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Reflexiones sobre la enseñanza de las matemáticas en bachillerato en tiempos de virtualización educativa.

Autor: Saúl Elizarraras Baena

Resumen

Se presentan reflexiones y aportaciones para desarrollar el pensamiento crítico y reflexivo en el marco de la pandemia actual, misma que ha traído como consecuencia que se cierren las escuelas y con ello, se ha instrumentado la virtualización educativa para dar continuidad al proceso educativo con todo y las limitaciones en infraestructura tecnológica.

Se introduce una descripción general de las acciones que se llevaron a cabo por parte de las autoridades educativas de todo el país (locales y federal); principalmente, se enuncian sus efectos en los procesos de gestión educativa, así como de la enseñanza y del aprendizaje de las Matemáticas en función del sentir de la comunidad estudiantil y del propio magisterio.

A continuación, se presentan algunas reflexiones sobre la experiencia de enseñanza, así como testimonios de un reportaje periodístico y resultados de investigación educativa bajo la modalidad de aula invertida.

Posteriormente, se describen algunos referentes teóricos que permiten la advertencia de los usos perniciosos que se puede hacer con la tecnología educativa, así como aportaciones teóricas pertinentes para conceptualizar el pensamiento crítico y la educación popular con fines de transformación social.

Finalmente, se interpretan las respuestas proporcionadas en un cuestionario aplicado a un grupo de treinta y dos estudiantes, quienes enviaron sus respuestas vía correo electrónico.

Los resultados obtenidos apuntan a la necesidad de garantizar las condiciones mínimas para el adecuado desempeño de estudiantes y docentes, también es imprescindible que haya acuerdos y compromisos compartidos de parte de autoridades educativas, administradores escolares, docentes, padres de familia y estudiantes, con la finalidad de que el proceso educativo pueda mejorarse.

Palabras clave: pensamiento crítico, virtualización educativa, aprendizaje, enseñanza, matemáticas, bachillerato.

Introducción

La pandemia actual, obligó a las autoridades educativas de México a poner en práctica acciones que permitieran salvar el ciclo escolar 2019-2020. Así, la dinámica del trabajo docente se vio irrumpida por la necesidad de hacer uso de diversas plataformas tecnológicas para mantener contacto con la comunidad estudiantil.

En particular, al principio se pidió que se diseñarán por lo menos dos actividades semanales con la finalidad de garantizar los aprendizajes de los estudiantes; tal parecía que lo preocupante era que las (os, es) docentes mostraran evidencias de trabajo, pues su salario estaba garantizado.

Paralelamente, desde los mandos medios de las autoridades educativas de varios estados de la República Mexicana, por ejemplo, se promovía el uso de Google y sus aplicaciones para mantener comunicación con la comunidad estudiantil.

Martínez (2020a) describía algunas de las vicisitudes que se presentaban tanto para estudiantes como para docentes, aludía a las carencias económicas de las familias y de infraestructura en regiones rurales en las que no se contaba con acceso a internet, esto propiciaba que se acrecentara la desigualdad social.

Al regreso del periodo vacacional del mes de abril, las autoridades de salud del gobierno federal declaraban estado de emergencia por la pandemia y con ello, la imposibilidad de regresar a clases presenciales.

Muchas voces se manifestaban para criticar lo que estaba haciendo el gobierno federal para que el proceso educativo no se viera interrumpido. Por ejemplo, mexicanos primero a través de David Calderón decía entre otras cosas que los maestros no sabían aterrizar contenidos en un aula digital (Martínez, 2020a).

Curiosamente, la preocupación de las autoridades educativas se había convertido en garantizar la acreditación y erradicar la deserción escolar.

Al mismo tiempo, el Secretario de Educación Pública se presentaba ante los medios para defender la educación en línea y para dar palabras de aliento tanto a estudiantes como a docentes. Este tipo de reportajes en los periódicos de circulación nacional eran acompañados de críticas y poniendo en entredicho la educación en línea en función de la voz de algunos expertos (Velázquez, 2020).

Los colectivos docentes también se manifestaban en las redes sociales y solicitaban la clausura anticipada del ciclo escolar por no contar con la infraestructura necesaria y, sobre todo, porque consideraban que la crisis económica derivada de la contingencia sanitaria impedía a los estudiantes el cumplimiento de las tareas.

Posiblemente, estos acontecimientos hayan sido la causa por la que la Secretaría de Educación Pública (SEP) anunciaba la terminación del ciclo escolar 2019-2020 antes de lo establecido en el propio calendario escolar. No obstante, seguía permeando en el ambiente la idea de que debía asignar calificaciones aprobatorias.

Con base en lo expuesto, nuevamente las críticas de Mexicanos Primero se escuchaban, ahora tocaba el turno a Ruiz (2020), quien ponía en duda la efectividad de la educación en línea y anticipaba que la mayoría de los docentes optarían por liberarse de la presión y calificar de forma inercial para encubrir el rezago educativo.

Así, el autor demandaba que se extendiera el calendario escolar para que cada docente pudiera tener un contacto personalizado con cada estudiante, tomaba en cuenta que cada docente atendía 30 estudiantes (promedio por grupo), en alusión a lo que constantemente declaraba el secretario de educación pública.

De forma complementaria, demandaba a la SEP que planteara con mayor claridad la acreditación universal y que incorporara en los lineamientos normativos medidas para que los maestros valoraran las necesidades reales de la comunidad estudiantil antes que asignar una calificación.

Casualmente, para darle mayor formalidad al cierre del ciclo escolar, la SEP publicó el acuerdo número 12/06/20 de fecha 5 de junio de 2020, en el cual se precisaron disposiciones para evaluar el ciclo escolar 2019-2020 en los niveles de Educación Básica, Media Superior y para las Escuelas Normales Públicas.

A pesar de que la propia SEP había dado a conocer el éxito de la educación en línea, cuyo soporte eran los resultados de una encuesta (Unión, 2020), en el acuerdo 12/06/20 se anunciaba la impartición de un curso remedial para el mes de agosto, muy probablemente por las presiones recibidas de parte de los empresarios.

Antecedentes

Sin duda que los retos y desafíos educativos para esta década se han incrementado significativamente debido a que se encuentra en marcha la Cuarta Revolución Industrial; por lo que las acciones de parte de los sistemas educativos de los países de América Latina se deberán enfrentar con mayor voluntad (Elizarrarás, 2020a).

Se reconoce la importancia de la sistematización de la planificación docente o bien, de modo específico para el diseño de situaciones de aprendizaje que puedan resultar del interés de los estudiantes y a la vez, que les permitan interactuar con otras disciplinas científicas sin menoscabo de la interacción con su entorno social.

Sin duda que las TIC representan una gran oportunidad para explorar y comprender los fenómenos sociales y naturales en función de la modelización matemática. En este sentido, es imprescindible el análisis permanente de los contenidos y sus propósitos que se deben incluir en los programas oficiales (Elizarraras, 2020a).

Elizarraras (2020b) considera trascendental la incorporación de la tecnología en el proceso educativo y de modo particular, para desarrollar el pensamiento crítico en aras de la constante transformación de la sociedad y la erradicación de las desigualdades e injusticias sociales.

El autor precisa que, el planteamiento de alternativas debe ser en función de la praxis de cada docente, es decir, a partir de los resultados obtenidos de investigación educativa y de experiencias de enseñanza, sólo así se podrán dimensionar sus alcances y limitaciones.

Martínez (2020a) recabó testimonios de estudiantes que reconocían mayores dificultades para aprender matemáticas en línea en comparación a otras materias. Por ejemplo, una estudiante de la Preparatoria 3 de la Universidad Nacional Autónoma de México manifestó que la maestra les facilitó unos apuntes que ella hizo con ejemplos para los ejercicios, pero que, si con la explicación de la maestra no entiende, en forma escrita menos.

Por su parte, un estudiante del Instituto Superior de Huichapan (Hidalgo) de la carrera de Ingeniería en energías renovables anticipó que sufrirá el semestre venidero con Cálculo vectorial, pues su aprendizaje depende de Cálculo Integral, cuya materia está llevando en el presente semestre.

No obstante, Benítez y Grajeda (2020) reportaron el impacto favorable con la metodología pedagógica denominada aula invertida en un curso de Matemáticas II para estudiantes de licenciatura del Tecnológico de Monterrey, la cual consiste en que los estudiantes estudien un tema previo a la clase y socializa sus saberes bajo la guía del docente. Su trabajo de investigación lo llevaron a cabo conforme a los pasos siguientes:

  1. Creación de material audiovisual. Los videos fueron subidos a la plataforma de YouTube y consistían en explicar la resolución de ejercicios diversos sobre Matemáticas.
  2. Implementación del aula invertida en un grupo experimental. Las (os, es) estudiantes consultaban los videos, tomaban notas, hacían resúmenes. En clase, se atendían dudas y se les resolvían ejercicios complementarios. El tiempo restante, las (os, es) estudiantes practicaban lo aprendido y profundizaban en el tema.
  3. Contraste entre el aprovechamiento del grupo experimental frente al grupo de control. Se utilizó un examen de conocimientos cuyo rango era de 0 a 100 y la calificación mínima aprobatoria era de setenta puntos porcentuales.

Los resultados obtenidos por parte de los estudiantes fueron los siguientes:

  • 50% de las mejores calificaciones obtenidas por los estudiantes en el grupo experimental son mejores que el 50% de las mejores calificaciones obtenidas por los estudiantes en el grupo de control quienes aprendían en forma tradicional.
  • 39% de los alumnos del grupo experimental llegaron aprobados al examen final mientras que en el grupo de control tan solo del 21%.

En términos generales, los autores refieren que los resultados no fueron muy significativos, lo cual se pudo deber a que el examen final representaba el 20% de la calificación y, por lo tanto, se presentaron actitudes de relajamiento o desconcentración en quienes ya habían obtenido una calificación aprobatoria.

Estas reflexiones y aportaciones teóricas permiten tener una idea sobre el balance que se hace sobre las expectativas y limitaciones que se tienen sobre la tecnología educativa en tiempos de pandemia e incluso, sobre los alcances que en algunos casos se han logrado con este tipo de modalidad educativa en instituciones educativas de alto prestigio y con la infraestructura idónea para tal efecto.

Con base en lo anterior, se hace necesario el planteamiento de una perspectiva teórica que permita dar luz a las posibilidades reales de la virtualización educativa y sobre todo, cuáles deberían ser los usos que se le pueden dar desde la postura de la Educación Popular para el desarrollo del pensamiento crítico.

Perspectiva teórica

Para Bonilla-Molina (2020a) la escuela es un espacio para el desarrollo de la educación integral y para cumplir con este propósito de hace necesario reformarla. En este sentido, la prioridad son las escuelas encargadas de la formación docente, alimentadoras de la máquina capitalista, toda vez que forman administradores del currículo con funciones de supervisión y fiscalización.

El autor señala que la escuela como máquina capitalista ha fracasado al resolver los problemas de desigualdad social, por lo que es insostenible continuar utilizándola con fines de control de los sujetos de aprendizaje.

Por su parte, Huerta (2020) refiere que las escuelas no son solo lugares para aprender a leer, escribir y hacer matemáticas, sino que en estos se debe aprender a ser activistas por la justicia social. También considera importante que se puedan ofrecer elementos para la formación docente sobre el desarrollo del pensamiento crítico y el despliegue de la praxis respectiva.

Bonilla-Molina (2020b) considera que la virtualización educativa tiene como pretensión la eliminación de los recesos que son tan necesarios para reflexionar sobre el propio ser y hacer de la práctica educativa, para el esparcimiento y el encuentro con la familia.

Estos cambios implican el planteamiento de alternativas contrahegemónicas al capitalismo cognitivo del siglo XXI que se basan en teorías del capital humano y de las competencias. en este sentido, se hace necesario conceptualizar el pensamiento crítico porque su desarrollo en el aula debe permitir el desarrollo integral de la comunidad estudiantil.

Martínez-Escarcega (2020) enfatiza que la práctica del educador debe ser predominantemente política y, en consecuencia, enfocar todo su trabajo y esfuerzo en conseguir que la educación sea un acto político con sentido ético, esto significa quitarse la idea de que el marxismo es la única perspectiva teórica, ya que de no hacerlo se estaría adoctrinando a las personas.

El autor argumenta que Marx tenía la pretensión de liberar al ser humano de las nuevas formas de esclavitud. Por el contrario, el pensamiento crítico no sabe lo que quiere y desde una perspectiva de lo complejo, se debe considera que el mundo diferente al que se aspira deberá ser producto de lo dialógico, es decir, una construcción de todos y no de uno sólo.

Ahonda sus reflexiones en cuanto al pensamiento de Freire a quien concibe como un cristiano pacifista y puntualiza que tampoco debe ser el único pensamiento que prevalezca en la búsqueda de la conformación del pensamiento crítico. De forma complementaria, Martínez-Escarcega (2020) refiere que la educación popular tiene un papel destacado para lograr su propósito, a saber:

  1. Problematiza para transformar condiciones y situaciones injustas y opresoras que impiden la vida digna de las personas y comunidades.
  2. Sus perspectivas políticas son emancipadoras (anti-capitalistas, ecologistas, feministas, decoloniales, interculturales, …).
  3. Reconoce a los estudiantes y educadores como sujetos (personas y colectivos).
  4. Contribuye a la formación de conciencia, pensamiento y subjetividades críticas.
  5. Utiliza metodologías y didácticas, contextuales, dialógicas, participativas, inter-activas que articulan, acción, conocimiento y emocionalidad.

Por su parte, Mejía (2020) señala que son muchas educaciones populares y no sólo una, todas en constante construcción. Se les define por la condición ética política y, por ende, su pretensión es la transformación de las condiciones de dominación, exclusión y abandono.

El autor, puntualiza que los seres humanos son diferentes, por lo que plantea de forma alternativa un horizonte ético, es decir, se opone a lo patriarcal, a lo colonial y al clasismo. Establece mediaciones como el diálogo de saberes y la interculturalidad; no obstante, requiere la confrontación y la conversación para construir proyectos de transformación social.

Argumenta que estamos viviendo un cambio de época, es decir, estamos transitando de la tercera a la cuarta Revolución Industrial. En este sentido, se debe considerar que las tecnologías convergentes funcionan en la Física cuántica o en la Microbiología, por tal razón, sugiere algunas pistas que pueden ser estudiadas en el marco de la Cuarta transformación de la vida, a saber:

  1. a) Conocimiento, información y tecnologías de la inteligencia artificial. En este sentido, debe coexistir una integralidad entre lo humano y el conocimiento e incluso, una valoración flexible del aprendizaje entre teoría y práctica
  2. b) Nuevos lenguajes de la tecnología. Su propósito es la construcción de un lenguaje muy diverso e incluyente para nuevas culturas.
  3. c) Innovación. Se debe distinguir del emprendimiento, pues le quita el aspecto político y se promueve lo miserable del capitalismo cognitivo. Además, la necro política incide en el patrón de acumulación económica
  4. d) Comunicación y currículo disciplinario. Se debe estudiar el discurso del capitalismo cognitivo para comprender su fundamento antropocéntrico, colonial, racista y patriarcal. Indudablemente, la disputa es contra la producción con fines de explotación laboral, por lo que se debe cambiar el enfoque de las competencias por capacidades ya que estas últimas se encuentran más cercanas a lo humano.
  5. e) Cultura del trabajo colaborativo. El conocimiento es de comunidades interdisciplinarias y transdiciplinarias. Por ejemplo, los premios nobeles se han otorgado en forma conjunta.

Mejía (2020) refiere que la crisis sanitaria puso en evidencia la crisis educativa, misma que se quiso ocultar con la virtualización educativa. La causa principal fue el efecto ideológico de las teorías del capital humano y de las competencias como única alternativa. En suma, la virtualización educativa ha visibilizado lo invisible.

Agrega que la realidad virtual se soporta a través de imágenes, pero esto no significa que la educación digital se reduzca a dar un seminario con zoom o meet. Se deben construir nuevas mediaciones, reinventar el mundo y la escuela. El maestro debe hacer política de la pedagogía, construyendo alianzas con los padres de familia.

El autor refiere que nativos de redes sociales no es lo mismo que nativos digitales, los primeros sólo son consumidores de información, por lo que es menester desintoxicar a la juventud de ahora de las redes sociales y que la comunidad docente no asuma el papel de modernizadores del capitalismo con tecnología, sino que utilice la tecnología para la transformación social.

Enfoque metodológico

Torres (2020) enfatiza que la investigación social debe instituir el cuestionamiento de las injusticias y de la opresión social, de tal manera que se pueda responder a las necesidades de los más vulnerables. Hasta ahora lo que se ha visto es la subordinación al sistema capitalista, colonial y patriarcal, carente de toda visión política con sentido ético.

Además, en toda investigación, se debe asumir que el investigador produce conocimientos en un diálogo de saberes, esto implica la consideración como sujetos en lugar de objetos tanto a los investigadores como a los investigados, por ser estos últimos, poseedores de saberes.

Sin duda que, la investigación educativa debe dar fundamento a toda idea o intento de transformar la realidad social. Las prácticas educativas deben incorporar tanto las experiencias como las teorías, toda vez que la praxis le permite al profesor comprender la realidad educativa en la que se desenvuelve para que pueda incidir en la transformación social.

Torres (2020) propone algunos principios metodológicos que deberían ser considerados o tomados en cuenta cuando se lleva a cabo una investigación participativa en el contexto latinoamericano y en el marco de las pedagogías críticas y las educaciones populares:

  • Asumir de manera auténtica el compromiso de transformar la realidad de los sujetos populares con quienes dialoga.
  • Sensibilizarse ante los problemas que viven los sujetos investigados para que, en el diálogo de saberes, puedan disponer de otros elementos que les permitan dar respuesta a sus problemas.
  • Reconocer saberes, sentires y pensares. Esto significa que el investigador debe ser empático con los sujetos investigados y sobre todo, respetar sus posturas, pues son ellos quienes han padecido los estragos de las condiciones de desigualdad y pobreza en la que el Estado los tiene inmersos.
  • Asumir una posición liberadora y emancipadora libre de todo tipo de dogmas.
  • Llevar a cabo la investigación participante debido a que también influyen las creencias y las vivencias del propio investigador, esto implica que se incluya la auto investigación, la reflexividad y el control colectivo.
  • Reconocer que las técnicas de investigación cuando son sencillas también permiten la recolección y análisis de información, su validez no se encuentra en su grado de dificultad ni necesariamente tienen que apegarse al método científico.
  • Considerar al informante con sentido de igualdad y pertenencia, dado que el investigador se realimenta de los propios hallazgos y es en ese momento cuando se presenta una devolución sistemática, dialogo y comunicación simétrica.

Por su parte, Camacho (2020) describe las características de una metodología enmarcada en la teoría fundamentada cuya didáctica debe ser con enfoque crítico para construir educación propia y sistematizar las experiencias. Como resultado de sus hallazgos pudo dar cuenta de resistencias que son manifestadas por los distintos sujetos que intervienen en el proceso educativo.

En este sentido, enfatiza que una primera dificultad a la que se enfrentó fue que el alumno está condicionado a ser enseñado y se niega a documentarse para informarse. Otra de las dificultades a las que se enfrentó fueron las resistencias que los maestros ponen de manifiesto para desarrollar su proceso de enseñanza, mismas que se describen a continuación:

  1. a) Racionalidad instrumental. Se niegan a abandonar el libro de texto o a planificar sin los programas de estudio.
  2. b) Fragmentación del conocimiento en disciplinas. Tienen la creencia y el mito de que el conocimiento es universal, es decir, prevalece su visión eurocéntrica.
  3. c) Baja expectativa sobre las capacidades de los estudiantes. Consideran demasiado complicado que la comunidad estudiantil pueda aprender bajo las condiciones que institucionalmente son normalizadas.

Para contrarrestar estas dificultades, la autora junto con sus colegas, propusieron un elemento clave para lograr el cambio en el marco de una educación alternativa, tal es el caso de un tópico generador, conceptualizado como una idea que desequilibre lo que se sabe de algo y movilice o detona la heurística del aprendizaje en términos de la contradicción (explícita o implícitamente).

El tópico debe ser abarcador y considera al aprendizaje crítico como disruptivo y transdisciplinario para preservar la vida en el marco de una cultura hibrida. En este sentido, permitieron a la comunidad estudiantil elegir libremente un tema y desarrollarlo en ambientes de colaboración, haciendo uso de sus conocimientos previos y mediante la búsqueda de información fidedigna.

De forma complementaria, la perspectiva tomó en cuenta que la evaluación es un proceso formativo de cavilación que debe tomar en cuenta la respuesta a las preguntas siguientes: ¿qué se aprendió? ¿para qué aprende? ¿cómo aprende? Esto implica una deliberación argumentativa de lo que ha realizado el estudiante.

La experiencia con la virtualización educativa: la voz de los estudiantes

Durante la contingencia sanitaria se propusieron diversas actividades en forma virtual para dar continuidad al proceso de aprendizaje de las matemáticas de estudiantes de bachillerato general del municipio de Chicoloapan, Estado de México; de igual manera, se utilizaron distintos medios de comunicación para establecer contacto con la comunidad estudiantil.

Las actividades propuestas se apegaron a los contenidos que se estaban tratando antes de iniciado el confinamiento. Se les pidió la entrega de una actividad por semana y la contestación de cuatro cuestionarios. El primero tuvo la finalidad de mejorar la calificación del primer parcial que se había concluido antes de iniciada la contingencia sanitaria.

Luego de doce semanas de trabajo continuo, se pidió a los estudiantes que manifestaran su opinión respecto a los recursos de internet que fueron utilizados para mantener comunicación. De modo específico, se les solicito que de forma complementaria a una actividad extra que se les propuso con el uso de juegos de azar disponibles en internet, describieran su experiencia con cada uno de los recursos y enunciaran algunas propuestas para mejorar la práctica educativa.

Este cuestionamiento, tenía dos intenciones: por un lado, que se pudiera conocer el sentir y pensar de cada uno de los integrantes de la comunidad estudiantil ante la virtualización educativa debido a la contingencia sanitaria y, por el otro, valorar su impacto con fines de mejorar la praxis en caso de que la pandemia se prolongara o incluso, de forma posterior a la pandemia.

Debido a que se requería disponer de conexión a internet, la actividad fue opcional y con valor de hasta un punto extra para su calificación final. La actividad citada fue enviada por cuarenta estudiantes de un total de doscientos, pero sólo se tomaron en cuenta las respuestas de treinta y dos estudiantes dado que se pudieron identificar respuestas repetidas en el caso de las ocho restantes.

Como se indicó en párrafos precedentes, las actividades de aprendizaje retomaban de forma predominante los temas que ya se habían visto antes de iniciada la contingencia, cuya finalidad era su reafirmación para avanzar gradualmente al estudio de otros, siempre relacionando con lo aprendido.

En la secuencia didáctica, en principio, se movilizaban los conocimientos previos de los estudiantes; después, se sugería la visualización de videos en YouTube y finalmente, se proponía la resolución de otros casos para evaluar el aprendizaje. A este respecto, veinte estudiantes manifestaron su aceptación y doce su rechazo.

En el caso de los videos de YouTube, veintiún estudiantes manifestaron que fueron favorecidos y once que no les ayudó. Mientras que, para el caso de los interactivos de internet, la mitad manifestó su aceptación y la otra mitad, su desacuerdo.

Cabe señalar que los interactivos recomendados tenían como finalidad que los estudiantes pudieran explorar las propiedades de las funciones en forma gráfica. Por su parte, los cuestionarios en línea fueron avalados por doce estudiantes y rechazados por veinte.

Se utilizó un micrositio de Google para mantener comunicación con los estudiantes (treinta lo consideraron adecuado y sólo dos dijeron lo contrario), el cual ya era del conocimiento de los estudiantes desde que inicio el ciclo escolar.

Adicionalmente, se creó una página de Facebook para subir la actividad semanal y sobre todo para que la comunidad estudiantil estuviera informada haciendo uso de su teléfono sin necesidad de salir de su casa. En este sentido, veinticuatro lo consideraron de mucha ayuda y ocho opinaron lo contrario.

Adicionalmente, se les pidieron comentarios generales para que manifestarán en forma libre, su sentir sobre la experiencia que tuvieron con la virtualización educativa a causa del confinamiento voluntario. Tal petición se enmarcaba en la indicación inicial de mejorar la práctica educativa en función del uso que hicieron con los medios de comunicación.

Al igual que, como sucedió en muchos lugares de la República Mexicana, hubo quienes manifestaron de manera implícita o explícita las inconformidades que les había ocasionado el trabajo escolar a distancia. Muy parecido a una investigación periodística que se había publicado en un periódico de circulación nacional (Educación en línea, llena de obstáculos).

E5: Uno como alumno investiga por su cuenta y adquiera un poco más de conocimiento, los videos de YouTube me parecen una forma fácil de enseñar ya que es un lugar donde todos no la pasamos. A mí me pareció que se excedían en trabajos y tareas.

E7: Pues esto va para largo, las “clases en línea” es mandar trabajos sin explicar el tema, es un medio para que los estudiantes puedan seguir aprendiendo pues lo único que existe. Es complicado, es difícil organizarse bien, las actividades con fechas distintas y diferentes horas.

E19: En lo personal casi no me gustó esta manera de enseñar en línea ya que casi muchos de nosotros no aprendimos como cuando tienes clases normales, porque así el profesor nos aclara nuestras dudas y nos la repite otra vez para que quede claro el tema.

En los comentarios generales proporcionados, se podía identificar la dependencia al maestro que suele ocurrir en el aula física. A continuación, se muestran algunos ejemplos de este tipo de manifestaciones, se destaca el caso de E4 que, de forma adicional, externó la falta de concentración debido a la crisis sanitaria y económica.

E1: Pues fue un buen intento de clases en línea ya que no entendimos muchas cosas como en las clases presenciales ya que ahí el profesor nos explica una y otra vez hasta aclarar todas nuestras dudas …

E2: Sin duda es más complicado estudiar y llevar a cabo tus actividades en línea, ya que no cuentas con esa asistencia de un profesor que te pueda explicar detalle a detalle.

E4: Es demasiado complicado estudiar así para empezar de ver videos te quedas con varias dudas y no hay quien te las resuelva, me parecieron complicados porque aun así no entendía o no explicaba lo suficiente. Además, con esta crisis es difícil concentrare para poder realizar las tareas.

También hubo comentarios que reconocían las oportunidades de aprendizaje que se les habían brindado habían sido las adecuadas, pero al mismo tiempo, también manifestaban un posicionamiento de solidaridad para aquellas (os) compañeras (os) que carecieron de conectividad o de los recursos necesarios para realizar los trabajos solicitados.

E11: Durante esta cuarentena fue muy cómodo trabajar con su micrositio y su página de Facebook, son buenas herramientas de divulgación que sin duda recomiendo seguir utilizando durante los ciclos escolares que vienen.

Como propuesta seria buscar la forma de apoyar a aquellos compañeros que por diversas situaciones no pueden tener acceso a internet o poder realizar las tareas por situaciones externas a él, también determinar un listado de sitios web para la realización de tareas y búsquedas de información.

Hubo casos que también aludieron, a título personal, a las complicaciones que se generaron para ellos, simplemente por carecer de los recursos tecnológicos

E32: Fue dinámico, pero es algo estresante ya que no todos tenemos las herramientas necesarias, es mucho más entretenido en físico.

E35: Mi comentario de esta contingencia y como estamos trabajando yo siento que es algo incompleto ya que no sé cómo hacer algunos documentos… en mi casa no tengo las posibilidades de Internet no tengo ni computadora entonces se me complica lo único que si estoy dispuesta a entregar todo y hacer mucho esfuerzo.

Una situación que no se puede negar es el hecho de que hubo quienes reconocieron de forma indirecta la falta de honestidad y compromiso con su propio (o ajeno) desempeño académico; principalmente, mediante los exámenes que se aplicaron en línea. En este sentido, se debe señalar que es una debilidad de la virtualización educativa.

E17: Realizar exámenes en línea me parece una buena opción, pero es fácil distraerse y es sencillo copiar. Por lo que los resultados no pueden ser fidedignos.

En menor medida, hubo dos estudiantes quienes pidieron la impartición de clases en línea o previamente grabadas, pues de esa manera podían compensar el apoyo que recibían en forma presencial antes de iniciada la contingencia.

E34: Que de vez en cuando mande clase en video o que de clase en línea como algunos otros maestros. Los trabajos que entregamos son temas de la rúbrica, pero es mejor aprender físicamente.

A modo de conclusiones

Es indudable que esta experiencia educativa ocasionada por la pandemia del COVID 19, debe servir de punto de partida no sólo para la continuidad de la educación en línea que se avizoraba para el inicio del ciclo escolar 2020-2021 sino también para que se puedan realizar los ajustes correspondientes.

Es urgente que los gobiernos locales y federal puedan dar todos los apoyos para que estudiantes y docentes puedan desempeñarse disponer de las condiciones mínimas.

Uno de los aspectos que debe garantizar la parte gubernamental es la conectividad para todos los mexicanos independientemente de que haya o no confinamiento, sólo así se podrán contrarrestar la desigualdad social.

Estipulación de reglas claras para la evaluación de los aprendizajes desde antes de iniciado el ciclo escolar 2020-2021 con la intención de que se cuidara la dignidad del magisterio, aunque lo más recomendable es que se suspendiera la evaluación con fines de acreditación en tanto la virtualización educativa se mantuviera.

Instrumentar acciones tendientes al verdadero acompañamiento pedagógico en el marco de una flexibilidad curricular versus fiscalización educativa. Sin duda que el compromiso de estudiantes y docentes depende en gran medida del nivel de responsabilidad y formalidad que emana de las autoridades educativas.

Referencias

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Fuente: El autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación

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Tesis: Educarse y educar, tarea difícil y maravillosa

Reseña: El presente texto lo he dividido en tres capítulos, el primero se refiere a nuestro sentido del trabajo pedagógico, al aprendizaje significativo, a la mediación en las relaciones presenciales en el aula de clase, al aprender de manera activa en la universidad y finalmente al proceso de evaluación. El segundo capítulo hace referencia a las nuevas tecnologías y los medios de comunicación y su utilidad en la educación universitaria, abordando temas como la mediación pedagógica de las tecnologías y el aprender y desaprender de los medios; finalmente, el tercer capítulo trata sobre los jóvenes, como los percibimos, como ellos se perciben y a la violencia generada en su entorno, por último hago constar algunas conclusiones.

Main Author: Cordero Palacios, Fernando
Other Authors: Quintuña Alvarez, Jorge
Format: Tesis de Maestría
Published: Universidad del Azuay2014

Fuente: http://dspace.uazuay.edu.ec/handle/datos/3382

Descargar en: http://dspace.uazuay.edu.ec/bitstream/datos/3382/1/09309.pdf

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Texto: Una Didáctica Activa

Reseña: Este texto paralelo se conforma de diez capítulos, el primero analiza una pedagogía con sentido, invitando a cambiar la enseñanza tradicional; el segundo demuestra una alternativa para mediar en las relaciones presenciales; el siguiente hace referencia a la evaluación, aspecto muy delicado y esencial para saber si la institución, docentes y estudiantes están avanzando por el camino adecuado; se continúa con un análisis sobre aprender y desaprender los medios, luego se realiza un análisis en torno a la violencia y se concluye analizando a los estudiantes posmodernos, puntos fundamentales para realizar el trabajo docente de una manera activa y efectiva.

Main Author: Romero Romero, María de Lourdes
Other Authors: Quintuña Alvarez, Jorge
Format: Tesis de Maestría
Published: Universidad del Azuay2014

Fuente: http://dspace.uazuay.edu.ec/handle/datos/3392

Descargar: http://dspace.uazuay.edu.ec/bitstream/datos/3392/1/09322.pdf

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Pongámonos serios ¿Educación virtual en casa?

La pandemia

La actual crisis del capitalismo estaba en curso antes de aparecer la pandemia del COVID-19. La voracidad del capital ha profundizado a niveles extremos las desigualdades. El más reciente Informe de Oxfam titulado “Tiempo para el cuidado” (2020) se precisa que los 2153 milmillonarios existentes en el planeta concentran más riqueza que el 60% de la población, es decir, 4.600 millones de seres humanos. En nuestra región, América Latina y el Caribe, el 20% de la población concentra el 83% de la riqueza, pasando de 27 a 104 milmillonarios, muchos de ellos producto de la corrupción política, pero otro tanto de la sobre explotación laboral y la especulación, tanto financiera como en el consumo cotidiano.

En el 2019, antes de la aparición del COVID-19 66 millones de personas vivían en el borde inferior de la pobreza extrema, mientras más de 1.300 millones de personas no tenían acceso a la electricidad. Por otra parte, 12.500 millones de horas de trabajo no remuneradas de las mujeres evidenciaban que el patriarcado es la ideología del capitalismo en las relaciones personales y familiares.

En otros informes Oxfam venía precisando que el 1% de los más milmillonarios del planeta poseían el doble de las riquezas que 6.900 millones de personas, mientras la mitad de la población vive con menos de 5,50 dólares al día. En materia educativa las cifras son escalofriantes, 258 millones de niños y niñas no van a la escuela, siendo las niñas las más afectadas. Los más viejos y viejas, quienes habían entregado sus vidas al mundo del trabajo comienzan a ser acusados por el FMI de ser una carga insoportable para los presupuestos públicos.  En Venezuela producto del criminal bloqueo norteamericano y de errores estratégicos en el manejo de la economía rentista, se ha pulverizado el salario, siendo menos de 20 dólares mensuales el sueldo de un docente; los programas sociales ayudan a mitigar la dramática crisis en el plano alimentario, pero los efectos de la destrucción del poder adquisitivo del salario son multifactoriales.

En ese contexto de crisis financiera y sobreexplotación, de marginalidad y desigualdades brutales, el capitalismo trasnacional comienza a diseñar una reelaboración del modo de producción con la incorporación de los productos de la aceleración de la innovación científico tecnológica; China, Rusia y Estados Unidos encabezan las iniciativas del capital global en esta materia.

Desde su anuncio en 2011 en Hannover, Alemania, se inicia la transición a la cuarta revolución industrial. El desarrollo del modelo de fábricas 4.0. procura sustituir buena parte de la mano de obra industrial, desaparecer a una parte importante del proletariado fabril, disminuir a su mínima expresión los compromisos de empleo remunerado, generando un modelo de auto agenciamiento del empleo, en buena parte relocalizado en maquilas y en la casa, forzando la constitución de un nuevo tipo de trabajadores.

Se habla de que, así como hoy, en una sociedad mundial que ronda los 8 mil millones personas, el capitalismo funciona con 3.300 millones de empleos, de los cuales solo 1.300 de millones son empleos estables, podrían pasarse a un modelo de producción capitalista con menos de la mitad de empleos formales existentes actualmente.  Desde esta lógica criminal pareciera sostenerse la ecuación que permite seguir siendo más ricos a los ricos, más pobres a los trabajadores y produciendo una concentración creciente de las riquezas, con tan solo la mitad de la población actualmente activa.

Esto está dando pie al emerger de un neo maltusianismo que se muestra a través del complejo industrial cultural, pero también en la forma como se presentan los efectos de la cuarentena preventiva del Coronavirus. La última producción de la saga de los Avengeres (2019), nos mostró a un Thanus, que planteaba que la solución al caos ecológico no era la destrucción del sistema capitalista, sino la desaparición rápida de la mitad de la población mundial; ello construye ideología, imaginarios y narrativas en los niños y jóvenes, mientras la izquierda pedagógica lo desestima como simple entretenimiento. Algo similar está ocurriendo con la pandemia y la cuarentena; ahora se comienza a decir que el encierro en casa está disminuyendo las emisiones de CO2, bajando los niveles de contaminación global, que los indicadores de violencia están cayendo, pareciera entonces que los problemas son el manejo de la “sobrepoblación”, la culpa es de la gente, por lo tanto, debe recluirse en sus casas o peor aún desparecer.

Los más afectados por la pandemia son los pobres sin agua, luz, accesos a trabajos estables y posibilidades de comprar alimentos, los marginados del acceso a los servicios de salud, los campesinos que ahora tienen que vender más barata su producción porque se redoblan las dificultades para sacar las cargas, los y las trabajadores informales, los obreros que son despedidos por la baja de producción o el cierre de las fábricas.  El Coronavirus ha mostrado las desigualdades existentes, una de ellas de acceso al internet, computadoras, teléfonos inteligentes, contenidos educativos y sobre todo a las capacidades para trabajar con el mundo digital en el aula.

El COVID-19 es el estado de sitio planetario que construye las condiciones de posibilidad para una reingeniería social sin precedentes, que abra paso a la cuarta revolución industrial y que constituye el régimen de gobernabilidad que requiere el capital en la actualidad, autoritario, destructor de la sociabilidad, con la intención de disminuir costos sociales y conjurar los riesgos de revueltas.  Una de las operaciones que se está llevando a escala planetaria es la redefinición del papel de los sistemas escolares, la profesión docente y los centros de formación de educadores; algo que ya se había iniciado en los ochenta del siglo XX.

 

El neoliberalismo y la sociedad educadora

Desde el desembarco del neoliberalismo, la destrucción de lo público ha sido una de sus metas. Para lograr sus fines, al interior de los sistemas escolares se instauró la cultura evaluativa (pruebas estandarizadas, institucionalizar los institutos nacionales de evaluación muchos de ellos vinculados al LLECE-UNESCO), presionó para definir calidad  y pertinencia como indicadores deseados de éxito y logro escolar, los cuales destruían la autonomía de los centros educativos, despedagogizaban el ejercicio profesional y abrían paso a la noción de crisis educativa permanente, necesaria para destruir la educación pública.

La cobertura escolar dejó de ser para que los pueblos aprendieran lo nuevo, para democratizar el conocimiento, y poco a poco se fue imponiendo la visión de las instituciones educativas como espacios de contención social[1], estrechamente asociada al mundo del trabajo. Las escuelas, liceos y universidades se fueron transformando en guarderías para los hijos de los trabajadores, en las cuales el aprendizaje era secundario; ello se correspondía al modelo fabril, de empleo y gobernanza de la primera y segunda revolución industrial. La tercera revolución industrial generó una onda telúrica constante de transformación, que sentó las bases para el giro radical de 180 grados que requiere la cuarta revolución industrial, impactando incluso la relocalización del antiguo modelo de contención.

El paradigma neoliberal desembarcó con narrativas que parecían trabalenguas, que eran fragmentos del espejo roto del ideal educativo liberal. Las sucesivas reformas educativas, una detrás de la otra, iniciadas sin haber culminado las “operaciones” de políticas públicas formuladas en las anteriores, servían para fortalecer la idea de crisis educativa permanente y de los sistemas escolares.

Esto no era una agenda exclusiva de la derecha política, incluso buena parte de las políticas educativas impulsadas por el “progresismo” en América latina tuvieron estas características. La carencia de un auténtico debate político pedagógico de fondo sobre la orientación de la educación pública en el marco de la tercera revolución industrial, convirtió a la inclusión, a la ampliación de la cobertura, en una política remedial a la crisis social del capitalismo del siglo XXI, en un significante vacío, qué si bien disminuía el impacto de la miseria, no construía posibilidades reales para un proyecto colectivo liberador, para un cambio radical en los albores de la cuarta revolución industrial. Se pensó en una transformación en clave de primera y segunda revolución industrial, sin percatarse que el mundo estaba ya en la tercera revolución industrial.

A nivel de la opinión pública el neoliberalismo propagó la idea de la sociedad educadora, que no era otra cosa que la intención de transferir progresivamente las responsabilidades de los Estados con la educación pública, a las familias, a los ciudadanos. Para ello convirtieron en funcionales conceptos como co-responsabilidad, participación ciudadana, democracia social, entre otros.

La idea de sociedad educadora se presentaba con el “atractivo” de colocar en manos de las familias el desarrollo curricular, la elección de los directivos, la vigilancia y administración del presupuesto educativo de las escuelas y universidades. Muchos de los llamados proyectos educativos de plantel derivaron en una progresiva transferencia de la carga económica de la escuela sobre los hombros de la familia; la compra de materiales de limpieza, la cuotas de inscripción en escuelas públicas y las ayudas mensuales para el sostenimiento de infraestructura, los comedores escolares terciarizados y las madres elaboradoras de alimentos sub pagados y sin protección social, las tareas en casa que comportaban la compra de materiales para realizar las actividades que no se podían hacer en la escuela por falta de dotación, todo ello formaba parte del paquete de la sociedad educadora.

Claro está, todo ello eso se orientaba a construir las bases mínimas para la transición a un modelo de autogestión social, que transfería las competencias y responsabilidades públicas del Estado al sector privado, con la careta de transferencia a las familias. Eso se hacía con un lenguaje de derechas, pero también de “izquierdas”.

En la medida que se producía desinversión en la educación pública se transferían muchas de las anteriores responsabilidades de los Estados a los ciudadanos. La desinversión se hizo notoria, primero, en la dotación de equipos y materiales; cada vez eran menos las áreas en las cuales los gobiernos proveían a las escuelas y universidades, y cada vez mayores aquellas que le correspondían a las familias y los propios estudiantes.

Se luchó y resistió, en algunos lugares con mejores resultados que en otros. Cuando nos “acostumbramos” y pensamos que nada podría ser peor, vino la desinversión en planta física, que generaba un deterioro permanente de las instalaciones, a la par que se desaceleraba de manera dramática la construcción de nuevas edificaciones escolares. En muchos lugares las familias asumieron el cuido y mantenimiento de instalaciones educativas, en otras el deterioro de lo público se publicitaba en contraste con lo que ocurría en algunas escuelas y universidades privadas.

Obtener una titulación ya no era algo que se buscaba en lo público, sino para un número cada vez más creciente era una mercancía, los títulos había que pagarlos. La desinversión tenía un correlato en la precarización de los salarios docentes. La escuela se fue convirtiendo en una especie de museo, que mostraba “lo viejo” y donde lo nuevo no tenía acogida.

La mayoría de escuelas no cuentan con conexión internet, ni computadoras, los contenidos educativos digitales le son ajenos. En muchos países la dotación de computadoras se hizo a los estudiantes, no a las escuelas ni a los docentes, lo cual mostraba como el paradigma de la sociedad educadora se abría paso; en algunos casos los estudiantes tenían computadora para poder desarrollar el modelo de educación virtual en casa, mientras lo público, la escuela, se convertía en un espacio ajeno a lo tecnológico.

El paradigma neoliberal de la sociedad educadora adquirió nuevos derroteros, nuevas expresiones impensadas. La escuela enseñaba a sembrar como en el siglo XIX, en un modo ajeno al desarrollo científico tecnológico, lo ancestral se convirtió en opuesto a lo nuevo, como si la tradición y la innovación no pudieran conseguir espacios de encuentro. Mientras esto ocurría, en la casa la sociedad de la información les permitía a los jóvenes una aproximación a lo nuevo, a lo actual, sin intermediaciones ni posibilidades de conectar la memoria histórica con el presente.

El paradigma neoliberal de la sociedad educadora se encargó de mostrar a la escuela como un lugar en plena obsolescencia. Por ello, las reformas educativas y especialmente las curriculares eran un ejercicio de “Sísifo”. La escuela enseñaba la física y la química de la primera y segunda revolución industrial, pero era incapaz de explicar el funcionamiento del control remoto, los video juegos, el microondas o el funcionamiento de la casi totalidad de artefactos que tenemos hoy en casa. La biología de Mendel no terminaba de abrirse a los desarrollos y conocimientos del genoma humano. La democracia en la escuela resultaba ser simple representación, no ejercicio cotidiano en las dinámicas pedagógicas y de la comunidad. En el mejor de los casos la democracia se convertía en participativa para lo pequeño, lo comunitario, no para la conducción de la política nacional y eso se evidenciaba en el plano escolar.

En ese contexto, en los últimos veinte años son numerosas las fundaciones y grupos vinculados a la lógica del mercado que promovieron y promueven la educación en casa: el sueño dorado del neoliberalismo educativo, del paradigma de la sociedad educadora. Estas corporaciones y fundaciones “filantrópicas” mundiales insisten en el hecho que las familias asuman por cuenta propia la responsabilidad de la educación y que los contenidos y evaluaciones de aprendizaje sean adquiridas a proveedores privados.

La educación en casa resume en políticas públicas la propuesta neoliberal de finales de la tercera revolución industrial. Eso está asociado a nuevas necesidades de formación profesional, contenidos y orientación que he analizado en otros artículos.

Por ello, hablar de educación en casa, cada familia una escuela, se convierte en la concreción discursiva del sueño dorado del neoliberalismo en su fase del siglo XXI. No se trata de una consigna transitoria, sino de una contribución a la construcción de hegemonía mundial sobre las limitaciones de la educación presencial. A los que luchamos por la educación pública nos está negado el derecho a la ignorancia supina. Si el neoliberalismo logra después de la pandemia construir hegemonía mundial sobre el ocaso de la educación presencial, el derecho a la educación estará en riesgo severo.

 

El derecho a la educación

El derecho a la educación no es solo una frase bonita, implica un conjunto de acciones que deben cumplir los Estados nacionales, se concreta en metas y temporalidad, se puede comparar regional y mundialmente mediante indicadores de logro.

Para que un país cumpla con las condiciones mínimas para garantizar el derecho a la educación deberá contar con un presupuesto nacional, regional y local permanentemente asignado para el sostenimiento de su sistema escolar, destinar e invertir por lo menos el 6% de su PIB en educación, poseer un ministerio o autoridad nacional que oriente y supervise lo educativo, contar con legislación educativa y un marco regulatorio al respecto, contar con instituciones de formación docente que estén actualizadas y se correspondan a los principios educativos nacionales, gozar de una red de escuelas y universidades en todo los territorios y en todos los lugares donde exista población, garantizar que las escuelas, liceos y universidades  estén debidamente equipados.

Pero una de las mayores exigencias para garantizar el derecho a la educación radica en garantizar que la educación que se imparte en escuelas, liceos y universidades se corresponda al conocimiento científico, humanista, artístico de actualidad y pueda enseñarlo en clave de utilidad social. Sueldos y salarios docentes dignos y justos son un requisito indispensable para fortalecer el desarrollo profesional de los y las docentes, como garantía de la mejor educación posible. Garantizar el derecho a la educación pasa por garantizar el equipamiento adecuado de las instituciones educativas, tanto en infraestructura tecnológica y contenidos para aprender a aprender.

Implica también una dimensión cualitativa asociada a la utilidad de lo educativo para construir pensamiento crítico, para aprender a aprender, para desarrollar autonomía en la toma de decisiones, elementos imprescindibles en la construcción democrática del siglo XXI. Solo con pensamiento crítico lo ético adquiere una dimensión consciente y se separa del plano moral o meramente ideológico. La solidaridad, el compromiso social y su relación con los proyectos personales/colectivos cuentan con la escuela cómo el lugar privilegiado para desarrollarse a plenitud.

Entonces el derecho a la educación es mucho más que el acceso a lo escolar en condiciones de dignidad, implica la posibilidad de que se constituya en el soporte del encuentro social, del dialogo, la tolerancia, el respeto por la diversidad, la aspiración a igualdad.  Por ello, el modelo de educación en casa, de universidad en la familia, aunque se alegue que es transicional, comporta una ruptura con el enfoque revolucionario del derecho a la educación. Cada casa una escuela constituye un enfoque del derecho a la educación limitado a la transmisión de conocimiento, abriendo paso a que lo transicional se convierta en permanente, abrirle las puertas desde las palabras al cenit del paradigma de la sociedad educadora.

La tentación que está surgiendo en muchos gobiernos es convertir buena parte de lo que hoy es eventual en cotidiano. Lo comienzan a presentar de buenas maneras como posibilidad de “no dejar a ningún estudiante atrás”, pero en realidad lo que se está operacionalizando es el Apagón Pedagógico Global, del cual tanto les he comentado en otros artículos.

 

Las condiciones materiales de la población en América Latina

El “Informe de UNESCO sobre la ciencia: hacia 2030” (2015) mostraba que en el 2008 el 23.13% de la población mundial tenía acceso a internet, mientras en el 2014 alcanzaba el 37,97%. Este crecimiento en la accesibilidad variaba según la región. En América Latina se había pasado del 27.09% al 47,59, es decir, casi uno de cada dos habitantes tenía acceso. Sin embargo, cuando observamos quiénes acceden se develan las enormes inequidades existentes en las sociedades. En su mayoría el acceso es urbano contra un casi nulo acceso en el campo, pero en las ciudades es la clase media y los profesionales quienes tienen mayor conectividad. La ciudad tiene periferias, barrios que reflejan toda la exclusión del sistema capitalista, incluido el acceso a la internet.  A eso se le suma el tipo de conexión a la que se accede y sus posibilidades de uso.

Un informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), conocido a mediados de 2018, indicó que en el caso de América Latina y el Caribe la penetración de la banda ancha en conexión fija ronda en el 10% y el de acceso móvil en 4G en 27%. La banda ancha es indispensable para mucha de la actividad audiovisual actual.  Un año después Global Digital (2019) señalaba que el 57% de la población mundial tenía acceso a internet en sus distintas modalidades; el 43% de rezago es el dato más relevante, nuevamente la exclusión centrada en el campo y las zonas populares de las ciudades.

El estudio de Global Digital muestran la importancia que le dan los usuarios al uso del internet. Respondiendo en el estudio citado a varias alternativas, los consultados nos muestran que se usa internet en un 92% para ver videos, 58% para la televisión en streaming, 30% para juegos en línea, 23% para ver jugar a otros y un 16% para ver partidos o eSports. Es decir, no existe una cultura del uso educativo de la internet.

Las redes sociales constituyen el otro componente importante del uso del internet. El documento 2020 de “We are Social y Hotsuite” titulado “Informe de Internet y redes Sociales” señaló un crecimiento exponencial en el uso de las redes sociales; 3.800 millones de personas usan las distintas redes sociales alrededor del mundo. Facebook lidera las preferencias con 1.950 millones de usuarios, seguida por YouTube, WhatsApp, Messenger e Instagram. Los dos datos nuevos son el crecimiento sostenido de Tik Tok (800.000) a nivel mundial y de WeChat en China.

El promedio mundial de tiempo diario destinado a las redes sociales es de dos horas y veinticuatro minutos. Esto último se refiere a la fracción del tiempo que se está conectado en las redes sociales que se le dedica a colocar información Vs el que usa para consumir información. Los datos de este estudio no diferencian entre consumo y producción de contenidos, pero la evidencia empírica muestra que se usa más para consumir y reproducir información que para crearla.

Muchos docentes solo son usuarios de Facebook, WhatsApp y en menor medida de Instagram, pero en su mayoría son consumidores de contenidos más que generadores.  Es decir, ven lo que otros postean, comparten contenidos generados por otres, pero no colocan contenidos propios en las redes sociales.

Recientemente hemos venido trabajando en un equipo de “alfabetización digital” a solicitud de varios gremios docentes de la región, y nos sorprende el enorme número de educadores que no solo no cuentan con ninguna red social, sino que tienen una resistencia y desprecio por ello. Esto tiene especial significación, porque contrasta con el significativo número de estudiantes que tienen acceso a las redes sociales y las usan de manera cotidiana. Esto genera problemas de diálogo generacional y de comunicación docente-alumnos, pues muestra en el aula narrativas e imaginarios diferenciados.

Muy pocos ministerios de educación y gremios tienen un inventario actualizado del número de docentes que tienen computadora en sus casas y conexión a internet. El gremio ASOPROF está iniciando una consulta a sus afiliados al respecto, mientras que la Federación de Maestros de Puerto Rico señala que solo un 65% de los docentes tienen condiciones para ir a un modelo de educación virtual, de educación en casa. Este porcentaje se incrementa en los estudiantes, con el añadido que cuando hay computadora en casa con conexión es una sola y allí varios son estudiantes, docentes o quienes están siendo empujados al teletrabajo, lo cual crea una disputa sobre el uso de los equipos, priorizando el tema de los ingresos familiares.

Los datos publicados por Domingo Chambers[2] (2020) señalan que en ciudades y países con alto perfil tecnológico como Hong Kong solo 40 de cada 100 habitantes cuentan con una computadora personal, mientras que en Canadá la cifra llega a 42, en Luxemburgo a 46, Australia 47, Singapur 48, Bermuda 48, Noruega 49, Dinamarca 51, Suecia 51, Estados Unidos 57, Suiza 65. Este estudio no precisa si se descartan las casas que tienen más de una computadora y si es así el porcentaje bajaría. ¿Es que estamos pensando que los números son mejores en América Latina? ¿Con esos números pareciera viable un modelo de educación en casa que garantice el derecho a la educación para todos y todas?

Por otra parte, los docentes casi nunca han recibido formación para trabajar con modelos de educación virtual. La poca formación que en algunos casos han recibido es para trabajar con Word, power point, Excel, entre otras. Es decir, cuando se decide dar el giro drástico para el modelo de educación en casa, la autogestión del aprendizaje del docente, ello muestra la hegemonía del paradigma de sociedad educadora del capitalismo neoliberal, pero no necesariamente que sea posible lograrlo en el corto plazo.  A ello se le adiciona el drama de los contenidos digitales, la escasez de los mismos y la localización de los mismos fundamentalmente en plataformas privadas, que tienen una lógica mercantil de acceso; muchas de estas plataformas se han abierto de manera gratuita en la contingencia de la pandemia, pero ello procura copar el mercado educativo en casa y potenciar la construcción de hegemonía sobre este modelo educativo.

Ante este panorama, lanzar una propuesta de educación en casa, es una forma de neo privatizar la educación. En la práctica la mayoría de estudiantes quedaran fuera de esta dinámica, mientras muchos docentes estarán rezagados. Esto tendrá un efecto terrible, que no puede ser encubierto por propaganda con frases “incluyentes”.

Entonces ¿tú quieres que me coma el tigre?, como decimos en Venezuela. Por supuesto que tenemos que establecer estrategias para evitar el rezago y la perdida de continuidad educativa.  Pero las estrategias tienen que corresponderse a lo que tenemos y no a lo ideal, a nuestras posibilidades reales y no a nuestros deseos, a los intereses de la educación pública presencial científica, popular y no a los intereses del mercado.  En las alternativas expondremos algunas ideas al respecto.  Los gobiernos tendrán que aceptar que se les caiga la careta y quedar en evidencia ante los pueblos por su falta de capacidad y preocupación por la actualización tecnológica de los sistemas escolares.

 

¿Qué está ocurriendo en las casas como escuelas en este periodo de cuarentena por la pandemia del COVID-19?

Las familias, constituidas en su mayoría por trabajadores y trabajadoras están siendo los más afectados(as) por la cuarentena.  Más del 60% de la población mundial vive del trabajo informal, 34% de en situación de trabajo informal muy precario e inestable. De la noche a la mañana sus fuentes de ingreso se ven afectados y deben estar confinados en casa, con sus hijos y familiares dependientes.

La noción de educación que se impuso para muchas familias era que los aprendizajes constituían responsabilidad de la escuela y que las instituciones tenían un rol de contención, mientras ellos trabajaban. De “golpe y porrazo” se les dice que deben convertirse en las acompañantes del trabajo escolar en casa, se les entregan módulos o se les envían tareas por el correo. En muchas casas, además de la comida escasea el internet y, no se tiene idea de cómo acceder a contenidos educativos de calidad, en una red que tiene abundante información basura.

La inexperiencia en un modelo de educación en casa, está haciendo que se envíen tareas a los estudiantes cuyo cumplimiento abarca siete y ocho horas de trabajo escolar diario, jornada imposible de acompañar por unos padres que en su mayoría están en modo de sobrevivencia.  Los maestros enviamos tareas, pero nos cuesta enviar videos explicando las clases porque no tenemos experiencia, ni habilidad para grabar y porque el miedo escénico en esta nueva modalidad paraliza.

Se está generando el caos necesario para el pleno emerger del paradigma de la sociedad educadora. Si la escuela no provee ni prevé lo necesario para la coyuntura y esto se presenta como extensible en el corto y mediano plazo, muchas familias clase media e incluso de trabajadores comienzan a ver la posibilidad de acceder a plataformas pagas, que puedan facilitar las dinámicas, que les liberen de la carga escolar, para poder dedicarse a sobrevivir o a su teletrabajo. Los que por razones de precariedad laboral y de ingresos no pueden ni siquiera plantearse esta posibilidad, asumen una actitud de “cómo vaya viniendo, vamos viendo”, con terribles perspectivas de efecto en el derecho a la educación.

Los gobiernos pretenden ocultar esta realidad, pero estamos en una etapa oscura del derecho a la educación. Hoy más que nunca se requiere hablar con la verdad, para buscar soluciones viables. Los cuentos bonitos de políticos, chocan de manera lapidaria con la realidad social de la mayoría de la población.

 

Alternativas

Todo lo mencionado anteriormente nos lleva a señalar la precariedad de la infraestructura tecnológica, conectividad, contenidos digitales y experiencia docente existente para poder concretar el modelo de educación virtual en casa. Esto ni siquiera para la lógica del mercado se va a poder resolver en meses, ni en un par de años. Un ensayo de esta magnitud podría expulsar a millones de niños, niñas y jóvenes de la educación pública. A las izquierdas pedagógicas no da un margen de tiempo para construir lo nuevo, lo alternativo.

Por ello, planteo una estrategia a distintos niveles que contenga:

  1. Una campaña de los gremios y sindicatos docentes, que sensibilice a los docentes sobre la acción coyuntural y alerte a la sociedad sobre el riesgo de neo privatización educativa en marcha. No permitir que los gobiernos suscriban acuerdos de mediano y largo plazo con las grandes corporaciones educativas digitales como Pearson educación, google, Microsoft, Discovery education, entre otras;
  2. Una repolitización política del magisterio a través de los gremios y sindicatos, universidades y pedagogos críticos, respecto a las características de la neo privatización educativa en el tránsito de la tercera a la cuarta revolución industrial;
  3. Exigir a los gobiernos que eliminen la frase “educación en casa”, “universidad en casa” porque ello expresa el paradigma neoliberal de la sociedad educadora. Explorar frases transicionales como “en tiempo de Coronavirus la escuela visita tu casa, mientras nos volvemos a encontrar en las aulas”;
  4. Hacer una campaña internacional vía redes sociales y usando distintos webinar donde sensibilicemos sobre el precario estado de la infraestructura tecnológica en la región, así como las disparidades de las remuneraciones docentes en un contexto de precarización de los sueldos y salarios;
  5. Urgente un plan masivo de formación en línea para docentes, sobre modelos de construcción de conocimiento en el mundo digital; todo ello como complemento a la actividad presencial. Sin esta formación es por decir lo menos irresponsable pasar a un modelo de educación virtual;
  6. Las actividades virtuales deben ser presentadas como coyunturales, enfatizando en la necesidad del encuentro, la presencialidad para aprender a aprender, para aprender a vivir juntos, para construir una sociedad de iguales. Lo virtual debe entenderse como complemento de la actividad pedagógica presencial, una vez que se vuelva a clases presenciales.;
  7. Muchos de nuestros países cuentan con una red e infraestructura de televisión pública y radio estatal que debe ser usada para la generación de contenidos y llegar a casa.  Tiene más posibilidades reales esto que la tonta apelación a una conectividad universal a internet absolutamente inexistente.  Ello implicaría la convocatoria a los gremios y sindicatos docentes para que contribuyan a la construcción con docentes de carne y hueso, a la generación de los contenidos de coyuntura. En esta etapa, es muy importante decirles a los estudiantes que esto es coyuntural y que las aulas de la escuela les esperan;
  8. Se debe hacer un esfuerzo para no caer en la educación virtual bancaria o mecánica a distancia;
  9. Debemos atrevernos a repensar toda la formación docente (inicial y continua), a colocarla patas arriba para poder empalmar con los desafíos epocales de la educación pública y el derecho a la educación en la transición de la tercera a la cuarta revolución industrial;
  10. “Invadir” las redes sociales y las plataformas con ejercicios de educación crítica usando los medios tecnológicos. Tenemos que aprender haciendo, a construir formas de educación liberadora que estén en armonía con el desarrollo de la tecnología;
  11. Construir espacios de encuentro y reflexión pedagógica internacional, para conocer y aprender juntos;
  12. Hoy más que nunca el pensamiento crítico es una herramienta para seguir trabajando en otra educación y otro mundo posible;
  13. Es urgente mostrar con datos y evidencias pedagógicas que es incorrecta la premisa neoliberal que el equipamiento tecnológico y la disminución de nómina docente “abaratan los costes Educativos”.

 

 

Estos son solo ideas iniciales para abrir un debate.  Es una convocatoria al genio colectivo que somos los y las docentes cuando nos juntamos y decidimos transformar

 

 

[1] En otro artículo ampliaré sobre la contención como paradigma escolar

[2] https://es.ripleybelieves.com/countries-with-most-personal-computers-per-capita-3657

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Libro(PDF): «Mujeres jóvenes y niñas indígenas en la explotación cauchera de la Amazonía (1904 – 1912): despliegues epistémicos emergentes del pensamiento alternativo latinoamericano»

Reseña: CLACSO

El 12 de octubre de 2012, en el corregimiento de La Chorrera, departamento del Amazonas, Colombia, se conmemoró el centenario del Etnocidio Cauchero Casa Arana. Las razones y justificaciones que motivaron esta investigación emergen de los Requerimientos realizados por descendientes de las víctimas de las comunidades indígenas afectadas; y de abordajes académicos a partir del Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, línea: Jóvenes, Culturas y Poderes. En este contexto, el presente estudio recompone los hechos a través de diversas fuentes para visibilizar la violencia que se ejerció contra niñas y mujeres jóvenes indígenas, entre 1904 y 1912, primer período de la explotación cauchera; y para acercar al entendimiento sobre las razones que motivaron estos acontecimientos. El abordaje epistémico se realiza a partir de corrientes del pensamiento latinoamericano decolonial, relacional, ambiental y alternativo, las cuales reconocen y respetan la diversidad humana; la biodiversidad y la interculturalidad. Epistemes críticas de la modernidad occidental y de su espíritu colonizador, indolente y universalizantes. Todo ello desde una propuesta estética y ética de respeto por la memoria de las víctimas.

Autores (as): Alvarez Chica, Ana María

Editorial/Editor: Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud alianza de la Universidad de Manizales y el CINDE

Año de publicación: 2017

País (es): Colombia.

Idioma: Español.

ISBN: Reconocimiento-No Comercial-Sin Derivadas CC BY-NC-ND

https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es

Descarga: Mujeres jóvenes y niñas indígenas en la explotación cauchera de la Amazonía (1904 – 1912): despliegues epistémicos emergentes del pensamiento alternativo latinoamericano

Fuente e Imagen: http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=Pedagog%EDa&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

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The PISA “shock” in the Basque Country: Contingent factors or structural change?

Lucas Gortazar

En este artículo exploro las razones por las cuales el País Vasco experimentó un gran revés en los resultados de la prueba PISA de 2015.

El sistema educativo vasco había tenido un desempeño alto en el pasado, tanto en evaluaciones nacionales como internacionales, así como en términos de acceso en la educación superior (comparable a la de los sistemas educativos del norte de Europa). Por lo tanto, entender esta caída es una cuestión clave desde un punto de vista de las políticas educativas, más aún cuando ese mismo año los resultados de PISA estuvieron acompañados por disminuciones en las evaluaciones diagnóstico implementadas por las autoridades vascas.

En particular, exploro las razones del declive analizando los factores socioeconómicos (dado el impacto de la Gran Recesión en la región), junto con los factores clave del sistema educativo vasco. Presto especial atención a factores que pueden estar relacionados con la naturaleza misma del sistema, como su modelo lingüístico, la coexistencia de servicios educativos públicos y privados o las altas tasas de repetición experimentadas por la región en comparación con la OCDE y la UE. Utilizo técnicas de descomposición derivadas de la literatura de la economía laboral para comprender los cambios promedio en el rendimiento entre 2015 con respecto a ediciones anteriores (2009 y 2012), así como los cambios en la distribución de resultados.

Los resultados solo permiten identificar parte de este declive por factores observables, donde el porcentaje explicado varía según el año de referencia y el dominio de la prueba. Hay tres factores principales que son responsables de esta caída explicada. En primer lugar, el aumento en las tasas de repetición en 2015 (tanto entre repetidores de un curso como repetidores de dos cursos) está asociado a una disminución en el rendimiento, y no es sorprendente dado la evidencia disponible sobre la repetición y su impacto negativo sobre el aprendizaje (Hattie, 2008). En segundo lugar, el lenguaje de prueba es importante para el rendimiento: el País Vasco es una comunidad bilingüe, donde el castellano es el idioma de uso en el hogar para la mayoría de los estudiantes, pero el euskera es el idioma principal de instrucción en la mayoría de los centros educativos. En relación con 2012, en 2015 una mayor proporción de estudiantes realizó la prueba PISA en un idioma diferente al idioma en el hogar. En particular, el cambio en 2015 tuvo que ver con que más estudiantes que hablan castellano en el hogar que están matriculados en el modelo de inmersión de euskera (Modelo D) y que en 2015 tomaron la prueba en euskera: esto lleva a que los estudiantes sean ligeramente penalizados en términos del aprendizaje medido por la prueba. Finalmente, un tercer factor está relacionado con la percepción del director del centro sobre el comportamiento del alumno en la escuela: entre 2009 y 2015 esta percepción se ha deteriorado, lo cuál que está relacionado con parte del declive observado. Finalmente, la crisis económica no está asociada a la caída de los resultados de PISA, como cabría esperar dado el deterioro de las condiciones económicas y sociales en muchos hogares.

Este artículo aporta evidencia clave sobre una pregunta importante de política educativa para el sistema educativo vasco. Lo hace siguiendo la literatura sobre métodos de descomposición de los resultados educativos para comparar las diferencias de aprendizaje entre y dentro de los países. La multiplicidad de factores detrás de los resultados y el hecho de que gran parte de la disminución permanece sin explicación requiere que los resultados sean tomados con cautela. Más aún cuando PISA es una prueba de tipo low-stakes, en la que el esfuerzo del alumno varía considerablemente y no está necesariamente relacionado con factores del sistema educativo, sino más bien con factores culturales (Zamarro et al. (2016)).

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Fuente: https://iseak.eu/documentos/the-pisa-shock-in-the-basque-country-contingent-factors-or-structural-change/

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Report: School Choice Priorities and School Segregation:Evidence from Madrid

Reseña:

En las últimas décadas, la segregación escolar ha recibido una atención sustancial en el debate público educativo global. La segregación se puede definir como el grado en el que dos o más grupos de la población están separados el uno del otro (ej., inmigrantes en comparación con nativos). Existe amplia literatura económica que muestra cómo la segregación escolar afecta a la igualdad de oportunidades de los estudiantes. La investigación académica destaca dos mecanismos principales que determinan la segregación escolar.

En primer lugar, la segregación residencial de las familias, que se debe a la interacción de la elección de la residencia principal por estas y el resultado de diferentes políticas de vivienda. En segundo lugar, los mecanismos y reglas que establece el Estado para asignar colegios a los estudiantes, como el mecanismo de asignación, las fronteras de los distritos escolares, o los puntos de prioridad de cada estudiante (ej., otorgados por proximidad al colegio o diferentes variables socioeconómicas). A pesar de la abundante investigación sobre segregación escolar, todavía no se ha averiguado el alcance y la magnitud del impacto de los puntos de prioridad residencial en la segregación escolar: esto es, no existe una relación clara causal entre el grado de elección de las familias y la segregación escolar.

En este trabajo se investigan dos elementos de la reforma aplicada en la Comunidad de Madrid entre 2012 y 2013, conocida como “reforma del distrito único”. Se analiza cómo el cambio de los puntos de prioridad impacta en las decisiones de elección de colegio de las familias, y sucesivamente en la segregación escolar (definida mediante dos variables: la educación de los padres y la nacionalidad del estudiante). Se analizan dos decisiones más relevantes de la reforma ligadas al proceso de admisión, ambas asociadas a cambios en los puntos de prioridad por parte de las familias.

Descargar: http://documentos.fedea.net/pubs/eee/eee2020-06.pdf

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