marco de la ONU. Es algo que ya está avanzado, llevamos años de trabajo y, de hecho, cada vez hay más recomendaciones de Naciones Unidas que hablan de los derechos de la juventud. Lo que estamos intentando es que haya un mecanismo específico que defienda los derechos de las personas jóvenes, por todo lo que comentábamos: no solo en España o Europa, sino en todo el mundo, la juventud pasa completamente desapercibida y nuestros derechos no se toman tan en serio como los de otros colectivos, o de la población adulta. Necesitamos mecanismos específicos que evalúen cómo se ejercen los derechos entre la juventud. Ese es el gran paso que intentamos.

Y, justo a nivel europeo, estamos trabajando una cosa: una directiva para prohibir las prácticas no remuneradas. Es un gran proyecto que he liderado estos dos últimos años desde el equipo directivo del Foro Europeo. Esperamos que la Comisión Europea apruebe una directiva de carácter vinculante para prohibir las prácticas no remuneradas y establecer ciertos criterios de calidad. En España, hace un par de meses, se aprobó el Estatuto del Becario que, de hecho, es un buen precedente que se puede trasladar a otros países.

A colación de lo que cuentas, quería preguntarte cuáles son los derechos más específicos de la juventud.

No es que haya unos derechos específicos de la juventud, perdón si lo he formulado así. Por ejemplo, se trata de derecho como al empleo o a una vivienda, derechos de toda la población.

Por ejemplo, vovlamos a las prácticas no remuneradas. Hace un par de años presentamos una demanda colectiva en el marco del Consejo de Europa, por la Carta de Derechos Sociales. Una demanda colectiva contra Bélgica en la que argumentamos que el país estaba violando los derechos de la juventud: el derecho a no ser discriminado y a una remuneración justa por el trabajo. Todo ello por el asunto de las prácticas no remuneradas. Lo hicimos contra Bélgica porque era el país con más prácticas no remuneradas de Europa. Presentamos la demanda y recibimos la respuesta este año: efectivamente se vulneraba el derecho de la juventud a no ser discriminada por razón de edad y el derecho a recibir una remuneración justa al hacer prácticas no remuneradas después de graduarse.

Este es un ejemplo muy concreto de discriminación por edad. O cuando no tenemos la oportunidad de conseguir un empleo; o el derecho a la educación: cuando ha habido gente que no ha podido pagar la matrícula universitaria porque era muy alta o no tenían acceso al sistema de becas para compensarlo, también se vulneraba el derecho a la educación. También existe el derecho a la salud, que no solo física, también mental. Las personas jóvenes no pueden acceder a terapia o ni siquiera al recurso para saber si tienen o no un problema de salud mental. O con el derecho al medioambiente.

No es que haya derechos específicos de la juventud, pero sí hay discriminación por edad y, en las principales transiciones de la vida como, por ejemplo, de la educación al trabajo; de vivir con la familia e independizarse, somos más vulnerables. Y es necesario que haya una atención específica de los derechos de la juventud. Ese es el principal argumento del Consejo de Derechos Humanos de ONU y que identifica diferentes ámbitos. Uno de ellos es el acceso, de hecho, a los espacios políticos. La juventud está infrarrepresentada en todos los espacios políticos. Y es más difícil para una persona joven ser candidata a unas elecciones. Por eso se tienen que potenciar aquellos espacios de promoción de la participación, de educación democrática para conseguir que haya más personas jóvenes en ls espacios de representación.

Hoy por hoy, en el Parlamento Europeo solo hay cinco personas jóvenes, menores de 30 años.

Eso te iba a preguntar, hasta dónde se considera a alguien joven.

Hay diferentes regulaciones en Europa. En España es hasta los 29. Pero hay distintos criterios a nivel autonómico. No hay una edad concreta establecida. De hecho hay mucho debate ahora sobre si considerar joven a personas hasta los 35 años porque, ahora al llegar a los 30 no tienes esa vida independiente que se suponía que tendrías al final de su juventud. Por eso está la cuestión de alargar la juventud hasta los 35 años. Me parece terrible aunque entiendo la filosofía que hay por detrás; antes con 25-27 años podrías tener una vida independiente y ahora, se pospone hasta los 35. Es terrible, dramático.

Desde las administraciones públicas se debe apoyar el asociacionismo y la participación y con esto me refiero también a que haya financiación para esas organizaciones

Lo es, efectivamente. No deja de ser un problema de acceso al trabajo, la vivienda o los servicios…

Un problema de acceso a los derechos que se nos deberían garantizar como ciudadanos.

Hams hablado ya de algunos de los pilares de tu campaña a la presidencia del Forum de la Juventud: de los problemas de acceso a los derechos; también sobre la inclusión socioeconómica de la juventud. Me gustaría que habláramos un poco más del reconocimiento de las organizaciones de juventud, el tercero. ¿Cómo debería articularse?

Empiezo por el reconocimiento de la existencia y la posibilidad de que todas esas organizaciones sean fuertes. Desde las administraciones públicas se debe apoyar el asociacionismo y la participación y con esto me refiero también a que haya financiación para esas organizaciones. Entre las principales consecuencias de la crisis de 2008 y del Covid, pero sobre todo el 2008, hubo un debilitamiento del movimiento asociativo porque se acabó con muchas de las subvenciones que tenían estas organizaciones para organizar cursos y formar a gente. Las entidades de juventud hacen, sobre todo, una labor educativa. Son lugares donde aprendemos a hacer incidencia política, aprendemos de política educativa, a trabajar con otra gente, a muchísimas cosas. Lo principal, y es otra de las recomendaciones de la Convención sobre el Futuro de Europa, es que hay que apoyar a las asociaciones de la sociedad civil, especialmente a las juveniles y a través de financiación.

Luego está el reconocimiento. Que desde las adminsitraciones públicas de cualquier nivel, local, regional, estatal y también europeo, se tenga en consideración a estas asociaciones a la hora de legislar. Me refiero a que se incluyan en el diseño de las políticas públicas. A nivel europeo estamos demandando que haya un análisis de impacto de todas las políticas a las personas jóvenes. En el caso de que tuvieran un impacto negativo, que se desarrollen medidas de mitigación. El tercer pilar es que se incluya a las personas jóvenes y a las organizaciones que las representan en la valoración de esas políticas que les pueden afectar.

A nivel europeo estamos demandando que haya un análisis de impacto de todas las políticas a las personas jóvenes

De esta manera, se estudiaría si una política afecta o no a las personas jóvenes; si es que sí, incluimos a estas personas en el desarrollo de las políticas. Si hay impactos negativos, desarrollamos medidas para mitigar. Esto es crucial. Que desde las administraciones públicas tuvieran esta conciencia de traer a colectivos de jóvenes: sindicatos, asociaciones, juventudes de los partidos, el Consejo de la Juventud de España… a la conversación para escuchar sus propuestas sobre lo que les afecta y si una medida determinada puede o no solucionar sus problemas.
Que esto sea sistemático, creo que puede suponer el gran cambio.

Además, a nivel estatal vemos que no hay un ministerio que aborde los temas de juventud. Ahora mismo, se aborda desde la Agenda 2030 en el Ministerio de Servicios Sociales. Desde el CJE hemos demandado siempre, en España y Europa, que la juventud se aborde desde presidencia de Gobierno, o desde una estructura que sea similar y esté vinculada a presidencia. Se debe asegurar así que juventud no es algo específico, sino transversal en los diferentes ministerios. Se habla de juventud desde Sanidad, desde Transición Ecológica, Derechos Sociales, Empleo, Educación… se debe asegurar una coordinación en un espacio con poder en el Gobierno para trasladar las necesidades de la juventud.

Si conseguimos aumentar el nivel de conversación sobre juventud, creo que las organizaciones juveniles tendrán más impacto y los temas que tratan tendrán más espacio en la agenda pública.

Tratamos de promover que las personas jóvenes a partir de los 16 años puedan votar. Estamos muy convencidos desde el Forum Europeo, también desde el CJE

Yo no tenía más preguntas, pero no sé si me he dejado algo que fuera importante.

Sí. hablando de los pilares de la campaña recuerdo que, vinculado a las elecciones europeas y en muchos países europeos durante 2023 y 2024, tratamos de promover que las personas jóvenes a partir de los 16 años puedan votar. Estamos muy convencidos desde el Forum Europeo, también desde el CJE, y es una propuesta que parte de las organizaciones juveniles.

En los últimos años ha habido también bastante desarrollos y mejoras en Europea. En Malta se aprobó hace unos años el voto a partid de los 16 y de hecho en las últimas elecciones ya lo implementaron. En Austria llevan unos cuantos años también. Este últimos años, Alemania y Bélgica aprobaron que en las próximas elecciones europeas se pueda votar a partir de lso 16 años. Todavía no a nivel nacional. Se están dando pasos con este tema y esperamos que pueda extenderse por otros países europeos.

Y, sobre todo, que ahora que habrá elecciones en muchos países, España también, es buen momento para incluir esta propuesta en los programas de los partidos políticos.

A los 16 años puedes trabajar pero no puedes votar a partidos que van a regular tus condiciones laborales. No tiene sentido

Ciertamente entre los 16 y los 18 años hay importantes divergencias, de manera que votas con 18 aunque puedes trabajar, por ejemplo, desde los 16… ¿crees que un paso interesante podría ser que la mayoría de edad bajase de los 18 años?

No sé si esta es la solución porque tal vez sí hay cuestiones que mejr sean a los 18, pro sinceramente, a partir de los 16 es cuando acaba la educación secundaria obligatoria, es el momento en el que esa educación que se supone que todo el mundo debe tener en el estado ya estaría cubierta. El argumento de la educación ya no debería existir porque, además, se puede reforzar la educación cívica. Hay diferentes derechos y obligaciones a los que puedes acceder a los 16 años, como el poder trabajar y el contribuir a la seguridad social. Puedes trabajar pero no puedes votar a partidos que van a regular tus condiciones laborales. No tiene sentido. Pero, además, si nos ponemos en un plano más macro, la población joven está disminuyendo y la adulta, sobre todo por encima de los 40 años, estará más sobrerrepresentada que ahora en los espacios políticas. Reduciendo la edad de voto conseguimos, uno, que los partidos presten más atención a los problemas de la juventud y pongan más medidas que nos afecten porque ampliamos el electorado; y ya sabemos que las campañas electorales y los programas responden al electorado. Y, luego, podemos conseguir más personas jóvenes que estén activas en la esfera política e, incluso, puedan acceder a las instituciones mucho antes. De hecho, nos alegró mucho que tras trabajar este año con el Comité de las Regiones a nivel europeo, y que aprobase hace unos días la Carta Europea por la Juventud y la Democracia. Se trata de un acuerdo interno del Comité con el Foro de la Juventud, para implementar en todos los niveles territoriales, y que habla de los derechos de la juventud en el ámbito político. Una de sus recomendaciones es valorar la reducción de la edad de voto a los 16 y también, por ejemplo, aumentar el reconocimiento político y económico de las organizaciones juveniles, así como otras propuestas. Es muy buen documento de referencia.

A parte de todas estas cosas que haces desde 2010, además sigues estudiante. Estás haciendo un doctorado en Bélgica. ¿A dónde quieres llegar? ¿Dónde está el límite?

Ahora estoy haciendo mi doctorado en Gante con la Universidad de Naciones Unidas. Es un ámbito, el de derechos humanos, que me gusta mucho. La protección de derechos, la incidencia política en este ámbito, en las ONG… lo que me encantaría, como trabajo ideal, sería trabajar en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Ese sería como el objetivo final. Mientras tanto, me veo trabajando en incidencia política en ONG europeas o españolas. Es un ámbito en el que me siendo muy cómoda y, por qué no, en algún momento, podría llegar a estar en Administraciones regulando yo misma.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/12/20/maria-rodriguez-las-personas-jovenes-somos-discriminadas-por-ser-jovenes-y-sobre-todo-como-estudiantes/

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Libro(PDF): Formación docente universitaria. Un desafío postergado

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Este libro plantea argumentos político-pedagógicos sobre la necesidad de contar con herramientas para enseñar en las aulas que superen la idea de transmisión de información teórica. Se busca entender a la universidad como una comunidad educativa específica que supone problemas pedagógicos particulares y necesidades específicas de profesionalización de las personas que trabajan como docentes. La formación docente universitaria es un eje de relevancia que debe ser colocado en un lugar de mayor atención, tanto en las políticas públicas de educación superior como en las políticas académicas de las diferentes instituciones.

La biblioteca Que se pinte de pueblo es una serie de libros breves que nos invita a repensar y cuestionar a la Universidad latinoamericana inmersa dentro del contexto histórico-social actual.

Autoras: Esther Levy. Glenda Morandi.

Editorial/Edición: CLACSO. IEC-CONADU.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina.

ISBN: 978-987-813-364-5

Idioma: Español

Descarga: Formación docente universitaria. Un desafío postergado

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“Soy porque somos un grito de lucha y de paz”: entrevista a Francia Márquez

Por: Verónica Gago/lobosuelto

Proyecto Ballena, el área del Centro Cultural Kirchner dedicado a producir imaginaciones y pensamientos para un presente mejor, este año propone analizar, discutir y desacordar sobre el sentido actual de la palabra LIBERTAD. Libertad como promesa incumplida, lucha revolucionaria y también señuelo para propuestas conservadoras. En este marco PROYECTO BALLENA recibe la visita de Francia Márquez, a pocos días de asumir como vicepresidenta de Colombia.

VERONICA GAGO: Buenas tardes. Muchísimas gracias por la espera, por el agite. Estamos felices de recibir hoy aquí a Francia Márquez Mina, vicepresidenta electa de Colombia. Como vemos, en Argentina su presencia ha generado un increíble furor, admiración, cariño. Y queremos agradecerle, una vez más, que comparta esta conversación hoy aquí, en el Centro Cultural Kirchner. Le hemos puesto de título sus palabras: “Soy porque somos un grito de lucha y de paz”. Esta conversación que tendremos en breve se da en el marco del Proyecto Ballena y, antes que nada, quiero invitar a Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz de Argentina. Él ha venido especialmente. Un fuerte aplauso.

ADOLFO PEREZ ESQUIVEL: Hola. Buenas tardes a todos y todas. Yo voy a pedir algo. ¿Me permiten? Ustedes nos ven a nosotros, pero nosotros no los vemos a ustedes y queremos verles los rostros, la sonrisa, la mirada. Por favor, enciendan las luces. Los pueblos no tenemos que esconder el rostro, tenemos que abrir la mente y el corazón para mirarnos y ser solidarios con el pueblo hermano de Colombia y con todos los pueblos de esta América que nos convoca y nos desafía en construir una nueva sociedad. Yo, aquí, tengo el honor de presentar a la hermana, a la amiga, vicepresidenta de Colombia, que después de largas luchas… Francia Márquez. Ustedes la conocen. Y tenemos que cambiar el rostro, las miradas de todo el continente latinoamericano, ser pueblos libres y, para eso, necesitamos de las luchas, de las experiencias, de la solidaridad. Y hoy, en este desafío que tienen en Colombia, es una lucha que continúa y es cambiar, también, superar las muertes, las violaciones de los derechos humanos, la situación tan trágica que vive el pueblo colombiano. El derecho de hombres y mujeres en su diferencia, pero también en la igualdad de derechos. Esto es importante.

No me puedo quedar mucho tiempo, quiero presentar aquí a nuestra hermana Francia, pero después los dejó por un problema de salud simplemente. Pero no quería faltar en este momento tan importante para todos.

Permítame señalar una cosa. Aquí hay muchos compañeros, compañeras, hermanos, luchadores y luchadoras por el pueblo, la dignidad de la persona. Está Norita Cortiñas. También una madre que no está presente físicamente, pero sí está en la mente y el corazón, Mirta Baravalle, que viajaba a Colombia permanentemente para llevar la solidaridad, el amor, la fuerza, la lucha del pueblo colombiano.

Así que, simplemente, acompañarte. Van a traer muchas dificultades, pero sabes que cuentas con el pueblo argentino y que vamos a seguir juntos y juntas. Verónica es la periodista que va a conversar junto con ustedes. Aquí está el ministro Tristán Bauer, compañero de lucha. Y muchos otros y otras. Así que los dejo con ellas. Mucha fuerza y esperanza y hasta la victoria, siempre.

AUDIO EDUARDO GALEANO:

Los nadies: los dueños de nada,

los hijos de nadie,

los ningunos, los ninguneados.

Que no son, aunque sean.

Que no hablan idiomas, sino dialectos.

Que no profesan religiones,

sino supersticiones.

Que no hacen arte, sino artesanía.

Que no tienen cultura, sino a lo sumo folklore.

Que no son seres humanos,

sino recursos humanos.

Que no tienen nombre, sino número.

Que no figuran en la historia universal,

sino en la crónica roja de la prensa local.

Los nadies,

que cuestan menos

que la bala que los mata.

V.G.: Bueno, muchísimas gracias. Acabamos de escuchar un documento histórico porque es en la voz de Eduardo Galeano, este poema: “Los nadies”. Por supuesto que no es casual que elegimos este poema. Vos hablaste, Francia, en tu campaña a los nadies y a las nadies. Dijiste: aquellos y aquellas que habitan en la sierra, en las montañas, en los barrios. Y estamos acá, también, para darte la bienvenida con este poema y decir, también, que nos parece que estas palabras poéticas de Eduardo Galeano vos las convertiste en un programa político. Y es un momento para celebrar, porque sabemos además que estas elecciones que les dieron el triunfo a vos y a Gustavo Petro son las elecciones con menos abstención de las últimas décadas. O sea que hubo una convocatoria a votar que fue impresionante. Este triunfo también abrió un viento de cambio para la región y también una época nueva. Hoy se dice en Colombia: ganó la izquierda con un programa feminista, antirracista y ambientalista. Y eso es un montón.

En una semana vas a estar asumiendo y tenemos el enorme honor de tenerte acá, en esta gira sudamericana que hemos visto que está produciendo un montón de imágenes muy potentes de tus encuentros con distintos líderes y lideresas políticos populares, con distintas organizaciones, movimientos. Este encuentro acá es uno más de muchos que sabemos que estás teniendo y, de nuevo, te queremos agradecer porque nos sentimos muy honradas de poder, en el Proyecto Ballena, tenerte.

La cuestión que queremos preguntarte es, en primer lugar, también en palabras de Galeano, porque él, después de escribir los nadies, dijo estas preguntas: ¿es América Latina una región del mundo condenada a la humillación y a la pobreza? ¿Condenada por quién?, se preguntaba. ¿No será la desgracia un producto de la historia hecha por los hombres y que por los hombres puede ser deshecha? Tu voz les habla a todas, a todos y a todes, ya no solo a la figura del hombre universal y pone una esperanza, que es una esperanza radical para nuestro continente. Entonces, la primera pregunta que te quiero hacer es justamente esta: ¿es América Latina una región condenada a la humillación? ¿O, cómo podemos deshacer esta condena?

FRANCIA MÁRQUEZ: Buenas noches, Argentina. Quiero, en primer lugar, extender un saludo a todas las personas que, desde acá, vibraron con nosotros para que llegara un cambio para Colombia, que es un cambio para la región. Les extiendo un saludo de parte de nuestro presidente, Gustavo Petro Urrego. Por supuesto, un saludo a toda Colombia. Saludo a los colombianos y colombianas migrantes aquí, en la Argentina. Saludo a los pueblos originarios de la Argentina, los pueblos indígenas. Saludo al pueblo negro, afrodescendiente de Argentina. Saludamos, por supuesto, a la comunidad diversa LGBTIQ+. Saludo a las mujeres, a los niños, niñas que están aquí. Y, por supuesto, a todo el liderazgo social y político de Argentina, que ha mantenido un gobierno en resistencia. Agradecemos al Gobierno de Argentina por recibirnos con beneplácito, con mucho amor. Muchas gracias al presidente y, por supuesto, a la Vicepresidenta con quien, durante estos días, hemos tenido reuniones muy importantes para hablar de justicia, de paz, de lucha antirracista, de cambio climático y para hablar de muchos temas que ahora nos competen en el gobierno de Colombia, pero sobre todo a Latinoamérica.

Entonces, para dar un poco de respuesta a la pregunta, creo que cuando Eduardo Galeano, que bien supo describir a los nadies y a las nadies, que lo usamos, usamos su poema en campaña, precisamente para definir quiénes éramos los nadies. Para el caso de Colombia son los pueblos étnicos, indígenas, afrodescendientes, raizales, palenqueros. Para el caso de Colombia, son las mujeres que tienen que soportar el asesinato y las violencias sexuales y de género. Es la comunidad diversa, las mujeres trans que todos los días tienen que soportar sistemáticas violencias. Es el pueblo campesino a quien todos los días le despojan la tierra. Son los niños y niñas que mueren de hambre en un país que tiene tanta biodiversidad, pero que no les ofrece un plato de comida. Son los jóvenes que salen a las calles a marchar y les sacan los ojos para que no puedan ver el futuro, pero también los asesinan como una forma de expresión para silenciarles. Son todos aquellos hombres y mujeres que, en nuestras diversidades, hemos tenido que ver cómo una política neoliberal en nuestra región ha ido poniendo en riesgo todos los días la vida humana, pero que hoy ese aniquilamiento, esa extinción de la vida trasciende al ser humano y afecta nuestra casa grande, nuestro útero mayor, la Madre Tierra. Los nadies, los trabajadores y trabajadoras que resisten, que a pesar de que trabajan duramente, su salario no es compensatorio a todo el esfuerzo, a toda la mano de obra, todo el trabajo que realiza. Y que esa explotación se traduce en acumulación y acumulación de capital en manos de unos pocos, mientras los trabajadores y trabajadoras no tienen una vida digna. Desde ese lugar nos paramos y desde ese lugar enunciamos nuestra campaña, porque de allá yo vengo, de allá soy, de esos tirapiedras, como nos decían, o de los mamertos, como nos señala la ultraderecha para no reconocer nuestra humanidad, para no reconocer nuestra voz, o para seguir estereotipando o negando la lucha de los movimientos sociales en América Latina y en la región. Pues hoy esos tirapiedras, esos nadies, hemos llegado para el caso de Colombia, a ocupar el Estado, a ocupar el poder del Estado para gobernar en favor de los nadies y de las nadies, en favor de todos los colombianos y colombianas. Y para tejer una agenda de construcción de región que nos permita afrontar de manera colectiva los desafíos que tiene nuestra América, que tiene nuestra casa grande, que tiene la Abya Yala. Ese es el desafío que tenemos. Eduardo Galeano nos indagaba porque siempre hubo avances significativos importantes en otras naciones, mientras que Colombia apenas acaba de dar ese paso. Y no porque no haya habido resistencia. La resistencia siempre ha estado ahí. Yo crecí en medio de la resistencia. Una resistencia que no empezó conmigo, que empezó con pueblos traídos en condición de esclavitud a toda América, que fueron desarraigados de su condición humana y sometidos a condición de animales salvajes y que hoy los descendientes de esos hombres y mujeres seguimos haciendo un esfuerzo por dignificar nuestra. Mi presencia aquí no es la presencia de, simplemente, Francia Márquez. Soy muy consciente de que mi presencia es la representación de pueblos históricamente excluidos, marginados, racializados y olvidados. Por tanto, yo creo que esa pregunta de Eduardo Galeano era una incitación a seguir buscando caminos y horizontes, como naciones que nos permitan vivir en paz, vivir en dignidad, vivir con justicia social. Yo creo que no estamos condenados. Creo que el pueblo toma decisiones en los momentos en que debe tomarlas. Tristemente, nosotros nos tardamos bastante en Colombia para tomar una decisión del cambio. Esa tardanza nos ha costado muchas vidas, han sido muchas personas, muchos millones de seres humanos, que han sido afectados por la política neoliberal que hemos tenido en nuestro país. Así que el desafío, ahora, que asume Gustavo Petro, Francia Márquez, pero que asume el pueblo colombiano, es un cambio en favor de la paz, en favor de la justicia social, de la justicia racial, de la justicia de género, en favor de la dignidad, en favor del cuidado de la casa grande y ese desafío, por supuesto, lo asumimos con responsabilidad, con los pies colocados sobre la tierra y con todo el amor y el compromiso que ello implica.

V.G.: Es para aplaudir todo el tiempo. Ya se me cayeron todos los papeles por aplaudir. La impronta feminista antirracista en tu campaña, en tu discurso, fue muy fuerte. lo que queríamos preguntarte era de quiénes aprendiste. En tu infancia, para vos, quiénes fueron personajes, personas, afectos importantes en este aprendizaje.

F.M.: Bueno, aprendí de muchas mujeres. La primera enseñanza de la resistencia la aprendí en mi casa, con mi abuela, con mi mamá. Mi abuela que, aunque no supo leer y escribir, supo el valor de la vida. La aprendí de Paulina Balanta, otra mujer de mi comunidad que no sabe leer y escribir, pero ayer nos recordaba Carlos Rosero que está aquí, que ella nos decía que quien no lucha, no va al cielo. Lo aprendí de mujeres de aquí, de Argentina. Y aquí tenemos una matrona, que es una insignia de la resistencia y de la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, de ahí aprendimos la resistencia. He aprendido de tantas mujeres que, aún sin tener nada, hacen lo que sea por sacar a sus hijos adelante, porque sus hijos se acuesten con el estómago vacío, porque sus hijos tengan una oportunidad de ir a la escuela, porque sus hijos no vayan con los zapatos rotos a la escuela, porque sus hijos, como lo son las mujeres del Pacífico colombiano, no sean arrebatados por la violencia, por los actores armados, por el conflicto armado. Ahí yo he aprendido la resistencia y, por supuesto, ahí, siendo una mujer negra, he aprendido a diferenciar los impactos del modelo económico de desarrollo, los impactos del patriarcado, las violencias de género. Y he aprendido ahí la interseccionalidad de raza, clase y género que, al principio, no lo teorizaba, pero después conocí a Ángela Davis y aprendí. No leyendo sus libros, sino escuchando de su propia voz las historias de lo que significó para ella, una mujer afrodescendiente negra, resistir frente al apartheid, frente a todas las políticas raciales de los Estados Unidos. De ella aprendí que las mujeres negras no están haciendo la lucha para romper el techo de cristal, sino que están haciendo la lucha para ponerse de pie y caminar con sus hermanas, igual que las mujeres indígenas, porque ellas siempre han estado de rodillas. O como lo dice Sojourner Truth, que pregunta ¿acaso no soy una mujer?, en pleno tiempo de discusión de la lucha feminista.  Porque mientras unas mujeres van adelante en una lucha, pues otras mujeres van atrás. Entonces el gran desafío que tenemos es ponernos y cogernos de la mano con las que apenas se están poniendo de pie para empujar sus propias reivindicaciones. La forma en cómo Angela Davis lo dice es: yo no estoy aquí para poderme de la mano con Hillary Clinton que está a punto de romper el techo de cristal, yo estoy aquí para cogerme de las manos con las mujeres negras del Bronx o, en el caso de Colombia, del distrito de Agua Blanca o del Cauca. Porque ahí están las verdaderas luchas de las mujeres que no se reclaman a sí mismas feministas, pero que lo son.

V.G.: Te quería preguntar sobre eso, porque tu militancia empieza de adolescente casi, en la región del Cauca, contra los megaproyectos extractivistas. Eran los años ’90, donde esas luchas tampoco tenían, tal vez, la difusión que tienen hoy o la popularidad que tienen hoy. Entonces, contanos para quienes no sabemos qué significa la región del Cauca y qué significaba para vos, como adolescente, esa militancia.

F.M.: Yo creo que las mujeres siempre han estado en la lucha, otra cosa es que esas luchas han sido invisibilizadas. Para el caso del norte del Cauca, pues la experiencia de la comunidad y de las mujeres primero es que esta es una región que vivió la esclavitud. Si ustedes van a esa región, que está al suroccidente de Colombia, todavía están las casas esclavistas. Popayán, que es nuestra capital, fue la casa de la Corona española. Y aún se llama la Ciudad Blanca. Y no es simplemente la Ciudad Blanca porque tiene las paredes pintadas de blanco, sino que hay un pensamiento colonial de ciudad blanca en términos de que los que habitan la ciudad son herederos de la Corona española. Mi abuelo me contó que cuando él iba a Popayán la gente le tocaba la piel para ver si su piel desteñía. De ese tamaño es el racismo. Pero también de ese tamaño es el racismo de la negación, que sé que lo vive aquí, en Argentina, la gente afroargentina. No hay un país, por lo menos de América Latina, que pueda negar la colonización y la esclavitud. Y si no hay un país de esta región que pueda negar eso, entonces tampoco puede negar la presencia de los pueblos originarios indígenas y tampoco puede negar la presencia de los pueblos negros o afrodescendientes. Desde ahí partimos. El norte del Cauca permanentemente ha sido un territorio en disputa, desde el tiempo de esclavitud hasta hoy. Entonces, yo aprendí con mi abuela que el territorio donde nosotros vivíamos no fue un regalo. Después de la abolición de la esclavitud, en ese territorio a la gente le tocó luchar para tener la tierra que nosotros habitamos. Entonces, mi abuela decía: a mis abuelos les tocó luchar y a ellas, que eran mineras artesanales, les tocó trabajar en las minas para ir juntando lo poquito de oro y sacar a sus maridos de la cárcel, que estaban luchando por la tierra frente a terrateniente. Entonces, mi comunidad tiene una conciencia clara de la importancia del territorio como un espacio de vida. La gente negra en el norte del Cauca aprendió que sin territorio no hay libertad. Y sin territorio no hay autonomía. Y esto no es solo la gente negra del norte del Cauca, sino que el campesinado colombiano también sabe eso. Sabe que la autodeterminación de los pueblos está arraigada a un territorio. A un territorio que, para muchos, es un espacio para obtener riqueza acumulativa, pero para otros es un espacio donde se reproduce la vida. Y eso es el norte del Cauca, eso es el Pacífico colombiano, eso es gran parte de Colombia. Así nos concebimos como pueblos. Así se concibe el pueblo indígena. No se conciben pueblo sin su arraigo cultural, y el arraigo cultural y espiritual está anclado al territorio. Nosotros tenemos una práctica ancestral que es de todo el Pacífico que la hacen las parteras. Las parteras son las mujeres que ayudan a una mujer a dar a luz en lugares donde la salud no llega, donde un médico no está, son estas mujeres que, con su sabiduría, ayudan a mujeres a dar a luz cuando van a parir. Mi mamá era partera. Y parte de lo que hacen es el ombligamiento, que consiste en enterrar el ombligo, enterrar las placentas, que arraigan a las personas. Nosotros decimos “nos sembraron el ombligo”. Y es que esa práctica, que parece una cosa antigua, pues para nosotros es el arraigo y el vínculo con nuestros territorios. De esa magnitud es el amor por la tierra, es la ancestralidad por la tierra. Y bueno, por eso nos hemos enfrentado a proyectos mineros, energéticos, que ahora que soy gobierno me toca mirar cómo es que vamos a hacer. Pero que, sin duda, son proyectos que se ven como el desarrollo, sin embargo, no generan bienestar. Del norte del Cauca hay una represa salvajina que dicen los viejos “esto es la salvajada”. Y es porque es un proyecto de de una gran represa energética. Tiene agua acumulada ahí, pero mi propia comunidad no tiene agua potable. Produce millones de megavatios de energía y la misma comunidad no tiene una electrificación adecuada. Entonces, la gente dice: bueno, de qué desarrollo estamos hablando. Y eso es parte de los desafíos que ahora tiene nuestro Gobierno. Es pensar realmente un desarrollo para el bienestar de la gente. De ese territorio vengo. El Cauca ha sido un territorio que ha padecido el conflicto armado. Pero en Colombia yo me siento orgullosa de ser caucana, porque allá ha nacido la resistencia también.

V.G.: O sea que la consigna “soy porque somos”, que es también el nombre de tu movimiento, tiene estos cuerpos, esta historia y este territorio detrás, ¿verdad? No es una consigna, como muchas veces se usa, solamente de marketing, sino con una densidad histórica muy importante.

F.M.: Bueno, nada de lo que hicimos en campaña fue simplemente marketing. Nosotros, al contrario, transgredimos el marketing político ya establecido. Todo el tiempo estuve discutiendo incluso sobre qué me colocaba sobre mi cabello, sobre cómo lo usaba, porque para mí eso es parte de una representación. Como dicen las mujeres brasileñas: aquí se trata de cambiar el color en las fotos de la representación del poder, el color y las imágenes. Pues nada fue solo marketing. Creo que hicimos una campaña muy desde el corazón, desde nuestras propias vivencias y desde la realidad. Por eso, los jóvenes escucharon. Por eso, las mujeres nos escucharon. Por eso, los campesinos nos escucharon. Por eso, mi pueblo que, aunque se decía que estaba dividido el pueblo negro, raizal y palenquero, masivamente votó por Gustavo Petro – Francia Márquez. Una campaña hermosa. No teníamos recursos ni las estructuras que se usan en campaña, pero estaban los jóvenes con toda su energía, estaban los artistas con toda su creatividad. Entonces “Soy porque somos”, como bien se conoce, es la filosofía Ubuntu. Este es una herencia africana. Una filosofía africana que, por supuesto, la hemos heredado y que para nosotros significa que yo soy, si ustedes son, que nosotros somos, si la casa grande es. No hay posibilidad de existencia de la vida humana sin la vida de la naturaleza. Y eso nos implica y nos obliga a nosotros a replantearnos cómo conservar la vida significa “soy porque somos”, que esto no es una apuesta individual, que es una apuesta colectiva. Implica mirarnos como familia extensa, como familia que va más allá de los lazos sanguíneos. Para nosotros eso no es un problema porque lo hemos hecho como pueblo afrodescendiente. Ha sido el pensarnos colectivamente que nos ha permitido resistir en el Pacífico colombiano, en el Caribe, a tantos años de barbarie, a tantos años de dolor, a tantos años de sufrimiento, de lo que ha sido la guerra, de lo que ha sido la exclusión, de lo que ha sido el racismo estructural. Entonces, “soy porque somos” hoy lo colocamos a toda la América a pensarse desde el Ubuntu. Y es una consigna que nos invita, como humanidad, a pensarnos desde otra lógica. Y es la lógica del cuidado de la vida desde lo colectivo. Por eso, apostamos a que Colombia sea una potencia mundial de la vida y es usando esa forma colectiva de vernos, de enunciarnos, de sentirnos, para el buen vivir, para el vivir sabroso, como hemos dicho, porque no hay otra forma. Hoy, como humanidad, tenemos un desafío enorme y es el desafío de enfrentar el cambio climático, la crisis ambiental y esto no va a pasar si no es que cada ser humano nos hacemos conscientes, si no es que los gobiernos nos hacemos conscientes de que estamos en un camino sin regreso del exterminio de la civilización humana. Entonces “soy porque somos” tiene ese sentido del sentipensar, como dice Arturo Escobar, de pensarnos desde lo colectivo.

V.G.: Nombrabas ese desafío de ahora pasar a ser Gobierno. Ahora en Chile dijiste: “soy tirapiedras y ahora me toca gobernar”. Ese es un enorme desafío y, además, el programa político del pacto histórico se propone estas grandes cuestiones como las que venís enunciando. Sabemos que hay una carga enorme de expectativas, no sólo de Colombia, sino de toda la región. ¿Cómo te preparas para esas expectativas, para este proyecto? Sabemos que va a haber ataques, ataques de la derecha, de los núcleos concentrados del poder empresarial colonial, que ya fueron agresivos en campaña, y sabemos que ahora van a venir con todo.

F.M.: Bueno, un país no se gobierna solo. Gustavo Petro y Francia Márquez creemos que tenemos toda la capacidad para liderar un nuevo proyecto de nación. Un proyecto de nación que se piensa desde abajo, desde la raíz, desde la periferia, para la justicia social, como ya lo he dicho. El mayor desafío que tenemos es el logro de la paz. Yo creo que el principal reto es lograr silenciar los fusiles en nuestro país. Pero la paz no es sólo el silenciamiento de los fusiles, sino atacar las causas que generaron la violencia, el conflicto armado. Y esas causas tienen que ver con el hambre. Esas causas tienen que ver con la falta de garantía de derechos. Esas causas tienen que ver con el abandono del Estado. Esas causas tienen que ver con el racismo. Nosotros ya hemos dicho que vamos a retomar el avance hacia la paz que implica la implementación de los acuerdos firmados entre las FARC y el Estado colombiano sin dilaciones. Nosotros no vamos a seguir haciendo trizas la paz, lo que tenemos que hacer trizas es la guerra. Tenemos que acabar la guerra en nuestro país. Y para ello se va a restablecer la mesa de diálogo con el ELN. Para eso hay una política de sometimiento, también, que se va a desarrollar frente a los otros actores armados. Eso fue parte de lo que quedó en el programa de gobierno que le presentamos a Colombia, Gustavo Petro, nuestro líder, y Francia Márquez, que fue por lo cual votaron los colombianos y colombianas. Para eso es necesario discutir la política de drogas que por muchos años ha sido ineficaz, ha servido para dejar la plata en los bancos y los muertos en los territorios. Yo creo que enfrentar la discusión, y por eso decidimos hacer esta gira, implica que Colombia lidere, pero es un debate de la región, el camino de la legalización de las drogas usando varias perspectivas:

Uno, es el cambio del uso de la hoja de la coca y de la marihuana. Creo que ahí se puede generar toda una industria económica en términos farmacéuticos, en términos alimenticios, en términos de industria textil, que les genere oportunidad a las mismas comunidades que han sido víctimas tanto del narcotráfico como de la política de drogas.

Dos, un enfoque de atención del consumo problemático como un problema de salud pública y no como un problema de criminalidad, entendiendo que el enfoque de criminalidad que se le ha dado a esta política ha sido un enfoque que ha impactado de manera negativa sobre los derechos y libertades de todas las poblaciones empobrecidas y racionalizadas. Las mujeres, los jóvenes, los pueblos étnicos son los que han vivido un impacto desproporcionado de estas políticas. Y en ese sentido, yo creo que resarcir esos efectos implica un nuevo paradigma de cómo atender eso. La política de cero tolerancia ha servido para profundizar la corrupción, que no ataca todo el eslabón de la cadena de lo que es el narcotráfico, sino que la droga sale del país y sale con la complacencia de muchos corruptos, incluso que han estado en las instituciones del mismo Estado colombiano.

Atender el tema del hambre significa que ningún niño o niña tenga que seguir muriendo de hambre y desnutrición, y esto implica una política de atención al campo colombiano que por muchos años se dejó olvidado y que, por eso, avanzó la criminalidad, por eso avanzó el narcotráfico, por eso avanzaron estas economías ilícitas que han puesto en riesgo la vida de las comunidades. Tener un enfoque de Derechos Humanos en todas estas políticas es una necesidad, pues los líderes y lideresas que han levantado la voz y que han puesto estos temas sobre la mesa, pues les ha costado la vida. Colombia es de los países en los que más líderes sociales y ambientales se asesinan en la región, así que es un desafío colocar el enfoque de Derechos Humanos en estas políticas que vamos a desarrollar. Desarrollar el campo colombiano necesitará tecnología, investigación, ciencia. Por eso, nuestro presidente y por supuesto nosotros le acompañamos en la propuesta de la educación gratuita y de calidad, como parte esencial para los cambios que requiere nuestro país.

Son muchos otros temas, pero de manera específica quiero decir que, en mi caso, mi tarea será liderar el Ministerio de la Igualdad que vamos a constituir. Esperamos que el 7 de agosto nuestro Gobierno esté presentando al Congreso ese proyecto de creación del Ministerio de la Igualdad para trabajar por los derechos de las mujeres, de las poblaciones diversas, de los pueblos étnicos, de la juventud y de las regiones históricamente olvidadas y excluidas, que son los que están en esos niveles de inequidad y desigualdad tan grande. Por supuesto, las personas con discapacidades o diversidades, es una necesidad trabajar con ellos y ellas también. Y bueno, eso es lo que yo voy a hacer: trabajar por la igualdad. En términos de Colombia sabemos que somos de los países más desiguales de la región y esto será un desafío. Mi experiencia es desde lo social, es desde lo comunitario, es desde la defensa de los derechos ambientales, es desde la lucha por los derechos de las mujeres y la lucha antirracista, y eso estará ahí, como parte de esa apuesta de gobierno.

V.G.: Hay una palabra que aparece mucho en el programa de gobierno que, insisto, tiene ese nombre tan lindo, “Colombia, potencia mundial de la vida”, y es una palabra olvidada que es la de transición. Ustedes apuestan a una transición y cuando se habla de transición es porque hay un proyecto, porque hay una perspectiva de futuro. Hablan de una transición energética, de una transición alimentaria, también de la tierra. Hablan de una reforma en los impuestos, es decir, a quiénes se van a cobrar impuestos y hablan de una reforma de salud. Son cuatro temas muy importantes para toda América Latina, muy importantes para Argentina y me gustaría si pudieras puntualizar en algunas de esas perspectivas de la transición, porque son maneras de hacerse cargo de la crisis planetaria, como decías antes, pero además tomar los temas de fondo que hacen a un modelo depredador, neoliberal y completamente destructivo.

F.M.: Lo de transición energética fue un tema con el que nos dieron palo. Casi que perdemos la elección, porque empezaron a decirles a los empresarios y a todo el mundo que era una apuesta al castrochavismo, que si llegábamos el 7 de agosto a la presidencia y a la vicepresidencia ese mismo día íbamos a cortar el chorro de la explotación del petróleo y del carbón. Y pues eso nunca se dijo y eso no es parte del programa. Lo que se dijo es que hay que hacer un tránsito. Y un tránsito implica un proceso. Un proceso de adecuación institucional, de adecuación en términos de infraestructura que implica investigación, que implica ciencia, desarrollo tecnológico, para poder hacer todo ese tránsito de la economía extractivista hacia una economía sustentable. Y pues eso fue lo que planteamos en el programa de Gobierno que pasa por la voluntad política. Y creo que nuestro presidente la tiene y pues yo mucho más. Porque tanto el presidente Gustavo Petro, un hombre con una sensibilidad humana impresionante y con un don de gente, como decía mi abuela, siempre está poniendo los valores sobre la vida en la mesa y yo creo que es eso: es una responsabilidad humana. Es el desafío que tenemos como humanidad, no tenemos otra alternativa. O cuestionamos nuestros privilegios y toda la cultura de lo que ha sido nuestra cultura de consumo, porque eso no es solamente la voluntad del Gobierno, las políticas de gobierno, sino que pasa por una transformación cultural. Es como sociedad que tenemos que empezar a reeducarnos sobre los desafíos que hoy tenemos en términos del cambio climático. Es una parte del Gobierno, pero otra parte es la responsabilidad que tiene que asumir la sociedad, que tenemos que asumir como humanidad. Y ahí yo creo que podemos ir haciendo los cambios. Entonces, es un proceso que se va a dar, que implica todo un ajuste tecnológico, de ciencia, de tecnología, de investigación, de adecuación institucional, de adecuación legislativa. Por eso, tener el Congreso mayoritariamente hoy, una buena bancada del Congreso, que nos alegra que la mitad de la bancada, por lo menos del pacto histórico, son mujeres y la mitad son hombres, eso es muy importante para todo el desafío que tenemos.

Frente a lo de la reforma tributaria, pues los principios que colocamos fueron los principios de Justicia tributaria. Es decir, quienes más tienen utilidades, pues tienen que aportar más en términos de la responsabilidad solidaria. Porque uno puede hablar bonito, pero es con plata que se pueden hacer las transformaciones. Y se requieren los recursos. La pirámide ha estado colocada en que quienes menos tienen son quienes más pagan en Colombia. Las exenciones tributarias se han colocado a los sectores más poderosos que efectivamente pueden pagar mayores impuestos, porque tienen una mayor utilidad. Pero, en realidad, quienes menos tienen son los que más aportan o, en muchos casos, aportan de manera igualitaria. Ahí no hay una justicia en términos tributarios. Invertir la pirámide será parte del desafío. Lo primero va a ser una un proyecto de reforma agraria que se va a elaborar para poder asumir los desafíos que implica el programa de gobierno.

V.G.: La fuerza de los paros en Colombia en el 2019, en el 2021, la lucha por el aborto victoriosa. ¿Pensás que son procesos políticos que también intervinieron en la victoria electoral?

F.M.: Sin dudas, sin dudas. Por lo menos en mí, sí. Y me motivaron mucho para decir sí tenemos que disputarnos el poder. Ver a tantos jóvenes en la calle, ver a tantas mamás en las calles, para mí fue realmente conmovedor. Y no eran los jóvenes universitarios que están acostumbrados al movimiento estudiantil que sale a la calle. No. Eran los jóvenes que no han pisado las puertas de una Universidad, los jóvenes que no han pisado las puertas de un colegio. Jóvenes que en el caso de Cali nos decían: hace muchos años no comía tan sabroso como comían en las ollas comunitarias que hacían las mujeres. Eran esos jóvenes que sentían que les han quitado todo, eran los nadies y las nadie que estaban en la calle. Por eso, también los señalamientos de terroristas, vándalos y criminales. Y por eso, no le tembló la mano al Gobierno para ordenar el asesinato de tantos jóvenes que perdieron la vida. A tantos que le sacaron los ojos. Tantas jóvenes mujeres que fueron violadas durante el paro. Pues todos ellos, con mayor razón, me movieron a decir: esto tiene que cambiar. Y bueno, aquí está el Senador Alexander López Maya que me acompañó en todo esto. Y tengo que confesar que una campaña de año y medio, a veces, sentíamos que ya no teníamos energía ni fuerza, pero nos levantábamos todos los días a las 3 para irnos porque decíamos entre nosotros: el desafío es muy grande, tenemos que responderles a esos muchachos, tenemos que honrar la memoria de todos esos muchachos y pues gracias a ellos, por lo menos yo siento que estoy aquí. Ellos se pusieron en primera línea en la calle en el paro, ahora yo me pongo en primera línea en el Gobierno para defender sus derechos. No nos olvidamos, están presentes. Por lo menos de parte mía, yo ya convoqué a varios abogados para que se pusieran ahí en primera línea a defenderles, porque creo que es injusto que a estos muchachos que buscan oportunidades, les hayan criminalizado sin ninguna respuesta a sus demandas. Ahí vamos a estar. Yo no soy el Poder Judicial para decir que ya los voy a sacar, pero sí por lo menos, a garantizar que se cumpla el debido proceso y que se le garanticen sus derechos en esos procesos.

V.G.: Para ir terminando esta conversación, quería ir a esa frase que algunos analistas dicen que cambió el estado anímico de Colombia, que es el de vivir sabroso. Y de alguna manera, también es la consigna que más polémica genera. Hemos leído que también se ha dicho si se puede pensar en vivir sabroso a la hora de pensar el conocimiento, la Universidad, las reformas técnicas de las que hablabas, como que genera una reacción clasista y racista muy fuerte esa consigna. Y a la vez, es la que más impacta. Y entonces quería que nos cuentes y que nos compartas por qué ha molestado, pero también su fuerza, su capacidad de este cambio anímico y afectivo en el país.

F.M.: Bueno, siempre que los conceptos salen del poder popular se cuestionan o se tergiversan. Y eso a mí no me preocupa. A mí no me preocupa que distintos medios de comunicación hayan intentado tergiversar el concepto del vivir sabroso. Y no me preocupa porque yo sé que mi pueblo sabe muy bien lo que eso significa. Y el pueblo colombiano y el pueblo afrodescendiente que usa como parte de su lenguaje popular y cotidiano el vivir sabroso, sabe que vivir sabroso es vivir en alegría, es vivir sin miedo, es vivir en paz, es vivir con derechos, es vivir con amor y eso, aunque intenten tergiversarlo, no nos los van a quitar, porque ese es un derecho. Tenemos derecho a vivir sin miedo. Tenemos derecho a vivir con alegría. Y la forma en que yo puedo expresar esto es que, en el Pacífico colombiano, en medio del conflicto armado, en medio de la escasez y en medio de las violencias, nosotros podemos decir: vivimos sabroso cuando nos juntamos a compartir un plato de comida; vimos sabroso cuando cogemos la marimba y entre todos nos reunimos para cantar la música tradicional nuestra del Pacífico colombiano o del Cauca. Nosotros vivimos sabroso cuando el 24 de diciembre en mi pueblo, mientras cada familia en la cotidianidad se va papá, mamá e hijo a pasar el 24 de diciembre en su casa, nosotros el 24 de diciembre nos juntamos toda la comunidad en una sola casa, donde celebramos el nacimiento del niño Dios y eso para nosotros es vivir sabroso. Vivir sabroso significa lo que hace mi mamá: que cuando no hay salud y una mujer va a parir, ellas ponen toda su sabiduría, todas esas mujeres se juntan para acompañar a esa mujer en ese momento, en el momento de la reproducción de la vida. Esos para nosotros son los valores tradicionales y ancestrales que aprendimos en nuestra comunidad, que los aprendimos como humanidad, pero que el modelo civilizatorio que hemos tenido nos hizo olvidar de esas prácticas, nos hizo creer que eran prácticas chapadas a la antigua o retrógradas, en vez de pensar que eran prácticas que nos permitían vivir como humanidad. Cuando yo escucho a la maestra Nidia de Timbiquí diciendo: “cuando aquí han venido los actores armados a silenciarnos, nosotros hemos seguido tocando el bombo y la marimba, y hemos logrado con nuestros instrumentos y con nuestra voz, con nuestros cantos tradicionales, silenciar la guerra”, para mí eso es vivir sabroso. Y nadie nos va a quitar eso. Por eso, nosotros invitamos al pueblo colombiano a apostarle al vivir sabroso. Claro que cuando terminamos la campaña yo dije hay que trabajar para vivir sabroso. Y me dijeron que ese no era el acuerdo. Pero claro que sí. Ese es el acuerdo, porque tenemos que devolverle la tranquilidad a nuestro país. Colombia es un país maravilloso. Latinoamérica es una región maravillosa. Y nosotros podemos vivir bien, podemos vivir en paz, podemos vivir en dignidad y sólo requiere del compromiso de cada uno y de cada una reconociéndonos en nuestra diferencia. En nuestro país, tristemente, la diferencia se convirtió en una razón para exterminar al otro, para asesinar al otro, para desaparecer al otro. Pues hoy, este este proyecto político le está devolviendo la posibilidad al pueblo colombiano y al pueblo latinoamericano de construir en nuestras diferencias. Son las diferencias que hacen de nosotros una región rica. Son las diferencias que hacen de nosotros una región poderosa. Y estoy segura de que ahí vamos a encontrar un mejor estar, un mejor vivir y un verdadero desarrollo humano, un verdadero desarrollo social, un verdadero desarrollo económico.

V.G.: Para seguir con tus palabras sobre vivir sabroso queremos invitar a la artista Beatriz Pichi Malen y a su músico Miguel Cruz que nos van a honrar y sumar la voz mapuche a esta conversación.

F.M.: Un aplauso.

CANTA BEATRIZ PICHI MALEN

BEATRIZ PICHI MALEN: Buenas noches a todos y todas. Bienvenida, hermana Francia, vicepresidenta de la República hermana de Colombia. Quisimos comenzar con este canto del viento porque, así como en su indómita actitud del viento se traslada por toda la tierra, nosotros, nosotras, los pueblos antiguos originarios del territorio y aquellos que fueron traídos, como los afrodescendientes, también somos libres a pesar de todo y de tanto, porque la tierra es una sola alma y migrar es un derecho.

CANTO A LAS BALLENAS POR BEATRIZ PICHI MALEN

V.G.: Muchísimas gracias, Beatriz Pichi Malen, Miguel Cruz.

F.M.: Ahora quiero, en este intercambio cultural, invitar a María Elvira Solís, una mujer del Pacífico colombiano, una mayora. También nos va a cantar una canción que es de la música tradicional del pueblo afrocolombiano del Pacífico colombiano. Gracias.

MARÍA ELVIRA SOLÍS: Muy buenas noches para todas y todos. Soy la mayora, como lo dice aquí la hermana Francia Márquez. Tengo varias canciones, pero vamos a cantar en este momento algo que tenga que ver mucho con la región pacífica, es la música sanadora de nosotros, de los pueblos negros, es nuestra herencia africana y es la música sanadora para nosotras, mujeres negras del Pacífico. Esta canción nace porque yo salí de mi territorio muy niña y no me acordaba que tenía una cultura, una herencia. Cuando retomo mi herencia, mi ancestralidad, entonces dije: bueno, yo hago parte también de allí, por qué canto otro tipo de música y no canto la que me pertenece.

CANTA MARÍA ELVIRA SOLÍS

V.G.: Hay una placa de reconocimiento también entregada en este momento. Por su lucha contra el racismo, por este feminismo antirracista que también nos comentó y nos contó hoy. Gracias, Francia.

F.M.: Bueno, muchas gracias a todo el pueblo argentino, al pueblo colombiano, al pueblo afroargentino, al pueblo indígena, a las mujeres, a los jóvenes, a los niños. Gracias a todas, a todos, a todes por este momento. Gracias y esperamos que, en cuatro años, cuando terminemos el Gobierno de Gustavo Petro – Francia Márquez, el Gobierno de Colombia, podamos seguirnos mirando a la cara con dignidad, con respeto. Y espero que en cuatro años mi corazón aún siga estando bien puesto. Muchas gracias.

Proyecto Ballena, el área del Centro Cultural Kirchner dedicado a producir imaginaciones y pensamientos para un presente mejor, este año propone analizar, discutir y desacordar sobre el sentido actual de la palabra LIBERTAD. Libertad como promesa incumplida, lucha revolucionaria y también señuelo para propuestas conservadoras. En este marco PROYECTO BALLENA recibe la visita de Francia Marquez, a pocos días de asumir como vicepresidenta de Colombia.

Entrevista a Francia Márquez

VERONICA GAGO: Buenas tardes. Muchísimas gracias por la espera, por el agite. Estamos felices de recibir hoy aquí a Francia Márquez Mina, vicepresidenta electa de Colombia. Como vemos, en Argentina su presencia ha generado un increíble furor, admiración, cariño. Y queremos agradecerle, una vez más, que comparta esta conversación hoy aquí, en el Centro Cultural Kirchner. Le hemos puesto de título sus palabras: “Soy porque somos un grito de lucha y de paz”. Esta conversación que tendremos en breve se da en el marco del Proyecto Ballena y, antes que nada, quiero invitar a Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz de Argentina. Él ha venido especialmente. Un fuerte aplauso.

ADOLFO PEREZ ESQUIVEL: Hola. Buenas tardes a todos y todas. Yo voy a pedir algo. ¿Me permiten? Ustedes nos ven a nosotros, pero nosotros no los vemos a ustedes y queremos verles los rostros, la sonrisa, la mirada. Por favor, enciendan las luces. Los pueblos no tenemos que esconder el rostro, tenemos que abrir la mente y el corazón para mirarnos y ser solidarios con el pueblo hermano de Colombia y con todos los pueblos de esta América que nos convoca y nos desafía en construir una nueva sociedad. Yo, aquí, tengo el honor de presentar a la hermana, a la amiga, vicepresidenta de Colombia, que después de largas luchas… Francia Márquez. Ustedes la conocen. Y tenemos que cambiar el rostro, las miradas de todo el continente latinoamericano, ser pueblos libres y, para eso, necesitamos de las luchas, de las experiencias, de la solidaridad. Y hoy, en este desafío que tienen en Colombia, es una lucha que continúa y es cambiar, también, superar las muertes, las violaciones de los derechos humanos, la situación tan trágica que vive el pueblo colombiano. El derecho de hombres y mujeres en su diferencia, pero también en la igualdad de derechos. Esto es importante.

No me puedo quedar mucho tiempo, quiero presentar aquí a nuestra hermana Francia, pero después los dejó por un problema de salud simplemente. Pero no quería faltar en este momento tan importante para todos.

Permítame señalar una cosa. Aquí hay muchos compañeros, compañeras, hermanos, luchadores y luchadoras por el pueblo, la dignidad de la persona. Está Norita Cortiñas. También una madre que no está presente físicamente, pero sí está en la mente y el corazón, Mirta Baravalle, que viajaba a Colombia permanentemente para llevar la solidaridad, el amor, la fuerza, la lucha del pueblo colombiano.

Así que, simplemente, acompañarte. Van a traer muchas dificultades, pero sabes que cuentas con el pueblo argentino y que vamos a seguir juntos y juntas. Verónica es la periodista que va a conversar junto con ustedes. Aquí está el ministro Tristán Bauer, compañero de lucha. Y muchos otros y otras. Así que los dejo con ellas. Mucha fuerza y esperanza y hasta la victoria, siempre.

AUDIO EDUARDO GALEANO:

Los nadies: los dueños de nada,

los hijos de nadie,

los ningunos, los ninguneados.

Que no son, aunque sean.

Que no hablan idiomas, sino dialectos.

Que no profesan religiones,

sino supersticiones.

Que no hacen arte, sino artesanía.

Que no tienen cultura, sino a lo sumo folklore.

Que no son seres humanos,

sino recursos humanos.

Que no tienen nombre, sino número.

Que no figuran en la historia universal,

sino en la crónica roja de la prensa local.

Los nadies,

que cuestan menos

que la bala que los mata.

V.G.: Bueno, muchísimas gracias. Acabamos de escuchar un documento histórico porque es en la voz de Eduardo Galeano, este poema: “Los nadies”. Por supuesto que no es casual que elegimos este poema. Vos hablaste, Francia, en tu campaña a los nadies y a las nadies. Dijiste: aquellos y aquellas que habitan en la sierra, en las montañas, en los barrios. Y estamos acá, también, para darte la bienvenida con este poema y decir, también, que nos parece que estas palabras poéticas de Eduardo Galeano vos las convertiste en un programa político. Y es un momento para celebrar, porque sabemos además que estas elecciones que les dieron el triunfo a vos y a Gustavo Petro son las elecciones con menos abstención de las últimas décadas. O sea que hubo una convocatoria a votar que fue impresionante. Este triunfo también abrió un viento de cambio para la región y también una época nueva. Hoy se dice en Colombia: ganó la izquierda con un programa feminista, antirracista y ambientalista. Y eso es un montón.

En una semana vas a estar asumiendo y tenemos el enorme honor de tenerte acá, en esta gira sudamericana que hemos visto que está produciendo un montón de imágenes muy potentes de tus encuentros con distintos líderes y lideresas políticos populares, con distintas organizaciones, movimientos. Este encuentro acá es uno más de muchos que sabemos que estás teniendo y, de nuevo, te queremos agradecer porque nos sentimos muy honradas de poder, en el Proyecto Ballena, tenerte.

La cuestión que queremos preguntarte es, en primer lugar, también en palabras de Galeano, porque él, después de escribir los nadies, dijo estas preguntas: ¿es América Latina una región del mundo condenada a la humillación y a la pobreza? ¿Condenada por quién?, se preguntaba. ¿No será la desgracia un producto de la historia hecha por los hombres y que por los hombres puede ser deshecha? Tu voz les habla a todas, a todos y a todes, ya no solo a la figura del hombre universal y pone una esperanza, que es una esperanza radical para nuestro continente. Entonces, la primera pregunta que te quiero hacer es justamente esta: ¿es América Latina una región condenada a la humillación? ¿O, cómo podemos deshacer esta condena?

FRANCIA MÁRQUEZ: Buenas noches, Argentina. Quiero, en primer lugar, extender un saludo a todas las personas que, desde acá, vibraron con nosotros para que llegara un cambio para Colombia, que es un cambio para la región. Les extiendo un saludo de parte de nuestro presidente, Gustavo Petro Urrego. Por supuesto, un saludo a toda Colombia. Saludo a los colombianos y colombianas migrantes aquí, en la Argentina. Saludo a los pueblos originarios de la Argentina, los pueblos indígenas. Saludo al pueblo negro, afrodescendiente de Argentina. Saludamos, por supuesto, a la comunidad diversa LGBTIQ+. Saludo a las mujeres, a los niños, niñas que están aquí. Y, por supuesto, a todo el liderazgo social y político de Argentina, que ha mantenido un gobierno en resistencia. Agradecemos al Gobierno de Argentina por recibirnos con beneplácito, con mucho amor. Muchas gracias al presidente y, por supuesto, a la Vicepresidenta con quien, durante estos días, hemos tenido reuniones muy importantes para hablar de justicia, de paz, de lucha antirracista, de cambio climático y para hablar de muchos temas que ahora nos competen en el gobierno de Colombia, pero sobre todo a Latinoamérica.

Entonces, para dar un poco de respuesta a la pregunta, creo que cuando Eduardo Galeano, que bien supo describir a los nadies y a las nadies, que lo usamos, usamos su poema en campaña, precisamente para definir quiénes éramos los nadies. Para el caso de Colombia son los pueblos étnicos, indígenas, afrodescendientes, raizales, palenqueros. Para el caso de Colombia, son las mujeres que tienen que soportar el asesinato y las violencias sexuales y de género. Es la comunidad diversa, las mujeres trans que todos los días tienen que soportar sistemáticas violencias. Es el pueblo campesino a quien todos los días le despojan la tierra. Son los niños y niñas que mueren de hambre en un país que tiene tanta biodiversidad, pero que no les ofrece un plato de comida. Son los jóvenes que salen a las calles a marchar y les sacan los ojos para que no puedan ver el futuro, pero también los asesinan como una forma de expresión para silenciarles. Son todos aquellos hombres y mujeres que, en nuestras diversidades, hemos tenido que ver cómo una política neoliberal en nuestra región ha ido poniendo en riesgo todos los días la vida humana, pero que hoy ese aniquilamiento, esa extinción de la vida trasciende al ser humano y afecta nuestra casa grande, nuestro útero mayor, la Madre Tierra. Los nadies, los trabajadores y trabajadoras que resisten, que a pesar de que trabajan duramente, su salario no es compensatorio a todo el esfuerzo, a toda la mano de obra, todo el trabajo que realiza. Y que esa explotación se traduce en acumulación y acumulación de capital en manos de unos pocos, mientras los trabajadores y trabajadoras no tienen una vida digna. Desde ese lugar nos paramos y desde ese lugar enunciamos nuestra campaña, porque de allá yo vengo, de allá soy, de esos tirapiedras, como nos decían, o de los mamertos, como nos señala la ultraderecha para no reconocer nuestra humanidad, para no reconocer nuestra voz, o para seguir estereotipando o negando la lucha de los movimientos sociales en América Latina y en la región. Pues hoy esos tirapiedras, esos nadies, hemos llegado para el caso de Colombia, a ocupar el Estado, a ocupar el poder del Estado para gobernar en favor de los nadies y de las nadies, en favor de todos los colombianos y colombianas. Y para tejer una agenda de construcción de región que nos permita afrontar de manera colectiva los desafíos que tiene nuestra América, que tiene nuestra casa grande, que tiene la Abya Yala. Ese es el desafío que tenemos. Eduardo Galeano nos indagaba porque siempre hubo avances significativos importantes en otras naciones, mientras que Colombia apenas acaba de dar ese paso. Y no porque no haya habido resistencia. La resistencia siempre ha estado ahí. Yo crecí en medio de la resistencia. Una resistencia que no empezó conmigo, que empezó con pueblos traídos en condición de esclavitud a toda América, que fueron desarraigados de su condición humana y sometidos a condición de animales salvajes y que hoy los descendientes de esos hombres y mujeres seguimos haciendo un esfuerzo por dignificar nuestra. Mi presencia aquí no es la presencia de, simplemente, Francia Márquez. Soy muy consciente de que mi presencia es la representación de pueblos históricamente excluidos, marginados, racializados y olvidados. Por tanto, yo creo que esa pregunta de Eduardo Galeano era una incitación a seguir buscando caminos y horizontes, como naciones que nos permitan vivir en paz, vivir en dignidad, vivir con justicia social. Yo creo que no estamos condenados. Creo que el pueblo toma decisiones en los momentos en que debe tomarlas. Tristemente, nosotros nos tardamos bastante en Colombia para tomar una decisión del cambio. Esa tardanza nos ha costado muchas vidas, han sido muchas personas, muchos millones de seres humanos, que han sido afectados por la política neoliberal que hemos tenido en nuestro país. Así que el desafío, ahora, que asume Gustavo Petro, Francia Márquez, pero que asume el pueblo colombiano, es un cambio en favor de la paz, en favor de la justicia social, de la justicia racial, de la justicia de género, en favor de la dignidad, en favor del cuidado de la casa grande y ese desafío, por supuesto, lo asumimos con responsabilidad, con los pies colocados sobre la tierra y con todo el amor y el compromiso que ello implica.

V.G.: Es para aplaudir todo el tiempo. Ya se me cayeron todos los papeles por aplaudir. La impronta feminista antirracista en tu campaña, en tu discurso, fue muy fuerte. lo que queríamos preguntarte era de quiénes aprendiste. En tu infancia, para vos, quiénes fueron personajes, personas, afectos importantes en este aprendizaje.

F.M.: Bueno, aprendí de muchas mujeres. La primera enseñanza de la resistencia la aprendí en mi casa, con mi abuela, con mi mamá. Mi abuela que, aunque no supo leer y escribir, supo el valor de la vida. La aprendí de Paulina Balanta, otra mujer de mi comunidad que no sabe leer y escribir, pero ayer nos recordaba Carlos Rosero que está aquí, que ella nos decía que quien no lucha, no va al cielo. Lo aprendí de mujeres de aquí, de Argentina. Y aquí tenemos una matrona, que es una insignia de la resistencia y de la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, de ahí aprendimos la resistencia. He aprendido de tantas mujeres que, aún sin tener nada, hacen lo que sea por sacar a sus hijos adelante, porque sus hijos se acuesten con el estómago vacío, porque sus hijos tengan una oportunidad de ir a la escuela, porque sus hijos no vayan con los zapatos rotos a la escuela, porque sus hijos, como lo son las mujeres del Pacífico colombiano, no sean arrebatados por la violencia, por los actores armados, por el conflicto armado. Ahí yo he aprendido la resistencia y, por supuesto, ahí, siendo una mujer negra, he aprendido a diferenciar los impactos del modelo económico de desarrollo, los impactos del patriarcado, las violencias de género. Y he aprendido ahí la interseccionalidad de raza, clase y género que, al principio, no lo teorizaba, pero después conocí a Ángela Davis y aprendí. No leyendo sus libros, sino escuchando de su propia voz las historias de lo que significó para ella, una mujer afrodescendiente negra, resistir frente al apartheid, frente a todas las políticas raciales de los Estados Unidos. De ella aprendí que las mujeres negras no están haciendo la lucha para romper el techo de cristal, sino que están haciendo la lucha para ponerse de pie y caminar con sus hermanas, igual que las mujeres indígenas, porque ellas siempre han estado de rodillas. O como lo dice Sojourner Truth, que pregunta ¿acaso no soy una mujer?, en pleno tiempo de discusión de la lucha feminista.  Porque mientras unas mujeres van adelante en una lucha, pues otras mujeres van atrás. Entonces el gran desafío que tenemos es ponernos y cogernos de la mano con las que apenas se están poniendo de pie para empujar sus propias reivindicaciones. La forma en cómo Angela Davis lo dice es: yo no estoy aquí para poderme de la mano con Hillary Clinton que está a punto de romper el techo de cristal, yo estoy aquí para cogerme de las manos con las mujeres negras del Bronx o, en el caso de Colombia, del distrito de Agua Blanca o del Cauca. Porque ahí están las verdaderas luchas de las mujeres que no se reclaman a sí mismas feministas, pero que lo son.

V.G.: Te quería preguntar sobre eso, porque tu militancia empieza de adolescente casi, en la región del Cauca, contra los megaproyectos extractivistas. Eran los años ’90, donde esas luchas tampoco tenían, tal vez, la difusión que tienen hoy o la popularidad que tienen hoy. Entonces, contanos para quienes no sabemos qué significa la región del Cauca y qué significaba para vos, como adolescente, esa militancia.

F.M.: Yo creo que las mujeres siempre han estado en la lucha, otra cosa es que esas luchas han sido invisibilizadas. Para el caso del norte del Cauca, pues la experiencia de la comunidad y de las mujeres primero es que esta es una región que vivió la esclavitud. Si ustedes van a esa región, que está al suroccidente de Colombia, todavía están las casas esclavistas. Popayán, que es nuestra capital, fue la casa de la Corona española. Y aún se llama la Ciudad Blanca. Y no es simplemente la Ciudad Blanca porque tiene las paredes pintadas de blanco, sino que hay un pensamiento colonial de ciudad blanca en términos de que los que habitan la ciudad son herederos de la Corona española. Mi abuelo me contó que cuando él iba a Popayán la gente le tocaba la piel para ver si su piel desteñía. De ese tamaño es el racismo. Pero también de ese tamaño es el racismo de la negación, que sé que lo vive aquí, en Argentina, la gente afroargentina. No hay un país, por lo menos de América Latina, que pueda negar la colonización y la esclavitud. Y si no hay un país de esta región que pueda negar eso, entonces tampoco puede negar la presencia de los pueblos originarios indígenas y tampoco puede negar la presencia de los pueblos negros o afrodescendientes. Desde ahí partimos. El norte del Cauca permanentemente ha sido un territorio en disputa, desde el tiempo de esclavitud hasta hoy. Entonces, yo aprendí con mi abuela que el territorio donde nosotros vivíamos no fue un regalo. Después de la abolición de la esclavitud, en ese territorio a la gente le tocó luchar para tener la tierra que nosotros habitamos. Entonces, mi abuela decía: a mis abuelos les tocó luchar y a ellas, que eran mineras artesanales, les tocó trabajar en las minas para ir juntando lo poquito de oro y sacar a sus maridos de la cárcel, que estaban luchando por la tierra frente a terrateniente. Entonces, mi comunidad tiene una conciencia clara de la importancia del territorio como un espacio de vida. La gente negra en el norte del Cauca aprendió que sin territorio no hay libertad. Y sin territorio no hay autonomía. Y esto no es solo la gente negra del norte del Cauca, sino que el campesinado colombiano también sabe eso. Sabe que la autodeterminación de los pueblos está arraigada a un territorio. A un territorio que, para muchos, es un espacio para obtener riqueza acumulativa, pero para otros es un espacio donde se reproduce la vida. Y eso es el norte del Cauca, eso es el Pacífico colombiano, eso es gran parte de Colombia. Así nos concebimos como pueblos. Así se concibe el pueblo indígena. No se conciben pueblo sin su arraigo cultural, y el arraigo cultural y espiritual está anclado al territorio. Nosotros tenemos una práctica ancestral que es de todo el Pacífico que la hacen las parteras. Las parteras son las mujeres que ayudan a una mujer a dar a luz en lugares donde la salud no llega, donde un médico no está, son estas mujeres que, con su sabiduría, ayudan a mujeres a dar a luz cuando van a parir. Mi mamá era partera. Y parte de lo que hacen es el ombligamiento, que consiste en enterrar el ombligo, enterrar las placentas, que arraigan a las personas. Nosotros decimos “nos sembraron el ombligo”. Y es que esa práctica, que parece una cosa antigua, pues para nosotros es el arraigo y el vínculo con nuestros territorios. De esa magnitud es el amor por la tierra, es la ancestralidad por la tierra. Y bueno, por eso nos hemos enfrentado a proyectos mineros, energéticos, que ahora que soy gobierno me toca mirar cómo es que vamos a hacer. Pero que, sin duda, son proyectos que se ven como el desarrollo, sin embargo, no generan bienestar. Del norte del Cauca hay una represa salvajina que dicen los viejos “esto es la salvajada”. Y es porque es un proyecto de de una gran represa energética. Tiene agua acumulada ahí, pero mi propia comunidad no tiene agua potable. Produce millones de megavatios de energía y la misma comunidad no tiene una electrificación adecuada. Entonces, la gente dice: bueno, de qué desarrollo estamos hablando. Y eso es parte de los desafíos que ahora tiene nuestro Gobierno. Es pensar realmente un desarrollo para el bienestar de la gente. De ese territorio vengo. El Cauca ha sido un territorio que ha padecido el conflicto armado. Pero en Colombia yo me siento orgullosa de ser caucana, porque allá ha nacido la resistencia también.

V.G.: O sea que la consigna “soy porque somos”, que es también el nombre de tu movimiento, tiene estos cuerpos, esta historia y este territorio detrás, ¿verdad? No es una consigna, como muchas veces se usa, solamente de marketing, sino con una densidad histórica muy importante.

F.M.: Bueno, nada de lo que hicimos en campaña fue simplemente marketing. Nosotros, al contrario, transgredimos el marketing político ya establecido. Todo el tiempo estuve discutiendo incluso sobre qué me colocaba sobre mi cabello, sobre cómo lo usaba, porque para mí eso es parte de una representación. Como dicen las mujeres brasileñas: aquí se trata de cambiar el color en las fotos de la representación del poder, el color y las imágenes. Pues nada fue solo marketing. Creo que hicimos una campaña muy desde el corazón, desde nuestras propias vivencias y desde la realidad. Por eso, los jóvenes escucharon. Por eso, las mujeres nos escucharon. Por eso, los campesinos nos escucharon. Por eso, mi pueblo que, aunque se decía que estaba dividido el pueblo negro, raizal y palenquero, masivamente votó por Gustavo Petro – Francia Márquez. Una campaña hermosa. No teníamos recursos ni las estructuras que se usan en campaña, pero estaban los jóvenes con toda su energía, estaban los artistas con toda su creatividad. Entonces “Soy porque somos”, como bien se conoce, es la filosofía Ubuntu. Este es una herencia africana. Una filosofía africana que, por supuesto, la hemos heredado y que para nosotros significa que yo soy, si ustedes son, que nosotros somos, si la casa grande es. No hay posibilidad de existencia de la vida humana sin la vida de la naturaleza. Y eso nos implica y nos obliga a nosotros a replantearnos cómo conservar la vida significa “soy porque somos”, que esto no es una apuesta individual, que es una apuesta colectiva. Implica mirarnos como familia extensa, como familia que va más allá de los lazos sanguíneos. Para nosotros eso no es un problema porque lo hemos hecho como pueblo afrodescendiente. Ha sido el pensarnos colectivamente que nos ha permitido resistir en el Pacífico colombiano, en el Caribe, a tantos años de barbarie, a tantos años de dolor, a tantos años de sufrimiento, de lo que ha sido la guerra, de lo que ha sido la exclusión, de lo que ha sido el racismo estructural. Entonces, “soy porque somos” hoy lo colocamos a toda la América a pensarse desde el Ubuntu. Y es una consigna que nos invita, como humanidad, a pensarnos desde otra lógica. Y es la lógica del cuidado de la vida desde lo colectivo. Por eso, apostamos a que Colombia sea una potencia mundial de la vida y es usando esa forma colectiva de vernos, de enunciarnos, de sentirnos, para el buen vivir, para el vivir sabroso, como hemos dicho, porque no hay otra forma. Hoy, como humanidad, tenemos un desafío enorme y es el desafío de enfrentar el cambio climático, la crisis ambiental y esto no va a pasar si no es que cada ser humano nos hacemos conscientes, si no es que los gobiernos nos hacemos conscientes de que estamos en un camino sin regreso del exterminio de la civilización humana. Entonces “soy porque somos” tiene ese sentido del sentipensar, como dice Arturo Escobar, de pensarnos desde lo colectivo.

V.G.: Nombrabas ese desafío de ahora pasar a ser Gobierno. Ahora en Chile dijiste: “soy tirapiedras y ahora me toca gobernar”. Ese es un enorme desafío y, además, el programa político del pacto histórico se propone estas grandes cuestiones como las que venís enunciando. Sabemos que hay una carga enorme de expectativas, no sólo de Colombia, sino de toda la región. ¿Cómo te preparas para esas expectativas, para este proyecto? Sabemos que va a haber ataques, ataques de la derecha, de los núcleos concentrados del poder empresarial colonial, que ya fueron agresivos en campaña, y sabemos que ahora van a venir con todo.

F.M.: Bueno, un país no se gobierna solo. Gustavo Petro y Francia Márquez creemos que tenemos toda la capacidad para liderar un nuevo proyecto de nación. Un proyecto de nación que se piensa desde abajo, desde la raíz, desde la periferia, para la justicia social, como ya lo he dicho. El mayor desafío que tenemos es el logro de la paz. Yo creo que el principal reto es lograr silenciar los fusiles en nuestro país. Pero la paz no es sólo el silenciamiento de los fusiles, sino atacar las causas que generaron la violencia, el conflicto armado. Y esas causas tienen que ver con el hambre. Esas causas tienen que ver con la falta de garantía de derechos. Esas causas tienen que ver con el abandono del Estado. Esas causas tienen que ver con el racismo. Nosotros ya hemos dicho que vamos a retomar el avance hacia la paz que implica la implementación de los acuerdos firmados entre las FARC y el Estado colombiano sin dilaciones. Nosotros no vamos a seguir haciendo trizas la paz, lo que tenemos que hacer trizas es la guerra. Tenemos que acabar la guerra en nuestro país. Y para ello se va a restablecer la mesa de diálogo con el ELN. Para eso hay una política de sometimiento, también, que se va a desarrollar frente a los otros actores armados. Eso fue parte de lo que quedó en el programa de gobierno que le presentamos a Colombia, Gustavo Petro, nuestro líder, y Francia Márquez, que fue por lo cual votaron los colombianos y colombianas. Para eso es necesario discutir la política de drogas que por muchos años ha sido ineficaz, ha servido para dejar la plata en los bancos y los muertos en los territorios. Yo creo que enfrentar la discusión, y por eso decidimos hacer esta gira, implica que Colombia lidere, pero es un debate de la región, el camino de la legalización de las drogas usando varias perspectivas:

Uno, es el cambio del uso de la hoja de la coca y de la marihuana. Creo que ahí se puede generar toda una industria económica en términos farmacéuticos, en términos alimenticios, en términos de industria textil, que les genere oportunidad a las mismas comunidades que han sido víctimas tanto del narcotráfico como de la política de drogas.

Dos, un enfoque de atención del consumo problemático como un problema de salud pública y no como un problema de criminalidad, entendiendo que el enfoque de criminalidad que se le ha dado a esta política ha sido un enfoque que ha impactado de manera negativa sobre los derechos y libertades de todas las poblaciones empobrecidas y racionalizadas. Las mujeres, los jóvenes, los pueblos étnicos son los que han vivido un impacto desproporcionado de estas políticas. Y en ese sentido, yo creo que resarcir esos efectos implica un nuevo paradigma de cómo atender eso. La política de cero tolerancia ha servido para profundizar la corrupción, que no ataca todo el eslabón de la cadena de lo que es el narcotráfico, sino que la droga sale del país y sale con la complacencia de muchos corruptos, incluso que han estado en las instituciones del mismo Estado colombiano.

Atender el tema del hambre significa que ningún niño o niña tenga que seguir muriendo de hambre y desnutrición, y esto implica una política de atención al campo colombiano que por muchos años se dejó olvidado y que, por eso, avanzó la criminalidad, por eso avanzó el narcotráfico, por eso avanzaron estas economías ilícitas que han puesto en riesgo la vida de las comunidades. Tener un enfoque de Derechos Humanos en todas estas políticas es una necesidad, pues los líderes y lideresas que han levantado la voz y que han puesto estos temas sobre la mesa, pues les ha costado la vida. Colombia es de los países en los que más líderes sociales y ambientales se asesinan en la región, así que es un desafío colocar el enfoque de Derechos Humanos en estas políticas que vamos a desarrollar. Desarrollar el campo colombiano necesitará tecnología, investigación, ciencia. Por eso, nuestro presidente y por supuesto nosotros le acompañamos en la propuesta de la educación gratuita y de calidad, como parte esencial para los cambios que requiere nuestro país.

Son muchos otros temas, pero de manera específica quiero decir que, en mi caso, mi tarea será liderar el Ministerio de la Igualdad que vamos a constituir. Esperamos que el 7 de agosto nuestro Gobierno esté presentando al Congreso ese proyecto de creación del Ministerio de la Igualdad para trabajar por los derechos de las mujeres, de las poblaciones diversas, de los pueblos étnicos, de la juventud y de las regiones históricamente olvidadas y excluidas, que son los que están en esos niveles de inequidad y desigualdad tan grande. Por supuesto, las personas con discapacidades o diversidades, es una necesidad trabajar con ellos y ellas también. Y bueno, eso es lo que yo voy a hacer: trabajar por la igualdad. En términos de Colombia sabemos que somos de los países más desiguales de la región y esto será un desafío. Mi experiencia es desde lo social, es desde lo comunitario, es desde la defensa de los derechos ambientales, es desde la lucha por los derechos de las mujeres y la lucha antirracista, y eso estará ahí, como parte de esa apuesta de gobierno.

V.G.: Hay una palabra que aparece mucho en el programa de gobierno que, insisto, tiene ese nombre tan lindo, “Colombia, potencia mundial de la vida”, y es una palabra olvidada que es la de transición. Ustedes apuestan a una transición y cuando se habla de transición es porque hay un proyecto, porque hay una perspectiva de futuro. Hablan de una transición energética, de una transición alimentaria, también de la tierra. Hablan de una reforma en los impuestos, es decir, a quiénes se van a cobrar impuestos y hablan de una reforma de salud. Son cuatro temas muy importantes para toda América Latina, muy importantes para Argentina y me gustaría si pudieras puntualizar en algunas de esas perspectivas de la transición, porque son maneras de hacerse cargo de la crisis planetaria, como decías antes, pero además tomar los temas de fondo que hacen a un modelo depredador, neoliberal y completamente destructivo.

F.M.: Lo de transición energética fue un tema con el que nos dieron palo. Casi que perdemos la elección, porque empezaron a decirles a los empresarios y a todo el mundo que era una apuesta al castrochavismo, que si llegábamos el 7 de agosto a la presidencia y a la vicepresidencia ese mismo día íbamos a cortar el chorro de la explotación del petróleo y del carbón. Y pues eso nunca se dijo y eso no es parte del programa. Lo que se dijo es que hay que hacer un tránsito. Y un tránsito implica un proceso. Un proceso de adecuación institucional, de adecuación en términos de infraestructura que implica investigación, que implica ciencia, desarrollo tecnológico, para poder hacer todo ese tránsito de la economía extractivista hacia una economía sustentable. Y pues eso fue lo que planteamos en el programa de Gobierno que pasa por la voluntad política. Y creo que nuestro presidente la tiene y pues yo mucho más. Porque tanto el presidente Gustavo Petro, un hombre con una sensibilidad humana impresionante y con un don de gente, como decía mi abuela, siempre está poniendo los valores sobre la vida en la mesa y yo creo que es eso: es una responsabilidad humana. Es el desafío que tenemos como humanidad, no tenemos otra alternativa. O cuestionamos nuestros privilegios y toda la cultura de lo que ha sido nuestra cultura de consumo, porque eso no es solamente la voluntad del Gobierno, las políticas de gobierno, sino que pasa por una transformación cultural. Es como sociedad que tenemos que empezar a reeducarnos sobre los desafíos que hoy tenemos en términos del cambio climático. Es una parte del Gobierno, pero otra parte es la responsabilidad que tiene que asumir la sociedad, que tenemos que asumir como humanidad. Y ahí yo creo que podemos ir haciendo los cambios. Entonces, es un proceso que se va a dar, que implica todo un ajuste tecnológico, de ciencia, de tecnología, de investigación, de adecuación institucional, de adecuación legislativa. Por eso, tener el Congreso mayoritariamente hoy, una buena bancada del Congreso, que nos alegra que la mitad de la bancada, por lo menos del pacto histórico, son mujeres y la mitad son hombres, eso es muy importante para todo el desafío que tenemos.

Frente a lo de la reforma tributaria, pues los principios que colocamos fueron los principios de Justicia tributaria. Es decir, quienes más tienen utilidades, pues tienen que aportar más en términos de la responsabilidad solidaria. Porque uno puede hablar bonito, pero es con plata que se pueden hacer las transformaciones. Y se requieren los recursos. La pirámide ha estado colocada en que quienes menos tienen son quienes más pagan en Colombia. Las exenciones tributarias se han colocado a los sectores más poderosos que efectivamente pueden pagar mayores impuestos, porque tienen una mayor utilidad. Pero, en realidad, quienes menos tienen son los que más aportan o, en muchos casos, aportan de manera igualitaria. Ahí no hay una justicia en términos tributarios. Invertir la pirámide será parte del desafío. Lo primero va a ser una un proyecto de reforma agraria que se va a elaborar para poder asumir los desafíos que implica el programa de gobierno.

V.G.: La fuerza de los paros en Colombia en el 2019, en el 2021, la lucha por el aborto victoriosa. ¿Pensás que son procesos políticos que también intervinieron en la victoria electoral?

F.M.: Sin dudas, sin dudas. Por lo menos en mí, sí. Y me motivaron mucho para decir sí tenemos que disputarnos el poder. Ver a tantos jóvenes en la calle, ver a tantas mamás en las calles, para mí fue realmente conmovedor. Y no eran los jóvenes universitarios que están acostumbrados al movimiento estudiantil que sale a la calle. No. Eran los jóvenes que no han pisado las puertas de una Universidad, los jóvenes que no han pisado las puertas de un colegio. Jóvenes que en el caso de Cali nos decían: hace muchos años no comía tan sabroso como comían en las ollas comunitarias que hacían las mujeres. Eran esos jóvenes que sentían que les han quitado todo, eran los nadies y las nadie que estaban en la calle. Por eso, también los señalamientos de terroristas, vándalos y criminales. Y por eso, no le tembló la mano al Gobierno para ordenar el asesinato de tantos jóvenes que perdieron la vida. A tantos que le sacaron los ojos. Tantas jóvenes mujeres que fueron violadas durante el paro. Pues todos ellos, con mayor razón, me movieron a decir: esto tiene que cambiar. Y bueno, aquí está el Senador Alexander López Maya que me acompañó en todo esto. Y tengo que confesar que una campaña de año y medio, a veces, sentíamos que ya no teníamos energía ni fuerza, pero nos levantábamos todos los días a las 3 para irnos porque decíamos entre nosotros: el desafío es muy grande, tenemos que responderles a esos muchachos, tenemos que honrar la memoria de todos esos muchachos y pues gracias a ellos, por lo menos yo siento que estoy aquí. Ellos se pusieron en primera línea en la calle en el paro, ahora yo me pongo en primera línea en el Gobierno para defender sus derechos. No nos olvidamos, están presentes. Por lo menos de parte mía, yo ya convoqué a varios abogados para que se pusieran ahí en primera línea a defenderles, porque creo que es injusto que a estos muchachos que buscan oportunidades, les hayan criminalizado sin ninguna respuesta a sus demandas. Ahí vamos a estar. Yo no soy el Poder Judicial para decir que ya los voy a sacar, pero sí por lo menos, a garantizar que se cumpla el debido proceso y que se le garanticen sus derechos en esos procesos.

V.G.: Para ir terminando esta conversación, quería ir a esa frase que algunos analistas dicen que cambió el estado anímico de Colombia, que es el de vivir sabroso. Y de alguna manera, también es la consigna que más polémica genera. Hemos leído que también se ha dicho si se puede pensar en vivir sabroso a la hora de pensar el conocimiento, la Universidad, las reformas técnicas de las que hablabas, como que genera una reacción clasista y racista muy fuerte esa consigna. Y a la vez, es la que más impacta. Y entonces quería que nos cuentes y que nos compartas por qué ha molestado, pero también su fuerza, su capacidad de este cambio anímico y afectivo en el país.

F.M.: Bueno, siempre que los conceptos salen del poder popular se cuestionan o se tergiversan. Y eso a mí no me preocupa. A mí no me preocupa que distintos medios de comunicación hayan intentado tergiversar el concepto del vivir sabroso. Y no me preocupa porque yo sé que mi pueblo sabe muy bien lo que eso significa. Y el pueblo colombiano y el pueblo afrodescendiente que usa como parte de su lenguaje popular y cotidiano el vivir sabroso, sabe que vivir sabroso es vivir en alegría, es vivir sin miedo, es vivir en paz, es vivir con derechos, es vivir con amor y eso, aunque intenten tergiversarlo, no nos los van a quitar, porque ese es un derecho. Tenemos derecho a vivir sin miedo. Tenemos derecho a vivir con alegría. Y la forma en que yo puedo expresar esto es que, en el Pacífico colombiano, en medio del conflicto armado, en medio de la escasez y en medio de las violencias, nosotros podemos decir: vivimos sabroso cuando nos juntamos a compartir un plato de comida; vimos sabroso cuando cogemos la marimba y entre todos nos reunimos para cantar la música tradicional nuestra del Pacífico colombiano o del Cauca. Nosotros vivimos sabroso cuando el 24 de diciembre en mi pueblo, mientras cada familia en la cotidianidad se va papá, mamá e hijo a pasar el 24 de diciembre en su casa, nosotros el 24 de diciembre nos juntamos toda la comunidad en una sola casa, donde celebramos el nacimiento del niño Dios y eso para nosotros es vivir sabroso. Vivir sabroso significa lo que hace mi mamá: que cuando no hay salud y una mujer va a parir, ellas ponen toda su sabiduría, todas esas mujeres se juntan para acompañar a esa mujer en ese momento, en el momento de la reproducción de la vida. Esos para nosotros son los valores tradicionales y ancestrales que aprendimos en nuestra comunidad, que los aprendimos como humanidad, pero que el modelo civilizatorio que hemos tenido nos hizo olvidar de esas prácticas, nos hizo creer que eran prácticas chapadas a la antigua o retrógradas, en vez de pensar que eran prácticas que nos permitían vivir como humanidad. Cuando yo escucho a la maestra Nidia de Timbiquí diciendo: “cuando aquí han venido los actores armados a silenciarnos, nosotros hemos seguido tocando el bombo y la marimba, y hemos logrado con nuestros instrumentos y con nuestra voz, con nuestros cantos tradicionales, silenciar la guerra”, para mí eso es vivir sabroso. Y nadie nos va a quitar eso. Por eso, nosotros invitamos al pueblo colombiano a apostarle al vivir sabroso. Claro que cuando terminamos la campaña yo dije hay que trabajar para vivir sabroso. Y me dijeron que ese no era el acuerdo. Pero claro que sí. Ese es el acuerdo, porque tenemos que devolverle la tranquilidad a nuestro país. Colombia es un país maravilloso. Latinoamérica es una región maravillosa. Y nosotros podemos vivir bien, podemos vivir en paz, podemos vivir en dignidad y sólo requiere del compromiso de cada uno y de cada una reconociéndonos en nuestra diferencia. En nuestro país, tristemente, la diferencia se convirtió en una razón para exterminar al otro, para asesinar al otro, para desaparecer al otro. Pues hoy, este este proyecto político le está devolviendo la posibilidad al pueblo colombiano y al pueblo latinoamericano de construir en nuestras diferencias. Son las diferencias que hacen de nosotros una región rica. Son las diferencias que hacen de nosotros una región poderosa. Y estoy segura de que ahí vamos a encontrar un mejor estar, un mejor vivir y un verdadero desarrollo humano, un verdadero desarrollo social, un verdadero desarrollo económico.

V.G.: Para seguir con tus palabras sobre vivir sabroso queremos invitar a la artista Beatriz Pichi Malen y a su músico Miguel Cruz que nos van a honrar y sumar la voz mapuche a esta conversación.

F.M.: Un aplauso.

CANTA BEATRIZ PICHI MALEN

BEATRIZ PICHI MALEN: Buenas noches a todos y todas. Bienvenida, hermana Francia, vicepresidenta de la República hermana de Colombia. Quisimos comenzar con este canto del viento porque, así como en su indómita actitud del viento se traslada por toda la tierra, nosotros, nosotras, los pueblos antiguos originarios del territorio y aquellos que fueron traídos, como los afrodescendientes, también somos libres a pesar de todo y de tanto, porque la tierra es una sola alma y migrar es un derecho.

CANTO A LAS BALLENAS POR BEATRIZ PICHI MALEN

V.G.: Muchísimas gracias, Beatriz Pichi Malen, Miguel Cruz.

F.M.: Ahora quiero, en este intercambio cultural, invitar a María Elvira Solís, una mujer del Pacífico colombiano, una mayora. También nos va a cantar una canción que es de la música tradicional del pueblo afrocolombiano del Pacífico colombiano. Gracias.

MARÍA ELVIRA SOLÍS: Muy buenas noches para todas y todos. Soy la mayora, como lo dice aquí la hermana Francia Márquez. Tengo varias canciones, pero vamos a cantar en este momento algo que tenga que ver mucho con la región pacífica, es la música sanadora de nosotros, de los pueblos negros, es nuestra herencia africana y es la música sanadora para nosotras, mujeres negras del Pacífico. Esta canción nace porque yo salí de mi territorio muy niña y no me acordaba que tenía una cultura, una herencia. Cuando retomo mi herencia, mi ancestralidad, entonces dije: bueno, yo hago parte también de allí, por qué canto otro tipo de música y no canto la que me pertenece.

CANTA MARÍA ELVIRA SOLÍS

V.G.: Hay una placa de reconocimiento también entregada en este momento. Por su lucha contra el racismo, por este feminismo antirracista que también nos comentó y nos contó hoy. Gracias, Francia.

F.M.: Bueno, muchas gracias a todo el pueblo argentino, al pueblo colombiano, al pueblo afroargentino, al pueblo indígena, a las mujeres, a los jóvenes, a los niños. Gracias a todas, a todos, a todes por este momento. Gracias y esperamos que, en cuatro años, cuando terminemos el Gobierno de Gustavo Petro – Francia Márquez, el Gobierno de Colombia, podamos seguirnos mirando a la cara con dignidad, con respeto. Y espero que en cuatro años mi corazón aún siga estando bien puesto. Muchas gracias.

Fuente de la información e imagen: https://lobosuelto.com

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