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Australia: Los colegios unisex, ¿aportan algún beneficio respecto a la educación mixta?

Australia/15 septiembre 2016/Fuente: Aprendemas

Los resultados de una investigación australiana señalan que las diferencias de rendimiento entre ambos tipos de centros son triviales y, muchas veces, inexistentes.

Ninguna investigación demuestra que los chicos y las chicas aprendan mejor en colegios unisex, es decir, cada uno por separado. Ésa es la conclusión final que va a exponer la investigadora Diane Halpern en el discurso de apertura que dará en el Congreso de la Sociedad Australiana de Psicología que se celebra este miércoles en Melbourne.

La educación diferenciada, es decir,  separada por sexos, no aporta ventajas respecto a la educación mixta, tal y como se extrae del estudio realizado por Diane Halpern, ex presidenta de la Asociación Americana de Psicología (siglas en inglés, APA). Halpern considera necesario reconsiderar el impacto de los sesgos de género en la educación diferenciada.

Para llevar a cabo el estudio, Halpern ha hecho uso de un trabajo de su compañera de la APA, Janet Hyde, quien en 2014 realizó un meta-análisis de 184 estudios en los que participaron más de 1,6 millones de estudiantes de escuelas de primaria y secundaria entre 1968 y 2013.

En el lado opuesto de la educación diferenciada, los defensores de las escuelas unisex argumentan que separar a los chicos de las chicas incrementa el rendimiento y el interés académico de los estudiantes. Sin embargo, tras analizar los datos, Hyde señala que “las ventajas señaladas son triviales y, en muchos casos, inexistentes”.

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Además, Halpern ve otro hándicap a la educación unisex, ya que considera que “los estudiantes necesitan aprender respeto mutuo y las habilidades sociales de interacción”, es decir, “cómo interactuar cooperativamente y competitivamente, que son cosas importantes que se aprenden en la escuela, el único lugar donde suceden ciertos tipos de interacciones”.

En su investigación, Halpern también utilizó un trabajo de la OCDE en el que se analizaban los resultados obtenidos durante 15 años en escuelas unisex y mixtas en el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA).

En este estudio de la OCDE se descubrieron diferencias significativas entre el rendimiento de los estudiantes de las escuelas unisex y mixtas de Australia, sin embargo todos esos beneficios de las escuelas unisex desaparecían cuando se tenían en cuenta los factores socioeconómicos. De hecho, Halpern resalta que “los estudiantes unisex pertenecen a grupos de un nivel socioeconómico más alto”.

Asimismo, el estudio de Halpern echa por tierra ampliamente la idea de que las chicas suelen obtener mejores resultados en un ambiento unisex, tal y como señalaba el análisis de la OCDE.

Sin embargo, otra investigación, publicada por Alliance of GirlsSchools of Australasia, rechaza la afirmación anterior. Un informe de la NSW Centre for Education Statistics and Evaluation, realizado en 2014, analizó los datos del Programa Nacional de Evaluación de Lectoescritura y Matemática Básica (NAPLAN) para estudiantes de secundaria “junior” y puntuaciones de entrada a la educación terciaria para los estudiantes de secundaria. Como resultado, percibieron una pequeña ventaja académica en las escuelas unisex.

Así, descubrieron que “el efecto asociado con la educación unisex oscilaba entre una desviación de 0,08 de nota para los estudiantes de secundaria junior y una desviación de 0,02 para estudiantes de secundaria “senior”. No obstante, se requieren investigaciones adicionales para encontrar las razones por las que los estudiantes parecen conseguir más logros en las escuelas unisex que en las mixtas.

 

Fuente:http://www.aprendemas.com/es/blog/mundo-educativo/los-colegios-unisex-aportan-algun-beneficio-respecto-a-la-educacion-mixta/

 

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Ahí, todos importan

Por Blanca Heredia

Hace unos días compartía con una colega extraordinaria que a unos familiares míos en Washington DC se les había perdido su perro y habían logrado encontrarlo el mismo día. Ello había sido posible, le comentaba, gracias a sistemas de información públicos, funcionales y accesibles para todos, y a una red de refugios para perros perdidos súper eficiente. En suma, a una colectividad fuerte que funciona para todos.

Mi colega escuchó mi anécdota con atención y comentó: “claro, es que ahí (Washington DC), todos importan”. Su comentario y, más concretamente, la frase precisa que usó para darle sentido a los hechos que yo le relataba, me cimbró.

En efecto, en los países desarrollados, esos cuya civilidad, eficiencia, riqueza y limpieza, las élites mexicanas admiran y en las que todos quisiéramos vivir (si no tuviera costo) “todos importan”, los que tienen y los que no. La frase de mi colega me cimbró, pues puso el dedo en la llaga. Antes de los “derechos iguales para todos”, antes y por debajo de la posibilidad de derechos y obligaciones iguales para todos hace falta una condición sine qua non. Esa condición tiene, centralmente, que ver con qué tanto nos importan los otros. Es decir, con qué tanto todos, independientemente de su color de piel, de su nivel de escolaridad, ingreso y de si emplean el término “maleta” o “veliz” para referirse al mismo objeto material, nos parecen y son tratados (no sólo por las autoridades, sino y fundamentalmente, por los otros miembros de la colectividad de la que se trate) como igualmente importantes. Es decir, como igualmente humanos y, en ese sentido, igualmente merecedores de respeto, empatía básica y consideración elemental.

Vivimos en un país en el que no todos “importan”. En México sólo “importan” y sólo han importado históricamente un puñado de personas.

A lo largo del tiempo, los más son y han sido siempre vistos y tratados por los menos que sí importan y se importan entre sí como bultos anónimos cuya misión consiste en servir y obedecer a los poquitos “importantes”. Minorías “importantes” no, necesariamente, porque lo merezcan, sino, con excesiva frecuencia, porque tuvieron la fortuna de nacer en el lugar y en el sitio correctos o, bien, porque, viniendo de “abajo” o de la capita delgadita de “en medio” fueron suficientemente hábiles para dominar los usos y costumbres de la sociedad del privilegio para hacerse de un espacio en los palcos de arriba de esta sociedad salvajemente injusta.

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¿A quién, entre los que “importan” en la sociedad mexicana, le importa que a “Julia” o “Juan” (no recordamos ni importa demasiado su apellido, su singularidad, el que sea una persona concreta con aspiraciones y sentimientos propios y valiosos) se le muera un hijo o una madre? ¿A quién le importa que esas “Julias” o esos “Juanes” tengan que dedicar horas interminables en trasladarse de su casa al trabajo? O que no les alcance para pagar la inscripción que, ilegalmente, les exigen los directivos de las escuelas públicas, supuestamente gratuitas para inscribir a sus hijos en los planteles. A muy pocos.

Quizá a una patrona o patrón mínimamente decente. Desde luego, no a la mayoría de personas que los emplean o a las autoridades a las que se les paga (con recursos producto del trabajo de todos) para hacerse cargo de proveerles servicios públicos básicos, tales como salud, educación y justicia.

¿Por qué no importan los más en México? ¿Por qué nunca han importado demasiado y la única manera que tienen y han tenido para hacerse escuchar es que unos líderes abusados aglutinen su voz, y los usen para parar carreteras o para afectar de muy diversas formas los derechos de terceros que ni la deben ni la temen en relación al agravio concreto reclamado?

Una primera respuesta posible es que no importan ni han importado porque los que sí importan han hecho hasta lo imposible para perpetuar ese estado de cosas.

Entre otras: cooptar a sus líderes, repartirles (siempre discrecionalmente para no generar costumbre ni derechos adquiridos) algunas migajas del pastel, reprimirlos cuando no quedaba de otra o, bien, como ha sido el caso crecientemente, cuando la putrefacción de las “fuerzas del orden” ya no da ni para armar un operativo correcto cuando hace falta.

Si no transitamos como colectividad a una situación en la que tenga sentido plantearnos lograr el que todos importemos, seguiremos atrapados en la violencia cotidiana, en la desigualdad salvaje y en la triste medianía.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/ahi-todos-importan/

 

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Higher education access targets ‘set to be missed’ in the developing world

14 de septiembre de 2016 / Por: Chris Havergal / Fuente: https://www.timeshighereducation.com

Cambridge study finds women are least likely to benefit when university enrolment is expanded in South Asia and sub-Saharan Africa

Global higher education access targets are likely to be missed, according to a study that found that women are at the back of the queue when university enrolment widens in the developing world.

An analysis of higher education participation rates in 35 countries in South Asia and sub-Saharan Africa by University of Cambridge researchers detected “extremely low” rates for under-25s in almost all of them: below 10 per cent in 31 of the countries, and below 5 per cent in 20.

Drawing on US-funded Demographic and Health Surveys conducted between 2007 and 2014, Sonia Ilie and Pauline Rose found that enrolment was generally lowest in sub-Saharan Africa, with participation among the young below 2 per cent in countries including Malawi, Mozambique, Niger, Rwanda and Tanzania.

However, average attendance rates mask “vast differences” in participation between the poorest and richest in each country, write Dr Ilie and Professor Rose in the journal Higher Education. There are five countries where the number of poor young people going to university is “not statistically different from zero” : Burkina Faso, Liberia, Malawi, São Tomé and Príncipe, and Tanzania.

More than 5 per cent of the poorest half of young people went to university in only four of the 35 countries – Comoros, Bangladesh, Nepal and Pakistan – and, even in these nations, richer citizens were three to five times more likely to enrol.

Dr Ilie and Professor Rose find that the overall access trend for poorer young people over the past 40 years has been “one of stagnation”. It is richer people who have benefited the most, although this has often been relatively gradual: participation rates are estimated to have increased by fewer than 5 percentage points in 22 of the 35 countries.

Given that the gap in participation between rich and poor “has, if anything, widened over time”, Dr Ilie and Professor Rose write that the chances of meeting the goal of equal university access for all women and men by 2030, set out in the United Nations’ Sustainable Development Goals, seem “remote”.

The prospects for women are particularly concerning, add Dr Ilie and Professor Rose. They find that, in countries where access is restricted to a very small proportion of under-25s overall, the difference in participation between men and women is small.

However, in 24 of the 30 countries where at least some of the poorest are enrolled, poor young women were the least likely to enter university and, in 15, rich men were the most likely to. In Guinea, the paper says, fewer than 0.1 per cent of poor young women enrol, compared with 1.1 per cent of poor young men and 15 per cent of rich young men.

Professor Rose told Times Higher Education that “wide inequalities will remain” until standards of primary and secondary schooling are significantly improved.

“Despite recent expansion in higher education in African countries, the evidence shows that the poorest young people in African countries are very rarely getting access,” Professor Rose said. “As higher education expands, there is also some evidence to suggest that gaps in access to higher education between young women and men widen in these countries.

“Public spending needs to focus on the parts of the education system where inequalities begin, in primary and secondary schooling.”

Fuente noticia: https://www.timeshighereducation.com/news/higher-education-access-targets-set-to-be-missed-in-the-developing-world

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República Dominicana: El país tiene pésima calificación en el sistema de la educación

Santo Domingo / 14 de septiembre de 2016 / Por: Dayana Acosta / Fuente: http://eldia.com.do/

En materia de educación la República Dominicana aun tiene una calificación pésima, según expresó la expresidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) María Teresa Cabrera.

Señala que si realmente la nación quiere lograr la tan pregonada revolución educativa deberá volver a reencontrarse con los fines de la educación, partiendo de las tres preguntas que todo sistema educativo debe hacerse.

“Qué tipo de ser humano es el que queremos formar, y cuando sea respondida esta pregunta, entonces, cómo lo vamos a formar, y para qué tipo de sociedad”, indica.

Sostiene que el sistema debe, en primer lugar, cuidar la calidad, y además debe buscar la integración de la familia con los maestros en las escuelas, como forma de garantizar una educación integral.

Modelos a replicar

La maestra cita el logro de la incorporación del desayuno escolar y el almuerzo en la tanda extendida.

“A nosotros nos parece importante y lo vemos como un insumo, que los niños tengan desayuno y almuerzo en las escuelas, en este caso como lo es en las tandas extendidas”, indica.

Sin embargo, las constantes denuncias por parte de los estudiantes, familiares y maestros de la calidad en los alimentos que se sirven en los centros pone en riesgo ese alcance conquistado en mejorar del sistema.

Por tal razón, el tema de la calidad hay que cuidarlo, sostiene.

“Yo creo que ha habido mucha improvisación, como una oportunidad de negocio para algunos compañeros, y a veces eso ha pesado más que el criterio de la experiencia, de las condiciones que deben darse, para que una persona, o un negocio pueda dar ese servicio”, explica.

Resaltó que en primer lugar se debe cuidar este aspecto, porque el Estado hace una gran inversión y “segundo, porque da respuesta a una necesidad en el contexto de la pobreza y la desigualdad tan terrible como las que afectan a la República Dominicana, que los niños puedan tener desayuno y almuerzo en las escuelas, es muy importante”.

Añade que el programa del desayuno escolar fue el primero en implementarse y existen varias modalidades, pero la más exitosa es donde se preparan los alimentos en la misma comunidad.

Cabrera cree que dentro de los distintos niveles que tiene el desayuno escolar “hay una modalidad que es donde se preparan los alimentos en la misma comunidad, esa ha sido la más triunfante”.

Esto así porque “nunca ha habido intoxicación. Es fresco, la calidad es segura, en términos de nutrientes es más equilibrado, hay una lógica menos mercantilista de quienes lo preparan”.

Apoya que ese modelo se replique en otros lugares.

“Aquí se ha hecho una inversión en construir escuelas con comedores con cocinas preparadas y equipadas. ¿Por qué no se utilizan?, porque hay una lógica de no afectar intereses de quienes están involucrados en estos negocios, que quedarían fuera si se preparan en las escuelas”, añade.

La lucha del 4 % para la educación

Al cuestionarla sobre la lucha por la inversión del 4 por ciento, afirma que el tema educativo nunca estuvo tan en la agenda como a partir de ese proceso.

Indica que no hay duda de que “hay logros, aunque no se construyeron las 28 mil aulas como lo prometió el presidente Danilo Medina en el periodo pasado y solo se construyeron 14 mil, y eso es importante”.

Lamenta que el proceso de construcción de las nuevas escuelas estuvo empañado por la muerte de un ingeniero en las oficinas de la a Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe), como también las denuncias de sobrevaluación en la compra de los terrenos, “que no existieran razones ni factores que dieran lugar a esos hechos”.

Cree que si se usan los “recursos con más transparencia, escuelas que salen por 50 millones y el costo real es de 40, tú dispones de 10 millones para suplir otras necesidades en otras comunidades”.

Entiende el fenómeno educativo como un proceso que está impactado por varios procesos y que tienen que ser atendidos simultáneamente.

En ese sentido hay que poner énfasis en el tema de la calidad y en el acceso.

Fuente noticia: http://eldia.com.do/el-pais-tiene-pesima-calificacion-en-el-sistema-de-la-educacion/

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Jóvenes “a la intemperie”: la ausencia de una política de formación e inserción

Por: La Jornada.14-09-2016.Enrique Pieck Gochicoa

En prácticamente todos los países existe un grupo de jóvenes que ha truncado su itinerario educativo debido a diversas razones económicas, sociales, familiares y/o personales. En el caso de México, muchos se ven obligados a interrumpir sus estudios sin haber obtenido su certificado de educación media superior, nivel educativo que forma parte de la educación obligatoria desde 2011. Algunos datos revelan que sólo un 60.9% de la población de 15 a 17 años ingresa a media superior (INEE, 2014); aunado a ello, el abandono en este nivel es de un 40% (Weiss, 2014). Ambas cifras hablan de la magnitud del problema en lo que se refiere a jóvenes que no cuentan con estudios de media superior acreditada, más grave aún si pensamos en la cifra de ocho millones de jóvenes que se encuentran en situación de no estudio y no trabajo. Para la mayoría de estos jóvenes, su paso por el sistema educativo quedó atrás –o postergado– en sus trayectorias de vida, por lo que enfrentan ahora el reto de la transición al mundo del trabajo. Lamentablemente, ésta se complica por agravantes, tales como: baja escolaridad, falta de experiencia laboral, trayectos educativos marginales, no contar con competencias para el trabajo, la corta edad, falta de redes sociales, entre otras.

En este nuevo escenario de vida, muchos/as jóvenes se encuentran en una situación de abandono y a la deriva. Sin gran conocimiento, terminan insertándose en opciones laborales precarias y de alta rotación; otros encuentran espacios en el sector informal, hay quienes se aventuran en el frágil espacio del autoempleo, y algunos incursionan en el ámbito de la delincuencia. Son jóvenes que por lo general provienen de sectores de bajos recursos, con  problemáticas de desintegración familiar, contextos de violencia, desempleo, falta de oportunidades productivas, etc. Bajo estas circunstancias deben definir sus futuros escenarios de vida y, en esa dinámica a ciegas, buscan abrirse camino, van de alguna manera “rebotando” entre la diversidad de opciones que se les presentan: laborales, educativas y de formación. En este “rebote” los/as jóvenes se encuentran sin algún apoyo que les permita encaminar sus decisiones, analizar las diferentes opciones de estudio y trabajo, trazar e imaginar sus futuras trayectorias personales y profesionales: son jóvenes “a la intemperie” que ante la falta de un programa que los oriente se ven obligados a ir sorteando en soledad y por sí mismos las diferentes alternativas existentes.

Partiendo de esta realidad, un ejemplo que invita a la reflexión es el caso del Programa de Formación e Inserción (PFI), que se desarrolla en Cataluña, España y que tuvo como antecedente el Programa de Garantía Social (PGS) (1995-2006). El PFI retoma la experiencia y subsana algunas debilidades del PGS, entre ellas el diseño sin continuidad posterior de los estudios. Lo que distingue al PFI (también sello del PGS), y que marca un contraste inevitable con la política de formación para el trabajo en México, es el tener muy presente en la política educativa al segmento de jóvenes que ven truncadas sus trayectorias educativas y que no han podido obtener el certificado de educación básica obligatoria. Se parte de que existe un segmento de jóvenes que no culminan su educación básica y que se encuentra en proceso de transición al mundo del trabajo, luego pues se diseña y pone en operación un programa específico que responda a la problemática global de la transición de los jóvenes desfavorecidos: se les apoya en su proceso de inserción profesional y re-inserción al sistema educativo.

El programa busca ser un acto continuo de acompañamiento y de apoyo a la construcción de alternativas para los jóvenes sin la certificación básica. Se distingue por ser integral, por querer facilitar el tránsito de estos jóvenes a la vida activa, por tener vínculos con el mundo del trabajo a través de pasantías y por tener continuidad con grados superiores. Asimismo, busca favorecer el desarrollo de competencias (tanto técnicas como blandas), atender a la problemática social de los jóvenes, orientar en el desarrollo de posibles proyectos productivos, apoyar proyectos personales de vida, y promover su reinserción al sistema educativo. En mi opinión, el  punto clave del PFI es partir de una política específica de formación orientada a este grupo de jóvenes en el ánimo de facilitar su proceso de transición. No se les deja solos, no están a la intemperie.

En este marco es importante comentar sobre el programa de La Comuna, con raíz en las Misiones Locales de Francia, que se implementó en la Ciudad de México entre 1999 y 2008. Un elemento definitorio del programa consistía precisamente en la labor de consultoría y apoyo que se debe dar a los jóvenes en este entrecruce de caminos. El programa partía de que los jóvenes que se enfrentan a estas circunstancias deben contar con un servicio que les brinde asesoría psicológica, educativa y laboral. Intentó funcionar como un espacio de contención, de abrigo, ante las circunstancias difíciles de desorientación y falta de conocimiento a la que se enfrentan los jóvenes que atraviesan por esta etapa. Este programa fue ejemplo de una concepción diferente de la capacitación donde el proceso de transición a la vida activa se atendía de una forma integral. Lamentablemente, a la fecha, no existe ningún programa de capacitación que haya retomado este enfoque.

En México contamos con un abanico de opciones, que van desde la oferta de capacitación de parte de la Dirección General de Centros de Formación para el Trabajo (DGCFT) a través de los ICAT y los CECATI, hasta diferentes instancias que promueven el acceso al empleo, el desarrollo de emprendimientos, acceso a préstamos económicos, estrategias para la re-inserción al sistema educativo con miras a la acreditación del bachillerato y la continuación de estudio superiores (Prepa Sí, Ceneval Acuerdo 286, etc.). Se trata de programas pertinentes en sí mismos, lamentablemente no se encuentran articulados entre sí,  no abordan la problemática en conjunto que enfrenta este segmento juvenil, ni forman parte de una política integral de capacitación. Los jóvenes se van encontrando con estas opciones en caminos de búsqueda personales, van “rebotando”, se van enterando por diversas fuentes, incursionando en diferentes programas sin el cobijo de un programa que responda a sus necesidades de forma integral en este momento de transición.

El hecho es que sí existen programas a los que se incorporan los/as jóvenes, sin embargo no existe una política específica de formación e inserción de la cual formen parte. A ello se debe que este segmento de jóvenes, durante esta etapa crucial, no cuente con un programa específico que los resguarde. Esto lleva a que un millón 800 mil jóvenes que no están en el bachillerato, debido a que no terminaron la educación básica o abandonaron sus estudios de nivel medio superior (Tuirán, 2014), tengan que transitar durante este periodo “a la intemperie”. 

Nos preguntamos entonces ¿por qué no se ha hecho nada al respecto? ¿Por qué no se considera algo prioritario? ¿Es un tema de voluntad política, de falta de interés, poca sensibilidad ante la problemática, subestimación de la capacitación? ¿Es una situación con una baja tasa de retorno? Muchas preguntas que inquietan y que ante la falta de respuesta llevan  a permanecer en una inercia que como sociedad tiene un costo muy alto.

Enrique Pieck Gochicoa es investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México  (INIDE-UIA).

Fuente: http://educacion.nexos.com.mx/?p=273

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Aprender a Leer en Japón

Por: Elisa Guerra Cruz

Japón es un país fascinante. No sólo por sus jardines y edificios, si no también por su gente y su cultura.

Tuve la oportunidad de visitar este país asiático por primera vez en el mes de Noviembre de 2014, a raíz de la investigación de Eduardo Andere sobre ambientes de aprendizaje alrededor del mundo. De esta manera, pude visitar con él diversas escuelas en varias ciudades japonesas, desde Tokyo hasta Hiroshima, pasando por Nagoya y otras más.

Siempre me ha interesado el tema de el aprendizaje de la lectura, pero esta fue la primera vez que tuve la oportunidad de explorar cómo aprenden a leer los niños pequeños en un sistema y lenguaje tan diferente al nuestro y al resto de los idiomas occidentales.

Debido a lo apretado de la agenda de investigación de Eduardo, y aunado a la dificultad para conseguir los permisos necesarios para visitar las escuelas y aplicar cuestionarios, no me fue posible realizar un protocolo de investigación sobre el aprendizaje temprano de la lectura en culturas occidentales. En lugar de ello, me centré en una investigación documental y anecdótica, enriquecida por las observaciones realizadas en las escuelas que nos abrieron sus puertas.

Aprender a leer en Japón es cosa de niños… para los niños. Un adulto que, sin haber crecido en Japón ni haber estado expuesto al idioma desde pequeño, quisiera aprender a leer y escribir en japonés, pudiera encontrar esta tarea sumamente difícil, incluso imposible.

¿Por qué?

Para empezar, el japonés tiene tres (o cuatro) maneras de escribirse:

1. El japonés culto o kanji, que consiste en ideogramas heredados del chino. Cada “kanji” representa una palabra o idea.  Al terminar la escuela preparatoria, los jóvenes japoneses deben dominar por lo menos 2000 kanji.

2. Hiragana, o la “fonetización” del lenguaje. En este sistema existen 71 “letras” diferentes: 5 vocales, 1 consonante, y 65 “letras” o símbolos que combinan consonante y vocal. Esto es, existen 65 caracteres que se refieren a sílabas completas: ka, ke, ki, ko, ku, por ejemplo, se representan cada una con una sola y diferente “letra” en hiragana.

3. Katakana, que se usa para escribir palabras extranjeras y que también tiene correspondencia fonética con el lenguaje oral.

Además de estos tres sistemas de escritura, los niños japoneses aprenden “romanji”, o la manera de representar palabras japonesas con escritura occidental. Así es que los pequeños también aprenden las letras del alfabeto que todos conocemos.

IMG_3919Es común que los letreros en las calles incorporen kanji, hiragana y romanji, como puede ilustrase en esta imagen. Este es un letrero que anuncia una de las paradas de la línea azul del metro de Tokyo. El primer ejemplo de escritura, el más grande, es kanji. El segundo, más largo (por que cada signo representa un sonido y no una palabra o idea) es hiragana. Y el tercero, el que nos permite a nosotros, occidentales, saber en dónde estamos y cómo pronunciar el nombre de esta estación, es romanji. Por cierto, “Otemachi”, significa “mano grande”.

¿Cuál de estos sistemas se utiliza más? Bien, esto es lo que hace que el japonés sea increíblemente complejo para los adultos occidentales sin experiencia temprana en el idioma: Se usan los tres, kanji, hiragana y katakana… ¡al mismo tiempo y mezclados!

¿Cuándo y cómo aprenden a leer los niños japoneses?

Supuestamente, la instrucción “formal” de la lectura comienza en el primer grado de primaria. Sin embargo, según nos comentaron algunos docentes, un gran porcentaje de niños, (la gran mayoría, en palabras de un maestro) llegan al primer grado siendo capaces de leer, y no sólo palabras simples, sino libros. La directora de una escuela en la periferia de Tokio nos dijo, en torno al tiempo para aprendizaje de la lectura, que “cuanto antes, mejor”. Esta misma tendencia fue reportada ya desde finales de los años ochenta en una investigación que comparaba el aprendizaje de la lectura en Japón y en Estados Unidos. (Mason et al, 1987).  Los niños japoneses podían leer en hiragana al entrar a la primaria, y a partir de entonces comenzaban el aprendizaje de los primeros “kanji”. Esta labor continuará durante toda la vida académica de los niños y jóvenes y aún en la edad adulta.

La directora de una escuela primaria en un suburbio de Tokio comentó, con respecto al aprendizaje de la lectura: "Cuanto antes, mejor".

La directora de una escuela primaria en un suburbio de Tokio comentó, con respecto al aprendizaje de la lectura: “Cuanto antes, mejor”.

Sin embargo, los jardines de niños japoneses (yochien) supuestamente no enseñan a leer a los niños, por lo menos no de manera formal. ¿Quién les enseña entonces?  Ya desde hace algunas décadas, se cree que las madres japonesas juegan un papel primordial en la enseñanza de la lectura.  Aunque solamente un 15% de ellas afirma que enseña a leer a sus hijos en casa (Uchida, 1987) es muy común que realicen diferentes actividades encaminadas al aprendizaje de la lectura, principalmente una amplia exposición a libros y revistas infantiles, aunado a actividades artísticas, musicales y de excelencia física.  A raíz de la enorme competencia para poder tener acceso a las mejores opciones educativas, las familias  buscan que sus hijos ingresen a escuelas primarias de prestigio académico. Y debido a la alta demanda de espacios en estas instituciones, con frecuencia se hacen exámenes de admisión a los niños preescolares. Los mejores resultados consiguen los codiciados lugares. Así es que posiblemente muchas madres japonesas “preparen” académicamente a sus hijos para estas pruebas, ya sea ellas mismas o con la ayuda de clases particulares.

Creemos que es algo bueno que los niños japoneses puedan aprender muchas cosas a muy temprana edad, pero no por las razones equivocadas. Si una madre enseña a su hijo a leer, no por el disfrute que ello pueda redituar al pequeño, sino con el objetivo de que pueda obtener buenos resultados en un examen, entonces la presión y el estrés entran a la ecuación de la enseñanza. Y la presión y el estrés son enemigos del aprendizaje.

En las escuelas. la manera tradicional de aprender hiragana o katakana es a través de instrucción fonética. Sin embargo, las unidades fonéticas en hiragana son más grandes que las del idioma español: ya hemos comentado que, si bien los niños aprenden la correspondencia fonética a 5 vocales y una consonante (elementos fonéticos simples) hay 65 caracteres que representan sílabas (elementos fonéticos compuestos). Esto significa que, mientras que los niños hispanos que aprenden a leer fonéticamente deben descifrar, para una palabra bisílaba, por lo menos cuatro grafías, el niño japonés con suerte requerirá sólo dos (una por sílaba). Esto podría implicar que el reconocimiento de la palabra podría ser dos veces más rápida por parte del niño japonés, en comparación con el niño hispano.

Por otro lado, los niños japoneses deben aprender kanji de memoria. No hay alternativa. Y para ello ocupan buena parte de la jornada escolar: memorizar y repetir, memorizar y repetir. Muchos adultos recuerdan esta etapa como algo tedioso, aburrido y difícil. ¿Habría otra manera de lograrlo? Nosotros creemos que sí. Nuestros niños japoneses en el programa de Los Institutos, (ya sea sanos o con lesión cerebral) pueden aprender kanji con facilidad y disfrute cuando éste se les presenta de manera ágil, alegre, repetida y breve, en estímulos visuales preparados para este fin, y cuando el cerebro está mejor dispuesto para recibir este tipo de información: en los primeros años de vida. Por cierto, de esta manera pueden aprender a leer todos los niños, cualesquiera que sea su lenguaje.

Las aulas están decoradas con las producciones de los niños. Aquí vemos las hojas  de trabajo que muestran la direccionalidad del trazo.

Las aulas están decoradas con las producciones de los niños. Aquí vemos las hojas de trabajo que muestran la direccionalidad del trazo.

Menor presión a los niños y mayor reconocimiento a los maestros, es algo de lo poco que quizá podría pedirse a la sociedad japonesa.

Lo que sí podemos afirmar es que la educación es un valor sumamente importante para las familias en Japón. Según el Global Teacher Index 2013, publicado por Varkey Gems Foundation, si bien los japoneses califican favorablemente su sistema educativo, no confían mucho en la capacidad de sus maestros -algo que no deja de sorprender, cuando se tiene en cuenta el respeto que tradicionalmente se debía a los docentes, “senseis”, y considerando que el desempeño educativo de Japón en pruebas internacionales, al compararse con otros países, es relativamente alto.

¿Quién enseña a leer a los niños japoneses? Parece que esta es una tarea con diversos actores: las madres, los maestros, y la propia cultura que favorece, de una u otra forma, la exposición temprana al lenguaje escrito.

 Referencias:

Dolton, P; y Marcenaro-Gutiérrez, O (2013) Varkey Gems Foundation Global Teacher Status Index. Recuperado el 18 de Diciembre de https://www.varkeygemsfoundation.org/sites/default/files/documents/2013GlobalTeacherStatusIndex.pdf 

Mason, J; Anderson, R; Omura, A; Uchida, N; e Imai, M. (1989) Learning to Read in Japan, Technical Report 449, Center for the Study of Reading, University of Illinois at Urbana- Champaign.

Uchida, N. (1987) From storytelling to writing composition. Paper presented at the 29th annual meeting of the Japanese Educational Association. Tokyo.

Fuente: https://elisaguerra.net/2014/12/20/aprender-a-leer-en-japon/

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17 formas de mejorar la educación de las niñas

Por: Internacional de la Educación.14-09-2016

Existen numerosas maneras de fomentar la educación de las más de 32 millones de niñas escolarizadas en todo el mundo; un nuevo sitio web nos muestra, como mínimo, 17 de ellas.

Entre 2014 y 2016, la Iniciativa de las Naciones Unidas para la Educación de las Niñas (UNGEI), en colaboración con el Instituto de Desarrollo de Ultramar (ODI), presentó el Fondo de Buenas Prácticas para la Educación de las Niñas e Igualdad de Género de la UNGEI.
El Fondo de la UNGEI proporciona asistencia técnica y pequeñas ayudas a 17 organizaciones no gubernamentales de todo el mundo, incluida UNATU, afiliada de la Internacional de la Educación (IE) en Uganda, para la recopilación e identificación de ejemplos de buenas prácticas en la educación de las niñas. El resultado de este proyecto de dos años de duración se tradujo en una amplia base de pruebas y materiales, que incluye estudios de caso, informes de síntesis y una guía sobre la documentación.
Lo destacado del proyecto
Los 17 estudios de caso analizados en este proyecto descubrieron numerosas formas diferentes y creativas para fomentar la educación de las niñas. En resumen, demostraron que incluso los programas a pequeña escala, cuyo objetivo es cambiar las actitudes hacia las niñas y mujeres en el contexto educativo, pueden contribuir a la igualdad de género en un ámbito más amplio de la sociedad.
Y, lo que resulta aún más importante: los estudios concluyeron que las niñas conseguían aspirar a oportunidades profesionales y personales fuera de la escuela cuando los programas implicaban a niños y a la propia comunidad, si se fomentaban cambios de actitudes y comportamientos hacia ellas y cuando los programas se centraban en aumentar su iniciativa y autoconfianza.
Medidas docentes por las niñas
Uno de los estudios de caso seleccionados por la UNGEI es una iniciativa conjunta de UNATU, afiliada de la IE en Uganda, y CTF, la Federación de Docentes de Canadá, también afiliada a la IE. Se conoce con el nombre de Teacher’s Action for Girls (TAG). Su objetivo consiste en motivar a los docentes y directores escolares para transformar los centros educativos de modo que apoyen a las niñas.
El propósito general del programa TAG es contribuir a la educación de las niñas al dotar a los docentes de conocimientos, destrezas y valores para que lideren la creación de entornos escolares con responsabilidad de género. Introdujo un enfoque innovador centrado en las niñas y diseñado para conseguir un avance específico en su educación y cuestionar los factores que impiden su éxito escolar.
El enfoque de los proyectos en la mejora de la educación de las niñas, con una perspectiva centrada inherentemente en los docentes, pretende que las organizaciones de docentes se conviertan en agentes fundamentales para mejorar la seguridad y el éxito de las niñas en la escuela gracias a su conexión directa con docentes y directores de centros escolares. El proyecto TAG refleja este supuesto en su nombre: Medidas docentes por las niñas.
A través del enfoque del TAG, la seguridad y la igualdad de oportunidades de las niñas en la escuela se considerarán responsabilidad profesional del docente. Se centra enormemente en la formación sobre igualdad de género, a través del desarrollo profesional entre docentes, y en reforzar la capacidad de estos para tomar decisiones y actuar en consecuencia. El resultado es un cambio en todo el centro escolar y la implicación de los padres y de la comunidad.
Más información
Para garantizar que estos hallazgos tan útiles del proyecto se compartan con implicados del sector, investigadores y contribuyentes en un ámbito amplio, se ha creado un sitio web donde centralizar la recopilación de materiales. Para consultar estudios de caso y profundizar en el proyecto, se puede visitar http://www.goodpracticefund.org. ç
Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/news/news_details/4097
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