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La universidad e Estados Unidos se vuelve menos diversa: cae la presencia de latinos y afroamericanos

Las matriculaciones de latinos en el MIT caen del 16% al 11% en un año por la decisión del Supremo de suprimir la discriminación positiva por raza. La de los afroamericanos bajan del 15% al 5%.

Un año después de que el Tribunal Supremo se pronunciara contra la discriminación positiva por raza en las Universidades de Estados Unidos, el resultado es el esperado: menos latinos y negros pueden acceder a ellas. El prestigioso MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) acaba de presentar los datos de este año y solo un 11% de los nuevos matriculados son latinos, frente al 16% del año pasado. Más drásticamente, incluso, ha descendido el número de matrículas de afroamericanos, hasta el 5% para la generación de 2028, cuando el año pasado un 15% de los nuevos estudiantes se definía con esa raza.

“No tengo ninguna duda de que dejamos fuera a muchos solicitantes bien calificados de entornos que históricamente tienen baja representación que en el pasado habríamos admitido y que habrían sobresalido”, ha manifestado Stu Schmill, responsable de admisiones del MIT, en su blog.

 

En los últimos años, latinos, afroamericanos, americanos nativos y de las islas del Pacífico componían un 25% de los estudiantes del MIT. Este año solo suman un 16%.

 

El MIT ha sido el primero en publicar sus datos, pero no es un caso aislado. Según se van conociendo las matriculaciones de otros campus, el resultado es similar. En la Universidad Amherst el porcentaje de estudiantes afroamericanos se ha desplomado, pasando del 11% del año pasado a un 3% este año. En cuanto a los latinos, las matriculaciones han caído del 12% anterior a un 8%. Por el contrario, hay muchos más estudiantes blancos, hasta un 51% de las nuevas matrículas, cuando hace un año eran un 39%.

 

También el centro Tufts ha perdido diversidad entre sus alumnos. El responsable de admisiones, JT Duck, admitió que “el porcentaje de estudiantes de color ha caído de aproximadamente el 50% el año pasado al 44% este año. Si bien sigue siendo superior a nuestra cifra del 38% en 2019, representa una caída decepcionante”, según se recoge en la web de la universidad.

 

El Tribunal Supremo, con seis votos a favor y tres en contra, dictaminó en junio de 2023 que las universidades no pueden utilizar la raza para decidir quién entra, pues viola la constitución por no dar a todos los estudiantes un tratamiento igual. Era la resolución de un caso defendido por asociación de Estudiantes por Admisiones Justas contra la Universidad de Harvard y la Universidad de Carolina del Norte, instituciones en las que la raza de los estudiantes se tenía en cuenta para mejorar la diversidad de su alumnado.

Los defensores de la discriminación positiva la justifican porque entienden que no es justo medir con la misma vara a estudiantes que, por su situación socioeconómica, no tienen las mismas oportunidades y llegan menos preparados a la universidad. Según datos oficiales, en las escuelas públicas donde el 75% o más de los estudiantes son negros o hispanos, casi dos tercios no ofrecen cálculo, más de la mitad no imparte clases de informática y casi la mitad no dispone de clase de física. Todas ellas son asignaturas básicas en una Universidad como el MIT.

 

Antes de la decisión del Supremo “pudimos utilizar la raza como un factor entre muchos para identificar a los estudiantes bien preparados que surgieron del entorno educativo desigual en K-12. Pudimos ver que estos estudiantes cumplían con nuestros altos estándares académicos de excelencia, se adaptaban bien a nuestra educación y prosperarían en el MIT”, ha manifestado Schmill. Este año, sin embargo, “no podemos utilizar la raza de la misma manera, y ese cambio se refleja en el resultado de la Promoción de 2028″, admite.

 

El interés de las universidades de élite por admitir estudiantes latinos y afroamericanos, sin embargo, no convence a todos. Evan Mandery, profesor de la Universidad de Justicia Criminal John Jay y autor del libro Veneno Ivy: Cómo las universidades de élite nos dividen, denuncia la hipocresía de estos centros por no eliminar otras prácticas que favorecen a los estudiantes privilegiados blancos. Un ejemplo es la política de admisión que prioriza a los estudiantes hijos de antiguos alumnos o de donantes de la institución. “Estas escuelas no lo eliminan porque lo que realmente les interesa es perpetuar el estatus de centros prestigiosos y elitistas”, afirma en declaraciones a EL PAÍS.

 

Mandery pensó que cuando al eliminarse la discriminación positiva por raza, estas universidades suprimirían esa práctica de admisión por “legado”, muy impopular en el país, “porque parecería más inmoral que antes”, pero no ha sido así. En su opinión, para hacer más justo el acceso a los estudios superiores, en lugar de la raza, debería utilizarse un criterio socioeconómico “dando ventaja a los estudiantes que crecieron en desventaja”. Además, podrían aumentar el tamaño de las clases, y tener en cuenta otros factores de admisión, por ejemplo, aceptando a los mejores estudiantes de secundaria, lo cual aportaría diversidad.

 

Según Mandery fue un error que las universidades defendieran su caso ante el Tribunal Supremo diciendo que el factor de la raza les permitía tener un ambiente diverso que beneficiaba a los estudiantes. “Deberían haber defendido la discriminación positiva como un programa para compensar la historia de esclavitud y racismo del pasado, que sí sería constitucional”, sostiene.

 

Otro de los criterios utilizados para seleccionar a sus futuros alumnos es el examen del SAT, que algunas universidades, como es el caso de Duke, ha recuperado. Sin embargo, la diferencia de oportunidades de los estudiantes para prepararlo pone en entredicho su eficiencia como un método de corte justo. Familias pudientes, generalmente blancas con altos ingresos, gastan miles de dólares para contratar preparadores que entrenan a sus hijos para la prueba. “Es poco probable que el SAT sirva como mecanismo para aumentar la diversidad. Se sabe desde hace mucho tiempo que el desempeño en el SAT está relacionado con la riqueza. A los estudiantes ricos les va mejor”, explica Mandery.

 

encuentro virtual.

 

Los latinos son el grupo demográfico que más ha crecido en Estados Unidos, convirtiéndose, con 64 millones de personas, en la minoría más numerosa, por delante de los afroamericanos. Datos recogidos por Pew Research antes de que el Tribunal Supremo cambiara la política de admisiones mostraron que también es el grupo que más ha avanzado en estudios superiores. En 2021 casi dos millones y medio de latinos tenían títulos de postgrado, un incremento notable desde los 710.000 del año 2000. No obstante, esa cifra sólo equivale al 8% del total de títulos de postgrado del país, cuando los latinos ya son más del 19% de la población.

https://elpais.com/us/2024-08-31/la-universidad-pierde-diversidad-cae-la-presencia-de-latinos-y-afroamericanos-por-la-eliminacion-de-las-cuotas.html

 

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Prohibición del uso de celulares en escuelas y colegios de Ecuador: ¿es la solución para mejorar la atención y la seguridad de los estudiantes?

Expertos analizan los pros y los contras que causan el uso de dispositivos tecnológicos en los estudiantes.

El uso de teléfonos celulares en las escuelas y colegios de Ecuador se ha convertido en un tema central de debate a raíz de las declaraciones de la ministra de Educación, Alegría Crespo, quien anunció que se está evaluando la posibilidad de prohibir estos dispositivos durante la jornada escolar.

 

La discusión, que ha desatado reacciones en redes sociales, pone en la balanza los beneficios y riesgos asociados con el uso de los celulares en el contexto educativo.

 

Las declaraciones de la ministra Crespo se dieron el 28 de agosto, a pocos días del inicio del nuevo año escolar en el régimen Sierra-Amazonía, durante una entrevista radial con el medio Nueva RCN.

 

La ministra señaló que la prohibición del uso de celulares en los establecimientos educativos es una política en discusión, inspirada en medidas similares adoptadas en países del primer mundo.

 

Crespo mencionó que la medida podría ser necesaria para combatir la inseguridad que, según ella, “también entra por los celulares”. Además, argumentó que existe una preocupación creciente sobre el impacto negativo de la tecnología en la concentración y el desarrollo neurológico de los estudiantes.

 

“Cada vez se vuelve más evidente el posible daño que causa el uso prolongado de la tecnología y, posiblemente, este supere a las bondades que se pueden encontrar en estos dispositivos”, afirmó.

Mariana Rivera, directora de la Escuela de Educación de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), enfatizó que el uso de celulares en el ámbito escolar es un tema complejo que requiere un análisis profundo.

 

Para Rivera, el celular puede ser una herramienta poderosa si se utiliza con objetivos claros y bajo la guía adecuada de los docentes.

 

Rivera destacó seis beneficios clave del uso de celulares en las escuelas:

1. Acceso a información y recursos educativos: los celulares permiten a los estudiantes acceder rápidamente a información, materiales de estudio y recursos en línea, como tutoriales y aplicaciones educativas, que pueden complementar el aprendizaje en clase.

2. Desarrollo de habilidades digitales: el uso de la tecnología en el aula ayuda a los estudiantes a desarrollar habilidades esenciales para el siglo XXI, como la búsqueda de información y la familiaridad con herramientas de productividad.

3. Facilitación de la comunicación y colaboración: los celulares permiten la interacción entre estudiantes y profesores a través de plataformas educativas y redes sociales, lo que promueve la colaboración y el aprendizaje activo.

 

4. Personalización del aprendizaje: los dispositivos móviles permiten a los estudiantes aprender a su propio ritmo, ya que se utilizan aplicaciones y plataformas que se adaptan a sus necesidades individuales.

5. Organización y gestión del tiempo: aplicaciones como calendarios y recordatorios ayudan a los estudiantes a organizarse mejor y gestionar sus responsabilidades académicas.

6. Incorporación de realidad aumentada y ludificación: los celulares pueden ser una puerta de entrada a experiencias educativas más dinámicas, como la realidad aumentada y los juegos educativos, que pueden hacer el aprendizaje más atractivo.

 

No obstante, Rivera advirtió que estos beneficios solo se pueden alcanzar si existe un acompañamiento adecuado por parte de los docentes y si se establecen objetivos claros para el uso de estas herramientas en el aula.

 

A pesar de los beneficios, Rivera también mencionó varios riesgos asociados con el uso de celulares en el entorno educativo:

 

1. Distracción y bajo rendimiento académico: los celulares pueden ser una fuente constante de distracción, especialmente si los docentes no integran adecuadamente la tecnología en sus clases.

 

2. Ciberseguridad y privacidad: el uso de celulares en la escuela puede exponer a los estudiantes a riesgos de ciberseguridad, como el acceso a contenido inapropiado o el ciberacoso.

 

3. Dependencia tecnológica: el uso excesivo de celulares puede llevar a una dependencia tecnológica, lo que afecta a las habilidades sociales y la capacidad de interactuar cara a cara.

 

4. Desigualdad en el acceso: no todos los estudiantes tienen acceso a dispositivos de la misma calidad, lo que puede acentuar las desigualdades en el aula.

 

5. Impacto en la salud física y mental: el uso prolongado de dispositivos móviles puede causar problemas de visión, postura inadecuada y aumento del estrés o ansiedad.

 

6. Dificultad para regular el uso de la tecnología: establecer y hacer cumplir normas claras sobre el uso de celulares en el aula puede ser un desafío para los docentes.

 

7. Usos no éticos de la tecnología: el mal uso de los celulares en el aula, como el acoso o la difusión de contenido inapropiado, también es un riesgo a considerar.

 

Rivera concluyó que, aunque los celulares y otras herramientas tecnológicas tienen el potencial de enriquecer el aprendizaje, también conllevan riesgos que deben ser gestionados adecuadamente.

 

Subrayó la importancia de la formación continua de los docentes en ciudadanía digital y la implementación de políticas claras que promuevan un uso responsable y seguro de la tecnología.

 

Diego Paz, docente universitario y consultor internacional, se mostró en desacuerdo con la posible prohibición. Para él, prohibir el uso de celulares es una medida simplista y populista que no aborda las raíces del problema.

 

Paz argumentó que, en lugar de prohibir, se deberían enfocar en la educación y el uso responsable de la tecnología.

 

Por su parte, Aranzazu Cisneros, docente investigadora del Departamento de Psicología de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), señaló que, según estudios realizados en países europeos, particularmente en los nórdicos, el uso de dispositivos móviles durante los procesos de aprendizaje puede derivar en dificultades de atención.

 

Limitar el acceso a los celulares en las aulas, sugirió, podría mejorar la concentración y los procesos de memoria y aprendizaje, especialmente en niños y adolescentes que aún están en etapas cruciales de desarrollo cognitivo.

 

Cisneros añadió que el problema no se soluciona únicamente con una prohibición, sino que se debe complementar con métodos pedagógicos efectivos y una formación adecuada de los docentes en el manejo de grupos y en estrategias psicopedagógicas.

 

Es crucial, dijo, que los docentes sepan cómo utilizar las herramientas tecnológicas de manera que complementen y no obstaculicen el proceso de enseñanza-aprendizaje.

 

La discusión sobre la prohibición del uso de celulares en las escuelas y colegios de Ecuador es un reflejo de un debate más amplio sobre el papel de la tecnología en la educación. Mientras que algunos expertos destacan los beneficios potenciales de integrar los celulares en el aula, otros advierten sobre los riesgos asociados con su uso inadecuado.

 

El Ministerio de Educación, a través de la ministra, respondió que continúa evaluando la mejor manera de abordar este desafío y toma en cuenta tanto las preocupaciones de seguridad como las necesidades pedagógicas.

 

Mientras tanto, el debate seguirá en curso con la participación de educadores, expertos y la sociedad en general, en busca de una solución que equilibre los beneficios de la tecnología con la protección y el bienestar de los estudiantes. (I)

Fuente: https://www.eluniverso.com/noticias/ecuador/ministerio-educacion-analiza-prohibir-uso-celulares-escuelas-colegios-ecuador-nota-2/

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Argentina: Derechos docentes y educación pública dinamitados

El presidente Javier Milei, en su política de dinamitar el Estado Nacional, ataca a la educación pública y sus gestores fundamentales que son los y las docentes.

El objetivo avanza, con el proyecto de ley presentado por el exministro de Educación del gobierno de Mauricio Macri, actual Diputado Nacional Alejandro Finocchiaro, en el cual se determina, entre otras cosas, que “la educación obligatoria es un servicio estratégico esencial” y se condiciona gravemente el ejercicio del derecho de huelga del cuerpo docente, buscando minimizar sus efectos.

El proyecto tuvo media sanción en la Cámara de Diputados, en la sesión del 14 de agosto y ha pasado para su tratamiento al Senado Nacional.

Propuesta hipócrita

La propuesta formulada por el partido del gobierno es hipócrita, contradictoria y esconde otros intereses, que atacan al derecho a la educación propiamente dicho, que se dice defender.

La sobreactuación que se realiza respecto de la importancia de educar y de la necesidad de no interrumpir los días de clase, no se compadece, por ejemplo, con la propuesta del hijo del mentor ideológico del presidente Milei, el diputado nacional de La Libertad Avanza Alberto Benegas Lynch, que afirmó, en abril de este año, “que no cree en la obligatoriedad de la educación… no te puedes dar el lujo de mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitas en el taller junto al padre trabajando”. O sea, considera para el menor más importante que trabaje y que no es esencial que vaya a la escuela.

Incluso, cabe recordar que María Eugenia Vidal, la ex gobernadora bonaerense del PRO, en el año 2018, sostuvo, cruelmente, que no era equitativo gastar dinero en universidades, dado que “nadie que nace en la pobreza en la Argentina hoy llega a la universidad”.

A su vez, el gobierno propició, en el primer proyecto de la ley “Bases”, que no se aprobó, conocido como proyecto de “Ley Ómnibus”, que los menores desde los nueve años podrían optar por evitar ir a la escuela presencialmente, en contra de lo que determina la Ley de Educación 26.206, (art. 127 inc. f). De esa manera, se buscaba que niños, niñas y adolescentes, estudien en sus casas, en lugar de asistir a las instituciones educativas. Esta perspectiva individualista de autorizar la no escolaridad presencial, denigra el lugar donde se practica la convivencia social. La escuela es el primer ámbito de ejercicio del pluralismo democrático y donde se reafirma la identidad nacional.

Aún más, Milei pretende pronto manejar la enseñanza, centralmente, por la llamada “inteligencia artificial”, con criterios de un discurso único. De esa manera colonizar mentes y abaratar costos. Todo lo que es propiciado también por empresas productoras internacionales de programas educativos virtuales.

El gobierno actual desvaloriza el “acto humano de educar”, desprestigia socialmente a los y las docentes y les responsabiliza de la falta de escolaridad de los menores, si llegaran a ejercer el legítimo derecho de huelga, sin tener presente, que la educación es un derecho y no un servicio.

La ley de Educación Nacional 26.206 dispone, que “se debe garantizar el derecho a enseñar y aprender” y son los y las docentes quienes tienen el papel de enseñar, (art. 1) y en función de ello, deben tener ingresos apropiados para llevar una vida digna, poder formarse adecuadamente y defender la calidad de enseñanza, buscando asegurar el derecho de los educandos a lograr aprender debidamente, reclamando lo que fuere necesario para su preparación y enseñanza y de no darse otro camino, usar el instrumento constitucional de la huelga.

El gobierno no dice nada respecto de los días sin clases cuando sucede que las paredes de las aulas se electrifican o los baños están clausurados o no hay luz, gas y/o agua o tantas otras causales edilicias que, por responsabilidad del estado, también llevan a suspender las clases.

Además, en defensa de las niñeces y adolescencias, hay que rescatar la lucha de docentes como la maestra Ana Zabaloy, fundadora de la Red Federal de Docentes por la Vida que, en todo momento, se esforzó por exigir que se terminara con las fumigaciones de agrotóxicos, realizadas cercanas a las escuelas rurales, en las que los alumnos estudian con glifosato en el aire. Ella murió afectada de cáncer, por haber respirado los tóxicos.

Responsabilidad del Estado

Con actitud hipócrita e irresponsable, el gobierno se desentiende del tema de fondo de la cuestión, que lleva a reclamos que motivan legítimamente la huelga y culpa a las víctimas, sosteniendo que el problema de la falta de clases es solo una cuestión entre alumnado, docentes y su gremio.

En este aspecto, el Estado tiene que hacerse cargo que la educación es una inversión y no un gasto tenido como improductivo. Para que exista calidad educativa es necesario que se den condiciones pedagógicas, garantizar infraestructura adecuada, en todos los niveles educativos y reconocimiento de la tarea docente con salarios dignos que, en la mayoría del país, en este momento, se encuentran por debajo de la línea de pobreza.

De lo contrario, no se respeta el “Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”, de jerarquía constitucional, (art. 75 inc. 22 de la C.N.), que determina, que se debe garantizar “continuamente las condiciones materiales del cuerpo docente”, (art. 13, apartado 2, inc. “e”); ilegalmente. El presidente tampoco quiere pagar el Fondo de Incentivo Docente (FONID), confiscando de esa forma parte del salario docente y además, ha desfinanciado a las universidades públicas, entre otros ataques directos a la educación.

Milei busca desarmar, particularmente, el valioso escalón de permeabilidad social ascendente, que es la escuela pública, gratuita y de calidad.

Derecho de huelga

La declaración de servicio estratégico esencial dispuesta en Diputados pretende acallar los legítimos planteos docentes y condicionar su derecho a huelga.

Patricia Bullrich, como Ministra de trabajo del gobierno de Fernando De La Rúa, dictó las Resoluciones 480 y 632 de 2001, por las que encuadró a la educación como “servicio esencial” e impedían el ejercicio del derecho de huelga, por parte de las trabajadoras y los trabajadores docentes de todo el país. Lo dispuesto se recurrió al Comité de Libertad Sindical de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el que estableció, que “el derecho de huelga puede limitarse o prohibirse:… en los servicios esenciales en el sentido estricto del término (es decir, `aquellos servicios cuya interrupción podría poner en peligro la vida, la seguridad o la salud de las personas, en toda o parte de la población’… ‘no constituyen servicios esenciales en el sentido estricto del término… el sector de la educación’”, (Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical, 1996, párrafo 545).

Las resoluciones del Comité deben ser respetadas, de lo contrario, se atenta contra el derecho de huelga, garantizado en el artículo 14 bis de la Const. Nac. y la legislación internacional que rigen en Argentina, en materia de convenios y recomendaciones de la OIT, como los tratados que tienen jerarquía constitucional, incluido el Convenio 87 de OIT, por expreso reconocimiento del “Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”, (art. 22 inc. 3) y del “Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”, (art. 8 inc. 3).

En base a lo afirmado, el Senado de la Nación debe rechazar lo aprobado por la Cámara de Diputados en este tema.

(*) Doctor en derecho, abogado constitucionalista y columnista de opinión.

Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com

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El gobierno británico gravará la educación privada para reforzar la pública.

El primer ministro Keir Starmer, que asumió sus funciones tras las legislativas del 4 de julio, no deja de repetir que no tiene «nada contra las escuelas privadas».

La medida puede crear miles de empleos de profesor, pero inquieta a las familias.

El nuevo gobierno laborista británico pretende gravar las escuelas privadas para dar más medios a la educación pública. La medida puede crear miles de empleos de profesor, pero inquieta a las familias que se aprietan el cinturón para llevar a sus niños a los centros más prestigiosos.

El primer ministro Keir Starmer, que asumió sus funciones tras las legislativas del 4 de julio, no deja de repetir que no tiene «nada contra las escuelas privadas», que cuentan con unos 600.000 alumnos, un 6,5% del total en el Reino Unido.

Pero «todos los padres tienen ambiciones para sus hijos», matizó el dirigente, que llevó a sus dos hijos a la escuela pública de su barrio en el norte de Londres.

«Para los alumnos de la pública que no tienen los profesores que necesitan (…) es un problema para la vida», agregó.

Después de años de austeridad en los servicios públicos y profundización de las desigualdades, el gobierno confirmó en julio que suprimía la exención del IVA aplicada a las matrículas de las escuelas privadas.

La medida debe de aportar unos ingresos de 1.600 millones de libras esterlinas suplementarios (unos 2.100 millones de dólares) que permitirían financiar 6.500 nuevos puestos de profesor en la enseñanza pública.

A partir del 1 de enero, los centros privados tendrán que pagar un impuesto del 20%, lo que repercutirá en un aumento de la factura para los padres.

La matrícula cuesta de media unas 18.000 libras esterlinas (casi 23.400 dólares) en las escuelas privadas, según el Consejo de Escuelas Privadas, que representa a estos centros.

El precio alcanza las 42.000 libras (más de 55.000 dólares) para las famosas «boarding schools», los elitistas internados con fama mundial por los que han pasado numerosos miembros de la clase dirigente británica.

«Ansiedad»

Aunque muchas familias que llevan a sus hijos a estos centros más distinguidos pueden permitirse este incremento, la cuestión va más allá de las clases más ricas.

Testigos de padres angustiados llenan desde hace meses las páginas de la prensa británica. Algunos afirman que deberán retrasar su jubilación, cambiar de trabajo o pedir ayuda a los abuelos. Otros se plantean mudarse a zonas con buenas escuelas públicas.

Amaka Nwabueze considera buscar un segundo empleo. «Tendré que trabajar el fin de semana, lo que significa que no veré prácticamente a mis hijos», dice a la AFP esta analista financiera de 45 años, que se ocupa sola de sus tres niños.

Los dos mayores ya se pasaron a una escuela pública al iniciar la educación secundaria, en centros selectivos que imponían un examen de acceso. El pequeño no superó la prueba.

Le propusieron otro centro, «el peor» de su barrio londinense. «No puedo sacar a mi hijo de una escuela primaria privada para meterlo en un centro con fracaso escolar», afirma su madre.

Ahora se prepara para pagar hasta 4.000 libras (casi 5.300 dólares) más por año, lo que le genera «hipertensión», asegura.

«Hay una verdadera ansiedad», asegura Tony Oulton, director de la escuela Hulme situada en Oldham, en el norte de Inglaterra. El centro acoge 730 alumnos de entre 2 y 18 años.

El docente critica una medida que, para él, se basa equivocadamente en «la idea de que toda la gente que envía a sus hijos a escuelas privadas es rica».

«Los padres de mi escuela son principalmente de la clase obrera o de la clase media baja. Muchos tienen dos trabajos para pagar la matrícula y la educación de sus hijos pasa por delante de todo lo demás», declara.

Algunos ni siquiera van de vacaciones, añade.

Estos padres buscan clases con pocos alumnos y centros de tamaño modesto. Ahora, asegura Oulton, algunas familias «dicen que tendrán que irse».

Disparidad agravada

Los contrarios a la reforma afirman que los efectivos docentes en las escuelas públicas aumentarán debido a la salida de alumnos del privado, lo que disparará el coste para el Estado.

Pero hay estudios que rebaten este argumento. El Instituto de Estudios Fiscales estima que debido al declive demográfico, el número de niños en el sistema público bajará de ahora a 2030.

Además, otros centros de investigación apuntan que la disparidad entre el sistema público y el privado se ha agravado durante los 14 años de gobiernos conservadores que precedieron al ejecutivo laborista de Starmer.

«Los gastos de matrícula aumentaron mucho en las escuelas privadas, mientras que el gasto en el público se redujo hasta el año pasado», explica Harry Quilter-Pinner, director del Instituto de Investigación de Políticas Públicas.

«Las escuelas públicas han tenido que innovar» para adaptarse a su presupuesto sin perjudicar a los alumnos, asegura. «El gobierno laborista pide a las escuelas privadas hacer lo mismo», defiende.

https://larepublica.pe/mundo/2024/08/24/el-gobierno-britanico-gravara-la-educacion-privada-para-reforzar-la-publica-1312327

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«El océano se está desbordando»: ONU lanza un SOS global ante informes de que el nivel del mar en el Pacífico sobrepasa la media mundial

Una «catástrofe mundial» pone en peligro las islas del Pacífico y el mundo debe responder a los impactos devastadores y sin precedentes de la subida del nivel del mar «antes de que sea demasiado tarde», advirtió el jefe de las Naciones Unidas.

El secretario general de la ONU, António Guterres, lanzó el martes un mensaje global de alerta «Save Our Seas» (Salvemos nuestros mares) desde la nación insular de Tonga, en el Pacífico, con un llamamiento al mundo para que «aumente masivamente la financiación y el apoyo a los países vulnerables» en grave peligro por la crisis climática provocada por el ser humano.

«El océano se está desbordando», dijo Guterres. «Es una situación disparatada: la subida de los mares es una crisis enteramente provocada por la humanidad. Una crisis que pronto se agravará a una escala casi inimaginable, sin ningún bote salvavidas que nos lleve a un lugar seguro».

La terrible advertencia de Guterres se hizo durante una reunión del Foro de las Islas del Pacífico en Nukuʻalofa, la capital de Tonga, y coincidió con la publicación de dos informes de la ONU que detallan cómo la crisis climática está acelerando cambios desastrosos en el océano.

La temperatura de la superficie del mar en el Pacífico suroccidental ha aumentado tres veces más rápido que la media mundial desde 1980, según el informe sobre el estado del clima de la Organización Meteorológica Mundial.

Y el nivel del mar en la región ha subido casi el doble que la media mundial en los últimos 30 años, según el informe.

En ese tiempo, según el informe, las olas de calor marinas han duplicado su frecuencia y se han vuelto más intensas y prolongadas.

Los océanos han absorbido el 90% del calentamiento global, causado por los humanos que queman combustibles fósiles que liberan contaminación que atrapa el calor, según el informe.

Este calentamiento de los océanos está impulsando la subida del nivel del mar, ya que el agua se expande cuando se calienta, y el deshielo de las capas de hielo y los glaciares ha aumentado el volumen.

Los más vulnerables

Las islas del Pacífico están siendo golpeadas más duramente que la mayoría, sufriendo un «triple golpe» de calentamiento de los océanos, subida del nivel del mar y acidificación, que está dañando los ecosistemas, perjudicando los cultivos, contaminando las fuentes de agua dulce y destruyendo los medios de subsistencia.

El empeoramiento de las inundaciones y las tormentas tropicales ya están devastando las islas. Según el informe, en 2023, 34 «fenómenos de peligro hidrometeorológico» relacionados principalmente con tormentas o inundaciones condujeron a más de 200 muertes y afectaron a 25 millones de personas en la región.

El océano está «experimentando cambios que serán irreversibles durante siglos», declaró la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo.

«Las actividades humanas han debilitado la capacidad del océano para sostenernos y protegernos y a través del aumento del nivel del mar están transformando a un amigo de toda la vida en una amenaza creciente».

En un segundo informe publicado el martes, el equipo de acción climática de la ONU afirmó que la crisis climática y la subida del nivel del mar «ya no son amenazas lejanas», especialmente para el Pacífico.

Las islas del Pacífico sólo representan el 0,02% de las emisiones mundiales, pero están «singularmente expuestas», dijo Guterres.

«Se trata de una región con una elevación media de apenas 1 ó 2 metros sobre el nivel del mar, donde cerca del 90% de la población vive a menos de 5 kilómetros de la costa y donde la mitad de las infraestructuras se encuentran a menos de 500 metros del mar», dijo.

Si el mundo continúa su camino de calentamiento a 3 °C por encima de los niveles preindustriales, las islas del Pacífico pueden esperar registrar al menos otros 15 centímetros de subida adicional del nivel del mar para 2050 y más de 30 días de inundaciones costeras al año, según el informe.

En 2021, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático concluyó que es «inequívoco» que el ser humano ha provocado la crisis climática y que ya se han producido «cambios generalizados y rápidos», algunos de ellos irreversibles.

Según el informe del martes, «las nuevas investigaciones sobre los ‘puntos de inflexión’ climáticos y la dinámica de las capas de hielo están haciendo saltar las alarmas entre los científicos ante la posibilidad de que la futura subida del nivel del mar sea mucho mayor y se produzca antes de lo que se pensaba».

Aunque las islas del Pacífico se enfrentan a impactos «severos y desproporcionados» de la subida del nivel del mar, se trata de un problema global que plantea «grandes riesgos para la seguridad y la sostenibilidad de muchas islas bajas, populosas megaciudades costeras, grandes deltas agrícolas tropicales y comunidades árticas», señalaron los responsables del clima.

Ambos informes hacen un llamamiento a los líderes mundiales para que mejoren los sistemas de advertencia temprana para las comunidades vulnerables, aumenten considerablemente la financiación para la resiliencia y la adaptación, y realicen recortes profundos, rápidos e inmediatos de las emisiones para mantener el calentamiento global dentro del límite de aumento de 1,5 °C, un umbral crítico que los líderes mundiales acordaron no superar para evitar impactos climáticos catastróficos.

«La crecida de los mares viene a por todos nosotros», dijo Guterres. «El mundo debe mirar al Pacífico y escuchar a la ciencia… si salvamos el Pacífico, también nos salvaremos a nosotros mismos».

 

«El océano se está desbordando»: ONU lanza un SOS global ante informes de que el nivel del mar en el Pacífico sobrepasa la media mundial

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Huellas de humanidad en la lucha por la educación

Las humanidades constituyen un campo de conocimientos que, desde una historia cargada de contradicciones, apuesta a echar luz a la realidad. ¿Qué tendrán estos saberes para decir o para preguntar sobre estos tiempos tan aciagos que transitamos? «Voces en educación» es la columna de la Escuela de Ciencias de la Educación de la UNC que apuesta por poner una palabra en el debate público desde el campo educativo y una pluralidad de miradas. En esta primera entrega, algunas pistas del contexto y los gestos de humanidad que se resisten a ser clausurados.

Por Guadalupe Molina para La tinta*

Ante los desgarros de un tiempo donde el odio y el desprecio por el otro circulan con tanto desparpajo naturalizado, una pancarta estudiantil persiste en mostrar y sostener en alto un mensaje: “Que nada de lo humano te sea ajeno”. Son palabras de Juan Pablo Abratte, pedagogo que fue decano de la FFyH entre 2017 y 2019, y que ya no está entre nosotrxs. Que no nos sea ajena la educación como práctica profundamente humana para recibir, acoger, abrazar, tramar con otrxs; la educación como derecho humano insoslayable que requiere tanto de esos gestos como de unos saberes que pongan lo humano (en un sentido no especista) en el centro de la escena.

Nos encontramos peleando por los salarios docentes universitarios, por su terrible pérdida del poder adquisitivo, porque no se llega a fin de mes, porque tomamos otro trabajo y, tal vez, otro más para poder paliar la cosa, y, aun así, no alcanza. Y esto en el mejor de los casos. Somos personas asalariadas, pero quienes no, ¿qué hacen? Muchxs engrosan las cifras de desempleadxs o de integrantes de redes informales de la economía, cada vez más precarizadas. Claro está, el contexto no ayuda. La tarea no es solo resistir, sino persistir en la producción de un mundo más justo y digno. 

La lucha por el salario no es nueva

Algunas comparaciones con los años 90 están a flor de piel, sin embargo, hay por lo menos tres rasgos que tiñen de modo inédito la lucha actual por los salarios. En primer lugar, según un informe de julio de 2024 por Mariana González para CIFRA-CTA , este año, el salario mínimo real fue 53,1% menor que en 2015 y el más bajo de las últimas tres décadas. La caída del salario docente universitario en un 47%, en un período tan corto de tiempo, da cuenta de una brutalidad que no hemos vivido antes. Este es el dato duro para entender las condiciones de las que hablamos en materia salarial, a lo que se suma el escaso presupuesto universitario para el mantenimiento de la infraestructura, los servicios y las políticas de inclusión y promoción de la ciencia y la tecnología. En esta misma tónica, docentes del resto del sistema educativo están luchando también por una recomposición salarial, sin el Fondo Nacional de Incentivo Docente ―FONID―, otro hecho inédito, ya que ningún gobierno se atrevió a suspenderlo desde su creación en 1998.

En segundo lugar, muchos discursos actuales cuestionan con un desparpajo y liviandad inusitados una de las mayores conquistas en nuestro país, que se encuentra expresada en la Ley de Educación Nacional ―LEN―. Me refiero al valor que se le da a la educación y el conocimiento como un bien público y un derecho personal y social, garantizados por el Estado (artículo 2, Ley 26205/2006). La arremetida de los discursos meritocráticos, mercantilistas y negadores de estos derechos dejan de lado un pilar democrático fundamental de nuestra sociedad argentina.

Este año, se cumplen los 140 años de la Ley 1420 de 1884 que plasmó una de las primeras y fundamentales conquistas, al definir la educación como pública, gratuita, laica y obligatoria (con sus particularidades en aquel contexto). En la misma tónica, la LEN constituye actualmente un pilar irrenunciable, en tanto expresa que la educación y el conocimiento son derechos sociales que el Estado debe garantizar para todxs lxs niñxs, jóvenes y adultxs de este país, más allá de las circunstancias en que se encuentren lxs estudiantes. Solo por dar un ejemplo, el diputado nacional de La Libertad Avanza, Alberto Benegas Lynch, puso en duda la relevancia de la obligatoriedad educativa, afirmando que “la libertad también es que, si no querés mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller, puedas hacerlo”.

En tercer lugar, asistimos a una escalada de inmoralidad y violencia social que se ejerce principalmente sobre lxs más pobres, las mujeres y diversidades sexo-genéricas, las infancias y juventudes, lxs viejxs, las personas enfermas, indígenas, afrodescendientes, es decir, sobre quienes son concebidxs con un valor humano inferior ante los ojos de quienes detentan algún poder o se creen “humanamente superiores”. Norbert Elias, en el “Ensayo teórico sobre la relación entre establecidos y marginados”, se pregunta: ¿qué lleva a un grupo a considerarse superior y denostar a otros al calificar su condición como humanamente inferior? Solo la creencia de que hay personas más o menos valiosas justifica los procesos de estigmatización, violencia, desprecio y exterminio del otro. En esta línea, niños y niñas se van a dormir sin comer, las variadas situaciones de violencia de género, el cierre del INADI, el desmantelamiento de las áreas de género, el acopio de alimentos, el desfinanciamiento de enfermedades terminales son solo algunos hechos.

Ocultando su carácter espurio, la perversión de tomar la parte por el todo emerge como argumento válido que justifica injusticias de distinto orden, hace que todo dé igual y sea muy sencillo cuestionar los derechos conquistados. La apología de los discursos misóginos, racistas, clasistas y centralistas es bestial, pero más bestial es la simpleza con la que corren como verdad revelada en los medios de comunicación y las redes sociales como TikTok, Instagram o X.


En esta trama tan complicada, que excede las cuestiones partidarias, aunque no las ignore, vale pensar qué hacemos quienes confiamos en los gestos humanos/humanitarios y reivindicamos las ciencias sociales y humanidades. ¿Cómo encaramos nuestra tarea cotidiana de la docencia y el trabajo con el conocimiento, ya sea que estemos en la universidad o en una escuela, en la montaña o una barriada popular, en una institución de gestión privada o de gestión pública? ¿Cómo sostenemos y ampliamos prácticas ligadas a la solidaridad, la esperanza, la confianza en el otro, la apuesta por un mañana mejor?


Estas inquietudes son comunes a quienes nos consideramos trabajadorxs de la educación, preguntas que unen tremendas contradicciones, la lucha por el bolsillo, las conversaciones con estudiantes, querer estar en clases, las opciones inconducentes y las movilizaciones masivas donde nos encontramos aferrados a un sueño que no es otro que el de una vida digna.

Vuelvo al mensaje de una tía muy querida, maestra de toda la vida, Teresita Molina de Cordi, directora de escuela primaria e inspectora jubilada. Suele repetir que el mejor lugar para una docente es el aula, el que más se disfruta, el que te nutre con las vidas de los niños, niñas, niñes. Su mensaje es de febrero de 2018, en un momento familiar de muchas pérdidas, y dice: «Hay una cosa que me suena y te la comparto: la vida no se clausura y no se clausura porque, si no, no veríamos las huellas, no tendríamos horizontes y seguramente que hemos de agudizar las miradas y los recuerdos agradecidos. Sí, la vida es como un río, tiene una vertiente, tiene una naciente y va a desembocar a un mar o a un lugar donde se abren nuevos horizontes. No se clausura la vida, para nada, ¡abre! Bueno, sigamos las huellas, las huellas son proyectos y hay que continuarlas».

Las palabras de Juan Pablo Abratte son huellas, las luchas de Madres y Abuelas son huellas, las conquistas de derechos en estos 40 años de democracia ininterrumpida en Argentina son huellas, la expansión inusitada de los feminismos son huellas, el persistir en la reivindicación y ampliación de los derechos humanos son huellas y la lista queda abierta para que cada unx la amplíe con sus memorias, sentires, pensamientos y deseos.

Solo tengo certeza de algunas huellas, de la gente querida y próxima, la apuesta renovada a la educación como terreno humano y de humanidades, no un servicio esencial que trata de meternos en otro laberinto sin salida. Tengamos en claro las prioridades y los horizontes: el abrazo al otro diferente, extraño y, a la vez, tan humano como nosotrxs. La persistencia en las luchas laborales, por condiciones justas de trabajo, de todxs lxs trabajadores docentes que visualizamos en las calles y en las aulas estos reclamos y los ideales por enseñar, aprender y expandir el conocimiento en múltiples direcciones que nos nutran y dignifiquen.

En tiempos de tantos hechos inmorales, mejor volver a las huellas que son proyectos y que, como convicciones profundas e irrenunciables, hoy más que nunca, nos marcan el rumbo. Ni la vida ni las luchas están clausuradas.

*Por Guadalupe Molina para La tinta / Imagen de portada: Tui Guedes.

*Voces en Educación es una columna institucional de la Escuela de Ciencias de la Educación (ECE) de la UNC, un espacio de comunicación pública de la ciencia del campo educativo local.

Huellas de humanidad en la lucha por la educación

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Entrevista a Jane Goodall: “Defender el medio ambiente con rabia es contraproducente”

Por: Noor Mahtani

La reputada primatóloga y etóloga británica reflexiona a sus 90 años sobre la fuerza de la empatía y hace un llamado a los tomadores de decisiones: “Espero que la COP 16 no sea solo hablar y hablar”

Tenía cuatro años cuando llegó de vacaciones con su madre a una granja. Era una gran finca donde vivían vacas, cerdos y caballos, todos juntos. Entonces, una pequeña Jane Goodall (Londres, 90), se obsesionó en averiguar cómo era posible que un huevo saliera de una gallina, así que se escondió en uno de los seis gallineros de la casa y esperó. Aguantó de cuclillas cuatro horas hasta que vio a la ave marrón levantar levemente las alas y dejar caer un huevo blanco sobre la paja. Ese fue, según la etóloga, el nacimiento de una pequeña científica. La paciencia y la curiosidad que acompañaron a esa menuda niña británica siguen dándole la mano a la primatóloga más reconocida del mundo a sus 90 años. Ahora, empecinada en “tocar los corazones” de quienes la escuchan, defiende el activismo ambiental con dos armas únicas: la empatía y una fuente desbordante de esperanza. “Hay aún margen de acción”, dice a EL PAÍS durante su visita a Medellín, Colombia. “Tenemos cuatro motores: el intelecto de los humanos, la resiliencia de la naturaleza, la gente joven y el espíritu indomable”.

Con menos de 30 años ya había sacudido los conceptos básicos de la ciencia, al demostrar lo parecidos que somos con los chimpancés, con los que hoy sabemos que nos une el 98,7% del ADN. Además de revolucionar la definición de ‘ser humano’ al descubrir que los primates también eran capaces de construir herramientas (y no sólo nosotros, como se creía), demostró que compartíamos emociones como la tristeza, la empatía y hasta sentido del humor. “Si los primates tuvieran un lenguaje, también nos asombraríamos con lo similar que sería al nuestro”, cuenta este jueves la mensajera de la paz para la ONU en el conversatorio ‘Razones para la esperanza’, organizado por la Caja de compensación de Antioquia (Comfama) y Elemental.

Sube al escenario con el famoso Señor H., un mono de peluche del que no se separa, y una copa de whisky. No deja que nadie la ayude con las escaleras, pero sonríe amablemente a quien lo intenta. Se sienta en silencio envuelta en un chal de colibríes que tiene hace años -no compra ropa hace dos décadas- y cuenta decenas de recuerdos con la misma pasión y ternura con la que las contó por primera vez. Dice que si cierra los ojos puede volver a vivir sus recuerdos. Regresa al coraje de su madre, con quien entró a las selvas tanzanas hace siete décadas porque no le permitían estar sola; a la primera vez que Barbagris se sentó a su lado y le mostró cómo le daba forma a un artilugio para comer termitas; o a cuando los profesores del doctorado que cursó sin ningún estudio previo le dijeron que lo había hecho todo mal. “Me decían que no podía hablar de emociones de los chimpancés, ni ponerles nombres, ni decir que tenían gestos altruistas o personalidad”, cuenta la ganadora del galardón Templeton. “Pero tuve un profesor antes que ellos que demostró que lo que decían era una absoluta tontería. Ese profesor era mi perro Rusty”.

Es difícil no hacerse la pregunta de cómo esta mujer que lleva años hablando de lo mismo -está de gira mundial 300 días al año- y usando las mismas anécdotas sea capaz de agotar las entradas de este Teatro Metropolitano de Medellín en 12 minutos. Unos segundos de charla son suficientes para entenderlo. Sus palabras son un bálsamo ante un discurso ambientalista a veces catastrofista y abrumador. “Defender el medio ambiente con rabia es contraproducente”. Y ahí es cuando Goodall vuelve a ponerlo todo patas arriba: “Hay que encontrar la historia que pueda tocarle el corazón al que no piensa como nosotros”.

Pregunta. Usted ha dicho que los animales van a terminar reclamando el territorio que les hemos robado. ¿Cómo cree que lo harán?

Respuesta. No pueden hacerlo sin nuestra ayuda. Estamos construyendo maquinaria que está destrozando la naturaleza. ¡Y eso que somos los que tenemos intelecto! Ellos no pueden hacer nada al respecto, solo tratarán de volver si colaboramos. Y vamos a estar fastidiados si no entendemos que destruir la biodiversidad y el cambio climático van de la mano y hacemos algo por evitarlo. Pero hay muchas comunidades en muchos países que saben la importancia de vivir en armonía y con la naturaleza y no son necesariamente parte del sistema educativo. Eso es lo que tiene que cambiar. La gente tiene que entender lo que estamos viviendo genuinamente y después empezarán a cambiar. Mientras a más personas les importe el futuro, más podemos garantizarlo.

P. Hay una gran parte del activismo ambiental que está profundamente enfadado. ¿Es el enfado efectivo?

R. No. Defender el medio ambiente con rabia es contraproducente. Conozco a activistas que van detrás de los empresarios o los políticos, les apuntan con el dedo y están enfadados y les dicen que tienen que cambiar porque son malos. Lo único que vas a conseguir así es que te ataquen de vuelta o que no te escuchen. Antes que atacarlos intelectualmente, es mejor intentar llegar al corazón. ¿Cómo se hace? Descubrir cómo es esa persona hasta encontrar la historia que pueda tocarle el corazón. Y tal vez en ese momento ni te enteras de que algo le cambiaste por dentro. Pero pasará.

P. ¿Está formándose una nueva generación política preocupada con la ecología?

R. Sí, absolutamente. Conocemos a muchas personas en puestos de poder que empezaron en nuestro programa de Roots and Shoots [el programa educativo de la activista presente en 70 países], en 1991. Pero tenemos un gran reto en hacer llegar este tipo de conocimiento donde hay dictaduras o Gobiernos que no quieren esta información. Es un gran desafío. Y no soy la persona que tiene que resolver esos problemas.

P. Hay estudios que hablan de la importancia de la amistad entre chimpancés machos para su reproducción. Nosotros, los humanos, ¿somos también más fuertes juntos?

R. Para mí, el chimpancé macho está inmiscuido en una fuerte competencia por la dominación y tiene tres estrategias para lograrlo. La primera es a través de la fuerza brutal. Esos machos llegan arriba pero no duran mucho ahí, porque consiguen que todos se vuelvan en su contra. Segundo, usando el intelecto. Un buen ejemplo es como cuando vi que un macho sólo se atrevería a atacar a uno superior en la jerarquía si está ahí su hermano para protegerlo. Y la tercera es la perseverancia. Vas y lo intentas una y otra y otra vez. Hasta que los demás se cansan y dicen: ¡ya no puedo más! Y te dejan ascender. Y eso puede ser algo interesante para los humanos que quieran llegar a la cima: hay que usar el intelecto, ser perseverante y no ser agresivo.

Jane Goodall
Goodall en una escena del documental ‘Jane Goodall regresa a Gombe’, que recoge imágenes de la primatóloga con los chimpancés en los años 60.National Geographic

P. ¿Qué podemos esperar de la COP16, que se celebrará en Colombia?

R. Espero que la COP 16 no sea solo hablar y hablar. Y que los políticos lleguen a la conclusión de que la afectación a la biodiversidad y el cambio climático tiene que parar. Esto tienen que entenderlo las personas en el poder. Y también que aún tenemos un espacio de tiempo para trabajar juntos. Primero, para que las personas tengamos una vida decente, para que los nietos y bisnietos tengan una oportunidad de vivir. Y segundo para darle espacio a la naturaleza a sobrevivir.

P. Después de su trayectoria, ¿qué le sigue sorprendiendo hoy en día?

R. Lo estúpidas que son algunas personas. (Risas).

P. Hasta que usted llegó a la ciencia, se decía que para ser un buen científico había que ser objetivo. ¿En qué medida influyó la frialdad de la ciencia en nuestra capacidad para empatizar?

R. Es que así era antes. Ahora ya hay cada vez más científicos que entienden que necesitamos estudiar la empatía y las emociones. Antes solo se estudiaban especies, no individuos. Y había que cambiar esa forma de hacer ciencia. Hasta que no lo entendimos no nos dimos cuenta de que los individuos son capaces de cambiar comunidades. Y pasa lo mismo con los humanos. Un ejemplo son las guerras; son individuos los que hacen que sucedan. Pasó con Hitler y Stalin y ahora con Netanyahu y Putin.

https://elpais.com/america-futura/2024-08-23/jane-goodall-defender-el-medio-ambiente-con-rabia-es-contraproductivo.html

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