Laredo, España: Padres de alumnos recibirán formación para mejorar la calidad educativa

Europa/España/Laredo /EFE-

Padres de alumnos de Laredo asistirán durante el curso escolar a charlas y talleres formativos denominados «Educando en familia», con el objetivo de mejorar la calidad educativa y de convivencia en el ámbito de las familias.

Se trata de una iniciativa puesta en marcha por el Ayuntamiento de Laredo y las Ampas del municipio donde se analizarán temas como el uso responsable de las redes sociales, la alimentación saludable, la prevención de adicciones, las normas, límites y castigos, las conductas de riesgo, el acoso escolar y ciberacoso, la seguridad o privacidad en el uso de los teléfonos móviles.

El concejal de Educación, Jesús San Emeterio (PSOE), ha señalado hoy en un comunicado de prensa que la idea es mostrar a las familias «herramientas» que permitan afrontar con «valentía» los nuevos retos que deben encarar en un mundo «tan complejo como es el actual».

Para ello, se trabajará desde «una perspectiva optimista y motivadora» para las familias, «fomentando la búsqueda de respuestas y soluciones, y buscando herramientas que les ayuden a llevar a cabo su importante labor como padres y madres», añade el concejal.

El proyecto «Educando en familia» es gratuito, de libre asistencia y se pondrá en marcha con una primera actividad el próximo día 22 de noviembre, a las 18.00 horas, en la Casa de Cultura Doctor Velasco de Laredo.

Posteriormente y hasta la finalización del curso escolar, cada mes tendrá lugar un acto, que abordará alguno de los temas indicados.

Fuente: http://www.eldiariomontanes.es/agencias/cantabria/201711/06/padres-alumnos-recibiran-formacion-1079584.html

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Estrategias para preparar una reunión de inicio de curso inolvidable

Por: Nati Bergadá Bofill

Comienza un nuevo curso escolar y es muy importante que, desde el primer día, familia y escuela caminamos en la misma dirección. El diálogo y colaboración entre padres y maestros debe ser permanente y hay que funcionamos como un equipo.

La reunión de inicio de curso es la primera ocasión que tenemos para reunirnos con las familias de los alumnos con los que trabajaremos durante todo el curso. Es importante poder hacer un buen primer contacto y establecer un clima de colaboración entre todos.

Pero, como podemos hacer una buena reunión de inicio de curso? Vayamos por partes.

En este artículo te doy algunas orientaciones de cómo puedes preparar una buena reunión de inicio de curso que permita crear vínculos de colaboración con las familias.

Cómo han cambiado las reuniones de inicio de curso?

Anteriormente las reuniones de inicio de cus se concebían como unos encuentros en las que la escuela hacía un traspaso de información a las familias sobre lo que tenían que saber en relación a la escuela y la educación de sus hijos.

Actualmente la escuela está cambiando mucho, y hay que repensar y rediseñar nuevas maneras de hacer las reuniones con las familias. Se trata de reflexionar y buscar nuevas maneras de hacer las reuniones de inicio de curso que implique las familias y propicien nuevas relaciones de cooperación entre familias y el centro educativo.

¿Qué queremos conseguir en las reuniones de inicio de curso?

Hay que tener presente que la implicación y la colaboración de las familias en la educación de sus hijos es fundamental. Las familias y los maestros tenemos que cooperar y caminar en la misma dirección para educar a los niños.

En la reunión de inicio de curso se trata de crear un diálogo y complicidad entre las familias y los docentes que permitirá iniciar un trabajo conjunto para acompañar a los niños en su escolaridad.

Como podemos repensar las reuniones de inicio de curso?

Para repensar nuevas maneras de hacer las reuniones de inicio de curso es necesario que el equipo de maestros reflexionamos sobre:

  • ¿Qué actividad podemos pensar en que cooperen las familias, los alumnos y los maestros?
  • Qué dinámica nos será útil?
  • ¿Qué espacio necesitamos?
  • ¿Qué material usaremos?
  • Como organizaremos las familias?
  • Cuánto durará la reunión?

¿Qué propuestas de actividades podemos hacer con las familias?

Es importante que el equipo de maestros planificamos una propuesta de actividad para llevar a cabo con las familias. Algunas propuestas de actividades que se podrían llevar a cabo podrían ser:

  • Proponer una actividad en la que las familias adopten el rol de sus hijos y puedan vivenciar lo que hacen sus hijos en la escuela. De esta manera las familias pueden experimentar cómo aprenden sus hijos.
  • Realizar una actividad en la que las familias participen y colaboren en el proyecto en el que trabajan sus hijos. Por ejemplo pueden realizar una actividad como puede ser decorar el aula, habilitar un espacio que los niños necesitarán, ayudar a preparar una actividad o reto por sus hijos …
  • Proponer a las familias una dinámica de grupo para que las familias interactúen más y se conozcan.
  • Propiciar una actividad para hacer con las familias en las que puedan experimentar las metodologías de enseñanza-aprendizaje que llevan a cabo sus hijos en la escuela. Por ejemplo plantear una actividad de trabajo cooperativo, vivenciar un rincón, experimentar en un ambiente, participar en un taller …
  • Plantear una actividad compartida entre familias y niños. Por ejemplo podemos hacer que los niños preparen algo por sus padres y que ellos posteriormente en la reunión tengan que complementar. Puede ser también a la inversa, los padres preparan algo que posteriormente los niños en la escuela acabarán.
  • Llevar a cabo la reunión haciendo una merienda agradable con las familias y los maestros.
  • Los mismos niños explican a las familias como viven el día a día en la escuela y como aprenden. Pueden explicarlo en directo a las familias o bien se puede hacer una grabación en vídeo y visualizarlo el día de la reunión con las familias.
  • Preparar una actividad para poder llevar a cabo las familias conjuntamente para sorprender a los niños. Por ejemplo preparar algún rincón en el patio o en la clase.

La fundación Jaume Bofill han creado la Guía práctica «Cómo rediseñar la reunión con familias?» Un recurso muy útil para repensar la reunión de inicio de curso y como fuente de reflexión y mejora de las relaciones familia-centro educativo.En esta guía encontrará orientaciones metodológicas y propuestas de actividades que te serán muy útiles para rediseñar las reuniones con las familias.

¿Qué otros aspectos a tener en cuenta?

Hay otros aspectos a tener en cuenta a la hora de preparar la reunión de inicio de curso:

  • Es importante que valoramos de forma positiva que los padres hagan el esfuerzo de asistir a la reunión y demostrarles que su implicación es fundamental para trabajar conjuntamente por la educación de su hijo / a.
  • Hay que hacer llegar la convocatoria de reunión a las familias con suficiente tiempo para que se puedan organizar.
  • Es importante que la reunión no se alargue más de una hora para que las familias no se cansen.
  • Hay que hacer un recibimiento cálido a las familias y orientarlos para que encuentren el aula en la que deben ir. Una buena risa es una muy buena bienvenida. También se puede poner música.
  • Es importante que en la reunión se dé espacio para la convivencia e interacción entre las diferentes familias.
  • Hay que utilizar un lenguaje adecuado y cercano para que las familias nos entiendan.
  • Es importante que la reunión se inicie con puntualidad para no hacer esperar a las familias.
  • Hay que potenciar que el máximo número de familias asistan a la reunión.
  • Es importante que en la reunión haya un clima cercano y agradable para potenciar que las familias se sientan cómodos.
  • Hay que potenciamos que las familias expresen sus dudas y que respondamos a sus inquietudes.
  • Es importante que se cree un buen espacio de diálogo y conversación entre las familias y los maestros.
  • Hay que dar un espacio de tiempo en que, las familias que lo deseen, puedan hablar con el maestro / a de manera individual o acordar un día para hacer una reunión en caso necesario.

Como nos colocamos para hacer la reunión?

La forma en que colocamos las familias a la hora de hacer la reunión es importante.Por ejemplo, si colocamos las sillas en hileras, todas mirando adelante predispone a pensar que los maestros explican y las familias callan y escuchan. En la reunión se crea un ambiente más formal.

En cambio, si colocamos las sillas en círculo, predispone que las familias y maestros estén al mismo nivel y todos nos podamos ver. Esta colocación propicia que las familias hablen y se relacionen unas con otras. En la reunión se crea un ambiente más informal y cercano.

Dependiendo de la dinámica que nos interese hacer, podemos organizar las mesas de manera que las familias y maestros trabajen en grupo o buscar un espacio en el que las familias puedan moverse libremente.

Como podemos valorar la reunión de inicio de curso?

Una vez llevada a cabo la reunión de inicio de curso, es importante que hacemos una valoración tanto los maestros como las familias para poder recoger las diferentes impresiones y las propuestas de mejora.

Podemos recoger esta valoración poniendo un buzón y unos papeles en un rincón del aula y pedir a las familias que digan su al finalizar la reunión.

conclusión

La reunión de inicio de curso es el primer contacto para encontrarte con las familias de tus alumnos, es una oportunidad para conseguir que los padres que miran la escuela desde la distancia la sientan más cercana. En la educación del niño interviene tanto la familia como la escuela y hay que trabajar en equipo en la misma dirección.

Es importante que las familias se sientan su la escuela tanto como nos la sentimos los maestros y los alumnos. Para que así pueda ser, es necesario que la escuela esté abierta, que hacemos partícipes a las familias de lo que hacemos en la escuela, que los hacemos sentir que todos tenemos lugar en la escuela y que todos podemos contribuir de alguna manera.

Para que esto ocurra, la reunión de inicio de curso es un buen punto de partida que puede favorecer este clima de colaboración y este sentimiento de pertenencia a la escuela.

Tenemos que conseguir que la escuela sea una comunidad de aprendizaje y de participación para todos.

Fuente noticia: https://translate.google.co.ve/translate?hl=es&sl=ca&u=http://natibergada.cat/&prev=search

Fuente imagen: http://santaanamonzon.com/wp-content/uploads/vuelta-a-clases.jpg

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Elecciones en Ecuador: un triunfo en riesgo

Juan J. Paz y Miño C.
Prensa Latina

El domingo 19 de febrero/2017 se realizaron en Ecuador las elecciones para presidente y vicepresidente, miembros de la Asamblea Nacional, Parlamentarios Andinos y una consulta popular para que los funcionarios públicos y dignatarios no puedan tener capitales en paraísos fiscales.

El SI ganó en la consulta (al menos 55%); y Alianza País (AP) tendrá mayoría en la Asamblea (proyectadas 64 de 138 curules) y gana en el Parlamento Andino.

¿Y el Ejecutivo?

Todas las encuestadoras anticiparon el triunfo del binomio de AP Lenin Moreno/Jorge Glas. Pero el conteo oficial, por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) y sobre la base del 98.5% de las papeletas escrutadas (miércoles 22 de febrero, 08.53), ubicó a ese binomio con el 39.33% y al ex banquero Guillermo Lasso con el 28.19%. Moreno ha quedado prácticamente a un punto de llegar al 40% requerido (y además tener 10 puntos por lo menos sobre el candidato que le siga en votaciones), para ganar en primera vuelta. El CNE ha admitido que habrá segunda vuelta.

Pero esa diferencia ha destapado a la derecha política, económica y mediática que apoyó al banquero. En una bien orquestada estrategia, antes del proceso electoral no sólo lanzaron una “campaña sucia”, sino que sembraron la idea de que se preparaba un “fraude electoral”; y con los resultados en marcha, se activaron otros mecanismos indudablemente ya preparados: videos de individuos retenidos con mochilas llenas de votos premarcados; simpatizantes de Lasso convocados a tomar las calles, exigir la segunda vuelta aún antes de conocerse los resultados oficiales y vociferar contra el escandaloso “fraude”.

Asimismo hicieron circular supuestos pronunciamientos de las fuerzas armadas pidiendo “transparencia” del proceso, desmentidos por el Comando Conjunto; y levantaron la agresividad contra todo “cholo” y “correísta”. La “peluconería” (término que grafica a esos agresivos sectores de la “alta” clase) se ha movilizado tal como los “escuálidos” en Venezuela.

La derecha política ecuatoriana tiene larga experiencia histórica sobre el éxito que les puede proporcionar esas campañas, que cuentan ahora con el respaldo de una serie de medios de comunicación privados, que han pasado a ser sus instrumentos ideológicos. Las derechas promovieron una intensa campaña contra el referéndum constitucional de 1978 y atacaron de “comunista” a la nueva Constitución. El mismo año, en la primera vuelta quedó adelante el progresista Jaime Roldós, quien en la segunda debía confrontar con el socialcristiano Sixto Durán Ballén, cuyo partido levantó entonces la idea del “fraude”, al mismo tiempo que Durán era presionado para abandonar su candidatura y crear así un vacío que impidiera las elecciones. Finalmente ganó Roldós (1979-1981). Su gobierno y el del sucesor Osvaldo Hurtado (1981-1984) fueron sistemáticamente atacados de “comunistas” por las derechas políticas y empresariales.

En las elecciones de 1984, el perdedor en primera vuelta fue el socialcristiano León Febres Cordero y nuevamente sus partidarios vociferaron contra el “monstruoso fraude” electoral a favor de Rodrigo Borja, candidato de la Izquierda Democrática que fue el triunfador; pero como Febres ganó la segunda vuelta, nunca más volvieron a hablar del asunto.

El gobierno de Febres Cordero (1984-1988) fue el de los empresarios y así lo proclamaron. Con él hubo imposiciones violentas sobre el Congreso, donde no tenía mayoría. Y el país vivió una administración violadora de la Constitución y los derechos humanos, que inauguró la hegemonía del modelo empresarial/neoliberal, con varios escándalos de corrupción que involucraron a personajes del gobierno.

En cada elección posterior, las derechas se anticiparon a prever un “fraude”, cada vez que les convino Así volvieron a decirlo cuando triunfó Rodrigo Borja (1988-1992). Si ellos no están en el poder, no hay fraude. Esa es la consigna de su experiencia histórica. Hoy han preparado el camino con eficacia y, para la segunda vuelta, lanzarán todo su arsenal mediático y político a fin de impedir el triunfo de los candidatos de AP.

Es evidente que hay una alianza poderosa entre las derechas políticas, las elites empresariales de las cámaras de la producción y los medios de comunicación privados colocados a su servicio. No les preocupa carecer de mayoría en el Legislativo, ni la misma Constitución de 2008, sino el control del Ejecutivo en un sistema presidencialista en el cual el presidente es jefe del Estado y jefe del gobierno; y porque, además, saben cómo imponerse a toda institucionalidad contraria a sus intereses, sin descartar -como la experiencia histórica del país lo verifica-, el uso de la represión, el autoritarismo y la prepotencia.

En Ecuador está en juego un tipo de economía y de sociedad iniciado por la Revolución Ciudadana, que quedaría truncado si es que triunfa el otro proyecto del ex banquero Lasso y sus fuerzas de sustento. No solo eso. En Ecuador está en juego la vigencia del ciclo de gobiernos progresistas, democráticos y de nueva izquierda, a los cuales busca derrotar una internacional derechista y, sin duda, el imperialismo que pueden exhibir sus “triunfos” en Argentina y en Brasil.

Pero sobre todo está en juego la posibilidad de que la población ecuatoriana avance en mayores conquistas sociales, en institucionalidad y en democracia. Buena parte de los ciudadanos parecen olvidar la historia y se han dejado seducir por la idea de que el “cambio” ofrecido vendrá de la mano de las élites que siempre los han dominado.

El triunfo de AP en la primera vuelta no es garantía para la segunda, porque no sólo tendrá que enfrentar a las fuerzas poderosas antes señaladas, sino tratar de modificar la conciencia de amplios sectores de la población que votaron en su contra.

AP gana en las siete provincias de la Costa, lo que altera el predominio derechista en esa región, aunque la tradicional oligarquía costeña y particularmente de Guayaquil mantiene una base electoral nada despreciable. AP ha perdido en cinco de las 10 provincias de la Sierra, donde hay un giro conservador, incluso en provincias centrales con significativa presencia indígena donde gana Lasso; también pierde en Galápagos y en cinco de las seis provincias de la Amazonía, donde probablemente pesó el cuestionado extractivismo minero.

De modo que el triunfo en primera vuelta tiene algo de sabor amargo, al que hay que sumar el hecho de no haber alcanzado al menos el 40% de la votación para evitar la segunda vuelta.

No solo cuentan las fuerzas opositoras que han avanzado; han pesado también los dos últimos años de la administración del Presidente Rafael Correa, por ciertos giros conceptuales, decisiones sobre leyes laborales, el tratado comercial con Europa, las alianzas público/privadas, el endeudamiento, la fuerte recesión económica y las magnificadas denuncias opositoras sobre la corrupción que, al parecer, han alejado a los antiguos simpatizantes.

Todo ello no impide evaluar que en una década Ecuador ha tenido cambios económicos, sociales, políticos e institucionales inéditos en el siglo XX, algo reconocido incluso por distintos organismos internacionales como Cepal, Pnud, BM e incluso FMI.

Pero el balance de la gestión y los logros de una década indudablemente ganada -en la que el liderazgo del presidente Rafael Correa ha sido rector e indiscutible-, tampoco ha sido suficiente para crear una conciencia social que impida las posibilidades de reversión de lo logrado.

No cuenta, por tanto, sólo la política o la economía, sino la conciencia social; y trabajar sobre ella es un asunto arduo, difícil en el tiempo. En América Latina hay momentos de progreso democratizador y otros de largos retrocesos, que esperamos no se repitan por decisiones populares en la segunda vuelta presidencial que se realizará el próximo 2 de abril. AP está optimista en que triunfará. Quito, 22 de febrero de 2017

Fuente: http://bit.ly/2kV3kjg

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes

Imagen tomada de: http://www.radioformula.com.mx/images/notas/20170219_16_08_VotoEcuador_NT.jpg

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Tatoj

Por Ilka Corado

La última vez que lo vi me dijo mi Tatoj:  “Prieto, me voy a morir,” fría y directa como es natural en mí, le contesté quitada de la pena: “Tatoj, no te ahuevés, todos nos vamos a morir”.  Casi al mes de esa conversación falleció mi Tatoj, la noticia nos tomó  a distancia,  en la diáspora,  a miles de kilómetros de Guatemala,  hace apenas 5 días.

Soy la hija que desde la adolescencia menos lo abrazó y menos lo acarició, soy la hija más  herida, la única vehemente. Sin embargo de sus 4 crías soy la que más lo disfrutó y sucedió en mis primeros años de infancia; esa relación le dio raíces profundas y fuertes a mi vida.

Tenga el privilegio que a mi papá yo no necesito verlo en una fotografía, basta con verme al espejo pues físicamente soy idéntica a él.  Tengo sus gestos, la forma de sus ojos, sus labios, sus cejas, su color de piel y sus piernas rollizas. Sonrío como él.  Le heredé el amor por los deportes y las actividades al aire libre, el amor a la tierra y al monte. Y hasta me paro como él. La poesía y mi afinidad por las artes también son suyas. Tengo el privilegio de haberle heredado hasta la  locura. ¿Qué más necesito? Nada.

A mi papa le celebro la vida, pues vivió y vivió con ganas.  No me visto de negro porque no creo en esas cosas, tampoco en los rezos ni en encender cirios blancos para el descanso de su alma. Mucho menos en la culpa de llenarle la tumba de flores, ¿ya muerto para qué?, no las va a ver.  Soy de las que piensa que es en vida, lo demás es hipocresía  o culpa. Pienso también que no hay más allá, ni cielo ni infierno;  que todo está aquí en vida, que  la muerte es un sueño profundo del que no se despierta nunca, es un descanso eterno.

Dos cosas me cambiaron la vida para siempre: una fue conocer la miseria en la que nacieron y crecieron mis padres, esa crueldad de dejar el pellejo y los sueños en los campos de algodón siendo apenas niños, la otra fue conocer la tierra donde nació mi Nanoj y nací yo. Aquella pobreza que le seca el alma a cualquiera me hirió de por vida.

Enterarme que mi papá los primeros años de su vida los pasó durmiendo en las calles junto a sus hermanos, pues sus padres se habían separado y mi abuela los dejó con   mi abuelo alcohólico (poeta natural) a quien le daba la noche en las cantinas del pueblo. Un paria desgastado por el trabajo duro de jornalero, también sobreviviendo en la miseria y la exclusión,  a quien su padre no quiso reconocer pues nació fuera del matrimonio.  Y creció a distancia de sus hermanos, familia acomodada de buenos recursos  en el pueblo.

Y ahí en la calle debajo de la carreta de bueyes se quedaban a dormir sus hijos a quienes cargaba  todo el día mientras él amansaba bestias, pues ése era su trabajo aparte de cortar hojas de tabaco en las fincas.   Cuentan que mi abuelo paterno le hacía poemas a las flores, a los ríos y a los árboles, los memorizaba porque  no podía leer ni escribir.  El primer y el único poema que me sé de memoria me lo enseñó mi papá cuando yo estaba en cuarto primaria, son versos que andan en los caminos reales en su pueblo natal.

Mis abuelos eran analfabetas.  Mis tíos y mis padres que no llegaron ni a tercero primaria, pues estudiar era un lujo al que ellos no tenían acceso, empezaron a trabajar a corta edad para ayudar en la crianza de los hermanos pequeños, de la misma forma en la que nos tocó a mi hermana mayor   y a mí.

La pobreza  en la que crecimos era un lujo comparada con la miseria  y las carencias con las que crecieron mis padres y mis tíos. Mi infancia de trabajo y escasez y conocer mi raíz a través de las vidas de mis padres y  mis abuelos, desde muy corta edad me hicieron ver la vida de forma distinta: sin filtro, a quema ropa y en carne viva.  Desde ese despertar a la realidad yo me prometí regir mi vida con la dignidad de mi herencia ancestral, que todo lo que hiciera y a donde fuera sería  para honrar la infancia de mis padres, a mis abuelos y bisabuelos. También al comprender mi realidad decidí no tener hijos para que nuestra historia no se repitiera en ellos.

De los  8 años a los 23, (edad en la que emigré) tengo pocos recuerdos con  mi padre pues comenzó a trabajar de piloto de tráiler y lo  veíamos  una o dos veces al mes, que solo llegaba un día o dos a cambiar de ropa y se iba. Lo que me aferra a él, a su olor de piel, a sus abrazos es mi primera infancia. Cuando se iba lo extrañaba tanto  pues solo pasaba pegada a él,  me ponía sus zapatos y sus camisas a cuadros, eso me hacía sentirlo cerca.  Pasaron los años y   vinieron las heridas, enterarme que mi padre también era humano y hombre  y que tenía defectos, mi forma de verlo y sentirlo  cambió para siempre. Lo aprendí a querer de otra manera.

Tengo recuerdos jugando fútbol con él, haciendo barriletes juntos, yendo a cortar leña, haciendo adobe juntos, yendo al mercado La Terminal juntos. Y gracias a esa primera infancia como piña todos los días, por reverencia y agradecimiento  a mi padre, pues cuando íbamos comíamos piña  cerca de las ventas de papaya y sandía:  un ritual que  fue solo nuestro.  Por sus cejas que también heredé no me depilo las mías, verlas idénticas a las suyas alegra mi vida  y ha sido mi forma de tenerlo cerca.

Un recuerdo que mantengo intacto, fue una vez que mi Tatoj estaba sin trabajo y lo llamaron  para ir a cargar unas cajas de libros a una editorial, yo tendría como 7 añitos y lo acompañé, aquel hombre sudaba cargando y subiendo las casas al camión, cuando terminó le preguntaron si quería que le pagaran o  una caja de libros. Mi papá que hizo hasta segundo primaria y que no tenía noción de lo que eran los libros, prefirió la caja de libros, que resultó ser la colección completa de José Milla y Vidaurre. Llegamos a la casa con la caja y sin dinero, comimos tortillas con sal, pero mi padre tenía libros para sus hijas. En ese tiempo sólo éramos mi hermana mayor y yo, los cumes no habían nacido. En el instante en el que mi papá cambió el dinero por los libros a pesar de la necesidad de comida, me cambió la vida, me la estaba marcando para siempre, no lo supo él ni yo en ese momento, lo entendí con los años. ¿Qué más necesita una hija de un padre? Nada, más nada.

A mis padres nunca los he podido ver como lo que son, los veo como hermanos, ni siquiera hermanos mayores, pues como resistencia a la vida decidieron mantener la edad mental de la adolescencia  y es algo que comprendo muy bien y que no les cuestiono porque cada quién se enfrenta a la vida como puede. De dicha lograron criarse ellos y criarnos nosotros, desde temprana edad nos tiraron a la vida, como quien lanza una piedra al vacío de un acantilado; suficiente muestra de amor, pues con eso nos dieron la libertad de decisión y acción y la fuerza inquebrantable de los parias.

Los recuerdos más íntimos que tengo con mi padre  me los llevo conmigo hasta la tumba. Son suyos y míos.

Mi  Tatoj ya está descansando, vivió su vida como pudo y como quiso dentro de sus carencias emocionales y económicas, de la misma forma en la que yo estoy tratando de vivir la mía. Raíz profunda de mi vida, me deja la honradez y la dignidad de levantar la cara, de no ahuevármele a la adversidad y ponerle el pecho a los pijazos que sean. Agradezco la noción de familia con la que nos criaron y la inestabilidad emocional y económica que al final nos ha dado la fortaleza para enfrentar lo que hay afuera, eso ninguna universidad lo da, eso se trae como herencia ancestral.

A mi Tatoj lo honro con mi vida, con  mi actuar de todos los días, no hay más, es eso o nada.  Tengo el orgullo de ser hija de dos  parias, campesinos, jornaleros que retaron  a la adversidad formando una familia, (desquebrajada y despeltrada) con la que llenaron de esperanza la desventura de la miseria.

A la salú de mi Tatoj, que allá donde esté, ¡por seguro que anda encaramado en su caballo de patas blancas! Cualquier día lo alcanzo.

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2017/02/21/tatoj/

Ilka Oliva Corado. 

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Cartilla no convencional para educar a un niño

Ignacio Mantilla

Hace unos días, en una reunión social, uno de los asistentes, orgulloso padre de un niño de 8 años, me comentaba sobre la alta inversión que él y su esposa realizan para dar la mejor educación posible a su hijo. Esa conversación me motivó a hacer una reflexión personal sobre el tema, sin pretender de ninguna manera posar de experto pedagogo.

El niño estudia en un colegio privado del norte de Bogotá, al que asiste diariamente haciendo uso de la ruta escolar que demora aproximadamente una hora y media desde su casa; otro tanto, a veces un poco más, toma el recorrido de regreso en la tarde. Así las cosas, el niño pasa tres horas diarias bajo el cuidado del conductor del bus escolar y de la monitora que acompaña la ruta, que vale decirlo, no es profesora del colegio.

A su retorno a casa, lo recibe la empleada doméstica que lo cuida durante unas tres horas adicionales mientras su madre vuelve del trabajo, que es  quien tiene un horario más cómodo. Los padres son felices si a su regreso  el pequeño ya ha cenado y, preferiblemente, ya duerme, pues también ellos están exhaustos. Una labor adicional de la empleada doméstica es dejar preparada la lonchera del niño para el día siguiente.

Con la situación descrita, durante seis horas diarias de cada jornada, el niño está a cargo de personas que seguramente no se han formado como educadores. Esta cantidad de tiempo no es despreciable: son 30 horas semanales.

Adicionalmente, algunos fines de semana, gracias a los abuelos que se encargan del chico, los padres pueden disfrutar de su vida en pareja.

Mi interlocutor me hizo las cuentas de todo lo que paga por la matrícula, la alimentación en el colegio, la ruta escolar, más el salario de la empleada (reconociéndole las horas extras y algunos sábados) y, por supuesto, supera la más alta matrícula que pueda pagarse en una universidad privada. Pero su sorpresa fue mayúscula cuando le dije que, a mi juicio, su inversión en la educación del niño era casi nula. Y pasé a explicarle por qué pienso eso.

Mi argumento es sencillo: lo más valioso que un padre puede dar a un hijo se llama TIEMPO. Por muy extenuante, dispendioso, absorbente y difícil que sea el trabajo de los padres, siempre deben buscarse espacios y momentos, aunque sean breves, para dedicar a los hijos. Hay que aprovechar cualquier situación o lugar para estimular el aprendizaje y compartir problemas y soluciones. No se trata de estar frente a un cuaderno, un libro o un tablero permanentemente, pero la corta lectura de un cuento en algún momento de la semana es más valiosa que la música de la ruta escolar que elige el conductor o que escuchar la conversación que la empleada doméstica sostiene telefónicamente.

La cocina, por ejemplo, es un extraordinario laboratorio para las matemáticas y las ciencias naturales. Veamos este ejemplo: prácticamente en todos los hogares colombianos consumimos arepas de diversos tipos, pero casi todas son redondas. ¿Qué tal si mientras asamos una arepa en un tiesto intentamos que el niño sugiera su diámetro? ¿Y si ahora con ese dato calculamos el área de la arepa? Pero, si observamos que del borde de la arepa al borde del tiesto hay dos centímetros: ¿qué tanto mayor es el área del tiesto? ¿Y si al partir la arepa para comerla, pedimos al niño que lo haga de tal manera que cada pedazo tenga un ángulo recto? o si la partimos en tres pedazos iguales, cortados desde el centro ¿cuánto deben medir los ángulos centrales? Pero, si el niño no quiere morder sino ángulos agudos, ¿qué solución da el chico? La arepa nos puede conducir a una larga cadena de preguntas como ¿cuál es el área de cada sector circular consumido? (Nota: las arepas, aunque tridimensionales, pueden tratarse como objetos matemáticos ideales de la geometría plana).

Ahora, qué decir de las grandes posibilidades con la receta: para 10 arepas uso 21 gramos de sal, pero vamos a preparar sólo 7 ¿cuánta sal necesitamos? Un error puede echar a perder las arepas.

Cocinar también ofrece posibilidades de enseñar leyes y sentencias: ¡si coges el tiesto caliente, te quemas! “No depende de mi voluntad, ni de la tuya, los tiestos son caprichosos”. Y si el niño es mayorcito, podremos hasta preguntarle por la ecuación del calor: ¿por qué el tiesto se calentó uniformemente? ¿Y si el tiesto es de barro como los que se usan en Santander? Ahí ya tenemos un problema de química de materiales. ¿Por qué los ladrillos, como los tiestos de barro, se cocinan también?, ¿a qué temperatura?, ¿y por qué no se construyen casas con tiestos, entonces?

Al niño se le puede decir: “si sueltas la manzana, cae al piso, y si le ayudas con una velocidad inicial suficiente se va a estallar al caer. La ley de la gravedad es muy represiva”.

Y mientras vamos en el carro ¿qué tal si intentamos aprender sobre velocidad o aceleración o si usamos los dos últimos dígitos de la placa del carro que está delante para repasar las tablas de multiplicar?

En fin, hay cientos de posibilidades para hablar con los hijos y aportar a su educación. No basta con invertir grandes cantidades de dinero solamente, si todo está a cargo de terceros.

Finalmente comparto una anécdota: el profesor Yu Takeuchi, con quien yo hablaba frecuentemente sobre estos temas, se interesó mucho por el aprendizaje de los niños cuando nació su primera nieta. Un día en la sala de profesores de matemáticas de la Universidad Nacional, me dijo: “estoy sorprendido, mi pequeña nieta apenas está aprendiendo a hablar, pero ya maneja conceptos matemáticos”. No le creo profesor, dije. Y pasó a explicarme que la niña sólo sabía decir tres palabras: MÍO, NO y MÁS; es decir: pertenencia, negación y adición.

Fuente del articulo: http://www.elespectador.com/opinion/cartilla-no-convencional-educar-un-nino

Fuente de la imagen: http://www.eluniversal.com.co/sites/default/files/201201/imagen/sicologia_02f73328.jpg

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Padres entrenadores, animadores o fuera del colegio

Por. Javier Arroyo

¿Existe una relación clara entre una mayor involucración de los padres en los colegios de sus hijos y los resultados  de los niños? La intuición nos dice que debería haberla: a padres más pendientes de lo que ocurre en el colegio, éste debería funcionar mejor al notar el ánimo de unos progenitores que están muy pendientes de la educación de sus hijos. Pero, según  hemos visto en la guerra de los deberes, resulta que hay padres y padres y conceptos un poco diferentes sobre lo que se le debe pedir a los profesores, a los alumnos y al centro.  Y, como suele pasar en política educativas, estudios hay para muchas opiniones.

En principio, en España, existe bastante presencia de los padres a través de las AMPAS, que tienen participación en los consejos escolares de los centros públicos desde los años 80. Además, muchas se agrupan en las dos grandes asociaciones,  la CEAPA, de colegios públicos, y la CONCAPA, de concertados y privados, enfrentadas en la guerra de los deberes, ya que la primera ha auspiciado una huelga de  tareas escolares para los fines de semana de noviembre, medida que ha sido descalificada por la segunda, que entiende que nunca es bueno como padres la incitación a saltarse las reglas.

¿Qué pasa en otros sitios? ¿Cómo influye las exigencias y lo que esperan los padres de los colegios de sus hijos en los resultados académicos  de los niños? Amanda Ripley es una periodista dedicada a la educación en EEUU y que en el libro Los niños más listos del mundo compara sistemas educativos. Según dice, en su país, que no sale muy bien parado en PISA, los padres ejercen más como animadores, cheerleaders, de sus hijos que de entrenadores, papel que sí cumplen los progenitores de Corea del Sur, por ejemplo.  Lo que comprobó Amanda Ripley es que los padres estadounidenses aparecían por los colegios de sus hijos con mucha más frecuencia que hace 20 años, sin que eso repercutiera en el desempeño académico de los estudiantes. Pero, en distintas encuestas, se citaba la mayor involucración de los padres como uno de los factores fundamentales para que mejore la educación. Lo mismo podría decirse de España.

En el estudio Los Padres ante la educación de sus hijos en España, Víctor Pérez Díaz y Juan Carlos Rodríguez explican cómo se va afianzando en los últimos 40 años la percepción de que es necesaria la colaboración de los padres en los colegios: «Cuando las interacciones entre la escuela y la familia se multiplican y existe un conocimiento mutuo del contexto en el que transcurre dicho aprendizaje, pueden identificarse con mayor precisión las barreras que dificultan el rendimiento académico infantil. Por ello, cuando las funciones de cada institución se entrelazan y difuminan, dando lugar a «colegios-comofamilias» y «familias-como-colegios», se fijan las condiciones para que la sociedad familia colegio alcance sus máximos resultados educativos». O así debiera ser.

Pero con esa filosofía, ¿qué pasa con las familias que no pueden o quieren involucrarse tanto? ¿Está ahí parte de las razones que expliquen por qué los resultados en PISA de las familias de clase media alta sean consistentemente mejores en países como EEUU y España, no así en las asiáticas, por ejemplo? Porque, como dice Ripley en su libro, puede haber padres involucrados, pero también los hay que piensan que desayunar es una bolsa de patatas fritas o que tengan vidas tan complicadas como que asistir a la tutoría de sus hijos no sea una prioridad, como saben por ejemplo en la Asociacion de Nena Paine, donde están pendientes de que 200 niños hagan los deberes.

El estudio de Pérez y Rodríguez explica el tipo de involucración y concluye que la «blanda» es más efectiva: simplemente preguntar por el día en el colegio, animar con las notas o tener expectativas altas para los niños.Involucrarse en actividades del colegio resultó no tener ninguna repercusión y ayudar en los deberes la tuvo, pero negativa. En España, sin embargo,  los niños que iban peor eran los que sus padres no ayudaban para nada.  Quizás, y ahí existe un punto de debate, los deberes estén demasiado pensados para que los padres tengan que ayudar y por eso nuestra obsesión al hacer Smartick fue que los niños pudieran hacerlo solos.

Desde 2009, en PISA se pide a los padres que rellenen unos formularios para saber qué tipo de educación dan a sus hijos. Según cuenta Ripley, han salido resultados extraños. Los hijos de los padres voluntarios en actividades extraescolares lo hacían peor en lectura, por ejemplo. Y lo que nadie duda, según los estudios, es que leer a los niños de pequeños ayuda. Así de simple. «En todo el mundo, padres que debatían con sus hijos sobre libros, noticias, películas de adolescentes tenían hijos que lo hacían mejor», sigue explicando. Mejor eso que estar en el colegio de voluntario. Los coreanos, mientras, no van tanto al colegio pero preguntan por las tablas de multiplicar, sobre las lecturas y quieren mejores notas. Entrenadores. Y eso es muy típico en Asia. Y, como hemos escrito más veces, esos niños no son más infelices.

En Finlandia, otro de los países de los que escribe Ripley a través de la experiencia de una niña estadounidense de intercambio, ésta se fija en lo poco que aparecen los padres por el centro escolar. «En el Instituto, rara vez se veía a los padres por allí. A los adolescentes se les trataba como adultos. No había para nada tutorías de manera regular entre los padres y los profesores. Ninguna. Si los profesores tenían un problema con el estudiante, lo trataban con él directamente», escribe. Y, ¿cómo tratan a los alumnos en un colegio de Finlandia con muchos hijos de refugiados? ¿Cómo de presentes pueden estar esos padres? Ripley fue a uno. Había clases con niños de nueve países, incluidos rusos y chinos. De familias monoparentales de historias difíciles. «No quiero pensar mucho de dónde vienen. Son 23 perlas para cultivar y no las quiero rallar«. «No quiero sentir mucha empatía hacia ellos porque tengo que enseñar. Si le diera demasiadas vueltas, les tendría que poner mejores notas por un trabajo peor. Pensaría, «oh, pobres» y eso haría mi trabajo demasiado fácil», le sigue contando el profesor. Allí no cuenta con los padres, pero les exige porque sabe de su potencial.

Inger Enkvist, en su libro La buena y la mala educación , señala una tendencia que ocurre en algunos países occidentales, donde ha caído mucho la natalidad. «Quizá sólo tienen un hijo y si se convierten en padres relativamente tarde, es posible que caigan en la tentación de adorar a su propio hijo. Quieren darle todo y no exigirle nada», escribe en uno de los capítulos. Coincide Ripley al señalar que en EEUU muchos de los padres encuestados «creen que necesitan alabar a sus hijos para asegurarles que son listos». Y lo que ocurre es que los halagos injustificados acaban perjudicando a los niños. Aquí, en los últimos días, hemos escuchado frases como que los deberes le están robando la infancia a nuestros hijos. Si hablaran con sus abuelos sabrían que muchos de los que tuvieron suerte de ir al colegio salían a diario a las siete de la tarde y muchos tuvieron clases los sábados por la mañana.

Como siempre, conviene poner todo un poco en perspectiva. En Corea, padres entrenadores. En Finlandia, profesores y padres que los tratan como adultos. Eso tampoco cabe en un pacto educativo.

Fuente: http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/mejoreducados/2016/09/29/padres-entrenadores-animadores-o-fuera.html

Imagen: www.elconfidencial.com/fotos/noticias_2011/2013022248padres-hijos-deberes-int.jpg

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