Page 10 of 472
1 8 9 10 11 12 472

CIIOVE Entrevista a Luz Bettina Fuenmayor de Fe y Alegría: “Sin maestros no hay escuelas”

Luz Palomino/Luis Bonilla-Molina entrevista en exclusiva para CIIOVE

En medio de una conversación con docentes de Caracas surgió la iniciativa de entrevistar a compañeres de Fe y Alegría. Luz había estudiado en un instituto de Fe y Alegría y Luis conoció la experiencia en los años ochenta, así que nos animamos a hacer una serie de trabajos al respecto.

Decidimos comenzar por la profesora Luz Bettina Fuenmayor quien viene laborando en el Centro de Investigaciones y Formación Padre Joaquín (CFIPJ de Fe y Alegría. Luz es Bachiller Docente. Normal Nueva América Fe y Alegría, Licenciada en Letras – Mención Letras Hispánicas. Universidad del Zulia (LUZ), Magíster Scientarium en Literatura Venezolana. Universidad del Zulia (LUZ), cursante del Doctorado en Ciencias de la Educación en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, con diplomados en Gerencia Social Ignaciana. Pontificia Universidad Javeriana, de Formación Política y Ciudadana. Pontificia Universidad Javeriana. Cuando le preguntamos a Luz como podíamos presentarla nos dijo como maestra que es lo que soy; nos pareció importante dar a conocer a nuestros lectores su mirada y experiencia. Los dejamos con la maestra Luz Bettina 

Apreciada Luz Bettina Fuenmayor, cuéntanos un poco tu historia personal, como contexto al trabajo que actualmente realizas en Fe y Alegría  

Soy egresada como maestra, de la Normal Nueva América de Fe y Alegría en el año 1.982, antes del cierre definitivo de las Escuelas Normales por parte del estado venezolano. Desde ese momento comencé a trabajar en la Escuela Nueva Venezuela, donde había hecho mis pasantías docentes. Mientras estudiaba fui voluntaria los días sábados, en la comunidad donde vivo y luego en la escuela, del programa de educación del Instituto Radiofónico Fe y Alegría.

En la escuela desempeñé diferentes cargos y luego de dieciocho años, siendo la directora, dejé la escuela y me incorporé al equipo del Centro de Formación Padre Joaquín para llevar adelante la producción de materiales para el área de Lenguaje y acompañar la formación de docentes en el Programa de Profesionalización de Docentes en Ejercicio, en convenio con la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez. Allí estuve un año, para asumir luego en el año 2001, la dirección de la oficina que coordina el programa escuela en la región. En el año 2004 asumí el reto de la dirección del Instituto Universitario San Francisco, el segundo instituto de educación universitaria de Fe y Alegría, que abría sus puertas en el país. Después de catorce años, en el 2018, regresé a la dirección del Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín (CFIPJ), donde me desempeño actualmente.

El CFIPJ tiene como misión dinamizar, orientar y acompañar procesos educativos con el propósito de generar teoría pedagógica en el marco de la Educación Popular, apoyar además la formación de los equipos nacionales, regionales y zonales de los distintos programas de Fe y Alegría y ofrecer servicios educativos, dentro y fuera de la institución.

¿Cuál es la historia de Fe y Alegría? Cuéntanos un poco de sus orígenes y recorrido

Fe y Alegría nace, en el año 1955, en un momento en el que Venezuela vivía la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, que privilegió la educación de las élites, razón por la cual la educación pública se vio limitada y hubo un crecimiento de las escuelas privadas, de 272 que existían llegaron al número de 1.070.

El padre José María Vélaz visitaba los sábados por la tarde los barrios de Catia con sus alumnos de la Universidad Católica Andrés Bello y allí vieron de frente las condiciones de pobreza de los barrios. En medio de ese apostolado y ante tantas preguntas que de esa realidad brotaba, decidieron que la mejor forma de combatir la pobreza era a través de la educación, por lo que decidieron que el mejor aporte sería una escuela. Fue así como Abraham Reyes y su esposa Patricia, en un acto de entrega, generosidad y compromiso con su comunidad, cedieron su casa para que el 5 de marzo de 1955 abriera sus puertas la primera escuela de Fe y Alegría.

Desde ese día y hasta hoy estamos presentes en 22 países de América Latina, Europa y África y juntos formamos la Federación Internacional Fe y Alegría. En Venezuela atendemos a 149.560 personas en 175 escuelas, 5 Institutos Universitarios, una red de 23 emisoras radios, 75 Centros Educativos de Capacitación Laboral y un Centro de Formación e Investigación. En estos 65 años seguimos comprometidos con el país y con nuestra misión educativa.

 

Precisamente, esa sensibilidad por los asuntos sociales y pedagógicos, nos permite preguntarte ¿Cuáles consideras que son los elementos más significativos de la crisis educativa en Venezuela?

Posiblemente pudiera resumir como el elemento más significativo la falta de inversión, lo que imposibilita la superación del deterioro en infraestructura, calidad educativa y profesión docente.

En el año 2005 Venezuela tenía 30.058 planteles educativos, en el 2015 ya eran 27.626 y desde entonces desconocemos si se han construido nuevas escuelas. Esto sin contar que las que existen, son asediadas frecuentemente por la delincuencia, ocasionando un deterioro en su infraestructura que difícilmente logra reponerse. Tenemos escuelas sin cableado eléctrico, sin sistemas de ventilación, cada vez con menos equipos tecnológicos.

Por otro lado, las condiciones del contexto afectan el desarrollo del proceso educativo, las limitaciones económicas de las familias, las dificultades de transporte, la crisis del servicio eléctrico y la falta de acceso al agua potable, condicionan el proceso educativo, el desarrollo de competencias fundamentales y de habilidades para la vida. Las respuestas que la educación debe dar ante los problemas del contexto se encuentran comprometidas en su efectividad.

Por último, hay un continuo deterioro del ejercicio de la profesión docente y urge una dignificación de esta profesión. Todas las personas quieren un buen maestro para sus familiares, pero seguramente muchas de esas personas estarían de acuerdo en que algún miembro de su familia sea maestro. En nuestro país quienes deciden ser educadores son seres excepcionales que tiene que aprender a vivir con un salario de aproximadamente entre 4 o 5 dólares mensuales. La mayoría de las casas de estudios universitarios han cerrado las escuelas de formación de educadores por falta de matrícula y en más de un 25%, los docentes en ejercicio han dejado las aulas.

La alta migración de docentes y de alumnos va deteriorando nuestro sistema educativo, afectando considerablemente uno de los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescente, el derecho a la educación.

Luz , ¿consideras que la formación docente se corresponde a los actuales retos que enfrentan los y las docentes? ¿Cuáles deberían ser las reelaboraciones en materia de formación inicial y continua de les educadores en la actualidad?

La situación de la formación docente es preocupante, como puede concluirse de la pregunta anterior, nos estamos quedando sin docentes y como decimos en una de nuestras campañas para salvar la educación: “Sin maestros no hay escuelas”.

Hace algunos años la mayor preocupación era que las instituciones de educación universitaria tenían un pensum que no respondían a las realidades del contexto y quedaban rezagados frente a los avances pedagógicos y tecnológicos. Sin embargo, muchas casas de estudio comenzaron a modificar sus propuestas y pasaron de una enseñanza por objetivos a una por competencias, incorporando además propuestas de innovación educativa y nuevas modalidades de planificación y evaluación. Pero la situación es más dura ahora, no hay candidatos para estudiar educación. Ya no solo es un problema de formación sino de remuneración.

En el caso de Venezuela tenemos diversas opciones para estudios de posgrado más accesibles, con relación a otros países. Los programas de formación permanente dependen básicamente del proyecto educativo nacional y/o de los proyectos educativos que desarrollen diversas instituciones como Fe y Alegría, la Asociación Venezolana de Educación Católica, las diversas Congregaciones religiosas  o particulares, ya sea por gestión propia o en alianza con fundaciones, organizaciones especializadas en materia educativa y Universidades, y que se ajustan a lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana y a la Ley de Orgánica de Educación.

Las reelaboraciones que se plantean en este contexto en el que estamos tiene que ver con el establecimiento de un mayor énfasis en la formación de competencias que permitan garantizar el continuo educativo, así como una adecuada inserción al mundo del trabajo, ya sea como empleado, empleador o emprendedor, la formación de habilidades para la vida y para el ejercicio de una ciudadanía responsable, manifiesta en el ejercicio de los deberes, en la defensa de los derechos humanos y del cuidado de nuestra casa común.

¿Qué ha significado la crisis del COVID-19 para el magisterio venezolano? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

El COVID-19 ha generado un impacto totalmente inesperado que vino a acrecentar la crisis educativa en la que nos encontrábamos. Se han afectado mil quinientos millones de alumnos en el mundo, según la Unesco. Ya vivíamos en Venezuela una situación de emergencia educativa y aunque las matrículas de los estudiantes y la permanencia estaban afectadas en un 25% aproximadamente, se mantenía el carácter presencial de la educación.

En este contexto de emergencia se diseñaron planes que permitieran garantizar la calidad de la educación basada en cuatro normas esenciales: la adecuación de los planes de estudio, la capacitación del personal, la enseñanza participativa e inclusiva y la evaluación basada en logros. Sin embargo y considerando que los derechos humanos son interdependientes, por supuesto que no sólo el Covid-19 ha contribuido a afectar el derecho a la educación sino todos los derechos que hoy en día están siendo conculcados: la salud, la alimentación, la seguridad y sumamos ahora el derecho a la comunicación, el acceso a internet es limitado

Las medidas adoptadas intentan preservar el más fundamental de todos: el derecho a la vida. El distanciamiento social y la educación a distancia son medidas circunstanciales y necesarias en este momento. Ya habrá ocasión de recuperar los contenidos esenciales, los momentos de socialización y aprendizaje que se viven en los centros educativos. Creo que hay otras situaciones que afecta considerablemente este derecho y a los que ya me he referido.

Estas medidas se nos presentan como una oportunidad para reencontrarnos como familia, como personas, para cuidar nuestras emociones y pensar todo lo que este momento de cambio puede dejarnos como enseñanza. Estamos obligados a repensar la escuela, sus formas de enseñanza, de acompañar a los estudiantes en su aspecto socioemocional, de relacionamiento con los padres y representantes.

A partir de su experiencia docente y social ¿cuáles serían algunas de las propuestas alternativas en la actual coyuntura del magisterio nuestro americano?

La coyuntura del magisterio americano es muy diversa y de marcadas diferencias, como respuesta a las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales en las que los educadores realizan el ejercicio de su profesión docente. Estas condiciones han influido notablemente en los bajos niveles de desempeño de los estudiantes en áreas básicas como lengua y razonamiento lógico.  Se nos ha alertado acerca de la pobreza de aprendizajes, cuando tenemos el 50 de niños que a la edad de 10 años no son capaces de realizar la lectura comprensiva de un texto, lo que incidirá en el logro de las metas de los ODS y la agenda 2030, para alcanzar una educación inclusiva y de calidad para todas y todos.

Los educadores seguimos teniendo un gran reto en la formación de las generaciones de hoy, en cuyas manos está el futuro de sus comunidades, sus países y el planeta. Tenemos que mirar la educación de cara al siglo XXI. Hemos evidenciado nuestras debilidades en términos de la educación a distancia y el manejo de las nuevas tecnologías. Creo que la formación de los docentes sigue siendo el gran reto y debe encaminarse a un reencuentro con la sociedad en la que está inmersa.

De allí que las Universidades tiene que revisar sus propuestas formativas, los docentes en ejercicio deben estar en formación permanente y no solo como responsabilidad de los estados sino también como parte de su auto formación, pero para ello hay que generar las condiciones necesarias para la participación de nuestros educadores.

La formación sigue siendo la clave y en este mundo globalizado la creación de comunidades de aprendizaje, las aulas virtuales, los foros chats, los cursos de capacitación, la radio, la TV, las redes sociales, como opciones que se han multiplicado en este tiempo puede ser una buena alternativa.

Los aprendizajes que dejará esta pandemia deberán combinar las vivencias del mundo virtual con las vivencias que deja la escuela. Combinar los contenidos de la escuela con los contenidos de los medios, no se trata de trasladar los contenidos que manejo en el aula de clase a un aula virtual. Aprovechar las Tic’s y la educomunicación, como una oportunidad para acceder al conocimiento, de modificar los modos de participación, pasando de un modo pasivo a uno más activo. Otro elemento a considerar es que todos los alumnos no tienen las mismas capacidades y tampoco las condiciones de conectividad que les permitan incorporarse de la misma manera a este proceso. Los docentes deben generar oportunidades para todos. Por último, nos queda el tema del apoyo de la familia en este nuevo rol que deber ser más emocional y de ánimo que de un docente en casa.

Hay que aprovechar que nuestros alumnos han crecido en una sociedad digital y virtual, y que saben aprovechar los medios que se le han proporcionado a través de las redes, de una manera más apropiada que sus maestros, quienes han hecho un esfuerzo para seguir atendiendo a sus alumnos.

En medio de esta realidad que nos ha impuesto la pandemia hay que reconocer el impulso de la vocación de los docentes, quienes han demostrado su compromiso con la educación y desbordado en creatividad para seguir atendiendo a sus alumnos y en respuesta a la diversidad de condiciones en las que se puede generar el aprendizaje, utilizando la tecnología donde la hay, recurriendo a la radio, a carteles y papelógrafos a notas escritas y dejadas de casa en casa.

 

Comparte este contenido:

2021: Urgencias y prioridades en la agenda de Primera Infancia mexicana

Ante la crisis sin precedentes urge la reactivación de manera inmediata de servicios esenciales centrados en la niñez como son la aplicación del esquema de vacunación, los servicios básicos de salud, los programas de nutrición, el registro de nacimientos, los programas de cuidado y de educación inicial.

Existen escasos antecedentes en la historia contemporánea de la humanidad de fenómenos que hayan moldeado de manera tan dramática la vida en sociedad como lo es la irrupción en 2020 de la pandemia causada por el coronavirus. Los impactos negativos de la emergencia global en la salud pública, la economía, la política, la educación, la convivencia, la seguridad, en síntesis, en el bienestar social son todavía insospechados y en consecuencia el futuro es presa creciente de la incertidumbre, miedo y desconfianza.

Bastan dos hechos para ilustrar la magnitud de la tragedia que ha representado la pandemia en nuestro país. El primero, de acuerdo a las cifras oficiales más recientes y en contraste con el escenario catastrófico previsto, desafortunadamente han fallecido más de 150 mil personas por COVID-19, lo que la convierte ya en la primera causa de mortalidad, superando las defunciones por enfermedades del corazón.1 El segundo es la crisis económica más severa en las últimas décadas, pues también de acuerdo a la información oficial, en 2020 la economía mexicana registró una caída del 8% en el Producto Interno Bruto.2

Ante este nefasto escenario, las afectaciones directas e indirectas de la pandemia al desarrollo adecuado de la infancia, en muchos sentidos se encuentran invisibilizadas, pese a que es la población que mayores estragos experimenta en el corto y largo plazo por sus consecuencias y la coloca en mayor desventaja en el disfrute efectivo de sus derechos, explicado en parte, por la idea errónea de que el virus no afecta o lo hace en menor medida que en otros grupos poblacionales.

Sin embargo, las amenazas que enfrenta la infancia además de las infecciones por COVID-19, son la interrupción de servicios públicos esenciales como son las intervenciones en materia de educación, atención básica a la salud, inmunización, nutrición y protección; además del incremento en la pobreza y la desigualdad por la recesión económica que ha afectado a millones de familias por la pérdida de empleos e ingresos.

De acuerdo a un estudio reciente de UNICEF las consecuencias sociales, económicas y de salud por el COVID son devastadoras en las niñas y niños, las cuales se han traducido ya en una crisis de escala mundial que amenaza la viabilidad de toda una generación: una tercera parte de los 140 países analizados registraron una reducción de al menos un 10% en la cobertura de una serie de servicios de salud como las vacunaciones, la atención ambulatoria de las enfermedades infecciosas infantiles y la salud materna; la cobertura de los servicios de nutrición para mujeres y niños ha registrado una disminución del 40% en 135 países.

Además, cerca del 30% de los estudiantes de todo el mundo no disponen de la tecnología necesaria para acceder a la educación a distancia desde su hogar, siendo los más afectados los niños en edad preescolar: 2 de cada 3 no pueden acceder a esta opción educativa. La pandemia de COVID-19 también está desencadenando una grave crisis en el aprendizaje y la atención de los niños en primera infancia, al menos 40 millones de niños de todo el mundo han dejado de recibir atención y educación por el cierre de los centros de educación temprana y las guarderías infantiles.

Finalmente, se estima que, a nivel mundial, el número de niños que viven en una situación de pobreza multidimensional –sin acceso a la educación, la salud, la vivienda, la nutrición, el saneamiento o el agua– se ha disparado en un 15%, es decir ha sumado a 150 millones de niños.3

Ante esta crisis sin precedentes y que implica riesgos de vulneración sistemática de derechos de la niñez, la urgencia de la agenda de primera infancia que deben abordarse para el 2021 en nuestro país es la reactivación de manera inmediata de servicios esenciales centrados en la niñez como son la aplicación del esquema de vacunación, los servicios básicos de salud, los programas de nutrición, el registro de nacimientos, los programas de cuidado y de educación inicial, por mencionar algunos.

Postergar la reactivación de estos servicios significa arribar a un escenario sin precedentes para la primera infancia: el resurgimiento de enfermedades previamente controladas por la aplicación de vacunas y el incremento de la mortalidad infantil; un deterioro severo en la salud de la niñez ante la limitada detección y tratamiento de afecciones; un retroceso en la prevalencia de desnutrición crónica infantil; mantener invisibilizados y excluidos a cientos de miles de niñas y niños al limitarse su derecho de identidad; así como la pérdida de oportunidades irrepetibles de aprendizaje para alcanzar su pleno potencial.

En este sentido, la reactivación necesariamente debe considerar la atención extraordinaria de los cientos de miles de niñas y niños que no pudieron acceder a dichos servicios durante el 2020 y que suman al rezago histórico previo a la emergencia del mundo COVID, además de los correspondientes a la operación ordinaria de los mismos. De no hacerse, los costos de toda índole para la sociedad en su conjunto serán altísimos y la aspiración de un país más próspero, sano, justo y seguro quedará sepultada por décadas.

Lo anterior, sin duda entraña un reto de primer orden, ante la esperanza que implica que nuestro país haya iniciado la implementación de la política nacional de vacunación contra el virus SARS-CoV-2, y haciendo votos para que sea un éxito en términos de cobertura universal, de logística y blindada de apetitos electorales, se prevé de acuerdo a lo anunciado por la autoridad sanitaria, que en este 2021 los esfuerzos gubernamentales estarán monopolizados por la aplicación paulatina de vacunas, lo que conllevaría el riesgo en postergar aún más la atención de los problemas asociados a la primera infancia.

Por ello, es imprescindible que el gobierno, alinee la prioridad de la vacunación contra el COVID y el interés superior de la niñez, pues de ninguna manera son excluyentes; de no hacerlo el riesgo de perder el potencial de una generación es demasiado alto. Una vía que se advierte para que ello ocurra es avanzar en la implementación de la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia, la cual señala el rumbo y los mecanismos para la promoción, protección y garantía integral de los derechos de la primera infancia. Es tiempo de actuar y dejar atrás la simulación, las excusas y la tibieza: el presente y futuro de la primera infancia lo exige.

Fuente: https://www.animalpolitico.com/pacto-por-la-primera-infancia/2021-urgencias-y-prioridades-en-la-agenda-de-primera-infancia/

Comparte este contenido:

¿Qué es la neurodiversidad?

Por: Sofía García-Bullé

Una intención educativa sin perspectiva de neurodivergencia carece de las herramientas para formar alumnos fuera de la normalidad neurológica.

La inclusión ha sido una preocupación patente para las instituciones educativas, sobre todo en la última década. La producción de conocimiento, visibilización y concientización acerca de la experiencia educativa de alumnos de minorías sociales o que simplemente son diferentes ha sido mucho mayor en periodos recientes. Sin embargo, queda mucho camino por recorrer con respecto a la calidad de la educación que reciben las personas que no solo son diversas a un nivel social, sino que aprenden y procesan de manera diferente a nivel cognitivo, por ejemplo, los estudiantes que son neurodivergentes (algunas veces abreviado como ND).

La neurodivergencia es un término general para referirse a los individuos que viven con autismo principalmente, pero también abarca dislexia, dispraxia, déficit atencional con hiperactividad (TDAH), u otras condiciones que les llevan a navegar procesos cognitivos y emocionales de manera distinta a la norma. El término fue acuñado en los 90, cuando activistas por los derechos de las personas con autismo como Jim Sinclair, Kathy Lissner Grant y Donna Williams fundaron la Red Internacional del Autismo, bajo el principio de que esta condición no es una enfermedad, sino un estilo de procesamiento cognitivo. Dimensionar el autismo y otras diferencias de proceso mental en las personas es el primer paso para ofrecer una experiencia educativa realmente inclusiva para todos de acuerdo a su manera de aprender y percibir el mundo.

No son capacidades diferentes, son procesos diversos

Uno de los estigmas más persistentes con respecto a cómo consideramos las neurodivergencias es considerarlas enfermedades o discapacidades, que restan el potencial de los alumnos para adaptarse al estándar y desarrollar las habilidades que todos los demás trabajan bajo la norma impuesta.

La psicóloga clínica y maestra Elisa Luz Soto Ceballos, presentó para el periódico mexicano La Tribuna, una perspectiva fundamental para acercarse a las neurodivergencias en una forma efectiva. «No está mal ni es deficiente, sino que es una variedad del cerebro humano que tiene otras fortalezas y otros desafíos”. Este punto de vista si bien ofrece nuevos caminos para generar una experiencia educativa de calidad para las personas neurodivergentes, no es compartida por la comunidad científica completa, ni por las familias o personas afectadas por estas condiciones.

En un texto para el Washington Post, la periodista y editora Alisa Opar, habla sobre la diversidad de voces dentro de un movimiento para la visibilización de las neurodivergencias, específicamente sobre el autismo. Opar sostiene que existe una comunidad con opiniones diferentes sobre la base de cómo definir las neurodivergencias. Un lado serían los padres con los espectros más severos de las condiciones mentales, quienes realizan el acompañamiento y apoyo de niños con discapacidad intelectual, habilidades de lenguaje limitadas y que pueden ser un peligro para sí mismos cuando no se establece un sistema de cuidados y educación eficientes. Para ellos, problemas como el autismo de espectro más profundo son condiciones médicas, que normalmente necesitan tratamiento intenso y constante.

El otro grupo son personas con neurodivergencias funcionales, es decir, que pueden presentar condiciones que sean un obstáculo para la adaptación social o algunos aspectos del aprendizaje, pero estos retos no comprometen los aspectos básicos de su capacidad capacidad cognitiva, integridad física o dignidad humana.

Si bien las neurodivergencias pueden catalogarse en cualquier caso como el conjunto de procesos mentales y cognitivos diferentes, el dilema entre estas dos facciones sería definir si lo anterior representa solamente una divergencia o un desorden mental. Para esto habría que conocer los niveles de funcionalidad de las divergencias. Un individuo de alta funcionalidad puede hacer uso de recursos destinados al desarrollo de sus procesos cognitivos específicos y su integración social, bajo este contexto sería correcto referirse a las neurodivergencias como elementos fuera de la norma más no la capacidad de imposibilitar a los pacientes de no tratarse. La clave para descifrar en qué espectro está un estudiante y cómo se puede trabajar su caso, es un diagnóstico oportuno.

Educación integrada o educación especial

Para asegurar la calidad de la experiencia educativa en un salón de clases neurodiverso, el diagnóstico oportuno es clave. Bajo este contexto el rol de los psicólogos escolares debe expandirse, trabajar en equipo con las familias y maestros para evaluar las necesidades caso por caso y discernir si el carácter cognitivo atípico de los alumnos les permitiría sacar el mejor provecho de las clases dentro de una población estudiantil general.

El trabajo de psicólogos y maestros no debe tampoco restringirse a visualizar solo a los alumnos, la educación de los padres y madres sobre el tema así como el acompañamiento, es crucial para asegurar el bienestar emocional y acceso a la educación de los alumnos neurodiversos. Reconciliar las expectativas parentales con lo que se sabe de las neuropatías y el potencial futuro de sus hijos es una tarea en extremo compleja que a menudo se deja fuera de la óptica cuando hablamos de neurodiversidad en la esfera educativa. Es necesario considerar este aspecto para la elaboración de estrategias efectivas para la integración o educación especializada de los estudiantes con capacidades cognitivas diferentes.

Jim Sinclair engloba la idea de una existencia integrada y dignidad humana de las personas neurodiversas con un pensamiento concluyente, que si bien está enfocado en las personas con autismo, da una pauta trascendental de cómo empezar a dimensionar la neurodiversidad en espacios familiares y educativos.

“No pierdes a un hijo por causa del autismo. Lo pierdes porque te quedaste esperando la idea de otro niño que nunca existió” En su ensayo “Don’t mourn for us”, Sinclair resume en pocas palabras todo lo que se necesita para sentar las bases de un futuro educativo para el estudiantado neurodiverso: reconocer su existencia en sus términos, no los nuestros.

¿Tienes estudiantes con neuropatías en tu clase? ¿Qué estrategias implementas para la integración o educación especializada? ¿Eres un estudiante neurodiverso? ¿Cuál ha sido tu experiencia dentro del sistema educativo? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/neurodiversidad

Comparte este contenido:

Deporte femenino y oportunidades educativas, ¿existen?

Por: Sofía García-Bullé

Un número significativo de niñas dejan de practicar deporte a nivel competitivo en la pubertad y adolescencia.

El talento deportivo ya tiene historia siendo una de las vías mejor afianzadas para el acceso a la educación. Muchos atletas profesionales consiguieron una educación y una carrera universitaria gracias a la facilidad de las instituciones educativas de crear oportunidades vía equipos representativos que les otorgaban algún tipo de beca o apoyo económico, sin contar a estudiantes graduados que quizás no persiguieron una carrera deportiva, pero que obtuvieron sus grados académicos gracias a su participación en diversas disciplinas físicas.

El beneficio de hacer deporte desde  temprana edad es innegable. Sumado a esto, cuando un estudiante tiene habilidad suficiente como para desarrollarse a nivel profesional en la disciplina que escoge, puede asegurarse mejores oportunidades educativas y posteriormente laborales. Si el deporte es tan buena plataforma para el desarrollo físico y socioemocional, la integración, la socialización, y en algunos casos hasta la construcción de una carrera, ¿por qué existen tan pocos mecanismos para el crecimiento del deporte femenino a nivel escolar?

En Australia, dos tercios de las estudiantes adolescentes reportan que participar en actividades deportivas les ayuda a generar autoconfianza, sin embargo, la mitad dejan los deportes para los 17 años de edad. Canadá presenta un caso de decremento continuo de la participación deportiva femenina en las escuelas, bajo este contexto, si una niña no ha participado en disciplinas físicas para cuando tiene 10 años, las posibilidades de que se integre a alguna actividad deportiva durante la educación media superior y superior es solo del 10 %. En México, atletas profesionales que lograron romper la barrera de género en un deporte tan complicado como el fútbol femenil, constantemente comparten historias sobre sus inicios en equipos infantiles y juveniles de varones, porque la oferta para el deporte femenino no existía.

“Me metieron en un club por mi hermano. Era un equipo de niños, porque en ese entonces no había nada de niñas”, comentó Katty Martinez, delantera de Tigres Femenil y goleadora del torneo pasado de la Liga BBVA MX Femenil para Grupo Reforma en noviembre del año pasado. Otras figuras del fútbol femenil mexicano como Belén Cruz, Rebeca Bernal y Alison González han hablado en distintos medios sobre experiencias que van desde jugar en circuitos varoniles por un tiempo, hasta perseverar en la práctica del deporte aun cuando su familia no lo aprobaba en un principio.

Existe una desconexión entre los espacios de desarrollo para el deporte femenino y las oportunidades educativas que estos pueden generar. Para cuando las estudiantes con habilidad atlética llegan a la edad en que podrían aplicar para una beca deportiva, muchas de ellas han dejado de practicar el deporte al nivel que les permitiría conseguir un lugar en alguna institución de educación superior. Las causas de esto no se limitan solamente a problemas estructurales, es también una cuestión de género.

Cuando el género juega en contra

En artículos anteriores hemos hablado sobre la importancia de una educación con perspectiva de género. Esto es especialmente necesario cuando se trata de educación física. Durante las edades que niños y niñas practican deporte infantil, es más fácil crear un espacio seguro en donde el desarrollo motor, cognitivo y socioemocional que proporciona el deporte pueda darse sin complicaciones adicionales, pero esta situación cambia para las estudiantes mujeres cuando llegan a la pubertad.

En esta etapa, cambios físicos, fisiológicos y sus efectos psicológicos, así como los estándares sociales y juicios normalizados sobre el cuerpo femenino entran a la ecuación. El impacto de estos nuevos aspectos suma un peso significativo sobre las atletas jóvenes. Sin una estructura de apoyo para procesar estos retos adicionales ni para gestionar su permanencia en disciplinas físicas, las niñas comienzan a dejar el deporte en la pubertad y conforme van creciendo, esta proporción de abandono a la práctica deportiva también se hace mayor.

La necesidad de instancias de educación deportiva con perspectiva de género y espacios de crecimiento para el deporte femenino es crítica. ¿Qué se está haciendo para asegurar la permanencia de las niñas en las actividades deportivas?

¿Cómo darle la vuelta a la falta de oportunidades?

Alrededor del mundo existen diversas iniciativas para incentivar el deporte femenino. Fundaciones como Street Games en Reino Unido o Women’s Sport Foundation en Estados Unidos, proponen modelos basados en la recaudación de fondos para el apoyo al crecimiento del deporte para niñas y mujeres. Estos proyectos, son un buen inicio para la visibilización y el respaldo de las disciplinas físicas para mujeres jóvenes y niñas en edad escolar, pero más que las piezas de una estructura sólida para la promoción y apoyo del deporte femenino son más bien circuitos aislados.

Para asegurar un incremento de las oportunidades educativas de niñas y mujeres con intereses atléticos es necesario trabajar la interconexión entre quienes practican el deporte, quienes lo hacen posible, aquellos que lo fondean y los que lo promocionan. La noción de que los organismos de gestión deportiva necesitan de este tejido conectivo no es nueva, pero en la esfera del deporte para mujeres, esos canales no se han construido.

Con esa área de oportunidad comienzan a verse propuestas nuevas con el propósito ya no de fondear o apoyar programas únicos, sino de establecer relaciones entre las atletas, el acceso al deporte y posteriormente a la educación y oportunidades laborales que el deporte puede brindar.

La iniciativa Dale La Vuelta, creada por Brenda Möller, estratega digital y Máster en Gestión Deportiva Internacional por la European Sport Business School, es una de las apuestas más importantes para la gestión del deporte femenino, con México como punto de partida. El proyecto comenzó como una plataforma para promover e inspirar la práctica del deporte por parte de mujeres y niñas. Como una segunda fase, el primero de diciembre del año pasado se lanzó una convocatoria para crear un directorio que habilite el contacto entre posibles deportistas de nivel infantil y juvenil amateur, equipos e instituciones que pudieran reclutarlas, así como miembros de cuerpo técnico, staff médico y administrativos que un equipo necesitaría para completar sus filas.

“El propósito de este directorio es ser un punto de encuentro, está abierto a todos los deportes”, comentó Möller para el Observatorio de Innovación Educativa. Enfatizó también el valor de habilitar el deporte femenino a nivel amateur, destacando el rol positivo que puede tener en las niñas que pasan a la pubertad y adolescencia. Cuando más necesitan un espacio seguro que les ayude a afianzar su autoconfianza mientras pasan por los cambios físicos propios de la edad, es cuando lo pierden, ya sea por falta de infraestructura o limitaciones sociales ligadas a su género, argumentó Möller.

El propósito real de la convocatoria de ‘Dale la vuelta’ es proveer de ese espacio de desarrollo físico, psicológico y social pleno que debería formar parte de la educación de las estudiantes y atletas mujeres tanto como la de sus contrapartes masculinas. Hasta ahora llevan 200 registros, la mayoría son de  equipos. “El proyecto fue muy bien recibido desde el principio, llenaba un hueco que nadie estaba cubriendo”, agregó Möller sobre la convocatoria, que en febrero de este año potencializará un portal completo enfocado a productos y servicios que habiliten el deporte femenil. Explicó también que la dimensión educativa del deporte no se reduce únicamente a la procuración de becas o grados académicos, especialmente en la esfera femenil, en el que muchas ligas e instancias de competencia no están lo suficientemente desarrolladas como para proveer de estabilidad económica y laboral a sus atletas. Bajo este contexto, el deporte es una oportunidad no solo para aprender cómo convivir, socializar y competir con otros, sino quién queremos ser nosotros mismos mientras lo hacemos.

¿Piensas que la educación física y las oportunidades deportivas para niñas y mujeres son escasas o que son necesarias en mayor cantidad? ¿Qué haces desde el salón de clases y el patio de la escuela para enseñar educación física con perspectiva de género? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/deporte-mujeres-educacion

Comparte este contenido:

La educación del castigo y el capital

El corazón de la sociedad flota en veneno y está cercado con alambre de púas, y responde al miedo programado de décadas de un sistema educativo que asocia educación con dinero.

“Llamar a la domesticación del animal ‘mejoramiento’ suena a nuestros oídos casi como una broma. Cualquiera que sepa lo que sucede en una casa de fieras dudará que en ellas la bestia ‘mejore’. Es debilitada, es hecha menos dañina, es convertida, mediante el efecto depresivo del miedo, mediante las heridas, mediante el hambre, en una bestia enfermiza”.

Friedrich Nietzsche

El miedo describe, y quizá resume, la base de modelos educativos que imperan en nuestra sociedad. El castigar que se desplaza sin freno por un carril de la vía, y el premiar dosificado, entregado en pequeñas gotas, moviéndose en sentido paralelo, son dualidades que se nos venden como algo opuesto, pero que en el fondo son solo el maquillaje que esconde el carácter inseparable de mecanismos de domesticación que al final ya no requieren del verdugo que infringe dolor para sostener el statu quo, para imponer una forma de pensamiento único que castra lo diverso, que encarcela almas.

Vivimos en una sociedad que reproduce el yugo, no solo bajo formas de arrodillamiento ante tiranías y clases dominantes, sino también en cotidianidades que reflejan la marca fundida con acero en la psique, en territorios mentales colonizados que requieren de la amenaza del escarmiento como mecanismo de control para obrar o dejar de hacerlo.

De este modo acciones que antes pensamos imperdonables, ahora se convierten en una regla espantosa, mediada por el dinero y el castigo. Y así terminamos respondiendo a compromisos solo por el hecho de que éstos puedan costarnos el dinero invertido en algún curso, o formación académica en cualquier nivel.

Procesos educativos descentralizados, alternativos, desligados del chantaje de la nota que infunde miedo a través del examen, son tomados por la sociedad como un acontecimiento desechable, que se toma y se abandona con la misma facilidad que se arrojan los desechos del día a la basura.

No son procesos asumidos como una posibilidad de libertad para explorar y recuperar nuestra autonomía en una búsqueda que, sin importar las dificultades, debe nutrir el espíritu porque produce placer al hacerlo, una búsqueda donde abandonamos excusas y otorgamos tiempo y corazón para resquebrajar el statu quo que sutilmente se tomó nuestras cabezas.

Pero el corazón de la sociedad flota en veneno y está cercado con alambre de púas, y responde al miedo programado de décadas de un sistema educativo que asocia educación con dinero, pues está dictaminado que se estudia para competir, para sobresalir pisoteando al otro, para destruir cualquier lazo de solidaridad y ayuda mutua, mientras se persigue el espejismo de acumular capital a toda costa.

Es una asociación que además se deriva del saqueo de las condiciones materiales de existencia que el modelo neoliberal, el capitalismo voraz e insaciable, ha robado a pueblos y naciones. La educación como sinónimo vergonzante de acumulación de dinero se vende como solución a los desesperanzados que, cada vez más sumergidos en la miseria provocada por las clases dominantes en el poder, buscan salidas materiales convirtiendo la educación en castración e irreflexión, y no en liberación y rebeldía para acabar con Estados y gobiernos tiránicos como el colombiano.

Nada más terrible para una sociedad que los modelos educativos reproduzcan, en todos los niveles de la vida cotidiana, adormecimiento y control social a partir del miedo y la falsa ilusión de acumular capital.

La conciencia crítica de cada época aún reposa, a pesar de todas sus falencias y contradicciones, en la educación, aunque esto se relegue, se oculte y pretenda ser marginalizado. Recordarlo implica trabajar para que la rebeldía deje de manifestarse como una excepción y pase a constituirse en misión de un modelo educativo para un pueblo que lo necesita. Y ello también recuerda que no existe nada más político que lo cotidiano, pues es desde este lugar afectivo donde se irrigan los actos que pueden descontaminar a una sociedad intoxicada por décadas de desesperanza, miedo y opresión.

*Fuente: Rebeliom

Comparte este contenido:

Absentismo y menstruación: un problema mundial

Por: Sofía García-

El absentismo escolar es un problema a nivel mundial que se ha agravado debido a las condiciones impuestas por la pandemia. Pero antes del surgimiento de esta crisis de salud global, existía otra, siempre presente pero menos notoria, afectando a aproximadamente la mitad de la población escolar mundial.


 Una de las mayores causas de absentismo en las alumnas que ya han alcanzado la pubertad es el ciclo menstrual. En 2017, se reportó un absentismo del 41 % en las niñas entre 11 a 17 años en Bangladesh, la India alcanzó el 24 % en el mismo rango de edad. En Latinoamérica, UNICEF México informó que el 43 % de las alumnas con periodo menstrual prefieren no ir a la escuela durante su ciclo.

“Si una de ellas decide faltar uno o dos días por mes, eso se acumula al final del año en un rezago educativo. Y el tema de higiene menstrual está concatenado a muchas otras cosas, que hacen que las niñas en secundaria y media superior decidan dejar la escuela”, explica Paola Gómez, Oficial Nacional de Educación en UNICEF México, sobre la problemática presente para el porcentaje del alumnado que expresa sus problemas con asistir a la escuela durante su periodo.

¿Por qué presentarse a clases durante el periodo representa una dificultad mayor que otro tipo de situaciones como algún malestar estomacal, un resfriado o una jaqueca? La complicación no estriba solamente en los síntomas del Síndrome Premenstrual, sino en la falta de recursos tanto en las instalaciones, como en la estructura educacional para mantener la calidad de la experiencia educativa de las alumnas durante su menstruación.

Sin recursos ni logística

El obstáculo más grande para la integración de las alumnas a la experiencia educativa durante sus ciclos menstruales es la falta de recursos de higiene menstrual tanto a nivel personal como en las instalaciones de la escuelas.

El aspecto social y económico es crucial no solo para obtener el derecho al transcurrir de un periodo digno, sino del acceso a la educación con o sin periodo. En países como la India el factor costumbre y la creencia de que procesos biológicos como la menstruación vuelven a una mujer un “ser impuro” pesan mucho y son un lastre para el desarrollo integral e igualitario de la mujer.

“Si ya hay niñas que menstrúan a los 9 años, la educación menstrual debe empezar entre los 3 y 4 años”.

En varias regiones de África las niñas no cuentan con acceso a toallas sanitarias ni formas de desecharlas o limpiarlas en caso de que nos sean desechables. En México, 23 % de las escuelas no cuentan con agua potable, un problema que afecta no solamente la logística de la higiene menstrual para las alumnas, sino que complica sobremanera la higiene general de toda la población de las escuelas mexicanas.

Este problema no es exclusivo de los países o regiones en vías de desarrollo. En Inglaterra, 1 de cada 10 familias no puede costear productos de higiene menstrual para sus hijas, en Estados Unidos y Alemania, los productos de higiene menstrual no se consideran objetos de requerimiento básico y se gravan como artículos de necesidad secundaria o de lujo.

No existe una base cultural ni económica para considerar los periodos como parte de la vida diaria de las mujeres en edad de estudiar o trabajar, las carencias de logística que esto genera separa a millones de niñas y mujeres del acceso a la educación y de una experiencia educativa de calidad.

Sin la educación pertinente

En terreno educativo todavía no existe un rubro que ayude a familiarizar a las alumnas con la experiencia del ciclo menstrual y cómo puede impactar su experiencia educativa, las instancias educativas de salud femenina para los hombres son todavía más escasas. El entendimiento de los hombres acerca del ciclo menstrual rara vez es superior al de las nociones básicas del proceso biológico.

La educación sexual y de salud en las escuelas está diseñada para codificar la menstruación ya sea solamente como la ausencia de un embarazo, la razón por la que las mujeres sufren de malestar físico o de desequilibrios emocionales u hormonales.

“Crecemos teniéndole asco a la menstruación. Pensando que es algo que hay que esconder” .

La conversación acerca de la menstruación, inclusive dentro de las escuelas, casi siempre es segregado, en un tiempo-espacio alienado del resto de la intención educativa y lejos de los oídos de estudiantes y docentes varones. A las alumnas mujeres se les enseña sobre la menstruación en función de aprender a gestionarla en silencio y fuera de su faceta como estudiante, o como miembro del mercado de trabajo.

“Crecemos teniéndole asco a la menstruación. Pensando que es algo que hay que esconder”, afirma Johana Karis Molina Ortiz, trabajadora social y experta en educación para la salud menstrual. Molina explica que una de las carencias más notorias de la educación para la salud y la educación sexual en las escuelas, es que la enseñanza sobre el tema de la menstruación está completamente desprovisto de su dimensión social, política y económica. No cuestiona los prejuicios ni los tabúes ligados a la menstruación, ni prepara a las alumnas a sobrellevar el impacto psicológico de estos juicios sociales sobre sus cuerpos y sus procesos biológicos.

Tampoco hay guías de visibilización para alumnos transgénero que también experimentan el ciclo menstrual. Añadiendo un peldaño más al conjunto de dificultades que enfrenta el estudiantado no heteronormado. Todo esto constituye un conjunto de condiciones inherentemente hostiles para cualquier estudiante con un cuerpo que menstrue. ¿Cómo empezar a dimensionar soluciones en este terreno?

La necesidad de una educación con perspectiva de género

Una de las trabas más determinantes para asegurar una experiencia educativa de equidad es la resistencia a integrar una perspectiva de género a la educación sexual. Si maestros y personal educativo se limitan únicamente a describir procesos biológicos, los alumnas quedan desprovistas de información importante acerca de cómo la visión social sobre la menstruación va afectar sus experiencias y oportunidades el resto de su vida, especialmente cuando se excluye a los hombres de estos aprendizajes.

El momento en el que se tratan estos temas en el aula también juega en contra, para cuando el currículo de educación sexual o educación para la salud toca el tema de la menstruación, muchas alumnas ya experimentaron su menarquía, y tanto niñas como varones, van años tarde para desarrollar habilidades sociales y de inteligencia emocional como para asimilar las implicaciones de lo que sucede con sus compañeras mujeres. El impacto sobre las alumnas que no están listas para procesar su menarquia es tan importante que puede también influir el tiempo que permanecen dentro del sistema educativo.

Yarimar Rosa Rodríguez, psicóloga clínica y autora de la investigación “Menstruamos: Experiencias, actitudes y creencias en América Latina”, sostiene una perspectiva polémica pero interesante acerca de cuándo debe comenzarse la tarea de la educación menstrual. “Si ya hay niñas que menstrúan a los 9 años, la educación menstrual debe empezar entre los 3 y 4 años”.

De acuerdo con la también doctora en Filosofía, este tiempo es instrumental para romper los esquemas educativos que eliminan la experiencia de las personas con cuerpos menstruantes de la educación sexual o para la salud, educando en base a la conversación y la integración de todos los aspectos de la vida de los estudiantes, incluyendo aquellos cuyos tabúes y mitos sociales separan a la mitad de la población en edad escolar del acceso a la educación.

Una conciencia social y política con respecto a la necesidad de recursos para la higiene menstrual también es de gran ayuda. Al inicio de este año, Reino Unido finalmente retiró el impuesto que gravaba los productos de higiene menstrual como artículo de lujo y Escocia dió un paso más allá al convertirse en el primer país en el mundo en instituir que estos productos son un derecho básico y que deben ser provistos por el estado a cualquiera que los necesite.

Estas iniciativas son esenciales para  instaurar la práctica social de un periodo digno, también son una gran ayuda para la disminución de la pobreza extrema que ataca con más incidencia a las mujeres, y eliminar el subsector de la pobreza que inhabilita a las personas que menstrúan a asegurarse un periodo digno.

¿Piensas que las instancias de educación menstrual son necesarias en las escuelas? ¿Has notado un desbalance en la experiencia educativa de tus alumnas por la falta de este recursos o de una logística que sea más amigable para las necesidades de la población femenina estudiantil? ¿Crees que esto también impacta no solo en sus oportunidades educativas sino laborales a largo plazo? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/absentismo-menstruacion

Comparte este contenido:

Entrevista a Maryanna Abdo:“En educación se puede medir casi todo si hacemos las preguntas adecuadas”

Entrevista/Autor: Rodrigo Santodomingo/eldiariolaeducacion.com

Detectar el éxito o fracaso de la acción educativa es el primer paso. Después hay que interpretar los datos y convertirlos en iniciativas que atiendan a cada contexto y sean asímismo evaluables. Hablamos con Maryanna Abdo, managing director del Centre for Evidence and Implementation, sobre este flujo constante que retroalimenta el vínculo entre investigación y práctica educativa.

Con sede en Australia, Singapur y Reino Unido, el Centre for Evidence and Implementation asesora a gobiernos y organizaciones de todo el mundo en la mejora de servicios como la educación o la salud. Su fórmula combina la investigación con pautas precisas para transformar lo que nos dice la ciencia en prácticas de éxito. En ese aterrizaje de los números en el mundo real, la adaptación al contexto emerge como la condición que marca la diferencia.

Hablamos con Maryanna Abdo, su managing director. Nacida y educada en EEUU, Adbo vive en Asia desde hace casi una década. Allí ha desarrollado diversos proyectos en los que su preocupación por los más desfavorecidos aparece como constante. La estadounidense participa en el próximo congreso digital de WISE, que se celebra entre el 23 y el 25 de este mes. En su cuenta de Twitter, Abdo se define como education nerd.

Vemos en los últimos años una especie de fiebre por las evidencias en educación. ¿Existen factores que han desencadenado esta tendencia?

Sin duda hay un interés creciente por saber qué funciona y qué no. Pienso que aquí han cobrado un papel relevante los Objetivos del Milenio en cuanto a acceso universal a la educación. Muchos países lograron grandes avances en la primera década del siglo construyendo escuelas, pero ahora las cifras aumentan levemente o se han estancado. Solo construir más escuelas ya no funciona, especialmente en zonas rurales o entre las niñas. Y ahora las autoridades educativas y los que financian la ayuda internacional quieren tomar decisiones a partir de la investigación, de estudios rigurosos que demuestren la efectividad de sus medidas.

¿Abundan también los estudios sobre rendimiento en esas nuevas escuelas de países en vías de desarrollo? Entiendo que no es solo un problema de cantidad, sino de calidad.

Sí, se está haciendo un gran esfuerzo por evaluar los resultados. Y en muchos casos, las cifras muestran deficiencias, con porcentajes significativos de alumnos que no alcanzan un nivel mínimo en conocimientos básicos.

Medir el acceso a la educación o el aprendizaje en matemáticas o lectoescritura resulta relativamente fácil. Pero la cosa se complica cuando el objeto de estudio se centra en competencias como el pensamiento crítico, la capacidad de síntesis o la creatividad.

Se puede medir casi todo, siempre y cuando se hagan las preguntas adecuadas. Si queremos saber si una práctica aumenta la creatividad, quizá no sea de gran ayuda fijarnos en las notas de exámenes. Pero sí podemos indagar sobre el interés artístico de los alumnos o el número de vocaciones en esa dirección.

Tu organización destaca la importancia de saber cómo implementar, mediante prácticas concretas, lo que nos dice la ciencia.

Hemos calculado que se necesitan hasta 17 años para transformar una evidencia en una práctica de éxito. Aspiramos a acortar ese tiempo.

Uno de los grandes retos en la implementación pasa por adaptar buenos programas a otros contextos educativos. Algo puede funcionar en un sitio pero no en otro. De hecho, varios organismos [EduCaixa en España] apuestan por sintetizar en meta-análisis los resultados de diferentes estudios sobre un mismo tema.

Varios factores influyen en el proceso: los currículos nacionales, el enfoque pedagógico, la geografía, variables culturales… Por eso es tan importante saber no solo qué queremos hacer, sino también qué condiciones contribuyen a su éxito. Te pondré un ejemplo, en este caso del sector salud. Un país occidental intentó exportar un modelo de mejora sanitaria -basado en la atención domiciliaria- a otro país asiático. No funcionó, en buena medida por las diferentes relaciones paciente-doctor y las reticencias a recibir atención en casa.

¿Ayudaría también acercar a los profesores a los métodos y técnicas de la investigación?

Sin duda. Hemos llevado a cabo recientemente un estudio sobre el uso de las evidencias entre los profesores australianos. Las conclusiones apuntan a un gran margen de mejora en áreas como el acceso a los propios recursos de investigación educativa o la capacidad del docente para identificar evidencias robustas.

¿Existe resistencia entre algunos profesores a la hora de cambiar su metodología a la luz de la ciencia?

Me cuesta pronunciarme porque no tengo un contacto frecuente y directo con la primera línea en las escuelas. Pero percibo un gran entusiasmo. Al final, todos queremos hacer bien nuestro trabajo, y estamos abiertos a recibir información que nos ayude a mejorarlo.

Para evaluar sistemas educativos en su conjunto, primero hemos de tener más o menos claro para qué queremos educar. Y los fines de la educación no siempre se nos presentan tan obvios. ¿Complica este eterno debate el diseño de buenas investigaciones?

Este tipo de tensiones y visiones divergentes se dan en la mayoría de sistemas educativos. Quizá por ello hemos observado que algunas de las evidencias más sólidas proceden de un nivel menor, a escala escolar o red de escuelas.

¿Podrías citar alguna práctica educativa que en principio suena bien pero la ciencia se haya ocupado de desterrar?

No pertenece exactamente al ámbito escolar, pero sí a la educación en sentido amplio. Hay un programa que utilizan en EEUU para disuadir a adolescentes con delitos menores de que sigan por el mal camino. Se llama Scared straight [algo así como Asustado de golpe] y consiste en visitas a prisiones de adultos donde los presos les explican lo que allí les espera si finalmente acaban ingresando. Se trata básicamente de meterles miedo para encauzarles. Parece una excelente idea, ¿no? Pues las evidencias demuestran no solo que no tiene un impacto positivo, sino que puede aumentar la probabilidad de terminar en la cárcel. No sabemos exactamente por qué ocurre esto. Puede ser porque algunos chavales de entornos deprimidos ven la vida en la cárcel como una opción atractiva, con tres comidas al día y un techo. O por la mala influencia que ejercen sobre ellos los presos con quienes tratan durante las visitas. No lo sabemos. Pero la moraleja del cuento se antoja clara: lo que suena bien no siempre está bien.

Lo verdaderamente innovador en educación es hacer cosas que sabemos que funcionan y hacerlas bien

¿Es la educación un campo especialmente fértil para lanzar propuestas con un bonito envoltorio y escaso fundamento?

Creo firmemente que la innovación tiene un enorme potencial transformador, y para innovar hay que arriesgar. Pero te diré algo que mi jefe asegura con frecuencia: lo verdaderamente innovador en educación es hacer cosas que sabemos que funcionan y hacerlas bien. Sean estas innovadoras o tradicionales. ¿Por qué distraernos con el brillo de la última novedad cuando a veces ni siquiera hemos intentado lo que ya sabemos con certeza que funciona?

A veces el debate tradición/innovación se plantea como si fueran opciones incompatibles. Hay estudios que reconcilian ambas posturas y concluyen que innovar es bueno, pero solo cuando el alumno ha asimilado una buena base de conocimiento, que quizá haya que enseñarle mediante metodologías clásicas.

Algo similar ocurre con la relación entre competencias digitales y socioemocionales. Cada vez hay un mayor consenso en cuanto a que el potencial de las primeras solo se puede desarrollar plenamente cuando el alumno confía en su capacidad para pensar críticamente y se siente cómodo colaborando y trabajando en equipo.

¿Qué podemos esperar en el futuro próximo de la investigación educativa? ¿Habrá campos de análisis predilectos?

Por razones obvias, la educación a distancia será uno de ellos. O la falta de medios tecnológicos para acceder a ella y cómo estas carencias influyen a la hora de que muchísimos alumnos se alejen, puede que definitivamente, de la escuela. El otro día escuché en una conferencia virtual que, durante el confinamiento, solo el 25 % de alumnos en India han dispuesto de tecnología para continuar aprendiendo. También se dijo que, durante la crisis del ébola, en Liberia se triplicó el porcentaje de alumnos sin escolarizar. Son datos terribles que requieren respuestas, y la investigación puede contribuir a dar las más efectivas.

En tu cuenta de Twitter te defines como education nerd [de difícil traducción, en castellano nerd sería una mezcla de empollona, pringada y obsesa]. ¿Qué implica ser una education nerd?

[Risas] Pienso que el sector educativo es el más interesante, con tantas variables, tan complejo y apasionante. Vivimos además un momento de cambio que lo hace aún más fascinante. Flujos de estudiantes internacionales, nuevas competencias para un futuro incierto… Podría hablar horas y horas sobre mi pasión por la educación, pero no creo que proceda. [Risas]

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/06/24/en-educacion-se-puede-medir-casi-todo-si-hacemos-las-preguntas-adecuadas/

Comparte este contenido:
Page 10 of 472
1 8 9 10 11 12 472