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OIT: Unos 73 millones de niños trabajan en condiciones peligrosas (Audio)

OIT / 20 de junio de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Radio ONU

Los pequeños laboran arduamente en minas y campos, fábricas y hogares, expuestos a pesticidas y otras sustancias tóxicas, transportando cargas pesadas o trabajando largas horas. Muchos sufren consecuencias físicas y psicológicas y hasta sus propias vidas pueden estar en riesgo.

 

 

“Los niños son más vulnerables a los riesgos que los adultos. Se necesitan medidas urgentes para garantizar que ningún menor de 18 años participe en trabajos peligrosos”, declaró Guy Ryder, el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil.

Este año la atención se centra en poner fin a los trabajos peligrosos y fomentar un empleo seguro y saludable para los jóvenes en edad laboral legal.

Alrededor de 73 millones de niños se encuentran endesempeñan trabajos de este tipo, casi la mitad de los 152 millones de menores de 5 a 17 años inmersos en la labor infantil. Estos niños trabajan arduamente en minas y campos, fábricas y hogares, expuestos a pesticidas y otras sustancias tóxicas, transportando cargas pesadas o trabajando largas horas. Muchos sufren consecuencias físicas y psicológicas para toda la vida.

Las consecuencias del trabajo infantil peligroso

 

Un nuevo informe de la OIT dirigido a la eliminación urgente del trabajo infantil peligroso revela que ciertos riesgos ocupacionales, entre ellos la exposición al estrés psicológico y a los productos químicos de uso común, son aún más graves para los niños de lo que se pensaba.

Otro hallazgo clave es que la adolescencia, como un período de maduración física, puede comenzar más temprano y durar hasta mediados de los años veinte. Dentro de este período lapso prolongado de crecimiento, los niños (y los adultos jóvenes) se enfrentan a una serie de vulnerabilidades que requieren respuestas en la ley y en la práctica.

Además, el informe describe el vínculo crucial y mutuo entre la educación y la salud: la falta de educación aumenta el riesgo de resultados negativos en la salud del debido al trabajo y, a la inversa, la educación de calidad tiene efectos positivos y protectores en la salud de los niños trabajadores.

Aunque el número total de niños menores en trabajos peligrosos ha disminuido en los últimos años, el progreso se ha limitado a adolescentes. Entre 2012 y 2016, casi no hubo reducción en el número de niños de 5 a 11 años que laboran, y el número de pequeños en trabajos peligrosos aumentó.

La obligación de los Estados

Ningún niño menor de 18 años debe realizar trabajos peligrosos, según lo estipulado en los Convenios de la OIT sobre trabajo infantil, concretamente el Convenio sobre la edad mínima y el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil.

Los gobiernos, en consulta con los interlocutores sociales, deben establecer y hacer cumplir una lista nacional de trabajos peligrosos prohibidos para los niños.

La ratificación de los convenios de la OIT por hasta 181 Estados refleja el compromiso de acabar con el trabajo infantil en todas sus formas.

El trabajo infantil en la agricultura

 

El Fondo de la ONU para Alimentación y la Agricultura (FAO), reveló también este martes datos preocupantes: después de años en constante declive, el número de niños trabajadores en la agricultura aumentó más de un 10% desde 2012, impulsado en parte por conflictos violentos y desastres.

Esta tendencia preocupante, no solo amenaza el bienestar de millones de niños, sino que también socava los esfuerzos para acabar con el hambre y la pobreza en el mundo, advierte la FAO.

Se pasó de 98 millones a 108 millones de niños trabajadores desde 2012, según las últimas estimaciones. Los conflictos prolongados y los desastres naturales relacionados con el clima seguidos de la migración forzada han empujado a cientos de miles de niños a laborar.

Los hogares en los campos de refugiados sirios en el Líbano, por ejemplo, son propensos a recurrir al trabajo infantil para garantizar la supervivencia de su familia. Los niños refugiados realizan una serie de tareas y a menudo están expuestos múltiples riesgos que incluyen pesticidas, condiciones deficientes de saneamiento en el campo, altas temperaturas y fatiga por realizar trabajos tareas físicamente exigentes durante períodos prolongados.
Al mismo tiempo, los esfuerzos para eliminar el trabajo empleo infantil en la agricultura enfrentan desafíos persistentes, debido a la pobreza rural y la concentración del trabajo infantil en la economía informal y el trabajo familiar no remunerado..

La FAO subraya que el trabajo infantil en la agricultura es un problema mundial que está perjudicando a los niños, dañando el sector agrícola y perpetuando la pobreza rural. Por ejemplo, cuando los niños se ven obligados a trabajar largas horas, su oportunidad de asistir a la escuela y desarrollar sus habilidades es limitada, lo que interfiere con su capacidad de acceder a oportunidades de empleo decentes y productivas más adelante en la vida, incluidas las oportunidades en un sector agrícola modernizado.

Datos clave

• Casi tres de cada cuatro niños inmersos en el trabajo infantil, están en el sector agrícola.

• Hay 10 millones más de niños en la agricultura desde 2012.

• Casi Cerca del 70% del trabajo infantil es trabajo familiar no remunerado.

• La incidencia del trabajo infantil en los países afectados por el conflicto armado es un 77% más alto que el promedio mundial.

• Casi la mitad de todo eldel trabajo infantil en el mundo ahora tiene lugar en África: 72 millones, o uno de cada cinco niños de Áfricaafricanos, laboran, en su mayoría en la agricultura, seguido de. En segundo lugar se encuentra Asia, con 62 millones.

Indonesia, ejemplo de compromiso

El país se ha comprometido a eliminar toda forma de trabajo infantil de cara a 2022 para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La siguiente fotogalería ilustra las circunstancias en las que se encuentran algunos jóvenes.

Fuente de la Noticia:

https://news.un.org/es/story/2018/06/1435662

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América Latina y el Caribe registran la mayor reducción de trabajo infantil peligroso

América Latina y el Caribe / 17 de junio de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Radio ONU

En cuatro años, ese tipo de trabajo disminuyó 2,4% y el empleo infantil en general cayó 1,5%, según las cifras de la Organización Internacional del Trabajo. La mitad de los niños que trabajan lo hacen en el sector agrícola.

América Latina y el Caribe se han convertido en la región del mundo donde más se ha reducido el trabajo infantil peligroso, registrando una baja de 2,4 % entre 2012 y 2016, destacó hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Además, el empleo infantil en general disminuyó 1,5 % durante el mismo periodo en la región.

Los datos se publican en el informe más reciente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), referido específicamente al trabajo infantil peligroso.

Detrás de América Latina y el Caribe el declive más importante ocurrió en Asia y el Pacífico, seguida por el África Subsahariana.

De acuerdo con la OIT, el porcentaje de niños y niñas latinoamericanos y caribeños entre 5 y los 17 años que trabaja se redujo de 8,8  % en 2012 a 7,3 % en 2016.

Una gran noticia

“La reducción del trabajo infantil y sobre todo de sus formas más peligrosas es una gran noticia para todos. El trabajo infantil es inaceptable desde todo punto de vista, y es muy positivo que en nuestra región estemos avanzando para erradicarlo”, dijo el representante regional de la FAO, Julio Berdegué.

Agregó, no obstante, que con un poco más de esfuerzo de los gobiernos y las empresas del sector agroalimentario se podría acelerar el paso hacia su eliminación.

La mitad de los menores que trabajan en América Latina y el Caribe lo hacen en la agricultura. A nivel global esa cifra es aún mayor: tres de cada cuatro niños y niñas trabajadores laboran en la agricultura. Así, 108 millones se dedican a la agricultura, la ganadería, la silvicultura o la acuicultura.

“Para lograr que ningún niño o niña tenga que trabajar, los gobiernos deben desarrollar políticas específicas enfocadas en el trabajo infantil agrícola. Pero, además, las empresas del sector deben hacer la parte que les toca, que no es poca”, señaló Berdegué.

Fuente de la Noticia:

https://news.un.org/es/story/2018/06/1435702

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México: La academia reacciona ante el tercer debate presidencial

México / 17 de junio de 2018 / Autor: Nelly Toche / Fuente: El Economista

El sentimiento generalizado de los académicos ante el último encuentro entre candidatos es de decepción.

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La pobreza obliga a trabajar a 3.2 millones de niños mexicanos, dice Inegi; y se les paga una miseria

México / 17 de junio de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Sin Embargo

Unos 3.2 millones de niños, niñas y adolescentes trabajan en México para escapar de la pobreza, lo que representa el 11 por ciento de la población de 5 a 17 años, informó hoy el Inegi en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se conmemora hoy.

Por entidad federativa, en 2017 Nayarit tuvo la mayor tasa de trabajo infantil con 19.7 por ciento, mientras que en Querétaro se observó la tasa más baja con 5.3 por ciento.

De acuerdo con el Inegi, 2.1 millones de población infantil de 5 a 17 años realiza un trabajo en actividades no permitidas, es decir, labores peligrosas donde no reciben ingresos por su trabajo o perciben como máximo hasta uno y dos salarios mínimos.

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La voz de las niñas y las mujeres ayuda a definir las actividades de los centros Malala de la UNESCO en Guatemala

Centro América/Guatemala/14 Junio 2018/UNESCO

La primera fase del nuevo proyecto llevado a cabo en Guatemala en el marco del Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a recibir educación, reunió a las niñas, adolescentes y mujeres indígenas de la comunidad, en el seno de talleres participativos en Santa María Chiquimula y San Andrés Xecul, Totonicapán, en abril de 2018. Estos talleres han sido organizados con el objetivo de que las niñas y las mujeres participantes compartan sus intereses y necesidades, así como los obstáculos y las dificultades a las que deben hacer frente con regularidad en términos de acceso a la educación.

En Santa María Chiquimula, casi la mitad de las mujeres que han participado en los talleres no sabían leer ni escribir, y utilizaron sus huellas digitales para inscribirse. Esta situación ocurre con demasiada frecuencia en Totonicapán, una de las regiones de Guatemala que posee las tasas más bajas de mujeres alfabetizadas, es decir, 62,5% en 2014. El promedio de años de escolarización de las mujeres de esta región es de 4,1, una cifra que revela que la mayoría de ellas no logran terminar el ciclo de enseñanza primaria.

Las voces de las niñas y de las mujeres en primer plano

Para apoyar su empoderamiento es importante poner de relieve las voces de las niñas y de las mujeres, y proporcionarles un espacio para que compartan, analicen y hagan válidas sus experiencias colectivas. Las niñas y las mujeres indígenas presentes en los talleres participativos elaboraron una lista con las múltiples razones por las que abandonan la escuela, que abarcan desde la falta de recursos económicos hasta la distancia geográfica de las escuelas.

Algunas evocaron la creencia muy extendida de que las niñas y las mujeres no necesitan recibir una educación que comienza en la casa. “Mi padre quería que aprendiera a cocinar para cuando me casara, en vez de pasar el tiempo educándome”, dijo una joven, mientras que otra ofreció el punto de vista de sus padres de que “para realizar los quehaceres de la casa una mujer no necesita un título, mientras que el trabajo de un hombre en la ciudad sí podría requerirlo”. En la mayoría de los casos, cuando los recursos escaseaban, los hermanos tenían la posibilidad de asistir a la escuela, mientras ellas se quedaban atrás.

A pesar de estas dificultades, las mujeres veían la educación como un instrumento práctico que podía facilitarles la vida cotidiana y ayudarlas a realizar sus sueños. Ante el reducido número de empleos en el mercado laboral, una mujer afirmó: “Quiero adquirir capacidades prácticas que me ayuden a generar mis propios ingresos”.

Definir las actividades de los centros Malala de la UNESCO

Al principio de este proceso, es vital escuchar a las niñas y las mujeres con miras a garantizar la pertinencia de las actividades del proyecto. Si por una parte las mujeres han podido expresar sus opiniones durante los talleres, por otra también tuvieron la ocasión de compartir sus deseos, necesidades, así como las dificultades a las que deben hacer frente día a día.

Para una de ellas, aprender a leer significa no perderse en las calles. Para una joven, terminar la escuela significa que realizará su sueño de convertirse en docente. Y para otra, completar su educación le ofrece los medios para ayudar a sus hijos a hacer las tareas. Estos puntos de vista serán tomados en consideración durante la creación y concepción de nuevos centros Malala de la UNESCO. Las motivaciones, las necesidades y los intereses de las niñas y las mujeres se hallan arraigados en sus propios contextos y en sus historias personales, y sólo pueden comprenderse si nos tomamos el tiempo de escucharlas.

Los talleres participativos han confirmado lo importante que es poner de relieve y tomar en cuenta las voces de las niñas y las mujeres en cada etapa del proyecto. Esto no sólo permite que los planes de educación no formal llevados a cabo por los centros Malala brinden una respuesta apropiada a los obstáculos y necesidades reales de las mujeres, sino que ofrece también la oportunidad de apropiarse del proyecto mediante sus historias y puntos de vista individuales.

El proyecto en Guatemala tiene como objetivo crear un modelo educativo local – los centros Malala de la UNESCO – en las regiones rurales que deberá ser sostenible y transferible, y que se basará en las necesidades, la disponibilidad y los intereses de las niñas indígenas. Los programas educativos propuestos por los centros se impartirán en las lenguas indígenas, se basarán en la cultura indígena y reforzarán las competencias en favor del desarrollo personal y socioeconómico. Para llevar a cabo este proyecto, la UNESCO colabora conjuntamente con elComité Nacional de Alfabetización(link is external) (CONALFA), el Ministerio de Educación y organismos tales como, el Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica (IGER) y la fundación educativa Fe y Alegría(link is external), en colaboración con las municipalidades de intervención.

Fuente: https://es.unesco.org/news/voz-ninas-y-mujeres-ayuda-definir-actividades-centros-malala-unesco-guatemala

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El éxito del modelo educativo en Canadá, donde los profesores no se eligen en oposiciones

Por: Ana Torres Menárguez

Los directores de centro tienen un rol esencial en el diseño de los programas académicos en uno de los países del ‘top 10’ en PISA

En algunas provincias de Canadá, como Ontario, a los profesores se les contrata en función de las necesidades del colegio. No hay oposiciones, son los directores de los centros los que determinan cuántos docentes necesitan cada curso y para qué asignaturas. Si después de dar una clase ante un comité de expertos y de pasar una entrevista personal son elegidos, se les contrata y pasan a ser funcionarios. Durante los dos primeros años, el director del colegio revisará su trabajo y, si se ajusta a los estándares, volverá a enfrentarse a ese control cada cinco años. A los 54 años de edad, ese profesor podrá jubilarse y su pensión será una de las más altas del cuerpo de funcionarios de Ontario, unos 48.000 dólares canadienses al año (31.600 euros). El salario medio de un profesor en esa provincia, cuya capital es Toronto, es de 80.000 dólares al año (52.750 euros).

El escenario descrito resume una de las principales diferencias con respecto a España: la forma en la que se selecciona al profesorado. Canadá se encuentra entre los 10 países del mundo mejor posicionados en el informe PISA, el estudio elaborado por la OCDE en diferentes países que mide el rendimiento académico de los estudiantes en matemáticas, ciencia y comprensión lectora. España ocupa la posición 31 y en dos de las competencias está por debajo de la media del resto de países de la OCDE.

En Ontario, donde el 94% de los alumnos están matriculados en centros públicos, cuando los estudiantes cumplen 14 años pueden elegir las asignaturas que más les interesan y crear su propio itinerario. Además, pueden escoger entre tres niveles de dificultad para cada una de esas materias: académico (que les permite acceder a la Universidad), applied level (que les conduce al al llamado college) o locally developed (pensado para una rápida incorporación al mercado laboral). La educación obligatoria es hasta los 16 años.

«Nuestro sistema no es academicista; no se basa en memorizar contenidos de libros de texto, sino en la aplicación práctica», explica Bruce Rodrigues, ministro de Educación de Ontario, que concentra el 40% de la población total de Canadá. La igualdad es una de las prioridades del programa educativo en un país en el que el 22% de los habitantes no nacieron en Canadá. «Tenemos muy presente a colectivos como el LGTBI y modificamos los programas en función de las características de los habitantes de las diferentes zonas», señala Rodrigues.

Pone un ejemplo: si hay un grupo importante de niños inmigrantes que no han vivido en países en los que había jardines en las casas, se elimina ese tipo de contenido de los enunciados o preguntas de los ejercicios de clase. «Estamos identificando las nuevas narrativas que usan los alumnos; ahí está la innovación», asegura el ministro. Su gabinete está participando de forma «muy activa» en la nueva medición de competencias lanzada por PISA para 2018, la denominada competencia global, un nuevo cuestionario que analizará el pensamiento crítico, la capacidad de interactuar con respeto, la empatía, la comprensión de los conflictos mundiales o el conocimiento intercultural de los estudiantes de 15 años.

Rodrigues comenzó su carrera profesional como profesor de matemáticas y confía plenamente en la capacidad de los directores y de los llamados school boards (comités escolares) para diseñar los programas académicos y contratar al profesorado. ¿Cómo pueden estar seguros de que el proceso es justo y transparente? «Todos los profesores tienen que colegiarse y tenemos un cuerpo regulador que lo gestiona. Los directores supervisan que su forma de dar clase es la correcta y, si no cumplen, pueden ser despedidos», detalla Rodrigues.

El presupuesto que el Ministerio de Educación de Ontario ha destinado a educación infantil, primaria y secundaria en el curso 2017-2018 es de 17.900 millones de euros, frente a los 3.250 millones que se llevan las universidades y los colleges (centros de educación superior con un enfoque más práctico que las universidades). En 2017, el Ministerio de Educación español destinó 2.525 millones de euros a Educación, a lo que se sumaron los 36.900 millones aportados por las comunidades autónomas.

Marta Velasco en el instituto Don Mills de Toronto.
Marta Velasco en el instituto Don Mills de Toronto.

Todd Bushell es el director del instituto público Don Mills Collegiate Institute, en Toronto. «Ponemos el foco en el pensamiento crítico, la información está en Internet», cuenta mientras recorre algunas de las aulas más innovadoras del centro, como la de arte y diseño gráfico o la de green industries (sobre el cambio climático). Una de las claves del sistema educativo canadiense es que las habilidades emocionales forman parte de la evaluación. «Medimos los hábitos de trabajo, el auto control, la responsabilidad, la organización, la colaboración y la iniciativa propia. Son los indicadores del éxito en la vida adulta del alumno», precisa.

Ese instituto tiene 90 estudiantes internacionales. La madrileña Marta Velasco es una de ellas. Llegó en agosto para cursar un año de intercambio. Tiene 16 años y estudia en el colegio concertado Gredo San Diego, en Guadarrama. Está en primero de bachillerato. «La principal diferencia con España es que aquí te autorregulas. Tengo el móvil encima de la mesa y yo decido si tengo una llamada urgente que atender». Le llama la atención que casi todos sus compañeros trabajan en el parque de atracciones los fines de semana. «En España todo es tomar apuntes. Aquí las cosas se consensúan, el profesor nos pregunta qué día nos parece bien entregar. No hay tanta disciplina».

Cuenta que las matemáticas se le dan fatal, pero que este curso ha escogido la modalidad intermedia y está avanzando a buen ritmo. Tiene derecho (legislación de Canadá), antropología o parenting (crianza en español), una asignatura en la que enseñan el proceso de embarazo, la igualdad en la crianza y en la que se llevan un robot con forma de bebé a casa durante cuatro días. La matrícula para estudiantes internacionales cuesta 14.000 dólares al año (unos 9.200 euros), a lo que se suman unos 1.200 de alojamiento en una familia al mes (unos 780 euros).

A ella le ayudó a tramitar su estancia la consultoría de educación The Lemon Tree Education, con sede en Madrid. Gestionan los intercambios de unos 200 estudiantes españoles al año, el 70% viaja a Canadá. «La mayoría se marchan en cuarto de la ESO, pero depende de la madurez del alumno», indica Rubén Castillo, cofundador de la empresa. Analizan cada caso: miden las expectativas del estudiante, sus notas o su experiencia más complicada, entre otras cuestiones. Trabajan con un gabinete externo de psicólogos. Cubren las 10 provincias de Canadá y sus honorarios alcanzan los 3.000 euros. «Desde el punto de vista académico, Canadá es uno de los países más avanzados del mundo. Su visión del respeto a los demás es esencial y eso se transmite muy bien en los colegios. Los alumnos regresan transformados», precisa Castillo. La Fundación Amancio Ortega ofrece 500 becas al año para que estudiantes españoles de cuarto de ESO puedan ir un año gratis.

LOS COLLEGE, UNA VÍA PARA ENCONTRAR UN TRABAJO CUALIFICADO PARA LOS ESPAÑOLES

Ana Paredes en Toronto.
Ana Paredes en Toronto.

Ana Paredes tiene 27 años y hace dos dejó su puesto de docente investigador en la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Burgos. Graduada en ingeniería de edificación, cobraba unos 500 euros al mes. «Vivía en casa de madre y no veía futuro a medio plazo; mi única opción era aguantar unos 10 años en esa situación y ver si conseguía la plaza», cuenta. Tras dos meses en Toronto mejorando su inglés, tomó la decisión de cambiar de país. Se matriculó en un college (centro de estudios superiores con un nivel inferior a la Universidad) en un grado de Excelencia en los Negocios, un programa de seis meses con prácticas remuneradas de otros seis meses.

Ahora está trabajando en la empresa de software donde realizó las prácticas, Black Wak, en el servicio de atención al cliente. La tasa de desempleo en Canadá es del 5% y la juvenil del 10%. Eso fue lo que le atrajo. «Es importante que los graduados universitarios sepan que no es fácil encontrar trabajo de lo suyo; hay que empezar desde abajo». Al llegar intentó que la contrataran como ingeniera, pero en todas las compañías le preguntaban si tenía experiencia en empresas canadienses. Su sueldo le permite llegar a final de mes y pagar el alquiler de una habitación por 700 dólares al mes. Ahora está tramitando la residencia permanente, que en Canadá se puede solicitar tras 12 meses de trabajo.

Los college se han convertido en una de las opciones más asequibles para los estudiantes internacionales que quieren instalarse en Canadá. El precio de matrícula de los grados universitarios ronda los 30.000 dólares al año y el de los másteres los 40.000, mientras que el coste medio de los diplomas en los college va desde los 6.600 a los 22.000 dólares al año (entre los 4.300 y 14.400 euros). En Canadá hay un total de 150 colleges y de los 113.000 estudiantes internacionales matriculados en 2016, 230 fueron españoles, según datos de la embajada. Entre los requisitos de acceso, tener el título de Bachilleratoun y una puntuación de, al menos, un 6.5 en el IELTS.

«Nuestra marca no es tan conocida como la de Estados Unidos, pero ahora con la era Trump y el Brexit prevemos un aumento en las solicitudes de acceso» explica Ryan Guest, director de George Brown, un college público de Toronto. De los 29.000 estudiantes de ese centro, 4.900 son internacionales.

La española Alejandra López, de 30 años, no terminó su carrera de Económicas en la Complutense para mudarse a Canadá. Estudió Negocios y Recursos Humanos en George Brown, un diploma de dos años que le costó 14.000 dólares. «La gran diferencia con la Universidad es que es muy práctico. Además la ley te permite trabajar 20 horas a la semana mientras estudias», cuenta. El salario mínimo en Canadá es de 14 dólares la hora. Lleva un mes buscando trabajo. «No creo que tarde mucho, el mercado se mueve rápido».

El de Santiago Uzal, de 31 años, es un caso de éxito. Llegó a Toronto con un nivel muy bajo de inglés y tras cinco años en el país tiene un puesto de manager para Europa en la empresa de idiomas ILAC, una de las más potentes del país. «La mayoría de españoles llegan con la mentalidad de la titulitis, pensando que por tener un grado el mercado les va a absorber. Pero aquí es todo networking, necesitas una puerta de acceso que, muchas veces, está por debajo de tu nivel», señala.

Él tenía estudios de Formación Profesional, que compaginaba con campañas de incendios como bombero forestal en Galicia. «No veía futuro es España, al final te cansas de los trabajos temporales. En Canadá puedes escalar en la empresa». Él lleva cinco años en ILAC, donde realizó el curso de inglés y obtuvo su primer empleo como monitor de estudiantes internacionales. Lo compaginaba con un trabajo de camarero en un restaurante brasileño. Ya ha conseguido la residencia permanente. «Me puedo beneficiar de las mismas ayudas que los canadienses, salvo el derecho a voto. No tengo ninguna intención de volver a España».

Fuente: https://elpais.com/economia/2018/05/28/actualidad/1527526183_441482.html

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Paraguay: UE ratifica respaldo para la transformación educativa en Paraguay

América del Sur/Paraguay/12.06.18/Fuente: www.paraguay.com.

La Unión Europea ratifica su pleno compromiso con el sector educativo de Paraguay y está a disposición del país para apoyar la transformación educativa que pretende lograr un mejor futuro para todos.

Así lo afirmó el embajador Paolo Berizzi, en la apertura de la “Semana de la Educación”, que inició este miércoles 6 de junio bajo organización de Juntos por la Educación. Igualmente, habló de la necesidad de buscar un “pacto social para la Educación”.
“Celebramos que la educación sea una prioridad del Gobierno actual y del Gobierno entrante. Todo esto nos anima de cara al futuro”, expresó Berizzi en el encuentro que se desarrolla hasta el viernes en el marco de la Feria Internacional del Libro, que se lleva a cabo en el Centro de Convenciones del Mariscal López Shopping.
Berizzi participó de la apertura de la actividad junto con el ministro de Educación y Ciencias, Raúl Aguilera Méndez, y el presidente de la organización Juntos para la Educación, Raúl Gauto, quien en la presentación destacó el respaldo de la Unión Europea para la realización de la “Semana de la Educación”, que tiene como objetivo analizar la situación educativa paraguaya de cara al futuro.
“Hay que empezar a hacer todos estos temas, que no solo se hable, sino que se haga. Que se empuje fuerte el tema educativo”, indicó el embajador Berizzi, al momento de detallar que la Unión Europea destina más del 50% de colaboración bilateral con Paraguay a la educación. Precisó que del 2014 al 2020, la UE invertirá unos 85 millones de euros, más de 100 millones de dólares, solo para el sector educación en Paraguay.
“Todo esto es para cooperar en el desarrollo, en la implementación de la política nacional del país en la educación, no para imponer un modelo educativo que viene desde afuera, sino para sostener las ideas de Paraguay, su política, en el marco del Plan Nacional de Educación 2014 y la Agenda Educativa 2013-2018”, explicó.
Comentó que entre las metas principales en este sector están el mejoramiento del acceso a la educación y los casos de egresos del sistema educativo; reducir las brechas de desigualdad a través de más participación educativa de niños y niñas y jóvenes en las zonas rurales; y la calidad de la enseñanza con el fortalecimiento el sistema de evaluación docente y el currículum pertinente para una alta profesionalización. Asimismo, como otro punto de las metas, mencionó la necesidad de un acuerdo nacional entre todos los sectores. Mencionó, en ese sentido, que es necesario “un pacto social para la educación, donde varios sectores de la sociedad, ministerios, Gobierno, sociedad civil, sector privado, reconozcan su rol y su responsabilidad hacia el sector educativo”.
Explicó que todo el esfuerzo está relacionado a la búsqueda de un desarrollo sostenible y recordó los objetivos del milenio. “Antes se comprometían los cooperantes; ahora para los objetivos de desarrollo sostenible se comprometen todos en la sociedad, no solo el sector público; todos debemos intentar ayudar a nuestra sociedad a lograr estos objetivos. En esto, la sociedad civil y el sector privado juegan un rol importante”, recalcó.  Respecto a la participación ciudadana, el embajador Berizzi indicó que se pretende “visibilizar la opinión de la sociedad civil, promover una conversación de pares donde la ciudadanía pueda opinar e incidir en las políticas públicas”.
La Unión Europea respalda actualmente el proceso de transformación educativa en Paraguay con un programa de transferencia no reembolsable firmado en el 2016 de 46 millones de euros, comprendidos en tres componentes: un apoyo presupuestario; un proyecto de asistencia técnica, y el respaldo a la sociedad civil para promover la participación ciudadana (En el marco de este tercer componente, se desarrolla la “Semana de la Educación” organizada por Juntos por la Educación).

Fuente de la noticia: http://www.paraguay.com/salud-y-educacion/ue-ratifica-respaldo-para-la-transformacion-educativa-en-paraguay-178883

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