Como varios animes y mangas reflejan, el bullying es un grave problema en Japón. El énfasis de la cultura japonesa en ser normal y conformista alienta a algunas personas a acosar a aquellos que destacan sobre los demás por alguna razón.
El Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología (MEXT) japonés ha anunciado este martes una nueva iniciativa en colaboración conSangatsu no Lion para combatir el bullying en los colegios japoneses.
MEXT distribuirá un total de 18.000 pósteres en escuelas, institutos, centros de educación obligatoria y colegios técnicos repartidos por Japón en el que aparece Hinata ofreciéndole la mano a un Rei pequeño que está sufriendo acoso junto al mensaje “Seré tu amigo durante todo esto” y el número 24h de MEXT “24-hour child SOS” para denunciar y atender estos casos.
Por otro lado, el 16 de octubre se abrirá una página web del proyecto en la que se ofrecerán entrevistas con los seiyuuKengo Kawanishi y Kana Hanazawa, así como con la jugadora profesional de shogi Eriko Yamaguchi.
Autoridades del Ministerio de Educación, de Justicia, del Consejo de la Judicatura y de la Fiscalía General del Estado firmaron un Convenio Marco de Cooperación Interinstitucional para garantizar espacios educativos y libres de violencia.
Con este acuerdo se espera atender puntualmente hechos de abusos psicológicos o físicos dentro de los centros educativos, indicó el secretario de Educación, Fánder Falconí.
Este acuerdo durará cinco años y su objetivo es prevenir, identificar y judicializar la violencia física, psicológica, o sexual en escuelas y colegios de todo el país
. El convenio establece el uso de procedimientos que garanticen la protección de niños, niñas y adolescentes, cuya integridad ha sido vulnerada o esté amenazada, dando prioridad a la asistencia a las víctimas de delitos sexuales.
En esa línea, la Fiscalía General del Estado y el Consejo de la Judicatura tendrán que generar registro de los casos de delitos contra la integridad física y/o sexual de los estudiantes, así como atención, acompañamiento inmediato, la restitución integral y la reparación a las víctimas.
Falconí recordó que ese fue el caso de los estudiantes de la Academia Aeronáutica Mayor Pedro Traversari (Aampetra), en donde 41 niños fueron víctimas de abuso sexual en el año lectivo 2010-2011.
El ministro también se refirió a imágenes que circulan a través de redes sociales en donde aparecen estudiantes de un plantel, en Carapungo. Aseguró que se iniciaron investigaciones por parte de la Dirección Distrital y ya se levantó un expediente. “Luego de las investigaciones se tomarán las sanciones pertinentes”, garantizó.
Según el doctor Tomás Alvear, este instrumento permitirá tener una sola línea de acción interinstitucional y no esfuerzos aislados para enfrentar esta problemática. “Lo que buscamos es que estos espacios libres de violencia generen información para adoptar medidas más eficientes”.
Rosana Alvarado, ministra de Justicia, dio cuenta de que en el país habría 250 casos emblemáticos de maltrato. Aseguró que se ha dado seguimiento para cortar la cadena de violencia.
La funcionaria recordó durante la presentación de un informe de las Naciones Unidas, que Ecuador demostró avances en el tema, ya que ahora existe una mayor cultura de denuncias de abusos contra los niños. (I)
Docentes del sistema educativo panameño registrarán y manejarán con mayor propiedad, situaciones de riesgo social que afronten sus alumnos, como «bullying» y el consumo de drogas.
Esto será aplicando las guías que ha elaborado la Oficina de Seguridad Integral (Osegi) adscrita al Ministerio de Seguridad (Minseg) y el Ministerio de Educación (Meduca).
Este proyecto viene desde febrero pasado y cuenta con el financiamiento de la Unión Europea (UE).
Los protocolos o manuales para la detección, atención, referencia y seguimiento de menores en riesgo en escuelas y colegios del país se encuentran en fase final de ajustes, después de su validación ante entidades de la red interinstitucional de salud, educación, justicia y servicios de protección a la infancia.
Se estima que en esta iniciativa se invertirá unos $44 mil dólares en el marco del proyecto de Cooperación en Temas de Seguridad con Panamá (Secopa).
Según Luz María Córdoba, directora nacional de Servicios Psicoeducativos del Meduca, “la iniciativa surgió por la necesidad de atención y referencia de casos reportados en centros educativos sobre situaciones de riesgo».
Añadió que se espera que lo usen maestros, profesores, personal técnico de los gabinetes psicopedagógicos, Departamento de Orientación, comisión de disciplina y en la dirección del ministerio.
También podría extenderse a otras instituciones como la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf); Órgano Judicial, Ministerio de Salud, Caja de Seguro Social, Conapredes, Senafront y la Policía de Niñez y Adolescencia.
Por su parte, el director ejecutivo de la Osegi, Hernán Morales, explicó que para lograr el diseño de herramientas prácticas y efectivas, se contrató a dos profesionales expertos.
Se trata de un especialista en niñez y adolescencia chileno, con amplia y probada experiencia; además de un médico psiquiatra, quienes, en colaboración con colegas de las instituciones participantes en la consultoría, evaluaron los aspectos clínicos psicológicos y el manejo que tradicionalmente se le ha dado a este tipo de situaciones entre la población estudiantil.
El acoso escolar es una epidemia que puede afectar a cualquier centro y que concierne a toda la comunidad educativa
Seis mujeres y seis hombres intentan que otra mujer, que acaba de llegar al aula, no entre dentro del círculo que han formado con sus cuerpos. Tienen pactado un código que permitiría a la recién llegada acceder a él -debería pedir tres veces por favor- pero ella no lo sabe ni, de momento, se le ocurre. La impotencia que siente es parecida a la que sufren un 4% de los alumnos españoles, según datos del Ministerio de Educación, que son víctimas de bullying, una lacra que acompaña cada curso escolar y que puede tener consecuencias funestas.
Las 13 personas que esa tarde soleada de finales de final de curso están experimentando la exclusión, una de las múltiples formas de acoso escolar, son madres y padres de una clase de quinto de primaria de la escuela La Salle de Montcada i Reixac, un pueblo en la periferia de Barcelona. Todas participan del taller de educación emocional para la prevención del bullying que la asociación SEER organiza desde 2004.
El ‘bullying’ es un problema que se puede detectar en todos los centros educativos y que, en su forma más extrema, tiene consecuencias fatales. Como sucedió con Lucía, una niña de 13 años de Murcia que puso fin a su vida en enero de este 2017, pocas semanas después de escribir una carta de despedida. Según su entorno, el ‘bullying’ que padecía Lucía se venía produciendo desde hace tiempo, tanto que la familia la acababa de cambiar de instituto.
Sabe muy bien qué significa esa violencia Alex Estivill, de 22 años, técnico de farmacia de Ascó (Tarragona). Atacado “por maricón”, aislado y aterrorizado hasta el punto de no atreverse a entrar durante años en el vestuario de la escuela. Así es como se ha sentido durante todo el instituto Alex. Quien solo ahora, después de muchos años, se siente con fuerzas suficientes para compartir una experiencia que ha cambiado totalmente su vida. “Yo creo que todo empezó porque no me gustaba jugar al fútbol y en el patio todos los niños jugaban. Entonces un grupo de niños y niñas empezaron a decirme que era gay. Yo al principio no sabía ni qué quería decir”, recuerda una mañana de primavera sentado en el sofá color verde manzana del apartamento moderno donde vive en Barcelona.
En la pared de la habitación de Alex hay un póster de Lady Gaga, “la primera persona que puso la palabra bullying en mi vida”, y en una esquina un libro de fotos de David Bowie, “mi referente masculino, el que me da la seguridad de que ser diferente es bueno”.
“Todo empezó porque no me gustaba jugar a fútbol en el patio y todos los niños jugaban”
ALEX ESTIVILL
Víctima de acoso
Como muchas de las personas que sufren ‘bullying’, Alex no lo compartió con su familia, y pronto se encerró en sí mismo. El joven farmacéutico recuerda que sí se lo dijo, en varias ocasiones, a la directora y a la jefa de estudios de su centro pero, según relata, las dos siempre disculpaban las agresiones. “No sé si también tuve la mala suerte de que las hijas de ambas estaban en mi quinta y eran de las que observaban los ataques”, añade.
Cuando se habla de acoso escolar, o ‘bullying’, un fenómeno que ocupa cada vez más la atención mediática en España, no se está hablando de una agresión en la que dos personas buscan el daño mutuo, sino de una forma continuada de violencia “entre iguales” en la que una o varias personas, que gozan de mayor poder, someten a otra persona de su clase o de su escuela.
Como le sucede cada día a cientos de Ramon, nombre falso usado como ejemplo, a los que perseguían cada día a la salida del colegio y eso les provocó que ya no pudieran dormir por las noches. El caso ficticio de Ramón es utilizado en la escuela Petit Món, uno de los cuatro centros catalanes que, desde hace un par de cursos escolares, implementa el método finlandés KiVa,posiblemente el más reconocido a nivel internacional en la prevención, intervención y monitoreo del acoso escolar.
Un instructor de Petit Món interpela a los alumnos de cuarto de primaria que asisten a la sesión de KiVA en una aula en Castelldefels. “¿Cómo se siente Ramón? ¿Qué le están haciendo? ¿Cómo nos sentiríamos si nos pasara eso? Y, ¿qué podríamos hacer?” Muchas manos se levantan al unísono. Comparten ideas y entre todos escogen uno entre los muchos dibujos que el tutor les enseña y que representan sentimientos. En este caso, el dibujo elegido es el del miedo a lo que pueda pasar.
La naturaleza del acoso puede ser física, verbal, digital (el así llamado ‘ciberbullying’) o basada en la exclusión social, y puede ser directa (quien agrede da la cara) o indirecta. En España se empezó a hablar del fenómeno en 2004sobre todo a raíz del suicidio de Jokin Ceberio, de Hondarribia (Guipúzcoa) que acabó con su vida a los pocos días de cumplir 15 años por el acoso escolar al que era sometido. La familia de Jokin emprendió una lucha en los tribunales que concluyó en febrero de 2011 con un fallo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que exculpaba de toda responsabilidad al instituto donde ocurrió el acoso y condenaba a los padres de los menores que acosaron a Jokin a indemnizar a la familia de este.
“Las familias tienen un rol fundamental en la intervención y resolución del conflicto, pero normalmente empiezan con la negación de que tu hija o hijo esté agrediendo, y también hay incomprensión y dolor de que esté siendo acosada”, apunta Miriam Aleman, de la asociación Candela, otra de las entidades que hacen prevención del ‘bullying’ en los centros escolares de Catalunya.
El ‘bullying’ es un fenómeno del que se empezó a hablar en 2004, tras el suicidio de un joven vasco de 15 años.
“Cuando los adultos hablamos de acoso escolar siempre ponemos el foco en quienes tienen el rol de víctimas. En cambio deberíamos ver cómo proteger a nuestros hijos para que no tomen el de agresores”, dice Oriol Julià de SEER (Salut i Educació Emocional i de la Raó).
Julià nunca habla de agresores y de víctimas sino de personas que, en un determinado momento, toman un rol u otro. “A menudo hablamos de agresores que tienen ocho años, y se los considera malísimos para toda la vida…En realidad son papeles que se toman, y por lo tanto, se pueden dejar”.
Según Maite Garaigordobil, catedrática de la facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco, normalmente las familias se preocupan de que sus hijos puedan padecer pero no tanto de que puedan ejercer u observar “porque no son conscientes de que el bullying tiene muchas consecuencias negativas para todos los implicados: si no, seguro que darían más importancia al hecho de que su hijo o hija sea un agresor o un observador”.
Entre los principales efectos nocivos, la experta señala, en relación a quienes lo padecen, bajo rendimiento académico, inseguridad, baja autoestima, somatizaciones, ansiedad, síntomas depresivos, hasta llegar a casos extremos de suicidio. Pero también en relación a quienes acosan destaca el bajo rendimiento académico, además de dificultades en el cumplimento de las normas y de control de la ira, conductas antisociales, ausencia de empatía, impulsividad (entre otras).
Los principales efectos nocivos del acoso escolar son el bajo rendimiento académico, la baja autoestima y la ansiedad, pero pueden ser más extremos.
“También ser testigo puede generar consecuencias negativas, como desarrollar una personalidad insensible al dolor ajeno, a veces con sentimientos de miedo y conductas de sumisión ante los violentos e, incluso, llegar a considerar que la agresividad aporta beneficios”, añade Garaigordobil.
Un correo inesperado
La conciencia por parte de las familias de la que habla la experta es lo que movió a Regina Liñán, trabajadora de los servicios sociales de 47 años, a actuar enseguida cuando, hace dos años, recibió un correo inesperado. Se lo enviaba, a ella y a unas cuantas otras madres, la mamá de un compañero de su hija Claudia (nombre ficticio), que hoy tiene casi 13 años, para avisarlas de que sus niñas estaban acosando al hijo de esta: le decían feo, se reían de él, le quitaban sus cosas y no se las querían devolver.
Tras un primer momento de incredulidad, “yo siempre había pensado que Claudia era una niña empática”, Regina decidió hablar con su hija. Esta admitió los malos tratos pero aseguró que ella “solo miraba”. Regina recuerda: “Yo le dije que mirar también era participar, que tenía que pensarse bien si le convenía tener amigas que hacían cosas así y que tenía que pedirle perdón al niño”.
Por su parte Regina fue a hablar con la mamá del niño acosado. La madre, según Regina, le dio las gracias y le dijo que las otras destinatarias del correo ni le habían contestado. “Eran cosas de niños”, para las otras madres, en palabras de Regina. “Claramente no lo eran dado que el pequeño acosado ya no quería ir a la escuela”, apunta sentada ante la impresionante colección de muñecos Playmobil que ocupan una pared de su piso del barrio popular de Sant Andreu de Barcelona.
El miedo a ser excluido
Ahora Claudia ha cambiado de grupo y Regina está más tranquila ya que, según ella, lo que movió a su hija en ese momento fue la presión de grupo, “las ganas de gustar y de pertenecer”.
Este último es un elemento que vuelve también entre los 13 adultos que acaban de terminar la dinámica propuesta por la asociación SEER en la escuela La Salle. De vuelta a sus sillas, colocadas en círculo en el centro del aula, comparten qué han sentido al excluir a su compañera. Un sentimiento prevalece: si no la han dejado entrar era para no ser excluidos a su vez.
Claudia, que al volver a la época de los insultos al compañero habla de su “yo del pasado” y asegura de que no era consciente de lo que estaba haciendo, recuerda también que por ese entonces veía la serie Patito feo: “había un grupito de ‘guays’ que insultaba al resto. Creo que eso me influyó un poco”, apunta mirando seria tras sus grandes gafas atigradas. Y añade: “A veces ves que están tratando mal a alguien y quieres hacer algo, pero no puedes por miedo a que se vuelvan en contra tuyo. También creo que por mucho que una persona intervenga, tampoco se solucionan las cosas”.
A veces ves que están tratando mal a alguien y quieres hacer algo, pero no puedes porque temes que se vuelva en contra tuyo”
CLAUDIA
Cómplice pasiva de un caso de ‘bullying’.
La diferencia entre enseñar a mediar a los jóvenes y hacerles responsables del acoso y de su resolución es un elemento en el que insistió mucho, ante un público atento, la escritora Lolita Bosch, organizadora del primer Simposio contra el Bullying que tuvo lugar a finales de abril de este 2017 en el Auditorio de la Fundació FCBarcelona.
Así lo expresaba Lolita Bosch: “los acosadores no son malos, ni las víctimas son débiles ni los que miran son cobardes: ya está bien de pedir a los niños que defiendan a sus compañeros; si yo veo a alguien que apunta a otro con una pistola, jamás le diré ‘pónmela a mí’. Una cosa es que les enseñemos a mediar, otra que les hagamos responsables cuando los responsables somos los adultos”.
Las fuentes consultadas para este reportaje coinciden en que lo más importante que las familias pueden hacer para participar en la resolución de un problema que, insisten, concierne a toda la comunidad educativa, es prevenir la violencia y fomentar la convivencia. Así lo expresa Garaigordobil: “la educación familiar desempeña un papel primordial: los padres son modelos de empatía y de conducta social positiva, y si refuerzan estas conductas, entonces tendrán con mayor probabilidad hijos menos violentos”.
Aleman, de la asociación Candela, compara el bullying con un “virus que ha entrado en el grupo”. En su opinión ese virus es estructural: viene de una visión por un lado de la educación como algo competitivo y, por otro, de la diversidad como una amenaza “que si no se consigue uniformar, entonces se excluye”.
Raquel, de 16 años, estudiante de cuarto de ESO, coincide e indica: “para prevenir el bullying hay que aceptar la diferencia, que es lo que nos hace únicos”. José Ramón Ubieto, psicólogo clínico y psicoanalista, señala ante la audiencia del Simposio otros elementos que ayudan a enmarcar el fenómeno: “La violencia tiene un punto de fascinación: lo prueba que cuando vemos una pelea en la calle, nos paramos. Los jóvenes, además, tienen pánico a pasar desapercibidos: por eso el público participa”.
Los padres son modelos de empatía y de conducta social positiva, y si refuerzan estas conductas, entonces tendrán con mayor probabilidad hijos menos violentos”
MAITE GARAIGORDOBIL
Catedrática de Psicología
Un elemento típico del ‘bullying’ es que es un tipo de violencia casi siempre oculta para las personas adultas, pero bien conocida por el alumnado. Por parte de los centros escolares “hay un discurso generalizado de ‘eso aquí no pasa’”, apunta Marta Rebollar, directora de la escuela Petit Món de Castelldefels.
También Aleman señala la dificultad para reconocer el problema: “La gente lo vive como una vergüenza y como un fracaso que esté pasando en tu colegio: en nuestra sociedad cuesta admitir el conflicto y el fracaso y la vergüenza solo genera silencio. Al contrario, reconocer que a tu hijo le pasa, que en tu escuela pasa tiene muchísima dignidad y es el principio de la solución”.
Rebollar añade: “En nuestro centro puede pasar, y además lo tenemos en cuenta”. La directora se refiere a la apuesta por dar importancia y “poner nombre” a la emociones que llevó a que hace tres años todo el personal del centro recibiera formación en educación emocional.
En nuestra sociedad cuesta admitir el conflicto y el fracaso y la vergüenza solo genera silencio”
MÍRIAM ALEMAN
Asociación Candela
Rebollar también apunta que su caso es más bien excepcional: al ser una escuela de una sola línea, y además una cooperativa de maestras, “podemos hacer la escuela que nos gusta. Desafortunadamente no todos los centros tienen esa suerte ya que los recursos en educación deberían preservar la persona, pero no lo acaban haciendo”.
Puede pasar que cuando los padres se enteran de lo que está ocurriendo a sus hijos, eso les haga revivir lo que en su momento también les pasó a ellos. Es el caso de Antonio, 40 años, originario de Zaragoza, técnico de maquinaria de artes gráficas quien pide omitir su apellido para evitar que se reconozca a su hijo Lucas (pseudónimo), de 13 años.
Para Antonio, ver que a Lucas nunca le invitaban a fiestas de cumpleaños, saber que se pasaba la hora del patio solo y que se metían con su pelo largo y sus facciones delicadas le llevó de vuelta a cuando de niño se metían con sus orejas de soplillo: “Me cuesta admitir que hay un problema y no sé cómo ayudarle porque yo también lo he sufrido y creo que tampoco lo he resuelto especialmente bien si con 24 años decidí operarme y, volviendo atrás, creo que además lo volvería a hacer”.
Me cuesta admitir que hay un problema y no sé cómo ayudarle porque yo también lo he sufrido y creo que tampoco lo he resuelto especialmente bien”.
ANTONIO
Padre de niño acosado
Todas las fuentes consultadas opinan que es muy importante que las familias que son conocedoras de que su hijo está involucrado en un caso de bullying se coordinen en primer lugar con el centro escolar para que este pueda poner en marcha el protocolo de actuación que tenga establecido para estos casos y, solo si el centro no da una respuesta satisfactoria, entonces se planteen otras vías de resolución como cambiar de centro, acudir a la justicia u otras.
“Si se intenta solucionar desde fuera del centro se está obviando el elemento social del bullying, o sea que tiene que ver con todo el grupo”, señala Oriol Julià. Por eso, explica Aleman, “nosotras intentamos que la relación entre la escuela y la familia sea buena de antes, porque si pretendes crear una relación una vez haya explotado un caso de bullying, no podrás”.
La primera medida ante un caso de ‘bullying’ debe ser informar al centro educativo para que active el protocolo establecido.
Aparte de coordinarse con la escuela, apunta Julià, “las familias tienen que hacer un trabajo para recuperar la autoestima del niño: si ha sido agredido tiene que saber que no es su culpa, que tiene derecho a estar bien y que se le acompañará. Si ha agredido, tiene que saber que él no es la agresión, que no necesita eso para estar bien y que también se le acompañará para que encuentre qué necesita para quererse”.
La sesión en La Salle está a punto de terminar. El dinamizador, Ramiro Ortegón, ha pedido que todo el mundo se coloque físicamente donde cree que estaría su hijo con respecto al bienestar (simbolizado por un triángulo posicionado en el centro del aula) si le hubieran excluido como ellos han excluido a su compañera y ahora están casi todos pegados a las cuatro paredes. Y les invita a volver a sus sillas verbalizando a cada paso las habilidades, las cualidades que cada uno cree que tiene para ayudar a su hijo. Por la sala se escuchan las palabras amor, paciencia, saber escuchar.
América del Sur/Colombia/24 Septiembre 2017/Fuente:eltiempo /Autor:Cali
En varios colegios públicos y privados hubo piloto por ciberacoso, con técnicas alemanas.
Nueve colegios de Cali fueron escenarios de un novedoso piloto implementado por la Universidad de Los Andes para tratar de combatir el ciberacoso o ‘ciberbullying’ en las aulas de clase.
El programa ‘Ciberhéroes’ (Medienhelden), fue desarrollado en Alemania, e implementado por primera vez fuera de Europa en la capital del Valle y sus resultados serán presentados hoy durante una conferencia en el colegio Liceo Benálcazar.
El profesor Enrique Chaux, del Departamento de Psicología de la Universidad de Los Andes, explicó que con la implementación de este programa se logró un descenso significativo en casos de ‘ciberbullying’.
“Logramos ver disminución en los niveles de ‘ciberbullying’, en particular en los estudiantes de grado sexto, y una disminución mayor en niñas que en niños”, explicó Chaux.
De acuerdo con el académico, incluso se presentó una mejora en las condiciones de salud de los estudiantes.
“Encontramos, por ejemplo, que gracias al programa hubo menos estudiantes que tuvieron problemas de dolor de cabeza y de estómago, lo cual está relacionado con que el ‘bullying’ puede generar efectos en la salud”, explicó.
La iniciativa fue adelantada entre estudiantes de sexto y séptimo en cinco colegios privados y cuatro públicos durante un año lectivo, con capacitación a docentes de ética e informática que imparten en catorce lecciones, una a la semana, los contenidos de la estrategia.
“El proyecto busca, por un lado, que los jóvenes sean más conscientes de los riesgos que pueden haber en los medios virtuales y busca desarrollar empatía, eso hace que sean conscientes del daño que puede generarse por ofensas que ocurren en medios virtuales. A veces quienes realizan esas acciones no son tan conscientes de que eso puede ser una pesadilla para quien los sufre. Es importante que puedan desarrollar una sensibilidad a ese dolor”, explicó Chaux, quien agregó que con ‘Ciberhéroes’ también se busca que todos sientan cierto compromiso para actuar cuando vean que puede ocurrir maltrato contra otro.
El rol de los testigos en situaciones de ‘bullying’ también debe cambiar. Si actúan, pueden llegar a frenarlo
En el primer semestre de este año la fase empírica del Sistema de Información de Convivencia Escolar recibió reportes de 16 casos de acoso escolar en 31 instituciones educativas oficiales de Cali. De estos casos, 13 fueron por apariencia física.
Luz Elena López, coordinadora del Comité de Convivencia Escolar de la Secretaría de Educación, señaló que “el acoso escolar es una forma de discriminación aprendida social y culturalmente por los niños, niñas y adolescentes a través de los procesos de socialización primaria (familia) y secundaria (escuela y otras instituciones).
Es necesario ‘desaprender’ lo que no va en vía de aprender a convivir juntos en medio de todas nuestras diferencias”, dijo.
Agregó que en Cali se conformó una mesa interinstitucional para comprender y evitar agresiones a través de medios tecnológicos.
Para Jorge Granados, personero estudiantil del colegio Francisco Eladio Ramírez, es clave que desde los colegios se trabaje tanto en colegios como en casa en la prevención e identificación del ‘bullying’.
“Cuando no me enseñan qué es, seré víctima, porque lo desconozco”.
El Personero Municipal, Héctor Hugo Montoya, explicó que desde el Ministerio Público se han hecho requerimientos para que se generen espacios de participación para los estudiantes.
En donde ellos intervengan en la toma de decisiones de manera real y efectiva articulando a través del personero estudiantil esos espacios participativos
Señaló que han hecho presencia de carácter preventivo para determinar casos que están en proceso de inicio, “y que, por no estar generando situación critica, no son atendidos de manera oportuna por el cuerpo docente y directivo, vinculando igualmente al núcleo familiar”.
Montoya señaló que se debe empoderar a personeros estudiantiles en colegios.
Fuente de la noticia:http://www.eltiempo.com/colombia/cali/capacitacion-contra-el-matoneo-y-el-ciberacoso-en-los-colegios-de-cali-133462
Un tribunal del distrito de Tongzhou, en el este de Beijing, China, obligó a varias menores de edad culpables de acoso escolar a participar en un programa piloto que tiene por objetivo corregir su comportamiento con disciplina militar.
El curso de reeducación, como se le llamó, organizado por la propia corte y una escuela local, dura una semana, conforme al periódico chino Legal Evening News.
Por su parte, el diario español El País publicó que, si los resultados del curso son positivos, se podría expandir a otros adolescentes que cometan una ofensa similar.
Esperamos que las chicas puedan abrir su mente y se den cuenta de lo inadecuado de su comportamiento anterior, y que aprendan a comunicarse mejor con los demás», aseguró Wei Dan, juez del tribunal criminal del distrito, a Legal Evening News.
Las penas varían entre la sanción administrativa hasta una condena de un año y 10 meses de cárcel en el caso más grave.
Pero, esta última fue suspendida dos años de forma temporal y únicamente se aplicará en los reincidentes.
El nuevo método lo probaron por primera la semana pasada 14 jóvenes de entre 15 y 17 años que fueron declaradas culpables, por los mismos jueces, de insultos y abusos en su centro educativo por casos de bullying.
Las adolescentes, acompañadas por sus padres, tomaron clases sobre la ley china en este ámbito y atención psicológica.
Además, realizaron varias horas de trabajo social en un asilo para ancianos.
Es la primera vez, según el medio chino, que adolescentes culpables de bullying reciben una educación especial fuera de sus centros y bajo tutela de los jueces.
Una vez terminado el curso, las chicas que cumplan con los requisitos podrán volver a la escuela.
Todas ellas, según Wei, demostraron su voluntad de que así sea, y los institutos también aceptaron su vuelta.
El acoso escolar es un problema creciente en el país asiático: China no cuenta con una ley específica al respecto y la normativa que protege a los menores se limita a los casos de violencia por parte de los adultos.
La principal razón por la cual estas chicas hirieron a otras personas es que los padres no viven en Beijing con ellas, sino que están trabajando en otras ciudades”, explicó el juez.
A pesar de tener dinero, cuidan a sus hijas de una forma espiritualmente hueca. Pagan su matrícula, les dan el mejor teléfono celular, pero no reciben una educación por parte de sus padres y crecen demasiado mimadas”, añadió.
Los pocos estudios realizados sobre la materia indican que algunos de los factores que contribuyen al acoso entre los menores son, en efecto, por una situación familiar poco estable, la inseguridad en uno mismo y algunos temas que ven en Internet.
Después se ven afectadas por contenidos impropios que ven en Internet y deciden intimidar a sus compañeros de clase para tratar de liberar sus emociones», concluyó el magistrado.
Argentina/11 septiembre 2017/Fuente: Diario de Cuyo
Se trata del Protocolo de Actuaciones Inmediatas, del Ministerio de Educación. Lo presentarán el 22 de septiembre.
Ante los 4 casos de supuesta agresión de docentes hacia alumnos registrados en menos de un año, el Ministerio de Educación decidió crear un manual para que maestros y profesores sepan cómo evitar reacciones que puedan desencadenar situaciones violentas, y también cómo actuar ante las mismas. Se trata del Protocolo de Actuaciones Inmediatas que realizó el Ministerio de Educación que será presentado el próximo 22 de septiembre y que se distribuirá en todas las escuelas de la provincia.
Si bien ya existe la Guía Federal de Orientaciones que elaboró hace un par de años el Ministerio de Educación de la Nación con recomendaciones de cómo actuar ante situaciones complejas en la convivencia escolar, la provincia quiso elaborar un protocolo propio, contemplando también los casos de agresiones de docentes hacia los alumnos. Esto fue a raíz de los 4 casos que se registraron entre octubre de 2016 y septiembre de este año. «Hay situaciones en la aulas que a veces pueden desencadenar una reacción impropia del docente hacia los alumnos y que termina en una situación agresiva. Uno de los objetivos de este protocolo es ayudar a los docentes a prevenir estas situaciones que lo perjudican a él y a toda la comunidad educativa», dijo Mónica Gutiérrez, del Gabinete Técnico del Ministerio de Educación.
Gutiérrez explicó que este protocolo fue elaborado conjuntamente con los directores de todas las áreas, desde Nivel Inicial hasta Educación para Adultos, y que consta de dos partes. La primera contiene acciones de prevención, con tips que les permiten a los docentes detectar problemas que puedan generar una reacción violenta de los alumnos hacia ellos y viceversa. También, recomendaciones de qué actividades realizar para evitar esta situación. «Una de las propuestas hace hincapié en la comunicación activa, es decir que el docente charle con sus alumnos sobre el tema y también con los padres para ponerlos al tanto de lo que sucede. En este marco puede realizar talleres con la participación de todos para favorecer la convivencia», agregó Gutiérrez.
La segunda parte de este protocolo incluye las acciones a seguir ante un hecho de agresión y de violencia, abuso, tenencia de armas, entre otros casos, y está destinado principalmente a las autoridades de la institución educativa. Incluye pautas de cómo actuar ante casos de bullying, de presencia de armas en el aula, entre otros temas.
Este material será presentado públicamente el próximo 22 de septiembre por las autoridades ministeriales y de inmediato comenzará su distribución. Gutiérrez dijo que el protocolo se distribuirá en todas las instituciones educativas de la provincia, de gestión pública como privada.
Violencia escolar
Los casos
En San Juan hay un promedio de 30 casos mensuales de violencia escolar, según los datos que registró el Gabinete Interdisciplinario en el 2016. Entre abril y octubre de ese año hubo 212.
Las causas
De los casos de violencia escolar registrados por el Ministerio de Educación, el 85% corresponde a acoso entre pares y a agresiones de alumnos hacia sus propios compañeros y docentes.
La minoría
De los casos de violencia escolar registrados, el 15% corresponde a casos entre adultos que integran la comunidad educativa, principalmente a enfrentamientos entre padres y docentes.
Intervención
Ante los casos de violencia escolar el Ministerio de Educación lanzó un programa de capacitación para docentes sobre la temática de convivencia escolar. Hasta ahora ya se capacitó a 1.300.
El alcance
Para bajar los índices de violencia escolar Educación también creó equipos interdisciplinarios para trabajar con los padres, fuera del trabajo que se realiza con docentes y alumnos.
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