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España: El movimiento ‘Fridays for future’ seguirá convocando protestas todos los viernes en España contra el cambio climático

España / 24 de marzo de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Europa Press

El movimiento estudiantil ‘Fridays for future’, inspirado en la joven activista sueca Greta Thunberg, seguirá convocando movilizaciones en ciudades de toda España todos los viernes contra el cambio climático, después de la huelga global por el clima secundada la semana pasada por más de un millón de personas en todo el mundo.

Así lo han anunciado a Europa Press portavoces en España de este movimiento internacional, como Lucas Barrero, uno de los cinco jóvenes que comenzaron las movilizaciones en territorio español hace dos meses con sentadas frente a la sede de la Generalitat en la ciudad de Girona. «No queremos parar y queremos seguir creciendo. Nuestra idea es seguir adelante», asegura.

En ese sentido, Barrero desvela que este viernes 22 de marzo volverán a convocarse concentraciones en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Girona. En la capital catalana, por ejemplo, la convocatoria será al mediodía en la plaza Sant Jaume, como confirma a Europa Press Guillermo Chirino, estudiante de 22 años y miembro de ‘Fridays for future’ en Barcelona.

«Nuestro propósito es estar en la calle viernes tras viernes y no vamos a parar hasta que se apliquen medidas contundentes contra la crisis climática», expone Chirino, señalando como válidas las medidas contempladas en el Acuerdo de París dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, del que España es uno de los países firmantes.

 

 

CASI 50.000 JÓVENES SE MOVILIZARON

Para este joven, la movilización del pasado viernes en España, que considera «súper exageradamente positiva», anima a mantener las protestas en la calle. Según los datos recopilados por el movimiento ‘Fridays for future’, el pasado viernes se manifestaron 46.500 estudiantes en las más de 50 convocatorias repartidas por toda España.

Por su parte, Lucas Barrero, afirma que las movilizaciones se mantendrán por lo menos «hasta verano» y después del final del curso académico los estudiantes valorarán cómo mantener sus protestas durante el periodo estival. Entonces también hay previsto un encuentro de activistas de países de toda Europa para decidir el rumbo de sus reivindicaciones.

Para Barrero, andaluz de 22 años y estudiante de Biología y Ciencias Ambientales en la Universitat de Girona, la huelga global de estudiantes del pasado viernes fue «muy importante» porque «no había precedentes de una huelga mundial por el medio ambiente», y la califica algo «motivador» para continuar las movilizaciones en España.

«Se nos decía que en otros países salían a la calle y en España no, y esto ha demostrado que no es así», resume. Según los datos de ‘Fridays for future’, las manifestaciones más importantes del pasado viernes 15 de marzo fueron las celebradas en Madrid y Barcelona, con 10.000 asistentes a cada una, aunque también se superó el millar de participantes en las convocatorias de Alicante, Almería, Granada, Málaga, Salamanca, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla, Valencia o Zaragoza.

A nivel internacional, se estima que un millón y medio de personas se manifestaron en más de 1.600 ciudades de un centenar de países para secundar la huelga estudiantil emulando a Greta Thunberg, la joven de 16 años que cada viernes, desde el verano pasado, hace huelga frente al parlamento sueco para exigir acciones para frenar el calentamiento global.

Fuente de la Noticia:

https://www.europapress.es/sociedad/educacion-00468/noticia-movimiento-fridays-for-future-seguira-convocando-protestas-todos-viernes-espana-contra-cambio-climatico-20190318150110.html

ove/mahv

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Jóvenes impulsan masivas protestas internacionales por el cambio climático (Audio)

24 de marzo de 2019 / Autor: En Órbita / Fuente: Mundo Sputnik News

Este viernes 15 los jóvenes marchan en todo el mundo, en reclamo de acciones contra el cambio climático. Sputnik dialogó con Koro López de Uralde, integrante del movimiento Fridays For Future (Viernes por el Futuro)

 

 

Se realiza la primera huelga mundial de jóvenes contra el cambio climático. En más de 1.000 ciudades de 89 países se realizarán movilizaciones y otras actividades. La convocatoria es impulsada por el movimiento Fridays For Future (Viernes por el Futuro), surgido el año pasado.

‘En Órbita’ dialogó con Koro López de Uralde, integrante del movimiento Friday For Future, de España.

«Los adultos no sienten que este sea su futuro, pierden una visión global y no se dan cuenta de los cambios. Ha llegado un punto en el que hemos normalizado noticias como que ha habido un tsunami en tal parte del mundo, una ola de frío en España o un tornado en Estados Unidos. Y escuchamos estas noticias como si no fueran consecuencias de nuestros actos», dijo López.

En relación con el movimiento Friday For Future y sus acciones, indicó: «Ha sido un movimiento bien acogido. Tiene que ver con que somos un movimiento apartidista, no nos relacionamos con ideología o partido político. Nuestro reclamo afecta a todas las personas del planeta. Es un discurso apoyado por la comunidad científica durante años y la gente se siente identificada».

«Nuestra primera labor es dar una voz de emergencia climática. Nosotros brindamos talleres de reciclaje, charlas en colegios, informar a la gente. Pero hay medidas que deben tomar los gobiernos, que ya se comprometieron en el Acuerdo de París. Medidas que hoy no se están tomando por determinados intereses», manifestó.

Este movimiento tiene su origen por la acción de Greta Thunberg, una adolescente sueca de 16 años que durante todos los viernes (fridays en inglés) de 2018 protestaba contra la falta de políticas ambientales del Gobierno de su país sentándose en las afueras del parlamento.

Tras su creciente popularidad, Greta estuvo presente en la Conferencia sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas de diciembre, donde brindó un discurso. «Ustedes solo hablan del crecimiento económico verde y eterno, porque tienen demasiado miedo de no ser populares. Solo hablan sobre seguir adelante con las mismas malas ideas que nos metieron en este desastre», manifestó.

Fuente:

Fuente de la Imagen:
https://www.fridaysforfuture.org/
ove/mahv
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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 24 de marzo de 2019: hora tras hora (24×24)

24 de marzo de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 24 de marzo de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – Puerto Rico: Viva la lucha contra las escuelas chárter

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304295

01:00:00 – 10 Técnicas educativas para TRIUNFAR con tus alumnos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304249

02:00:00 – Qué dicen los últimos informes sobre la educación en Argentina

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304402

03:00:00 – La educación, el capitalismo y la 4T

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303129

04:00:00 – UNICEF y la OEI firman un acuerdo para fortalecer los sistemas educativos de América Latina y el Caribe

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304409

05:00:00 – WhatsApp nos conecta. Cómo usar Whatsapp en Educación (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304252

06:00:00 – Libro: El Fin de la Educación Pública (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304506

07:00:00 – El sistema de enseñanza en Cuba: un modelo alternativo para la educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303507

08:00:00 – Libro: Hacia una pedagogía feminista: géneros y educación popular (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304513

09:00:00 – Jóvenes impulsan masivas protestas internacionales por el cambio climático (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304517

10:00:00 – Libro: “Cambio Educativo y Políticas Públicas en México” de Juan Carlos Miranda Arroyo (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304510

11:00:00 – “¿Quién está cambiando el mundo?” La pregunta que responderán los mejores docentes del mundo en Dubái

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304438

12:00:00 – México: Buscan 54 mil terminar la Prepa por internet con la SEP

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304406

13:00:00 – Estados Unidos: La lucha por la Universidad Hampshire: cómo la calamidad financiera de una escuela expone una crisis en la educación superior

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304520

14:00:00 – «Me llamo Gennet», el periplo de la primera sordociega en ir a la universidad

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304427

15:00:00 – Tres hábitos de nuestro alumnado causados por el modelo educativo que lastran el aprendizaje ¿Cómo luchar contra ellos?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304495

16:00:00 – España: El movimiento ‘Fridays for future’ seguirá convocando protestas todos los viernes en España contra el cambio climático

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304412

17:00:00 – Radio: Encuentros pedagógicos- Sábado 16 de marzo del 2019 (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304503

18:00:00 – Lecciones educativas de Japón

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304435

19:00:00 – La propuesta educativa de MORENA

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304289

20:00:00 – China: Zhejiang implementará clases a distancia para disminuir el desequilibrio pedagógico urbano-rural

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304431

21:00:00 – Amanda Labarca, pionera de la educación en Chile (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304499

22:00:00 – España: Expertos del mundo universitario proponen un decálogo para ‘resetear’ la educación superior

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304286

23:00:00 – Experta en educación global dice que medir el conocimiento con exámenes estanca el proceso innovador

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304292

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Entrevista a Elio Brailovsky: Que EE UU se retire del Acuerdo de París significa un gran alivio para todos los que lo firmaron y no querían cumplirlo

Entrevista a Elio Brailovsky, ex Defensor del Pueblo Ambiental en la Ciudad de Buenos Aires
«Que EE UU se retire del Acuerdo de París significa un gran alivio para todos los que lo firmaron y no querían cumplirlo»
Mario Hernandez
Rebelión
M.H.: Queríamos consultarle por la idea del gobierno nacional expresada a través del Ministro de Medio Ambiente respecto a la reforma de la Ley de bosques y la Ley de glaciares.

E.B.: Me parecen dos propuestas extraordinariamente peligrosas, porque tanto los bosques como los glaciares son la protección de nuestras fuentes de agua potable. Los bosques en la zona húmeda, los glaciares en la zona semiárida, de modo que autorizar a dañar o destruir las fuentes de agua potable para que alguien haga un negocio en los próximos años, a mí me parece extraordinariamente peligroso porque ese alguien hará el negocio y después nos dejará un desierto.

Recordemos que en el caso de la cordillera los glaciares son los que juntan el agua que después van a regar los viñedos de Mendoza y San Juan y que van a abastecer a las ciudades de esas provincias. Si no hay glaciares, si los dinamitan para hacer minería no sé cómo vamos a abastecer de agua esas ciudades y esos viñedos. Y en el caso de los bosques, regulan el agua de los ríos y arroyos, de modo que talar los bosques para plantar soja significa el riesgo de tener aluviones que ya se han visto en las zonas tropicales de otros países de América, o que haya aluviones aguas abajo. Todo esto para que alguien se gane unos pesos o unos dólares. Realmente creo que es algo demasiado irracional como para justificarlo.

M.H.: Le quitaron 1.500 millones al saneamiento del Riachuelo ¿qué nos puede comentar al respecto?

E.B.: Para lo que estaban haciendo no necesitan presupuesto, para no hacer nada. Pero si se piensa en actuar realmente por supuesto que ese presupuesto es necesario. Pero cuando uno ve el balance de la actuación de Acumar que es el organismo que se supone que debería ocuparse de sanear el Riachuelo, se da cuenta de que es una vergüenza, miles de millones de dólares gastados y la calidad del agua es la misma ahora que cuando se sancionó la ley que exigía que se ocuparan, cuando hubo una sentencia de la Corte Suprema hace 9 años reclamando todo esto.

Realmente han actuado como si la ley y la Corte Suprema de Justicia no existieran. Nadie sabe en qué se gastó el dinero de los años anteriores, de modo que la situación del Riachuelo es absolutamente vergonzosa. Es todo lo que se puede decir, porque hay otros aspectos en los que uno puede criticar la gestión, pero hay un punto en el cual resulta vergonzoso que haya habido 900 personas y millones de dólares invertidos para nada.

M.H.: ¿Qué significado tiene el retiro de los EE UU del Acuerdo de París?

E.B.: Tiene un significado simbólico. El Acuerdo de París referido al cambio climático supone que todos los países del mundo se han comprometido a reducir sus emisiones de efecto invernadero. Ahora que EE UU se retire significa un gran alivio para todos los que lo firmaron y no querían cumplirlo, por la presión de las grandes empresas de esos países. De modo que ahí tienen a alguien a quien echarle la culpa, a Donald Trump que es el que se atrevió a decir lo que todos los grandes negociantes querían decir: “si esto afecta a mis negocios, qué me importa el mundo”.

Que los EE UU se retiren de un acuerdo que de todos modos nadie pensaba cumplir, para mí es mucho más un acto simbólico que otra cosa.

M.H.: En Argentina las lluvias fuertes ya son el doble de lo normal, se producen más incendios, inundaciones, y los científicos lo atribuyen al cambio climático y a la desforestación. ¿Qué nos puede comentar al respecto?

E.B.: Estamos de acuerdo, el cambio climático significa que llueve más en las zonas húmedas y que llueve menos en las zonas secas. Lo que significa problemas graves. El nudo del cambio climático es, primero que tienen que actuar todos los países y dejar de contaminar, y segundo que los procesos atmosféricos son muy lentos, si todos los países dejan de contaminar milagrosamente de un día para el otro, los efectos en el clima se van a notar de aquí a 50 años y no hay ningún político del mundo que aguante esperar 50 años peleándose con las grandes empresas que le pagan la campaña electoral.

Este es el nudo de las dificultades de todos los tratados sobre el cambio climático. Cuando uno dice COP 23 quiere decir que se reunieron 23 veces para tratar de hacer algo y no hicieron nada. Es mucho tener 23 reuniones internacionales, solemnes, con todos los países firmando cosas para no tener ningún resultado.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=235374

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Medio ambiente: el encuentro de los dos grandes tratados por el clima

Diciembre de 2017/Fuente: La Prensa

La comunidad internacional celebra esta semana el aniversario de los dos grandes tratados del clima y medio ambiente, los 20 años del Protocolo de Kioto, mañana lunes, y los dos del Acuerdo de París el martes, con una llamada a acelerar el cambio de modelo económico para luchar contra el cambio climático.

Con el fin de hacer un llamamiento al cambio de flujos financieros – de actividades que generan emisiones al medio ambiente a otras que las reduzcan o no las produzcan -, París alberga el martes la cumbre Un Planeta (One Planet, en inglés), a la que asistirán más de 50 jefes de Estado y Gobierno, además de altos representantes del mundo financiero.

La cita, coincidente con el segundo aniversario de la adopción del Acuerdo de París, surge a iniciativa del presidente francés, Emmanuel Macron, está respaldada por la ONU y el Banco Mundial, y a la misma no ha sido invitado el presidente estadounidense, Donald Trump, el único que ha pedido salir del pacto del clima.

“Lo más importante es que esta falta de entendimiento de la gravedad del cambio climático por parte del político de turno – en referencia a Trump – no ha logrado hacer perder la confianza en el Acuerdo de París”, señala a Efe Christiana Figueres, quien era jefa de cambio climático de la ONU cuando se logró ese pacto en 2015.

Figueres afirma que la cita de París tiene el objetivo de que “cada dólar o euro vaya al lugar correcto, y se dejen de financiar actividades que dañen el planeta y pongan en riesgo el bienestar humano”.

En esa línea, la expectativa es que el martes salgan de París anuncios de coaliciones de fondos soberanos de pensiones, de grandes aseguradoras o de fondos de inversión comprometiéndose a mover el dinero que actualmente tienen en combustibles fósiles a renovables, coche eléctrico u otras tecnologías limpias.

El vicepresidente de la Comisión Europea Valdis Dombrovskis presentará la hoja de ruta de la UE para las finanzas sostenibles; se esperan adhesiones de países a la Plataforma 2050, de países que se comprometen a ser neutros en emisiones ese año; y a la alianza de países que se comprometen a abandonar el carbón.

Además, se espera una declaración de la Organización Marítima Internacional (IMO, por sus siglas en inglés) con un compromiso de reducción de emisiones en el sector de la navegación.

Veinte años después de la adopción del Protocolo de Kioto, la lucha contra un calentamiento cada vez más agravado es objeto de las mayores reuniones multilaterales que se celebran actualmente.

Frente al Acuerdo de París, Kioto sólo incluía obligaciones de reducción de emisiones para los países industrializados y ponerlo en marcha costó una década, en tanto que en 1997 los países no sabían ni medir sus emisiones ni disponían de marcos regulatorios ni tecnologías para hacerlo.

Las cifras rebaten a quienes dicen que no sirvió para nada: las naciones ricas se comprometieron a bajar sus emisiones un 5 % respecto a 1990 entre 2008-2012, y la reducción final fue de más de un 20%.

Ante la imposibilidad de lograr un nuevo tratado que le diera continuidad en la fallida cumbre de Copenhague, Kioto se prorrogó hasta 2020 mediante la llamada Enmienda de Doha, adoptada en la capital de Qatar en 2012.

Con los impactos del cambio climático más visibles, la evidencia científica sobre el fenómeno consolidada y las tecnologías más baratas y accesibles (la solar ha reducido su coste en un 90% en una década), cerca de 200 países se comprometieron a cooperar para transitar hacia un mundo libre de emisiones en la segunda mitad de siglo mediante el Acuerdo de París.

Su objetivo es que la temperatura no suba más de 2 grados a finales de siglo, y si es posible no más de 1,5, y para ello los países presentan objetivos nacionales de lucha contra el cambio climático que se renovarán al alza cada cinco años.

Poner en marcha París costará menos de cinco años gracias al aprendizaje de Kioto.

Fuente: https://laprensa.peru.com/actualidad/noticia-medio-ambiente-usa-kiota-paris-clima-76595

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La Metáfora Pascua

Por: Ignacio Ramonet
La Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP23) se llevó a cabo en Bonn (Alemania), del 6 al 17 de noviembre pasado. Recibió a más de 25.000 participantes, incluidas delegaciones nacionales, a representantes de unas quinientas ONG y a más de mil periodistas.

Dos temas influyeron de modo determinante en el desarrollo de la COP23: la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París (COP21) y una mayor incidencia de fenómenos potencialmente asociados al cambio climático en muchos lugares del planeta. Que Fiyi –Estado archipiélago amenazado de desaparición por la subida del nivel del mar– haya presidido la COP23, siendo un conjunto de islas supervulnerable que acaba de enfrentarse, hace solo unos meses, al ciclón más potente registrado y con un programa muy ambicioso de despliegue de energías renovables, pone en el centro del debate los impactos, la adaptación y la mitigación desde el mundo en desarrollo, dejando en evidencia la Administración de Trump, que ha convertido a su país en el único miembro que no formará parte del Acuerdo de París a partir de 2020.

Un sentido de urgencia y la equidad como aspectos centrales del debate marcaron el entorno en que se movió esta COP23.

La cumbre concluyó con un balance paupérrimo, sin apenas progresos, y con el único consuelo de que la comunidad internacional sigue unida en la lucha contra el calentamiento global pese a la deserción de la Administración estadounidense por decisión del presidente Donald Trump. Además, en agosto pasado, Washington anunció que retiraría todos los fondos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), el órgano de la Organización de las Naciones Unidas encargado de investigar el cambio climático.

Las casi doscientas delegaciones presentes en la antigua capital de la República Federal Alemana no lograron ni siquiera ponerse de acuerdo sobre los mecanismos técnicos que permitirán poner en marcha el acuerdo suscrito hace dos años en París en la COP21. Fue una cumbre decepcionante. Ahora, el peso recae sobre la próxima cumbre, que se celebrará, en diciembre de 2018, en la ciudad polaca de Katowice, situada en el epicentro de una gran cuenca carbonífera…

La cumbre de Bonn fue decepcionante también porque la mayoría de los asuntos han sido, sencillamente, aplazados. A pesar de que un número creciente de sucesos catastróficos nos recuerda cada día la gravedad del problema que, en el último año, se ha agravado al haber crecido un 2% las emisiones de CO2 a la atmósfera, tras dos años de esperanzador estancamiento. Las inundaciones en la India y Nigeria, las sequías en amplios territorios del planeta, los ciclones del Caribe y los incendios que se desataron en Estados Unidos y Europa en este 2017, sirvieron de telón de fondo. “El mar se traga aldeas, devora la costa y arruina los cultivos –declaró Timoci Naulusala, de 12 años, procedente de las islas Fiyi, en un apasionado discurso–. Las muertes por hambre y sed, el realojamiento de personas, los llantos por los seres queridos perdidos… Quizá crean que eso solo afectará a los países pequeños. Se equivocan”.

El gran objetivo de esta cumbre fallida era empezar a redactar el reglamento del Acuerdo de París (2015), pero los actores reconocieron que será preciso un empuje mucho mayor para que el documento esté concluido antes de finales de 2018. La ausencia de Washington en los debates decisivos de la cumbre, suplida en parte por numerosos representantes de la sociedad civil estadounidense, no se dejó sentir demasiado, pero muchos participantes acusaron el golpe, conscientes de que esa deserción hiere gravemente el acuerdo.

“La acción a nivel nacional está muy lejos de lo que se necesita –sintetizó Manuel Pulgar-Vidal, de la asociación WWF–. El abismo entre lo que estamos haciendo y lo que debemos hacer es gigantesco”. En el mismo sentido se pronunció Wolfgang Jamann, de Care International: “Los acuerdos políticos no han abordado suficientemente la dura realidad climática a la que ya se enfrentan millones de personas”. “Nunca había visto una COP con una tasa de adrenalina tan baja”, expresó un diplomático europeo en declaraciones a la agencia France Presse. Y también muy sintomático fue el comunicado emitido por la delegación española: “En Bonn, se ha continuado trabajando para construir el Acuerdo de París y no habido retroceso en ninguno de los temas tratados…”.

Los principales escollos en las negociaciones, que se prolongarán el año que viene en Katowice (Polonia), atañían a dos asuntos clave. El primero, conocido como “Diálogo de Talanoa” (1), es la revisión de los compromisos de reducción de emisiones de CO2 que se anunciaron en París, es decir: qué criterios se aplicarán para que los países ofrezcan propuestas más ambiciosas con vistas al 2020, cuando se pondrá en marcha el nuevo tratado, puesto que las que se encuentran ahora sobre la mesa no garantizan la estabilización de las temperaturas globales, sino que las impulsan más de tres grados por encima de los valores preindustriales. En Katowice, con nuevos datos del IPCC (el grupo de expertos en clima de la ONU), se realizará una nueva evaluación colectiva de cómo están evolucionando el calentamiento global y las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero.

El segundo escollo fue nuevamente la financiación que los países industrializados destinarán para que los países en desarrollo puedan adaptarse al calentamiento global, ahora con el agravante de la ausencia de Estados Unidos, lo que podría obligar a las restantes potencias a aumentar su contribución (la Administración de Trump ya ha anunciado que no abonará su participación al llamado Fondo Verde de la ONU). En la COP15 de Copenhague (2009), se acordó que los países industrializados aportarían 100.000 millones de dólares anuales a partir del año 2020, pero los detalles de la implementación no se han precisado.

Y la urgencia es enorme: “Este año, tres ciclones excepcionalmente violentos devastaron el Caribe, las inundaciones destruyeron miles de hogares y escuelas en el sur de Asia y la sequía trajo devastación a millones de personas en el este de África –declaró Tracy Carty, jefa de la delegación de Oxfam–. Ya no estamos hablando del futuro. Los países y comunidades más pobres del mundo ya están luchando por sus vidas contra los desastres intensificados por el cambio climático”. Por su parte, Jens Mattias Clausen, jefe de la delegación de Greenpeace, añadió: “Hablar no es suficiente. Nos falta la acción. Llamamos a Francia, Alemania, China y otras grandes potencias a intensificar y mostrar el liderazgo que dicen tener. Aferrarse al carbón o a la energía nuclear y desfilar como campeones del clima mientras no se puede acelerar la transición hacia la energía limpia no es más que mala fe”.

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las centrales de carbón siguen produciendo casi el 40% de la electricidad mundial, y son uno de los principales factores causantes del cambio climático. Además, la contaminación del aire por la quema de carbón causa enfermedades respiratorias severas y otros muchos efectos nocivos para la salud.

La canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, destacó en su intervención, en nombre del Grupo negociador G77+China (que agrupa 134 países), que se necesita avanzar prioritariamente en el financiamiento del Fondo Verde para el Clima (FVC), que permite captar recursos financieros de los países desarrollados para que las naciones en desarrollo más vulnerables puedan afrontar las consecuencias del cambio climático. El FVC espera contar con unos 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020. Sin duda, uno de los grandes retos de los próximos años será avanzar en ese tema.

María Fernanda Espinosa recordó también que el planeta ya afronta las consecuencias desastrosas del cambio del clima, a través de graves inundaciones, derretimiento de glaciares, sequías, que además son amenazas para la seguridad alimentaria. Asimismo hizo un llamamiento para proteger a las mujeres, niños, niñas, migrantes y refugiados, quienes son los más afectados por el cambio climático, que calificó de “mayor amenaza global de este siglo”.

Aunque Donald Trump lo niegue, el calentamiento del sistema climático es una realidad inequívoca. Unos 2.500 científicos internacionales, miembros del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la Evolución del Clima (GIEEC), lo han confirmado de modo indiscutible. Su causa principal es la actividad humana que produce un aumento descontrolado de emisiones de gases, sobre todo dióxido de carbono (CO2), producto del consumo de combustibles fósiles: carbón, petróleo, gas natural. La deforestación acrecienta el problema. Porque los árboles, las plantas y las algas de los océanos absorben y neutralizan el CO2, y producen oxígeno; de ese modo ayudan a combatir el efecto invernadero.

Desde la Convención del Clima y la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, y la firma del Protocolo de Kioto en 1997, las emisiones de CO2 han progresado más que durante los decenios precedentes. Si no se toman medidas urgentes, la temperatura media del planeta aumentará por lo menos en cuatro grados. Lo cual transformará la faz de la Tierra. Los polos y los glaciares se derretirán, el nivel de los océanos se elevará, las aguas inundarán los deltas y las ciudades costeras, archipiélagos enteros serán borrados del mapa, las sequías se intensificarán, la desertificación se extenderá, los huracanes, los ciclones y los tifones se multiplicarán, centenares de especies animales desaparecerán…

Las principales víctimas de esa tragedia climática serán las poblaciones ya vulnerables del África Subsahariana, de Asia del Sur y del Sureste, de América Latina y de los países insulares ecuatoriales. En algunas regiones, las cosechas podrían reducirse en más de la mitad y el déficit de agua potable agravarse, lo que empujará a cientos de millones de “refugiados climáticos” a buscar a toda costa asilo en las zonas menos afectadas… Las “guerras climáticas” proliferarán.

Para evitar esa nefasta cascada de calamidades, la comunidad científica internacional recomienda una reducción urgente del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Único modo de evitar que la situación se vuelva incontrolable.

Por otra parte, debemos cambiar nuestro modelo económico despilfarrador que agota los recursos del planeta. Actualmente, la Tierra ya es incapaz de regenerar un 30% de lo que cada año consumen sus habitantes. Y, demográficamente, estos no cesan de crecer. Somos ya 7.500 millones, y en 2050 seremos más de 9.000 millones… Lo cual complica el problema. Porque no hay recursos para todos. Si cada habitante consumiese como un estadounidense se necesitarían los recursos de tres planetas. Si consumiese como un europeo, los de dos planetas… Y no disponemos más que de una única Tierra. Una diminuta isla en la inmensidad de las galaxias.

A este respecto se recordó en Bonn, en reiteradas ocasiones, la “metáfora Pascua”, en alusión al desastre que conoció la isla de Pascua o Rapa Nui (Chile). A esa tierra, una de las más aisladas del planeta, llegó entre los años 800 y 1200 una expedición polinesia que quedó cortada del resto del mundo. Pequeña (unos 160km2), la isla estaba recubierta con una suntuosa vegetación, rodeada de aguas muy ricas en peces, con costas llenas de moluscos y millones de aves migratorias que allí anidaban. En unos cuantos decenios, los rapanuis se multiplicaron y desarrollaron una brillante civilización (la de los moai), que aún hoy asombra al mundo. Pero lo hicieron a base de explotar con exceso y sin precaución las riquezas de la isla. Resultado: en poco tiempo, no quedaba un árbol en la isla, ni un pez en sus mares, ni un molusco en sus costas, ni un ave en sus nidos… Cuando el escritor francés Pierre Loti visitó la isla en 1872, solo quedaban unos cientos de habitantes, “un pueblo de fantasmas, desnudos, esqueléticos y hambrientos; últimos escombros de una raza misteriosa” (2).

Con la excepción de Donald Trump, cada día quedan menos escépticos frente a las evidencias del cambio climático. Cada habitante de nuestro planeta puede constatar, en particular, estas siete realidades: 1) la temperatura global sigue aumentando (2017 ha sido uno de los tres años más cálidos de la historia desde que existen estadísticas); 2) la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos sigue en aumento; 3) la concentración de CO2 sigue acumulándose; 4) sigue subiendo el nivel de los mares; 5) la acidificación de los océanos no disminuye; 6) las capas de hielo de la Antártida siguen reduciéndose; 7) sigue disminuyendo el hielo marino en el Ártico.

En Bonn, los países más desfavorecidos exigían a los más industrializados que indicasen, con dos años de antelación, cuánto dinero iban a aportar y en qué plazos. Con el objetivo de que pudieran saber con qué fondos podrían contar. Fuentes de la delegación de la Unión Europea (UE) aseguraron que con los márgenes presupuestarios que manejan los países europeos no es factible decir, aquí y ahora –como les estaban exigiendo–, cuánto dinero van a aportar en un horizonte de diez años, si bien no ha sido la UE quien se ha opuesto a avanzar en este exhaustivo reporte, sino Estados Unidos, Australia y Japón. Por su parte, Angela Merkel se comprometió a duplicar los fondos para el clima y ayudar a los países en desarrollo para 2020, y explicitó su compromiso de ayudar a las naciones en desarrollo en iniciativas como sistemas de información climática y gestión de riesgo de desastre.

Pero los participantes se decepcionaron cuando Merkel anunció su plan para reducir la dependencia del carbón de Alemania. Alrededor del 40% del sector energético de ese país depende del carbón y, de seguir así, Alemania no cumplirá sus objetivos en materia de reducción de emisiones contaminantes para 2020. De hecho, la Unión Europea no podrá lograr su objetivo de reducir los gases de efecto invernadero en por lo menos un 40% para 2030, respecto de los niveles de 1990, a menos que cambien las políticas y redoblen sus compromisos. España, por su parte, es uno de los países de Europa Occidental –junto con Polonia y Alemania– que no ha firmado el compromiso gradual para poner fin a la producción de carbón con el año 2030 como horizonte…

En este sentido, desde el inicio, la cruzada de las negociaciones ha tenido como punto central definir cómo pueden los países más ricos ayudar a los menos desarrollados en la adaptación y en la compensación. Bajo el primer concepto entran las distintas formas de cambiar las economías para depender menos del petróleo, gas y carbón.

La tarea, ya de por sí titánica, se complicó este año cuando Donald Trump anunció que sacaba a su país del Acuerdo climático. Desde su campaña electoral en 2016, el republicano prometió esta medida. Y es que, entre otras razones, el presidente Trump considera que el cambio climático es una “mentira” fabricada por los chinos para minar la economía estadounidense…

Sin embargo, el proceso de renuncia lleva tres años, lo que convierte a Estados Unidos en un signatario hasta entonces. Por eso vino a Bonn una pequeña delegación oficial, con el secretario de Estado, Rex Tillerson, al frente. Y es que un grupo rival de gobernadores, alcaldes y líderes empresarios también estuvo presente en Bonn: la desafiante coalición norteamericana “We Are Still In”, liderada por el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, en nombre del Centro de Acción Climática de Estados Unidos. Así pues, hubo dos delegaciones estadounidenses en la cumbre, lo que llevó a los expertos a preguntarse cuál era la que realmente hablaba en nombre del país y a los asistentes a preguntarse con cuál hablar…

En este contexto, los expertos coinciden en que Estados Unidos dejó un vacío en el liderazgo climático. Más allá del compromiso que muestra la Unión Europea, la lupa se puso en los dos mayores responsables junto a EEUU de las emisiones: la India y China. El primero ya asumió el desafío al hacer de la energía solar un proyecto a gran escala. Por su parte, Pekín también da indicios de no querer echarse para atrás. Con su plan para un nuevo mercado nacional de carbono, China propone poner un precio a las emisiones corporativas.

Visto el fracaso de la COP23 y la inacción gubernamental, y visto que no podemos “bajarnos del mundo” como decía Mafalda, nuestras principales esperanzas residen actualmente en las 7.500 ciudades y entidades de todo tipo, en particular centenares de asociaciones de ciudadanos, que se han propuesto avanzar por su cuenta hacia una sociedad baja o nula en carbono. Está en juego el destino de la humanidad.

NOTAS:

(1) El “Diálogo de Talanoa” es importante para suplir el vacío entre el Protocolo de Kioto (vigente hasta el 31 de diciembre de 2012 y extendido por ocho años más hasta el 31 de diciembre de 2020) y el Acuerdo de París, que entrará en vigor en 2020.

(2) Pierre Loti, L’île de Pâques. Journal d’un aspirant de “La Flore”, Éditions La Simarre, Joué-les-Tours, 2016.

Ignacio Ramonet, director de Le Monde diplomatique en español

Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/24589/la-metafora-pascua/

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¿Cómo de malo es que Trump abandone el Acuerdo del Clima de París?

España/Junio de 2017/Autora: Jennifer Morgan/Fuente: Greenpeace

Sí, es malo. Pero seguimos adelante.

Ahora el presidente de Estados Unidos, Donald  Trump anunciaba que Estados Unidos se retira del Acuerdo de París. ¿Es el momento de entrar en pánico o no pasa nada? Hemos recopilado algunas de las preguntas que contesta Jennifer Morgan, Directora Ejecutiva de Greenpeace Internacional y una de las principales expertas mundiales en políticas climáticas, para explicar lo que significa la retirada de Estados Unidos y lo que no.

¿Qué significa para el clima realmente la decisión de Trump de retirarse del Acuerdo de París?

Estados Unidos es uno de los mayores emisores de CO2, por lo que los recientes actos de Trump de revertir el plan nacional sobre el clima, junto con la retirada de París, hará más difícil mantener el clima bajo el umbral crítico de 1,5 grados centígrados de subida de temperatura.

Una vez dicho esto, la decisión de Trump no determinará mucho lo que pase internacionalmente o incluso dentro de Estados Unidos. Cerca de 200 países, que representan el 87% de las emisiones globales se han comprometido al Acuerdo de París. Lo mismo con el creciente número de Estados, ciudades y empresas dentro de Estados Unidos que han dejado claro que siguen dentro.

Trump no va a ser capaz de detener la revolución de las energías renovables, pero necesitamos responder, como una comunidad global, trabajando aún más para acelerar la acción climática.

¿Cómo de importante es el Acuerdo de París en la lucha contra el cambio climático?
El acuerdo de París es un acuerdo histórico, que define esta generación, la nuestra, que marca el final de la era de los combustibles fósiles. La rapidez con que casi todos los países del mundo se comprometieron con sus objetivos globales fue revolucionaria, y luego además ratificaron el acuerdo, señalando la urgencia de la amenaza a la que nos enfrentamos. Pero es sólo un paso en un largo camino. Lo que importa ahora es cómo cada país implementa el acuerdo y acelera el cambio. París fue sólo el comienzo, no el final de un viaje que nos liberará de la contaminación por CO2. Tenemos un largo camino por recorrer.

¿Significa que la retirada de EEUU ha matado al Acuerdo de París?
¡Por supuesto que no!. El Acuerdo de París está vivo y en buen estado de salud. En la Cumbre del G7, Europa, Canadá y Japón han reafirmado su firme compromiso para aplicar rápidamente el Acuerdo. Greenpeace pide a los líderes mundiales que aseguren que en la próxima Cumbre del G20 salga un compromiso aún mayor.

Trump puede echar hacia atrás parte de las políticas norteamericanas, pero el resto del mundo está mirando hacia delante. Desde noviembre de 2016, cuando Trump fue elegido, al Acuerdo de París se han unido formalmente 76 países más.

Los países siguen comprometidos porque son necesarios para  sus intereses nacionales, tanto en términos de prevención de riesgos climáticos como en el aprovechamiento de las oportunidades que ofrece una transición hacia las energías limpias. Y es realmente asombroso ver cómo el imposible se hace posible frente a nuestros ojos. Por ejemplo, la energía solar y eólica son ahora más baratas que los combustibles fósiles sin subvenciones en más de 30 países  y las inversiones en energías renovables superan a los combustibles fósiles en nuevas inversiones en generación de energía a nivel mundial.

Un mundo alimentado por energías renovables significa salud y economías sólidas. Como estadounidense, estoy profundamente frustrada viendo al Presidente de Estados Unidos rechazar este paso adelante para simplemente compensar a sus amigos de la industria de los combustibles fósiles.

Así que no, el Acuerdo de París no está muerto. Son las políticas de Trump las que están muertas y las que no están recibiendo las simpatías de muchos países.

Pero, ¿cómo pueden hacer esto los Estados Unidos? ¿Se enfrenta a consecuencias por abandonar el Acuerdo?

Bueno, si Trump realmente logra frenar la lucha por el clima, son los propios estadounidenses los que también pagarán un alto precio. El cambio climático es una amenaza muy importante para Estados Unidos, desde el aumento del nivel del mar hasta las olas de calor extremos y otros riesgos climáticos en todo el país o mayores riesgos para su seguridad.

A corto plazo, la mayor consecuencia para EEUU es política. Los principales países están invirtiendo en un exitoso Acuerdo de París y la retirada de EEUU menoscaba su capacidad para avanzar en sus prioridades de política exterior con esos mismos países.

Tras la Cumbre del G7, varios líderes indicaron que los gobiernos perderían la confianza en Estados Unidos como socio creíble que es firme a sus compromisos, no solo en cambio climático, sino en cuestiones como comercio, seguridad y otros. En realidad minará otras prioridades de Trump, ya que no será visto como socio de confianza.

¿Dónde deja esta decisión a los Estados Unidos?

Trump no representa a todo el país en cambio climático. Ciudades, Estados, ciudadanía y empresas, todos están avanzando y se están asociando a otros países para acelerar la acción climática y la adopción de soluciones.

En términos de su presidencia,  es evidente que Trump está cediendo su liderazgo a otros que están aprovechando el tirón para proteger a sus ciudadanos y transformar sus economías a una energía limpia. Estamos presenciando un terremoto mundial y China, Europa y otros lideran el camino.

Después del compromiso de París, solo un país de casi 200 ha decidido retirarse. Esto es lo lejos que está Trump del resto del planeta. Un cambio en el liderazgo mundial y como Estados Unidos se sale de ese mapa. Lideres de todo el mundo, CEOs y personas individuales pueden y están avanzando al futuro.

¿La decisión de Trump significa el resurgimiento del petróleo y el carbón?¿Qué pasará con las energías renovables?

No. Trump puede ser capaz de frenar la transición a las energías limpias en los EEUU y eliminar por tanto un montón de puestos de trabajo y las oportunidades económicas en el camino, pero no puede detener esa transición. La economía está en su contra.

A medida que la energía solar y eólica se hacen cada vez más baratas, el carbón está sufriendo el impacto en todo el mundo. El año pasado fue un asombroso punto de inflexión para el carbón ya que tres de los países del G7 anunciaron la paulatina eliminación del carbón, la construcción de nuevas centrales se congeló en más de 100 emplazamientos en China e India, continuó la retirada de centrales también en EEUU y la UE. El mundo registró una caída ni más ni menos del 62% en nuevos planes de centrales. El carbón es parte del pasado.

Incluso el mayor “jefe del carbón” en Estados Unidos, Robert Murray, admite que Trump no podrá devolver los puestos de trabajo en la minería del carbón, porque estos empleos se perdieron ante la competencia de las energías renovables. Y, de hecho, solo la solar emplea más del doble de estadounidenses que el carbón. La industria solar y eólica está creando empleos 12 veces más rápido que el resto de la economía estadounidense. No creo que estos sectores y la ciudadanía se queden sentados y esperen a ser arrastrados por las politicas de Trump. Lucharán y pronto Trump tendrá que hacerles frente.

Algunos países están haciendo lo correcto para frenar el cambio climático, ¿pueden estos países liderar los siguientes pasos adelante?

En el Foro de la Vulnerabilidad Climática un grupo de los 48 países más vulnerables al cambio climático, son los que probablemente más tienen que perder. Así que no es de extrañar que ahora lideren la transición a un futuro con energías 100% renovables y estén listos para tomar el liderazgo en el fortalecimiento de sus sus compromisos nacionales bajo el acuerdo de París.

China, por otra parte, es el mayor contaminador del mundo y muy dependiente del carbón. Asi que tiene un largo camino por recorrer. Pero la velocidad con la que China ha comenzado a transformar su sistema energético en los últimos años en enormemente alentadora. El carbón ha alcanzado su punto de inflexión en China. El país ya cuenta con la mayor capacidad instalada de energía eólica y solar en el mundo y se espera que en breve lideren el transporte libre de petróleo con vehículos eléctricos.

Alemania, como presidente del G20 este año, está haciendo lo adecuado al mostrar liderazgo político y asegurar que el cambio climático sigue siendo una prioridad nacional e internacional.

¿Cuáles son los compromisos básicos de los países en el Acuerdo de París?

El Acuerdo de París compromete a todas las partes a iniciar el proceso de abandono de los combustibles fósiles, parar la deforestación y otras prácticas dañinas. Cada país firmante debe elaborar un plan a largo plazo para transformar sus economías, trasladando los flujos financieros de problemas a soluciones y preparándose para los impactos que no se pueden prevenir y apoyando y protegiendo a los más vulnerables.

También se espera que los países cumplan con sus compromisos a escala nacional y que amplíen esa acción cada cinco años para alcanzar el objetivo a largo plazo,  una economía “carbono-cero”. El acuerdo es muy claro en el sentido que no se permite ningún retroceso o debilitamiento de las políticas nacionales.

¿Qué pueden hacer los gobiernos para luchar contra la decisión de Trump?

Los líderes mundiales deben mantener el rumbo y acelerar la acción climática. Esto hace daño a Trump porque Estados Unidos se perderá los beneficios económicos de esta transición. De hecho, todos los países deben avanzar hacia una mayor ambición para salvar la brecha que EEUU deja y para demostrar que Trump está equivocado.

¿Qué puede hacer la gente de a pie?

Cada persona importa y debemos tomar medidas, ya sea en la forma que participamos en los debates climáticos, lo que consumimos, con quien hablamos o a quien votamos. El cambio climático es un problema mundial, pero las soluciones deben ser implementadas a nivel local. Hay mucho que puedes hacer en tu día a dia. Debemos mantener la presión sobre nuestros líderes para que intensifiquen la lucha contra el cambio climático y responsabilizar a las grandes empresas y sus directivos por sus acciones.. Greenpeace trabaja para conseguir un mejor futuro para todos, más seguro y más justo.

¿Hay que tener algo de esperanza en un momento tan decepcionante como este?

Las personas que conozco en todo el mundo y que son activos y comprometidos es lo que me da esperanza. Desde el niño que enseña a sus padres, al padre o madre que se comprometen con su voto  a elegir los líderes adecuados, directores de colegios que instalan paneles solares en sus tejados es lo que marca y marcará la diferencia. Somos más grandes que los intereses que se oponen a la lucha contra el cambio climático. Tenemos que tenerlo en cuenta. Tenemos que ser optimistas y seguir apoyándonos los unos a los otros, especialmente frente a los desafíos más urgentes. Merece la pena la lucha, por el planeta y por todos los que dependemos de él.

Fuente: http://www.greenpeace.org/espana/es/Blog/cmo-de-malo-es-que-trump-abandone-el-acuerdo-/blog/59565/

 

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