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Las ciudades más verdes se vuelven más injustas

Ecoportal

La construcción de parques y zonas verdes en las ciudades tiende a atraer a las clases sociales más altas y excluye a los colectivos más vulnerables. Así lo revela un proyecto de la Universidad Autónoma de Barcelona financiado por la Unión Europea que analiza el proceso de «gentrificación verde». Ciudadanos con rentas altas y extranjeros de países ricos se han instalado en las últimas décadas alrededor de varios parques en Sant Martí, en Barcelona, según un estudio piloto.

Las ciudades que crean o restauran bienes o infraestructuras verdes contribuyen a medio y largo plazo a la exclusión de colectivos sociales más vulnerables. Así se desprende de un estudio realizado por un equipo de investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) liderado por Isabelle Anguelovski.

La socióloga y geógrafa ha analizado cómo el perfil socioeconómico de los vecinos varía significativamente cuando su zona de residencia experimenta un proceso de “reverdecimiento” con la creación de parques, áreas verdes, o corredores ecológicos.

El estudio pone de manifiesto que los procesos por los cuales las ciudades potencian la construcción y recuperación de espacios naturales no benefician a todos los ciudadanos por igual. Se trata del proceso denominado como “gentrificación verde” por el que la población original de un barrio de clase media-baja o baja es desplazada por nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo que llegan a la zona atraídos por la proximidad de nuevos parques y zonas verdes y por la oferta concurrente de viviendas mas atractivas.

Como consecuencia, el precio del alquiler y de venta de las viviendas experimenta un incremento considerable, de manera que los colectivos más vulnerables no pueden hacer frente a los precios y tienen que acabar marchándose a vivir a otras zonas, menos atractivas y con una calidad de vida más baja.

“Nuestra hipótesis es que las ciudades más verdes se vuelven más desigualitarias e injustas”, explica Anguelovski, coordinadora de un proyecto científico que pretende profundizar sobre este tema y evaluar el impacto social que provoca la introducción de la naturaleza en los barrios.

“Hay que mejorar la calidad ambiental de los barrios, verdificarlos, pero no a cualquier precio”, comenta la experta quien incide en la necesidad de que este tipo de procesos se acompañe de políticas que controlen la especulación inmobiliaria en la zona, promuevan las promociones de vivienda social, limiten las licencias de alquiler de corto plazo o fomenten la creación de redes de apoyo entre los vecinos y entre comercios locales.

Para la realización de su proyecto Greenlulus (Green Locally Unwanted Land Uses, en inglés), Anguelovski ha recibido una subvención de 1,5 millones de euros de la Unión Europea (Starting Grant del European Research Council). Durante los próximos cinco años, un amplio equipo coordinado por Anguelovski comparará la situación de 20 ciudades de Europa y otras 20 de Estados Unidos, con el objetivo de elaborar un ranking de las urbes ambientalmente más justas así como su impacto social y en la salud de los residentes.

Estudio piloto en Barcelona

Este proyecto cuenta ya con un estudio piloto realizado en la ciudad de Barcelona que evidencia la “gentrificación verde”. El estudio Evaluando los impactos de la gentrificación ambiental en los barrios históricamente vulnerables de Barcelona analizó cómo ha variado el perfil socioeconómico de las personas residentes junto a 18 parques y jardines creados en Barcelona entre 1992 y principios de la década del 2000, en Sant Andreu, Sant Martí, Nou Barris, Ciutat Vella y Horta-Guinardó.

Los resultados muestran cómo en algunos barrios, la mejora ambiental del entorno ha provocado una revalorización de las viviendas que ha terminado por expulsar a las clases más vulnerables para dejar paso a ciudadanos con rentas más altas.

El estudio utiliza seis indicadores: inquilinos con título universitario; inmigrantes no comunitarios, inmigrantes procedentes de países del Norte; residentes mayores de 65 años solos; incremento de la renta de los habitantes y el valor de la vivienda. Los investigadores consideran que se produce “gentrificación verde” cuando se detectan tres de estos parámetros de forma simultánea. Así sucede en los parques de Poblenou y Nova Icària, ambos en Sant Martí, y en los jardines Príncep de Girona, en Horta.

Este fenómeno se nota de manera extraordinaria en la zona próxima al parque de Poblenou, donde los vecinos con un mínimo de una licenciatura que viven a menos de 100 metros de la zona verde han aumentado en un 689% frente al 139% de la media de Sant Martí. El incremento también fue significativo en los parques de las Cascades, Port Olímpic, Nova Icària y Carles I.

Los ingresos de las familias que residen en zonas cercanas a los parques crecieron considerablemente (20,5% en Poblenou) y la presencia de extranjeros de países del norte se disparó en algunos casos hasta el 3.791% en los alrededores del parque de Poblenou, frente al 228% de todo el conjunto de Sant Martí, mientras que la cifra de extranjeros procedentes de países del sur descendió.

Por el contrario, en otras barriadas más estigmatizadas de Nou Barris o de Sant Andreu donde no se ha producido “verdificación” se ha incrementado el porcentaje de familias de colectivos más vulnerables, con la hipótesis de que proceden de los barrios que se han aburguesado como consecuencia de las mejoras ambientales.

Si bien estas zonas se benefician de nuevos espacios verdes, algunas son también zonas donde sigue faltando dinamizar el tejido comercial local, mejorar la calidad de las escuelas, y crear nuevos motores de actividad económica para los vecinos más vulnerables.

Fuente del articulo:http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/Las-ciudades-mas-verdes-se-vuelven-mas-injustas

Fuente de la imagen: http://cdn.ecoportal.net/var/ecoportal_net/storage/images/eco-noticias/las-ciudades-mas-verdes-se-vuelven-mas-injustas/2090614-1-esl-ES/Las-ciudades-mas-verdes-se-vuelven-mas-injustas.jpg

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Gestión de paisajes forestales sostenibles desde la complejidad

30 de julio de 2016/ Por: Rodrigo Arce Rojas / Fuente: http://pcnpost.com

Uno de los grandes retos que tenemos como países megadiversos es gestionar los paisajes forestales más allá de miradas fragmentarias desde los recursos (bosques, aguas, suelos, aire) o desde las dimensiones sociales, culturales, institucionales, legales, económicas o ambientales (entendida fundamentalmente como relativo a lo biofísico). En esta perspectiva se requiere avanzar desde los enfoques disciplinarios, a los enfoques interdisciplinarios, transdisciplinarios e incluso indisciplinarios.

La indisciplinariedad implica un nuevo paradigma del conocimiento que hace frente a la complejidad abordando la realidad no desde objetos de estudio sino trabajando con problemas de frontera. Esto significa trabajar con las totalidades, reconocer y gestionar la diversidad y realizar procesos de síntesis y sinergias de los enfoques empíricos analíticos e interpretativos (Hincapié, 2015).

Los paisajes forestales podrían ser catalogados como sistemas dinámicos no lineales, sistemas complejos no-lineales o sistemas complejos adaptativos (Maldonado, 2011) lo que da cuenta de su complejidad. En ellos se verifican una serie de características de la complejidad tales como auto organización, rupturas, inestabilidades, fluctuaciones, irreversibilidad, caos, evolución, sinergias, emergencias, recursividad, entre otras (Maldonado, 2011; Segura, 2009; Maldonado, 2003). Ello implica entonces superar visiones lineales y determinísticas de la gestión.

Queda corto entonces contentarse con la visión del árbol, con la visión del bosque, aunque siendo necesarios, se tiene que avanzar hacia una visión de las totalidades de los paisajes forestales que no significa verlo absolutamente todo sino tener la capacidad de identificar los fenómenos que atraen o convocan los fenómenos críticos. No es gratuito entonces la mirada de socioecosistemas y el reconocimiento de la ecología de paisajes y la biología de poblaciones como sistemas sociales naturales (Maldonado, 2009).

Un enfoque central de la gestión de paisajes forestales corresponde a los sistemas entendidos como conjunto de elementos interconectados o interrelacionados con un objetivo concreto (Segura, 2009). Específicamente estamos hablando de sistemas abiertos que importan y procesan elementos (energía, materia, información) de sus ambientes. Que un sistema sea abierto significa que establece intercambios permanentes con su ambiente, intercambios que determinan su equilibrio, capacidad reproductiva o continuidad, es decir, su viabilidad (entropía negativa, teleología, morfogénesis, equifinalidad) (Arnold y Osorio, 1998).

Como sistema abierto los paisajes forestales presentan algunas características como la no linealidad, interconexión estrecha, la auto organización, el cambio constante, la retroalimentación, la emergencia, entre otros. Asimismo, se resalta el hecho de ser contra intuitivos, no todo tiene necesariamente explicación causal e irrumpen hechos aparentemente sin conexión alguna. Así es que no solamente estamos hablando que no siempre existe una relación lineal de causa y efecto sino que las causas pueden convertirse en efectos y viceversa. 

En los paisajes forestales podemos apreciar una serie de dilemas o tensiones tales como orden-desorden, estabilidad-inestabilidad, equilibrio-no equilibrio, razón-emoción, producción-conservación, vida humana-vida silvestre, ingeniería-poesía, pasado-futuro, convivencia-conquista, formalidad-informalidad, legalidad-ilegalidad, entre otros. Desde la perspectiva del principio dialógico de la complejidad estos temas no se abordan como campos polarizados sino se les reconoce como términos complementarios y permite mantener la dualidad en el seno de la unidad (Castellanos, 2003). Estamos hablando entonces tanto desde la perspectiva del reconocimiento de diferentes lógicas que interactúan como la capacidad que tienen estos elementos para entrar en un proceso de encuentro dialógico. 

Con el principio Hologramático se concibe a la parte en el todo y al todo en cada parte (Castellanos, 2003). Este principio se aplica a todo nivel como por ejemplo la célula que contiene al individuo y el individuo que contiene a las células, la persona que está contenida en la sociedad y la sociedad que contiene a las personas. Así es que podemos decir que el ecosistema contiene al paisaje y el paisaje contiene al ecosistema. En buena cuenta este principio nos describe la estrecha interrelación que existe entre el micro mundo y el macro mundo. 

El principio de recursividad considera que los productos y los efectos son al mismo tiempo causa y productores de aquello que los produce. Esta tesis derrumba la causalidad lineal propia del positivismo (Castellanos, 2003). Ello nos da cuenta de los límites del marco lógico como herramienta de gestión. Necesitamos marcos metodológicos que den cuenta de las estrechas interrelaciones de los factores presentes en un problema.  Este principio es de especial consideración cuando hablamos de los grandes problemas que enfrentamos como la tala ilegal, la minería ilegal, los cultivos ilícitos, entre otros. 

Por todo ello, la gestión de paisajes forestales requiere fortalecer las capacidades de pensamiento sistémico y pensamiento crítico. El pensamiento sistémico alude a la capacidad de comprender las relaciones entre los diversos componentes de un sistema organizacional que obtiene resultados deseados e indeseados (Aljure, 2007). Es una disciplina para ver totalidades, un marco para ver interrelaciones en vez de cosas aisladas. Es la habilidad de encontrar patrones de cambio y de entender cómo las partes afectan al todo (Senge, 1999). El pensamiento crítico alude a la capacidad de irse más allá de las explicaciones hegemónicas.  

La forma cómo abordamos la gestión de paisajes forestales está muy influenciado por los marcos epistemológicos de la dominación del hombre a la naturaleza.  Latinoamérica necesita definir con qué marco epistemológico va a gestionar sus paisajes forestales para una relación de convivencia antes que de explotación. Se precisa entonces enfoques de descolonización epistemológica para construir alternativas al desarrollo y no seguir únicamente en la senda del progreso que se realiza a costa del ambiente y de las culturas. Requerimos que la construcción del conocimiento para la gestión sostenible de los paisajes implique la construcción participativa de un discurso y prácticas comunes de solidaridad y reciprocidad. No se trata de negar la economía sino de sincerarla, humanizarla a la vez dialogante con la naturaleza y el cosmos. 


Bibliografía revisada:

Aljure, J. (2007). Pensamiento sistémico: la clave para la creación de futuros realmente deseados. ELEGIR (9).

Arnold, M. y Osorio, F. (1998). Introducción a los Conceptos Básicos de la Teoría General de Sistemas. Cinta de Moebio [en linea]  [Fecha de consulta: 10 de mayo de 2016]

Castellanos, R. (2003). Metodología sobre el desarrollo del ser como personalidad. Caracas: Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG).

Maldonado, C. (2011). Termodinámica y complejidad. Una introducción para las ciencias sociales y humanas. Bogotá: Ediciones desde abajo.

Maldonado, C. (2009). Complejidad de los Sistemas Sociales: Un reto para las ciencias sociales Cinta Moebio 36:146-157

Maldonado, C. (diciembre 2003). El problema de la filosofía del conocimiento y el estudio de los sistemas complejos. En: Praxis Filosófica, Universidad del Valle, No. 17, págs. 103-120

Segura, F. (2009). ¿Puede gestionarse la complejidad de los problemas sociales? Aportaciones desde la teoría de la complejidad en la formulación de políticas públicas. Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Instituto Tecnológico de San Luis – Potosí, México.  23 (2009.3)

Senge, P. (1999). La Quinta Disciplina El Arte y la Práctica de las Organizaciones que Aprenden. Barcelona: Editorial Granica (Grupo Editorial Norma), Colección Management y contexto, 1999, pp. 494.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/profile/rodrigoarcerojas/

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Plásticos

27 de julio de 2016 / Por: Manuel Guzmán Hennessey / Fuente: http://www.eltiempo.com/

Los plásticos son un gran invento; no son malos porque producen basuras, ni la electricidad lo es por producir carbono. Mas nos conviene asumir todos un problema que nos superó.

La medida que anunció @MinAmbienteCo sobre las bolsas plásticas es buena. Punto de partida para que los empresarios replanteen su responsabilidad con el ambiente y el clima. Desde sus procesos, productos, comercialización y residuos. Hace 25 años, los industriales del plástico de este país, alertados por la ciencia sobre la peligrosidad de sustancias empleadas en el PVC (cloro, plastificantes, ftalatos), enfrentaron el problema insertándose en las tendencias internacionales.

En el 2001 se firmó el Convenio sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), que actúa sobre dioxinas y furanos. Muchos países, encabezados por los nórdicos, avanzan para eliminar estos químicos de los plásticos. En el 2005, el convenio de Barcelona pidió reducir la entrada al medio marino de sustancias potencialmente cancerígenas. Pero algunos sospecharon que el problema no se reduciría a los riesgos de los químicos, sino que abarcaría el tratamiento global de los residuos.

Hace menos de 15 años conocimos las islas de plásticos que flotan en el Pacífico. Y el problema pasó de ser químico a físico y químico. Pues en él participan no solo los plásticos ‘malos’, como Greenpeace llamaba al PVC en virtud de su molécula de cloro (diablo químico), sino también los buenos, familias de polímeros sin cloro. El tiempo demostró que el asunto no es de ángeles o demonios y que, como en la crisis del clima que vivimos, no conviene dividir al mundo entre malos y buenos. Los plásticos son el gran invento de la ciencia y la tecnología, y han resuelto problemas en muchos campos de la vida que no se hubieran podido resolver de otra manera. Ni son malos porque producen basuras, ni la electricidad lo es por producir carbono. Mas nos conviene asumir todos, productores, consumidores y Estados, un problema que nos superó. El de haber crecido ilimitadamente y el de seguir estimulando una economía intensiva en carbono.

Actuar responsablemente frente a él es la única alternativa inteligente. Por eso llama la atención que entre la infinita maraña de soluciones propuestas para tratar las islas de plásticos que flotan en el mar, y que hoy superan en extensión a muchos Estados, descuelle una, que llama precisamente a la responsabilidad, apelando al más lúcido sentido común. @BoyanSlat, de 19 años, trabaja sobre la idea de que todo este plástico debe ser comprado por quienes lo produjeron para que lo reciclen.

Manuel Guzmán Hennessey
@GuzmanHennessey

Fuente artículo: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/plasticos-manuel-guzman-henenssey-columna-el-tiempo/16563906

Foto: http://www.plasticosuamat.com/reduccion-del-consumo-de-bolsas-de-plastico/

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Un sismo de magnitud 6,1 sacude el sur de Australia

 

Oceania / australia/ Julio del 2016/ Noticia/actualidad.rt.com

En un primer momento se había reportado que el terremoto era «potencialmente causante de tsun

 Un fuerte sismo de magnitud 6,1 ha sacudido este lunes el sur de Australia, informaGeoscience Australia. En un primer momento se había reportado que el terremoto era «potencialmente causante de tsunami». Sin embargo, la información ha sido desmentida posteriormente.

El sismo, que ha tenido lugar a las 8:58 (GMT), se ha producido a una distancia exacta de 1.704,1 kilómetros de la costa de Queenstown y el epicentro se sitúa a una profundidad de solo 15 kilómetros.

Por su parte, el Servicio Geológico de EE.UU. (USGS) ha cifrado la magnitud del terremoto en 5,9, y situado la profundidad en 10 kilómetros. Por el momento, no se ha reportado la existencia de daños materiales ni víctimas.

Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/214155-tsunami-sismo-australia

Fuente imagen: https://cdn.rt.com/actualidad/public_images/2016.07/article/5795dfeec36188fc2e8b4694.jpg

 

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La apuesta por otros modos posibles de pensar y habitar la vida

Ecoportal

Apostar por la vida es, en el planteo de Enrique Leff, “un giro en la voluntad de dominio sobre la naturaleza y de los otros, hacia la voluntad de poder querer la vida” que implica repensar y refundar nuestra humanidad posible y nuestros modos de morar en el mundo. Una pregunta recorre e inquieta nuestra lectura: ¿Tendremos, como humanidad, la imaginación sociológica para deconstruir la racionalidad insustentable y crear otra racionalidad posible?’

Revisión del libro “La apuesta por la vida. Imaginación sociológica e imaginarios sociales en los territoriosambientales del Sur.” de Enrique Leff (2014)

“(…) demasiada luz ciega. Los pueblos expuestos a la reiteración estereotipada de las imágenes son también pueblos expuestos a desaparecer.” (Didi Huberman, 2014, 14)

Apostar por la vida es, en el planteo de Enrique Leff, “un giro en la voluntad de dominio sobre la naturaleza y de los otros, hacia la voluntad de poder querer la vida” (3) que implica repensar y refundar nuestra humanidad posible y nuestros modos de morar en el mundo. Una pregunta recorre e inquieta nuestra lectura: ¿Tendremos, como humanidad, la imaginación sociológica para deconstruir la racionalidad insustentable y crear otra racionalidad posible?

La crisis ambiental y la muerte entrópica del planeta que habitamos y nos habita son crisis de nuestros modos de producción y de comprensión de conocimiento, crisis de las escisiones fundacionales que irrumpieron con la(s) modernidad(es), los capitalismos y el Iluminismo de la razón. En efecto, nuestra comprensión científica del mundo es deudora de esas modernidades hegemónicas, de esaracionalidad de la modernidad que logró imponerse “desterritorializando otros modos de ser en el mundo.” (12) Para Leff, la crisis ambiental es el signo y el síntoma más fuerte de ese límite de la modernidad. En este sentido, afirma que las ciencias sociales se construyeron “en el olvido de la naturaleza y en la ceguera ambiental” (7). Sin embargo, “la cuestión ambiental no se reabsorbe en el orden de la racionalidad de la modernidad, sino que remite a otro orden de racionalidad, al de una racionalidad ambiental” (15), puesto que la consciencia de esta crisis implica la comprensión del límite de la racionalidad que la ha configurado (224). Esta apuesta por la vida, esta otra racionalidad, abre un nuevo modo de comprensión del mundo y propone un nuevo esquema de las ciencias sociales.

Enrique Leff postula la racionalidad de la modernidad como el modo hegemónico de producir el mundo que capitaliza/mercantiliza y homogeneiza distintas formas de vida. Esta racionalidad científica, económica e instrumental legitima formas de apropiación y de transformación económico-tecnológica de la naturaleza finitizada, devenida en recursos escasos y externalidades del proceso de producción. Esta voluntad de saber y de poder que el conocimiento experto supo construir le ha dado lugar a la existencia de una “racionalidad insustentable” (210). Se trata de una racionalidad indolente, como sostiene Boaventura de Sousa Santos, que domina el mundo por el desperdicio y por la alienación de la experiencia humana.

El conocimiento puesto al servicio de la productividad y la ganancia ha roto la relación del saber con la trama de la vida. (…) convertido en soporte de la razón económica produce el desconocimiento del ser y proscribe la experiencia vivida como fuente del saber (221).

La crisis ambiental es una crisis de la racionalidad de la modernidad, de la razón científica; sin embargo, no es una crisis derivada de la lógica interna del funcionamiento de la ciencia(revoluciones científicas, cambios de paradigmas, descubrimientos científicos) sino que surge como efecto de los patrones de conocimiento, acumulación y objetivación del mundo que formula. En su recorrido histórico por los temas que ocuparon la reflexión y la investigación sociológica en las últimas décadas del siglo XX, Leff destaca la cuestión del orden y del cambio social, del movimiento y del devenir de las sociedades, y marca cómo la sistematización del campo epistemológico no incorpora a la historia reciente de las ciencias sociales la emergencia de las ciencias de la complejidad y de la crisis ambiental, dos hechos fundamentales que irrumpen en el terreno del conocimiento.

La crisis de la razón permitió la apertura y el surgimiento de otros enfoques epistemológicos, de otras “matrices de racionalidad”, la emancipación de los “saberes subyugados por el colonialismo epistemológico del pensamiento eurocéntrico que ha ignorado, inhabilitado y sepultado otras cosmovisiones culturales” (314) y la legitimación de otras experiencias sociales, de otros conocimientos y otras formas de conocer.

Frente a esta racionalidad que marca su límite con la imposibilidad de dar respuestas a la crisis ambiental, la racionalidad ambientalemerge como la posibilidad y la potencia de crear ética, estética y otros modos de habitabilidad del mundo políticamente. Configura y constela territorios epistémicos y ecológicos de vida y sustentabilidad. En este sentido, pretende territorializar “los principios ontológicos del pensamiento posmoderno –la ontología existencial de Heidegger, la ontología de la diferancia de Derrida y la ontología de la diversidad de Deleuze y Guattari en el campo de la ecología política” (25)

Esta racionalidad es crítica respecto de que la modernidad pueda convocarse a la reflexión de sus bases teóricas, éticas e instrumentales. Esta racionalidad sostiene que “la modernización reflexiva es el eterno retorno de lo mismo” (211)

La racionalidad ambiental se presenta, antes que como un paradigma o un modelo axiomático, como un modo de pensar, un pensamiento comprehensivo que territorializa una multiplicidad de “matrices de racionalidad” y se construye en un diálogo de saberes. Esta racionalidad se configura en la emergencia de la complejidad ambiental, complejidad ontológica y epistemológica que abre la posibilidad de pensar y de crear otros modos diversos de habitabilidad del mundo, en la inmanencia negentrópica de la vida, “que no son un retorno a la premodernidad, y que el término posmodernidad no alcanza a conceptualizar.” (20)

Otra sociología ambiental se inscribe en el nuevo esquema de las ciencias sociales que abre esta racionalidad. Es una sociología comprometida con el presente crítico del mundo y con el futuro poco promisorio en términos de sustentabilidad planetaria, que busca re-comprender el mundo actual desde una mirada inquisitiva; “Es un manifiesto de combate a una sociología desconectada de la raíz de la vida y subsumida en el proceso de racionalización de una modernidad insustentable” (34) Se trata de una “sociología emancipatoria” que busca crear nuevos territorios en la heterogénesis de vida y

Propiciar el acontecimiento de lo posible desde la inmanencia de la vida, desde sus potenciales negentrópicos, desde el pensamiento y la acción creativas que fertilizan lo real, desde las solidaridades con los procesos sociales en marcha; desde la recuperación de lo que habiendo surgido, fue sometido por el poder hegemónico de la colonización y globalización del mundo; de lo que ha sido incivilizado: invisibilizado, desvalorizado, marginado por la subyugación de otros saberes (41)

Es una sociología solidaria de las ecologías, de las naturalezas, de las economías, de las culturas, de las racionalidades, de las modernidades, de los saberes.

El pensamiento ambiental crea otro diálogo posible entre disciplinas que trabajan la relación naturaleza / cultura, con lo cual se “abre un nuevo espacio de comprensión sociológica y un desafío epistemológico para dar consistencia a la polisemia conceptual y a las transferencias disciplinarias (…)” (28). En este sentido, Leff sostiene que la epistemología de la sociología ambiental debe distinguir los sentidos de orden, de entropía y de negentropía como conceptos pertenecientes al campo disciplinar de las ciencias naturales para poder construir / territorializar su sentido en el campo de las ciencias sociales. Esta epistemología ambiental no es un principio de exclusión o de legitimación de los modos posibles de cognición del mundo sino que es una apertura a la inteligibilidad y comprensión de diversos modos sociales de producción de conocimientos, de racionalidades y de verdades por venir.

La emergencia de actores sociales “del ambientalismo”, “habitados por el deseo de vida y movilizados por el derecho de ser en el mundo ante la muerte entrópica del planeta” (87), se inscribe en el campo de la ecología política, en el que se configuran estrategias de confrontación y de alianza respecto de visiones, de intereses y de valores distintos y diferentes en torno a la reapropiación social de la naturaleza y a la emergencia y construcción de otra sustentabilidad posible: un movimiento multiclasista con un rol protagónico en la construcción de imaginarios en el que sea posible un futuro sustentable. Surgen, se vuelven visibles y audibles, “nuevas identidades dispersas que se articulan y solidarizan a través de redes sociales poniendo en acto una política de la diferencia en los procesos de reapropiación de la naturaleza, en los que se configuran las nuevas identidades culturales” (295); se trata de un movimiento socioambiental multifacético, multiclasista y complejo.

La racionalidad ambiental territorializa nuevos mundos / modos de vida al abrirse al dialogo de saberes, es ese espacio creado y potencia creadora de verdades (colectivas) por venir. Este emerge del encuentro de imaginarios de la sustentabilidad (imaginarios del Buen Vivir, Suma Quamana, Sumak Kawsay), de racionalidades y de valores que no se cierran sobre lo ya dado, sino que se abren a la creatividad cultural de mundos de vida sustentables por-venir. La racionalidad ambiental acoge el germen de lo nuevo, líneas embrionarias, latencias que existen pero aún no ha encontrado su nombre.

Se trata de una nueva ética política que “dispone al mundo a la fertilización de las diferencias” y de las heterogeneidades. Este diálogo de saberes hace contar como heterogeneidades componibles y disponibles a “saberes en-terrados” y “saberes encarnados”, en proceso de emancipación, que territorializan otra formas de vida (252), así como la emergencia y la potencialidad de lo aún no ha sido, “lo todavía no” y, por tanto, no-nombrado.

Se trataría, como sostiene Georges Didí-Huberman (2009), de hacer aparecer a los pueblos, pese a todo, como las supervivencias de un “saber-luciérnaga” (101) (de los estados de la luz y los estados de la voz), de pequeñas luces, pequeños resplandores pasajeros, intermitentes, intersticiales, danzantes, erráticos, resistentes e insistentes que aparecen como alternativa a tiempos demasiado oscuros o demasiado iluminados, una luz menor con un “fuerte coeficiente de desterritorialización.”(39) “Las supervivencias (…) nos enseñan que la destrucción nunca es absoluta – aunque sea continua (…)” (65)

Enrique Leff sostiene que no hay una sola forma de “vivir bien” o de ejercer la autonomía como praxis emancipadora creadora de lo “radicalmente otro” en la que la naturaleza se vuelve política. Las estrategias de emancipación, el clamor por justicia ambiental y la creatividad para construir mundos alternativos sustentables se convierten en apuestas fundamentales que debemos hacer día a día para seguir viviendo, resistiendo en las trincheras y re-existiendo en nuestros territorios.

*Débora Andrea Cerutti: Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades “María Saleme de Burnichon” (CIFFyH) – CONICET. debocerutti@hotmail.com ArgentinaMarcela Cecilia Marín: Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades “María Saleme de Burnichon” (CIFFyH) – CONICET. marcecimarin@gmail.com Argentina
Cita sugerida: Cerutti, D.; Marín, M. (2016). La apuesta por otros modos posibles de pensar y habitar la vida. Cuestiones de Sociología ,14, e011. Recuperado de http://www.cuestionessociologia.fahce.unlp.edu.ar/…
Bibliografía
Leff, Enrique (2014). La apuesta por la vida. Imaginación sociológica e imaginarios sociales en los territorios ambientales del sur. Vozes editora, Mexico.Didí-Huberman, Georges (2009). La supervivencia de las luciérnagas. Abada Editores, Madrid.Didí-Huberman, Georges (2014). Pueblos expuestos, pueblos figurantes. Manantial, Buenos Aires.

Fuente del articulo: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Educacion-Ambiental/La-apuesta-por-otros-modos-posibles-de-pensar-y-habitar-la-vida

Fuente de la imagen: http://cdn.ecoportal.net/var/ecoportal_net/storage/images/temas-especiales/educacion-ambiental/la-apuesta-por-otros-modos-posibles-de-pensar-y-habitar-la-vida/2090286-1-esl-ES/La-apuesta-por-otros-modos-posibles-de-pensar-y-habitar-la-vida_large.jpg

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Tres récords de altas temperaturas en el mundo que se han roto en 2016

21 de Julio de 2016/ Fuente: bbc

Sí, ha hecho mucho calor, lo confirman los registros. El planeta rompió tres récords de altas temperaturas en junio pasado, de acuerdo con los datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés). El mes de junio de este año fue el más caluroso desde que comenzaron los registros de temperaturas, en 1880, además de que fue el decimocuarto mes consecutivo en el que un mes supera al anterior.

Esta racha de calor es la más prolongada en 137 años de registros del la NOAA.

El planeta tuvo una temperatura en la superficie de la tierra y los océanos 0,90° Celsius más alta que el promedio del siglo XX.

El calor en el zoológicoImage copyrightGETTY IMAGES
Image captionLas altas temperaturas que afectan al planeta también afectan a los animales. En los zoológicos los cuidadores dan bloques de hielo a diversas especies para ayudarlas a sobrepasar el calor.

Un consuelo no tan refrescante es que este no fue el mes más caluroso que se haya medido, pues empató con marzo de 2015 de los 1.638 meses registrados.

¿Cuándo fue la última vez que hubo temperaturas por debajo del promedio? Tenemos que remontarnos a 1976, cuando el calor fue apenas -0,07° Celsius inferior al promedio.

El segundo récord roto este año es el de la temperatura en la superficie del mar: en junio estuvo 0,77° más cálida que el promedio del siglo pasado, el nivel más alto para un junio en 137 años.

De los registros regionales, Norteamérica tuvo su junio más cálido desde que en 1910 comenzaron los registros de temperaturas, el tercer récord roto este año, de acuerdo con la NOAA.

Calor en el marImage copyrightGETTY IMAGES
Image captionLa temperatura en la superficie de los océanos en junio fue 0,77° más alta que el promedio del siglo XX. Eso es el nivel más elevado en 137 años de medición.

Más malas noticias

Otros eventos preocupantes sobre la salud del planeta fueron los bajos niveles de hielo marino.

En el caso del Ártico, el hielo marino registrado fue 11,4% más bajo que el promedio registrado entre 1981 y 2010.

En el otro polo, la Antártica tuvo un nivel de hielo marino que fue 103.600 kilómetros cuadrados más pequeño que el promedio en el periodo 1981-2010.

Hielo marinoImage copyrightGETTY IMAGES
Image captionEl calentamiento de tierra y océanos también ha propiciado que el nivel del hielo marino en ambos polos disminuya notablemente.

Pero en este caso, en 2011 se registró un nivel más bajo de hielo marino.

En el caso de África, las altas temperaturas en el planeta contribuyeron a pasar su segundo junio más caluroso desde 1910.

El jefe de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA), Gavin Schmidt, consideró que estos números indican que 2016 ya tiene el nivel de hielo marino más bajo.

Y con la información disponible, predijo que 2016 será el año más caluroso por tercer año consecutivo.

Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-36841805

Imagen: http://ichef.bbci.co.uk/news/660/cpsprodpb/09E7/production/_90453520_gettyimages-81502754.jpg

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Kiribati: Un país a punto de ser tragado por el mar

Kiribati/19 de julio de 2016/Fuente: lagaceta

Los habitantes del pequeño Kiribati son víctimas del cambio climático

Un día de invierno, una marejada arrasó con un dique oceánico cerca de la ciudad de Tarawa, en el remoto y bajo país insular de Kiribati, destrozando puertas y ventanas en el Hospital Betio, y lanzando arena y escombros al pabellón de maternidad.

El mozo Beero Hosea, de 37 años, apagó la electricidad y ayudó a cargar a las madres aterradas hasta una escuela cercana.

“Si la próxima está combinada con una tormenta y vientos más fuertes, ese será nuestro fin”, notó. “Va a cubrir a toda esta isla”.

Durante años, los científicos han estado pronosticando que gran parte de Kiribati podría ser inhabitable en cuestión de décadas, debido al cambio climático. Y por el mismo lapso, muchos aquí han prestado poca atención. Pero la marejada del invierno, conocida como marea rey, fue una escalofriante alarma.

“Nos impresionó”, afirmó Tean Rube, de la iglesia Kiribati Uniting. “Nos dimos cuenta de que el cambio climático es real”.

Subsistencia amenazada

Los países insulares en el Pacífico están entre los más vulnerables, física y económicamente, al cambio climático y a los eventos climáticos extremos, como inundaciones, terremotos y ciclones tropicales, alertó el Banco Mundial en un informe del 2013. Mientras las potencias mundiales sostienen reuniones cumbre para negociar tratados para reducir las emisiones de carbono, los habitantes de la pequeña Kiribati, una ex colonia británica con 110.000 habitantes, están debatiendo cómo responder antes de que sea demasiado tarde.

Gran parte de Kiribati, una colección de 33 atolones coralinos e islas de arrecife dispersas en una franja del océano Pacífico, más o menos del doble del tamaño de Alaska, no está a más de seis pies (1,83 metro) sobre el nivel del mar. Los modelos climáticos más recientes indican que los océanos del mundo podrían aumentar de cinco a seis pies para el 2100.

Esa perspectiva de suba en el nivel del mar y la intensificación de las tormentas “amenazan la existencia y la subsistencia de grandes segmentos de la población”, le dijo el gobierno a la ONU en un informe el año pasado.

Por ejemplo, la mitad del pueblo de Bikenibeu, con 6.500 habitantes, podría quedar inundado para 2050, debido al aumento en el nivel del mar y las tormentas, según el Banco Mundial.

En el estudio se expone el futuro de Kiribati con detalles apocalípticos. El agua arrasaría las rutas, paralizando la economía; los arrecifes coralinos degradados a causa del calentamiento del agua harían posible que olas más fuertes golpearan la costa incrementando la erosión, y trastocarían el suministro de alimentos que depende muchísimo de los peces a viven en los arrecifes. Las temperaturas más altas y los cambios en las precipitaciones incrementarían la prevalencia de enfermedades, como la fiebre del dengue.

Aun antes de eso, es probable que el aumento en los niveles del mar empeore la erosión, provoque escasez en las napas freáticas e incremente la intrusión salina a las reservas de agua dulce.

Emigración “digna”

En respuesta, Kiribati ha elaborado planes para cuando desaparezca. El gobierno ha promovido “la emigración con dignidad” y exhorta a los habitantes con capacidad para trabajar que consideren mudarse a otros países. Adquirió cerca de 6.000 acres (unos 24 kilómetros cuadrados) en Fiyi, un país insular a más de 1.000 millas (unos 1.600 kilómetros) de distancia, como refugio potencial. Fiyi es más elevada y tiene una costa más estable, por lo cual es menos vulnerable.

Anote Tong, un ex presidente que consiguió que se hiciera la adquisición en Fiyi, dijo que también tenía el propósito de ser un llamado de atención al mundo.

Sin embargo, hacer que un país completo empaque no es fácil, y podría no ser posible. Y muchos habitantes de Kiribati siguen siendo escépticos respecto de la necesidad de prepararse para una eventualidad que podría tardarse décadas todavía.

Los escépticos incluyen a los habitantes rurales (menos instruidos), a los de las islas exteriores (dudan de que puedan desarrollar las habilidades necesarias para sobrevivir en otros países) y a los cristianos (ponen más fe en la protección de Dios que en los modelos climáticos).

A medida que Tong se volvió una celebridad del cambio climático, al que invitaron a hablar en conferencias por todo el mundo, sus oponentes lo acusaron de ignorar los problemas en su país, como un elevado desempleo y elevada mortalidad infantil. Se burlaron de la adquisición de terrenos en Fiyi, por casi 7 millones de dólares, por considerarla un despilfarro; desestimaron su “emigración con dignidad”, y calificaron de alarmista lo que dice.

A Tong, dado que ya había estado tres periodos en el cargo, no se le permitió contender por la reelección este año, pero en las elecciones de marzo, la oposición derrotó a su partido. El nuevo presidente, Taneti Maamau, adelantó que planea cambiar las prioridades. “La mayor parte de nuestros recursos se desviaron al desarrollo relacionado con el cambio climático, pero, de hecho, existen problemas mayores, como la población, la salud de las personas, la educación del pueblo”, manifestó al Parlamento.

Ensayos e informes

La adquisición de terrenos en Fiyi no fue el primer esfuerzo para abordar el futuro peligroso de Kiribati. El Banco Mundial lideró el Programa de Adaptación de Kiribati, iniciado en el 2003, con el cual se ejecutaron planes para el manejo del agua de lluvia, se construyeron rompeolas costeros, se plantaron manglares y se instalaron sistemas para la captura de agua de lluvia. El Banco dice que con el proyecto, que costó 17.7 millones de dólares, se ha conservado agua dulce en Tarawa y se ha protegido una de las 710 millas de costa de Kiribati.

Sin embargo, el informe del 2011, encargado por el gobierno, pone en duda que el proyecto del Banco Mundial haya ayudado a Kiribati a prepararse para el cambio climático. Y, si bien los planes de los manglares y la administración del agua han ayudado, en un estudio del 2014 se dice que la primera ronda de rompeolas, hechos con sacos de arena, habían resultado ser contraproducentes y habían ocasionado mayor erosión.

“La adaptación es este gran esfuerzo prolongado, horrible y duro”, hace notar el principal autor del estudio, Simon Donner, profesor de geografía en la Universidad de Columbia Británica, en Vancouver. “Es ingenua la idea de que una organización externa pueda llegar con dinero, experiencia e ideas a implementar algo con facilidad. Lo que necesitas es financiación sistemática y de largo plazo”.

Denis Jean Jacques Jordy, especialista senior en ambiente, en el Banco Mundial, reconoció hubo problemas con los primeros rompeolas, pero dijo que los subsecuentes, hechos de rocas, estuvieron mejor diseñados.

La pobreza limitante

No hay escasez de ideas para evitar el destino ambiental de Kiribati. La construcción que ha hecho China de islas artificiales en el mar de la China Meridional muestra la sofisticada tecnología en la ingeniería insular.

Sin embargo, tales medidas son financieramente poco realistas para un país pobre en recursos, como Kiribati. “No es que el lugar vaya a quedar completamente sumergido”, aclaró Donner. Y notó que, de hecho, algunas de sus islas habían aumentado de tamaño en los últimos años debido a la recuperación de tierras o a la dinámica costera natural. “Se trata de que vivir aquí se vuelve prohibitivo. Ese es el verdadero reto de Kiribati”.

La crisis paralela del agua dulce también se puede arreglar, a un costo. El agua potable es escasa en varias islas y el agua salada de las mareas altas se ha filtrado a algunos pozos. Muchos de los habitantes del sur de Tarawa, donde vive la mitad de la población del país, ahora recibe el agua potable exclusivamente de los tanques del agua de lluvia.

A los expertos les preocupa que, a medida que aumente el nivel del mar, habrá muchos más riesgos para las reservas frágiles de las napas freáticas de Kiribati; en tanto que con la próxima sequía se podría agotar rápidamente el suministro municipal y los tanques domésticos de agua de lluvia. Kiribati podría invertir en equipo de desalinización o traer agua potable en buques, pero se trata de un país que tiene un solo camino pavimentado.

“Todo se puede hacer”, dijo Doug Ramsay, gerente de la Cuenca del Pacifico en el Instituto de Investigación Acuífera y Atmosférica en Nueva Zelanda. “Pero será un ejercicio caro”.

¿Son refugiados?

Otra respuesta novedosa que está consiguiendo atención es la de aplicar la ley internacional sobre refugiados (fue elaborada después de la Segunda Guerra Mundial, en gran medida, para proteger a la gente que huyera a causa de la persecución política, religiosa o racial) a quienes se vean obligados a abandonar su casa debido al cambio climático.

En el 2012, Ioane Teitiota, un trabajador emigrante de Kiribati, solicitó asilo en Nueva Zelanda con el argumento de que no podía cultivar alimentos ni encontrar agua potable en su país debido a la intrusión marina. Su abogado, Michael Kidd, dijo que la distinción entre los refugiados ambientales y los políticos es arbitraria. “O eres un refugiado o no lo eres”, sentenció.

Los tribunales rechazaron el argumento y deportaron a Teitiota el año pasado. Kidd dijo que había apelado en la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos

No obstante, es posible que la emigración sea cada vez más importante. Tong dijo que esperaba preparar a su pueblo para movilizarse con programas de capacitación para el trabajo que cumplieran con los estándares que se reconocen en Australia y Nueva Zelanda. “La ciencia del cambio climático no es 100% precisa”, señaló en la entrevista. “Pero sabemos que, a la larga, nuestro pueblo tendrá que reubicarse, a menos que se asignen recursos, muy considerables, para mantener la integridad de la tierra.

Resignación y resistencia

Los habitantes de Buariki, un pueblo junto al mar, de chozas con techos de paja y enormes cocoteros, en la isla de Tarawa Norte, tienen cada vez más claras las amenazas costeras. Docenas de esas palmeras se han caído a lo largo de la playa debido a la erosión. El Banco Mundial estima que el 80% del pueblo, de unos cientos de metros de ancho, podría quedar sumergido en 2050.

Algunos pueblerinos dijeron que ya se resignaron a irse. “Nuestro gobierno ya tiene terrenos en Fiyi para la gente de Kiribati. Si hay más marejadas aquí, llevaran gente a vivir allá”, contó Kourabi Ngauea, de 29 años. “Pero depende del gobierno y si nos puede sostener”.

Otros no ven necesidad de irse. “Aquí es donde yo pertenezco”, expresó Aroita Tilamaen, de 76 años, mientras pelaba un coco en su patio. “Prefiero quedarme”.

Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/690477/medio-ambiente/pais-punto-ser-tragado-mar.html

Imagen: http://img.lagaceta.com.ar/fotos/notas/2016/07/17/tmb1_690477_201607161852080000001.jpg

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