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Libro: Pedagogía-El Cuerpo en la Escuela

El libro de Pedagogía: El Cuerpo en la Escuela tiene como autores a Mgt. Pablo Scharagrodsky (UNQ / UNLP)y como   Coordinación Autoral a la Dra. Myriam Southwell (UNLP / CONICET / FLACSO)

Su contenido es de alta relevancia evidenciados en la siguientes temáticas:

Cuerpo y modernidad | Escuelas: ¿sin cuerpos? | Discurso pedagógico y cuerpo | La escolarización de los cuerpos: ¿qué tipos de cuerpos? | Disciplina y control | El cuerpo, el discurso médico y el discurso escolar | ¿Cuerpos masculinos y cuerpos femeninos? | ¿Cuál es el tipo de corporalidad que se produce hoy en día en la escuela? | El maltrato de los cuerpos en la escuela | Mercados, consumos corporales y estéticas juveniles en la escuela | Consumo y resistencia

Te invitamos a acceder al libro aquí:

Cuerpo y escuela

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Perú: Ampliar edad límite para acceder a Educación Inicial afectará autoestima y aprendizajes de niños

América del Sur/Perú, 31 de diciembre de 2016. Fuente: Minedu

Ante la decisión del Congreso de la República de aprobar una norma que modificaría la edad límite de acceso a la Educación Inicial, el Ministerio de Educación (Minedu) –en su calidad de órgano rector del sistema educativo peruano– solicitó al Ejecutivo observar ese proyecto de ley por ser perjudicial para el desarrollo emocional y cognitivo de los niños y niñas.

Basándose en investigaciones, evidencias científicas, pedagógicas y psicológicas, tanto nacionales como internacionales, el Minedu estableció –como en años anteriores— que solo los menores que cumplan tres, cuatro y cinco años hasta el 31 de marzo podrán ingresar a Educación Inicial. También determinó que los niños y niñas de 6 años cumplidos hasta esa fecha podrán matricularse en Primaria, tal como consta en la Resolución Ministerial N° 627 -2016 – ED del 14 de diciembre.

El Congreso plantea extender la matrícula hasta la edad cronológica del 31 de julio, para que menores de 3 años accedan a Educación inicial y menores de 6 años ingresen al primer grado de Primaria.

Sin embargo, esto afectaría el desarrollo integral y la maduración equilibrada de las dimensiones social, emocional, afectiva, cognitiva de los niños y niñas al exponerlos a situaciones inadecuadas para su edad. Igualmente, podría tener un impacto en los aprendizajes posteriores de los menores, advirtió Angélica Montané, asesora del despacho del Viceministerio de Gestión Pedagógica del Minedu.

Los niños y las niñas deben iniciar la escolaridad en la edad que corresponde y no antes, porque no es recomendable adelantarlos en su proceso escolar, subrayó al indicar que exponerlos a situaciones para las que todavía no están maduros, impacta negativamente en su personalidad y desarrollo.

Señaló que la norma del Minedu sí respeta el proceso de desarrollo de los niños y niñas considerando sus necesidades y bienestar y no solo el aspecto intelectual del aprendizaje; asegurando de ese modo que ganen seguridad y confianza en sí mismos. Teniendo en cuenta que en los primeros años de nacidos la diferencia de meses es significativa en términos de aprendizaje, explicó que los niños menores se sienten frustrados o estresados cuando no alcanzan los mismos progresos o logros que los mayores.

Según diversos investigadores la existencia de rangos de edad muy dispersos en primer grado podría afectar el proceso de aprendizaje. Los niños que ingresan con 6 años tienen ventajas sobre los niños que llegan con 5 años y meses de edad, en aspectos relacionados a habilidades perceptivas y motoras, de razonamiento, aptitud numérica, constancia de forma, memoria inmediata y elaboración de conceptos.

Por eso, respetar el límite de edad establecido por el Minedu, al 31 de marzo, no significa una pérdida de tiempo, por el contrario, generará oportunidades que les permitirán sentar las bases para su desarrollo integral de manera natural y amable, agregó Montané.

Se debe anotar que el Minedu presentó en noviembre al Congreso los argumentos técnicos que advertían sobre los perjuicios que podría provocar un cambio de la edad límite. Con esos mismos argumentos, el ministerio ha solicitado al Poder Ejecutivo observar el proyecto legislativo y mantener la norma vigente tal cual está.

Además exhorta a los padres y a las madres de familia comprender que esta medida pedagógica protege la seguridad emocional de sus hijos e hijas. En esa misma línea el Minedu ha recibido el apoyo del Consejo Nacional de Educación la Red de Promoción de la Infancia, el Grupo Impulsor de Educación Inicial, la Organización Mundial de Educación Inicial, UNICEF, Save the Children, Grade, así como de institutos y universidades.

Por tal motivo la Ley Nº 28044 – Ley General de Educación establece que el Estado garantice que el tiempo educativo se equipare a los estándares internacionales y el Minedu recuerda a los padres y madres de familias asegurar la matrícula oportuna de sus hijos.

Fuente noticia: http://www.minedu.gob.pe/n/noticia.php?id=41325

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´Falemos português’: nuevo proyecto de Educación en Costa Rica

Centroamérica/Costa Rica, 31 de diciembre de 2016.  Fuente: La Nación. Autor: Daniela Cerdas.
El portugués será el cuarto idioma que llegue a las aulas de los colegios públicos, aparte del inglés, francés y mandarín.
Bom dia! Boa tarde! Como vai? Así podrán comenzar a saludar los jóvenes de seis colegios públicos tras las primeras clases de portugués que empezarán a recibir a partir del 2017.

Bajo el nombre Falemos português, el Ministerio de Educación Pública (MEP) lanzará este proyecto que busca preparar a jóvenes con habilidades y competencias requeridas para asumir los retos del siglo XXI, explicó la ministra del ramo Sonia Marta Mora.

El Consejo Superior de Educación aprobó el proyecto piloto del nuevo idioma, en la sesión del 13 de diciembre.

Los centros de secundaria en los que se impartirá esta lengua serán los colegios técnicos profesionales de Santa Ana, el de Educación Comercial y de Servicios (Cootepecos), en Sabana Sur; y en el de Pavas.

Además, se implementará la iniciativa en los liceos experimentales bilingües de San Ramón, Grecia y Belén.

En cada uno de estos seis colegios habrá dos grupos, de 17 estudiantes cada uno, que recibirán tres horas semanales de portugués. El director coordinará el horario de clases. En total, inicialmente, serán 204 los alumnos beneficiados.

Mora indicó que, según datos de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), “esto le permitirá a los alumnos tener oportunidades laborales con la adquisición de competencias lingüísticas. Además, tendrán mayores oportunidades de optar por becas que ofrece el Gobierno de Brasil”, explicó la ministra, quien añadió que el MEP ha establecido una relación de cooperación con la Fundación Centro de Estudios Brasileños para el apoyo en la enseñanza.

Andrea Centeno, directora de Comunicación de Cinde, señaló que, actualmente, el portugués es uno de los idiomas más buscados por las compañías multinacionales que ellos atraen.

“Estas empresas son de servicios y de manufactura tecnológica y están atendiendo el mercado suramericano en donde, claramente, el idioma es requerido”, manifestó Centeno.

El plan

Estos talleres serán impartidos por docentes nativos.

Según Mora, los centros elegidos están en el ámbito en que se desenvuelven núcleos empresariales capaces de ofrecer oportunidades laborales a los alumnos.

El curso de portugués se extenderá hasta el primer periodo del curso lectivo del 2019.

Fuente Noticia: http://www.nacion.com/nacional/educacion/Falemos-portugues-nuevo-proyecto-MEP_0_1605239466.html

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Tras la racionalidad emancipadora del docente

Por: Iliana Lo Priore. 

ililopriore@gmail.com.

Intentar precisar la posición del  docente respecto de la producción de saberes o conocimientos en el campo de la   educación escolar, nos desafía a interrogarlo en  torno a la posibilidad de su estatus  de sujeto epistémico o  productor de saberes y conocimientos en un sentido que no restringe lo epistémico exclusivamente al conocimiento elaborado por vía de la investigación formalmente cientificista.  Ello conlleva a revisar los aspectos que condicionan de manera general tanto la formación del docente como en particular su práctica educativa. Esto supone de suyo que su abordaje se haga con base en la asunción crítica de los paradigmas o racionalidades en disputa que se han formulado para ello. Esto lo hacemos  por cuanto creemos necesario siempre explicitar los supuestos a partir de los cuales se asume una mirada o punto de vista  por cuanto así se define su alcance y profundidad.

Luego que Habermas (1992),  definiera inicialmente los paradigmas teóricos en disputa en el  campo de la producción de conocimientos, se han perfilado mucho más  las implicaciones de los paradigmas técnico-instrumental, práctico-estratégico y reflexivo-emancipador con base en la relación que guardan  los intereses sociales y el conocimiento para evidenciar y concluir que no hay saberes o conocimientos desinteresados, deslegitimando así, por un lado, la presunta  neutralidad del conocimiento científico, y, por otro lado, legitimando las justificaciones ético-políticas en la producción del mismo  conocimiento; siendo ambas posturas, la de la neutralidad y la de la objetividad del conocimiento científico, expresiones ideológicas del paradigma positivista o técnico-instrumental.

De allí que  siendo la acción educativa una acción societal interesada o intencional desde la perspectiva sociopolítica (Freire, 1999), surge como más pertinente la escogencia de las opciones paradigmáticas práctico-estratégica y reflexivo-emancipadora, mucho más la segunda que la primera,  para la indagación en torno a la producción epistémica o de la lógica productora o recreadora de conocimientos y saberes por parte de los educadores. A diferencia de la racionalidad técnico-instrumental que concibe al docente individualistamente y no de manera colectiva, y circunscribiéndolo centradamente al proceso instrumental de enseñanza-aprendizaje en donde lo inscribe como repetidor de conocimientos elaborados por otros,  como un técnico que aplica o adecúa un saber-hacer del  repertorio o menú de estrategias, técnicas, procedimientos e instrumentos prescriptos en un currículo, la racionalidad práctico-estratégica, así como la racionalidad-emancipadora, enmarcan a los docentes en un contexto mucho más amplio que los inscribe como interpretantes éticos de su práctica, el primero, y como intelectuales orgánicos o praxísticos con base principalmente de los aportes de Gramsci (1967) y otros  (Giroux, 1990), el segundo.

La racionalidad práctico-estratégica concibe a los docentes desde su profesionalidad (Grundy, 1998), como productores de conocimiento y saberes de conformidad  con su compromiso ético-moral de la formación autónoma o dignificadora colectiva e interaccional de los otros, los estudiantes, con base en el  uso de su  capacidad interpretativa ante los requerimientos imprevisibles y  azarosos e incertidumbres que surgen contextualizadamente en su relación didáctico-pedagógica. Por esto, se asocia a los enfoques fenomenológicos o hermenéuticos al tratar de comprender las situaciones cotidianas que viven los docentes en su ejercicio.  De aquí que la producción o construcción de saberes y conocimientos y, en consecuencia, su innovación pedagógica, se infiere desde una “epistémica espontaneidad pedagógica experiencial” ya que responde a la inmediatez de su necesidad aúlica, en la que se subordina la creación o producción de los medios, a los fines éticos que los preceden, sin que ello obvie  que se concreten esas necesidades en la formulación formal de proyectos de investigación bajo los enfoques señalados, desde el sentido que le otorgan a sus actos, si se abren posibilidades institucionales para que los sistematice, formule  y realice.

La racionalidad o paradigma reflexivo-emancipador considera y promueve la concepción del docente como intelectual praxístico (teórico-práctico) desde su inicial formación hasta su ejercitación profesional y formación permanente, ya que resalta la capacidad impugnadora de los docentes como analizantes críticos cuestionadores de los aspectos de control y de poder instituidos que limitan su actuación, y de sus posibilidades de transformación, en las instituciones escolares. Entendiendo éstas en tanto instituciones de la sociedad para la  reproducción de las hegemonías políticas en lucha: las de dominación y las de liberación, con sus implicaciones tanto para la autoconciencia y las actuaciones políticas asumidas, como para las concepciones de la educación institucional y sus pedagogías y didácticas, en el marco de las luchas por el cambio progresista de las sociedades determinadas históricamente. Desde este punto de vista que profundiza y radicaliza en mucho el paradigma  práctico-estratégico, la epistémica espontaneidad pedagógica experiencial, al proponer y evidenciar que la práctica se modifica sustancialmente  al comprenderla desde la teoría crítica y cambiando las relaciones de poder y control de su contexto institucional, y que para lograrlo es imprescindible  articular la epistémica espontaneidad  con los enfoques y metodologías de la investigación militante o comprometida (por ejemplo, la investigación-acción transformadora, el socioanálisis o autoanálisis institucional), genera de esta manera, la  autorregulación o autonomía de sus experiencias para producir sus saberes y conocimientos y, por tanto, sus innovaciones educativas alternativas a las de la racionalidad técnico-instrumental.

Por todo lo expuesto, consideramos que la racionalidad reflexiva-emancipadora es  la opción más pertinente en el contexto sociohistórico actual en que se desenvuelve la educación regional centro-suramericana y caribeña  para revisar y orientar la producción de conocimientos o saberes en la formación docente y en la realización de  su práctica profesional en las instituciones escolares, así como para su formación permanente.

Al destacar la opción reflexivo-emancipadora, no la suscribimos en su totalidad como la han propuesto los autores europeos y norteamericanos por más críticos que éstos sean, sino que la recontextualizamos o resignificamos interculturalmente desde la perspectiva decolonizadora de los conocimientos y saberes que la dependencia cultural  colonial, neocolonial y globorrecolonizadora nos han impuesto, y desde el enfoque de la pedagogía de la liberación latinoamericana, que propone para afirmar la identidad liberadora del docente una ética contextual que sustituya la concepción reproductora del “ser-para-sí” por la del “ser-para-el-otro”.  Pedagogía liberadora que, a su vez, la inscribimos en la resistencia y lucha político-cultural o ideológica contra el proceso contemporáneo de globorrecolonización neoliberal o transnacional, que bajo la denominación ideologizadora de “globalización”, que connota semánticamente homogeneidad e igualación entre los países solapando la desigualdad que induce entre ellos, pretende reforzar redefiniéndolos, los lazos de sujeción dominadora y explotadora  de nuestras naciones y pueblos a los centros hegemónicos del capitalismo neoliberal mundial.

De lo expuesto, se desprende que privilegiamos la reflexión ético-epistémica del docente sobre su ejercicio profesional cotidiano. Asumiéndola en su acepción de doble flexión, teniendo en cuenta  los efectos resentidos de la sujeción limitante del contexto de control y de poder institucional  escolar sobre   su práctica didáctico-pedagógica y, su refracción expresada en forma de autonomía ético-cognitiva para  la producción de saberes y conocimientos, así como de  innovaciones didáctico-pedagógicas. Asimismo, por favorecer de este modo, su praxis educativa en función de los otros (sus estudiantes, el entorno comunitario, la sociedad, la nación y la humanidad).

Por ello, la consideramos como el punto basal desde el cual  hay que impulsar el reconocimiento de su potencialidad y trascendentalidad emancipadora para impulsar su redignificación, — ya no  de forma demagógica con base en una mística sacrificial manipuladora como en el pasado que le negaba auténticos reconocimientos a su denodada tarea–, por parte de los Estados-gobiernos y de la sociedad en general, al empoderarlo institucionalmente  como edificador de una educación de mayor calidad por ser más pertinente sociocultural y políticamente. Contrarrestando de esta manera, la planificación tecnocrática (o expertócrata) de la educación que descalifica y excluye la participación protagónica de los docentes porque  los concibe como meros receptores de sus elaboraciones curriculares, por su naturaleza reproductora de la división social y jerárquica del trabajo capitalista (“unos piensan y otros hacen”, “unos mandan y otros obedecen”).

REFERENCIAS

Freire, P.  (1999).  Política y educación. México: Siglo XXI.

Giroux, H.  (1990).  Los profesores como intelectuales. Barcelona: Paidós

Gramsci, A.  (1967).  Los intelectuales y la organización de la cultura. México: Grijalbo

Grundy, S.  (1998). Producto o praxis del curriculum. Morata: Madrid

Habermas, J.  (1992).  Conocimiento e interés. Madrid: Taurus

 

 

Correos: ililopriore@yahoo.es; ililopriore@gmail.com. Twiter: @ililopriore

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Education and religion around the world

31 de Diciembre de 2016. Fuente: PewResearch Center

Resumen: Basándose en encuestas realizadas en 151 países, un estudio analiza el logro educativo entre creyentes de las principales religiones monoteístas del planeta. ¿Existirá una relación entre educación y religión? Veamos que reseña el informe del estudio.

Jews are more highly educated than any other major religious group around the world, while Muslims and Hindus tend to have the fewest years of formal schooling, according to a Pew Research Center global demographic study that shows wide disparities in average educational levels among religious groups.

These gaps in educational attainment are partly a function of where religious groups are concentrated throughout the world. For instance, the vast majority of the world’s Jews live in the United States and Israel – two economically developed countries with high levels of education overall. And low levels of attainment among Hindus reflect the fact that 98% of Hindu adults live in the developing countries of India, Nepal and Bangladesh.

But there also are important differences in educational attainment among religious groups living in the same region, and even the same country. In sub-Saharan Africa, for example, Christians generally have higher average levels of education than Muslims. Some social scientists have attributed this gap primarily to historical factors, including missionary activity during colonial times. (For more on theories about religion’s impact on educational attainment, see Chapter 7.)

Drawing on census and survey data from 151 countries, the study also finds large gender gaps in educational attainment within some major world religions. For example, Muslim women around the globe have an average of 4.9 years of schooling, compared with 6.4 years among Muslim men. And formal education is especially low among Hindu women, who have 4.2 years of schooling on average, compared with 6.9 years among Hindu men.

Yet many of these disparities appear to be decreasing over time, as the religious groups with the lowest average levels of education – Muslims and Hindus – have made the biggest educational gains in recent generations, and as the gender gaps within some religions have diminished, according to Pew Research Center’s analysis.

At present, Jewish adults (ages 25 and older) have a global average of 13 years of formal schooling, compared with approximately nine years among Christians, eight years among Buddhists and six years among Muslims and Hindus. Religiously unaffiliated adults – those who describe their religion as atheist, agnostic or “nothing in particular” – have spent an average of nine years in school, a little less than Christian adults worldwide.1

But the number of years of schooling received by the average adult in all the religious groups studied has been rising in recent decades, with the greatest overall gains made by the groups that had lagged furthest behind.

For instance, the youngest Hindu adults in the study (those born between 1976 and 1985) have spent an average of 7.1 years in school, nearly double the amount of schooling received by the oldest Hindus in the study (those born between 1936 and 1955). The youngest Muslims have made similar gains, receiving approximately three more years of schooling, on average, than their counterparts born a few decades earlier, as have the youngest Buddhists, who acquired 2.5 more years of schooling.

Over the same time frame, by contrast, Christians gained an average of just one more year of schooling, and Jews recorded an average gain of less than half a year of additional schooling.

Meanwhile, the youngest generation of religiously unaffiliated adults – sometimes called religious “nones” – in the study has gained so much ground (2.9 more years of schooling than the oldest generation of religious “nones” analyzed) that it has surpassed Christians in average number of years of schooling worldwide (10.3 years among the youngest unaffiliated adults vs. 9.9 years among the youngest Christians).

Gender gaps also are narrowing somewhat. In the oldest generation, across all the major religious groups, men received more years of schooling, on average, than women. But the youngest generations of Christian, Buddhist and unaffiliated women have achieved parity with their male counterparts in average years of schooling. And among the youngest Jewish adults, Jewish women have spent nearly one more year in school, on average, than Jewish men.

These are among the key findings of Pew Research Center’s new demographic study. A prior study by researchers at an Austrian institute, the Wittgenstein Centre for Demography and Human Capital, looked at differences in educational attainment by age and gender.2 The new study is the first comprehensive examination of differences in educational levels by religion. Wittgenstein Centre researchers Michaela Potančoková and Marcin Stonawski collaborated with Pew Research Center researchers to compile and standardize this data.

Religions vary in educational attainment

About one-in-five adults globally – but twice as many Muslims and Hindus – have received no schooling at all

Despite recent gains by young adults, formal schooling is neither universal nor equal around the world. The global norm is barely more than a primary education – an average of about eight years of formal schooling for men and seven years for women.

At the high end of the spectrum, 14% of adults ages 25 and older (including 15% of men and 13% of women) have a university degree or some other kind of higher education, such as advanced vocational training after high school. But an even larger percentage – about one-in-five adults (19%) worldwide, or more than 680 million people – have no formal schooling at all.

Education levels vary a great deal by religion. About four-in-ten Hindus (41%) and more than one-third of Muslims (36%) in the study have no formal schooling. In other religious groups, the shares without any schooling range from 10% of Buddhists to 1% of Jews, while a majority of Jewish adults (61%) have post-secondary degrees.3

Hindus and Muslims have made big advances in educational attainment

The study finds the religious groups with the lowest levels of education are also the ones that have made the biggest gains in educational attainment in recent decades.

Over three recent generations, the share of Hindus with at least some formal schooling rose by 28 percentage points, from 43% among the oldest Hindus in the study to 71% among the youngest. Muslims, meanwhile, registered a 25-point increase, from 46% among the oldest Muslims to 72% among the youngest.

Christians, Buddhists and religious “nones” have made more modest gains in basic education, but they started from a higher base. Among the oldest generation in the study, large majorities of these three religious groups received at least some formal education; among the youngest Christians, Buddhists and religious “nones,” more than nine-in-ten have received at least some schooling.

The share of Jews with at least some schooling has remained virtually universal across generations at 99%.

Declining gender gaps in formal education

In this study, more women than men have no formal education: As of 2010, an estimated 432 million women (23% of all women ages 25 and older) and 250 million men (14% of all men) lacked any formal education.

In some religious groups, the gender gaps in acquiring any formal education are particularly large. For example, just over half of Hindu women (53%) have received no formal schooling, compared with 29% of Hindu men, a difference of 24 percentage points. Among Muslims worldwide, 43% of women and 30% of men have no formal schooling, a 13-point gap. In other religions, the gender differences in the shares with no formal schooling are smaller, ranging from 9 points among the religiously unaffiliated to just 1 point among Jews.

But Hindus have substantially narrowed the gender gap in primary schooling, as shares of Hindu women with no formal schooling decreased across the three generations studied. Among the oldest Hindus, 72% of women and 41% of men have no formal schooling. But among the youngest Hindus in the study, the gender gap is smaller, as 38% of women and 20% of men have no formal schooling.

Muslims also have reduced the gender gap across generations by 11 percentage points. But in the youngest generation, a 10-point difference remains: 33% of Muslim women and 23% of Muslim men have no formal schooling. Among religiously unaffiliated adults and Buddhists worldwide, meanwhile, the gender gap in the shares with no formal schooling has virtually disappeared.

Reversal of some gender gaps in higher education

Worldwide, among all adults in the study, slightly more men than women hold post-secondary degrees (15% vs. 13%). But across generations, women have been outpacing men in reaching higher levels of education. As a result, in the youngest generation, the share of women with post-secondary degrees is comparable to the share of men (17% each).

In the youngest generation of three faith groups – Jews, Christians and the religiously unaffiliated – the gender gap in higher education has actually reversed. The biggest reversal has happened among Jews. Among the oldest generation of Jews, more men (66%) than women (59%) hold post-secondary degrees. But among the youngest Jewish adults worldwide, 69% of women and 57% of men have such degrees. In other words, a 7-point gender gap in the oldest generation (with more men than women holding advanced degrees) is now a 12-point gender gap in the other direction, with more women than men in the youngest generation of Jews holding degrees. (See Chapter 6 for details.)

Christians and religiously unaffiliated people have experienced similar – although not as dramatic – reversals of the gender gap in post-secondary education. Among Christians, the gender gap among those in the oldest adult cohort – 21% of men with higher education vs. 17% of women – has flipped among the youngest so that more women than men now hold degrees (25% of women vs. 20% of men). Similarly, among religiously unaffiliated people, the 3-point gender gap in the oldest generation (with more men than women having higher education) is now a 3-point gap in the other direction in the youngest generation, with more women than men earning post-secondary degrees.

Meanwhile, the gender gap in higher education has narrowed for Buddhists (by 5 points) and Muslims (by 3 points). Among the youngest generations in those groups, roughly equal shares of women and men hold higher degrees – 19% each among Buddhists and 11% and 9% among Muslim men and women, respectively. The gender gap in post-secondary education among Hindus has held steady across generations. In the youngest cohort of Hindus, more men than women still have post-secondary degrees (17% of men vs. 11% of women).

Both religion and region matter for educational attainment

Within the world’s major religious groups, there are often large variations in educational attainment depending on the country or region of the world in which adherents live. Muslims in Europe, for example, have more years of schooling, on average, than Muslims in the Middle East. This is because education levels are affected by many factors other than religion, including socioeconomic conditions, government resources and migration policies, the presence or absence of armed conflict and the prevalence of child labor and marriage.

At the same time, this study finds that even under the same regional or national conditions, there often are differences in education attainment among those within religious groups. Here are some findings from this report that illustrate both the diversity within the same religious group across different regions of the world, and the diversity within the same region among religious groups:

  • There is a large and pervasive gap in educational attainment between Muslims and Christians in sub-Saharan Africa. By all attainment measures, Muslim adults in the region – both women and men – are far less educated than their Christian counterparts. For instance, Muslims are more than twice as likely as Christians in sub-Saharan Africa to have no formal schooling (65% vs. 30%). Moreover, despite growth in the share of adults with any formal schooling in recent decades, the Muslim-Christian attainment gap has widened across generations, largely because Muslims have not kept pace with educational gains made by Christians. (See Chapter 1 for more on the Muslim-Christian gap in sub-Saharan Africa, and Chapter 7 for a discussion of possible explanations.)
  • Also in sub-Saharan Africa, the Muslim gender gap in education has remained largely unchanged across generations – and even widened slightly by some measures of attainment analyzed in this study. Although the youngest Muslim women in this region are making educational gains compared with their elders, they are making them at a slightly slower rate than their male peers. This pattern differs from some other regions, where Muslim women are generally making educational gains at a faster pace than Muslim men, thus narrowing the gender gap. (See Chapter 1 for details.)
  • Christians have remained fairly stable at the global level in their overall educational attainment over three generations. But their attainment varies considerably by region. As the largest of the world’s major religious groups (numbering about 2.2 billion overall, including children, as of 2010), Christians also are the most widely dispersed faith group, with hundreds of millions of adherents in sub-Saharan Africa, the Asia-Pacific, Europe, North America and Latin America and the Caribbean. Christians in Europe and North America tend to be much more highly educated than those in sub-Saharan Africa, for instance, although African Christians are making rapid educational gains across generations. (See Chapter 2 for more detail on educational attainment among Christians.)
  • Jews also have remained stable in their already high levels of educational attainment over recent generations. But Jews, unlike Christians, are a much smaller and more localized population, with a large majority of all Jews worldwide living in just two countries – Israel and the United States – where educational attainment is relatively high overall. (Chapter 6 explores data on Jews in more detail.)
  • At the global level, religiously unaffiliated adults have 1.3 more years of schooling, on average, than religiously affiliated adults (8.8 versus 7.5). One possible reason for this is that unaffiliated people are disproportionately concentrated in countries with relatively high overall levels of educational attainment, while the religiously affiliated are more dispersed across countries with both high and low levels of attainment. However, the unaffiliated are not consistently better educated than their religiously affiliated compatriots when looked at country by country. In the 76 countries with data available on the youngest generation of unaffiliated adults (born 1976-1985), they have a similar number of years of schooling as their religiously affiliated peers in 33 countries; they are less educated in 27 countries, and they are more highly educated than the affiliated in 16 countries. (See sidebar in Chapter 3 for more details on the unaffiliated and secularization theory.)
  • Hindus in India, who make up a large majority of the country’s population (and more than 90% of the world’s Hindus), have relatively low levels of educational attainment – a nationwide average of 5.5 years of schooling. While they are more highly educated than Muslims in India (14% of the country’s population), they lag behind Christians (2.5% of India’s population). By contrast, fully 87% of Hindus living in North America hold post-secondary degrees – a higher share than any other major religious group in the region. (See Chapter 5 on Hindu educational attainment.)
  • Religious minorities often have more education, on average, than a country’s majority religious group, particularly when the minority group is largely foreign born and comes from a distant country. In these cases, immigrants often were explicitly selected under immigration policies that favor highly skilled applicants. In addition, it is often the well-educated who manage to overcome the financial and logistical challenges faced by those who wish to leave their homeland for a new, far-off country. For instance, in the U.S., where Christians make up the majority of the adult population, Hindus and Muslims are much more likely than Christians to have post-secondary degrees. And unlike Christians, large majorities of Hindus and Muslims were born outside the United States (87% of Hindus and 64% of Muslims compared with 14% of Christians, according to a 2014 Pew Research Center survey). 4

A note about this analysis

This report looks at average educational levels among adherents of five major world religions – Christianity, Islam, Hinduism, Buddhism and Judaism – as well as among the religiously unaffiliated.

Educational systems vary enormously around the world; this report does not attempt to analyze differences in educational quality, but focuses primarily on educational attainment in terms of number of years of schooling. It distinguishes among four broad levels of educational attainment: no formal schooling (less than one year of primary school), primary education (completion of at least one grade of primary school), some secondary education (but no degree beyond high school) and post-secondary education (completion of some kind of college, university or vocational degree beyond high school, also referred to in this report as “higher education”). For comparability across countries, these educational categories are based on the International Standard Classification of Education (ISCED 1997; see Methodology for more details).

To measure changes over recent generations, the report looks at three birth cohorts: the “oldest” (born 1936-1955), “middle” (born 1956-1975) and “youngest” (born 1976-1985). These generations roughly correspond, respectively, to people ages 55 to 74, 35 to 54 and 25 to 34 as of 2010, the most recent year for which detailed census data are available in many countries. Whenever this report refers to “adults,” it means people who were 25 or older in 2010 (or, in some cases, the most recent year for which data are available).

The report presents figures at the global and regional levels but also includes select country-level data as illustrations of larger trends. It includes data from 151 countries, collectively representing 95% of the 3.6 billion people around the world who were 25 or older in 2010. Analyses of change across generations include data from 130 countries with available data on all three birth cohorts, representing 87% of the world’s population in 2010 ages 25 to 74.

The approach in this report is primarily descriptive: It lays out the differences in educational levels among religious groups without attempting to explain the reasons for those differences. Chapter 7 outlines some of the ways that social scientists think religion may influence educational attainment.

In this study, the world is divided into six regions. It includes data from 35 countries in the Asia-Pacific region; 36 countries in Europe, including Russia; 30 countries in Latin America and the Caribbean, including Central America and Mexico; 12 countries in the Middle East-North Africa region; Canada and the United States in North America; and 36 countries in sub-Saharan Africa.

Countries with data on religion and educational attainment

Fuente: http://www.pewforum.org/2016/12/13/religion-and-education-around-the-world/

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Iniciativa pedagógica «Enseñar África»

Europa/África, 31 de diciembre de 2016. Fuente:Casa África

Casa África ha sido el principal impulsor de Enseñar África, un proyecto educativo cuyo principal objetivo es trasladar a los estudiantes españoles de Enseñanza Secundaria una visión plural y diversa de África mediante la incorporación en su formación de una Unidad Didáctica que aborda diversos temas relacionados con el continente africano.

El proyecto se ha desarrollado mediante la colaboración entre Casa África, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), la Fundación Ramón Areces y el Gobierno de Canarias.

Esta iniciativa pedagógica surgió ante la evidencia del escaso conocimiento sobre África por parte de los adolescentes españoles, tras la realización de estudios previos sobre las percepciones del alumnado de Secundaria acerca de África y sobre la presencia de África en los manuales escolares.

Bajo la dirección de los profesores de la ULPGC Ignacio Nadal (Didáctica de la Geografía) y Ezequiel Guerra (Geografía Humana), un equipo formado por profesorado de Educación Secundaria de Canarias y de Senegal y profesorado de la Universidad Cheick Anta Diop de Dakar (Dakar, Senegal), la Universidad Abdelmalek Essaadi (Tetuán, Marruecos), la Universidad Eduardo Mondlane (Maputo, Mozambique) y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (Canarias, España), ha diseñado una Unidad Didáctica que aborda ocho temas de gran interés para la comprensión de la realidad africana, y, a su vez, muy útiles como material complementario para el trabajo de las competencias, en el desarrollo del currículo de Secundaria.

África es la realidad física más cercana a Canarias y sin embargo el desconocimiento y los estereotipos son los rasgos más comunes que acompañan nuestra percepción del continente. La visión negativa de lo que allí acontece es casi la única que existe, especialmente por parte del alumnado, de tal forma que la pluralidad de las situaciones es un rasgo que apenas se tiene en cuenta, así como los avances positivos que las sociedades africanas tienen en muchos aspectos. La Unidad Didáctica Enseñar África trata de presentar un África plural y diversa que,  sin ocultar los problemas, hace énfasis en sus avances positivos.

La Unidad Didáctica está compuesta por un Libro del Alumnado y una Guía del Profesorado en formato CD. El Libro del Alumnado está compuesto por breves textos, imágenes, gráficas, cuadros de datos, etc., que plantearán una reflexión a través de una serie de actividades. Este Libro comprende ocho temas que pueden ser trabajados de manera independiente o en relación con los contenidos propios del currículo de esta etapa educativa:

  • Tema 1 – África plural, África diversa
  • Tema 2 – Espacio y nación en África: historia de los pueblos africanos
  • Tema 3 – ¿África en el mundo o el mundo en África?
  • Tema 4 – La población de África
  • Tema 5 – Cultura africana
  • Tema 6 – Las ciudades africanas
  • Tema 7 – Familias africanas
  • Tema 8 – Algunos retos de África

En la Guía del Profesorado se exponen las características generales del texto, su proceso de elaboración, su inclusión en el currículo y se explican las distintas formas de abordar sus capítulos y actividades.

Próximamente estará también disponible el Libro del Alumnado Enseñar África en formato electrónico.

Casa África acogió desde 2013 la presentación pública del proyecto y colaboró tanto en la edición como en la distribución del material didáctico sobre África en los centros educativos de Secundaria del Archipiélago Canario.

A principios de 2014, de nuevo gracias a la colaboración de Casa África, los directores del programa impartieron talleres al profesorado de Educación de Secundaria de las Islas Canarias, con el fin de exponer las características generales de la Unidad Didáctica, su proceso de elaboración y su inclusión en el currículo y explicar las distintas formas de abordar sus capítulos y actividades con los alumnos.

Desde entonces, numerosos centros educativos han trabajado los contenidos de la Unidad Didáctica en las aulas. Los primeros lo hicieron en el marco del «proyecto centro», lanzado como apoyo al proyecto Enseñar África por la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad del Gobierno de Canarias, a través de la DGOIPE (Dirección General de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa). Estos centros y profesores que trabajaron la Unidad Didáctica en el marco de este proyecto centro recibieron la correspondiente certificación de participación, en los términos recogidos en la Resolución de la DGOIPE, por la que se aprueba el Proyecto «Enseñar África» para su desarrollo durante el curso escolar 2013-2014 en centros públicos de Secundaria.

El trabajo de los alumnos con las unidades didácticas que conforman Enseñar África da como resultado una serie de materiales (murales, exposiciones fotográficas, cómics, carteles, dibujos, textos, videocreaciones, etc), que tras una selección en el propio centro educativo y posteriormente en el CEP de su ámbito, son expuestos en Casa África.

Enlaces de interés y material docente:

Fuente: http://www.casafrica.es/Ensenar-Africa.jsp

Fuente imagen: ttps://www.google.co.ve/search?q=africa&biw=1321&bih=842&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwixwYzNlJ_RAhVKSiYKHYK6BuYQ_AUIBigB#tbm=isch&q=cultura+africana+costumbres+y+tradicione

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México: Una educación que no muestra mejoría, al terminar 2016

América del Norte/México, 31 de diciembre de 2016.  Fuente: La Prensa. Autor: Emilio Troncoso Acosta

Culmina 2016 y con él dos terceras partes del gobierno responsable de impulsar la reforma educativa, llamada la más importante del sexenio, sin que se vislumbre cambio alguno en la situación de la educación en nuestro país, manteniendo el estatus de crisis que ha venido teniendo, después de 15 años de ser partícipe de evaluaciones internacionales, como el examen PISA, y con la esperanza de que en 2017 se pueda reorientar el rumbo de nuestro sistema educativo, para alcanzar la tan anhelada educación de calidad con equidad.

Ante esta realidad, el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, ha manifestado que estos resultados confirman la necesidad de la reforma educativa y que ésta tiene una ruta de mejora y solución, por lo que los avances son graduales, advirtiendo que de acuerdo con las experiencias de otros países el proceso de logros podría llevar una década. También ha señalado que comparativamente con resultados anteriores, México no tiene cambios en su evolución educativa, pero que tiene las menores brechas de desigualdad educativa en América Latina.

Es preciso recordar que el Ejecutivo Federal promulgó la reforma con la finalidad de mejorar la calidad de la enseñanza, planteando la necesidad de una política educativa integral que ofreciera soluciones concretas y de largo plazo a los problemas de fondo que enfrenta nuestro sistema educativo nacional, planteándose como objetivos, responder al reclamo social de mejorar la calidad de la educación básica y media superior, para lo cual se trabajaría en la profesionalización de la función docente, el establecimiento de estándares mínimos de funcionamiento de las escuelas, el mejoramiento de los planes y programas de estudio, el fortalecimiento de los programas destinados a mejorar instalaciones, la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación, así como la realización de evaluaciones periódicas de todos los componentes del sistema educativo.

Otros objetivos planteados eran reducir la desigualdad en el acceso a la educación, reforzando los programas que brindan asistencia a las escuelas que se encuentran en zonas con altos niveles de marginación, así como a los estudiantes con necesidades educativas especiales e involucrar a los padres de familia, y a la sociedad mexicana en su conjunto, en la transformación de la educación por medio de consejos de participación.

Para seguir avanzando en el proceso de reforma educativa, hace unos días se presentó el informe de la Consulta del Modelo Educativo y la Propuesta Curricular para la Educación Obligatoria 2016, que sistematiza y clasifica casi 300,000 comentarios y opiniones vertidas en los foros y plataforma electrónica, y que a partir de estos resultados se trabajará en la versión definitiva.

En el informe presentado se puede apreciar que si bien hay una aceptación y valoración de los objetivos generales planteados en el nuevo modelo educativo y propuesta curricular, también son percibidos como ambiciosos e irreales, de acuerdo a las condiciones y necesidades de nuestro sistema educativo nacional. Asimismo está presente, en esta consulta, la demanda de conocer el diagnóstico de la SEP sobre reformas educativas anteriores y que se dé más información sobre los ajustes institucionales, tanto a nivel nacional como estatal, que se deben realizar para su implementación, así como la preocupación por el tiempo para la implementación del modelo educativo, pues se pretende llevarlo a las aulas cuando sólo restan dos años de la presente administración.

Aurelio Nuño Mayer se comprometió a presentar en no más de mes y medio el modelo educativo, con las precisiones necesarias y la ruta de implementación, con tiempos bien detallados, que dará paso a la publicación de los nuevos planes y programas de estudio, los libros de texto que los acompañen y la capacitación docente según los más recientes lineamientos para implementarse en el ciclo escolar 2018-2019.

Mucho se ha cuestionado que en esta presentación, los grandes ausentes fueron los consultados, como lo ha expresado el senador Juan Carlos Romero Hicks, presidente de la Comisión de Educación en la Cámara Alta, quien destacó que no fueran invitados docentes, padres de familia, estudiantes ni autoridades educativas del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), restándole importancia a la participación social tan mencionada.

Sin duda alguna 2017 será un año clave para concretar el proceso de reforma educativa o reorientar el camino en la transformación del sistema educativo nacional, por lo que se espera un modelo educativo que entienda y atienda la realidad del México de hoy, y se vean reflejadas las opiniones y propuestas de maestros, alumnos, padres de familia y sociedad en general, que participaron en la consulta y que ésta no solamente haya servido para justificar un modelo que sí estaba terminado y acabado.–

Fuente noticia: https://www.la-prensa.com.mx/columnas/una-educacion-que-no-muestra-mejoria-al-terminar-2016

Fuente imagen: http://crisolplural.com/author/victor-barcelo/page/24/ Autor: Víctor Barcelo

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