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15 grandes libros sobre racismo en EEUU escritos por quienes más saben

Mundo/Autor(a) y Fuente: www.eldiario.es

La última campaña por el asesinato de George Floyd consistió en subir un cuadrado negro a las redes sociales como símbolo de escucha y solidaridad con la comunidad negra. Era solo un día, pero este acto de prestar oídos a los que sufren el racismo en primera persona y se han alzado contra él en la mayor crisis de las últimas décadas no debería concluir a las veinticuatro horas. Por eso, una buena forma de ayudar y de seguir escuchando es a través de los libros.

Hay grandes obras que sirven de cabecera en las protestas de Estados Unidos y que, en cambio, aquí no encontraron su hueco en el mercado editorial. Pero hay muchos otros que sí y que conviene rescatar ahora para entender el alcance del racismo que se salda con vidas en Norteamérica desde mucho antes de la agresión contra Floyd. Seleccionar lecturas sobre la estructura racista de un país y aplicarlas a otros es lo que hacen, precisamente, proyectos como Los libros que nos unen.

Apadrinado por el periodista y activista Moha Gerehou, cada semana analizan un título atravesado por la causa racial en sus redes sociales y una vez al mes (cuando volvamos) de forma presencial en la librería Traficantes de sueños de Madrid.

Una gran parte del movimiento Black Lives Matter se centra en la enseñanza porque «si hay algo que puede acabar en el futuro con el racismo, además de la lucha política, es la educación». Y estos 15 títulos escritos por mujeres y hombres negros son toda una muestra de conocimiento, comprensión y orientación para empezar con el cambio.

color

El color de la justicia, de Michelle Alexander (Capitán Swing)

Es conocido como la biblia del Black Lives Matter. Un porcentaje desproporcionado de la población carcelaria de Estados Unidos está compuesto por afroamericanos y, en este libro, la periodista Michelle Alexander detalla la combinación de diferentes factores legales que hacen que los hombres negros tengan más probabilidades de ser blanco de la policía y de recibir largas condenas de prisión.

En inglés se titula The New Jim Crow en referencia a las leyes de segregación racial del sur de EEUU.


Americanah

Americanah, de Chimamanda Ngozi Adichie (Literatura Random House)

Ifemelu, como su autora, es una chica nigeriana de clase alta que llega a Nueva York para estudiar y buscar nuevas oportunidades. Una expectativa que se desvanece en cuanto pone un pie al otro lado del charco y empieza a sufrir el escarnio por su color de piel.

El relato ficticio se funde con el de Chimamanda, ya que muchas de las cosas que cuenta las sufrió en primera persona cuando llegó a Filadelfia con una beca para la universidad. Ahora, su relato se ha convertido en un referente para muchas jóvenes afroamericanas.


Angela Davis

La libertad es una batalla constante, de Angela Davis (Capitán Swing)

Una de las características que define y une a los grandes pensadores de la Historia es la capacidad de ir por delante de la sociedad y de dar antes con las conclusiones que el resto tardaremos años en obtener. Y, en ese grupo selecto, Angela Davis ocupa una posición de oro.

Ya fue pionera en el libro Género, raza y clase donde sentó las bases teóricas de la interseccionalidad que hoy está en boca de todos. Por su parte, La libertad es una batalla constante profundiza en la necesidad de instaurar un activismo que plante cara a todas las injusticias sociales: del feminismo al antirracismo, pasando por la lucha contra el cambio climático o la liberación de Palestina. Desafía a construir el Movimiento de la liberación humana y nos recuerda que esa es «una batalla constante».


destello

Un destello de libertad, de Keeanga-Yamahtta Taylor (Traficantes de sueños)

El trabajo de Taylor es seguramente uno de los mejores análisis políticos sobre las relaciones entre el viejo y el nuevo movimiento negro. De la corriente por los Derechos Civiles y los Black Panthers al contraataque económico e ideológico de Nixon y Reagan y los límites de la integración de políticos afroamericanos en las instituciones, con Obama como mejor exponente.

Destaca la novedad de la reciente oleada de protestas, en una increíble anticipación de estas últimas, y también los múltiples problemas a los que se enfrentan.


Ilustración que aparece en la cubierta del libro

Un día más en la muerte de EEUU, de Gary Younge (Libros del K.O)

El 23 de noviembre de 2013 murieron diez adolescentes por arma de fuego en Estados Unidos. El más pequeño tenía nueve años; el mayor, diecinueve. Esta cifra, que en muchos otros países habría parecido desorbitada, pasó sin apenas atención entre las noticias de la prensa estadounidense.

El periodista Gary Younge, entonces corresponsal de The Guardian en el país norteamericano, se propuso rescatar del olvido los nombres y las historias de aquellos diez muchachos. Aquí se puede leer un fragmento en exclusiva del ensayo.


mundo y yo

Entre el mundo y yo, de Ta-Nehisi Coates (Seix Barrall)

«Te escribo en tu decimoquinto cumpleaños», escribe Coates a su hijo. «El año en el que te enteraste de que Eric Garner fue ahogado por vender cigarrillos; de que Renisha McBride fue disparada por buscar ayuda; y de que a John Crawford le dispararon por merodear en una tienda. Has visto a hombres vestidos de uniforme y asesinando a Tamir Rice, un niño de 12 años a quien juraron proteger. Y has visto a hombres con el mismo uniforme golpear a Marlene Pinnock, la abuela de alguien, a un lado de la carretera». Un análisis desgarrador de la posición céntrica que ocupa el racismo en la vida de este periodista, su hijo y todos los que les rodean.


Gueto

Gueto, de Mitchell Duneier (Capitán Swing)

Para el sociólogo Duneier, el concepto de gueto fue una invención de los estados represores que querían segregar a una parte de su población y más tarde esos lugares se convirtieron en un símbolo político en sí mismo para quienes viven en ellos.

Mediante un pormenorizado análisis de los trabajos intelectuales de distintas épocas, infiere que el alambre de espino de los nazis no era más eficaz que los contratos restrictivos de los negros de EEUU, con los que creció la discriminación laboral, empeoraron las condiciones higiénicas, sanitarias y educacionales y la delincuencia juvenil se convirtió en una lacra. Un ensayo fundamental para entender una realidad que colea en el presente.


matrimonio

Un matrimonio americano, de Tayari Jones (Alianza editorial)

Además de ser elegido por Obama en su clásica lista de lecturas de verano, esta novela es «una representación conmovedora de los efectos de una condena injusta por violación en una joven pareja afroamericana».

Los protagonistas, Roy y Celestial, son un joven ejecutivo y una artista en ciernes con una brillante carrera profesional por delante. La suya es una historia de amor, pérdida, lealtad y capacidad de recuperación de los seres humanos, pintada sobre un lienzo político que ilumina la Norteamérica de hoy.


Malcolm

Biografía de Malcolm X, de Alex Haley (Capitán Swing)

Escrita por Alex Haley, autor del vademécum de la lucha racial, Raíces, y ganador del Pulitzer, esta biografía es fruto de más de 50 entrevistas en las que se recoge la historia del dirigente negro que, junto a Martín Luther King, ha marcado la lucha por los derechos de los descendientes de esclavos.

Malcolm X ahonda sobre las mentiras y limitaciones del sueño americano y sobre el racismo de una sociedad que niega a sus ciudadanos no blancos la oportunidad de soñar.


Ojos azules

Ojos azules, de Toni Morrison (Debolsillo)

Morrison estrenó pluma a los 40 años. Suena tarde para la mayoría, pero en su caso fue la clave para esbozar unas primeras líneas que dejan sin aliento a casi todo el que las lee. «Silencioso como si estuviera oculto, no había caléndulas en el otoño de 1941. En aquél momento pensamos que las caléndulas no crecían porque Pecola iba a tener el hijo de su padre».

Así comienza Ojos azules, sobre una niña negra, solitaria y poco querida que sueña con tener unos ojos como los de Shirley Temple. La autora neoyorquina se atrevió a irrumpir con tal dureza debido a su trayectoria como editora en el gigante Random House. Allí descubrió un punto ciego y racista en el mercado norteamericano, le puso luz y lo empequeñeció. Una labor impresionante que comenzó con esta obra.


The Underground Railroad

El ferrocarril subterráneo, de Colson Whitehead (Literatura Random House)

Whitehead leyó muchos testimonios de esclavos de plantaciones para dar forma a su Ferrocarril subterráneo pero lo que le destrozó de verdad fue la película 12 años de esclavitud. La protagonista en su caso, Cora, es una chica de quince años que escapa de los trabajos forzados a través de una red subterránea de trenes y vías.

El jurado del Pulitzer, que ganó en 2017, comparó esta obra con Cien años de soledad y con El diario de Anna Frank por la crudeza de las palabras de esta adolescente.


odio

El odio que das, de Angie Thomas (Gran Travesía)

Starr es una chica de dieciséis años de edad que vive entre dos mundos: el barrio pobre de gente negra donde nació, y su instituto situado en un elegante barrio residencial blanco. El difícil equilibrio entre ambos se hace añicos cuando se convierte en testigo del asesinato a tiros de su mejor amigo, Khalil, a manos de un policía.

El libro de Thomas, que después se convirtió en película, causó un gran revuelo en Estados Unidos, donde trece editoriales se disputaron sus derechos por reflejar fielmente el espíritu del Black Lives Matter.


KKKLAN

Infiltrado en el KKKlan, de Ron Stallworth (Capitán Swing)

Pocos conocen que la aplaudida película de Spike Lee narra la historia real de Ron Stallworth, un agente negro que en los años 70 consiguió infiltrarse en el Ku Klux Klan (KKK), el grupo de supremacistas blancos más importante de Estados Unidos. Para ello, contó con la ayuda de un policía blanco que asistía a las reuniones, hacía amigos y grababa las conversaciones, por lo que consiguió algunos de los detalles más escabrosos de la organización. Durante la investigación, Ron también saboteó quemas de cruces y desenmascaró a los supremacistas blancos del Ejército.


pajaro

Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado, de Maya Angelou (Libros del Asteroide)

Angelou fue una de las primeras mujeres afroamericanas que usó su literatura como arma contra el racismo, y esta es su primera autobiografía. Aunque narra episodios dolorosos, lo hace desde la inocencia y la alegría de una voz infantil, sobre todo en el periodo en el que vivió con su abuela en un pequeño pueblo de Arkansas. Lo que vio y aprendió allí, el sentimiento de comunidad, le permitió sobrevivir a las agresiones raciales y sexuales que sufrió por parte de hombres blancos en California. Al final, las letras y Shakespeare fueron su salvación.


blues

El blues de Beale Street, de James Baldwing (Literatura Random House)

La mejor obra de Baldwin para analizar el racismo en EEUU es The Fire Next Time, su apasionada súplica para «poner fin a la pesadilla racial» en Estados Unidos que fue un éxito de ventas, que no ha llegado a nuestro país. Pero, teniendo en cuenta que es una pluma referente del movimiento, esta tampoco se queda atrás: una dolorosa historia de amor e injusticia racial en el Nueva York de los setenta que el año pasado inspiró una película de Barry Jenkins, director de Moonlight.

Fuente e Imagen: https://www.eldiario.es/cultura/libros/Libros-racismo-Estados-Unidos_0_1034146986.html

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Libro(PDF): «Intelectuales, democracia y derechas»

Reseña: CLACSO

América Latina vive un tiempo dinámico, pleno de incertidumbres en términos sociales, políticos y económicos. Si, por un lado, pueden identificarse procesos vinculados a la regeneración de proyectos políticos ubicados en el espectro de derecha, por otro lado, amplias movilizaciones sociales y dificultades económicas que derivan de un modelo de acumulación en crisis, auguran tiempos conflictivos y una disputa de proyectos de sociedad. Estas luchas tienen también facetas que se relacionan con la producción de ideas y conocimiento, los viejos y nuevos agentes implicados en ese trabajo como intelectuales y think tanks, las restricciones y los condicionamientos de las democracias que pueden derivarse de allí o, alternativamente, la apertura de nuevos horizontes de posibilidades sociales que, de igual modo, pueden construirse y emerger. Precisamente este libro se ubica en el intento de abordar algunas de las tantas preguntas que se abren en esas tensiones no siempre visibles de las luchas de ideas, representaciones de sociedad, imaginarios y perspectivas, que tiene América Latina en la imperiosa necesidad de repensarse hacia el futuro y recrear salidas más democráticas y emancipatorias.

Autor (a):  Alfredo Falero. Charles Quevedo. Lorena Soler. [Coordinadores]

Alfredo Falero. Líber Romero. Ezequiel Saferstein. Matthieu Le Quang. Enzo Scargiali. Juan Jesús Morales Martín. Roberto Ibacache Monasterio. Ana Belén Mercado. Mateus Gamba Torres. Florencia Prego. Mónica Nikolajczuk. Yamandú Acosta. Federico Pous. Susana Dominzain. [Autores de Capítulo]

Editorial/Editor:LACSO. El Colectivo. BASE. IEALC.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-47537-3-1

Descarga: Intelectuales, democracia y derechas

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2118&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1398

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Libro(PDF): «Sombras y luces chinescas. Colonialidad y género en China, América Latina y el Caribe»

Reseña: CLACSO

Este libro constituye en sí mismo un acto de traducción cultural entre asiáticas, latinoamericanas y caribeñas. Es, al mismo tiempo, una posibilidad de sanar las propias «cicatrices coloniales» que nos habitan, como las experiencias sororas de las autoras como articuladoras de dos mundos. Fue escrito según la imagen del puente, inspiradas en los coceptos de He y «Buen Vivir», con el deseo de edificar los cimientos de una arquitectura femenina que intenta des-otrificar las relaciones de poder entre Occidente y Oriente basadas «retóricas salvacionistas» y versiones estereotipadas de las mujeres que habitan el Sur Global. Aporta la comprensión de las discusiones sobre colonialidad y género a partir de las narrativas de escritoras de minorías etnicas originarias y artísticas visuales de ambos lados del mundo. Deslenguadas, sus voces plasmadas en poemas, literaturas étnicas, performances, muestran la vitalidad de las experiencias de colonialidad de género/patriarcado que las atraviesan, experimentando las búsquedas de otras vertientes del pensamiento feminista en el «tercer espacio» que surge entre Oriente y Occidente.

Autoras:  Karina Bidaseca. Zhang Jingting.

Alicia Girón. [Presentación]

Editorial/Editor:CLACSO. PUEAA-UNAM.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-605-8

Descarga: Sombras y luces chinescas. Colonialidad y género en China, América Latina y el Caribe

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2126&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1398

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Ciencia para la paz y el desarrollo: el caso del Juramento Hipocrático para Científicos

Bibliographic Details
Main Author: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO
Format: Libros
Language: esp
Published: New York: Unesco2018
Subjects:

Reseña: Este libro reúne un conjunto de contribuciones vinculadas a la idea del Juramento Hipocrático para Científicos a cargo de un conjunto de expertos internacionales en temáticas vinculadas con la responsabilidad social de los científicos, la carrera armamentista, las relaciones entre la ética, la ciencia y la tecnología. Los textos presentados exploran los dilemas que enfrentan científicos y tecnólogos, cuando analizan las responsabilidades sociales que pueden devenir de su labor. Se presenta –con cierto detalle- el uso del juramento o compromiso ético individual, como instrumento para despertar la consciencia de los jóvenes investigadores acerca de su responsabilidad social ante las consecuencias que se derivan de su trabajo científico y tecnológico. Incluye además una serie de colaboraciones invitadas de expertos internacionales sobre estas temáticas y la reproducción de un conjunto de declaraciones, normativas y resoluciones de la UNESCO y de las Naciones Unidas con respecto a la relación entre la ciencia y la paz.

Descargar:

Fuente: https://www.bibliotecasdelecuador.com/Record/oai:localhost:39000-2215/Description#tabnav

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Karina Batthyány, secretaria ejecutiva de Clacso: “Los países con mayor tasa de contagios son aquellos donde la desigualdad se manifiesta en la baja presencia del Estado”

Karina Batthyány, secretaria ejecutiva de Clacso: “Los países con mayor tasa de contagios son aquellos donde la desigualdad se manifiesta en la baja presencia del Estado”

Por Daniel Cholakian 

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) es sin duda uno de los espacios de debate más interesantes de toda Latinoamérica. Desde el comienzo de la pandemia por el Covid-19 y la adopción de diferentes formas de distanciamiento y confinamiento adoptadas en todo el mundo, CLACSO ha conformado el Observatorio social del Coronavirus: pensar la pandemia. Desde esa plataforma están produciendo investigaciones, debates, publicando textos y monografías, con distintos ejes temáticos y con diferentes formas de problematizar la situación desde una perspectiva social.

Karina Batthyány es secretaria ejecutiva del consejo desde 2018. Doctora en Sociología y docente de la Facultad de Ciencias de Sociales de la República (Uruguay), es autora de numerosas publicaciones en torno a las temáticas de género, políticas públicas, trabajo no remunerado y cuidados.

Conversamos con Batthyány sobre los datos que pueden observar a partir de los estudios que realizan en este momento: profundización del racismo, la desigualdad de género, las inequidades sociales expresadas en el trabajo y los servicios sanitarios y la necesidad de conservar la relación de los estudiantes con las instituciones y el sistema educativo.

¿Cuál es el trabajo qué hacen desde el Observatorio social de la pandemia que crearon recientemente y qué conclusiones provisorias pueden encontrar a partir del mismo?

Efectivamente desde el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, decidimos, ni bien comenzó todo este fenómeno, crear un observatorio para pensar la pandemia desde las dimensiones sociales, es decir, trascendiendo la emergencia sanitaria, y poniendo el ojo en distintos aspectos de lo social que está impactando la vida de todos y de todas.

Allí tenemos más de 150 artículos escritos por quienes integran nuestro consejo latinoamericano. Estos abordan desde la transformación de la vida cotidiana, esa vida que tanto nos cambió a todos y a todas desde que se declaró la urgencia sanitaria, hasta los efectos económicos, el impacto a nivel del incremento de las desigualdades, el aumento de la pobreza, la cuestión ambiental y los distintos sectores de actividad en una sociedad. Muchas dimensiones en las que estamos intentando dar elementos para cumplir con uno de los objetivos de nuestra institución, que es la producción de conocimiento para la transformación social, y para pensar el modelo y las opciones para cuando finalice esta emergencia sanitaria.

Entre las producciones llama la atención la mirada sobre las distintas formas de racismo ¿Están notando que esto aparezca de una manera exacerbada en gran parte de América Latina?

Efectivamente, lo que hemos encontrado tiene que ver principalmente con distintas formas de discriminación y racismo que se exacerban en el marco de confinamiento o cuarentena, según las características de cada país, pero todas con un patrón muy similar. Además los efectos sociales de esta emergencia sanitaria están golpeando de manera diferencial a distintos grupos. Como por ejemplo lo que tiene que ver efectivamente con la población afrodescendiente, tanto en la calidad de atención que tienen y en los efectos económicos que están sufriendo como consecuencia de esta emergencia sanitaria. Efectos económicos que también están relacionados a la forma de inserción que tienen en el mercado de trabajo. También observamos que se exacerban conductas de discriminación hacia los colectivos migrantes.

Como sabemos, el tema de la migración y la movilidad humana es un tema muy importante en nuestra región latinoamericana y caribeña y allí empiezan algunas conductas, digamos, de destierre a nivel de lo social, y de rechazo hacia lo diferente, hacia el que no pertenece a esta comunidad primaria. Así son vistos en muchos casos estos colectivos migrantes que por su forma de inserción social, en muchos casos son colectivos que están insertos de manera muy precaria, sin protección social y sin acceso a las redes de seguridad social. Y podríamos seguir nombrando, pero hay otro colectivo muy afectado en general, que son parte de todas las variables que se intersectan entre sí, que son las mujeres.

¿Las mujeres son parte un colectivo que además de ser víctimas de patriarcado son parte de todos esos colectivos victimizados?

En ese sentido, si nos detenemos en el tema de las mujeres, hay que mencionar que también las mujeres somos las más afectadas en esta pandemia, por muchas situaciones. La primera por cómo cambió nuestra vida cotidiana. Este cambio en la vida cotidiana ha implicado sobretodo una sobrecarga para las mujeres. Una de las medidas que es común en todos nuestros países es la suspensión del sector educativo, los niños están en las casas, alguien se tiene que hacer cargo de esos niños y ese alguien siempre o casi siempre suele ser una mujer. A su vez en algunos sectores exigen teletrabajo pero no se piensa que el teletrabajo puede ser incompatible con la presencia de niños pequeños en los hogares. Esa es toda una dimensión vinculada a los cuidados, pero hay otras que vienen también de la mano de donde estamos las mujeres en el mercado de trabajo. Sabemos que un porcentaje muy amplio, prácticamente 1 de cada 2 latinoamericanas, están insertas en el sector informal de la economía, y eso quiere decir que son mayoría en el sector que ha sido más afectado producto del cierre de actividades en nuestros países. Por estar en sector informal no tienen cobertura de protección social y ahí tenemos otro elemento que impacta en el colectivo de las mujeres. Un tercer elemento está vinculado a que más del 70% del personal sanitario en nuestra región son mujeres, y por eso son las que están más expuestas al virus.

Estas dimensiones y la discriminación de la que hablábamos se intersectan evidentemente, porque hablamos de la población afrodescendientes, de los migrantes y las mujeres. Obviamente tenemos mujeres migrantes, mujeres afrodescendientes, y así podemos seguir intersectando, en definitiva, dimensiones de la desigualdad en un continente que, no nos olvidemos, antes del coronavirus era el continente más desigual del planeta. No el más pobre, el más pobre es África, pero sí el más desigual y esto, en definitiva, está  incrementando esas desigualdades.

¿Hay alguna relación entre la desigualdad y la tasa de contagio?

Lo que podemos afirmar es que efectivamente en los países donde se ve una tasa mayor de contagio son aquellos donde la desigualdad se manifiesta en la baja presencia del Estado como estado social. Aquellos países que tienen un sistema de salud digamos, muy fragmentado, y con respuestas diferenciales en función del sector o la clase económica a la que pertenezcan las personas. Estas relaciones están verificadas. Otras dimensiones de la desigualdad quizá no se estudiaron, pero la gran lección que nos deja todo esto es justamente la importancia del estado garantizando los bienes comunes como la la salud, por ejemplo, como un bien común por medio de políticas públicas. Los resultados diferenciales que vemos en los países tienen que ver también con esa presencia menor o mayor del estado como garante de los bienes comunes.

CLACSO tiene una larga trayectoria en el estudio de la educación, que es uno de los grandes temas en este momento, pues cómo decías, una de las coincidencias en la región y el mundo, es que las clases presenciales están suspendidas. ¿Cómo están viendo lo que ocurre ahora y cómo ven el futuro de la educación?

Es sin duda un tema clave, por todas las implicancias que tiene y uno de los elementos que estamos analizando, todavía con conclusiones muy preliminares, tiene que ver con si esta etapa de emergencia sanitaria y de tele-educaciòn exacerba o no las desigualdades en el ámbito educativo. Los indicios que tenemos es que efectivamente esta posibilidad de tele-educación no llega de la misma manera ni se tienen los mismos recursos en todos los sectores como para poder aprovecharlo. El segundo punto importante a destacar tiene que ver con una preocupación excesiva por parte de algunos actores del sistema educativo vinculado a la evaluación, y quizá la pérdida de referencia de que en realidad la educación tenemos que hablar de un proceso educativo por lo que esto hay que tomarlo como un paréntesis en el que no nos tendría que preocupar tanto la evaluación en sí misma, ni cómo van a ser evaluados, cuáles van a ser los resultados, sino preocuparnos más por garantizar que no se pierda el contacto con la institución, la escuela o el nivel que sea. Es importante que no haya deserción o desafiliación de estudiantes del sistema educativo, no tener tanto obsesión en pensar cómo evaluamos los resultados de estos dos o tres meses, lo que dure en cada uno de los países o el tiempo que sea, sino la perspectiva del proceso y que aquí lo importante es no perder el contacto o la afiliación de los estudiantes a los distintos niveles de educación. Creo que esa debería ser hoy la preocupación central.

En definitiva esto en el marco de un proceso, si vemos la educación como un proceso, dos, tres meses, el tiempo que sea, es apenas un paréntesis y la preocupación, insisto, no perdamos el contacto, y tratemos de garantizar todas las funciones que el sistema educativo cumple en el marco del desarrollo de las personas, que no es solamente el aprendizaje y la evaluación de este aprendizaje. Hay otras funciones, incluso en las escuelas está la función de la alimentación. Debería ser una preocupación más importante que la evaluación.

*Versión editada para Nodal de la entrevista realizada en el programa “Lo peor ya pasó” emitido en AM530 Somos Radio (Argentina) 

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2020/05/karina-batthyany-secretaria-ejecutiva-de-clacso-los-paises-donde-se-ve-una-tasa-mayor-de-contagio-son-aquellos-donde-la-desigualdad-se-manifiesta-en-la-baja-presencia-del-estado-como-estado/

 

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España – Carlos Taibo: “Me temo que la crisis la pagarán los de siempre. A menos, claro, que se rebelen”

Carlos Taibo: “Me temo que la crisis la pagarán los de siempre. A menos, claro, que se rebelen”

Hablamos con el escritor, politólogo y ex profesor universitario

Por: Miguel Muñoz

Hasta 2018 ejerció como profesor de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido uno de los más firmes defensores de la teoría del decrecimiento en nuestro país, así como una de las voces más reconocidas en el movimiento anarquista y libertario. Ha publicado más de 30 libros sobre política, geopolítica o movimientos sociales. Carlos Taibo (Madrid, 1956) aporta en esta entrevista su visión sobre la situación actual, en estos tiempos de pandemia, tanto en nuestro país como de manera global.

-La editorial Catarata reeditó a finales de enero, poco antes de que comenzara el estallido de la pandemia, tu libro Colapso. Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo. ¿Puede suponer la pandemia el colapso del sistema capitalista? ¿Ha colapsado ya?

-Depende, claro, del significado que atribuyamos a la palabra «colapso». En el sentido fuerte del vocablo, la pandemia no es el colapso, aunque bien puede situarse en la antesala de este último. Ha permitido forjar una bola en la que se han dado cita, inesperadamente, la crisis sanitaria, la social, la de los cuidados y la financiera, y de resultado ha dibujado un escenario complejísimo. Por lo demás, no conviene olvidar que muchos de los habitantes del planeta han vivido siempre en un escenario asimilable al del colapso.

-En el libro, no obstante, hablabas sobre todo de las consecuencias del cambio climático. Se está empezando, desde algunos sectores, a alertar de que ante esta crisis puede surgir con fuerza el denominado ecofascismo. ¿Podrías recordar en qué consiste y cómo puede relacionarse con la situación actual?

-En el núcleo de la propuesta ecofascista hay una discusión demográfica: está la idea de que en el planeta sobra gente, de tal manera que se trataría de marginar a quienes sobran –esto ya lo hacen- y, en la versión más dura, de exterminarlos. Me interesa subrayar que el ecofascismo no es un proyecto negacionista: en modo alguno niega los efectos, dramáticos, del cambio climático y del agotamiento de las materias primas energéticas. Parte, antes bien, del relieve de esos fenómenos y lo que procura es defender obscenamente los intereses de una minoría de privilegiados. Quienes empiezan a dirigir, en la penumbra, el planeta a buen seguro que han tomado nota de la eficacia de muchas de las políticas autoritarias y represivas desplegadas por los gobiernos. Y han tomado nota, en particular, de la servidumbre voluntaria a la que se ha entregado buena parte de la población.

-Llevas años, además, explicando la teoría del decrecimiento. ¿De qué forma puede aplicarse en la situación actual? En cierto modo, aunque de manera obligada, se ha puesto de actualidad. ¿Pueden tener recorrido algunas medidas que se han llevado a cabo?

– En los últimos meses se ha reducido la contaminación en el planeta, ha menguado el consumo de combustibles sólidos y ha experimentado un freno brutal la turistificación. Debo subrayar que se trata, sin embargo, de tres realidades que, aunque afortunadas, tienen un carácter sobrevenido. No han sido premeditadamente buscadas.

Obviamente, no es esto lo que defiende la perspectiva del decrecimiento, que plantea un ejercicio de autocontención consciente, voluntario, colectivo y solidario. Cuando nuestros gobernantes siguen empleando ese indicador despiadado, el PIB, para medir tragedias y objetivos nos lo están diciendo todo. Retórica aparte, no hay de su lado ninguna voluntad de asumir que el planeta se nos va y de que ello reclama un esfuerzo gigantesco de eso, de autocontención, y, al tiempo, una redistribución radical de la riqueza. Tampoco puede sorprendernos: el decrecimiento bien entendido implica, por necesidad, dejar atrás el capitalismo y sus reglas.

-Por el contrario, ¿aprovecharán las administraciones para llevar a cabo proyectos que afecten especialmente al medio ambiente? En Madrid ya hemos visto las intenciones del PP con una nueva ley del suelo o la construcción de macroparkings.

-Aunque a buen seguro se hacen valer, según los lugares, circunstancias dispares, el tono general lo que aporta, a mi entender, es una nueva huida hacia adelante. Se trata, en otras palabras, de dejar atrás la crisis del coronavirus restaurando, literalmente y en plenitud, la miseria que había antes de esa crisis. Entre nosotros, no es ésta una miopía vinculada exclusivamente con el PP: alcanza al sistema político como un todo.

-La respuesta económica a la crisis será clave. ¿Crees que pagarán los de siempre o hay alguna esperanza en que no sea así?

-Me temo que, en efecto, pagarán los de siempre. A menos, claro, que se rebelen. Pero me parece que los activos que ofrecen al respecto los sindicatos mayoritarios están lejos de ese horizonte de rebelión y muy cerca, en cambio, de otro, bien diferente, de genuflexión. Tendremos que prestar atención, aun así, al derrotero de los hechos en el terreno económico y social, no vaya a ser que se fuerce tanto el escenario que asistamos a la manifestación de sorpresas.

-¿Qué te parecen algunas de las medidas sociales del Gobierno? Hay mucho debate sobre el Ingreso Mínimo Vital o la renta básica, por ejemplo

-Habrá que aguardar para valorar en qué se concretan, cuál es su aliento final y en qué medida protegen realmente a quienes lo necesitan. A título provisional me parece llamativo que quienes llevan años defendido una «renta básica de las iguales» se muestren profundamente descontentos ante las propuestas que llegan del Gobierno y estimen que son un paso atrás que va a dificultar en el futuro, y por añadidura, el despliegue de un proyecto merecedor de apoyo.

Por lo que a mí respecta, nunca he depositado ninguna confianza en la presunta vocación social e igualitaria del Partido Socialista y creo que hay motivos sobrados para recelar del discurso constitucional y patriótico de Unidas Podemos. No deja de sorprenderme la inquina con que la «derechona» obsequia a un proyecto, el del Gobierno de estas horas, de cariz tibiamente socialdemócrata.

En cualquier caso, la trama que rodea a las instituciones, con los poderes fácticos en primer plano, tampoco ayuda. Y no acierto a entender cómo mucha gente de izquierdas no aprecia mayor problema en la defensa, xtremadamente ingenua, de un acuerdo en el que participen todas las fuerzas políticas. Ya tuvimos la oportunidad de certificar, cuarenta años atrás, las consecuencias nefastas de los Pactos de la Moncloa

-Se ha debatido también mucho sobre los términos militares, incluso las ruedas de prensa con ellos, en esta crisis: “Estamos en una guerra”. ¿Por qué crees que se ha generado este tipo de lenguaje en una crisis sanitaria?

-La explicación puede ser muy prosaica: comoquiera que el Gobierno español decidió otorgar desde el principio un lamentable protagonismo a los cuerpos de seguridad y a las fuerzas armadas –las ruedas de prensa parecía que lo eran de una junta miliar-, era acaso inevitable que se impusiese un lenguaje de esa naturaleza. Será que nuestros gobernantes piensan que las respuestas militares son las más eficientes. Si uno quiere ser, con todo, capcioso, el horizonte del ecofascismo reclama también del concurso de herramientas retóricas que identifican por doquier amenazas y guerras.

-A nivel geopolítico, la situación es bien interesante, especialmente las relaciones entre China, Estados Unidos y la Unión Europea. ¿Cómo puede afectar todo esto?

-Más allá de la certificación de que la trama geopolítica es importante, parece difícil responder. Es evidente, de cualquier manera, que cuando uno sopesa los movimientos, hacia arriba o hacia abajo, del Ibex 35, descubre que muy a menudo se vinculan con encuentros y desencuentros entre las potencias mencionadas. No sé, por lo demás, a qué hay que prestarle mayor atención, si a las colisiones que protagonizan periódicamente Estados Unidos y China o, por el contrario, a los elementos subterráneos de acuerdo, que tampoco faltan. Lo único que puedo decir, con certeza, es que no siento ninguna proximidad por ninguno de los modelos aportados por esas instancias.

-¿Cómo ves el papel que está teniendo la derecha y la ultraderecha en esta crisis? Les hemos visto en las calles pidiendo “libertad”, llamando “dictadura” a este Gobierno, etc… ¿Hay motivos para estar preocupados por su ascenso o maximizamos la relevancia de sus comportamientos? Hay quien habla ya de golpes de estado encubiertos o guerras judiciales

-Por momentos me asalta la idea de que la ultraderecha está marcando la deriva del sistema de partidos español, cada vez más escorado hacia posiciones conservadoras. Una de las consecuencias de esto es que se nos llama una y otra vez a cerrar filas alrededor del «Gobierno progresista» por cuanto –se nos dice- hay que frenar el ascenso de Vox. Las secuelas son delicadas: a menudo se nos invita a defender lo indefendible, llegado el caso se describe inopinadamente a Ciudadanos como una fuerza de «derecha civilizada» y, por qué no, se lava la cara al propio PP al subrayar que es, a diferencia de Vox, una fuerza leal a la Constitución.

Por detrás, lo que veo son los efectos dramáticos de la «transacción» de 1978 y, con ella, de la negativa a sacar adelante nada que oliese a eso que a veces se llama un «consenso antifascista». De aquellos barros, estos lodos.

-Se decía especialmente al principio de la pandemia que esta crisis nos iba a unir más con nuestros vecinos, que nos iba a hacer más solidarios… ¿Qué piensas al respecto, ya más de dos meses después del inicio?

-No lo tengo claro. Estoy obligado a subrayar, antes que nada, la presencia, muy notable, y en muchos lugares, de grupos de apoyo mutuo. Creo que es significativo que en la mayoría de los casos hayan decidido identificarse con ese término, de honda raigambre libertaria. Anuncian, cautelosamente, que están plantadas las semillas de un movimiento de base de carácter antiautoritario y autogestionario.

Pero entiendo que, en paralelo, el individualismo lacerante que han colocado en nuestras cabezas operará en un sentido genéricamente insolidario y se traducirá en el acatamiento de una nueva normalidad que se anuncia similar a la miserable anormalidad de antaño. Me parece evidente, en cualquier caso, que el sistema político como un todo, con sus diferentes opciones, recela de oficio de las respuestas que, horizontales y solidarias, surgen en la base de la sociedad. Y hará lo posible para arrinconarlas y reprimirlas.

-Hace muy pocos días se han cumplido nueve años del movimiento 15M. Visto en perspectiva, ¿ha cambiado algo desde entonces? ¿Qué podemos aprender hoy en día de lo que fue? “Yo veo más, mucho más, 15-M en las enfermeras y en las limpiadoras de los hospitales, y en los grupos de apoyo mutuo de los barrios, que en los pasillos de los ministerios”, dijiste un día en Twitter.

-Tendré que admitir que detrás de la etiqueta general ha habido varios 15M distintos. Uno de ellos, el que yo abrazo, no precisamente marginal, ha bebido siempre –en los hechos, y en algunos lugares sigue haciéndolo- de la asamblea, la autogestión y el rechazo de las instituciones. Otro ha servido, cierto que de forma nebulosa, como catapulta de operaciones electorales bien conocidas. Intuyo que los medios le han prestado una excesiva atención al segundo en detrimento del primero, algo que se traduce en esa dramática simplificación, muy cara a tantos periodistas, que sugiere que Podemos es el heredero del 15M.

Me ratifico en lo que decía en ese tuit: creo que el legado mayor del movimiento son las gentes entregadas a la solidaridad desnuda, a la solidaridad que no busca recompensas, al apoyo mutuo. Como creo que cada vez hay más compañeros y compañeras que, con razones poderosas, echan de menos algo como el 15M.

Fuente de la Información: https://www.cuartopoder.es/ideas/2020/05/31/carlos-taibo-me-temo-que-la-crisis-la-pagaran-los-de-siempre-a-menos-claro-que-se-rebelen/

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Libro(PDF): «El mundo al revés: imágenes de la Mujer Indígena»

Reseña: CLACSO

¿Qué tienen que decir sobre la mujer indígena en el Perú las feministas y los operadores de proyectos rurales de desarrollo? Este libro pretende hilvanar una curiosidad y una preocupación. Por la primera, se indagan las causas de las omisiones de las feministas de la década de 1970 respecto a las mujeres de zonas rurales andinas; por la segunda, las resistencias de los funcionarios de Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo para aceptar que las campesinas andinas están discriminadas, en su familia y comunidad. En estos dos casos estamos frente a representaciones sociales diametralmente opuestas sobre un mismo sujeto, las indígenas, y también ante un mismo temor, la contaminación. Ese es el puente entre ambos discursos, el miedo a reconocernos en los indios o el pavor a la invasión del «Occidente».

Autor (a):  Maruja Barrig. [Autora]

Editorial/Editor: CLACSO.

Año de publicación: 2001

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 950-9231-67-3

Descarga: El mundo al revés: imágenes de la Mujer Indígena

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=259&pageNum_rs_libros=124&totalRows_rs_libros=1396&orden=

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