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Día Nacional del Estudiante

 

Día Nacional del Estudiante

República Dominicana/18 de Febrero 2016/El Día/

Día del Estudiante

Ser estudiante implica alegría, esperanza, renovación y la certeza de que todo puede ser mejor en el futuro, porque en ustedes están puestas las expectativas del país y una mejor familia que siempre se mantenga unida para poder impulsar la nación.

Don Bosco, promotor de la construcción de obras educativas al servicio de la juventud más necesitada, especialmente en Europa y América Latina, puso toda su esperanza en la juventud estudiosa y no fue defraudado.

Por ello se realizan diversas actividades en los centros educativos, marchas, juegos en las escuelas y festividades que giran en torno a esta fecha tan importante para el país.

Es un día muy especial para todos aquellos jóvenes que están forjando su futuro, intentando trasmitirles el espíritu de lucha que tuvieron aquellos jóvenes tantos años atrás, alcanzando así un futuro más prospero ellos mismos.

“Día del estudiante por el mundo”

Se conmemora en varios países pero con fechas diferentes; aunque la efeméride exacta que se observa difiere en cada país, esta celebración suele estar relacionada con la juventud  y la primavera.

En el caso de Argentina, se conmemora el 21 de septiembre para rendir homenaje al prócer Domingo Faustino Sarmiento, quien cuando fue presidente de esta nación sudamericana construyó más de 800 escuelas.

En Colombia, la conmemoración tiene lugar los días 8 y 9 de junio, y va dirigida a los estudiantes  de la Universidad Nacional, quienes en su momento alzaron su voz de protesta en contra de hechos de corrupción de los gobiernos de turno y en exigencia de garantías y libertades para la educación superior en Colombia.

En Cuba, la celebración es el día 17 de noviembre con actividades en los diferentes centros estudiantiles desde la enseñanza preuniversitaria hasta los centros universitarios. En este día normalmente o se libera el día o la sesión de la tarde para celebraciones y actos conmemorativos protagonizados por los estudiantes, profesores y quienes quieran unirse.

En tanto que en la madre patria, España,  la fecha de celebración está relacionado con la Primavera. Regularmente  se hace unos días antes o después de su entrada, cerca del 22 o 23 de marzo.

Mientras que en México se remonta al año 1929 cuando los estudiantes de la ahora Universidad Nacional Autónoma de México, se lanzaron a la huelga en favor de la Autonomía Universitaria y se celebra cada 23 de mayo.

En Nicaragua el 23 de julio “Día Nacional del Estudiante Nicaragüense”, fecha que es recordada en los centros de enseñanza de los niveles de educación primaria, secundaria y universitaria del país en honor a las luchas del movimiento estudiantil universitario nicaragüense.

En Panamá, este día se celebra el 27 de octubre de cada año. En esta fecha, los estudiantes de los grados superiores de la escuela o colegio al que pertenecen, reemplazan a los maestros o profesores. Cada profesor tiene la tarea de buscar entre sus mejores alumnos un reemplazo para él.

En Puerto Rico, se celebra el Jueves antes del Segundo Domingo de Mayo o Día de la Madre. En este día se realizan actividades deportivas o días de juegos, como también se hace una fiesta para compartir entre estudiantes, maestros y personal no docente.

En Perú, el 23 de septiembre se celebra el Día del Estudiante Universitario, en reconocimiento a la primera gesta por la búsqueda de la reestructuración universitaria de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, en 1909 y tiene por finalidad valorar y promover la importancia de la actitud de los jóvenes estudiantes de las Universidades Públicas y Privadas del ámbito nacional.

Y en Venezuela, el día del estudiante se celebra el 21 de noviembre y es que en 1957 una huelga estudiantil produjo una serie de comunicados que repartieron en volantes. Pese a que la Seguridad Nacional tomó la Universidad Central, apresó a numerosos estudiantes y cerró los centros de educación superior. Tuvo tal éxito que fue uno de los desencadenantes que concluyeron con la caída o huida del gobierno del dictador Marcos Pérez Jiménez.

 Fuente: http://eldia.com.do/dia-nacional-del-estudiante/

Noticia captada por: Rose Mary Hernández Román Docente de la Universidad “Rómulo Gallegos”, Investigadora del centro Internacional Miranda

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Evaluación a educadores

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 Evaluación a educadores

Entre el Lápiz y el Papel

 Costa Rica/ 16 de Febrero del 2016/ La Nación Opinión

En febrero del 2015, el presidente Solís inauguró el curso lectivo con una magnífica idea: evaluar a los educadores. Un año después, ¿en qué quedó la propuesta?

Empecemos repasando por qué es tan necesaria. El presupuesto del Ministerio de Educación ha crecido exponencialmente en la última década: aumentó en términos reales poco más del 145%. Para este año, dicha cartera planea gastar ¢2,4 billones (un 29,5% del presupuesto total del Gobierno Central) de los cuales casi un 64% se iría en el pago de remuneraciones. ¿No sería sensato establecer controles de calidad para ver si esta bicoca de dinero se está gastando adecuadamente?

Hay buenas razones para creer que este no es el caso. Por ejemplo, hace unos años se reportó que el MEP contrataba a ciegas a maestros y profesores. Con solo poseer un título universitario, sin tener que demostrar mayor conocimiento sobre una materia, una persona podía ser contratada para impartirla en un centro educativo estatal.

En el 2010, el MEP hizo pruebas de conocimiento a los profesores de Matemática e Inglés –la única vez que se han realizado–. Los resultados fueron de espanto: casi la mitad de los educadores de Matemática falló en contestar preguntas de nivel de bachillerato y un 38% de los profesores de Inglés se ubicó en los peores niveles.

Como era de esperarse, el reto del presidente Solís chocó de inmediato con la oposición feroz de los sindicatos. Gilberto Cascante de ANDE dijo que este tipo de pruebas “afectan la psicología del docente”. Ana Doris González de APSE fue más dramática al llamarlas “una novela de terror”. El berrinche bastó para que la ministra Sonia Marta Mora engavetara la propuesta. Aun así, la idea merece ser discutida.

Un buen plan funcionaría así: cada año se llevarían a cabo evaluaciones para todos los docentes. Si un educador falla una prueba, tendría que someterse a un curso de recapacitación en su respectiva materia. Si reprueba tres veces consecutivas, perdería la plaza. Asimismo, los resultados de estos diagnósticos deberían ser públicos, de tal forma que los padres de familia sepan cuáles escuelas y colegios cuentan con los mejores índices de calidad docente y puedan ejercer presión si las pruebas indican un deterioro en el centro educativo adonde van sus hijos.

Esta sería una reforma educativa de alto impacto. Es una lástima que el gobierno “les comiera gallina” a los sindicatos y no la desarrollara. Todavía está a tiempo.

Juan Carlos Hidalgo es analista sobre América Latina en el Cato Institute con sede en Washington. Cuenta con un BA en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional y una maestría en Comercio y Política Pública Internacional del George Mason University.

Fuente: http://www.nacion.com/opinion/columnistas/Evaluacion-educadores_0_1542845702.html

Entre el Lápiz y el Papel

Si algo tenemos los educadores es que no nos gusta ser evaluados. La gran mayoría de los educadores son contratados por el amiguismo sin poseer realmente las habilidades y competencias necesarias, o sea, ni acto ni apto. El sistema los egresa sin ningún tipo de remordimiento, todos quieren que nuestros hijos tengan los mejores maestros, por eso peleamos los cupos en las escuelas reconocidas en la formación de los niños y niñas, pero no contribuimos para que en todas las escuelas y liceos existan docentes de alto nivel para educar.

Comentado por: Rose Mary Hernández Román

Docente de la Universidad “Rómulo Gallegos”-Venezuela

Investigadora del centro Internacional Miranda

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PANAMÁ: Gasto educativo crece sin resultado

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PANAMÁ: Gasto educativo crece sin resultado

VAMOS EN REVERSA

Panamá/ 18 de Febrero del 2016/ La Prensa

 

A pesar de que el gasto público en educación aumenta cada año, los resultados en la calidad de la enseñanza, en la permanencia de los alumnos en el sistema y en la inserción laboral están lejos de cumplir con sus objetivos.

Por ejemplo, estadísticas de la Contraloría General de la República revelan que la mitad de los jóvenes que comienza educación media y premedia no la termina.
Además, el Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo presentado a finales de 2015″en el que se evaluó el aprendizaje de 15 países de América Latina y el Caribe en matemática, lectura y ciencias naturales concluyó que: en Panamá el nivel de la educación debe mejorarse. En general, el país obtuvo puntajes por debajo de los promedios regionales.

En tanto, el consultor René Quevedo explicó que los nuevos empleos creados entre 2009 y 2014 requirieron 45 años de edad y 13.3 años de escolaridad, en promedio.»Esto quiere decir que una gran cantidad de jóvenes enfrentan anualmente un mercado laboral para el cual no están preparados»
Para Quevedo,»el problema de la educación panameña no es de recursos, sino de pertinencia. Nuestra educación está divorciada de la realidad laboral del país»
En la contraparte, el Ministerio de Educación (Meduca) es la entidad que más personal tiene en el Estado: uno de cada cuatro empleados públicos, para un total de 56 mil 418 funcionarios.

Consecuentemente, es la que paga la planilla más alta. El salario bruto acumulado en 2015 de los funcionarios del Meduca ascendió a $716.3 millones, 17.8% más que en 2014, según la Contraloría.

$2 MIL 787 MILLONES EN GASTO DE PLANILLA

La planilla del sector público ascendió al cierre de 2015 a 222 mil 125 funcionarios, lo que supone un aumento de 9 mil 13 trabajadores (4.2%) más que en diciembre de 2014.

Del total de funcionarios, 196 mil 883 son permanentes y 25 mil 242 eventuales. El sueldo bruto de los funcionarios totalizó $2 mil 787 millones, un 9.8% más que el año anterior.

El informe de la Contraloría General de la República da cuenta de la planilla del sector público, que incluye 83 entidades: 25 del gobierno central (principalmente los ministerios, la Asamblea Nacional y las entidades del Órgano Judicial), 36 instituciones descentralizadas (que incluye algunas autoridades, secretarías, universidades y Caja de Seguro Social); 14 de las empresas públicas (como la Autoridad Marítima de Panamá y Metro de Panamá, S.A.), y 8 de los intermediarios financieros (superintendencias y bancos estatales). Estos cálculos excluyen a la Autoridad del Canal, los bomberos y los municipios.

La entidad con más personal es el Ministerio de Educación, con 56 mil 418, un 25.4% del total de trabajadores públicos; le siguen la Caja de Seguro Social, con 29 mil 269 empleados, el Ministerio de Seguridad Pública, con 27 mil 834 empleados y el Ministerio de Salud, con 16 mil 31.

Las entidades que más aumentaron su planilla en relación al año anterior fueron el Ministerio de Seguridad Pública (mil 199), el Ministerio de Educación (795), el Ministerio de Economía y Finanzas (764), el Servicio de Protección Institucional (282), el Ministerio de Salud (268) y el Ministerio de Comercio e Industrias (216).

También el Ministerio de Educación es el que más recursos absorbe. El pago de salarios brutos de la entidad encargada de la educación en todo 2015 fue de $716.3 millones. La Caja de Seguro Social pagó en salarios $467 millones, el Ministerio de Seguridad $310 millones y el Ministerio de Salud $231.2 millones. El salario de los funcionarios es una de las partidas más importantes en el gasto corriente del Estado. El ministro de Economía y Finanzas, Dulcidio De La Guardia, explicó que el aumento de los salarios está ligado a leyes especiales que los contemplan, principalmente en Educación, Salud y Seguridad.»La intención es limitar el incremento en el gasto en todos los gastos corrientes del Estado, de manera que tengamos más espacio para inversión pública que es, al final, lo que resuelve al panameño y mejora la competitividad del país?, dijo recientemente el titular de la cartera de Economía.
REPETIRÁN PLAN DE RETIRO

Una de las propuestas del Ejecutivo para reducir en el tiempo el gasto de planilla es incentivar el retiro de funcionarios que ya están en edad de jubilación y siguen trabajando.

Con esta idea se lanzó un plan de retiro voluntario, al que se acogieron el año pasado mil 548 funcionarios, principalmente del Ministerio de Salud, el Ministerio de Obras Públicas, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario, el Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio de Economía y Finanzas.

En total, estos funcionarios recibieron una indemnización de $8.5 millones.
La acogida del plan, no obstante, no fue la deseada, ya que había 20 mil funcionarios que tenían derecho al plan de retiro.
De La Guardia reconoció que «nos hubiera gustado que fueran más”  y adelantó que para este 2016 se implementará un plan similar para incentivar el retiro de funcionarios.

Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/7921818/VICTOR-GILL-RAMIREZ–PANAMA-Gasto-educativo-crece-sin-resultado

VAMOS EN REVERSA

A nivel mundial el mayor número de funcionarios públicos se encuentran laborando en educación, razón por la cual se traduce en la cartera con mayor gasto para el país. En tal sentido, no se justifica que ante los grandes pagos que se hacen desde cualquier país a las nóminas docentes se tenga hoy día una educación tan cuestionada, parece que vamos en reversa, al contrario de lo que se debe entender por sistema educativo que avance hacia una verdadera emancipación de los pueblos latinos. Cuando un estudiante decide abandonar los espacios escolares, no solo se deja en vacío un pupitre, se deja en vacío un sueño, la esperanza futura de un gran profesional que sea capaz de contribuir a enriquecer una nación a través de sus ideas y proyectos. La pregunta obligada es: ¿Por qué se abandona la escuela?, ¿Por qué no se es capaz de mantener una matrícula escolar?, ¿Qué están haciendo los docente y el Estado para evitar el ausentismo escolar?. Hoy día son miles de jóvenes que desde edades tempranas abandonan su formación ante múltiples realidades, tales como: la descomposición social, los vicios, las drogas, la prostitución, la adicción a la tecnología y los videos juegos…, y  en otro orden de ideas, docente con baja capacidad de diálogo para la formación, escuelas en mal estado, o porque el estudiante decide asumir el compromiso o la responsabilidad de ayudar a mantener un hogar disfuncional. Todo esto, conlleva a tener niños y niñas y  jóvenes  con un profundo  sentimiento negativo ante la vida, un estado de resentimiento que más tarde se traduce en violencia y trastornos sociales. El llamado es para que se tomen las debidas intervenciones en el sector educativo para construir una educación de calidad.

 

Comentado por: Rose Mary Hernández Román

Docente de la Universidad “Rómulo Gallegos”-Venezuela

Investigadora del centro Internacional Miranda

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Indígenas de América Latina siguen excluidos del desarrollo

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Indígenas de América Latina siguen excluidos del desarrollo

Nicaragua/16 de Febrero de 2016/Inter Press Notice/

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NACIONES UNIDAS, 16 feb 2016 (IPS) – La pobreza y la brecha educativa se achicaron de forma significativa en beneficio de las poblaciones indígenas de América Latina, pero todavía quedan muchas personas al margen de los avances sociales, subraya un estudio del Banco Mundial.

El estudio “Indígenas de América Latina en el siglo XXI” registró un inmenso progreso social en la región en los 10 primeros años de este milenio, a los que ya se llama la “década de oro”.

En gran parte de la región, la participación política de las poblaciones indígenas aumentó. En Bolivia, la representación de los pueblos originarios en el parlamento asciende a 30 por ciento de los legisladores.

«América Latina experimentó una profunda transformación social que redujo la pobreza y expandió la clase media, pero las comunidades indígenas se beneficiaron menos que el resto de los latinoamericanos”: Jorge Familiar.

Además, hay más países que aceptaron tradiciones indígenas en los procesos electorales, como el estado mexicano de Oaxaca, donde 418, de las 570 municipalidades, se rigen según sus costumbres.

Esos acontecimiento obedecen, en parte, a la concreción de tratados internacionales y manifiestos como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, adoptada en 2007.

El estudio, publicado el lunes 15, también señala que unas 70 millones de personas salieron de la pobreza, entre ellas indígenas de Bolivia, Brasil y Perú.

El acceso a la educación primaria fue uno de los mayores y más claros logros de la década de oro, subraya el Banco Mundial. En países como Ecuador, México y Nicaragua se cerró la brecha educativa, asegura.

Pero a pesar de los avances, las comunidades indígenas siguen excluidas del desarrollo.

“América Latina experimentó una profunda transformación social que redujo la pobreza y expandió la clase media, pero las comunidades indígenas se beneficiaron menos que el resto de los latinoamericanos”, observó el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, el mexicano Jorge Familiar.

El estudio también señala que la pobreza disminuyó entre las comunidades indígenas, pero la brecha entre ellas y el resto de la ciudadanía se mantuvo igual o se amplió.

Los indígenas representan 14 por ciento de las personas pobres en la región y 17 por ciento de las que viven en extrema pobreza, a pesar de constituir ocho por ciento de la población.

Ser descendiente de indígenas aumenta las probabilidades de crecer en un hogar pobre, independientemente del nivel educativo de los padres, del tamaño o la ubicación del hogar, subraya el documento.

En Ecuador, la probabilidad de que una familia sea pobre aumenta 13 por ciento si sus integrantes son indígenas; y la de vivir en la extrema pobreza, 15,5 por ciento. Otros indicadores en materia de género y geografía, también realzan la exclusión que padecen los pueblos originarios.

Por ejemplo, en Ecuador, si el mismo hogar está encabezado por una mujer, las probabilidades de ser pobre aumentan seis por ciento. También hay una mayor proporción de analfabetismo entre las indígenas, así como deserción escolar.

En lo que respecta al factor geográfico, en Perú, por ejemplo, un hogar indígena de un área rural tiene 37 más probabilidades de ser pobre que uno de la ciudad. Las familias indígenas siguen padeciendo peores condiciones de vida con menos servicios de saneamiento y más propensión a los desastres que el resto de la ciudadanía.

El Banco Mundial urge a una inclusión multifacética de las comunidades indígenas, en especial a la luz de la nueva Agenda para el Desarrollo Sostenible, adoptada a fines de 2015.

Si los pueblos indígenas han de adoptar un papel como actores clave en la Agenda Posterior a 2015, es necesario considerar sus voces y sus ideas”, subrayó el director de desarrollo urbano, rural y social del Banco Mundial, Ede Ijjasz-Vasquez.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible incluyen compromisos en relación con el derecho de los pueblos indígenas a la educación, las tierras y los mercados.

El estudio del Banco Mundial recomienda la efectiva implementación de las leyes nacionales para garantizar la participación política de las comunidades indígenas, además de fortalecer el acceso a la educación, mejorar las estrategias de recolección de datos para implementar mejor los programas dirigidos a los pueblos originarios e incluirlos en el diseño de los objetivos de desarrollo.

“La inclusión de los pueblos indígenas en las políticas y los programas de desarrollo no es solo una cuestión de reducir la pobreza, es el proceso de mejorar su capacidad y su oportunidad de ser actores activos de la sociedad”, destacó Ijjasz-Vasquez.

“Su inclusión es lo correcto desde el punto de vista moral e inteligente desde el punto de vista económico para los países” de América Latina, añadió.

El Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas, creado en 2002, se reunirá en mayo de este año para debatir la situación de las comunidades originarias en relación con los conflictos, su resolución y la paz.

Fuente: http://

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Instituciones en diálogo con la sociedad: asignatura obligatoria

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Cuba/ 16 de febrero de 2016 22:02:03/  internet@granma.cu

Instituciones en diálogo con la sociedad: asignatura obligatoria

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El politólogo argentino Atilio Borón enmarcó la Revolución Bolivariana como el punto de arranque de una serie muy importante de transformaciones en la región. Foto: Jose M. Correa

 Las universidades están bajo el acoso del neoliberalismo, en un contexto donde cada vez más se necesita fomentar el avance de la paz. La universidad debe volver a  ser un centro que favorezca el diálogo, necesita evitar ver­daderos holocaustos, que no van a ser solucionados con más gastos militares, de es­pionaje.

De  esa forma definió el politólogo argentino Atilio Borón una de las misiones de los centros de Educación Superior, en su conferencia magistral Los retos del desarrollo económico y social inclusivo en América Latina y el Ca­ribe y el papel innovador de la universidad, durante la primera jornada de intercambios del X Congreso Internacional de Edu­cación Superior Universidad 2016.

En declaraciones exclusivas a la prensa, el sociólogo afirmó que otro de los derroteros de esos centros es tener  la capacidad de pensar creativamente, de responder a los desafíos de la época, dejando de lado las fórmulas ya gastadas. Admitió  que su impresión es que no están al margen de todo eso, pero
“desgraciadamente somos una institución que está in­serta en nuestras sociedades e inevitablemente reflejamos  esos valores. Por eso tenemos que estimular a aquellos que en las universidades piensen diferente, que se atreven a te­ner un pensamiento crítico y desafiar las ideas do­minantes. Las universidades tienen que ser centro de reflexión crítica”, dijo.

En respuesta a Granma sobre los peligros de la progresiva mercantilización del conocimiento, Atilio Borón expresó que “la consecuencia es que  vamos a ser todos trabajadores directos o indirectos de las empresas; es lo que dice Noam Chomsky del Modelo Walmart. Si eso sigue avan­zando nadie estará a salvo de estar trabajando para la rentabilidad de una empresa a partir de investigaciones en procesos tecnológicos”.

“Eso lo solucionas con un financiamiento público muy fuerte, pero los Estados en Amé­rica Latina están todos con problemas”, ex­pre­só, al tiempo que puso como ejemplo a Bra­sil, México, Argentina, Ecuador, donde “las uni­versidad pública está amenazada por la as­fixia financiera que la arroja a manos de las grandes corporaciones”.

Asimismo, apuntó al discurso del General de Ejército Raúl Castro, Presidente de los Con­sejos de Estado y de Ministros, ante la Asam­blea General de la ONU, donde expresaba que el problema no eran los recursos financieros. “Las ga­nancias de las empresas han si­do enormes en todos estos años —expresó Atilio— no saben qué hacer con el dinero, pero no lo dan, no lo van a poner para pagar impuestos al  Estado para que financien una educación que se convierta en el elemento crítico del sistema; lo van a poner para seguir alimentando ese círculo infernal donde el dinero genera más dinero, aprovechándose de las investigaciones que con cada vez más frecuencia hacen nuestros investigadores”.

MIRADA DESDE CUBA

Otro espacio del evento estuvo dedicado a puntualizar en la experiencia del perfeccionamiento del sistema de educación general, po­litécnica y laboral en el contexto cubano, en conferencia ofrecida por la doctora Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Edu­cación.

La intervención de la titular realizó un recorrido por algunos de los principales hitos de la educación  y se detuvo en los antecedentes  del actual perfeccionamiento, que se ha­llan en los implementados en 1975 y 1987. El tercero se sustenta  en los objetivos de la Pri­mera Conferencia del Partido y los Li­nea­mientos de la Política Económica y So­cial —di­jo—, de los cuales derivan acciones concretas encaminadas a elevar la calidad del proceso docente educativo, el papel de los maestros y la familia, de los Organismos de la Ad­mi­nistración Central del Estado y las organizaciones.

Velázquez Cobiella explicó que se realiza sobre la base del desarrollo de la ciencia y los cambios que se han operado en la sociedad, la necesidad de flexibilizar y contextualizar el currículo, el trabajo de las instituciones y los estilos de dirección. Como parte del proceso se revisaron con profundidad los planes de estudio vigentes, y se tuvo en cuenta la necesidad de lograr un mayor protagonismo de los educandos, la familia y la comunidad en la vida de las instituciones y modalidades educativas.

Caracteriza a este tercer perfeccionamiento la concepción de una educación general, política y laboral desde la primera infancia, y la consulta con los alumnos, maestros y especialistas de otros organismos, dijo.

Por otro lado, hizo referencia a la aplicación de las adecuaciones y la flexibilidad en la organización escolar —transformaciones que forman parte del proceso de actualización—, con el objetivo de que la escuela, el consejo de dirección, su claustro, los alumnos, puedan tener un mayor protagonismo en la organización del proceso docente educativo.

 

Fuente: http://www.granma.cu/cuba/2016-02-16/instituciones-en-dialogo-con-la-sociedad-asignatura-obligatoria-16-02-2016-22-02-03

 

Editado por: Rose Mary Hernández

Docente de la Universidad “Rómulo Gallegos”-Venezuela

Investigadora del Centro internacional Miranda

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PANAMÁ: 15% de escuelas en Chiriquí no están listas para año escolar

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 PANAMÁ: 15% de escuelas en Chiriquí no están listas para año escolar

LA CUENTA MAL SACADA

Panamá/16 de Febrero del 2016/Entorno Inteligente

 

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La Critica / >Darmando Ríos, director provincial del Ministerio de Educación (Meduca), en la provincia de Chiriquí, aseguró que el 15% de los centros educativos no están listos para el inicio del periodo escolar debido a que falta efectuarle mejoras a las instalaciones y pintura.

«El 75% de los centros educativos en la provincia de Chiriquí están listos para el inicio escolar y el resto de las demás escuelas están pendientes de efectuarles mejoras y trabajos de pinturas”, afirmó el director regional del Meduca.

Añadió que, hasta el momento se han invertido dos millones de dólares a los centros educativos que ya están listos para iniciar clases, con el objetivo que el periodo escolar no se vea interrumpido.

Precisó que los dineros para las reparaciones de los centros educativos son del Fondo de Equidad y Calidad de la Educación (FECE), donde se le destina a cada plantel cuarenta balboas por estudiantes.

Sin embargo, también se ha trabajado con el programa»Mi Escuela es Primero? para hacer frente a las necesidades que hay en las escuelas y colegios.

Ríos aseguró que las escuelas que aún están pendientes de mantenimiento, esperan que se puedan cubrir en las próximas dos semanas.

En Chiriquí hay matriculados en centros educativos oficial 92 mil 500 estudiantes,17 en escuelas privadas, lo que indica que en esta región del país hay 109 mil 500 estudiantes que iniciaran el periodo escolar donde 8 mil 200 profesores serán los responsables de su educación.
LA CUENTA MAL SACADA

 

La noticia refiere que el 75% de los centros educativos de Chiriquí están aptos para el inicio de clase, y que el 15% no están listos, dónde queda el otro 10% de los planteles, ¿en qué condiciones se encuentran realmente los que se mencionan como aptos? ¿Dónde reciben clases los niños, niñas y jóvenes que se encuentran inscritos en los planteles no reconocidos para el inicio escolar?

 

Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/7911253/PANAMA-15-de-escuelas-en-Chiriqui-no-estan-listas-para-ano-escolar-16022016

 

Comentado por: Rose Mary Hernández

Docente de la Universidad “Rómulo Gallegos”-Venezuela

Investigadora del Centro internacional Miranda

 

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La tiranía de la publicaciones académicas.

Santiago, Chile/ Febrero 2016 / Autor: Tania Opazo

Desde afuera, la vida académica parece reposada. Profesores que tienen tiempo para pensar, darse vueltas e investigar lo que se les antoja sin plazos. Pero adentro de las universidades no se siente así. Los académicos están cada vez más presionados por la necesidad de mostrar resultados, lo que se acredita a través de la publicación en codiciadas revistas. Una carrera en la que compiten con los especialistas de todo el mundo y que no sólo los tiene estresados.

Cada vez que Alejandro Montenegro, quien está haciendo un postdoctorado en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica, le cuenta a sus compañeros que va a publicar un artículo, lo primero que le preguntan no es de qué se trata, sino dónde. En los últimos años, hay una idea que se ha popularizado en el mundo universitario en Chile y en el mundo: “Publish or perish”, que es lo mismo que decir que publicas o desapareces.

La frase alude a los artículos académicos (también llamados papers, en inglés), que han existido siempre en la investigación, porque para decirlo en fácil, son un documento que le acredita al mundo que su autor hizo un descubrimiento importante. “El trabajo del científico no es el descubrimiento en sí, sino la difusión y el impacto que tiene. Un paper bueno puede cambiar el mundo, pero tiene que estar publicado, sino ¿cómo lo cambia?”, dice Flavio Salazar, vicerrector de Investigación de la U. de Chile.

Un buen artículo académico o paper debe ser original, novedoso, tener un marco teórico, una hipótesis, una demostración y debe ser replicable, es decir, que cualquiera que repita el proceso llegue a los mismos resultados. Como eso no siempre ocurre hay que acreditarlo, y para eso existen revistas (journals) especializadas por área, a las que los investigadores postulan con sus papers y que se encargan de seleccionar los mejores, tras hacerlos pasar por una revisión anónima de “pares” expertos (peer review). “Esta es su garantía de calidad”, agrega Salazar.

Entonces, astrónomos, historiadores, cientistas políticos, biólogos y un largo etcétera consiguen dinero para hacer una investigación (en su universidad o a través de fondos concursables, como Fondecyt), escriben un artículo con los resultados y tratan de ponerlo en una de estas revistas, lo que a su vez les da currículum para conseguir nuevos fondos. Pero, como queda demostrado con el relato de Alejandro Montenegro, no se trata sólo de publicar, sino de hacerlo en la revista con más impacto posible.

 

En las últimas décadas el número de publicaciones ha crecido explosivamente. En 2012 se calculaba que había 28 mil activas que usaban el método de la revisión de pares. No todas con la misma calidad y prestigio. En cada área hay algunas que son más estrictas y/o influyentes, por ejemplo, Science y Nature, en ciencia general, The Lancet o The New England Journal of Medicine, en medicina, o Econométrica en economía.

Eugene Garfield trató de poner orden a esta marea de conocimiento y creó en los sesenta el Instituto para la Información Científica (ISI), que luego compró la editorial Thomson Reuters. Lo que hizo fue crear una base de datos de las publicaciones académicas más rigurosas por área que hoy incluye 10 mil revistas.

Por eso, publicar un “paper ISI” no es lo mismo que hacerlo en una que no está en esa base de datos (u otra similar). También diseñó el llamado “factor de impacto”, que mide la importancia de una revista, en base a su nivel de citación. Así hoy, a través del servicio Web of Science (WOS, anteriormente ISI) u otros como Scopus o Scielo, es posible identificar qué revistas o artículos han sido más mencionados.

En los últimos años académicos en todo el mundo han comenzado a criticar la preponderancia que han adquirido estas bases de datos y rankings. “Estábamos acá para reflexionar sobre el mundo y vemos una competencia por quién tiene más puntitos”, dice Carlos Rodríguez, economista y director académico del doctorado en Ciencias de la Complejidad de la UDD.

Privilegiados

La razón por la que estos sistemas, y en particular las publicaciones, han adquirido un lugar preponderante en los centros de investigación es porque permiten medir y comparar el trabajo académico, algo muy importante en el ámbito de la generación de conocimientos donde es difícil encontrar indicadores de productividad. El factor de impacto y el Índice H (que mide la influencia de un investigador según el número de citas a sus artículos), por mencionar algunas métricas, son casi un segundo currículum para muchos académicos, no por un asunto (sólo) de vanidad, sino porque determinan la posibilidad de conseguir financiamiento, becas y ascensos.

“Hace 10 años se tomaban en consideración otras variables para contratar a un académico: dónde hiciste el doctorado, la carrera docente, participar de la discusión en políticas públicas… la investigación no era tan preponderante”, explica Rodríguez. Hoy, publicar lo más que se pueda es una prioridad.

Para las universidades tampoco es fácil escapar a esta presión, ya que sus posiciones en los rankings internacionales pasan en buena parte por la cantidad de publicaciones en revistas de alto impacto. “Esto es como el Simce: en un principio era importante evaluar los aprendizajes de los alumnos, pero se desvirtúa al convertirse en un índice de calidad, en una herramienta de marketing”, dice Flavio Salazar. Sin embargo, María Elena Boisier, directora de investigación de la UC, explica que “se está transitando a valorar otros productos. Es importante que esto se vaya adaptando, porque ahora el ISI impacta mucho. Es necesario un equilibrio”.

Aunque no hay reglas escritas ni taxativas, informalmente se espera que un investigador publique al menos un paper ISI (o Scopus) al año. Para esto, muchas universidades han desarrollado incentivos, que en su mayoría rondan el millón de pesos por paper publicado. “Todas las vicerrectorías de investigación tratamos de crear condiciones para que nuestros académicos publiquen mejor y más”, dice Ariel Orellana, vicerrector académico de la UNAB.

Pero Andrés Navas, subdirector de investigación del departamento de matemáticas y ciencias de la computación de la USACH, afirma que “el pago por paper ha demostrado su nocividad en todas las instituciones que se ha aplicado. Hay otras actividades ligadas a la investigación que son importantes y tienden a ser subvaloradas”.

Los riesgos de la isificación

Varios académicos se apuran en aclarar que están de acuerdo con que su trabajo sea evaluado y medido, pero critican la excesiva importancia que se le da a este sistema. Y los reclamos vienen desde distintas disciplinas.

“Hay revistas que tienen menor factor de impacto, pero que son muy relevantes en un área en particular”, dice Omar Orellana, director de Investigación de la Facultad de Medicina de la U. de Chile.

En las revistas “más cotizadas”, los tiempos de espera para revisión pueden ser de hasta cuatro años y sólo el tres por ciento de los manuscritos que recibe Science, por ejemplo, pasa finalmente a revisión. “Eso le hace mal a la ciencia. La comunidad no tiene acceso a ese conocimiento y todos se retrasa”, dice el biólogo Alejandro Montenegro.

Por su parte, el economista Dante Contreras, director del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), explica que lograr estas métricas ISI es aún más difícil en las ciencias sociales, porque hay menos revistas en el área y porque es más difícil presentar resultados exactos. “Economía es de lo que más publica, pero aun lejos de las ciencias duras”.

Algo con lo que concuerda Ricardo Greene, sociólogo y antropólogo visual que trabaja en la Universidad Católica del Maule: “Parte importante del trabajo en las ciencias sociales tiene que ver con un conocimiento que es situado histórica y contextualmente, pero por la imposición del ISI, que en su mayoría incluye publicaciones en inglés, los artículos muchas veces no se publican ni en español”.

En las humanidades y las ciencias sociales, entonces, formatos como el libro, el ensayo o incluso el documental pelean por recibir la misma puntuación en las evaluaciones que el paper científico.

Sin embargo, las métricas siguen ganando espacio. Bien lo sabe Erwin Krauskopf, director de la Escuela de Ingeniería en Biotecnología de la UNAB y uno de los pocos expertos en Chile en epistemometría (disciplina que estudia la dinámica de las publicaciones). Para él “la isificación es un tema que los tiene a todos vueltos locos”.

En Chile esto ocurre además en un contexto donde ha crecido el número de investigadores pero los recursos no han aumentado a la par. “Nosotros tenemos una diversidad de programas, pero al final del día tengo una fila de gente postulando a financiamiento. El tema es cómo lo reparto y a quién le entrego esos recursos, asegurando que se haga ciencia de calidad”, dice Christian Nicolai, director ejecutivo de Conicyt, el principal organismo de financiamiento de la investigación en Chile. “Se necesitan métricas para poder ordenar. Es un orden relativo, no absoluto, nos quedan muchos proyectos buenos fuera por falta de recursos”, agrega.

En ese contexto existe preocupación respecto a los efectos que esto tienen entre los académicos jóvenes. “Algunos tienen currículum excelentes y no los contratan sólo porque no tienen ISI. Eso es para llorar”, dice el filósofo de la Universidad de Chile e integrante del consejo de Fondecyt, Pablo Oyarzún. Pero, como explica Alejandro Montenegro, no se puede ir contra el sistema, “o te adaptas o quedas fuera”.

Buenas y malas prácticas

Dante Contreras explica que en la academia se han ido desarrollando formas interesantes para lograr publicaciones de alto impacto que tienen que ver con potenciar el trabajo colaborativo y asociarse para hacer estudios entre pares, distintas universidades, instituciones o disciplinas. Algo promovido por Fondap, fondo que financia centros de investigación interdisciplinarios de alto nivel, como el que él dirige. “Esta estrategia es una gran oportunidad, sin embargo, muchos de los journals interdisciplinarios exhiben menor impacto que aquellos de especialidad”, explica.

La presión también da paso a prácticas más controvertidas en todo el mundo. Desde subdividir una investigación hasta la mínima unidad publicable para aumentar el número de artículos (la llamada táctica del salame), colocar como coautor de un paper a un colega amigo para que luego él a su turno haga lo mismo, los pactos o mafias de publicación (que se dan tanto entre investigadores como entre editores de revistas), publicar la misma investigación con leves diferencias en distintos idiomas y un largo etcétera.

En ese contexto, ha habido sonados escándalos: varios casos de plagio y de “engaño del peer review”, en el que se descubrió a investigadores que sugerían a pares revisores inventados, para así terminar dándoles la aprobación a sus propios artículos, lo que puso en cuestionamiento el alabado sistema de revisión del mundo científico. Otro fue el de STAP. Publicado en la renombrada revista Nature, el gran hallazgo realizado por la joven científica japonesa Haruko Obokata mostraba un método para reprogramar células adultas y convertirlas en células madre capaces de transformarse en cualquier tejido. La noticia tuvo un gran impacto, sin embargo, el artículo fue duramente criticado y finalmente retirado en julio de 2014, cuando se comprobó que había datos manipulados. Esto no sólo acabó con la carrera de Obokata, sino que se consideró clave en el suicidio de Yoshiki Sasai, renombrado investigador y coautor del estudio.

“Es el efecto de la ley de Campbell”, dice Scott Sadowsky, lingüista y académico de la Universidad de La Frontera. “Mientras más se utilice un indicador cuantitativo en la toma de decisiones, más probable es que el uso del indicador distorsione y corrompa el mismo proceso que pretende medir”.

Cómo mejorar

Reconociendo la importancia del paper como instrumento de la difusión científica, el mundo académico admite también la necesidad de introducir matices. Muchos afirman que ya está ocurriendo, aunque no tan rápido como todos quisieran.

Adaptar los criterios de evaluación a cada disciplina es una de las solicitudes. “Conicyt ha hecho un esfuerzo por mejorar esto a través de los grupos de estudio. Aunque no es un tema sólo de ellos, sino de la complejidad de generar índices que permitan una evaluación más justa”, agrega Flavio Salazar, de la U. de Chile.

En esa casa de estudios y otras, por ejemplo, afirman que han avanzado bastante en incluir otros parámetros, como tener libros revisados en editoriales importantes, la formación de estudiantes, el trabajo transdisciplinario y el impacto en la transferencia tecnológica, entre otros.

En la otra vereda están las revistas. Muchas de las indexadas no son abiertas sino que pagadas. Un gran negocio que ha sido fuertemente criticado porque impide que ese conocimiento esté disponible para todos, algo que captó la atención del ministro de educación de Holanda, Sander Dekker, quien ejemplificó: “En 2014, la solución a la crisis del Ébola se vio obstaculizada por la falta de acceso a las publicaciones y los datos de investigaciones recientes”.

Hoy existe un movimiento global, del que Chile no es ajeno, por democratizar el conocimiento y hacerlo más accesible. Algo que Ricardo Greene ha intentado hacer con Bifurfaciones, revista online de estudios culturales que fundó hace 12 años. “Está casi quebrada, pero la seguimos manteniendo”, dice. En el extranjero están PLOS, bioRxiv, F1000Research, entra otras, que no sólo son de acceso libre, sino que en algunos casos ofrecen revisión de pares abierta y al momento de la publicación.

El impacto de la ciencia es algo en lo que Erwin Krauskopf hace hincapié. “De qué me sirve que me citen tres pelagatos si yo puedo hacer un descubrimiento muy sencillo, pero que va a tener un impacto global, mejorando la calidad de vida de una persona. Eso es importante”, dice. Y agrega un dato sorprendente: en 2007 una investigación que realizó mientras trabajaba en la Fundación Ciencia para la Vida, junto a Bernardita Méndez, determinó que, entre 1987 y 2003, cerca de 500 patentes estadounidenses citaron artículos de autores chilenos, es decir, que los descubrimientos de esos investigadores dieron fruto a invenciones en ese país. “Inventos por los que hoy pagamos royalty, cuando debería ser al revés. Ahí tienes la prueba clara de que el paper no siempre lo es todo”, agrega.

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Carlos Peña, rector de la UDP: “Isificar la vida intelectual es un error”

¿Qué lugar ocupan las publicaciones o papers en revistas de alto impacto en el trabajo universitario y la trayectoria académica?

Los niveles de investigación que efectúa una institución universitaria se miden, en términos generales, por los proyectos competitivos que sus académicos se han adjudicado y por el número de publicaciones indexadas que logra el conjunto de sus miembros. ¿Es correcto medir así el trabajo universitario? Pienso que no del todo; pero en esto los académicos y las instituciones están presas del sistema puesto que ese es el mecanismo con que se juzga el desempeño institucional.

¿Hay una estructura de incentivos en la UDP para estas publicaciones?

La UDP posee un sistema de incentivos por publicaciones que no se restringe solamente a las indexadas, sino que también incluye capítulos o libros publicados en editoriales prestigiosas. Se trata de un monto de dinero y por eso en su conjunto puede afirmarse, que los académicos de la UDP tienen una suerte de renta variable conformada por una fija e incentivos por publicaciones, proyectos de investigación, calidad de la docencia.

Hay académicos (en Chile y afuera) que se quejan de que se ha vuelto el único indicador, ¿qué piensa usted?

Hasta donde entiendo (al menos es la situación de la UDP), las publicaciones indexadas son sólo uno de los indicadores del trabajo académico. Este tiene muchas dimensiones, entre ellas, la participación en la esfera pública, el aula, el desarrollo de programas de investigación colaborativos, a veces alguna forma de administración docente, etc. Reducir todo eso al simple número de publicaciones es, obviamente, un error porque eso estimula a que el trabajo universitario se ensimisme y se ponga de espaldas a los problemas del entorno en que la universidad se desenvuelve. “Isificar” la vida intelectual es un error.

¿Cómo se llevan las ciencias sociales y las humanidades con este formato?

Lo que acabo de decir es especialmente relevante para las ciencias sociales que deben ser muy sensibles a los problemas de su entorno. El trabajo intelectual en estas áreas no se mide cabalmente por publicaciones indexadas que leen sólo los partícipes del campo (dando origen a lo que la sociología de estos temas ha llamado la “cultura de campus”, encerrada en sí misma), sino por la escritura de libros que influyen la esfera pública, modelan la cultura y ayudan a que la sociedad, que es siempre un sujeto histórico, reflexione sobre sí misma. Las formas de transmisión de este saber y el debate intelectual que le subyace requieren, pues, formas de medición de desempeño y vehículos de comunicación distintos a las revistas especializadas, que recogen papers interesantes, sin duda, pero que están muy lejos de la influencia que en esta materia ejercen los libros.

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Gaspar Galaz, profesor del Instituto de Astrofísica de la UC: “Para mí, las publicaciones son unas palomas mensajeras de la ciencia”

¿Cómo está influyendo el sistema de publicaciones indexadas en la forma en que se genera conocimiento?

Hay un dicho: “publish or perish”, que significa “publica o muere”. Si un científico no lo hace es como si dejara de existir. Pero publicar es una cosa y presentar algo relevante, es otra. Si sólo miras el número de papers se puede caer en el absurdo de que al final dé lo mismo qué es lo que se escribe. Yo prefiero mirar más bien el impacto.

¿Ha visto que la necesidad de publicar dé espacio para las malas prácticas entre los investigadores?

Por supuesto, y eso es un problema. Están los dos extremos: uno es publicar sólo cuando uno piensa que lo que estudió es casi para ganarse el Premio Nobel y entonces el investigador no presenta más que ladrillos una vez cada 10 años, decenas de páginas, que al final nadie lee. En el otro extremo está mostrar cualquier cosa. Para mí las publicaciones son unas palomas mensajeras de la ciencia, la herramienta que permite un diálogo planetario. Es como si hubiera un teléfono muy caro a través del cual cualquier científico de la misma disciplina, esté donde esté, puede entender qué está haciendo otro. Pero hay que usarlo cuando vale la pena, para comunicar algo importante o interesante, si no, genera ruido.

¿Sirve este mecanismo de las publicaciones indexadas para todas las disciplinas?

Creo que es imposible aplicar la misma regla a todas. Puede acarrear situaciones injustas. Incluso dentro de las ciencias exactas hay matices: la naturaleza de las publicaciones de la física teórica con la física experimental es diferente. En astronomía está pasando lo mismo en algunas áreas, probablemente también en las ciencias naturales. En este caso, echo de menos la pérdida de la variable exploratoria.

¿Qué significa eso?

Hay poco espacio para probar equivocándose, en parte empujado por el costo de los equipos (en el caso de la astronomía los telescopios, que son súper caros), pero también porque se olvida la naturaleza de la ciencia. Además creo que hay disciplinas que tienen poco espacio en la academia, que tienen un carácter mucho más exploratorio. La zoología, paleontología, botánica, entomología, arqueología, por mencionar algunas, donde hay mucho descubrimiento, mucha exploración, pero que están menos relacionadas de manera directa con aplicaciones tecnológicas, son disciplinas donde las universidades están casi despobladas.

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Alfredo Jocelyn Holt, historiador y profesor de la U. de Chile: “En las humanidades ha sido nefasto el efecto”

¿Por qué tiene una visión crítica del sistema de publicaciones académicas?

Porque atentan en contra de un tipo de reflexión e investigación de largo aliento, como es el caso de los libros, los que a veces pueden tomar toda una vida, ciertamente más tiempo y profundidad que un artículo ocasional para una revista “científica” indexada. Porque estos papers sólo sirven para medir impacto (tantas veces que se consultan, tantas que se citan), por eso las universidades, obsesas con mediciones, los prefieren y apoyan o “premian” financieramente. Porque las revistas que los publican son normalmente redes herméticas, hasta a veces mafias de intereses compartidos (yo te cito, tú me citas). Y, por último, porque rara vez se leen (salvo entre estas mafias que se hacen autobombo), y menos aún hacen grandes contribuciones al conocimiento y la discusión general.

¿Cómo afecta específicamente al mundo de las humanidades? 

Esto de los papers proviene de las ciencias duras y aplicadas, no es tradición en las humanidades, éstas, acostumbradas a pensar escribiendo, no a presentar “resultados”. En las humanidades ha sido nefasto el efecto. Ha significado tener que dedicarse a pelos de la cola y a ahondar en los escolasticismos de moda, para peor, con sospechosa frecuencia, política y sectariamente correctos.

¿Cuándo empezaron a adquirir importancia a nivel universitario?

Desde el momento que vino la carrera delirante por conseguir fondos, tras el abandono del apoyo estatal directo: los años 80. Ahí se vino la fiebre por la “investigación”, y cómo medirla, para así también poder financiarla.

¿Cuál ha sido su opción al respecto?

He escrito artículos para revistas indexadas pero no me he dedicado a ello. Tú entras en la lógica de la investigación actual (papers y revistas indexadas) y tienes que armarte de redes de protección (una revista propia), limitarte a un público estrictamente academicista que sólo importa si tú estás dentro de la universidad, de nulo impacto fuera en el mundo profesional y político culto. Y, además, te privas de escribir libros que, por lo mismo que demandan más tiempo, rigor discursivo y esfuerzo, permanecerán en el tiempo. No estar en estos círculos suele significar marginación. Para las nuevas generaciones es hasta más grave: implica no poder entrar en la carrera universitaria. Quienes, en cambio, asumen para sí este esquema contribuyen a que las universidades sean mundillos cada vez más ensimismados, dedicados a hacer aportes intelectuales minúsculos si es que no insignificantes.

Fuente: http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2016/01/659-665301-9-la-tirania-de-las-publicaciones-academicas.shtml

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